Nº 12 Agosto 2014
Perfil del técnico de O'Higgins
¿CUÁNTO SABE
SAVA?
LA MALDICIÓN DEL MUNDIAL QUE PERSIGUE A VARIOS CHILENOS
Marco Sotomayor Periodista Gestor del proyecto El Ágora
Luis Urrutia O´Nell (Chomsky) Periodista, académico y escritor de nueve libros sobre el fútbol chileno
Matías Alcántara Periodista, especializado en deportes y en comunicaciones corporativas
Francisco Coloane Sociólogo y comentarista internacional
Daniel Pérez Periodista
TAMB I É N
Rodrigo Ried Periodista
Diego Osorio Periodista
Julio Salviat Periodista, escritor y académico de la UNAB
E S C RI B E N:
Eduardo Bruna, Premio Nacional de Periodismo Deportivo 2000
Carlos Pérez Historiador
Diseño y Producción Gráfica, VeoMarket
Ramón Reyes Periodista
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Dos puntas tiene el camino
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uando Colo Colo y Unión Española saltaron a la cancha del Monumental, el pasado domingo, ambos equipos sabían del tropiezo sufrido por la Universidad de Chile, en Valparaíso. Albos y rojos contaban, así, con una oportunidad propicia para descontarle puntos al líder e invicto equipo azul. En las bancas, dos de los estrategos pertenecientes a la llamada generación de recambio en el fútbol chileno: Héctor Tapia y José Luis Sierra. Al cabo de los 90 minutos, nos dimos cuenta que sólo uno estuvo a la altura del desafío. Tapia trabajó el duelo con la intención de ganarlo desde el primer minuto, conocedor de la coyuntura mencionada y, además, depositario de una tradición que en Colo Colo asoma como una característica intransable: la frontalidad de un equipo que en la ruca de Macul no tiene espacio (ni historia) para especular. Algo que muchas veces le ha jugado en contra. Pensemos, no más, en el duelo ante O’Higgins, hace un par de semanas. Sierra propuso un fútbol ubicado en las antípodas de su rival: conservador, sin intensidad, buscando claramente salir del estadio con el 0-0 en su contabilidad. La actitud de cuadro hispano, más el posicionamiento dentro del campo de juego, denunciaban el fin último de su entrenador: mantener el empate, a costa de sacrificar el triunfo. Un detalle estadístico para reafirmar esta descripción: los hispanos llegaron una vez con peligro al arco popular, con una volea del argentino Ramón Lentini, a los 30 segundos de partido. Nada más. Una zurda de Ramsés Bustos, casi al final, provocó un leve escalofrío en el portero Paulo Garcés, más por la potencia, que por la dirección del remate. Ese fue el caudal ofensivo del cuadro visitante, al mismo que Sierra, ya en conferencia de prensa, culpaba de la derrota: “si
hubiésemos convertido las ocasiones que nos creamos…” Una vergüenza. Reflexionar sobre lo que ocurrió en el Monumental no es un ejercicio menor: demuestra conceptos superados por los tiempos, que aún mantienen internalizados muchos técnicos en nuestras competencias. Porque el “fútbol” de Unión no pertenece a esta época. Pero –quizás todavía más grave- es que evidenció una carencia de ambición que no se condice con el rótulo de equipo importante del fútbol chileno, con un presupuesto y una infraestructura que ya quisieran otras instituciones. Incluso si hablásemos de un club más pequeño, sin tradición ni títulos nacionales, nuestra crítica sería igualmente lapidaria. Nadie puede entrar a un campo de juego (en el fútbol o en cualquier otro deporte) renunciando a ganar desde el minuto uno. Eso va contra el espíritu competitivo de cualquier disciplina. Erradica el drama del espectáculo, ese elemento tan atrayente como es la lucha leal y decidida entre fuerzas opuestas. Los griegos plasmaron muy bien esa pugna en sus antiguas representaciones teatrales, que a su vez eran metáforas de conflictos más trascendentes: el hombre luchando por cambiar su destino… Con propuestas como las de Sierra, evidentemente, el campeonato se desjerarquiza y el fútbol chileno, en su conjunto, no evoluciona. Aquí hay materia prima para plasmar conceptos distintos, sino pregúntenle a Fernando Riera, Luis Álamos, Mirko Jozic, Marcelo Bielsa y al propio Jorge Luis Sampaoli. No querer hacerlo no es un problema del medio: es una decisión personal de cada estratego. Quien escoge el camino fácil marcará el paso por décadas, cuidará su pega y jubilará envuelto en el olvido; el que apuesta por algo distinto está condenado al éxito y, por qué no, a convertirse en leyenda.
ANALISIS
El sólido líder resignó sus primeros puntos empatando dificultosamente con Iquique en Valparaíso. Y, aunque vio acercarse a Wanderers que venciendo a una desorientada Universidad Católica mostró sus credenciales de candidato, los azules tienen sobre sus eventuales competidores la ventaja de su juego, su dinámica y un numeroso plantel. Todo lo contrario de Colo Colo, que si ve marcharse a su goleador habrá resignado definitivamente la opción de conservar el título que significó su estrella número 30. Por Eduardo Bruna
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l cabezazo de Gustavo Canales en el “Elías Figueroa” de Valparaíso le alcanzó a Universidad de Chile para mantenerse como exclusivo líder del Torneo de Apertura tras cumplirse la quinta fecha, pero el indudable tropiezo frente a un cuadro que en el papel no ofrecía mayores complicaciones no hizo sino ratificar que su hasta ahora sólido caminar no le garantiza una ruta cómoda y fácil hacia ese título que sus hinchas añoran cada vez que piensan en Jorge Sampaoli. Venciendo a Universidad Católica en San Carlos, Santiago Wanderers hizo valer sus credenciales de candidato y Colo Colo recuperó buena parte de su opción a conservar la corona superando en la agonía a Unión Española que, más allá del contraste, y a pesar de su evidente “amarretismo” en el Monumental, sigue siendo un cuadro que por juego aún tiene mucho que decir en este torneo. No es todo: venciendo por 2-0 a Palestino en Las Higueras, Huachipato volvió a mostrarse como un equipo virado bajo la conducción técnica de Mario Salas, al paso que O’Higgins, permanente animador de los últimos campeonatos, goleando en Rancagua por 4-1 a un Cobreloa desjerarquizado, rompió rotundamente con esa máxima futbolera de que “equipo que gana al Cacique, en la siguiente fecha pierde”. Azules, porteños, albos, acereros y rancagüinos están en plena carrera, sin olvidar a Unión La Calera que, superando por 3-2 en su cancha a Ñublense yendo siempre abajo en el marcador, se ubica hasta sorprendentemente en el grupo de avanzada de un campeonato que, está claro, tiene todavía muchos episodios
interesantes que mostrar en las 12 fechas que restan. El difícil empate de la “U” en el puerto ratificó que la interesante campaña del cuadro de Martín Lasarte no significa que lo suyo sea carrera corrida. Nadie puede desmentir, sin embargo, que este envión anímico de cinco fechas lo transforma en el principal candidato, porque a su dinámica agrega un jugador iluminado, como Canales, que todo (o casi todo) que toca lo transforma en gol, y un plantel más rico y numeroso que sus eventuales competidores. Ni Wanderers, ni O’Higgins, ni Huachipato, y mucho menos Colo Colo, pueden ofrecer los necesarios relevos de sus principales figuras cuando aparecen las suspensiones y las inevitables lesiones. Lo dicho es más dramático en el caso albo. Dejó ir jugadores que nunca significaron el aporte que de ellos se esperaba, como Mathias Vidangossy, Emilio Hernández y, sobre todo, Mauro Olivi, pero en lugar de reemplazarlos Blanco y Negro optó al parecer por privilegiar los números azules, integrando a un solitario Jean Beausejour que, hasta ahora, ha sido ubicado más como lateral volante que como puntero que busque unos metros más adelante el desborde. Frente a Unión Española, cuando el equipo chocaba una y otra vez contra el orden defensivo hispano, en la banca no aparecía ninguna alternativa de peso para acompañar adecuadamente a Esteban Paredes, claramente el único distinto de ese ataque. Solo en el epílogo, y cuando ya buena parte del público abandonaba el Monumental absolutamente desencantado, producto de una jugada tan precisa como afortunada Colo Colo pudo Sigue
la “u” tropieza, pero no cae:
San Paredes
mantuvo con vida a colo colo 4
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ANALISIS
quebrar el cerco hispano gracias a la pericia y frialdad de su mejor delantero. Lo peor es que los milagros de San Paredes pueden no seguir repitiéndose. El delantero al parecer maneja una oferta millonaria de los Emiratos Árabes y es lógico pensar que, en la recta final de su campaña, quiera hacer la diferencia que le asegure el futuro a él y a los suyos. Héctor Tapia tiembla de solo pensarlo. El técnico tiene claro que, de partir Paredes, se quedará sin gol y el sueño de revalidar el título será una simple utopía sin ningún sustento. De irse el goleador, Tapia y Blanco y Negro pagarán muy caro el pecado. La concesionaria por “cuidar la chaucha”, el técnico por no exigir un jugador si no de iguales quilates al menos de un peso específico parecido. Y de la culpa (léase protestas de la hinchada) Tapia no podrá librarse, por más que el objetivo central de la ira de los seguidores albos será como siempre Blanco y Negro. Simplemente porque un técnico no puede caer en la intransigencia de tener un solo candidato –y ningún otro– para sus necesidades. Si lo más probable es que lo de Fabián Orellana fracasara, Tapia debió pensar en un plan B, más aún luego que el Chapita Fuenzalida partiera hasta inesperadamente a Boca Juniors. Colo Colo, qué duda cabe, ganó bien frente a un cuadro que, tras el gol de Paredes, se jugó como hasta ahí no lo había hecho, pero ratificó que concreta menos de lo que insinúa o que por juego merece. Ese déficit goleador, que le costó resignar el invicto en la fecha pasada, ante O’Higgins, va a ser dramático en el caso de que, como es muy probable, Paredes parta de Pedrero. Wanderers, solitario escolta, superando a Universidad Católica, ratificó el buen trabajo que viene haciendo desde que lo dirige Emiliano Astorga, pero al igual que en el caso albo se plantea la duda acerca de qué va a pasar el día que no pueda estar el argentino Jorge Luna, una de las figuras más interesantes que puede exhibir el campeonato. Respecto del equipo cruzado, sumó su segunda derrota consecutiva y la pobre cosecha de seis puntos de 15 disputados lo alejan tempranamente de la lucha por el título. No solo eso: la banca se le empieza a mover a Julio César Falcioni, como se le empieza a mover también a Marcelo Trobbiani en Cobreloa. Un ejemplo más de que no basta haber sido un buen jugador, o un gran jugador en el caso de Trobbiani, para garantizar su éxito como técnico. Que lo desmienta Ferenc Puskas, uno de los cracks más enormes de la historia que, sin embargo, durante su paso por Colo Colo no dio pie con bola. Esa ventaja comparativa de los azules respecto del resto le puede permitir mirar lo que viene con relativa tranquilidad. Porque los restantes candidatos le podrán imitar su dinámica, esa marca atosigante que le per-
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mite tener mucho más tiempo la pelota para jugarla luego con velocidad y criterio, pero no tendrán, como sí lo tiene Martín Lasarte, las cartas adecuadas para soslayar sus inevitables ausencias. Párrafo aparte merece la interesante campaña de Unión La Calera, posicionado en la tabla en alturas a las que claramente no está acostumbrado. Frente a Ñublense mostró un buen poder de reacción cada vez que parecía caerse y a un jugador que, como Emilio Hernández, puede resucitar tras su opaco paso por Colo Colo. Integrado a última hora, y cuando pasaba sus días entrenando por el Municipal La Pintana, el volante prometió “romperla” con la camiseta de los cementeros y apareció justo para anotar el gol que dejó los tres puntos en casa. El “Choro”, dicen, está de vuelta. A la espera de la sexta fecha, a jugarse el próximo fin de semana, cuatro equipos de dispar rendimiento casero tendrán acción a nivel internacional. Deportes Iquique, Huachipato, Cobresal y Universidad Católica debutan en esa Copa Sudamericana que se transformó en un interesante objetivo desde que en 2011 la ganara Universidad de Chile. De ellos, solo Huachipato puede exhibir una campaña apropiada para afrontar desafíos que se suponen exigentes, aunque ninguno de los rivales que aparecen en el horizonte de los representativos nacionales pueda ser calificado como potencia de sus respectivos países. Universidad Católica, ya se dijo, marcha a los tumbos y una nueva derrota puede detonar una crisis que ya se avizora. Cobresal e Iquique, por su parte, jugadas cinco fechas solo cuentan con tres puntos producto de escuálidos empates, aunque no cabe duda que anímicamente los Dragones Celestes afrontarán su compromiso mucho mejor aspectados. Mal que mal, levantaron cabeza frente al sólido líder en el puerto principal y le arrebataron dos puntos que, dicho sea de paso, no estaban en los cálculos de nadie.
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Por Ramón Reyes A.
una historia de nunca acabar...
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o ocurrido en el Canal del Fútbol (CDF) deja lamentable constancia que el periodismo y sus ejecutores, los periodistas, siempre estamos al arbitrio, sujeción y obediencia de las líneas editoriales y, al mismo tiempo, de los intereses económicos, políticos y hasta religiosos de los dueños de los medios de comunicación. Es un hecho irrebatible. Y quien opte por el camino contrario, inicia casi un suicidio profesional. Esas ansias de libertad, de expresar toda la verdad, de ser ético, de manifestar las ideas con valentía, conlleva a una verdadera mutilación de una carrera. Muchas veces, hay que tomar la decisión de sobrevivir. Quizás sólo las excepciones a toda regla, logran navegar en las agitadas aguas de la labor informativa. Es más, aquellos que sufren la condena del patrón de turno, en otro momento llegaron a ese mismo lugar para ser censores. Y me remito exclusivamente a lo que indagó el Centro de Investigación Periodística (CIPER) sobre el caso del CDF y los despidos y renuncias de periodistas, debido a un reportaje sobre el nuevo estadio de la "U" y que tanto enfureció a los jerarcas de Azul Azul. Antes de ese episodio, hubo otro. Como aquel cuando se produjo la salida de Harold Mayne-Nicoholls de la ANFP y la renuncia del técnico Marcelo Bielsa, en 2010. Esa vez, se contrató al colega Cristián Urbina para que ejerciera el control editorial del CDF. "El mandato fue claro, según recuerda el propio Urbina. A partir de ahora, el CDF es un canal centrado en potenciar el espectáculo en la cancha, sólo en lo deportivo, sin generar polémicas. De los dirigentes no se habla", consigna CIPER. Pero, como la vida da tantas vueltas, esta vez uno de los afectados por la iracundia de los administradores del CDF fue el propio Urbina. Y esto ha ocurrido y ocurre en todas las épocas y en todos los medios. Con mayor crudeza en los tiempos sin democracia, por las consecuencias que implica para la vida de un profesional de las comunicaciones. Por lo menos, creo, esa amenaza ya no existe. Además, ahora la ley le permite al periodista que se borre su nombre cuando una nota ha sido modificada en su contenido, como muchas veces lo he visto en los diarios en los que he trabajado. Y también lo experimenté como periodista cuando en La Nación, por los '80, se nos prohibió usar la palabra NO en los titulares. Claro, era época de plebiscito y el régimen se jugaba su sobrevivencia. O cuando en una semifinal de la Copa América dispu-
tada en Argentina, me ordenaron armar una página gráfica con el duelo Chile-Colombia, en Córdoba. La "Roja" había ganado en el alargue por 2-1, con goles de Fernando Astengo y de Jaime Vera. En una de las imágenes aparecía el "León" celebrando su gol. Todo perfecto. Pero, nadie se percató de lo que había en el fondo de la foto, por allá lejos, en las tribunas. Entre la espalda y los brazos alzados de Astengo se leían partes de un lienzo: "Pin(ochet)...(ase) sino". Para los censores de los medios, instalados en el subterráneo de La Moneda, algo así jamás pasaría inadvertido. Fue un escándalo. Editor, reportero y fotógrafo al "cajón con vidrio" con el director nombrado por Pinochet. Bordeamos la cesantía... No escarmentamos, aunque sin intención alguna y como periodistas deportivos ajenos a las pugnas políticas, más allá de nuestra conciencia como ciudadanos. En cierta ocasión Colo Colo fichó al atacante Sergio Salgado, quien llegó como gran figura. En mi pauta apareció una entrevista al "Negro" y lo fui a buscar a casa de unos familiares en Santiago. El entorno no era el más atractivo, así que con mi compañero Jorge Peralta, reportero gráfico, lo invitamos a Fantasilandia, en una época que hacíamos muchas producciones en la revista Triunfo. Peralta preparó el "mono" y fue una bonita nota con el nuevo goleador albo. Pero, al día siguiente, otro incendio en el diario. Detrás de Salgado, en el cielo, un tenue arcoiris. Y nuevamente los vigías del dictador pusieron el grito en el cielo. Para ellos resultaba repudiable que el periódico de gobierno apareciera el símbolo de las fuerzas que pugnaban por el retorno de la democracia. Todavía no sé cómo libramos con mi amigo Peralta. Pero, ahora, ya sin esa presión de un régimen de facto, en pleno 2014, campea la actitud dictatorial de los dueños de los medios, que en el caso del CDF rinden pleitesía a sus amos: los empresarios que controlan las sociedades a cargo de los clubes profesionales. Felizmente, con todo lo que implica la pérdida del sustento laboral, esta vez los periodistas desvinculados no están solos. Afloró la solidaridad de sus pares, de los sindicatos, del Colegio de Periodistas y de la CUT para apoyarlos en su causa. No faltan los que hablan de defensas corporativas, pero los que llevamos años en la lucha gremial, tenemos la convicción de que sólo la unidad y el fortalecimiento de nuestras organizaciones nos darán la fuerza para impedir, con éxito, que se siga mancillando la dignidad de la misión de informar con la verdad.
Periodista de La Tercera, Director Sindicato N°3 de Periodistas y Afines, GrupoCopesa Vicepresidente de la Federación de Trabajadores de las Comunicaciones, la Gráfica y Servicios Conexos (Fetracose)
ANALISIS
EL FÚTBOL
Facundo Sava conoce bien de lo que habla: como técnico de O’Higgins, sicólogo social, escritor y hombre de mundo, sus interesantes reflexiones suman la experiencia al conocimiento.
Fotos: Comunicaciones O'Higgins / Daniel Gajarado
Corresponsal
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CON LA CABEZA
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ás allá de los resultados y de las veleidades de un pelotazo en el palo, Facundo Sava (40) es un personaje multifacético, que llegó a O’Higgins enganchado por su amistad con Eduardo Berizzo, con quien fue compañero en el Celta de Vigo, y presionado por las expectativas de los mismos “viudos” del técnico que condujo a los celestes a su primera estrella. Sicólogo social, escritor y hombre de mundo, el ex goleador de Boca Juniors y Fullham inglés, entre una decena de clubes, ya se siente a gusto en el Monasterio Celeste de Requínoa, donde los hinchas lo aprecian y solicitan fotos, mientras los reporteros intentan congraciarse preguntándole por el libro “Los colores del fútbol”, que publicó como arrebato literario para condensar sus experiencias en 15 ensayos sobre el ejercicio de ganar y perder, la formación, el liderazgo en el grupo, el rol del entrenador y el juego después del juego, entre otros. “Debuté a los 19 y cuando me retiré diecisiete años después, me di cuenta de que toda mi carrera había pasado demasiado rápido, pero por fortuna me preparé para seguir viviendo. Porque después del jugador, la vida recién comienza a los 36”, resume “Facu”, quien a los 40 años encabeza un compacto grupo de Sigue
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ANALISIS
trabajo que trasunta mucha amistad y que a menudo él califica como “la banda”, en alusión al PF Montanari, y los ayudantes Aurellio, López y González. En un medio carente de “grandes pensadores”, resulta llamativo su cartón profesional como complemento de los conocimientos de técnico, que acopió en un paso agridulce por San Martín de San Juan (2012) y por Unión de Santa Fe (2013). Tampoco gusta posar de intelectual, con una actitud humilde que acaso responda a sus orígenes en Ituzaingó, aunque sí analiza la actividad desde una perspectiva interesante. “La sicología social me ha ayudado no sólo como entrenador, sino también en mi vida personal. En lo vincular, la relación con la gente y el manejo de grupos. La carrera enseña teorías sobre muchos aspectos en un campo, que después en la práctica se presenta con hartas cosas nuevas. Mucho de lo que he aprendido lo aplico no sólo en el fútbol, sino también con la familia y en el medio en que me desempeño. Mi profesión me ha permitido conocer gente, y me ha dado serenidad para jugar tranquilo, sabiendo que luego del retiro podía seguir viviendo de otra forma. Los jugadores deben estar preparados para lo que viene más adelante”, plantea Sava. RAZÓN Y CORAZÓN Facundo admite que el Toto Berizzo le abrió un tremendo “crédito” con la hinchada de Rancagua, por cuyas calles camina tranquilo y recibe felicitaciones efusivas, como tras el triunfo sobre Colo Colo. “Con Eduardo tenemos ideas futbolísticas afines, pero cada uno posee un sello propio, porque hemos vividos experiencias diferentes y respondemos a formaciones distintas”, precisa. “El fútbol es mi pasión y desde chico me di cuenta de que podía volcar mis energías en ser entrenador. Desde el primer día, a los 20 años, me preparé y supe que esto iba a ser para el resto de mi vida… Se me dio la posibilidad de tener como técnico a un grande: Carlos Timoteo Griguol, quien me enseñó que tenía que anotar los trabajos, las ideas, las cosas buenas y malas de todos los entrenadores, porque parece que me veía potencialidades. A los 21 estudié coordinación y manejo de grupos; luego hice dos años de un posgrado y uno más de sicología del deporte, entonces toda mi carrera fue pensada en esto que estoy encauzando ahora”, reseña el “Colorado” Sava. Mientras O’Higgins atraviesa una transición que el
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hincha valora porque el equipo sigue brindando alegrías en la cancha –suma 10 puntos en 5 fechas-, el técnico asume con honestidad que “somos técnicos jóvenes y estamos en pleno aprendizaje, asimilando y mejorando cosas” y rescata el equilibrio como una virtud intransable. “No festejo demasiado porque trato siempre de ser equilibrado y estar ajeno a cualquier fanatismo. Cuando ganamos nos ponemos contentos y si perdemos seguimos tranquilos. Disfruto intensamente lo que hago, pero nunca hay que irse a los extremos, que es lo más difícil de lograr en esta profesión”, enfatiza. El ex goleador de Boca Juniors se confiesa hincha de Racing, aunque desdeña los extremismos. “A Racing le hice goles porque soy profesional y me siento iden-
O P I N I Ó N Por Rodrigo Ried, Editor deportes radio Bío Bío
Luis Enrique, no la piense más…
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tificado con sus colores, pero no al punto de que me voy a morir si pierde o de querer matar a alguien de Independiente”, recuerda y lo refrenda con una anécdota de antología. “Tengo un amigo muy querido, Eduardo Sacheri (autor de la novela que dio vida a la película “El Secreto de sus ojos”), hincha reconocido de Independiente, que cuando yo estaba en Racing me mandaba a su hijo para conversar. Y me explicaba que lo hacía para que él entendiera que todos los hinchas tenemos el mismo sentimiento, sólo que por distintas camisetas, y que se debe respetar a todos por igual. Me parece un gran ejemplo porque comparto esa idea”. Y en rigor, porque “juega” el fútbol con la cabeza, Sava sabe de lo que habla.
asta la saciedad hemos escuchado al nuevo técnico del Barcelona decir que tiene tres arqueros de jerarquía y que cualquiera podría ser titular en su escuadra ¡Pamplinas! Eso es lo políticamente correcto, pero con claridad tiene un preferido, aunque no sé si sea Bravo. Pues bien, mi intención es darle a Luis Enrique los argumentos necesarios para que no dude en que el capitán de la Roja sea su decisión final. Para ser honestos, creo que la pelea no estará entre tres, si no sólo en dos. Esto, porque Jordi Masip -recién renovado hasta el 2017- puede tener mucho potencial, pero le hace falta "cancha" y además, no pagaron una millonada por él. Concentrados, ya, en Bravo y Ter Stegen esto decanta así: el alemán sólo tiene 4 partidos internacionales por la selección adulta de su país ¿Bravo? ¡83! Es más, está a un cotejo de igualar la marca histórica que hoy ostenta Leonel Sánchez. O sea, tremenda experiencia internacional. Sigamos. El teutón jugaba en una liga exigente sólo desde 2011 (Borussia Monchengladbach, de Alemania), siendo el “Barca” su primera salida internacional ¿Bravo? Debutó hace 11 años en Colo Colo y desde el 2006 defendió el arco de la Real Sociedad, sumando 237 partidos. O sea, conoce bien la Liga de las Estrellas. ¿Más? Ter Stegen no maneja el español. El de Buin lo hace a la perfección y además ordena de gran forma desde atrás. No por nada es el capitán sin discusión de la Roja de Sampaoli. ¿Por último? Ter Stegen tiene nóveles 22 años y Bravo 31. Por más que digan que un arquero puede ser una lumbrera a temprana edad, para custodiar un arco -sobre todo uno tan difícil como el catalán, donde los errores se notan- un guardameta debe curtirse, también, con la ingrata experiencia de recibir goles. Y el ex Colo Colo conoce bien esa etapa. Pero si ni por plata se podría justificar la presencia del germano porque costó lo mismo que el criollo: 12 millones de euros. Oiga, Luis Enrique... No la piense más. Y si aún le quedan dudas, échele una miradita a Wikipedia y compare. No hay por dónde perderse.
LA MALDICIÓN Ll La felicidad vivida en Brasil 2014 se acabó muy pronto para casi todos los integrantes de la Selección. Los casos más tristes son los de Jorge Valdivia y Felipe Gutiérrez. Por Julio Salviat
oraba Jorge Valdivia mientras era sacado de la cancha en camilla. Había luchado el balón con Kaká, y lo había ganado, cuando se llevó la mano a la parte posterior del muslo, quedó un momento cojeando apoyado en su pie izquierdo y cayó finalmente al pasto. Desde el partido con Australia que no actuaba como titular, y ahora -55 días después- lo hacía en uno de los clásicos paulistas. Doce minutos alcanzó a estar en la cancha. Y no se sabe cuánto tiempo más estará afuera, por mucho que en el Palmeiras intenten tranquilizar a la hinchada diciendo que no es una lesión grave y que su caída fue producto de un vahído por un golpe que le fracturó la nariz. Lo concreto es que la situación de Valdivia es un caso más dentro de las desgracias sufridas por casi todos los integrantes de la Selección que participó en el Mundial 2014. Y no es el único dolor para el “Mago”: ya había fracasado su intento de enriquecerse, jugando en los Emiratos Árabes y tuvo que volver a su club brasileño, donde lo quieren cada vez menos.
LESIONES SERIAS Hay muchas miradas interrogativas dirigidas hacia Jorge Sampaoli. Su frialdad ante los dolores causa malestar entre los médicos, preocupación entre los dirigentes y lesiones serias en los jugadores. Todavía se discute si fue positivo someter a Arturo Vidal a exigencias tan altas con una rodilla convaleciente. La dura realidad dice que el volante todavía no puede jugar en su club y que esa lesión ha impedido su traspaso al Manchester United. A Felipe Gutiérrez le ocurrió algo similar. Se lesionó durante el Mundial, y el técnico no le bajó la carga. Resultado: pasará el resto del año sin jugar. Los médicos estiman que tardará cinco meses, a lo menos, para
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DEL MUNDIAL recuperarse y volver en plenitud. Su caso puede trascender porque su club, el Twente holandés, ofició a la Fifa para que sea el fútbol chileno el que pague sus remuneraciones al jugador mientras permanezca fuera del equipo. Con Charles Aránguiz tampoco tuvo compasión. Quedó con la rodilla en la miseria durante el partido con España, e igual lo alineó ante Holanda y Brasil. La consecuencia no fue tan nefasta como en los casos anteriores, pero igual quedó afuera en varios partidos del Inter de Porto Alegre. Menos grave fue lo sucedido a Eugenio Mena, que volvió lesionado al Santos y no ha podido recuperar su nivel. Distinto es el caso de Gary Medel: el martirio ante los brasileños tuvo repercusiones serias. Le costó al Inter de Italia decidirse en su contratación, porque desconfiaban de la recuperación. El “Pitbull” ya se incorporó al club, pero no entrena con la intensidad del resto. DESGRACIAS VARIAS Si se avanza por la alineación mundialista chilena, se puede comprobar que casi todos han tenido algún contratiempo. Claudio Bravo concretó su incorporación al Barcelona de España, pero casi rompe la vitrina en su presentación: cometió un error de principiante y eso significó el gol del rival y la derrota de su equipo. La lesión del otro arquero contratado por los catalanes, el alemán Ter Stegen, le abre la posibilidad de comenzar la Liga como dueño del arco, pero eso tampoco está decretado y seguro. Mauricio Isla cambió de aire y llegó a la Premier League, contratado por el Queens Park Rangers. No podía ser tanta la felicidad: la Juve demoró la entrega del pase y el “Huaso” no pudo debutar en la primera
fecha. Francisco Silva llamó la atención jugando como zaguero central y se dio por descontado que de Brasil pasaría a la liga alemana. Como se sabe aún está en el Osasuna buscando el regreso a la primera división española. Gonzalo Jara, en cambio, sí fue a la Bundesliga, contratado por uno de los modestos, el Mainz 05, que terminó séptimo en el último torneo y participará en la Europa League. Lo primero que hizo el sureño en su nuevo equipo fue perder un penal, lo que significó su eliminación de la Copa de Alemania. Otro que vio frustradas sus expectativas de lucirse en el fútbol germano es Marcelo Díaz. El volante era pretendido por el Schalke 04, Lazio y Fiorentina, pero ahí está: entrando minutitos en el Basilea. Alexis Sánchez todavía no hace goles en el Arsenal inglés, y Eduardo Vargas –recuperado por el Nápolesno fue inscrito para las copas internacionales y suena como posible acompañante del tocopillano en el cuadro londinense o del propio Mauricio Isla en el UPR. Algo damnificados resultaron también Cristopher Toselli, que perdió el puesto en la UC, y Jean Beausejour que se vino a Colo Colo para jugar de lateral. Y también Carlos Carmona, Fabián Orellana y Esteban Paredes, acusados de indisciplina –aún sin pruebas- en la concentración mundialista. Al menos Paredes, pese a su intermitencia, sigue marcando en Colo Colo y ya es goleador de nuestro Apertura. Al final, los indemnes son los que jugaron poco o nada: Mauricio Pinilla se fue al Genoa y debutó con dos goles; Johnny Herrera está de nuevo en el arco de la “U”, así como José Rojas recuperó camiseta y brazalete en su equipo de siempre; Miiko Albornoz debutó en el Hannover alemán, y José Pedro Fuenzalida atravesó la cordillera para integrarse a Boca Juniors.
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LA OTRA MITAD DE LA GLORIA (I PARTE)
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ste torneo ha encontrado en todas sus ediciones la participación de equipos chilenos, con diversos episodios que se recuerdan a continuación:
2002 La primera edición reunió a 21 equipos de nueve países. Sólo Brasil no presentó clubes, debido a descoordinaciones con la organización. Chile se vio representado por Santiago Wanderers y por Cobreloa, que se midieron en octavos. De esa llave, avanzó el elenco caturro, que se midió en cuartos con Atlético Nacional de Medellín, siendo eliminado en serie de penales, en Valparaíso, por el futuro subcampeón. Moisés Villarroel tuvo en sus pies la clasificación, pero falló el décimo lanzamiento de la serie. El ganador fue San Lorenzo de Almagro (Argentina), que se impuso 4-0 en Colombia, y completó la tarea con un 0-0 en Buenos Aires. 2003 En El Ágora anterior publicamos sobre el enfrentamiento entre Provincial Osorno y Universidad Católica. Al consabido escándalo que rodeó el avance de la UC (tras vencer por penales en el Estadio Rubén Marcos), siguió una baja presentación ante Cienciano de Cusco (Perú), que arrolló 4-0 a los cruzados en la ida. El 3-1 de la vuelta solo sirvió para decorar el global ante un elenco peruano, que esca-
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La Copa Sudamericana se ha consolidado durante 12 ediciones como el sueño continental de chicos y grandes. Nacida en 2002, tras la desaparición de la Copa Mercosur, con el claro objetivo de crear una competencia panamericana que ocupe la agenda del segundo semestre. Carlos Pérez H./@puertomontt25
lará hasta la final frente a River Plate (dirigido por Manuel Pellegrini), derrotándolo en el duelo decisivo (1-0 en Perú), para entregar el primer título de clubes a nivel continental para los cuadros del Rímac. 2004 Debido a su gran actuación en el plano local en 2003, Universidad de Concepción ganó la opción de jugar la Sudamericana, enfrentando a Wanderers en primera ronda. Tras vencer en ambos partidos, los octavos de final pusieron a Bolívar como rival del Campanil. El 0-0 de la ida, en Concepción, no fue suficiente ahorro para la revancha, donde los bolivianos sellaron su avance a cuartos de final con un lapidario 4-2. Como consuelo para los chilenos, quedó el gol de Nicolás Peric de arco a arco en La Paz. Boca
rrotas), por lo que Fernández, Suazo, Sánchez, Fierro, Sanhueza y compañía debieron conformarse con mirar la celebración del equipo azteca, liderado en la cancha por el fallecido arquero colombiano Miguel Calero, en el Estadio Nacional de Santiago.
Juniors fue el campeón de ese año, derrotando precisamente al Bolívar en la definición. 2005 Su cuarta edición, sorprendió con Clásico Universitario en la fase previa de la Copa. Universidad Católica eliminó por la regla de gol de visita a Universidad de Chile, lo que le permitió enfrentar al Alianza Atlético de Perú, por el paso a octavos. Tras un fácil avance, la UC jugó con DC United. Un empate 1-1 en Estados Unidos y un agónico 3-2 en San Carlos (tras ir cayendo 0-2) enviaron a los cruzados a medirse con Fluminense en cuartos. Allí, nuevamente la jerarquía del equipo chileno permitió apear a los brasileños. En semifinales, el empate 2-2 con Boca, en Argentina invitó a soñar con el paso a la final. Pero el gol de Rolando Schiavi (al minuto 58) en San Carlos de Apoquindo sería un escollo insalvable. Boca repetirá el título, esta vez ante los Pumas de México. 2006 Colo Colo alcanzó la final de esta edición. Su camino consistió en deshacerse de Huachipato (en penales), Coronel Bolognesi (Perú), Alajuelense (Costa Rica), Gimnasia y Esgrima de La Plata (Argentina) y Toluca (México). En los juegos decisivos, ante el Pachuca mexicano, el elenco popular no pudo revalidar el extraordinario rendimiento desplegado en las fases previas (26 goles en 10 partidos, merced a ocho triunfos y dos de-
2007 En esta edición los elencos chilenos, Colo Colo y Audax Italiano, jugaron frente a representantes bolivianos, a los que despacharon con facilidad (Real Potosí y Jorge Wilstermann, respectivamente). Por el cupo a octavos, colocolinos e itálicos se enfrentaron en una reñida llave, que se resolvió con dos empates en favor del elenco popular por un gol de diferencia. En la llave de los mejores 16, los albos se midieron contra Millonarios de Colombia, y tras dos empates, la definición por penales en Santiago se resolvió con triunfo cafetero tras el remate fallido de Arturo Sanhueza. El campeón sería Arsenal de Argentina, que venció al América de México. 2008 Se consolidó la expansión del torneo, consignándose 34 equipos de 12 países (México y Honduras presentaron clubes). Por primera vez no hubo duelos directos entre equipos de dos países en fases previas. Por Chile, aparecieron Ñublense y Universidad Católica. Los de Chillán, que debutaban en un torneo internacional, derrotaron a Sport Ancash en la ida (1-0), pero en la vuelta los peruanos aseguraron su avance con una goleada (4-0). Mientras, la UC se deshizo de River Plate (Uruguay) y de Olimpia (Paraguay) en las fases previas, por lo que obtuvo el paso a octavos de final. En esa llave, será eliminada por el Internacional de Brasil (futuro campeón), tras igualar 1-1 en Chile y 0-0 en Brasil. En la próxima edición veremos cómo irrumpió Unión Española; el regreso internacional de Unión San Felipe; la consagración azul; la aparición de Deportes Iquique, y un partidazo en San Carlos de Apoquindo.
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La antigua violencia del torneo se redujo luego del control de dopaje y debido a la cantidad de c谩maras de televisi贸n que registran cada detalle en el campo de juego. Por Chomsky
Historias negras de la Copa Libertadores
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a Copa Libertadores es hija del Campeonato de Campeones organizado por Colo Colo en 1948 y que contó con Vasco da Gama (Brasil), River Plate (Argentina), Nacional (Uruguay), Municipal (Perú), Litoral (Bolivia), Emelec (Ecuador) y los albos. El torneo se disputó desde el 11 de febrero hasta el 18 de marzo de 1948, 11 fechas en el Estadio Nacional, y el vencedor fue Vasco da Gama. En 1960 se creó la Copa de Campeones de América, Peñarol ganó las dos primeras ediciones, en 1965 adoptó su nombre actual de Copa Libertadores de América y a partir de 1966 participan los vicecampeones. Las odiosidades de la Copa comenzaron en la segunda final 1963, entre Santos (Brasil) y Peñarol (Uruguay). En Montevideo había ganado Santos 2-1, en Vila Belmiro empataron 3-3, pero después del partido el árbitro chileno Carlos Robles, quien había recibido un botellazo, informó que había suspendido el encuentro por falta de garantías a los 51 minutos, con Peñarol en ventaja de 3-2, y que los restantes 39 minutos dispuso jugarlos en forma amistosa. Luego del triunfo uruguayo hubo una tercera final, en campo neutral y con un juez europeo (Leo Horn, de Holanda), allí Santos goleó 3-0, con dos tantos de Pelé, ausente por lesión en las dos primeras finales. Como en Sudamérica había poca competencia de selecciones, los clubes se jugaban el todo por el todo
en la Copa Libertadores y el torneo se transformó en una guerra. Sin control de dopaje, sin transmisiones de televisión, los locales imponían la ley del más fuerte y organizaban las maneras de bajar al rival, en los aeropuertos, en los hoteles, en los túneles, en las canchas. Desde meterles prostitutas en los pasillos hasta agredirlos con boxeadores disfrazados de pasapelotas, desde sobornar o amenazar con revólveres a los árbitros hasta involucrar a los policías que golpeaban con los bastones o soltaban los perros a los futbolistas visitantes. Sacar un empate en esas condiciones resultaba una hazaña. Relata Néstor Goncálvez, volante de Peñarol: “Enfrentamos a Olimpia en Asunción y el juez echó a dos de ellos faltando poco. El puntero Roldán, expulsado, se quedó al costado del túnel, esperó el pito del final y arrancó hacia el medio para armar bronca. Le salí al cruce y le dije: ¿qué vas a hacer, muchacho? Si el próximo año vos venís a Peñarol. ¿Cómo le vas a pegar a tus nuevos compañeros? Roldán dudó un poco y justo apareció nuestro entrenador al que le pregunté: ¿verdad que éste se viene con nosotros? El técnico se dio cuenta, lo abrazó y le dijo: ‘vamos, que usted ya es de nosotros’. Con eso nos ahorramos flor de pelea”. Luis Ubiña, lateral derecho de Nacional, recuerda otra anécdota en el extranjero: “Salimos del aeropuerto y a las tres cuadras el ómnibus no tenía ni un vidrio sano. Llegamos al hotel y nos estaban espeSigue
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rando. No podíamos bajar. Le dije al Mudo Montero Castillo, vamos a darles… Volteamos a varios, también ligamos, pero nos abrimos paso. En La Plata tuvimos que entrar al estadio a golpes de puño. Nos formaron un cordón humano y ahí nos daban, patadas, salivazos… Y, claro, eso se siente después en la cancha. Con uno o dos jugadores que lo sientan ya alcanza. (Carlos) Bilardo andaba con un alfiler y te metía cada pinchazo… Y los dedos en los ojos si te descuidabas… ¿Cómo vas a reaccionar? Tienes que aguantarte. Si te embocaron, mala suerte, ya va a venir la revancha. (Norberto) Raffo, de Racing, me pegó una caricia atrás del pantalón. Le fui a decir algo y zas, un salivazo en la cara. Me la aguanté. Hasta que cayó y yo fingiendo una caricia lo levanté del cabello. Me quedé con un mechón en la mano…” Goncálvez: “Una vez en Quito, ante una lluvia de piedras y botellas, nos tiramos de cabeza adentro del túnel. Sí, los escalones ni los tocamos. Corrimos hacia la boca del túnel y la cosa era apuntarle”. Alberto Poletti, arquero de Estudiantes de La Plata: “Unos minutos antes de la final de 1969, escuché una nota al juez colombiano y oí que era nuevo, que era su segundo partido por la Copa. Te imaginás que se
me hacía agua la boca, la idea era aprovechar su inexperiencia para volverlo loco. Cuando ganábamos 2-0, me puse a hacer tiempo para asegurar el resultado y tuvo que correr seis veces desde la mitad de la cancha hasta mi área. Yo le preguntaba de dónde se hacía el saque de meta. Al principio, el juez no entendía nada, después me señaló con el dedo. Entonces le dije que no me levantara la mano, que me iba a echar el público encima. Él estaba tan asustado que no se dio cuenta que toda la gente era de La Plata y me dijo: ‘¡Perdóneme, pero por favor saque rápido!” Cuando Estudiantes de La Plata fue a jugar al estadio Centenario y hacía el calentamiento en el pasillo apareció media docena de tipos con narices chatas, cicatrices, orejas magulladas. Los platenses estaban preparados: “Vos sabés que cuatro o cinco minutos de golpes te tensionan como si hubieses jugado dos partidos de fútbol. Antes que intentaran matonear, sacamos unos fierros que teníamos escondidos detrás de las puertas del vestuario y empezamos a repartir. Cuando vieron eso salieron corriendo…” (Poletti). Una de las maldades preferidas de Marcos Conigliario, delantero de Estudiantes de La Plata, “era la de pisarles los pies con los tapones largos a los arqueros.
Estudiantes de La Plata, tricampeón de la Copa Libertadores (1968, 1969 y 1970): Carlos Pachamé, Alberto Poletti, Óscar Malbernat, Ramón Aguirre Suárez, Horacio Madero, Tato Medina; Felipe Ribaudo, Carlos Bilardo, Marcos Conigliaro, Eduardo Flores y Juan Ramón Verón.
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O P I N I Ó N Era fácil, cada vez que había un córner yo me ponía delante y retrocedía para pisarlos”. Dice Agustín Cejas, arquero de Racing, que planificaban todo: “La estrategia de juego y la de guerra. Había que ganar también en la refriega. Teníamos un reparto previo, nos designaban un jugador a cada uno, al que había que ir a buscar en caso de que se produjeran incidentes. Contra Nacional, por mi estatura (1,87 m) me tocó el Cococho Emilio Álvarez, un negro grandote”. La violencia de la Copa Libertadores se redujo en gran parte luego del control de dopaje y por la cantidad de cámaras de televisión que registran cada detalle en el campo de juego. La última versión de la Copa Libertadores la acaba de conseguir San Lorenzo de Almagro, el único equipo de los cinco grandes del fútbol argentino que no había conquistado el trofeo. Los gauchos de Boedo cortaron la racha de cuatro títulos brasileños (Internacional de Porto Alegre, Santos, Corinthians y Atlético Mineiro) y sus hinchas le atribuyen una mano al Papa Francisco, reconocido hincha de los “cuervos”, bautizados así por el color de la sotana del sacerdote Lorenzo Massa, fundador del club.
Pedro Rocha, de Peñarol, anota luego del penal que le había atajado Amadeo Carrizo, de River Plate, durante la Copa Libertadores 1966.
Por Diego José Osorio Periodista y relator argentino, de Radio Bío Bío
Martino, rumbo al “default”
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odo transcurrió en un abrir y cerrar de ojos. En poco menos de un mes, la selección albiceleste logró un subcampeonato del Mundo luego de 24 años de sequía, pero perdió al hombre fuerte de la Asociación Argentina de Fútbol (AFA), y también a su técnico Alejandro Sabella. El estratego habría tomado la decisión antes de la final frente a los alemanes. En su dimisión lo acompañó Carlos Salvador Bilardo (jefe técnico de todos los combinados argentinos). La muerte de Julio Humberto Grondona, por otra parte, dejó un vacío a nivel de cabotaje, pero, lo más importante, a nivel internacional, no sólo representando a la AFA, sino además a toda la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), con el famoso medio cupo para las próximas clasificatorias rumbo a Rusia 2018. El deceso de Don Julio mareó a varios personeros de segundo nombre, los mismos que criticaban la figura del “Padrino” tras reuniones de los consejos directivos, para luego levantar la mano a su favor en todas las votaciones. Ya sin Grondona, y con Sabella y Bilardo lejos del predio de Ezeiza, las neuronas de esos dirigentes no trabajaron demasiado para designar al reemplazante del seleccionador. Pareciera, a la distancia, que su energía estaba más centrada en disputarse el trono de la AFA, que de nominar con responsabilidad al entrenador que comandará los destinos de la selección nacional. De otra manera no se explica que el nombre elegido haya sido el de Gerardo Daniel Martino, el Tata, quien el mismo día de su presentación oficial reconoció el fracaso vivido en Barcelona. No tengo dudas de que el propio gobierno de Cristian Fernández participó en la decisión final. No olvidemos que desde hace años, la AFA y el gobierno son socios en el denominado Fútbol Para Todos (programa gubernamental para la transmisión en vivo de los torneos de Primera División argentinos). En lugar de al menos tentar al mejor técnico argentino del momento, Diego Pablo Simeone, se buscó la salida más fácil con un DT con pocos pergaminos y que arrastra un fracaso monumental en Europa, pero que cuenta con muy buenos manejos en términos políticos y dirigenciales. A Martino, sencillamente, no lo veo como el gran estratego que requiere la Albiceleste. Ni siquiera con el apoyo de un gobierno que hace tiempo entró en “default”. Por cierto: ¿quien le pagará al Tata?
CICLISMO
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aola Muñoz sorprendió con su triunfo del 16 de marzo, cuando obtuvo la presea dorada en ruta de los Juegos Odesur de Santiago, luego de finalizar en primer lugar en 2 horas 1 minuto y 57 segundos los 76 kilómetros de recorrido. La competencia, que se pudo seguir en directo por radio y televisión, emocionó a miles de compatriotas que vieron cómo la deportista chilena venció los pronósticos de las especialistas nacionales y extranjeras. "Para nosotros era como nuestros juegos olímpicos. No era menos que eso. Disputar la medalla de oro frente al Palacio de La Moneda creo que es algo que nos enorgullece a todos los ciclistas", decía feliz la campeona sudamericana, minutos después de conseguir la victoria. Sin embargo, el 18 de abril su sonrisa se borraría por una noticia que la desconcertó en plena prepara-
ción para sus próximos desafíos. La primera muestra del control antidoping había arrojado positivo, lo que ponía en riesgo la medalla, los aportes estatales y su reputación como deportista. El vicepresidente de la Federación de Ciclismo, Pedro Pierola, confirmó la noticia a Bío Bío Deportes, y al mismo tiempo le quitó el piso a los descargos de la ciclista: "Aún no es oficial, porque pidió una contramuestra. Es un quemador de grasa, algo para adelgazar. Lo he conversado con ella, que jura que no ha tomado nunca nada. Pero estas muestras no mienten, no se inventan". Respecto de su rol como jefe de la Comisión Técnica, Pierola fue más enfático frente al presunto doping: "Es inaceptable. Vamos a tratar de hacer controles hasta en las competencias dominicales. Los cabros que no quieran entender eso, simplemente que se retiren". Sigue
El triunfo de
Paola Mu 20
La ciclista nacional Paola Muñoz, quien atrapó una medalla de oro en los últimos Odesur y se ganó los aplausos y la admiración de todo el país, arrojó positivo en un control antidoping y rápidamente sintió el abandono de su federación y de sus compañeras. La lucha por comprobar su inocencia la dio prácticamente sola y, aunque esta vez no pedaleó en su terreno, nuevamente triunfó. Por Matías Alcántara
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CICLISMO
Mientras tanto Paola, que tenía que escuchar y leer todo tipo de declaraciones provenientes de la federación que la representa, seguía su lucha por demostrar que no consumió sustancias prohibidas. Un día después de conocerse la acusación de consumo de octopamina, la deportista ni siquiera conocía sus propiedades: "De manera exógena no ha sido introducida. Ni siquiera la conozco. Todos hablan que es un quemador de grasa. No sé en qué me podría ayudar". Gonzalo Garrido, pareja de Paola y quien también obtuvo presea dorada en los Odesur 2014, respaldó su inocencia: "Estamos hablando desde el balcón de la certeza absoluta". Desde el momento en que el presidente del Comité Olímpico, Neven Ilic, le comunicó personalmente la noticia del resultado positivo de la primera muestra, Paola Muñoz comenzó su cruzada que la llevaría a comprobar su verdad. Se contactó con un abogado, una doctora y una ingeniera en alimentos, quienes la orientaron para su defensa. Con mucha paciencia esperó los casi cuatro meses hasta el resultado de la contramuestra, la que comprobó que la sustancia ingerida no era suficiente para considerarla una falta al reglamento. Arrojó una cantidad de octopamina de 0,92, muy por debajo de los 1,19 del primer análisis. En mayo, la empresa Corthorn Quality había denunciado errores de procedimiento en el examen practicado a la pedalera, sin embargo, igual fue citada a declarar a Venezuela. Este laboratorio chileno trabajó en conjunto con Garrido y Muñoz para llegar a los resultados finales. Finalmente, el 31 de julio, la ODEPA (Organización Deportiva Panamericana) confirmó que la cantidad de octopamina encontrada estaba en los alimentos de consumo común, como chocolates, mermeladas, limones, entre otros, lo que demostró la inocencia de Paola Muñoz. Llegar a comprobar su verdad no fue gratis para Paola. No solo sufrió con el desgaste sicológico que todo el caso le provocó, sino que también debió desembolsar de su bolsillo más de 5 millones de pesos. "Acá tengo una factura de 1 millón novecientos mil pesos, que corresponden a los pasajes y la estadía en
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Colombia de la perito que nos ayudó en el caso". Se trata de una profesional del laboratorio Corthorn Quality, única empresa en el país que quiso apoyar la investigación, porque según la ciclista, "el resto tiene intereses creados". Paola cursa tercer año de Ingeniería en Administración, con mención en finanzas, en la Universidad Andrés Bello, y justamente después de una de sus cátedras conversó con El Ágora para entregar su visión. Comenzó agradeciendo el respaldo brindado por su casa de estudios: "Me sentí apoyada en un 100% desde el primer día
de la notificación. Desde el primer momento creyeron en mí, de hecho en junio me revalidaron la beca". Se refiere al beneficio Prodar, que le financia el total de la carrera. También agradeció el apoyo brindado por el presidente del COCh, Neven Ilic, quien ayudó con gestiones personales, pero, aclaró, "no hubo ayuda económica". Sin embargo, ese mismo apoyo no lo recibió desde la Federación de Ciclismo. Especialmente recuerda el enjuiciamiento público que realizó el vicepresidente del organismo, Pedro Pierola. "Es una persona ignorante que necesita pantalla. Yo hago historia por mis logros, no por lo que hablo. Sus palabras están grabadas", sostuvo la deportista, que confirmó que estudia junto a su abogada acciones legales contra el dirigente y también contra el diario El Mercurio, por una nota titulada “Otra vergüenza sudamericana”, la que fue realizada "sin ningún tipo de investigación y rigurosidad", según Muñoz. Sus compañeras de equipo tampoco solidarizaron con su caso, salvo Carla Vallejos, quien sí la llamó. "Son niñas, tienen 20 años. Creo que más bien es algo del género, pero igual ahora será distinto", manifestó Paola en alusión a la convivencia que tendrán en los
entrenamientos y futuras competencias en equipo, aunque entiende que en la pista son profesionales. Otra decisión que genera muchas dudas en la ciclista es la elección del laboratorio para el análisis antidopaje, decisión que recae en el país organizador. Recordemos que para los anteriores ODESUR, realizados en Medellín, las muestras fueron estudiadas en Montreal. "Mis competidoras principales son colombianas. No entiendo por qué se eligió el laboratorio de Bogotá". Consultada si tendrá algún tipo de desconfianza de las comidas en competencias extranjeras, respondió tajante "más desconfío del laboratorio de Colombia". Cuando obtuvo su medalla, reconoce que todo el mundo la llamaba: políticos, el Gobierno, hasta de la Municipalidad de Ñuñoa, donde reside, para realizarle ofrecimientos, pero desde su presunto doping los teléfonos dejaron de sonar. Ahora que se comprobó su inocencia, espera que el apoyo se reactive. Paola cuenta que los que siempre estuvieron con ella fueron sus auspiciadores, como Sparta Deportes y Trek, que la próxima semana le entregará su nueva bicicleta modelo 2015 avaluada en más de 10 millones de pesos. Adicionalmente espera que se ratifique cuanto antes la oficialización de la UCI que le permita disputar las próximas competencias, como la de México, en septiembre; el femenino de San Luis de Argentina, en enero; los Panamericanos 2015, y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Además, con el pronunciamiento de la UCI podrá recuperar el incentivo ADO +, cuyo cheque correspondiente al último trimestre se encuentra retenido hasta que se compruebe su inocencia. La ciclista agradeció el apoyo brindado por la gente en general, que no la enjuició pese a la acusación, aunque sí recuerda algunas palabras que recibió su hija de 8 años: "Javiera es una niña que participa de nuestras conversaciones, entiende lo que pasa. Sólo recibió un par de comentarios de compañeros que seguramente escucharon algo de sus padres, que sabían que soy apoderada del colegio. Pero no fue más que eso". Finalmente, Paola Muñoz reflexionó respecto al esfuerzo de tanto tiempo para lograr su triunfo en los Odesur, lo que se contrasta con la acusación de dopaje: "Es absurdo. ¿Para qué? He sido catorce años deportista de alto rendimiento. Estuve dos años sacándome la mugre para ganar en mi país".
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CRONICA
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mediados de la década del 60 el cantante italiano Nico Fidenco impuso un tema titulado “En casa de Irene”. La letra rezaba que “en casa de Irene se canta, se ríe, hay gente que viene, hay gente que va… en casa de Irene todo es alegría, todo es amistad…” De inmediato se alzaron voces moralistas que intentaron prohibir la difusión del disco, con el argumento de que se refería a una “casa de tolerancia”. Demás está decir que el escándalo resultó la mejor publicidad y la canción censurada batió récords de popularidad. A partir de entonces, 1965, “casa de Irene” pasó a ser sinónimo de escenario de mujeres perdidas, aquellas que, paradojalmente, son las más fáciles de encontrar… El recuerdo de Fidenco, cuyo verdadero nombre es Domenico Colarossi, salta a la memoria para describir el lugar en donde la noche del jueves se disputó un tí-
El 22 de abril de 1993 se disputó el cinturón nacional de los pesos minimoscas entre Allí Gálvez y Luis Briones… en un prostíbulo de Curicó. Rescatamos la crónica de esa noche. Por Luis Urrutia O’Nell
Boxeo en “casa de Irene…”
Allí Gálvez (a la izquier del Down Center Boxin
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tulo nacional de boxeo. “El Bajo” es un popular centro nocturno de Curicó, situado en avenida Membrillar 0393, de propiedad de doña María Aliaga y Pedro Pérez. Bautizado con el eufemismo de Down Center Boxing, ahí combatieron Allí Gálvez y Luis Briones por el cinturón de los minimoscas. Llegar a Curicó y preguntar por “El Bajo” provocó no pocas sonrisas: “Ah, van a portarse mal…” El recinto es una construcción nueva, con una veintena de cómodas habitaciones en su interior. En el centro del salón se instaló el cuadrilátero. Las dimensiones de éste (seis metros 10 centímetros por lado) casi coparon el espacio, de modo que el espectador más lejano quedaba a unos tres metros del ring. Al fondo, la barra del bar, con grandes espejos a su espalda. Seis columnas sostienen el segundo piso, cuyos ocupantes tienen una visión inmejorable del espectáculo. Trescientas personas, que pagaron cinco mil pesos por la entrada que daba derecho a un trago a elección, atiborraron la sala. “Lo bueno, lo dicen; lo malo, lo borran”, se disculpa al saludar Pérez, el anfitrión. En una de las piezas de las asiladas (cama de dos plazas, baño privado) está Allí Gálvez, campeón sudamericano y de la Universal Boxing Association (UBA): “Claro que mi señora sabe donde voy a pelear… No tiene por qué no saberlo, no soy como otros macabeos… Antes combatí en el Maxim (avenida Matta) que es parecido, me siento bien, casi como en mi casa. Creo que va a ser una pelea caliente-caliente”, sonríe. Su rival, Luis Briones, monarca nacional, se halla en un cuarto cercano: “Mi señora me dio permiso; sabe que su marido es tranquilo”, explica. Juan Peralta, segundo de Gálvez, escarba en su bolso y se lamenta: “Dejé la vaselina en Santiago”. La
rda) venció al campeón Luis Briones en el peculiar escenario ng de Curicó.
Naib, experta en danzas De escote y minifalda, árabes, una de las anun- Claudia. En el letrero está ciadoras en la inolvidable escrito “raund”. noche de boxeo.
Carmen Lucía, brasileña, de curvas contundentes.
dueña de la alcoba ofrece: “¡Yo tengo!”. Abre el cajón del velador y le pasa un frasco pequeño. Con los preliminares, empieza el sufrimiento de las bellas residentes. Dicen: “No me gusta… el boxeo es muy cruel… nunca lo había visto… estoy súper nerviosa…” Durante un intervalo, un parroquiano reclama: “Bueno, ¿y el copete?”. Poco después, el locutor, poseedor de una buena voz, avisa: “Por decisión de la autoridad, se comunica a la distinguida clientela y concurrencia que las bebidas se entregarán una vez finalizada la velada”. El peleón entre el crédito local, Carlos Godoy, y Pablo Rivera, de Concepción, en el peso liviano, entusiasma al público. “¡Levántalo p’arriba!”, aconsejan a Godoy. Una atenta señorita se extraña: “Algunos gritan ‘¡sígalo!’, otros, ‘¡distancia!’ Serán mensos…” Las niñas no se pierden detalles del combate. La mayoría viste blusas negras transparentes y minifaldas, a excepción de Mónica, de hermosa dentadura. La pelea estelar es anunciada con un reflector, hay ampolletas rojas en las paredes, por los parlantes Jon Secada canta Otro día más sin verte… El primero en subir al ring, 23.40 horas, es Martillito Briones (48 kilos). Dos minutos después lo imita el Maquillador Gálvez (48 kilos 986 gramos). Como la lucha es monótona, alguien arranca carcajadas: “¿Qué se sirve, señor árbitro?”. Detrás de la barra, una mujer comenta: “Pensé que era como en las películas de Rocky…” El espectáculo concluye con la victoria por puntos de Gálvez en fallo dividido. En unos minutos desarman el cuadrilátero, ese espacio es para la pista de baile, las damas circulan entre mesas y sillas… El periodismo es un apostolado, con el reportero gráfico Carlos Ibarra renunciamos a la tentación de quedarnos y retornamos a despachar a Santiago…
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Por Francisco Coloane Sociólogo y comentarista internacional
Con el equipo de Omar Borrás
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a vida me ha dado oportunidades en extrañas e irrepetibles casualidades, para conectarme mejor con ese emocionante y misterioso juego y deporte como es el fútbol. Cuando lo inventaron los ingleses, seguramente no anticiparon sus efectos globales un siglo más tarde, en negocios, euforia colectiva e impacto social y político. Una de esas ocasiones sucedió en febrero de 1982, en Calcuta, la antigua capital del Virreinato Británico en India, estado de Bengala Occidental, donde me encontraba de visita por razones de trabajo. Se jugaba la Copa Nehru, un torneo por invitación, en el cual participaban seis selecciones nacionales con jugadores provenientes de la categoría Sub -23, así como integrantes del equipo nacional “B”. India, país anfitrión, competía contra Italia, Yugoslavia, Corea del Sur, China y Uruguay, dirigido por Omar Borrás. Todo comienzó en el hotel Carlton, si mal no recuerdo, donde alojaba el representativo de la Asociación Uruguaya de Fútbol, a la hora del desayuno. Me acerqué a un miembro de la delegación y me presenté como chileno. Nos sentamos a conversar y, dado mi manejo con el idioma inglés, les ayudé a resolver un tema con el hotel. De pronto apareció Borrás. Me preguntó si podía hacer de intérprete permanente de los uruguayos. Le dije que sólo estaba de paso por Calcuta, pero que sería un honor hacerlo. Mi trabajo estaba por concluir, así que no tuve problemas en conseguir la respectiva autorización de mi agencia para quedarme un par de días más en la ciudad. Además, el jefe era un inglés, fanático del fútbol. Borrás me invitó a ver los partidos desde el banco, como su intérprete, y a sentarme con los miembros de la delegación en las comidas del hotel. Por primera y única vez pude ver cómo funciona un director técnico en el campo de juego durante una competencia. La Nehru no es la Copa América, aunque los uruguayos tomaron muy en serio el torneo, dejando hasta los huesos en el campo. En ese equipo destacaban Aguilera, Acevedo, Francescoli, Ramos, Saralegui, Barrios, Polilla Da Silva, el arquero Rodríguez, Montelongo,
González y Agresta. Me deleité viéndolos jugar y entrenar. Francescoli ya se veía el crack que llegó a ser, pero su posición en ataque era un enigma. Borrás lo ponía como enganche y ese era el debate ¿Francescoli es delantero en punta, por el medio, por el costado? ¿Viniendo de atrás? Después se fue consolidando como un talentoso armador y goleador, admirado por Zinedine Zidane, ganador de seis títulos de competencias nacionales y otros seis en campeonatos internacionales. No tuvo la misma suerte en los dos mundiales que disputó. El mérito de Borrás fue haber sido su adiestrador en la selección juvenil, confirmándolo en la adulta a temprana edad. El equipo charrúa salió campeón invicto, frente a selecciones con oficio y muy fuertes en el aspecto físico. Yugoslavia siempre fue potencia e Italia, lo mismo. A los coreanos hay que aguantarlos, porque pegan. Chinos e indios eran los equipos más débiles en el papel, aunque como es sabido, los partidos hay que jugarlos. Ese equipo charrúa contaba con jugadores que venían de ganar el sudamericano juvenil de 1981, y once de ellos formaron el plantel campeón de la Copa América de 1983, dirigido por el propio Borrás, venciendo a un más que respetable Brasil, con Junior, Renato, Renato Gaúcho, Eder, Leandro y Roberto Dinamita. Fue una generación de jugadores de gran capacidad, que formó parte del plantel que clasificó y disputó el Mundial de 1986, con la desastrosa actuación frente a Dinamarca (16). Su prestigio no pudo regenerarse a partir de esa derrota, a pesar de haber hecho sufrir hasta el último minuto en octavos de final, al futuro campeón: la Argentina de Maradona. El equipo de Borrás hizo ver muy mal al equipo de Bilardo, si bien hoy casi nadie se acuerda del hecho. Es difícil aquilatar si algunos estrategos, además de sus logros objetivos, dejan una escuela, una idea de fútbol. En una entrevista con Fernando Niembro, de quizás de ocho años atrás, Marcelo Bielsa decía que
Pensando el fútbol (IIl p arte)
Argentina no produce tantos jugadores de calidad como Brasil. Argumentaba que mientras los brasileños podían tener a 15 delanteros de muy buen nivel, repartidos por el mundo, Argentina con suerte tenía tres o cuatro. Lo que destacaba Bielsa en el jugador argentino era su rebeldía, su personalidad, su pasión por ganar, que en el fondo define un estilo. Y quizás esos rasgos de ser humano, antes que la condición estrictamente técnica, sean la esencia de la escuela del Río de la Plata, de la que forma parte el señero futbol uruguayo, y que Borrás representó a través de la forma en que hacía jugar a sus equipos. Para algunos, como Ángel Fernández (El País, 17 de junio de 1986), Borrás era un “chanta”; sin embargo, hay pensamientos interesantes del entrenador que no se pueden desdeñar: “veo primero al hombre y después al jugador”, o “una cosa es lo que los jugadores dicen a los diarios, respecto a querer jugar por la Selección, y otra es lo que internamente piensan”. Ya había detectado el cruce del negocio, con la lealtad a la camiseta. Fue el primer técnico en poner la mirada en un joven Washington Tabárez, a comienzos de los años ochenta. Para el periodista Atilio Garrido, “era un hombre con una particular inteligencia, se fijó en la faz humana de aquel muchacho diferente (que era Tabárez) ¡Y no se olvidó!” Antes, como back derecho, Tabárez se caracterizó por su eficacia formando parte de la historia del Wanderers dirigido por Borrás, cuando en enero de 1975 le ganó a Nacional, convirtiéndose en el primer club, aparte de Nacional y de Peñarol, en jugar la Copa Libertadores. En 1983, imposibilitado de armar un equipo para ir a competir a los Juegos Panamericanos, solicitó a la AUF que encomendara a Óscar Tabárez la misión de armar un equipo contra el tiempo. Fueron campeones y hoy muy pocos recuerdan de ese título y ese vínculo entre ambos estrategos. A partir del privilegio que tuve al compartir los tres últimos partidos de la Copa Nehru, como parte de ese grupo, le he tenido más afecto al fútbol celeste y a los propios uruguayos…
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