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Necesidades que afectan a la comunidad dominicana en Río Piedras

Necesidades que afectan a la comunidad dominicana en Río Piedras

Por: Dominga Valdez

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La comunidad dominicana en Puerto Rico se encuentra en cada rincón de la isla que la acoge con solidaridad y empatía. Su situación no solo se ha visto afectada por el impacto económico que atraviesa la isla, sino también, por el psicólogo y social. Viven un estado de incertidumbre y desolación, falta de alimentación y de vivienda digna. Esta falta de vivienda digna les obliga a vivir en condiciones no aptas. Se ven afectados por la criminalidad en la zona, la nostalgia, el dolor por la patria y los familiares que dejan atrás.

La situación para los dominicanos residentes de Río Piedras no mejora. Los compatriotas indocumentados no tienen acceso a las ayudas federales por desastre que han recibido miles de personas en Puerto Rico tras el huracán María, los temblores y durante la pandemia causada por el COVID-19.

Una de las mayores necesidades de los dominicanos y dominicanas en Río Piedras es la falta de empleo. A esto se suma las condiciones de salud (física y mental) que padecen y afectan su diario vivir, como la diabetes, hipertensión, insomnio, depresión y ansiedad. Esta es una comunidad trabajadora que ha emigrado a Borinquen en busca de mejor calidad de vida, que se torna en sueños truncos, pues, la mayoría tiene una condición migratoria irregular, lo que causa problemas de acceso a servicios de salud, aunque a ningún inmigrante se le puede negar la asistencia ni los servicios al asistir a un hospital.

El desempleo, justo durante esta pandemia del COVID-19, continúa aumentando los casos de violencia doméstica y machista sobre la mujer dominicana ya que muchas no son autosuficientes. Tener al agresor también desempleado es un detonante que las hace más vulnerables a sufrir todo tipo de violencia. Esta falta de empleo fijo es una gran preocupación, porque de eso depende que puedan enviar dinero a sus familiares en República Dominicana.

La falta de documentos o tarjeta de residencia aumenta cada segundo el miedo a ser deportado aunque no se estén realizando redadas a inmigrantes. Esto afecta más a las mujeres, ya que la mayoría trabaja como empleada doméstica o cuidando pacientes y recibe una paga inferior. Muchas veces, son engañadas, abusadas sexualmente y extorsionadas por su condición de mujer migrante e indocumentada.

Docenas de dominicanos residentes en Río Piedras aún sobreviven como vendedores ambulantes de productos dominicanos, pero “las ventas están flojas'', explica Cristian Sánchez, el también dirigente deportivo del equipo de pequeñas ligas Tiburones de Río Piedras. El cierre de tantas tiendas en el moribundo Paseo de Diego complica más las cosas porque ya no tienen alternativas para adquirir ropa y calzado a bajo precio.

La comunidad dominicana se levanta cada día a buscar su sustento, no importa el oficio. Las esperanzas de una pronta reforma migratoria los mantiene en pie de lucha en este pueblo borincano que han hecho suyo desde su llegada en yola o en avión.

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