El Otro psi . nº201

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AÑO XX Nº 201 JUNIO 2014

Periódico El Øtro del ámbito «Psi» (Reg. Prop. Intelectual nº 419.367) ISSN 2250-8805 Publicación editada y distribuida por EDICIONES El Øtro (Reg. Nac. Der. de Autor nº 452.270) C.U.I.T 30-69381315-4 Director: José H. Méndez

El Øtro *

Por Cecilia Pedro

Corporales Terapéuticas

Bullying no es sinónimo de violencia sino que consiste en una forma específica de violencia, se dá entre pares dentro de la institución escolar; es una conducta de hostigamiento e intimidación, cualquier tipo de maltrato verbal, físico o psicológico entre compañeros hacia otro, que es convertido en blanco de repetidos ataques. Posee características particulares ya que las agresiones son producidas en forma sistemática y reiterada en el tiempo los alumnos, cuando el adolescente no se relaciona con los demás, cuando hay variaciones en su rendimiento escolar, cuando está desconcentrado, apático, poco comunicativo, con cambios inexplicables en su estado de ánimo, etc. El gabinete psicológico en la escuela tiene un rol fundamental ya que su intervención posibilita la escucha, la detección, la contención, la orientación, estimulando la participación de todos los involucrados y facilitando la resolución de los conflictos que se puedan presentar. Teniendo entre sus tareas la organización de una red de comunicación entre la escuela, los alumnos y los padres, que fortalezca el diálogo. Así como capacitar a los educadores para que puedan actuar en los casos de acoso y otras dificultades que se puedan presentar. En las circunstancias de mucha complejidad, los padres pueden asesorarse

...El victimario necesita del testimonio de estas miradas para sentir y acrecentar su poder El acosado oculta y silencia lo que está sucediendo, a sus padres o a los docentes, ya sea por vergüenza, timidez y a veces hasta llega a creer que se lo merece. O porque se siente descalificado y ridiculizado por el victimario que al intimarlo permanentemente le anula la posibilidad de manifestar su dolor, su padecer. Este tipo de acoso es muy difícil de identificar y de diagnosticar y por lo tanto de resolver. Las señales que puede mostrar un chico que está padeciendo este tipo de acoso son: tristeza, decaimiento, pesadillas, ansiedad, angustia y nerviosismo, síntomas físicos como cefaleas, dolores abdominales; golpes y moretones. Negarse a ir a la escuela, perdida de objetos y de dinero, entre otros. Como padres o adultos responsables tenemos que estar muy atentos a estas huellas, a los silencios, a los indicios que hay algo que le está pasando. La intervención de los docentes y tutores puede contribuir a señalar estas situaciones, observando que ocurre con

por un profesional psicólogo, aunque su hijo se niegue a asistir, contemplando la singularidad de cada caso. ¿Qué sucede con la subjetividad del acosado que queda tan desestructurado, que por el terror que se repita un trauma similar se aparta del el mundo social? Esta violencia es desestructurante cuando va dirigida a jóvenes que no han constituido o lo hicieron de manera deficitaria, normas internas y valores éticos y no pueden sostenerse frente a este arrasamiento subjetivo, que rompe los límites. ¿Cómo podemos pensar la subjetividad del agresor? ¿Será solo el malo como en los cuentos infantiles, o habrá que mirarlo de otra manera y ver que le ocurre? Estos chicos por lo general solo conocen una manera violenta de hacer lazo con otro, esto es lo que vivieron en su propia familia. Tienen una historia de violencias no procesadas, sin posibilidad de elaboración, sobre todo si proviene de sus progenitores. Muchas veces transformando activo lo pasivo, se identifican con el agresor y

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Por Marisa Fiordalisi

Técnicas

acoso escolar

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PUBLICACIÓN MENSUAL, ESPECIALIZADA EN EL CAMPO DE LA SALUD MENTAL, INDEPENDIENTE, PLURALISTA, PROFESIONAL, GRATUITA Y DE OPINIÓN QUE PROMUEVE LA ACTIVIDAD «PSI»

TECNICAS CORPORALES

Bullying

n el bullying participan el agresor, el agredido y el grupo de compañeros testigos de esta situación de brutalidad y vejación. Espectadores que con su mirada sostienen y legitiman estos actos, la aparente indiferencia esconde el temor que les suceda a ellos lo mismo. Es el pánico a quedar excluido de su grupo de pertenencia que los enmudece, de esta manera quedan avalando una situación en la que pueden no acordar. El victimario necesita del testimonio de estas miradas para sentir y acrecentar su poder. Hay una relación asimétrica de poder, una desigualdad de fuerzas, el hostigador amedrenta al acosado, lo acorrala, infundiéndole miedo en forma constante. La víctima queda pasivamente sin poder defenderse, con un dolor constante que no se reduce solo al momento de la agresión.

E R I Ó D I C O D E I S T R I B U C I Ó N L E C T R Ó N I C A R A T U I T A

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notas y publicidad del mes

PSICOLOGIA Niños y adolescentes

P D E G

se convierten en victimarios, pudiendo ubicar un enemigo externo amenazante, alguien a quien no considera un humano, sino lo toman como un objeto, la lógica es él o yo, de la anulación del otro en tanto no yo. Cuando el otro se presenta como distinto, su reacción es la violencia ya que de esa forma destruye en el otro esa diferencia que no acepta de sí mismo. En estas familias, generalmente, hay ausencia de figuras parentales o algún adulto que acompañe al joven en su transito por la adolescencia, que le pueda brindar sostén, apoyo y contención. Son jóvenes que no fueron escuchados, ni mirados y maltratados de diversas formas por sus progenitores. Muchos padres tratan a su hijo como si fuera una cosa, un objeto, algo de su propiedad al que se puede manipular a su antojo. Así se lo fuerza a ser otro, desconociendo sus emociones, sus deseos y sus posibilidades. Padres que no se posicionan como alguien diferente del hijo, sino lo sienten como una parte de sí mismos que no les agrada, no lo toleran y lo rechazan. O cuando el hijo viene a ocupar un lugar muy idealizado, el quiebre de las expectativas parentales puede ser terrible. La demanda del hijo puede ser muy angustiosa para algunos padres cuando tienen gran dificultad para contenerlo ya que ellos mismos arrastran su propia historia de desvalimiento y desamparo de niños que ha quedado sin cerrar, como una herida abierta. Así el hijo revive en el padre aquellas cuestiones que le quedaron sin resolver y esto puede resultar intolerante. La violencia familiar tiene un amplio abanico que va desde la ignorancia de los sentimientos del hijo hasta las amenazas, la denigración y los castigos constantes que tienen un efecto negativo en la constitución de la subjetividad del niño.  Este artículo –enviado por la autora-, previamente, fue publicado en el diario La Capital de la ciudad de Rosario (Santa Fe) y está extraído del Libro “Adolescencia: Un Por –venir Adulto” de Cecilia Pedro.

* Psicóloga (UNR), Ps.ceciliapedro@gmail.com

La necesidad en estos tiempos, obliga al desafío de comprender la dimensión humana, desde una lectura integradora y promotora de procesos sanos de desarrollo, que mejoren la calidad de vida

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as exigencias a las que nos vemos sometidos nos llevan a la búsqueda de nuevas perspectivas que ayuden a redefinir nuestro quehacer profesional. Desde mi especialidad con la búsqueda de una actividad dónde ponemos el cuerpo en acción. Al hablar de cuerpo no lo hago solamente desde un discurso médico, sino también desde ese cuerpo descubierto por el psicoanálisis: el cuerpo erógeno, marcado por la sexualidad desde el primer contacto cuerpo a cuerpo entre la madre o sustituto y el hijo. Es un cuerpo con una anatomía que no puede reducirse a solamente a la anatomía definida objetivamente por el biólogo. He dado en llamar a la actividad que desempeño, Técnicas Corporales Terapéuticas. Es un abordaje que se basa en la integración de elementos de métodos o sistemas de trabajo corporal (Bayerthal), Eutonía, Feldenkrais, Fedora Aberastury, Bioenergética, Técnicas expresivas) que coinciden con la concepción de hombre. Cuando hablan de cuerpo, no lo hacen solamente desde el punto de vista anátomo-fisiológico, sino desde el psicológico, emocional y espiritual.

...Al hablar de cuerpo no lo hago solamente desde un discurso médico, sino también desde ese cuerpo descubierto por el psicoanálisis: el cuerpo erógeno, marcado por la sexualidad desde el primer contacto cuerpo a cuerpo entre la madre o sustituto y el hijo Si bien hay aspectos de algunos de los mismos que son particularmente operativos en patologías motoras en proceso de rehabilitación, disfunciones del esquema corporal y otras, para perturbaciones de tipo psicológico, considero que la integración de las mismas se traduce en un enriquecimiento, profundización y complementación de la práctica clínica, al ampliar la gama de recursos terapéuticos. Así mismo, en el ámbito de la enseñanza actúa como recurso preventivo y promotor de salud. Amplían la relación entre pensamiento y movimiento, propician la búsqueda de un ritmo personal y la economía de esfuerzo, desarrollando al máximo la concientización y sensibilización del cuerpo. CONTINúA en PáG.3


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