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Coroncoro: fútbol colombiano

oportunidad única para Coroncoro, su camino hacia el éxito no fue fácil. Enfrentó numerosos obstáculos, como la falta de recursos para viajar a los partidos en Medellín, el narcotráfico y el racismo, en una ciudad donde ser moreno era sinónimo de ser ladrón, según lo relata él, y donde la guerra y la presión política del país constantemente pusieron a prueba la determinación del defensa central de la selección Colombia y hasta casi le arrebata la vida, cuando estalló la bomba en el Centro Comercial Obelisco, donde él acababa de pasar por ahí para llegar a su entrenamiento.

Pero fue su paciencia, el don que lo ayudó y lo mantuvo siempre enfocado. Luís Carlos sabía que tenía que esperar su momento, pues “la vida está llena de retazos que se unen y van creando o cerrando ciclos”, es lo que el jugador cita constantemente en la entrevista.

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Así pues, se encontró con una selección donde estaban los mejores jugadores, entre ellos; Leonel Álvarez, Néstor Piza, Jorge Iván Hoyos.

La musa del fútbol:

“Yo nunca tuve inspirador. En esa época no había ídolos para mí, porque yo era de pueblo, no conocía a nadie.

Pero sí estoy seguro, que motivé a muchos, dado que fui el primero en salir de mi región, le cultivé esperanzas a jugadores de la talla de John

Jairo Trellez, Carlos Castro, Carepa Gaviria, los hermanos

Cassiani, Víctor Manuel Zuniga, Antonio Cetré, los hermanos Palacios, Carlos Gutiérrez, entre otros…, que fueron leyendas no solo de Turbo, y de Antioquia, sino también de Colombia”, argumenta Luís Carlos, cuando intenta recordar uno a uno los compañeros de la región en la selección Colombia. Después de hacer Selección Antioquia, los directivos empezaron a fijarse la en la región de Urabá y concretamente en Turbo.

Momentos perpetuados en la historia:

Conviene subrayar que, una vez inmerso en el sistema de la Selección Colombia, comenzó su carrera en el Independiente Medellín, después llegó al Atlético Nacional en el 87 y es llamado a la selección preolímpica, a un paso de jugar en las mayores, y el momento más importante que marca un antes y un después fue cuando lo llamaron a la Selección Absoluta en el 87 para jugar la Copa América en Argentina.

“Empezamos a dar de que hablar, empezamos a sacarle puntos a Uruguay, a Argentina a Brasil, y le ganamos al equipo argentino 2 goles por 1 en su estadio ganándonos el tercer lugar, que para nosotros era lo máximo en el momento, pues Argentina había jugado el año anterior el Mundial con Maradona a bordo, entonces para nosotros fue una victoria y un orgullo”, cuenta Coroncoro.

A partir de ahí vienen otros momentos: Clasificar al Mundial de 1990, ya que, Colombia hacía 28 años no iba a un Mundial. Ganar la Copa Libertadores de América por primera vez, también impactó en la historia del país cafetero.

Haberle igualado el partido a los alemanes que venían invictos en el mundial del 90, y por supuesto, haberle ganado a Argentina 5-0 en su casa y clasificar como el mejor equipo de la región en Suramérica, posicionando a Colombia, como uno de los favoritos para el Mundial de 1994. No obstante, Coroncoro no se conformó con sus logros individuales. Siempre ha sido un jugador comprometido. A través de su academia en Miami, donde vive hace 25 años, ha brindado oportunidades a niños que sueñan con jugar profesionalmente. Hoy en día, es reconocido como uno de los mejores jugadores de su generación. Su carrera exitosa y su historia de superación han inspirado a millones de personas en todo el mundo.

Arte, Música y Folclor

Lugar: Consulado General de Ecuador 800, 2nd Avenida, FL 2, Manhattan, NY 10017

Día: 10 de Agosto 2023

Hora: 6pm -9 pm

Invitados Especiales

El mundo pictórico de José Bastidas es un mundo cerrado, donde habitan los seres de su propio i imaginario. Esos personajes revelan los sueños y á pesadillas de un artista que parece haber creado su propio tiempo, de espaldas a la realidad que le rodea. Y cierto modo manifiestan también un concepto estético sui géneris, alejado de la belleza tradicional. Se pensaría

El Mundo de José Bastidas

que Bastidas trata de ironizar cuando pinta, a su manera, por ejemplo reinas de belleza, señoras de sociedad y otras damiselas; pero quizás lo que hace no es sino trasladar al soporte las figuras que produce su fantasía, para crear escenas que el espectador puede tomar como la caricatura de ciertos ambientes.

Influida de alguna manera por Luigi Stornaiolo, la obra de Bastidas respira muchas veces una atmósfera saturnal, que nos remite a lo báquico o a lo mágico. Evidentemente al pintor le atrae lo extraño, inclusive lo que no se puede nombrar. De ahí procede ese aire sulfuroso que se respira en algunos de sus cuadros. Pero otras veces es la parodia de lo frívolo, lúdico o erótico lo que hallamos en sus lienzos y papeles. En todo caso, lo que pinta Bastidas está, curiosamente, a contrapelo de su perfil

Por: Rodrigo Villacis Molina

humano, de hombre tranquilo y en paz consigo mismo. Es su otro yo.

¿De dónde le viene esa necesidad de hacer una pintura que puede resultar agresiva, por el tratamiento intencionadamente grotesco del tema, en términos del dibujo y la distorsión de las formas, del color, de la fuerza de las pinceladas? Es quizás la manera que adopta una protesta íntima, secreta, disfrazándose de burla y sarcasmo.

Lo evidente es que en José Bastidas hay un convencido del arte, un pintor que, al margen de cualquier tendencia al uso, dice su verdad —una verdad que puede resultar desconcertante—, solo por el gozo de decirla, y a fuerza de honesto consigo mismo, le pone a su obra un sello personal e indeleble. Lo mal le da derecho a un lugar de interés entre los pintores ecuatorianos con los que se ha inaugurado el siglo XXI.

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