Facetas 01 de febrero de 2015

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‘Pocalucha’

El hombre de muchas culturas

Hernán Camilo Yepes Vásquez


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DOMINGO 1 DE FEBRERO DE 2015 - IBAGUÉ

FACETAS

l e y El dolor o r r a g s de

en ‘Jaws’

ANDRÉS RICARDO DUQUE RINCÓN* en una etaLa carrera cinematográfi- “Pienso ca de Steven Spielberg ini- pa de mi vida en la cia en la televisión como di- que era mucho más rector para la Universal de lo que soy un ciclo de episodios para joven de algunas series televisivas y ahora. Creo que era su buen desempeño le per- más valiente porque mite dirigir el largometraje s joven, o porpara la televisión ‘Duel’, era má donde demuestra “un vigor que era más estúpinarrativo asombroso para do. No estoy seguro su edad y su experiencia”, de cuál. Por eso, (Massanet, 2009). cuando pienso en Con los buenos resultados de ‘Duel’, se gana el de‘Tiburón’, pienso en recho de dirigir su primer valor y estupidez. Y filme para cine y debuta pienso en esas dos con ‘The Sugarland Express’, que también acapara cosas existiendo buenos comentarios. Con bajo el agua”. el excelente efecto de su Steven Spielberg primer largometraje, Universal le encarga un segundo con mayor presupuesto: buir el deceso a un accidente con alguna hélice de una ‘Jaws’. embarcación. Entonces, como lo aseveLa narración El filme comienza cuan- ra Néstor Company (2012), do una chica que está en Brody debe luchar no solo una fiesta nocturna en la con el tiburón, sino tamplaya de la localidad Amity bién contra los poderes podecide nadar en la playa líticos y económicos de la con otro joven y en su tra- isla en la que parece imporyecto hacia el mar se va qui- tar más lo benéfico monetando la ropa, única escena tario que la vida humana. Las playas se abren a la de carácter erótico del filme gente y sucede lo inevitable: de Spielberg. La joven nada de manera el tiburón vuelve a atacar, plácida en el mar, mientras matando esta vez a un niño. el chico, completamente Entonces se arman varias borracho, se queda dormi- expediciones por los pescado en la orilla y no escucha dores del sector para matar los gritos desgarradores de al animal y cobrar la recomla joven al ser agredida vio- pensa ofrecida. Por su parte, Brody ha lentamente por algo en el mandado a llamar al biólomar. Al otro día se intuye que go marino Matt Hooper, la mujer fue atacada por un para que examine los restiburón, cuando el jefe de tos de la joven y determiPolicía Martyn Brody halla nar a ciencia cierta qué parte del cuerpo de la joven mató a la chica. Por su parte, uno de y decide de inmediato cerrar la playa. Son precisa- los pescadores del sector mente estas primeras esce- captura a un gran tibunas donde se palpa el inge- rón tigre y para convenio del director, al transmi- niencia del alcalde la tir tal grado de terror sin alarma ha cesado. Sin mostrar al feroz animal y en embargo, Hooper examina el primer ataque le basta las dimensiones del animal con recrear las facciones y no cree que el animal atraangustiosas de la joven en pado sea el tiburón asesino el mar para causar pavor, que ronda las playas; a peagregando al hecho los res- sar de las indicaciones de tos despedazados de la chi- Hooper el alcalde se obstina en mantener las playas ca hallados al otro día. Volviendo a la historia del abiertas. Entonces tanto Brody filme, la decisión de Brody de cerrar la playa es anulada como Hooper examinan el por el alcalde del lugar, estómago del tiburón que quien no quiere arruinar la han cazado y descubren lo temporada turística que se que se temían: en su inteacerca y que precisamente rior solo albergaba pees la principal fuente de in- ces y basura que se había tragado. Por gresos de la localidad. Brody se muestra renuen- ello ambos zarte a acatar la disposición del pan esa misma alcalde, debido al reporte noche para inicial del forense del lugar encontrar al que indica que la muerte de feroz anila joven se debe a un ataque mal y se de un tiburón y que conve- h a l l a n nientemente cambia al atri- frente a REFERENCIAS Company, N. (2012) Tiburón (Steven Spielberg, 1975). Recuperado de: http://elpajaroburlon.com/cine-terror/tiburon/ Massanet, A. (2009) Steven Spielberg: ‘Tiburón’, apoteosis de la Aventura. Recuperado de: http://www.blogdecine.com/criticas/steven-spielberg-tiburon-apoteosis-de-la-aventura

Como lo sospec haba el jefe de policía, Hooper, afirma de m anera categóric a que la joven fue atacad a por un tiburón y se sorprende de que se ha ya dictaminado otra cosa.

los restos del barco de un pescador local, quien también fue devorado. Tanto Brody como Hopper están completa-

mente convencidos de que aún merodea un tiburón asesino por las playas del sector y se lo hacen saber al alcalde, pero este ha decidido que nada ni nadie impedirá que las playas abran. Llega el 4 de julio y los turistas llegan en masa a las playas, pero se muestran reticentes a entrar al mar, a lo que el alcalde incita a un viejo conocido a

Caso aparte merece Brody, quien no comparte la afición por los tiburones como sus compañeros y se ve inmiscuido en este trance de manera fortuita: él, adentrarse al mar para ani- como jefe de la policía lomar a los demás. El mar se cal, siente la obligación de llena de bañistas confiados frenar al tiburón asesino. y sucede lo previsto: el tiburón aprovecha la ocasión Brody deja Nueva York para hacer un nuevo ata- cansado del nivel de que. Ante la tozudez de los violencia que presenta hechos, no queda más rela ciudad y decide medio al alcalde que auto- trasladarse a una locarizar a Brody para organi- lida d má s cal mada, zar una expedición en búscom o Am ity. queda del animal y con Hooper y el experimentaPor si fuera poco, Brody do cazatiburones Quint, se lanzan en tamaña aventura. tiene fobia al mar, de ahí Hasta aquí, como lo plan- que sea el menos indicado tea Company (2012), se para realizar cualquier labor puede observar dos partes en un barco y así queda eviclaramente diferenciables denciado al dejar toda la en Jaws: la primera, en don- carga de la lucha contra el de una y otra vez el tiburón animal a Quint y Hooper. ataca a complacencia a Aunque como suele obserquienes se adentren en el varse en muchas producmar de Amity, y una se- ciones cinematográficas de gunda, donde los hechos Hollywood, en ‘Jaws’ se se desarrollan totalmente hace uso del manido artifien el mar, cuando se cio de utilizar a quien meplantea la lucha titánica nos se considera capacitado entre el feroz animal y el para acabar de una por otra vez con el tiburón asesino. hombre. Considera Company Como jefe de la policía de la localidad, Brody se (2012) que en el filme los halla bajo el mando de la personajes pondrán en jueexpedición y confecciona, go sus miedos, sus valores y según su criterio a los tripu- su destino. Brody, a pesar de su telantes del barco. Para el avezado Quint, viajar en com- mor al mar, decide participañía de dos personas que par en la caza, el curtido no conocen de la caza de ti- marino Quint busca saldar burones es una complica- una cruenta experiencia ción, pero acepta las condi- que vivió al enfrentar a los ciones que se le plantean a tiburones en el naufragio cambio de poder saciar la que sufrió en su juventud y ambición de cazar el ani- Hooper tendrá que “encarar uno de esos peces que mal. En la inmensidad del mar tanto ama”, (2012). la espera permite que la *Docente en lengua fricción que en un comiencastellana zo se pudo detectar entre Quint y Hopper, se disipe y tengan un lazo que los une, ‘Jaws’, mejor conocida ambos han estado cerca de como tiburón, es una peser devoralícula dirigida por Steven dos por Spielberg basada en la un tibunovela homónima del esrón.

critor Peter Benchley, a la que se hicieron con los derechos para llevarla al cine los productores Brown y Zanuck.


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Pocalucha, el hombre de todas las culturas

Personaje tolimense dedicado al pensamiento y la reflexión informal

La región estaba en mora de rendir un sencillo tributo a una personalidad que, aunque muchos pensaran que era de la calle en virtud de su apariencia, fue portador de cultura y pensamiento. HERNÁN CAMILO YEPES VÁSQUEZ De los últimos años de vida de Hernando González Mora (1940 - 2015) se especuló mucho, incluso se pudo haber juzgado más de la cuenta tras su apariencia de un hombre más bien dedicado a la calle y al rebusque, pero si algo queda claro a partir de la memoria urbana es que fue alguien culto y amigo de todos. Y es que, a pesar de que se le referenciara como ‘Pocalucha’, en vida este cajamarcuno demostró que podía manejar con destreza la música, la literatura, el cine y la pintura, al punto de no especializarse o “concretarse” en alguna de estas, pero sí dejar huella entre los gestores de cultura tolimense. Por lo menos así lo recuerdan amigos de más de cinco décadas, entre ellos el historiador y musicólogo ibaguereño Hernando Bonilla Mesa, con quien tuvo su primer contacto en el culmen de la secundaria en el colegio Nacional de San Simón, en una promoción de ilustres, hacia los años 60. “Mis recuerdos a propósito de él se confunden con los últimos años en el San Simón; fue una promoción importante, porque también salieron Rafael Aguja Sanabria, Fernando Espinosa Tovar, Arturo Rocha y el historiador Hermes Tovar Pinzón; Hernando se destacaba como uno de los líderes estudiantiles”, recuerda Bonilla. Esa historia de liderazgo se forjó al hacer parte del Consejo Estudiantil de la Época, antes de que se mudara a Bogotá, para iniciar su carrera de Derecho en el Externado de Colombia, donde se destacó como uno de los más avezados jóvenes de la época (hablamos de unos 20 a 22 años de edad).

Época de artista

En otras instancias de esa permanencia en la capital, se vinculó al grupo de Teatro de la Universidad Nacional, dirigido por Santiago García, fundador del Teatro La Candelaria y con quien tuvo una presentación memorable en el teatro Tolima, “cuando era un escenario importante”, apunta Bonilla. Otra de sus habilidades, añade, fue la fotografía, con la que se destacó en la biblio-

En el exterior vivió en una de esas comunas hippies, aunque en medio de esa pobreza que vivió hizo una brillante carrera. Hernando Bonilla Mesa

teca Luis ÁnGonzález pertenegel Arango, ció a la Unión Juaportando a varias de las venil Democrática, publicaciones un grupo de estuperiódicas de dicha entidad diantes contestaestatal; “casi tarios en contra que la mayor parte de las del régimen del publicaciones Frente Nacional. fotog ráficas era de él”, reLa viuda del periocuerda. dista Héctor EcheTambién pasaron por verry Cárdenas les su trayectoria prestaba la sede los proyectos audiovisuales, de ‘Tribuna’ para de ellos quizá que se reunieran el más reconocido, en personajes como cuanto a su él, Humberto Moliaspecto actoral, fue ‘El río na, Andrés Rocha, de las tumAugusto Trujillo bas’ (1964), dirigido Muñoz y Gilberto por Julio Jiménez. L u z a r d o, en el que compartió escenario con Santiago García, Carlos Duplat y Carlos José Reyes. Ref lejo en dicha historia dejó esa pasión y consciencia por lo que hacía es uno de esos testimonios que pululan en las redes sociales, en que se comenta que su actuación “nos ha dejado gratos recuerdos por su constancia estética y serena convicción de su incontrovertible amor por la cultura”. En el sendero que anduvo González Mora se anidaron también esos caminos del hippismo y la sicodelia, apunta Bonilla Mesa, un mundo que lo arrastró más para mal que para bien; eso, no obstante, no le impidió tener una fugaz vida exitosa también en Estados Unidos y México. Y es que el escritor y pintor Benhur Sánchez Suárez sitúa a González Mesa como “un intelectual, aunque muchos nunca lo vieran de esta manera. Tal vez su aspecto los hacía asimilarlo a un indigente, pero él jamás pidió para subsistir. Tenía una vasta cultura por su formación y sus viajes”. En su variopinto perfil, cataloga, “era escritor y pintor, hablaba varios idiomas y dominaba la obra de Shakespeare en su idioma original, ade- parte, que algo de su creación más que era un amplio cono- se vio reflejado en algunas cedor del bolero. Hablar con ediciones de las famosas Lecél era una oportunidad de en- turas Dominicales de El Tiempo, en la era de Enrique riquecimiento espiritual”. Bonilla recuerda, por su Santos Calderón, y en algu-

damente no se logró; no se sabe quién se quedó con eso.

La obra que presentó en el teatro Tolima en los inicios de los 60 era sobre Bertolt Bretch, en la que actuó con Judy Henríquez y Luis Eduardo Torres, entre otros protagonistas de la época.

nos cuentos que escribió de manera diáfana. “Cuando Beatriz Hernández fue directora del Fondo de Cultura intentó publicarle la antología, pero infortuna-

Para mí se dispersó mucho, fue muy t a l e n t o s o, fuera de lo común, aunque no se concretó”, añade.

De su biografía

Carlos Orlando Pardo Rodríguez es otro de los escritores que compartieron un espacio en la cultura regional con este gestor de cultura y pensamiento. En una semblanza y homenaje póstumo sobre la trayectoria de González, destaca sus virtudes y su manera de vivir la vida. “A quien sus amigos cercanos llamamos Pocalucha, como ironía porque fue notorio su trabajo, siguió estacionado en Ibagué recorriendo sus calles, compartiendo tertulias, rasgando de vez en cuando la guitarra y dejando oir sus últimas lecturas como un devorador incansable de libros”, relata. Bonilla Mesa también aporta que “a pesar de los

chistes que se hacía a espaldas de él, era alguien muy respetado; de hecho sus amigos eran los que más hacían chistes (...). Él tenía amigos de todos los estratos, desde el Seis hasta el Cero”. En razón de este perfil de González Mora, EL NUEVO DÍA estableció una pequeña comunicación con el director Julio Luzardo, quien afirmó que “siento mucho saber de su fallecimiento. Infortunadamente, no fue mucho lo que lo conocí ya que hizo un pequeño papel en mi película ‘El río de las tumbas’”, proveniente de un grupo de teatro de Ibagué. “Lo único que recuerdo es que le tenían el apodo de ‘Pocalucha’, debido a su carácter tranquilo y de buen humor. Aparte de eso, no conozco más sobre él o su vida, ya que no nos volvimos a cruzar en todos estos años”, aseguró el director de la cinta. Lo último que se supo, según Bonilla Mesa, es que luego de regresar a Ibagué tuvo un hermano con quien vivió cerca del Estadio, y que tras la muerte de éste permaneció en varias partes de la ciudad, “rebuscando pero para su supervivencia”, hasta que su última morada fue en Belén.

Hernando era un amigo de las organizaciones, es de esas personas que hacen falta a la ciudad, porque identificaba las debilidades incluso de los mismos escritores, y tenía una erudición interesante sobre todo en literatura, música y cine. Víctor Sánchez, directivo de la corporación Corcultura.


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FACETAS El cuento

Desalojen la sala, por favor Francisco Serrano* Ya eran las siete de la tarde en punto y el sol del verano aún entraba por los grandes ventanales que daban al patio exterior.

de una arrogancia desmedida.

-¿No te sientes un poco molesta?

-Yo no he podido acostumbrarme.

-¿De qué?

-Quizá sea porque no llevas tanto tiempo aquí, como muchos de nosotros, dijo Victoria.

-No sé, de que te miren siempre de ese modo extraño. -Creo que después de tanto tiempo, terminas por acostumbrarte. Miraba despacio a su compañera, de arriba abajo, y con una poco disimulada admiración observaba su belleza y altivez. Los años no habían hecho que las carnes de Victoria perdieran la fortaleza que ostentaban, a pesar de que se notaba a leguas que no habían pasado en vano. Siempre la envidió y también le molestaba el desinterés que tarde a tarde mostraba en cada una de las pláticas que desde hacía tanto mantenían, y que en ocasiones sentía como desdén, producto

Intentó continuar con el diálogo, tratando de involucrarla de nuevo en la charla:

Hizo caso omiso del comentario y continuó: -El sol se está metiendo en París... -En Londres se mete aún más tardeatajó hastiada Victoria, queriendo poner punto final al insulso diálogo forzado. -Tienes razón; me hubiera gustado viajar directamente de Milo al Museo Británico, pero supongo que cuando te trajeron de Samotracia, aún no existía- contestó Venus, orgullosa de su pequeña venganza. *Red de cuentos Ficticia

CUATRO NOVELAS EN UN VOLUMEN

LA BIOGRAFÍA DEL MAESTRO

BOGOTÁ, COLPRENSA

BOGOTÁ, COLPRENSA

Rodrigo Rey se embarcó en una de las más difíciles tareas: crear una tetralogía que se desarrolla en la cara violenta de Guatemala, pero el autor aclara que el país es lo de menos, al considerar que “todo lugar es violento”. En estas cuatro novelas policiacas escritas entre 1995 y 2006, “Que me maten si…”, “El cojo bueno”, “Piedras encantadas” y “Caballeriza”, maneja historias llenas de suspenso pero con presencia constante en el imaginario latinoamericano. Ahora, las reúne en un único volumen, donde toca temas sensibles como las matanzas de indígenas en las montañas y el tráfico de niños, el recuerdo de un secuestro, el atropello de un niño por un conductor que se fuga y la quema de un establo en una fiesta ecuestre.

Editorial: Alfaguara Título: Imitación de Guatemala

Autor: Rodrigo Rey Páginas: 368

La colombiana María Cristina Restrepo, reconocida por sus libros de ensayo y sus novelas, ahora sorprende a sus lectores con una biografía subjetiva en torno a la vida y obra del célebre autor de ‘María’, Jorge Isaac, a poco tiempo de cumplirse 150 años de la aparición del clásico de la literatura colombiana. Todo es narrado a través de la esposa, Felisa González, con quien tuvo una intensa relación en medio de continuas separaciones, entre la rabia y la impotencia, pero con la felicidad, según ella, de saber que fue la mujer con la que Jorge compartió más tiempo en vida. Una historia de amor que parece sacada de una novela propia de la firma de Isaac, pero que en vez de escribirla él la vivió en carne propia.

Editorial: Luna Libros Título:Verás huir la calma

Autor: María Cristina Restrepo Páginas: 434

La palabra del día

Garrafal En el siglo XVI se llamaba ‘guindas garrofales’ a cierta variedad de esta fruta “mayores que las ordinarias y [que] no tienen tanto agrio”, según describía Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana o española (1611). El autor del primer diccionario monolingüe castellano suponía que “se deben haber llamado así por haberse enjerido las púas del guindo en el algarrobo”. A partir de ese calificativo, “decimos garrofal todo aquello que excede su ordinaria forma y cantidad, como mentira garrofal, uvas garrofales”. Corominas supone que luego pasó a garrafal por cruce con garrafa “y por extensión se aplica a todo lo enorme”. En el siglo XVII, Góngora hablaba de “cerezas garrafales”, Quevedo de un “sabañón garrafal” y Tirso de Molina de un cierto “grito garra-

fal”. En el siglo XIX Pérez Galdós menciona “errores garrafales”, pero el adjetivo todavía se usaba en combinación con muchos otros sustantivos, además de “error”, tales como “mentira”, “desatino” y “disparate”. Sería preciso llegar a la segunda mitad del siglo XX para que se estableciera una restricción combinatoria por la cual “garrafal” pasaría a usarse más frecuentemente como modificador de “error”, aunque también, en menor medida, de otros sustantivos relacionados semánticamente como “fallo”, “falta” o “lapsus”. Sin embargo, la denotación original mencionada por Covarrubias se mantiene hasta hoy en el nombre de una guinda de un tamaño parecido al del fruto del algarrobo.

GERENTE: Miguel Ángel Villarraga Lozano EDITOR GENERAL: Edwin Ballesteros Vásquez COORDINACIÓN: Redacción Cultural EL NUEVO DÍA PERIODISTA: Hernán Camilo Yepes Vásquez EDITOR: Óscar A. Varón B. DISEÑO: Néstor Iván Pérez FOTOS: Colprensa. Internet (El Trazón y Jorge Eliécer Pardo) TEL.: 2770050. Ibagué - Tolima - Colombia. PÁGINA WEB: www.elnuevodia.com.co CORREO ELECTRÓNICO: culturales@elnuevodia.com.co FACEBOOK: Cultura El Nuevo Día - Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa del Grupo Editorial Aguasclaras S.A.. ISSN: 021545-8.


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