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Los huesos de la democracia
El Equipo Argentino de Antropología Forense inició sus tareas de búsqueda de desaparecidos en 1984 y en estos 39 años lograron identificar más de 800 personas. Darío Olmo, miembro fundador de la asociación civil, nos invita a conocer los desafíos y logros alcanzados, demostrando el innegable aporte del EAAF en la reparación y sostenimiento de nuestra democracia.
SALSIPUEDES identificaciones, que eran excepcionales en esa época. También era muy atractivo colaborar con Clyde Snow, un antropólogo forense norteamericano muy carismático que vino con un grupo de especialistas cuando conoció la situación argentina.
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Darío Olmo es antropólogo y profesor de la UNC, además de participar en el rectorado del Centro Universitario de Estudios Sociales de la Universidad provincial. Fue miembro fundador del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), donde ejerció la presidencia durante seis años.
Como integrante del EAAF, intervino en todo Sudamérica, llegando incluso a lugares remotos como Kosovo o El Congo. Participó en la recuperación del Che Guevara en Bolivia, de la exhumación de Laura, la hija de Estela de Carlotto, en La Plata y del brigadier Juan Bautista Bustos, en Córdoba. Se mudó a nuestra provincia en 2002 y vive actualmente en Villa Los Altos, Salsipuedes.
Realizó sus primeras excavaciones en abril de 1985, siendo estudiante de Antropología en la Universidad de La Plata, cuando todavía el EAAF no existía como tal. En 1987 la justicia federal empezó a hacer lugar a las denuncias por enterramientos clandestinos en los sectores NN de los cementerios y ahí es cuando el equipo decide conformarse como asociación civil, condición necesaria para recibir apoyo económico de fundaciones internacionales.
EM: ¿Y los aportes de identidad por ADN cuándo comenzaron?
DO: Mucho después. A raíz del atentado del 11 de septiembre de 2001, los métodos de comparación de material genético se desarrollaron mucho. El Dr. Carlos Vullo, genetista cordobés, aprendió rápidamente esas técnicas y en 2003 tuvimos las primeras identificaciones por coincidencia entre muestras de hueso y sangre, lo cual nos entusiasmó mucho.
Luego tuvimos una financiación de Estados Unidos para hacer comparaciones masivas sobre la gran cantidad de muestras de sangre de familiares de desaparecidos recabadas a lo largo de ese tiempo. De tener un par de identificaciones por año, pasamos a tener entre 60 y 80, un cambio muy dramático.
“En Argentina fue muy vigoroso el compromiso de la sociedad con la recuperación democrática. Aún así, me parece que llegamos a los 40 años con muchas deudas pendientes”
Con el tiempo, el EAAF se instaló como referencia internacional, extendiendo su tarea a más de 60 países. Recientemente, a nivel nacional, el equipo trabajó en casos de gran repercusión, como fueron los de Facundo Astudillo y Santiago Maldonado, y hoy en día se encuentra dedicado a la búsqueda de la docente cordobesa Anahí Bulnes.
El Milenio: ¿Cuáles fueron los primeros espacios en los que trabajaron?
Darío Olmo: En 1985 un grupo de siete estudiantes de Medicina y Antropología empezamos a trabajar en los sectores NN de los cementerios públicos del gran Buenos Aires, Mar del Plata, La Plata y Bahía Blanca.
Nos gustaba el trabajo y nos impresionaba mucho cuando se producían las
EM: ¿Y cómo fue su llegada a Córdoba?
DO: Llegué en 2002 para investigar la presunta fosa común del cementerio San Vicente. Habíamos presentado un proyecto a la embajada de Holanda en Argentina, que aceptó financiarlo (nuestra mayor financiación siempre vino de Holanda, países escandinavos y fundaciones norteamericanas).
Nos faltaba un socio cordobés para no tener que desplazar tanta gente y equipo y lo encontramos en el Museo de Antropología de la Facultad de Filosofía y Humanidades. La decana, Carolina Scotto, nos dio su apoyo irrestricto. Para nosotros fue una experiencia poco frecuente y muy grata por la colaboración que tuvimos desde el Juzgado Federal 3, la fiscalía, el poder ejecutivo, los gremios y sobre todo los organismos de derechos humanos, que en Córdoba son muy potentes y organizados.
EM: ¿Cómo continuó el trabajo a partir de ahí?
DO: En 2004 encaramos prospeccio - nes sistemáticas en los campos militares alrededor de La Perla, donde estuvimos excavando casi diez años. Sólo encontramos algunos restos óseos entre los sedimentos de un viejo horno de cal en la estancia La Ochoa, donde se identificaron cuatro personas. Es una muestra minúscula de lo que pasó allí, pero aparentemente hubo una remoción y traslado de restos a otros sitios. Para nosotros los desaparecidos de La Perla siempre van a ser un pendiente y algo a lo que no vamos a renunciar.
EM: ¿Se siguen encontrando cuerpos de personas desaparecidas por la dictadura?
DO: Cada vez menos, hoy los trabajos tienen que ver con denuncias puntuales. Lo cierto es que se ha excavado muchísimo. Se pudieron identificar alrededor de 800 personas, es un número altísimo.
EM: También participaron en el reconocimiento de los cuerpos de los caídos en Malvinas…
DO: Fue una honra muy grande que el Reino Unido y Argentina acordaran que nuestro equipo participara en esas exhumaciones y más aún que los testeos genéticos se hicieran en un laboratorio de Córdoba. Además, el trabajo fue coordinado por Morris Tidball-Binz de la Cruz Roja Internacional, casualmente un miembro fundador del EAAF y nuestro primer presidente.
EM: ¿Cómo fue la relación del EAAF con los gobiernos democráticos en estos 40 años?
DO: Puedo decir que todos nos defraudaron de manera pareja y a todos hay que reconocer alguna virtud. El gobierno de Alfonsín hizo todo lo que pudo para que no pudiéramos constituirnos como equipo. Con la ley de Punto Final parecía que nuestro trabajo dejaba de tener consecuencias penales.
Durante el gobierno de Menem pudimos acceder al archivo de la CONADEP, lo cual facilitó nuestras investigaciones, y como obteníamos reconocimiento en el exterior, no nos hostigaban tanto. Durante la presidencia de Duhalde el equipo fue declarado de interés nacional y en los gobiernos de la familia Kirchner hubo un apoyo económico muy importante.
Lo que nosotros hacemos es bastante marginal, en el mundo las organizaciones de derechos humanos no tienen la misma llegada. En Argentina fue muy vigoroso el compromiso de la sociedad con la recuperación democrática. Si uno compara los procesos de reparación y de juicio a los responsables, la nuestra realmente es una marca muy difícil de igualar, aunque igual me parece que llegamos a los 40 años con muchas deudas pendientes.
Redacción: Carlos Romero . carlosromero@elmilenio.info . Producción: Martina Trossero, Ámbar Meoniniz y Bautista Juárez (5to IMVA). Manuela García, Valentín Guibert y Lautaro Cravero (5to IENM).