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Breve historia de la Cátedra de Patología (ex Anatomía Patológica) de la Facultad de Medicina (UBA) Norma Isabel Sánchez, Ricardo Jorge Gelpi y José Napoli
BREVE HISTORIA DE LA CÁTEDRA DE PATOLOGÍA (EX ANATOMÍA PATOLÓGICA) DE LA FACULTAD DE MEDICINA (UBA)
Norma Isabel Sánchez, Ricardo Jorge Gelpi y José Napoli*
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Resumen
Intentamos recorrer el pasado de la cátedra de Patología (FM/UBA), rescatando los nombres de sus docentes, ubicados en un breve contexto histórico. Mutó su denominación en mas de una ocasión; nació como Anatomía Patológica.
Palabras claves: cátedras, docentes, Departamento de Patología, publicaciones, concursos
Summary
We try to go through the past of the chair of Pathology (FM/UBA), rescuing the names of their teachers, located in a brief historical context. He mutilated his denomination on more than one occasion; was born as a Pathological Anatomy.
Keywords: chairs, professors, Department of Pathology, publications, competitions
Introducción
Hemos seleccionado, para internarnos en el desarrollo de la Anatomía Patológica argentina, unos acotados ámbitos por donde transitará este escrito: las escuelas médicas y las cátedras ad hoc (de Buenos Aires), el Departamento Nacional de Higiene (DNH), la Administración Sanitaria y Asistencia Pública (ASyAP) de la Capital, el Ministerio de Salud Pública, las leyes universitarias y algo más.
Aceptaremos, sin mayores cuestionamientos, que la Patología estudia los cambios morfológicos y funcionales que producen las enfermedades en órganos y tejidos; resulta imprescindible a los profesionales de la salud humana (y de los animales) y posee un cuerpo doctrinal cambiante en el tiempo.
En virtud de esto último, recordamos que la evolución del conocimiento en patología, podría dividirse en cuatro períodos: humoral (de la Antigüedad
* Docentes de la Facultad de Medicina (UBA).
al Renacimiento); orgánico y tisular (con los aportes del italiano Marcello Malpighi y el francés Marie F X Bichat) o verdadera anatomía patológica; celular (con Rudolf Virchow y sus continuadores, como Robert Koch) y subcelular y molecular (de los siglos XX y XXI) 1 . Sin dudas, hay otras clasificaciones.
Si se nos pide unos pocos nombres de quienes se ocuparon de ella, aparecen los de Hipócrates, Galeno, Juan Bautista Morgani, Bartolomé Eustaquio, Jerónimo Fracastoro, Francisco Redi, Lazaro Spallanzzani, Teodoro Schwann, René Laënec, Guillaume Dupuytren. Así se arriba al primer tercio del siglo XIX, cuando en París -se asegura- se creó una cátedra de Anatomía Patológica y un museo.
Si intentamos otro listado: emerge la notoriedad
1. Para la preparación de este trabajo, ha sido fundamental la tesis de José Napoli, Enseñanza de la patología de pregrado (FM/UBA, 1988) y el escrito de Alberto Juan Monserrat, “Reseña histórica de la Patología en Buenos Aires (hasta 1970)” (versión en pdf, que fue su presentación para la adscripción en la Carrera Docente, 1970).
de los franceses Louis Pasteur y Claude Bernard; del austríaco Carl Rokitansky; del inglés Joseph Lister; de los españoles Santiago Ramón y Cajal y Pío del Río Hortega; del suizo-francés Gustave Roussy, todos buenos microscopistas, listado que es muy inacabado, pero que no es difícil completar.
Nadie ignora que la enseñanza de la medicina y su práctica ha variado notoriamente desde el lejano pasado, con mil errores, pero a la vez, con éxitos debido al afecto, al cuidado, al acompañamiento que pusieron los profesionales junto al lecho del enfermo, asociado al saber. Advertidos que este quedaba “pobre”, en plena “revolución científica” y ante el convencimiento de que la dolencia no se debe a cuestiones sobrenaturales, sino que es posible hallar las causas que las provocan y actuar en consecuencia, se puso en marcha la mayor racionalidad posible para explicarla y actuar en consecuencia. Las renovadas tecnologías, que son muchas, y los microscopios (de simples a sofisticados) han abierto otros enfoques. Entremos en tema.
Río de la Plata colonial-virreinal Tribunal del Protomedicato (1779/80) Escuela de Medicina (1800)
Fue la nuestra una región muy marginal del imperio español; no olvidada, pero con seguridad “no central”. Cuidar la salud, fue una preocupación de las autoridades, por supuesto con disposiciones precarias (no muy diferentes de las que regían en Europa) y hubo un intento casi permanente por poner coto al curanderismo y otras prácticas con matices aberrantes. Un papel significativo jugaron los cabildos, encargados de la “higiene de los alimentos”, de la inspección de las boticas, del contralor de los profesionales y un pequeño listado adicional.
Hacemos una parada en la época del virrey Juan José de Vértiz y Salcedo, quien puso los cimientos para la instalación del Tribunal del Protomedicato (1779-80), a semejanza de los que existían en España, México y Perú. Cumplido el objetivo, en 1800, se habilita una escuela (sobre el modelo de la universidad escocesa de Edimburgo) y se seleccionan los catedráticos: Miguel Gorman, Agustín E Fabre, Cosme M Argerich. Resulta evidente que el citado “tribunal” tuvo una doble función: administrativa (se ocupará de la higiene pública) y educacional (de la enseñará medicina). Los estudios comprenderán las materias médicas y una novedad, la química, según el texto de Antoine Lavoisier, responsable del: Traité élémentaire de chimie …
Pequeñas disposiciones regulan la labor de docentes y alumnos; un puñado de jóvenes inicia su instrucción y en las jornadas de las “invasiones inglesas” (1806 y 1807), que azotaron la ciudad capital, tendrán ocasión para actuar, acompañando a los médicos residentes y los socorristas que tenían ciertas pericias; los heridos recibieron atención y así, con pocas modificaciones, se va a mantener en las posteriores guerras que, durante el XIX, apenan a los pobladores locales (desde las de la Independencia a las internacionales).
Otra decisión que marca época es el interés por la vacunación antivariólica: un barco trae desde España una partida con linfa. Comenzó la inoculación de los niños blancos; el religioso Saturnino Segurola se encargó de comandar la tarea y, como su vida fue larga, ayudó desde 1805, a los tiempos de Bernardino Rivadavia y de Juan M de Rosas. Había concluido el ciclo colonial.
La independencia de las Provincias Unidas Instituto Médico Militar (1815-21) Universidad de la provincia de Buenos Aires (1821) Departamento de Medicina (1822) Academia de Medicina (1822) Clausura de los estudios universitarios
Entre mayo de 1810 y julio de 1816, una sucesión de hechos políticos, militares, sociales, económicos, dan perfil al flamante Estado. Por ejemplo, la Asamblea del Año XIII (una reunión constituyente y verdadero embrión democrático) autoriza habilitar un Instituto Médico Militar, una suerte de facultad de medicina, ante la urgencia de contar con profesionales y procede a redactar algunas normativas. En la práctica, fue modesto, con una diminuta estructura; se inscribieron unos pocos jóvenes (concluyeron los estudios o se graduaron de manera ocasional e improvisada). Adhirió a la orientación francesa, con circulación de los libros del citado Lavoisier, además de Jean Lamarck, Georges Cuvier, Philippe Pinel, … y se valoraba el significado mayúsculo del descubrimiento empírico del inglés Edward Jenner, frente a la temida viruela. Uno de sus distinguidos alumnos fue Francisco Javier Muñiz 2 . Se diluyó hacia 1821.
La década de 1820 fue anárquica y cada provincia (de las 14 que existían) se dio el ordenamiento interno que pudo. La única mini-poderosa era la Buenos Aires, que dirigía el gobernador Martín Rodríguez y escuchó la propuesta de su ministro Rivadavia, quien impulsaba la instalación (y el sostenimiento económico) de una universidad; finalmente, se concretó.
Se designó al religioso Antonio Sáenz su máximo responsable y encargado de preparar el reglamento; se organizaron cinco departamentos (equivalentes a facultades): Medicina (a cargo de Cristóbal M de Montufar), Ciencias Sagradas (José Valentín Gómez), Jurisprudencia (Vicente A Echeverría), Matemática
2. En realidad Muñiz estudia en el INM y se gradúa en 1822 cuando ya es Departamento de Medicina (anexo a la Universidad).
(Felipe Senillosa) y Ciencias Preparatorias (Rivadavia).
La casa de estudios resultaba una novedad; estaba planificada de manera diferente a la de Córdoba (en funcionamiento desde 1613), porque se abría la carrera de medicina y la enseñanza de las matemáticas, que hoy equivaldría (por aproximación) a ciencias exactas; con una renovación bibliográfica, pues hay noticias que para determinadas materias, como la Economía Política, se utilizaron los textos de Adam Smith, David Ricardo, Thomas Malthus, James Mill …
Inspirada por Rivadavia, se creó la Academia de Medicina; reunió a los facultativos, nativos y extranjeros, de alto reconocimiento en el medio, quienes se hicieron cargo de dispares tareas y en 1823 inició la edición de los Anales de la Academia de Medicina de Buenos Ayres (la primera manifestación local del periodismo científico). Intentaba emular a las de Europa; sin embargo, cayó en total atonía.
Las décadas de 1830 y 1840, repiten características: guerras civiles, enfrentamientos continuos, falta de recursos fiscales y,…, lenta agonía de la universidad. No obstante, existe un registro de las tesis doctorales, que eran requisito de graduación, desde 1827.
Coinciden con los años del apogeo rosista, con sus particularidades políticas y sus claros y oscuros, y entre aquellos, mencionamos: la llegada de exploradorescientíficos al modo de Alcides D´Orbigny, Augusto Bravard, Martín de Moussy, Charles Darwin; este, apasionado naturalista, se puso en contacto con uno de los médicos graduados en Buenos Aires, Muñiz, también entusiasta recolector de fósiles. El segundo aspecto a destacar fue el despeje y defensa del curso del Paraná del embargo comercial anglo-francés que afectaba a la región del Río de la Plata; fue un verdadero freno y un acto de soberanía ante una intrusión extranjera.
La Nación Argentina unificada Reapertura de la Universidad de Buenos Aires De Departamento a Facultad de Ciencias Médicas
(1874) 3
Estatuto Universitario DNH (1880). ASyAP (1884) Ley universitaria n° 1.597. Nacionalización de las universidades (1885)
Estamos en la década de 1850 y 1860: se libraron las batallas de Caseros, Cepeda, Pavón. Gastos múltiples en armamentos y equipamientos bélicos; padecimientos civiles y militares. Muertos, heridos, familias destruidas y una economía en bancarrota. Sin embargo, un hilo de luz: se aprueba la Constitución de 1853 (con sus reformas de 1860 y 1861) y regresan
3. Desde 1821 hasta 1856 se la conoció como Facultad de Medicina. De 1856 a 1965, Facultad de Ciencias Médicas, de 1964 a hoy: Facultad de Medicina.
los proscriptos, entre los que emergen auténticos intelectuales. El país se legaliza y, en pleno liberalismo, la salud de los pobres pasa a constituir un tema de atención. Ha llegado la hora de pensar en los estudios médicos.
Se dispuso la reapertura de la universidad (cometido que encaró el rector Juan María Gutiérrez); se establecieron los departamentos y el de Medicina, nombra su presidente (Juan A Fernández); una de las cátedras (del total de ocho) es la de Medicina Legal, Anatomía Patológica e Historia de la Medicina, a cargo de Nicanor Albarellos. ¡Podrá comprenderse qué amplia era de contenido!
Estamos en 1874, cuando se dicta un Estatuto Universitario (Reglamento de la Instrucción Secundaria y Superior), que algunos resistieron. La facultad de medicina se incorpora a la universidad y se reestructuran las materias: así Histología y Anatomía Patológica, será responsabilidad de Ignacio Pirovano, especializado en Europa, donde presenció los cateterismos cardíacos en perros de Bernard, tomó lecciones con Pasteur, leyó On the antiseptic principle in the practice of the surgery de Lister. Al regreso, no solo está munido de un microscopio y una moderna caja de cirugía, sino dispuesto a introducir los métodos antisépticos y asépticos 4 .
No es menor la gravitación, un tanto tangencial, que ejerce César Milone, quien había sido contratado por el gobierno argentino por su pericia como anatómico y disector 5 .
Adquirió fuerza el DNH, una suerte de protoministerio, abierto en 1880, en la presidencia de Julio A Roca, cuyo quehacer es ejercer un control sobre los asuntos relacionados con la salud pública, cualquiera fuese el lugar de la Nación donde hubieran de aplicarse o ejecutarse. Organizó y reglamentó al cuerpo médico (cuidando “la conservación de las buenas prácticas profesionales o faz ética”), vigiló el ejercicio ilegal de la medicina, inspeccionó a las farmacias y droguerías, controló y fomentó la vacunación. En sus 63 años de existencia, dio cabida a los profesionales médicos graduados acá o venidos del exterior.
A la vez, se instaló, en 1884, en la capital del país, la ASyAP. Aun así la ayuda médica era insuficiente, pues la población crecía a un ritmo notable, entre otras razones, por el arribo de inmigrantes. Funcionó casi 60 años. Acá es prudente recordar que a los profesionales no los desvelaba, en demasía, el sueldo cobrado desde las arcas públicas (ya sea que estén a
4. Ignacio Pirovano (Argentina, 1848-1895). Sus dichos, provocaban, entre algunos, verdaderas burlas, pero, tuvo admiradores como Juan B Justo, Manuel Augusto Montes de Oca y decenas más. 5. César Milone (Italia, 1844- Argentina, 1904), llegó alrededor de 1886 y una de sus tareas era armar un museo anatómico.
cargo de cátedras y/o se desempeñen en las entidades médicas), sino mantener un acreditado consultorio privado (su fuerte fuente de ingresos). Realidad que tal vez hoy esté invertida. Esto no implica desconocer la “calidad” de quienes se desempeñaban en estos empleos. Y había una tendencia a alojar laboratorios de anatomía patológica, en hospitales y todo lugar que pareciera prudente; para ello es prioritario contar con profesionales idóneos.
Comienza a regir la primera ley universitaria, la n° 1.597 (conocida como Avellaneda) que, en lo inmediato nacionaliza las dos existentes: la de Córdoba y Buenos Aires.
La Nación Argentina. Fines del siglo XIX y primeras décadas del XX Cátedra de Anatomía Patológica (FM/UBA) Docentes: Telémaco Susini Joaquín Llambías Pedro I Elizalde
Tras una inicial temporada, fue normal que se procediese a la modificación de las cátedras, de los contenidos y la bibliografía y se debatió sobre la conveniencia de organizarse a partir de un modelo anátomo-clínico de la escuela francesa o el clínicofisiopatológico de la alemana. Se potenciaron, para los graduados, los viajes de perfeccionamiento por los principales centros médicos de Europa, se acomodaron los institutos de investigación, ampliaron las exigencias curriculares y procuraron los contactos con profesionales de Latinoamérica.
Y le llegó la hora a la Anatomía Patológica que, por su complejidad, merecía su independencia y autonomía. Se procedió a nombrar su responsable.
Primer titular (1887-1917). Telémaco Susini 6
A poco de graduado, la provincia lo beca por tres años, para perfeccionarse en Europa y así compartió jornadas con Pasteur (en París), con Koch (en Berlín) 7
6. Telémaco Susini (Argentina, 1856-1936); médico (1879, Facultad de Ciencias Médicas/Bs As).
No confundir con su hijo: Enrique Telémaco Pedro Susini (Argentina, 1891-1972), quien estudio en Viena y fue pionero en la difusión de la radio y la cinematografía. Ver: Quién es Quién en la Argentina. Biografías contemporáneas. Bs As, Kraft, 1943. 7. Fácil es comprender lo mucho que se podría escribir al respecto y lo haremos con limitaciones. Por las particularidades de producción del país, resultaban altamente valiosos los estudios sanitarios de la ganadería y así le dio especial importancia al carbunclo y su vacuna, con observaciones a gran escala sobre los ganados, a la tuberculosis de los bóvidos, la perineumonía en las ovejas y las enfermedades del cerdo. Se asoció a la labor de la Inspección Veterinaria, realizando controles cruzados e intercambiando información entre especialistas de variadas áreas. Línea que continuaron Julio Méndez y Julio Lemos, quienes levantarán el Instituto de Antitoxinas, privado, donde estudiaron la vacuna contra el carbunclo a doble y luego a una sola dosis.
y con profesionales de Viena, en sus sucesivos viajes. Se dotó de una actualizada bibliografía, con lo “recientemente” editado.
De regreso, dividió su vocación entre el ejercicio profesional, la gestión y la docencia universitaria. De su vastísima actividad, diferenciaremos seis hitos fundamentales a.- Trabajó en la ASyAP, tanto en la Casa de Aislamiento como en el laboratorio. La breve historia es la siguiente: en 1886, asociado a José Penna, de manera privada, detectó y aisló el vibrión colérico en la autopsia de un sujeto que había muerto de una afección gastro-intestinal, con lo que se confirmó la existencia del cólera asiático en el país. De allí nació la idea del director de esa entidad, José María Ramos Mejía, de montar un Laboratorio Bacteriológico y de nombrarlo director (1887-93); en ese centro capitalino se desempeñaron, además, Carlos Malbrán, Julio Méndez y un número significativo de otros laboratoristas.
Las tareas se complejizaron y así leemos:
“Los primeros trabajos científicos que se emprendieron en el Laboratorio y que han sido publicados como tesis de doctorado, fueron la tesis inaugural del Dr Carlos G Malbrán sobre la Patogenia del cólera y del Dr Manuel Coronel sobre un caso de Endotelioma de la Pleura, tesis que se presentaron a la Facultad en el año 1887, siendo ambos trabajos efectuados bajo la dirección científica del Dr Susini” 8 .
8. Penna, José y Horacio Madero. La Administración Sanitaria y Asistencia Pública de la Ciudad de Bs As. Estudio de los servicios de Higiene y Beneficencia Pública, desde la época colonial hasta el presente. Bs As, Municipalidad de la Capital, Kraft, 1910, tº 2, p 480-1.
Este ámbito le abrió la oportunidad de una amplia capacitación y resultó fundamental para lo que luego vendría: b.- Será el Titular de Anatomía Patológica, dispuesto por el Congreso, en 1886. Eran los años del presidente Miguel Juárez Celman y del ministro de Justicia e Instrucción Pública Finelón Posse. De inmediato gestionó la fundación de un Instituto, para llevar adelante la labor de investigación e instrucción del alumnado (reiteraba que prefería la denominación de Anatomía y Biología Patológica) ¿Será el novel instituto de investigación de la Facultad de Ciencias Médicas? 9 ; habrá que intensificar su análisis, si bien no tenemos dudas que se habrá inspirado en el de Pasteur, de reciente funcionamiento en París. Casi de inmediato se abrió el Museo, con ricas colecciones, y se inaugura, de este modo, el primero del que dispondrá la Universidad. Susini se retiró en 1917, es decir tras 30 años de trabajo 10 . c.- Fue el séptimo director de la ASyAP (1896-99); en tiempos del PAN (Partido Autonomista Nacional). Durante su desempeño se habilitó el servicio triquinoscópico de las carnes de cerdo y la construcción del edificio de la Inspección Veterinaria en el Matadero de Liniers, donde trajinaron veterinarios y personal médico, buscando asegurar la calidad de las que se enviaban al consumo. Como complemento se abrieron las estaciones sanitarias de veterinaria. d.- Participó de protestas estudiantiles y universitarias. En los años de la Reforma Universitaria (1918), el presidente Hipólito Yrigoyen pensó en Susini como “embajador-componedor”, pero fue repudiado por los sectores conservadores (que lo acusaban de un pasado de fuerte anticlericalismo y de haber liderado en 1875 la quema del Colegio del Salvador; y, en 1892, de colaborar con la instalación del Colegio Libre de Segunda Enseñanza, una suerte de “desprendimiento” del Colegio Nacional). No muy diferente de lo que le tocará vivir a Nicolás Matienzo. Este episodio y sus experiencias de vida lo llevaron preparar el libro: Los problemas sociales y la Iglesia Católica (1919). e.- Sus escritos médicos (que se pueden leer en
9. Y protocoliza la descripción de todas las autopsias que se realizan en la Cátedra, con la descripción macroscópica. (Pueden consultarse en el Museo). 10. Ver su: “Una lección para la juventud. Conferencia de despedida” (folleto), publicación de la Revista del Círculo Médico Argentino y Centro de Estudiantes de Medicina. Bs As, 1918, 71 p. Además: “Homenaje a la memoria del Prof Dr Telémaco Susini, en: La Semana Médica. Bs As, Año XLIII, n° 30, 23 de julio de 1936, p 263-270 (de la Sociedad de Anatomía Normal y Patológica). Y, de Lartigue, Jorge y Alfredo G Kohn Loncarica, “El Dr Telémaco Susini y la Cátedra de Anatomía Patológica”, en: Tercer Congreso Nacional de Historia de la Medicina Argentina. Rosario, 19-21 de octubre 1972. Bs As, publicación de La Semana Médica, s/f, p 63-6.
las revistas de entonces: la Médico-Quirúrgica, del Círculo Médico Argentino y Centro de Estudiantes de Medicina, Anales del DNH) se vinculan a la aguas corrientes y cloacales, a las epidemias, cólera, carbunclo, fiebre amarilla, tuberculosis, divulgación de los métodos pasteurianos y la evolución de las ideas sobre el contagio, leche de consumo, nodrizas,
hidrofobia, prostitución, higiene escolar y de los ferrocarriles, estado sanitario de la Nación; influencia de la civilización sobre la salud del individuo y la colectividad; el seguro social, el seguro de enfermedad, economía y medicina social: unos cuantos con orientaciones que -en apretada síntesis- recuerdan los informes del francés Louis René Villermé o las propuestas de los ingleses Edwin Chadwick y Henry Sidgwick. Es decir ya estaba en el ambiente de la época, allá y acá, un poco antes o un poco después, la necesidad de un enfoque social, que ampare a los trabajadores que frenaron o adelantaron (según como se analicen) la gran depresión y las dos guerras mundiales. En la Argentina se percibe una conjunción de locales e inmigrantes, demandas obreras y protestas de los insatisfechos, que claman por una sociedad aparentemente menos injusta y desequilibrada. En esa línea estuvo Susini. f.- Participó de las jornadas que dieron lugar a la ley n° 1.420, sobre la educación primaria; fue concejal capitalino y miembro honorario nacional de la Academia Nacional de Medicina y titular de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, a la que ingresó en 1914. Dejó un discipulado, de donde rescatamos nombres como los de: José Badía, Fernando Ruíz, Horacio Piñero, Gregorio Aráoz Alfaro, Carlos Malbrán, José Arce, Ángel H Roffo.
Segundo titular (1918-31). Joaquin Llambías 11
Caótico fueron sus inicios, como repercusión de los sucesos gestados en Córdoba y efectos en Buenos
11. Joaquín Llambías (Argentina, 1868-1931). Se doctoró en 1894 y también se perfeccionó en Europa. Fue intendente de la Ciudad de Bs As, en tiempos de Yrigoyen, presidente de la Cruz Roja Argentina.
Aires y otros puntos del país y del exterior. Luego, las aguas volvieron a su curso y como provecho quedó la vocación por remozar las casas de estudios y darle los beneficios posibles.
La cátedra toma el nombre de Anatomía y Fisiología Patológica y se bautiza el Instituto con el nombre de Telémaco Susini; se persistió en el acopio de imágenes, fotografías y diapositivas; se aporta la microscopía a la descripción macroscópica de las autopsias.
Tercer titular (1932-54). Pedro I Elizalde 12
Colaboró con el nacimiento de la Sociedad Argentina de Anatomía Normal y Patológica (1933) y fue uno de sus presidentes; ayudó a la habilitación de la publicación: Archivos de la Sociedad Argentina de Anatomía Normal y Patológica. De la época, se recuerdan dos influencias fundamentales, una, de la mano de un alemán y la otra, de un español; residía en el país Christofredo Jakob, un especialista en neuroanatomía, que, desde uno de los laboratorios donde trabajó, afianzó los conocimientos y colaboró con el adiestramiento de nuevos investigadores y sorprendió con la publicación de Folia Neurobiológica Argentina. El otro, Pío del Río Hortega, refugiado republicano que arribó hacia 1940 13 , promocionado por la Institución Cultural Española para un curso teórico-práctico de histología e histopatología. Confraterniza con los profesionales del Instituto de la Facultad de Medicina y corrieron rumores que se le haría una designación. Fundó los Archivos de la Sociedad Argentina de Histología Normal y Patológica; y, en 1943, fue nombrado profesor extraordinario de embriología e histología de la FM/La Plata (1943-4).
La Nación Argentina. El peronismo: bisagra entre los años 40 y los 50 Un premio Nobel de Fisiología y Medicina (1947) Leyes n° 13.031 (o Guardo) y n° 14.297
En el Viejo Mundo, se puso fin a la Segunda
12. Pedro I Elizalde (Argentina, 1885-1968). Se doctoró en 1903; de formación científica e interés por la historia: publicó, por ejemplo, en 1932, una conferencia inaugural que resulta un franco compendio. Se retiró en 1954; sobrevino una etapa de interinos hasta la designación del nuevo Titular (Julio C Lascano González). Integró la ANM (desde 1938) y existe un premio con su nombre de Anatomía y Fisiología Patológica, desde 1973 (trienal). 13. Pío del Río Hortega (España, 1882-Buenos Aires, 1945). Entrenado por buenos maestros españoles, ingleses y alemanes, uno de los grandes de la anatomía patológica, con vocación por los estudios oncológicos. Tuvo dos maestros notables: Santiago Ramón y Cajal y Nicolás Achúcarro. La primera visita al país la hace en 1925; se instala en 1940, cuando en su patria se aviva al dictador Francisco Franco.
Guerra Mundial y, en la Argentina, ganó las elecciones un hombre que provenía de las Fuerzas Armadas: Juan D Perón.
Año 1947: una sorpresa para la universidad argentina; Bernardo A Houssay recibiría el Premio Nobel de Fisiolgía y Medicina, profesional que había estudiado e intimado con unos cuantos de los acá citados.
En cuanto a la anatomía patológica, pronto se percibió que la mayoría de los servicios quirúrgicos y clínicas aspiran a contar con patólogos y, dado que las necesidades docentes lo exigen, se reclamó una ampliación, que se concretó en el corto plazo. Actuaron: Ramón Latienda y Oscar Aníbal Itoiz 14 .
Se aprueban dos leyes vinculadas al ámbito universitario: la n° 13.031 (1947) de Educación Superior (o ley Guardo, que cerró el ciclo de la ley Avellaneda), resistida de determinados sectores, que la interpretaron como muy politizada y favorable al peronismo (aludía a los institutos, departamentos, la
investigación y las becas y la carrera de investigador). Se completó con el decreto n° 29.337/49, sobre el fin del arancelamiento universitario. Y la n° 14.297 (1949), que, además de dividir al país en regiones universitarias, incorpora en el artículo 59°: “Los estudiantes tendrán una representación en los consejos directivos de cada facultad por medio de un delegado, alumno regular … y proveniente de una entidad gremial reconocida. Tendrá voto solo en aquellas cuestiones que directamente afecten a los intereses estudiantiles; de esta manera se levantaban algunos reclamos de la vieja Reforma Universitaria”. Asimismo, es aleccionador el 34° (sobre la responsabilidad y propiedad científicolegal como concerniente de manera exclusiva a los autores, excepto las investigaciones organizadas por las universidades, facultades, institutos). En síntesis:
14. Oscar A Itoiz fue uno de los directores del Hospital de Clínicas.
Nota: después de 1955, Anatomía Patológica se traslada a la calle Uriburu (frente a la FM). Véase: Mosquera, José E., “La anatomía patológica en los últimos cincuenta años en la Argentina”, en: Aznárez, Enrique P (Compilador). Historia general de la medicina argentina (II). Los últimos 50 años de la medicina argentina. Córdoba, Dirección General de Publicaciones, 1980, p 289-98.
se “promueve la vida política universitaria”.
Ha quedado atrás el Estado liberal; sucesos heterogéneos (desplegados en Europa y acá receptados) nos han hecho avanzar hacia un Estado social, hacia un Estado de bienestar, donde la salud es una cuestión fundamental. Se centralizan las actividades de asistencia y prevención en un Ministerio.
Nuestra facultad hace años que tiene su nueva sede y, desde 1964, el nombre de Facultad de Medicina (que mantiene hasta hoy).
La Nación Argentina. Etapa de 1956-1966 Dos cátedras de Anatomía Patológica (1956) Docentes: Julio C Lascano González, José L Monserrat El Conicet Nuevas normativas universitarias
El derrocamiento del titular del Poder Ejecutivo revivió, para un sector de la población, momentos de incertidumbres; cambios políticos e institucionales y se procedió a reordenar a las universidades, hasta que regrese la “ansiada” armonía (tanto que se restableció la ley Avellaneda). Existían seis públicas: Córdoba, Buenos Aires, La Plata, Tucumán, Litoral y Cuyo, que disponían de la carrera de medicina.
Se advertía una matrícula estudiantil creciente, acompañada de cátedras superpobladas y, en 1956, se dispone llamar a concurso para nombrar los responsables de Anatomía Patológica, de tal modo que se beneficien docentes y alumnos.
Se instala el Conicet (1958), que reaviva la vocación por la investigación, un tanto aletargada (pero no inexistente), con la posibilidad de lograr becas, que permitan una dedicación mayor a las pesquisas. Se hace evidente, por otra parte, que EEUU pasa a ser el país preferido para completar especializaciones, dejándose un tanto de lado los ámbitos alemanes, franceses, ingleses.
Los profesores designados fueron: Julio César Lascano González 15 (1956), para la primera cátedra y José Lorenzo Monserrat 16 , para la segunda (1956- 1970). Una de las innovaciones fue la incorporación del microscopio electrónico 17 y la adaptación de
15. Julio César Lascano González (Argentina, 1905-1986); ocupó el sitial n° 4 en la Academia Nacional de Medicina (sillón Francisco C Argerich), desde 1969 y Emérito desde 1983. 16. José Lorenzo Monserrat (Cuba, 1904-¿?). Se graduó en 1929 y doctoró con Estrema normal y patológica de la médula ósea). Director del Departamento de Patología (y, más tarde, su hijo Alberto). Profesor Emérito.
En esos años acompañaban: Eugenio Máximo Caputi, Ibis Arienti de García, Héctor Gallardo, María Mercedes Gamboni, Roberto Mario Iotti, Nidia Gladys Gómez Rueda de Leverone, Susana Vighi, Mercedes E Viviani de Witteveen, Juan Carlos Cutrín. 17. Invento del primer tercio del XX, que superaría la microscopía óptica.
la sección de patología experimental así como la reglamentación sobre la realización de las autopsias y el estímulo a los Ateneos, intensificando las ventajas de asociar asistencia, docencia e investigación.
Terminada la etapa de la “Revolución Libertadora”, por ocho años veremos dos presidentes civiles: Arturo Frondizi 18 y Umberto Íllia; ni uno ni otro terminará su mandato. El reclamo de innovaciones universitarias era casi permanente y se insistía en la conveniencia de habilitar institutos de investigación y solo algunos estuvieron en condiciones de solicitar esta recategorización.
La Nación Argentina. Etapa de 1966 a 1982 El rigor militar. Nuevas normativas universitarias Un premio Nobel de Química (1970) 1973-6: breve retorno de la democracia. Ley n° 20.654 De nuevo el rigor militar. Ley n° 22.207 Docentes: Eduardo A Porta, Grato E Bur, Ricardo D Colillas Departamento de Patología (1976)
Todo parece desmoronarse con la “Revolución Argentina” (y la nefasta Noche de los Bastones Largos), que se proponía evitar, de cualquier modo, la politización de los estudiantes y profesionales y eliminar las “causas de acción subversiva”.
Una nueva normativa para los estudios superiores; por el decreto-ley n° 16.912 (1966) se ponía fin a la autonomía universitaria y obligaba a los rectores y decanos de las universidades nacionales a asumir como interventores dependientes del Ministerio del Interior; los de Buenos Aires, Córdoba, La Plata, Tucumán y Litoral decidieron apartarse; acataron los de las universidades del Sur, del Noreste y de Cuyo. En la UBA, además del rector, nueve decanos anunciaron sus renuncias.
Al año siguiente, en medio de un alto grado de conflictividad, se dicta la n° 17.245, u Orgánica de las Universidades; con un artículo “autoritario” (el 10°) que prohíbe en sus recintos la actividad de militancia, agitación, propaganda, proselitismo o adoctrinamiento de carácter político.
Vuelve la “fuga de cerebros” y, más de uno advirtió que ciertos nombramientos se hacían por afinidad ideológica, no por preparación. Sin embargo (y esto no es un perdón) se instauró la Secretaría de Estado de Ciencia y Técnica. Nada podía impedir que se filtrasen las crónicas del “mayo francés” (1968) y alegró la noticia del premio Nobel de Química para Luis F Leloir (1970).
Antes de abandonar esta etapa, recordamos que
18. Dos reglamentaciones son de este período: la ley que autoriza las universidades privadas y el Estatuto Universitario del Rectorado (UBA) que define a los institutos como unidades de investigación (1958).
se puso en ejecución el plan Taquini 19 (1968), que contemplaba la descentralización y regionalización universitaria, ante lo que se estimaba un desborde del volumen de las más grandes y tradicionales, mientras había una casi total carencia en otros parajes del territorio nacional y, como resultado, se fundaron unas cuantas y se agregó, años después, el proyecto de colegios universitarios para las ciudades chicas. No todos están de acuerdo en considerar que fue una medida acertada en el corto plazo; posiblemente sí mirada a la distancia. Al terminar los 70, estábamos en 25 universidades nacionales (más la UTN, Universidad Tecnológica Nacional).
Microscopio que pertenece al Museo de Patología.
Un llamado a concurso para cubrir las cátedras de Anatomía Patológica, determinó el siguiente orden de mérito: Eduardo Ángel Porta, Grato Eleodoro Bur y Ricardo Domingo Colillas 20 ; todo muy dificultoso, un tanto en consonancia con las iniquidades que vivía el país.
El año 1973, despertó fuertes expectativas y se votó en dos ocasiones. Perón, retornó de España y existía una “euforia” que excedió los límites. Solo duró tres años. Por entonces se sanciona la ley universitaria, n° 20.654, de 1974, que algunos la entendieron como al servicio de la “liberación nacional”; la contracara de la dictadura.
El nefasto 1976 y de nuevo un golpe militar. Se re-lanza el aplastamiento de la vida universitaria, que se volverá, casi al igual que el conjunto de la sociedad, caótica y de escaso vuelo intelectual (con
19. Elaborado por Alberto C Taquini (h), quien fuera decano de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, presidente de la AFIC (Asociación Fomento a la Investigación Científica). Hizo dos programas: uno, de 1968, Plan de Creación de Nuevas Universidades, y, el otro, de 1989, Creación de Colegios Universitarios. 20. Eduardo A Porta (Argentina, 1924), responsable de la segunda cátedra, 1970-72. Grato E Bur (Argentina, 1919), cubrió el período 1972-3 y, al renunciar, lo reemplaza César Maruffo como interino; Ricardo D Colillas (Argentina, 1920), quien no se hace cargo y es designado, nuevamente, José Lorenzo Monserrat (1976).
las excepciones, que las hubo). Las atribuciones del Estatuto para el Proceso de Reorganización Nacional, duras, opresivas, mantenían maniatadas a la ciudadanía, sin embargo afloraban las expresiones de repudio.
Procedieron a dictar una nueva ley, la n° 22.207, que en su art 4°, reitera la prohibición de la propaganda, adoctrinamiento, proselitismo o agitación de carácter político-partidario o gremial, y asimismo la difusión o adhesión a concepciones políticas autoritarias o subversivas. A la vez, con cinismo el art n° 22°, se dice que los docentes tienen plena libertad para enseñar e investigar. No merece su análisis, pues enturbió la vida de muchos connacionales, con poco protagonismo para la cultura y el saber y sí reiterados exilios de profesores e investigadores.
En términos generales, la marcha de las cátedras universitarias era un tanto inquietante (no por la calidad de sus docentes; sino por la crisis institucional del país). La población está preocupada con la Guerra de las Malvinas, que tuvo lugar durante 74 días (2 de abril-14 de junio de 1982) con un saldo de cerca de 800 muertos, amén de mutilados, traumados. Varios abusos quedaron al desnudo; y se aceleró el reclamo por el reordenamiento institucional.
La Nación Argentina. Etapa de 1982 a 2000 Segundo Nobel de Fisiología y Medicina (1984) Leyes universitarias n° 23.068 y nº 23.569 Ley nº 24.521, de Educación Superior Docentes: Osvaldo Koch, Alberto J Monserrat César A Maruffo, Rúrico Ibarra, Boris Elsner, Santiago C Besuschio José G Casas, Francisco Celeste Jorge O Zárate, Eduardo Santini Araujo
Quedaban atrás los años duros, crueles y se animó, otra vez, a la república-democrática. Elecciones de rectores y decanos y era frecuente escuchar reclamos, del tipo: autonomía universitaria, libertad académica, fin del orden autoritario.
Se tonificó el espíritu cívico, mientras se hacían esfuerzos por ahuyentar dos “creencias”: los “militares” habían sido los salvadores de la Nación y “pensar con libertad” es un delito. Este período se encaró un programa renovador del Conicet, apoyado por la Secretaría de Ciencia y Técnica.
La intensa matriculación de los postulantes, determina que, se agregue a los viejos participantes,
otros nuevos 21 . Se desempeñaban como profesores titulares, con designación desde 1982: Osvaldo R Koch 22 y Alberto J Monserrat 23 .
Se establece el Departamento de Patología, se fusionan las cátedras; todo aparenta ser engorroso, pero se buscaba el mejor resultado, el superior beneficio para el docente y los alumnos.
Un suceso sobresaliente: el químico César Milstein, en 1984, recibía el premio Nobel de Fisiología y Medicina, por sus contribuciones a la biología molecular (radicado en Gran Bretaña y cumpliendo tareas en la Universidad de Cambridge); doloroso es aceptar que unos cuantos de los mejores pesquisadores estaban fuera del país.
Se aprueba (en una suerte de transición) la ley Orgánica de la Universidades Nacionales, n° 23.068, de normalización universitaria (1984), que dice en el art 2°: “promover, organizar y desarrollar la investigación y la enseñanza científica y técnica, pura y aplicada”; y completa con el 10°: “dentro de los sesenta días de promulgada …, cada universidad asegurará la existencia de un régimen de reincorporación que contemple la situación del personal docente y no docente cesanteado, prescindido u obligado a renunciar por motivos políticos, gremiales, o conexos …”. La UBA instalará, a partir de 1986, la Secretaría de Ciencia y Técnica.
En 1988 se sancionó la ley nº 23.569, del régimen económico-financiero de las universidades nacionales, que, como nota saliente, ordenaba a cada casa de estudios la legitimización de un “fondo universitario”. Unas cuantas buscaron reinsertar investigadores cesanteados, promocionar un programa de becas de actualización y transparentar el uso del dinero destinado a financiar sensatos programas; además, fortalecer las carreras de investigador y de técnicos, con aplicación rigurosa de criterios académicos en las evaluaciones, “la ciencia como instrumento para el desarrollo nacional”, con articulación ciencia/ tecnología/producción.
21. Siempre es arbitrario dar un listado, aun así mencionaremos a: Domingo J Brachetto Brian, Andrés E Bianchi, Domingo Mosto, Jorge Abulafia, Luis Becu Castro, Luis R Cabrini, Aníbal Castañé Decoud, Oscar C Croxatto, Arturo Di Pietro, Eduardo Lascano, Emilio Alfredo Machado, Allan J Murray, Diego Outes, Moisés Polak, Juan M Prado, Fritz Schajowiez, Micaela Guruceaga,…, quienes trabajaron preferentemente en la Capital y habría que agregar a los que lo hicieron en otras casa de estudios del interior y en los diferentes hospitales o laboratorios. 22. Osvaldo R. Koch (La Plata, 1940-2017). Fue titular entre 1982-89 y con prórrogas hasta 2006. Fue subsecretario de Asuntos Académicos y profesor Consulto, como Jorge O Zárate y José G Casas. 23. Alberto J Monserrat (Argentina, 1936- 2014). Cubrió, como Titular, el período 1982-89; re-concursó, con prórrogas hasta 2002. Había pasado, como la mayoría de los acá citados, por los cargos de ayudante, jefe de trabajos prácticos y designaciones docente.
Es el turno de un nuevo presidente y se aprobará la ley n° 24.521 (1995), de Educación Superior, que destaca como tarea de la universidad, la de preparar científicos, profesionales y técnicos, profundizar la democratización de la enseñanza, aceptar la representación de docentes, estudiantes, no docentes y graduados. Dejaba la posibilidad de alguna forma de arancelamiento en el nivel de grado. Incluye (en la sección pertinente) el funcionamiento la Coneau (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria), que inspecciona a las universidades públicas y privadas, con expertos encargados de analizar los proyectos institucionales, la solvencia de las carreras de grado y de postgrados, los créditos de
Ubicación del Museo de Patología.
sus bibliotecas, …; en resumen: un control de calidad de la educación superior.
Se instala la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, con cuatro fondos: para la Investigación Científica y Tecnológica (Foncyt), Tecnológico Argentino (Fontar), Fiduciario de Promoción de la Industria del Software (Fonsoft) y Argentino Sectorial (Fonarsec). Más tarde, dependería del Ministerio de Ciencia, Técnica e Innovación Productiva (en el presente Secretaría).
Se agregaron otros titulares: César Antonio Maruffo, Rúrico Ibarra, Boris Elsner, Santiago César Besuschio 24 . Estaban en funcionamiento los primeros Codep (Consejos Departamentales) y nuevos docentes José Gabriel Casas, Francisco Celeste, Jorge Oscar Zárate y Eduardo Santini Araujo.
La Nación Argentina. El siglo XXI Ley de Educación Nacional, n° 26.206 El Museo de Patología El presente. Docentes: Ricardo J Gelpi, María C Morales, Néstor Lago, Pablo M Donato
24. César A Maruffo (Argentina, 1937) de 1987 a 2002 en la 1° cátedra; Rúrico Ibarra (Salta, 1935) cubrió entre 1987 y 2000, en la 2° cátedra; Boris Elsner (Argentina, 1940; solo sabemos que fue dado de baja en 2006, por límite de edad); Santiago César Besuschio (Argentina, 1931), con desempeño entre 1987 y 1997; responsable del libro: Patología General (1992).
Diciembre de 2001 arrancó caótico; la crisis económica empujó a la social (pero no a la institucional) y, tras 16 meses de transición, se restableció el orden con un nuevo llamado a elecciones presidenciales.
Se aprobó la ley de Educación Nacional, n° 26.206 (2006) que reconoce cuatro niveles (inicial, primaria, secundaria y superior) y ocho modalidades (técnico/ profesional; artística; especial; permanente de jóvenes y adultos; rural; intercultural bilingüe; en contextos de privación de la libertad; domiciliaria-hospitalaria). Con dos artículos para releer (10°): “El Estado Nacional no suscribirá tratados bilaterales o multilaterales de libre comercio que impliquen concebir la educación como un servicio lucrativo o alienten cualquier forma de mercantilización de la educación pública”. El art 90°: “El Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología promoverá, a través del Consejo Federal de Educación, la incorporación de los principios y valores del cooperativismo y del mutualismo en los
Una vitrina del Museo de Patología.
procesos de enseñanza-aprendizaje y la capacitación docente correspondiente …”.
Verdadera sorpresa fue la apertura del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (2007). El siguiente fue declarado: Año de la Enseñanza de la Ciencia.
Por suerte, para los festejos de los 190 años de la UBA estábamos en democracia, al igual que para el cincuentenario del Conicet (que honra con una grilla considerable de investigadores, técnicos y centros de especialización y expertos que publican en revistas de consulta internacional y local).
El Museo de Patología
Es uno de los cuatro que pertenecen a la FM/UBA; reúne piezas anatómicas patológicas, documentación histórica, biblioteca, instrumental médico, histoteca, diapoteca y fototeca. Sus responsables han sido varios; hoy, José Napoli.
El presente (2019). Titulares
La Facultad de Medicina dispone de 16 departamentos y uno es el de Patología: con actividades de pregrado (cátedras de Patología I y Patología II) y postgrado; una escuela de ayudantes; promoción de la investigación (en las áreas de patología nutricional, renal, ocular, hepática, fisiopatología cardiovascular e inmunopatología), tareas asistenciales y sostenimiento del Museo. Cuenta con el Instituto de Fisiopatología Cardiovascular, el Centro de Patología Experimental y dos laboratorios: de Patología Hepática y de Investigaciones Oculares.
En el presente son titulares regulares: Ricardo J Gelpi 25 , María C Morales 26 , Néstor R Lago, Pablo M Donato.
Palabras finales
En 198 años de vida de la universidad capitalina, se ha ajustado, acomodado a los cambios y, a veces, los ha anticipado. Nada muy diferente de las otras del país. De las exposiciones magistrales, a las nuevas modalidades; de la poca investigación, a un amplio entusiasmo. De los profesores elitistas y muy sabios (la mayoría de las veces) a los actuales, igual de entendidos y abiertos al diálogo.
Hay reclamos insistentes de renovación bibliografía, de aparatos, de protocolos de investigación, de rigores metodológicos, de congresos, viajes, estancias de formación. Colabora el Conicet, la Agencia de Promoción Científica y Tecnológica, el Rectorado de la UBA. Se promueve el intercambio de becarios y la publicación de notas originales. Hubo momentos muy politizados y otros no tanto; existe una cierta avidez desde el periodismo científico de divulgación por dar a conocer novedades y podría seguir la lista.
El país cuenta con más de 50 universidades
25. Ricardo J Gelpi (La Plata, 1950). Graduado, en La Plata, en 1976. Profesor Titular desde 2003 y director del Departamento de Patología desde 2013; quien agrega a su dedicación de base, los temas de las humanidades médicas, de la bioética y los pedagógicos, como los juramentos en las escuelas médicas a través de la historia. 26. María Cecilia Morales (Argentina, 1949). Asumió en 2007 y su cargo caduca en 2021.
Nota: colaboraron o colaboran: Germán Esteban González, José Manuel Rodríguez, Verónica D´Annunzio, Daniel Navacchia, Hernán Oscar Robledo, Carlos Adolfo Vigliano, José Napoli.
Agradecimientos: para avanzar en esta búsqueda fue fundamental la colaboración de la Dirección de Personal (FM/UBA, vg: de Héctor A Mesler) y de Claudia Fernández (del Decanato). Somos conscientes que pueden existir pequeños errores, aunque intentamos ser rigurosos con los datos que recolectamos.
nacionales 27 ; muchas con sus facultades de medicina. Nos pareció innecesario detallar que cada uno de los mencionados ha sido (o es) autor de escritos y libros singulares, responsables de entidades académicas, de tesistas; unos entusiastas de la política, otros de la pedagogía universitaria o de la gestión. Y, nunca olvidar, que la mayoría de los “éxitos” se debe a tareas de conjunto, la reciprocidad de información y sabiduría entre varias asignaturas y sus responsables, a la buena acogida de magisterios recibidos desde el exterior y sopesados con la realidad local.
ANEXO I. Docentes Antecedentes: Nicanor Albarelos (Medicina Legal, Anatomía Patológica e Historia de la Medicina) Ignacio Pirovano (Histología y Anatomía Patológica)
1887-1917 Telémaco Susini (Anatomía Patológica) 1918-1932 Joaquín Llambías (Anatomía y Fisiología Patológica) 1932-1954 Pedro I de Elizalde 1954-1955 interinatos 1956 Se crean dos cátedras Ramón Latienda; Oscar A Itoiz 1956 Julio C Lascano González 1956-70 José L Monserrat 1970-71 Eduardo A Porta interinatos 1973 Grato E Bur 1976 Ricardo Colillas 1982 Osvaldo Koch 1982 Alberto J Monserrat 1982 Nace el Departamento de Patología 1987: César Maruffo 1988 Rúrico Ibarra Boris Elsner Santiago C Besuschio José G Casas, Francisco Celeste, Jorge O Zárate, Eduardo Santini Araujo En la actualidad: Ricardo J Gelpi, María C Morales, Néstor R Lago, Pablo M Donato
ANEXO II. Normativas universitarias 1800 Escuela de Medicina del Protomedicato, según la legislación española 1815 IMM, según normativas de la Asamblea de 1813 1821 Universidad de Buenos Aires, según un reglamento de Antonio Sáenz 1874 Estatuto Universitario (Reglamento de la Instrucción Secundaria y Superior) 1885 Ley n° 1.597 (Avellaneda), Presidencia de Julio A Roca 1947 Ley n° 13.031 (Guardo), Presidencia de Juan D Perón 1949 Decreto n° 29.337 (suspensión del arancelamiento), Presidencia de Perón 1949 Ley n° 14.297(de regiones universitarias), Presidencia de Perón 1958 Ley n° 14.557 (de universidades privadas), Presidencia de Arturo Frondizi 1966 Ley n° 16.912, de la dictadura militar 1967 Ley n° 17.245, de la dictadura militar 1974 Ley n° 20.654, Presidencia de Perón 1976 Ley n° 22.207, de la dictadura militar 1984 Ley n° 23.068, Presidencia de Raúl R Alfonsín 1988 Ley n° 23.569, Presidencia de Alfonsín 1995 Ley n° 24.521, Presidencia de Carlos S. Menem 2006 Ley n° 26.206, Presidencia de Néstor Kirchner
Anexo III. Universidades nacionales Hasta 1900 2 Década de 1920 5 (más las populares y obreras) Década de 1930 6 Década de 1950 8 (más la Tecnológica) Década de 1960 9 Década de 1970 23 Década de 1980 27 Década de 1990 34 Década de 2000 44 Década de 2010 supera las 50 (más la UTN)
27. Amén de la UTN (de numerosas sedes) y las universidades privadas.