FA CE TAS CULTURA AL DÍA Crítica
El Cuarteto de Nos y el rock cáustico
Andrés Ricardo Duque Rincón Muestra itinerante
Fotografía de Daniel Rodríguez Sandra Patricia Lombana El cuento
Everardo
Godofredo Olivares Gaitán con su sobretodo y sombrero.
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POR ANDRÉS RICARDO DUQUE RINCÓN DOCENTE EN LENGUA CASTELLANA
IBAGUÉ, FEBRERO 24 DE 2013
Es de notorio conocimiento que en el escenario de la música rock hispanoamericana, son de gran acogida las agrupaciones musicales de los países de habla inglesa y solo algunas bandas de habla hispana han logrado alcanzar algún reconocimiento. De allí que los grupos de rock más conocidos en el ámbito latinoamericano provengan de unos pocos países, como los son; Argentina, México, Chile y España. Lo anterior solo indica el desconocimiento que se tiene de un sinfín de artistas que circundan nuestras fronteras y como el manejo dominante de los grandes sellos discográficos, marcan la clase de música que se emitirá por las emisoras. Dichas compañías musicales al poseer a lo largo de Latinoamérica una fuerte red de distribución, logran que sus cantantes sean los más escuchados y de esta manera imponen el tipo de música que escuchará la sociedad. No hay que olvidar que muchas de las agrupaciones que luego se adhirieron al catálogo de estas grandes compañías discográficas, empezaron en pequeños sellos discográficos independientes o costeándose sus propias grabaciones musicales y fue la calidad de su arte, el cual hizo que la gente los prefiriera y de este modo fueran fichados por las grandes compañías discográficas. Pues bien, lo anterior no se encuentra lejos de la realidad que tuvo que vivir la agrupación uruguaya, el Cuarteto de Nos y quienes alcanzaron notoriedad internacional, luego de 20 años de labor musical en su país. Dicho grupo fue creado en los albores de la década de los ochenta e inicialmente se halló integrado por los hermanos Musso y Santiago Tavella, más adelante se les unió Álvaro Pintos. En lo que tiene que ver con el nombre de dicha agrupación, Santiago Tavella, rememora como surgió tan extraña forma de llamarse y asegura; “fue el nombre que quedó de una larga lista puesta en el pizarrón (…) por mucho tiempo lo tomamos como un karma cargar con ese nombre horrible pero después nos dimos cuenta que no estaba mal, matemáticamente cierra (somos cuatro) y lo que hacemos es muy de nosotros, es más en nuestros comienzos teníamos la idea que solo a nosotros nos podía
Cuarteto de Nos
gustar ese tipo de cosas”1. Como todas las bandas musicales, se dieron a conocer interpretando versiones de sus bandas favoritas como The Beatles, Rolling Stones o Led Zeppelin, hasta que grabaron sus primeros temas y poco a poco se fueron convirtiendo en una banda popular en su país natal. El reconocimiento internacional lo alcanzó, relativamente hace poco, con su decimoprimera producción discográfica titulada Raro, del 2006. Como gran parte de las bandas musicales, el Cuarteto de Nos ha sufrido cambios entre sus integrantes y de esta manera, su guitarrista Ricky Musso abandonó el grupo y poco tiempo después se unieron a la banda Santiago Marrero, en los teclados y Gustavo Antuña, en la guitarra. A esta agrupación se le ha encasillado como alternativa2, por encontrarse lejos de las corrientes musicales establecidas y aunque solo pretenden realizar canciones de su agrado, las letras innegablemente causan a lo menos inquietud. Para Roberto Musso los textos de sus canciones son diferentes, ya que aborda los temas desde un punto de vista nada convencional y según su consideración. “En realidad nos han tildado como rock inteligente o rock intelectual, y lo cual me gusta… yo creo que, lo que veo y te digo, como responsable de las letras, me pareció siempre como que hay un estancamiento, un estándar o algo, como que hace que muchas propuestas sean
“Soy quien soy, no preciso identificación. Se bien de donde vengo y donde voy. Porque soy lo que soy y no quien quieras vos”.
Roberto Musso
queproviene delUruguay
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muy parecidas en lo que hay a la vuelta, y que el Cuarteto lo que tiene en sus letras es ese distanciamiento de la línea media”3. Quienes se adentren en este grupo reconocerán que ante ellos nada ni nadie queda a salvo, sus letras irrumpen crudamente en todos los terrenos de la vida y planean una verdad, que no muchos quieren oír. Para dicho grupo uruguayo lo único que salva al ser humano de esta vida anodina, es mantenerse fiel a sus principios y así lo plantean en la composición, breve descripción de mi personalidad, en el siguiente aparte: “La filantropía no está entre mis aficiones. Tengo varias adicciones y me hago cargo. No acepto sin embargo, si intentara adoctrinarme, yo quiero elegir con qué veneno envenenarme…y no traiciono mis principios, porque eso es lo primero, si naciste incendiario, no te mueras bombero”4… En su país de origen, causaron revuelo al desmitificar la figura patria por antonomasia del Uruguay, el general artigas, en su canción, el día en que Artigas se emborrachó y donde de manera virulenta se plantea: “El día que ar-
tigas se emborrachó, hizo cualquier cagada como un buen señor. Pero como ningún libro nunca lo contó, por eso ahora agarro y se los cuento yo…. ¡Se emborrachó! porque la guerra perdió ¡Se emborrachó! porque alguien lo traicionó ¡Se emborrachó! Y la patria se lo agradeció”5. Pero sus dardos no pararon allí y la canción, no somos latinos, lanza agudas reflexiones acerca de la ilusoria consideración de uniformidad entre los países latinoamericanos, desconociendo las enormes diferencias que se encuentran entre los habitantes de los países de Centroamérica y los del cono sur. En dicha canción plantean de manera mordaz que los uruguayos tienen más cosas en común con un rumano o un sueco que con un indio guatemalteco o un cholo boliviano. Por ello de manera tajante, reiteran en su coro: “No me jodan más no somos latinos. Yo me crié en la suiza del sur... pensarán que soy medio ladino o que vivo borracho de vino, quieren hacerme creer estos cretinos, que los uruguayos somos latinos”6. Así como las dos anteriores canciones, en la gran mayoría de las composiciones que pueblan la discografía de esta agrupación uruguaya, es innegable no sentirse sacudido por sus composiciones corrosivas y en cierta medida, cercana a la línea filosófica del Nihilismo7. He ahí la relevancia de dicha agrupación musical, al plantearnos de manera valiente e inteligente, una visión de la vida totalmente distinta y lejana a las propuestas facilistas y de melifluo proceder, que pululan en el mercado musical.
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1. Extractado de la página de internet: http://www.festivalesderock.com/node/2754 2. Etiqueta amplia a un estilo del género musical, que se ha creado desde finales de los años setentas para la música popular considerada como menos comercial y mayoritaria, y más autentica e intransigente (shuker, roy. rock total. editorial robinboock. barcelona. 2006. pág.179). 3. Extractado de la página de internet:http://musaplateada. blogspot.com/2010/03/entrevistaal-cuarteto-de-nos.html. 4. Extractado de la página de internet http://www.albumcancionyletra.com/ traducir_breve-descripcion-de-mi-persona_de_el-cuarteto-de-nos__164397.aspx 5. Extractado de la página de internet: http://www.mp3lyrics.org/e/elcuarteto-de-nos/el-dia-que-artigas/ 6. Extractado de la página de internet: http://artists.letssingit.com/cuarteto-denos-lyrics-no-somos-latinos-342zv2h. 7. El nihilismo (del latín nihil, “nada”) es la corriente filosófica que toma como base la negación de uno o más de los supuestos sentidos de la vida… el termino nihilista fue utilizado inicialmente por el ruso ivanturgenev en su novela padres e hijos: “nihilista es la persona que no se inclina ante ninguna autoridad, que no acepta ningún principio como artículo de fe”. (http://revistanada.blogspot. com/2012/06/que-es-el-nihilismo.html).
Llama Los antecedentes más remotos de esta palabra los hallamos en la raíz bhel-, que en las lenguas prehistóricas de los pueblos indoeuropeos, unos veinticinco siglos antes de nuestra era, significaba “brillar o quemar”. Esta raíz subsistió en palabras del griego clásico, como phlegein ‘encender’, ‘quemar’, y en el sustantivo phlox, phlogos ‘llama’, ‘fuego’ o ‘lengua de fuego que pro-
duce luz y calor’, de cuyo acusativo singular (phloga) se formó en el griego medieval la palabra con la cual los griegos siguen designando hasta hoy la llama olímpica: flogha. Phlox se encuentra en las obras de Homero: en la Ilíada con el significado de “fuego centelleante” y en la Odisea con el de “fuego divino”. En el siglo V antes de nuestra era, llamado el siglo de oro de Atenas,
tanto Píndaro como los tres grandes dramaturgos helénicos Sófocles, Eurípides y Esquilo denominaron phlox al “relámpagotrueno” lanzado por Zeus y también, metafóricamente, a “la pasión”. Phlegein llegó al latín convertida en fulgeo ‘quemar’, ‘brillar’, ‘relampaguear’, que dio origen a flamma ‘llama’, ‘fuego’. Este término latino derivó en castellano a llama,
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palabra que está registrada en nuestra lengua desde el siglo XIII. La voz latina flama dio nacimiento a muchas otras palabras castellanas, tales como flama, flameante y flamear. Obviamente, esta palabra no guarda relación con el nombre del rumiante andino de ese nombre; en esa caso, se trata de otro vocablo, con etimología quechua.
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Sesenta fotografías en blanco y negro del fotógrafo y reportero gráfico cundinamarqués Daniel Rodríguez dan vida a Testimonios visuales de instantes de los años cuarenta en Colombia, una muestra colgada en la sala de exposiciones del Banco de la República sede Ibagué. Esta nutrida selección de imágenes registra múltiples ángulos de la realidad social, cultural y política de la tierra del Sagrado ióticos. Gamines patr Corazón, durante la década de 1940. Instantáneas del dirigente político Jorge Eliécer Gaitán y el movimiento popular conocido como el Bogotazo provocado tras su asesinato el 9 de abril de 1948 en el centro de Bogotá, tienen un espacio reservado en esta exhibición que permanecerá abierta al público hasta el 24 de mayo. En ella también se puede admirar el registro de visitas de personajes de la época como el actor Niños de la ca
lle, La Cande
laria, 1939.
La exposición itinerante estará e hasta el 24 de mayo. El recorrido a Montería y Quibdó.
a través del lente y la actriz mexicanos Mario Moreno, ‘Cantinflas’ y María Félix, y el poeta chileno Pablo Neruda. Paralelamente hay fotos de los presidentes Alfonso López Pumarejo, Alfonso López Michelsen y Laureano Gómez, así como de eventos sociales de la clase alta, escenas de crímenes y huelgas de sindicatos. Enriquece este legado captado por Daniel Rodríguez las imágenes de costumbres y facetas de la época en las que se visualiza la pobreza, el avance y el transporte de las ciudades, el adelanto de los edificios modernos y el paisaje cafetero. “Los amantes del arte fotográfico y la historia también pueden deleitarse con un conjunto de piezas en las que se vislumbra el interés de Rodríguez en captar momentos significativos de la vida diaria como el ambiente taurino, las protestas contra los nazis, los vendedores callejeros, los niños pescadores, mineros e indigentes y los radio dramas”, indicó Javier Antonio Velasco García, jefe Cultural de la biblioteca Darío Echandía.
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en Ibagué o la llevará
Transporte de
la ciudad II.
e de Daniel Rodríguez EL AUTOR
Fiesta de mat
rimonio – gita
Vendedor de
nos.
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ra tenias.
Según se lee en el cartel de presentación de Testimonios visuales de instantes de los años cuarenta en Colombia, Daniel Rodríguez nació en Fusagasugá, y cursó estudios en Bogotá, en el Colegio la Salle. El trabajo expuesto en la Capital Musical es uno de los múltiples aportes que le dejó a la historia del país, contando con un talento nato y un olfato para ver en distintas situaciones episodios dignos de ser captados con su entonces nueva y pequeña cámara Rolleicord, que le permitió salir del estudio tradicional a retratar en exteriores. Rodríguez fue asistente y estudiante de cámara fotográfica de Luis Benito Ramos (1899 - 1955), “considerado el padre de la fotografía moderna colombiana”. Sus primeros pinitos en el campo de la imagen los hizo como fotógrafo independiente, y más tarde empezó a trabajar para publicaciones como Cromos y Semana. Fue cronista gráfico y por un tiempo, el director de reportería gráfica del periódico el Espectador.
Cantinflas en la plaza de Santamaría.
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Peio H. Riaño El Confidencial
El erudito Salvador Gutiérrez tenía razón: los consejos de la Academia en la nueva Gramática española, publicada hace casi tres años, no tienen predicamento. La prueba está en que ni siquiera sus académicos comulgan con las normas que ellos mismos han pactado antes de abandonar la costumbre de poner el acento gráfico en el adverbio sólo o en los pronombres demostrativos, como éste. Si acaban de leer con tilde es que este periódico ha hecho una excepción para explicarles la división en el órgano que vela por el idioma, porque la prensa y los libros de texto acatan órdenes y consejos de la Real Academia Española (RAE) hasta sus últimas consecuencias. El incumplimiento no tiene falta ni penalización, porque no son artículos que figuren en las nuevas leyes como las «propuestas normativas», es decir, están al margen de las normas que tratan de poner orden y precisión en este instrumento común que es la lengua. Pero no deja de ser paradójico que los mismos que dan consejos dentro de la gran casa de la palabra, una vez la abandonan los rechazan y mantienen fidelidad a su forma de ser —de escribir— anterior a 2010, cada vez que ofrecen una novedad a sus lectores. Ni están fuera de la ley ni son académicos del mal ejemplo, simplemente se aferran a la autenticidad de su identidad. «El efecto de la escritura debe estar en lo que se escribe y no en cómo se escribe», escribe Carlos Castilla del Pino en sus pensamientos póstumos titulados Aforismos (Tusquets). Es difícil saber si Salvador Gutiérrez se refería a su entorno más cercano cuando sintió un ataque de sinceridad ante las preguntas del periodista de la agencia EFE, pero de los académicos que le acompañan en las sesiones, y que han trabajado con la nueva Gramática en su escritorio, únicamente cuatro siguen la recomendación. El resto, 15, mantienen las tildes por todo lo alto. La RAE ha sido derrotada en casa.
Revuelta silenciosa
El venerable José Luis Sampedro, académico en el sillón «F», trazó en el prólogo de Indignaos (Destino) —el best seller de no ficción de Stéphane Hessel— un panorama democrático desolador pero sin perder la esperanza de rebautizarlo, al tiempo que dejaba claros cuáles son sus accidentes gramaticales: «Esto es Europa,
Losacadémicos,insumisos conlanuevaortografía cuna de culturas. Sí, ése es el escenario y su decorado. Pero ¿de verdad estamos en una democracia? ¿De verdad bajo ese nombre gobiernan los pueblos de muchos países? […] La culpabilidad del sector financiero en esta gran crisis no sólo no ha conducido a ello; ni siquiera se ha planteado la supresión de mecanismos y operaciones de alto riesgo. No se eliminan los paraísos fiscales ni se acometen reformas importantes del sistema». Tampoco ha querido aceptar los consejos Javier Marías, sillón «R», quien en la nota previa del libro de cuentos de reciente aparición, Mala índole (Alfaguara), asegura: «Sólo concibo escribir algo si me divierto, y sólo puedo divertirme si me intereso. No hace falta añadir que ninguno de estos relatos habría sido escrito sin que yo me interesara por ellos». Arturo Pérez Reverte no ha perdido ni una de sus tildes en su asiento «T». En El tango de la guardia vieja (Alfaguara) vemos a su protagonista Max Costa abordar a una mujer que pasea sola a lo largo de la borda de un barco, cuando el académico se salta el consejo: «—Fue agradable— dijo inesperadamente. Max logró reducir su propio desconcierto a sólo un par de segundos. —También para mí— respondió. La mujer seguía mirándolo. Curiosidad, era tal vez la palabra». La revuelta silenciosa de los académicos continúa por Antonio Muñoz Molina, de quien leímos en La noche de los tiempos (Seix Barral): «No está bien que tú digas eso. Los militares y los falangistas se han levantado contra la República. Sólo porque tienen la ayuda de Mussolini y de Hitler no han sido derrotados todavía». En las próximas semanas aparecerá Todo lo que era sólido, su nuevo libro, un ensayo
solo
en clave autobiográfica y explosiva como unas crónicas, con las que revisa los últimos treinta y siete años en España para entender por qué el país se hunde. El escritor recuerda y apunta: «Pero el pasado es otro país, como dice ese escritor británico, del que yo sólo conozco esa frase memorable, con su segunda parte: el pasado es otro país y allí las cosas se hacen de otra manera».
Sólo en pruebas
Salvador Gutiérrez aclara que la decisión de aconsejar abandonar el uso de estas tildes se basó en criterios científicos. Lo que no explica es cómo es posible que éstos —lamento el arraigo a estas tildes— se incumplan por sus propios integrantes. Si son los usuarios los que marcan el hábito de la lengua y encuentran el modelo leyendo a los escritores en castellano más científicos —y más célebres— no es extraño que lo que podría haber llegado a ordenanza quedase en sugerencia. Cuando el académico Francisco Rico (sillón «p») publicó uno de los tratados más importantes sobre el Quijote (editorial Acantilado), no dudó en cómo debía comportarse. En el prefacio avisa de la
sólo
actualidad perenne de la obra de Cervantes: «No sólo y a cada lector: cada tiempo tiene su Quijote y sus razones para que éste sea diverso del de otros tiempos». De hecho, en las librerías hay tantos Quijotes distintos como normas lingüísticas se le apliquen. A la mayoría de los insumisos, los correctores les aplican la rectificación de los adverbios y los pronombres demostrativos de manera inmediata. Luego, cuando los autores que se niegan a claudicar leen pruebas de su libro, aclaran que éstos deben ser restituidos en su versión final. Otros académicos fieles a los amenazados acentos gráficos son Soledad Puértolas («g»), en Mi amor en vano (Anagrama); Francisco Nieva («J»), en la obra de teatro No sé cómo decirlo. Malditas sean Coronada y sus hijas (Huerga y Fierro); Luis Goytisolo («C»), en El lago en las pupilas (Siruela); Carme Riera («n»), gracias a Naturaleza muerta (Alfaguara); Luis Mateo Díez («I»), en Fábulas del sentimiento (Alfaguara); Martín de Riquer («H»), en el extraordinario Reportajes de la historia. Relatos de testigos directos sobre hechos ocurridos en 26 siglos (Acantilado); o el filólogo Francisco Rodríguez Adrados («d»), con
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IBAGUÉ, FEBRERO 24 DE 2013 Nueva historia de la democracia (Ariel), del que queremos recoger este avance tan ilustrativo de nuestros días: «Y la democracia siempre fue y es problemática; es un compromiso siempre en crisis, fruto de un acuerdo delicado, siempre amenazado por desviaciones, pero muchas veces lo es sólo de nombre; está expuesta a cambios y riesgos mil». Los dos poetas Pere Gimferrer («O») y Francisco Brines («X») siguen siendo dueños de sus propias reglas. En Rapsodia (Seix Barral), Gimferrer anota una extravagante declamación: «El viento sólo sabe sostenerse/ en las pañolerías del azul/ quiebros y tientos dicen el topacio/ con que tus ojos ven las alabardas/ de la tarde vencida por la propia puerta/ del sol vendimiador de tanta luz». Por su parte, Brines en Aún no (Bartleby) dedica un poema a «Las noches del abandono»: «Hace tiempo que callo,/ y son tristes las noches de nuestra juventud,/ y el alba llega muerta./ Rodeado de frío vuelvo a la hostil ciudad,/ y el clandestino amor me despide furtivo/ desde las rotas sombras de los descampados,/ y el día se alza lívido/ como si sólo un muerto lo hubiera de habitar./ Con el recuerdo sólo de tu vida, porque fuiste mi vida,/ qué abandonado estoy/ ¿y a quién le contaré lo que ahora siento?». Pero en esta pelea importa el cómo más que el qué o a quién.
Octavio Paz * Dame, llama invisible, espada fría, tu persistente cólera, para acabar con todo, oh mundo seco, oh mundo desangrado, para acabar con todo. Arde, sombrío, arde sin llamas, apagado y ardiente, ceniza y piedra viva, desierto sin orillas.
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Everardo Godofredo Olivares *
De la serie extraños presentimientos, de Natalia Granada.
Arde en el vasto cielo, laja y nube, bajo la ciega luz que se desploma entre estériles peñas. Arde en la soledad que nos deshace, tierra de piedra ardiente, de raíces heladas y sedientas. Arde, furor oculto, ceniza que enloquece, arde invisible, arde como el mar impotente engendra nubes, olas como el rencor y espumas pétreas. Entre mis huesos delirantes, arde;
arde dentro del aire hueco, horno invisible y puro; arde como arde el tiempo, como camina el tiempo entre la muerte, con sus mismas pisadas y su aliento; arde como la soledad que te devora, arde en ti mismo, ardor sin llama, soledad sin imagen, sed sin labios. Para acabar con todo, oh mundo seco, para acabar con todo. (*) Escritor mexicano www.poemas-del-alma.com
Un viejo diván en casa de mis padres aún conserva la silueta larga y profunda de mi abuelo paterno, Everardo. Es un diván tapizado en piel parda, que ahora permanece recluido en un rincón del estudio. En mi niñez, sin embargo, lucía lustroso y nuevo en la recámara de mis abuelos. El abuelo Everardo, aunque fue un hombre arisco, duro, obstinado al silencio, a no hablar de sus propósitos o sus penas, ni de sus gustos o sus alegrías, será siempre mi héroe. Luchó en la Revolución Mexicana, sufrió hambre, graves heridas y llegó a sobrevivir recurriendo a lo inconfesable. De niño, cuantas veces le pedía que me contara sus hazañas, lo hizo a pesar de su arisca mudez. Son imborrables aquellos momentos: mi abuelo recostado en ese diván parduzco, y yo sentado sobre una pequeña silla de palo y palma, escuchando su vozarrón rasposo y concentrándome en las arrugas que marcaban su rostro, que a ratos parecían hundírsele más o desaparecían cuando le ganaba la emoción. Me gustaba oírle cuando se quedó tres semanas atrapado con otro compañero en una mísera y polvorienta trinchera, bebiéndose su propios orines y devorando, al principio, la carne cruda de un perro roñoso y, luego, todo lo que se moviera. O que me narrara, una vez más, su mayor hazaña: el haber sido de los primeros en adentrarse la tarde de junio de 1914, bajo un torrente de metralla, en la sitiada ciudad de Zacatecas. Mi abuelo Everardo formó parte de las tropas del general Felipe Ángeles, al que admiró y quiso con mucho respeto, y durante esa batalla, cuando galopaba bajo un fuego granado, un cañonazo federalista le cayó cerca y tres esquirlas de metralla lo alcanzaron de lleno; una le recorrió el vientre de costado a costado, otra se alojó en el muslo izquierdo y la tercera le quedó a una pulgada del corazón. Un médico, en el hospital de campaña, logró sacarle las dos primeras, pero no hubo manera de extraer la tercera; tendría que vivir con ella hasta que algún día le traspasará el corazón. Mi abuelo imaginó tener contados los días con esa minúscula bomba de tiempo en el pecho, pero con el correr de los meses y los años se acostumbró a ella. Contra las recomendaciones médicas de no realizar esfuerzos, ni fatigarse, en realidad nada que pudiera acelerar su ritmo cardíaco, él hizo de todo. A veces, mientras me relataba sus terribles aventuras, yo veía, una a una, las pocas fotografías de mi abuelo Everardo que se hallaban sobre la cómoda y los burós de su recámara. Y observaba en ellas a un gigante bigotón, de sombrero y botas con espuelas, montado en un alazán oscuro y levantando una carabina 30-30. Luego volteaba hacia el diván y descubría a un hombre diferente: mayor, con gruesos lentes, de escasos cabellos blancos, pero aún con un rostro enérgico y colorado. Una cara muy roja que, cuando se enojaba, se volvía de un tono casi purpúreo. Mi gran héroe murió cerca de los 96 años, mientras dormía la siesta en su diván favorito. La abuela Sabina, que estaba a unos pasos de él, aseguró que de pronto se escuchó un estallido seco dentro del pecho de mi abuelo Everardo. (*) Odontólogo de profesión, y autor de cuentos nacido en Morelia, Michoacán. www.ficticia.com
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Ese es el punto
Entre gorilas
De lo formal a lo intuitivo
Sabiduría de la vida
Editorial: Norma Título: Lo que importa ahora Autor: Gary Hamel Páginas: 302
Editorial: Fondo de Cultura Económica Título: Un gorila Autor: Anthony Browne Páginas: 32
Editorial: Norma Título: Oráculos Autor: Donald N. Thompson Páginas: 302
Editorial: Flor Romero Título: La sabiduría del dragón Autor: Flor Romero y Rodrigo Querubín Páginas: 280
BOGOTÁ, COLPRENSA
BOGOTÁ, COLPRENSA
BOGOTÁ, COLPRENSA
BOGOTÁ, COLPRENSA
En un mundo tan cambiante, es natural sentirse “perdido en el espacio”, no saber hacia dónde ir para poder lograr las metas o los sueños planteados, por lo que este libro, Lo que importa ahora, se presenta como una interesante bitácora Gary Hamel, su autor, identifica cinco aspectos que son esenciales para blindar su compañía de cara al futuro: valores, innovación, adaptabilidad, pasión e ideología, siendo este libro un apasionado alegato para reinventar la gestión empresarial tal y como la conocemos, para repensar los supuestos fundamentales acerca del capitalismo, la vida organizacional y el significado del trabajo. El objetivo del autor es inspirar al lector para repensar su negocio, su empresa y la forma en que dirige a los demás. Un manual multifacético para la creación de organizaciones que puedan prosperar en un mundo que se caracteriza por esperanzas cada vez más reducidas, cambios incesantes y una competencia feroz.
El británico Anthony Edward Tudor Browne es un destacado autor e ilustrador de libros infantiles con reconocimiento internacional, con más de 40 títulos publicados, que son verdaderas joyas de la literatura infantil contemporánea. Es un libro que a simple vista parece sencillo, pero a través de él el niño ha aprendiendo la base de los números, junto a los nombres de diferentes especies de primates, descubriendo su mundo, donde todos son diferentes pero todos pertenecen a una misma familia, una a la que los seres humanos también pertenecen. Además, sus ilustraciones son verdaderas piezas de arte que son un deleite para grandes y chicos, con una sorpresa al final donde aparece el propio autor como un personaje más de la historia con mucho humor.
Donald N. Thompson es un economista y profesor de mercadeo y estrategia de la Escuela Schulichde Negocios de Nueva York, que y ha escrito nueve libros claves en el campo de los mercados en el mundo como El tiburón de 12 millones de dólares. Ahora presenta Oráculos, un análisis de cómo los mercados de predicción convierten a los empleados en visionarios, pues se ha comprobado, según el autor, que la especulación informal y espontánea sobre los comportamientos de esos mercados puede ser más acertada que los métodos formales de predicción y proyección. Ante la debacle económica, se ha abierto un campo a lo intuitivo, a la participación y la creación en grupo más allá de los sistemas formales tradicionales.
La reconocida escritora Flor Romero se unió al Rodrigo Querubín, experto en el campo de las culturas y tradiciones orientales, para juntos realizar la aventura de escribir un libro para que el lector se acerque de la mejor forma a la sabiduría dejada por Confucio y Mencio, así como las dinastías chinas y todo el legado milenario que se gestó en esta parte del mundo. Ya son tres décadas y media las que Flor Romero le ha dedicado a investigar sobre figuras como serpientes emplumadas y dragones rojizos, y a reunir información para este nuevo libro que es una excelente puerta de entrada al universo del conocimiento de este dragón mitológico. Pero más allá de este estudio, fueron cinco años de dedicación para este proyecto editorial de la mano de Rodrigo Querubín, quien en 1998 se desempeñó como embajador de Colombia en China y fue, por este motivo, un apoyo para la investigación.
GERENTE: Miguel Ángel Villarraga EDITORA GENERAL: Martha Myriam Páez Morales COORDINACIÓN: Redacción Cultural EL NUEVO DÍA PERIODISTA: Sandra Patricia Lombana Miranda EDITOR: Óscar Varón DISEÑO: Freddy Herrán P. FOTOS: Jorge Cuéllar. Colprensa. Internet TEL.: 2770050. Ibagué - Tolima - Colombia. PÁGINA WEB: www.elnuevodia.com.co culturales@elnuevodia.com.co - Facebook: Cultura El Nuevo Día. Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa del Grupo Editorial Aguasclaras S.A.. ISSN: 021545-8.