Facetas 8 de febrero de 2015

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Carlos Villabón

El color de la infancia

Hernán Camilo Yepes Vásquez


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DOMINGO 8 DE FEBRERO DE 2015 - IBAGUÉ

FACETAS

Sin palabras “Aquí hay un hombre, Raúl, que encuentra el camino para los sueños a los que renunció, intentando ayudar a otro alguien, Lí An, a emprenderlos.” Alexander Giraldo

ANDRÉS RICARDO DUQUE RINCÓN* ‘Sin palabras’ es un filme colombiano y el primer largometraje de Ana Sofía Osorio y Diego Fernando Bustamante. En un país donde las historia sde amor en el cine son más bien pocas, vale la pena resaltar una propuesta de este talante como esta, que se aleja de las acostumbradas películas que hablan sobre la conflictiva realidad del país. Existen diversas razones para que el oficio de realizar una película en Colombia sea complejo y que hace imposible competir con las producciones de las grandes industrias cinematog ráficas: ellas tienen la capacidad presupuestal para imponer gracias a las campañas publicitarias el tipo de películas que se exhiben en las salas de cine. De ahí que las producciones cinematográficas que imperan en las carteleras de los cines nacionales sean aquellas que ofrezcan más réditos económicos a las compañías distribuidores y exhibidoras del país. En los últimos años, Dago García ha encontrado la manera de que sus películas logren gran aceptación entre el público nacional abordando temáticas divertidas, de cierta manera triviales y “con fórmulas preestablecidas a la escritura del guión de reconocida eficacia taquillera (que no generen mayor actividad cerebral por parte del espectador)” (Laurens citado por PaREFERENCIAS Palacios, C. (2005). Pájaros y Escopetas. Recuperado de http://www.usergioarboleda.edu.co/altus/critica_cine.htm Giraldo, A. (2012). Sin Palabras: La película. Recuperado de http://losfilmes.com/index.php/2012/11/1290/

lacios, 2005). Se ha acostumbrado al público a ver un tipo de cine espectacular, autoindulgente y gratificante, por lo que se hace complejo pretender que quien vaya al cine se enganche a historias más densas y con otros ritmos narrativos donde los efectos digitales brillan por su ausencia. Sin lugar a dudas no se abroga por imponer una propuesta cinematográfica sobre la otra, sino ofrecerle el mismo tratamiento mediático y de exposición a ambas y aunque va a prevalecer innegablemente la más vistosa visualmente, se da la oportunidad al espectador de tener un espectro diverso de temáticas y maneras de presentar una historia en la gran pantalla.

El ejemplo está aquí

En lo referente a ‘Sin palabras’, gran parte del mismo se desarrolla al frente de la ferretería en que trabaja Raúl, un joven bogotano que está terminando la carrera Bellas Artes y que no ha podido superar la separación de su exnovia, quien se marchó a Alemania. Para sorpresa de Raúl, frente a su sitio de trabajo está una joven oriental sentada en un banco y su admiración aumenta cuando nota que la joven no se ha movido de su sitio en toda la mañana. En vista de lo anterior, se acerca a ella y trata de entablar una conversación, pero se da cuenta de que la chica no habla español. De ahí que Raúl deba usar todo su ingenio para poder co-

municarse con ella y si bien en un comienzo se hace entender por medio de señas, es mediante la habilidad el dibujo que posee él que se logra una mejor comunicación. Raúl ha podido averiguar que la chica se llama Lian y nota que está totalmente desubicada y perdida en Bogotá. Sin conocer a nadie en la ciudad y frente a una cultura que le es extraña, Raúl decide ayudarle a volver a su país. Lo primero que se le ocurre es hallar la forma de comunicarse con ella y se dirige al primer restaurante oriental de la ciudad, donde halle alguien que hable su idioma. Entonces, gracias al cocinero de uno

de esos sitios, comprende que la ingenua joven en su anhelo de llegar a Estados Unidos puede ser parte de una red de tráfico de personas y decide buscar ayuda en la Embajada de China en Bogotá. Cuando se hallan enfrente de la embajada china, Lian se rehúsa a entrar y se niega a volver a su país, ella se ve convencida de que hallará el bienestar en el país del norte. Lian se ha perdido del grupo de una especie tramitadores chinos quienes se encargan de llevar a orientales a los EE.UU. y él sospecha que la joven es solo una mercancía sexual. Lamentablemente la joven no entiende el peligro que puede estar corriendo y tercamente no cambia de opinión, ante lo cual a él no le queda más remedio que llevarla ante quienes ha acordado la ingresarían a los Estados Unidos. Más se demora en sepa-

Sea el momento para valorar el esfuerzo que hacen universidades como la del Tolima o instituciones como el Museo de Arte del Tolima (MAT), en mantener espacios donde se divulga el cine de calidad. rarse de ella que en sentir que ha florecido en su alma algo más que afecto por la joven y decide volver por ella a la casa donde la dejó, pero ella ya no puede dar marcha atrás. Entonces, totalmente abrumado, decide dar otro rumbo a su vida y renuncia a su trabajo, no sin antes preso de la nostalgia sentarse en la banca donde la conoció.

Rompiendo la línea

Para quienes aducen desgano frente a las propuestas cinematográficas nacionales alegando que solo abordan temas referentes a la problemática social del país y que por tanto optan por otras propuestas que abarquen diferentes temáticas, ‘Sin palabras’ se adentra, para sorpresa, en el romance. Una historia que se va desarrollando de manera parsimoniosa y que, ligada a la casi nula expresividad verbal de uno de

los protagonistas, lleva necesariamente, como lo asevera Alexander Giraldo (2012), a que se deba tener paciencia para saber cómo se resuelve la historia.

Pero esa paciencia en ningún momento se siente forzada o provoca molestia y la historia se desarrolla de la manera más amena, sin lugar a dudas, gracias al carisma que despiertan ambos protagonistas. Apostar por una historia romántica donde no exista comunicación verbal entre ambos por la barrera idiomática, es una apuesta arriesgada, más aún, en una cinta colombiana. El cine de calidad realizado en el país debe luchar no solo con la apatía del público que prefiere el cine extranjero (especialmente el estadunidense) o el nacional de carácter ramplón, sino con la poca difusión que posee y los pocos días que tiene de exhibición en las salas de cine. Ante la lapidaria verdad de reconocer que las películas que se exhiben en las salas de cine del país solo atienden a la ganancia económica que proporcionen y que curiosamente los filmes que desarrollan historias de calidad no se encuentren entre los más taquilleros, se relegan los buenos filmes a espacios especializados como los cineclubes. *DOCENTE EN LENGUA CASTELLANA


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FACETAS

Colores que remiten a la infancia y al campo HERNÁN CAMILO YEPES VÁSQUEZ “Pienso que yo nací artista” es la definición que más se adecúa, según su propia descripción, al espinaluno Carlos Villabón, quien a los 32 años considera que en el transcurso de su vida ha hecho lo que más le gusta: pintar. Y comenzó a los ocho años, hacia 1991, con un tierno óleo en el que retrataba la cotidianidad de un pueblo, en una dinámica más bien figurativa, casi que fiel a la realidad de su infancia. Ahí empezó lo que con el tiempo, y a pesar de haberse graduado como ingeniero en Telecomunicaciones para

En la actualidad, el trabajo del espinaluno se enfoca en el arte moderno, pero sobre piedra; la idea es recrear la cotidianidad del hombre con el marco del Paleolítico, más de 35 mil años antes de nuestra era. “Ver cómo con la pintura en las cavernas, el hombre pintaba su vida cotidiana: salir a cazar y sobrevivir”.

Entre sus muestras individuales se destacan ‘Hilos del curvismo’, en el Congreso, y ‘Carnaval de colores’, en la Galería Bohemia, Centro de Arte, Barranquilla, 2013. Ha hecho parte de colecciones institucionales y privadas en Australia, Bélgica, Brasil, Norteamérica, Colombia, Venezuela y España.

En su trabajo, que se ha desplazado por distintas perspectivas del arte y la realidad, el artista espinaluno nos deja ver un poco de sus expectativas, su afán por contar la miseria de una manera amable y, más que eso, aportar mucho color a la realidad y darle ese toque alternativo que muchas veces necesita.

complacer a sus padres, evolucionó a una manera muy propia de ver y reflejar su entorno: la saturación del color, la recreación de imágenes algo impactantes, pero que se pudieran matizar con su viva propuesta artística. “Todo inició con la idea de plasmar momentos de la infancia que viví, y niños que había podido ver y palpar; esto, porque cada día me vuelvo muy emocional. Visité una vez un pueblo muy pobre y empecé a pintar niños llenos de miseria, gamines, con la camiseta rota, y me decía ‘qué lindo sería plasmar esto’, pero al ser escenas tan tristes, faltas de color y llenas de poco, volqué esas imágenes y las cargué de color, para esconder un poco esa miseria”, cuenta.

Coello, su inspiración

En este municipio, a pocos minutos de su lugar de origen, había nacido esta inspiración de pintar el campo y todo lo que está alrededor de él, y a través de los animales contar la cotidianidad de los seres humanos. Vinieron así los murales, los paisajes, con óleo sobre espátula, nada de pincel, para pasar a la saturación del color y las burbujas, “como han llamado mi propuesta en España, aunque otros dicen que Villabón es el que pinta pop (...). Han salido infinidad de términos”. D e s p u é s, vino esa etapa de corte surrealista, de exploración, en la que, cuenta, le fue muy bien, y como último, en la que se quedó bien instalado, la de las pinturas sobre el campo. “Como crecí en el campo, al lado de la gallina y del gallo, tuve mucha cone-

xión con los animales. Mi infancia se desenvolvió y por eso pinto esas escenas, niños del campo, porque es una etapa muy bonita y muchas personas sé que tuvieron la oportunidad de ir al campo a jugar con palos y el agua, corretear gallinas”, añade.

Curvismo

Hace siete años, recuerda este tolimense, empezó a manejar la técnica del curvismo, una práctica de la que, al día de hoy, “mi gente alrededor, los curadores y galeristas, me hicieron caer en cuenta de que no necesitaba denominarla de alguna forma”. Lo anterior le ha hecho pensar y tener claro que lo importante del arte es que, simplemente, el trabajo transmita algo al espectador y “que él se encargue de descifrar lo que se quiere mostrar, por qué tantas burbujas, tantas líneas y tanto color o por qué Villabón pinta rostros y las niñas”. Centrarse en la etapa de los animales es ubicarse en una manera de Carlos para integrar y narrar esa elocuente realidad del ser humano a través de las miradas de chimpancés, jirafas, conejos, vacas, cerdos y otros. “Quise recrear en esas imágenes las escenas que los humanos vivimos todos los días, por ejemplo ‘Cultivo de amor’, en la que se muestra una coneja con gafas, objeto en el que se refleja el macho como si fuera el esposo y lo pilla siéndole infiel”, cuenta. Otra expresión de su mirada artística se centra, precisamente, en los rostros, a los que se ha dedicado durante los más recientes cinco años: “No he dejado de hacerlo, porque pienso que es la parte que más me da tranquilidad, al ver unos ojos, una expresión, un gesto, que tienen elementos que atrapan, como la nostalgia, la calma y el desespero. Es lo que más me genera tranquilidad y al espectador”. “También he pintado arquitectura, como Venecia y el Time Square, porque uno como artista lo que busca es crear su propia identidad, estilo y camino”, considera este artista.

Algunos espacios

Villabón, cabe resaltarlo, gracias a su permanente búsqueda de espacios, ha participado en exposiciones permanentes en Bogotá, Barranquilla, Barcelona, Toledo y Caracas, así como en numerosas exposiciones colectivas como la VIII Bienal Internacional de Arte Suba, durante el Salón Arte Joven, en los espacios de la Universidad Ambiental de Colombia. También se cuenta la Feria Internacional de Arte Contemporáneo Barranquillarte 2013 y el XI Salón Nacional de Arte Diversidad 2012, en Casa Cuadrada, Bogotá.

En las proyecciones de Carlos Villabón también está dedicarse a la fotografía, aplicada a su ejercicio artístico.


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FACETAS Los poemas

Anoche me acompañó el niño asesino

Siempre que voy a pintar

Nelson Romero Guzmán*

Nelson Romero Guzmán*

Anoche me acompañó el niño asesino, me cuidó. Era una especie de santo prófugo al lado de mi lecho abrazando un pan. No dejarse robar el pan, era el gran tema de su vida. Comencé a pintarlo. Pero sus manos, misteriosamente, Le quedaron por fuera del cuadro. Error del artista: ahora sus manos roban panes en toda Ekely. Si sus manos hubieran quedado dentro del cuadro Abrazando el pan, la historia hubiera sido otra. He titulado el cuadro Orfandad. (Es 26 de mayo y el niño —ahora hombre mutilado—, me busca para asesinarme y así vengarse de la vida, no del arte).

Ambos poemas pertenecen a la antología ‘Bajo el brillo de la Luna’, con la que el escritor y docente tolimense ganó el fin de semana pasado el premio Internacional Casa de las Américas, categoría Poesía, en La Habana, Cuba.

SIEMPRE QUE VOY A PINTAR Y miro por la ventana, Me horroriza una luna negra. El hombre, demasiado adicto al hombre, Se vuelve cruel por vocación. Yo oculto la luz (ahora que por la ventana la sombra de un pájaro Pasa cantando: el mundo acaba de pasar y no lo viviste).

Del apartado “Diario del pintor”)

La palabra del día

Febrero Los sabinos —uno de los pueblos indoeuropeos que habitaron en la era neolítica la península itálica, entre el Tíber y los Apeninos— celebraban una fiesta anual de purificación que llamaban februa, en una fecha que hoy se identifica como el 15 de febrero. Tras la fundación de Roma y el posterior surgimiento del Imperio romano, la urbe dominante tomó prestado el nombre de las fiestas februas para designar el mes en que estas tenían lugar: el último del año. Al fundador legendario de Roma, Rómulo, se le atribuye la unificación de los numerosos calendarios que existían en la península en el siglo VIII a. de C., mediante la creación de uno nuevo, de diez meses distribuidos en un año de 304 días. Pero

VOZ ALEMANA CON SANGRE COLOMBIANA

LA CLAVE DE LA INNOVACIÓN BOGOTÁ, COLPRENSA

BOGOTÁ, COLPRENSA

Considerado uno de los intelectuales más influyentes de América Latina, Andrés Oppenheumer habla de esta parte del mundo con un gran optimismo entorno a su futuro próximo y sus claves del éxito para este siglo que ya se recorre. Para él, la innovación y la creatividad son los pilares del progreso, presentando cinco claves, que invita a no desanimarse y seguir, con ejemplos tan claros como entretenidos, analizando casos como el de Pep Guardiola, quien llevó a sus más grandes éxitos al Barcelona Fútbol Club, así como el chef Gastón Acurio, quien llevó la cocina peruana a ser un orgullo nacional pero en especial un motor de crecimiento económico de unas grandes proporciones.

Hijo de padres colombianos, Sascha Arango se ha convertido en uno de los principales guionistas de la televisión alemana, en especial por su trabajo en la serie de culto “Tatort”, y ahora hace su debut literario con “La verdad y otras mentiras”, que en tiempo récord ha sido editada en más de 20 países y ya tiene vendidos los derechos cinematográficos. Se trata de una comedia negra, que tiene mucha influencia de guión cinematográfico, donde la acción gira alrededor de Henry Hayden, un ser mentiroso, asesino y estafador. Un ser que es difícil de comprender, quien tiene como guía de vida que es más fácil el matar que el olvidar, una forma bastante extraña de organizar su vida, la cual entra en caos.

Editorial: Seix Barral Título: La verdad y otras mentiras

Autor: Sascha Arango Páginas: 310

el calendario de Rómulo, tan diferente del año trópico, se reveló como una herramienta demasiado primitiva para un Estado que pocos siglos más tarde despuntaría como potencia dominante. Así, hacia el año 300 a. de C., el edil Flavio creó un nuevo calendario con dos meses adicionales, que se añadieron después de december: januarius, consagrado al dios Jano, y februarius, que tomó el nombre de la antigua fiesta de purificación de los sabinos. Este nombre, que se registra en español desde 1129, está en la mayor parte de las lenguas europeas modernas: february en inglés, février en francés, febbraio en italiano, fevereiro en portugués y Februar en alemán. Elcastellano.org*

Editorial: Debate Título: ¡Crear o morir!

Autor: Andrés Oppehnheimer Páginas: 330

GERENTE: Miguel Ángel Villarraga Lozano EDITOR GENERAL: Edwin Ballesteros Vásquez COORDINACIÓN: Redacción Cultural EL NUEVO DÍA PERIODISTA: Hernán Camilo Yepes Vásquez EDITOR: Óscar A. Varón B. DISEÑO: Néstor Iván Pérez FOTOS: Colprensa. Internet. Suministradas. TEL.: 2770050. Ibagué - Tolima - Colombia. PÁGINA WEB: www.elnuevodia.com.co CORREO ELECTRÓNICO: culturales@elnuevodia.com.co FACEBOOK: Cultura El Nuevo Día - Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa del Grupo Editorial Aguasclaras S.A.. ISSN: 021545-8.


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