Calidad, Inocuidad y unidad, crecimiento de los mangos de Sinaloa.
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a producción de mangos en el norte de Sinaloa (México) se caracteriza por abanderar tres parámetros como son la calidad, inocuidad y la unidad del sector, que han contribuido decisivamente en el crecimiento de este cultivo en esta región mexicana. Para comprender mejor el cultivo en el norte de Sinaloa, nos aporta su conocimiento y experiencia Daniel Ibarra Lugo, presidente de la Asociación de Productores Exportadores de Mango de la zona libre de la mosca de la fruta en el Norte de Sinaloa.
Campaña Mangos Zona Norte de Sinaloa.
En relación a la campaña de esta temporada, Daniel Ibarra comenta: “la campaña de la zona norte de Sinaloa va a comenzar en un par de semanas. Empezamos con las variedades tempranas que son Ataulfos y son Tommys. Tenemos buenas expectativas en la producción. El año pasado no nos fue muy bien en el tema de la comercialización por la cuestión de los tamaños que tuvimos, ya que nuestra zona es la última zona de México y es subtropical, y no tropical, siendo el mango una producción tropical, aquí la forzamos a producir y no nos produce tamaños tan grandes en estas variedades indicadas anteriormente. Sin embargo, en las otras variedades tardías como son Kent y Keitt nos dan calibres muy grandes”. “Volviendo al tema de la campaña en la zona norte, la vemos positiva y un buen desarrollo de la fruta, creemos que vamos a tener este año unos calibres un poco más grandes que el pasado año, y como la gran mayoría de los huertos de aquí son de riego, y eso nos ayuda a que la fruta crezca. En estos momentos, estamos muy conscientes de la situación de las otras zonas productoras del país, que ha sido un año muy seco, y en nuestra zona también ha sido seco, pero como son zonas de riego la fruta se ha regado en su mayoría, aunque no todos pudieron regar, pero esperamos un buen desarrollo”, añade Daniel Ibarra.
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En relación al crecimiento del mango en el norte de Sinaloa, el líder de esta asociación apunta que “tenemos una superficie plantada de 8.000 hectáreas. En producción tenemos aproximadamente 5.000 hectáreas. De hecho, hemos estado creciendo muchísimo. En los últimos seis años hemos estado creciendo a un ritmo grande, ya que había 4.000 hectáreas y ahora tenemos 8.000 hectáreas”. Además, añade también que “en nuestra zona no hay ningún procesador de frutas, y a diferencia de otras zonas productoras cuando empieza a madurar el mercado empiezan a haber otros nichos de oportunidad, los cuales todavía no se han dado en esta zona. En mi opinión, por mi conocimiento y el historial de las otras zonas, va a llegar un momento que la fruta va a tener un valor económico para que sea la materia prima para procesadores, y de esta manera comiencen otro tipo de negocios en esta zona”.
Retos y Desafíos.
En cuanto a los retos y desafíos, Ibarra comenta: “uno de los desafíos que tenemos en esta zona, que comenté anteriormente, es que como somos una zona subtropical no hay lluvias, pues las precipitaciones vienen de la sierra de otras zonas, y el agua se trae canalizada. Si no hay agua este verano por así decirlo, y no se llegan las presas, se corre un gran riesgo para todos los productores de la zona, ya que no hay sistemas de riego óptimos, todo es riego de gravedad. Si no tuviéramos agua, están en riesgo las mismas plantaciones que ya tenemos”. “Muchas personas no han querido tecnificarse en los sistemas de riego, y aunque sí se han puesto no han tenido los óptimos desempeños, y esa es la razón, por lo que muchos los han puesto y los han retirado. Creo en lo personal, que esto se ha producido porque no se pusieron los sistemas de riegos adecuados, y tuvo un mal sabor de boca, y bajos rendimientos en campo”, destaca Daniel Ibarra.
Comercialización.
En el capítulo comercializador, este experto en el mundo del mango apunta que “nuestra producción en su mayoría va destinada al mercado de Estados Unidos, así como Canadá. Hay envíos a Europa y Asia, pero es muy poco lo que se envía, y además estamos limitados por la vía marítima. Casi todos los envío son aéreos, y son de poco volumen. Los envíos marítimos en esta zona tardan muchísimo en llegar a su destino, pues estamos muy al norte del país, tardamos mucho en llegar a los puertos que tienen mayor eficiencia y menor tiempo de tránsito, y esto hace que llegar a Europa vía marítima tarde como unos veinticinco días, y eso es muchísimo tiempo para la fruta”. “Desde hace cuatro o cinco años ha estado creciendo el envío aéreo como otra opción, de hecho estamos muy cerca de un puerto, que es el puerto de Topolobampo, al que no se le ha sacado el provecho adecuado. De hecho para enviar a Japón se hace dese Long Beach, es decir vía terrestre de desde nuestra zona hasta California, y desde allí vía marítima. Y aunque estamos pegados literalmente a un puerto y los días de tránsito no son los óptimos, y además no hay otros productos perecederos al mismo tiempo que los nuestros, para que valga la pena tener una línea que haga el trabajo, pues no va a querer por muy pocos contenedores. El reto logístico nos complica la búsqueda de nuevos mercados tanto en Europa como en Asia”, apunta Daniel Ibarra.