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EVASIÓN

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VIDA VERDE

VIDA VERDE

R E T I R O E S P I R I T U A L

El interiorista francés Luca Madani, su socia Samantha Hauvette y su pareja Marine Gabily han creado el retiro perfecto lejos del mundanal ruido en Perche, a dos horas de París. Una pequeña aldea de cuatro casas revive ahora bajo sus buenos oficios con el nombre de Le Moulin y una filosofía slow decorativa y vital. Es su casa de fin de semana, pero también la comparten y la alquilan.

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POR ISABEL MARGALEJO FOTOS: LUCA MADANI

La casa principal está dividida en dos pisos: abajo, el salón, separado por arcos del comedor y la cocina; arriba, dos dormitorios. Entre todos los edificios suman 300 metros cuadrados. En la zona de estar, sofás y mesitas de Bolia. El suelo de mosaico es el original recuperado. En la otra página, uno de los dos dormitorios de La Bergerie, donde antiguamente se guardaban las ovejas, otra construcción de dos plantas con dos dormitorios y un baño.

D

ice el refrán que en casa del herrero, cuchillo de palo. La sabiduría popular aquí se equivoca, porque en el proyecto deLeMoulin,lacasadelinterioristaLucaMadani,estehaechadoelresto.Senotalasolturaadquiridaduranteonce años junto a su socia Samantha Hauvette haciendo, bajo la unión de sus apellidos (Hauvette Madani), residencias y hoteles-boutique sobre todo en París. Luca y Marine, su pareja, decidieron buscar una casa en el campo y la encontraron en el condado de Perche, a dos horas en coche de la capital francesa. “En realidad son cuatro edificios que formanunapequeñaaldea.Nadamásentrar,uncobertizoparaelganado,unapequeñaconstruccióndedosplantas,la casa principal, el molino y el taller” , explica Luca. Deshabitada desde hace más de un siglo, entre los tres decidieron

En esta página, el salón de la casa principal, con chimenea de azulejos artesanales españoles. Junto a ella, banco y panelado de castaño del estudio y taburete de cerámica y lámpara, ambos de Serax. Sillas Baumann de mercadillo. Arriba, uno de los baños en el mismo edificio. En la otra página, las cuatro construcciones que forman Le Moulin, dos detalles del salón y Luca Madani y Marine Gabily, sus propietarios. “Queríamos crear una ‘fábrica de memorias’ , un lugar donde reunirse y reconectar con lo esencial, con la familia y los amigos.

Aquí, con el río discurriendo junto a nosotros, encontramos esa sensación de evasión” , dice el interiorista.

darle una nueva vida aplicando el concepto de slow living: muebles de mercadillo, mucho upcycling y piezas de artesanos. Antes tocó una reconstrucción complicada por la climatología y la lejanía del acceso a la carretera, a más de 300 metros. “Fue un momento emocionante cuando estuvieron colocados el suelo y los tabiques, dejando ver las futuras habitaciones. Estar en un valle rodeado de naturaleza es muy reconfortante. Te sientes tranquilo y alejado de todas las preocupaciones de la vida cotidiana; es un remanso de paz” . Por eso han querido compartirlo: Le Moulin se alquila para retiros de yoga o, como ellos dicen, “tribus deseosas de escape” . Un pozo propio, un huerto con manzanos,elríoenlapuertaydoshectáreasdeterrenoayudanalbeatusille–laalabanzadelavidasencilla–deldiseño.

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