N潞 13 Agosto 2014
Gustavo Canales prosigue la tradici贸n
GOLEADORES DE SANGRE AZUL 驴Que le pas贸 a Lio Messi?
Colo Colo y Wanderers se mantienen al acecho
Cobreloa y la UC unidos por el drama
DIRECTOR Marco Sotomayor Periodista de la Universidad de Chile, con maestría en Comunicaciones Audiovisuales en el Instituto de Radio y Televisión Española. Trabaja en radio, televisión y prensa escrita EDITOR GENERAL Luis Urrutia O´Nell (Chomsky) Periodista, académico y escritor de nueve libros sobre el fútbol chileno DIRECTOR GRÁFICO Jorge Flores Diseñador Gráfico, socio fundador VeoMarket EDITOR FOTOGRAFÍA Y WEB Claudio Quijada Diseñador gráfico y fotógrafo, colabora en distintos medios digitales REDACTORES Francisco Coloane Sociólogo y comentarista internacional Julio Salviat Periodista, escritor y académico de la UNAB Matías Alcántara Periodista, de deportes y comunicaciones corporativas Daniel Pérez Periodista Carlos Pérez Historiador TAMBIÉN ESCRIBEN Rodrigo Ried Editor deportes radio Bío Bío Scarleth Cárdenas Periodista de TVN y radio Bío Bío Eduardo Bruna Premio Nacional de Periodismo Deportivo 2000 René Naranjo Periodista y Editor de Contenidos Diego José Osorio Periodista y relator argentino, de Radio Bío Bío Jorge Castillo Periodista e investigador musical Ramón Reyes Periodista de La Tercera, Director Sindical, Vicepresidente Fetracose REDES SOCIALES Paula Salas Periodista de la Universidad de Santiago de Chile. Experta en redes sociales SOPORTE Álvaro Sotomayor Licenciado en Ciencia de la Computación, Universidad de Santiago de Chile
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El lumpen y un memorial destruido
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o es fácil adentrarse en las motivaciones y en los recovecos de la conducta lumpesca de las barras bravas. Lo más simple es dejarse seducir por un discurso que apunta a la represión y a los consecuentes castigos severos para los responsables de hechos que, como los del domingo durante el partido Barnechea-Colo Colo, causan desconcierto y rechazos generalizados. Destruir el Memorial de los Detenidos Desaparecidos del Estadio Nacional no tiene, por supuesto, justificación alguna. Se trata de un espacio que genera respeto por sí solo. Un santuario. Un recuerdo tangible del período, quizás, más sórdido y oscuro de nuestra historia, y que nos hace reflexionar acerca de los extremos a los cuales puede llegar el poder. Tiene el carácter, por tanto, de patrimonio de todos los chilenos, no sólo de las víctimas de la represión. El Memorial fue saqueado y en parte destruido por el lumpen que integra la Garra Blanca. Hace pocas horas, la barra de Colo Colo sacó un comunicado ofreciendo disculpas a las familias de los detenidos desaparecidos, a los que “respetan”, según se lee en la declaración. Unas palabras sin ningún peso en la práctica, que generan cero credibilidad y que sólo parecen más bien una provocación a la fe y a la inteligencia públicas. Por eso nos conectamos tan rápido con la petición de castigo a los culpables, y exigimos celeridad en la detención de estos delincuentes, y penas ejemplificadoras. De partida, que nunca más vuelvan a ingresar a un recinto deportivo. La aplicación de justicia es un buen punto de partida para erradicar a estos grupos, pero no el único. Quienes estamos insertos en de la actividad (en nuestro caso, como periodistas) sabemos que la desarticulación de las barras bravas está en otras esferas. Coloco un ejemplo: hace un par de años, un perso-
nero holandés, experto en seguridad pública, hizo un diagnóstico sobre la violencia que envuelve al fútbol argentino. Y fue lapidario: resulta casi imposible sacarla de los estadios transandinos, porque los líderes barristas tienen fuertes nexos con las respectivas autoridades políticas, deportivas, judiciales y policiales, las que los utilizan para diferentes fines, desde grupos de choque en las campañas electorales, hasta otras actividades más siniestras… Si bien acá el escenario no ha llegado a esos niveles, sí sabemos que el lumpen que se mueve por las canchas chilenas tiene vínculos con las esferas políticas. Al menos sus líderes. Ni hablar de la influencia que ejercen en algunos clubes, como en Colo Colo y en Universidad de Chile, donde nadie públicamente quiere enemistarse con ellos. Desconozco la relación que mantienen con Carabineros o con la Policía de Investigaciones, pero no es difícil inferir que debe existir algún eslabón por ahí, pues todavía les resulta imposible a policías altamente profesionalizadas desarticular grupos marginales como éstos. Sabemos que el lumpen del que hablamos es producto de nuestra sociedad. Allí nació y en ella se desarrolla, lo cual nos lleva a otros niveles de reflexión y de cuestionamiento más profundos y que requieren salidas de fondo, en el largo plazo. El problema es que la violencia la padecemos periódicamente, semana tras semana, con hechos tanto o más trascendentes que la destrucción de un Memorial: la muerte de barristas, el asalto a transeúntes, la amenaza sutil y constante, de carácter casi fascistoide, que rodea a los estadios cada vez que hay un partido de fútbol, donde impera la ley del amedrentamiento y del garrote. Aflora lo peor de lo nuestro, en medio de un preocupante clima de impunidad. Acá, no hay voluntad de las autoridades para terminar con esto, claramente. Mientras, el lumpen sigue haciendo de las suyas…
ANALISIS
En una fecha marcada por la lluvia y los pocos goles, Universidad de Chile mostró nuevamente su contundencia y se mantuvo en lo más alto de la tabla, mientras que Colo Colo no aflojó en su afán por alcanzar el primer lugar. Santiago Wanderers no aprovechó la oportunidad de conseguir momentáneamente la punta y la Universidad Católica no detuvo su caída libre. Por Matías Alcántara
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La disparidad de Los grandes
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a sexta fecha del Clausura ratificó que el equipo de Martín Lasarte es el principal candidato para quedarse con el título, por contundencia, por nivel de juego, porque sabe manejar los distintos momentos de los partidos y porque cuenta con el mejor plantel del fútbol chileno. El encuentro del sábado parecía una buena prueba, porque Huachipato prometía ser un rival complicado, con un entrenador osado que sabe plantear bien los cotejos. Sin embargo, los locales dominaron gran parte del juego y fueron justos ganadores. Incluso el descuento acerero de Lucas Simón, a cinco minutos del final, fue demasiado premio para los dirigidos por Mario Salas. El poco tiempo restante fue bien administrado por los universitarios, que tuvieron nuevamente en Gustavo Canales al mejor jugador del equipo, y cuyas actuaciones piden a gritos un nuevo
llamado de Jorge Luis Sampaoli (aunque éste no lo consideró para los próximos amistosos). El ex jugador de Unión Española generó el gol de Sebastián Ubilla, con una jugada extraordinaria, y convirtió el segundo, con un puntazo demoledor. En el mismo Estadio Nacional, pero al día siguiente, Colo Colo tenía una visita en el papel muy sencilla, porque debía enfrentar al novato equipo de Barnechea, que sólo había podido celebrar un triunfo, ante el también ascendido San Marcos de Arica. Sin embargo, pese a lo expresivo del 3-0 en favor del cuadro de Héctor Tapia, el conjunto precordillerano intentó plantear un partido de igual a igual hasta que un error de árbitro facilitó la labor de los actuales campeones: Esteban Paredes anotó en clara posición de adelanto. En el segundo tiempo, luego de un par de llegadas del equipo de Francisco Bazán, Paredes le dio tranquilidad Sigue
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ANALISIS
a su equipo. Un golazo que aseguraba a Colo Colo quedar a 3 puntos de la U, pero esta vez compartiendo la segunda ubicación con Santiago Wanderers. El tercer gol lo anotó Juan Delgado, que cada día se consolida más como titular. Jean Beausejour, ubicado como alero, justificó mucho más la inversión que cuando jugó como marcador de punta, porque su peso específico suele estar en campo enemigo. Antes del partido, nuevamente delincuentes disfrazados de hinchas, hicieron de las suyas. Se enfrentaron con efectivos de Carabineros lanzándoles trozos de butacas, lavamanos y cualquier elemento que pudiera servir de proyectil. Hasta un quiosco fue empujado por la escalera, el que pudo provocar serios daños físicos a los mismos desalmados que se encontraban en la línea de fuego. Las imágenes están, ahora “sólo falta” que la autoridad investigue y sancione. en caída libre Universidad Católica parece no poder despertar de la pesadilla, pese a que su entrenador golpeó la mesa e hizo nueve modificaciones en relación con el equipo que perdió ante River Plate de Uruguay, por la Copa Sudamericana. Contra Palestino, la UC sufrió su cuarta derrota en seis partidos del torneo, y de los últimos cinco cotejos, considerando todas las competencias, solo logró rescatar un empate, ante Iberia, en San Carlos de Apoquindo. La apertura de la cuenta de Erick Pulgar no ayudó para tranquilizar al equipo, porque cuando Palestino se lo propuso, especialmente después del ingreso de Renato Ramos, mereció la igualdad incluso antes del gol de Paulo Díaz, que fue una verdadera bofetada para los cruzados, quienes no pudieron evitar el gol del “Tiburón” ni mucho menos la derrota. En la edición Nº 10 de El Ágora escribí: “Falcioni es un técnico avezado y no tolerará ningún tipo de presión que le dé espacio a Toselli, pensando en una venta, por lo que tendrá plena autonomía para definir al titular”. Sin embargo, tres semanas después el entrenador cedió y sacó un jugador que había respondido incluso en los malos momentos: Franco Costanzo. Hay confusión total en la institución de la franja, tanto en la directiva como en el cuerpo técnico. En los próximos días podría haber novedades en la banca cruzada, al menos así se ha deslizado desde Cruzados S.A.
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Católica se despidió del título en la sexta fecha y solo se aferra a un milagro para seguir en Copa Chile, y a ganar por primera vez en su historia en Uruguay para clasificar en la Copa Sudamericana. Cobreloa es otro equipo que pasa por un momento delicado. Luego del despido de Marcelo Tobianni, que trajo consigo la renuncia del presidente de los loínos, Mario Herrera, se había anunciado el interinato de César Bravo. Sin embargo, el plantel exigió que asumiera el hijo del campeón del mundo en México `86, Pablo Trobianni, quien aceptó la condición de rescatar al menos 7 puntos de 9 para seguir hasta diciembre. Es decir, luego del empate ante La Calera, deberá superar a Cobresal y a Audax Italiano para seguir al mando de Cobreloa. resto de la fecha Santiago Wanderers tuvo una gran oportunidad de finalizar la jornada del viernes como exclusivo líder del torneo, pero no fue capaz de sostener la ventaja en dos oportunidades ante Audax Italiano, pese a que es el libreto que mejor le acomoda a los equipos de Astorga. Cuando Marco Medel desniveló para los locales, a 15’ del final, parecía que el oficio del estratego porteño, bastaría para asegurar la victoria, como lo hizo, por ejemplo, en Calama y en San Carlos; sin embargo, en menos de dos minutos, el cuadro de Jorge Pellicer consiguió la igualdad ante una mala salida del sobredimensionado Gabriel Castellón, quien puede llegar a ser un
O P I N I Ó N Por Rodrigo Ried, Editor deportes radio Bío Bío
Carta abierta a Gary Medel
(con la misión de destronar a Iván)
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gran arquero, pero que aún le falta. Y mucho. Lo más emocionante del partido entre la Unión Española y la Universidad de Concepción fue el fuerte temblor que afectó la zona central del país, pero el movimiento telúrico no fue capaz de remecer a los equipos que ofrecieron un aburrido 0-0. La duda que flotó en el ambiente fue quién ahuyentó al público del Santa Laura: si el sismo o la propuesta futbolística de José Luis Sierra y sus dirigidos… Ese mismo resultado, sin movimiento de tierra, eso sí, se dio entre Cobresal y San Marcos. O’Higgins no supo aprovechar ante Ñublense, la ventaja númerica tras la expulsion de Sebastián Montesinos, cuando se iniciaba el segundo tiempo. Los pupilos de Ivo Basay se aferraron al empate, mientras que los de Facundo Sava no pudieron trepar hasta el segundo lugar de la tabla. Deportes Antofagasta consiguió su primera victoria, facilitada por la temprana expulsión del arquero Brayan Cortés. Y aunque su reemplazante, Alejandro Becerra, pudo atajar un penal en su primera intervención al goleador Horacio Elizondo, el tanto de Ronald González fue un verdadero alivio para Jaime Vera y sus muchachos, quienes recién en la fecha 6 supieron lo que era ganar. Deportes Iquique, en tanto, va cuesta abajo en la rodada y sólo podría salvar el semestre si avanza en la Sudamericana. Aunque ahí tampoco se le ven grandes posibilidades, en caso de eliminar a los bolivianos del Universitario de Sucre, Bolivia.
stimado Gary: me he tomado la libertad de escribir esta carta, por tu reciente llegada al Inter de Milán, uno de los cuadros más grandes de Italia y donde tendrás la posibilidad de consagrarte mundialmente, como el excelente futbolista que eres. Junto con resaltar este gran paso, no me queda más que augurar una tremenda estadía con los lombardos. Y tengo mis razones. Primero que todo, porque naciste con la estrellita de los grandes, la misma de Don Elías, Marcelo Salas o Iván Zamorano. Además, porque sostengo que tu fútbol no se achica ante nada ni nadie. Ya lo demostraste desde tus albores deportivos en la UC, echándote al bolsillo luego a la gente de Boca Juniors, dejando tu sello en el Sevilla y sobresaliendo hasta el último en el Cardiff, hasta el gran Mundial de Brasil que tuviste (para mí, fuiste el mejor de la Roja). Sin embargo, ahora tu misión es otra: superar al gran Iván, ídolo en el Inter. Te cuento que Bam Bam jugó 143 partidos con esa camiseta, anotando 37 goles, uno de ellos fue el que le dio la Copa UEFA de 1998. Eso sí, tú tienes una ventaja sobre él: llegaste al Inter más joven que Zamorano (tus 27 contra sus 29). Además, no necesitas mucho tiempo para adaptarte a un nuevo club. De verdad te lo digo, Gary, tienes absolutamente todo para triunfar en los neazurros: fútbol, coraje, valentía, pachorra, juventud y ganas. Es más, te confieso me encantaría que en un par de años dejaras de ser el Pitbull y estuvieras convertido en un verdadero sabueso italiano. Creo no equivocarme que será así. Los piscis fallamos poco con la intuición.
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e hunde la UC, y con ella Julio César Falcioni, director técnico cuyas horas parecen estar contadas. Frente a Palestino, en el cierre de la sexta fecha, los cruzados sumaron su cuarta derrota consecutiva y, a pesar de que en el Torneo de Apertura restan aún 11 fechas, han quedado tempranamente fuera de carrera. El panorama no puede ser más negro: en la Copa Chile están prácticamente eliminados y con medio pie fuera de la Copa Sudamericana, tras perder a mitad de semana por la cuenta mínima frente a River Plate de Uruguay, en San Carlos de Apoquindo. ¿Cuánto más podrá mantenerse el técnico argentino en una banca que a estas alturas quema? Porque la paciencia de la hinchada cruzada se acabó hace rato, al paso que el férreo apoyo inicial de la dirigencia se desmorona de manera acelerada. Tras el pitazo de Julio Bascuñán, que sancionaba la victoria tricolor por 2-1, Falcioni partió raudo hacia los vestuarios agredido por un concierto de insultos, al paso que en la tribuna el mandamás católico, Luis Larraín, lo pasaba mucho
MIENTRAS CATÓLICA FALCIONI CAMINA POR
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peor: expuesto a la ira de los hinchas, fue sacado del palco protegido por al menos ocho funcionarios de seguridad. Para conducirlo hasta el camarín de su derrotado equipo sus custodios desecharon criteriosamente el camino largo que por los pasillos lo mezclaría inevitablemente con el público y optaron por llevarlo a través de la cancha. Ya ingresado al camarín, no hay que ser muy suspicaz para imaginar que el ambiente adentro se cortaba con cuchillo. Ya en zona mixta, Falcioni dejó en claro que no piensa rendirse. Aclaró que tiene contrato hasta mediados del año próximo, que lo respetará a ultranza y que no está en sus planes renunciar. La pregunta es: ¿pensará lo mismo la dirigencia? Porque las dudas crecen, y ya después de la derrota por la Copa Sudamericana Larraín, el mismo presidente que antes había respaldado a Falcioni, dijo con toda claridad que “tanto el técnico como el gerente técnico (José María Buljubasich) están en evaluación”. La derrota frente a Palestino no hizo más que agudizar la crisis que vive el cuadro de San Carlos. Con Sigue
Perdiendo frente a Palestino, la UC sumó su cuarta derrota consecutiva. Con seis puntos, a 10 de la U, poco tiene ya que hacer en el Torneo de Apertura. Lejos en la Copa Chile, además está con un pie fuera de la Copa Sudamericana. Resultado: la hinchada perdió hace rato la paciencia y el presidente Luis Larraín tuvo que ser llevado al vestuario a través de la cancha para escaparle a la ira de la gente. El técnico, exitoso al mando de Boca y Banfield, parece estar reviviendo los pésimos momentos que pasó en cuadros como All Boys y Gimnasia y Esgrima de la Plata. Por Eduardo Bruna
SE HUNDE, R LA CORNISA...
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una formación plagada de cambios respecto de lo que venía mostrando, Falcioni dejó en claro que privilegiaba la Copa Sudamericana pensando en darlo vuelta frente a River Plate de Montevideo y creyendo, de paso, que los que entraban iban a ser capaces de enmendar el rumbo de un cuadro que, en cualquier instancia, juega poco y casi nada. Y pareció que el cálculo del técnico argentino estaba acertado luego que, tempranamente, Pulgar abriera la cuenta con un gol de gran factura. Estaba todo dado, entonces, para que la ventaja en el marcador calmara la ansiedad y los nervios y Universidad Católica se encaminara a una victoria que en algo paliara su mala campaña. Pero pasó lo mismo que le ha venido ocurriendo reiteradamente durante este semestre negro. Palestino, con buena marca, un gran despliegue físico y jugadores de escaso nombre pero tremendamente interesantes, le emparejó el trámite y fue redondeando un partido de tú a tú donde, al cabo, podía ganar cualquiera. Tal vez la jugada clave para explicar lo que final-
mente ocurriría se produjo en el minuto 65. Darío Bottinelli, absolutamente destapado, tuvo el 2-0, pero su disparo pegó caprichosamente en el vertical cuando el arquero Quezada poco podía hacer por evitar la nueva caída de su valla. Es cierto que restaban aún 25 minutos, pero a esas alturas del partido una ventaja de dos goles habría sonado poco menos que irremontable. Católica la dejó ir y lo pagó caro. Palestino pareció fortalecerse con la providencial salvada y ya antes que Paulo Díaz acertara el cabezazo que significó la paridad 1-1 había puesto en duros aprietos a Cristopher Toselli, que no vio vulnerada su valla sólo porque dos veces lo salvó el travesaño. El empate mejoró la producción tricolor y mandó por el tobogán la ya pobre producción cruzada. De una de las tantas cargas insulsas y poco claras intentadas por los hombres de Falcioni vino el contragolpe que hundió definitivamente a Universidad Católica. Valencia, rápido y poseedor de una habilidad más que llamativa, se despejó el camino desairando zagueros, dejándolos como postes y su remate, trabado postre-
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ramente por una pierna cruzada, fue derechito hacia la cabeza del Tiburón Renato Ramos, un jugador no de los más tops de nuestro campeonato, pero que siempre ha hecho goles en todos los equipos en que ha estado. Quedaban siete minutos (en rigor 12, luego de que el juez Bascuñán diera cinco de descuento), pero el tanto de la desventaja fue para Universidad Católica un verdadero mazazo. Urgido por el reloj y por los nervios, los cruzados sólo tuvieron el centro reiterado y el pelotazo desmedido como único recurso para intentar torcer el rumbo del partido. Frente a un equipo aplicado, que sentía más cerca que nunca una victoria que lo ubicaba en los lugares de avanzada, nada de eso fue suficiente. Seis puntos de 18 jugados es, ciertamente, una cosecha muy pobre para un equipo que con Julio César Falcioni en la banca tenía el declarado objetivo de mejorar la campaña anterior con Martín Lasarte. Más aún si se considera que los seis puntos son fruto exclusivamente de dos partidos disputados en San Carlos. Como visitante, ni en Chillán ni en el Santa Laura (en dos oportunidades) el equipo ha podido dar el ancho. En la Copa Chile tampoco. El equipo fue incapaz de vencer a Iberia y con ello hipotecó su ya débil opción de seguir avanzando. Con ocho puntos, Universidad Católica, que ya no juega más, es superada por Curicó Unido, que suma 10, y escoltada por Ñublense que suma siete y al que le restan todavía dos partidos frente al equipo de Los Ángeles. Para qué hablar de la Copa Sudamericana. El River uruguayo tiene media clasificación en el bolsillo tras haber ganado por la mínima en San Carlos y dar vuelta la llave no va a ser tarea fácil. Menos para un equipo que no juega a nada y que parece hundido en una crisis de la que no se ve por dónde pueda salir. Falcioni llegó en mayo, precedido de una campaña llena de altibajos. Fue Gardel en Banfield, clasificándolo a Copa Libertadores en su primera etapa y luego llevándolo a su primer título nacional argentino. Entre seguir o irse, prefirió Boca Juniors y no se equivocó: reemplazó a Claudio Borghi en la banca y sacó campeón invicto al equipo xeneize que en 19 partidos apenas recibió seis goles en su valla. Pero así como fue exitoso, también fue protagonista de sonados fracasos. Por Olimpo de Bahía Blanca pasó sin pena ni gloria y de Gimnasia y Esgrima de La Plata lo echaron tras una campaña paupérrima. Tras Boca se fue a dirigir a All Boys y obtuvo apenas 16 puntos en igual número de partidos, con un rendimiento del 37,04 por ciento. Tal parece, además, que no logra establecer buenos vínculos con algunos de sus dirigidos. Luego de su exitoso paso por Boca a nivel casero, y perder la final de la Copa Libertadores frente a Corinthians, el club quiso
renovarle, pero las hinchada, la famosa “12”, se volcó a favor de Juan Román Riquelme, que había entrado en un duro conflicto con el técnico. Su hasta ahora breve paso por Universidad Católica tampoco ha estado desprovisto de roces. Frente a River provocó una pataleta de Mark González, que reaccionó en forma airada tras ser sustituido. A pesar de que no podía ignorar lo que Tosselli significa para la hinchada cruzada, optó por Franco Costanzo para el puesto de titular y, aunque el meta argentino no ha sido ni con mucho el culpable de la debacle, los malos resultados no han hecho más que agrandar la figura del meta surgido de la cantera que formó parte de la Roja en la última Copa del Mundo. Frente a Iberia, por la Copa Chile, el capitán Alfonso Parot tuvo un gesto que no podía pasar inadvertido para nadie: se sacó la jineta y se la entregó a su arquero, titular en ese partido. ¿Dónde quedaba, entonces, la autoridad de Falcioni? Lo dicho antes, vale. Tras la derrota frente a Palestino el ambiente que se vivía en el camarín de los cruzados debe haberse cortado con cuchillo. Porque dejó a Católica prácticamente sin horizontes para lo que resta del año, y cuando eso ocurre un técnico –lo acepte o no, le guste o no, tenga contrato o no– comienza a caminar por la cornisa. ¿Cuánto más puede soportar la dirigencia de Universidad Católica la presión creada por una apuesta que hasta ahora no está resultando?
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A los hinchas naranjas les duele que hablen de “Pobreloa” en alusión a la crisis que afecta al equipo de Calama, que se quedó sin presidente, técnico ni expectativas en el fondo de la tabla… Por Camilo Rey
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penas dos frases sueltas, que a los hinchas de pecho naranja les hieren el alma, permiten condensar los tonos de la crisis que vive hoy Cobreloa, estancado con 4 puntos en el penúltimo lugar del torneo de Clausura. “Cobreloa parece ahora un club de barrio”, confidenció el directivo Sebastián Vivaldi en medio del conflicto interno que derivó inevitablemente en el despido del entrenador argentino Marcelo Trobbiani. “En el fútbol uno tiene sus códigos y sabe lo que hace”, comentó horas después el ayudante de Trobbiani, Pablo, quien se quedó con el puesto tras la salida del ex crack argentino, en una insólita y cuestionada sucesión que -a juicio del nuevo DT-, no representa una traición a su misma sangre… En rigor, el episodio posee todos los elementos para convertirse en el culebrón futbolero de esta temporada, mientras los aficionados de Calama se angustian por la paupérrima campaña del equipo, que este fin de semana resignó el empate (1-1) con Unión La Calera cuando ya sonaba el pitazo final. Divisiones internas, bajos niveles individuales, pugnas de poder y falta de liderazgo institucional explican, en parte, una situación que afecta el prestigio y la his-
“ZORROS” PERDIDOS EN EL DESIERTO 12
Herrera, apegado al viejo axioma de que “Trobbiani llegó conmigo y si él se va, yo también dejo mi cargo”. En síntesis, los “zorros” llegan a la séptima fecha sin presidente ni técnico titular y con un plantel desjerarquizado que siente la presión del hincha en Calama y desnuda su inconsistencia futbolística cuando sale del desierto nortino…
toria de un equipo considerado –no hace tanto- como el cuarto “grande” y el más importante de provincias, que ostenta 8 títulos y 13 participaciones en la Copa Libertadores. SIN SUERTE NI CLASE Como en pueblo chico el infierno es grande, a estas alturas en las oficinas, paseos y bares de Calama todas las versiones coinciden en que el detonante de la salida de Trobbiani fue el incidente en que el argentino insultó groseramente al directivo de Cadetes, Luis Astorga, uno de sus principales detractores en la convulsionada interna de la institución. Sin embargo, su caso ya parecía tema resuelto por la falta de resultados y su pésima relación con la mitad del directorio, de modo que el despido fue menos traumático que la reprochable elección –al menos éticamente- de Pablo Trobbiani como su sucesor de emergencia. Las mismas versiones aseguran que la fórmula es clara: al no renunciar Pablo en apoyo a su padre, la mantención por “algunas fechas” en el banco evita una indemnización millonaria y da tiempo para buscar alternativas viables en el mercado. Como sea, el análisis se complica más con la dimisión irrevocable del presidente de Cobreloa, Mario
UN LUSTRO Y 10 TÉCNICOS Apenas cinco años atrás, en 2009, Marcelo Trobbiani llegaba con todas las ilusiones al comando técnico del cuadro donde brilló como un volante de técnica exquisita en los gloriosos ochenta (1988), en que aún ondeaban las banderas naranjas… Un vistazo rápido a ese lustro cambiante demuestra la forma en que se produjo una rotación increíble de entrenadores que no dieron el tono con la nostálgica grandeza que reclamaba el hincha y la dirigencia minera. Luego de Trobianni –capítulo uno- llegaron a la conducción del equipo Rubén Vallejos, Germán Cornejo, Juan Soto y Raúl Toro en un ciclo de origen nacional en que la búsqueda tampoco redituó los beneficios esperados. Más tarde, cambió el foco de la elección y fue el turno del experimentado Nelson Acosta, previo al interinato de Roberto Spicto –el gran artífice del trabajo formativo de la cantera- y el arribo de Javier Torrente. En una etapa de claroscuros, más tarde sería el turno de Marco Antonio Figueroa, remplazado luego por su ayudante Jorge Chicho García y César Bravo, antes que los dirigentes volvieran a pensar en el mismo Marcelo Trobbiani que les daría un portazo en la cara para cerrar un ciclo tormentoso. Ahora, en el filo de la cornisa, agobiado por su peor campaña de muchos años, Cobreloa busca el rumbo, aunque ya perdió al comandante y a su capitán para intentar el salvataje de emergencia. Al fin, la hinchada no se resigna y clama por nombres “milagrosos” -José Sulantay, Víctor Hugo Castañeda y Carlos Rojas, entre otros- que con la estirpe histórica de Vicente Cantatore o Andrés Prieto logren rescatar a estos “zorros” perdidos en el desierto…
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ARTILLEROS E
l derechazo rasante que aplicó cuando finalizaba el primer tiempo, y que significó el segundo gol de la “U” en su victoria sobre Huachipato, confirmó que Gustavo Canales recobró el hambre de gol y que seguramente tendrá un lindo duelo con el colocolino Esteban Paredes en la lucha por el “pichichi” chileno. Fue la quinta celebración del chileno-argentino en los seis partidos disputados, varias de ellas conseguidas en los minutos finales de cada tiempo. Su efectividad lleva la mirada hacia figuras pretéritas que remecieron redes para felicidad de los seguidores del Chuncho. Jugadores que se metieron en el corazón de los hinchas a través de su capacidad para definir situaciones en que la mayoría falla. VIEJOS TIEMPOS La “U se integró al profesionalismo en 1938, y en su tercera temporada logró el primer campeonato. Y uno de los pilares para conseguir la prematura estrella de 1940 fue Víctor “Cañón” Alonso, un puntarenense de fuerte disparo que contribuyó con 18 goles en los 22 partidos de ese torneo (fue el scorer del campeonato). En sus tres temporadas con los azules anotó 43 veces. A mediados de esa década, la “U” formó una dupla de ataque uruguaya que le dio muchas satisfacciones: Antonio Álvarez y Ubaldo Cruche. Este último compartió en 1945 el título de goleador del campeonato con dos argentinos (Juan Zárate y Hugo Giorgi), pero al año siguiente fue el artillero máximo sin compañía. En total, convirtió 42 goles en 51 partidos. El único uruguayo que se le acercó a la marca en el resto de la historia fue Juan Manuel Olivera. El “Palote” anotó 53 veces en sus 92 actuaciones, fue decisivo en la estrella que los azules consiguieron en 2009 y es el charrúa más goleador que ha tenido la “U”.
La capacidad goleadora de Gustavo Canales hace recordar a los grandes finiquitadores que han vestido la camiseta de la “U”. Carlos Campos, Leonel Sánchez y Pedro González están en el podio. Por Julio Salviat Pasaron varios años para que los universitarios se entusiasmaran nuevamente con un goleador. Aunque les duró poco, apenas una temporada y media, el gallego José Fernández, apodado Passeiro, se convirtió en ídolo por la espectacularidad de sus goles y la valentía con que jugaba. Formó en 1951-52 una delantera de miedo con los entonces novatos Braulio Musso y Jaime Ramírez, más los argentinos Héctor Cerioni y Miguel Di Pace. TANQUE NOBLE Las viudas de Passeiro recién tuvieron consuelo a fines de 1957, cuando el equipo que se gestaba para llegar a ser el Ballet Azul presentó en el centro de su ataque a Carlos Campos. Nadie imaginó entonces que el “Tanque” cumpliría 14 temporadas con la casaquilla azul y se convertiría en el goleador histórico del equipo. Bueno para ganar rebotes, vivo para anticipar en ataque, frío para definir ante arqueros que achicaban y demoledor con sus cabezazos, Campos llegó a 197 anotaciones, 183 de las cuales corresponden a torneos nacionales. Y nunca ejecutó un tiro libre o un penal. Fue tres veces goleador del campeonato, pero nunca recibió tantos aplausos como en el campeonato de 1962. Al promediar el torneo, la “U” estaba 14ª, a
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DE 10 puntos del líder (la UC), hoy equivalentes a15 puntos de diferencia. En los 19 partidos que le faltaban, el equipo azul obtuvo 17 triunfos y dos empates, y ganó el título en partido definitorio con los cruzados. Anotó en este lapso 78 goles, 29 de los cuales fueron obra del “Tanque”. En total, las conquistas de Carlos Campos en este torneo fueron 36. Y como actuó en 29 partidos, su promedio de gol fue increíble: 1,24 por encuentro. Los hinchas de la “U” no sólo lo idolatraron por sus goles, sino también por su nobleza para jugar y por su incondicional amor a su única camiseta. DE LEONEL A SALAS Contemporáneo de Campos e ídolo máximo en la historia de la “U”, Leonel Sánchez es el segundo goleador azul. Lo de él era, fundamentalmente, potencia de disparo. Su zurda privilegiada dio de qué hablar desde el momento mismo que ejecutó un córner en Santa Laura el día del debut. Ubicó la pelota, tomó impulso, miró a sus compañeros y lanzó el centro. Atacantes y defensores vieron pasar un bólido que salió por el otro costado de la cancha. Tenía 17 años. Arqueros de todos los tipos y de distintos países sufrieron los rigores de la pelota impulsada por su pie pequeño. Se le conoce mundialmente por los cuatro goles que hizo en la Copa de 1962, pero en Sudamérica ya causaba y seguiría causando estragos. Lev Yashin, sorprendido en Arica por un tiro libre que se salió de todos los cánones, era un “casero” para Leonel: donde lo pillaba, le hacía goles, ya sea con la roja o con la azul. Por la “U” convirtió 166 goles y fue el artífice mayor de las seis estrellas conseguidas por el Ballet Azul. Su nivel de popularidad sólo fue igualado un cuarto Sigue
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de siglo después por un temuquense de condiciones naturales sobresalientes: Marcelo Salas. El “Matador”, que está inscrito entre los grandes jugadores chilenos de todos los tiempos, también anotó cuatro goles en un Mundial (Francia ‘98) y es el goleador histórico de la selección nacional con 37 celebraciones. Con la camiseta azul anotó 125 goles en los campeonatos nacionales. La mitad de los anotados en total si consideramos los que anotó –también en partidos oficiales- en River Plate (69), Lazio (50) y Juventus (6). Los goles de Salas fueron de todo tipo: con los dos pies y con la cabeza, potentes y colocados, reboteados y elegantes. Su inteligencia lo llevaba a posiciones estratégicas y su gran técnica le permitía resolver de acuerdo a la situación. Consiguió dos títulos en la “U” (1994-95), 17 en total, y ocupa el sexto lugar en la lista de artilleros azules. LOS RESTANTES Detrás de Leonel figura otro zurdo: Pedro González. Segundo goleador histórico del fútbol chileno, detrás de Francisco Valdés, metió 112 goles en sus siete temporadas en la “U”. Como Salas, también celebró un bicampeonato (1999-2000) y en ambos torneos fue el máximo anotador. El cuarto lugar lo ocupa otro mítico integrante del Ballet Azul, también zurdo. El gran mérito de Rubén Marcos es que llegó a los 102 goles jugando en posiciones intermedias, muchas veces como volante de marca. Su extraordinaria capacidad física lo convirtió
en el primer “todoterreno” del futbol local. Detrás del osornino aparece el argentino Diego Rivarola, que tuvo dos etapas en la “U” y que consiguió 101 goles. Desbancó a Ernesto Álvarez como el extranjero más goleador en las filas del Chuncho. Se ganó el cariño de la hinchada porque ganó cuatro títulos locales y la Copa Sudamericana, y porque se especializó (igual que Carlos Campos) en hacerle goles a Colo Colo: siete en partidos oficiales y siete en amistosos. Inmediatamente después viene Jorge Socías, con 88 anotaciones. Capitán y referente del equipo en tiempos de vacas flacas, nunca pudo dar la vuelta olímpica como jugador. Pero se desquitó por partida doble como director técnico al llevar a los azules a las estrellas conseguidas en 1994 y 1995. El octavo en la lista es Pedro Araya, otro protagonista de la época gloriosa de los años 60. Cuatro títulos y 82 goles celebró el veloz y habilidoso puntero derecho. En su mejor momento, el Santos de Pelé lo quiso incorporar, y no tuvo el permiso materno para dejar el país. Después, ya mayor, se fue a México, donde completó una brillante carrera defendiendo al San Luis de Potosí y al Atlas. Los dos siguientes también se lucieron en el Ballet Azul: el polifuncional Braulio Musso y el talentoso Ernesto Álvarez. Y otros que hicieron historia en la “U” al conseguir el título de goleador en los torneos chilenos fueron los paraguayos Eladio Zárate (1972) y Richart Báez (Clausura de 1997). Meritorio también lo que hicieron el argentino Luis Alberto Ramos (Copa Chile (1979) y el renquino y vigente Eduardo Vargas (Copa Sudamericana 2011). 17
LOS MUCHACHOS DE ANTES Por Luis Urrutia O'Nell
–¿Cómo jugaba Raúl Coloma? –En mi época, los arqueros atrapábamos la pelota, no se concebía que diéramos rebotes. Lo primero que se aprendía era a poner las manos, con los dedos atenazando el balón y los pulgares detrás para que no pasara. Tenía ubicación y fui muy tenaz. –¿Cuál fue su secreto para atajar hasta los 47 años? – Mis deseos de superarme siempre, por eso pude estar 25 años en el fútbol. Tuve la suerte de no sufrir lesiones graves, salvo el pisotón que me dio Felipe Bracamonte, un delantero argentino mañoso de Unión San Felipe: me hizo palanca y me lesionó la rodilla izquierda en 1964 (arco sur, Santa Laura). –¿Quién fue su ídolo? – Sergio Livingstone. Lo vi en el Estadio Nacional por la Selección en el Sudamericano de 1941 y me impresionó. El Sapo tenía estampa, volaba en unas piruetas espectaculares y era seguro de manos. Lo que atajaba en los partidos internacionales era increíble y lo que él realizó en el Sudamericano de Santiago 1945 es casi imposible que otro arquero lo pueda repetir. –¿En el torneo local el mejor era Hernán Fernández? –Por Universidad Católica, el Sapo se comía algunos goles porque era “cachimba”, medio cachetón, eso lo dijo Cua-Cuá Enrique Hormazábal. Fernández, de Unión Española, tenía una gran elasticidad, se arrojaba a los pies de los delanteros sin lesionarse y detuvo muchos penales. Estuve ocho años en el club de Santa Laura sin jugar ni un solo partido oficial porque el titular era el Nano Fernández, quien además de su calidad jamás faltaba. –¿Sus inicios en Primera División? – En 1950 se fusionaron Badminton, que había sido colista en 1949, y Ferroviarios, que era campeón ama-
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Raúl Coloma Suplente de Misael Escuti en el Sudamericano de Santiago 1955 (vicecampeón), participó en las eliminatorias de la Copa del Mundo Suecia 1958 y fue titular en el Sudamericano de Buenos Aires 1959 y en la gira a Europa 1960. Identificado con Ferrobadminton, a los 86 años Raúl Coloma es un agradecido del fútbol.
teur. A Ferrobadminton llegué como sexto arquero y estuve 14 años sin faltar a un partido, desde 1950 a 1963. Como el club no pagaba prima, me hicieron funcionario de la empresa de Ferrocarriles del Estado, donde jubilé en 1976. –¿Los arqueros chilenos más destacados? –El mejor, Sergio Livingstone. El segundo, Hernán Fernández. El tercero, Daniel Chirinos, de Audax Italiano, era serio, también fue especialista en atajar penales y parecía de goma. El cuarto, Misael Escuti, de Colo Colo, extraordinario en sus reacciones ante disparos desde muy cerca; en cambio, en los remates de lejos se perdía un poco. El quinto, Mario Osbén, por su agilidad. De los de ahora, Claudio Bravo y Johnny Herrera. ¿Roberto Rojas? Si no hubiera hecho lo que hizo, a lo menos estaría delante de Chirinos… –¿Porteros extranjeros? –El argentino Julio Cozzi. Después Amadeo Carrizo, los uruguayos Roque Máspoli y Ladislao Mazurkiewicz. –¿Se acuerda del debut de Jorge Robledo en Colo Colo? –En 1953. Me convirtió dos goles en el Estadio Nacional: uno de cabeza, fue un balazo, y en el otro me hizo una bicicleta, una jugada que no se conocía en Chile, me eludió y remató al arco. –¿El jugador que pateaba más fuerte? –Carlos Ataglich, 6 de Badminton y Audax Italiano. Una vez lo vi meter un penal con arquero y todo. Fue a René Quitral (Santiago Wanderers) en el arco norte del estadio Santa Laura, que en esos años no tenía galería y daba a unas canchas de cemento. –¿El que mejor le pegaba al balón? –Enrique Hormazábal (Santiago Morning y Colo Colo). En los remates, uno volaba y la mano se iba
Raúl Coloma en la portada de la revista Estadio. La fotografía fue reproducida por France Football en la gira de Chile a Europa en 1960.
acercando a la pelota. Frente a un disparo de Cua-Cuá, uno se estiraba todo lo que podía y el balón se iba alejando hasta terminar en la red. –¿Su mejor partido? –Frente a Brasil por la Copa O’Higgins de 1959. En el primer partido, jugó Francisco Fernández en el arco y perdimos 7-0 en el estadio Maracaná, en Río de Janeiro. En el segundo, tres días después, ingresé yo y caímos 1-0 en el Pacaembú, en Sao Paulo. –¿Y por Ferrobadminton? –En el estadio Centenario de Montevideo, ante la Selección de Uruguay que se alistaba para la Copa del Mundo Suiza 1954. Nacional de Montevideo quiso comprarme, pero tuve dudas de renunciar a la pega en Ferrocarriles del Estado. –¿Su peor actuación? Sigue
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Arquero Raúl Ernesto Coloma Rivas Nació el 9 de julio de 1928 Medía 1,80 metro y pesaba 76 kilos Unión Española, cadetes (1943) Ferrobadminton (1950 a 1964) Municipal (1965 a 1967) Se recalificó amateur (1968 a 1970) Ferroviarios (1971 a 1975)
–Palestino goleó 9-3 a Ferrobadminton en el Santa Laura, con cinco goles del argentino Juan Manuel López (1955). La noche anterior al partido no pegué una pestañada porque hubo un baile frente a mi casa en Estación Central. También recibieron nueve goles el Sapo Livingstone, Mario Ojeda y Simón Kusmanic. –¿Sigue sin recordar que le atajó dos penales a Leonel Sánchez? –Solamente cuando usted me lo dice (1955 en Santa Laura, 1957 en el Estadio Nacional). Sí me acuerdo de haberle atajado dos penales en un partido al Bolita Ramón Carranza, argentino de Unión Española, en el estadio San Eugenio. –¿Una emoción inolvidable? –Mi admiración por Sergio Livingtone no tenía límites. La noche de su despedida del fútbol, el 18 de noviembre de 1959, Chile enfrentó a Argentina en el
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Estadio Nacional, el Sapo posó en la fotografía oficial, simbólicamente se paró en el arco norte y por los altoparlantes anunciaron su reemplazo por Raúl Coloma. Enseguida me devolvió la camiseta amarilla y dio la vuelta olímpica, mientras el dúo Sonia y Myriam le dedicaba la Canción del Adiós. ¡Imagínese la emoción del Sapo, que lloraba, y la mía! Los recuerdos que pasaban por mi cabeza en ese instante, si yo era arquero por él. Chile le ganó por primera vez en la historia a Argentina. Perdíamos 2-0 y con dos goles de Bernardo Bello, uno de José Benito Ríos y uno de Leonel Sánchez, de penal, logramos el vuelco: 4-2. Mario Moreno tuvo una gran actuación, que le valió el bautizo de Superclase. La gente sacó pañuelos, improvisó antorchas y nos exigió la vuelta olímpica. Fue la mayor emoción que me dio el fútbol y la tengo grabada a fuego en mi alma.
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Por Chomsky
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uando el boxeador Martín Vargas viajaba a disputar el cinturón del mundo, en el aeropuerto de Pudahuel vociferaba: “Voy a matar a mi rival”. En la primera escala, Ezeiza (Buenos Aires), amenazaba: “Lo voy a noquear”. Al llegar al país del adversario, anunciaba: “Aunque sea por puntos, voy a vencer”. Ya en la ciudad del combate, susurraba: “Voy a dejar bien puesto el nombre de Chile”. Así, a medida de que el objetivo se acercaba, disminuían sus bravatas y aumentaba su falta de confianza. El final es conocido: disputó cuatro veces la corona mundial, con cuatro derrotas categóricas. Antes de la Copa América Bolivia 1997, Nelson Acosta imitó a Martín Vargas. Después de proclamar en Santiago que Chile debía ser campeón, el técnico empezó a cambiar su discurso y al final, en Cochabamba, avisó sin pudor que su desafío era mejorar las actuaciones de los últimos torneos en Uruguay 1995 y Ecuador 1993… Chile había sido último en su grupo de Paysandú y Cuenca, respectivamente. Apenas eliminados del Mundial 2014 por el peor Brasil (y el más llorón) de todos los tiempos, los seleccionados chilenos señalaron que iban a ganar la Copa América del próximo año, a efectuarse en nuestro país. Acaso confundidos por el autobautizo de la mejor generación de la historia, no repararon en el autogol del manifiesto que no consideró que solo tres países nunca han obtenido la Copa América: Ecuador, Venezuela y… Chile.
El recibimiento en La Moneda no ayudó a poner paños fríos al entusiasmo de la masa. Los gestores de la iniciativa en el Palacio de Gobierno, ¿habrán sido los mismos que antes propusieron concederle la nacionalidad chi-
lena por gracia al entrenador argentino de tenis Horacio de la Peña? Un mes después de la Copa del Mundo, Jorge Sampaoli aterrizó las expectativas en medio de su luna de miel con los hinchas: “Ganar la Copa América no es una obligación, es un compromiso”. El técnico casildense agregó: “Será un torneo muy difícil. No creo que Chile sea candidato, aunque haremos lo imposible por lograr el título”. No debe sorprender el manejo comunicacional de que hace gala Sampaoli. En sus citas con la prensa no se refirió al trabajo en doble turno al que sometió al plantel durante el Mundial, ni la forma en que se produjeron las lesiones de algunos futbolistas. Y sin anestesia indicó que “Arturo Vidal solamente pudo jugar a un 30 o 40 por ciento del nivel que muestra en la Juventus”. Se echó de menos una declaración del cuerpo médico por haber infiltrado todos los días a Vidal para que pudiera entrenar. La nula preocupación de Sampaoli por el futuro de sus pupilos, a los que exprime físicamente, ya se conoce por el saldo de lesionados que dejó en Universidad de Chile luego de la campaña en la Copa Sudamericana. Si hay un tema que refleja la capacidad de Sampaoli es su contrato de 800 millones de pesos por filmar un anuncio con una empresa bancaria que es competencia directa del banco que es auspiciador de la Selección Nacional. Todo ello con el beneplácito de las autoridades de la ANFP. Y pensar que en las clasificatorias para Francia 1998 hubo un pequeño escándalo porque Nelson Acosta acudía a las conferencias de prensa con una gorra para lucrar con la publicidad…
HISTORIAS HISTORIAS CHILENAS CHILENAS EN EN LA LA COPA COPA SUDAMERICANA SUDAMERICANA 2009 Se produjo la aparición de Unión Española y Universidad de Chile en el torneo. Los rojos eliminaron a La Equidad en la fase preliminar, con empate en Colombia y triunfo en Santiago. Eso les permitió medirse con Vélez Sarsfield en octavos. La llave con los argentinos fue un derroche para los hispanos que ganaban 2-1 en Buenos Aires hasta el minuto 88 (cayeron 3-2) y que desaprovecharon un 2-0 a favor en la vuelta (terminó 2-2), que permitió el avance de Vélez. Mientras, los azules eliminaron tranquilamente a Deportivo Cali para instalarse en ronda de 16, donde despacharon al campeón vigente (Internacional). Para cuartos, la “U” logró un gran empate 2-2 ante Fluminense en Brasil, que no pudieron refrendar en la vuelta al caer 1-0 con gol de Fred. El campeón de esta edición fue Liga de Quito. 2010 Se amplió el cupo de equipos por países. Chile fue representado en la primera fase por Colo Colo y Universidad de Chile. Unión San Felipe, el otro clasificado, apareció en la segunda ronda de clasificación. Y mientras los “grandes” caían tristemente contra representativos de Bolivia (Colo Colo ante Universitario de Sucre y la “U” ante Oriente Petrolero), los sanfelipeños dieron cuenta de Guaraní en penales, accediendo a octavos de final. El rival en esa ocasión fue Liga de Quito (nuevamente el campeón vigente asomaba como es-
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En la edición anterior de “El Ágora”, revisamos el recorrido de los equipos chilenos en las primeras siete ediciones de la Copa Sudamericana. A continuación, nuevas e interesantes historias para rescatar... Carlos Pérez H./@puertomontt25
collo de un equipo nacional). Tras lograr un 4-2 en la ida, la vuelta es un paseo para los ecuatorianos, que superan por 6-1 al elenco nacional. Independiente de Argentina fue el campeón. 2011 Esta edición será recordada por siempre como la máxima gesta azul en torneos internacionales. Universidad de Chile avanzó a paso firme en la competencia, derribando a Fénix y Nacional, de Uruguay; Flamengo (con baile en Brasil incluido); Arsenal, de Argentina, y Vasco da Gama en semifinales. La final con Liga de Quito es mero trámite para los dirigidos por Jorge Sampaoli, que arrollan con global de 4-0, consagrando de paso a Eduardo Vargas como el máximo goleador histórico de la copa, con 11 anotaciones. Los otros representantes chilenos: Universidad Católica y Deportes
(II PARTE)
Iquique, alcanzaron lugares intrascendentes: los cruzados cayeron en octavos ante Vélez, y los iquiqueños en la fase clasificatoria (su debut en las lides internacionales) precisamente ante Universidad Católica. 2012 Contó con cinco representantes nacionales: a los cuatro clasificados (Universidad Católica, Cobreloa, O’Higgins y Deportes Iquique) se sumó el campeón vigente, Universidad de Chile. Mientras Iquique y O’Higgins se despidieron tempranamente de la copa (ante Nacional, de Uruguay, y Cerro Porteño, respectivamente), Cobreloa fue eliminado por Barcelona, de Ecuador, al caer 4-3 en la vuelta (0-0 fue la ida en Calama) y la UC eliminó dramáticamente a Tolima gracias a la regla del gol de visita (ganó 2-0 en Chile y cayó 3-1 en Colombia). Así, los equipos universitarios se instalaron en octavos de final. Universidad de Chile sorteó a Emelec en ronda de 16 y fue eliminada dolorosamente por Sao Paulo con global de 7-0 en cuartos. Mientras, la UC dio cuenta del desconocido Atlético Goianiense en octavos y de Independiente de Argentina en cuartos. Para semifinales, Sao Paulo se convertirá a esas alturas en una nueva bestia negra de los cruzados, y llegará a la final tras dejar en el camino a los chilenos por el gol conseguido en Santiago (1-1) ya que en Brasil no se registraron anotaciones. Precisamente los cariocas obtendrán la Copa en accidentada final con Tigre de Argentina.
2013 La edición número 12 de la Copa Sudamericana se inició con buen pie para los cuatro equipos chilenos que sortearon con facilidad la primera fase clasificatoria: Colo Colo (eliminó a El Tanque Sisley, de Uruguay), Cobreloa (despachó a Peñarol con triunfo 2-0 en el Centenario incluido), Universidad de Chile (apeó a Real Potosí, de Bolivia) y Universidad Católica (dejó fuera a Cerro Porteño). Los problemas asomaron en la segunda fase clasificatoria donde Colo Colo no pudo con Deportivo Pasto, de Colombia (cayó con global de 3-0), y tampoco Cobreloa con La Equidad que lo eliminó en Calama. Nuevamente las universidades avanzaban a octavos tras dejar en el camino a Independiente del Valle (la “U”) y Emelec (la UC). Y ambas escuadras se despedirán en esa ronda, con distintos matices: Universidad de Chile no se repuso del 4-0 de la ida con Lanús (futuro campeón del torneo) y solo alcanzó un 1-0 en la vuelta que maquilló la eliminación. Universidad Católica se ilusionó con dejar en el camino a Sao Paulo, sobre todo tras empatar 1-1 en la ida. Sin embargo, en un extraordinario partido de vuelta en San Carlos, los brasileños ganaron 4-3 y clasificaron a cuartos de final. 2014 Para este año se contempla la actuación de Iquique (que cayó 2-0 con Universitario, de Bolivia, en la ida de su llave); Cobresal (que perdió su invicto sudamericano al perder 2-1 con General Díaz en Paraguay), Huachipato (que debe defender su 3-1 logrado en Talcahuano ante San José de Oruro) y Universidad Católica (que se inclinó por la cuenta mínima en la ida de su llave ante River Plate, de Uruguay).
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Por Alfredo Alegre Periodista El Gráfico 1988-2000
¿Qué le pasó a Messi?
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igue siendo desequilibrante (participó directa o indirectamente en todos los goles de Argentina en el Mundial), pero se maneja por goteo, dando una sensación de fatiga y de tristeza que llaman mucho la atención. No es nuevo que Lionel Messi sufra problemas musculares a repetición. De hecho, cuando tenía 18 años se perdió la final de la Champions League en la que Barcelona le ganó al Arsenal de Inglaterra en París. Esto fue en 2006. Por eso, José Pekerman lo dosificó –casi hasta la exageración– en su participación con Argentina en la Copa del Mundo de ese mismo año en Alemania. Su club, sabiendo la gema que tenía entre manos, se preocupó por solucionar un problema que podía limitarle su crecimiento futbolístico hasta el superlativo nivel que luego alcanzó. Para tal efecto puso a sus exclusivas órdenes al brillante fisioterapeuta Juan José Brau. Este señor, calvo total y hoy de unos 40 años, se transformó en su sombra. Su función era tenerlo bien a Leo en lo físico, pero también en lo anímico. Brau curó a Leo de todas sus dolencias físicas y espirituales, y el crack inició una progresión estratosférica que se tradujo en gloria pura: seis Balones de Oro FIFA (cuatro anuales y dos por Mundiales, el Sub 20 de 2005 y el de mayores 2014). Brau iba con Leo a todos lados. Su trabajo se transformó en una beca excelentemente remunerada, porque él no se dedicaba a otra cosa que a Messi. Y Messi ya no se lesionaba nunca. Vino Brau muchas veces a la Argentina. Era uno más de la familia en los asados en Rosario. Pero una noche catalana pasó algo que destruyó la relación. Cayó un rayo que selló la floja temporada 2013-2014 del Barsa y dejó a Argentina con un súper astro a medio gas para la Copa del Mundo. En un partido de Champions, al que concurrieron su novia Antonella Roccuzzo y su hijo, Thiago, a Leo se le ocurrió decirle a su pareja que lo viera desde atrás del banco, junto al señor Brau. Leo entró a la cancha, la rompió y era un festín más. Nos ubicamos unos 10 meses atrás.
Al día siguiente apareció en YouTube un video increíble. En pleno partido, Brau empezó a brindarle llamativas caricias a Antonella, la que, lejos de molestarse, dejó a Thiago con una nana e inició una charla más que acaramelada con Brau. Eran caricias de un lado (Brau). Mohínes y una sonrisa esplendorosa del otro (Roccuzzo). Por menos celoso que sea el marido era una imagen insultante para el tercero en discordia. Naturalmente a Messi le llegó esto. Según testigos de su propio riñón, vomitó encima de la computadora en la que vio la tierna escena. Fiel a su personalidad, se tragó el mal rato. No increpó a su mujer ni a Brau. Simplemente se presentó ante el director deportivo del Barsa –Andoni Zubizarreta– para pedir la inmediata salida de Brau del club. En un principio, se dispuso que Brau no atendiera más a Messi, así de simple. Luego fue apartado. Últimamente se lo recicló para poner en forma física y sicológica al caníbal oriental Luis Suárez. Con Messi no se saludó nunca más. Con Antonella se supone que tampoco. Messi carga esta cruz desde octubre de 2013. Casualmente cuando estaba en medio de una nueva serie de lesiones musculares a repetición, que lo tuvieron pareciendo un veterano en las canchas –por lo menos hasta la final del Mundial–, a sus tan solo 27 años. Lo anímico debe influir, naturalmente, en su dificultad para volver a ser el mismo de antes. Pero lo médico aún mucho más. Leo perdió al hombre que lo rescataba de estos episodios musculares repetitivos y crónicos. Desde hace un año, nadie dio en la tecla ni pudo curarle definitivamente. Messi juega a media máquina, a veces lo hace hasta muy bien, pero no puede llegar a las notas más sublimes de su increíble repertorio. Parece un convaleciente eterno. Y también un alma en pena. Sólo Brau parecía saber la fórmula para rescatarlo de los fantasmas insepultos de una infancia arrancada del lugar en el que siempre quiso estar: su Rosario, su barrio, su Newell’s, su gente. Dicen en el Barsa que
Messi sigue sintiendo dolores (reales o imaginarios) en sus muslos. A nadie del club se le ocurrió siquiera plantear la reposición del “mago” Brau. ¿Quién quiere escuchar lo que opinaría Messi al respecto? La dirigencia está desesperada (Messi pasó a ganar 20 millones de euros netos desde hace dos meses, pago retroactivo a julio de 2013) y no sabe qué hacer. Messi se inmola a la crítica y al cachetazo de la prensa mundial, jugando sin una recuperación plena por una cuestión de principios. Entra a las canchas disminuido por no dar el brazo a torcer en un tema íntimo. Ahora Leo partió una nueva aventura. Luis Enrique es el entrenador del Barcelona y puede haber choque de planetas. El Tata Martino le consentía que trabajara a un volumen displicente en los entrenamientos. El coach asturiano tiene fama de que no concede nada en materia de esfuerzo y compromiso. Y en ese sentido arrancó con todo. Doblegó la resistencia de un prócer como Xavi Hernández a quien le dijo por celular, apenas vuelto del catastrófico Mundial, con tanto tacto como el que tendría un elefante en una cristalería, que no lo tenía en cuenta como titular, pero que se quedara porque lo consideraba bueno para el vestuario. Xavi entró en período de rabieta, estudió grandes ofertas exageradas por sus amigos de la prensa, “histeriqueó” un poco y se terminó rindiendo. Se queda y jugará de vez en cuando. ¿Cómo le irá a Messi con un Míster que quiere volver a la mano dura de Pep Guardiola, para sacarle la última gota de sudor a sus hombres, dejando atrás la autocomplacencia del finado Tito Vilanova y el propio Tata, más afecto a los barbacoas con carne rosarina en mansión de los Messi que a largas sesiones de práctica? Todo depende de Leo y su mundo interior. Ese que a veces arroja tantas sombras que termina opacando a un futbolista que nació justo cuando mamá y papá decidieron romper el molde.
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