EQUIPO EDITORIAL Directora Dra. Verónica Peinado Vázquez
Consejo editorial Dra. Elsa Cross (FFyL, UNAM) Dr. Carlos Gay (CCA, UNAM) Mtro. Regis Guenole (El Colegio de Morelos) Mtro. José Carlos Melesio (DEH, INAH)
SECCIONES La revista DIAPHORA publica artículos, notas y reseñas alrededor de las líneas de investigación derivadas de los cuatro centros de la institución y sus programas académicos: Centro de Estudios de la Complejidad, Centro de Estudios de la Cultura, Centro de Estudios sobre la Educación y Centro de Estudios para la Gobernanza. Dichas líneas son: Complejidad socioambiental, Sistemas complejos, Cultura y Sociedad, Hermenéutica del Sujeto, Literatura y Cultura, Grupos Operativos en la Enseñanza, Cooperación Internacional, Estudios de Territorio, Administración Pública.
Consejo científico
Sección temática
Dr. Félix Duque (Universidad Autónoma de Madrid) Dra. Carmen Morenilla (Universitat de València) Dra.Françoise Davoine (École des Hautes Etudes en Sciences Sociales) Dr. Edmundo Calva (Instituto de Biotecnología, UNAM) Dr. Ángel Xolocotzi (FFyL, BUAP) Dr. Claudio Stern (El Colegio de México) Dra. Lourdes Rojas Álvarez (IIF, UNAM) Dr. Pierrick Le Jeune (IPAG, Université de Bretagne Occidentale)
Sección general
En esta sección se publican artículos de investigación relativos a una temática específica convocada por el Consejo editorial. Los artículos deben contener una tesis original o abordar de manera profunda una problemática. Son sometidos a dictamen siguiendo la modalidad de doble ciego.
La sección general se compone de artículos de investigación con una propuesta inédita o una manera profunda de abordar alguna problemática derivada de las líneas de investigación de los diferentes Centros. La convocatoria es permanente. Son sometidos a dictamen siguiendo la modalidad de doble ciego.
Formación y Diseño editorial Efraím Blanco
Asistente editorial Ixshel Morales
Correción de estilo Alejandra Fernández
Reserva de Derechos al Uso Exclusivo número 04-2017081413580400-203 e ISSN 2594-0104, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor.
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Debate Publica artículos y notas de divulgación, cuyo propósito es transmitir a un público amplio y no necesariamente especializado ideas, conceptos y descubrimientos sobre temas de actualidad relacionados con las líneas de investigación de la institución. Reseñas Las reseñas no están limitadas a los libros de reciente edición sino a diversas formas de expresión artística, tales como el cine, danza, pintura, etc. Asimismo se aceptan reseñas de autor.
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INDICE
Presentación .............................................................................................7
Sección tematica Hacia un planeta inhabitable Antonio Sarmiento Galán ..........................................................................13 El uso de agroquímicos y sus impactos. El caso del corredor hortiflorícola del Estado de México Germán Iván Martínez Gómez, Edith Erielia Gutiérrez Segura, Fredy García Feliciano ............................................................................. 73 Ética de la naturaleza y naturaleza de la ética Jorge Martínez Ruiz ..................................................................................85
Sección general Heidegger y Nietzsche: La religión y la muerte Luis Tamayo ..............................................................................................125 El camino del Silencio Estefanía Agraz Rubin ..............................................................................139
Debate Reflexiones del México contemporáneo. Difusión de la historia del siglo XXI José Carlos Melesio Nolasco ....................................................................165 Propuesta para la regularización de la seguridad social en empresas outsourcing que prestan sus servicios al gobierno federal Marco Antonio Gama Guerra ....................................................................183 Las comunidades de aprendizaje. Una alternativa a la educación tradicional Alejandro Salamonovitz ............................................................................189
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Presentación NUESTRO PELIGRO PLANETARIO Éste es un libro sobre nosotros. Es un libro sobre ustedes, sus hijos, sus padres, sus amigos. Trata de todos y cada uno de nosotros. Trata de nuestro fracaso, nuestro fracaso como individuos, el fracaso de nuestra economía y el fracaso de nuestros políticos. Trata del peligro planetario sin igual que hemos creado nosotros mismos. Trata de nuestro futuro. En la Tierra viven millones de especies. (S. Emmott, Diez mil millones, 2013, p.2)
Los efectos nefastos del cambio climático son cada vez más denunciados y demostrados por los científicos. Las causas también son cada vez más explicadas y consensuadas por los investigadores del ámbito social: el sistema económico-político que exacerba el consumismo de la sociedad ha ocasionado que la naturaleza sea tomada como objeto proveedor de la materia prima para satisfacer no sólo las necesidades básicas sino las necesidades creadas, afectando al planeta entero. Las acciones para intentar revertir la situación peligrosa a la que el calentamiento global nos está conduciendo como especie son insuficientes. No hemos comprendido que el daño al planeta tierra es nuestro daño, no sólo porque somos los causantes más activos sino porque al ser parte de él, también sufrimos los efectos. El hombre ha olvidado uno de los elementos fundamentales de la analítica existenciaria de Martin Heidegger: el In-der-Welt-sein (Ser-en-el-mundo), el cual describe la unidad inseparable del hombre con su entorno. NÚMERO 2 |
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La información aportada por los científicos nos muestra la devastación de los ecosistemas y de la salud y bienestar humano como consecuencia inherente de ella, pero es necesario también entender la conducta humana y social para lograr una efectiva transmisión de la dimensión del problema que tal vez nos acerque a una solución que en estos momentos parece improbable. Hemos dedicado la sección temática de este segundo número a la problemática ambiental, que abre con el artículo de Antonio Sarmiento en donde el autor señala la dificultad para transmitir la gravedad de las consecuencias del cambio climático antropogénico, pues, ni la sociedad, ni los científicos, ni los gobiernos están suficientemente asustados como para intentar cambiar en la radicalidad necesaria nuestra manera de vivir, siguen privilegiando el consumismo y el uso de la técnica en detrimento del planeta y, por ende, dificultando la habitabilidad del hombre en el planeta tierra. En el siguiente artículo, escrito conjuntamente por Germán Iván Martínez, Edith Erielia Gutiérrez y Fredy García Feliciano, leeremos la denuncia del daño del planeta y, como consecuencia, de los seres humanos, a partir del caso específico del corredor hortiflorícola del Estado de México en donde la contaminación por pesticidas muestra sus graves efectos en la salud de los habitantes sin que haya intención ni medidas para remediarlo. Para cerrar el tema, y como un ejemplo de la complejidad que nuestra institución promueve, presentamos el trabajo de Jorge Martínez quien, a partir del reconocimiento de la relación naturaleza-hombre y la devastación de una en beneficio del otro, nos ofrece un recorrido por las diferentes éticas modernas a través de las cuales distintos pensadores han querido dar alternativa al comportamiento humano que lo aleja cada vez más del bienestar social.
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En la sección general, se encuentra el ensayo de Luis Tamayo, el cual reflexiona sobre las implicaciones de una sociedad que se conduce a partir de una religión, en este caso, de la católica. A partir de los preceptos de Nietzsche, Heidegger y Freud, desentraña la negación de la muerte como elemento primordial que hace exitosa la creencia religiosa. Y, junto con los psicoanalistas F. Davoine y J.M. Gaudillière, propone un camino que puede conducir a los creyentes a cambiar la dependencia a la promesa de eternidad por la difícil conciencia de la finitud, que permitiría vivir la vida con responsabilidad de los actos propios. En el artículo de Estefanía Agraz, la autora describe, a partir de las enseñanzas de los pitagóricos, la relación entre los números, la música y los ritos iniciáticos, relacionándolos con los aportes de Cage y el ejemplo de la cámara anecoica para proponer la aprehensión del silencio como experiencia ontológica que permita al hombre vaciarse para empezar a escuchar. El historiador José Carlos Melesio abre la sección Debate y nos ofrece un artículo en donde entreteje, a manera de ejemplo de lo que podría a ayudar a revertir la aversión que en general los estudiantes le tienen a la historia, hechos actuales de la realidad mexicana y eventos pasados que explican a los primeros. De esa forma muestra que la historia debe enseñarse a la manera cronológicamente inversa de los sucesos para lograr no sólo la transmisión sino mantener el entusiasmo por conocer el pasado y entender el presente. Nos complace iniciar en este segundo número con la difusión de las investigaciones elaboradas por los alumnos de los diferentes posgrados de nuestra institución. En esta ocasión, tenemos el resumen de la tesina elaborada por Marco Antonio Gama Guerra. En dicho trabajo el autor señala y critica la extendida forma de contratar a los empleados no sólo en la empresa privada sino en la administración pública a partir de
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un tercero. Ello deriva en agravios y falta de derechos laborales así como en una manera de evitar responsabilidad tributaria por parte de las empresas que se adhieren a esta forma. Terminamos este número con una breve nota de Alejandro Salamonovitz con relación a la educación alternativa, específicamente la de las llamadas “Comunidades de aprendizaje”, en donde indica los principios de los que parten y que permiten que el alumno pueda acceder a sus propios anhelos de saber y de ser a partir del reconocimiento de su singularidad.
Verónica Peinado
Cuernavaca, Morelos, diciembre de 2017.
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SECCIÓN TEMÁTICA
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Antonio Sarmiento
Hacia un planeta inhabitable Towards uninhabitable planet Antonio Sarmiento Galán IM, UNAM Resumen A continuación, se presenta un experimento pensado: ¿Qué le sucederá al planeta y a lo que llamamos civilización si la humanidad falla en reducir dramáticamente las emisiones de gases de efecto invernadero en las próximas décadas? No se trata de una serie de predicciones de lo que ocurrirá —eso quedará finalmente determinado por la muy incierta ciencia de la respuesta humana. Se trata de la descripción, usando nuestro más preciso conocimiento, de hacia dónde va el planeta por la falta de una acción agresiva por nuestra parte. Es improbable que todos los escenarios de calentamiento descritos se cumplan completamente; en gran medida debido a que la devastación a lo largo de los mismos sacudirá nuestra complacencia. Pero dichos escenarios no son otra cosa que nuestra línea base, nuestro programa. Palabras clave: Calentamiento Global Antropogénico, Impactos, Inacción, Irresponsabilidad, Consecuencias. Abstract The following lines constitute a thought experiment: What could happen to the planet and civilization if humanity fails to make dramatic reductions in greenhouse gas emissions in the coming decades? It is not a series of predictions of what will happen —that will be determined in large part by the much-less-certain science of human response. Instead, it is a portrait of our best understanding of where the planet is heading absent aggressive action. It is unlikely that all of these warming scenarios will be fully realized, largely because the devastation along the way will shake our complacency. But those scenarios, and not the present climate, are the baseline. In fact,they are our schedule.
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Hacia un planeta inhabitable
Keywords: Global Anthropogenic Warming, Impacts, Inaction, Irresponsibility, Consequences.
En un futuro no tan distante —la vida de quienquiera que hoy1 haya nacido— y si la humanidad falla en reducir radicalmente las emisiones de gases de efecto invernadero, grandes porciones de la Tierra se volverán inhóspitas, si no es que totalmente inhabitables. Las crecientes temperaturas abrasarán los grandes graneros del mundo, causando hambrunas y contribuyendo a la guerra. El número de especies que se extinguen seguirá en aumento. Los agentes causantes de muchas enfermedades —que habían quedado atrapados en el hielo— recorrerán el mundo entero produciendo plagas como nunca se ha experimentado. No se trata de un recuento que, fuera de contexto, nos acostumbre más a la visión del riesgo de disrupción climática global; la perspectiva del fin del mundo que conocemos puede resultar la excusa perfecta para la inacción, una justificación para el nihilismo. Después de todo, por qué no seguimos esta gran fiesta hasta que el petróleo y el carbón se acaben. Esta descripción constituye una representación del peor de los casos en cuanto a las consecuencias del calentamiento global; una representación que puede ser útil, quizá hasta necesaria; como una salpicada de agua fría sobre la cara que despierte a la sociedad de su sonambulismo respecto a las dislocaciones climáticas que amenazan la vida sobre el planeta. Los reportajes sobre las consecuencias climáticas del calentamiento global son, con demasiada frecuencia, aburridos o, cuando menos, difíciles de seguir. El despliegue de un desastre planetario en cámara lenta carece de la urgencia correspondiente. En contraste con estos reportajes, el peor de los escenarios es una historia vívida, visceral, aterradora. Y eso es bueno; en este momento, cuando el bióxido de car1 Septiembre, 2017. 14
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bono y el metano se siguen acumulando en la atmósfera y los océanos siguen volviéndose más ácidos, una medida de terror no es irrazonable. Una buena dosis de temor puede llegar a ser el propulsor que la civilización necesita para tomar inmediatamente las dramáticas medidas necesarias. No nos equivoquemos, la esperanza —la energía renovable de cualquier movimiento político es esencial para dirigir la crisis climática; pero por sí sola, la esperanza es insuficiente. Si la sociedad quiere evitar los peores impactos del calentamiento global, también se necesitará un poco de pánico racional. Existe la posibilidad de condenar sin pesimismo; el temor, tanto como la esperanza, puede impulsar el movimiento global correcto para descarbonizar a la civilización. Intentemos una provocación calculada, diseñada para sacudir a algunos de la complacencia; llamemos la atención a lo que viene más allá del resultado proyectado por el valor medio del calentamiento global. Los informados —una minoría— parecen tener un cierto sentido de lo que 2 ºC de calentamiento causarían, pero no se tiene la menor idea de lo que se encuentra más allá de ese valor medio, de eso que constituye la mitad de los resultados posibles. Se piensa en un calentamiento de 2 o 2.5 ºC como algo muy malo, como el peor de los casos posibles y con ello, el marco psicológico para la acción se ve anclado por considerar al resultado promedio como el peor de los casos. La cautela científica es el resultado de un sesgo académico hacia lo seguro: el terreno promedio. El consenso de la comunidad científica es claramente un caso de reversión al valor medio: el público oye mucho sobre los impactos probables del calentamiento y poco, muy poco, sobre las menos probables, pero mucho más inquietantes consecuencias de las emisiones desenfrenadas. Hay que señalar que es cuantitativamente cierto (Climate Feedback, 2017) —y frecuentemente menospreciado— que la probabilidad de un futuro climático “peor de lo esperado” es, de hecho, mayor a la de NÚMERO 2 |
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un futuro “mejor de lo esperado”; en otras palabras, es mayor la probabilidad de que el cambio climático sea un desastre, que la probabilidad de evitar los peores impactos del calentamiento causado por el hecho de considerar a la atmósfera como una cloaca abierta. Sabemos que aún y cuando todas las emisiones de gases de efecto invernadero cesasen ahora (2017), el promedio de la temperatura a finales de 2100 sería de 1.65 (1 - 2.3) ºC (Mauritsen y Pincus, 2017) y que de 100,000 simulaciones de diferentes versiones sobre el futuro potencial de la civilización, en sólo el 1% de ellas la sociedad se mueve con la rapidez necesaria para evitar un aumento mayor a 1.5 ºC a finales de siglo. (Raftery et al., 2017) Se trata de un secreto a voces entre los climatólogos, los expertos en política, los activistas ambientales, que el no sobrepasar el límite de 2 ºC es casi imposible salvo que ocurra una revolución tecnológica o política; y este ‘secreto’ debe conocerse. El repetir que “si se trata de motivar a la gente, entonces el asustarlos es una estrategia realmente mala”, no constituye una línea válida de razonamiento. (Holthaus, 2017) Esta manera de pensar no está fundamentada en la ciencia ni la mitad de lo se clama, y, lo más importante, es que representa una clase de censura centinela, una emoción simulada que no permite espacio suficiente para el amplio rango de sentimientos que la gente pueda tener respecto del calentamiento global. El temor es, de hecho, una táctica evolucionaria esencial para la supervivencia, tanto en el caso de la civilización humana en su conjunto, como en el de seres humano individuales. El ejemplo en el campo de la salud es claro: con cierto éxito, se han usado campañas basadas en el miedo para desanimar el fumar o el beber, para elevar la conciencia sobre las enfermedades transmitidas sexualmente, para aumentar el porcentaje de mujeres que buscan exámenes de cáncer de mama; (Ruiter et al., 2001) las campañas fallan cuando 16
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no están siendo acompañadas por la información específica sobre las medidas que pueden tomar para protegerse. (Elder et al., 2004) Despertar el miedo es adecuado siempre que la gente tenga cierto sentido de mediación personal, de que hay algo que pueden hacer para canalizar ese temor. ¿Por qué sería equivocado el despertar el temor cuando los hechos son realmente inquietantes? ¿No es acaso tan cierto decir que el aumento en la temperatura global pone en riesgo la vida en el planeta, que decir que el manejar ebrio puede matarte? El temor funciona cuando se trata de salud porque todos tenemos miedo de enfermarnos y morir. ¿Qué es la crisis climática sino una amenaza a la salud y a la vida en el planeta? Quizá un marco de salud pública (Mark, 2012) sea lo más efectivo para despertar la acción de la gente, aunque sólo sería porque todos nos preocupásemos por el desplazamiento del estrés térmico y las enfermedades hacia los polos y el que nuestros hijos respiren aire lleno de ozono. El temor y la esperanza son como gemelos siameses, como dos mentes que comparten un mismo latido; es difícil tener uno sin la otra. Al igual que la proclama de “Para cambiarlo todo, se necesitan todos”, para responder adecuadamente a la crisis climática, requerimos de todo el conjunto de emociones humanas, el temor entre ellas. Algunos días nos sentiremos tristes, como cuando nos enteramos del blanqueo de los corales; algunos días nos enojaremos, como cuando sabemos que otra especie ha sido lanzada al vacío de la extinción; algunos días nos sentiremos optimistas, como cuando vemos a miles y miles marchando por la eliminación de los combustibles fósiles. Son varios los análisis que se han hecho recientemente sobre el futuro cercano de la Tierra, el único planeta habitable del sistema solar y sus vecindades inmediatas; destacables son: la entrevista a Stephen Hawking en Alternet2 por Reynard 2 “Nos encontramos cerca del umbral, a partir del cual, el calentamiento global se vuelve irreversible”. “La acción de Trump podría empujar a la Tierra en la orilla del risco para que se convierta en otro Venus, con una temperatura de 121 ºC y lluvia de ácido sulfúrico”. La decisión de abandoNÚMERO 2 |
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Loki (2017), el libro de Derrick Jensen (2002)3 y el artículo de David Wallace-Wells (2017a) en la revista New York. En las líneas que siguen, nos referiremos a lo expresado en este último, donde se analizan la hambruna, el colapso económico, nuestro cocimiento y otros problemas que el calentamiento global podría infligir sobre la Tierra, mucho antes de lo que se piensa. El día del juicio final. Ver más allá de la reticencia científica Se lo prometo, es mucho peor de lo que piensan. Si su ansiedad por el calentamiento global está dominada por temor a la elevación del nivel del mar, apenas están arañando la superficie de lo que los impactos harán posible. Y, aun así, los océanos crecientes —y las ciudades que inundarán— han dominado tanto la imagen de lo posible bajo el calentamiento global —y con ello, abrumado nuestra capacidad para el pánico climático— que nos ha ocluido la percepción de otras amenazas, muchas de ellas más cercanas al presente. La elevación de los océanos es algo malo, de hecho, muy malo, pero huir de la costa no será suficiente.
nar el acuerdo firmado por casi 200 naciones para limitar el calentamiento global a 1.5 ºC por encima del nivel preindustrial pone al acuerdo en riesgo ya que los Estados Unidos son el primer emisor de gases de efecto invernadero per capita, causantes del calentamiento global. 3 “Seamos honestos: las actividades del sistema económico y social están matando al planeta; aún si sólo consideramos a los humanos, su actividad está causando una miseria sin precedente: cientos de millones de gente —ahora más que ayer y probablemente más, mañana— pasan la totalidad de sus vidas sin suficiente comida; sin embargo, nada de esto parece incitarnos a la acción. Y cuando alguien señala tales injusticias obvias, la respuesta de las masas a menudo es peor que un golpe bajo, que inevitablemente conduce a la destrucción de nuestro futuro común. Atestígüese el entusiasmo con el que las naciones que resistieron la conquista de la cultura occidental se han sometido, y el afán con que el mismo fin se lleva actualmente a quienes continúan resistiendo. ¿Cómo llegamos a esto, tanto en forma personal como social? 18
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De hecho, la ausencia de un ajuste significativo a la forma en que miles de millones de humanos conducen su vida, hará que partes de la Tierra se vuelvan inhabitables y otras, terriblemente inhóspitas, tan pronto como a finales de este siglo XXI4 4 La predicción más creíble de los efectos del cabio climático causado por el calentamiento global, proviene del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas (UN), el cual publica reportes regulares sintetizando el último conocimiento científico sobre el problema. El valor de la media del escenario en donde se continúa emitiendo como hasta ahora del IPCC para el calentamiento a fines de siglo, es cercano a los 4 ºC, lo que expondrá a la mitad de la población mundial a una tensión térmica sin precedente alguno, de acuerdo al prominente estudio de C. Sherwood y Matthew Huber´s (2010) sobre el tema. “Nada nuevo he aprendido desde la publicación de dicho trabajo” afirma Sherwood, profesor de la University of New South Wales en Sídney, Australia. “Me parece que con esos valores —de 4 a 6 grados— uno vería el inicio de la evacuación de las zonas tropicales debido a que la gente no podrá seguir viviendo ahí. Puede que sea menor a 4 grados, pero alrededor de 4 o 5 grados se ubica el punto donde la gente encontraría el calor insoportable. No sólo sería la tensión térmica lo que los expulsaría, sino una combinación con otras cosas: cosechas fallidas, daños en la biosfera. Hay que recordar que entre los trópicos, 2 o 3 grados saca al ambiente del rango de variabilidad natural”. Richard Alley, de la Pennsylvania State University indica “bajo tasas elevadas de emisión, a finales de siglo, se habrá perdido el 40 % de la habilidad de la gente para trabajar al aire libre”. ¿Qué tan probable es este desenlace? Desafortunadamente, es difícil decirlo debido a la cantidad y a la variabilidad de los factores que intervienen en cualquier proyección: tasas de emisión, el paso del cambio tecnológico, los cambios culturales y las políticas públicas, todo encima del ya de por sí complicado (y no completamente entendidas) sistema natural que entrega retroalimentaciones tanto amplificadoras como moderadoras de los efectos causados por los gases de efecto invernadero producidos por el hombre. En cierta forma, es más fácil hablar del escenario de seguir emitiendo gases, como hasta ahora, debido a que mantiene constantes a varias de estas variables. De cualquier forma, se mencionan cuatro estimaciones útiles: Michael Oppenheimer de Princeton, estima nuestras posibilidades de lograr permanecer por debajo de las metas del acuerdo París —2 ºC de calentamiento— en 10% (Wallace-Wells, 2017c). Wallace Smith Broecker de Columbia, menciona que en la investigación se usa un mismo modelo muchas veces para generar un rango de probabilidades y que si bien el promedio es de 3.5 ºC de calentamiento, existe una probabilidad del 15% de que el calentamiento sea mayor a los 4 grados (Wallace-Wells, 2017b). En su libro Climate NÚMERO 2 |
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Aún cuando entrenamos a nuestros ojos sobre el calentamiento global, no llegamos a ver su alcance. El invierno pasado (2016-17) una cadena de 60 días durante los cuales la temperatura promedio fue de 7 ºC por encima de la normal, cocinó al polo norte5, derritió el pergelisol6 que revestía la cámara de semillas en la mayor de las islas del archipiélago Svalbard en Noruega —un banco de semillas global apodado Bóveda del Juicio Final y diseñado para asegurar que nuestra agricultura sobreviva cualquier catástrofe— que fue inundado por el deshielo causado por el calentamiento global a menos de diez años de haberse construido. La cámara se encuentra a salvo por ahora, la estructura se ha asegurado y las semillas están a salvo7. Pero el tratar este episodio como una parábola de inminentes inundaciones Shock: The Economic Consequences of a Hotter Planet, Gernot Wagner y Martin Weitzman (Wagner y Weitzman, 2016) estiman en 15% la probabilidad de que pasemos los 6 ºC. Estos modelos hacen una variedad de suposiciones sobre los sistemas naturales y sobre la respuesta humana, pero colectivamente sugieren que hemos estado demasiado enfocados en las posibilidades optimistas (que nos llevarían a 2 ºC de calentamiento o menos a fin de siglo) y no hemos considerado las terribles posibilidades pesimistas. Como escribió Joseph Romm (2015) en Climate Change: What Everyone Needs to Know: “en cualquier ocasión que este libro o alguna noticia mencione una proyección del IPCC sobre el calentamiento futuro o sus impactos a futuro, es casi seguro que dicha proyección representa una subestimación de lo que está por venir”. 5 Esto es un poco impactante, mencionó Ketil Isaksen del Instituto Meteorológico de Noruega. (Ritter, 2016) 6 “Cuando se construyó la cámara, ni siquiera había discusiones sobre el pergelisol”, indica Hege Njaa Aschim, coordinador de prensa de la organización que supervisa el proyecto. Y añade “pero el tiempo del último invierno fue como un verano noruego”. Cary Fowler, el cerebro de la cámara de semillas, refiere “Nunca se nos ocurrió el término de ‘Bóveda del juicio final’, la idea era proporcionar una póliza de seguridad para que en caso de que algo ocurriese en otras instalaciones similares, no se llegase a un evento de extinción”. 7 Fowler es enfático —una ola de noticias presentaba la inundación como algo catastrófico, más que como una fisura que permitió la entrada del hielo derretido en unos 15 o 20 metros a lo largo de un túnel mucho más largo que va del exterior de la montaña hacia la cámara con un espacio tipo catedral en donde se ventilan las instalaciones del almacenamiento. 20
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desvió la atención de las noticias importantes. Hasta hace poco, el pergelisol no era una preocupación mayor para los científicos debido a que como sugiere el nombre, se trata de suelo permanentemente congelado. El problema es que este pergelisol en el Ártico contiene 1.8 x 1012 toneladas de carbono8, más del doble que lo que ya se encuentra en la atmósfera. Cuando el pergelisol se deshiele —por el aumento en la temperatura global — el carbono contenido ahí puede evaporarse como metano, el cual es un gas de efecto invernadero que es 34 veces más potente que el bióxido de carbono en escala secular y 86 veces más potente en la escala de dos décadas. (Romm, 2015) En otras palabras, tenemos atrapado en el pergelisol del Ártico el doble del carbono que ya está demoliendo la atmósfera terrestre y programado para ser liberado en una fecha que sigue posponiéndose, parcialmente en la forma de un gas que multiplica su poder de calentamiento9. Quizá se sepa que todos los días hay noticias 8 En Kuhry et al. (2013) el cálculo se hace en Petagramos y 1,672 Petagramos son cerca de 1.8x1012 tons (1 ton = 907,184.74 grs. => 1.8x1012 tons = 1,632.93x1015 grs = 1,632.93 Petagramos). 9 Varios científicos están en desacuerdo con esta afirmación; (Climate Feedback, 2017) Michael Mann indica que la ciencia “no sostiene la noción de una definitiva bomba de metano causada por el deshielo”. No hay duda de que el pergelisol se está derritiendo, de acuerdo con el Quinto Reporte del IPCC, para el 2100 “es virtualmente seguro que la extensión del pergelisol cercano a la superficie a grandes latitudes norte se reducirá a medida que la temperatura global promedio aumente; se proyecta que el área de pergelisol en los primeros 3.5 m de suelo disminuirá entre 37 y 81%, dependiendo del escenario de reducción de emisiones (RCP2.6 o RCP8.5, respectivamente)”. En cuanto al contexto de la afirmación, es necesario añadir que pocos científicos creen que exista un riesgo importante de rápida liberación de metano que ocurra repentinamente, todo de golpe, y que la mayoría del carbono probablemente escapará como bióxido de carbono, no como metano. El deshielo ocurrirá a lo largo de décadas, se trata de un proceso y no de un evento instantáneo. La intención, sin embargo, es la de ilustrar uno de los muchos factores de incertidumbre que existen en los modelos, lo factores que aún no se entienden y que tan significativos pueden ser en el calentamiento del planeta. Como lo indica Joseph Romm, “el deshielo de la tundra o pergelisol bien podría ser la única y más importante retroalimentación que amplifique el ciclo de carbono, y sin embargo, ninguno de los modelos del IPCC incluye NÚMERO 2 |
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alarmantes, ya sea como las del mes pasado, que sugerían que los datos recabados vía satélite mostraban que a partir de 1988 el planeta se había estado calentando más del doble de rápido que lo que los científicos habían pensado, (Hausfather, 2017) de hecho la descripción subyacente era considerablemente menos alarmista que los encabezados10, o
esta retroalimentación”. Y añade “Un estudio publicado en el 2011, de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) y el Centro Nacional de Información sobre Nieve y Hielo (NSIDC, por sus siglas en inglés), ambos de Estados Unidos, encontró que el deshielo del pergelisol convertirá al Ártico de un lugar que almacena carbono (sumidero) en uno que lo genera (fuente) en la década de los años 2020 y que liberará cien mil millones de tons (90.72 Petagramos o 90.72 miles de millones de toneladas) de carbono para el 2100”. Este estudio, menciona, supone que el carbono no se liberará como metano y sin embargo, se trata de “una cantidad equivalente a la mitad del que se ha liberado a la atmósfera desde el inicio de la revolución industrial”. Para mayor claridad, ninguno de los escenarios de calentamiento en lo que sigue de este análisis, se basan en la premisa de una liberación de metano proveniente del pergelisol. La liberación de metano es un comodín cuyos efectos pudiesen añadirse a las proyecciones del IPCC (Romm calcula que podría añadir un grado de calentamiento para el 2100 por sí sólo). Deben también considerarse los clatratos —burbujas de metano en el fondo del océano— que muchas compañías gaseras esperan poder minar (BBC,2017a) y acerca de las cuales, el geólogo Lee Kump de la Universidad Estatal de Pensilvania, dice “No hemos anticipado alguna de estas retroalimentaciones positivas —por ejemplo, estos paquetes de metano que podrían empezar a formar burbujas de un potente gas de efecto invernadero que proliferarían en la atmósfera. Existe ahí un potencial tremendo para liberar hidratos de metano; a medida que uno se desplaza hacia los polos, ya se empiezan a notar ahí las consecuencias del calentamiento en términos de la liberación de metano”. 10 Aunque la descripción se hizo en dichos términos, por ejemplo en el periódico Washington Post (2017a): Satellite temperature data, leaned on sharply by climate change doubters, revised sharply upward, la noticia era en realidad mucho menos dramática. Los datos de los satélites indicaban una revisión de la información elevando los valores del calentamiento, pero se trataba de información que previamente se había interpretado como estimaciones inferiores respecto de los conjuntos de datos adyacentes y que se modificó para traerla en línea con dichas estimaciones y conjuntos de datos, es decir, no se modificó la evaluación de que tan rápido el planeta se está calentando. Carl Mears, coautor del estudio (Mears y Wentz, 2017): “La afirmación es cierta para algunos datos, pero es confusa por la falta de contexto”. 22
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bien, las noticias de la Antártida en mayo pasado, que mostraban el crecimiento de una grieta en una capa de hielo en 17.7 kilómetros en tan sólo seis días, que luego continuó a un paso menor. Actualmente, un enorme trozo de hielo se ha separado formando el mayor de los icebergs de que se tenga noticia (casi 5,000 kms2), un proceso llamado poéticamente ‘parto’11. Pero no importa que tan bien informado se encuentre usted, de seguro no se encuentra lo suficientemente alarmado. A lo largo de las últimas décadas, nuestra cultura se ha vuelto apocalíptica con películas zombis y distopías al estilo Mad Max, (Sternbergh, 2016) quizá como el resultado colectivo de la desplazada ansiedad climática; pero cuando se trata de enfrentar los peligros del calentamiento en el mundo real, sufrimos de una increíble falta de imaginación. Las razones para ello son muchas: (i) el tímido lenguaje de las probabilidades científicas —aquéllas a las que el climatólogo James Hansen (2007) llamó “reticencia científica”12 en un artículo que fustiga a los científicos por editar sus propias observaciones tan concienzudamente que han fallado en comunicar lo terrible que es la amenaza; (ii) el hecho de que muchos países estén dominados por grupos de tecnócratas que creen que cualquier problema se puede resolver y una cultura opuesta que ni siquiera ve al calentamiento como un problema que merezca ser considerado; (iii) la forma en que la negación del calentamiento ha logrado hacer que hasta los científicos sean más cautelosos al ofrecer advertencias especulativas; (iv) la simple velocidad del cambio y, también, su inercia tal que sólo vemos ahora los efectos del calentamiento en las 11 Existe un debate en la comunidad científica (Washington Post 2017b) sobre si este parto en particular es un proceso natural o el resultado del calentamiento global (Newsweek, 2017); en cualquier caso, son noticias alarmantes dado que el hielo flotando en el océano se derretirá mucho más rápido. 12 Hansen (2007) menciona “En ciencia eres recompensado si no aprietas el paso demasiado rápido”. NÚMERO 2 |
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décadas pasadas13; (v) nuestra incertidumbre acerca de la incertidumbre, aquélla que la escritora Naomi Oreskes (2015) en particular, ha sugerido, nos impide prepararnos como si cualquier cosa peor que un resultado promedio fuese incluso posible; (vi) la forma en que suponemos que el calentamiento global impactará más fuertemente en algún otro lugar y no en todo lugar; (vii) la pequeñez (2 ºC14), la vastedad (1,632.93 miles de millones de toneladas15) y lo abstracto (400 partes por millón16) de los números; (viii) la incomodidad de considerar un problema que es muy difícil resolver, si no es que imposible; (ix) la escala completamente incomprensible de dicho problema y que significa el prospecto de nuestra propia aniquilación; (x) simple miedo. Pero la aversión que surge del miedo es también una forma de negación. Entre la reticencia científica y la ciencia ficción, se encuentra la ciencia misma. Lo que sigue no es una serie de predicciones sobre lo que ocurrirá —eso quedará determinado en gran parte por la mucho menos certera ciencia de la respuesta humana. Se trata de un retrato con nuestro mejor entendimiento de hacia dónde se dirige el planeta en ausencia de una acción agresiva para frenarlo. Es improbable que todos los escenarios de calentamiento ocurran completamente, debido principalmente a que la devastación en el camino sa-
13 De acuerdo con Hansen, la dificultad fundamental es la respuesta retrasada —la inercia del Sistema climático. “El océano es muy profundo y las capas de hielo tienen un grueso promedio de tres kilómetros, y ninguno responde rápidamente a lo que en realidad es un forzamiento débil. De manera que el sistema sólo ha respondido parcialmente al forzamiento que ya le hemos infringido en el pasado. Hay mucho más por venir; se trata de un sistema que responde en escalas temporales que van de décadas a siglos —se trata de una escala distinta de la escala política”. 14 Valor de la meta en el aumento de temperatura según el acuerdo de París. (UN, 2015) 15 La cantidad de carbono atrapada en el pergelisol del Ártico (ver nota 8). 16 Actual valor de la concentración atmosférica de CO2. 24
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cudirá nuestra complacencia; pero estos escenarios y no el clima actual son la línea base, de hecho, son nuestro programa17. (Matthews, 2017; Roberts, 2017; Meyer, 2017a) El tiempo presente del calentamiento global —la destrucción que ya hemos cocinado en nuestro futuro— es lo suficientemente horripilante18. La mayoría de la gente habla como si Bangladesh o Miami aún tuviesen oportunidad de sobrevivir; la mayoría de los científicos suponen que se perderán en este siglo, aun en el caso de que dejemos de quemar combustibles fósiles en la próxima década19. Se consideraba que 2 ºC de calentamiento marcaba el umbral de la catástrofe: decenas de millones de refugiados expulsados hacia un mundo no preparado; (Parry, 2011) ahora, los 2 ºC se han vuelto la meta del Acuerdo de París y los expertos nos conceden sólo pocas posibilidades de alcanzarla. (Friedman, 2015) Los reportes de evaluación que publica regularmente el IPCC son 17 Una visita a los peores escenarios y no una serie de predicciones sobre los resultados posibles; ensayos recomendados: Susan Matthews (2017), David Roberts (2017) y Robinson Meyer (2017a). 18 En Climate Change, Joseph Romm (2015) comenta: “Muchos elementos relevantes en nuestro clima empezaron a cambiar mucho más rápido que los científicos habían predicho. El Ártico empezó a perder hielo varias décadas antes de lo que indicaron todos y cada uno de los modelos del IPCC, lo que a su vez significa que el Ártico se empezó a calentar más rápido que lo que los científicos esperaban. Al mismo tiempo, las enormes capas de hielo en Groenlandia y en la Antártida, que contienen agua suficiente para elevar el nivel del mar por entre 25 y 80 metros, se han empezado a desintegrar un siglo antes de lo previsto, como lo predijo Richard Alley, un climatólogo líder en el 2005. En el 2014 y el 2015 aprendimos que ambas capas de hielo son mucho menos estables que lo pensado y que se encuentran peligrosamente cerca de los puntos de inflexión que las llevarían a un colapso irreversible y tasas dramáticas de elevación del nivel del mar”. 19 Sobre las amenazas en Miami, (Union of Concerned Scientists, 2017) en Bangladesh se proyecta la pérdida del 40% de la tierra con una elevación del mar de tan sólo 61 centímetros. En Ends of the World, Peter Brannen (2017) indica que con 3 ºC de calentamiento, Groenlandia se derretirá al igual que la capa en la Antártida occidental. Florida se hundirá al igual que Bangladesh, el Delta del Nilo, Nueva Orleans, la ciudad de Nueva York, Boston, Ámsterdam, Venecia, la península de Yucatán, la costa sur de Veracruz —donde se encuentran las instalaciones petroleras, etc. NÚMERO 2 |
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considerados el estándar dorado de la investigación climática; el más reciente de dichos reportes proyecta llegar a un calentamiento de 4 ºC a principios del próximo siglo si seguimos como hasta ahora. Pero se trata tan sólo del valor medio de una proyección; el extremo superior de la curva de probabilidad llega hasta los 8 ºC (IPCC, 2014) —y los autores no saben aún como lidiar con el deshielo del pergelisol. Los reportes del IPCC tampoco toman en cuenta completamente (i) el efecto del albedo (menos hielo implica que se refleja menor cantidad y se absorbe mayor cantidad de radiación solar, causando un calentamiento mayor); (ii) mayor abundancia/cobertura de nubes (que aumenta la cantidad de calor que atrapan)20, ni (iii) la desaparición del efecto que realizan los bosques y la vegetación sobre el carbono atmosférico (extraen carbono de la atmósfera)21. Cada uno de estos factores acelera el calentamiento22 y la historia del planeta muestra que la temperatura puede elevarse tanto como 5 ºC en trece años23. Peter Brannen (2017) señala, en The Ends of the 20 Algo que Ted Letcher considera “Una sobre-simplificación mayor e indica que el reporte del IPCC generalmente muestra una retroalimentación positiva por las nubes, indicando que eso conducirá a un calentamiento adicional”. 21 Algunos de estos efectos se incluyen en los reportes del IPCC, pero la información de Michael Oppenheimer, no sólo una de las autoridades líderes en calentamiento global sino también un científico fuertemente involucrado en el IPCC, tiene que ver con qué tan completamente se han incorporado en los modelos (Wallace-Wells, 2017c). Tienen razón quienes afirman que algunos de estos efectos se han considerado en los reportes del IPCC, pero no sabemos qué tan completamente han sido incluidos. 22 Tal y como ha sido mencionado por algunos científicos, existen lazos de retroalimentación que funcionan en la dirección opuesta —decelerando el calentamiento, pero en general estas retroalimentaciones negativas son consideradas menos potentes y el efecto neto permanece positivo o amplificador del calentamiento. Joseph Romm indica “En 2011 la revista Science publicó una reseña titulada ‘Lessons from Earth’s Past’ que sugería que el bióxido de carbono ‘puede tener al menos el doble del efecto sobre la temperatura global que se proyecta actualmente por los modelos’”. 23 Tasa de calentamiento durante el Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno. (Wright y Schaller, 2013) 26
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World, su nueva historia sobre los mayores eventos de extinción del planeta24, que la última vez que el planeta estuvo 4 grados más caliente, los océanos se encontraban decenas de metros más arriba. La Tierra ha experimentado cinco extinciones masivas (BBC, 2014) antes de la que vivimos ahora25, cada una fue un borrador tan completo del récord evolutivo que acabó siendo reiniciadora del reloj planetario26 y muchos climatólogos dirán que son la mejor analogía del futuro ecológico en el que nos estamos metiendo de cabeza27. A menos que el lector sea un adolescente informado, usted probablemente leyó en los libros de la educación secundaria que las extinciones fueron el resultado de impactos por asteroides; de hecho, excepto el que mató a los dinosaurios, todos han sido por la desmedida abundancia de gases de efecto invernadero en la atmósfera que, a su vez, ha aumentado la temperatura global promedio28 y creado 24 Una vía atractiva a la historia de las extinciones masivas. 25 En el libro Dire Predictions, de Michael Mann y Lee Kump (Mann y Kump, 2015), se estima que 4 grados de calentamiento eliminarían entre 40 y 70% de las especies en el planeta. Con 2.2 ºC, perderíamos entre 15 y 37%. 26 Al respecto, Peter Ward (Wallace-Wells, 2017d) afirma: “Las extinciones masivas, para mí, son realmente interesantes en términos de lo que sucede después de que se llevan a cabo, tenemos este período de muerte y la recuperación, especialmente de la fauna, es totalmente diferente. Y ello conduce a preguntarse ¿Qué tan larga será la recuperación si tenemos ahora una extinción?” 27 Lee Kump (Climate Feedback, 2017) habla de “Encontrar mundos análogos al futuro, tenemos que revisar la historia de la Tierra; cada una de las extinciones, incluida la actual, se inicia con un desencadenamiento. En el pasado han sido erupciones volcánicas, ahora es la quema de combustibles fósiles, pero se trata de perturbaciones al sistema que son muy similares. El problema es que la segunda se ve posteriormente amplificada por retroalimentaciones escondidas que son activadas por el calentamiento inicial y aumentan el calentamiento aún más”. 28 Peter Ward (Wallace-Wells, 2017d) señala “El impacto fue clave y rey durante las décadas de los años 1980 y 1990 —cada una de las grandes extinciones era atribuida al impacto. Pero en realidad no, ahora sabemos que no se trataba de extinciones por impacto; teníamos que inventar un nuevo término. No se quién fue el primero que lo acuñó, pero apareció pronto como extinciones por invernadero. Y este nuevo paradigma emNÚMERO 2 |
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un cambio climático. La más notable ocurrió hace 252 millones de años; empezó cuando el carbono calentó al planeta por 5 grados, se aceleró cuando dicho calentamiento liberó el metano en el Ártico y acabó con el 97% de la vida en el planeta29. Actualmente, estamos añadiendo carbono a la atmósfera con una tasa considerablemente más elevada, al menos diez veces más rápido de acuerdo a la mayoría de las estimaciones30 y dicha tasa se está acelerando31. Al parecer, esto es lo que pezó a colocarse tan exitosamente que ahora consideramos que hasta la extinción K-T —la que acabó con los dinosaurios— también tuvo una componente de invernadero, pues hubo un calentamiento inmediatamente después del impacto”. 29 Mayor información sobre la extinción a finales del Pérmico se encuentra en Hoffman (2017) de la revista National Geographic y en este otro de Phys.org (2015) y en la entrevista a Peter Ward. (Wallace-Wells, 2017d) En la encuesta de Climate Feedback (2017) a los científicos, Lee Kump menciona respecto a la extinción a finales del Pérmico “Si hubo liberación de metano o no, permanece como una especulación no improbable”, aunque en forma menos equívoca, expresa: “Para mí, una erupción volcánica en Siberia desencadenó todo, uno de los más grandes eventos volcánicos de todos los tiempos. Y eso tuvo los efectos predecibles: liberación de CO2, metano, y finalmente, extinciones masivas.” 30 Lee Kump señala: “Las tasas máximas de emisión de carbono para ambos, el Máximo Térmico Paleoceno-Eoceno y el final del Pérmico, son cercanas a mil millones de tons (907.18 millones de toneladas) de carbono y actualmente estamos emitiendo diez veces más (9,071.8 millones de toneladas); la duración de ambos eventos fue mucho más larga que lo que durará la quema de combustibles fósiles y por lo tanto, la cantidad total será inferior —pero no por un factor de diez, sino por un factor de dos o tres”. De acuerdo con el World Bank, (Banco Mundial, 2012) “La concentración actual de CO2 es más elevada que lo que ha ocurrido a lo largo de los últimos 15 millones de años de acuerdo con las evidencias paleo-climática y geológica”. 31 Kevin Trenberth, un científico del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica (NCAR, por sus siglas en inglés) declaró a Inside Climate News (Berwyn, 2016): “Vamos en la dirección completamente equivocada, sin alguna indicación de que el planeta en su conjunto tenga el problema bajo control”. Joseph Romm lo dice en otros términos: “La tasa actual de crecimiento en el calentamiento global es aproximadamente la misma que detonar 400,000 bombas como la de Hiroshima al día, los 365 días del año”. 28
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Stephen Hawking tenía en mente cuando declaró esta primavera que, para sobrevivir, las especies necesitan colonizar otros planetas en el siguiente siglo (Knapton, 2017) y puede que también haya sido lo que impulsó a Elon Musk para que develara en el mes de junio sus planes para construir un hábitat en Marte en un lapso de 40 a 100 años. (Osborne, 2017) Por supuesto, ninguno de los dos es especialista en el tema, y muy probablemente están tan inclinados hacia el pánico irracional como usted o yo; pero los científicos con las mejores credenciales posibles en el campo, sin inclinaciones hacia el alarmismo y algunos de ellos consejeros del IPCC —al que no cesan de criticar por su conservadurismo— también han alcanzado una conclusión apocalíptica: ningún programa plausible para la reducción de emisiones, por sí sólo, puede prevenir el desastre climático. (Wallace-Wells, 2017b, e) En las últimas décadas, el término Antropoceno ha brincado del discurso académico a la imaginación popular —un nombre dado a la era geológica en que vivimos actualmente y al mismo tiempo, una forma de señalar que se trata de una nueva era, definida en el mural de la profunda historia de la intervención humana. (Sullivan, 2015) Un primer problema con el término es que implica una cierta conquista de la naturaleza y hace resonar el “dominio” bíblico. Y sin importar lo optimista que se pueda ser acerca de la proposición de que ya hemos devastado al mundo natural, lo que de seguro hemos hecho, otra cosa completamente diferente es el considerar la posibilidad de que, aunque sólo lo hayamos provocado, construyéndolo inicialmente en la ignorancia y después en la negación, se trata de un enardecido sistema climático que irá a la guerra contra nosotros durante muchos siglos, quizá hasta que nos destruya. Eso es lo que quiere decir Wallace Smith Broecker, el afectuoso oceanógrafo que acuñó el término “calentamiento global”, cuando llama al planeta una “bestia enojada” y añade: “También podría decírsele “Máquina de guerra”, cada día los humanos le proveemos más armas”. (Stevens, 1998) NÚMERO 2 |
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Muerte por calor. El baño de Nueva York Al igual que todos los mamíferos, los humanos somos motores térmicos; para sobrevivir tenemos que enfriarnos continuamente, como lo hacen los perros al jadear. Para ello, se necesita que la temperatura del aire sea lo suficientemente baja y pueda actuar como refrigerante, retirando calor de la piel para que el motor pueda seguir funcionando. Cuando el calentamiento llega a 7 ºC, tal mecanismo se vuelve imposible en grandes porciones de la banda ecuatorial del planeta y especialmente en los trópicos, donde la humedad contribuye al problema; (Sherwood y Huber, 2010) en las junglas de Costa Rica, por ejemplo, donde frecuentemente la humedad pasa del 90%, el andar fuera cuando la temperatura sobrepasa los 40.6 ºC es letal32 y rápido: en pocas horas el cuerpo humano se cocina hasta la muerte tanto desde adentro como desde afuera. (Sherwood, Kjellstrom y Green, 2010) Los escépticos del calentamiento global señalan que el planeta se ha calentado y enfriado en muchas ocasiones previas, pero la ventana climática que permite la existencia de la vida humana es muy estrecha, aun para los estándares de la historia planetaria. Con un calentamiento de 11 o 12 ºC y la distribución actual, más de la mitad de la población mundial moriría por el calor directo. (Sherwood y Huber, 2010) Casi seguramente la temperatura no llegará a tales valores en el presente siglo, aunque los modelos sin reducción de emisiones indican que, eventualmente, llegaremos a ellos33. Durante este siglo y especialmente en los trópicos, los pro32 Esta calculadora de la temperatura de bulbo húmedo (NWS, 2017) puede ser usada para explorar otras circunstancias. 33 En opinión de Sherwood: “Uno de los problemas en el IPCC es el de concentrase en lo que ocurrirá en el 2100. Si uno va hasta el 2300, no es difícil sobrepasar los seis grados —la mitad de los modelos lo hacen. Algunos de los modelos utilizados en el 5to reporte del IPCC eventualmente llegan a más de 10 ºC en el escenario sin mitigación (aunque no lo hacen sino hasta el siglo siguiente o el posterior a éste). Se podría decir que es improbable, pero como la mayoría de los modelos eventualmente exceden los 6 ºC, lo que en realidad resulta improbable es que sin mitigación, ello no ocurra”. 30
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blemas nos llegarán más rápido aún que bajo un aumento de 7 ºC. El factor clave es conocido con el nombre de temperatura de bulbo húmedo y se trata de una medición en la que se registra el calor mediante un termómetro en contacto con el aire, pero envuelto en un paño húmedo (como la humedad de un paño húmedo en presencia de aire seco se evapora más rápido, el valor medido refleja tanto el calor como la humedad). Actualmente, la mayoría de las regiones alcanzan una temperatura de bulbo húmedo máxima de 26 o 27 ºC; la línea roja para la habitabilidad está en 35 ºC, pero lo que se conoce como estrés térmico ocurre mucho antes. (Sherwood y Huber, 2010) De hecho ya nos encontramos en dicho punto: el número de lugares que sufren calor extremo o peligroso en el planeta (Hansen et al., 2012) ha aumentado 50 veces desde 1960 y un aumento mayor está por venir. Los cinco veranos más calientes en Europa desde 1500, todos han ocurrido a partir del 2002 (Banco Mundial, 2012), y pronto, advierte el IPCC, estar en el exterior en esas épocas del año, será insalubre en la mayoría del globo terráqueo34. Aun si logramos la meta de 2 ºC del Acuerdo de París, algunas ciudades como Karachi o Calcuta se volverán casi inhabitables, y sufrirán anualmente ondas de calor mortales como las que las lisiaron en el 34 La advertencia aparece en la página 15 de la Síntesis del 5to Reporte. (IPCC, 2014) Los efectos llegarán gradualmente, empezando con el día inusualmente caliente; luego, esos días inusualmente calientes gradualmente serán más frecuentes. Como ocurre con todos los efectos climáticos mencionados en este trabajo, es importante recordar que el estrés térmico no es un efecto binario, es decir, no es que haya dos opciones: ondas de calor letales y temperaturas normales, confortables; se trata de que el calentamiento global hará que gradualmente nos llegue más y más estrés térmico. Por supuesto, lo mismo es válido para los efectos del calentamiento sobre la agricultura, la economía, los conflictos y todas las demás áreas. Como lo explica Richard Alley: “Ya hemos calentado al planeta por 1 ºC; la impresión general es que cada grado es más costoso, más dañino que el grado previo. La mayoría de las estimaciones coinciden en que el primer grado fue casi gratuito, pero se puede ver una línea punteada que conduce a Siria: el segundo grado costará más que el primero; se podría decir que cuesta el cuadrado del calentamiento”. NÚMERO 2 |
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201535. Con un aumento de 4 ºC, la onda de calor en Europa durante el 2003 que mató a 2,000 personas al día, sería lo normal en el verano. (Banco Mundial, 2012) De acuerdo a una evaluación de la NOAA, enfocada sólo a los efectos en los Estados Unidos, de llegar a 6 ºC, cualquier clase de trabajo durante el verano se volvería imposible en el Valle del Bajo Misisipí y todas las personas al este de las Rocky Mountains sufriría un estrés térmico mayor al que actualmente sufre cualquier persona en cualquier lugar del planeta (Dunne, Stouffer y John, 2013). Como lo indica Joseph Romm (2015) en su libro Climate Change: What Everyone Needs to Know, el estrés térmico en la ciudad de Nueva York podría sobrepasar al actual en Bahréin, uno de los puntos más calientes del planeta y la temperatura en Bahréin, induciría hipertermia en los humanos aun cuando estuviesen dormidos. (Dunne, Stouffer y John, 2013, p. 38) No olvidemos que el extremo superior de la estimación del IPCC es 2 grados más caliente. A finales de siglo, el Banco Mundial ha estimado que los meses más frescos en América del Sur, África y el Pacífico, probablemente serán más calientes que los meses más calientes al final del siglo XX. (Banco Mundial, 2012) El aire acondicionado puede ayudar en un principio, pero eventualmente sólo añadirá más carbono a la atmósfera acrecentando el problema; adicionalmente, dejando de lado a los centros comerciales climatizados en los Emiratos Árabes, no es ni remotamente plausible vender aparatos de aire acondicionado a todas las partes más calientes del planeta, siendo muchas de ellas también las más pobres36. En efecto, la crisis será más dramática en el Medio Oriente y el Golfo Pérsico, donde el índice de calor registró temperaturas tan altas como 72.8 ºC (Rice, 2015) en el 2015. Tan pronto como dentro de algunas décadas, el pe35 Aun y cuando esas aspiraciones se realizasen, se podrían esperar grandes aumentos en la frecuencia de ondas mortales de calor, afectando a más de 350 millones de habitantes en mega-ciudades para mediados de siglo. (Matthews, Wilby y Murphy, 2016) 36 El intercambio aire acondicionado/carbono es especialmente agudo en los países en vías de desarrollo. (Greenstone, 2016) 32
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regrinaje musulmán a la Meca se volverá imposible para los dos millones de personas que lo realizan cada año. (Pal y Eltahir, 2016; Schwartz, 2015) No son sólo el peregrinaje y la Meca; el calor ya nos está matando. En la región azucarera de El Salvador, tanto como la quinta parte de la población tiene enfermedad renal crónica, incluyendo a más de la cuarta parte de los hombres; se considera un presunto resultado de la deshidratación por trabajar en los campos que apenas hace un par de décadas cosechaban confortablemente. (Palmer, 2017) Mediante diálisis, un procedimiento costoso que debe realizarse frecuentemente, quienes padecen la enfermedad pueden alargar su vida hasta por cinco años; sin diálisis, la esperanza de vida es de semanas37. Por supuesto, se espera que el estrés térmico también nos golpeé en otros sitios aparte de los riñones. La temperatura en el desierto de California a mediados de junio fue de 49.4 ºC en Palm Springs; (McMillan, 2016) sin llegar a establecerse como récord, aunque estuvo muy cerca de lograrlo. (Atagi, 2016) El fin de la comida. Orando por campos de maíz en la tundra Los climas difieren y la vegetación varía, pero la regla básica de los cultivos de cereales básicos que crecen a una temperatura óptima es que por cada grado que suba la temperatura, las cosechas declinan en un 10%; (Battisti y Naylor, 2009) otras estimaciones suben a 15 o 17%38. Esto significa 37 “El promedio de la esperanza de vida mediante diálisis se encuentra entre 5 y 10 años” (NKF, s. f.), estima la Fundación Nacional del Riñón. 38 “Bajo condiciones óptimas —en parcelas controladas donde se tienen pesticidas e irrigación— se obtiene esta disminución típica de entre 10 y 17% por cada grado que la temperatura aumente”, de acuerdo con David Battisti (2009). “A lo que la gente usualmente responde con ‘Y ¿qué sucede con la fertilización de carbono?’” pues se ha pensado que la mayor abundancia de carbono en la atmósfera ayuda al crecimiento de las plantas como si se tratase de un fertilizante aerotransportado. “De todo lo que yo he visto acerca de la fertilización con CO2, nada resulta provechoso para los granos. Puede que sea útil en la creación de biomasa, pero no ayuda a los granos; y si, en consecuencia, si uno quiere comer las hojas de la NÚMERO 2 |
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que, si el planeta llega a calentarse 5ºC para finales de siglo y tomando en cuenta que ya se calentó 1ºC, tendremos tanto como 50 o 75% más gente que alimentar y 40% menos granos para hacerlo39. En términos de proteínas el resultado es peor: se necesitan 16 calorías de granos para producir una sola caloría en la carne de una hamburguesa40, carne que obtuvo el carnicero de una vaca que, además, pasó su vida contaminando la atmósfera con eructos y flatos de metano41. Los fisiólogos vegetales precisan que la regla sobre los cereales es válida sólo en las regiones que ya se encuentran a la temperatura de máximo crecimiento y teóricamente, un clima más cálido ayudaría a cultivar maíz en Groenlandia, por ejemplo. El problema es que, como lo muestra el trabajo de Rosamond Naylor y David Battisti, los trópicos ya se encuentran a una temperatura demasiado alta como para crecer granos eficientemente y los sitios donde actualmente se producen dichos granos, ya se encuentran a la temperatura óptima para su cultivo —lo que significa que con un poco más de calentaplanta de trigo, puede que resulte adecuado, pero si lo que se quiere comer es la semilla del trigo, no resulta necesariamente benéfico”. 39 Battisti menciona que “existen algunas medidas adicionales que se podrían tomar: podría evitarse que los países en desarrollo adoptasen la desastrosa dieta de la carne, lo que ayudaría en la mitigación. Hasta ahora, cuando la gente eleva su poder económico, desplaza su dieta hacia la carne, lo que implica una mayor producción de granos para alimentar al ganado ovino, porcino y aviar, principalmente. Cualquier país, hasta India —aunque en menor medida por razones religiosas— está cambiando a un mayor consumo de carne per capita. La tendencia es que a medida que los ingresos aumentan, el consumo de carne aumenta y ello implica que la demanda de granos explotará exponencialmente”. 40 Nuevamente Battisti: “Existen estas tasas de conversión de semillas que van desde un factor —el valor mínimo es tres, tres kilogramos de proteínas que como alimento para un pez, se convierten en sólo un kilogramo de proteína que se obtendrá del pez— hasta el caso del ganado ovino donde el factor es de 10. Esta ineficiencia hace que la demanda de granos para alimentar cerdos y gallinas sea enrome”. 41 Aunque los eructos son en realidad peores; (Blitz, 2014) en la revista National Geographic se reportó recientemente que, dado el consumo desmedido de carne, los eructos de las vacas son responsables del 26% de las emisiones de metano por los Estados Unidos. (Wei-Haas, 2015) 34
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miento, caerán por la pendiente de disminución en la productividad42. “Y las tierras de cultivos no se pueden desplazar fácilmente hacia el norte unos cientos de kilómetros debido a que las cosechas en sitios como Canadá o Rusia, se encuentran limitadas por la calidad de su suelo; al planeta le toma varios siglos producir tierra óptimamente fértil43. Las sequías podrían ser un problema mayor que el calor, convirtiendo rápidamente la parte de la tierra más arable del planeta en desierto44. La precipitación es notablemente difícil de 42 Battisti especifica: “Si te encuentras más allá de la temperatura óptima, como sucede en los trópicos, a medida que la temperatura aumente, las cosechas disminuirán. En las latitudes medias, la gente no se ha preocupado tanto porque se encuentran cerca de la temperatura óptima para el cultivo de granos, pero a esas latitudes, existe una gran variabilidad natural en la temperatura durante la época de crecimiento con respecto a la de los trópicos que son más estables. De manera que se tiene este bamboleo de la temperatura y si ésta ya ha aumentado demasiado y se encuentra en la pendiente de bajada, empezará a bambolear por todos lados, cualquier cosa menos las condiciones de perfecta calidez que tenemos ahora, se llegaría a temperaturas demasiado altas, como las actuales en los trópicos. De esta manera, la volatilidad en el campo será enorme y nuestros cálculos lo muestran: para el 2050 bajo un típico escenario medio de emisiones, se tendrá el doble de volatilidad en los granos a latitudes medias. En naciones como China, los Estados Unidos, Europa, Ucrania —los graneros del planeta— la volatilidad de un año al siguiente, debida exclusivamente a la variabilidad climática natural a temperaturas más elevadas, será mucho mayor. El impacto en los cultivos será cada vez mayor”. 43 Battisti aclara: “Casi toda la tierra arable que vale la pena cultivar, ya está siendo cultivada, de manera que no se puede decir a donde ir. Si se pensaba que el calentamiento ayudaría a la producción en latitudes mayores, la respuesta es no, debido a que se necesita mucho tiempo para que el suelo esté preparado para cultivar granos. En muchos lugares del norte de Canadá, se acaba el suelo, se pierden las condiciones para cultivar. Una parte es el clima y la otra es la calidad del crecimiento. Hasta hace poco, en ese suelo se encontraba un gran pedazo de hielo y por lo tanto, no existe una capa superficial en el suelo —humus— para sembrar” De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, se requieren 1,000 años para que se forme una capa de suelo fértil de 3 centímetros de espesor. (Arsenault, s. f.) 44 “Una extensión tan grande como la tercera parte de la tierra actualmente habitada y arable, se enfrenta a una sequía casi permanente en NÚMERO 2 |
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modelar y, sin embargo, las predicciones para finales de siglo son básicamente unánimes: sequías sin precedente alguno en casi todos los sitios en donde actualmente producimos comida45. Sin reducciones dramáticas en las emisiones de gases de efecto invernadero, para el 2080 el sur de Europa se encontrará permanentemente en una sequía extrema, mucho peor que lo que fue el Dust Bowl en los Estados Unidos en la década de los 1930. (Cook et al., 2014) Lo mismo ocurrirá en Irak y Siria y en la mayoría del resto de Medio Oriente, en algunas de las zonas más densamente pobladas en Australia, África y América del Sur y en las regiones productoras de granos en China. (Romm, 2015. p. 99) Ninguno de estos lugares, que actualmente proporcionan la mayoría de la comida mundial, será fuente confiable de la misma. En los Estados Unidos y de acuerdo a un estudio de la NASA publicado en el 2015, las sequías en las planicies y el sureste no sólo serán mucho peores que las del Dust Bowl, sino las peores en un milenio, incluyendo las que ocurrieron en 1100 y 1300 que “secaron todos los ríos del este de la Sierra Nevada” y probablemente causaron la desaparición de la cultura Anasazi46. Recordemos que, además, no vivimos en un mundo sin hambre; estamos lejos, muy lejos de ello. La mayoría de las estimaciones fijan el número de desnutridos globalmente en 795 millones de personas. (WHO, 2016) Y en caso de que no lo hayan notado, la primavera pasada trajo una hambruna cuádruple sin precedentes a África y el Medio Oriente; la Organización de las Naciones Unidas ha advertido que los eventos
este siglo”, indica Joseph Romm en Climate Change: What Everyone Needs of Know. (Romm, 2015) 45 Peter Brannen, en The Ends of the World (Brannen, 2017) afirma: “Para el 2050, de acuerdo con un estudio del Massachusetts Institute of Technology (MIT) del 2014, existirán cinco mil millones de personas viviendo en áreas con estrés hídrico (falta de agua)”. 46 Lo entrecomillado es de Romm (2015), analizando el trabajo de Cook, Ault y Smerdon (2015), resumido en Cole y McCarthy (2017). 36
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de inanición en Somalia, Sudán del Sur, Nigeria y Yemen podrían acabar con 20 millones de personas sólo en este año. (UN, 2017) Plagas climáticas. ¿Qué sucede cuando se derrite el hielo que contiene las bacterias de la plaga bubónica? Las rocas en el lugar adecuado contienen el registro de la historia del planeta; eras tan largas como millones de años y aplanadas por las fuerzas del tiempo geológico en estratos que apenas tienen unos centímetros o menos de ancho. El hielo funciona de la misma manera, como un gran libro donde se congelan clima, ambiente e historia; todo lo cual puede ser reanimado al deshelarse. En el Ártico existen actualmente enfermedades atrapadas en hielo, inclusive algunas que no han circulado en el aire por millones de años —desde antes de que los humanos existiesen y se las encontraran. (BBC, 2017b) Ello significa que nuestros sistemas de inmunidad no tendrán idea alguna sobre cómo responder ante las plagas prehistóricas cuando éstas emerjan del hielo. También en el Ártico se encuentran ‘almacenados’ terribles microbios de épocas más recientes. En Alaska ya se han descubierto remanentes de la famosa gripe de 1918 en el cadáver congelado de una mujer (NIH, 2007) que infectó a más de 500 millones y mató a 100 millones —cerca del 5% de la población mundial y casi seis veces el número de muertes en la guerra mundial para la que la pandemia funcionó como una horrible lápida. Tal y como lo reportó la BBC en mayo, (BBC, 2017b) los científicos sospechan que la viruela y la plaga bubónica se encuentran atrapadas en el hielo siberiano —una historia abreviada de las devastadoras enfermedades humanas que fue abandonada al sol del Ártico. Los expertos advierten que muchos de estos organismos no podrán sobrevivir al deshielo, señalan las fastidiosas condiciones del laboratorio bajo las cuales se han reanimado a algunos de ellos —la extremófila bacteria de hace 32,000 años encontrada en el 2005 (NASA, 2005) que volvió a la NÚMERO 2 |
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vida inmediatamente después de deshelarse, un microbio de hace 8 millones de años que fue vuelto a la vida en el 2007, aunque creció muy lentamente al revivir, (Brahic, 2007; Bidle et al., 2007) el organismo de 3.5 millones de años que el científico ruso Anatoli Brouchkov se inyectó sólo por curiosidad para ver que ocurriría, (Pearson, 2015; RT, 2015) y así sugieren que dichas condiciones especiales son necesarias para el regreso de plagas tan viejas. (Charlier et al., 2017) Sin embargo, el año pasado murió un niño y 20 personas fueron infectadas por ántrax liberado al deshelarse el pergelisol que cubría el cadáver de un reno que había muerto por la bacteria 75 años antes; alrededor de otros 2,000 renos también fueron infectados y dispersaron la enfermedad más allá de la tundra. (Luhn, 2016; Washington Post, 2016) Lo que preocupa a los epidemiólogos es: i) más enfermedades viejas y ii) la reubicación de plagas existentes, recargadas o incluso re-evolucionadas por el calentamiento. El primer efecto es geográfico; antes del período moderno temprano, cuando los aventureros botes de vela aceleraban la mezcla de personas y sus microbios, el provincialismo era una guardia contra la pandemia. Hoy en día, aun con la globalización y el entremezclado de poblaciones humanas, la mayoría de nuestros ecosistemas son estables y ello funciona como otro límite. El problema es que el calentamiento global va a perturbar a dichos ecosistemas y, con ello, a ayudar a que las enfermedades traspasen estos límites con la misma seguridad con la que lo hizo Cortés. Si uno vive en Francia, por ejemplo, no se preocupa mucho por el dengue o el paludismo, pero a medida que los trópicos reptan hacia los polos y los mosquitos migran con ellos, es seguro que la preocupación emergerá. El mejor ejemplo es que nadie se preocupaba por el virus Zika hace un par de años. Además, como sucede actualmente, posiblemente el Zika también sea un buen modelo (Wallace-Wells, 2016) para el segundo efecto preocupante —la mutación del virus. Una de las razones por las que no se oía hablar del Zika hasta muy 38
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recientemente es la de que se encontraba atrapado en Uganda; otra razón es que hasta hace muy poco, no parecía causar defectos de nacimiento. Los científicos aún no entienden completamente qué ocurrió o qué omitieron47. Pero hay cosas que sabemos con seguridad sobre cómo afecta el calor a algunas enfermedades: el paludismo, por ejemplo, prospera en regiones calientes no sólo porque los mosquitos que la transmiten también lo hacen, sino porque por cada grado que aumente la temperatura, el parásito se reproduce diez veces más rápido (un efecto que varía con la latitud, la humedad y otros factores). (Paaijmans et al., 2014) Esta es una de las razones por las que el Banco Mundial estima que, para el 2050, 5,200 millones de personas tendrán que lidiar con el problema48. Aire irrespirable. Una muerte rodante en la forma de niebla tóxica que sofoca a millones Cada día, cada uno de los humanos emite en promedio 1.05 kilogramos de CO2 sólo por respirar. Nuestros pulmones necesitan oxígeno, pero eso es sólo una fracción de lo que respiramos. La fracción de bióxido de carbono (CO2) en la atmósfera está creciendo, en volumen, acaba de cruzar las 410 ppm (partes por millón) y las estimaciones al extrapolar la tendencia actual sugieren que llegará a 1,000 ppm para el 2100. Con esa concentración, en comparación con el aire que respiramos ahora, la habilidad
47 Uno de los mayores problemas es el que los científicos carecen de datos sobre como afectó el Zika a los humanos en el pasado. Para conocer algunas hipótesis sobre el misterio consultar el reporte de Time. (Baker, 2016) 48 “Se proyecta que la población total en riesgo para el 2050 es cercana a 5,200 millones si sólo se consideran los impactos del calentamiento global” indica el Banco Mundial en Turn Down the Heat. (Banco Mundial, 2012) Para ser claros, la estimación no significa que 5,200 millones de personas estarán infectadas de paludismo, sino que esa cantidad de personas vivirán en condiciones donde potencialmente podrían verse infectadas. NÚMERO 2 |
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cognitiva del humano declinará en un 21% (aunque la ciencia sobre este tema es aún muy joven). (Allen et al., 2016; Chao, 2012; Romm, 2015, pp. 112-118) El resto de lo contenido en el aire es aún más espantoso, se trata de contaminación capaz de, en pequeños aumentos, acortar la vida en una década (un aumento en la contaminación de partículas PM2.5 suspendidas en el aire de tan sólo 10 microgramos por metro cúbico, reduce la vida de las víctimas que lo respiran en un lapso que va de 9 a 11 años). (Andersen, 2017; Ebenstein et al., 2017; Sarmiento G., 2016) Mientras más aumente la temperatura promedio del planeta, más ozono se forma y para mediados de siglo, el Centro Nacional para la Investigación Atmosférica (NCAR, por sus siglas en inglés) proyecta que sufriremos un aumento del 70% de ozono insalubre. (Pfister et al., 2014) Para el 2090, dos mil millones de gentes estarán respirando contaminación en el aire por encima del nivel “seguro” de la Organización Mundial de la Salud (WHO, por sus siglas en inglés). (Romm, 2015) Un artículo reciente muestra que, entre otros efectos, la exposición al ozono de una mujer encinta, aumenta el riesgo del feto al autismo (tanto como por un factor de diez, en combinación con otros factores ambientales); (McRae, 2017; Kim et al., 2017) el trabajo trae a la memoria la epidemia de autismo en West Hollywood (en este barrio de Los Ángeles, se han tenido cerca de tres veces más diagnósticos de autismo que el número esperado). (Zarembo, 2011) Actualmente, más de 10,000 personas mueren cada día en los Estados Unidos por las pequeñas partículas que la quema de combustibles fósiles emite a la atmósfera (se refiere a las partículas suspendidas en el aire cuyo diámetro es menor o igual a 2.5 micras, PM2.5;(Wallace-Wells, 2017e) cada año mueren 339,000 personas por respirar humo (cifras de hace más de una década, en la actualidad deberían ser mucho mayores, (Johnston et al., 2012) en parte debido a que el calentamiento global ha extendido el período de incendios forestales: en los Estados Unidos el período se ha extendido 40
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por 78 días a partir de 1970. (Richtel y Santos, 2016) De acuerdo con el servicio forestal de Estados Unidos para el 2050, (USDA, 2012) los incendios serán el doble de destructivos que lo que son ahora; en algunos lugares, el área quemada podría crecer hasta por un factor de 5. (USDA, 2015) Lo más preocupante es el efecto que tendría en las emisiones, especialmente cuando el incendio destroza bosques que han crecido de la turba. Los incendios de este tipo de terrenos en Indonesia durante 1997, por ejemplo, aumentaron en 40% la cantidad de CO2 liberado y un número mayor de incendios sólo significa más calentamiento que ocasiona mayor número de incendios (los incendios continuaron en 1998 pero la cantidad de carbono se refiere sólo a 1997 y eso significa que la estimación es demasiado baja). (Page et al., 2002) Existe también la aterradora posibilidad de que los bosques de lluvia, como Amazonia —que en el 2010 sufrió su segunda sequía “de cada cien años” en un lapso de 5 años49—, se pudiesen secar lo suficiente como para volverse vulnerables a esta clase de incendios devastadores —que no sólo emitirían enormes cantidades de carbono a la atmósfera, sino que disminuirían considerablemente el tamaño del bosque. Estos eventos son especialmente dañinos debido a que la Amazonia, por sí sola, proporciona el 20% del oxígeno que respiramos50. Luego siguen las formas más familiares de la contaminación. El deshielo del Ártico en el 2013 remodeló los patrones del clima asiático, privando a China de los sistemas naturales de ventilación de los que depende; ello cubrió la mayoría del norte con una niebla tóxica irrespirable51, literalmente irres49 Obviamente, sequías a esta escala, técnicamente, no deberían ser consideradas eventos “de cada 100 años”. (Romm, 2011) 50 Que tan fuerte es el riesgo de que nos quedemos sin oxígeno, depende no sólo de una Amazonia significativamente disminuida, sino también de la fortaleza o debilidad del océano. (ver sección VIII; Rainforest Foundation, s. f.) 51 “Hoy, el aire de Shanghai tiene un sabor en capas”, dijo el jefe Alan Yu en el 2013 (Meyer, 2017b). “Al principio sabe ligeramente astringente con un poco de humo; en contacto pleno con el paladar, el regusto tiene cierta NÚMERO 2 |
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pirable; El problema fue ampliamente difundido, (Financial Times, 2013) pero recientemente, China ha tomado ciertas medidas para reducir su dependencia en electricidad generada mediante carbón, lo que probablemente disminuirá la acumulación de smog. (Forsythe, 2017) Un indicador llamado Índice de calidad del aire categoriza los riesgos y remata en el intervalo 301 a 500, advirtiendo del serio agravamiento de enfermedades cardíacas o pulmonares y muerte prematura en personas con enfermedad cardiopulmonar o edad avanzada, y del riesgo severo de efectos respiratorios para los demás; a ese nivel, todos deberían evitar todo tipo de esfuerzo en exteriores (AQI, s. f.; State of the air, s. f.). El problema de la contaminación en el 2013 llegó a lo que equivaldría a un valor superior a 800 en el Índice; (Levine, 2013) ese año la contaminación del aire fue responsable de la tercera parte de las muertes en el país. (Yan, 2016) Guerra perpetua. La violencia horneada en el calor Los climatólogos son muy cuidadosos cuando hablan de Siria52. Quieren que uno sepa que mientras el calentamiento global produjo una sequía que contribuyó a la guerra civil, no es justo decir que el conflicto es el resultado del calentamiento: por ejemplo, la misma pérdida de cosechas53 se tuvo en amargura terrenal y bajo una distinción cuidadosa, hasta se puede sentir partículas suspendidas como polvo”. 52 Marshall Burke del Centro de Ciencias de los Sistemas Terrestres de Stanford (Burke, s. f.) indica: “Existe una gran cantidad de evidencia narrativa cualitativa que liga al clima con el conflicto civil en Siria. Creo que algo de ello es irresistible, pero es difícil obtener un caso cuantitativo para cualquier conflicto particular y asegurar que el calentamiento fue la causa. No observamos la guerra civil en Siria sin la sequía del 2007, de manera que no se tiene un buen experimento”. Michael Mann, director del Centro de Ciencias de Sistemas Terrestres de la Universidad de Pensilvania añade: “El levantamiento sirio fue impulsado por otra sequía, la peor registrada en 900 años, según el paleo-registro. Las sequías son importantes, se encuentran detrás de muchos de los conflictos que vemos”. 53 Existen, por supuesto, muchos problemas que no llegan a guerras civiles. Peter Brannen (2017) en The Ends of the World sostiene: “En 2012, cuando falló el monzón en India (como se espera que suceda en un 42
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Líbano, al lado de Siria. Pero algunos investigadores como Marshall Burke y Solomon Hsiang se las han ingeniado para cuantificar algunas de las relaciones no obvias entre la temperatura y la violencia54: por cada medio grado de calentamiento, las sociedades verán un aumento de entre 10 y 20% en la probabilidad de que ocurra un conflicto armado55. En la mundo más caliente), 670 millones de personas —el 10% de la población mundial— perdió la electricidad cuando la red de distribución se vio lisiada por una demanda inusualmente alta de los granjeros que luchaban por regar sus campos y mientras las altas temperaturas ocasionaban que el resto de los indios buscase el aire acondicionado, enorme consumidor de energía eléctrica”. 54 Burke (s. f.) considera: “Una gran cantidad de investigadores han revisado estas relaciones y desde hace tiempo, han propuesto ciertas hipótesis. Se les puede encontrar al menos tan atrás como Shakespeare o quizá aun antes —mención de conexiones entre calor y violencia humana; como ejemplo, esta parte de Romeo y Julieta donde los buenos están en la calle —Benvolio y Mercucio— y uno de ellos dice al otro ‘Deberíamos entrar; hace calor afuera, nos vamos a enfadar y el resultado no será bueno’ y entonces se desata todo el infierno. Así es como empiezo ahora las pláticas sobre conflicto, con la referencia Shakespeariana”. “Es extraordinario lo claro y replicable que han sido los resultados en los últimos 20 o 30 años, un período durante el cual tenemos mejores datos de conflictos alrededor del mundo y se puede hacer un mejor trabajo para entender estadísticamente cuales han sido los enlaces; se pueden estudiar diferentes tipos de conflictos y dependiendo de en donde se fije uno, encontrar ciertos tipos de conflictos, pero no de otros tipos. La imagen icónica de la guerra civil que los estadounidenses tiene en la cabeza, es del tipo que aun sigue ocurriendo y se presenta preferiblemente en lugares como el África sub-saharaui. Por supuesto, en los últimos 150 años no hemos tenido guerra civil en Estados Unidos, pero sí otros tipos de violencia humana muy bien estructurados en términos de datos para ser analizados y de nuevo, a través de todos estos tipos diferentes de violencia, se encuentra esta fuerte relación positiva entre temperaturas por arriba de lo normal y conflictos en aumento”. 55 Burke (s. f.) afirma: “Cuando aumenta la temperatura por medio grado, se observa en promedio entre 10 y 20% de aumento en el riego de conflicto; eso, por supuesto, no significa que todo conflicto tenga algo que ver con el sistema climático; no estamos pretendiendo que todo conflicto tenga una raíz climática. Pero en promedio, el clima ha funcionado, en el lenguaje de la CIA, como un multiplicador de amenazas alrededor del mundo. Esto se observa tan fuertemente en los datos que es imposible ignorarlo; no podemos darle la espalda a este hecho histórico presente NÚMERO 2 |
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ciencia del clima nada es simple, pero la aritmética es desgarradora: Un planeta con una temperatura 5 ºC mayor tendría adicionalmente, al menos, la mitad de las guerras que tenemos hoy. En general, el número de conflictos sociales podría más que duplicarse en este siglo. (Burke, Hsiang y Miguel, 2015a; Carleton, Hsiang y Burke, 2016) Esta es una de las razones por las que los militares de las grandes potencias están obsesionados con el calentamiento global. (USDD, 2015) La inundación de todas las bases navales por el aumento en el nivel del mar es suficientemente problemática, pero sentirse e intentar ser la policía del mundo es algo mucho más difícil, especialmente si se duplica la tasa de crímenes. Por supuesto que no sólo ha sido en Siria donde el calentamiento global ha contribuido en la aparición de conflictos. Hay quienes especulan con que el elevado nivel de lucha en Medio Oriente durante la generación pasada refleja la presión del calentamiento global56 —una hipótesis cuanto más cruel considerando que el calentamiento empezó a acelerarse cuando el mundo industrializado57 extrajo y quemó el petróleo de la región. ¿Qué es lo que explica la relación entre el calentamiento global y la aparición de conflictos? Algo de ello proviene de la agricultura y la economía58; las migraciones forzadas tienen en los datos. ¿Entendemos completamente este hecho? No lo creo; existen muchos mecanismos potenciales diferentes que podrían ligar al clima con conflictos, pero lo relevante es que la liga está ahí, en los datos. De manera que ahora, nuestra tarea como investigadores es entender mejor cuales son los mecanismos exactos que enlazan a estas dos cosas. Somos muchos los que trabajamos en ello y ya se tienen algunas ideas, pero yo no afirmaría que existe evidencia incontrovertible en términos de entender perfectamente el enlace. Pero ignorar la liga sería una locura, es claramente, un hecho estadístico. 56 Burke sostiene: “No creo que se puedan descartar los efectos potenciales en el Medio Oriente, donde también hemos visto muchos conflictos, ni ahora ni el en futuro”. 57 Léase: Estados Unidos. 58 Burke: “Las temperaturas elevadas reducen la productividad agrícola, bajan las cosechas y para los campesinos que día a día se encuentran al margen de la subsistencia, esto bien podría alterar sus incentivos para 44
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mucho que ver; con un récord de al menos 65 millones de personas desplazadas y vagando por el planeta (cifra del 2016, ahora es probablemente mayor). (Sengupta, 2016) Pero también se tiene el simple factor de la irritabilidad individual59. El calor aumenta las tasas de crímenes municipales, el maldecir en medios sociales, las peleas en eventos deportivos, etc. (APS, 2011; Ranson, 2012) Y el aire acondicionado que llegó a los países desarrollados a mediados del siglo pasado, en nada cambió la ola de crimen estival. Colapso económico permanente. Un capitalismo lúgubre en un mundo medio pobre. El murmullo del neoliberalismo global que prevaleció entre el final de la guerra fría y el inicio de la gran recesión fue el de que el crecimiento económico nos salvaría de cualquier cosa y de todo. Pero en la secuela de la quiebra del 2008, un número creciente de historiadores dedicados a lo que ellos llaman el ‘capitalismo fósil’ (Malm, 2016) ha empezado a sugerir que toda la historia del rápido crecimiento económico, que empezó repentinamente en el siglo XVIII, no es el resultado de la innovación o del comercio o de la dinámica del capitalismo global, sino simplemente nuestro descubrimiento de los combustibles fósiles y todo su poder bruto —una única inyección de un ‘valor’ nuevo en un sistema que previamente empezar o unirse a un conflicto”. “Necesitan recursos para poner comida en sus mesas y unirse a un conflicto es una manera de hacerlo —como lo muestra cierta literatura. Y, de nuevo, una temperatura elevada no es necesaria para involucrar a todo mundo en una guerra civil insurgente. Este tipo de conflictos, a menudo se inician por un número muy reducido de personas; para empezarlos, sólo se necesita afectar las decisiones de algunos puñados de individuos”. 59 Burke: “La gente en twitter se siente más enfadada cuando hace calor; usan emoticones de cara fruncida más frecuentemente. Las estadísticas muestran claramente que en los Estados Unidos se cometen mayor número de asaltos agravados y homicidios cuando hace calor. Contamos con trabajo reciente que muestra que la gente se vuelve violenta consigo misma cuando hace calor: suben las tasas de suicidios. Toda clase de violencia humana —desde la escala individual hasta la de grupo— muestra aumentos cuando la temperatura sube”. NÚMERO 2 |
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había sido caracterizado por una vida global de subsistencia. Antes de los combustibles fósiles, nadie vivía mejor que sus padres o abuelos o sus ancestros de 500 años atrás, excepto en las secuelas inmediatas de una gran plaga como la peste bubónica entre 1346 y 1361, que permitió a los suertudos supervivientes engullir los recursos liberados por quienes habían terminado en las fosas comunes. Estos historiadores argumentan que una vez que hayamos quemado todos los combustibles fósiles, quizá retornemos a una economía global de ‘estado estacionario’. Por supuesto, esa única inyección acarrea un costo devastador en el largo plazo: el calentamiento global. La investigación más excitante sobre la economía del calentamiento proviene también de Hsiang y sus colegas, quienes no son historiadores del capitalismo fósil pero que, por su cuenta, nos ofrecen un análisis desolador (Burke, Hsiang y Miguel, 2015b): cada grado centígrado de calentamiento cuesta, en promedio, el 1.2% del producto interno bruto60, un número enorme si se considera que contamos el crecimiento económico ‘fuerte’ mediante las cifras inferiores de un solo dígito61. Éste es el trabajo estrella en el campo y el valor medio de su proyección para fin de siglo es del 23% de pérdida en los ingresos per capita a nivel global, resultado de cambios en la agricultura, el crimen, las tormentas, la energía, la mortalidad y el empleo. (Burke, Hsiang y Miguel, 2015b) El seguir 60 Burke: “Las respuestas del producto interno bruto a las fluctuaciones en la temperatura son enormes, de manera que en los países calientes, si aumentas la temperatura un grado centígrado, pierdes cerca del 1% en el crecimiento del producto interno bruto en ese año: en lugar de un crecimiento anual del 2%, sólo se crece 1% y el efecto es enorme”. La estimación precisa de 1.2% para la pérdida de producto interno bruto, se realizó para el caso de los Estados Unidos. (Hsiang, et al., 2017) 61 Burke: “Históricamente, resulta que la temperatura óptima para producir bienes es de 13 ºC; esto se ve en los datos históricos. Y resulta que un par de las economías más grandes en el mundo, coincidentemente o no, están a 13 ºC exactos. De manera que el promedio anual de la temperatura en los Estados Unidos está por arriba de este valor: 13.4 ºC. En Palo Alto, California, el promedio anual es de 13 ºC, es decir, de acuerdo a los registros históricos, Silicon Valley está a la temperatura óptima para producir bienes” 46
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la forma de la curva de la distribución es más espeluznante: existe la posibilidad, de que el calentamiento global reduzca la producción mundial por más del 50% para el 2100 con una probabilidad del 12% y de que reduzca el producto interno bruto per capita en un 20% o más para el mismo año con una probabilidad del 51%, a menos que las emisiones declinen drásticamente. Como comparación, durante la gran recesión el producto interno bruto en los Estados Unidos bajó por un 6% en una única sacudida; Hsiang y colegas estiman, con una probabilidad de uno en ocho, un efecto continuo e irreversible a finales de siglo que será ocho veces peor. (Burke, Hsiang y Miguel, 2015b) Es difícil entender la escala de una devastación económica así, pero se puede empezar imaginando como luciría el mundo hoy con una economía a la mitad de lo que es, que produciría sólo la mitad del valor y generaría sólo la mitad de bienes para ofrecer a los trabajadores de todo el mundo. Con ello, el impacto económico de la cancelación de los vuelos en Phoenix el mes de junio del 2017 se ve patéticamente pequeña62. Además, y entre muchas otras cosas, estos números hacen que la idea de casi todos los gobiernos del planeta, de posponer la acción para reducir las emisiones y depender exclusivamente del crecimiento y la tecnología para resolver el problema del calentamiento global, sea un cálculo absurdamente erróneo. Téngase en cuenta que cada pasajero que realiza un viaje redondo en avión de Nueva York a Londres (emisión de una tonelada de bióxido de carbono), le cuesta al Ártico otros tres metros cuadrados de hielo; (Notz y Stroeve, 2016) algo que refuerza la sabiduría detrás de la creación de un impuesto elevado al carbono.
62 La ciencia detrás del problema es fascinante; un breve resumen: el aire más caliente es menos denso y ello significa una sustentación menor para los aviones que intentan despegar. (Allain, 2017) Tristemente, el mismo efecto hace que la atmósfera se despegue más de la Tierra y se escape al espacio perdiéndose para siempre. NÚMERO 2 |
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Océanos envenenados. La costa de los esqueletos eructa sulfuro Se da por descontado que el océano se volverá asesino63; excepto que se logre una reducción radical en las emisiones, el nivel del mar subirá cuando menos 1.22 m y posiblemente 3.05 m a finales de siglo. (Climate Central, 2017) La tercera parte de las ciudades más grandes del mundo están en la costa (si sólo se consideran las ciudades extremadamente grandes —aquéllas cuya población es superior a los 5 millones de personas, casi dos terceras partes están en la costa); (McGranahan, Balk y Anderson, 2007) y eso sin mencionar las plantas generadoras de electricidad, los puertos, las bases navales, las granjas, los sitios de pesca, los deltas fluviales, las marismas, los manglares, los arrozales, y todo aquello que, aunque se encuentre por arriba de los 3.05 m se inundará mucho más fácil y regularmente si el agua llega a ese nivel64. Al menos, 600 millones de personas viven actualmente a diez metros del nivel del mar. (McGranahan, Balk y Anderson, 2007) La inundación de estas tierras natales es sólo el principio. Actualmente, más de la tercera parte del carbono mundial es succionado por el océano (NOAA, s. f.; DeVries, Holzer y 63 Richard Alley: “La gente espera, dependiendo de lo que dejemos de hacer, entre 0.61 y 0.91 m en los próximos cien años; pero existe una pequeña oportunidad de que se llegue a 4.57 m, que es algo preocupante. El peor caso en el que se puede pensar es, se construyen los diques y se le dice a la gente que eso es seguro; a continuación se colapsa la Antártida occidental y los diques obviamente fallan. Existe cierta preocupación sobre la predictibilidad. Si ocurre rápido, en décadas o menos, probablemente causará muchas fracturas, muchos icebergs separándose. La mecánica de la fractura se conoce perfectamente, pero la predictibilidad de que ocurra es otra cosa; recuérdense las decenas de veces que hemos visto caer una taza ¿entendemos la fractura? por supuesto, pero ¿puede predecirse con precisión lo que ocurrirá cuando alguna copa golpee el suelo? Quizá no. 64 Peter Ward: “A medida que se eleva el nivel del mar, es como un trampolín para las oleadas en una tormenta; se está propulsando a que la oleada de la tormenta brinque una distancia mucho mayor tierra adentro”. 48
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Primeau, 2017)65 —afortunadamente, porque de otro modo, estaríamos ahora mucho más calientes. Pero el resultado de esta ayuda oceánica es lo que se conoce como acidificación del océano, que por su cuenta puede contribuir con 0.5 ºC de calentamiento en este siglo (CarbonBrief, 2013) y este aumento en la acidez del agua en el océano ya está acabando con el fitoplancton que produce más de la mitad del oxígeno que respiramos. (Schmidtko, Stramma y Visbeck, 2017; National Research Council, 2010) Las cuencas hídricas del planeta, esas donde se inició la vida, ya están hirviendo. Puede que también se haya oído hablar del ‘blanqueo’ de coral —es decir, muerte de coral66— lo que condensa noticias terribles pues los arrecifes coralinos soportan tanto como una cuarta parte de toda la vida marina y proporcionan comida para quinientos millones de personas (aunque algunos científicos creen que existe alguna esperanza para los arrecifes). (Plumer, 2016) La acidificación también freirá directamente a varias poblaciones de peces, aunque los científicos aún no están seguros sobre cómo predecir los efectos sobre las cosas que sacamos del océano para comer67; saben que en aguas ácidas los ostiones y los mejillones se esforzarán para desarrollar sus conchas, (Ekstrom et al., 2015) y también sa65 Las estimaciones varían de un cuarto a la mitad; este artículo sugiere que el 40% de todo el carbono desde el inicio de la era industrial ha sido depositado en el océano. La estimación de Lee Kump es mayor aún: “La mitad de los combustibles fósiles que hemos quemado se han ido al océano, lo cual, ha mitigado el calentamiento global. ¿Cuáles son los límites de la habilidad del sistema Tierra para seguir haciendo eso?”. 66 En justicia, el término blanqueo de coral no es un eufemismo válido para la muerte de coral: cuando los arrecifes sufren de un estrés intenso, se deshacen de las algas que habitan en ellos y con ello su coloración pasa al blanco; algunas veces los corales se recuperan pero con mayor frecuencia ya no lo logran. (NOAA, 2017) 67 Lee Kump: “Si se piensa en el plancton que flota en la superficie del océano y que se encuentra en la base de la cadena alimenticia, existe una cascada de efectos hacia arriba de dicha cadena que tendrá impactos sobre el suministro de comida para los humanos en especial, debido a la asociación con la pesca costera”. NÚMERO 2 |
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ben que cuando el pH de la sangre humana cae tanto como ha caído el pH del océano durante la última generación, se inducen convulsiones, comas y muerte súbita68. Eso no es todo lo que la acidificación del océano puede causar. La absorción de carbono puede iniciar una retroalimentación en la cual las aguas sub-oxigenadas crían diferentes clases de microbios que a su vez vuelven al agua más ‘hipóxica’, primero en las profundas “zonas muertas” y luego gradualmente hasta llegar a la superficie69. En estas aguas, los peces mueren al no poder respirar y ello significa que prosperan las bacterias que comen oxígeno y la retroalimentación vuelve sobre sus pasos70. Este proceso, en el que las zonas muertas crecen como cáncer ahogando la vida marina y borrando la pesca, ya se encuentra muy avanzado en partes del Golfo de México y justo al lado de Namibia, donde el sulfuro de hidrógeno está burbujeando desde el mar a lo largo de un estrecho de 1.6 kms conocido como la costa de los esqueletos. (NASA, 2007) El nombre original se refiere a los detritus de la industria ballenera pero hoy es más apto que nunca. El sulfuro 68 Ésta es obviamente una analogía muy libre, pero se basa en material de Smithsonian (2017). Y es una analogía común usar el cuerpo humano para explicar el principio de la homeostasis oceánica (propiedad de un sistema en el cuerpo de un organismo, Folse y Roughgarden, J., 2010; Pradeu, 2010, en el que alguna variable está regulada activamente para permanecer casi constante y lo que su interrupción puede causar, Lee Kump (Messer, 2010): “Un marco teórico subyacente surge de los mecanismos homeostáticos humanos, tenemos estos mecanismos para estabilizar la temperatura del cuerpo y todas las diferentes partes de nuestra fisiología”. 69 Lee Kump (Messer 2010): “La otra cosa que deberíamos estar vigilando muy de cerca, es la expansión de las aguas con poco oxígeno —las llamadas “zonas muertas” en las costas del océano donde la caída de la abundancia de oxígeno es el resultado combinado del calentamiento debido a que el agua ya no puede absorber más oxígeno”. 70 La investigación reciente sobre el calentamiento global y las “zonas muertas” (Altieri y Gedan, 2014; Minogue, 2014) señala: “Dada la variedad y fuerza de los mecanismos mediante los cuales el calentamiento global exacerba la hipoxia —carencia de oxígeno— y las tasas con las que el clima está cambiando, postulamos que las variables del calentamiento global están contribuyendo a la epidemia de zonas muertas”. 50
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de hidrógeno es tan tóxico que la evolución nos ha entrenado para reconocer sus más diminutas trazas afinando el olfato tan exquisitamente que lo reconocemos en las flatulencias. El sulfuro de hidrógeno es también aquello que acabó con los humanos en la ocasión que murió el 97% de la vida sobre la Tierra una vez que todas las retroalimentaciones habían sido activadas y todas las corrientes de chorro circulantes habían sido detenidas en un mundo caliente (Lee Kump, resumido en Messer, 2010) —es el gas preferido del planeta para un holocausto natural. Gradualmente, las zonas muertas se extendieron acabando con todas las especies marinas que habían dominado los océanos por cientos de millones de años y el gas que las aguas inertes emitieron a la atmósfera envenenó todo sobre la tierra, incluyendo a las plantas. Transcurrieron millones de años antes de que los océanos se recuperaran. El gran filtro. Nuestra ceguera no puede durar ¿Por qué entonces no lo podemos ver? En su reciente ensayo del tamaño de un libro, El gran trastorno mental, el novelista indio Amitay Ghosh (2016) se pregunta por qué el calentamiento global y el desastre natural no se han vuelto los temas relevantes de la ficción contemporánea —¿por qué no somos capaces de imaginar la catástrofe climática? y ¿por qué no hemos tenido aún una avalancha de novelas en el género que imagina a medio existir y llama “el misterioso ambiente”. “Considérense, por ejemplo, las historias que se cuajan alrededor de cuestiones como ‘¿Dónde estabas cuando cayó el muro de Berlín?’ o ‘¿Dónde estabas el 2 de octubre del 68?’ Será alguna vez posible preguntar, en la misma vena, ¿Dónde estabas cuando llegamos a 410 ppm de CO2?’ o ‘¿Dónde estabas cuando la capa de hielo Larsen B se separó de la Antártida?’” Su respuesta es que probablemente no debido a que los dilemas y dramas del calentamiento global son simplemente incompatibles con los tipos de historias que nos contamos sobre
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nosotros mismos, especialmente en novelas, que tienden a poner el énfasis en la ruta de una consciencia individual más que en el venenoso miasma del destino social71. Mucha gente percibe al calentamiento global como una especie de deuda moral y económica, acumulada desde el inicio de la revolución industrial y que ahora, después de más de dos siglos, debe pagarse —una perspectiva útil en cierta forma ya que el proceso de quema de carbón que empezó en la Inglaterra del siglo XVIII fue el que encendió el fusible de todo lo que siguió. Pero más de la mitad del carbono que la humanidad ha exhalado a la atmósfera en toda su historia ha sido emitido en las tres últimas décadas; si consideramos el lapso desde el final de la llamada segunda guerra mundial (sept. 1945), el porcentaje de emisiones es del 85%. (C2ES, 2017) Esto significa que, en el lapso de sólo una generación, el calentamiento global nos ha llevado al borde de una catástrofe planetaria y que la historia de la misión kamikaze del mundo industrial es también la historia de tan sólo el tiempo de una vida humana; alguien que nació en la dé71 Seguramente, esta ceguera no durará —el mundo que estamos a punto de habitar no lo permitirá. En un planeta 6 ºC más caliente, los ecosistemas de la Tierra hervirán con tantos desastres naturales que empezaremos a llamarlos clima: un enjambre constante de tifones y tornados fuera de control e inundaciones y sequías, un planeta regularmente asaltado por eventos climáticos que no hace mucho destruían civilizaciones completas. Los huracanes más fuertes se volverán más frecuentes y tendremos que inventar nuevas categorías para describirlos; los tornados serán más largos y amplios y nos golpearán más seguido, y las rocas de granizo cuadruplicarán su tamaño. En el pasado, los humanos acostumbraban observar el tiempo para profetizar el futuro; yendo hacia delante, veremos en su ira la venganza del pasado. Los primeros naturalistas hablaban a menudo acerca del tiempo profundo —la percepción que tenían, al contemplar la grandeza de algún valle o de alguna cuenca de roca, de la profunda lentitud de la naturaleza. Lo que nos espera es más parecido a lo que los antropólogos victorianos identificaban como el “en todos lados” o “tiempo de sueños”: la experiencia semi-mítica descrita por los aborígenes australianos al encontrar en el presente un pasado fuera de tiempo cuando los antepasados, héroes y semidioses atestaban una etapa épica. Uno puede presenciarla al ver las filmaciones de los icebergs colapsándose en el mar —un sentimiento de historia ocurriendo todo al mismo tiempo. 52
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cada de los años 1940, por ejemplo. Varios de los científicos que primero identificaron el calentamiento global aún viven (dada la generación, los que se volvieron famosos eran hombres) y algunos aún trabajan. Wally Broecker tiene 84 años y maneja a diario a su trabajo en el Observatorio Terrestre Lamont-Doherty cruzando el Hudson desde el Upper West Side. Como la mayoría de los primeros en dar la alarma, cree que ninguna cantidad de reducción en las emisiones puede ayudar significativamente a evitar el desastre. En su lugar, sitúa su esperanza en la captura del carbono que ya está en la atmósfera —una tecnología no probada que Broecker estima costará al menos varios billones (1012) de dólares— y en varias formas de ‘geoingeniería’, un atrayente nombre para una variedad de tecnologías suficientemente extravagantes como para ser consideradas por la mayoría de los científicos como sueños o pesadillas de la ciencia ficción. (Wallace-Wells, 2017b)72 Broecker está especialmente interesado en lo que se llama el enfoque de aerosoles (Nelsen, 2017) —dispersar una cantidad tan grande de bióxido de azufre en la atmósfera que cuando se vuelva ácido sulfúrico, nublará una quinta parte del horizonte y reflejará un 2% de los rayos del sol, con lo que se tendrá un pequeño margen de maniobra en términos de calor. “Eso, por supuesto, haría que nuestros atardeceres fuesen muy rojos, blanquearía el firmamento y produciría lluvia mucho más ácida; pero tienes que ver la magnitud del problema, tienes que tener cuidado de decir que no resolverías un problema enorme porque el hacerlo causa otros problemas menores”.
72 Entre los científicos consultados, David Battisti fue uno de los más francos acerca de los riesgos de la geoingeniería de este tipo: “Como póliza de seguro es realmente estúpida —pensar que es cualquier cosa menos una Ave María; para nosotros es tan obvio. He trabajado en ello y no se necesita mucho para mostrar que es peligrosa. Preferiría dejar que el mundo llegue a 4 ºC de calentamiento que intentar la geoingeniería”. En un artículo futuro se discutirán estas y otras opciones. NÚMERO 2 |
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Jim Hansen es otro de los miembros de esa generación; nació en 1941 y se volvió climatólogo en la Universidad de Iowa, desarrolló el innovador ‘modelo cero’ para la proyección del calentamiento global y posteriormente se convirtió en el director de investigación climática en la NASA. De ahí salió bajo presión cuando, aún siendo empleado federal, presentó una demanda judicial contra el gobierno federal de los Estados Unidos por inacción contra el calentamiento (a lo largo del proceso también fue arrestado varias veces por protestar). (Bryner, 2013) La demanda, que representa a un colectivo llamado Our Children’s Trust y es descrito a menudo como “niños contra el calentamiento global”, se basa en una apelación a la cláusula de protección igualitaria: al no tomar acción contra el calentamiento, el gobierno viola dicha cláusula al imponer costos masivos sobre las generaciones futuras. El caso se atenderá en una corte de Oregon en este invierno (Para más información sobre el caso consultar OCT (2017); el resultado podría tener una repercusión enorme). Hansen ha puesto a un lado su estrategia preferida de intentar resolver el problema del calentamiento global con la introducción de un impuesto al carbono únicamente73, y ha empezado a realizar los cálculos del costo total de una medida adicional: la de extraer carbono de la atmósfera. Hansen empezó su carrera estudiando a Venus, que alguna vez fue un planeta muy similar a la Tierra, con agua más que suficiente para soportar vida, antes de que el proceso de calentamiento global desbocado lo transformase rápidamente en una esfera árida e inhabitable, envuelta en un gas irrespirable; a los 30 cambió su estudio a la Tierra, cuestionándose por qué debía entrecerrar los ojos y explorar el sistema solar para encontrar un rápido cambio ambiental cuando tenía dicho cambio a todo su alrededor: “Cuando escribimos nuestro primer artículo sobre ello en 1981, recuerdo haberle dicho 73 James Hansen aún apoya la idea de un impuesto al carbono como parte de la solución, pero ya no considera que implementar esta medida será suficiente. 54
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a uno de los coautores, ‘Esto va a ser muy interesante; en algún momento de nuestras carreras, veremos cómo y dónde, todo empieza a ocurrir’”. Algunos científicos proponen que el calentamiento global bien puede ser la solución a la famosa paradoja de Fermi, la cual pregunta: si el universo es tan grande, ¿entonces por qué no hemos encontrado alguna otra forma de vida inteligente? La respuesta, se sugiere, es que el lapso natural de vida de una civilización puede ser de tan sólo algunos milenios y el de una civilización industrializada, de tan sólo algunos siglos. En un universo que lleva existiendo varios miles de millones de años —alrededor de 13.8—, que contiene sistemas estelares separados tanto por el tiempo como por el espacio, las civilizaciones simplemente pueden surgir, desarrollarse y consumirse a sí mismas demasiado rápido como para encontrarse una con otra74. Peter Ward, un paleontólogo carismático entre los responsables del descubrimiento de que las extinciones son causadas por gases de efecto invernadero, llama a este proceso El Gran Filtro: “Las civilizaciones ascienden, pero existe un filtro ambiental que causa su desaparición bastante rápido. Si se considera al planeta Tierra, el filtro que hemos tenido en el pasado está en estas extinciones masivas75. La extinción masiva por la que ya estamos pasando, apenas 74 Nick Bostrom y colegas, en su artículo Anthropic Shadow, (Cirkovic, Sandberg y Bostrom, 2010) exploraron nuestra dificultad para entender realmente el concepto de riesgos existenciales. Como por definición, la vida humana ha evolucionado hasta donde se encuentra hoy día sin un evento de extinción de especies, los historiadores actuales están dotados de un enorme exceso de confianza —y seguridad accidental— en nuestra capacidad para perdurar. Esto es otro de muchos corolarios del llamado principio antrópico: tomamos la experiencia humana como nuestro único modelo de evolución, descontando completamente el infinito número de ramas evolutiva cortadas de tallo en algunas otras partes del universo. “Como consecuencia y tratándose de eventos que seguramente extinguirían a la humanidad, no deberíamos tener ni la más mínima confianza en estimaciones probabilísticas basadas en la historia. 75 La entrevista completa con Ward (Wallace-Wells, 2017d) termina: “Persíguelos, necesitamos gente como tu, en serio; aunque de seguro, no te lo van a agradecer”. NÚMERO 2 |
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empieza; vendrá mucha más muerte. Y aún así, improbablemente, Ward es optimista al igual que Broecker, Hansen y otros científicos. De cara a la posible aniquilación, no hemos desarrollado lo suficiente una religión del calentamiento global que nos reconforte o nos dé un propósito, pero algunos científicos tienen una extraña fe: “Encontraremos una forma de prevenir el calentamiento radical, porque debemos hacerlo”. No es fácil saber qué tanto sentirse tranquilo por esa desolada certidumbre y qué tanto preguntarse si no es otra forma de engaño; para que el calentamiento global sirva de parábola, alguien tendrá que sobrevivir para contar la historia. Los científicos saben que aun cumpliendo los Acuerdos de París para el 2050, las emisiones de carbono provenientes de la generación de energía y la industria, que aún siguen creciendo, tendrán que disminuir a la mitad por cada década que transcurra; las emisiones del uso de la tierra/deforestación, la flatulencia del ganado para alimentar a algunos, etc. tendrán que anularse y además, tendremos que haber inventado una tecnología no contaminante que nos permita extraer anualmente más del doble del carbono en la atmósfera que lo que toda la vegetación del planeta extrae actualmente. (Rockström et al., 2017; Plumer, 2017) Sin embargo, en términos generales, los científicos tienen una confianza enorme en el ingenio de los humanos —una confianza que quizá se vea reforzada por su apreciación del calentamiento global, que después de todo, también es una invención humana. Recuerdan el proyecto Apolo, los agujeros en la capa de ozono que hemos empezado a resanar desde la década de los años 198076, la desaparición del miedo a la destrucción mutuamente asegurada. Ahora hemos encontrado una forma para tramar nuestro propio día del juicio final y, seguramente, encontraremos la manera para evitarlo, de una 76 El Protocolo de Montreal, (USDS, 2017) que se terminó en 1987, reguló el uso de las substancias que agotan el ozono como los clorofluorocarbonos y su efecto para reducir el tamaño del agujero se empezó a medir en el 2000. (Milman, 2016) 56
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u otra forma. El planeta no está acostumbrado a ser provocado de esta manera y los sistemas climáticos diseñados para retroalimentar durante siglos o milenios no nos permiten —aun a los que miran de cerca— imaginar completamente el daño que ya hemos causado al planeta. Cuando realmente veamos el mundo que hemos creado, hay quien piensa que también encontraremos una forma de volverlo habitable; para ellos, la alternativa es simplemente inimaginable. Epitafio El colmo de la estulticia de los seres humanos como especie es que bien podríamos llegar a ni siquiera ser capaces de evitar que nuestros restos se conviertan en un nuevo petróleo que eventualmente podría ser usado por el futuro experimento de vida que la naturaleza cree sobre la tierra.
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El uso de agroquímicos y sus impactos. El caso del corredor hortiflorícola del Estado de México The use of agrochemicals and their impacts. The case of the Horticultural Corridor of the State of Mexico Germán Iván Martínez Gómez Escuela Normal de Tenancingo Edith Erielia Gutiérrez Segura Facultad de Química Universidad Autónoma del Estado de México Fredy García Feliciano Universidad Autónoma del Estado de México/ Sociedad Mexicana de Cirugía Neurológica Resumen El mito del progreso y la ilusión de abundancia a bajo precio han traído consigo que nos olvidemos de nosotros mismos y también del bien común. En este artículo referimos la situación que se presenta en el corredor hortiflorícola del Estado de México, compuesto por los municipios de Tenancingo, Zumpahuacán, Villa Guerrero, Ixtapan de la Sal y Tonatico. En esta entidad se asientan tres cuartas partes de los floricultores del país; y la euforia económica ha hecho que se le apueste sin más a la agroindustria, priorizando la producción, la rentabilidad y el beneficio económico; olvidándose del suelo, la calidad de los productos y, lo que es peor, la salud de los trabajadores agrícolas y los consumidores finales. Palabras Clave: Agricultura, Agroquímicos, Contaminación Ambiental, Riesgos Ecotoxicológicos, Daños Congénitos. Abstract The myth of progress and the illusion of abundance at low prices have led us to forget about ourselves and the common good. In this article, we refer to the situation presented in the Horticulture Corridor of the State of Mexico, composed of the municipalities of Tenancingo, Zumpahuacán, Villa Guerrero, Ixtapan de la Sal and Tonatico. In this entity, three-quarters of the country’s flower growers are settled; and the economic euphoria has proyored that it is wagered on the agroinNÚMERO 2 |
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dustry, giving priority to the production, profitability and economic benefit; forgetting the soil, quality of products and, what is worse, the health of agricultural workers and final consumers. Keywords: Farming, Agrochemicals, Environmental Pollution, Ecotoxicological Hazards, Congenital Damages.
El Estado de México se caracteriza por tener en su territorio al principal municipio productor de flores del país: Villa Guerrero. Éste, junto con otros municipios aledaños, abastece los mercados de este producto en el país, destacando especies como: crisantemo, clavel, rosa, lilium, gerbera, statice, entre otras. (SEDAGRO, 2012) Esto ha generado que la entidad ocupe el primer lugar en la producción de flores en México. En el Estado de México se produce más del 40% de la cosecha nacional y ocho de cada diez flores que se exportan al extranjero son cultivadas en esta entidad. La derrama económica se elevó de 4,527 millones de pesos en 2009, a casi 5,000 millones en 2011; esto, según datos de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario del Estado. En ese mismo lapso, la superficie cultivada pasó de 5,864 a 6,264 hectáreas. Según estimaciones, se afirma que esta actividad genera en el Estado de México más de 75 mil fuentes de empleos directos e indirectos. Los inicios de esta actividad en el Estado de México datan de 1955, cuando un grupo de productores japoneses se estableció en Villa Guerrero para producir clavel (Tecuapetla, 2014). Dado que la siembra tuvo éxito debido a las favorables condiciones climáticas de entonces, la actividad comenzó a multiplicarse. Municipios como Tenancingo y Coatepec Harinas, en ese momento productores de aguacate, se sumaron a ella (Sánchez, 2009) y la producción florícola se fue haciendo más rentable con cultivos a cielo abierto. Hasta la fecha la actividad florícola en la región sigue desarrollándose con este tipo de cultivos y en invernaderos, con mano de obra de otros municipios e, incluso, de otros estados; complementándose con tecnología, maquinaria, sistemas de 74
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riego tecnificados y semillas mejoradas genéticamente, como respuesta a una demanda desmesurada de flores. Se ha observado que la calidad de la producción no cumple con los estándares de los mercados internacionales, tampoco se ha hecho investigación en el desarrollo y reproducción de variedades de flores endémicas, resistentes a plagas presentes en nuestro país, lo que ha traído como consecuencia una serie de problemáticas relacionadas con la salud humana y con daños al medio ambiente. El mito del progreso y la ilusión de abundancia a bajo precio han traído consigo que nos olvidemos de nosotros mismos y también del bien común. Por esta razón, referiremos una situación que se presenta en el corredor hortiflorícola del Estado de México, compuesto por los municipios de Tenancingo, Zumpahuacán, Villa Guerrero, Ixtapan de la Sal y Tonatico. Tres cuartas partes de los floricultores del país están asentados en esta entidad y la euforia económica ha hecho que la gente le apueste sin más a la agroindustria, priorizando la producción, la rentabilidad y el beneficio económico; olvidándose del suelo, la calidad de los productos y, lo que es peor, la salud de los trabajadores agrícolas y los consumidores finales. El argumento expuesto se centra en hacer más redituable la agricultura y más productivo al campo. Sin embargo, y esto lo sabemos bien, la agricultura convencional, que atiende las plantas dotándolas de los nutrientes básicos, desentendiéndose de los efectos adversos sobre la flora, la fauna y los humanos, no es segura. Lejos de ello, es hostil a los organismos a los que no va dirigida, tóxica para las personas que trabajan en el campo y que viven de él, e insegura y letal para el ambiente y los consumidores. En cuestión económica, es importante señalar que el pago hacia los jornaleros de los invernaderos no es redituable bajo la situación a la que se ven expuestos, ya que sus ganancias oscilan entre 80 y 300 pesos diarios, a pesar de que el pago promedio es de 150 pesos por una jornada de 8 horas; que los trabajadores prefieren ganar más que contar con seguro NÚMERO 2 |
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social, situación que lleva a los patrones a incrementarles el sueldo para maximizar sus ganancias, olvidándose de la salud, la seguridad y la calidad de vida de aquéllos. Además, hay que señalar que el 40% de los trabajadores del campo son mujeres en edad reproductiva y que la mayoría recibe un pago inferior al que perciben los varones. Menos se indica que muchas mujeres son contratadas aun estando embarazadas, ni que realizan su labor sin las mínimas condiciones de seguridad. Desde hace 15 años, la Secretaría de Ecología del Gobierno del Estado de México enunció los principales problemas relacionados con el uso de agroquímicos, a saber, la escasa o nula restricción legal sobre la aplicación de plaguicidas en la zona, el uso indiscriminado en cantidad y frecuencia de estas sustancias, la disposición inadecuada de los residuos generados por esta actividad, la contaminación del suelo por los efectos residuales de los ingredientes activos y diversos daños a la salud1. Durante años se ha promovido la venta de plaguicidas sin la información adecuada, sin importar el riesgo que pueden generar a la salud, al ambiente y a la agricultura misma. Es necsario que, al adquirir un plaguicida, se informe cuáles son los riesgos que se corren al aplicarlo, qué cantidades deben emplearse, cuáles son las normas establecidas para su manejo. Asimismo, es recomendable que la persona que lo adquiera lea la información que viene en la etiqueta del producto e identifique las precauciones o advertencias de su empleo. (Tecuapetla, 2014) Las autoridades sanitarias son las encargadas de regular los permisos correspondientes para la venta de agroquímicos; no obstante, en Tenancingo, existen aproximadamente 200 establecimientos que venden agroquímicos, de éstos, menos del 10% trabaja con los permisos correspondientes y el resto, si bien no lo hace en la clandestinidad, vende sus productos 1 Intoxicación, fibrosis, enfisema pulmonar y asma son los más frecuentes, pero no los únicos. 76
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sin una adecuada supervisión sanitaria. Un fenómeno relativamente reciente es una suerte de “reconversión profesional” de técnicos e ingenieros agrícolas en vendedores de las multinacionales. Ingenieros de la región refieren, en una entrevista, que las empresas de agroquímicos les ofrecen el 10% de comisión de los productos que posicionen en el mercado, un sueldo mensual que oscila entre dos mil y cuatro mil pesos, un auto o camioneta del año, teléfono celular o radio (según lo prefieran) y viáticos. Esta reconversión laboral ocasiona que los encargados de asesorar a los campesinos se olviden de la ética profesional, abusen de la ignorancia de los productores y les vendan productos “matatodo”, cuya efectividad “garantizan” en razón de las altas dosis de aplicación que sólo provocan un consumo más intenso de estas sustancias y el incremento de la tolerancia y la resistencia de las plagas. En contraste, los agricultores siguen las recomendaciones del técnico con la ilusión de no perder sus cosechas. Como bien ha señalado Rosario Rodríguez Arnaiz (1995): “en los trabajadores expuestos ocupacionalmente durante la producción, o durante el trabajo en el campo, la contaminación por pesticidas se debe al uso inapropiado y a la falta de medidas de protección” (p. 57). Asimismo, los floricultores, junto a los invernaderos, improvisan incineradores para deshacerse de los envases de los productos que aplican para controlar insectos, hongos y maleza; no obstante, en lugar de mitigar el daño al medio ambiente, se generan efectos dañinos en la salud de los agricultores y de la población, ya que la mayor parte del plaguicida residual puede ser absorbido por la vía respiratoria e, incluso, se queda en el entorno contaminando agua, suelo y aire. Ante esta cadena de problemas, la Universidad del Estado de México ha realizado estudios de riesgos ecotoxicológicos en la zona, utilizando organismos indicadores para determinar la naturaleza y magnitud del daño, de acuerdo con los índices de exposición reportados a nivel mundial por la Food and Drug Administration (FDA, por sus siglas en inglés). un estuNÚMERO 2 |
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dio de caso demostró que la aplicación de agroquímicos para el cultivo de gerbera en invernaderos fue excesiva, lo cual produjo efectos tóxicos en organismos indicadores de suelo, lechugas Lactuca sativa L., lombrices de tierra Eisenia andrei, y en el agua con pulgas de agua Daphnia pulex y Selenastrum capricornutum, el estudio concluyó que tanto el suelo como el agua de los invernaderos resultaron tóxicos para los organismos de prueba. El impacto ambiental obtenido no sólo depende del número de compuestos aplicados sino también de la toxicidad y persistencia del compuesto en específicas condiciones ambientales. (Tecuapetla, 2014, p. 105) Así, en los municipios de Tenancingo, Zumpahuacán, Villa Guerrero, Ixtapan de la Sal y Tonatico se ha pasado por alto el impacto generado por la agricultura convencional que ha expuesto a la población, de manera inadvertida, a productos químicos que afectan su desarrollo y salud. En esta región del Estado de México, la ascensión fulgurante del uso de agroquímicos: insecticidas, rodenticidas, herbicidas, fungicidas y fertilizantes, tanto en la floricultura como en la hortofruticultura, ha expuesto a los seres vivos a la acción de agentes tóxicos que han provocado efectos fisiológicos, bioquímicos, patológicos y genéticos. La aplicación intensiva de dichos productos, el mal uso de éstos (proveniente no sólo del desconocimiento sino de la desatención de las recomendaciones para su empleo) así como su aplicación muy cerca de la cosecha, aumenta las posibilidades de encontrar residuos agroquímicos en flores y plantas de ornato, en los alimentos, en el agua, ya sea para beber, para lavar alimentos y utensilios de cocina y para el aseo personal. Los riesgos del uso de los plaguicidas son altos, ya que la mayoría de ellos resulta tóxicos para los seres humanos y el ambiente. Una vez aplicados, los plaguicidas y algunos metabolitos (residuos de la descomposición de estos productos químicos), como consecuencia de su degradación, llegan al aire, suelo y aguas subterráneas, por lo que resulta una acumulación de sustancias tóxicas que ponen en peligro la sa78
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lud y el ambiente. Entre las consecuencias derivadas de la contaminación de los suelos por la acción de los plaguicidas se encuentra, entre otras, la pérdida de su fertilidad y de su capacidad biodegradadora, factores que permiten la supervivencia de la flora y la fauna. (Ortiz, 2014) A pesar de que varios agroquímicos han sido prohibidos en países desarrollados debido a su elevada persistencia en el ambiente y su eminente toxicidad, las empresas trasnacionales los han traído a nuestro país donde las leyes son más laxas y permiten aún su producción y comercialización, tales como el paratión metílico y el endosulfán. Los compuestos organofosforados (como el paratión metílico) son fácilmente solubles en agua, lo que incrementa las posibilidades de lixiviarse hacia los mantos freáticos. Lo mismo pasa con el metomilo (un compuesto carbámico) que puede llegar fácilmente a las aguas subterráneas. Mientras que el endosulfán (un plaguicida organoclorado) puede persistir en el agua subterránea y sedimentos hasta 6 años sin ser degradado, la fuente principal de contaminación ocurre durante la aplicación y manipulación del agroquímico en los cultivos, produciendo una disminución en la concentración de estrógenos que favorece el desarrollo de cáncer de mama e incrementa el riesgo de abortos espontáneos, la incidencia de mutaciones cromosómicas y, por ende, daño en el material genético. De manera general, es posible inferir que la exposición a los agroquímicos (aguda en unos casos y crónica en otros) ha producido respuestas tóxicas visibles. Autores como Alfonso Ramos Corona (2006) precisan algunos de ellos: irritaciones de la piel, conjuntivitis, alergias e intoxicaciones, trastornos neurológicos (mal de Parkinson y Alzheimer), infertilidad y complicaciones diversas en la función reproductiva, así como
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el deterioro del sistema nervioso central y, por esta razón, daños congénitos: hidrocefalia, espina bífida2, anencefalia, anoftalmia, cáncer y, desde luego, la muerte. Una imagen panorámica de Tenancingo, Estado de México puede servir para identificar un municipio “enmicado”, repleto de invernaderos. Como sabemos, la producción agrícola tradicional depende del clima, la fertilidad del suelo y la disponibilidad del agua, entre otros factores; sin embargo, los métodos de producción intensiva nacieron precisamente con el objeto de tener mayor control sobre estos aspectos y hacer más productivo el campo. Los invernaderos (estructuras cerradas y estáticas que atrapan la energía solar y calientan el ambiente) emergieron con la finalidad de controlar la temperatura, la humedad y otros factores ambientales para favorecer el desarrollo y el crecimiento de las plantas. La inclusión de variedades mejoradas en los cultivos, la utilización de fertilizantes y plaguicidas, y novedosos sistemas de riego, han alimentado en esta región del Estado de México, desde hace más de 20 años, el entusiasmo de hacer más “óptima” la utilización de la tierra y más redituable el negocio de la flori y la fruticultura. No hay duda de que los invernaderos han invadido la vida en esta zona de la entidad y la legislación vigente no considera la restricción del uso (y abuso) de agroquímicos. Los invernaderos se han convertido en cámaras de gas cuyos trabajadores representan, si no la única, la principal población expuesta a la toxicidad de los vapores. El envenenamiento ambiental también afecta a la población en general. 2 Arturo Mancebo-Hernández et al. (2008) ha referido que la espina bífida es sólo una de las malformaciones ligadas a defectos del cierre del tubo neural (DTN) durante la embriogénesis. Destacan además que 95% de los casos de DTN no presenta antecedentes familiares, sólo factores ambientales. Entre éstos mencionan: deficiencia de ácido fólico, diabetes mellitus, hipertermia, alcoholismo, tabaquismo, obesidad materna, enfermedades infecciosas, uso de anticonceptivos y anticonvulsivos, la ocupación y la exposición a solventes y plaguicidas 80
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La aplicación directa de los agroquímicos en la superficie del suelo y en las plantas, su arrastre mediante el agua o el viento y la absorción de éstos por plantas y organismos representan sólo algunos procesos de transporte o transferencia que traen consigo procesos de transformación de la estructura física o química de los compuestos. Al respecto, señala Rosario Rodríguez (1995): La transferencia es el movimiento de los compuestos químicos en la biósfera: aire, agua, suelo y organismos vivos. Así, un agente químico presente en el agua puede volatizarse, pasando al aire, ser luego transferido al suelo por acción de la lluvia y de allí transportarse a la cadena alimenticia. El resultado neto de estas transferencias es una amplia distribución de toxinas en el medio ambiente, y, por lo tanto, el aumento del riesgo de exposición (p. 13).
Es en la agricultura intensiva donde se emplea el mayor número de agroquímicos. La toxicidad de las sustancias, la mezcla irracional de éstas, las enormes dosis empleadas, los periodos prolongados de exposición y la diversificación de las rutas de absorción aumentan la peligrosidad de su uso. Con respecto a la absorción de plaguicidas, es importante señalar que no sólo se da por vía oral, sino por absorción cutánea e inhalación cuando las personas quedan expuestas a los plaguicidas durante la fabricación, el embalaje, el transporte, la mezcla y la aplicación de estas sustancias, ya sea por derrames, por envenenamiento accidental o por trabajar en zonas recientemente fumigadas. La mayoría de los plaguicidas no se usan de manera directa sobre las plagas en cuestión, éstas son controladas más eficazmente cuando se rocía sobre la vegetación que contiene una cubierta protectora y se asegura, con ello, que los insectos queden expuestos al veneno. (Tecuapetla, 2014, p. 20)
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Como precisa Rodríguez Arnaiz, pese a la capacidad de los seres vivos de eliminar compuestos extraños, si la absorción es mayor que la excreción, el agente químico se acumula de manera considerable mostrando efectos tóxicos, aunque éstos no se manifiesten de forma inmediata. La persistencia de estos productos químicos en el ambiente dada por las características fisicoquímicas de los plaguicidas, el arrastre (por aire y agua) y la absorción por las raíces de las plantas conlleva a que la permanencia de plaguicidas en el suelo sea una constante en los análisis de contaminación del suelo realizados por investigadores de la Universidad Autónoma del Estado de México. Sin embargo, todos estos riesgos se desdeñan cuando se prioriza el aumento en la producción de flores y alimentos, y se argumenta sobre la necesidad de “sanearlos” para asegurar su preservación y su “calidad”. La desinformación respecto al peligro de las sustancias empleadas, el desconocimiento de los riesgos y problemas que su empleo ocasiona a la salud (del ambiente, del suelo y de las personas), así como la idea de invertir menos para ganar más, ha llevado a los productores a utilizar plaguicidas cada vez más tóxicos sobre un número más amplio de cultivos con la idea de economizar y, al mismo tiempo, acabar con un mayor núermo de plagas. Si a eso sumamos que no hay restricción alguna en su uso (recordemos que sólo los agricultores que producen para exportar se ciñen a ciertas normas establecidas, por ejemplo, por la Agencia de Protección Ambiental) ni voluntad política para entender y atender un problema de salud pública, la situación se agrava. En suma, estamos convencidos de que la agricultura es una actividad humana esencial y la producción de alimentos, una tarea vital para los estados; sin embargo, el riesgo ecotoxicológico por el uso de agroquímicos es muy alto. Como hemos visto, no sólo afecta la vida silvestre, también deteriora las plantas y provoca la desaparición de otros organismos.
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Sin duda, la historia de la depredación de la naturaleza es vasta. Parece difícil acabar con la industria de los agroquímicos y la sobreutilización de estos productos; sin embargo, la conciencia ambientalista es creciente. Sólo una toma de conciencia permitirá respetar y defender el entorno; sólo ella llevará a una utilización racional de los recursos y a frenar esta loca carrera de depredación, deterioro y degradación del medio. En México, para cumplir con lo establecido en el Convenio de Estocolmo, el Instituto Nacional de Ecología, en el año 2011, presentó una serie de alternativas no químicas de sustitución de algunos de los agroquímicos más persistentes en el ambiente (como el endosulfán) que se han aplicado de manera exitosa, éstas son: • El control biológico con insectos depredadores y parásitos y con microorganismos entomopatógenos; • El uso de trampas, el manejo del cultivo o control cultural –fecha de siembra, densidad de siembra adecuada, variedad resistente o tolerante, podas, nutrición balanceada del cultivo, rotaciones y asociaciones de cultivos; • El uso de bioinsecticidas o insecticidas de origen vegetal y semioquímicos (sustancias químicas producidas por un organismo que sirven de intermediarios con otros organismos, por ejemplo, las feromonas), • El control manual, entre otros. (Ortiz, 2014) Actualmente existen reportes de numerosos microorganismos que han sido aislados de sitios contaminados y se han caracterizado en función de sus capacidades de degradación; ellos pueden ser una herramienta potencial para la degradación de los residuos de los plaguicidas en el ambiente. NÚMERO 2 |
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En nuestra opinión, la situación referida asiente su importancia en la salud pública. Siguiendo a Julio Frenk (2003), consideramos que ésta constituye un campo multidisciplinario (además de ser un proceso dinámico y multidimensional) que exige sucesivas aproximaciones (así como aportes teóricos y estrategias de intervención) provenientes de la academia. Sirva lo expuesto para reflexionar en colectivo sobre este y otros muchos problemas y afrontemos, con responsabilidad científica y humanista, un asunto que nos atañe a todos.
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Ética de la naturaleza y naturaleza de la ética Ethics of nature and nature of ethics Jorge Martínez Ruiz El Colegio de Morelos Pensar rectamente es la máxima virtud, y la verdadera sabiduría consiste en hablar y actuar de acuerdo con la naturaleza escuchándola. (Heráclito, fragmento 112)
Resumen En este trabajo, en el contexto de la relación hombre-naturaleza, se presenta un recorrido por los caminos que la reflexión ética contemporánea ofrece para enfrentar la desolación que caracteriza nuestro tiempo considerando como guías las siguientes preguntas: qué nos distingue a los contemporáneos respecto a otras sociedades; cómo se relaciona la tecnología con la moral de una época; qué importancia tiene el estado de la naturaleza respecto al estado del espíritu; qué podemos conversar con las éticas contemporáneas; qué consecuencias tiene el arribo del mundo al fin de la naturaleza. Los apartados del artículo son como espejos que invitan al lector a indagar en sus múltiples rostros y en los contradictorios impulsos que conforman su ser humano. Palabras clave: ética, naturaleza, finitud, responsabilidad, técnica, pensamiento complejo. Abstract The article proposes, in the context of the man-nature relationship, a journey through the paths that contemporary ethical reflection offers to face the desolation that characterizes our time, considering as guides the following questions: what distinguishes us from our contemporaries regarding other societies; how technology relates to the morals of an era; how important is the state of nature NÚMERO 2 |
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with respect to the state of the spirit; what can we converse with contemporary ethics; What are the consequences of the arrival of the world at the end of nature? The sections of the article are like mirrors that invite the reader to inquire into their multiple faces and the contradictory impulses that make up their human being. Keywords: ethics, nature, finitude, responsibility, technique, complex thinking.
Objetivos El artículo se propone explorar la relación entre el hombre y la naturaleza. Asume que esa relación es contradictoria ya que, por una parte el hombre requiere de la naturaleza para sobrevivir, pero en su afán de dominarla para satisfacer sus necesidades ha terminado por alterar, hasta lo más profundo, su capacidad de recuperación. Como constante de investigación y como objetivo específico, se trata de relacionar el comportamiento del hombre con el proceder de la naturaleza a través de la consideración de enfoques de pensadores contemporáneos que se han planteado el problema de la conducta humana en sí misma o en relación con la responsabilidad de preservar la vida ante la amenaza de que ésta y la especie humana en particular se extingan a consecuencia de la contaminación generalizada que causa la sociedad industrial o de una guerra nuclear. Se da por supuesto que el término “medio ambiente” lejos de ser un sinónimo de naturaleza expresa el error de creer que el ser humano está “rodeado” y no inmerso en ella y que son, por lo tanto, mutuamente intrínsecos.
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Introducción Heredamos de la Ilustración la confianza en que el despliegue de la ciencia y la tecnología nos permitiría someter a la naturaleza para brindarle al hombre la satisfacción no sólo de sus necesidades sino de sus caprichos y veleidades. En línea directa de esa tradición, pero con afanes humanistas, el Romanticismo de Goethe y Humboldt, en el que se fusionan ciencia y poesía, fundan nuestra idea de naturaleza y el concepto de ecología concebida como red de relaciones, una “gran cadena de causas y efectos”. (Wulf, 2017, p. 28) Para Humboldt, como lo resalta Julio Labastida (2017): “… el mundo físico exterior se refleja, como un espejo, sobre el mundo moral interior” y “todo cuanto forma el carácter de un paisaje, se anuda, por un antiguo lazo misterioso a la vida sentimental del hombre” (p. 87). Desde sus inicios en el siglo XIX, la sociedad industrial desecha el aporte de Humboldt para disponer de la naturaleza como simple recurso o insumo productivo con consecuencias morales y materiales devastadoras. Bajo la égida de la economía neoliberal llamada globalización, la ecología del planeta entra en quiebra. Por primera vez, una generación humana se percata tanto de la finitud de la naturaleza como de su responsabilidad para aniquilarla o conservarla. En el conocido informe “Los límites del crecimiento” (Meadows, 1972) se establece que, dadas las tendencias mundiales de crecimiento de la población, la industria, la producción de alimentos y la contaminación ambiental, el agotamiento planteario ocurriría en un lapso de cien años. La publicación de ese informe definió el punto de inflexión de la fe en el progreso y anuncia la quiebra de la naturaleza. Descubrir los límites del planeta que habitamos bifurca el destino del hombre en una disyuntiva implacable. Un camino conduce a la autodestrucción, el otro a la madurez. Desde el triunfo absoluto de la razón, la ciencia y la tecnología pero también desde la filosofía, la búsqueda ontológica, la poesía NÚMERO 2 |
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y la religación laica, ocurre el advenimiento de la finitud, la perplejidad ante la contemplación del fin del infinito. El saldo moral de la destrucción de la naturaleza es la incertidumbre respecto a la sobrevivencia de la especie humana y de la propia condición humana del hombre. En este artículo haremos un recorrido por los caminos que la ética contemporánea puede abrir para comprender nuestra relación con la naturaleza y al hacerlo se nos mostrarán algunos rasgos de la naturaleza de la ética. Puede ser que este recorrido nos ayude a enfrentar la desolación que caracteriza nuestro tiempo. El principio de responsabilidad Para Hans Jonas, la causa de esa situación se encuentra en la cultura y en particular en el “artefacto ciudad”, un fenómeno por completo nuevo, un acontecimiento que interviene el mundo y lo trastoca radicalmente. De ahí que “la profanación de la naturaleza y la civilización de suyo van juntas”. (Jonas, 2004, p. 26). La responsabilidad del hombre sobre la naturaleza encuentra su condición de posibilidad con la alteración que la cultura produce en su potencial epimeleia, el cuidado de sí mismo. No hay epimeleia humana sin epimeleia de la naturaleza. El término Heuristik der Furcht (heurística del miedo o del temor) es empleado por Jonas como sustento y punto de partida de la ética que nos propone. Es el temor a enfrentar la fatal destrucción de la naturaleza, el miedo a las consecuencias del daño provocado, lo que crea las circunstancias que conducen a las personas a asumir el principio de responsabilidad. La ética convencional parte del supuesto de que el bien es inmutable y la condición humana fija, por lo que el juicio sobre el ser humano permanece sin cambio a través del tiempo y las culturas. Para Jonas esas premisas ya no son válidas en virtud de los efectos trastocadores de la tecnología. Nue88
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vos actores, fines, propósitos, responsabilidades y conductas entran en escena. Aparecen dos factores que nunca antes habían estado presentes en el alcance de la ética. Primero, que la ética se había ocupado únicamente del hombre, en tanto que la naturaleza fue siempre objeto de su inteligencia, no de su compasión. Segundo, que la ética se había referido al mero presente suponiendo que el horizonte moral sólo alcanzaba a los contemporáneos. La entrada en peligro de la naturaleza a efecto de la alteración tecnológica de sus principios regeneradores, desplaza el objetivo de la ética, de las conductas individuales a la responsabilidad colectiva. Se pasa de la preponderancia axiológica en el comportamiento individual a la necesidad de erigir políticas públicas que rijan el comportamiento social para evitar la quiebra ecológica total. El imperativo kantiano se refiere al presente y al sujeto, el de la responsabilidad remite al futuro y a la mesura colectiva. Kant refiere al individuo, Jonas apela al comportamiento social. El cristianismo y el materialismo histórico también habían ofrecido éticas para el futuro. Su desprecio por el presente conlleva el desprecio por los medios en pro de los fines, es decir, los actos del presente tradicionalmente regidos por la axiología convencional, en pro de lograr objetivos morales futuros. Jonas propone una ética del futuro pero con base en la asunción de responsabilidades por parte de la generación presente. En la utopía o en el Paraíso el futuro es inédito e ideal, en la ética de la responsabilidad el estado del futuro se carga a la cuenta de los contemporáneos, quienes tenemos el “deber de controlar nuestro poder, consiguientemente, de limitar nuestro bienestar, en bien de la humanidad futura”. (Jonas, citado por Küng, 2006, p. 82)
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Pasamos de imperativos hipóteticos, es decir, que pueden ser posibles, al imperativo categórico absoluto, invariable y de aplicación universal, al principio de responsabilidad que pretende universalidad agregando la asunción colectiva de un propósito moral que trasciende la propia generación. La ética orientada al futuro no es una ética del cómo obrar, del cómo debiera ser la conducta del hombre sino que es metafísica del deber pero del deber del ser. Jonas considera, en un matiz que lo distingue de Kant sin contradecirlo, la posibilidad de una metafísica racional, siempre y cuando esa racionalidad no se encarcele en la ciencia positiva, y se desprenda de su anclaje antropocéntrico. Piensa en una razón no circunscrita al fenómeno sino que se ocupa del noumeno que para Kant no podía ser objeto de la razón en tanto no es medible y comprobable y en consecuencia no es susceptible de experimentación. El deber del ser es así asunto de una razón que se vale de recursos distintos a la razón sin abandonarla. La razón aislada en su pureza podría ser para Jonas un prejuicio asociado al antropocentrismo y a su expresión apocalíptica, la técnica. En consecuencia se pregunta qué debe ser el hombre, no qué es el hombre. No se pregunta por el papel del hombre en la historia ni lo subsume en la pregunta por el ser. Concluye, al contrario de Panikkar, en la primacía del ser sobre la nada lo cual no significa que deba negarse la confrontación de la vida y la muerte sino únicamente que el ser tiene el deber de ser. Aún el sacrificio de la vida a favor de otro o el suicidio por honor se ofrenda en pro del ser. La pregunta ¿es valioso ser?, la responde afirmativamente Jonas, recuperando el camino del conocimiento (que para Heidegger es metafísico) y del valor como valoración que es distinto de virtud. En el ser hay inercia de ser, su imperativo es seguir siendo ser, lo valioso —lo que vale, el bien— es lo que contribuye a lograr su propósito. Atribuir valor a lo que es, poder valorizar, 90
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define la superioridad del ser sobre la nada que carece de atributos y no es “valorable”. Si la nada no tiene atributos ni valor no puede ser ni tiene entonces deber ser. Pero estos “deber ser” y “valor” asociados al ser, excluidos de la nada no son morales, se trata de una deontología metafísica. ¿Cómo es el estatus ontológico y epistemológico del valor?, se pregunta Jonas, y se aplica a encontrarle un sentido al ser que trasciende la fe religiosa del racionalismo kantiano y de la ontología radical que subsume al hombre en el ser, su ontología es epistémica y su tarea ganar terreno al nihilismo en el que incluye la ontología del Dasein. En contraste con las derivaciones psicoanalíticas que asocian deseo a placer —sexual, los freudianos—, para Jonas, el deseo es voluntad de ser en tanto que querer (desear es elegir que algo sea) preserva al ser, pues todo desear es siempre desear el ser. Anular el deseo es desear la nada, otorgarle primacía al camino budista. A Jonas (2004) le interesa teorizar sobre el valor porque considera que de ahí se desprende “un deber objetivo y, con él una vinculante obligación a preservar el ser, una responsabilidad para con el ser (p. 97). Deber y valor se deslindan por completo de su connotación moral para asumir un estatus ontológico. Estamos interesados en el concepto de naturaleza en razón de la doctrina de los fines, no del concepto de fin en razón de la doctrina de la naturaleza. Lo que pretendemos —a la postre en razón de la ética— es extender la sede ontológica del fin desde lo que se manifiesta en la cúspide del sujeto hasta lo que se halla oculto en la amplitud del ser, sin recurrir luego a lo oculto para la explicación de lo que contiene. (Jonas, 2004, p. 130)
Jonas concluirá que la ética de la responsabilidad es consustancial al hombre y que la naturaleza, al margen del sujeto y su mente, tiene voluntad, fines, deberes y valores encamiNÚMERO 2 |
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nados a su preservación. Es una voluntad que careciendo de conciencia se ejerce como capacidad de discriminación a partir de percibir opciones y seleccionarlas aun cuando no pueda, como el hombre, construirlas. Y es un perseguir los fines que prescinde de determinación pero que se orienta a metas. Al haberse desplazado de la voluntad a la primacía de las cosas, de lo ente, tal como lo hace Heidegger en Ser y tiempo, Jonas (2004) podrá postular que: […] el ser, conocido en su plenitud o en una de sus manifestaciones particulares, encontrándose con una capacidad de visión que no esté estrechada por el egoísmo o enturbiada por el embotamiento, el ser sí puede generar respeto; y afectando así a nuestro sentimiento puede venir en auxilio de la ley moral, carente de fuerza en caso contrario, que ordena dar satisfacción con nuestro propio ser a la inmanente exigencia de lo ente (p. 160).
Hay una condición de facticidad en la responsabilidad del hombre para con la naturaleza, sólo él es responsable en tanto que puede elegir su conducta, no es a priori un ser moral o inmoral pero puede serlo por elección, es decir que es responsable porque puede ser irresponsable. Desde ese factum el hombre no puede renunciar al imperativo de preservar la existencia humana. Existencia de la humanidad significa sencillamente: que vivan hombres. El siguiente mandamiento es que vivan bien. El nudo factum óntico de que haya humanidad en general se convierte en mandamiento ontológico para los que no han sido preguntados antes sobre ello: el mandamiento de que debe seguir habiendo humanidad. (Jonas, 2004, p.174)
A partir de estas consideraciones, en la ética de la responsabilidad se asume que su fundamento ontológico nos impele a todos los seres humanos a hacernos cargo de la suerte de 92
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la naturaleza independientemente de cuál sea la condición social, cultural, religiosa o identitaria que en particular nos caracterice, es decir que esa responsabilidad nos resulta irrenunciable. La ética del otro comienzo A la crítica heideggeriana de la metafísica se le ha reclamado el olvido de la vida práctica y la falta de referencias a la cuestión de la ética. “Lo que se le ha objetado a Heidegger es que su consagración al ser ha derivado en un olvido del hombre y de la ética”. (Santiesteban, 2009, p. 14) Santiesteban se pregunta respecto a la obra de Heidegger si todavía puede hablarse de ética cuando este filósofo, distanciándose de la metafísica parece estar más cerca de la poesía o de la religión. De Gadamer proviene la identificación de los argumentos que dan cuenta del porqué del rechazo heideggeriano a la ética. (Santiesteban, 2009, p. 32) Primero porque la ética, al igual que la lógica y la física, se constituye en disciplina científica que se aleja del “pensar original” y se circunscribe a los límites ónticos de sus métodos que derivan en el extravío de la filosofía. Los presocráticos pensaron sin las prisiones epistémicas de las disciplinas aristotélicas de las que forma parte la ética. En segundo término se encuentra la falsa separación de teoría y praxis, de origen cartesiano, en la que se considera al hombre un sujeto que primero piensa, elabora teorías, y después actúa. Heidegger rechaza que primero se haga teoría y posteriormente se añada la dimensión ético práctica de manera artificial. La ética aristotélica supone desde dicha separación que el hombre por su voluntad y así escindido puede lograr la felicidad y supone, asimismo, que la esencia del hombre radica en la preponderancia de la razón en tanto que él se propone repensar el ser del hombre desde la inseparabilidad de teoría y praxis en la que se fundaría una ética del cuidado o de la responsabilidad como la llamó Jonas. El tercer argumento de Gadamer para explicar la negativa de Heidegger a escribir una ética radica en el nihilismo destructiNÚMERO 2 |
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vo al que ha llevado la expansión de la tecnología a partir del siglo XX. La crisis ambiental planetaria es la crisis del hombre metafísico y su ética de la escisión. Para liberar a la ética del lastre metafísico que la reduce a la sobresimplificación moralista hay que recuperar del sentido originario del término ethos (fuente de la palabra ética) la relevancia de la convivencia versus los valores y principios. Heidegger vuelve al ethos de Heráclito y deja la ética, ocupada de los hábitos morales, dentro de los linderos de la metafísica y desde tal retorno abre el camino ontológico puesto que su interés es un nuevo destino del ser. La técnica y el nihilismo definen la ética metafísica en tanto que una ontología postmetafísica mostrará el ethos en la convivencia y en relación al ser. Cabe asumir que una “ética ontológica” preguntaría por el estar juntos en una morada común. Un juntos que implica, por cierto, tanto al hombre como a todo lo que no lo es incluyendo a la morada misma. ¿Cómo debería vivir el hombre? es la pregunta por el ethos. (Santiesteban, 2009, p. 27) Al contrario de lo sostenido en el pensamiento de la Ilustración, el hombre y la verdad no se pueden definir sólo o primordialmente desde el logos. Asimismo, a diferencia del racionalismo contemporáneo, la verdad o aletheia, para Aristóteles y sus maestros, cobra múltiples formas además de la episteme o ciencia. Techne (técnica y arte), sophia o sabiduría, noûs o intuición y phronesis o prudencia manifiestan también la verdad, si bien esta clase de verdad está más allá de silogismos y demostraciones matemáticas que son lo propio de la episteme: “la ciencia es un hábito demostrativo”. (Aristóteles, Ética nicomaquea, 1139b, 31) Dice Aristóteles: “Primero establezcamos que son cinco las virtudes por las cuales, afirmando o negando, el alma alcanza la verdad (aletheia): arte, ciencia, prudencia, sabiduría, intuición; en cambio, por la conjetura y la opinión es posible equivocarse”. (Ética nicomaquea, 1139b, 15) La verdad científica, basada en la lógica y la razón, una vez demostrada “no puede ser de otra manera” en tanto que las expresiones de la verdad que no son científicas escapan a 94
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esa determinación. Una parte de eso que “puede ser de otra manera” se ubica en el dominio del hacer y la otra en el producir. La prudencia pertenece al ámbito del hacer y la techne al de producir, y la diferencia entre ambas consiste en que la primera es electiva refiriéndose al sí mismo del sujeto que la emprende, en tanto que la segunda es una acción dirigida a lo que es distinto del que ejecuta la acción. “El objeto de la reflexión de la ‘techne’ reside fuera del que reflexiona. En cambio, el objeto de reflexión de la Phronesis y el que reflexiona, son idénticos”. (Santiesteban, 2009, p. 53) Un abismo separa frónesis de techne. En la techne, el error perfecciona, en phronesis, extravía. El método científico, basado en la experimentación, es característico de la techne mientras que experimentar es imposible en phronesis: si la prudencia errara la existencia sucumbiría. La prudencia es la verdad que no puede separarse de la acción, la prudencia está orientada a la práctica. El objeto de la prudencia es el hombre mismo en contraste con la techne que es el uso de la verdad orientada a lo externo del hombre. En la prudencia y en la técnica la verdad tiene que ser comprensión. En la primera, para elegir el bien vivir cuyo primer alcance es sobrevivir. En la segunda, para la poiesis o creación, es decir, la adecuación del medio para la satisfacción de las necesidades humanas. La verdad de la techne es poiética y procede por iteración, intentos sucesivos o aproximación, lo cual supone que el error le es intrínseco. La prudencia no es perfectible, es o no es. El prudente sobrevive, el imprudente sucumbe. La imprudencia es incorregible, el error no le está permitido. Si la ética no es asunto de la ciencia, sí lo es de la verdad. La ética es verdadera o no lo es pero su carácter de verdad no se define por la lógica científica sino por la prudencia. Pero, ¿cuál es la verdad prudente? Esa verdad es o inefable (Wittgenstein) o indefinible (Moore). El fin de la prudencia, aquello de lo que se ocupa, es la propia existencia humana, por eso, si es inefable e indefinible, también es infalible puesto que fallar sería sucumbir. NÚMERO 2 |
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La verdad en phronesis no es epistémica, constatable por experimentación, no es fenoménica pero tampoco pertenece al orden del noumeno, lo pensable por intuición. La verdad prudente es aletheia, develación, descubrimiento, comprensión por desocultamiento, desolvido. Es una verdad simple, no requiere de concepto, como el color (Moore). Comprendemos la razón prudente sin necesidad de la razón o el logos. La comprendemos como quien sabe del viento sin saber su nombre. La verdad de la prudencia es inestable. Entre el bien y la verdad la identidad es pasajera, siempre puede ser de otra manera. Entre la verdad y la techne el maridaje es natural, monótono, rutinario, aun cuando la verdad de la techne pueda también ser de otra manera. El bien se comprende sin necesidad de conceptos, la verdad de la techne requiere de enunciados lógicos y la lógica aunque varíe sus caminos no admite variaciones en sus conclusiones y si llega a errar tiene el recurso de intentarlo de nuevo. El argumento pretende ser verdadero de ahí que pueda equivocarse. La prudencia no depende de la lógica aunque la emplee. Hibridar a la razón con la prudencia es el imposible sentido de la utopía política o ética, de ahí que no pueda ocurrir. La utopía no es un lugar, es un faro. No es sólo que no esté en ninguna parte, es que no es un lugar, es una orientación que ante la proximidad se esfuma. Ahora, ante el peligro de la catástrofe se nos muestra que el destino humano es la reunión de la prudencia con la razón. Es la razón prudente la que puede humanizar al hombre, participarlo de la humildad que lo constituye y lo conforma. Miguel Hernández lo sabía: “me llamo barro aunque Miguel me llame / barro es mi condición y mi destino”. El barro es tierra, humus, como el humano que es también humilde humus (Pascal David dixit). Los valores universales (si es que existen) no son el objeto de la ética, son una referencia, un utensilio. El campesino que utiliza una coa se vale de ese instrumento para sembrar. Después espera a que la semilla fructifique. Esperar el fruto en el tiempo es serenidad. Las cosas son diferentes como los 96
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valores. Defender una u otra es inútil. Cada campesino a su manera tiene la mejor coa, aquella que le sirve para llegar a la serenidad del fruto cosechado. No existen valores superiores, con cualquier propuesta axiológica, el ser humano, cualquier ser humano, puede alcanzar la serenidad. La serenidad es el bien habitar el hombre su morada. La serenidad es una tarea personal de cada ser humano, la ética del otro comienzo tiene como intención, una intención, la convivencia prudente. La prudencia, virtud ética por excelencia, se refiere a la elección moral. Si la prudencia despeja la comprensión de lo que aparta del bien y el bien es inefable e indefinible, entonces, los valores, que son definiciones conceptuales o epistémicas, no son el bien. La prudencia es el encuentro con el bien. Pero el encuentro entre el prudente y el bien comprendido es inestable porque el bien no es demostrable, no es objeto de conocimiento científico. El bien es la verdad prudente que nada tiene que ver con la verdad de la ciencia ni cabe en un enunciado matemático. El bien es lo referido a lo intrínseco del ser humano que siempre puede ser distinto, de ahí que nunca ocurra una elección perpetua. El número es idéntico. Ante la pregunta ¿cuánto suman dos más dos? se responde siempre y en cualquier circunstancia: cuatro. No hay opción, no hay elección. La verdad matemática “es” la aletheia prudente “puede ser”, hay inveteradamente que elegir. La prudencia o phronesis despeja la opacidad que le impide al hombre comprender el bien. La ética de la religación Toda ética remite al problema de la conducta humana, sea que se refiera al sujeto, al Dasein, al otro, a una comunidad o a una generación. La ética de la religación vuelve al sujeto, lo muestra en su anclaje biológico y lo proyecta fuera de su individualidad al nosotros. El sujeto se expande en una expresión trinitaria y holográmica progresivamente incluyente: individuo, sociedad, especie que se articula recursivamente. A diferencia del sujeto cartesiano, el de la religación no se reNÚMERO 2 |
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duce a su voluntad ni a la razón de su conciencia, las contiene y complementa con otras facultades que encuentran sentido en tanto coexisten en la naturaleza y en la sociedad. El sujeto que piensa Morin es egocéntrico y está dotado de autonomía para tomar decisiones y al mismo tiempo es solidario en tanto se reconoce parte de un nosotros. Su condición holográmica lo dota como individuo de los atributos del todo que aquí corresponden a la cultura en tanto que ser social y a la biología en tanto que especie: fenon, genos y oikos, distinguibles e integrados constituyen al sujeto y lo facultan para decidir, para construir y seleccionar un comportamiento, es decir, asumir o desechar una conducta moral. Ser sujeto es autoafirmarse situándose en el centro del propio mundo, cosa que expresa literalmente la noción de egocentrismo […]. Cada cual vive para sí y para el otro de forma dialógica, es decir a la vez en forma complementaria y antagonista, ser sujeto es conjugar el egoísmo y el altruismo. (Morin, 2006, p. 22-23)
La religación ética contiene tanto razón como fe y se refiere a impulsos de fraternidad para con el prójimo, la comunidad o la especie, según Morin, y a la vida y la naturaleza, agregamos, desde la perspectiva de una ética de la prudencia en tanto que “es preciso que volvamos a encontrar la Naturaleza para volver a encontrar nuestra naturaleza”. (Morin, 1997, p. 421) El capitalismo globalizado y la creciente laicización individualiza la ética y la arrincona en la vida privada en detrimento de los impulsos altruistas. La ética cae en el dominio de los “valores” asociados a la idolatría del mercado y al éxito personal pero al mismo tiempo abre condiciones para construir una ética universal por cuanto homogeneiza las relaciones sociales y la cultura generalizando la adopción de similares o equivalentes valores y principios. (Abre así en negativo, y por la vía de la simplificación, una puerta a la eticidad planetaria). En contrapartida se presenta una crisis moral universal 98
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que privilegia el consumo y el dispendio porque los requiere como motor de su economía en tanto que desprecia y margina la cooperación y la modestia. La responsabilidad social entra en declive y la solidaridad se torna disfuncional. Morin, en la línea de Aristóteles y Kant, propone una ética a partir del sujeto, autoética la llama, enfatizando en la centralidad egótica que él toma como premisa. A diferencia del primero no se interesa en la virtud y en contraste con el segundo no la circunscribe a la razón ni se preocupa por encontrar como ambos identidad entre razón y moral sino que se aboca a sondear en los fundamentos biológicos de la conducta humana y en encontrar cómo estimular la responsabilidad moral del sujeto desde sus facultades holográmicas hacia un nosotros cada vez más incluyente. La autoética evita referirse a valores y principios abstractos y toma distancia de las axiologías convencionales para situarse en la superación de la dicotomía que polariza bien y mal. Asume una deontología práctica ubicada en la circunstancia de la civilización planetaria contemporánea aún dominada por la economía financiera especulativa del capitalismo global. Para Morin, la cuestión ética se refiere en primera instancia a la responsabilidad de cada individuo y se expresa en el imperativo de reconocer y afrontar el problema central de la propia barbarie interior. Para ello, propone asumir prácticas y actitudes que considera conformantes de la ética de sí y para sí que es también y necesariamente ética de la comprensión y de la cordialidad. En la autoética se incluye: 1. la ética de sí a sí que comporta: autoexamen, autocrítica, honor, tolerancia, práctica de la recursión ética, lucha contra la moralina, resistencia al talión y a sacrificar al prójimo, hacerse cargo responsable; 2. una ética de la comprensión, asumiéndola: con la consciencia de la complejidad y las derivas humanas, con la apertura a la magnanimidad y el perdón; 3. una ética de la cordialidad, cortesía y civilidad y 4. una ética de la amistad.
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El ejercicio de la autoética conduce de suyo, para Morin, a la ética para el prójimo. Si para Jonas sólo el que tiene responsabilidad puede ser irresponsable, Morin se preocupa por cultivar en el sujeto personal, desde su singularidad egótica, la responsabilidad altruista, su epimeleia es del nosotros, un nosotros que aspira a abarcar a la humanidad. El sustrato biológico del yo moriniano, su pertenencia a una especie, su participación de la vida, hace que la ética del nosotros sea un impulso de religación que incluye a la naturaleza implicándola y conteniéndola sin necesidad de explicitar su protección como programa. La ética de la religación es una ética de la humanidad que supone a la naturaleza y su cuidado y asume que su capacidad de regeneración es autónoma y no está supeditada al hombre aunque éste pueda dañarla en sumo grado, tal y como, en efecto, ha ocurrido. Ese daño es un sojuzgamiento que comienza con la apropiación humana de la energía a través del dominio del fuego. “Todo progreso en la manipulación de la energía corresponde, por lo demás, a una regresión de ser y de existencia: el caballo de vapor expulsa al caballo de estiércol”. (Morin, 2006, p. 315) Sojuzgar y resistirse al sojuzgamiento son impulsos de todo lo vivo y son expresión de las fuerzas que religan y diabolizan. Por sus dimensiones planetarias actuales pero desde su origen, el sojuzgamiento del hombre a la naturaleza revierte su efecto de degradación sobre la humanidad. La decisión ética relevante es la que enfrenta el conflicto entre dos deberes igualmente legítimos entre los cuales es preciso elegir sólo uno. Resulta de esas situaciones, que son frecuentes, una aporía ética irresoluble con la cual tenemos que convivir. La condición trinitaria del sujeto es fuente de esta conflictividad. Tenemos un deber egocéntrico que nos resulta necesario para vivir, en el que cada uno es para sí mismo centro de referencia y preferencia. Tenemos un deber genocéntrico, en el que son los nuestros, genitores, progenitura, 100
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familia, clan, los que constituyen el centro de referencia y de preferencia. Tenemos un deber sociocéntrico en el que nuestra sociedad se impone como centro de referencia y preferencia. (Morin, 2006, p. 55)
La reducción simplificante de la ética da lugar a la moralina que se presenta como indignación o reducción. La moralina de indignación descalifica a priori al prójimo y a menudo esconde cólera y odio, la de reducción lo reduce a lo que tiene de más bajo, a los errores que ha cometido por lo cual lo condena para siempre. “La ética compleja concibe que el bien pueda contener un mal, el mal un bien, lo justo lo injusto, lo injusto lo justo”. (Morin, 2006, p. 64) Frente a la incertidumbre irreductible la opción la ofrece Pascal: trabajar por el bien pensar que para Morin significa pensar en la complejidad. El principio de consciencia, es decir, intelectual, esclarece el principio de consciencia moral: “[…] la ética debe movilizar la inteligencia”. (Morin, 1994, p.136) La ética de la religación renuncia a una moral estática, preestablecida y fija que remita a cualesquiera “Tablas de la Ley”. Se esfuerza en el bien pensar, pero asume una actitud de alerta ante la inevitabilidad del error y la tendencia a que las acciones modifiquen el sentido deseado. Se abre a pensar las consecuencias emergentes e imprevistas de las acciones que pueden resultar contrarias a su propósito. No evade enfrentarse al error, trata de comprenderlo. Retorna a la comprensión originaria de la ética que la sitúa en el plano de lo que “puede ser de otro modo”, es decir, a la asunción del riesgo implícito en las decisiones morales respecto a sus consecuencias. Las decisiones y conductas que hacen al comportamiento moral ocurren en la incertidumbre de su resultado. La verdad respecto a una misma disyuntiva ética se puede alcanzar de múltiples maneras y la repetición de un buen proceder en otro contexto, o incluso en el mismo, no es garantía de que el obrar se mantenga en el bien. Si NÚMERO 2 |
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nadie se baña dos veces en el mismo río es porque cambia de continuo tanto el río como quien se baña. Y porque el observador o su ausencia y lo que se encuentra aguas arriba y aguas abajo también cambian. Toda decisión moral es, entonces, compleja por definición y, siempre, responsabilidad personal ética. La incertidumbre connatural a la ética obliga a apostar por una opción y a asumir una estrategia que de suyo serán siempre inéditas y originales. Es el proceder phronesis de inexcusable pensar propio. Si tanto puede estarse bien en el bien como bien en el mal, las fronteras entre una y otra conducta se diluyen. En el fondo, las designaciones bien y mal remiten a momentos y preponderancias pasajeros imposibles de fijar a perpetuidad y de sostenerse como tales al replicarse. No parece existir holograma del bien ni del mal. Morin nos ofrece una ética para nuestro tiempo descentrada de valores y sin despreciarlos. Regresa al camino de la persona; la batalla por la ética es en primer lugar una lucha en contra de los impulsos de crueldad y diabolismo que nos habitan tanto como las tendencias religantes que portamos sin que lo sean mal y bien en nuestras entrañas. Se deriva de la ética compleja desechar la virtud que idealiza el bien como entidad y lo asume puro, fijo, inmutable y de igual manera procede respecto al mal en contraste con las éticas convencionales de origen judeocristiano que los mitifica en entidades y hábitats estables: el diablo y el infierno, los ángeles y el paraíso. La de Jonas es una ética epistémico-ontológica; la de Morin, epistémico-compleja; una es lógico formal; la otra, dialógica; la ontología de la primera encuentra el deber en el ser y la segunda se remite a la identidad holográmica del cosmos y el hombre, y privilegia la nada sobre el ser aunque los admita sucesorios como el Yin Yang.
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La episteme compleja de la religación ética asume el conocimiento y la razón abiertos a la hibridación afectiva. De ahí que confluya con la ética de la discusión y el consenso propuesto por Habermas en la que éste se alcanza como resultado de dosis crecientes de razón introducidas en el diálogo de una comunidad sin menoscabo de apelar a la pasión y al amor religantes para complementarla. Es fenoménica, nouménica, experimentable y experencial. Reconoce que está en la sociedad y en la naturaleza y toma compromisos, toma partido precaviéndose contra el purismo moral. Propone que es posible tender un puente dialógico entre la ética de la responsabilidad y la ética de la convicción, es decir, entre el principio de responsabilidad centrado en que los contemporáneos se hagan cargo del futuro mesurándose para preservar la naturaleza, y el principio esperanza que confía en la construcción de un futuro de justicia a lograr por medio de la autoética y la solidaridad. En donde futuro se entiende como “condensación objetiva de lo que está por venir”, un “órgano metódico para lo nuevo”. (Bloch, 2007, p. 117) La conjunción de la responsabilidad y la esperanza es el encuentro entre la realidad y la utopía, reconocer los dos impulsos nos equilibra, encontrar las tareas y conductas para alcanzarlas introduce dignidad, sostenerlas es muestra de prudencia. La autoética es simultáneamente socioética y ética planetaria que nos impele a asumir el destino común que une a la persona humana, a la especie homo sapiens, a la cultura, a la naturaleza en la vida del planeta, nuestra tierra patria. La suma de nuestra identidad (planetaria y locales) de la que somos constructores y resultado nos conforma en una sociedad universal que se acepta, reconoce y comprende en sus particu-
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laridades y sus generalidades, en sus pulsiones que religan y diabolizan. La ética planetaria es un proceso naciente que se construye mediante la toma de conciencia de: La identidad humana común y de la comunidad de destino La devastación de la condición humana por la mutua incomprensión La finitud y límites del hombre en el cosmos y del propio cosmos El vínculo consustancial de la humanidad y la biosfera Que la suerte del planeta la define tanto el hombre como la naturaleza La responsabilidad solidaria con nuestros descendientes Que en la Tierra-patria compartimos origen y destino, salvación y perdición. (Morin, 2006, p. 182)
Ética universal Es propio de la ética el conflicto, más aún, su tendencia es la aporía. Es inútil postular normas universales, no hay nada tal como leyes morales inmutables al modo de la ciencia. A pesar de ello, Apel piensa que podemos aspirar a orientaciones susceptibles de someterse al mayor consenso en determinada coyuntura que den por resultado una ética obligante basada en la razón. En tanto que Küng considera que la viabilidad de una ética mundial se basa en el reconocimiento de principios morales en los que todas las religiones coinciden y con base en los cuales es posible sustentar un acuerdo ecuménico incluyente de todas ellas. Comencemos con el enfoque de la ética ecuménica.
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Si estamos convencidos de que la ética es necesaria no podemos desechar las religiones, aunque sea indispensable criticarlas, porque éstas expresan la experiencia de la humanidad acumulada en busca de la convivencia, la coexistencia tolerante y la superioridad moral. Ya no podemos buscar soluciones morales fijas en el Cielo o en el Tao, y tampoco deducirlas de la Biblia o de cualquier otro libro sagrado. Esto no significa negar la fundamentación trascendente de los preceptos de la Biblia, del Corán, de la Torá o de los escritos induistas y budistas. (Küng, 2006, p. 69)
Confiado en que una ética universal es posible, Küng propone “reglas de prioridad y seguridad” de aplicación en las condiciones actuales de interconexión global que no son más que un orden de prelación frente a disyuntivas tradicionales o comunes en la sociedad hipertecnologizada. Por ejemplo, evitar una técnica que aunque pueda hacer un bien produzca males mayores; anteponer el bien social y ecológico a una innovación tecnológica; privilegiar el bien común sobre el individual; atender primero una necesidad humana urgente antes que la autorealización de una persona o grupo; dar prioridad al ecosistema frente al sociosistema; ocuparse con antelación de lo irreversible que de lo reversible, id est, intervenir los genes del hombre (lo reversible) puede salvar vidas, pero sus efectos en la descendencia serían impredecibles e irreversibles. (Küng, 2006, p. 72) En realidad las “reglas” de Küng son meras referencias cuya aplicación será variable y no unívoca de acuerdo con las circunstancias y los actores que intervengan en la decisión. Es decir, que ni son reglas ni mucho menos universales aun cuando sean útiles y necesarias para tomar decisiones sobre asuntos específicos de la práctica concreta.
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Retomando la pregunta de Jonas ¿por qué ha de existir una humanidad, por qué ha de respetarse la herencia genética, por qué ha de haber vida en general? Küng vuelve sobre la cuestión fundamental de la pregunta ¿por qué hacer el bien? en términos de cómo las cosas ocurren en nuestro tiempo. ¿Por qué debería un malhechor —si no corre personalmente riesgo— abstenerse de asesinar a sus rehenes, o un dictador no reprimir a su pueblo, un grupo financiero no explotar a su país, una nación no emprender una guerra, un bloque de poder, en caso extremo, no irrumpir con misiles contra la otra mitad de la humanidad, si todo ello supone un urgente interés y no existe una autoridad trascendente incondicionalmente válida para todos? ¿Por qué comportarse todos de un modo distinto? ¿Hasta qué punto basta una “llamada a la razón”, con cuya ayuda puede demostrarse igualmente una cosa que su contraria? (Küng, 2006, p. 74)
Si las “reglas” ejemplificadas anteriormente se limitan a mera orientación condicional, el enunciado recién expuesto presenta lo que podríamos llamar la pregunta por la ética universal en la posmodernidad. Cuando Sade postula que se puede estar bien en el mal, la contundencia imperativa de Kant se ve seriamente cuestionada. Con Lacan diremos que los infortunios de la virtud en los que el Marqués de Sade se explaya —explícitos en su Filosofía de la alcoba— lejos de abatir la ética categórica, la complementa. Un camino a la comprensión compleja del problema de la ética se abre con esta apreciación y un reto para encontrar un principio incondicionado que obligue por igual a todos los hombres. Con Nietzsche las tenues fronteras entre el bien y el mal se borran por completo para colocar a la humanidad en los tiempos postmodernos más allá del bien y del mal. Complementado, cuestionado o derruido, el imperativo categórico no es más suficiente para cubrir la conducta de todos los hombres sin exclusión alguna porque queda en entredicho la identidad 106
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entre la razón y la moral tanto como la del hombre con el bien. ¿Por qué debo desear el bien para todos los hombres? es una pregunta que ya no se puede resolver desde la racionalidad de la ética convencional. Tal parece que el malhechor, el dictador, el grupo financiero, el político razonan desde el mal para cometer sus crímenes y no hay principio moral, ni particular ni mucho menos universal, capaz de detener su impulso de barbarie. Temen al castigo material y mundano no a su conciencia civil ni al remordimiento religioso. Es la coacción de una fuerza exterior aquello que los limita no la libre asunción de una responsabilidad moral. Küng sostiene que sólo las religiones ofrecen un incondicional absoluto al ser humano si no desde su autonomía sí desde la “superior” teonomía de Dios que puede dotarlo de una fuerza moral propia basada en la fe, más profundamente autónoma que la simple voluntad interior. La ética religiosa tiene en la posmodernidad una nueva oportunidad una vez que se derriba el mito de la pseudoreligión de la razón basada en la idealización de la ciencia, el progreso y la tecnología. (Küng, 2006, p. 76) El problema, sin embargo, subsiste puesto que la fe religiosa sólo obliga a quien la profesa, no a quien permanece fuera de ella. Un avance lo constituye la conjunción ecuménica, la identificación de principios comunes que aspiran a alcanzar validez universal y por tanto ser asumibles, asimismo por no creyentes. La ética ecuménica cuestiona en principio el fracaso del capitalismo como del comunismo, asume la democracia sin avalar los efectos nefastos de la sociedad industrial vinculada a la economía especulativa y agrega la comunión con la naturaleza en la que el budismo hace énfasis. Las grandes religiones presentan una perspectiva que se distingue de la filosofía en que se orientan sin ambages al bien; asumen máximas de humanidad elemental (no matar, no mentir, no robar, no cometer actos deshonestos, honrar a los padres y amar a los hijos); se sitúan en una vía media entre el libertinaje y el legalismo; asumen una regla de oro predicada por Confucio: lo que no deseas para ti no lo hagas NÚMERO 2 |
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a los demás hombres, y por el Judaísmo: no hagas a los otros lo que no quieres que te hagan a ti. (Küng, 2006, p. 81) La ética imperativa de Kant persigue lo mismo por otro medio: el de la razón práctica mucho más expuesta a su negación puesto que es susceptible de ser refutada con argumentos lógicos, lo cual no ocurre con las religiones puesto que la fe asumida es irrefutable. En el fondo, tanto la ética ecuménica como la racional topan ambas con lo indeterminable de la decisión humana dada la libertad de elección que caracteriza al sujeto (por albedrío o determinación circunstancial). El comportamiento humano para consigo y los demás y para con su entorno natural, simbólico o moral es impredecible porque coexisten en su interior impulsos de religación y de diabolización. No obstante, las religiones vinculadas en una ética ecuménica contribuyen con el encuentro de máximas mundiales que son un verdadero basamento moral construido a lo largo de milenios. En complemento a las máximas ecuménicas, desde la tradición cristiana, Küng identifica exigencias posmodernas de las cuales destacamos las pertinentes para nuestra investigación: Superación de la división entre el hombre y el resto de la creación. Superación del imperio del hombre sobre la Naturaleza. Superación de un estilo de vida y unas formas de producción que dañan seriamente a la naturaleza. Superación de un individualismo que lesiona la integridad de la creación en favor de intereses particulares. (Küng, 2006, p. 91) Estas máximas ecuménicas de pretensión mundial y las exigencias que las complementan, no son, a ultranza, ni axiológicas ni deontológicas, son esperanza y sentimientos, también expresión de prácticas cumplidas que conforman como anhelo una base moral compartida y compartible por creyen108
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tes y no creyentes. Pueden sonar ingenuas o simplificantes, lo son algunas, pero es el más incluyente acuerdo que hemos podido alcanzar. Ética de la comunicación Si con el encuentro ecuménico de las religiones se abre una opción a la ética universal por el camino de la fe, ¿puede encontrarse un camino para que la razón de nuevo sostenga nuestro ethos?, ¿o bien, en los tiempos de la posmodernidad globalizada, entramos en la ironía de que la ética es necesaria pero imposible? Todos aceptamos que la ética es necesaria para evitar una conflagración mundial de alcances destructivos para el planeta o para conjurar la catástrofe ecológica total, ambas a consecuencia de la expansión y hegemonía de la tecnociencia. ¿Pero, es imposible de fundamentar la ética en la razón? Aunque Apel recurre a los procedimientos de la argumentación lógica para recuperar la razón a favor de la ética y con ello nos presenta una perspectiva distinta, en efecto, ninguna fundamentación racional de la ética es posible para la ciencia positiva. Aristóteles y Kant —y aun Heidegger, tomando distancia del racionalismo— coinciden en distinguir la verdad epistémica, la que se demuestra, de la verdad en términos de phronesis o prudencia, la que puede ser de otro modo. Pero sólo Aristóteles y Kant concuerdan en que entre el bien y la razón hay una tendencia a comulgar. Apel no se conforma con que el bien y la razón hubieren tendido a identificarse, digamos a quedarse satisfechos con que el bien es a menudo razonable, busca, en cambio, una fundamentación sistemática de la ética en la razón que pueda asumirse en la conflictividad del mundo actual. En el punto de partida de su planteamiento se encuentra un principio de racionalidad: nadie puede negar que es imposible ponerse de acuerdo mediante argumentos porque para hacerlo tendría que valerse precisamente de argumentos y ello supone la aceptación de lo que se pretende negar. NÚMERO 2 |
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Apel propone los procedimientos de la ética de la comunicación o del discurso como una recuperación de la razón a favor del consenso. Si aceptamos que es posible ponernos de acuerdo, entonces podemos establecer comunidades de diálogo. La legitimidad de una comunidad de diálogo depende de que estén convocados todos los afectados por los acuerdos y de que se asegure su intervención en la construcción de consenso. Apel se preocupa por incluir en el diálogo y el consenso a dos actores que habían sido excluidos: a) las generaciones futuras y b) a los pobres y marginados del tercer mundo. La posibilidad del acuerdo se sustenta en su facticidad, existe “ya siempre”. Es cierto que el a priori radica en la posibilidad no en que el acuerdo sea indefectible, es una expectativa no una certeza. Aun así, esa sola posibilidad hace viable la aspiración racional a una convivencia humana civilizada más allá de cualquier clase de diferencia, es decir a un ethos conciliado con la razón. No es que el bien se identifique con la razón, es tan sólo que la tendencia a que ello ocurra está presente. La razón vuelve a tener sentido aunque sepamos que es falible. Es la razón la que regresa no la voluntad a ultranza. Razonablemente podemos esperar un mundo mejor, el que seamos capaces de construir, pero esa construcción no se logra por capricho. La voluntad llega a lo que está dispuesto. Con el descubrimiento de este principio se presenta una solución más al solipsismo cartesiano de la conciencia, ligada, como en otros casos, siempre al otro, sea que se le llame semejante, prójimo, Dasein, tú, interlocutor, de cualquier manera es el paso de la subjetividad del sujeto ensimismado a la intersubjetividad. Apel encuentra en esa condición de intersubjetividad, y por consecuencia en la comunicación como necesidad lógicamente fundamentada, la base de un sustrato racional de la ética cuya clave está en el tránsito de la racionalidad del sujeto aislado a la racionalidad del diálogo. La razón está en la comunicación, no
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en la conciencia. La razón no está depositada en el recipiente individual de la conciencia, se construye en el encuentro. De la objetividad participa el sujeto y el otro, además del objeto. Apel está en contra del solipsismo del sujeto y de la conciencia encerrada en el individuo. Al paradigma cartesiano opone la comunidad de conversación como constructora de consenso, término que contiene razón y verdad. La incorporación del sujeto en la comunidad de diálogo lo hace un sujeto trascendental, todo hombre es ese sujeto de comunicación. Ahora bien, si la racionalidad del diálogo como posibilidad es un a priori universal su expresión en el imperativo de intentar el acuerdo por argumentos prácticos es hipotético. El trabajo consiste en organizar el diálogo práctico. Por ejemplo en hacer que las partes en un conflicto acepten, primero, dialogar y, segundo, que el diálogo sea sincero, obstáculos que no suelen salvarse apelando a la razón. Los beligerantes lo son porque se niegan a dialogar y frente a su enemigo, con más frecuencia que excepción, recurren al engaño y a la mentira. La ética de la comunicación, señalemos por nuestra parte, para prosperar, una vez que se ha aceptado la posibilidad del acuerdo por argumentos, puede ahorrarse mucho camino con el auxilio de los oficios ecuménicos para incentivar la buena fe de los que aceptan participar en una comunidad de diálogo desde el disenso, la discrepancia, y aun la beligerancia. Y esos son los actores que es necesario incorporar, aquellos precisamente a quienes el diálogo convoca. No hay ética sin justicia, no hay justicia si no se escucha a todos los involucrados en un conflicto. No hay ética universal si no hay justicia universal. Para Apel, el acuerdo por argumentación es un a priori universal cuya utilización práctica, pensamos nosotros, permite crear condiciones para el entendimiento mutuo, la justicia y la equidad tanto con respecto a la humanidad como en cuanto a la relación con la naturaleza.
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Si un riesgo de la ética de la responsabilidad consiste en circunscribirse a introducir mesura a la opulencia, la solidaridad se asoma al peligro de reducirse a un narcisismo proyectado al futuro. Si el sacrificio se restringe al del padre por sus hijos, no se comprenderá al otro que es ajeno no sólo por distinto sino porque no participa de la opulencia. La ética del consenso aparece como una vía para conjurar ese tipo de riesgos. Con la ética discursiva de Apel-Habermas se supera el discurso del progreso en el cual siempre un interlocutor representa lo supuesto superior y otro lo subordinado inferior. Una comunidad ideal de comunicación supone que todos los participantes son iguales y todos los afectados deben ser convocados a dialogar en calidad de pares vertiendo su razón cada uno. La de Küng es una ética que alcanza carácter universal por la vía de los sentimientos asumidos en calidad de punto de llegada. Podemos compartir sentimientos cuyo enunciado es la conclusión de la cultura y de la interactuación de las culturas al paso del tiempo y en la ocupación de territorios. Hay una tendencia tanto a la piedad como a la crueldad, ambos comportamientos están a su modo en la Naturaleza, claramente en los mamíferos: la perra que amamanta un cachorro de león es capaz de descuartizar un gato extraño. Piedad y crueldad son sentimientos humanos de origen biológico amoral. Punto por punto la etología humana comporta la dualidad religación-diabolización, razón-demencia, autonomía-heteronomía, solidaridad-egoísmo. Un a priori moral tendría que contener la complejidad de estos dualismos. Somos proclives a ambas conductas. Las reacciones concretas tienen un rango muy bajo de predictibilidad. La ética de Apel es universal desde la consideración de que con argumentos razonados nos podemos poner de acuerdo para convivir, para que los que somos distintos podamos coexistir. Se llega a la universalidad a partir de un a priori de
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racionalidad. Vamos de la ontología, un atributo trascendental, a la cultura, aquello a lo que arribamos desde nuestros atributos ontológicos. Vamos de la filosofía a la antropología. La ética problemática o el arrojo prudencial La lectura de Axelos limpia la mirada, nos impele a pensar, a la reflexión y a la cautela tanto como al arrojo, nos impulsa a concluir por cuenta propia. Todo en ética ha sido dicho. Sabemos que el bien supremo es ilusorio, que la sociedad futura no será muy distinta a la presente, que los hombres somos los mismos y lo seremos igual en el futuro. Desde la modernidad, cuando irrumpe la ética de la voluntad, queremos ser mejores, y luego de uno y otro intento nos resolvemos en el mismo amasijo de razón y sentimiento. El anhelo de perfeccionamiento moral persiste junto con la repetida suma de bajeza y virtud humanas. Y si cada vez lo peor suele triunfar, permanecen en rescoldo el honor y la nobleza a la espera de un soplo que de nuevo los encienda. Y al cabo ese rescoldo habrá de avivarse. Cada época encuentra el amasijo propio de maldad y bondad con que resuelve el ethos vivo de su tiempo. En el caso de la modernidad y, de manera esquizofrénica, en la postmodernidad, el metadiscurso de la tecnología se cuela en cada poro del pensamiento y del comportamiento. La ética de la voluntad de poder y de la voluntad de querer que rige al hombre moderno y a la técnica planetaria se manifiesta en todas las ramas del saber y de la ciencia, teórica y prácticamente, a la vez que ciencias y técnicas quieren tomar a su cargo a la ética, constituirla y reglamentarla. (Axelos, 1972, p. 27)
En nuestro tiempo la ética degeneró en management y “teoría de la organización” diseñadas para armar y administrar empresas, en donde el valor es el valor de cambio; la axiología, una herramienta del mercado; la ganancia, el principio deontológico central; la acumulación de capital, la fuente de honor par excellence y la limosna, el máximo horizonte de la NÚMERO 2 |
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solidaridad y el altruismo. Una moral más que se suma a las que provienen de las religiones, las utopías y las revoluciones. Una más y peligrosa porque llega en la época planetaria haciéndose pasar por la encarnación de lo universal. La moral del management suplanta religión y revolución, su aberración más peligrosa es cuando se presenta con pretensiones de ética global. Es la ética en la que se consagra el fetichismo de la tecnología, el progreso y el mercado. Desde su reinvención constante y el revisitar su origen, la ética no ha dejado de ser problemática, nos hace pensar. Nunca, ninguna ética se ha practicado según sus enunciados, sólo por instantes y por excepción. Ninguna razón que funde una expectativa distinta aparece: “no hay una política radicalmente nueva para los radiantes días venideros”. (Axelos, 1972, p. 17) En el otro lado de la moneda, no es necesario esperar la llegada de una utopía para explayarnos en la plenitud de la religación y la poiesis ya que la ética, su práctica concreta, como dice Axelos “hunde sus raíces en la poesía y el arte”. La ética “teórica” se limita a aspiraciones que pretenden cambiar la conducta humana. Mientras en la práctica irrumpe la vida cotidiana de una moral que sólo cambia de ropaje. De Platón a Hegel, las éticas fueron producidas por los filósofos para sus contemporáneos, después, Marx, Nietzsche, Freud las posponen al futuro y ceden la plaza del presente a la impostura de las técnicas de superación personal. La ética, desde entonces, se ocupa del porvenir apostando a que el futuro tiene que ser superior al presente. Es una ilusión que confunde el objetivo: apunta a la ética, no a la tecnología, al síntoma, no a la etiología, y no es capaz de comprender su recursividad: el estado tecnológico que produce una moral que reproduce el estado tecnológico. La técnica produce un contexto social de costumbres, una rutina, una manera de hacer las cosas que determina el comportamiento de la vida cotidiana (de hecho el desarrollo de las fuerzas productivas de las que hablaba Marx no son 114
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sino desarrollo tecnológico). Nos comportamos de acuerdo con la técnica, el estado tecnológico de que disponemos. La ética “es el costumbre”. El estilo tecnológico se inserta en el comportamiento moral y éste se orienta a reproducir las condiciones que permitan la expansión tecnológica. El fruto industrial, repetido e idéntico, se distingue del fruto silvestre, impredecible y variado. Ambas clases de fruto suponen una determinada condición tecnológica, un estado del alma, un modo autónomo o dependiente de existir y la hegemonía de una ética que le sea funcional. En cada situación se produce un arreglo específico, reglas del juego morales desde y para un horizonte tecnológico. Al oráculo que manda “conócete a ti mismo” habría que agregar: “sólo tú puedes conocerte a ti mismo, cuidar de ti”. El antiguo epimeleia heautou hay que apostillarlo con un “cuida de ti por ti mismo”. La tecnología entrega a otros, siempre invisibles, distantes, ajenos, el encargo de nuestro ser. ¿Es bueno o malo usar tal cual instrumento? En sí misma la acción no tiene carga moral, sí la tiene su repetición cotidiana, su conversión en rutina. Perder la capacidad de hacer las cosas por nosotros mismos es perder la capacidad de conocernos a nosotros mismos. No podemos cuidarnos si no sabemos quiénes somos. O si podemos, no tiene sentido humano, es un cuidado genético, instintivo, biológicamente inercial, es la conducta de un sujeto elemental. Si el fetichismo de la mercancía y la explotación, es decir, la expropiación del producto del trabajo humano, nos enajena porque cedemos a las cosas, —a su venta y compra— la primacía sobre las personas, el fetichismo de la tecnología nos despoja de nuestra capacidad de hacerlas y ese despojo nulifica nuestra consciencia, la torna inútil porque dejamos de usarla. El fetichismo de la mercancía lo es sucesivamente de la tecnología, del progreso y de la voluntad moral.
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La tecnología sencilla del cigüeñal, aún transparente en su hechura, horroriza al campesino porque le impide usar sus brazos para regar. Es un horror moral. Intuye que la tecnología lo condenará a ser menos de lo que es, a corromper sus facultades y condición humana. Aunque lo comprende y le resulta accesible en su operación, renuncia al cigüeñal por convicción y porque prefiere seguir valiéndose por sí mismo. La tecnología sofisticada de la era industrial, con la máquina de vapor como imagen paradigmática, sigue siendo comprensible con todo y la distancia que la separa de la tecnología de mecánica simple tipo cigüeñal. Es comprensible, permanece en el dominio de nuestro entendimiento sensible. Todavía al percibirla la entendemos. La tecnología cibernética es ya inaccesible, tanto como la comprensión de nosotros mismos. Comprenderse a sí mismo, comprender a los demás y comprender a la naturaleza serían los ejes formativos desde una ética problemática. El fetichismo de la tecnología como mecanismo de reproducción de la moral del management es, sin duda, su primer obstáculo. Para cuidarte a ti mismo no basta que te conozcas, tienes que ser capaz de comprenderte y nadie comprende si ha cedido la autonomía de su juicio y se encierra en el solipsismo que niega al otro y al nosotros, ofuscado en una inteligencia ciega que no ve el destrozo tecnológico de una naturaleza que, no obstante, es regenerable consigo o sin él. Si el fetichismo de la mercancía es alienación, el fetichismo de la tecnología cibernética es enajenación absoluta. Entiéndase, no nos pierde la tecnología sino su fetichismo, su idealización, el permitir que se opaque su identidad, el olvido de lo que es, la degradación de su aletheia que es concomitante a la incomprensión del mundo incluida en esa incomprensión, la de nosotros mismos. Hay éticas utilitarias, como la protestante y la de la empresa, que en el fondo son la misma. Son éticas centradas en la voluntad de riqueza. Poseer, acumular se convierten en el bien. El bien vivir es 116
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el vivir en la opulencia, la riqueza como un fin en sí misma, no como un medio para ser mejor. Crecen las mercancías, decrece el espíritu humano. Sin olvidar que la ética también concierne al amor y a la muerte. Hay una asociación entre amor → narcisismo → propiedad privada → enajenación. (Axelos, 1972, p. 35) Tanto como hay una relación entre el amor → la religación → la solidaridad → la poesía → la libertad. Ambas secuencias asociativas son fuente de toda moral y toda ética. Hablar, pensar, trabajar, luchar, amar, morir, —entregarnos a todo esto sin fanatismo ciego, sin tibia ceguedad—, como quien juega. Así dice un mandamiento central de la ética problemática. Recomendándose igualmente que no se olvide que todas estas fuerzas elementales han jugado también con nosotros. (Axelos, 1972, p. 37) Esperar un mundo mejor es la aspiración de la ética. Pero ese mundo mejor no es el que va a llegar sino el que alcanzamos a construir, cada uno en nuestra vida, luchando por alcanzarlo. Sabiendo, desde luego, que alcanzarlo es imposible y aceptando que, al final, es mejor que así sea. No hay soluciones “completas” como la revolución, el paraíso, el falansterio. El mundo mejor está hecho de pequeños logros de corta duración. No hay mundo mejor de una vez y para siempre porque en la naturaleza, de la que proviene todo lo que somos —y no seremos nada que no se funde en ella— las permanencias son finitas. El mejor mundo es el que hemos sido capaces de mejorar. Lo mejor es la lucha por lo mejor llegue a donde llegue. ¿Cuál es la diferencia entre el idealismo platónico y el materialismo histórico? Platón idealiza, ideas; Marx, ideales. Un mundo mejor no está hecho ni de ideas ni de ideales sino de la inseparable conjunción de nuestras acciones y nuestros pensamientos, pensar nos evita idealizar, actuar desde el pensamiento propio nos permite vivir nuestra vida mejor sin
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perderla en la espera de que un ideal se cumpla. Los ideales son abstracciones que desprecian la vida en la ofuscación de su posibilidad. Tenemos que pasar de la sociedad del conocimiento que idealiza la tecnología, el mercado y la moral del management, a la sociedad de la comprensión y su ética problemática y abierta. Es el tránsito de la sociedad de la habladuría a la sociedad de la elocuencia. Y es el paso de la rigidez de las idealizaciones a la aceptación del carácter efímero de todo arreglo social. “La ética problemática del futuro será aforística, porque los aforismos delimitan los campos de la vida, los campos de la muerte. Y muy problemáticamente esta ética volverá a caer en la debilidad y la palabrería”. (Axelos, 1972, p. 47) Si la necesidad puede ser un invento de la economía capitalista (¿hay otra?), el deseo es realidad. Entre la necesidad y su satisfacción media la producción y consumo de mercancías. Entre la realidad y el deseo habita la poesía. El deseo no se satisface con consumo, la necesidad es insaciable porque el progreso y el mercado la requieren renovándose de continuo. Sin necesidades, de perpetuo renovadas, las demandas languidecen y la oferta no se produce. Sin necesidades insatisfechas, sin demanda ni oferta, toda tecnología industrial pierde sentido. El deseo es singular, cada quien lo satisface a su modo. El deseo no tiene que ver con la abundancia de oferta y su demanda es sui generis, original y exo mercantil. El deseo es oscuro, fuera de la razón, la necesidad es clara, lógica predecible. La tarea de la ética, no obstante, es encontrar cómo atender el hambre de los insatisfechos sin caer en la degradación capitalista, socialista o posmoderna de la naturaleza a sabiendas de que si la necesidad culmina con su atención, el deseo persiste se cumpla o no. Si bien la vida nunca fue simple ni lo será, otro reino de la libertad es posible: aquel en donde los deseos se manifiestan sin cortapisas y en donde el actuar no esté sojuzgado por ideales. ¿Una utopía? ¡Afortunadamente! Entretanto, la pre118
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gunta por el qué hacer vuelve una y otra vez. Axelos responde con el trazo de una línea programática, aplicable a la necesidad y al deseo, que nos invita a entregarnos a “una vida poética activa y meditativa, poder amar y trabajar, soportar y canalizar la agresividad y la violencia inevitables, he aquí un bello programa parcialmente realizable”. (Axelos, 1972, p. 77) Cualquier ética futura habrá de contener la desmesura —es decir limitarla y aceptarla— y estimular costumbres de modestia y humildad lo que para algunos implica decrecimiento (Serge Latouche) o contraproductividad (Iván Illich). Un problema básico de esas corrientes es su dificultad para pensarse sin el progreso: qué sería de la negación del progreso si el progreso se esfumara. “Todo movimiento en contra permanece unido a lo que combate”. Una ética del bien vivir tiene que incluir el confort y el lujismo (Fourier, 1974, p. 107) tanto como la modestia y la humildad. Marx se imaginó que la tecnología nos haría libres, también Jules Verne, su contemporáneo. “Heráclito había hablado del logos y Marx entrevió la fuerza de la tecnología”. (Axelos, 1972, p. 96) En realidad la tecnología fue no sólo la creencia sino el entusiasmo de su siglo. Marx quería liberar a la tecnología de su supeditación al capitalismo. Pensaba, más aún, que la abolición de la explotación del hombre por el hombre traería como consecuencia una nueva racionalidad tecnológica regulada por la sensatez que dominaría un mundo justo. De hecho se puede desprender de sus escritos que Marx (1970) creía en la transformación lógica del carácter opresor de la moral y la tecnología burguesas una vez que adviniese el socialismo. “Los sueños anarquistas infantiles que quieren todo, destruir todo enseguida y consumar todo en un momento, no llegan en absoluto a repensar el problema del poder técnico y político”. (Axelos, 1972, p. 119) Controlar el mal en el comportamiento propio, la virtud; evitarlo para los otros, la piedad; mejorar la vida de las personas y de las comunidades, han sido los propósitos de la étiNÚMERO 2 |
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ca. No limitarse a interpretar la realidad sino transformarla, quería Marx; cambiar la vida, pretendía Rimbaud, juntar en una ambas tareas, se propuso Breton. Los tres románticos desplegaron sus vidas en congruencia con sus convicciones. Ninguno llegó a la otra orilla, salvo en sus obras y en el pleno sentido de sus existencias. Al cabo, la vida regresa a sus cauces después de salirse de madre con revoluciones o de modificar su discurrir con reformas. Persistimos en la pretensión de ser mejores con la misma pasión con idéntica razón. Al final aprendemos que llegar es poco probable o infructuoso pero basta caminar, siempre y cuando tengamos la obsesión de llegar. Lo único posible es un estar de acuerdo en abrirnos al diálogo intentando y deseando la comprensión mutua. Asumir “reglas del juego” y aceptar que puedan cambiar. Pensarlo todo por primera vez desde la memoria con un pensamiento que no memorice, pero una memoria que piense, problematice, y sea dialógica. A manera de conclusión Como especie y como personas hemos pasado, por medio de la tecnociencia, del temor a las fuerzas de la naturaleza, a su sometimiento y destrucción, y con ello hemos descubierto su carácter finito. Ante el peligro de una naturaleza exhausta que pone en riesgo a la condición humana, se abre la posibilidad de que el autocontrol moral del hombre se expanda a su cuidado no como posesión sino como epimeleia. Las dimensiones humanas de la ética encuentran la condición de posibilidad de superar las ataduras axiológicas restringidas al sí mismo del hombre. Finalmente nos percatamos de que la naturaleza de la ética se conforma también de la ética de la naturaleza. El cometido del hombre es el mismo: aprender a convivir, entender que somos parte del hábitat y el hábitat está en nosotros. La técnica es inherente al hombre, no se trata de extirparla sino de introducir mesura en su inevitable despliegue futuro. 120
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Heidegger y Nietzsche: La religión y la muerte Heidegger and Nietzsche: Religion and death Luis Tamayo El Colegio de Morelos Resumen En 2017 se conmemoran dos grandes obras de la filosofía: se cumplen 90 años de la aparición de Ser y tiempo (Sein und Zeit) de Martin Heidegger y 130 de La genealogía de la moral (Zur Genealogie der Moral) de Friedrich Nietzsche. Aprovechamos esta ocasión para revisar la crítica nietzscheana y heideggeriana a la religión católica. Palabras clave: Ontología, ontoteología, crítica al catolicismo, La genealogía de la moral, Ser y tiempo. Abstract In 2017 two great works of philosophy are commemorated: the 90th anniversary of the emergence of Being and Time (Sein und Zeit) of Martin Heidegger and the 130th anniversary of On the Genealogy of Morality (Zur Genealogie der Moral) of Friedrich Nietzsche. We take this opportunity to revise the Nietzschean and Heideggerian critique of the Catholic religion. Keywords: Ontology, Ontotheology, criticism of Catholicism, On the Genealogy of Morality, Being and Time.
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Introducción La moral cristiana: la peor forma de la mentira voluntaria, ha corrompido a la humanidad. (Nietzsche, 1988, p. 156)
En el año 2017 conmemoramos los 90 años de la aparición de una de las obras clave del pensar: Sein und Zeit. Sin embargo, la obra maestra del sabio de Messkirch no es la única a conmemorar. Hace exactamente 130 años Friedrich Nietzsche presentaba, en la Genealogía de la moral, sus demoledoras críticas al cristianismo, en las cuales lo denunciaba como hipócrita y portador de una moral de esclavos. Asimismo, han pasado casi cincuenta años desde que Louis Althusser (2005) —siguiendo la crítica marxista que sostenía que la religión era el “opio del pueblo” (p. 50)— definió a la iglesia en su opúsculo “Ideología y aparatos ideológicos del Estado” (2003, publicado en 1969) como un aparato ideológico más cuya función era el control social. En nuestros días, retomando tales críticas, definiríamos a la misma entidad como una institución clave del proceso de estupidización generalizado y por ende cómplice de la destrucción del mundo. Sin embargo, las brillantes afirmaciones de Nietzsche y Althusser respecto a la religión católica parecen no haber alcanzado a la humanidad, México incluido. Desentrañando la locura religiosa En nuestro país la religión católica y sobre todo sus diversas variantes cristianas —los “hermanos separados”— florecen y siguen siendo, como antaño, estupendos negocios. Los
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“negocios de la fe”1 y demás organismos2 proliferan y se enriquecen en nuestro país a costa de los más pobres, desesperados y crédulos. Ello es posible porque esas iglesias se permiten prometer la felicidad, la vida eterna, la cura de todos los males o el fin de la estrechez económica. En nuestros días, y como en los años de las cruzadas, siguen haciéndose guerras a nombre de la religión: alrededor del inicio del siglo XXI mandatarios como los Bush (senior & junior) declaran una guerra santa3 a unos musulmanes no menos enajenados y cuyos ayatolas conminan a seguir reglas en buena medida absurdas (como el suicidio en nombre de Alá, el uso obligatorio de la burka o la prohibición a las mujeres ¡de conducir un automóvil!). Y todo esto se realiza ante la mirada de supuestos intelectuales que, o se hacen de la vista gorda “pues no deben meterse en política ni religión”, o simplemente son cómplices directos de la locura religiosa cristiana o musulmana al convertirse en ideólogos de tales instituciones. Una función clave de tales religiones es, ciertamente, el darnos “esperanza”. Y es en esa esperanza donde se encuentra curiosamente su peor cualidad, pues, al hacerlo, nos “hacen esperar”, nos mantienen confiados y en la inacción ante las injusticias y amenazas pues “Dios proveerá”. Diversas religiones, si bien dan cobijo y tranquilizan, también pueden constituir las peores armas contra la adquisición de consciencia y previsión de las catástrofes (cambio climático incluido4). Es por ello fundamental entender el fenómeno religioso y la manera de liberarse de su influencia. 1 Como los “Pare de sufrir” o “Iglesia Universal del Reino de Dios” fundada por el brasileño Edir Macedo. 2 O “La luz del mundo” fundada en 1926, en Guadalajara, por Eusebio Joaquín González. 3 Cfr. el ensayo “Dios me pidió acabar con la tiranía en Irak” donde Yolanda Monge (2005) relata las razones que adujo George W. Bush para invadir Irak y Afganistán. 4 A pesar de la brillante epístola Laudato si pronunciada por el Papa Francisco en el 2015, la enorme mayoría de los representantes de las iglesias NÚMERO 2 |
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Fue Sigmund Freud el que, a principios del siglo pasado y retomado la estafeta de Nietzsche, intentó despertarnos del sueño de la fe. Ello lo realizó en la bien conocida discusión que entabló con el Pastor Oskar Pfister y que se relata en sus estudios dedicados a desentrañar el fenómeno religioso —Moisés y la religión monoteísta, El porvenir de una ilusión o en la Correspondencia 1909-1939 con Oskar Pfister, para mencionar los más importantes—. De todo ello quiero retomar solamente la conclusión expresada por Freud (1975) en El porvenir de una ilusión5: […] todas ellas [las doctrinas religiosas] son ilusiones, son indemostrables, nadie puede ser obligado a tenerlas por ciertas, a creer en ellas. Algunas son tan inverosímiles, contradicen tanto lo que trabajosamente hemos podido averiguar sobre la realidad del mundo que se las puede comparar —bajo la debida reserva de las diferencias psicológicas— con las ideas delirantes. (p. 31)
Como sabe cualquiera que haya leído con cuidado el coloquio entre Pfister y Freud antes referido, la clave del éxito de las religiones del libro (cristiana, musulmana y judía) es su promesa de una vida mejor, sea porque los creyentes forman parte del pueblo elegido al cual vendrá a proteger su mesías (los judíos), sea porque, si han seguido correctamente los principios planteados en la Biblia o el Corán, obtendrán la vida eterna en el deseado paraíso. Las religiones del libro obtienen su poder del hecho de que la muerte y demás peligros cotidianos —que nos amenazan no sólo a nosotros sino a nuestros seres queridos— son una constante terrible. católicas del mundo actúan como si el calentamiento global antropogénico no fuese amenaza alguna. 5 Se encuentra una versión detallada de esa discusión en mi ensayo “El psicoanálisis: sin religio pero con espíritu”, Litoral 42. (Tamayo, 2009) 128
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Como antes indicamos, las iglesias son las únicas que se permiten ofrecer lo imposible: vida eterna, felicidad, salud, abandono del desamparo. Ellas son capaces de contradecir a lo evidente y ofrecen un mundo que pierde su inhospitalidad (Unheimlichkeit) y donde la vida tiene un sentido predeterminado y claro. Su fuerza proviene, por tanto, de la tranquilidad que ofrecen: necesitamos creer que el mundo es hospitalario y hay un Dios que nos cuida. Las iglesias son valiosas, e incluso muy valiosas, porque a aquellos cuyas vidas carecen de sentido se lo brindan, a aquellos a quienes la muerte propia o la de sus seres queridos los agobia, los tranquilizan. La iglesia mantiene a raya la locura de aquellos incapaces de vivir en un mundo como el nuestro: angustioso e inhóspito. Sin la religión su locura estallaría de maneras simplemente insospechadas.6 Además, la oposición directa a ella no puede hacerse sino de manera especular. Declararse “ateo” obliga a muchos a “blasfemar contra Dios” en otra “cruzada” interminable y por ende no es sino una reacción especular que justifica la existencia de la religión. Esto lo tenía claro el mismo Nietzsche (1988) cuando sostuvo: “Si peleo contra el cristianismo, es precisamente porque nunca me ha molestado. Los cristianos serios, formales, han estado siempre bien dispuestos a favor mío” (p. 32). Esa claridad nos obliga a evitar cargar la mano a los religiosos. Por experiencia propia sabemos lo difícil que es abandonar verdaderamente una religión y no podemos sino reconocer su gran capacidad para poner a raya la locura y la desesperanza. Incluso filósofos modernos de la talla de Gianni Vattimo (1996) nos han mostrado lo increíblemente difícil que es abandonar el cobijo religioso. 6 Y aquí es muy importante señalar que denominar a algo “locura” implica nombrar, como bien indica Freud, a una “obra maestra”. Para Freud, el síntoma es “la obra maestra del neurótico”, lo mejor que pudo encontrar para hacer soportable su existencia. NÚMERO 2 |
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Y me permito mencionar a Heidegger —y en particular a su obra Ser y tiempo— pues, desde mi lectura, en ella se encuentran las claves que permiten —a aquella humanidad capaz de hurgar en sus secretos— liberarse del miedo a la muerte, clave del imperio de las cadenas religiosas. Heidegger para curarse de la muerte En los parágrafos 49 a 54 de Ser y tiempo, Martin Heidegger trata el tema de la muerte de una manera muy cuidadosa7: En el parágrafo 49 señala que la muerte es un fenómeno de la vida, no sólo una privación de la misma, y establece una diferencia entre finalizar y morir: “Llamamos al finar (Enden) de lo viviente un finalizar (Verenden)”. Por el contrario, “Morir será el término para el modo de ser en que el Dasein8 es relativamente a su muerte”. En el parágrafo 50 define a la muerte como inminente e irrebasable: […] a muerte no es algo que aún no es ante los ojos, no es lo que falta [...]sino más bien una inminencia”, [por ello] “se desemboza la muerte como la posibilidad más peculiar [del Dasein], irreferente e irrebasable”, “algo que el Dasein no puede evitar.
En el parágrafo 51 de la misma obra, estudia Heidegger la muerte “impropia”, la muerte en el mundo del “uno”, el de la cotidianidad y la rutina. Para hacerlo, en un inicio refiere que constantemente mueren “desconocidos”, por lo que la muerte 7 Una versión un poco más amplia del tema de la muerte y el duelo en Heidegger, Lacan y Allouch lo trabajé en mi ensayo “El fin del duelo”. (Tamayo, 2004) 8 El Dasein es la manera mediante la cual Heidegger habla de un hombre que es a la vez sujeto y objeto, uno que es portador de ser, ese que, como indica en Sein und Zeit, “somos en cada caso nosotros mismos”, el Dasein no es sino el sujeto “ontológicamente bien comprendido” (Cfr. Heidegger, Ser y tiempo, en la versión de Gaos, p. 127; en la versión alemana, p. 111). 130
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aparece como “un accidente que tiene lugar dentro del mundo” y por ello permanece en el “no sorprender” característico de lo que hace frente cotidianamente: […] “uno” morirá, no “yo”. El “uno morirá” difunde la opinión de que la muerte alcanza por decirlo así al uno [...] en el caso no justamente yo, pues este uno es el nadie. Y a este fenómeno lo denomina: “el encubridor esquivarse ante la muerte” que “domina la cotidianidad”.
Y las consecuencias de ese encubrimiento son muy graves. En el parágrafo 52 Heidegger indica que en tanto encubre regularmente su muerte, la posibilidad más peculiar, irreferente e irrebasable de su ser, el Dasein es, en cuanto fáctico, en la ‘falsedad’. Y ello lo hace “impropio”: “El esquivarse ante este ser, en la cotidiana caída, es un ser relativamente a la muerte impropio”. Es hasta el parágrafo 53 donde Heidegger establece las cualidades de la muerte propia. En primer lugar dice lo que no es y sostiene que la muerte en sentido propio no es el “pensar la muerte” pues: Semejante conducta piensa en cuándo y cómo se realizará la posibilidad. Este cavilar sobre la muerte no le quita, sin duda, su carácter de posibilidad: [...] pero sí que la debilita queriendo disponer de ella al calcularla.
Y propone: “[...] El Dasein, debe, más bien, “soportar la muerte en cuanto posibilidad”. Acto seguido indica que el fenómeno de “esperar la muerte” tampoco corresponde a la muerte propia pues el que espera ya sabe lo que espera, mientras que la muerte es “la posibilidad de la imposibilidad de todo conducirse relativamente a..., de todo existir”.
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Finalmente define a la muerte propia como un “precursar” (Vorlaufen): El precursar desemboza al Dasein el “estado de perdido” en el “uno mismo”, poniéndolo ante la posibilidad –primariamente falta de apoyo en el “procurar por” “curándose de”– de ser él mismo, pero él mismo en la apasionada libertad relativamente a la muerte, desligada de las ilusiones del uno, fáctica, cierta de sí misma y que se angustia.
El precursar la muerte, por tanto, libera al Dasein del “estado de perdido” impropio y le abre el “estado de resuelto”, en el cual la muerte, en tanto finitud, se presenta, se adelanta, produciendo el “encontrarse” de la angustia, el “comprender” del “ser deudor” (es decir, de saber que su vida no tiene un sentido predeterminado) y el habla de la silenciosidad (pues la voz de la conciencia habla callando). Y es precisamente este precursar la muerte lo que permite al Dasein acceder a una vida propia: “El precursar se revela como posibilidad de comprender el más peculiar y extremo ‘poder ser’, o sea, como posibilidad de una existencia propia”. Idea que reitera en el parágrafo 54, cuando indica que para que el Dasein sea sí mismo debe precursar la muerte advenidera, es decir, asumir la finitud, pero sin quedarse en un mero “esperar la muerte” pesimista sino, con base en la comprensión de su finitud, lanzarse a desarrollar verdaderamente sus posibilidades, proyectándose. Y ¿de dónde extrae tales posibilidades? Pues de su sido propio, de su historia personal y social, de su “tradición heredada”. Dicho de otra manera, el precursar la muerte advenidera hace al Dasein encontrarse con la angustia, producida por esa “posibilidad de la imposibilidad” que es la muerte. El precursar la muerte hace al Dasein retrotraerse al sido, hallando ahí su tradición, su ubicación histórica y sus posibilidades más
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propias, lo cual le permite ubicarse en su presente, gestarse históricamente, pudiendo ser un Dasein propio, que vive para sí, y que es un hombre de su tiempo. Como puede apreciarse claramente, Heidegger nos ofrece, en este fragmento de Sein und Zeit, un modelo para generar un ser humano excepcional, uno que se libera de la muerte y, en consecuencia, de las cadenas de la religión. Y Heidegger no lo hace a la manera nietzscheana, la cual no puede evitar mantenerlo atado a la religión bajo la figura del blasfemo, sino que lo hace de una forma verdadera y completa, una donde el Dasein no tiene necesidad de gritar su ateísmo e incluso es capaz de respetar que la religiosidad exista en otros… pero que también intenta alertar de ella a los mejores. El ateísmo según Lacan Permítanme aclarar esta última afirmación con un ejemplo tomado de la obra del psicoanalista Jacques Lacan. En su seminario Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, y en contraposición a lo afirmado por Nietzsche, Lacan sostiene que la verdadera fórmula del ateísmo no es la de “Dios ha muerto” nietzscheana sino la de “Dios es inconsciente”9. Al decirlo de esa manera Lacan hace de Dios un concepto, una idea, y se sitúa en la misma línea de Kuhn (1989) quien afirmó que los verdaderos ateos son los teólogos pues hacen de Dios un objeto de conocimiento. Como puede apreciarse, Lacan no niega la existencia de la divinidad, simplemente la define, como antes ya había hecho Freud, como una idea, un síntoma humano, uno que el hombre requiere para que su inhóspita existencia encuentre un soporte, para que la angustia primigenia no lo devore. Contrariamente al “Dios ha muerto” nietzscheano, el “Dios es inconsciente” lacaniano no es una expresión romántica, una del orden de la mirada al Dios desaparecido pero esperado, 9 Sesión del 12 de febrero de 1964. NÚMERO 2 |
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del encuentro con la “cuenca vacía” del sueño de Jean Paul Richter. “Dios es inconsciente” es la expresión de la ausencia de esperanza, de la asunción de la imposibilidad del apoyo, lo cual obliga a cada uno a marchar con las propias fuerzas. Sin esperanza alguna y con angustia pero con la finitud. La fórmula nietzscheana “Dios ha muerto” no es de ese orden, conserva la aspiración de infinitud. Sin embargo, ha sido interpretada, como ya lo he referido, habitual y erróneamente, como ateísmo. Sólo gracias al reconocimiento de la muerte, de eso que Heidegger denomina “precursar la muerte”, somos capaces de lanzarnos a vivir la propia vida. Así puede comprenderse por qué la muerte deja de ser la “enemiga” para convertirse en “un fenómeno de la vida”, uno que hace “propia” la vida. Para concluir me permitiré recordar una afirmación con la que en alguna ocasión Lacan increpó a su auditorio: “Si alguno de Ustedes me dice que es ateo yo le demuestro lo contrario”. Y Lacan tenía razón, cualquiera que se viese conminado a afirmar ante su maestro el ateísmo estaba, por ese acto, mostrando su teísmo, es decir, que aún portaba a Dios en su corazón (bajo la manera de la denegación). Pero, podemos preguntarnos… ¿Qué ocurre en el caso de aquellos que carecían incluso del impulso para afirmar ante Lacan su ateísmo, es decir, aquellos para los que la figura del Sujeto supuesto Saber había caído de manera tan definitiva que ya ni siquiera les interesaba que alguien lo notase?10… ¿cómo podría Lacan de alguna manera restregarles en el rostro su teísmo? Dicha caída del Sujeto supuesto Saber, lo cual ocurre al final de la experiencia psicoanalítica según Lacan, implica la asunción de la propia finitud, la castración simbóli10 Que no importe si alguien lo note es, asimismo, algo que se encuentra en la obra de Heidegger, y particularmente cuando trata de la posibilidad de apreciar, desde fuera, si la experiencia de un Dasein es propia o impropia pues como indica Heidegger en su multicitada frase: “puede ser tan propia la vida de un borracho solitario como la de un conductor de pueblos”. 134
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ca, eso que Heidegger escribe bajo la fórmula del “Vorlaufen des Todes” (precursar la muerte), experiencia que, curiosamente, permite vivir propiamente. Recuperar la muerte permite recuperar la vida. Ésa es, desde mi punto de vista, una de las principales enseñanzas del Heidegger de El ser y el tiempo. Davoine y Gaudillière para curarse de la locura Es en la obra de dos discípulos de Lacan, Françoise Davoine y Jean Max Gaudillière, donde encontramos claramente los elementos para curar la locura psicótica: mediante ese “psicoanálisis al revés” que plantean en su ensayo Historia y trauma. La locura de las guerras (2011). La locura religiosa, como ya se ha dado cuenta la psiquiatría biologista, es “incurable” si se pretende anularla mediante la razón. Por provenir de la experiencia subjetiva del afectado, la locura no puede ser sino “atravesada”, sólo puede ser dejada atrás gracias a que otro ha escuchado la verdad generada por su “investigación psicótica”11. También puede ser prevenida. Pero eso requiere de algunos que se hayan podido librarse de ella… y no son muchos los que logran dejar atrás la transferencia a todo Sujeto supuesto Saber12. Es por ello tan valioso el aporte de Heidegger, Davoine y Gaudellière. Conclusión En este ensayo me he permitido tratar sobre la locura religiosa pues constituye, desde mi punto de vista, y el de Heidegger13, uno de los obstáculos fundamentales para el pensar. El pensar, precisamente por requerir hacerlo contra sí mismo como bien indica el sabio de Messkirch en Aus der Erfahrung des 11 Pues la psicosis no es sino “una forma de investigación”. (Davoine/ Gaudillière, 2011, p. 72) 12 Para Lacan, en el fin del análisis ocurre un triple fenómeno: la castración simbólica (del analizante), la caída del Sujeto supuesto Saber (el analista) y la emergencia del objeto a (causante del deseo). 13 Quien afirmó, en 1927, que la fe era, respecto a la filosofía, “el enemigo mortal”. (En Safranski, 1994, p. 178-179) NÚMERO 2 |
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Denkens, es todo lo contrario al dogma14. El pensar, al recuperar la muerte en el tiempo colapsado en el presente, ocurre en un tiempo unificado donde no hay lugar para dioses “salvadores”. No termino sin antes reiterar que si la humanidad verdaderamente pretende resolver sus problemas sociales y ambientales, requiere de sujetos capaces de pensar por sí mismos, “sin Dios ni esperanza”, intranquilos, sujetos activos que sepan que no hay entidad extraterrena que venga en su ayuda, para quienes de nada sirve esperar a que un Dios aparezca. Sujetos que soporten la angustia que el vacío genera y, por ende, se comprometan con el resguardo del mundo ―es decir, de sí mismos― para las generaciones venideras15.
Referencias Althusser, L. (2003). Ideología y aparatos ideológicos del estado / Freud y Lacan. Buenos Aires, Argentina: Nueva visión. Davoine, F. y Gaudillière, J-M (2011), Historia y trauma. Buenos Aires, Argentina: FCE. Deschner, K. (1990). Historia criminal del cristianismo, (Vol. 1). Madrid, España: Martínez Roca. Freud, S. (1976). Obras completas. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu. Heidegger, M. (1927), Sein und Zeit. Tübingen, Alemania: Max Niemayer. — (1983). El ser y el tiempo. DF, México: FCE. — (2002). Aus der Erfahrung des Denkens en Gesamtausgabe, (B. 13). Frankfurt am Main, Alemania: Klostermann. Klein, N. (2014). This changes everything. NY/Toronto/Londres/Melbourne: Simon & Schuster. Kuhn, T. (1989). Sociología del conocimiento. DF, México: s/e. 14 Es en ese estudio donde escribe Heidegger: Drei Gefahren drohen dem Denken: Die gute und darum heilsame Gefahr ist die Nachbarschaft des singenden Dichters Die böse und darum schärfste Gefahr ist das Denken selber. Es muβ gegen sich selbst denken, was es nur selten vermag. Die schlechte und darum wirre Gefahr ist das Philosophieren. 15 Cfr. mi ensayo La locura ecocida (2010). 136
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Lacan, J. (1977). Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Buenos Aires, Argentina: Paidós. Marx, K. (2005). Crítica de la filosofía del derecho de Hegel. Buenos Aires, Argentina: Signo. Monge, Y. (8 de octubre de 2005). Dios me pidió acabar con la tiranía de Irak. El país. Nietzsche, F. (1988). Ecce Homo. DF, México: EMU. —(1996). Genealogía de la moral. Madrid, España: Alianza editorial. Safranski, R. (1994). Ein Meister aus Deustchland. München/Wien: Carl Hanser Verlag. Tamayo, L. (2004). El fin del duelo, Litoral, Revista de l’école lacanienne de psychanalyse, (34). México/Buenos Aires: EPL. — (2009). El psicoanálisis: sin religio pero con espíritu, Litoral, Revista de l’école lacanienne de psychanalyse, (42). México/ Buenos Aires: EPL. — (2010). La locura ecocida. DF, México: Fontamara. Vattimo, G. (1996). Creer que se cree. Buenos Aires, Argentina: Paidós.
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El camino del Silencio The path towards Silence Estefanía Agraz Rubin Universidad Autónoma del Estado de Morelos Resumen El Silencio no solamente fue la búsqueda del ἀρχή por parte de los pitagóricos, sino también una manera de mirar y de abrirse al mundo, lo cual puede ser entendido desde nuestros días a través de los estudios iniciáticos de René Guénon y de la teoría musical de John Cage basada en el Zen. El Silencio constituye, ante todo, un principio ontológico que nos permite abrir la escucha para dejar los sonidos ser en libertad. Palabras Clave: Silencio, ontología, pitagóricos, John Cage, René Guénon, Zen. Abstract Silence was not only the Pythagorean quest search for the ἀρχή, but also their way of looking and opening themselves to the world. This can be understood nowadays through the initiatory studies of René Guénon and the musical theory of John Cage, based on Zen. Silence constitutes, first of all, an ontological principle that allows us to open our possibilities to listen in order to let the sounds be. Keywords: Silence, Ontology, Pythagoreans, John Cage, René Guénon, Zen.
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El exceso de sus extravíos lleva al hombre a reconocer la inanidad de ellos. Sin aliento, he ahí que por su movimiento instintivo se repliega sobre sí mismo, se refugia en su propio corazón y, tímidamente, trata de descender a su cripta silenciosa. Allí los vanos ruidos del mundo se acallan. Si permanecen aún, quiere decir que la profundidad muda no ha sido alcanzada todavía, que el umbral augusto no ha sido franqueado aún… El mundo y el hombre son uno. Y el Corazón del hombre, el Corazón del mundo, son un solo Corazón. (Darel en Guénon, 1969, p. 419)
El Silencio del cual nos habla la cita anterior es aquel que se encuentra en cada ser humano; solamente acallando los ruidos y los sonidos de este mundo caótico, se podrá entonces escuchar la música que hay dentro e ir más allá. El Silencio es el principio ontológico, el nivel más alto, inalcanzable quizás mientras se exista corpóreamente, pero no imposible. A lo largo del presente artículo, se pretende analizar y exponer el concepto de Silencio desde su fundamento ontológico. A través de los pitagóricos (un recuento de aquello que se ha podido rescatar de dicha escuela mistérica), sus ritos de iniciación y su teoría del número y la música realizaremos un análisis sobre el concepto mismo y como principio vital. Posteriormente, a partir de los pitagóricos y de la mano de John Cage, Joscelyn Godwin y René Guénon, entre otros, llegaremos a una nueva forma de concebir el Silencio. Así, seguimos a Pitágoras al decir que “el silencio es la primera piedra del templo de la filosofía”. También, recordando a Lao Tsé, lo podemos encontrar en el Zen:
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Aquel que sabe no habla, aquel que habla no sabe. Abstente de palabras, medita el silencio, despunta los filos, deshaz los nudos armoniza la luz y únete al polvo Esto es la Oscura Identidad. Aquellos que la han alcanzado, no pueden ser próximos ni extraños. No pueden ser beneficiados ni heridos. No pueden alcanzar nobleza ni desgracia Por ello son los más nobles del mundo. (Lao Tsé, 2012, p. 94)
Así, el silencio constituye o, más bien, construye el camino. Un paso a seguir en este artículo es la comparación de los peldaños pitagóricos para la elevación del alma, simbólicamente realizados como la antesala de todo ser humano para llegar a lo más alto: el Silencio. John Cage discutió sobre el Silencio musicalmente y desde lo que el Zen le había brindado en la comprensión del Silencio. Cage se enfoca sobre todo a un rechazo hacia el “serialismo integral” en la música; el cual pretendía controlar cada aspecto en la composición y en la ejecución. Partió del siguiente punto: el silencio no existe en la existencia, siempre estamos rodeados constantemente por sonidos. Por lo anterior, sería imposible pensar que se pudieran controlar los sonidos (aún inaudibles para el ser humano) durante una ejecución musical. El significado esencial del Silencio es la pérdida de atención. (Vásquez, 2009) Alcanzar el silencio sería salir de las fronteras de nosotros mismos para justamente encontrarnos. El problema yace en que la existencia corpórea está ligada al sonido. La pregunta sería ¿cómo llegar a esta pérdida de atención y para qué? Es necesario sentar como base la música y las doctrinas de los pitagóricos para, en segunda instancia, tratar la naturaleza del Silencio desde lo propuesto por Cage. Iremos, así, enNÚMERO 2 |
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tretejiendo a pitagóricos, René Guénon, Lao Tsé, John Cage, María Zambrano, entre otros. Este entretejido no pretende ser siempre calculador ni lógico, sino dejado en libertad, porque: Las cosas se controlan mejor cuando están en resposo. Lo planeado con antelación es menos difícil. […] Si actúas demasiado aprisa, fracasarás.Si te aferras demasiado a algo lo perderás. Por ello el Maestro deja que todo siga su curso, y así jamás fracasa. Nunca se aferra, Por ello nada pierde. (Lao Tsé, 2012, p. 104)
Los pitagóricos y sus doctrinas Debemos recordar a nuestro lector que la información de los pitagóricos no es muy clara y está envuelta en el misterio. Se ha dicho mucho sobre ellos pero poco es verdaderamente claro y desgraciadamente los estudiosos han caído en hoyos confusos y en interpretaciones no del todo claras. (Hussey, 1955, pp. 61-62) A finales del siglo VI a. C. en Crotona, se sabe que existió una comunidad ascética y religiosa conocida como los pitagóricos. Se cree que fue fundada por Pitágoras de Samos. Aún así la vida del mismo Pitágoras y de su escuela ha quedado sumergida en el misterio. (Copleston, 1994, p. 43) La escuela pitagórica es el ejemplo más destacado de lo que se consideran las escuelas mistéricas. Dichas escuelas eran comunidades de enseñanzas esotéricas (sólo para unos cuantos) que seguían la tradición auténtica: antes de que Occidente se separara del Oriente según René Guénon. Si bien se sabe que los pitagóricos, establecidos en la península itálica, fueron grandes conocedores de las matemáticas y de la música, se dice que llegaron a tales conocimientos debido a sus prácticas y a sus ritos de iniciación: “La práctica del silen142
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cio, la influencia de la música y el estudio de las matemáticas se consideraban valiosas ayudas para la formación del alma”. (Copleston, 1994, p. 44) Así, también los estudios pitagóricos ya incluían el estudio de la música y las matemáticas, mismas que posteriormente se agruparán bajo el Quadrivium: En definitiva es mérito de Pitágoras y sus seguidores haber aproximado la astronomía a la aritmética y a la geometría, pasando por la música (disciplinas todas ellas que integrarán el Quadrivium siglos después. Desde luego aún no se dispone de una astronomía cuantitativa capaz de predecir con exactitud los movimientos celestes. (Ruiz, 2003, p.37)
Recordemos que la Música era parte de las siete “artes liberales” de las escuelas catedralicias y monásticas de la Alta Edad Media heredadas desde el curriculum para la educación establecido por Platón en su República; la Música se encontraba dentro de los estudios del Quadrivium (aritmética, geometría, música y astronomía), enseñadas después del Trivium (gramática, lógica y retórica). Pitágoras es conocido como el padre de las Matemáticas, concebidas, para esta comunidad esotérica, como un lenguaje simbólico, sagrado y revelado. En una escuela mistérica, los conocimientos no son adquiridos sino de alguna forma revelados. El auténtico esoterismo está fundamentado en los símbolos, en el desarrollo de las matemáticas como conocimiento revelado. Unir los fragmentos de la realidad que han sido separados: ¿Qué quiere decir símbolo? Es, en principio, una palabra técnica de la lengua griega significa <<tablilla de recuerdo>>. El anfitrión le regalaba a su huésped la llamada tessera hospitalis; rompía una tablilla en dos, conservando una mitad para sí y regalándole la otra al huésped para que, si al cabo de treinta o cincuenta años vuelve a la casa un descendiente de ese huésped, pueNÚMERO 2 |
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dan reconocerse mutuamente juntando los dos pedazos. [...] Algo con lo cual se reconoce a un antiguo conocido. (Gadamer, 1997, p. 39)
El símbolo, podríamos decir, se acciona en la memoria al unir en la remembranza dos fragmentos1. A los pitagóricos también se les atribuye la doctrina del número y la del alma. Ambas doctrinas tienen relación entre sí pues llevan a conocer el macrocosmos a través del conocimiento del microcosmos. Todo fuera está ya dentro. Se puede conocer el mundo sin salir de la propia casa. Se puede ver el Tao del Cielo sin mirar por la ventana. Cuanto más lejos se va, Menos se conoce. El Maestro comprende sin necesidad de viajes, ve claramente sin tener que mirar, Logra mucho sin actuar. (Lao Tsé, 2012, p. 82)
Empecemos hablando un poco acerca de la primera doctrina pitagórica, la del número. Enuncia que el número es el ἀρχή (principio) en toda existencia ontológica, no sólo en una forma corpórea. “El Uno es la unidad como determinación ontológico-fundamental; toda cosa es Uno. Por lo tanto el Uno es ἀρχή”. (Martínez Marzoa, 1973, p. 81) Este conocimiento no se debe de tomar como algo literal, en el sentido práctico, puesto que recordemos que los pitagóricos concebían el conocimiento y el lenguaje a través de símbolos, en el sentido 1 Recordemos la voz griega σύμβολον significando σύν – juntamente y βάλλειν – reunir lo lanzado, arrojado lanzar o arrojar; es a la vez aquello que se lanza conjuntamente, aquello que se reúne, que se une y lo contrario a διαβάλλειν – decir habladurías, separar, calumniar. 144
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antedicho. La doctrina del número nos remitiría inmediatamente al tan conocido τετρακτύς, como lo muestra la siguiente imagen:
Figura 1
La figura 1 muestra cómo el punto sería lo que consideraran los pitagóricos “la unidad”, el Uno no manifestado, invisible, como el punto, e imperceptible en sí mismo. Después, vendrían las demás manifestaciones que son entonces una serie de 1 + 2 + 3 + 4 = 10. El Uno es el punto; los líneas o rectas están precisamente formadas por puntos, simbolizando el Dos; las líneas, a su vez, forman superficies, Tres; y las superficies, volúmenes, Cuatro. Si pensamos por un instante, nos daremos cuenta de que el punto es irrepresentable en la realidad. Incluso si dibujáramos un punto en una hoja, podríamos entender que ese punto es en realidad un volumen, mínimo, pero volumen. Es decir, en nuestra realidad, el punto es irrepresentable, mejor, invisible. Recordemos también el punto invisible como στίγμα. De igual manera, la importancia del número 10 en la Kabbalah judía, misma que equivale a la letra Yód o Yúd ( )יla más pequeña pero la más importante, a
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partir de la cual se origina todo. Todo está formado por este punto, Uno que es invisible a nuestros ojos. Una vez más, recordemos a Lao Tsé: El Tao engendró el Uno. El Uno engendró el Dos. El Dos engendró al Tres El Tres engendró a todos los seres. (Lao Tsé, 2012, p. 77)
Las diferentes manifestaciones de los números podrían bien simbolizar los niveles de realidad que existen y que en suma dan el Universo. Además, el Uno del τετρακτύς, que origina el Dos, Tres y Cuatro, genera también a la familia de números figurados2 (cuadrados, pentagonales, hexagonales); todas éstas implican a los números triangulares, uno de los cuales es, precisamente, el τετρακτύς. Lo anterior nos muestra con mayor claridad por qué el Uno genera a todos los números y a todas las familias como se exhiben en la figura 2:
Figura 2
2 Son números enteros formados por puntos equidistantes, formando una figura geométrica. 146
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Se puede decir, entonces, que los números son la idea primaria de donde surge todo, los arquetipos eternos. Todo estaría contenido en el Uno. Los pitagóricos coinciden en que el Universo está formado de esferas: la Tierra (inmóvil), la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter, Saturno y después vendrían las estrella fijas y más allá estaría ese Uno. Esto nos remite inmediatamente a la música, y cómo a partir de las matemáticas también conciben la armonía y la belleza en el κόσμος. Encontraremos más adelante, pues, cómo la doctrina pitagórica relaciona a la música con el alma y, por lo tanto, con las matemáticas también; teniendo el Silencio como punto central de todo. Con respecto al alma, esta escuela mistérica la concebía inmortal y buscaban su purificación, kάθαρσις, como el vehículo para liberarla a través de diversas vías: Por lo que respecta a las ideas y a las prácticas ascética-religiosas de los pitagóricos, centráronse en la noción de la pureza y en las observancias purificatorias; la doctrina de la transmigración de las almas llevaba naturalmente a promover el culto. (Martínez Marzoa, 1973, p. 45)
Esta doctrina acerca de la purificación del alma va de la mano con la transmigración de las almas. Los pitagóricos afirmaban que las almas, al morir, podían cambiar de cuerpo, pero a la vez elevarse a los diferentes niveles del κόσμος. Doctrina que no estaba del todo separada de la teoría musical y, con mucha seguridad, conjunta a la de las matemáticas. Para ellos, era necesario irse elevando a través de las esferas que existían en el Universo y, por supuesto, cada una con su música y armonía. Recordemos que son los primeros en hablar de la música de las esferas celestes. Sostenían que, si todo era perfecto, entonces este orden iba a producir música. Para los pitagóricos siempre habría música aunque no la pudiéramos percibir. El κόσμος, así, es un conjunto de NÚMERO 2 |
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símbolos que deben ser descifrados y éstos son algo que están más allá de la razón humana; sólo se podrían entender a través del intelecto, de la purificación y elevación del alma. Sin embargo, no era lo única escuela mistérica que veía al Universo como algo sagrado y como un conocimiento difícil de penetrar. Como podremos constatar, su manera de comprender el Universo era también el reflejo del alma del ser humano; es decir, un macrocosmos reflejado en un microcosmos. Además, el orden en el que se encuentran los planetas, para los pitagóricos, marcaría los estados de la existencia y el ascenso a lo largo de las esferas; si puede haber un ascenso, entonces esto presupone que hubo un descenso del mismo modo; por lo cual el alma tiene necesidad de purificarse. (Godwin, 1995, p. 49) El descenso3 es considerado ya importante desde la Antigüedad con respecto a la astrología y que Macrobius Ambrosius Theodosius4 (castellanizado como Macrobio), apoyado en el pitagorismo y el platonismo, introduce para el resto de la Edad Media, […] la idea del tránsito descendente del alma a través de las esferas para alcanzar su unión con el cuerpo, adquiriendo en el proceso varias características a partir de los siete planetas; y el thema mundi, el horóscopo del mundo o “carta astral” de la creación. (Tester, 1990, p. 145)
Tenemos aquí la relación estrecha entre cosmología y astrología a partir de la tradición pitagórica que permea en la posteridad medieval. De la misma manera encontramos la 3 “[…] la idea del alma poseedora de la misma índole ardiente que el cielo más exterior […] en un alma que debía descender de las regiones etéreas donde residía a la Tierra, para entrar en un cuerpo. En el trayecto pasaba necesariamente a través de las esferas de los plantes […] “en la esfera de Saturno” el alma recibe “discernimiento e inteligencia, lo que los griegos llaman λογιστικόν y θεωρητικόν; en la esfera de Júpiter, el poder de actuar, que se llama πρακτικόν; en la de Marte, el ardiente ímpetu del espíritu llamado […]” y así continúa por las demás esferas. (Tester, 1990, p.146) 4 Escritor y gramático romano del siglo IV d.C. aproximadamente. 148
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importancia que María Zambrano le da al descenso5 de Orfeo a los infiernos, “ya que el filósofo tiene que descender a los infiernos, para poder conocer el llanto y transformarlo en canto”. (en Beuchot, 2004, p. 32) El modelo de las esferas propuesto por los pitagóricos es geocéntrico; pero entiéndase que no se debe tomar literalmente; para esta escuela el conocimiento, una vez más, era simbólico. La Tierra es un planeta fijo, como el tono de una escala musical, y sólo se mueve lo que está alrededor de ella. Las siguientes esferas son la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter, Saturno, las estrellas fijas y finalmente el Uno. Todas las esferas están en movimiento, excepto las estrellas fijas, la Tierra y por supuesto el Uno. A cada esfera le corresponde un metal. Lo que es arriba es abajo; todo el Universo está compuesto de símbolos que son manifestación del Uno. Son siete esferas (incluyendo a la Luna y al Sol), número presente simbólicamente como el número de niveles que tendría que alcanzar el alma para purificarse. La ubicuidad del siete se manifiesta en la teoría pitagórica como el “número perfecto”; puesto que es la suma del 3 (Trino y Uno, el cielo, lo celeste) y el 4 (la tierra, sus cuatro elementos, lo terrenal). En esta unión es la relación entre lo humano y lo divino, como los siete días de la Creación, los siete días de la semana, las siete notas musicales, los siete peldaños de la iniciación; sie5 “Pues bien, según esta escuela, <<el alma verifica un doble viaje; el descenso a lo que los pitagóricos llamarán ‘infierno terrestre’, esta vida de la que habrá de hacerse cargo en sus vertientes o abismos: muerte y tiempo. Mientras que el recuerdo del origen y el anhelo la llevarán aun antes de emprender la partida a recorrer por adelantado el espacio ultraterrestre. Todo ello es historia; estar en posesión de un alma es tener que asumir la historia — la propia —, el tiempo, la muerte>>. En esos viajes se da el gemido del dolor. […] Se mantendrán, por el contrario, fieles al o indecible; la voz, el gemido, antes que buscar articularse en palabra será moldeada, moldeada por el número. La palabra siempre precipita el tiempo, la música lo obedece con cierto engaño, pues va en busca del éxtasis>>. Por eso no llegaron a la tragedia, se quedaron en la música […] Seguidores de Orfeo, los pitagóricos trataban de transformar, con la música, el gemido de dolor en dulce melodía […]”. (Beuchot, 2004, p. 37) NÚMERO 2 |
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te chakras en el teosofía hinduista, los siete mares, los siete colores del arcoíris, los siete ángeles según Cornelio Agrippa, los siete años que le lleva a Salomón construir el templo, etc. El camino parece, entonces, ser siempre de siete, en la purificación del alma, en la conjunción entre el cielo y la tierra, en el conocimiento. El ser humano (microcosmos) es armonioso, proporción y similitud del Universo (macrocosmos): Las enseñanzas herméticas entienden al humano como tal, y de esta manera uno puede comprender el κόσμος; lo cual significa, en primera instancia: conocerse a sí mismo […] y es por medio de la introspección que encontramos la visión de lo universal, usando lo conocido para explicar lo desconocido. (Godwin, 1995, pp. 86-87)
El universo pitagórico sería el cómo para que el ser humano se eleve. Estos símbolos manifestados vienen a ser el lenguaje en el que está escrito el Universo. Aquel que llegara a comprender los símbolos, entendería por lo tanto lo superior o divino. No solamente los pitagóricos plantearon el universo físico de manera geocéntrica, también lo hizo Kepler. Empero en el siglo XVII se tomó al pie de la letra este modelo por lo tanto incomprendido: el significado literal quiso suplantar al simbólico. Al refutarse el modelo, se dejó en el olvido por varios siglos a la música de las esferas; destruyendo así el valor espiritual del alma y al hombre como microcosmos. (Godwin, 1995, p. 51) Por lo que, entonces, debe entenderse que los pitagóricos no concebían de esta manera literal el κόσμος físico, sino este κόσμος que es reflejo del ser humano y que, como tal, puede y fue incomprendido. Ahora bien, si el Universo tuvo que haber tenido un principio, entonces para los pitagóricos estaría en el Uno. Sin ir más lejos, en la escuela jónica o de Mileto, tres pensadores presocráticos formularon la siguiente cuestión: ¿dónde se 150
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encuentra el origen de todo? Tales, Anaximandro y Anaxímenes plantearon la misma y el primero argumentó que este principio se encontraba en el agua; el segundo en el απειρον (sin límites); el tercero en el aire. Se dice que la filosofía comienza con una pregunta o en preguntar. Ellos se preguntaban por el αρχή. ¿Qué es el ἀρχή? El ἀρχή como el principio u origen. Sería pues, lo más antiguo, la razón de ser, lo que está rigiendo el κόσμος y le da sentido. Etimológicamente, ἀρχή viene de la palabra arconte, ἄρχων, siendo “el que gobierna”. Para estos presocráticos el κόσμος tendría que tener un principio, entendido como algo que justifique la realidad, y no como un inicio; puesto que los griegos no tenían el concepto de Creación. Entonces, ¿cómo podría explicarse que uno de sus ritos iniciáticos fuera justamente el Silencio? Curioso si se piensa desde esta perspectiva, pero primero debemos asentar qué es un rito iniciático. De acuerdo con René Guénon, “la iniciación se encuentra en todas las tradiciones antiguas y los ritos han sido diseñados como un segundo renacer como otro ser que se lleva dentro desde antes de nacer”. (Guénon, 1976, p.31) Es decir, el ser humano es elegido para la iniciación, no es algo que él mismo decida; sino que, por alguna razón ya tiene la capacidad dentro de él, que desarrollará, que madurará, para poder así alcanzar un conocimiento de lo superior. La iniciación en todo caso abriría las puertas hacia ese conocimiento que no viene del individuo mismo, sino que éste lo encuentra en sí, siendo otorgado. Los ritos iniciáticos, entonces, serían como la preparación del individuo al cual se le conferirá un secreto; cuál o en qué consiste depende de cada comunidad mistérica e iniciática. No obstante, por ser secreto, es incomunicable y cambia de una a otra. (Guénon, 1976, p. 89) Los ritos son los que, espiritualmente hablando, transmiten y relacionan al ser humano con eso superior para su iniciación. Siempre han sido realizados con el fin de que el
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ser humano pueda entrar en relación (directa o indirectamente) con aquello que esté más allá de su individualidad y que aparecen en otros estados de la existencia. (Guénon, 1976, p. 109) Una vez más podría resultar irrelevante para quien no concibe la posibilidad de que los ritos iniciáticos realmente liguen al ser humano con lo superior y con las verdades eternas que son transmitidas por las comunidades iniciáticas y las escuelas mistéricas. Empero, no es de importancia si se “cree” fielmente en ello o no; lo que verdaderamente importa es el hecho de tratar de acercarse un poco más a los pitagóricos desde su música, sus ritos y sus doctrinas. La práctica del silencio consistía en uno de los ritos iniciáticos para los pitagóricos que permitían transmitir un conocimiento y relacionar al ser humano con lo que está más allá de esta corporeidad. Para el que recibe la iniciación, ésta es una adquisición permanente, la llevará con él eternamente y una vez es suficiente para ser indisoluble. (Guénon, 1976, p. 112) El Silencio en los ritos iniciáticos puede verse como un paso que abre al ser humano hacia la reflexión y hacia la escucha. Pero la escucha va más allá de lo que está; consiste en la escucha de lo que es. Aún así, sabemos que es difícil comprender lo que es el Silencio y hay demasiadas preconcepciones acerca del concepto. Para ello, debemos de hacer dos distinciones: entre el silencio intencionado y el Silencio (no-intencionado). El primero sería aquel que el hombre produce al acallar cualquier percusión de sonido que él mismo ejecute (nada más); el segundo es un Silencio total. ¿Existe el Silencio? La respuesta es un rotundo “no”, si estamos pensando sólo en la existencia corporal. Culturas como la de India, o prácticas como el budismo, conocen el poder de un silencio y del Silencio. Para el mundo convencional no hay diferencia entre uno y otro; siendo para ellos uno solo y existente en la vida material. Primero habría que establecer la definición correcta de Silencio, tergiversada palabra a lo largo del tiempo. El Silencio es esa ausencia de todo sonido: intencional y no intencional. Para poder explicar lo que es el 152
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silencio (con minúscula), se debe entender lo siguiente: aún cuando se esté en silencio lo único que se hace es acallar intencionalmente nuestras producciones de sonido para poder escuchar. Es éste, tal vez, el primer paso y, sin embargo, este acallar desvelaría sonidos siempre presentes pero no-intencionados. John Cage: la cámara anecoica y el silencio pitagórico En este momento es necesario hablar del compositor americano John Cage, pionero en la música de vanguardia (avant-garde). Fue alumno del músico fundador de la Segunda Escuela de Viena, Arnold Schönberg, quien creó la música dodecafónica (siempre doce sonidos) y atonal, mejor conocido como serialismo integral. En la música del serialismo integral, el compositor no escribe lo que a su inspiración llega, sino que escoge doce notas de la escala cromática (ascendente o descendente) y juega con ellas de una forma simétrica en la creación de temas musicales. De una forma calculadora, en el sentido peyorativo de las matemáticas. Tampoco permite al intérprete el crear con libertad su ejecución. En contra de este estructuralismo tan rígido y de la falta de escucha como tal, es que John Cage es el padre de la música aleatoria y experimental. John Cage, en los principios de los años cincuenta del siglo XX, entró a una cámara anecoica (fig. 3), en la Universidad de Harvard. Ésta permite aislar todo sonido.
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Nosotros también hemos experimentado una cámara anecoica que se encuentra en el CCADET de la UNAM como parte del Laboratorio de Acústica y Vibración. La experiencia es única. Cuando entramos en ella, apenas podíamos escuchar nuestra propia voz. Sin embargo, como el mismo Cage lo corroboró (fig. 4), puede ser que no se escuche “nada” pero si prestamos atención se logran distinguir claramente dos sonidos. Cage llega entonces a la conclusión de que el Silencio no existe en esta materialidad y que, por lo tanto, es imposible controlarlo, lo cual iba en contra de los serialistas. Cage les
Figura 4
remarca que el control absoluto de la obra musical es imposible, puesto que nunca hay silencio y, en consecuencia, no podemos pasar por alto los sonidos del público y del ambiente que ejecutan la obra y participan también en la interpretación “Donde quiera que estamos, lo que escuchamos es en su mayoría ruido. Cuando lo ignoramos, nos perturba”. (Cage, 1961, p. 3) Llevado por la cultura oriental Zen, Cage resalta lo siguiente: en Occidente se ha dejado de lado la interpretación y no ha dejado en libertad la ejecución de lo escénico, lo ha controlado, impidiéndole la develación de lo sagrado; mientras que, para los griegos antiguos, en el medioevo y 154
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en el renacimiento lo sagrado era evidente. Era un acto de amor y magia donde cualquier cosa era posible y donde el artista y los músicos creaban y transmitían… no estaban predispuestos. Ambos sonidos que se escuchan al entrar en una cámara anecoica, uno grave y otro agudo, son el palpitar del corazón (el torrente sanguíneo) y el sistema nervioso respectivamente. Son el sonar de nosotros mismos. Sería entonces la existencia corpórea del ser humano la que suena en dicha cámara anecoica. Además de que los sonidos nunca abandonan este mundo, quedan siempre en nano frecuencias hasta la inaudibilidad. “Hasta que muera habrá sonidos. Y seguirán aún después de mi muerte”. (Cage, 1961, p. 8) En este “dejar en libertad”, “dejar ser”, recordamos la parabra de Lao Tsé en el Tao Te Ching: Por ello el Maestro actúa sin acción, enseña sin palabra. Los diez mil seres surgen y él dejan que vengan, los diez mil seres parten y él no los detiene. Posee sin poseer, actúa sin esperar nada. Concluida su obra, no se la atribuye, no reclama mérito y su obra es imperecedera. (Lao Tsé, 2012, p. 18)
Bien se podría decir que es imposible concebir el Silencio en esta existencia corpórea, puesto que es imposible dejar de tener un cuerpo material. El simple hecho de la cámara anecoica demuestra que es el cuerpo el que está sujeto al sonido. Es el existir el que está sujeto al ruido. No se puede ignorar este punto, aún en lo que nosotros concebimos como nada el sonido existe, aún en nuestro silencio hay ruido. A este acallar no-intencionado es al que llamaremos silencio en minúscula. Carmen Pardo (2009) nos dice que “esta experiencia le muestra [a Cage] que el silencio no existe como posibilidad de vivencia, que siempre hay sonido”. Aquel silencio no intenNÚMERO 2 |
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cional no se trataría de un Silencio (ontológico), sino simplemente de un silencio para oír. Compara entonces el silencio de Cage con la escucha de los pitagóricos y la esfera de Thoreau. En esta esfera: […] el silencio es sonoro. Tal vez como en las esferas de
Pitágoras que componían esa música inaudible que representaba la máxima sabiduría. Se proponen como eso, una escucha que descubre la armonía que surge cuando se tiende de veras al oído. (Pardo, 2009)
Al parecer, los pitagóricos conocían el poder de esta escucha que ejecuta el sonido no-intencionado y que, a su vez, podría elevar al Silencio. El abrir el oído a la escucha, el acallar los sonidos intencionados permitirá al ser humano escuchar lo no-intencionado. Sucederá que la música es algo que nos rodea puesto que yace en lo que existe y nosotros nos convertiremos en constantes escuchas. Realmente, lo que Cage propuso fue un vaciar la mente (como en la corriente espiritual Zen) para poder así estar abierto a la naturaleza, a los sonidos. La predisposición únicamente lleva a la mente a escuchar justo lo que desea y lo que ya sabe que va a escuchar: Uno tiene elección. Si no se desea abandonar el control del sonido, puede ser que complique su técnica musical hacia la aproximación de nuevas posibilidades y de conciencia (uso la palabra aproximación porque le mente no puede jamás medir completamente la naturaleza). O, como antes, uno puede abandonar el deseo de controlar el sonido, aclarar su mente, y prepararse para descubrir los medios para dejar a los sonidos ser ellos mismos en vez de vehículos para las teorías del hombre. (Cage, 1961, p.10)
Entonces lo que se nos propone aquí es que hay tres niveles de escucha: el de los sonidos intencionados; el silencio intencionado que iría de la mano con los sonidos no-inten156
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cionados; el Silencio no-intencionado, aquél fuera de la corporeidad. Del último nos ocuparemos más tarde. Los sonidos intencionados son aquellos que comúnmente llamamos música (claro que hay de otro tipo), pero el silencio intencionado se convierte en algo más. Ya no es Silencio sino los sonidos que nos rodean, constantes en todo caminar del ser humano, siempre hay sonidos que escuchar si es que hay oídos que presten atención. (Cage, 1961, pp. 22-23) Este prestar atención es liberarse de cualquier imagen o cualquier predisposición ya programada; es abrirse al acontecimiento que ad-viene. Verdaderamente de lo que se trata es de ver las cosas tal cual son y por lo tanto “La aceptación de toda posibilidad de tonos musicales posibles lleva a la inclusión del sonido dentro del dominio musical y finalmente al silencio también”. (Godwin, 1995, p.103) Recordemos que estamos hablando sobre el silencio y no sobre la subyugación de los sonidos bajo éste. Lo que se pretende no es que se vea el sonido como algo que se deba evitar, ni mucho menos, sino como un camino que llevará al Silencio a través del silencio que apertura los sonidos dejados en libertad. Así, el porqué del nuestro camino por el Silencio como rito iniciático y de la música representada en las esferas celestes, se podrá percibir más adelante. Para empezar, la música de las esferas puede ser vista, como ya lo hemos dicho, como ese transmigrar del alma de la doctrina pitagórica, como la elevación del alma hacia lo superior. El Silencio en todo caso es aquello que está antes o después de todo sonido, de toda existencia corpórea. La Tabla Pitagórica (fig. 5), según nos explica Godwin, muestra cómo los tonos musicales, van incrementando o disminuyendo a razón de los sostenidos y los bemoles. Sin embargo, si nos fijamos bien, antes de todo sonido se encuentra la razón 0/0. Esta razón significa lo que está más allá de los tonos y los números manifestados; es decir que el Silencio sería este 0/0. Esto correspondería también al τετρακτύς pitagórico, en el cual el Uno vendría siendo NÚMERO 2 |
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el primer sonido; empero, el 0/0 sería lo que en varias tradiciones se conoce como lo que está más allá de cualquier manifestación.
Figura 5
Es el Silencio; además, al cual todos los sonidos tienden. No se debe entender el 0/0 como lo contrario al sonido, ni como lo impensable, puesto que esto último estaría dado por las fracciones donde el numerador siempre es el cero y el denominador cualquier otro número. (Godwin, 1995, p.180) El Silencio es, por lo tanto, aquello que precede a todo sonido y lo importante recae en que para que exista el sonido debe de haber Silencio. Es decir, el Uno y el Silencio están unidos e implicados. En el texto de Godwin (1995), Guénon nos recuerda que: Como No-Ser, o lo no manifestado, comprehende y envuelve al Ser, o el principio de manifestación, también el silencio contiene dentro de sí el principio de la palabra. En otras palabras, así como la Unidad (1/1) no es más que el Cero metafísico (0/0) afirmado, la palabra es el silencio expresado. Pero inversamente, el Cero metafísico, mientras que es la Unidad no afirmada, es también algo más que eso, infinitamente más (p.181). 158
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El Cero, el Silencio, la Nada, el No-Ser son parte innegable de sus afirmaciones, el Uno, el Sonido, el Todo, el Ser. Para que los últimos existan deben primero existir como condición los anteriores a éstos. En la Kabbalah hebrea también se muestra al Silencio (Ain Sof, lo Ilimitado) antes de los cuatro mundos que plantea. (Godwin, 1989, p. 14) Es un hecho que el Silencio como principio, como vía también para llegar a un estado de quietud y de plenitud, se puede encontrar en la mayoría de las tradiciones auténticas. “El silencio nos da la escucha, se (nos) da como Escucha en el justo instante en que se devela como ritmo. Y ése es el instante-son del silencio- de reconciliación infinita”. (Esquivel, 2001, p.40) El Silencio traerá no solamente un camino hacia el interior del iniciado (en el caso de los pitagóricos) o de cualquiera que se dedique a practicarlo, o del músico mismo, sino también un camino que le ayudará a encontrar lo que está más allá de la escucha ordinaria del pensamiento ordinario. Conclusión Por supuesto que faltaría mucho más por estudiar cuando se trata del Silencio. Justamente, así como Cage nos ha ya avisado, es necesario no estar predispuestos a lo que nos rodea sino tener un vacío por dentro de toda falsedad para poder realmente ver y, lo más importante, escuchar. Cage mismo nos ha enseñado que el que verdaderamente escucha deja ser en libertad y permite la apertura. Si lo único que en una cámara anecoica se llega a escuchar son los dos sonidos del cuerpo, quizás entonces podemos concluir que liberándose el hombre del cuerpo podría alcanzar el Silencio. Utilizando entonces el rito iniciático como una interiorización en el microcosmos por medio del silencio intencionado que enciende a la escucha los sonidos no-intencionados. Estos sonidos no-intencionados como analogía de la música de las esferas y este transmigrar del alma a lo largo de los estados existenciales que proponen los pitagóricos. Así, hasta llegar al Uno y tal vez a la Octava Esfera, en donde sólo hay Silencio. Por NÚMERO 2 |
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último, acerca de este Silencio sólo nos falta decir que no tiene ni ritmo, ni altura, ni compás; solamente duración. (Cage, 1961, p. 19) Una duración que por ser antes que el sonido, no tiene principio ni fin. En la duración hay continuidad y, por lo tanto, no se podría determinar ningún punto en él, no hay intervalos. Los sonidos por su parte serían esos intervalos dentro de la continuidad del Silencio, eso que nace y muere. Cage se pregunta: “¿Por qué empiezan a hablar cuando hay algo que escuchar? ¿Por qué no mantienen sus bocas cerradas y sus oídos abiertos?”. (Cage, 1961, pp. 48-49) Curiosas preguntas que llevan mucha verdad y una vez nos encaminan al Tao: A aquel que sigue el Sendero del Tao lo sigue el mundo entero, y sin temor puede ir adonde quiera sin peligro. Ha hallado la paz y la calma en su centro. Donde hay manjares y dulces melodías, los caminantes se detienen. Pero al oír hablar del Tao, les parece aburrido e insípido. Si lo miran, no pueden ver nada. Si lo escuchan, no pueden pueden oír nada. Y si tan sólo lo emplearan, sería inagotable. (Lao Tsé, 2012, p. 65)
El ser humano en la actualidad tal vez ha olvidado el valor del silencio, y sobre todo el de la escucha. Una escucha que no se predispone, que no juzga, que no evalúa, que no calcula, sino que está abierta a recibir. Es cierto que muy diferente sería el mundo si en vez de la vista (herencia griega) fuera
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el oído el sentido más importante, algo utópico quizás que llevaría al ser humano a encontrarse más allá de las fronteras de lo que ve, de lo corpóreo. Para Nietzsche, (la música) no es una “representación” de las fuerzas, y tampoco una “reproducción”: es hacer visible, es hacer sonoro aquello que no se ve y aquello que no se escucha. Hacer discernible lo indiscernible, hacer audible la duración. (Espinosa, 2001, p.154)
Referencias Beuchot, M. (2004). Los pitagóricos y la analogía. La visión de María Zambrano en Contrastes. Revista Internacional de Filosofía, (vol. IX, pp.27-40), Málaga, España: Universidad de Málaga. Cage, J. (1961). Silence: Lectures and Writings. Connecticut, Estados Unidos: Wesleyan University. Copleston, F. (1994). Historia de la Filosofía: Grecia y Roma. Barcelona, España: Ariel. Espinosa, S. (2001). Consonancias y disonancias: Filosofía y música en el fin del milenio. Zacatecas, México: Universidad Autónoma de Zacatecas. Gadamer, H. (1997). Mito y razón. Barcelona, España: Paidós. Godwin, J. (1989). Cosmic Music. Vermont, Estados Unidos: Inner Traditions. — (1995). Harmonies of Heaven and Earth. Vermont, Estados Unidos: Inner Traditions. Guénon, R. (1969). Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada. Buenos Aires, Argentina: Eudeba. — (1976). Aperçus sur l’initiation. Paris, Francia: Traditionnelles. Hussey, E. (1995). The Presocratics. Indianapolis, Estados Unidos: Hackett Publishing. Lao Tsé (2012). Tao Te Ching. DF, México: Grupo Editorial Tomo. Martínez Marzoa, F. (1973). Historia de la filosofía. Madrid, España: Istmo. NÚMERO 2 |
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Pardo, C. (s/f). Las formas del silencio. En uclm. Universidad de Castilla-La Mancha, España. Recuperado el 28 de octubre de 2009 de http://www.uclm.es/ARTESONORO/olobo3/Carmen/Formas.html Ruiz Zúñiga, A. (2003). Historia y filosofía de las matemáticas. San José, Costa Rica: EUNED. Tester, J. (1990). Historia de la Astrología Occidental. DF, México: Siglo XXI. Vásquez, A. (2006). Música y filosofía contemporánea: registros polifónicos de John Cage a Peter Sloterdijk. Revista de Música Clásica y Reflexión Musical. Recuperado de http://www.sinfoniavirtual. com/revista/006/musica_filosofia_contemporanea_john_cage_ peter_sloterdijk.php
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Reflexiones del México contemporáneo. Difusión de la historia del siglo XXI Reflections of contemporary Mexico. Dissemination of history of the 21st century José Carlos Melesio Nolasco Dirección de Estudios Históricos, INAH Resumen La forma tradicional de estudiar la historia desvincula a los alumnos de la realidad social, de alguna manera los hace rechazarla. Es un conjunto de datos, nombres, fechas y hechos que se memorizan y de alguna forma nos tendrán que describir (que no explicar) la génesis de lo nacional. Jugar con los tiempos, pensar en el presente viendo el pasado, ¿qué queda del pasado en el presente? Y cómo podemos entender el pasado, desde el presente, son los objetivos fundamentales del artículo, con ejemplos generales de exposición. Se involucran muchas disciplinas, la economía, la ciencia política, la antropología, entre otras. Pero, a final de cuentas, lo más importante es entender el aquí y el ahora, es decir, a nosotros hoy. Palabras clave: Historia contemporánea de México, difusión de la historia, historia y ciencias sociales, enseñanza de la historia. Abstract The traditional way of studying history dissociates the students from social reality, in some way it makes them deny it. It is a set of data, names, dates and facts that are memorized and in some way will have to describe (not explain) the genesis of the national. Playing with the times, thinking about the present seeing the past, what is left of the past in the present? And how we can understand the past, from the present, are the fundamental objectives of the article, with general examples of exposure. Many disciplines are involved, economics, political science, anthropology, among others. But, ultimately, the most important thing is to understand the here and now, that is, to us today. NÚMERO 2 |
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Keywords: Contemporary history of Mexico, dissemination of history, history and social sciences, teaching of history.
Uno de los principales problemas a los que me enfrento en mi quehacer docente es el rechazo al estudio de la historia. Esto es producto, posiblemente, de las experiencias de los alumnos en niveles educativos previos; en la educación primaria suele proporcionarse la siguiente definición al empezar el estudio de la historia: “Es la ciencia que estudia el pasado para entender nuestro presente y prever nuestro futuro”. Extrañamente, en el transcurso de las clases se percibe que el pasado sólo de una manera forzada puede ser ligado al presente. Esto sucede por la visión de la historia como la unión de muchos acontecimientos, más o menos documentados según el caso, y las diversas modas en boga, de forma tal que se conforman períodos y hechos descontextualizados cultural, política y cronológicamente; así, aquello que conocemos como historia es una suerte de viejo museo del Chopo, en donde suelen almacenarse cosas insólitas que combinan héroes, fechas y glorias patrias, que, sumadas aritméticamente de alguna forma, nos dicen, tendrán que explicar nuestro presente o, al menos, elevar nuestra cultura general y alejarnos de la despreciable ignorancia. ¿Cuándo y dónde nació Benito Juárez?, ¿en qué fecha fue fusilado Maximiliano de Habsburgo, el usurpador de la soberanía nacional del siglo XIX en México?, ¿cuáles han sido los presidentes mexicanos que más y que menos tiempo han detentado el cargo?, ¿qué presidente dictó la constitución de 1917, producto de la revolución mexicana? Preguntas que, ya desde su planteamiento, acercan a la visión más oficial de la disciplina, las más de las veces, aborrecida por los alumnos del sistema educativo nacional y para quienes la promesa de memorizar datos, llevará a ganar concursos de televisión o a impresionar a las amistades. 166
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El presente artículo no ahondará en la comprensión del presente mediante el pasado, ni en la del pasado mediante el presente, (Bloch, 1952, p. 25) sino en el planteamiento de que la incomprensión del presente nace fatalmente de la ignorancia del pasado; así, ante la duda sobre cómo motivar a los alumnos en el estudio de la historia, se subraya la alternativa de la perspectiva de la historia contemporánea. Para los alumnos, entender el presente, en su contexto social, político económico, cultural, resulta más estimulante; tal entendimiento puede fundamentarse en un constante ir y venir en el tiempo; empezar el estudio de la historia a partir de un diagnóstico del presente, invita a una suerte de diván social con un recurrente viaje en el tiempo, al respecto Walter Benjamín (1973) afirmaba: La historia es objeto de una construcción cuyo lugar no está constituido por el tiempo homogéneo y vacío, sino por un tiempo pleno, “tiempo – ahora”. Así la antigua Roma fue para Robespierre un pasado cargado de “tiempo – ahora” que él hacía saltar del continuum de la historia. La Revolución francesa se entendió a sí misma como una Roma que retorna. Citaba a la Roma antigua igual que la moda cita un ropaje del pasado. La moda husmea lo actual dondequiera que lo actual se mueva en la jungla de otrora. Es un salto de tigre al pasado. Sólo tiene lugar en una arena en la que manda la clase dominante. El mismo salto bajo el cielo despejado de la historia es el salto dialéctico, que así es como Marx entendió la revolución (p. 13).
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Ideas para la enseñanza de la historia contemporánea La enseñanza de la historia puede proyectarse a partir de temas controversiales y atrayentes; considérese el tema de la biodiversidad y el poblamiento: México reúne una elevada proporción de la flora y la fauna del mundo ya que concentra entre el 10 y el 15% de las especies terrestres, ocupando el primer lugar mundial en cuanto al número de especies reptiles (717), el cuarto lugar en anfibios (295), el segundo lugar en mamíferos (500), el undécimo en aves (1,150), y posiblemente el cuarto lugar en angiospermas (plantas con flor). Todo esto lo sitúa como uno de los doce países megadiversos. En el mundo existen alrededor de 170 países, y en sólo 12 de ellos (Australia, Brasil, China, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, India, Indonesia, Madagascar, México, Perú y República Democrática del Congo) se encuentra el 70% de la biodiversidad total del planeta; Sin embargo, México también es reconocido por su acelerado deterioro ambiental, altas tasas de extinción de especies y una acelerada destrucción de ecosistemas naturales. (www.semarnat.gob.mx/sniarn/biodiversidad/biodiversidad.shtml)
A partir del contrastante impacto generado por los datos sobre la biodiversidad y el deterioro ambiental, el estudio de un momento histórico, la Colonia y el encontronazo con Europa, podría llevar a analizar y entender el inicio de la globalización; se trata, con ello, de rastrear la mentalidad colonial, lo que Guillermo Bonfil (1987) llamó el México imaginario, para analizar lo que creemos ser, enfrentado a lo que realmente somos (México profundo) o a lo que podríamos aspirar a ser (México alternativo). Preguntar qué tan mesoamericanos somos y qué queda de lo que los antropólogos e historiadores denominaron mesoamérica hoy es crucial para entender tanto al indio como a los no indios en el México contemporáneo. El resaltar, desde una lectura historiográfica contemporánea, la biodiversidad, el 168
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poblamiento y la forja de una civilización considerada original, nos da antecedentes importantes para explicar el México actual; el proceso de aculturación y el de las relaciones interétnicas, desde la colonia, ofrece elementos para entender nuestras identidades sociales. ¿De dónde llegó el hombre? y ¿cuándo llegó? son preguntas que actualizan una discusión que hoy día aparenta un barroquismo en los planes de estudio: una especie animal no originario de América es el hombre. Varias son las hipótesis, constantemente discutidas ante tales preguntas, aún por contestar: migraciones múltiples, escalonadas, de Asia, del Pacífico sur y probablemente de África, desde hace 30 mil años o más, algunas fuentes refieren que desde hace 100 mil años. Una explicación sobre el poblamiento de América, desde el planteamiento de la historia del presente, resulta interesante, se trata de la forja de dos civilizaciones originales, la Mesoamericana y la Inca. Si partimos de la consideración de que en el mundo hay pocas regiones civilizatorias —la genéricamente llamada civilización occidental, civilización del trigo; la China, civilización del arroz; la India, del arroz y del trigo, y, por último, las americanas, la Mesoamericana y la Inca, civilizaciones del maíz—, la formación de una civilización original en la mayor parte del México contemporáneo es un fenómeno poco común a nivel mundial, y los alcances políticos, culturales y sociales derivados de esto son, todavía, palpables; de modo que los logros civilizatorios de las sociedades del maíz, como la formación de sociedades, los núcleos urbanos complejos, los mercados especializados, la escritura jeroglífica, admirablemente todo a partir de una tecnología lítica, permite comprender el peso histórico de una civilización original, transfigurada y aculturada por los procesos de conquista, la invención de México en
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el siglo XIX y la Revolución mexicana: este enfoque nos dará claves importantes para pensar históricamente sin dejar de lado el presente. Varios temas sobre el estudio de la colonia pueden ayudar a entender el México contemporáneo; por ejemplo, la llamada república de indios puede proporcionar elementos para entender los usos y costumbres de los pueblos indios contemporáneos y su desigual vinculación con la nación desde el siglo XIX. La formación de una identidad criolla remitirá a la primera idea de México y, sobre todo, a los símbolos de la nación. Así, sin perder de vista la contemporaneidad, pueden ser explicados distintos momentos de la historia colonial: las reformas borbónicas, la pugna intercolonialista, el desplazamiento del colonialismo español como el hegemónico en Europa y la pugna Inglaterra-Francia por la hegemonía, y el complejo contexto que lleva a entender las independencias en América Latina: el surgimiento de Estados Unidos de América, con la doctrina del Destino Manifiesto, la Doctrina Monroe y la expansión norteamericana en América. El México de la primera mitad del siglo XIX —de la independencia a la separación de la provincia de Texas que culmina con la intervención norteamericana de 1846-48—, constituye un tema fundamental que, hasta hace muy poco tiempo, constituía la primera lección de historia en la educación primaria de nuestro país: “los Estados Unidos nos robaron más de la mitad de nuestro territorio”, episodio que ha marcado el inicio de nuestras relaciones con el vecino país del norte y el origen, probablemente, de la necesidad objetiva de hacer nación. Una lectura histórica desde la globalización A partir de los tratados Guadalupe Hidalgo en 1848 (por los que México es obligado a ceder a EEUU más de la mitad de su territorio) da inicio el intento de la forja de un estado nacional, con la lucha entre liberales y conservadores. El apoyo de EEUU a los liberales (tratado Mac Lane-Ocampo) y de Euro170
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pa, y especialmente Francia, a los conservadores (tratado de Mont-Almonte), evidencian la incapacidad de una auténtica soberanía. La implantación de la segunda constitución mexicana de 1857, por el momentáneo triunfo liberal; la retirada norteamericana del escenario por la guerra de secesión (1861-1865) y la paradójica intervención francesa (1861-1867) en el contexto del expansionismo francés de Napoleón III en Europa, que impone un liberalismo más radical con Maximiliano de Habsburgo, y que culmina con la llamada restauración de la República, proporcionan una imagen interesante de la invención México: su estudio muestra ya contradicciones, tal vez no superadas en el presente, al no poder imaginar un México verdaderamente soberano. El estudio de la historia desde el presente hace necesario resaltar perspectivas de análisis económico. El auge económico del porfiriato de la segunda mitad del siglo XIX, particularmente del último cuarto de siglo, ubicado como la primera modernización, no puede comprenderse sin las condiciones económicas de la revolución industrial de finales del XIX y principios del XX. El fordismo y el taylorismo, la cadena de montaje, el uso de la electricidad para la producción (iluminación artificial y motor eléctrico), la producción en serie, la estandarización de la producción, etcétera, llevaron a un auge económico mundial: a mayor producción más requerimientos de materias primas; así, los países exportadores tuvieron más actividad económica; este fue el caso de prácticamente todo el mundo y de nuestro país, con lo cual, el porfiriato dejaría de ser comprendido como un evento aislado. En nuestro país aún no sabemos crecer sin que un gobierno elitista explote al extremo a las clases trabajadoras y la Revolución mexicana, primer movimiento social de envergadura del siglo XX, fue muestra de ello; su análisis (¿fue una o varias?, ¿su impacto fue mundial?) nos lleva a cuestionar sus resultados: la constitución de 1917; el triunfo del grupo SonoNÚMERO 2 |
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ra con las fracciones de Carranza y Obregón; la derrota de las fracciones populares de Zapata y Villa y el posterior rompimiento del grupo vencedor, con el asesinato de los caudillos revolucionarios; la presidencia de Calles y la guerra cristera, que bien merece un análisis mayor, que arrojó datos de 90 mil muertos en tres años, más que en la antigua Yugoslavia e, inclusive, en la última invasión a Irak. En los primeros años de la década de los treinta se desata, a nivel mundial, una crisis económica, con quiebras de bancos y de bolsas de valores, en Estados Unidos, Inglaterra y, virtualmente, en todo el mundo capitalista. Los países más desarrollados resintieron más drásticamente los efectos de la crisis que se posterga por los efectos de la primera guerra mundial (1914-1918) ante la demanda efectiva de bienes. Al terminarse la conflagración europea y diseminarse las nuevas técnicas productivas (fundamentalmente la cadena de montaje durante los fabulosos veinte), la crisis, una crisis de sobreproducción relativa que en muchos aspectos se asemeja a la crisis económica contemporánea, se precipita en todo su apogeo; no obstante, la situación política no logra estabilizarse a causa de la postergación del cumplimiento de las viejas demandas campesinas y de la lentitud de la puesta en marcha de los preceptos constitucionales. La Revolución de 1910 trajo, como consecuencia de la lucha armada y de la inestabilidad política del país, un drástico declive en la actividad económica: no fue sino hasta la segunda mitad de los años veinte y principios de los treinta cuando se restableció la economía a los niveles anteriores a la Revolución, ello repercutió en lo político al sentar las bases de un cambio en las relaciones entre el sector público y el privado; de 1917 a 1934 hubo un fortalecimiento institucional del sector público, en especial del gobierno federal en detrimento de los jefes y caciques locales, que robusteció el aparato de estado y lo estableció como el el eje rector del desarrollo económico del país. 172
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La reelección de Obregón a la presidencia de la República ocasiona una nueva crisis política pues se atenta directamente contra el principio revolucionario fundamental: “sufragio efectivo, no reelección”; en consecuencia, el gobierno federal se debilita y, consecuentemente, el estado mexicano, con un presidente electo asesinado en San Ángel, no concluye un período de gobierno. El período presidencial de Lázaro Cárdenas coincide con el fin de la crisis económica mundial y la reactivación de la economía. Al iniciarse la década de los treinta México no contaba con los medios administrativos que le permitieran medir con exactitud los efectos de la crisis mundial, las cifras oficiales hablan de 350 000 desempleados en 1932 (su momento más difícil), es decir algo más del 6% de la población económicamente activa. Sin embargo, los efectos más negativos de la crisis 1929-33 ocurrieron en el sector exportador de la economía mexicana, sector, por cierto, no muy grande pues la economía recién salía de la etapa armada de la revolución y aún se encontraba en incipiente reconstrucción. Con todo, un gobierno que no llega a término (Ing. Pascual Ortíz Rubio, 1930-1932), un interinato (Gral. Abelardo L. Rodríguez, 1932-1934) y, finalmente, el asesinato de Obregón como presidente electo (reelecto), muestran el difícil panorama de México al inicio de la década de los treinta, época en la que, incluso, la naturaleza misma se ve afectada, ello se evidencia en las sequías del país en 1929-30 y en las inundaciones de la costa del Pacífico en 1932. La actividad de la población, predominantemente agraria, y la propia economía de subsistencia que absorbe a la mayoría de la población, mitiga un poco los efectos de las catástrofes naturales y, así, se eleva el promedio de vida de los mexicanos en 1932 a los mismos niveles que se presentaban en 1910: los sectores agropecuario, manufacturero y comercial (que sólo experimentaron una caída notable en 1932), fueron los grandes estabilizadores en momentos difíciles. En el contexto mun-
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dial, la modernidad era industrial y urbana, aspectos que por primera vez en la historia de la humanidad se presentan en el contexto de un verdadero sistema mundial casi universal. Contra la utopía cardenista, de ir más allá del keynesianismo o del fascismo sin desembocar en el modelo soviético; es decir, la de un estado activo, involucrado directamente en la producción y la creación de infraestructura que busca una industria al servicio de una sociedad agraria, con un reparto más equitativo de la riqueza, acorde con los principios revolucionarios, progresa la industria, aparecen nuevos empresarios como Azcárraga, O´farril, Garza Sada, Benjamín Salinas, Jenkins y Trouyet y, en el ámbito político, en 1938, se transforma el Partido Nacional Revolucionario (PNR), en el Partido de la Revolución Mexicana (PRM), dividido ahora en sectores que incluyen el militar. Al romper Cárdenas con el callismo y buscar el apoyo de las grandes masas campesinas y obreras, la rectoría del estado en la economía queda manifiesta en el cardenismo (19341940); así, fue Lázaro Cárdenas quien por primera vez hace uso del gasto público como fuente principal para el impulso del desarrollo económico y social del país. La alternativa política en México y en buena parte del mundo, en los años treinta, estaba en el fascismo, en el socialismo, o en el keynesianismo; así, Cárdenas opta por un punto intermedio entre keynesianismo y socialismo, aspecto que le da, junto con la herencia ideológica de la revolución mexicana, un carácter especial al populismo, en su versión mexicana. Entre 1935 y 1940 el producto interno bruto creció en 27 por ciento, una cifra global que oculta variaciones notables dentro del periodo, porque el crecimiento fue constante y casi de la misma magnitud entre 1935 y 1937, pero entre 1938 y 1940 la economía se estancó. En 1939 registró un nuevo respiro, pero debido simplemente a un aumento en la actividad comercial, que no se reflejó en las principales ramas productivas. El deterioro repentino de la economía en 1938 fue resultado directo de la crisis 174
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petrolera. El gobierno de Cárdenas llevó la reforma agraria muy lejos, pero la destrucción de la hacienda tuvo un efecto económico negativo inmediato y la producción agrícola comercial prácticamente se estancó en 1937. El valor de la producción manufacturera en el sexenio creció 53%, más del doble que la economía en su conjunto. (Aguilar Camín, 1989, p. 152)
A la salida de los gobiernos del maximato (1934), al privilegiarse los problemas políticos sobre los económicos, se da inicio a la institucionalización de la revolución y a la creación de un estado sólido. Durante los años veinte se reactivan diversas actividades productivas, interrumpidas casi en su totalidad por la lucha armada revolucionaria. El inicio de la reactivación económica, aún incipiente, no da lugar a que la crisis mundial afecte a México. Después del cardenismo (1940), México experimenta un período dinámico: crecimiento económico, crecimiento demográfico, industrialización y urbanización de la población, que no pueden ser disociados de los aspectos culturales; así, en la difusión y la enseñanza de la historia, vale resaltar, además de la perspectiva económica, la vida intelectual. En el campo de la literatura se desarrolla el concepto de literatura de masas: con los “best sellers”, literatura de evasión o consumo, la narrativa se ve como un problema social. En España emerge una época de gran riqueza literaria, tanto en el período de la Guerra Civil, como después de este. Los jóvenes Garcilasistas de la “juventud creadora”, desarrollan ampliamente tanto poesía, teatro y novela, como una literatura abocada a los problemas sociales. En la filosofía y en la física se experimentan notables avances, la teoría de la relatividad se convierte en el paradigma de la época, aspecto que influye en casi todos los campos del conocimiento humano.
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En ciencias sociales, la sociología sufre grandes cambios por la influencia de Durheim, Weber, Parsons, Pareto, y la Antropología por Franz Boas. En la economía, se pone en boga la llamada escuela neoclásica en Europa y la Keynesiana en América. En la historia, en esta época, surge como corriente crítica la llamada escuela de los Annales en Francia, corriente que relaciona directamente la historia con las demás disciplinas sociales; en este mismo tiempo hay una gran producción historiográfica marxista, como efecto de la revolución bolchevique y el nacimiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, no sólo las Estalinistas sino también las corrientes contestatarias como la Trotskista. El cine está en pleno apogeo, Chaplin es un excelente ejemplo de ello. En la pintura surge una serie de corrientes como el cubismo de Picasso y el expresionismo. En la arquitectura se desarrolla el funcionalismo, la ciudad se convierte en uno de los elementos de la organización territorial, con un uso de los espacios libres tanto en edificios como en las áreas urbanas. En consecuencia, la ciudad se planifica en función de la industria, con nuevos conceptos y nuevos materiales de construcción: es el inicio de la urbanización industrial a nivel planetario. Los treinta se convierten, así, en un período de entreguerras con un fuerte impulso cultural que influye el ulterior desarrollo de la humanidad en el siglo veinte. Propuesta de periodización para el México contemporáneo La historia del México contemporáneo es una historia dinámica que, a diferencia de otras épocas, se encuentra pletórica de fuentes documentales, tanto bibliográficas como hemerográficas, fotográficas, cinematográficas, estadísticas, grabaciones de radio y de televisión, incluso archivos de historia oral, con grabaciones magnetofónicas de diversas épocas y de personajes aún vivos, fuentes de información divididas temáticamente nunca antes consideradas. 176
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Aunque lo anterior hace pensar en una cierta facilidad para comprender el México actual, la inmensa cantidad de fuentes y lo polémica que puede resultar su naturaleza nos obliga a discriminar muchas de ellas y a presentar, lo más pedagógico posible, una versión, forzosamente parcial, por razones de espacio y de claridad. Así, se opta por una periodización de entre las más aceptadas y tradicionales, con la aclaración de que puede no ser la única, pues las hay sexenales o por década por ejemplo), mixta en cuando a sus períodos y basada en la historia económico-política más comúnmente empleada por los investigadores del México contemporáneo. Esta periodización se compone de cuatro momentos: 1. La década de los treinta (Antecedentes) 2. De 1940 a 1970 (El Milagro mexicano) 3. De 1970 a 1982 (El fin del milagro) 4. De 1982 a hoy (La transición neoliberal) Cada período se vincula a la historia macro regional americana, a la historia de las diversas expresiones políticas y culturales de la sociedad mexicana. Los tiempos regionales y ecológicos son analizados en función de las aspiraciones y las obras (buenas y malas), que nuestra sociedad ha construido. Los momentos de ruptura marcan el inicio y el fin de una o varias políticas económicas, estilos de gobiernos, formas de expresión cultural. Se hace especial énfasis en la política cultural y en la indigenista, que se diferencian en los períodos propuestos. Los cortes cronológicos coinciden con varios eventos: El primer período marca el fin de la revolución armada y el establecimiento de las instituciones nacionales; es decir, la formación de un gobierno estable culmina con el cardenismo.
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El segundo período marca el inicio del proceso de urbanización, la industrialización actual de México, los grandes movimientos migratorios nacionales, principalmente rural-urbanos, y la nueva identidad nacional surgida a la sombra de la revolución mexicana. Este período podría concluir en 196566, en el plano económico; en el plano político, en 1970, y, en lo político-cultural, indudablemente en 1968. Casualmente hay cambio de gobierno en 1970, por consiguiente optamos por esta fecha para cerrar el ciclo. La política económica aplicada por el estado en dicho período consistió, fundamentalmente, en un incremento en la asignación de recursos al sector industrial (mayores créditos, insumos baratos subsidiados por el estado como energéticos, infraestructura, etc), y en una política impositiva favorecedora, por medio de estímulos fiscales a la importación de maquinaria, así como en el pago de impuestos, exención del pago de impuesto sobre la renta, mercantiles y de exportación. Por último, se implantó una política comercial proteccionista que al sector industrial le era particularmente ventajosa, con una fijación magnánima de precios oficiales a sus productos usualmente más caros que los extranjeros, y el goce de subsidios de todo tipo. Todos estos aspectos ocasionan una elevada inversión en la industria, tal situación pone en una posición muy ventajosa al sector industrial pero deja virtualmente desprotegida a la agricultura, que, a final de cuentas, se convierte en subsidiaria, vía los precios bajos de los insumos industriales que produce, pero descapitalizándose de manera dramática. Es a partir de 1940 que México se convierte en un país con fuertes movimientos migratorios, del medio rural al medio urbano. En 1940 cuenta con casi 20 millones de habitantes, para 1990 son ya 81 249 645, la población se cuadriplica en cincuenta años.
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La población nacional migra fundamentalmente a la ciudad de México; en segundo lugar, a Guadalajara; en tercer lugar a la ciudad de Monterrey; en cuarto lugar, de 1970 a 1980, a Lázaro Cárdenas; a las Truchas, Michoacán (el complejo siderúrgico); a partir de 1983, el cuarto lugar lo ocupó el complejo urbano Coatzacoalcos-Minatitlán-Cozoleacaque, en el estado de Veracruz (el complejo petrolero). En estos períodos el quinto punto de atracción de población fue la región fronteriza del norte de México, posiblemente en la actualidad ésta ocupe el cuarto lugar de atracción de población. La región fronteriza atrae, desde los años sesenta, aproximadamente el 10% de la población migrante a nivel nacional, de los cuales cerca de la mitad van al municipio de Tijuana y un 20% aproximadamente al municipio de Juárez en Chihuahua, el 30% restante se distribuye en los demás municipios fronterizos. Los movimientos migratorios en México conllevan a un cambio civilizatorio, de una sociedad fundamentalmente rural a una fundamentalmente urbana, mexicanos de diversas latitudes viven ahora en un medio diferente al suyo, podemos encontrar indios de diversos lugares en las ciudades mexicanas, mazahuas, otomíes, mixtecos y zapotecos son lenguas y culturas que podemos ver en Ciudad Juárez, en Chihuahua, en Tijuana, en Monterrey, en Guadalajara o en la Ciudad de México, sin olvidarnos, por supuesto, de Los Ángeles, de Chicago e incluso Alaska. En el sur tenemos nuevos pobladores, los refugiados guatemaltecos, que se cuentan ya por decenas de miles, muchos de los cuales nacieron ya en México. Un sinnúmero de centroamericanos viven ya en diversas regiones de México, en la década de los setenta la migración de sudamericanos refugiados políticos fue un fenómeno importante. México, así, se muestra como un mosaico intercultural que incluye diversas culturas mexicanas que viven en diferentes regiones fuera de sus lugares de origen y conviven con centro y
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sudamericanos, algunos de los cuales o bien se se hallan de paso con el fin de emigrar hacia el vecino país del norte, o definitivamente deciden radicar en México. El tercer período, de 1970 a 1982 (El fin del milagro), evidencia el último impulso fallido del período anterior, con cambios políticos que generan la implantación de espacios civiles: la apertura democrática echeverrista y una redistribución de la riqueza poco menos polarizada, una política cultural nacionalista y tercermundista, enriquecida con la migración de buena parte de la intelectualidad latinoamericana a México, en el contexto de lo que se podría llamar “el populismo echeverrista”, que desde Cárdenas no se aplicaba. La última parte de este período distingue la petrolización de México y su endeudamiento exterior, con ello se busca un desarrollo económico hacia adentro, es así la última parte del período desarrollista del México contemporáneo. El cuarto período, de 1982 a hoy (la transición neoliberal), es el inicio de la apertura de la economía mexicana y el inicio de una forma de desarrollo diferente a las anteriores (Neoliberalismo), cuyos efectos aún no se acaban totalmente de percibir, pero al menos dan cuenta de ello con el acceso a las opiniones dadas al respecto: sea a los cambios propuestos en educación, gasto social y política exterior, o a las nuevas relaciones exteriores de México en el contexto del fin de la guerra fría, de la política exterior basada en los principios de una pragmática, con objetivos limitados. Al término de los años ochenta, la desigualdad mexicana se había acentuado. De los ochenta millones de habitantes, casi la mitad sobrevivía con ingresos menores a dos salarios mínimos, y una veintava parte, unos 4.5 millones de personas, vivía con ingresos superiores a 20 salarios mínimos. En la base de la pirámide de los ingresos se encotraban unos veinte millones de personas, entre jornaleros agrícolas, minifundistas, comunidades indígenas en regiones semidesérticas y migrantes recientes. Enseguida, otro escalón donde 180
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se refugian 20 millones de compatriotas que ganaban entre uno y dos salarios mínimos, contaban, quizá, campesinos en zonas de temporal, pequeños productores agrícolas y pecuarios, aparceros, caporales, ejidatarios pobres, pequeños comerciantes y empleados menores de grandes o medianas empresas agrícolas. En el tercer escalón, nicho para 15 millones, se empezaban a agrupar los contingentes en cierta medida incluidos en la modernidad, con ingresos entre 2 y 5 salarios mínimos: obreros, oficinistas, meseros, burócratas menores, prostitutas callejeras, choferes, artesanos y empleados de mostrador. En este nivel de la pirámide, la pobreza puede dejar de ser un circuito sin salida, aumentan las posibilidades de ascenso social y los hijos pueden encontrar mejor acomodo en la pirámide de la fortuna; pero el siguiente nivel era ya la puerta de entrada a las bondades de la modernización mexicana, cerca de 6.5 millones de mexicanos con ingresos entre 5 y 9 salarios mínimos. En un nivel inmediato superior se encontraban 4 millones con ingresos entre 10 y 19 salarios mínimos. Ambas franjas son el club de las clases medias emergentes: técnicos y profesionistas de éxito, burócratas de nivel medio y alto, comerciantes en pequeño, maestros de escuelas superiores, obreros calificados, nuevos empresarios y vendedores. Al final de la pirámide se encontraban 2 millones de propietarios, ejecutivos y funcionarios urbanos, más otros 500 mil empresarios agrícolas y ganaderos radicados en el campo, con ingresos superiores a los 20 salarios mínimos, se trata del club más exclusivo de los propietarios y de los dirigentes públicos y privados del país. Reflexión final Lo presentado hasta aquí son temas dignos de resaltar en una propuesta de libro sobre el México contemporáneo, son ejemplos de reflexiones que llaman la atención y motivan, por su vinculación con el presente, a no olvidar que el objetivo de la historia contemporánea es entender el aquí y el ahora. NÚMERO 2 |
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Referencias Aguilar Camín, H. y L. Meyer (1989). A la sombra de la revolución mexicana. DF, México: Cal y Arena. Bloch, M. (1952). Introducción a la historia. DF, México: FCE. Benjamín, W. (1973).Tesis de filosofía de la historia (1940). Madrid, España: Taurus. Bonfil Batalla, G. (1987). México profundo. Una civilización negada. DF, México: SEP-CIESAS foro 2000.
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Propuesta para la regularización de la seguridad social en empresas outsourcing que prestan sus servicios al gobierno federal1 Proposal for the regularization of social security in outsourcing companies that provide their services for the federal government Marco Antonio Gama Guerra
Introducción La precarización del mercado laboral se ha generalizado en México durante los últimos 17 años, ello ha permitido que la población en búsqueda de un trabajo tenga que ceder a la violación de sus derechos laborales y de seguridad social. Los nuevos esquemas de contratación por outsourcing en México le apuestan a la gran necesidad de la gente por tener un ingreso estable a cambio de disminuir sus posibilidades de tener condiciones óptimas para el desarrollo de sus actividades. En este escenario complejo se proponen algunas oportunidades de acción para mejorar la convivencia de los empleados en esta novedosa forma de contratación laboral. Las empresas y la Administración Pública en sus diferentes niveles, encaminan sus esfuerzos a la búsqueda de la competitividad y el cumplimiento de sus objetivos, para ello, han optado por la implantación de nuevas técnicas administrativas que les permitan obtener mejores beneficios económicos, lo que ha llevado a la subcontratación de personal como el medio de optimización de recursos. El outsourcing ha sido un esquema controversial, ya que en los últimos años ha permitido elevar las estadísticas gubernamentales sobre los empleos registrados ante el Instituto 1 Tesis presentada el 30 de agosto de 2017 en El Colegio de Morelos. NÚMERO 2 |
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Mexicano del Seguro Social pues este mecanismo no sólo se ha implantado en el ámbito empresarial sino también en el gubernamental. El outsourcing permite encargar a un socio externo el desempeño de funciones no estratégicas continuas en una empresa, inició en México hace más de 40 años cuando las compañías contrataban los servicios de vigilancia y limpieza de otras empresas; más tarde, los de comedor y mantenimiento, así hasta llegar en nuestros días a áreas de reclutamiento y selección de personal, relaciones públicas, sistemas de información, mantenimiento de sistemas y procesamiento de datos, entre muchas otras. En México, el personal contratado vía outsourcing aumentó 155 por ciento; en este esquema persisten las malas prácticas, puesto que varias de éstas se basan en figuras creadas para eludir el pago de seguridad social, por lo que ya se busca que cuenten con certificaciones. Sin embargo, a pesar de las reglas que se establecieron para ordenar esta modalidad, éstas han sido insuficientes para evitar las malas prácticas en las que por muchos años han incurrido las empresas que brindan este servicio y que han precarizado el empleo de los trabajadores subcontratados y que también implica pérdida en ingresos para el gobierno. El personal ocupado vía outsourcing pasó de 1.4 a 3.6 millones, entre 2004 y 2014, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Del total de ocupados en el país, 16.6 por ciento son subcontratados, es decir, uno de cada seis; hace diez años la proporción era de 8.6 por ciento. Ante este escenario, se puede esbozar un esfuerzo importante que se ha realizado a través las disposiciones fiscales y laborales de las empresas que usan outsourcing y/o subcontratación (pagadoras), en virtud de las últimas reformas que publicó la autoridad hacendaria. 184
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El Servicio de Administración Tributaria otorgó una prórroga a las empresas que usan outsourcing, la cual venció el primero de julio de 2017, momento en el cual se publicaron los formatos fiscales que deberán usar las empresas que ofrecen y contratan outsourcing. Esto cambiará totalmente la forma de operar de las pagadoras y pondrá en una situación jurídica delicada a las empresas que las utilizan, ya que pueden incurrir en fraudes fiscales, delitos penales fiscales y responsabilidad laboral que generará muchos costos por el uso de la subcontratación. Contrasentidos Sólo una de cada nueve empresas de tercerización que operan en el país está registrada ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), aseguró la firma de contratación de personal Manpower, con base en cifras del reporte Staffing Industry Analysts 2016. Lo anterior implica que la mayoría de los trabajadores en dicha modalidad de contratación no cuenta con los beneficios de la seguridad social como patrimonio para su retiro, cesantía y vejez, y no tiene garantizado su acceso a la atención médica en clínicas y hospitales del IMSS en caso de enfermedad. De acuerdo con datos del Servicio de Administración Tributaria (SAT), de 2008 a 2014 se detectaron 512 empresas que ofrecen servicios de subcontratación y que han celebrado o tienen operaciones por un valor de 198 mil 92 millones de pesos, con 29 mil 481 clientes o compañías que les traspasaron sus nóminas. Esas firmas evadieron impuestos por 79 mil 236 millones 800 mil pesos, equivalentes a 40 por ciento del valor de los contratos y afectaron a 230 mil empleados. Calidad y eficiencia en el servicio público Tal como se ha señalado en este trabajo, no se concibe la idea de calidad y eficiencia en el servicio público cuando los operadores de las diversas actividades que forman parte de los planes y metas de gobierno se encuentran en una situaNÚMERO 2 |
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ción laboral desfavorable, tal como ocurre cuando son contratados por una empresa proveedora de personal; ya que se ha comprobado que los riesgos latentes de demandas laborales, en efecto ocurren, y que los derechos de seguridad social se ven vulnerados al no existir un interés decidido en supervisar a las empresas proveedoras de personal. Aunado a lo anterior, se encuentra el tema relacionado con el desvío de recursos públicos que se ve favorecido por este tipo de contratación laboral, ya que no existe un control riguroso de los trabajadores que supuestamente trabajan para la entidad gubernamental en la vía de outsourcing y mucho menos se puede verificar si dichas personas existen en realidad. Formas de acción propuestas 1. Desincentivar el uso de empresas outsourcing en el Gobierno Federal. Esta opción podría abordarse desde la perspectiva de que resulta más conveniente apostar por la calidad y eficiencia administrativa a través del establecimiento de relaciones laborales estables y con plazas de trabajo que tengan derecho a prestaciones que incentiven el mejoramiento de las condiciones de los trabajadores. 2. Regulación hacendaria y fiscalización más rigurosa para las empresas outsourcing que contratan en el Gobierno Federal. El pasado 25 de octubre, fue aprobada por la Cámara de Diputados la Miscelánea Fiscal para el ejercicio 2017, dentro de los temas más destacables se encuentran reformas sumamente importantes en materia de subcontratación laboral respecto de la deducción para efectos de ISR y del 186
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acreditamiento para IVA, mismas que comento a continuación. 3. Pago etiquetado y retención de las cuotas de seguridad social. El gran problema que surge en la contratación de empresas de outsourcing es que se efectúa el pago de los servicios por parte del contratante, en este caso, el Gobierno Federal, y poco o nada se hace con la supervisión relativa al cumplimiento de las obligaciones de seguridad y previsión social. En ese sentido, se entiende que esas son obligaciones de la empresa de outsourcing y esta última debe asumirlas en cumplimiento del contrato firmado. No obstante, se considera que la obligación del Gobierno Federal no debe concluir con el pago a la intermediaria, sino que debe intervenir de manera directa en el cumplimiento de sus obligaciones, inclusive reteniendo lo relativo al pago de cuotas de seguridad social a la empresa, con lo que se aseguraría de manera efectiva saber a qué trabajadores se les está pagando y el sueldo con el que se encuentran dados de alta. Conclusiones Como hemos estado indicando, las empresas de outsourcing se dedican a contratar trabajadores para ocuparse de diversas funciones principalmente en el área de recursos humanos. De hacerlo directamente, la empresa contratante perdería oportunidades de competitividad en sus funciones principales. Así, las empresas ahorran en costos y reciben múltiples beneficios, pero el principal problema de carácter social que trae consigo es la pérdida de derechos laborales, pues a fin de lograr el ahorro algunas empresas de tercerización registran a sus trabajadores en el IMSS con un salario por debajo al que realmente reciben y en algunos casos NÚMERO 2 |
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pierden el carácter de trabajadores y son concebidos como socios, lo que los hace regirse bajo las leyes que regulan a la figura jurídica a la que pertenecen, perdiendo así el derecho al crédito INFONAVIT, al fondo de ahorro para el retiro y a su participación en las utilidades, pues su patrón original (la empresa contratante de outsourcing) para la cual prestan directamente sus servicios ya no tiene obligación de considerarlos en el reparto de sus utilidades y las empresas a las que se les integra carecen de utilidades a repartir. Se considera que ha sido la flexibilización y la constante violación a la Ley Federal del Trabajo lo que ha generado las condiciones adversas que enfrenta una gran cantidad de mexicanos. Entre las vejaciones que sufren los trabajadores se encuentran despidos injustificados, prolongadas jornadas de trabajo con salarios inferiores y hasta la pérdida de la vida por incumplimiento de la norma, ya que el outsourcing es el “maquillaje” que muchos inversionistas y empresarios utilizan para vulnerar los derechos de los trabajadores.
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Las comunidades de aprendizaje. Una alternativa a la educación tradicional The learning communities. An alternative to traditional education Alejandro Salamonovitz Taller de Investigaciones Psicoanalíticas Global Learning Community
Una Comunidad de Aprendizaje es un modelo educativo basado en los principios y prácticas de inclusión, igualdad y diálogo. Consideramos que es el mejor modelo para sostener los lazos sociales, así como para construir las herramientas intelectuales y emocionales que las nuevas generaciones requieren para poder transitar hacia el futuro. Si bien hay muchas formas de construir en la práctica una Comunidad de Aprendizaje, nos parece que el punto a resaltar es que una comunidad de aprendizaje es diferente a una escuela tradicional. Decía Paolo Freire que habría que abandonar el concepto tradicional de educación “bancaria” en la que el profesor emite conocimientos y el alumno los acumula y almacena para luego volcarlos en un examen. Un alumno de educación básica —preescolar, primaria y secundaria— está en un proceso de descubrimiento de sus anhelos e inquietudes artísticas e intelectuales, por lo que no acompañarlos en este camino, y tratar de imponerles un saber homogéneo, un saber igual para todos, es un riesgoso sendero en el que podemos afectar sus futuras aptitudes y vocaciones.
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Las comunidades de aprendizaje.
Una comunidad de aprendizaje parte del respeto al otro. Es fundamental respetar la búsqueda, la investigación, la reflexión, la duda y el cambio de rumbo, que permite que dentro de cada alumno se engendre un sujeto capaz de pensar y sentir en forma autónoma. El respeto a las cualidades creativas, artísticas y científicas de cada alumno, se sustenta en la facilitación, por parte de un grupo de profesores altamente capacitado, que impulse los procesos de indagación en los niños, niñas y jóvenes. Esa indagación, ese caminar investigativo e inventivo, funciona en dos direcciones: hacía el mundo externo en el que descubrirán los universos físicos, naturales y sociales; pero también en un viaje mágico al interior de cada alumno, que le permitirá descubrir que siente y como expresar sus afectos y anhelos a través de todas las formas de lenguaje a su alcance. Una de las principales tareas de una comunidad de aprendizaje, es dotar al alumno de todas las formas de lenguaje que le permitan apalabrar todo aquello que vive en su interior. Las niñas y niños de las comunidades de aprendizaje hablan a través de los juegos libres, de la pintura, la escultura, la música, el teatro, y desde luego la palabra escrita y hablada. Acceder a ese encuentro entre el mundo externo y el mundo interno, les permite construir y construirse como sujetos, renacer en el relámpago de una poética que anida en todo ser cuando es escuchado. Este cabal respeto al deseo de saber, al amor al conocimiento, y que distingue al ser humano desde su nacimiento, es lo que está en el fundamento de esta nueva concepción educativa. Nos parece primordial que toda escuela proteja a sus alumnos y alumnas, de mociones que atenten contra su deseo de aprender y de conocer el mundo, tanto el mundo que los rodea como el que los habita. Esta forma de ejercer la educación, propia de las comunidades de aprendizaje, genera una afortunada coincidencia entre un alto nivel académico 190
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en los alumnos que al mismo tiempo disfrutan su escuela, y son capaces de convivir en un espacio en el que el respeto ha desterrado al maltrato. Es un recinto mágico en el que la solidaridad y el compañerismo apuntalan el aprendizaje, sin la necesidad de utilizar mecanismos de competencia desleal para progresar académicamente. Sólo una comunidad de aprendizaje, en la que la escucha atenta por parte de la comunidad toda: maestros, padres, personal no docente, pedagogos, psicólogos y todos los actores involucrados en la educación, logra impulsar el nacimiento de un sujeto en cada alumno. Un sujeto es un hijo de la cultura, es un ser capaz de hablar plenamente y expresar sus pensamientos y sentimientos. Es alguien que sabe que otros existen y que justamente, en el reconocimiento de las diferencias, puede tener pensamientos y emociones autónomas, que le permitan vivir su vida, y ya no la vida de otros que pretenden saber qué es lo que debe o no debe pensar. Una comunidad de aprendizaje les devuelve a sus miembros, el transcurrir de un tiempo, que hace pensable una vez más, que el futuro existe; que el futuro es aún posible.
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DIAPHORA es el รณrgano de divulgaciรณn de El Colegio de Morelos. Su objetivo es presentar las investigaciones generadas en los diferentes Centros de Estudio de la instituciรณn: Centro de Estudios de la Cultura, Centro de Estudios de la Complejidad, Centro de Estudios Educativos y Centro de Estudios para la Gobernanza, y estรก abierta a recibir las contribuciones originales provenientes de otras instituciones nacionales e internacionales.