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VIDA VERDE

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D E C Á L O G O E C O P A R A U N 2 0 2 2 M Á S S O S T E N I B L E

Vivirenclavesostenibleconllevaunagranresponsabilidad,perotambiénunagransatisfacción,ysisabes cómonotieneporquésuponerunesfuerzo.Tantosiyahasempezadoconlarevoluciónverdedeldíaadía como si aún te falta dar un paso más, estas ideas te ayudarán a que tu 2022 sea un año más sostenible.

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POR JOSÉ F. LÓPEZ-AGUILAR

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Materia orgánica

Minimizar la eliminación de residuos biodegradables en los vertederos es crucial para evitar la formación de metano. Así lo ha declarado la Comisión europea como su gran objetivo para este año, y todos podemos participar de él. ¿Cómo? Separando correctamente los residuos orgánicos de casa en el contenedor marrón. Algo tan sencillo implica reducir los graves impactos ambientales generados en los vertederos y a la vez favorecer la producción industrial de compost. El compost es el abono natural que se obtiene del reciclaje de la materia orgánica y solo es posible si participamos en la recogida selectiva de los residuos domésticos. Igual que tenemos interiorizado separar el vidrio o el cartón, es el momento de terminar de dar el paso con la orgánica.

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No más palma ni soja

Este año se pone en marcha el plan de la Unión Europea para evitar los productos que provocan deforestación, por lo que conviene que vayas adelantando deberes. La soja y el aceite de palma son los grandes devoradores del bosque tropical tanto del Amazonas como de Asia y África, donde existe una regulación muy débil. Así que no solo las maderas tropicales suponen un grave impacto en la desaparición de la selva, sino que cuando comemos chocolate o carne de vacuno nos estamos comiendo un trozo de bosque. Pongamos mucha atención a las etiquetas para que no caigamos de manera inconsciente en la trampa. Una pista es desconfiar de productos muy baratos, marcas no reconocibles o con mala reputación.

Tecnología, la justa

Aceptémoslo: no necesitamos tantos aparatos. La tecnología nos ha ayudado mucho, pero ha llegado el momento de decir basta. Y no únicamente por el gasto que supone cambiar continuamente de móvil o de incorporar nuevos dispositivos incesantemente, sino por el insostenible proceso de fabricación y materiales que requieren. La electrónica necesita minerales escasos y que se obtienen de zonas en conflicto de África y Asia, los cuales son extraídos sin ningún respeto ni al medioambiente ni a las personas. En este sentido hay iniciativas que tratan de regular la minería del coltán por ejemplo, pero no es la norma. Cada vez que tengas un aparato electrónico delante, plantéate si es necesario y que junto al coste económico hay una enorme cuenta pendiente social y ecológica. En la imagen, colección de escritorio Nomad Box, de Skagerak.

Reduce el plástico

Nos acercamos al primer hito marcado por Europa en la reducción y reciclado de los plásticos de envase. En 2025 deberían reciclarse el 50% de los residuos y actualmente rondamos el 10%. Es una situación realmente complicada que supondrá multas a nuestro país por su incumplimiento. Por eso, entre todos debemos, por un lado, tirar al contenedor amarillo todos los envases de plástico que utilicemos y, por otro, y no menos importante, reducir tanto como sea posible. Poniendo un poco de atención veremos que es posible evitar envases y sobreembalajes innecesarios. Colección de cerámica de Ottolenghi para Serax.

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Eficiencia energética

Este año no puede quedar una sola ventana que no cierre bien, una cubierta sin aislar o un equipo de climatización que dispare la factura energética hasta cotas insoportables. Es ecología, pero piensa que también es economía. La rehabilitación energética es una de las estrategias que mejor aúna la reducción de emisiones de CO2 y la amortización económica. Y no pienses que solo puede afrontarse desde la obra mayor. En primer lugar, revisa que las ventanas no sean una fuga y si es así con un cambio por ventanas con carpinterías con rotura de puente térmico y doble vidrio notarás una mejora inimaginable. Revisa los equipos de calefacción y aire acondicionado y sus consumos, y si es necesario sustitúyelos por alternativas eficientes. Proyecto Hill House, del estudio Edition Office.

Consume de alquiler

¿De verdad quieres seguir teniendo cosas? Puede parecer un poco rara la pregunta, pero más allá de la certeza de que no es más quien más tiene está la cuestión de por qué tenemos que poseer tantos objetos si en la gran mayoría de casos lo que de verdad se busca es su uso. En este sentido escoger algunas de las numerosas iniciativas de alquiler de todo tipo de bienes es una apuesta por la sostenibilidad del sistema y también por racionalizar gastos de mantenimiento, espacio de almacenaje y la posibilidad de poder cambiar de modelo de ropa, de coche, de herramienta de bricolaje o de juguetes para los niños cada vez que quieras sin que suponga un consumo de recursos y una carga de residuos para el planeta. Diseños de Isist Atelier.

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Desconecta de la red

Internet contamina. Es un hecho que cada vez está más claro, y a la vez cada vez es más difícil desligarnos de las plataformas de streaming, el envío de correos, conectarnos a las redes sociales… Un buen propósito de año nuevo puede ser desconectarnos de las horas superfluas de internet, de los atracones sin sentido de series y de los mensajes absurdos reenviados una y mil veces. Cada byte que se envía, cada clic tiene su pequeña huella de carbono que multiplicada por miles y miles de millones de clics ha convertido internet en una industria más contaminante que toda la aviación comercial. Para reducir la huella de carbono personal un pequeño e importantísimo paso es usar menos internet.

Más bici todavía

El año pasado se batió el record de venta de bicicletas y eso es una buena noticia. Este año toca seguir usándola tanto como sea posible para evitar los malos humos de los coches privados. Más bicicleta es menos emisiones nocivas y más salud, y por supuesto más ahorro. De nuevo podemos seguir corroborando cómo las acciones en clave de sostenibilidad no solo son buenas para el planeta, sino que de manera directa son beneficiosas para nosotros. Y como no siempre es posible moverse a pedal, tenemos el transporte público para suplir las distancias no asequibles y en última instancia el vehículo privado. Pero, en este caso, tratemos de que esté lo más ocupado posible. Kit Bike, de Lucid Design.

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Calcula tu huella

No siempre somos conscientes del impacto de nuestros actos, y es normal. Mirarse en el espejo de la sostenibilidad es un gran paso para saber qué hacemos bien y en qué ámbitos podríamos mejorar para llevar una vida más alineada con un planeta saludable. La diagnosis ambiental es una herramienta que está extendiéndose y que es de gran utilidad tanto para entender qué impacto tiene nuestro estilo de vida sobre el medioambiente como para comprender qué actitudes encajan mejor con nuestros deseos. A veces no es tan difícil reducir nuestro impacto, pero hay que saber cómo y, sobre todo, en qué debemos cambiar. Es una de las misiones del año y, a la vez, una actividad divertida la de medir la huella ecológica de nuestra dieta, transportes, ocio…

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Somos lo que comemos

La alimentación es clave para alcanzar una vida sostenible. Consumir carnes y alimentos procesados es algo que ya sabemos que no es bueno para la salud y tampoco lo es para el planeta. Si no lo has hecho ya, este año sería un gran paso reducir la cantidad de carne en la dieta y avanzar hacia el alimento de temporada, lo más cercano posible y lo más natural. Y, en la medida de lo posible, buscar alimentos con sello bio que garantiza su procedencia de agricultura orgánica, lo que de nuevo es doblemente bueno porque al tener limitados los pesticidas contamina menos y no resulta nocivo para la salud. Una dieta equilibrada y saludable es la mejor manera de reducir las emisiones de carbono y la contaminación. Mesa Hven, de Skagerak.

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