IMPORTACIONES Y DISTINCIONES El uso de nombres estadounidenses en los estratos bajos de Medellín, una nueva brecha entre las clases sociales.
Elizabeth Londoño Tamayo Universidad de Antioquia elilondonot@gmail.com
Abstract This exploratory research establishes a relationship between the choice of the name (understood as a cultural product), culture and social position. Scans from communication how cultural consumption of the names of persons established another form of social distinction in Medellin. The following report doesn´t show only the inclusion of english names in the anthroponomy of Medellín from its historical roots and from the social and cultural factors that have caused, but describes how now the name is not an category without meaning, because although has lost the etymological sense, has won content that the usage and history have given it.
Palabras Clave: Medellín, consumos culturales, nombres propios, clases sociales, distinción social.
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TABLA DE CONTENIDOS
Introducción……………………………………………………………………………3 Descripción objeto de estudio………………………………………………………..4 Marco Teórico………………………………………………………………………….5 Metodología…………………………………………………………………………..11 Resultados……………………………………………………………………………12 Conclusiones…………………………………………………………………………19 Referencias…………………………………………………………………………...22
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INTRODUCCIÓN
Para la Constitución Nacional de Colombia, poseer un nombre es indispensable para obtener lo que la ciencia del derecho determina la persona jurídica, que es quien posee derechos y deberes en el ejercicio civil. Es decir que el derecho al nombre, y con él a la individualidad, se considera fundamental para el reconocimiento civil. No tener nombre es no ser una persona jurídica, no existir para el Estado. El nombre lo dan los padres a los hijos cuando nacen, y el apellido o nombre familiar, comúnmente siguen un orden específico; primero va el del padre y segundo va el de la madre, y así estos pasan de una generación a otra. El uso de este sistema de nominación suprime la colectividad y evidencia las implicaciones afectivas y sociales de las personas. Al parecer, ser nombrado es fundamental para poder vivir en una sociedad, pero… ¿Qué sucede cuando los nombres no sólo poseen la función de identificar, sino que comienzan a tener otras cargas semánticas? Desde las ciencias sociales se ha acudido con frecuencia al estudio del estatus y de las clases sociales, para explicar las diferencias en cuanto a prácticas y consumos culturales dentro de una misma sociedad. Ha sido bastante atractivo ver cómo el factor dinero, al incidir en las condiciones y experiencias de vida de cada
ser
humano,
marca
ciertas
características
distintivas
en
su
comportamiento y en sus elecciones. Actualmente en Medellín, el nombre propio, entendido éste como un producto cultural, es una de las características de distinción más evidentes entre las clases sociales. Entre los medellinenses se ha vuelto común que el nombre de cuenta de un nivel económico; ya que últimamente las personas de estratos bajos se han apropiado de algunos nombres de origen o uso estadounidense y los combinan con nombres y apellidos en español. Dicha particularidad, no sólo muestra la enorme influencia que tiene Estados Unidos en la población de escasos recursos de Medellín, sino que ha marcado una nueva diferencia con respecto a los pertenecientes al estrato contrario. 3
Es por todo esto que se hace pertinente observar con más detenimiento todo lo que sucede alrededor de este fenómeno, pues es importante entender cómo una etiqueta social que surgió como respuesta a la necesidad de identificación de los individuos, adquirió tal poder comunicativo y social.
1. DESCRIPCIÓN DEL OBJETO DE ESTUDIO A pesar de que la finalidad práctica del nombre no es definir, sino identificar, entre los medellinenses es común que el nombre dé cuenta de un nivel económico y de un estatus social; pues últimamente la nominación de las personas de estratos bajos se ha visto altamente influenciada por la cultura estadounidense, y esto ha marcado una nueva diferencia con respecto al estrato socioeconómico contrario. De hecho, en la capital antioqueña, aquel que porte un nombre en inglés combinado con otro nombre y apellidos en español, será etiquetado inmediatamente como “clase baja”, y le tocará encarar también todo la carga semántica que ya de por sí dicha etiqueta contiene. Para comprender este fenómeno es indispensable entender: primero, cuál es la importancia del nombre propio en la sociedad; segundo, cómo llegaron los nombres anglosajones a la antroponimia de los medellinenses; y tercero, cómo está configurada la estratificación social en Medellín. De esta manera se puede pasar a una descripción de la forma en la que se presenta dicho fenómeno, por medio de los resultados que arrojó una encuesta y de las respuestas obtenidas en una entrevista a quien su profesión y su experiencia le permiten dar un criterio al respecto.
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2. ANTROPÓNIMIA HISPANA El nombre de pila, aunque es un signo arbitrario 1 desde el punto de vista semántico, tal vez es el único que se elige por voluntad del hablante. La base motivadora de la elección del nombre propio, ha sido distinta según las tradiciones, la religión o las particularidades históricas de cada pueblo. Antes, los nombres en las sociedades de habla hispana cumplían con motivaciones extralingüísticas descriptivas o simbólicas. Algunos nombres eran sustantivos concretos (Cielo, Estrella, Sol, Refugio, Luz, etc.), otros eran abstractos (Soledad, Esperanza, Libertad, etc), unos eran adejtivos (Plácida, Preciosa, Amada, etc) y otros estaban inspirados en los nombres de las flores, las piedras preciosas, los árboles, los paises y las ciudades, y en los animales. Pero aunque estos fueron los primeros patrones de nominación para las personas cuyo idioma era el español, algunos nombres extranjeros fueron traspasando fronteras geográficas e idiomáticas por su trascendencia ideológica, como los bíblicos, los de advocación mariana y los mitológicos. Fue así como se fueron adoptando sistemas de nominación extranjeros que ingresaban con mucha fuerza a todos los pueblos por su carga histórica, sin embargo, no se trataba de recrear en las personas la historia o la ideología, sino que los nombres sólo eran un elemento identificatorio. Los antropónimos aparecieron como respuesta a la necesidad de identificar a una persona en una comunidad 2. “El lenguaje proporciona al nombre propio el aspecto material; el significado de la palabra denotante, una vez incorporado en el sistema onomástico, se hace irrelevante” ((Lisyová, vol.17. 2011: pág.304), es decir, los nombres no tienen la función de significar, los nombres nacieron para emplearse de manera comunicativa, apelativa, expresiva y deíctica; y fueron cobrando relevancia social: “Las personas o lugares que tiene un nombre se integran dentro del sistema social, los “sin nombre” permanecen fuera de la sociedad.” (González en Lisyová. vol.17. 2011: Pág. 306) 1
Un signo arbitrario es aquel que está privado por completo de motivación semántica directa y cuya forma no es deducible desde la perspectiva sincrónica (Lisyová, 2011 vol.17:Pág.311) 2 Los apellidos aparecieron más tarde y su función era servir de complemento al nombre de pila para evitar confusiones.
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3. LLEGADA DE LOS NOMBRES ANGLO A MEDELLÍN En Colombia, a diferencia de algunos paises 3, el nombre propio de las personas es entera responsabilidad de sus padres, lo cual ha traido varios inconvenientes, pues no siempre son del agrado de su portador o, en el peor de los casos, del resto de la sociedad. En Medellín la homogeneidad en la elección de los nombres era mantenida por la Iglesia. Esta tenía la potestad de aceptar o no el nombre propuesto. Desde la colonia, y aún después de la independencia, la mayoría de los nombres de personas en Medellín provenían del repertorio incluido en los calendarios católicos, donde aparecía el nombre del santo de cada día. Además, la costumbre de llevar el nombre de un familiar estaba bien arraigada también en esta ciudad, por lo menos uno de los hijos llevaba el nombre del padre o la madre. “La implementación del registro civil en Medellín empieza en 1940, sin mucha aceptación en un principio por parte de la población. Es el momento en que el gobierno civil empieza a encargarse de la regulación de los nombres y la iglesia a disminuir su poder de decisión en dicha materia. Antes, la regulación y el registro de los nombres se hacía solo en la partida de bautizo, los sacerdotes influenciaban la elección de los nombres, proponían algunos y rechazaban otros” (Osorio; 2010: Pág. 61). Durante la segunda mitad del siglo XX empiezan a aparecer esporádicamente nombres extranjeros como: John (y su variante ortográfica de igual presencia Jhon), Elizabeth, Fredy, Mary, Henry, Lucelly, William, entre otros. Que fueron ganando paulatinamente, a pesar de existir variantes castellanas de dichos nombres, mayor presencia y aceptación, hasta el punto de convertirse en parte del repertorio onomástico de la ciudad (Osorio, 2010: Pág. 72). Más tarde, en la capital antioqueña, comienzan a aparecer también los nombres inventados como muestra de la creatividad de los antioqueños; de 3
En países como Argentina y España, el Estado tiene la potestad de influir en la elección del nombre; esto con la finalidad de, en algunos casos, no permitir la entrada de nombres extranjeros y, en otros, para evitar que la creatividad de los padres pueda llegar a afectar la dignidad y el futuro de la persona. (Osorio, 2010: Pág. 55)
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hecho, estos nombres han sido tan reiterados que se convirtieron en objeto de concursos, y hasta han logrado despertar críticas por parte de la opinón pública. Pero dichos nombres extranjeros e inventados no son propiamente de toda la población, pues esta particularidad ha marcado cierta recurrencia en los estratos bajos de la ciudad, hata el punto de establecer una nueva diferenciación con los estratos altos y un nuevo punto de discrminación social. Esta tendencia a elegir nombres extranjeros e inventados puede explicarse desde momentos sociales de mediados del siglo XX como la aparición de la televisión, la potencialización de la industria antioqueña y la afloración del narcotráfico en Medellín. 2.1 Años 50s: Potencialización de la industria en Antioquia Durante los primeros cincuenta años del siglo XX, y bajos los gobiernos presidenciales de Enrrique Olaya Herrera y Alfonso López Pumarejo, Medellín se convirtió en un centro de poder político y económico. Fue entonces cuando se expresó a plenitud el gran espíritu empresarial del pueblo antioqueño. El cruce del Valle de Aburrá por parte del ferrocarril, la proximidad a fuentes de agua para la generación de electricidad y para ejecutar procesos industriales, y la cercanía a un mercado de expansión; fueron los principales factores que jugaron a favor del departamento de Antioquia en el proceso de fortalecimiento de industrias en Colombia. En los años 50s Antioquia se convirtió en el eje industrial, económico y financiero de la nación y Medellín se volvió el mejor escenario del pais para llevar a cabo negocios tanto nacionales como internacionales. 2.2 Años 50s: Llegada de la televisión a Colombia La televisión fue inaugurada en Colombia el 13 de junio de 1954, durante el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla. La ayuda de técnicos extranjeros, especialmente cubanos, fue fundamental para el arranque de la televisión en Colombia, que se hizo con equipos traídos desde Alemania y Estados Unidos.
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El 11 de diciembre de 1979 llegaría la televisión en color, aunque en 1974 se retransmitieron en directo y en color, la inauguración y el primer partido del Mundial de Fútbol de Alemania Federal en dos pantallas gigantes ubicadas en Bogotá y Cali. La televisión desde sus primeras transmisiones estuvo concentrada en el fútbol, los reinados y el teleteatro. En 1980 empezó la televisión regional, En 1997 se entregaron licencias para televisión privada: Caracol y RCN, empresas creadas originalmente como cadenas radiales y en ese momento en manos de los principales grupos económicos de Colombia. Caracol y RCN iniciaron oficialmente sus transmisiones como canales el 10 de julio de 1998. 2.3 Años 70s: El narcotráfico en Medellín Después de 1945, con el comienzo de la época de la violencia, la ciudad afrontó un proceso acelerado de crecimiento que hizo aumentar el número de habitantes y urbanizar terrenos que no eran tenidos como posibles zonas de construcción, especialmente hacia el norte. Si bien la guerra civil que se ensañó con los campos colombianos no tocó directamente a la ciudad, esta sí se vió afectada por la llegada masiva de refugiados. La década de los 70s vió el surgimiento de las mafias colombianas de la droga y a su vez el incremento de moneda extranjera y de extranjeros en la ciudad. La crisis provocada por la mafia afectaría la vida de la ciudad sobre todo en la década de los 80s debido a la guerra del estado contra la misma, y que tuvo a la ciudad como principal escenario. A principios del siglo XXI la ciudad continuaba recibiendo los efectos negativos de un ilícito pero lucrativo negocio que condujo a una crisis sin precedentes en la historia de la "Tacita de Plata".
4. IMPORTANCIA JURÍDICA DEL NOMBRE EN COLOMBIA Para la Constitución Nacional de Colombia, poseer un nombre es indispensable para obtener lo que la ciencia del derecho determina la persona jurídica, que es quien posee derechos y deberes en el ejercicio civil. Es decir que el derecho al nombre, y con él a la individualidad, se considera fundamental para el 8
reconocimiento civil. No tener nombre es no ser una persona jurídica, no existir para el Estado. Por otro lado en el Estatuto de Registro Civil está consagrado que “en el registro de nacimiento se deben inscribir como apellidos del inscrito, los primeros apellidos de los padres: el primero del padre seguido del primero de la madre. Y en caso de que el hijo no sea legítimo o extramatrimonial reconocido o con paternidad judicialmente declarada; se le deben asignar los dos apellidos de la madre” (Buelvas y Porto, en Ososrio 2010: Pág.56). Hoy por hoy, en Colombia es jurídicamente posible sustituir o corregir el nombre, pero esto sólo puede llevarse a cabo una vez en la vida. Este cambio no incluyen los apellidos, ya que el cambio del nombre no debe modificar la filiación del inscrito.
5. ESTRATIFICACIÓN SOCIAL Hernández y Tello definen la estratificación social como la conformación de grupos horizontales que conforman una estructura vertical basada en su poder económico y el grado de prestigio. Ésta da cuenta de la desigualdad social en la distribución de los bienes y atributos socialmente valorados. El concepto de estratificación social implica que existe una jerarquía social así como una desigualdad social estructurada. Entre
los
estratos
sociales
es
bastante
normal
que
haya
criterios
diferenciadores y reconocidos. De hecho, Pierre Bourdieu denomina “habitus de clase” al conjunto de intereses, gustos y hábitos que los miembros de una clase adquieren bajo las condiciones materiales y simbólicas de existencia en las que han crecido; y esto se ve reflejado en sus prácticas y consumos, incluidos los culturales (Herrera, 2011: Pág. 144) Es así como la diferencia de dichas condiciones provoca diferencias en los hábitos y consumos de las personas, y esto, a su vez, desemboca en una lucha entre clases en el campo de lo simbólico, donde se ejercen dinámicas de inclusión y exclusión, igualdad y desacuerdo entre los individuos. 9
4.1 Estatus social Una de las nociones que ubica a los individuos en una organización social es el estatus, entendiendo por este la posición o prestigio social de una persona en su grupo o del grupo en la comunidad. También es el puesto que ocupa una persona o grupo en la estructura social, tal como los juzgue la misma sociedad. El estatus se puede determinar con base a los siguientes criterios: El grado de riqueza, el nivel de instrucción, la actividad que desarrolla en la sociedad y caracteres biológicos. Existentes formas de adquirir estatus social: por obtención y asignación. El estatus social por obtención, se otorga cuando la sociedad valoriza a los individuos de acuerdo con los resultados de su esfuerzo personal, cuando una persona logra sobresalir por sus propios méritos. El estatus por asignación, es cuando la sociedad evalúa al individuo mediante criterios en los cuales no interviene su voluntad. 4.2 Movilidad social La movilidad social es el desplazamiento de un individuo de un estrato social a otro, ya sea superior o inferior. Una sociedad puede tener estratos abiertos si existen grandes posibilidades de movilidad social, o de estratos cerrados si no hay tal posibilidad. Diversos factores contribuyen para determinar las posibilidades de que exista movilidad en una sociedad, como son la educación del individuo, su sexo, raza y su ocupación o la de sus padres. Cuando los individuos cambian de estatus y se desplazan de un estrato social a otro, ya sea en sentido ascendente o descendente de la escala social, se da la movilidad vertical. La persona que cambia de ocupación realiza un tipo de movilidad horizontal, siempre y cuando su estatus social no resulta afectado por ese cambio ocupacional. Así, la movilidad horizontal consiste en el desplazamiento de los individuos a lo largo de su mismo nivel social. 4.3 Estratificación social en Colombia:
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La siguiente explicación de la estratificación social en Colombia fue tomada de manera textual de la página web del DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística) 4 La estratificación socioeconómica es una clasificación en estratos de los inmuebles residenciales que deben recibir servicios públicos. Se realiza principalmente para cobrar de manera diferencial por estratos los servicios públicos domiciliarios permitiendo asignar subsidios y cobrar contribuciones en esta área. Los estratos socioeconómicos en los que se pueden clasificar las viviendas y/o los predios son 6, denominados así: 1. Bajo-bajo 2. Bajo 3. Medio-bajo 4. Medio 5. Medio-alto 6. Alto. De éstos, los estratos 1, 2 y 3 corresponden a estratos bajos que albergan a los usuarios con menores recursos; los estratos 5 y 6 corresponden a estratos altos que albergan a los usuarios con mayores recursos económicos; y el estrato 4 corresponde al estrato medio. La clasificación en cualquiera de los seis estratos
es
una
aproximación
a
la
diferencia
socioeconómica
jerarquizada.
6. METODOLOGÍA DEL ESTUDIO REALIZADO Este estudio exploratorio se centró en relacionar variables como las clases sociales, los consumos culturales y el proceso histórico de una sociedad. Para ello, hizo uso de métodos de investigación como la encuesta y la entrevista: La encuesta (aplicada a 40 personas de los diferentes estratos sociales en Medellín) tenía como propósito acercarse
a una muestra del grupo social
objetivo, para de esta forma, no sólo fundamentar el problema desde las respuestas obtenidas, sino también hacer una aproximación cuantitativa y cualitativa de los alcances del fenómeno.
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Entidad responsable de la planeación, levantamiento, procesamiento, análisis y difusión de las estadísticas oficiales de Colombia.
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La entrevista (aplicada a Luis Alirio Calle 5) se hizo con la intención de hallar una explicación desde la rigurosidad de la academia y de la experiencia, que pudiera llevar a establecer unas causas y unas consecuencias del fenómeno.
7. RESULTADOS DE LA ENCUESTA Los resultados parciales 6 que se presentarán a continuación son producto de una encuesta realizada a 40 personas pertenecientes a los diferentes estratos socioeconómicos de la ciudad de Medellín. Dicha encuesta tenía como objeto responder a la siguiente pregunta de investigación: ¿De qué manera el uso de nombres estadounidenses en las personas pertenecientes a los estratos bajos de Medellín ha significado una nueva brecha entre las clases sociales?
Para ello, se usó como recurso un cuestionario que constaba de 14 preguntas: algunas dicotómicas con la posibilidad de justificar la respuesta de manera abierta, otras de única y múltiple respuesta y unas cuantas de valoración; cabe aclarar que todas fueron pensadas para que sus contestaciones sirvieran como sustento a la hipótesis inicial de la investigación 7 y también para hallar qué tipo de agentes sociales influyen en el fenómeno.
Es por esto que dicho cuestionario preguntó acerca de la importancia social que las personas le dan al nombre, sobre el nombre que cada uno tiene y su nivel de gusto hacia él, sobre la fuente a la que se recurre a la hora de elegir el nombre para un hijo y algunas incidencias sociales que tiene portar cierto tipo de nombres.
De esta manera se filtraron los aspectos más importantes encuestados y se llegó a los siguientes resultados parciales:
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Luis Alirio Calle: Nació en 1956 en Yarumal (Antioquia), es Comunicador social y periodista, ha trabajado en televisión, radio y prensa, actualmente es el director del noticiero de Telemedellín. 6 Estos resultados son parciales, no estadísticos, pues son producto de un estudio exploratorio que no se hizo de forma poblacional sino muestral. 7 hipótesis de la investigación (exploratoria): La importación de nombres de origen o uso estadounidense ha marcado una nueva brecha entre las clases sociales.
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1. Es importante tener en cuenta que de las 40 personas encuestadas sólo el 40% poseía nombres en inglés y el 10% en otro idioma (ver gráfico 1), además el 80% de ellos pertenecía a los estratos bajos8 de Medellín (ver gráfico 2).
Lo que indica que hasta ahora, con este resultado, no se puede argumentar la hipótesis propuesta, pues si bien funciona como muestra de que sí se ha dado una importación de nombres en Medellín, no asegura ni que el fenómeno sea demasiado recurrente, ni que suele presentarse en quienes hacen parte de los estratos bajos de la ciudad.
2. Al 82,5% de los encuestados les gusta su nombre, y la mayoría justificó su respuesta diciendo que su gusto se debía a que su nombre era diferente (no era común) o que su nombre tenía buena sonoridad. (ver gráfico 2 y tabla 1).
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Según el DANE, son considerados estratos bajos aquellos que sean 1, 2 o 3.
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Esta respuesta es importante para el estudio, pues muestra el alto grado de aceptación que aparentemente tiene el fenómeno; aunque el 50% de las personas poseen un nombre extranjero, al parecer, a ellos les gusta y no tiene inconveniente con él. Además evidencia algo nuevo para la investigación, para la mayoría de las personas (encuestadas) es agradable portar un nombre que no sea común en su entorno.
Tabla 1 (Origen: Estudios propios) justificación • •
Por qué si
Por qué no
es diferente es el nombre de alguien famoso • mis padres lo eligieron • suena bien • es el nombre de un familiar querido • va con mi personalidad • por el significado etimológico • no es raro • no responde __________________________ • está estigmatizado • suena feo • es muy común •
no responde
porcentaje 22,5% 2,5% 7,5% 20,0% 5,0% 7,5% 2,5% 10,0% 22,5% _________ 5,0% 10,0% 2,5% 82,5%
3. De todos los encuestados el 67,5% piensa que el nombre no define en ninguna forma a las personas, y sus principales argumentos fueron que el nombre no tenía nada que ver con lo que eran cada uno y que lo que
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define es la personalidad (ver gráfico 4 y tabla 2). La importancia de este resultado surge al compararlo con el resultado número 6.
Tabla 2 (Origen: Estudios propios) justificación Por qué si
Por qué no
porcentaje •
por el nombre se sabe como es la persona
• por el significado del nombre • por los estigmas sociales • no responde ______________________________ • no tiene nada que ver • • • • •
lo que define es la personalidad uno no elige su nombre todos los tocayos son diferentes el nombre no importa no responde
22,5% 2,5% 5,0% 70,0% ______________ 17,5% 17,5% 12,5% 5,0% 7,5% 40,0%
4. De 40 personas, 23 opinan que el nombre puede llegar a convertirse en un nuevo atributo a calificar positiva o negativamente, pues para ellos algunos nombres podrían considerarse un defecto por varias razones (opiniones muy divididas): algunos están socialmente estigmatizados, hay unos que son raros o no tienen una buena sonoridad, algunas combinaciones pueden generar burla. (ver gráfico 5 y tabla 3)
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Tabla 3 (Origen: Estudios propios) Justificación
porcentaje •
Por qué si
Por qué no
hay nombres estigmatizados • hay nombres muy raros • hay nombres que suenan feo • hay nombres que generan risa • no responde _______________________ • el nombre es sólo una etiqueta • el nombre es algo ajeno a la persona • no responde
10,0% 12,5% 12,5% 15,0% 50,0% ______________ 7,5% 27,5% 65,0%
5. Una de las intenciones de la encuesta era ver qué tipo de agentes sociales influían en la elección del nombre, así que se les preguntó a los encuestados por la fuente de la que habían extraído o extraerían los nombres para sus hijos. De los 40 encuestados, 9 dijeron que los nombres que eligieron o elegirían para sus hijos provienen de alguien conocido que se llama así, 8 tomaron o tomarían como fuente la televisión, 6 el cine, y 5 nombres de personajes famosos y bíblicos. (Ver gráfico 6)
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6. Con la intención de verificar si la estructura de los nombres (nombre+ apellido) posee un grado de estigmatización social y se puede convertir en una marca que determina la clase social, en el cuestionario había una pregunta en la que los encuestados debían jerarquizar en un organigrama empresarial a unas personas sólo por lo que le suscitara su nombre… Es importante decir que esta fue una de las preguntas que más le aportó al objetivo del estudio.
Fue así como se obtuvo que: •
un nombre completo que conste de nombre en inglés + apellido en inglés como Edward Banks (vea tabla 4), tiene un grado alto de estimación social. El 60% de los encuestado piensa que él tendría que ser el presidente de la compañía y el 20% opina que debía ser el gerente, tan sólo un 5.5% lo ubicó en los peldaños más bajos de la jerarquía.
•
un nombre completo que conste de nombre en español + segundo nombre en español + apellido en español como Juan Alejandro Guerra (vea tabla 4), tiene un alto grado de estimación socioeconómica, pero ésta no supera al quien por su nombre completo parece ser 100% 17
extranjero. El 40% de los encuestados piensa que él tendría que ser el gerente de la compañía y el 27.9% opina que podría ser el jefe de recursos humanos, el 12.5% lo situaría como presidente y el 20% de los encuestados lo ubicaron en la parte baja del organigrama. •
un nombre completo que conste de nombre en español + segundo nombre en español + apellido extranjero (aunque es común en Colombia) como Ana Lucía Sanín (vea tabal 4), tiene también un alto grado de estimación socioeconómica aunque no tanto como quien se piensa es 100% extranjero.
De esta manera, el 32% de quienes
participaron en la encuesta dicen que ella tendría que ser la Jefe de recursos humanos, el 25% opina que es la gerente de la compañía, el 20% que la presidenta y el 22.5% la ubica en los cargos bajos del organigrama. •
un nombre que conste de nombre en inglés + apellido en español como Wilderson González o nombre extranjero + segundo nombre en español + apellido en español como Yeimy Natalia Acevedo (vea tabal 4), tienen muy bajo grado de estimación socioeconómica, al parecer portar un nombre con estas características ubica a las personas en la clase social baja inmediatamente. A ambos nombres el 80% de los encuestados los ubicaron en los cargos de Operario y secretaria. Tabla 4 (Origen: Estudios propios) JERARQUÍA ORGANIGRAMA EMPRESARIAL SEGÚN EL NOMBRE presidente gerente jefe de recursos humanos Edward Banks secretario(a) Operario _______________________ presidente gerente jefe de recursos humanos Yeimy Natalia Acevedo secretario(a) Operario _______________________ presidente gerente jefe de recursos humanos Juan Alejandro Guerra secretario(a) Operario _______________________ presidente gerente Wilderson González jefe de recursos humanos secretario(a)
PORCENTAJE 60,0% 20,0% 12,5% 2,5% 5,0% 0,0% 10,0% 10,0% 70,0% 10,0% 12,5% 40,0% 27,5% 5,0% 15,0% 7,5% 7,5% 15,0% 7,5%
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Ana Lucía Sanín
Operario _______________________ presidente gerente jefe de recursos humanos secretario(a) operario
62,5% 20,0% 25,0% 32,5% 17,5% 5,0%
CONCLUSIONES GENERALES
Algo que definitivamente dejó claro el sondeo de opinión es que en Medellín se ha establecido a partir del nombre una nueva brecha entre las clases sociales, pues aunque los encuestados opinaron que el nombre propio no define en ninguna forma a las personas, todos ubicaron en un organigrama empresarial a unos individuos de acuerdo al único dato que aparecía en su hoja de vida, el nombre. No obstante, dicha conclusión no sólo se logró a partir de los resultados de la encuesta; últimamente tanto el cine como la literatura, la radio y la televisión, se han permitido exhibir este fenómeno en sus producciones, de hecho, éste se ha convertido en uno de sus principales recursos a la hora de crear personajes de distintos niveles económicos.
Pero aunque esta fue la hipótesis que provocó el presente estudio y por lo tanto debería ser la conclusión final, esta vez sólo será el inicio de un análisis sobre otros dos aspectos que se pusieron a la luz en el proceso investigativo:
1. DIFERENCIACIÓN DE CLASES:
Algo interesante de todo este asunto de los nombres fue ver cómo en la diferenciación de clases sociales no sólo está marcado ese habitus de clases al que se refiere Bourdieu, cuando habla del “conjunto de intereses, gustos y hábitos que los miembros de una clase adquieren bajo las condiciones materiales y simbólicas de existencia en las que han crecido” (Herrera, 2011: Pág. 144); sino que también hay una lógica de comportamiento que hace que las clases tiendan a apartarse. Es así como aunque las personas que se encuentran en los peldaños bajos de la escala socioeconómica puedan subir y alcanzar el nivel de dinero de las altas, éstas últimas siempre van a intentar 19
generar otro tipo de agentes diferenciadores, en este caso el sistema de nominación.
“Mientras en Medellín las personas de estratos bajos se apropiaban de algunos nombres anglosajones como William, Anderson y Yulieth 9, los que pertenecían a los altos decidían entonces volver a los nombres de antes, a los nombres bíblicos” (L.A. Calle, comunicación personal, 29 de julio de 2012)
2. IMPORTACIÓN DE CULTURA:
Antes de iniciar, es imprescindible traer a colación el significado de la palabra cultura; según Stuart Hall “la cultura no es una práctica, ni la descripción de la suma de hábitos y costumbres de una sociedad. La cultura para a través de todas las prácticas sociales y es la suma de sus interacciones (…) en ésta caben todos los significados y valores que surgen y se difunden entre las clases y grupos sociales” (Wolf, 1991: Pág. 121). Ahora bien, teniendo claro este concepto, se puede pasar a hablar de los nombres como un producto cultural de obligatorio 10 consumo, y es precisamente desde esta perspectiva que se debe observar todo este fenómeno.
“El modelo extranjero es muy seductor para los colombianos porque realmente ellos no tienen un modelo propio, es más se podría decir que no poseen una cultura propia, porque es copiada; entonces en esta dinámica de copiar, ellos, sólo por el hecho de querer pertenecer a un país tan próspero como Estados Unidos, copian algo tan básico como es el nombre, y eso les proporciona orgullo, eso les da estatus, o por lo
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La escritura de Yulieth, es una deformación gramatical del nombre Julieta. En Colombia se acogió este nombre no como el morfema sino como el fonema del inglés de Julieta. 10 obligatorio porque, como se pudo ver en páginas anteriores, las sociedades los necesita para poder eliminar la colectividad. Además el nombre posee una importancia jurídica que hace que aquel que no tenga un nombre, no exista para el Estado.
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menos eso es lo que piensan.” (L.A. Calle, comunicación personal, 29 de julio de 2012)
El principal problema de los colombianos es el hecho de no tener identidad, de no tener una cultura, de no tener cierto grado de sentimiento nacionalista hacia su tierra. El colombiano en realidad no quiere ser colombiano, entonces es él mismo el que permite que otras culturas entren e invadan su territorio. Si algo genera admiración es una nación que posea una cultura capaz de crear modelos propios, sin copias; una cultura tan fuerte que genere envidia en las otras y que incluso se convierta en objeto de exportación. De hecho, se podría asegurar que las llamadas potencias mundiales lo son porque todas poseen culturas como estas, culturas de exportación.
Entonces es por todo esto que en Medellín se puede encontrar fácilmente un Henry, una Kelly, un Jason 11 o, en el peor de los casos, un Onedollar; porque allí no sólo se consumen productos culturales ajenos, sino que la falta de criterio hace que, a veces, no se haga consciencia del tipo de elementos extranjeros a los que se está haciendo alusión. En Colombia la educación pública (que es el tipo de educación al que tienen acceso los estratos bajos, o sea, la mayoría de la población) no se ha preocupado por concederle criterio a la gente, no se ha preocupado ni siquiera por implantar una forma de pensar que esté a favor de la creación y no de la copia.
Mientras el modelo educativo no cambie su modus operandi, los colombianos van a seguir identificándose con un país como Estados Unidos, un lugar donde, según dicen los medios de comunicación, todo es mejor porque hay más dinero.
“Tanto que se ha hablado de independencia y es evidente que aún no lo somos, por eso copiamos y por eso nuestros referentes no están aquí
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o su variante gramatical colombiana Yeison
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sino en otra parte.” (L.A. Calle, comunicación personal, 29 de julio de 2012)
REFERENCIAS • •
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