Facetas 10 de mayo de 2015

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FACETAS

Séptimo arte ‘Baise-moi’ Andrés Ricardo Duque Rincón

Cuento ganador

FC

Anatomía de un amante

Jairo Hernán Beltrán


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DOMINGO 10 DE MAYO DE 2015 - IBAGUÉ

FACETAS “Una road movie de vidas más allá del límite, y que se empapa del odio y el extremismo de lo que cuenta hasta convertirse en una película desagradable pero con sentido (…) y con la virtud o el defecto cinematográfico de ser libre a costa de la provocación al espectador” José Manuel Vara ‘Baise-moi’ es una película francesa dirigida por Virginie Despentes y Coralie Trinh Thi, basada en la novela homónima de Virginie Despentes. Influenciada por el punk rock, Despentes ha escrito novelas como Perras sabias (1998), Bye-bye Blondie (2004) y Teoría King Kong (2007), entre las más relevantes. Provenientes de una sociedad marginal, ambas han ejercido la labor sexual como medio de supervivencia, la primera como actriz-directora porno y la segunda como prostituta ocasional. Si bien la publicación de esta, la primera novela de Virginie, fue difícil por la temática que abordaba, no menos fue la recepción de la adaptación del libro al cine y en muchos países no fue exhibida por la fuerte carga de violencia y sexo explícito. Frente al realismo descarnado de las escenas sexuales, los papeles protagónicos fueron interpretados por dos actrices porno, Karen Bach y Raffaëla Anderson. Despentes considera que el arte no tiene por qué ser moral o correcto y critica la censura hacia las escenas explícitas de su película: defiende la libertad de todo artista por expresar a su manera su forma de sentir la realidad y si se usa elementos obscenos, solo se consideran como tal dependiendo del punto de vista del receptor. Para Virginie, muchas cosas que parecen provocadoras para algunos y para otros no lo son en absoluto (citado por Mayer, 2014) y esto tiene que ver con la subjetividad del pensamiento humano. El problema no reside en el objeto en sí mismo, sino en la manera cómo es visto por el individuo y el conflicto se presenta cuando algunos se abrogan la facultad de decidir cómo deben ser vistas las cosas.

JUSTIFICAR COMPORTAMIENTOS Tal vez todo se debe a que los desnudos explícitos develan esa zona oscura e incontrolable de los deseos sexuales que se enseñado a ocultar y a negar, “inhibir la curiosidad y el placer termina por crear represiones, obsesiones, neurosis” (Beauvoir, p. 414, 1978). Deseos sexuales que deben ser controlados en bien de preservar la sagrada institución familiar sobre la cual se ha estructurado la sociedad por miles de años y que exige el compromiso de hallarse supeditado a una vida en común hasta la muerte. Para Despentes, “la familia continúa siendo el instrumento de base sobre el cual” se construye la propiedad, y el capital. Incluso si somos solteros, o incluso si las familias se desmoronan, la familia como modo de transmisión y de control conserva su poder. Y la imagen de “la mujer”, tal y como aún nos la quieren imponer, continua siendo la primera condición para la supervivencia de la familia” (…) Donde la mujer está sometida al hombre en el papel de ama de casa y función reproductora, ”niñas modelo, angelitos de hogar y buenas madres” (p, 88, 2007). Virginie de manera contundente plasma en las protagonistas de ‘Baise-moi’ el cuestionamiento a los roles sexuales que se han establecido como normas de conducta incuestionables y considera tan mutiladora la virilidad tradicional como lo es la asignación a la feminidad (p. 25, 2007). Las nuevas relaciones que deben tenderse entre los dos sexos deben derribar el concepto patriarcal de superioridad y dominación hacia el otro género y comprender que la armonía se alcanza respetando al otro como un ser autónomo en sus acciones y pensamientos.

ARGUMENTO DEL FILME

Nadine comparte el apartamento con otra mujer y ocasionalmente recibe dinero a cambio de favores sexuales. Manu, por su parte, es actriz de películas porno que recibe la ayuda ocasional de su hermano y cuyo trato es muy agresivo.

Cuenta la vida de dos mujeres, Nadine y Manu, quienes luchan para sobrevivir usando el sexo como la manera de conseguir dinero. En cierta ocasión cuando Manu está junto a una amiga son abordadas por unos hombres y son salvajemente violadas. Por lo golpes recibidos, el hermano de Manu adivina lo que ha ocurrido y toma venganza contra los pervertidos. En medio de la discusión que se inicia, Manu toma el arma y descarga un tiro en la cabeza a su hermano. De otra parte, Nadine debe soportar los constantes reclamos de su compañera de apartamento sobre su forma de vida y los amigos que frecuenta. En medio de una discusión, Nadine asesina a su compañera de piso y sale del apartamento para verse con un amigo, pero este es terriblemente baleado. Golpeada por los hechos que han sucedido Nadine ve en una estación del tren a Manu y juntas inician un viaje sin retorno “y salpicado, de manera constante, de sangre y flujos genitales, en una auténtica ensalada cuyos únicos aliños son la droga y el alcohol” (Márquez, 2008). De cierta forma los hechos han acorralado a las dos protagonistas, ambas terminan segando la vida a dos seres. Si bien, ambos asesinatos son de manera inconsciente y como consecuencia de un arrebato de cólera desmedida. Luego de ser violada y disparar a su hermano, Manu cambia el direccionamiento de una existencia que consideraba que no ha sido justa con ella. De ahora en adelante no se humillaría ante nadie para conseguir dinero, dejaría de ser la mujer sumisa y saciaría su descontento mediante la violencia. Manu lleva la voz cantante en las acciones violentas que se cometen y Nadine solo es quien la secunda en sus actos, ella termina siendo convencida por Manu de la validez de sus acciones. Completamente seguras de las consecuencias de sus actos o terminan encarceladas o muertas en el intento de ser atrapadas, acuerdan con pasmosa serenidad cómo acabar con sus vidas autónomamente. El camino que han decidido tomar ambas mujeres expone el desarraigo de dos personas “asqueadas del mundo en que viven, sucio no sólo por el machismo, sino por un odio omnipresente, el que las destruye como personas” (Despentes citada por Vara, 2008). Sin lugar a dudas películas como ‘Baise-moi’ y las obras cinematografías de directores como Lars Von Trier o Pier Paolo Pasolini generan controversia no solo por la temática que abordan si no por la manera como lo plasman en la pantalla. Si bien para las directoras el filme no es pornográfico y en ningún momento la explicitez sexual causa excitación, más bien son repulsivas por su carga de violencia. Resultan curiosas las innumerables propuestas cinematográficas que contienen macabras escenas sangrientas que han sido toleradas frente al ostracismo al que han llevado las producciones con escenas sexuales explícitas y es sospechoso que todo aquello que resulte excitante sea socialmente molesto (Despentes, 2007, p, 77).


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DOMINGO 10 DE MAYO DE 2015 - IBAGUE

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Anatomía de un amante Este trabajo fue ganador en el 8° Concurso Nacional de Cuento, organizado por el Ministerio de Educación y Canal RCN, y hace parte de la antología ‘Colombia cuenta’, producto de dicho certamen.

Jairo Hernán Beltrán Romero

Aquella fue una noche invadida por el insomnio. Cumplía mi año rural en ese poblado lejano y frío. A la medianoche, cuando empezaba a dormitar, me despertó el estruendo de un disparo seco que cortó el aire e interrumpió de un tajo la música que se escuchaba a lo lejos. No pude volver a dormir. A las seis de la mañana me levanté. Acordé con el otro médico sortear a cara o sello las tareas de la jornada. Perdí. Él atendería las consultas de urgencias del pequeño hospital y yo haría la necropsia. Caminé sonámbulo a la morgue, atravesando un salón atiborrado de policías, familiares y curiosos que no querían perder detalles de esta tragedia. Recordé el instante en que el silencio de la noche fue atravesado por el balazo y repetí la pregunta que debía responder con la tarea poco grata que iniciaba: “¿Cómo ocurrió la muerte? ¿Cuál era su mecanismo fisiopatológico?”. Esa era mi labor. “¿Cuáles eran los motivos del otro que lo llevaron a vencerlo sin oportunidad y sin revancha para siempre?”. El ayudante ambientaría las circunstancias y las razones. “Este es un muerto distinto”, me dijo el ayudante, que se autodenominaba, orgullosamente, tanatólogo. Era bajo, viejo y gordo, escaso de pelo y dientes, experto en las lides de preparar los restos de los vencidos para hacerlos presentables para el funeral. Sentí que estaba conmovido con el muerto. Habíamos hecho más de diez necropsias juntos y siempre sospeché que él disfrutaba del dolor de los deudos, del rictus de miedo, de la angustia y del terror a los muertos y de las circunstancias de la muerte, que me narraba en detalle. Afuera, la madre del muerto, que se reconocía porque era la única que lloraba con convicción y sinceridad, se abrazaba con un adolescente que dejaba rodar unas silenciosas y gruesas lágrimas. Lo demás, era lo de siempre: los vecinos, los amigos y la nube imprudente y mórbida de curiosos que susurraban fingiendo congoja e indagaban detalles de la muerte. Siempre detesté a esa clase de personas. Nunca vi la cara de un muerto a menos que fuera por obligación, como en este caso. Me ruborizaba ver la derrota. Los policías, con cara de aburrimiento e indiferencia, organizaban el salón contiguo a la morgue y anotaban en sus libretas los datos que recibían de los deudos. El ayudante desnudó al muerto y me entregó la bata, el tapabocas, los gorros y los guantes; preparó el bisturí y la sierra para la necropsia. Preso de la curiosidad, miré en detalle al occiso, un joven de unos 22, cuerpo atlético, pálido, frío, lívido, pero sin el rigor mortis propio de un cadáver de seis horas. Vi en su rostro un gesto de satisfacción, como si durmiera feliz. Los ojos entreabiertos. Leí en su rostro una dignidad nunca vista. Su boca dibujaba una sonrisa, acompañada de un hilillo de sangre que brotaba por la comisura izquierda de los labios. Su rostro impecablemente afeitado tenía dibujado un beso con labial en la mejilla. Solo tenía un agujero cerca de la tetilla izquierda, hecho por el proyectil estruendoso y solitario de la madrugada que encontró en su camino a este hombre y decidió quedarse en él. No encontré orificio de salida. Sus manos eran grandes, callosas, de hombre de campo, pero sus uñas limpias y bien cortadas daban la imagen de una persona cuidadosa. Además de su imponente presencia, me impresionó el fuerte olor a perfume varonil, con aroma a sándalo, como si acabara de aplicárselo. La pequeña morgue estaba inundada de este perfume intenso y penetrante. -¿Por qué huele así? -pregunté al ayudante. -Se bañó anoche en perfume -respondió-, estaba invitado a una fiesta. Lo mataron mientras bailaba con la es-

posa del asesino. -Pero, huela esto -me dijo acercándome la camisa-, tiene un olor diferente. Sentí el perfume varonil, mezclado con otro aroma, una fragancia de jazmín, suave, dulce y tenue. -Era el olor de la mujer con quien bailaba prosiguió-, por ella lo mataron. Su esposo sintió celos, los separó y le disparó en el pecho. Entre sus dedos encontramos cabellos largos. Su brazo izquierdo lucía un tatuaje rudimentario, con su nombre y un nombre femenino que el ayudante atribuyó a la mujer de la fiesta. -Se le advirtió, pero decía que estaba enamorado, no le importaba nada. El amor es la mayor estupidez que existe -sentenció. Iniciamos la exploración del tórax. El proyectil se había deslizado entre los espacios intercostales. Buscamos la trayectoria, identificamos en los órganos lesionados la causa de la muerte. Sus pulmones rosados estaban indemnes. -Nunca fumó -comentó el ayudante, quien parecía conversar con mis pensamientos. Lo que yo me preguntaba mentalmente, justo él me lo respondía en voz alta. Encontramos un corazón sano de hombre joven, con una perforación puntiforme en su ventrículo izquierdo, sin salida. Con los dedos busqué el proyectil. Allí estaba, entre abundantes coágulos. Del ventrículo extraje una bala pequeña, como el pulpejo del meñique de un niño: duro, frío. Rompió el corazón y por ese pequeño agujero se escapó la vida, pero no avanzó. Era suficiente, aquella minúscula herida derrotó a ese corazón enamorado y testarudo. La muerte tiene sus certezas. Un solo disparo de insomnio, un solo órgano, una sola herida, nada sobraba, nada era redundante o innecesario. Allí estábamos ante la poderosa muerte. <<Hay que tomar una muestra del contenido gástrico para buscar alcohol>>, pensé. Inmediatamente el ayudante trajo la botella para hacerla mientras decía: <<No tomaba>>. Exploramos su cerebro, indemne, gelatinoso, insondable. Pensaba en el lugar donde habitarían las decisiones, aquellas como prepararse para la fiesta, bañarse en un aroma de perfume seductor, disponerse a invitar a la mujer casada a bailar, abrazarla al compás de la música, apretar contra su pecho el corazón galopante de su amada y sentir el propio, ese que estaba ahora vencido y expuesto a nuestros ojos. Estaba de acuerdo con el ayudante. Era una estupidez y un motivo abyecto matar y hacerse matar por amor. Siempre me parecieron ridículas aquellas historias de crímenes pasionales, pero nunca había explorado en la anatomía de un amor mortal. Me acerqué. Tenía un tinte color rojo en la mejilla. Era del labial. Aventuré a suponer que la mujer le estampaba un beso en la mejilla en el momento que el asesino disparó, por eso el gesto de satisfacción que ignoró la muerte, que no se inmutó ante ella. En ese momento ya no oía al ayudante que seguía murmurando sobre el muerto. Terminamos la necropsia y le pregunté por qué me decía que ese muerto era distinto. Tomó aire profundamente, como un moribundo. Se tomó un tiempo largo que sentí infinito. <<Ese muerto es mi hijo>>. Bajó la cabeza y salió del salón, dejándome solo con aquel cadáver plácido. Reaccioné al sentir el ahogo de las lágrimas que me brotaron por este amante desconocido. *Estudiante de Derecho de la Universidad Cooperativa de Colombia


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DOMINGO 10 DE MAYO DE 2015 - IBAGUÉ

FACETAS El cuento

Mar por la tarde Octavio Paz Altos muros del agua, torres altas, aguas de pronto negras contra nada, impenetrables, verdes, grises aguas, aguas de pronto blancas, deslumbradas. Aguas como el principio de las aguas, como el principio mismo antes del agua, las aguas inundadas por el agua, aniquilando lo que finge el agua. El resonante tigre de las aguas, las uñas resonantes de cien tigres, las cien manos del agua, los cien tigres con una sola mano contra nada. Desnudo mar, sediento mar de mares, hondo de estrellas si de espumas alto, prófugo blanco de prisión

marina que en estelares límites revienta, ¿qué memorias, qué rocas, yelos, islas, informe confusión de aguas y nada, qué mares, encendidos prisioneros, dentro de ti, bajo tu pecho, cantan? ¿Qué violencias recónditas, qué labios, conmueven a tu piel de verdes llamas?, ¿qué desoladas aguas, costas solas, qué mares invisibles, mar, alías?, ¿dónde principias, mar, dónde te viertes?, ¿dónde principias, tiempo, vida mía, ejército de humo y de mentira, adónde vas, latido, carne, sueño?

No soy la piedra que se precipita, soy su caída, y más, soy el abismo, el círculo de sombra en que se ahonda. Tiempo que se congela, mar y témpano, vampiro de la luna -o se despeña: madre furiosa, inmensa res hendida, mar que te comes vivas las entrañas.

*Poeta mexicano

¿Dónde te viertes, avidez de nada?

RENACER DE MUJER

Bocetos para una Autobiografía

BOGOTÁ, COLPRENSA En “Amanecer de las Alondras”, su nuevo libro, la poeta Carmiña Navia alude este libro al renacer de la mujer que ha sido dolida y silenciada, pero que tiene un nuevo renacer como el ave fénix. “La mujer es la fuerza cósmica del amor que sostiene el planeta Tierra, y todo lo resume. Ella es la luz que impulsa el alba y en el Amanecer de las alondras, amanecer de una nueva mujer, quizá la que habla, la poeta, la que canta y da a luz la palabra”, afirmó la escritora Navia.

Editorial: Apidama

Título: Amanecer de las Alondras

Autor: Carmiña Navia Páginas: 110

MÚSICA Y LITERATURA BOGOTÁ, COLPRENSA Aramís Quintero llegó con su nuevo libro “Cielo de agua”. Para su presentación en la Feria del Libro de Bogotá efectuó un evento denominado “Jugando con el sonido y las letras”, que integró la música y la literatura infantil; los niños se convierten en creadores de los sonidos y la banda sonora para acompañar los cuentos que leen. Aramís juega con las palabras y las cosas que representan esas palabras con un gran poder lírico y la agudeza que da el juego de los sentidos.

Editorial: Fondo de Cultura Económica

Título: Cielo de agua

Autor: Aramís Quintero Páginas: 120

La poeta Gabriela Castellanos en su importante obra “Bocetos para una Autobiografía”, regala a los lectores un manojo de poemas que muestran no sólo su aguda y penetrante visión de la vida, sino una inmensa madurez como mujer, escritora y poeta. Esta se divide en tres partes (3): Historias de luz y sombras, Biografías Inventadas y Definiciones. A través de estos bocetos, la poeta recuerda su vida y la vida de muchas mujeres que han recorrido caminos parecidos y recoge en pocas líneas, algunas palabras y metáforas y sus más íntimas confesiones y vivencias.

Editorial: Apidama Autor: Gabriela Castellanos

Título: Bocetos para una Autobiografía

Palabra del día

Mayo Quinto mes del calendario gregoriano y uno de los siete que tienen 31 días, mayo tomó su nombre de la ninfa Maia, la hija de Atlas y de Pleione, y madre de Hermes. Esta Maia griega nada tuvo que ver inicialmente con la divinidad itálica del mismo nombre. Ambas figuras mitológicas solo se identificaron a partir del siglo III a. de C., con la helenización de Roma. Una forma más antigua del nombre de Maia –Maiesta– dio lugar en latín al vocablo maiestas ‘grandeza’, a partir del cual se formó majestad.

GERENTE: Miguel Ángel Villarraga Lozano EDITOR GENERAL: Edwin Ballesteros Vásquez COORDINACIÓN: Redacción Cultural EL NUEVO DÍA PERIODISTA: Hernán Camilo Yepes Vásquez EDITOR: Óscar A. Varón B. DISEÑO: Néstor Iván Pérez FOTOS: Jorge Cuéllar. Suministradas. Colprensa. Internet TEL.: 2770050. Ibagué - Tolima - Colombia. PÁGINA WEB: www.elnuevodia.com.co CORREO ELECTRÓNICO: culturales@elnuevodia.com.co FACEBOOK: Cultura El Nuevo Día - Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa del Grupo Editorial Aguasclaras S.A.. ISSN: 021545-8.


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