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DOMINGO 19 DE NOVIEMBRE DE 2017 - IBAGUÉ
FACETAS Oriundo de San Gil, Richard Allan King regresó a su pueblo natal para llevar a cabo el lanzamiento de su primera novela titulada ‘El Algoritmo’. Richard Allan King, nació en San Gil, Santander, luego de culminar sus estudios de bachiller, se traslada a Bucaramanga en donde estudió ingeniería de sistemas y se especializó en seguridad informática. Fue allí, en la universidad, donde comenzó a explorar el mundo de la escritura, entre grupos de estudio y semilleros se fue transformando el deseo de escribir en algo tangible. El público pudo conocer su trazo a través de sus dos primeros libros de cuentos titulados, ‘Relatos para una noche de campamento´. En su primera entrega, seis cuentos abordan el tema de los relatos fantásticos con el único fin de brindar entretenimiento.
S.H.E.I.L.A
FOTOS: SUMINISTRADAS – EL NUEVO DÍA
Un santandereano fascinado por la ciencia ficción
Richard Allan King y su escritura fantástica
Los violentos temblores de sus párpados junto a la enérgica actividad neuronal, como un mar de leva, POR: RICHARD ALLAN KING indicaban que George ingresó de nuevo a la fase MOR1 del sueño. En consecuencia, S.H.E.I.L.A salió de su estado de reposo e inició el nivel de Prevención y Vigilancia Moderado; sabía, gracias a los datos recopilados durante el último mes, que pronto La Pesadilla volvería a acosarlo y su prioridad consistía en impedir que las recurrentes y horripilantes imágenes producidas por su melancólico subconsciente importunaran sus merecidas siete horas de descanso. La respiración de George empezó a oírse entrecortada (como un fuelle deteriorado, hubiese comentado con jocosidad Linda). Un poco después fue su cabeza la que comenzó a interactuar con lo que fuese que estuviera merodeando dentro de su aterrado cerebro. A quién o a qué clase de cosa desconocida le estaría gesticulando “No”, allá, en su secreto jardín de los sueños para el que solo él tenía pasaporte. Gracias a Dios, solo él podía ingresar a ese infernal mundo de locura. Gracias a Dios. El sistema de parlantes de alta fidelidad entró en funcionamiento inundando la alcoba con una suave tonada. El Lago de los Cisnes de Chaikovski fue el tema elegido por S.H.E.I.L.A. Y solo “ella” y Linda podrían saber que esa obra maestra de la música clásica relajaba a George, al punto de obligarlo a volver de su hipnótico universo de pesadilla. Un universo mental que se valía de dulces y tentadoras fantasías para retenerlo más de la cuenta, justo lo necesario para que siempre presenciara el terrorífico final de amor y sangre. Sangre a borbotones. Pasados los 30 segundos de espera por defecto, S.H.E.I.L.A revisó nuevamente sus signos vitales y físicos. Seguía alterado, tenso y un sudor viscoso comenzaba a cubrirle la frente. La Pesadilla, esa cosa oscura y difusa que tanto lo mortificaba, no quería desprender sus garras todavía. Era el momento de iniciar la siguiente fase. De cada esquina de la habitación, un spray incrustado en la pared, casi imperceptible, expulsó cientos de pequeñas gotas. La Lluvia Dormilona la bautizó Linda una vez. Y de cierto modo estaba en lo correcto. El rocío, que ahora descendía flotando lentamente, era un mejunje de medicinas farmacológicas combinadas especialmente para su tipo de fisonomía y destinadas a relajarlo o, ya siendo realistas, a noquearlo; era, por así decirlo, una bomba atómica de entrega certificada con dirección: País de los Horrores, Apartado Aéreo Sáquenme-de- Aquí-Maldita-Sea. Antes que el paquete de escasas cuatro toneladas equivalentes a 12.5 kilotones de TNT arribara a su destino onírico, George se encontraba en un surrealista McDonald’s junto a Linda y su pequeño Jonathan saboreando el primer mordisco hecho a un crocante McNuggets. Su adorado hijito devoraba eufórico una Cajita Feliz, dichoso porque al fin logró completar la colección de personajes de Bob Esponja (un clásico que nunca pasaba de moda) que venía en el interior a manera de sorpresa. Y Linda, la inclonable Hermelinda “Ojos de Miel” Paltrow, que había ordenado una ensalada gourmet con pechuga de pollo gratinada, no paraba de sonreír cada vez que le dedicaba una mirada a cualquiera de los dos hombres de su vida: su adorado esposo George “Sexo Matutino” Paltrow, era la hora en la que usualmente la cortejaba para hacer el amor (si le llevaba el desayuno a la cama significaba que amaneció con ganas, muchas ganas), y su pequeño John, la fuente inagotable de su felicidad. ¿Por qué no ha probado bocado?, ¡Oh! Madre Santa, está embarazada¡ –pensó George—. No, no estaba encinta, solo… no tenía demasiada hambre, eso era todo. Además, qué importaba si comía o no, era simplemente un sueño. Un sueño hermoso… que pronto se convertiría en una pesadilla. Linda, o esa cadena de neuronas engañosas que la representaban, sabían de antemano que no era necesario comer porque dentro de un breve instante su efecto alucinógeno cesaría por completo. Únicamente debían esperar a que Linda muriera, muriera de nuevo, muriera por enésima vez, así su trabajo habría terminado, por lo menos por esa noche… ya veríamos en la siguiente. Un sonido gracioso, el típico Uaaaa Uaaaa que surge de la nada cuando te resbalas por culpa de una cáscara de banana (eso, si fueras un dibujo animado), retumbó en el colorido establecimiento. Acto seguido el hilarante payaso de overol amarillo, rayas rojiblancas y zapatos de obrero, rojos y gigantescos, hizo su aparición. George trató, como pudo, de ocultar su alegría. Vamos, cierra ese pico, aprieta esos labios, Johnnie no se puede dar cuenta. Por supuesto que el pequeño no podía enterarse de lo que iba a su-
ceder, eso estropearía el meticuloso plan trazado y su fiesta de cumpleaños sería un completo fiasco. Y entonces no habría servido de nada el par de mentirillas piadosas que con inocente malicia maquinó en la mañana. Es un almuerzo normal, Linda, no creas que voy a botar la casa por la ventana. —Más te vale, George, sabes que no me gusta que despilfarres el dinero. Y la segunda mentira iría al final. Por favor, mi vida, no pensarás que le pagué a ese payaso para que le cantara el cumpleaños y lo alzara en brazos. —No, claro que no, diría ella en un tono sumamente desconfiado, tú no tuviste nada que ver, fue un milagro, ¿cierto George? Pero no habría ocasión para que George pronunciara su elaborada frase de escapatoria. A lo largo de las más de tres decenas de pesadillas ocurridas con anterioridad nunca hubo espacio para las palabras finales y ésta no sería la excepción. Al menos que, desgarradores gritos de desesperación puedan ser considerados fonéticamente como expresiones orales. El estrafalario payaso comenzó a interpretar su desafinada versión de celebración de cumpleaños: una serie de ruidos discordes que te erizaban la piel y que al parecer a Jonathan se le antojaban melodía para sus oídos. La única sincronización que se podía notar en tan bizarra presentación era el hecho de que entre más próximo estaba el final de la canción, el tipo, que representaba pobremente al famoso símbolo de la compañía McDonald´s, más se acercaba a la mesa de la pequeña pero hermosa familia. Por cada paso del bufón amarillo con rojo, la sonrisa del sorprendido agasajado se ensanchaba más y más. James Manson, que dentro de un par de años sería perseguido sin misericordia por sabuesos, atrapado y condenado a la cámara de gases por múltiples violaciones y asesinatos, también sonreía, mas la gruesa capa de maquillaje, blanco en su rostro y rojo en su boca y nariz, hacía parecer a aquel gesto amigable, lo suficiente como para ganar tu confianza. Eso era lo único que necesitaba. S.H.E.I.L.A detuvo la irrigación del medicamento. Una pequeña dosis de más sería contraproducente. Algo así como regalarle a George un pasaje de ida sin regreso a la tierra de Nunca Jamás. Lugar en el que se hallaba inmerso provisionalmente agradecido por estar de nuevo juntos, todos juntos, como antes, como cuando su vida no era aún una inmundicia. El show de la Imitación-de-buen-payaso estaba por acabar y George solo atinaba a quejarse interiormente por los 300 dólares gastados y casi, podría decirse, desperdiciados. Para colmo de males tendría que ingeniárselas para que Linda no descubriera el desfalco en las finanzas familiares llevado a cabo por un cuarentón con alma de niño y cuyo único pecado había sid… La mordió, el muy desgraciado la mordió en la yugular ¡la está mordiendo en la yugular! Fue lo primero que se le ocurrió a George pensar antes de poder mover un solo músculo de su paralizado cuerpo. Era cierto. El bastardo James Manson, empleado a turnos de McDonald´s, había ido directo al cuello de Linda, como un vampiro, sí, eso era, como un puto íncubo de película hollywoodense, solo que ésta vez no le realizó dos pequeñas y sutiles incisiones como es usual sino que le arrancó un enorme pedazo de carne y músculo. Un Big MacPedazo de Cuello con papas fritas y malteada, por favor, pensó George consternado; sin saber qué hacer mientras la sangre tibia le salpicaba el polo Lacoste celeste que llevaba puesto. Entonces murmuró algo curioso. Esto debe ser una pesadilla, una estúpida pesadilla. Y por supuesto que lo era. Que un empleado estresado y con el cerebro frito te muerda, vaya y venga, pero que al observarlo detenidamente, te des cuentas que sus aserrados dientes son semejantes en apariencia a los de un tiburón blanco, eso ya es otro cuento. Eso significa o que la situación fue tan traumática que te volviste loco o que estás atrapado en un mal sueño, de esos que por poco y te mandan directo a la UCI2 con serios problemas cardíacos… Haz algo, imbécil, ese maniático la está destrozando y tú estás que te orinas del susto. Era cierto. Ambas cosas. La cabeza de Linda cayó hacia atrás. Con sus trémulas manos se mantuvo aferrada al asiento, consciente de que estaba agonizando, de que iba a morir irremediablemente. Ahora irá por el chico, apresúrate, soquete, bueno para nada. George por fin reaccionó. Tomó una de las tres bandejas que había sobre la mesa y le propinó un fuerte golpe al mal nacido Dientes de Escualo. Aunque tenía claro que se trataba de una pesadilla no iba a permitir que matara a su tesoro John. ¿Y Linda? Ya era poco lo que se podía hacer por ella. ¿Y el payaso psicópata? El golpe lo hizo
Según el autor, las historias abarcan una gran variedad de situaciones e interrogantes que afectan el pensamiento básico humano.¿Quiénes somos? ¿Qué nos depara el futuro? ¿Estamos solos en esta travesía por el tiempo y el espacio?, son algunos de los interrogantes que se podrán ir descubriendo a través de la lectura. En la segunda entrega, King lleva al lector por una serie de siete historias que se podrían catalogar como leyendas urbanas, históricas fascinantes y dramáticas que podrían ocurrir en cualquier momento, en cualquier lugar y a cualquier persona. Según el autor, está trabajando en su tercer y última entrega de este compendio de cuentos que llevaran al lector a sumergirse en un mundo de fantasía donde todo es posible.
El Algoritmo
El autor reconoce que su fascinación con el género de la ciencia ficción es la que lo define, por esa razón, esta, su primera novela no podría ser otra cosa que un relato que se desenvuelve en la influencia que la tecnología ejerce sobre los seres humanos, y como cada día afecta a la civilización. Todos los libros de este autor se pueden obtener a través de Amazon, que según el autor, permite a los escritores nuevos o que se están dando a conocer, poder publicar y vender a nivel global sin que haya de por medio una editorial.
retroceder, trastabillar y por último caer en la ardiente parrilla gigante de las hamburguesas dejando en ella un pequeño espacio para, cuando mucho, tres o cuatro rodajas de carne. Mientras pensaba en que el administrador debería adherir al menú: Oferta del día, Hamburguesa fresca de Payaso, George descubrió complacido que los homicidas también gritan y lloran como niñas. En especial, si su piel está siendo rostizada a fuego lento. Una fina lluvia comenzó a caer suavemente dentro del local de comidas rápidas. George tomó a su hijo de la mano y calmándolo cerró los ojos. Intuía que un empleado había accionado oportunamente la alarma contra incendios. También sabía que allá, en el mundo real, en su mundo, S.H.E.I.L.A debía haber abierto los aspersores, los que producían la Lluvia Dormilona, según Linda, y eso significaba que ya era hora de partir, que en pocos segundos el paquete especial, alias bomba atómica, arrasaría con todo… una vez más. Miró por última vez al payaso que se retorcía en el asador. La piel le colgaba. Luego un destello lo envolvió todo. George despertó con el corazón y el pulso a mil por hora, como si acabara de tener una sesión de sexo matinal con Linda, la diferencia es que en esta ocasión se hallaba jodidamente asustado y para nada tenía su miembro erecto. Tu varita mágica, le apodó juguetonamente Linda. Pero ella ya no estaba. Porque la pesadilla no distaba mucho de la realidad. Claro que celebraron el cumpleaños número siete de su hijo en un McDonald´s, y la mala inversión de los 300 dólares por el horrendo e insípido acto del supuesto payaso también fue un hecho y, maldita sea, ese asqueroso violador, a pesar de ser un principiante, hizo bien su trabajo. Había averiguado su dirección, esperado a que él y Johnnie no estuvieran en casa para luego agredir sexualmente a Linda y, no contento con eso, asesinarla. La degolló con un cuchillo aserrado como a un cordero. Y ahora ellos dos estaban solos. Traumados a más no poder y sin nadie que les tendiera una mano a excepción de una frívola máquina computarizada haciendo las veces de señora y guardiana del hogar. —Buenos días, Sr. (pausa) George (pausa) le recuerdo que hoy su hijo (pausa) Jonathan (pausa) cumple años. ¿Desea algo especial para almorzar? Mi sugerencia es llevarlo a (pausa) Burger King. —¡Vete al infierno¡ —vociferó George visiblemente frustrado y preguntándose por qué demonios el año anterior aquel maldito aparato no le aconsejó Burger King en lugar de McDonald´s—. —Gracias Señor. —prosiguió metódicamente S.H.E.I.L.A (rigiéndose por su anticuado algoritmo computacional que aún le impedía reconocer ciertas frases y emociones)—. Lo mismo le deseo —concluyó, tratando de sonar amable mientras en background desviaba la llamada entrante de esa nueva mujer que George había comenzado a frecuentar. Esa insípida mujer que quería ocupar su lugar como Ama y Señora del hogar—. --------------------------------------------1 Movimiento Ocular Rápido 2 Unidad de Cuidados Intensivos Nota del autor: Tomado del libro “Cuando las máquinas comenzaron a levantarse – Capítulo 6: Inteligencia Artificial: El Gran Error”
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DOMINGO 19 DE NOVIEMBRE DE 2017 - IBAGUE
FACETAS Uno de los artífices de la magia de Dolorán
Héctor Rivera, su legado a la historia y a la salud de Colombia
Héctor Rivera nació en Ibagué en septiembre de 1930, y desde que abrió las puertas de su farmacia en 1952 no ha dejado de ir un solo día a trabajar, un ejemplo de constancia y dedicación de los tolimenses con sus trabajos. Su vida, como la de la mayoría de colombianos, no ha sido fácil, pues desde muy niño quedó huerfano, sin embargo su familia paterna siempre estuvo involucrada con las farmacias y lo ayudo a seguir su camino. Por esta razón, estudió solamente hasta el tercero de bachillerato, y allí decidió que tenía que trabajar para darles la oportunidad a sus hermanos de continuar con sus estudios. Su tío, Nicolás Rivera, fundó la droguería Internacional, y fue allí donde comenzaría la carrera de Héctor como uno de los artífices de la magia que acompañaría a la pomada Dolorán en su historia. Con su tío trabajó alrededor de nueve años y aunque aprendió a preparar varias formulas, su anhelo siempre fue atender al público, ya que en aquella época los farmaceutas aconsejaban a los clientes sobre cual medicina curaría los dolores que los aquejaban a diario.
Un ibaguereño convirtió una sencilla fórmula en una pomada que desde hace 52 años está presente en la historia de la radio, la televisión y por supuesto, la historia de Colombia.
Dolorán ha estado presente por medio de sus campañas publicitarias en varios de los eventos más importantes del país.
Sin dinero
Luego de un tiempo, Héctor Rivera se retiró del negocio de su tío con la firme intención de abrir su propia farmacia. Sin dinero y solo con el apoyo de unos cuantos amigos en 1952 funda la droguería Selecta, ubicada en la carrera Segunda con calle 18, mismo sitio en el que actualmente funcionan los laboratorios Herigar. Sin embargo, debido al poco respaldo de su músculo financiero, la droguería se encaminaba a su inminente cierre. De manera afortunada, cuando Héctor ya había decidido que no continuaría con la droguería, apareció el vendedor de los productos Schwarzkopf, el alemán Klaus Walter Miller, quien después de una charla lo persuadió y ánimo a seguir, además convocó a los demás proveedores para que extendieran los plazos de pago. De esta manera la droguería se revitalizó.
Aparece la magia
El doctor Ramón Reyes Galvis, una autoridad en el mundo farmacéutico colombiano en aquella época, era muy amigo de Héctor, y siempre le aconsejó que su farmacia debería tener un producto insignia, fue así como trabajaron en la fórmula de la famosa pomada Dolorán. Se comenzó a comercializar en muy pocas cantidades, y en apenas unas cuantas farmacias que exis-
LA COMPAÑÍA La empresa es una sociedad y existe un protocolo de familia, allí trabajan 15 personas, 10 dedicadas a la mezcla de químicos, y cinco personas en la parte administrativa. Cuentan con 12 comercializadores a nivel nacional quienes se encargan de vender a cada uno de sus afiliados y droguerías independientes. Es un producto OTC de venta libre, tienen el registro Invima desde hace 17 años, y fue el primer laboratorio pequeño que se certificó, incluso el mismo Invima ha pedido permiso a Héctor para que otros laboratorios los visiten, “Entonces a las pequeños laboratorios les dicen, vayan a Ibagué, allá hay una fábrica muy elemental pero que cumple con todas las reglamentaciones”, señaló Germán. De igual manera su hijo expresó que el legado más grande que deja Héctor Rivera es la dedicación al trabajo, hacer las cosas sencillas, de manera elemental pero que los esfuerzos se multipliquen.
990
Es el número de municipios en los que está presente Dolorán, de los mil 300 que tiene el país.
tían en esa epoca en Ibagué. Su hijo Germán Rivera, narró que su papá tenía la idea de hacer algo con algunos paracaídas, fue así como en una noche de tertulia y dialogando con algunos amigos les contó su idea. Uno de esos amigos era piloto de helicóptero que trabaja en fumigación de cultivos, y a cambio de algunos pesos para la gasolina, el hombre se convirtió en su cómplice de aquella locura. El 21 de noviembre de 1965 es coronada la única reina que ha tenido el Tolima, Edna Margarita Rudd Lucena, quien luego de ser nombrada como soberana nacional, no viajó hacia Ibagué inmediatamente sino que se quedó en la capital por unos días, tiempo suficiente para que Héctor y su amigo piloto idearan el plan. A cada cajita de cinco gramos se le instaló un pequeño paracaídas. Cuando por fin la reina arribó a Ibagué en el carro de Bomberos y transitaba por la calle 37 con Quinta, apareció el helicóptero y comenzó a arrojar todos los paracaídas, fue así el inicio de la particular publicidad que ha acompañaso a la marca desde siempre. A partir de ese momento, los pedidos se incrementaron y Héctor comenzó a desplegarse hacia los pueblos del Tolima.
La fuerza de la publicidad
FOTOS: SUMINISTRADAS – EL NUEVO DÍA
La Alcaldía lo exaltó por ser uno de los tolimenses que ha contribuido al desarrollo y al progreso de Ibagué.
Germán narró que aunque su padre no terminó su bachillerato, siempre fue muy inquieto y perspicaz, por eso toda la publicidad de la marca fue creada por él. Pero no fue de la noche a la la mañana que apareció como una revelación divina. Héctor siempre iba escribiendo en su libreta frases que le parecían atractivas de algún modo y así avanzó poco a poco hasta que
llegó a la publicidad que la mayoría de colombianos recuerdan. Además de lo sencillas y contundentes de las frases, Héctor contó con la ayuda de su hermano, el gran locutor y médico, Cristóbal Américo Rivera, quien con su potente voz le dio
vida a los comerciales para radio y televisión. Y aunque los comerciales para la televisión no son los más estéticos, si tienen un mensaje muy profundo, cuentan con una voz poderosa y además sencillas y contundentes frases. Tanto así que varios comediantes hicieron muchas parodias, aportando sin querer a la fuerza de la marca, hombres como Jaime Garzón, Vargas Vil y en otros programas como Sábados Felices.
Presente en momentos importantes
En 1991 la atención de los medios en Colombia se centraba en la cacería a Pablo Escobar, un sacerdote, Rafael García Herreros luego de muchos diálogos logró llevar a este hombre tras las rejas, y en ese momento estuvo presente Dolorán. Por aquella época la tecnología estaba por decirlo de algún modo algo estancada, aunque se habían alcanzado logros importantes, las comunicaciones aún no estaban tan avanzadas. La televisión, para llevar a cabo transmisiones en vivo y en directo se hacía vía microondas y la señal algunas veces fallaba. Cuando Pablo Escobar decidió entregarse, la televisión colombiana transmitía este proceso, todo el país estaba paralizado frente a un televisor siguiendo lo que pasaba, para ver si era verdad o simplemente otro truco más del hombre más buscado por las autoridades hasta ese momento. Por fin, cuando apareció Pablo Escobar, la señal se perdió por unos momentos y en ese instante apareció la famosa propaganda, “¿Sufre usted de lumbagos, calambres o dolencias similares?, sí señor, ¿Padece tortícolis, torceduras, desgarros?, sí señor…Dolorán se frota y el dolor se alivia, adiós dolores, el dolor le tiene miedo a Dolorán”, acompañada de las peculiares imágenes, que se convirtieron en parte de la historia de la televisión y del país mismo. De igual manera la marca estuvo presente en varias versiones de la Vuelta a Colombia, gracias a que Héctor Rivera hizo muy buenas relaciones con Pedro J. Sánchez, ‘El León’; tenían un acuerdo, mientras que Rivera le traía repuestos de Bogotá, en contraprestación Pedro J. utilizaba en su cachucha la publicidad de Dolorán. Y el vehículo de Héctor, un Volkswagen modelo 64 en el que recorría los municipios del Tolima llevando su mercancía, de igual manera acompañaba la vuelta a Colombia lleno de publicidad de la reconocida pomada.
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FACETAS Elegía de septiembre
El poema
¡Oh sol! ¡Oh mar! ¡Oh monte! ¡Oh humildes animalitos de los campos! Pongo a todas las cosas por testigos de esta realidad tremenda: He vivido.
Porfirio Barba Jacob
los dioses me han hecho un regalo divino: la ardiente esperanza. Espiga que mecen los vientos, espiga que conjuntas el trigo dorado: al influjo de soplos violentos, en las noches de amor, he temblado. Montaña que el sol transfigura. Tabor al febril mediodía, silente deidad en la noche estilífera y pura: ¡nadie supo en la tierra sombría mi dolor, mi temblor, mi pavura! Y vosotros, rosal florecido, lebreles sin amo, luceros, crepúsculos, escuchadme esta cosa tremenda: ¡He Vivido! He vivido con alma, con sangre, con nervios, con músculos, y voy al olvido...
Main Cordero tranquilo, cordero que paces tu grama y ajustas tu ser a la eterna armonía: hundiendo en el lodo las plantas fugaces huí de mis campos feraces un día... Ruiseñor de la selva encantada que preludias el orto abrileño: a pesar de la fúnebre muerte, y la sombra, y la nada, yo tuve el ensueño. Sendero que vas del alcor campesino a perderte en la azul lontananza:
Kris Kuksi
Editorial: DEBOLSILLO Título: Los jefes / Los cachorros
Autor: Mario Vargas Llosa
Sinopsis Los jefes (1959) fue el primer libro publicado por Mario Vargas Llosa, con el cual obtuvo su primer reconocimiento literario, el Premio Leopoldo Alas. Según su autor, «Los jefes es un pequeño microcosmos de lo que vendría a ser el resto de mis libros». Cuando escribió Los cachorros (1967), el escritor peruano era ya dueño de todas sus facultades narrativas, por lo que es un muestrario de la diversidad de las pasiones personales y colectivas. Tal y como afirma Vargas Llosa, «de todas las obras que he escrito es la que ha tenido interpretaciones más diversas». A través de los adolescentes protagonistas de las dos obras, el ganador del Nobel de Literatura en 2010 reflexiona sobre la tiranía y la violencia que marcan una sociedad y que frustran las expectativas de sus habitantes.
NOVEDADES LITERARIAS Editorial: ALFAGUARA Título: Eva
Autor: Arturo Pérez-Reverte
Sinopsis Marzo de 1937. Mientras la Guerra Civil sigue su trágico curso, una nueva misión lleva a Lorenzo Falcó hasta Tánger, turbulenta encrucijada de espías, tráficos ilícitos y conspiraciones, con el encargo de conseguir que el capitán de un barco cargado con oro del Banco de España cambie de bandera. Espías nacionales, republicanos y soviéticos, hombres y mujeres, se enfrentan en una guerra oscura y sucia en la que acabarán regresando peligrosos fantasmas del pasado. Tras el éxito internacional de Falcó, realidad y ficción vuelven a enlazarse magistralmente con el talento literario de Arturo Pérez-Reverte en esta asombrosa novela de lectura fascinante.
La palabra de la semana
Abigeato Se llama así el robo de ganado. Abigeo es aquel que comete este delito. Ambas palabras provienen del latín abigere ‘robar ganado’ y abigeator, -oris ‘ladrón de ganado’. El vocablo latino se formó a partir del prefijo ab-, que denota lejanía, y de gere, con el sentido de ‘llevar, conducir’. En español la palabra se usa desde el siglo XVII, lo que permite presumir que llegó al idioma por vía culta y no del latín peninsular. Uno de los más antiguos ejemplos aparece en este texto de 1798, de Juan Meléndez Valdés: Por esto las leyes las zelan y defienden con tanto cuidado, y persiguen tan severamente su abigeato. En ellas, pues, tiene este yerro su pena señalada; y a V.A. no le es dado otra cosa que pronunciarla ahora, y aplicársela al reo con igualdad inalterable para su propia corrección y escarmiento de los demás.
GERENTE: Miguel Ángel Villarraga Lozano EDITOR GENERAL: Edwin Ballesteros Vásquez COORDINACIÓN: Redacción Cultural EL NUEVO DÍA DISEÑO: Edison Guarnizo FOTOS: Suministradas. Internet. Colprensa. TEL.: 2770050. Ibagué - Tolima - Colombia. PÁGINA WEB: www.elnuevodia.com.co CORREO ELECTRÓNICO: culturales@elnuevodia.com.co FACEBOOK: El Nuevo Día - Colombia - Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa del Grupo Editorial Aguasclaras S.A.. ISSN: 021545-8.