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Trazos de exportación
Épica y fantasía es ‘Magnozz’
Hernán Camilo Yepes Vásquez
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DOMINGO 29 DE NOVIEMBRE DE 2015 - IBAGUÉ
FACETAS EL HIJO DE PETRA BEDOYA
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José Ossorio es un hombre pequeño de estatura y grande de espíritu. Superó su difícil situación de niño campesino con solo cinco años de escolaridad formal, pues a los 8 años de edad quedó huérfano de padre. A don Eusebio Ossorio Valencia lo mataron en Roncesvalles, “surgió La Violencia y él se fue en 1932 de San Antonio a Roncesvalles, allí tenía una finca en compañía de un hermano”, jamás lo volvieron a ver, y agrega: “A mi mamá le dijeron que había muerto de un derrame al hígado… nunca supimos qué paso ni dónde está enterrado”. El tío los pudo ayudar por poco tiempo, porque también murió. Pensativo, él concluye: “Eran tiempos difíciles, sin embargo eran mejores a los que viven los muchachos de hoy, puede que tengan más, pero están como perdidos, sin horizontes”. Narra con emoción cómo le tocó a su madre levantar ocho hijos (seis hombres y dos mujeres), con muchos sacrificios y dedicación: En mi niñez conocí a una mujer que era excelente maestra, pero en esa época en San Antonio habían muchas peleas políticas y llegaban donde esta señora y ella les hacía curaciones, porque era enfermera; cosía la ropa para los hijos, o sea, era costurera; cocinaba perfecto, era buena cocinera y para hacer todo esto necesitaba ser una mujer que supiera administrar la casa, también era buena administradora… de ella aprendí mucho; ella se llamaba Petra Bedoya, la adoraban en el pueblo. Esta mujer admirable fue mi madre. La emoción al expresar estas palabras lo embarga tanto, que es la única vez, de muchas conversaciones, que se le quiebra la voz. Don José nació en el seno de una familia pobre y campesina del sur del Tolima, que huyó de la zona rural a la cabecera de San Antonio. “Tengo pocos recuerdos tangibles de aquellas épocas. Las fotos se hacían cada dos meses, cuando venía un señor, tal vez de Ibagué, y especialmente se las tomaba a los hombres adultos, que le hacían fila; se retrataban con chaqueta y corbata, las que por supuesto nadie usaba por allá”. Sin embargo, hoy es un elegante señor de chaqueta y corbata, al cual le gustan las fotos, especialmente de sus nietos “que son – afirma– como las Naciones Unidas: Dos griegos, uno japonés, cuatro norteamericanos, cuatro colombianos, en total once”. Hasta hace poco viajaba a verlos, ahora permanece más en Colombia porque Florecita, Flor Ruiz de Ossorio, su esposa y compañera inseparable por más de 64 años, está un poco delicada de salud. Recuerda que la conoció en el año 1946. En esa época él vendía relojes, estaba colmado de planes e ilusiones y poco dinero; ella aún estudiaba. “Florecita terminó su bachillerato en 1948”. Se casaron cinco años después, en Fusagasugá, porque ahí vivía su suegra, quien tenía problemas de salud. Cuando él era joven le parecía que podía hacer cualquier cosa, todo lo que quería, al igual que ahora, a sus noventa años de juventud, de la cual manifiesta: “Soy un convencido del poder de la mente” y pone como ejemplo a los judíos que sobrevivieron al Holocausto en condiciones tan extremas y a él mismo, al afirmar: “Frente a las humillaciones que he recibido en mi vida, aprendí a mantener siempre la cabeza levantada” y reitera con énfasis: “la mente lo puede todo… hasta curar una enfermedad”. Hay cosas de Colombia que le duelen, tal vez se mezclan con un poco de nostalgia con otras épocas. “Se acabó el correo”, y con una sonrisa cómplice, mientras me mira, agrega: “Ya no se reciben de puño y letra cartas de aquella o aquel. Se acabó el tranvía, el tren, la navegación por el Magdalena, pero lo más preocupante, se acabó la patria en los mares cuando dejó de existir la Flota Mercante Grancolombiana”. Entre sus recuerdos favoritos, está la época del colegio; ese poco tiempo en el que pudo estar escolarizado, porque estudiar es lo que ha hecho toda su vida y es un autodidacta consumado.
Así se resume la filosofía de vida de don José Ossorio
Lo mejor que me ha sucedido en la vida es haber aprendido a leer
–Jamás hay que aflojar, hay que insistir. –Pararse frente al espejo todos los días y preguntarse: ¿Hoy qué hice? Termina estas reflexiones, al afirmar: “Cuando las cosas no funcionan hay que pensar en un río, el agua fluye, sigue, aunque en su camino se encuentre un mortecino”. La perseverancia, la disciplina, el enfrentarse a la adversidad, el aprender de los errores y su gran capacidad para reflexionar, han sido para José Ossorio los caminos de superación y de esto ha construido su vida por completo. Además, reconoce que muchas personas –aunque no lo sepan–, como el abogado, contribuyeron a la formación de su carácter y temple. “Soy un agradecido de la vida, pude brindarle estudio a mis hijos, todos son profesionales, incluso pudieron estudiar en los Estados Unidos”. También está agradecido de su esposa, quien crió a sus seis hijos con esmero, dedicación y buenos principios. Ella siempre entendió su interés de superación. Este agradecimiento lo llevó, por más de veinte años, a colaborar con obras benéficas; entregó de forma anónima muchos mercados para gente necesitada, a través del grupo San Vicente de Paúl. Don José se considera un buen creyente y católico. Cree que a los jóvenes de hoy la vida se les hace más difícil, porque todo lo quieren rápido y con poco esfuerzo; muchos de ellos ni se imaginan qué es sentir hambre o frío. La paciencia y la perseve-
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El siguiente es un fragmento de la crónica de vida de José Ossorio Bedoya, escrita por Cecilia Correa Valdés, y publicada en el volumen I de la obra Tolimenses que dejan huella. Este es un proyecto impulsado por la Universidad de Ibagué y que tiene como propósito destacar la vida de las personas que han contribuido con el desarrollo del Departamento.
rancia escasean, “para progresar hay que ser extremadamente organizado, disciplinado y también saber ahorrar”. El ahorro es una constante en su vida, desde aquellos 14 años de edad, cuando ahorró pacientemente centavo a centavo, para poder iniciar su vida en Ibagué. Al respecto, sus hijos manifiestan que a ellos jamás les faltó una buena mesa o el estudio, pero en cuanto a los juguetes, las bicicletas, por ejemplo, recuerdan que les compraba una para cada grupo, porque cuatro de ellos nacieron seguidos: José Raúl (Chan), Carmen Alicia (Chispas), José Fernando (Icho) y Carlos Alberto (Gordo). Después de cuatro años, nacieron los integrantes del segundo grupo: Luis Alfredo (Alfre) y Flor María (La Nena). No se trataba de que no hubiese dinero suficiente, pero para él fue la manera de enseñarles a compartir, establecer turnos; en otras palabras, aprender a trabajar en equipo como hermanos. Todos sus hijos se mantienen en contacto de forma permanente y se consideran buenos hermanos, pese a que viven en lugares distantes. Disciplina, orden y compañerismo, fueron las líneas de acción que les trazó a sus hijos. “Papi no era muy demostrativo en sus afectos”, recuerda una hija. Doña Olga, su empleada de servicio durante muchos años, expresa que: “Don José era muy estricto con todos, pero no bravo, y si no hubiese sido así, los muchachos no serían hoy tan buenas personas”.
LA REMINGTON LE CAMBIÓ LA VIDA
Un hombre perseverante con mentalidad de ganador
Los libros disponibles ya los había leído. El profesor Rocha le decía que debía partir del pueblo y ser ambicioso. Los domingos, en las actividades de la tienda, reunía solo unos pocos centavos y por ello “sentía que sobraba en mi casa, porque había que aportar algo de dinero para vivir”. Con esta perspectiva, tomó la decisión de salir del pueblo y para eso ahorró durante meses los cincuenta centavos que ganaba los domingos; cuando alcanzó a reunir algunos pesos, viajó a la capital. Desde aquellas tempranas épocas aprendió a tener claras sus metas y perseguirlas. Llegó a Ibagué en 1938, de 14 años de edad, con cinco pesos y toda su vida en una caja de cartón, la cual lo acompañó en un largo viaje que empezó en una madrugada, cuando salió de su pueblo a las cinco de la mañana y llegó a Chaparral a caballo, después de tres horas –por primera vez hacía este viaje sin ir a la notaría de don Clemente–. Allí abordó una chiva hasta la estación de trenes que se llamaba La Ciudad, hoy denominada Castilla. En esa Estación conoció el tren que venía de Neiva, el mismo que recordaba de las láminas de las enciclopedias del profesor Rocha; “esto me impresionó mucho”, agrega. El tren llegó a las 11 de la maña-
na a El Espinal, donde se bajó para almorzar y esperar el que venía de Bogotá, que aparecía hacia la una de la tarde. “Así llegué a una grande y desconocida ciudad: Ibagué”. Nacho González, su amigo de infancia y paisano, lo recomendó con un abogado para que le diera trabajo en su oficina, “porque yo sabía escribir a máquina, lo cual era muy importante en la época”, y recuerda con agrado sus tardes acompañado de su fiel amiga, la Remington del Concejo de San Antonio. “Cuando hablé con el abogado, después de mirarme de arriba abajo, me preguntó en tono altivo: ¿Dónde es su madriguera? Le respondí que no entendía y me pegó un grito: ¡Dónde vive! Me sentí humillado, pero en ese momento supe que estaba completamente solo”. Sin embargo, hoy lo recuerda con gratitud, “porque esa situación me dio el empuje necesario para salir adelante, surgir en la vida y superar la pobreza”. Actualmente, está convencido de algunas reglas de oro que “a mí me funcionaron”, ellas son: –Es necesario no tener mentalidad de pobre. –Ocuparse –insiste en ocuparse–; no hay oficios bajos, solo hombres bajos. Así se pasen necesidades, no hay que entregarse, ni darse por vencido. –El que no espera vencer, ya está vencido.
Los dos primeros volúmenes, cuya impresión fue patrocinada por la Gobernación, serán entregados de manera gratuita en las instituciones educativas del Departamento y serán utilizados como material de estudio en grados Décimo de las instituciones. Los libros también pueden ser descargados de manera libre en el siguiente enlace: http://ediciones.unibague.edu.co/index.php/galeria-bibliografica/416/showCategory/76/tolimenses-que-dejan-huella
Su educación formal la realizó en la Escuela Pública de San Antonio, que a propósito no se llamaba oficialmente San Antonio de los Micos, como muchos creen por la supuesta existencia de una familia Mikos, y aclara: “Ese nombre se le atribuyó por la gran cantidad de micos que allí se veían. De niño solo conocía micos y culebras”, hasta que un día el profesor Rocha, su siempre recordado maestro de la primaria, lo invitó a su casa y le mostró mapas y una enciclopedia, en la que aparecían jirafas, elefantes y otros animales, que le parecieron inmensos y algo extraños. “El profesor Rocha siempre nos decía que teníamos que ser ambiciosos y aprender”. De sus compañeros de esa época, recuerda a Esteban Guarnizo, porque se vino a vivir a Ibagué y a Guillermo López, “muy buen estudiante y hábil, un as para la aritmética; allá, en San Antonio, aprendió a cortar pantalones y con ese oficio se vino para la capital”; otros compañeros, recuerda, se quedaron allá, “sembrando cebollas”. “A mí sí me dijo el profesor Rocha, tal vez por ser inquieto y curioso, no se quede por acá, váyase”. También fue él quien le comentó que en las instalaciones del Concejo Municipal había una máquina de escribir, “y que yo debía ir a ver si me la prestaban”. Siguió sus consejos, y como el secretario era conocido de su casa, se la prestó. “Realmente nadie la usaba, ni siquiera los concejales. Ahí conocí la biblioteca del Concejo, una simple vitrina con muy pocos libros, y los recorrí todos”. En ese pequeño estante encontró un libro de mecanografía; “seguí el libro al pie de la letra… a-s-a, con la mano izquierda, t-u con los dedos índices. Tapaba el teclado con un cartón que venía en el libro y así aprendí a escribir rápido y de memoria”. Iba disciplinadamente todas las tardes al Concejo, y allí aprendió en una máquina Remington. Después, ayudaba en ese recinto a hacer oficios mecanografiados a la perfección, pero no le pagaban y ya había terminado la primaria. Esa actividad, que no todos podían hacer, le hizo ver que tenía una habilidad importante que le permitiría ganarse la vida, y al mismo tiempo adquirió un compromiso con sí mismo, el que nunca ha abandonado: Seguir aprendiendo siempre; le emociona darse cuenta que está aprendiendo algo nuevo. En el pueblo no había empleo y como su opción no era irse al campo, empezó a ayudar en la tienda de abarrotes; iba los domingos, cuando la gente llegaba de las veredas para mercar. Los campesinos, después de vender sus productos en la plaza de mercado, “compraban de todo, pero jamás debían faltar las velas, sal, y pilas para las linternas”. Por un poco de dinero, también hacía mandados, llevaba documentos y oficios a Chaparral; debía ir a caballo durante tres horas, hasta llegar a la notaría de don Clemente Castilla. En estos largos viajes entre San Antonio y Chaparral, desarrolló su interés por todo aquello que colinde con el Derecho y las Leyes, y también se familiarizó con el oficio de tramitador. De esta época, manifiesta que aprendió que “el mejor negocio del mundo es ser honrado, porque siempre se tienen todas las puertas abiertas”.
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FACETAS
El anime y el manga han sido su estilo de vida
‘Magnozz’ hace épica y fantasía en la animación HERNÁN ende, solicitado. CAMILO YEPES “Los humanos queEn el Museo de Arte del Tolima reposa VÁSQUEZ remos y somos ansioel testimonio de un joven que ha cola- sos de consumir hisAlgo de ibaguereborado con importantes casas de viños tienen los dibujos torias y esta es una que ustedes observan manera de llevarlas, a deojuegos, como la japonesa DeNA. en videojuegos como través de videojue‘Hell Fire’ o series gos, libros y películas, animadas como ‘Giant Slayer’: son las manos de ahora hay una renovación porque el Internet nos quien dibuja a sus personajes: Alejandro Moreno ha permitido llegar a cualquier parte”, añade. o, desde su perspectiva artística, Magnozz. Lo que expone ‘Épico y fantástico’ es una pequeña muestra de En las casi 70 piezas que conforman su expoesos increíbles y poderosos personajes que salen sición en el Museo de de la idea y el trazo de este joven ilustrador, al poArte del Tolima, hay ner en práctica esa habilidad para la que nació, “Creo que sigo un interesante proceimpresionado por el anime, el manga y la ciencia so digital que, obviaficción, y que le ha llevado a trabajar desde hace estudiando, mente, comenzó con algunos años con compañías como DeNA. absorbiendo los dibujos análogos, Su proceso así como algunas conocimiento “Es indudable negar la inspiración en esa teleacuarelas. y nunca termivisión bien vista, dije: ‘Quiero hacer esto y espe“‘Épico y fantástico’ ro poder hacerlo’, pero en ese momento no penestá compuesto de no de aprensaba en trabajar sino en hacerlo. Por fortuna lo una serie de trabajos der”, admite. hago y también me da para vivir”, cuenta Magque he elaborado dunozz, profesional en Artes Plásticas de la Univerrante toda mi carrera sidad de Caldas, radicado en Bogotá. como ilustrador en el medio del entretenimiento, Y vive de ello graunas son personales y otras son para clientes. En cias a que, en su consí lo que encierra ‘Épico y fantástico’ es ese tipo Sus primeros cepto, aunque las nade narrativa épica que me inspiró y lo que quiero rrativas son las mismostrar y reflejar”, afirma. dibujos los mas los medios han En cuanto a su proyección profesional, consihizo en Ibacambiado, aspecto dera que lo importante es “mostrar, apropiarse se refleja en de las redes, saber vender e identificar el público gué, otros más que aperturas como la de objetivo y a qué me gustaría aplicar; enviar mis fueron en Bo- Internet, que permiportafolios. Así han sido mis últimos trabajos he tió que su trabajo sido afortunado porque me han llamado y han gotá y otros, fuera conocido en el visto en alguna de las páginas, me contactan y de en México. extranjero y, por ahí en adelante todo lo que se pueda lograr”.
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FACETAS El cuento
En la sangre
Sentado frente a la máquina de escribir Gerardo dejaba que sus manos galoparan libremente sobre las teclas, sin saber exactamente a dónde lo conducirían las palabras que iban salpicando la superficie del papel. Sentía un texto poderoso correrle por las venas y dejaba que sus ideas salieran como por la válvula de una olla exprés. Creía que por fin podría cumplir su máximo anhelo, vertirse en alma y sangre sobre lo que escribía. Una cosquilla picante se le alojó en el brazo. Interrumpió el frenético ritmo que llevaba para rascarse. Se acomodó los lentes y siguió escribiendo sin dar mayor importancia al asunto. La siguiente punzada lo atacó en la rodilla, con tal saña que necesitó bajarse los pantalones para poder rascarse a gusto. La luz escaseaba, así que se paró a encender la lámpara con los jeans en los tobillos; luego continuó acribillando a la cuartilla en cuestión. Extasiado contemplaba cómo sus manos hacían que las letras se estrellaran contra la página como gotas de lluvia sobre techos
de lámina. La diversión se le cortó en seco cuando, escalofrío de por medio, necesitó estirar ambas manos hacia la espalda, tratando de rascarse la maldita comezón que le había aterrizado en el
centro. Siguió siendo aguijoneado hasta que debió alternar los dedos de una mano sobre las teclas, con las uñas de la otra sobre su epidermis. Un escozor terrible le recorrió de los pulgares a las ingles, como si cientos de cucarachas con patas afiladísimas le caminaran bajo los poros. Gerardo comprendió entonces que se trataba de su novela. Era de una intensidad tal que la tinta no sería suficiente para plasmarla, y se lo estaba exigiendo. Empezó a rascarse todo el cuerpo con la desesperación febril que unos momentos antes lo poseía al escribir, hasta que una primera gota brotó acompañada de un alivio casi orgásmico. Su máximo sueño se había cumplido y sonreía, aunque su madre no lo comprendió cuando a la mañana siguiente lo encontró desollado sobre su máquina de escribir.
*Escritor mexicano Ficticia.com
ESCOBAR DESDE LA NOVELA
UN TRABAJO DE FÁCIL ACCESO BOGOTÁ, COLPRENSA Lucas, un escritor con experiencia periodística, se reúne con su editora con el fin de crear un libro sin tener muy claro el tema, pero la propia vida y la vigencia del lado más oscuro y aún desconocido de Pablo Escobar. Haciendo uso de toda su creatividad escribe una biografía desautorizada del capo, contada por su esclava sexual y documentada en archivos inexplorados que evidencian la devoción de Escobar a Satanás y los orígenes diabólicos de su fortuna. Todo esto bajo la pluma de Guillermo Cardona, que bajo las licencias de la novela presenta una historia cruelmente divertida, en que muestra cómo este hombre considerado todopoderoso obedeció a una fuerza todavía más tenebrosa y malévola.
Editorial: Planeta Título: Misas negras de San Pablo
Pintura: La sangre, bidimensional de Alejandra Barrotto
Gonzalo Soltero*
Autor: Guillermo Cardona Páginas: 332
BOGOTÁ, COLPRENSA Reconocido Ministro de Economía de Grecia, Yanis Varoufakis, presenta de una manera amena, educativa y crítica una serie de cuestiones fundamentales sobre economía, como si fuera una conversación con su pequeña hija, dice el autor. Qué es la riqueza, qué es la pobreza, cuándo y por qué se generaron estas desigualdades, cuál es la relación entre poder y dinero o qué son los mercados financieros, entre otras cosas, presenta el reconocido autor de este libro presenta en sus 192 páginas. Un libro que, con su lenguaje desenfadado y el uso de ejemplos relacionados con el cine y la literatura se acerca no sólo a los jóvenes, sino a lectores no familiarizados con la terminología académica.
Editorial: Ariel Título: Economía sin corbata
Autor: Yanis Varoufakis Páginas: 192
La palabra del día
Tabloide Esta palabra designa un “formato de periódico” surgido a mediados del siglo xx, en el que cada página mide, aproximadamente, la mitad del tamaño que tiene un periódico convencional. Las noticias suelen ser tratadas con menor extensión que en los diarios de formato tradicional, y el número de ilustraciones es mayor que en estos. Sin embargo, la prensa española ha desarrollado tabloides como El País, El Mundo y La Vanguardia, entre otros, que lograron equilibrar el tamaño reducido con una cobertu-
ra profunda y extensa. El nombre de este formato proviene del inglés tabloid, puesto que fue en Londres donde surgieron los primeros periódicos de ese tipo, pero el origen de esa palabra es un poco más antiguo. En 1884, el laboratorio farmacéutico británico Burroughs, Wellcome and Company, ahora fusionado con GlaxoSmithKline, registró tabloid para un formato de medicinas condensadas, a partir de la voz francesa tablette, diminutivo de table ‘mesa’, que se usaba como nombre de
una pieza plana de losa o una tabla de mármol destinada antiguamente a escribir. Hacia el siglo XVI, tablette se aplicaba en francés a pequeñas piezas de remedios, de jabón o de alimentos, con el concepto de que se trataba de dosis reducidas de cualquiera de las tres cosas. A comienzos del siglo xx ya se hablaba, en inglés, de tabloid journalism para designar no un formato, sino la idea de publicar noticias en versiones condensadas, algo así como periodismo en tabletas.
GERENTE: Miguel Ángel Villarraga Lozano EDITOR GENERAL: Edwin Ballesteros Vásquez COORDINACIÓN: Redacción Cultural EL NUEVO DÍA PERIODISTA: Hernán Camilo Yepes Vásquez EDITOR: Óscar A. Varón B. DISEÑO: Edison A. Guarnizo L. FOTOS: Colprensa. Internet. Suministradas. TEL.: 2770050. Ibagué - Tolima - Colombia. PÁGINA WEB: www.elnuevodia.com.co CORREO ELECTRÓNICO: culturales@elnuevodia.com.co FACEBOOK: Cultura El Nuevo Día - Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa del Grupo Editorial Aguasclaras S.A.. ISSN: 021545-8.