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Hay personas que duermen bajo las estrellas y no es romántico: es inhumano
Hay personas que duermen bajo las estrellas y no es romántico: es inhumano.
Mientras la vivienda siga siendo una mercancía y no un derecho humano, seguiremos viendo personas dormir en las calles.
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Por: Nathalia Díaz Berríos
Según el último recuento de personas sin hogar realizado en 2019 en Puerto Rico, hay aproximadamente 2,535 personas sin hogar, de las cuales 698 pernoctan en el área de San Juan. Reconocemos que Río Piedras se vuelve sede de la población de personas sin hogar, y esto no es una coincidencia.
Históricamente, Río Piedras ha sido un lugar en donde se mueve la economía, empleomanía, el transporte público y otros recursos que se vuelven accesibles para las poblaciones vulnerables. Por tanto, muchas de las organizaciones, proyectos y programas dirigidos a trabajar el sinhogarismo se ubican en Río Piedras.
Las personas sin hogar son parte de la comunidad riopedrense y se deben tratar como tal. Sin importar su situación actual, son seres de derecho. Esta población vive en marginación, estigma y extrema segregación. Por falta de educación, se entiende que estar sin hogar es sinónimo de abuso de sustancias; sin embargo, esto no es una realidad, ya que existen multiplicidad de razones para estar sin hogar.
Este grupo de personas es parte de la sociedad y de la historia de Puerto Rico, y es el vivo ejemplo de la ineficiencia del Estado para atender problemas sociales como la crisis económica, el aumento en los problemas de salud mental, la poca accesibilidad a la educación y a la salud. A través de estas personas vemos que muchas políticas públicas y sociales ya no responden a la realidad social que viven los/as puertorriqueños/as. Una persona sin hogar no es solo la que duerme en las calles, bancos, edificios abandonados, autos u otros espacios que relacionamos con la población, sino que también es la que vive bajo un techo en condiciones infrahumanas, sin acceso a los recursos básicos que requiere una vivienda. El sinhogarismo es un problema de salud pública que antecede a la pandemia causada por COVID-19.
Hay que visibilizar que el perfil de esta población de personas sin hogar ha cambiado dramáticamente en los pasados años y no deben considerarse una subclase, ya que una diversidad de personas puede llegar a esa situación y no todas las que se encuentran en dicha situación comparten las mismas experiencias. Estar sin hogar no es una situación ajena a nadie; está tan cerca como perder un empleo, un desastre natural, un diagnóstico de salud física o mental, problemas familiares u otro problema cotidiano. Está en la puerta, y nos puede tocar. Apostemos a un análisis humano y real de las necesidades de las personas que se encuentran sin hogar y al desarrollo de nuevas políticas públicas.