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Historia de la Anatomía Patológica en la Facultad de Ciencias Médicas de Córdoba (1878-2019) Norma Acerbi Cremades
Norma Cremades Acerbi
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Resumen
Esta primera entrega alude al desenvolvimiento de la Anatomía Patológica en Córdoba, desde la fundación de la Facultad de Ciencias Médicas, en 1877; a sus profesores Titulares y demás colaboradores y se detiene en 1958.
Palabras claves: anatomía patológica, docentes, UNC
Summary
This first installment alludes to the development of the Pathological Anatomy in Córdoba, from the foundation of the Faculty of Medical Sciences, in 1877; to its Professors and other collaborators and stops in 1958.
Keywords: pathological anatomy, teachers, UNC
Primera Parte (1878-1958)
Introducción
La palabra patología, sin otro calificativo, es el término que actualmente compendia a la Histología Patológica o Histopatología; Anatomía Patológica; Anatomohistopatología y al académico de Anatomía y Fisiología Patológicas, con los que sucesiva y alternativamente fue designada la especialidad que constituye, sin lugar a dudas, uno de los pilares fundamentales de las ciencias de la salud.
La anatomía patológica evolucionó en Europa, con los magistrales estudios de Giovanni Battista Morgagni (1682-1771), anatomista italiano que relacionó y comparó las modificaciones impresas a la morfología anatómica normal de las vísceras de los organismos que “in vivo” habían padecido determinadas enfermedades. Dichas observaciones, le valieron ser considerado como el creador de la patomorfología.
Morgagni, también describió algunos síntomas y signos resultantes de modificaciones fisiológicas impresas por las noxas. Haciendo gala de sus fecundas observaciones redactó trabajos de gran envergadura y fue un maestro en el mejor sentido de la palabra.
Otro aspecto de la patología estriba, sin lugar a dudas, en el mejor conocimiento de las micro y ultraestructuras normales, no solo en su morfología estática o muerta, sino también en la de los tejidos vivos, como en su funcionalismo, la que se denomina Histofisiología, constituyendo un hecho fundamental para la adecuada interpretación de la homeostasis que permitirá analizar mejor la etiopatogenia –especulación sustancial de la patología– perturbadora de la normalidad.
A la patología moderna, se han incorporado las
adquisiciones en el campo de las ciencias biológicas, como: Genética, Embriología, Infectología, Hematología, Citología; aparte de las que le precedieron en su evolución como: Anatomía, Fisiología, Química, Física, Bacteriología, Parasitología y otras.
En la segunda mitad del siglo XIX, la patología, estaba enmarcada esencialmente dentro de procedimientos técnicos: la macroscopía y la microscopía comparativas de las modificaciones impresas por las noxas, era entonces, evidentemente morfológica, pero ya se había tornado indispensable de los programas en las universidades del Viejo Mundo.
Carlos Rokitansky (1804-1878), de la Universidad de Viena, y Rodolfo Virchow (1821-1902), de la Universidad de Berlín, ostentan el cetro de ese magisterio. Ambos maestros anátomo-patólogos, demostraron que por la anatomía patológica, el conocimiento médico quedaba fundado, ampliado y completado.
Profundizaron además en la histología patológica, señalando la vía de la química e histoquímica y la importancia de la patología experimental.
Es evidente que la influencia europea, llegó a nuestro ambiente, preocupando a los docentes y profesionales, especialmente a los creadores de las primeras instituciones médicas del país.
En Córdoba
Nuestro trabajo de investigación, sobre el nacimiento y evolución de la patología en Córdoba, está dividido por la extensión en dos etapas: 1.- Desde la creación de la Facultad de Ciencias Médicas en 1877 hasta 1958. 2.- Desde 1959 a 2019.
La trayectoria de la patología, en la Facultad de Ciencias Médicas de Córdoba, debe comenzar desde su creación por ley del Congreso Nacional, concretada por el proyecto del Dr Luis Warcalde y el empuje del rector Prof Dr Manuel Lucero, sancionada el 10 de octubre de 1877.
El primer decano fue el Prof Dr Hendrick Weyenberg, asumiendo al mismo tiempo que tomaba a su cargo, las cátedras de Anatomía e Histología Normal. Dichas cátedras las ejerció durante seis años, superando con su espíritu de triunfador y de empresa, todos los problemas resultantes de la falta de medios y recursos para el logro de una docencia acorde con las exigencias didácticas. La carencia de textos adecuados para los alumnos los resolvió drásticamente con la redacción y edición de apuntes adecuados.
Weyenberg, redactó también el programa para la Escuela de Medicina, orientada a la enseñanza de todas las ramas biológicas atinentes a dicha ciencia. La carrera tenía una duración de seis años, al fin de los cuales se otorgaba el título de Doctor en Medicina y Cirugía. La asignatura Anatomía Patológica, se dictaba en 3° y 4° año de la carrera, en dos fases:
Una, la denominada Histopatología, se daba en 2° año; y la otra, Macroscopía en 3° y 4° año de la carrera médica.
El primer profesor de Anatomía Patológica, se designó por decreto del PEN, el 25 de abril de 1882, durante el decanato del Prof Dr Luis Rossi y fue el Dr Alejandro Camusso, quien también dictó el primer Curso de Obstetricia y su clínica.
Camusso, de nacionalidad italiana, había estudiado en la Universidad de Génova. Revalidó su título en Córdoba en 1881. Designado profesor, se incorporó también al cuerpo directivo de la Academia, pero al final de 1883, se ausentó de Córdoba, regresando a su país.
En marzo de 1884, Anatomía Patológica se anexó a la Cátedra de Histología, a cargo del Dr Ramón Gil Barros.
Ramón Gil Barros, nació en La Rioja, el 31 de agosto de 1857.
Fue uno de los primeros alumnos de la Facultad, cuando se abrieron sus aulas en 1878. Un distinguido estudiante, de gran rectitud de procederes, se doctoró en 1884, con una tesis titulada: “De la ley que rige la acomodación del feto durante el embarazo”.
Fue practicante interno del Hospital San Roque, en los años 1881-1883. Jefe de Clínica en la cátedra de Obstetricia, siendo aun estudiante, entre 1883-1884.
Designado profesor, fue enviado a Europa junto a los maestros Ranvier y Klein, de Paris, donde adquirió durante seis meses de estadía, notables conocimientos. Se trataba de una beca de apoyo económico, creada recientemente por ley nacional y de gran importancia para los recién egresados.
Gil Barros había demostrado desde estudiante su cariño, capacidad y dedicación a la Obstetricia, pero supo adaptarse a las necesidades de la naciente facultad, que debía proveer de un profesor a la cátedra de Histología, la que había quedado vacante por enfermedad grave de Weyenbergh.
De regreso a Córdoba, en abril de 1885, organizó el Gabinete de Histología, iniciando la enseñanza práctica de la materia. Dictó los cursos de Histología Normal y Anatomía Patológica, con dos horas semanales, para cada asignatura.
Durante los primeros años dispuso de pocos elementos. En su informe al HCD de la Facultad de 1888, dice:
“Ante todo, el Gabinete que tengo el honor de dirigir por ser catedrático de la asignatura Histología, no es más que un bosquejo de laboratorio, muy incompleto en cuanto a útiles y nulo en cuanto a personal. Hay solo un microscopio de mi propiedad. Sin embargo detallaré lo que he logrado en estos tres primeros años: En 1885: descripción práctica del microscopio y de los elementos que lo componen. Ejercicios en el manejo del microscopio, micrometría, dibujo de preparaciones microscópicas, valoración de objetivos y hematimetría, practicados por cada uno de los estudiantes. Estudio y diagnóstico microscópico de todos los elementos y tejidos de casi todos los órganos que componen el cuerpo humano, para lo cual hemos confeccionado varias preparaciones de sangre, leche, saliva y esperma frescos. En el año 1886, se repitieron los trabajos del año anterior y además se les ha enseñado el método de hacer y estudiar los cortes. Al mismo tiempo se ha practicado en 3° y 4° años, el análisis y diagnóstico microscópico de las alteraciones que corresponden a la Anatomía Patológica general. En 1887 el laboratorio aun no cuenta con los útiles indispensables para montar preparaciones microscópicas definitivas por ningún procedimiento clásico, motivo por el cual no se han podido realizar. Hemos ideado un procedimiento que permite montar los preparados sin aparato especial y por eso me he permitido hacer figurar esos ejercicios en el programa del corriente año. Sin embargo, se han ultrapasado los límites que me había impuesto en el programa que oportunamente presenté y aceptó el HCD” Me olvidaba recordar que tengo a disposición de la enseñanza muchas preparaciones que me pertenecen y que nos prestan señalados servicios” 1 .
Como se aprecia, Barros debió afrontar muchas dificultades, pero con él vinieron a Córdoba los primeros micrótomos, tipo Ranvier y suficiente material para efectuar técnicas de cortes e inclusiones para las preparaciones microscópicas de tejidos.
Después de ejercer con prestigio durante nueve años la mencionada cátedra, solicitó dictar la de Obstetricia y su Clínica, como profesor Titular, ante la renuncia de Enrique Pietranera, desde el 10 de abril de 1894. Barros, la ejerció durante dieciocho años cumpliendo el mayor deseo de su vocación médica.
Fue vice-decano de la FCM en 1900, con periodo completo. Intendente de la ciudad de Córdoba, desde el 27 de abril de 1905, con sucesivas reelecciones hasta el 15 de junio de 1915. Fue Decano de la FCM, desde el 11 de junio de 1904, hasta su renuncia el 7 de agosto de 1905.
Aceptó que la Municipalidad de la capital, realizara en el Anfiteatro Anatómico del Hospital San Roque, las autopsias de los fallecidos en la vía pública o a los muertos sin asistencia médica. Su actividad comunal fue ejemplar y contribuyó al progreso y modernización de la ciudad de Córdoba: inauguró la circulación de tranvías eléctricos.
Construyó los puentes Centenario, Sarmiento y Matadero, completó la pavimentación en la zona céntrica, reemplazando los adoquines. Mejoró los Mercados Norte y Sur, construyendo el Mercado Modelo General Paz. Prolongación y ampliación de la avenida General Paz y de la avenida Argentina (hoy Hipólito Yrigoyen), por citar alguna de sus numerosas obras.
Barros fue presidente del Círculo Médico de Córdoba, durante el periodo del 30 de octubre de 1915 al 30 de octubre de 1916. Su labor fue de orden y de consolidación de la entidad, así como de impulso a la actividad científica de los profesionales.
Falleció el 27 de junio de 1922 y se le tributaron emotivas honras fúnebres, por parte de la universidad y el gobierno de la provincia.
En 1887, el HCD de la Facultad, resolvió separar la Cátedra de Histología de la Anatomía Patológica. Recomendó Barros que se encargada de esta última, pero él contestó que no se encontraba suficientemente preparado para ejercerla. Dio así un ejemplo de ética
1. Pereira, J C, “Ramón Gil Barros. Maestro ejemplar ciudadano ilustre”; en: Córdoba, Dirección General de Publicaciones, UNC, 1991, p 13-4.
en la docencia, prefiriendo solo desempeñarse en los temas que dominaba.
Se designó entonces como encargado de Anatomía Patológica al Dr Antolín Torres, quien había finalizado la carrera con un brillante promedio. Fue premiado con un viaje a Europa para su perfeccionamiento en la especialidad y la adquisición de material didáctico.
En la Cátedra de Histología se designó por decreto del PEN, al Dr Alejandro Ortiz Lamas, desde el 28 de mayo de 1894.
Antolín Torres, nació en Los Molinos, (departamento de Calamuchita, Córdoba) en 1857. Se graduó de doctor en Medicina y Cirugía, en 1884, con una tesis titulada: “Resección de la rodilla”, una operación que por primera vez había practicado en Córdoba, el Prof de Clínica Quirúrgica Dr Rafael Piccinini.
Al regreso de su viaje por Europa, el Dr Torres trajo el primer aparato para Microfotografías, que el Dr Bachmann, restauró y puso en uso treinta años después. Organizó también el museo para la enseñanza práctica y experimental de la materia.
En 1889 fue elegido decano de la Facultad de Ciencias Médicas, emprendiendo una eficaz tarea de
reorganización, aunque fue breve ya que renunció al cargo en 1891.
Se desempeñó también como senador provincial, pero se alejó del cargo por los cambios políticos de la época, entre juaristas y radicales.
Antolín Torres, dictaba diariamente clases de Histología Normal y tres semanales de Anatomía Patológica, hasta 1890, alejándose de las tareas académicas y políticas, dedicado a la vida privada y ejercicio profesional. Falleció en Córdoba, el 6 de septiembre de 1898.
En la Cátedra de Anatomía Patológica, le sucedió en agosto de 1891, el Dr Samuel Castellano, designado profesor titular de la materia, hasta su jubilación en 1913.
Castellano dio notable impulso a la docencia, pese a las ya proverbiales dificultades con las que se vio enfrentado por la falta de equipos y escaso material disponible para mostraciones técnico-prácticas de patología.
Castellano, nació en Córdoba en 1861. Recibió el grado de doctor en Medicina y Cirugía en 1889 con una tesis titulada: “Estudio teórico, clínico, experimental sobre la Antipina”.
Sirvió en el Ejército Nacional, hasta 1891, cuando fue designado profesor Suplente de Anatomía Patológica, hasta su jubilación en 1918, ejerciendo con notable competencia y responsabilidad, ganando el respeto y cariño de alumnos y discípulos.
En el año 1911, el HCD de la Facultad, resolvió contratar profesores en el extranjero. El 24 de agosto de 1912, se firmó en la Embajada Argentina en Roma, el contrato con el Dr Ferdinando Strada, quien arribó a nuestro país, el 1 de enero de 1913, para hacerse cargo con dedicación exclusiva, como director del Instituto de Anatomía Patológica, a inaugurarse en el Hospital Nacional de Clínica, anexo a la cátedra de dicha materia, a cargo de Castellano, hasta su jubilación.
El contrato fue firmado en nombre de la UNC, por Alberto Figueroa, encargado interino de negocios en la Representación Diplomática Argentina en Roma. El primitivo contrato de Strada, fue renovado tres veces, estando al frente del Instituto, de la cátedra y del museo de la especialidad.
Strada, nació en Milán en 1872. Doctorado en la Universidad de Pavía en 1897, siguió estudios de perfeccionamiento con los profesores Golgi y Sangarelli. Con Golgi permaneció durante cuatro años, haciendo investigaciones sobre anatomía microscópica normal y patológica.
No olvidemos que por aquel entonces, estaban en auge los principios de la Patología Celular, basados en los trabajos de Virchow, las que desalojaron las
viejas teorías humorales hipocráticas, la Organicista de Morgagni y la Histica de Bichat.
Por propuesta de Monti, que reemplazó a Golgi, fue designado jefe del Laboratorio de Anatomía Patológica en Pavía. Sin dejar dicho cargo, en 1902, se trasladó al Instituto de Patología en Turín a cargo del profesor Foa, donde trabajó con el profesor Vanzetti, al que con el tiempo le sucedió en la dirección del Instituto.
En 1898, recibió el premio “Quaglino”. Poco tiempo después, pasó a la Universidad de Estrasburgo, colaborando con el profesor Chiari quien acababa de reemplazar a Von Recklinhausen. Strada, completó cursos sobre Química Biológica, Bacteriología e Histopatologia.
Con el propósito de aumentar sus conocimientos, a fines de 1904, se trasladó a Paris. Permaneció en el Instituto Pasteur, desde noviembre a marzo de 1905, con el sabio Roux, realizando un curso sobre Microbiologia técnica. El Instituto Pasteur estaba frecuentado por celebres personalidades como Laveran, Borrel, Metchnikoff, Mesnill y otras figuras prestigiosas del mundo científico de la época.
Strada asistió al curso y al laboratorio de química biológica, dirigido por Gabriel y Bertrand y bajo la guía del Dr Malfitano, realizó investigaciones referidas a Química Analítica.
De regreso a Italia, en 1910, ejerció en la cátedra de Anatomía Patológica, hasta que fue indicado por su firme preparación, como el más calificado candidato para ser contratado por la Facultad de Ciencias Médicas de Córdoba.
Por aquellos años en nuestra ciudad, los conocimientos e investigación sobre anatomía patológica, se basaban en exámenes necrópsicos o piezas quirúrgicas y cuando se realizaban, adolecían de muchas restricciones, motivo por el cual la enseñanza de la materia era solamente teórica.
Con la llegada de Ferdinando Strada, no tardaron en producirse innovaciones fundamentales, en la organización del Instituto en el Hospital Nacional de Clínicas, contiguo a la sala de autopsias.
El edificio estaba construido en el nosocomio inaugurado el 24 de mayo de 1913, pero Strada pudo realizar algunas modificaciones sobre el plano edilicio que facilitaron una mejor instalación de los laboratorios y aulas para la organización de la enseñanza.
El HCD de la Facultad resolvió el 25 de septiembre de 1913, la recepción oficial de los profesores contratados en el extranjero, Strada y von Krogh, el primero para la enseñanza de la Anatomía Patológica y el segundo para Bacteriología, Micología y Microscopia.
El día fijado, se celebró la sesión extraordinaria, presidida por el rector Julio Deheza. El vice-decano, en ausencia del decano José M. Escalera, hizo la presentación de los profesores contratados.
Strada, luego de expresar su agradecimiento por tan honrosa recepción, recordó que la Honorable Academia en una ordenanza sancionada el 2 de mayo de 1913, había establecido que: 1.- La enseñanza de la Anatomía Patológica se haría en dos partes, una teórica y una práctica. 2.- La enseñanza de la teórica estaría a cargo del profesor de la materia y la práctica, que comprendería autopsias e histología patológica, a cargo del director del Laboratorio.
La asignatura quedará separada y con funciones distintas a saber:
“Las atribuciones de cada profesor, con amplia libertad y posibilidad de desarrollar su programa sin restricciones, según criterios y miras propias, para mayor beneficio de la enseñanza. No me ocuparé del Curso teórico a cargo del ilustre Prof Samuel Castellano, que lo desarrolla desde años atrás, con la amplitud, la competencia y dedicación que todos le reconocen y me concretaré a la enseñanza práctica. Estoy desarrollando el curso de Técnicas de Autopsias, hasta finalizar este año escolar. En el próximo año, este programa formará parte de la materia de examen. Una autopsia debe responder a todos los fines que se persiguen, es decir determinar por un lado la causa última de la muerte del individuo y permitir por otra, el aislamiento de buenas piezas para el Museo, así como la adquisición de material para investigaciones histológicas, bacteriológicas y otras, sin dañar el eventual nexo causal de los diversos procesos patológicos, difícil a veces desde el punto de vista técnico. La formación de un Museo es absolutamente necesario en esta Facultad y será objeto de nuestro especial empeño. Algo se tiene ya adelantado en este sentido y más se hará cuando se haya organizado el nuevo Instituto” 2 .
Efectivamente, Strada, como lo había prometido, organizó la actividad docente-asistencial, creó y enriqueció el Museo de Anatomía Patológica, además una biblioteca especializada y un archivo de protocolos y preparados histológicos.
En la Facultad de Ciencias Médicas, el Strada, fue el primer docente con dedicación exclusiva a la cátedra la que sin duda le significaba, una obligación que atendía con el mayor celo.
En mérito a sus sobresalientes condiciones, fue designado socio adscripto a la Academia Nacional
2. Garzón Maceda, Félix. Historia de la Facultad de Ciencias Médicas. Córdoba, Imprenta UNC, 1927, t° 1, cap 10, p 354-55.
de Ciencias, por resolución fechada el 21 de julio de 1914.
El 16 de septiembre de 1921, se le designó también como profesor de Histología, hasta su jubilación en 1946.
Fue socio activo de la Sociedad Científica Argentina y formó parte de HCD de la Facultad, junto con otras figuras egregias como Romagosa, Morra, Brandan, Nicolai, Walker y otros.
Strada fue un hombre de sólida formación humanista con profundos conocimientos de griego, latín, además de hablar y escribir alemán, francés y castellano.
Fue el primer patólogo con una sólida e integral formación y creador de una escuela que generó destacados discípulos, tales como: Luis V Ferraris, Alfredo A Ferraris, Julio González Warcalde, Julio Escarguel Malbran y José A Herrero, complementaron y perfeccionaron su obra, con notable jerarquía académica y científica.
El maestro falleció el 13 de Eeero de 1968. Seis meses después, el 13 de julio de 1968, se designó con su nombre el aula de la 1° Cátedra de Patología. En dicha oportunidad, su discípulo Luis V Ferraris pronunció un emotivo discurso y entre sus conceptos decía:
“Es necesario impedir a toda costa que el polvo del olvido caiga sobre las personas, los hechos y la labor realizada por los que nos precedieron” “El Prof Strada, habiendo nacido bajo otro cielo venturoso, amó a su nueva Patria como un hijo reconocido por la libertad que disfrutó, el respeto otorgado a su persona y la distinción a que lo hacía acreedor su eximia labor Universitaria”.
Le sucedió en la cátedra, su colaborador Julio González Warcalde, designado en 1947 profesor Titular y director del Instituto. Con meritoria tarea, profundizó el capítulo de la Tisiología, junto a Gumersindo Sayago y Abel Cetrángolo.
Bajo su dirección se publicaron los: Anales del Instituto de Anatomía Patológica.
Ferdinando Strada, discípulos y colaboradores. Hospital Nacional de Clínicas 1930. De izquierda a derecha: ayudantes José Herrero, señora Gómez y Tomás Ferreira. Colaboradores: Escargel Malbrán y Alfredo A Ferraris. Sentados Oliva Otero, Ferdinando Strada, Luis V Ferraris.
Julio González Warcalde, nació en Córdoba el 20 de octubre de 1900. Inició su vocación por la Anatomía Patológica a los veinticinco años, ingresando a la 1° Cátedra de dicha asignatura.
Fue comisionado en 1936, por el Prof. Sayago para estudiar tisiología y se perfeccionó en el Instituto del Prof Huebschmann, en Duesseldorf (Alemania), luego en Francfort, con el Prof Fischer-Wasels y en Munich, con el Prof Scholz.
Después de dos años de estudio regresó a Córdoba y trabajó intensamente en tareas docentes y de investigación.
Fue elegido decano de la FCM, el 2 de febrero de 1954, bregando por mantener la jerarquía y la disciplina de alumnos y docentes. Cuando el gobierno nacional, lo dejó sin respaldo, presentó la renuncia indeclinable, el 15 de noviembre de 1954 y poco después el 7 de abril de 1955, también renunció como profesor Titular de la Cátedra de Anatomía Patológica, alejándose de toda la actividad universitaria.
Se trasladó entonces a San Juan, donde instaló el Laboratorio de Anatomía Patológica.
Prodigó durante tres años sus enseñanzas y formó a los primeros anatomopatólogos sanjuaninos. En 1958 se radicó a Mendoza, donde fundó el Instituto de Anatomía Patológica dependiente de la Universidad Nacional de Cuyo. En esta ciudad también generó una escuela de patólogos.
Falleció en dicha ciudad el 3 de mayo de 1967. Fue un permanente forjador de vocaciones, formando con su responsabilidad y disciplina a una pléyade de jóvenes médicos interesados en la Especialidad. Fue una vida de trabajo dedicada al servicio de su ideal universitario.
Por resolución n° 143, del 3 de marzo de 1955, el delegado Interventor en ejercicio del Decanato de la Facultad de Ciencias Médicas, Prof Dr José Francisco Verna, creó varias segundas cátedras y entre ellas, la 2° Cátedra de Anatomía y Fisiología Patológica. Dicha cátedra pasó a funcionar en el Hospital San Roque y estuvo a cargo interinamente y por poco tiempo, del
profesor adjunto Alberto Abdala.
Al retirarse González Warcalde, en 1955, se hizo cargo de la 1° Cátedra de Anatomía Patológica, Luis Ferraris hasta su jubilación en 1958. La misma quedó entonces a cargo de Alfredo Ferraris, hasta 1959, por haber sido designado profesor Titular de la 2° Cátedra en el Hospital San Roque, cargo que ejerció hasta 1974.
Luis Venancio Ferraris, nació en Córdoba el 18 de enero de 1901. Obtuvo el doctorado en Medicina y Cirugía en 1925 y por sus altas calificaciones, fue designado médico interno del Hospital Nacional de Clínicas y obtuvo una beca del Gobierno de la Provincia de Córdoba, para continuar en Europa estudios de perfeccionamiento.
La beca no fue aceptada por Ferraris, porque quiso darle prioridad a su actividad hospitalaria de formación.
Discípulo de Ferdinando Strada, fue ayudante Técnico de la 1° Cátedra de Anatomía Patológica y, en forma simultánea, jefe de Laboratorio de Anatomía Patológica en el Hospital San Roque, durante los años 1935 y 1936
Profesor Adjunto por concurso de la 1° Cátedra de Anatomía Patológica, desde 1937 a 1955. En este último año fue designado profesor Titular y director del Instituto de Anatomía Patológica en el Hospital Nacional de Clínicas.
Con los beneficios de la jubilación, se retiró en 1959, casi después de cuarenta años de una meritoria labor docente y científica, obtenida como resultado de un permanente esfuerzo de superación y su alto sentido de responsabilidad. Fue designado en 1976 por la UNC, Profesor Extraordinario Honorario.
Continuó su práctica privada, con laboriosidad y honestidad. Falleció en Córdoba, el 30 de agosto de 1984.
Alfredo A Ferraris, nació en Córdoba el 10 de agosto de 1907. Recibió el título de Farmacéutico en 1927, de Médico Cirujano en 1934 y Doctor en Medicina y Cirugía, en 1940. Tesis titulada: “Neumonías focales
y verdaderas en los niños. Anatomía Patológica y Patogenia” (1940).
Fue jefe del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital de Niños, en el periodo 1939 a 1955. A raíz de una epidemia de encefalitis en los niños, trabajó en Buenos Aires con el renombrado catedrático español Pio del Río Ortega, para estudiar las alteraciones de la microglia con técnicas de impregnación argéntica.
Profesor Titular por concurso de la 2° Cátedra de Anatomía y Fisiología Patológica, desde el año 1950 hasta su jubilación en 1974.
Ejerció otras funciones docentes de importancia, como Titular de Histopatología de la entonces Escuela de Bioquímica y Adjunto de la Cátedra de Histología y Embriología de la Facultad de Ciencias Médicas.
Fue miembro fundador y primer presidente de la Sociedad de Anatomía Patológica, filial del Círculo Médico de Córdoba.
Socio fundador de la Clínica Chutro SRL en 1946, una de las primeras polivalentes de Córdoba. Mantuvo hasta 1975 un laboratorio particular de la especialidad. La UNC lo designó profesor Consulto.
Después de una infatigable y exitosa labor docente, académica y de investigación, falleció en Córdoba el 16 de septiembre de 1976. Con las actuaciones de los profesores Luis V Ferraris y Alfredo A Ferraris, se cierra la primera etapa del trabajo titulado Historia de la Anatomía Patológica en la Facultad de Ciencias Médicas, de la cual esta reseña tiene carácter de comunicación preliminar 3 .
Continuará en la próxima entrega la Segunda Parte (1959-2019)
3. Completar con:
Acerbi Cremades, Norma. 140 años de la Fundación de la Facultad de Ciencias Médicas de Córdoba. UNC, Taller General de Imprenta, octubre 1917.
Ferraris, R V, “Prof Dr Ferdinando Strada”; en: Revista Círculo Médico de Córdoba, 1969.
Ferraris, L V, “Discurso del Prof Dr Luis V Ferraris, con motivo de dar el nombre del Dr Ferdinando Strada al aula de la 1° Cátedra de Anatomía Patológica”, julio 1968.
Ferraris, H, “Prof Dr Alfredo A Ferraris”; en: Boletín Sociedad de Anatomía Patológica y Citopatología, n° 1, 1998.
Ferraris, R V, “Prof. Dr. Luis Venancio Ferraris”; en: Trabajos Instituto Anatomía Patológica. Imprenta UNC, 1952.
Martellotto, G I, “Maestro de la Patología”; en: Maestro de la Medicina de Córdoba. Talleres Gráficos de la Municipalidad de Córdoba, diciembre 2002.
Mosquera, J E, “La Anatomía Patológica en los últimos 50 años en la Argentina”; en: Historia General de la Medicina Argentina. Dirección General de Publicaciones, UNC, 1980.
Mosquera, J E, “Dos figuras de nuestra patología: JakobStrada”; en: Boletín Academia Nacional de Ciencias. Córdoba, 1969.
Pereira, J C, “Ramón Gil Barros. Maestro ejemplar ciudadano ilustre”; en: Dirección General de Publicaciones. UNC, 1991.