Este Libro lo editó un Maestro de esos que en estos tiempos escasean. Yo me siento honrado por ello y muy contento de que la Sociedad Chilena del Derecho de Autor me incluyera en su Colección 'Nuestros Músicos'. Antología Poética Tito Fernández "EL Temucano" Prólogo Para la Sociedad Chilena del Derecho de Autor es significativa la publicación de esta Antología de poemas de Tito Fernández -de nombre real, Humberto Waldemar Asdrúbal Baeza Fernández-, conocidísimo intérprete y creador, quien desde hace más de 40 años ha recorrido nuestros escenarios. Su 1
valor, su popularidad y el símbolo que él encarna dentro de la poesía popular y la música chilenas hacen más que necesarios el conocimiento y la difusión, a través del libro, de algunos de sus textos, muchos de ellos ignorados, como es el caso de las décimas autobiográficas que inician esta Antología. Tito Fernández en sus continuas apariciones frente al público, se ha distinguido por la especialísima manera de entregar sus creaciones. Su tono interpretativo posee una amplia gama de posibilidades donde se funden la afabilidad con el ingenio a través de los diversos matices que van desde la ironía cordial y socarrona hasta la emotividad sencilla y directa. Su enorme llegada a los espectadores, sin embargo, no estaría tan justificada si no fuera porque también sus creaciones, desde la partida, muestran un excelente manejo de las formas métricas donde las rimas, nunca artificiosas ni pesadas, cumplen un papel estructural aglutinador. El empleo de las tradicionales estrofas de inveterado uso español o latinoamericano tales como las cuartetas octosilábicas, las décimas (con una variante en la conocida espinela); las seguidillas y otros versos más libres, presenta un manejo fluido y flexible donde la música que las acompaña destinada 2
muchas veces a un papel incidental, le entrega el empuje dinámico necesario para su desenvolvimiento y avance. Poesía popular antes que nada, en ella se hallan el mundo campesino y el urbano a veces sutilmente entrelazados. Las historias del 'ajuerino', del caminero Mendoza, del guacho Jacinto Mella o del compadre Alvarado son reveladoras de un universo que, en el fondo y con sus imaginativas variantes, no es otro que el trasunto de sus propias vivencias. Nacido en Temuco, Tito Fernández desde niño aprendió la guitarra y sus 'toquíos' de una tía, la cantora y campesina de la región de Lastarrias (IX Región), doña Juana Flores. Más tarde, un profesor de castellano del Liceo de Hombres de su ciudad natal, don Tulio Mora Alarcón, escritor, músico y folclorista, supo guiarlo en las virtudes e invenciones de una poesía y un canto donde se entremezclaban las experiencias del entorno rural y el ciudadano, con una tradición poética cuyas hondas raíces se vinculan fundamentalmente con cierto romancero del siglo XIX, con el Martín Fierro y, más adelante, con Atahualpa Yupanqui. De estas fuentes y de muchas otras -Neruda ha sido importante en su visión de lo poético, aunque sus trabajos no tienen nada de nerudianos- bebió este artista y poeta, 3
consciente de la necesidad de "escribir acerca de los sucesos cotidianos más sencillos", como él lo ha declarado. En esta ocasión desearíamos resaltar algunos aspectos de la poesía de este ilustre 'temucano'. El primero, como una de las características más preclaras de casi todos sus textos: la variada forma de usos humorísticos. Por un lado, encontramos un estilo salpicado de neologismos, apócopes, modismos y otras formas expresivas que, para nosotros, reflejan vivamente los usos idiomáticos nacionales. Es así como podemos leer en esta Seguidilla: Al pasar por el puente del Guacarneco te vi la pantorrílla, me puse clueco. Me puse clueco, sí, quien lo dijera, que por una canilla me encluequeciera (Cueca Larga del Guacarneco) Estos usos, muchas veces, son realzados por rimas que 4
acentúan aún más ese humor; como cuando en una Décima describe una cueca:
Salta la primera vuelta viene la segunda pata, la oveja se pone ñata remojándole el guergüero a su marío el carnero que andaba medio cachúo porque decía que el búho se fijaba demasiado. Al final, medio curado quiso bailar y no puo (Décimas por mis raíces) En otros momentos, ese humor se vuelca hacia nuestra tradicional picardía cazurra, como, por ejemplo, una Cuarteta que sirve también como remate rompedor de esquemas en una Cueca Larga: Me gusta la vid 'el burro porque sabe lo que quiere; no tiene buena memoria pero tiene lo que tiene (Cueca Larga de las Comidas) 5
También algunas veces una situación -la secreta visita íntima de un enamorado- se desarrolla amablemente: La ventana estaba junta ¡Sácate una suertecita! arriba 'taba la luna y aentro 'taba m'hijita. Pasé una pata pa 'entro el corazón me saltaba ¿ 'tai ahí?, le pregunté y me contestó que estaba
para desembocar en una huida final, cuya comicidad logra englobar todo: Me puse los pantalones, me tropecé con la vela, me enreé con las cortinas, me saqué la contumelia Logré salirme pajuera y me agarraron los perros;
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pensé que éramos amigos y allí me desconocieron. Perros reconch...bueno... en la facha que venía con media camisa afuera y ni sombrero traía (El Enamorao) Otro aspecto prominente de esta poesía es la clara construcción de cuadros, escenas o imágenes de corte íntimo y sentimental donde floran la acogida generosa, un sentido profundo de la familia y la mistad y cierta visión de la vida, positiva y altruista, donde siempre mantiene lo coloquial, como en muchas de sus canciones más populares. Algunas de sus Cuartetas revelan, en medio de una situación festiva, la capacidad para ensamblar las diversas actuaciones y reacciones de los grupos que han llegado a la celebración: Citemos estas dos cuartetas; ¡Pase adelante, compadre, y siéntase como en su casa!
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Por ahí anda la comadre picando pa' la ensalada. Añazos que no lo veía arrimarse pa' estos laos; así que esta bienvenía es de sentires guardaos (El Asao) y, seguidamente, estas otras dos: Mira, todos se han ido; hemos quedado solos; estoy casi borracho, parece ¿lo entiendes? Solos, solos ---------------------------------------------------En fin, bailemos. Sólo Dios entiende lo que pasa; Después de todo o nada Tenemos nueva casa (La Casa Nueva) Dentro de esta línea, suelen desarrollarse síntesis de doble significación:
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Ayer se murió el abuelo. Nos mandaron a decire en unas tarjetas blancas: ayudándolo a sentiré Con el rosario en la mano y hablándome despacito, la abuela me preguntaba ¿qué dicen los papelitos? (Cómo llorar al abuelo)
Muchas veces aparecen pensamientos comunes en la filosofía popular que terminan en un vuelco simpático, como en estas Seguidillas: La guitarra y el canto se complementan y el vino generoso los alimenta Y el que no quiera el vino vaya dejando el lugar pa' los otros que van dentrando (El vino y el canto) 9
o en otras instancias, donde aparece el franco lirismo: A veces cuando me pongo a pensar de tanto en tanto quiero volver a ser polvo y levantarme hecho canto (De la Infancia) Terminemos nuestro comentario de esta Antología de Tito Fernández con dos impecables Décimas que reflejan su sentir último de la creatividad y de la vida. Me con'que tenía ganas de escribir estas cuestiones. Con razón y sin razones me gusta andar lo corrío recordar lo que hey sufrío lo que me hey machucao. De cómo llegué a letrao me gusta contar cantando y afirmar que el buey arando nunca cae derrotao. El hombre que se levanta por la mañana temprano teniendo el deseo sano 10
de hacer algo por la vida, jamás verá que perdidas se alejan sus ilusiones sino que verá, dulzones, florecer en primavera copihues en las canteras y amor en los corazones. (Décimas por mis raíces) Luis Advis Vitaglich Presidente de la SCD Santiago, julio de 2003
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