IBAGUÉ, AGOSTO 21 DE 2011
FA CE
TAS CULTURA AL DÍA
Prólogo
Pablo Morillo, El desconocido Masón Hernando Bonilla Mesa Yesid Gutiérrez Palma
Fisuras de la Tierra en Fragilidad, signo, resonancia Hernán Camilo Yepes Literatura
El poetiso que espera Rusvelt Julián Nivia
FACETAS
IBAGUÉ, AGOSTO 21 DE 2011
Pablo Morillo, Hernando Bonilla Mesa*
Cuando la doctora María Yolanda Jaramillo Gaviria me encomendó la tarea de presentar el libro que mi cordial amigo e historiador Hugo Neira Sánchez escribió sobre Pablo Morillo, se agolparon en mi mente recuerdos de mi ya lejana infancia, cuando en el colegio San Luis Gonzaga tuve mi primer contacto con “El Pacificador” en las lecciones de Historia Patria. Casi sobra decir que la imagen inicial que recibí en este primer encuentro con este ilustre militar español fue tremenda, y la tuve por verdad revelada durante muchos años. Tiempo después, en los primeros años de la década de 1960, cuando la revista La Nueva Prensa editó en entregas semanales Los grandes conflictos sociales y económicos de nuestra historia el célebre libro de Indalecio Liévano Aguirre, indiscutible gloria de la historiografía colombiana, se originó un proceso de rectificación histórica que incluyó, entre otras cosas, la revaluación del actuar de algunos personajes que fueron actores de nuestro devenir, especialmente del proceso de nuestra independencia. En lo que atañe a Pablo Morillo, la obra de Hugo Neira Sánchez es la continuación de este viraje histórico, que no tiene otro objeto que descubrir el verdadero rostro del Conde de Cartagena y Marqués de La Puerta; y sólo así podremos explicar la oprobiosa y censurable conducta que asumió en un momento dado de la misión que se le encomendó, de la que se hablará más adelante. Desde luego que nunca se podrá justificar, como no pueden admitirse la locura y la irracio-
El desconocido Masón
nalidad que engendran todas las guerras, que no fueron inferiores a las que desplegaron los patriotas. Pero también podremos entender su gallardía y
generosidad que mostró en la renombrada entrevista de Santa Ana. Pablo Morillo nace en un humilde hogar, asediado por
penurias económicas, las que lo obligan tempranamente a sentar plaza en Cuerpo Real de la Marina, “buscando en la carrera de las armas oportunidad
para sobresalir”. En 1805 participa en la legendaria batalla de Trafalgar, en la que, irónicamente, actúa bajo el mando de Antonio Villavicencio, a quien, años después, ordena fusilar en Santa Fe de Bogotá. Con motivo de la invasión napoleónica a la península ibérica, participa activa y gloriosamente en la lucha de independencia española. Sobre esta heroica actuación, uno de sus biógrafos, citado por Liévano Aguirre, apunta: “Asombra que sin estudios, sin preparación científica, sin tradición, se hubiera elevado de la nada a las más altas jerarquías sociales y políticas: desde soldado raso a teniente coronel, general, Conde, Marqués, caballero de la Gran Cruz de varias órdenes militares, inclusive de la de San Fernando… su nombre está vinculado a los episodios más importantes de la guerra contra Napoleón… el Duque de Wellington llegó a considerarlo como el más capaz de los militares españoles”. En 1814, cuando Fernando VII desconoce la Constitución de Cádiz -documento predominantemente masónico-, asume la monarquía absoluta, y considera labor prioritaria la reconquista del imperio colonial americano. Para tal efecto se organiza un multitudinario ejército expedicionario. Para designar el comandante de esta ambiciosa empresa se barajan los nombres de Pedro Mendinueta y el Conde de Ezpeleta, quienes habían sido virreyes de la Nueva Granada; y los de Pablo Morillo y José María Torrijos, emparentado este último con familias de Santa Fe de Bogotá y de la Provincia de Mariquita; y a pesar del favoritismo de que gozaba Mendinueta, la elección
IBAGUÉ, AGOSTO 21 DE 2011 recae sobre Morillo, gracias al decidido apoyo del general Castaños. Toda la logística de esta expedición, que fue impopu lar de sus inicios, se concentra en 1815, en Cádiz, la ciudad liberal y masónica por anto nomasia. Como Hugo Neira Sánchez lo señala, no podemos afirmar cuál fue la logia, madre de Mo rillo, como tampoco establecer su fecha de iniciación, pero fue durante estas calendas prelimi nares de la Reconquista cuan do se comenzó a rumorar la vinculación de nuestro perso naje a la masonería. Rodríguez Villa, su bió grafo, con los rodeos y cir cunloquios de los que algu nos historiadores del pasado se valían para evitar referirse directamente a la masonería, comentó: “Los descontentos políticos que tomaban el nom bre de liberales y que tendían a restablecer la Constitución de 1812, habían organizado una sociedad secreta, cuyas ramifi caciones se extendían por toda España y minaban la discipli na del ejército para atraérselo a sus ideas. Antes de entrar en comunicación íntima con el general Morillo, iniciáronle en Cádiz en los misterios íntimos de esta sociedad, y afirman algunos que hasta le propu sieron ponerse a la cabeza del movimiento revolucionario, ofreciéndole al efecto los co merciantes del puerto grandes sumas de dinero para facili tar el alzamiento… Además, divulgóse por Cádiz la voz de que era liberal y francma són…”. Para llevar a feliz término esta expedición, a Morillo le fueron entregadas las famo sas Instrucciones, ciertamente magnánimas, al tenor de las cuales debía realizar la tras cendental tarea que se le enco mendó. Para muestra, algunos botones. El Artículo Primero re zaba: “Los deseos de Su Ma jestad quedarían enteramente
satisfechos si esto (el resta blecimiento de las autoridades metropolitanas) se consigue con el menor derramamiento de sangre de sus amados va sallos, sin excluir del número de éstos a los extraviados de a quellas vastas regiones de América…”. El Artículo Cuarto era más elocuente: “El General en Jefe… publicará un olvido general de lo pasado a los que estén en sus casas y labores, sea el que fuese su partido que hayan seguido…” El Artículo Doce recalca ba: “En lo general se empleará mucha dulzura para todas las clases y partidos…”. Pero el Artículo Veintiuno concedía carta blanca al Paci ficador porque decía: “Como el éxito de la Expedición está sujeto a las contingencias de la
distancia a que aquella ha de operar de la capital (Madrid), concede Su Majestad amplias facultades al General en Jefe para alterar en todo o en par te las instrucciones, pues Su Majestad conoce los talentos y buen deseo del Mariscal de Campo, don Pablo Morillo, hacia su Real Servicio, lo cual le asegura que su conducta se arreglará a lo más convenien te y por consiguiente a la di cha de los amados vasallos de ultramar”. Nos narra Hugo Neira Sán chez que llegada a América la expedición reconquistadora, Morillo hace gala de los gene rosos términos de las Instruc ciones al indultar, contra el parecer de algunos de sus ofi ciales, a Arismendi, el feroz y sanguinario guerrillero patrio ta, oriundo de la isla de Marga
rita. Pero luego, en Mompox, después de la toma de Carta gena, a Morillo se le informa la nueva insurrección de Aris mendi, episodio en el que fue pasada a cuchillo toda la guar nición española de la menta da isla. Consecuentemente, el Conde de Cartagena comienza a aplicar, discrecionalmente, el mencionado Artículo Vein tiuno con los consabidos re sultados. El terror y el baño de san gre que sobrevinieron ya son suficientemente conocidos por este culto auditorio. Consolidada la indepen dencia de La Nueva Granada, Bolívar, cuya militancia masó nica está por encima de cual quier duda, emprende la tarea de liberación de Venezuela, su patria. En este proceso, Mori llo, en las postrimerías de su
FACETAS estancia en América, acuerda una entrevista con El Liberta dor para regularizar (léase hu manizar, si es que cabe el tér mino) la guerra. Sobre este encuentro, que se realizó en Santa Ana, una al dea venezolana, muchos histo riadores, además de Hugo Nei ra, coinciden en afirmar que, a pesar de los crueles antece dentes bélicos, la vinculación a la masonería de estos dos per sonajes ayudó mucho para lo grar el “acuerdo humanitario”, como también para facilitar una honrosa salida al ejército expedicionario español. Llegados a este punto, me rece la pena preguntarnos, ¿a qué fue leal Morillo? A su pa tria, a su rey, a su condición de militar de cumplir órdenes o, por el contrario, fue fiel al compromiso masónico de to lerancia, de libertad, de frater nidad, de amor al prójimo, de rectitud y de paz. La respuesta la encontraremos en esta densa obra de Hugo Neira Sánchez, bien documentada, objeti vamente escrita y bieninten cionada. Así mismo, los lecto res de este libro encontrarán más detalladamente expuestos y desarrollados los temas que yo esbozo en esta breve pre sentación. Su libro, doctor Hugo Nei ra Sánchez, le honra; también enaltece a una respetable tra dición intelectual tolimense, como también a esta Academia de Historia del Tolima. Para terminar, sólo me resta acotar que don Pablo Morillo, después de variadas vicisitudes y sinuosidades políticas, murió en Baréges, Francia, en 1837, esperando que le fueran cance lados los sueldos devengados en la empresa de la reconquista americana. Esta circunstancia le da pleno contenido y vigen cia al célebre dicho popular: “Así paga el diablo a quien bien le sirve” *Palabras pronunciadas en el lanzamiento del libro Pablo Morillo, el desconocido masón, acto realizado en la Academia de Historia del Tolima.
FACETAS Reflejar las heridas del planeta Tierra, al igual que sus fenómenos y hacer que tras esas imágenes cargadas de realidad y, a la vez, de libertad se genere un sentido de pertenencia y de conservación, es el objetivo de Fragilidad, signo, resonancia, la exposición que actualmente tiene su sitio en la sala Darío Jiménez de la Universidad del Tolima. En 33 obras, el pintor tolimense Yesid Gutiérrez Palma, su autor, brinda un recorrido pictórico entre histórico y neogeneracional, debido a que alberga en un solo sitio fenómenos como el Big Bang y problemáticas recientes como el recalentamiento global.
Fragilidad, signo, resonancia Fisuras de un mundo, en 33 trazos
te; todo tiene una afectación de principio a fin y corre por causa y efecto. Son resonancias que mi obra busca en conceptos, pero también en plásticas”. Será posible ver, entonces, cómo un trazo amarillo o rojo recorre la obra y se pierde, pero llega al otro extremo; también, una suerte de tsunami donde un color desplaza a otro, haciendo referencia al desplazamiento de la Tierra.
Sentido de un nombre
Pintura libre
En un trazo libre, sin límites ni ataduras, Gutiérrez deja entrever cómo nuestro planeta vive diferentes fenómenos naturales y cómo los seres humanos, quienes vivimos en él,
Washington es, desde su experiencia, la ciudad en que tuvo un año para pintar de manera libre.
IBAGUÉ, AGOSTO 21 DE 2011
IBAGUÉ, AGOSTO 21 DE 2011
Salirse de lo figurativo, esto es, adquirir la destreza por el trazo libre y desinteresado por forma alguna es también parte de un proceso para el que pasaron esos 30 largos años de haber concluido sus estudios
nos convertimos en frágiles, en Fragilidad, ante estos. A ésta le continúa el Signo, un término de gran significado
para el pintor con el que busca generar esa representación del mundo que le rodea, buscando que quien se acerque a la obra la interprete de acuerdo con su propia experiencia. Y todo lo logra tras un estilo propio, el de la no representación figurativa, aunque icónica, un mundo representado por trazos libres pero organizados, un mundo que durante algo más de tres décadas lo vio moverse por la representación exacta. Completa este triángulo conceptual la Resonancia, con que el maestro Yesid Gutiér rez sugiere una concatenación originada, precisamente, ante los fenómenos, esto es, las re percusiones tanto para el planeta como para quienes en él residen. Así se plantea una Tierra en que “nada es independien-
Busco hacer una reflexión hasta esas fenomenologías de la tierra, el agua y el aire; (también) esta angustia del ser humano a la devastación de su planeta.
La muestra estará en la sala Darío Jiménez hasta el próximo 18 de septiembre. profesionales de Arte en la Universidad Nacional con sede en Bogotá. “Llegué a esta parte sin proponérmelo, me siento muy bien y libre; hago una referencia y la dejo para sus propias cavilaciones (del observador), no llego a la ilustración plana porque esa es la idea”, indica el maestro. A pesar del cambio de estrategia, de lo figurativo a lo libre, no se pierde la idea de decir, comunicar algo y poner de manifiesto su voz, mediante el pincel, de tales manifestaciones naturales. “Cuando uno lleva tiempo va acumulando experiencias; eso lo lleva a hacer reflexiones
que lo inquietan a decir algo. El tiempo hace que uno reflexione a situaciones y madure artísticamente, entonces el proceso de trabajo me llevó a evolucionar: el conocimiento genera ciertas cosas para decir”, destaca. Yesid Gutiérrez no busca, entonces, con la pintura libre, recrear simplemente un contenido; admite que su propósito es llegar a un complemento con planteamiento plástico, “donde color, línea y trazo sugieran que el espacio se rompe, al tiempo de la resonancia que se genera con la misma forma de la obra”. En relación con el color, deja ver su gusto por los colores amarillo y gris, con el significado que le merecen: “el amarillo como la luz que utilizo en muchos de mis cuadros, mientras que el gris como ese tono que soporta cada pintura”.
Historia de vida
Sus inicios: los de todo interesado por ahondar en un gusto
El planeta tiene una fisura y está en crisis de todo tipo. Somos muy frágiles y vulnerables.
FACETAS
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IBAGUÉ, AGOSTO 21 DE 2011 Academia
Tener solidez conceptual es posible gracias a la formación, adquirir conceptos en la educación superior es ganar complemento a lo que las investigaciones y la vida misma le han aportado; sin embargo, tiene que llegar el momento de abrir camino. “No se puede pretender que la academia sea la única. Le agradezco el que me permite ir a museos, reconocer estilos, obras y artistas y eso da solidez y libertad; cuando no se tiene esos elementos se anda dando tumbos y se le va media vida investigando elementos que hace dos siglos se hicieron”, confiesa. “Pero no se puede quedar en la academia: hay gente que sí quiere quedarse, pero es muy subjetivo, es para poder ser libre y crear su obra muy personal. Algunos no aceptan la academia”, al igual que “hay gente empírica que tiene todos sus elementos, y, en cierta forma, son académicos”. que tenía desde muy pequeño: “Entré a la Universidad porque tenía la inclinación artística, pero (también) por conocer los conceptos, las técnicas y la historia de arte, que lo forman a uno para entender lo que ha sucedido y para tener elementos de juicio en una obra. “No es la idea de pintar y hacer cosas, sino desarrollar un lenguaje propio, pero, al mismo tiempo, entender qué es pintura como tal y poder aportar al desarrollo plástico”, asegura. Ha sabido aprovechar sus largos 30 años tras haberse graduado: por ejemplo, agradece su beca del Icetex para estudiar Grabado, en París, así como
La academia adelanta mucho tiempo en la vida.
los méritos en salones regionales y nacionales y, en particular, el del Salón de Agosto del Museo de Arte Moderno de Bogotá (Mambo). “De allí, donde gané un premio hace dos años, fui a Nueva York, donde tengo mi galería y mi estudio; es donde desarrollo mi trabajo”. De familias paisa y tolimense, profesional y artista
académico, se dedicó a la docencia en algunos años, pero su esencia, afirma, es ser artista plástico. “Soy un pintor activo, que no ha dejado de pintar al salir de la universidad y que se propone romper con ciertas formas que se piensan especie de buen éxito. Lo que yo hago es subvertir mis propias metas y lo que considero que puede
ser mejor y tener más éxito y procuro ir más allá”, manifiesta. En efecto, lo que él busca son realidades sociales y aspectos críticos de la vida de un país, al igual que del desplazamiento y la violencia. Se encarga de mostrar y hacer ver dónde están esos problemas y llamar la atención. Avizora y denuncia esas situaciones.
Como colombiano, tengo la influencia de la academia europea. He tenido una de las mejores academias, la de la Universidad Nacional.
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El relato
Un poetiso a la espera
Obra del maestro Yesid Gutiérrez Palma
Ella me retocó ayer. Ayer ella me besó. Ella ayer me abrazó. A mí me enamoró. La muchacha fue la quien me forzó delicadamente. Fue extraño, fue la don-
cella, la quien me recogió del balcón y la que después me llevó al teatro. Eso la pasamos rebueno por allá. Yo me sentí todo dichoso al lado de ella. En pareja,
nos fuimos a ver el drama de caperucita roja. En la sala lo pasamos como nunca. Eso como que nos reamamos con timidez. Pero ahora mi realidad es muy distinta.
conmigo. Para este día ni me habla ni un poquito. Es lamentable lo que nos sucede. La primorosa se me esconde en un muro con otro muro. Más esta vez es la decepción y esta vez es la llovizna grisácea. Hoy mis manos las toca es el ambiente y hoy mis besuqueos son con una señorita imaginaria. Eso sí, ayer sábado yo creía a la hermosa, entre los colibrís rosados, junto a mí nomás. En su viña yo figuraba nubes de miel. Yo me sentía como en tiempo de Semana Santa. En mí había un poetiso con harta ilusión. Según la concordia de la jovencita, desde mí crecía una pasión maravillosa hacia ella. Incluso, ayer cuando estuve en su castillo, le llegué a decir: te quiero, amorosa, tú quien eres tú, la que me enamoras. Así de esta forma, parejamente nosotros en medio de la noche pasada, confiados nos consentimos con adoración y sin querer alejarnos el uno del otro, nos despedimos bien. Hasta por su confianza de mujer, le alcancé a dejar un libro de cuentos. Por lo cierto, todo el mundo me parecía una delicia romántica. Pero entonces, cuando alumbró el otro día, el paraíso de la mocedad se me fue al suelo. Hoy por supuesto, fui al balcón de su aposento a llamarla desde por la mañana y en verdad son estas las horas, las once de la noche, y ella nada que se asoma a la ventana. Debido a su no salida, me es una lástima el no verla, me es Ahora mis labios están una fatalidad el no tenerla entre salados. Mi esperar se hace mis brazos; qué será lo que le largo. pasa a mi novia, será que se está Hoy la bonita duda en co- arreglando, sí, yo creo que sí. nocerme mejor. En cuanto a mí desearía que estuviera aquí Rusvelt Nivia
FACETAS
IBAGUÉ, AGOSTO 21 DE 2011 Editorial: Grijalbo Título: Aleph Autor: Paulo Coelho Páginas: 274
Editorial: Seix Barral Título: La delicadeza Autor: David Foenkinos Páginas: 218
Bogotá, Colprensa
Hace tan solo algunos días salió al mercado latinoamericano la nueva obra del escritor brasileño Paulo Coelho, Aleph, una novela de amor, traición, pero también de perdón y redención. En esta nueva obra Coelho desarrolla una historia de autodescubrimiento, en la cual el protagonista se enfrenta a una grave crisis de fe, por lo que inicia una travesía de renovación y crecimiento espiritual para comenzar otra vez en nuevas tierras y personas. Un recorrido que lo llevará por África, Europa y Asia, reencontrándose con personas que conoció en un pasado remoto, con las cuales tiene deudas pendientes que deberá cancelar para poder continuar con los desafíos de la vida.
Bogotá, Colprensa
Luego de ser multipremiada en Francia, tierra natal del autor, se edita en Colombia La delicadeza, una genial novela cómica que le inyecta al lector altas dosis de esperanza, con personajes como Nathalie que sencillamente seducirá al lector. Ella parece tener una vida perfecta, en familia, entre libros y alegrías, hasta que su marido fallece, momento en el cual decide encerrarse y sólo salir al trabajo, lugar en el cual busca algún tipo de salvación. Es allí donde la vida vuelve a sorprenderla. No es para menos, la historia se desarrolla en París, lugar que el autor logra retratar en la ciudad perfecta que le permite a la protagonista borrar los momentos de oscura soledad y llenar su vida de poesía.
Editorial: Mondadori Título: Señores niños Autor: Daniel Pennac Páginas: 236
Editorial: Norma Título: Sombra nocturna (Nightshade) Autor: Andrea Cremer
Cala Tor es la hembra alfa de la manada de hombres lobo Nightshade, y siempre ha sabido cuál será su destino. Tras graduarse de la escuela secundaria, será la compañera de Ren Laroche –de la manada Bane–, el atractivo lobo alfa a cuyo lado luchará y protegerá los terrenos sagrados de sus amos, los guardianes. La fusión de estas dos manadas rivales será la única forma de mantenerlos unidos y fuertes para luchar contra los buscadores, eternos enemigos de los hombres lobo. Pero cuando Cala infringe las leyes de sus superiores y salva a un guapo chico humano que salió de excursión, empieza a cuestionarse su destino, su existencia y la esencia del mundo que conoce. Si se atiene a los mandatos de su corazón, puede perderlo todo… incluso su propia vida. Una novela que mezcla ficción histórica con cultura Pop. Una historia llena de acción, suspenso y romance. Andrea Cremer vive en Mineápolis, Estados Unidos, donde es profesora de historia en Macalester College. Ha escrito obras sobre la violencia, el sexo, la religión y el poder en la historia y ha aprovechado sus investigaciones para crear el mundo de Sombra nocturna. Este es el primer libro de una trilogía, seguido por La pesadilla del lobo, que será publicado por Editorial Norma en 2012.
Bogotá, Colprensa Al mejor estilo Kafkiano, una mañana tres niños se despiertan y se dan cuenta de que se han convertido en adultos. Pero eso no es todo, sus padres también han sufrido una trasformación y ahora son niños. Se trata de una delirante aventura con excéntricos personajes, donde los señores niños y los niños señores deberán enfrentarse a los problemas cotidianos de sus nuevas identidades, en la difícil tarea de meterse en la piel del otro. Es una de las obras más laureadas del escritor marroquí Daniel Pennac, especialista en literatura infantil, pero que con esta obra logra unificar de manera genial a varias generaciones de lectores.
DIRECTOR: Antonio Melo Salazar JEFE DE REDACCIÓN: Martha Myriam Páez Morales COORDINADOR: Redacción cultural EL NUEVO DÍA PERIODISTA: Hernán Camilo Yepes Vásquez EDITOR: Billy Edison Zúñiga Valencia DISEÑO: Carlos Augusto Delgado Gutiérrez FOTOS: Jorge Cuéllar. Camilo Yepes. Internet. Suministradas. Colprensa. Carrera 6a. No. 12-09 Tels.: 2770050 - 2610966 Ibagué Tolima - Colombia Apartado Aéreo 5476908-K www.elnuevodia.com.co Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa del Grupo Editorial Aguasclaras S.A.. ISSN: 021545-8.