Facetas 13 de marzo del 2016

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DOMINGO 13 DE MARZO DE 2016 - IBAGUÉ

FACETAS

¿Será que ahora sí? Concurso apoyado por EL NUEVO DÍA

A continuación, presentamos la crónica ganadora del concurso Mejores Crónicas en la Escuela 2015, organizado por Andiarios.

Muy temprano en la mañana, aun antes de que salga el sol, Leonilde ya está levantada y dispuesta a empezar la rutina; antes de hacer cualquier cosa, le da gracias a Dios por un día más de vida. Después de calzarse unas sandalias, va a hacerles el desayuno a sus nietos, de 6 y 8 años, Miguelito y Luisa Fernanda, quienes la esperan en la mesa, ya bañados y listos para ir a estudiar. Posteriormente, ella misma se arregla para salir a la calle a esperar el bus que la llevará a su trabajo. Leo vive en La Estancia desde que se mudó de La Palma, hace ya 30 años, para buscar mejores oportunidades laborales, y actualmente es empleada doméstica. Al subirse al bus, que casi siempre está lleno a reventar, Leo tiene que buscar cómo acomodarse sin sentirse demasiado abrumada, lo que más le molesta de su jornada. Para llegar a su trabajo tiene que recorrer la ciudad de extremo a extremo; en un día sin mucho trancón es el equivalente a un viaje de hora y media, muchas veces de pie, en un bus como este, aguantando una variedad de olores (la mayoría, desagradables) y apretujada entre la multitud. Al acercarse a su destino, ella le pide a gritos al conductor que se detenga, y con unos cuantos empujones ya está fuera del bus. Después de 10 minutos de caminata, por fin llega a la portería del conjunto El Prado para empezar su trabajo. Cuando sube al ascensor siente un ligero dolor en el cuello; hace casi 2 años, a Leo le practicaron una tiroidectomía (extirpación de la glándula tiroides), en una operación que, entre trámites, plazos y excusas, demoró más de un año para realizarse. Todo empezó con una cita para medicina general en septiembre del 2013, cuando le encontraron ciertas protuberancias en el cuello, y 2 meses después la mandaron ir a un

especialista en el tema que le diagnosticó hipotiroidismo; él mismo le dijo que necesitaba cirugía. Pasó otro mes para que la viera una anestesióloga y otro más, un cardiólogo, y cuando por fin le dieron una fecha para la cirugía, esta tuvo que ser aplazada hasta nuevo aviso por razones aún desconocidas. Después de tantos inconvenientes, el 12 de diciembre del 2014 se le practicó la cirugía a las 9 de la mañana. Leo ya estaba vestida con una bata azul, esperando a que le indicaran que entrara a la sala de cirugía. Estaba muerta del hambre; no había comido nada desde el día anterior. Según ella, el lugar donde la operaron era un cuarto oscuro repleto de cámaras, solo ocupado por una camilla, algunas máquinas, la enfermera, el doctor y el anestesiólogo. Muy cortésmente, le dijeron que se recostara y que no se preocupara, pues todo iba a salir bien. Aunque temblaba de nervios, cuando el anestesiólogo le pidió que contara hasta diez no pudo terminar porque ya estaba dormida. La operación fue todo un éxito; con unos chequeos más, se esperaba que Leo estuviera totalmente recuperada, y así fue, por lo menos durante un año, porque el 18 de febrero del 2015, 13 meses des-

¿Por qué me inspiró esta noticia? He descubierto últimamente que muchas de las personas que conozco han tenido problemas con las EPS, que van desde la falta de especialistas y la dificultad para obtener una cita médica hasta la demora en el cumplimiento de sus deberes para con sus pacientes. Todo esto me hizo creer que hay grandes falencias en nuestro sistema de salud, y por eso quise relatar este problema desde la perspectiva de una persona promedio que enfrenta esta complicación, contando, por medio de una crónica, cómo afecta la vida de dicha persona.

pués de la cirugía, en uno de los chequeos recurrentes descubrieron que la poca tiroides que le quedaba estaba inflamándose, como era de esperarse. Leo tuvo que volver a pasar por todo el tortuoso procedimiento, y hasta ahora lleva cuatro meses intentando comunicarse con su EPS, Cafesalud, para que le programe una cita con un especialista en cabeza y cuello, sin éxito todavía. Leo acaba de llegar al piso nueve, camina despacio por el corredor hasta llegar a la entrada del apartamento; después de timbrar unas cuantas veces, una señora bajita le abre la puerta. A pesar de que lleva puesta una piyama y se ve despeinada, es la persona más elegante que he conocido en mi vida. Muchos la conocen como la señora Cecilia, yo la conozco como abuelita. Leo entra al apartamento. Dependiendo del día, si no tengo que estudiar y aún estoy en casa para cuando ella llega, me saluda con un beso en la mejilla y me abraza (cómo no hacerlo si ella me cambiaba los pañales cuando tan solo era un bebé); enseguida entra al cuarto de baño

a cambiarse de ropa, para empezar su labor. Sé que el desayuno está listo cuando la dulce fragancia de los huevos revueltos y el chocolate invade el apartamento. Detesto admitirlo, pero Leo cocina mejor que mi propia mamá. El reloj de la

sala acaba de dar las 4 de la tarde, y para esa hora Leo ya ha tendido las camas, lavado la ropa, limpiado las ventanas, ha hecho el almuerzo y lavado los platos que se ensuciaron en el proceso. Ella sabe que, con 51 años encima, no está en condiciones óptimas para estar haciendo este trabajo, que es tan duro y menospreciado al mismo tiempo. Pero también, que sin él sería más difícil vivir, pues su sueldo, junto con el de su hijo, que trabaja como conductor de bus, es el sustento de la familia: con ese dinero comen, pagan facturas y les dan educación a Miguel y a Luisa Fernanda. Antes de terminar su oficio e irse, Leo toma el teléfono y llama al centro de salud para preguntar por su cita. Una voz de mujer,

como muchas otras veces antes, le responde que no hay agenda. Esta es la sexta vez que llama en estos últimos 3 meses. Son las 5 de la tarde y Leo ya ha terminado por hoy, se cambia de nuevo y, no sin antes despedirse, sale a la calle a esperar un bus que la lleve de vuelta a su hogar, lo que significa que tiene que repetir el suplicio de la mañana. Al llegar a casa, Leo se alegra de ver a sus nietos, quienes la reciben con un frenesí de besos y abrazos. En la noche, ya arropada en la cama, ve La vendedora de rosas hasta que finalmente la vence el sueño. En sus días libres, después de llegar de la iglesia (es muy devota en lo relacionado con Dios), Leo disfruta de acompañar a sus nietos al parque, jugar con su gata, Luna, y dar una vuelta con sus hermanas. Aunque su vida no sea perfecta, ella siempre dice que no se preocupa demasiado, pues podría ser mucho peor Esteban Piñeros Martínez I.T.I. Centro Don Bosco Bogotá


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DOMINGO 13 DE MARZO DE 2016 - IBAGUE

FACETAS HERNÁN CAMILO YEPES VÁSQUEZ ¿Sabían ustedes que el bambuco también lo toca la comunidad Paéz, en el extremo Suroccidental del Tolima, y que es una variación que lleva justamente ese nombre? Este es solo uno de los datos que hasta el momento muchos desconocían sobre el resguardo indígena Nasawes’x, y que hoy se recupera gracias a la investigación hecha por dos jóvenes universitarios desde hace siete años. ‘Memoria sonora del resguardo indígena Paéz de Gaitania, Tolima’ es el nombre de este documento, que condensa el resultado de un trabajo hecho por Yeison Fernando Esquivel y Boris Salinas Arias, y en el que se cuenta la historia de la música desde su ‘aparición’, en 1900, hasta la apropiación de nuevas melodías, que, según los licenciados, comprendió entre las décadas de los 60 y los 90.

Algunos conceptos recuperados

Ejemplares del libro estarán a disposición en la biblioteca Darío Echandía, y con distribución de manera informal.

Los Nasa llegaron al Departamento liderados por Tomás Valencia a finales del siglo XIX (1899 - 1906 aproximadamente), provenientes de Belalcázar, Cauca, y se asentaron a orillas del río Atá, en Planadas. Aunque sus miembros se consolidaron como resguardo en 1990 a partir de resolución del entonces Incora, tienen todo un legado. En el inicio del siglo XX, se usaba tres flautas traversas tradicionales en madera de carrizo y de uno a tres tambores, mas no hay presencia de guitarras, maracas u otros instrumentos; además, se interpretaba el bambuco y el pasillo, del que solo se reconocen dos piezas, unificadas en el nombre de bambuco Paéz, refiere la investigación. Esto y más, a partir de los relatos que entregaron los músicos Elías Quilcue, Adán Pame y Martín Atillo (de entre 60 y 70 años), y Alexander Quilcue, Olimpo Ramos y Daniel Dicue (mayores de 30); no obstante, también se caracterizaron artistas como Aparicio Yule y Domingo Yule, ya fallecidos producto del conflicto armado. La violencia bipartidista llegara al Sur del Tolima en 1948, con el asentamiento de las guerrillas liberales; para esa época, se hablaba de muchos de los anteriores cultores, quienes “tocaban en ocasiones donde la chicha y la parranda se hacían presentes, eran indígenas de la comunidad, dedicados a la agricultura, no recibían pago económico por su quehacer musical, pero sí muestras simbólicas de gratitud”.

Arriba: los fotutos, instrumentos muy tradicionales en la comunidad; abajo: la práctica de corte del carricillo de flauta.

Las músicas foráneas

Tras la operación militar sobre el valle de Marquetalia, en aquel 1964, los indígenas empezaron a tomar parte activa en el conflicto armado. Como hecho paralelo se vieron afectadas las tradiciones, producto de la muerte de los músicos Domingo Yule y Venancio Ramos, quienes entregaban su vocación musical a la comunidad. Para esta época, tras la entrada de la radio a partir de emisoras como HJN (actual Radio Nacional de Colombia), HJKK y La Voz de la Víctor se hablaba de exponentes como Los alegres del Guavio, Los Cuatro del Pomo y Rafael Escalona. “El ritmo más característico fue el merengue (cundiboyacense), con menor presencia del joropo y el paseo vallenato”, es otra de las consideraciones expuestas en este texto de gran valía para dichas comunidades.

Apuntes interesantes sobre esta comunidad a 10 horas de Ibagué

La música en el Tolima también es del indígena

Dos jóvenes se aventuraron a recorrer muchas horas de camino, por descubrir lo olvidado sobre la música que se hace en Gaitania (Planadas). ASPECTOS GENERALES

En la época de la investigación, se encontró grupos musicales con ritmos andinos en el colegio Nasawes’x Fi’zñi y en el propio resguardo Nasa.

‘Memoria sonora del resguardo indígena Paéz en Gaitania’ comenzó en 2008, cuando los dos creadores optaban al título de licenciados en Música. “Fue un trabajo de campo con todo el proceso investigativo, y de recopilar información externa que no teníamos”, comenta Yeison Fernando. En este documento, se menciona las crónicas que sobre la música en el Tolima dejaron Fray Pedro Simón (1981) y Fray Pedro de Aguado (1957), “en ambos la música aparece dentro de su contexto de uso, casi siempre en los enfrentamientos bélicos entre españoles e indígenas”, reza el texto. Diálogos con la comunidad, el gobernador del Resguardo, Ovidio Paya; los músicos y los profesores hicieron posible que se inmortalizara este registro, según Esquivel. “En el Sur del Tolima han pasado cosas muy interesantes estos cinco años: antes pasábamos por trochas, la energía eléctrica era intermitente y una vez el río se había llevado una parte de la vía, ahora ha llegado inversión muy fuerte del Estado”, agrega. Y añade que esta comunidad ha venido evolucionando, por lo que “hay que empezar a romper esos imaginarios de quienes no están en constante contacto con ellos”.


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DOMINGO 13 DE MARZO DE 2016 - IBAGUÉ

FACETAS Raúl

El poema Timbra un celular, varias veces y contestan: -¡Aló!-¡Ya pueden venir a recogerlo!Padre, madre e hijo, brincan como conejos y lanzados como cohetes, viajan a traer con quien soñaron, en un marco de felicidad. Lo acomodan en un nicho abullonado, con el nombre sobre un soporte en la cabecera. A los lados juguetes para la entretención del nuevo miembro de familia. Con el correr del tiempo, se percataron que estaba perdiendo la visión, ya que comprimía los ojos para enfocar aquellos programas de su agrado, como las historias de felinos en cacerías de temblorosas victimas, y las novelas que veía en medio de cálidas cobijas, acompañando a los Buitrago. Así, le sembraron unos espejuelos, y veía plácido los programas de la T.V. Llegó el tiempo de las vacunas y de los infaltables quebrantos de salud, formulado por el especialista amigo de familia

José Hilario Yepes*

y, quien inquieto, observó rarezas. De las mejillas brotó espesa barba y las orejas se comprimieron. Debía ser afeitado con frecuencia, pero, sus ojos claros, en un rostro tierno y de pestañas largas, ocultaban sueños poéticos misteriosos. Se idearon una máscara de perro para sacarlo a pasear, y él, con todo el rigor de adulto, se comportaba disciplinado, a pesar de las preguntas indiscretas y, la respuesta siempre fue la misma: -¡A él le encanta disfrazarse!- y, la gente reía. Con el correr del tiempo, se convirtió en el eje de vida de la familia. Les daba felicidad, cuando saboreaba hojuelas de maíz en leche, dulces y galletas, y a veces hacia pilatunas en la cocina, cuando erecto comía lo de su agrado y que ubicaban lejos del alcance. Una mañana, caminaba triste sobre el tapete de la sala y al palparlo, le detectaron una especie de calentura. Dejó de ju-

gar con el osito de peluche, y no volvió a ingerir platillos. El especialista, lo mantuvo bajo observación varios días, y la fiebre continúo su ascenso, marcando más de 40 grados. Creyeron en una infección, pero, la fiebre no daba tregua y lo recluyeron en un centro de atención para enfermos. Los resultados de sangre, indicaron la presencia de un virus, con las plaquetas bajando rápido. Así, entró en un complicado deterioro de salud, y el sistema inmunológico atacado, con dictamen grave. Lo trasladaron a cuidados intensivos, y allí falleció, con un diagnostico de virus del zika, dado por el veterinario amigo de familia, enfermedad que no tiene explicación científica en un perro labrador, como lo fue Raúl. En un álbum de fotografías, permanecen guardados los recuerdos del perro, quien muchos años, le dio felicidad a una familia amante de las mascotas. *Escritor radicado en Ibagué

BOGOTÁ, COLPRENSA Esta es la primera biografía ilustrada sobre la vida y la obra del fundador de Apple, un verdadero ícono de la innovación en el mundo, siendo una oportunidad diferente y dinámica para acercarse más a la obra de uno de los genios de nuestros tiempos, que en pocos años entendió para dónde estaba girando el mundo. Aunque sea divertida, esta ilustración hecha a mano en sus dibujos, no esconde ninguno de los aspectos de Jobs, ni en lo bueno, ni en lo malo, como cuando fue despedido de la empresa que él mismo fundó.

Editorial: Destino Título: Steve Jobs: biografía ilustrada IBAGUÉ “El ajedrez es un juego útil y honesto, indispensable en la educación de la juventud”, dijo alguna vez Simón Bolívar. Tomando como base estas palabras, se publica este libro en el que se destaca las premisas del llamado ‘deporte ciencia’, que pueden jugarlo en todas las edades. Origen, consejos para jugarlo y demás fundamentos se incluyen en este texto.

Editorial: independiente Título: La educación a través del ajedrez (2a. edición) Autor: José Ignacio Rengifo Páginas: 89

Editorial: Caza de Libros Título: Cantata en yo mayor Autor: Benhur Sánchez S. Páginas: 145

Autores: Jessi Hartland Páginas: 240

RECOMENDADOS LITERARIOS BOGOTÁ, COLPRENSA El tema del alimento en el mundo continúa siendo un factor de análisis, cada vez con preocupantes cifras por el alarmante aumento de la población mundial que ha generado la necesidad de transformar el sistema alimentario, que hoy, genera tres veces más alimentos de los requeridos en el mundo, pero crece el número de personas que padecen hambre. Son treinta años en los que David Rieff se ha dedicado al estudio y la elaboración de informes sobre ayuda humanitaria y desarrollo.

Editorial: Taurus Título: El oprobio del hambre

Autores: David Rieff Páginas: 320

Película en crítica

La palabra de la semana

Non

De la manera de “¡¿pares o nones?”, non adquirió función de adjetivo con el significado de ‘non par’, o sea, ‘impar’, como registran hoy los diccionarios.

IBAGUÉ El libro, reseña Carlos Orlando Pardo, está habitado por la ternura. “Despiertan sus breves historias que también nos arrancan carcajadas por lo divertidas, pues si en apariencia se trata de una selecta colección de recuerdos, son, ante todo, instantáneas maravillosas sobre la fugacidad del tiempo, las cosas y la vida”. Son 43 relatos de reflexión sobre la condición inescrutable de la mente, por lo que hay que escribir los sucesos.

En cuanto al latín, el adverbio de negación podía ser non o ne, como en el precepto jurídico non bis in ídem (nunca dos veces por mismo motivo), por el cual una persona no puede ser juzgada dos veces por el mismo delito, que también puede expresarse como ne bis in idem. Los hispanohablantes heredamos el non sin la n final, pero en francés esta diferencia siguió, con el uso de la partícula negativa de acuerdo con su posición en la frase. Así, en francés se dice “Non, madame, je ne sais pas”, que en español es “No, señora, no lo sé”. Ne, procedente de su similar indoeuropeo, era más antiguo en latín; en efecto, la negación non se derivaba del arcaico ne oinom, literalmente ‘no uno’, pero el ne simple se siguió usando junto con non durante mucho tiempo, hasta que desapareció antes de que se formaran las lenguas romances. Otro compuesto de non en latín era neque ‘y no’, que se abreviaba nec, de donde proviene la conjunción castellana ni. Vamos a los nones del título: a pesar de que el adverbio no ya aparece en el siglo XI en las Glosas emilianenses, primer documento conocido en romance hispánico, también se siguió usando non durante muchos años. Se cuenta que los jugadores de dados y otros juegos de azar preguntaban “¿Pares o non pares?” antes de echar suertes; hasta que en cierta época la pregunta cambió a “¿Pares o nones?”.

Taxi (Jafar Panahi) Un taxi recorre las vibrantes y coloridas calles de Teherán. Pasajeros muy diversos entran en el taxi y expresan abiertamente su opinión mientras son entrevistados por el conductor que no es otro que el director del film, Jafar Panahi. Su cámara, colocada en el salpicadero del vehículo, captura el espíritu de la sociedad iraní a través de este viaje. “Una (otra) lección de cine y vida de Jafar Panahi. (...) una extraña ficción con aire de documental a medio camino entre la comedia, la tragedia y lo que viene después.” Luis Martínez: Diario El Mundo “Un descomunal juego de ingenio, algo que, a primera vista, parece desnudísimo para ir, poco a poco, revelándose como una intrincada y sibilina construcción.” Jordi Costa: Diario El País ‘Taxi Teherán’ es una película valiente, comprometida y sin duda, necesaria por su reflejo de la sociedad iraní pero que por desgracia, nunca se verá dentro de sus fronteras. Lucía Ros (El blog de cine)

GERENTE: Miguel Ángel Villarraga Lozano EDITOR GENERAL: Edwin Ballesteros Vásquez COORDINACIÓN: Redacción Cultural EL NUEVO DÍA PERIODISTA: Hernán Camilo Yepes Vásquez EDITOR: Óscar A. Varón B. DISEÑO: Edison Guarnizo FOTOS: Suministradas. Colprensa. Internet. TEL.: 2770050. Ibagué - Tolima - Colombia. PÁGINA WEB: www.elnuevodia.com.co CORREO ELECTRÓNICO: culturales@elnuevodia.com.co FACEBOOK: Cultura El Nuevo Día - Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa del Grupo Editorial Aguasclaras S.A.. ISSN: 021545-8.


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