El Ágora - El Show debe seguir (11)

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Nยบ 11 Agosto 2014

EL SHOW DEBE SEGUIR

uNiversidad de Chile registro perfeCto

Claudio Bravo a pesar del deBut


Marco Sotomayor Periodista Gestor del proyecto El Ágora

Luis Urrutia O´Nell (Chomsky) Periodista, académico y escritor de nueve libros sobre el fútbol chileno

Matías Alcántara Periodista, especializado en deportes y en comunicaciones corporativas

TAMB I É N

Rodrigo Ried Periodista

Julio Salviat Periodista, escritor y académico de la UNAB

E S CRI B E N:

Scarleth Cárdenas Periodista

Carlos Pérez Historiador

Daniel Pérez Periodista

Eduardo Bruna, Premio Nacional de Periodismo Deportivo 2000

Jorge Castillo Periodista

Diseño y Producción Gráfica, VeoMarket


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M A R C O S O T O M AYO R , D I R E C T O R

El Fenómeno Crespa Rodríguez

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n nuestro país no existe una gran tradición boxística. Ni siquiera una gran tradición deportiva. El ejercicio físico es mirado como una actividad de cuarta categoría, y eso queda claro al analizar las “políticas” estatales al respecto o la malla curricular de los diferentes colegios, en la cual el ramo de gimnasia consiste en una pichanga para los niños y en alguna sesión lúdica para las niñas, durante dos horas pedagógicas (noventa minutos) y una vez a la semana. O sea, nada. Por eso llama tanto la atención el impacto que tuvo la pelea entre la campeona chilena de boxeo, Carolina Crespa Rodríguez, y la retadora colombiana, Dayane Diamante Cordero. Nos preguntamos, sin pretender emitir juicios de valor, cómo se articuló este interés tan masivo, reflejado en las cinco mil personas que llegaron al Polideportivo del Estadio Nacional; en los veintitantos puntos de rating de la transmisión de TVN, y en la audiencia que tuvieron las distintas emisoras y el resto de los medios de comunicación. ¿La respuesta pasa solamente por el apoyo explícito que le entregó La Moneda? Porque fue evidente la simpatía que mostraron por este show boxístico, tanto la presidenta, Michelle Bachelet, como la Ministra del Deporte, Natalia Riffo. Aportes económicos, soporte mediático y de infraestructura. Se movió la maquinaria estatal para transformar la pelea en un acontecimiento con resonancias a nivel nacional. La razón a este respaldo podemos encontrarlo en la contabilidad electorera (el viejo

truco de utilizar al deporte como herramienta de propaganda, que es más antiguo que hurgarse la nariz), o en una empatía sincera de las autoridades con la oriunda de La Pincoya. O en todas las anteriores. Como sea, la noche del sábado 9 de agosto estuvo marcada por los vaivenes del combate entre esas pequeñas gladiadoras. Este escenario nos direcciona hacia la expectación del público. Porque un cosa es la intención política y otra, muy distinta, la respuesta siempre impredecible del respetable. Pero la gente respondió, incluso, más allá de las expectativas. Aquí, el análisis nos direcciona a la avidez que existe en el medio nacional por presenciar espectáculos bien organizados y con cierta dosis de glamour (algo, por ejemplo, que el fútbol chileno no tiene). El impacto de la Crespita debemos medirlo más en esto, que en la fuerza de sus puños: convertir eventos como éste en parte de la oferta habitual para el público y para los medios de comunicación. Iríamos creando, así, el sustrato para desarrollar una cultura deportiva más potente y arraigada, que impulse el crecimiento de varias disciplinas, con la consiguiente capacidad dirigencial que requeriría este nuevo contexto. ¿Resulta exagerada la proyección? Tal vez, pero debemos recordar otros ejemplos, como las Marcianitas y Tomás González, que también gatillaron un interés general en deportes sin mayor historia. No desechemos ningún camino en función de cambiar el compromiso –feble, oportunista- con esta actividad.


Fotos: Max Montecinos / IND


ANALISIS

Fue Fiesta, pero no alcanzó para carnaval

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ubo una genuina alegría, pero que nadie podía confundir con euforia desatada. Aún más: los escasamente conocedores del pugilismo hasta sintieron un evidente alivio cuando la votación del último de los tres jurados dijo que Carolina Rodríguez, popularmente conocida como la “Crespa”, había ganado la pelea y con ello había retenido el título mundial de peso gallo reconocido por la Federación Internacional de Boxeo (FIB). No porque hubiera margen para la duda, sólo que, cuando de los cinco mil asistentes la mayoría presenciaba un combate de boxeo por primera vez en su vida, es esperable esa incertidumbre si no ha existido una superioridad manifiesta de un rival sobre el otro o la caída o el nocaut que ayude a prescindir del análisis técnico y fino de los que, acostumbrados al pugilismo, sus claves y sus códigos, pueden desentrañar sin mayor drama quién hizo más para merecer la victoria. Para decirlo pronto y claro: la chilena ganó en forma inobjetable, pero su faena estuvo desprovista de jerarquía y de brillo. Dicho de otra forma, la faena de la

“Crespa” le alcanzó para seguir mandando en la categoría de la que es reina desde que el 10 de mayo recién pasado dio el golpe a la cátedra venciendo en su casa a la mexicana Janeth Pérez, pero su actuación estuvo lejos de lo que se espera de una monarca cuya declarada intención es no transformarse en otra más de los “campeones de circunstancias” de los que está plagado la historia del boxeo. Esta vez, al menos, la “Crespa” quedó en deuda. Con aquellos que antes la habían visto combatir y que saben es bastante más de lo que esta vez pudo mostrar. Con aquellos que recién la fueron a conocer el pasado sábado al Polideportivo enclavado en el Estadio Nacional, movidos por la curiosidad y el deseo de ser partícipes de un episodio que siempre nos negó la historia, según cuentan los diarios y los libros. Quedó en deuda, por último, con una organización tan excelsa que claramente replicó aquello que hasta ahora sólo habíamos visto a través de la pantalla chica en peleas multimillonarias de latitudes lejanas. Porque si el camino desde los vestuarios al cuadrilátero de la colomSigue

La campeona del mundo reconocida por la Federación Internacional de Boxeo (FIB), derrotó por puntos con justicia pero sin brillo a su retadora colombiana Dayane Cordero. Nerviosa, atada como ella misma lo reconoció, la peleadora nacional no puede echarse encima la responsabilidad de redimir al boxeo chileno de décadas de frustraciones y fracasos en instancias similares. Por Eduardo Bruna

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ANALISIS

biana Dayane Cordero, envuelta en música y luces, fue en su propio país se le negaba. espectacular, el transitar de Carolina Rodríguez por la Lo que pasó, ya se sabe. Dio el golpe a la cátedra alfombra roja que había de conducirla hasta el ring fue en el Arena Solidaridad de Monterrey, México, quelo más cercano a esa mise en scene a que nos tenía dándose con ese cinturón que habíamos soñado tantas acostumbrados el “Príncipe” Naseem Ahmed, mitad veces ver ciñendo a Arturo Godoy, a Godfrey Stevens, inglés y mitad yemenita cuyo exquisito boxeo, que lo a Martín Vargas y a varios otros que nunca pudieron llevó a ser campeón del mundo de peso pluma, quedó alcanzar lo que la “Crespa” había logrado. Y en una siempre en un segundo plano por la a veces exagerada entidad de verdad, como que la Federación Internaparafernalia que siempre rodeó cada uno de sus comcional de Boxeo (FIB), está entre las cuatro grandes y bates. La “Crespa”, vistiendo smoking y humita, es verpuede exhibir campeones de los quilates de Larry Holdad, no utilizó un ascensor que la depositara mes, de Marvin Hagler, de Félix “Tito” Trinidad, de directamente sobre el cuadrilátero, ni un Chevrolet ImPernell Whitaker, de Oscar de la Hoya y tantos otros pala ni una alfombra voladora, pero sí se hizo acomque le dieron jerarquía a ese organismo fundado a pañar de un numeroso séquito, se hizo rodear de las fines de 1983, producto de una escisión en el seno de mismas luces y música que envolvieron a la retadora la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). colombiana, pero superánTal parece que la resdola con el efecto fantasponsabilidad fue demaNo se ve bien eso que de los tres magórico del humo que la siada para Carolina. La sólo uno sea neutral, en este caso permanente utopía de escoltaba en su caminar y ese casi épico encenderse de el argentino Omar Fernández, que un boxeo nacional que 10 antorchas que pareciedespierta y se levanta le dio 96 puntos a Carolina ron surgir de la nada para como consecuencia de Rodríguez y 95 a la colombiana señalarle el camino hacia el un título del mundo Cordero. Luis Valenzuela, chileno, escenario donde cumplir el debe haber sido tema votó 98 a 91, cuando claramente sueño tantas veces acarique la “Crespa” escuchó no hubo tal diferencia, al paso que reiteradamente por estos ciado. Visto lo ocurrido, el Roque García, colombiano, estuvo días. La resurrección marco resultó mucho en otra pelea al dar ganadora a la siempre esperada, la nosmejor que la pintura. El talgia de recuperar tiem“Diamante” por 98 a 95. Mi ambiente de carnaval depos mejores gracias a la tarjeta: Rodríguez 96, Cordero 94 magia de sus puños fue portivo –propio de un país poco acostumbrado a insun fardo demasiado petancias como esta– superó por lejos el evento al que sado para quien, de la noche a la mañana se echó enle sirvió de enfervorizado clima. Pero cuidado: no se cima, sin querer y sin pensarlo, fracasos y frustraciones trata de lapidar a Carolina ni de restarle méritos a lo de décadas. que limpiamente ha logrado con su esfuerzo y sus Carolina, está claro, no hizo una gran pelea. Ni sipuños. Se trata tan sólo de ubicar su legítima victoria quiera una buena pelea. No caminó el ring con solen un justo plano, para entender que si ya es difícil tura, careció de la continuidad y autoridad que es llegar a la cima, mantenerse allí puede serlo todavía dable exigirle a una campeona del mundo y como más. La “Crespa”, como toda boxeadora que sueña, fruto de aquello tiró muy pocos golpes por round, con se fue ganando su espacio yendo casi siempre “de el agravante que muchos de sus envíos fueron a dar a punto”. Fue así cuando, mezquinado el apoyo naciolos guantes o a los brazos de Dayane Cordero, cuando nal, tuvo que ir a Argentina a demostrar su valía, aún no derechamente quedaron en el vacío. El continuo a sabiendas de que ganar allí le iba a ser doblemente cambio de guardia al que ya nos tiene acostumbrados difícil. Fue así también cuando, desprovista de los meesta vez no surtió el efecto de otras veces. Una y otra dios necesarios, se vio obligada a renunciar a la opvez descargó estando fuera de distancia, perdiendo ción que le había ofrecido la Organización Mundial golpes que en otras circunstancias pudieron tener un de Boxeo (OMB) para disputar ese título que tanto mejor destino. Y lo que empezó desarrollándose en había anhelado. Fue así cuando, a sabiendas de que medio de un clima infernal, producto del natural endebía batírselas sola, ella y su manejador-entrenador, tusiasmo por un confronte en el que está en juego Claudio Pardo, decidieron correr la aventura de vianada menos que un título del mundo, fue rápidamente jar hasta Monterrey en busca de esa posibilidad que deviniendo en murmullo tenue hasta transformarse en

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un silencio espeso que acompañaba los dos minutos de cada round. Cinco mil espectadores eran testigos mudos, al punto que por momentos un pequeño grupito de colombianos ubicados en la galería sur predominaba con su ilusión y su entusiasmo. Muchas razones tampoco tenían. Dayane Cordero, apodada la “Diamante” y dueña de una poderosa pegada según cuenta su record, actuaba más como campeona que como retadora. Porque no tomaba la iniciativa. Prefería contragolpear a favor del error de la “Crespa”, pero rara vez se jugaba como se supone debe hacerlo quien le quiere arrebatar al otro lo que este tiene. Y el rincón de Carolina en cada descanso era una fotografía fiel de la pelea que se estaba produciendo: mientras ella se dejaba caer sobre su banquito repitiéndole una y otra vez a Pardo “estoy tensa, estoy atada, no sé qué me pasa”, el entrenador apelaba a factores anímicos más que técnicos para intentar salir de ese pozo en el que por momentos ambos parecían hundirse. A favor de la chilena jugaba la ventaja alcanzada en

los primeros asaltos y la indecisión de la “Diamante” Cordero para intentar prevalecer con su mayor pegada. Todo pareció aclararse en la vuelta siete, cuando Carolina encontró la distancia y con ello el rumbo para redondear, ahora sí, una actuación más propia de una campeona del mundo. Tomó la iniciativa, llegó reiteradamente a la cabeza y los flancos de la colombiana y hasta hizo pensar que de allí en adelante sólo podía redondear una victoria si no contundente –porque se sabe la pegada no es el mejor de sus atributos–, al menos una faena que transformara los tres rounds que quedaban en la fiesta que todos esperaban. Pero sólo fue una ráfaga. Cordero, que ya se había impuesto en los rounds tres y cinco, ganó el ocho y el penúltimo, decidida a quemar sus últimos cartuchos, con una claridad preocupante. Porque el combate era estrecho y una mano, una sola, podía dar vuelta la pelea si llegaba justa y daba con Rodríguez en el suelo. Pero la “Crespa” en esos dos últimos minutos se jugó por conservar lo que tanto le había costado. No sólo contuvo el aluvión que amenazó írsele encima, sino Sigue

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ANALISIS

que volvió a hacerse dueña de la iniciativa, llegando con varios golpes que, aunque tarde, tuvieron el mérito de despertar a ese público adormilado y asegurarle la victoria que le permite seguir mandando como la mejor del mundo de peso gallo. Victoria sin brillo, pero justa, dijimos en cuanto sonó el último campanazo. Como haya sido, la “Crespa” hizo más por ganar que una rival que al parecer prefirió no correr demasiados riesgos en vez de confiar en el poder de sus manos. Y en el epílogo párrafo aparte merece la votación de los jurados. No se ve bien eso que de los tres sólo uno sea neutral, en este caso el argentino Omar Fernández, que le dio 96 puntos a Carolina Rodríguez y 95 a la colombiana Cordero. Luis Valenzuela, chileno, votó 98 a 91, cuando claramente no hubo tal diferencia, al paso que Roque García, colombiano, estuvo en otra pelea al dar ganadora a la “Diamante” por 98 a 95. Mi tarjeta: Rodríguez 96, Cordero 94. ¿Qué viene ahora para nuestra campeona del mundo? Mejorar, aprender a convivir con su condición nueva y envidiable. Ella no tiene sólo que ser mejor, sino saberse mejor que cualquier retadora. No puede dejarse atar por la tensión, por el miedo natural a perder lo conseguido. Que eso lo experimente antes, en los días previos, y no importa que en el mismo vestuario se sienta por momentos como quien en cosa de minutos va a subir al cadalso. La mayoría de los boxeadores, incluso los más grandes, han sentido lo mismo en instancias similares. Lo que los diferencia del resto es que, camino al ring, durante ese corto trecho que se antoja interminable, son capaces de transformar el nerviosismo en ansiedad y superar todos los miedos en cuanto ponen el primer pie sobre el cuadrilátero. La campeona eres tú, Carolina. Son tus rivales las que deben sentir las piernas como gelatina y los brazos agarrotados.

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Por Chomsky

el emperador está desnudo

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a organización del combate de la boxeadora Carolina Rodríguez nos retrotrajo a los tiempos de la dictadura cuando el gobierno intervenía en el deporte para hacer propaganda y desviar la atención. Así, la selección nacional de Luis Santibáñez, el pugilista Martín Vargas, el piloto Eliseo Salazar, el tenista Hans Gildemeister y Cobreloa (que todos los años recibía de Codelco dos millones de dólares de la época) gozaron de un tratamiento sobredimensionado en los medios. A través del Ministerio del Deporte y el Instituto Nacional del Deporte, La Moneda destinó 100 millones de pesos para financiar la velada en el Polideportivo del Estadio Nacional. Solamente el pasaje en primera clase desde Estados Unidos del supervisor de la pelea costó ocho millones de pesos. Y bastó una llamada telefónica para que Televisión Nacional transmitiera la pelea. Todo lo que rodea a la boxeadora es forzado, poco natural, desde el intento de cambiarle el apodo de Crespa por Crespita hasta el peinado que utilizó y que acentuó la dureza de sus facciones, parecidas a las de Kalule Meléndez. Desde la vestimenta tipo smoking hasta las instrucciones de su entrenador y pareja, que le repetía “mi amor, mi amor”. Y si las explicaciones de Carolina en el rincón eran majaderas después de cada vuelta (“estoy apretada”, “estoy tensa”, “no soy yo”), lo mismo cabía para los consejos emocionales de su entrenador y pareja con un acento no solo pretenciosamente argentino, sino además “versero” (“este es tu show”, “estás cerca del cielo”, “tienes que disfrutar”, “la puedes poner nocaut”). La Copa del Mundo Brasil 2014 impuso la tontería de gritar los himnos, como si no se tratase de jugar fútbol y el que aullaba más alto ganaba. En el Polideportivo se repitió la moda, no se trataba de boxear sino de gritar más fuerte. El combate no fue tal y hubo muy pocos im-

pactos. Durante la transmisión televisiva se mostró varias veces un uppercut de Rodríguez que no dio en el blanco, mientras el delirante conductor repetía: “Ese es el golpe”. Era como pasar el penal de Mauricio Pinilla, Alexis Sánchez o Gonzalo Jara frente a Brasil y decir: “Ese es el penal”. Si la Crespa ganaba, ¿por qué los cinco mil espectadores guardaron silencio, salvo en el último round? Que el jurado chileno votara por la chilena y que el jurado colombiano votara por la colombiana tiene hasta lógica. Entonces, desniveló el jurado argentino que le dio dos puntos de ventaja a Rodríguez: “Uno por ser la campeona, el otro por ser la local”, confidenció. Todavía en el cuadrilátero, la Crespa seguía lamentándose: “Estuve apretada, muy tensa, no era yo”. Al día siguiente sus declaraciones habían cambiado de tenor y se convenció de que había hecho una buena pelea. La manipulación de la transmisión incluyó exhibir al final solamente avances de la Crespa y no entrevistar a la Diamante Cordero, quien fue confundida por un reportero con la modelo brasileña Dayane Mello, ex pareja del tenista Nicolás Massú. La voz cantante la llevaron la presidenta Michelle Bachelet y la ministra Natalia Riffo, sicóloga especializada en criminología, que el lunes recibieron a Carolina Rodríguez en el Palacio de Gobierno después de su opaca presentación la noche del sábado. En La Moneda alguien está imponiendo “El traje nuevo del emperador”, una fábula del danés Hans Christian Andersen. En ella dos granujas se burlan del emperador y le hacen creer que está vestido con una tela preciosa que solo puede ser vista por quienes son dignos de su cargo. El emperador participa en un desfile y todo el mundo festeja el traje, hasta que un niño avisa: “¡El emperador está desnudo!”.


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PINTADO DE AZUL P

areja en goles y constante en las victorias, Universidad de Chile se despegó del grupo de candidatos al título y avanza con buen ritmo hacia la meta que se le alejó el mismo día que se fue Jorge Sampaoli. Con campaña perfecta, los azules son los únicos invictos en un campeonato que se está llenando de sorpresas, y que –a pesar de la ventaja adquiridamantiene el suspenso porque es alta la cantidad de buenos equipos, porque ya no quedan “chicos” de fácil trámite y porque serán los clásicos los que en definitiva decidan la suerte final. Son apenas cuatro fechas. Hay trece por delante. Parodiando a la hípica, falta la curva, y la recta está muy lejos. Atrás de la “U” galopan varios con capacidades innegables que, o se quedaron un poco en el partidor, o tuvieron contratiempos inesperados. Según propia confesión, ni siquiera Martín Lasarte esperaba tanto -tan pronto- de sus dirigidos. Incorporó a nueve jugadores, seis pasaron a ser titulares y a los restantes les están dando espacios breves para la adaptación. Y, además, le despertó las ganas dormidas a César Cortés, ya puso en forma física a Enzo Gutiérrez y está “civilizando” de a poco a Patricio Rubio. Se ve gran plantel, con enorme potencial, pero también –aunque sus hinchas no lo noten- muestra trizaduras: en los cuatro partidos ha tenido momentos muy oscuros. Sufrió con O’Higgins, se afligió ante Wanderers y pasó varios sustos con Antofagasta, al que le anularon un gol legítimo que abría la cuenta en el norte, que malogró situaciones preciosas con dos cabezazos desviados y que encontró en Johnny Herrera un escollo monumental. El tiempo dirá hasta dónde le llega el vuelito. ESCOLTAS SERIOS Fueron Unión Española y Wanderers los que aceleraron en esta fecha para ponerse en situación de pagar placé. Igualados en el segundo lugar, gracias a

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La cuarta victoria consecutiva, sumada a los contrastes de la UC y Colo Colo, dejó el camino más despejado a la “U”. Pero, aunque los hinchas no lo noten, el equipo de Lasarte presenta trizaduras. Por Julio Salviat


merecidas victorias frente a Unión La Calera y Cobreloa, respectivamente, tendrán su prueba de fuego este domingo. Los rojos, que adquirieron un tono distinto con la incorporación de Chávez cuando el equipo andaba perdido, tendrán que mostrar sus méritos nada menos que ante Colo Colo, en el Monumental. Y Wanderers, que ya muestra al argentino Jorge Luis Luna como una de las figuras del torneo, se verá las caras con Universidad Católica en San Carlos de Apoquindo. La coincidencia es curiosa: los escoltas del puntero visitarán a dos que están en su misma condición de favoritos y que dejaron los tres puntos de manera similar. Los cruzados fueron a Chillán, dominaron todo el partido, jugaron casi una hora con un hombre más y se crearon muchas ocasiones de anotar (Llanos y Cristian Álvarez todavía deben tener pesadillas con los goles que se perdieron en la boca del arco), sólo convirtieron mediante un penal y recibieron dos estocadas en las cuatro llegadas que tuvo Ñublense. Lo de los albos fue peor: exhibieron gran juego en

3-0 a Cobresal, 3-1 a O’Higgins, 3-2 a Wanderers ¿3-3 con Antofagasta para seguir la secuencia? ¡Nada!: 3-0, otra vez

la creación y pudieron hacer al menos una docena de goles. Y se encontró con un adversario que contaba con un arquero inspirado (a lo mejor Jorge Carranza es excepcional) y con un par de rematadores benditos (habrá que ver cuántos golazos de ese tipo convierten en adelante Braulio Leal y el uruguayo Octavio Rivero). Consejo obvio para las respectivas hinchadas: no se desesperen. Partidos así se dan de tarde en tarde, y corresponde nada más y nada menos que a las “cosas del fútbol”. SALSA DE FÚTBOL Mientras tanto, aparte del avance de O’Higgins, Huachipato mantuvo sus expectativas al salir indemne de El Salvador, Palestino recuperó opciones con un triunfo agónico sobre Audax, en La Cisterna, y Ñublense se metió también en la pelea con el mismo puntaje que los anteriores. Como sería de rara la fecha, que hasta Barnechea consiguió su primera victoria, a costa del otro ascendido: San Marcos de Arica. Otros aspectos que le pusieron salsa a la jornada fueron los goles marcados en los últimos minutos y la reiteración de la estupidez que significa sacarse la camiseta para festejar un gol. A uno de Wanderers, Ronnie Fernández, lo expulsaron porque ya tenía amarilla y celebró así un tanto que ni siquiera definía el partido.

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10 B MOMENTOS INOLVIDABLE DE LA (II PARTE)

En la edición anterior, revisamos cinco momentos que han marcado la historia de la división de Ascenso de nuestro fútbol en sus más de 60 años. En este número, cerramos el repaso con otros cinco hitos imperdibles de la segunda categoría profesional del país. Carlos Pérez H./@puertomontt25

6.- Provincial Osorno en la Copa Sudamericana. En 2003, y luego de sortear una extenuante fase previa (bautizada como “Pre Sudamericana”) y que lo vio derribar sólo a equipos de Primera División (Deportes Puerto Montt, Deportes Temuco, Huachipato y Palestino), Provincial Osorno haría historia al ser el primer equipo chileno en disputar un torneo, estando en la Segunda División del profesionalismo: la Copa Sudamericana. Y en la primera fase, enfrentando a Universidad Católica (el otro representante nacional) debutó con un gran 1-0 como visita en San Carlos de Apoquindo (gol olímpico de Alejandro Figueroa). En la vuelta, y pese a iniciar ganando con gol de Naif, el elenco lechero no podrá frente a la desastrosa actuación del juez Patricio Polic, quien regaló un penal a los cruzados, anuló un tanto legítimo al local (otro gol olímpico de Figueroa) y, en la definición, obligó a repetir un tiro penal de los visitantes que había sido atajado por Waldemar Méndez. Ese año, Osorno terminará séptimo en el torneo de la B. 7.- La agresión de Héctor Toledo a René de la Rosa. El 25 de mayo de 2002, en Arica igualaban sin goles el cuadro local y Lota Schwager. En el minuto 42,

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luego de la sanción de un penal en favor del local, el defensa minero Héctor Toledo aplicó un fuerte derechazo en el rostro al juez De la Rosa, quien quedó literalmente nocaut. Tras ello, la suspensión del partido y todo el peso de la ley futbolera para el agresor: 30 partidos de castigo. En 2005, se reformularía su sanción con la aplicación de la ley de violencia en los estadios, que contemplaría incluso presidio en su grado menor. En 2010, el defensa José Pedroso, de Rangers, derribó al árbitro Marcelo Miranda, en el partido entre Concepción y los talquinos, evocando la acción de Toledo. El golpe le reportará 27 partidos de suspensión. 8.- Las Liguillas de Promoción 2007 y 2008. El denominador común para ambas definiciones que enfrentaban a equipos de Primera con escuadras del Ascenso, fue la presencia de Deportes Puerto Montt, que anhelaba mantenerse (en 2007) y regresar (en 2008) a la serie mayor de nuestro fútbol. En el triangular que lo condenará al descenso en 2007, los puertomontinos no lograron el empate que les servía en Copiapó, pese a iniciar ganando. El 4-3 final condenó al elenco del sur, que un año más tarde tendrá la última gran ocasión de regresar a Primera. Ante Unión Española, y tras caer 2-1 en Chinquihue, se logró poner 3-0 de visita en Santa Laura. Recién a los ocho minutos del complemento, los santiaguinos iniciaron su remontada hasta conseguir un inolvidable empate 3-3, que los mantendría en la división de Honor. Puerto Montt nunca más estará tan cerca de regresar.

9.- La finalísima Everton- Rangers. El formato de torneos “a la argentina” en 1997 igualó a Everton y a Rangers, completadas las 15 fechas del Apertura. Los de Viña del Mar contaban con mejor diferencia de goles (+22 frente a +21 de los talquinos), por lo que empatando ambos partidos o ganando sólo uno, aseguraban el título y el ascenso. En el primer duelo, en Sausalito, la ocasión aparece inmejorable con un penal a favor, en la medianía del complemento. Sin embargo, Pablo Caballero falló el remate y trasladó los nervios de la definición a Talca. La noche del sábado 14 de junio de 1997 es recordada como una de las jornadas con más lluvia y barro en los pastos nacionales. Eladio Rojas, en Rangers, y Juan “Banana” Salinas, en Everton, serán los estandartes de ambas escuadras en la búsqueda del título y el cambio de categoría. El partido se resolverá 4-2 en favor del local, que de la mano de Raúl Toro concretó su retorno a Primera para 1998. En el Clausura seguirá la frustración de Everton, que verá la consagración y el ascenso de Iquique. 10.- El paso de Universidad de Chile por Segunda División. La caída desde Primera, impensada para los hinchas universitarios, se concretó en enero de 1989. La temporada en cuestión supuso un gran desafío para la parcialidad azul y su tarea urgente del regreso. El formato de la campaña ofrecía dos fases: una clasificatoria (a liguilla final de ascenso y descenso), y los mencionados hexagonales finales. En ambos casos, el equipo universitario sorteó cómodamente los obstáculos hasta conseguir matemáticamente el ascenso a falta de cinco fechas (empatando 0-0 con Iberia). Faltaba el corolario para el esfuerzo desplegado en el año: el título. Y ocurrió en enero de 1990, poco más de un año después de la caída, y se consiguió en el mismo escenario: el Estadio Nacional. La “U” logró la corona tras una vibrante definición por penales con Palestino (el otro ascendido). Para la historia, los nombres de Eduardo Fournier, Horacio Rivas, Roberto Reynero, Héctor Hoffens y Severino Vasconcelos, entre los más recordados, quienes al mando de Luis Ibarra devolvieron a Universidad de Chile su sitial en la Serie de Honor.

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ANALISIS

La Premier League siempre ha sido un territorio arisco para los futbolistas y técnicos nacionales. Por ejemplo, en la temporada que comienza ahora, tendremos sólo a tres representantes, aunque la lista podría extenderse en caso de arribar Arturo Vidal, Eduardo Vargas o Charles Aránguiz. Por Matías Alcántara

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l próximo fin de semana comenzará la English Premier League, la competencia, según muchos, más atractiva del mundo, y en la cual, a diferencia de torneos como el español o el italiano, al menos cinco equipos disputan el cetro. En esta oportunidad, los representantes chilenos tendrán la obligación de liderar a sus equipos en la búsqueda del título, responsabilidad que recaerá en más de un compatriota. Manuel Pellegrini ya mostró sus credenciales al conseguir la liga en su temporada debut con el Manchester City, equipo que le exigirá repetir el logro o, al menos, conseguir una copa o una mejor participación en la Champions. Alcanzar las semifinales es lo mínimo que sus hinchas, prensa y accionistas esperarán del equipo integrado por una verdadera constelación de estrellas. La cuenta de ahorro del ex entrenador del Real Madrid es amplia, pero ya comenzó a disminuir por la abultada derrota en la Community Shield ante el Arsenal de Alexis Sánchez, quien mostró un gran nivel en los primeros 45 minutos oficiales con su nueva camiseta. El Niño Maravilla llegó a un equipo que no consigue la Premier hace 15 años, por lo mismo los hinchas gunners confían en que Alexis aporte la cuota de irreverencia que el cuadro necesita en momentos importantes del torneo. El Arsenal, que pagó más de 50 millones de dólares por el chileno, se caracteriza por arrancar muy bien la competencia, pero inexplicablemente luego parece caer en un pozo del que no es capaz de salir. El entrenador Arsène Wenger estuvo en el Mundial de Brasil para seguir de cerca a sus jugadores y a potenciales refuerzos, especialmente a Sánchez, encargado de mejorar la ofensiva del equipo del Emirates Stadium. Adicionalmente, la prensa de Londres especula con la eventual llegada de Eduardo Vargas para así reunir a la dupla ofensiva de Chile. De materializarse, la posibilidad de que efectivamente puedan jugar juntos no se ve tan factible, por la cantidad y calidad de los delanteros como Podolski, Giroud, Wal-

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cott y Campbell, entre otros. Un fichaje que parece más concreto es el de Arturo Vidal al Manchester United. El adiestrador holandés Louis van Gaal lo quiere en su cuadro sin importar el precio, y por lo que se comenta en la prensa inglesa serían 80 millones de dólares los que los “Diablos Rojos” estarían dispuestos a pagar. De confirmarse la transacción, Vidal cargará con una enorme responsabilidad porque sería el jugador más caro en la historia del club. Finalmente, el último “embajador” chileno en la Premier League será Mauricio Isla. Aunque se habló de su llegada al Newcastle, en definitiva firmó en el Queens Park Rangers, equipo que no ha logrado consolidarse en la máxima categoría. El desafío para el cuadro dirigido por el pintoresco Henry James Redknap es no volver a descender a la Championship, por eso se concretó el fichaje del lateral chileno, quien tendrá como compañeros al arquero Julio César, al central Rio Ferdinand, al volante Wright-Phillips y al delantero Bobby Zamora, que convirtió el agónico tanto para el ascenso del QPR. Isla tendrá la continuidad que no encontró en la Juventus, su principal motivación para jugar en Londres. Si bien el libro de pases se cerrará el 2 de septiembre, éste parece ser el panorama de chilenos en la Premier, aunque no podemos descartar alguna sorpresa de último minuto, como podría ser la materialización del anhelo de Mourinho: la llegada de Charles Aránguiz al Chelsea. También jugaron en Inglaterra Los hermanos Jorge y Eduardo Robledo nacieron en Iquique, pero muy pequeños se fueron a vivir a Inglaterra, el país de su madre. Ahí se hicieron futbolistas debutando profesionalmente en el Barnsley F.C., de la Segunda División. En 1949 ficharon por el Newcastle, equipo que sólo quería contar con el centrodelantero, pero George condicionó su traspaso a que también firmara su hermano menor, un defensa-volante que se acomodaba mejor por el perfil zurdo. Con las urracas consiguieron dos campeonatos. Jorge Robledo anotó 113 goles en el fútbol britá-

o Inglés Sigue

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nico, 84 en Primera División. Fue el primer jugador no nacido en Inglaterra en ser goleador de la máxima categoría. En la temporada 1951-1952 anotó 32 tantos en 33 partidos, y fue autor de la conquista que le dio el título a su equipo ante el Arsenal en la final de la Copa Fa, el que fue inmortalizado por un niño de 11 años llamado John Lennon, y que luego se convertiría en la portada del álbum Walls and Bridges de The Beatles. Tuvieron que pasar casi 50 años para que otro chileno llegara al fútbol inglés. En 1998 Javier Margas fichó por el West Ham United, club que defendió por tres temporadas hasta su retiro en 2001. Anotó un gol en sus 24 partidos en la Premier. Un año antes, Clarence Acuña también se sumó a la Premier League, firmando por el Newcastle, club en el que tuvo relativa regularidad en sus tres años de contrato y donde fue dirigido por Bobby Robson. Jugó 46 encuentros y convirtió seis tantos. Mark González llegó al Liverpool en 2006, tras un seguimiento de varios años por parte del entrenador Rafael Benítez, quien lo esperó pese a una grave lesión y a otras formalidades que le impedían actuar en la Premier. Sin embargo, no tuvo el nivel esperado en sus 36 encuentros que disputó con los “Reds”, donde solo anotó tres goles. Obtuvo la Community Shield. En el 2008 el mediocampista Carlos Villanueva llegó en calidad de préstamo por una temporada al Blackburn Rovers, donde debutó con un tanto en la Carling Cup. Jugó 12 partidos como titular. Un año después fichó por el West Ham United el volante ofensivo Luis Jiménez, que pudo actuar en 11 encuentros, en los que solo marcó un gol. Fue desde los 12 pasos ante el Burnley. En 2010 Jean Beausejour arribó al Birmingham y dos años después fichó por el Wigan, equipo que ganó por primera vez la Copa FA con el chileno en sus filas. En esa misma temporada 2012-2013 el equipo perdió la categoría. El zurdo seleccionado nacional marcó tres goles en sus 67 encuentros jugados en el fútbol inglés. Otro chileno que defendió más de una camiseta en Inglaterra y que militó en dos categorías distintas fue Gonzalo Jara. En 2009 llegó a la Championship cuando firmó por el West Bromwich, equipo que muy pronto conseguiría el ascenso. En 2012 pasó al Brighton y en la siguiente temporada defendió al Nottingham Forest. En total jugó 34 partidos en la Premier y anotó un tanto. David Pizarro solo actuó seis meses en el fútbol

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O P I N I Ó N Por Rodrigo Ried, Editor deportes radio Bío Bío

La historia del técnico que jamás ha perdido

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ingles, pero es el único jugador chileno en ganar la Premier League. Llegó al Manchester City a comienzos de 2012 y actuó en siete encuentros. El técnico Roberto Mancini no le perdonó un error que le costó un gol al equipo y no lo volvió a alinear. Convirtió un tanto por los citizens, en un encuentro ante el Porto por la Europa League. También en 2012, el Manchester United compró al joven delantero Ángelo Henríquez en 5,5 millones de dólares. Solo jugó algunos amistosos en el primer equipo y luego defendió al equipo Sub 21. En 2013 pasó a préstamo al Wigan, donde actuó en ocho encuentros en los que celebró un gol. Después de una temporada en el Zaragoza, no convenció a Van Gaal, por lo que tendrá que seguir su periplo europeo en el Dinamo Zagreb. Gary Medel actuó por el Cardiff en su única temporada en la Premier League: 2013-2014. El volante chileno defendió al equipo galés en 35 partidos sin registrar anotaciones. Pese al descenso, nuestro compatriota fue el jugador más destacado del equipo.

e verdad que respeto mucho a Manuel Pellegrini. Es más, siento que está peleando si ya no lo es- el título de mejor técnico en la historia del fútbol chileno, porque, además de sus buenos resultados, le ha dado un estatus diferente al entrenador nacional en difíciles mercados, como Argentina, España e Inglaterra. Pero hay algo del Ingeniero que me empelota: jamás ha perdido un partido. Es más, me parece una grave falta de respeto que haya dicho que su desastrosa caída 30 ante el Arsenal de Alexis Sánchez -quien jugó sólo el primer tiempo- fuera “parte de la pretemporada”, pensando en el torneo inglés que ya arranca. Ojo, y no sólo para el rival, sino que para sus propios dirigidos. No pues, míster Pellegrini... Le contaré que usted disputó la Community Shield, una copa que tiene el honor de jugar el campeón de la liga (su equipo) ante el monarca de la FA Cup (la escuadra del tocopillano), un certamen que se disputa desde ¡1908! ¿Otro dato? Si la hubiera ganado completaba 5 trofeos, superando a escuadras como el Chelsea el Arsenal llegó a su título 13 y quien lidera es el Manchester United, con 20 estrellas-. O sea, tiene valor. A lo que voy: cada vez que Pellegrini empata o pierde algún cotejo, siempre encuentra alguna frase (que más me huele a excusa) para explicar lo inexplicable. Manuel, usted es un ganador, un tremendo tipo, un gallo reconocido en el medio, pero debe saber perder. Eso lo engrandecería aún más. Es decir, alguna vez, en sus 26 años como entrenador, algo debe haber hecho mal y eso es parte del aprendizaje ¿O no sacó lecciones cuando bajó en sus inicios con Universidad de Chile a la Segunda División?

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ANALISIS

Bravo pone las manos al fuego El capitán de la Roja salta al ruedo español con la capa azulgrana –enfrentado por el puesto a un catalán y un alemán-, asumiendo un reto importante dentro de un equipo multicampeón, donde el arquero es siempre el primer atacante…

Por Daniel Pérez Pavez

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ué en la adversidad se forja el temple de los hombres y se fraguan los campeones, es un lugar común dentro de la fraseología -a veces profunda y a menudo insulsa, que campea en el mercado futbolero mundial. Y también que lo que no te mata fortalece, y que al mal tiempo buena cara y todas esas metáforas y alegorías ramplonas –ah, el que canta su mal espanta…-, que ayudarían a describir la etapa que atraviesa el portero Claudio Bravo en el Barcelona de España, esperando que el tiempo –que todo lo cura- borre un poco de la memoria de los hinchas catalanes su amargo estreno en el equipo más elogiado del mundo. Bravo no se echa a morir, está claro, aunque la prensa de Cataluña todavía saque en cara en su crítica, el alto precio pagado por la contratación del 1 mundialista de Chile y el tremendo paso en falso de su estreno: un remate casi por compromiso del suizo Blerim Dzemaili desde larga distancia, se transformó en la victoria por 1-0 del Nápoles en el esperado inicio de temporada del Barcelona. A despecho de la defensa corporativa que ensayó luego el técnico Luis Enrique, exaltando las virtudes y la trayectoria del jugador buinense, aquel episodio se mantendrá en la memoria colectiva de la hinchada, mientras no parta la Liga de las Estrellas y se mantenga el suspenso respecto de una pugna bastante ficticia por el puesto. El español Jordi Masip y el alemán Marc Ter Stegen son los competidores de Bravo por el arco de triunfo, aunque resulta tan lógico como evidente que ningún

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entrenador lleva a su equipo tres jugadores parejos en el mismo puesto, sino que elige opciones predefinidas para la titularidad y para la suplencia. Como sea, Bravo se da fuerzas con esa templanza que le mantiene ya dos mundiales en la puerta de la “Roja”, sin amenazas reales de ser desplazado, a pesar de la capacidad demostrada largamente por Johnny Herrera, Paulo Garcés, Cristopher Toselli o Miguel Pinto. Y es que su liderazgo sobrepasa el puesto y su trascendencia nunca se cuestionó cuando tuvo partidos bajos o las circunstancias ameritaban un relevo. BUEN PIE Y MANOS DE TERCIOPELO En la prédica estilística casi evangelizadora del Barcelona, que moldeó Pep Guardiola, nadie queda exento del buen juego y hasta los arqueros parecen destinados a tener buen pie. Y así lo refrenda el análisis del portugués Víctor Baía, quien sostiene que “en el equipo catalán, (el portero) es el primero que debe saber jugar, tiene que dominar las dos piernas y saber leer el partido, porque es el primero en construir ataques”. En rigor, Bravo será el primer delantero de un equipo proverbialmente ofensivo, pero a la vez quedará expuesto permanentemente como producto natural de los riesgos que asume un cuadro compacto y simétrico, que se desplaza fluidamente en bloque y se

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declara ofensivo sin pudores ni restricciones. De momento, la definición de la titularidad en el Barza no adquiere ribetes urgentes ni dramáticos ni siquiera luego de la lesión lumbar recién sufrida por el germano Ter Stegen y que limita las opciones de elección de Luis Enrique. A favor del chileno juegan su experiencia, su salud física irreprochable –registra escasas lesiones- y aquella personalidad que a ojos de la prensa española le muestra como el más aplomado, maduro y confiable de los tres candidatos. “Son situaciones propias del juego y un arquero siempre está expuesto, a veces por exceso de confianza o una mala decisión en el momento. No lo dramatizo ni lo paso por alto”, analizaba hace algunos días el chileno, mientras en el medio criollo lo memoriosos apelaban a la vieja máxima futbolera: un arquero no termina de formarse sino hasta que le anotan 200 goles… aunque no todos en la misma temporada. Luego de Alexis y su estrellato efímero con la camiseta azulgrana, ahora será el turno estelar de Claudio Bravo en una función dentro de la cancha donde los aciertos no reditúan portadas y los errores encarnan pecados mortales. El capitán de Chile salta al ruedo español para desafiar -en un medio deslumbrante e hiperprofesionalizado-, el reto permanente de matar o morir…


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Por Jorge Castillo Pizarro Periodista e investigador musical

subvaloradas

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i la Roja ha tenido el privilegio de contar en los últimos años con Marcelo Bielsa y Jorge Sampaoli, ¿por qué las Rojitas no podrían aspirar a algo parecido? La respuesta es simple. En nuestro todavía subdesarrollado fútbol, la ANFP alterna aciertos y gruesos errores. A nivel de selección adulta, atinó hace ocho años al traer al rosarino, marró después con Claudio Borghi y, en un providencial manotazo digno del mejor arquero, salvó el partido con Sampaoli. Lo que debería razonar la ANFP es que mientras nuestro fútbol interno exhiba tantas carencias estructurales y de juego, el único modo de tapar la miseria y hacerle creer al mundo que militamos en la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) del balompié, es darle lo mejor a su único hijo pródigo: las selecciones, sean la adulta o las menores. Y darle lo mejor significa repetir con las Rojitas la receta de la Roja. O sea, dotarla de entrenadores que le den a su juego, un ritmo y una intensidad ajena a nuestra competencia. Los únicos éxitos concretos conseguidos por el fútbol chileno en los últimos 25 años –a nivel de selección adulta y de clubes– fueron construidos sobre una misma base. Entrenadores como Mirko Jozic, Bielsa y Sampaoli capaces de dotar a sus elegidos de una precisión y un vértigo impensados, hasta convertirlos en equipos superiores a sus rivales, muchos de ellos históricamente más talentosos. Hasta Nelson Acosta –ya un chileno más, con sus virtudes y defectos– formó una selección que clasificó para Francia 1998, ahogando a sus rivales en el Estadio Nacional, con un ritmo insoportable que no podía mantener de visita. No parece ser Hugo Tocalli el organizador de las selecciones menores que Chile necesita. Tiene méritos y trayectoria, sin duda. Haber sido campeón planetario Sub 20 es un logro máximo, pero en aquello fue sostenido por genios como Lionel Messi, Sergio Agüero, Ángel di María y Sergio Romero. Aquí, como lo habrá comprobado en estos últimos meses, no hay talentos parecidos. Para clasificar a los mundiales hay que elegir muy bien a quienes sumen a sus cualidades

técnicas, un espíritu superior a la media nacional. Jóvenes con todos sus sentidos puestos para aprender y batir sus pobres marcas logradas en canchas sin hinchas. Tocalli, como lo demostró con el Colo Colo campeón 2009, está lejos del vértigo. Desgraciadamente, también ha cometido errores que ahora lo tienen mal parado. Uno fue haber elegido a colaboradores como Claudio Vivas y Alfredo Grelak, desconocedores del fútbol infantil y juvenil. Ignorantes de nuestra realidad, ambos dedicaron largos meses a recorrer el país buscando y convocando a jóvenes con la esperanza de encontrar genios que difícilmente se les habían escapado a los clubes grandes, cuyas redes de veedores les nutren habitualmente de lo mejor surgido en las regiones. El otro fue haberse negado el esfuerzo de buscar una solución que le asegurase seguir contando con Mario Salas. Peleado éste con Tocalli hijo, optó por la razón familiar y dejó partir al viñamarino. Mala cosa, porque Salas demostró con la anterior Sub 20 ser un tipo capaz de seguir la huella de Jozic, Bielsa y Sampaoli. Su equipo, que perdió en cuartos de final con la potente Ghana, dejándolo todo en la cancha, fue una oncena organizada, precisa e intensa. Más que digna sucesora de las selecciones con que José Sulantay clasificó a los Mundiales de 2005 y 2007. Ahora, forzado a reemplazar a Claudio Vivas, la ANFP llegó al mismo estado de la Sub 20 de 1997. Renunciado Fernando Carvallo a pocos meses del Sudamericano jugado en Chile, hubo que contratar apuradamente a Guillermo Yávar. Éste perdió parte del poco tiempo que le quedaba. Esa eliminación es uno de los grandes fracasos del fútbol menor chileno. ¿Cuál fue la salida que recién encontraron los regentes de Quilín? Decidieron ubicar al propio Tocalli como DT de la Sub 20. A cinco meses del Sudamericano de Uruguay, que no solo clasificará al Mundial de Nueva Zelanda, sino que también a los Juegos Olímpicos de Río Janeiro, el riesgo de perderse ambas citas es muy alto. Pronto veremos si este manotazo de último minuto ordena un escenario revuelto...


LOS MUCHACHOS DE ANTES Por Luis Urrutia O'Nell

–¿Cuáles fueron sus características? –Era muy rápido y saltaba mucho, había practicado atletismo: 1.500 metros planos, salto con garrocha y salto largo, por eso hice tantos goles de cabeza. –¿Qué tanto brincaba? –Guardo una fotografía donde aparezco saltando más que el portero argentino Néstor Errea (Atlanta, Boca Juniors y Estudiantes de La Plata). Estos dos cortes en la ceja derecha son por golpes con los codos que recibí de los arqueros. –Destacaba por su velocidad. –En todos los equipos en que estuve siempre peleaba el primer puesto en los piques de hasta 80 metros. Algún arquero me ganaba, como Constantino Zazzali (O’Higgins). –En sus inicios era centrodelantero. –Sí, con el 9 en la espalda. Luego fui punta de lanza, el número 10 que actuaba al lado del centrodelantero. Después me tiraron de alero, primero a la izquierda y luego a la derecha, donde hice casi toda mi campaña. –No fue un puntero clásico. –No. Jugaba apuntando al gol. En la izquierda, aprovechaba mi perfil diestro y arrancaba en diagonal. Y en la derecha, me iba directo al arco. –Con usted los centrodelanteros se morían de hambre… –Mi escuela era distinta a la de Mario Moreno, quien alimentó con pases de gol a Jorge Robledo, Juan Soto y Luis Hernán Álvarez. –Participó en la Selección Juvenil que preparó Fernando Riera. –En el Sudamericano de 1958 tuve de compañeros a Alberto Fouillioux, Miguel Iturrate, Cristián González, Alfredo Zúñiga, el arquero Luis Gardella, Jorge Venegas, Jorge Dagnino y Fernando Ibáñez.

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José Sulantay Puntero derecho de juego directo, brincador y veloz, estuvo en una selección Juvenil con Fernando Riera, se identificó con la Cuarta Región y actuó en el fútbol de Centroamérica.


–Jorge Toro y Luis Eyzaguirre quedaron afuera. –Estaban pasados en meses y en esa época era impensable adulterar la edad. –¿Por qué no llegó a la Selección adulta? –Para el Mundial de 1962 había punteros derechos de calidad, como Jaime Ramírez, Mario Moreno, Braulio Musso, Rómulo Betta… Y después aparecieron Pedro Araya, Pedro-Pedro Arancibia, Eugenio Méndez, Mario Ramírez… Tal vez si yo hubiera jugado en un equipo de Santiago… –¿Quién era su ídolo? –Manuel Muñoz (Colo Colo), porque era explosivo y eludía en velocidad. –¿A quién le anotó su primer gol? –A Ricardo Storch (O’Higgins), en el estadio La Portada, de La Serena. Una volea de zurda. –¿Jugando en O’Higgins se despertó en usted el interés por la táctica? –Sí, en un partido con Universidad de Chile en el estadio Santa Laura (septiembre de 1962). Al cuarto de hora la “U” se había puesto 3-1 arriba, algunos jugadores hicimos cambios de posiciones y volcamos 43 el primer tiempo; un gol mío. Al final ganamos 5-4.

Universidad de Chile: Manuel Astorga; Alejandro Mesías, Humberto Donoso y Sergio Navarro; Carlos Contreras y Braulio Musso; Osvaldo Rojas, Óscar Coll, Carlos Campos, Ernesto Álvarez y Leonel Sánchez; DT: Luis Álamos. O’Higgins: Sergio Fuentealba; Aldo Droguett, Federico Vairo y Eduardo Herrera; César Valdivia y Roberto Rodríguez; Jaime Salamanca, Héctor Torres, Ricardo Cabrera, José Sulantay y Luis Morales; DT: Hernán Carrasco. Árbitro: José Luis Silva.

José Sulantay con la camiseta de Palestino.

Goles Universidad de Chile: 3’ Campos; 11’ Campos; 16’ Coll; 61’ Campos. Goles O’Higgins: 1’ Cabrera; 28’ Rodríguez; 32’ Sulantay; 41’ Morales, 85’ Torres. –¿Recuerda el partido con Universidad Católica en el estadio Independencia (febrero de 1963)? –Universidad Católica nos ganaba 3-0 en el segundo tiempo y O’Higgins empató 3-3 con dos goles míos (55’ y 86’) y un penal de Federico Vairo (77’). Esa tarde el gigantón arquero Walter Behrends utilizó una vestimenta entera de blanco. Con ese punto que perdió la UC, el Ballet Azul la alcanzó en la tabla de posiciones y a la postre fue campeón. –Un marcador impasable. –Al que nunca me pude pasar fue a Manuel RodríSigue

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guez (Unión Española), quien me esperaba con frialdad y no se comía los amagues. Me bajoneaba ante él, pero cuando controló a Garrincha me quedé tranquilo… Con Sergio Navarro (Universidad de Chile) siempre me fue muy bien porque él jugaba leal y no pegaba patadas. –Sus duelos con los laterales izquierdos. –José González (Colo Colo) inspiraba respeto; la primera vez que lo enfrenté me mandó a la pista de ceniza. Uno que marcaba muy bien era Isaac Carrasco (Colo Colo, Santiago Morning). Con Hugo Villanueva (Universidad de Chile) competíamos en velocidad, lo mismo que con Luis Eyzaguirre (Universidad de Chile) en la izquierda. Al Fifo no sólo era imposible llevárselo, sino que al final él salía jugando la pelota… –¿Su partido inolvidable? –Contra Universidad de Chile en el estadio La Portada (agosto de 1964). El Ballet Azul ganó 1-0 el primer tiempo con gol de Pedro Araya y en el segundo le anotamos tres veces en cuatro minutos. Hice el primero (46’), participé en el segundo (47’ Pedro Pérez) y convertí el tercero (49’) Deportes La Serena venció 3-1. Ese año estuve entre los goleadores con 18. –Una anécdota. –En las pretemporadas de Tongoy, al Mono Rogelio Núñez le gustaba irse sacando la ropa y trotar desnudo en la playa. Hasta que un día apareció una camioneta y le escondimos la ropa. En pleno agosto, el Mono se tuvo que meter al mar con el agua hasta el cuello para esconderse, mientras que nosotros conversábamos largamente con la gente del vehículo…

Negro José Manuel Sulantay Silva Nació el 3 de abril de 1940 en Coquimbo Medía 1,70 metro y pesaba 65,5 kilos Deportes La Serena (1957 a 1961) O’Higgins (1962 y 1963) Deportes La Serena (1964 y 1965) Palestino (1966 y 1967) Universidad, El Salvador (1968) Atlético Marte, El Salvador (1969) Atlético Cobán, Guatemala (1970) Aurora, Guatemala (1971) Antofagasta Portuario (1972) Coquimbo Unido (1972)

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El Negro Sulantay y el autor en La Serena.


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Por Scarleth Cárdenas, Periodista de TVN y radio Bío Bío

Única, grande y nuestra

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ue la más chica de seis hermanos. Entre hombres, supo que “todo se arregla a golpes”. Y más de alguna vez llegó a su casa con un ojo morado, pero jamás contó el porqué. Le decía a su mamá que se había caído. Hasta que un día, el amigo más grande de todos le pegó. Y le dolió tanto, que llegó a su casa llorando. Su hermano mayor la tomó de la mano y la llevó de vuelta a la calle. Ella creyó que la iba a defender, pero nada: la hizo pelear otra vez… Esa vez ganó y aprendió una lección: muchas veces en la vida tendría que salir adelante sin ayuda de nadie. Casi premonitorio… Carolina Crespita Rodríguez nació en la Población La Pincoya, en 1983. Su padre era carpintero y su madre, asesora de hogar. Nunca les faltó qué comer, pero el trabajo de sus padres hizo que creciera entre ausencias y la calle. La mayor pena de su infancia fue la muerte de su hermano mayor. Ella recuerda que era peleador callejero, una noche salió de una fiesta con unos tragos de más y –sin provocación algunados tipos se le acercaron y le clavaron una puñalada en el corazón. La Crespita no alcanzó siquiera a despedirse. Estudió Contabilidad en un Liceo Técnico y logró trabajar en una oficina en el centro de Santiago. En eso estaba –a los 21 años-, cuando decidió buscar un gimnasio. Mide 1.60 metro y a esas alturas ya pesaba 90 kilos. La invitaron a una clase de kickboxing y le encantó. Sintió que volvía a su niñez. Los problemas comenzaron cuando le contó a su mamá que dejaba su trabajo porque quería dedicarse a pelear. La echó de la casa y tuvo que arrendar una pieza donde no podía ni llegar. Así que comenzó a matar el tiempo en fiestas, cayó en la droga y –a veceshasta tuvo que dormir en un gimnasio. No tenía

zapatillas y usaba guantes prestados para entrenar. Pero su rapidez, su buena técnica y reflejos la llevaron a varios países de Sudamérica. Y demostró todas sus condiciones. Un día, junto a su entrenador Claudio Pardo, partió en auto a Argentina y hasta le ofrecieron recursos y apoyo con tal de que se nacionalizara. Pero ella se negó. Soñaba con ser campeona del Mundo para Chile. Y lo logró. Hoy es doble campeona y el sueño no termina: quiere el cetro de las cinco Asociaciones. Antes del apretado combate frente a la colombiana Dayana Diamante Cordero, sólo tenía dos modestos auspiciadores. A diferencia de las grandes estrellas del deporte… ¡hasta las zapatillas que usó esa noche, se las tuvo que comprar! Le costaron 87 mil pesos. “No fue mi mejor pelea” dijo; se sintió “apretada”. Las cinco mil personas en el Polideportivo del Estadio Nacional, la transmisión televisiva histórica -que llegó a 24 puntos de rating-, la cobertura radial y de toda la prensa nacional, le sumaron presión, pero supo sobrellevarla. Cumplió, de esta manera, un doble sueño: pelear en Santiago -con su gente- y retener el título ¿Quién iba a pensar que sería una mujer la que reviviría –en gloria y majestad- el boxeo nacional? La Crespita es nuestra única boxeadora profesional y doblemente campeona. Confieso que nunca antes había asistido a una pelea de boxeo. Y puedo decir, con orgullo, que el sábado 9 de agosto integré la multitud de miles de personas que presenciaron en vivo, el triunfo de una mujer que jamás dejó una puerta sin golpear. Y así, literalmente a punta de golpes, terminó por ganarle a la vida.


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