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Escribir cuando no hay remedio
Germán Ferrer trabajó gran parte de su vida como abogado, pero su pasión siempre estuvo ligada a la escritura. Así nacieron títulos como “Laberintos del destino” y “De utopías y naufragios”, entre otros. El vecino de Mendiolaza comenta que, gracias a sus escritos, pudo pararse ante el mundo y decir “esto soy yo”.
MENDIOLAZA que bajar de urgencia. Fue una cuestión muy fuerte que me marcó mucho.
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Aunque su trabajo como abogado le trajo muchos años de bienestar y satisfacción personal, para Germán Luis Ferrer, vecino de Mendiolaza, lo mejor que hizo a sus cincuenta y pico fue darse la oportunidad de animarse y perseguir su sueño de ser escritor de novelas.
A partir de las aventuras y experiencias que le tocaron en su camino, Ferrer pudo cuestionarse y plantearse cuál era la marca que quería dejar en esta vida. “Uno tiene que animarse a desnudarse delante de todo el mundo y decir ‘esto soy yo’. Si escribo, es porque algo tengo que transmitir”, sostuvo en una charla con El Milenio.
Los otros dos libros publicados son ficciones. “De utopías y naufragios” tiene que ver con la experiencia de volver a la democracia después de la dictadura militar. No lo considero un libro político ni incursiona en cuestiones de esa índole, sino que tiene que ver con la ilusión, la esperanza y las utopías de una generación que se fueron desmoronando.
El tercer libro que publiqué, “Entre la locura y la muerte”, tiene que ver con las dificultades que suelen plantearse en las relaciones entre padres e hijos o entre adultos y jóvenes.
“Uno escribe porque tiene la necesidad de decir algo.
Quizás el lector no lo advierte, pero cuando escribo, me encuentro. Y descubro tanto mis cosas buenas como mis propias miserias”
Ahora, ya con cinco libros en su haber, Germán navega entre aventuras que vivenció en primera persona e historias de no ficción enmarcadas en los primeros años del regreso de la democracia en Argentina.
El Milenio: ¿Cuántos libros escribiste y de qué tratan?
Germán Ferrer: Tengo escritos cinco libros, cuatro de ellos ya publicados. Uno es mi tesis doctoral, el cual no diría que es literatura sino más bien un texto técnico y jurídico. Fuera de ese trabajo tengo otros tres libros publicados que son “Laberintos del destino”, “De utopías y naufragios” y “Entre la locura y la muerte”.
El primero es una crónica de no ficción que habla sobre una expedición de montaña a la que fui con mi esposa. Ella tuvo un accidente cerebrovascular a casi 5000 metros de altura y hubo
“Laberintos del destino” está basado en una aventura que el escritor vivió en carne propia. Foto gentileza.
Hay un paralelo entre dos personajes principales con dos historias que luego se entrecruzan.
EM: ¿Cómo llegaste a la escritura viniendo de la abogacía?
GF: La relación entre las letras y el derecho siempre estuvo ahí. Creo que para cualquier abogado escribir es algo habitual, porque estás familiarizado con el lenguaje, además de ser una herramienta necesaria.
Aunque en realidad considero que mi conexión con la escritura tiene que ver más con la lectura: cuando uno empieza a apasionarse con lo que lee, se da cuenta que uno también tiene muchas cosas adentro que quiere decir.
EM: ¿Qué es lo más complejo al momento de escribir una novela?
GF: Para escribir, desde mi punto de vista, lo más difícil es animarse a exponerse. Yo siempre digo que uno tiene que animarse a desnudarse delante de todo el mundo y decir “esto soy yo”, porque incluso al escribir ficción, aunque uno utilice un personaje, ese personaje transmite cosas personales.
Uno escribe porque tiene la necesidad de decir algo. Eso que uno tiene para decir, es algo que tiene adentro y lo saca a través de un personaje, a través de una situación. Quizás el lector no lo advierte, pero cuando escribo, me encuentro y descubro tanto mis cosas buenas como mis propias miserias.
EM: ¿Cómo fueron tus experiencias con tus publicaciones?
GF: He encontrado muchas satisfacciones en el haber publicado y recibido hermosas devoluciones de los lectores. La primera edición de “Laberintos del destino” fue de tan solo 900 ejemplares y de los otros libros hice tiradas de 400. Poco o mucho, para mí fue una gran satisfacción tener ese objeto entre mis manos y decir “Acá está, lo escribí y me animé a publicarlo”.
Lo más cerca de ser una celebridad de la literatura que me he sentido, fue una vez escalando una montaña, cuando unas personas me reconocieron porque habían leído “Laberintos del destino”. Nos pidieron sacarnos una foto y estuvimos hablando un rato largo sobre el libro. Fue una linda experiencia.
EM: ¿Tenés alguna temática favorita o recurrente a la hora de escribir?
GF: No tengo una temática favorita para escribir, yo creo que van surgiendo cuestiones que, por distintos motivos disparadores, hacen que uno escriba algo. Me gusta mucho la ficción, pero en cuanto a sus posibilidades, las encuentro muy variadas. Mi primera obra se basó en una experiencia personal muy fuerte y esa sensación tenía que sacarla. Cuando me decidí a hacerlo, me senté y lo escribí de corrido, porque era algo que necesitaba expresar.
EM: ¿Qué lugar ocupa la escritura en tu vida y cuál es tu objetivo como escritor?
GF: Siento que la palabra “escritor” todavía me queda grande. Soy abogado y estoy cómodo con esa profesión. En cuanto a objetivos, me gustaría retomar un libro que ya tengo terminado y corregirlo o reescribirlo. Pero es algo que haré cuando sienta la necesidad de terminarlo, todavía me parece que quedan cosas inconclusas por resolver.
Ernesto Sábato decía que hay que escribir cuando no hay más remedio, cuando es absolutamente necesario, es decir, cuando uno tiene la necesidad absoluta de sacar afuera las cosas, porque escribir es algo desgarrador.
EM: ¿Cuál considerás que es tu mayor logro en relación a la escritura?
GF: Como escritor, me siento orgulloso de haberme animado a escribir, publicar y a enfrentar el mundo exponiéndome de esa manera, especialmente en el primer libro, porque ni siquiera tuve la necesidad de esconderme detrás de un personaje. En ese primer manuscrito mostré lo que descarnadamente soy, con mis sentimientos y mis miserias a flor de piel.
He recibido varias devoluciones de mis libros, gente que hasta me dice que le pareció algo fantástico, y me encanta conocer sus interpretaciones y ver todo lo que esa persona entendió, que va mucho más de lo que yo quise decir.
Redacción: Milagros Alcántaro . periodico@elmilenio.info
Fotografía: Lucía Argüello . luciaarguello@elmilenio.info