Seguridad y Salud en el Trabajo 2023

DÍA MUNDIAL DE LA SEGURIDAD Y LA SALUD EN EL TRABAJO

Los accidentes laborales, tanto los amparados como los no amparados por el Banco de Seguros del Estado (BSE), han disminuido entre los años 2014 y 2021”, dijo a El País el responsable de la Inspección General del Trabajo y la Seguridad Social (IGTSS), Tomás Teijeiro.

Destacó como el hecho más importante de 2022, “el decreto 371/2022 que regula el proceso administrativo sancionatorio en materia laboral, y desde su entrada en vigencia el 1° de marzo de 2023 se constituye en la norma fundamental de la IGTSS”.

A continuación un resumen de la entrevista con Teijeiro.

—¿Cuál es el alcance de la seguridad y la salud ocupacional?

—Cuando hablamos de la seguridad y salud ocupacional como objeto de una de las principales tareas de la IGTSS, lo hacemos refiriendo a un ambiente de trabajo que debe ser seguro, a un lugar libre de riesgos, que en caso de materializarse pueden provocar daños a la salud de los trabajadores, y cuando hablamos de salud ocupacional, es siempre es prudente remitirnos al Convenio Internacional de Trabajo N.º 155 de la OIT que expresa: “el término salud , en relación con el trabajo, abarca no solamente la ausencia de afecciones o de enfermedad, sino también los elementos físicos y mentales que afectan a la salud y están directamente relacionados con la seguridad e higiene en el trabajo”. Y el concepto de salud es aún más abarcativo: “la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades” tal como lo define la OMS.

—¿Cuál es la realidad de nuestro país en la materia en lo que tiene que ver con cifras oficiales?

—Las estadísticas elaboradas por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), en base a información del Banco de Seguros del Estado (BSE) son bien contundentes al respecto. Es importante analizar, por ejemplo, la evolución de los accidentes de trabajo. Oportunamente, el MTSS presentó un informe sobre accidentalidad laboral en base a los datos del Banco de Seguros del Estado. De la información se concluye que los accidentes laborales, tanto los amparados como los no amparados por el BSE, han disminuido entre los años 2014 y 2021.

Tomás Teijeiro

INSPECTOR GENERAL DEL TRABAJO

“LOS OBJETIVOS SE CUMPLEN Y MEJORAN SISTEMÁTICAMENTE”

“Los ejes de acción en materia de seguridad y salud son dos: el impulso y la promoción de los ámbitos tripartitos y bipartitos sobre seguridad y salud y la mejora de la condiciones de trabajo a través de la fiscalización y el asesoramiento”, aseveró el jerarca.

Cabe recordar que el Ministro Pablo Mieres, destacó en su momento que la información proviene del BSE y fue procesada y analizada por la Unidad de Estadística del MTSS, y que el año 2021, dejando de lado el 2020, es el que muestra la cifra más baja de accidentes de trabajo de toda la serie.

Hemos referido que tanto los accidentes amparados por el BSE como los que no fueron amparados, presentan una tendencia descendente que llegó en el año 2021 a 31.130 accidentes de trabajo, mientras que en 2014 ese número estaba en 42.794, lo que constituye un descenso en todo el período de 27,3%. La tendencia a la baja es general, lo que implica desde los accidentes leves hasta los graves.

También cabe hacer mención de otros indicadores como la tasa de incidencia, que nos permite comparar la cantidad de accidentes sobre la cantidad de ocupados formales, la que desciende de 3.44% en 2014, a 2.44% en 2021, y también es menor que la de 2019 que era 2.74%. Así mismo, la tasa de frecuencia, que mide no solo por cantidad de trabajadores ocupados sino también por horas trabajadas, registra un descenso importante de 4.3% desde el 2014 al 2021, y de 1.3% de 2019 a 2021, como oportunamente informamos.

—¿Qué balance hace de 2022?

—El 2022 fue un año de gran actividad en la IGTSS durante el cual ocurrieron hechos significatvos. El más importante fue el decreto 371/2022 que regula el proceso administrativo sancionatorio en materia laboral, y desde su entrada en vigencia el 1 de marzo de 2023 se constituye en la norma fundamental de la IGTSS. Una norma moderna, que otorga certeza y transparencia a los procesos que se llevan adelante en la IGTSS.

Por otra parte, entró en plena vigencia el decreto 127/2014 quedando todo el universo de empresas y trabajadores legalmente dispuesto

“EN

incorporados al sistema de prevención. Hubo además un fuerte incremento de las tripartitas de salud y seguridad, ratificando nuestra firme posición con respecto a que la salud y seguridad en el trabajo se construye con mucho diálogo. En el mismo sentido el Conassat sesionó en forma regular, manteniendo su impronta histórica de consensos.

Todo esto vaticina un 2023 lleno de desafíos para una IGTSS que se renueva y actúa siempre proactivamente.

—¿Qué posición ocupa Uruguay en el plano regional y mundial?

—Uruguay ocupa una posición muy buena en términos relativos en el contexto de América Latina, en cuanto a diversos indicadores, por ejemplo, accidentes mortales, lesiones no fatales, presencia inspectiva en los centros de trabajo, entre otros. En ningún caso nos conforma, porque los indicadores en definitiva refieren a trabajadores y empresas que ven afectadas su salud, su vida, o su desempeño. Siendo nuestra principal preocupación poder servir al ciudadano, ocupe el rol que ocupe en las relaciones laborales. Cabe reiterar que esta posición buena que el Uruguay posee, es propiciada por diversos factores. Uno de los que merece principal destaque, es la vasta tradición de diálogo social tripartito en materia de seguridad y salud, siempre fructífero, tanto como se demostró en tiempos de pandemia.

—¿Cómo se están cumpliendo los objetivos y las metas que se planteó el gobierno al respecto?

—Los ejes de acción en materia de seguridad y salud son dos, y se están cumpliendo y mejorando sistematicamente: el impulso y la promoción de los ámbitos tripartitos y bipartitos en materia de seguridad y salud y la mejora de la condiciones de trabajo a través de la actividad fiscalizadora y el asesoramiento a empleadores y trabajadores.

—¿Los cambios que ha generado la tecnología requieren nuevas normas o aplicando las existentes es suficiente?

—El propio dinamismo y la evolución del trabajo siempre requieren estar atentos. Regular no siempre es la mejor solución, porque en este mundo dinamico, la realidad no puede ser encorsetada. Sí hay que estar atentos para que el dinamismo que marca la tecnologia y las nuevas economias no provoquen asimetrias injustas.

El MTSS ha estado atento a esto, como resulta evidente con la reglamentación de la ley de teletrabajo, y el proyecto de ley de trabajo por aplicaciones remitido al Parlamento. Un proyecto de avanzada.

—¿Qué evolución ha tenido el tema en los últimos años?

—Las últimas normas en la materia son la Ley 19.978 de regulación del teletrabajo y su decreto reglamentario 86/22, atendiendo una modalidad de trabajo que si bien existía se aceleró con motivo de la pandemia por Covid19. Se abordan, entre otras cuestiones, el contrato de trabajo, la jornada laboral, las condiciones de trabajo en materia de seguridad y salud. Al respecto de esto último, aún antes del dictado de estas normas, y atendiendo a la particularidad de esta forma de trabajo, el MTSS había efectuado una serie de recomendaciones (ficha técnica de prevención), de carácter no vinculante, poniendo a disposición de trabajadores, empleadores y técnicos, información sobre los riesgos de la actividad y las medidas preventivas para evitar posibles daños a la salud de los trabajadores. En este contexto tecnológico, también el Decreto 371/22 ha previsto mecanismos electrónicos de control, como una modalidad de inspección, que puede aplicarse solo o de forma complementaria con otras actuaciones inspectivas.

Gestión enSeguridad

2021 HUBO 31.130 ACCIDENTES DE TRABAJO, MIENTRAS QUE EN 2014 FUERON 42.794, LO QUE CONSTITUYE UN

SUCESOS QUE ESTÁN EN CONEXIÓN CON EL TRABAJO

Se consideran enfermedades profesionales aquellas causadas por agentes físicos, químicos, biológicos, utilizados o manipulados durante la actividad laboral o que estén presentes en el trabajo.

En tanto, se considera accidente de trabajo a toda lesión corporal que el trabajador sufra en ocasión o por consecuencia del trabajo que realice por cuenta ajena.

Bajo estas circunstancias, a continuación las actividades que son consideradas accidentes de trabajo:

—Las que ocurran en ocasión o por consecuencia de las tareas que, aun siendo distintas a las de su categoría profesional, el trabajador realiza en cumplimiento de las órdenes del empleador o espontáneamente en interés del buen funcionamiento de la empresa.

—Aquellos que tengan lugar en actos de salvamento y en otros de naturaleza análoga, cuando estos tengan conexión con el trabajo.

—Las enfermedades que contraiga el trabajador a raíz de la realización de su trabajo, siempre que se pruebe que la enfermedad tuvo por causa exclusiva su ejecución.

Crece siniestralidad ante dinámica de la actividad económica

De acuerdo a cifras oficiales, la accidentabilidad laboral a nivel de toda la economía ha aumentado en 2021 respecto a 2020, y dada la evolución registrada antes de finalizar 2022, es de esperar que al cierre del año pasado, el registro de accidentes ocurridos iguale o supere a los que hubo en 2021.

Es así que en consistencia con lo que se está observando a nivel de la economía en general y con el mayor dinamismo en la actividad de la construcción y la tendencia creciente vista en ocupación recientemente (particularmente los trabajadores bajo Ley N°14.411), la cantidad de siniestros laborales se incrementó en 2021 con respecto al año previo.

En función de los datos disponibles, en los primeros ocho meses del año pasado, ya se percibe un incremento respecto a los mismos períodos de al menos los dos años previos. Por lo tanto, se estima que en 2022 la cantidad de accidentes en trabajadores estará en línea o por encima de los registros de 2021, según un informe proporcionado por la Cámara de la Construcción del Uruguay (CCU).

“Casi la totalidad de los accidentes en trabajadores de la construcción ocurre en hom-

bres, lo que es consistente con la caracterización de la ocupación en nuestra actividad”, consignó el presidente del gremio empresarial, Alejandro Ruibal.

En este marco, el 98% de los siniestros (considerando el promedio 2017- agosto 2022) se registró en trabajadores jornaleros. A su vez, entre el 65 y el 70% de los accidentes ocurren en trabajadores contratados por la empresa principal de la obra. A su vez, el 29% tuvo lugar en empresas subcontratadas, aunque en estos últimos meses creció el número de los trabajadores accidentados que pertenecen a subcontratos.

Entre 2017 y agosto de 2022, 60 de cada 100 accidentes en la construcción se registraron en trabajadores con menos de un año de antigüedad en la empresa.

El 7,4% de los accidentes ocurre en trabajadores con más de 9 años de trabajo en la empresa. “El crecimiento en los niveles de ocupación atrae a personal que no es de la in-

dustria y que cuentan con poca o nula experiencia en los temas de seguridad”, explicó Ruibal.

En promedio, cerca de la mitad de los accidentes (2017-Ago 22) se ha registrado en Montevideo. A la capital le siguen Maldonado, Canelones y Durazno (UPM).

Las partes del cuerpo que resultan más afectadas por estos eventos son los miembros superiores, seguidos de los inferiores. Mientras tanto, cabeza y espalda representan un 17% y 13% respectivamente. Las principales causas identificadas de accidentes son: esfuerzos excesivos o falsos movimientos, pisadas o choques con objetos y caídas.

“Trabajamos permanentemente para acotar cualquier margen de error en la ejecución de actos inseguros y/o condiciones inseguras sin obviar, que la industria por su naturaleza tiene implícitos riesgos permanentes”, recordó Ruibal.

El índice de incidencia muestra un incremento en 2022 y se ubica en 5,28, lo que significa que ocurren unos cinco accidentes por cada 1.000 trabajadores, aumentando respecto a 2021 y 2020.

El índice de frecuencia se ubicó en 43,76 accidentes por cada millón de horas trabajadas, por encima de los niveles de 2021 y 2020.

98% DE LOS SINIESTROS EN LA CONSTRUCCIÓN SE REGISTRA EN TRABAJADORES JORNALEROS.

El tema de la seguridad laboral en la industria de la construcción es una materia “de evolución permanente, estamos en una etapa en la cual debemos apoyar la incorporación de tecnologías que permitan la detección temprana de estos eventos, el desafío esta en lograr anticiparse”. Para tratar de alcanzar este objetivo se apunta a la formación permanente, a desarrollar una vigilancia certera, y a las nuevas tecnologías como factores determinantes.

El diálogo social una instancia clave para promover la seguridad y salud laboral, acompañada de la cultura de la prevención.

Apuestan a la mejora continua

La salud y seguridad ocupacional “siempre ha sido un tema de ocupación y desvelo para la industria entera y en particular para el sector empresarial formal”, dijo a El País el presidente de la Cámara de la Construcción del Uruguay (CCU), Alejandro Ruibal.

Consideró que esta materia, “es de revisión permanente y mejora continua” en todos los ámbitos: normativo, operativo, formativo, inversión en tecnologías, entre otros.

Acotó que “un reflejo objetivo y demostrativo de la importancia que representa el tema es la participación por más de 30 años en la tripartita de seguridad, el aporte histórico al desarrollo normativo, la inversión en maquinaria y equipos, la formación permanente a todo nivel, el desarrollo de congresos de Seguridad y Salud Ocupacional (SySOS), que va por su sexta edición y convoca a todos los actores del sector ”.

Según Ruibal, “los elementos que generan mayor inseguridad es el personal que tiene poca o nula experiencia en los temas de seguridad, ante lo cual la industria toma medidas e invierte más en capacitación”. Existen buenos niveles de seguridad debido a la “atención permanente del factor humano, en muchos casos la causa de situaciones inseguras, además se promueve una formación permanente a todo nivel, así como el

desarrollo de entornos laborales saludables, una inversión permanente en recursos materiales y profesionales, buena comunicación, vigilancia y fiscalización activa y constructiva”.

Este año están planificados talleres con la IGTSS, BSE y empresas que, dado el tipo de trabajo que contratan, requieren un expertise por parte de empresas y trabajadores, como ser UTE a través de la Gerencia de Seguridad. Con empresas referentes en diferentes temas, se llevarán a cabo cursos sobre Condiciones Eléctricas Seguras; Seguridad en Vialidad, SYSO en la Construcción. Además, la CCU cuenta con formación para mandos medios, un diploma con la UCU para Directores de Proyectos de Construcción, y además, “estamos proponiendo un certificado en 'sistemas integrados de gestión –SST, Medio Ambiente y Calidad”.

A nivel operativo existe el FOCAP (fondo de capacitación que se nutre de aportes de empresarios y trabajadores), que ofrece formación permanente. En tanto, la IGTSS y el FOCAP desarrollan conjuntamente el curso para “delegados de Seguridad”, que es abierto a todo trabajador. Por ley, se debe realizar al inicio de toda obra, inducciones sobre las tareas a ejecutar, condiciones seguras de trabajo y demás, estas se realizan a “pie de obra” por los equipos técnicos de las empresas.

La Cámara de la Construcción promueve la formación permanente.

APPCU Y LA GESTIÓN DE LA SEGURIDAD EN LAS OBRAS

En la Asociación de Promotores Privados de la Construcción (Appcu) hace casi 30 años existe un Departamento que esta abocado al Asesoramiento de los socios, promotores, constructores o subcontratistas, denominado ASHA. Se ha intentado continuamente, y en los distintos escenarios normativos, cumplir con el asesoramiento a las empresas socias para poder adaptar el sistema de trabajo, a uno que integre la seguridad y posea los documentos asociados básicos obligatorios, capacitando al personal en las etapas de la obra y en los trabajos puntuales. Cuando lo anterior ha encontrado una incorporación en el sistema interno de trabajo de la empresa, cosa vital para que funcione, no ha caído en saco roto y como resultado, nos encontramos con una obra que “Gestiona Seguridad”.

El servicio que se da, se adapta a cada empresa, especialmente en las que no cuenta con administración interna en obra para cubrir los requerimientos documentales en la materia o que por sus características no requiere un asesor inter-

Trabajadores plantean crear una Fiscalía en Siniestros Laborales

no continuamente.

El gestionar Seguridad, más allá de las consecuencias prácticas, cuando está integrada con la producción, la calidad y el impacto ambiental, permite el fluir de los problemas diarios y sabiendo eso, es que se basan nuestras acciones.

Continuando la Gestión Integral de la obra, surge mencionar y destacar el tema de los subcontratos. Por la ley de solidaridad empresarial, se debe actuar preventivamente sobre el subcontrato, ya que están supeditados al decreto de seguridad en construcción (más allá del ramo principal de la empresa) y debe respetar ciertos aspectos básicos.

Tenemos experiencia en amalgamar la gestión con el decreto 127/14 y el 52/23, de Salud Laboral, cosa no fácil. Tanto porque el equipo cuenta con personal médico que interactúa con las obras que así lo requieren, como también técnicos asesores en salud en las empresas que por su porte requieren un seguimiento periódico.

Arq. T P. Julio César Camarano

La situación de la seguridad laboral “es una preocupación constante de los trabajadores y los planteos que hemos realizado y no se han atendido, han atravesado varias administraciones gubernamentales”, dijo a El País Daniel Diverio, secretario general del sindicato de la Construcción (SUNCA).

Reconoció que, a pesar de que se ha venido registrando un descenso importante en la cantidad de accidentes de trabajo, “aún sigue ocurriendo un buen número de siniestros mortales”.

Consideró el dirigente gremial que, a partir de la aprobación de la ley penal empresarial, se han mejorado las condiciones de trabajo. La norma sanciona penalmente a los empresarios que expongan a los operarios a condiciones riesgosas de trabajo. En este sentido, reconoció que de 7.500 siniestros que ocurrieron en 2013, el paulatino mejoramiento en las condiciones de trabajo hacen que “hoy andemos en los dos mil y algo”.

No obstante, enfatizó que los trabajadores de la construcción necesitan que se apliquen determinadas herramientas para que sigan bajando el número de siniestros. En particular, Diverio remarcó que es necesario crear una Fiscalía en Siniestros Laborales, “algo que se ha venido planteando desde hace mucho tiempo”. Relató que en una reunión solicitada al Fiscal de Corte Juan Gómez, éste les expresó que “ve con buenos ojos dicha iniciativa, pero nos comentó que se da el problema de siempre, no hay presupuesto para que se instale este sistema”.

Sin embargo, el esfuerzo para que se cree la fiscalía “hay que hacerlo porque la Justicia podría enfocar el tema en forma diferente”. Expresó que cuando hay un siniestro, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) hace un informe pero el caso “no siempre llega a manos de la Justicia”. Por ello se considera necesario crear una fiscalía “que permita coordinar con el MTSS y el Banco de Seguros (BSE) que son los que tienen el informe cuando ocurre un siniestro

para actuar y tomar decisiones con los responsables y tomar medidas para mejorar las condiciones de trabajo”.

Durante la reunión señalada, “lo que nos dijo Gomez es que se podría ir por un camino intermedio que sería ir por la creación de una Especialización para saber cuales son las normativas”.

El representante sindical explicó que “a veces la Justicia no tiene elementos para juzgar por no tener conocimientos o no estar preparados suficientemente”. Hay una creencia arraigada en la cultura según la cual los accidentes en la construcción “son riesgos propios de las condiciones de trabajo”que se plantean en esta industria.

“Creemos que por la cantidad de accidentes laborales que ocurren por año en la construcción, amerita crear estas fiscalía en esta área”, agregó Diverio.

En este sentido, el año pasado hubo siete fallecidos, dos de ellos en la planta que construye la empresa finlandesa UPM, “a pesar de los avances de la tecnología”. Hay espacios para avanzar en el tema ya que más del 95% de los accidentes “son evitables. De acuerdo a lo que se ve en los informes que elabora el MTSS, la gran mayoría ocurren por falta de elementos de seguridad”.

Como segundo aspecto a tener en cuenta, Diverio también destacó que hay que trabajar con más ahínco en materia de salud laboral, ya que en algunos oficios el deterioro del físico impide que el trabajador pueda terminar su vida laboral.

En el caso de la construcción la cifra es alta ya que esto sucede casi el 40% de los obreros que al pasar de los 50 años, ven dificultada su contratación en alguna obra. Además deben haber leyes que prevengan las enfermedades, “hay que detectarlas antes”, puntualizó el sindicalista. Algunos de los males a los que se exponen quienes trabajan en la construcción es el cáncer de piel, las tendinitis y artrosis, entre otros. La idea es establecer normas preventivas antes de que los hechos deriven en casos fatales.

SUNCA reconoce que hubo una mejora de las condiciones de trabajo en la construcción.

Prevención inclusiva de los riesgos

Para poder proyectar e implementar la gestión inclusiva de riesgos laborales en una organización, primero es necesario considerar que existen personas con características diversas, ya sea a nivel de estatura, peso, género, edad, condición social, estado de salud, formación profesional, nivel de estudios, entre otros. Por lo tanto, la prevención inclusiva no apunta únicamente a contemplar a personas con algún tipo de discapacidad sino a todas las personas con sus características particulares.

Para introducir la prevención inclusiva de riesgos laborales dentro de la cultura organizacional, también es fundamental el compromiso de la dirección de la empresa y que ésta elabore una política de inclusión que considere el valor del respeto y la diversidad de sus trabajadores. De esta forma, las personas con discapacidad o con cualquier condición particular serán incorporadas de una manera más abarcativa y no excluyente, destaca la técnica.

Entre las iniciativas, se apela al diseño universal de productos y servicio para que puedan ser utilizados por todas las personas. El diseño universal proporciona beneficios para todos y del mismo modo que la prevención de riesgos debe garantizar que individuos con diversas capacidades funcionales, características antropo-

métricas, limitaciones, género, condiciones de salud, diferencias culturales, religiosas, entre otras, puedan desempeñarse de manera satisfactoria y segura.

“El diseño universal es aplicable tanto a máquinas como a herramientas, procesos productivos y estrategias preventivas. Para que uno de estos elementos cumpla con el diseño universal, debe contemplar una serie de principios, entre los que se destacan el uso equitativo, la flexibilidad de uso, el uso simple e intuitivo, la información perceptible, la tolerancia al error, el bajo esfuerzo físico y el espacio suficiente de aproximación y uso”, señala la técnica prevencionista Bettiana Lisboa, en una publicación del Banco de Seguros del Estado (BSE).

La accesibilidad está definida por el grado en el que todas las personas pueden utilizar un objeto, visitar un lugar o acceder a un servicio; considera su diversidad y contempla distintas condiciones particulares, como embarazadas, adultos mayores, personas con lesiones, etc.

“La prevención inclusiva de riesgos laborales es un conjunto de técnicas orientadas a lograr niveles de riesgo aceptables para todos los trabajadores, independientemente de sus capacidades y limitaciones y reconociendo que existen tantas cualidades como personas en el mundo”, concluyó la técnica prevencionista.

Existen personas con distintas capacidades en los lugares de trabajo.

Trabajo seguro y saludable como principio y derecho

El 28 de abril se celebra el Día Mundial de Seguridad y Salud en el Trabajo con el objetivo de reflexionar entre empleadores, trabajadores y autoridades de gobierno sobre las acciones a llevar adelante para evitar los accidentes laborales y reducir la siniestralidad, además de prevenir las enfermedades profesionales.

Se estima desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que cerca de 3 millones de personas fallecen cada año por causas relacionadas con enfermedades profesionales o en accidentes vinculados al trabajo. Además, más de 400 millones de personas sufren algún tipo de lesión profesional cada año.

En la región de las Américas, también hay desafíos importantes relacionados con la salud y seguridad estima la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Los datos disponibles indican que se registran 11,1 accidentes mortales por cada 100.000 trabajadores en la industria, 10,7 en la agricultura y 6,9 en el sector de los servicios.

Algunos de los sectores más importantes para las economías de la región, como minería, construcción, agricultura y pesca, figuran también entre aquellos en los cuales se pro-

ESTIMAN EN 4% DEL PIB MUNDIAL PÉRDIDAS

POR ACCIDENTES

LABORALES Y ENFERMEDADES PROFESIONALES.

duce la mayor incidencia de accidentes de trabajo.

Según estimaciones conjuntas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la OIT, la mayoría de las muertes relacionadas con el trabajo se debieron a enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Las enfermedades no transmisibles representaron más del 80% de las muertes en el ámbito laboral, de acuerdo con un informe de seguimiento mundial.

También, los accidentes y las enfermedades profesionales son responsables de que alrededor del 4% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial se pierda en concepto de pago de compensaciones y ausencias del trabajo.

Son todas cifras que impactan dramáticamente en la economía y en la sociedad. Debe existir un fuerte compromiso desde el sector privado, los trabajadores y los representantes de gobierno en bajar cada año el índice de fallecimientos y lesiones que se producen en actividades vinculadas al trabajo.

A propósito de los riesgos para la salud mental en el trabajo, también denominados riesgos psicosociales, informes médicos señalan que pueden estar relacionados con el contenido o el horario del trabajo, las característi-

cas específicas del lugar de trabajo o las oportunidades de desarrollo profesional, entre otras cosas.

Un entorno de trabajo seguro y saludable como principio y derecho fundamental es uno de los pilares de las acciones que lleva adelante la OIT, cimentadas en el diálogo social. Bajo este enfoque, empleadores, trabajadores y autoridades de gobierno deben actuar juntos para construir una cultura de seguridad y salud positiva.

En ese sentido, existen responsabilidades y derechos. Si bien es cierto que los empleadores tienen la responsabilidad de garantizar el cumplimiento de todas las medidas necesarias de prevención y protección a fin de reducir al mínimo los riesgos ocupacionales, los trabajadores también tienen la responsabilidad de cooperar con el empleador y participar en las medidas para la protección de su salud, seguridad y bienestar ocupacional. Por su parte, los organismos estatales deben llevar adelante las tareas de inspección, con sus facultades de sanción en caso de constatar infracciones a las normas establecidas, además de implsar campañas de prevención en salud y seguridad en el trabajo.