Tango - Edición Laboratorios Bagó

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Declarado de Interés Cultural por la Secretaría de Cultura de la Nación Declarado de Interés de la Ciudad por el Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires




Investigación y reportajes María Torres

Diseño Gráfico Zurbarán Ediciones

Asistentes Paula Sarachman Carolina Pinasco

Fotografía Gustavo Sosa Pinillla Néstor Paz

Fotocromía e Impresión Arcángel Maggio

I.S.B.N.: 987-9022-28-9 Hecho el depósito que marca la ley 11.723 1997 Zurbarán Ediciones Cerrito 1522 (1010) Buenos Aires Tel/Fax: 815-1556 República Argentina Impreso en Argentina Printed in Argentina


ESTA

EDICIÓN CONTIENE UN DISCO COMPACTO CON LOS SIGUIENTES TEMAS

1

Mi Buenos Aires Querido Intérprete: Carlos Gardel Letra: Alfredo Le Pera Música: Carlos Gardel

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Cafetín de Buenos Aires Intérprete: Hugo del Carril Letra: Enrique Santos Discépolo Música: Mariano Mores

3

Pucherito de Gallina Intérprete: Edmundo Rivero Letra y música: Roberto Medina

4

Un Boliche Intérprete: Aníbal Troilo y su orquesta con Roberto Goyeneche Letra: Tito Cabano Música: Carlos Acuña

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La Cumparsita Intérprete: Alfredo de Angelis y su orquesta Letra: Pascual Contursi y Enrique Maroni Música: Gerardo Matos Rodríguez

6

Como dos Extraños Intérprete: José Basso y su orquesta con Floreal Ruiz Letra: José María Contursi Música: Pedro Laurenz

7

Así se baila el Tango Intérprete: Alberto Castillo con su orquesta típica Letra: Elizardo Martínez Vilas Música: Elías Randal

8

Adiós Nonino Intérprete: Eladia Blázquez Letra: Eladia Blázquez Música: Astor Piazzolla

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Vida mía Intérprete: Osvaldo Fresedo y su orquesta Letra: Emilio Fresedo Música: Osvaldo Fresedo

10 Quejas de Bandoneón Intérprete: Sexteto Mayor, Stazo y Libertella Música: Juan de Dios Filiberto 11 Gricel Intérprete: Mariano Mores y su orquesta con Enrique Lucero Letra: José María Contursi Música: Mariano Mores 12 Cuartito Azul Intérprete: Argentino Ledesma Letra: Mario Battistella Música: Mariano Mores 13 Pa’ que bailen los Muchachos Intérprete: Mariano Mores y su orquesta con Enrique Lucero Letra: Enrique Cadícamo Música: Aníbal Troilo 14 Pasional Intérprete: Osvaldo Pugliese y su orquesta con Alberto Morán Letra: Mario Soto Música: Jorge Caldara 15 Justo el 31 Intérprete: Francisco Rotundo y su orquesta con Julio Sosa Letra: Enrique Santos Discépolo Música: Ray Rada

Josefina Robirosa


Adalberto Barbosa. Mi Buenos Aires Querido


A mi madre Dinorah Da Costa de Gutiérrez Zaldívar que me enseñó a amar el tango


ertenezco a una generación que está en la búsqueda de sus raíces y tratando desde siempre de afirmar su identidad. Y no somos los únicos, les pasó también a quienes nos precedieron y quizás les ocurrirá lo mismo a las generaciones futuras si no ponemos en valor aquello que consideramos valioso y unificante. Lo estamos intentando a través de la publicación de los grandes clásicos de nuestra literatura, como el “Martín Fierro” de José Hernández, “Don Segundo Sombra” de Ricardo Güiraldes y “La tierra purpúrea” de Guillermo Hudson. Con el mismo espíritu hemos realizado cientos de exposiciones, que llevamos a lo largo y a lo ancho del país, visitadas por millones de argentinos que han disfrutado de nuestro arte. Pero siempre buscamos algo inspirador y unificador por excelencia, y curiosamente los primeros en descubrirlo son los extranjeros, que gracias a la distancia pueden observar los fenómenos únicos. Y eso es lo que ocurrió con el tango, que ha debido triunfar en el exterior para que nosotros, que lo tenemos a la vuelta de la esquina, nos demos cuenta de su importancia y de su valor. El propósito de este libro es difundir el tango, ese símbolo de nuestra identidad en el que todo un país y una cultura se unifican. Y aunque hace cien años que está entre nosotros, cada día parece que se lo conoce menos, lo que equivale a decir que cada vez, sabemos menos de nosotros mismos. Para hablar de tango hemos convocado a los estudiosos que investigan el tema, y también a los protagonistas -músicos, cantantes y bailarines-, que lo ponen en valor cada día. Además, creo que es importante haber incorporado a esta edición un disco compacto, ya que hablar del tango sin escucharlo es tan absurdo como hablar de Artes Visuales en un libro sin ilustraciones. Gracias a EMI, se podrá acompañar la lectura de este libro con la audición de quince temas clásicos, en la versión de sus más destacados intérpretes. Y para muestra bastan algunos títulos: “Mi Buenos Aires Querido”, cantado por Carlos Gardel, “Cafetín de Buenos Aires” en la voz de Hugo del Carril, “Pasional” por la inolvidable orquesta de Osvaldo Pugliese y el Sexteto Mayor haciendo “Quejas de bandoneón” de Juan de Dios Filiberto. Esta obra no busca ser una enciclopedia, ni una historia del tango, sino tan sólo contar de la manera más sencilla posible los jalones más importantes de nuestra música ciudadana, con la pasión y el amor de un aficionado que disfruta del tango desde que nació. Mi madre fue una uruguaya divina que nos enseñó a amar el tango y nuestra cultura, lo cual sin duda nos hizo mejores personas. Le gustaba tocar el piano reunida con sus cinco hijos, que prolijamente desentonábamos intentando cantar sus tangos favoritos, también componía y tuvo el honor de que Juan D'Arienzo grabara algunos de sus tangos. Es la primera responsable de que este libro llegue a sus manos. Siempre recuerdo que, siendo ella Cónsul General del Uruguay, nos trajo orgullosa una copia de la documentación encontrada en el consulado, que en sus palabras demostraba fehacientemente que Gardel había nacido en Tacuarembó. Aunque mantiene inmutable su elegancia y su “charme”, el tango, a lo largo de

P


su historia ha incorporado cambios -recuerdo el espectáculo Tango Argentino, en el que cada pareja bailaba con las características de una época- y sin duda, los cambios seguirán en el futuro. Y esto, que hace precisamente a su riqueza y a su vitalidad, lamentablemente no es entendido por todos, y es común escuchar frases remanidas y zonzas -por calificarlas suavemente-, como:”el tango no ha muerto”, o “Gracias a estos hombres el tango está vivito y coleando”. Creo que más allá de la nostalgia, el tango es presente, y que la resistencia al aggiornamento es propia de necios. Por eso no deja de indignarme la falta de visión de quienes intentan discutir la genialidad de Piazzolla o llegan al absurdo de calificar sus maravillosas composiciones, como ajenas al tango. Es curioso comprobar, que en el Arte de los Argentinos falta material iconográfico referido al tango, y que pocos artistas se han inspirado en el tema. Por lo cual nos pareció importante ilustrar esta edición, no sólo con fotografía documental, sino también con obras de grandes figuras del Arte Rioplatense, quienes en muchos casos han redescubierto el encanto del tango, y creo que revertirán esa falta de integración entre el ambiente del tango y las Artes Plásticas. Hemos querido además publicar las letras completas de muchos tangos, para que sean conocidas íntegramente, ya que por lo general sólo se conoce el estribillo, además -y esto es lo más importante-, porque creo que el tango no es sólo música y danza; es poesía de la mejor. No dudo de que Cadícamo, Discépolo, Ferrer y otros tantos, ocupan un lugar entre los grandes poetas de este siglo. Este libro es el producto de un trabajo de equipo que fue comandado por María Torres, nuestra Malena, como me gusta llamarla porque siempre pone el corazón, pero esta vez fue más allá. Creo que nunca soñó con enamorarse tan profundamente del tango. Y estoy convencido de que son muchos los que como ella, pueden quedar cautivos por el tango, si le damos la difusión adecuada. María además tuvo el privilegio de conocer a esas maravillosas personas que son los músicos, los poetas, cantantes y bailarines, con quienes dialogó y cuyos testimonios, junto con el aporte de los estudiosos del tango, constituye sin duda, el material más rico de este libro. Para todos ellos, vaya nuestro eterno agradecimiento por la generosidad con que nos transmitieron su experiencia, sus conocimientos y pusieron a nuestra disposición sus archivos fotográficos. Sé que muchos me reprocharan que no haya hablado de fulano o de sultano, o que haya incluido un tango y no otro; y seguramente todos tendrán su parte de razón. Sirva como descargo, que sólo intenté ser objetivo, lo cual no es fácil, cuando se trata de abarcar algo tan misterioso, esta pasión que se llama Tango.

Ignacio Gutiérrez Zaldívar


ESCUCHA TANGO Veo con dolor, tango que hoy te llaman música de ayer, la juventud, cree encontrar en ritmos extraños su placer Escucha bien, tango esto es un llamado, no un adiós, vuelve a vibrar, en el sentir, de nuestro porteño corazón.

Dinorah Da Costa de Gutiérrez Zaldívar

Canto del pueblo forjado, con sus pesares, sus alegrías, sones del alma del Plata, con sus pasiones que se desatan. Surgiste del malevaje, Paris ganaste, con tu lenguaje, y hoy todo el mundo ha vibrado, con tu cadencia y tu pasión. Escucha tango este canto pide tu ritmo, pide tu llanto, violines y bandoneones, llevan el grito, de un corazón. Letra y Música: Dinorah Da Costa de Gutiérrez Zaldívar

Enrique Castro Escucha Tango

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I Nacimiento

Salió del sórdido barrial buscando el cielo Enrique Santos Discépolo


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l tango nació en los arrabales porteños de fines del siglo pasado, cuando la inmigración y el progreso transformaban

a Buenos Aires en una ciudad cosmopolita. Y al igual que los argentinos es producto del mestizaje. La habanera antillana, el candombe negro, la milonga de los Héctor Basaldúa

payadores y los aires andaluces e italianos se mezclaron en su nacimiento. TANGO: Fiesta y baile de negros dice el diccionario de la Real Academia Española de 1899. Pero la palabra existía desde mucho antes difundida en América por los esclavos negros. Quizás nació como voz

Inmigrantes en el puerto de Buenos Aires (Foto AGN)

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onomatopéyica referida al sonido del tambor: “tantan”.


Pedro Figari Candombe

Tal vez, de la invitación a los músicos para que toquen hecha en bozal, el dialecto de esclavos: “toca tambó, toca tangó”. Aunque los estudiosos no lograron ponerse de acuerdo con respecto a su origen, durante el siglo pasado en Buenos Aires, Tango era sinónimo de Candombe, danza al son de los tambores creada por los negros del Río de la Plata, cuyos resabios se mantuvieron en el siglo XX en las comparsas de carnaval. Además Tango era el nombre que se daba a los lugares donde los negros se reunían para bailar y los blancos tenían prohibida la entrada.

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BAILE

CON

CORTE

Acerca del nacimiento del tango se ha fantaseado mucho, hay muchas versiones. Yo en todo caso puedo dar la mía: El compadrito, el varón joven del bajo pueblo, bailaba los mismos bailes de salón que los aristócratas, mazurca, vals, polka. Este compadrito comienza algún día, o alguna noche a bailar esos mismos bailes de una manera distinta, que consistió en introducir figuras coreográficas provenientes del candombe. Después de la época de Rosas, el candombe se había reducido a lugares cerrados. En las calles Chile y México estaban casi todas la sociedades de negros, y en muchas de ellas se hacían los candombes. Allí asomó las narices el compadrito y comenzó a burlarse, a su manera de los negros, introduciendo en los bailes habituales la coreografía negra. Esas contorsiones del cuerpo, cuando la pareja era suelta pasaban, pero cuando introduce esas metidas de piernas y esos acercamientos casi copulantes del cuerpo, en la pareja enlazada, y a juzgar por los testimonios de la época el compadrito exageraba bastante....entonces convierte el baile en una danza sexual. Esta forma de bailar se llamaba baile con corte, y estaba prohibida en los conventillos, donde se hacían bailes más o menos familiares, e inclusive en aquellos lugares de baile que no fueran típicamente malevos. No hace mucho salió en La Nación la crónica de un baile ocurrido hace cien años, en 1897, y bueno a juzgar por las descripciones se bailaba con corte, aunque no menciona al tango, porque tango era el modo de bailar, ese modo obsceno, ese modo guarango, eso era el tango. Después se va definiendo con una estructura musical y se va definiendo la letra, pero todo eso es un proceso que no comienza antes de 1890.

José Gobello Carlos Alonso El corte

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GAUCHOS

Y

GRINGOS

Yo trato de ver al tango como el producto cultural más importante que fuimos capaces de elaborar, un producto cultural rioplatense, urbano. Es música popular, pero no música popular a secas, repetitiva, reiterativa, previsible, sino música popular artística. Para mí el tango nace de algo que no puedo definir, de esta tierra, de estas ciudades, de estos lugares, Buenos Aires y Montevideo. Fundamentalmente a partir de la interacción de los inmigrantes con la gente del campo que vivía en la ciudad. Después de la Campaña del Desierto, el gaucho se va quedando sin trabajo de soldado y se va arrimando a las ciudades, ese gaucho, esa persona de campo vive en las orillas. Por otra parte, el inmigrante pronto llega a ser mayoría en la ciudad y poco a poco va haciendo todos los oficios. Al hombre de campo le va quedando el trabajo en el matadero, el cuarteador, el carro, en general los oficios los hacen los inmigrantes. Entonces, el inmigrante italiano, el español, el centro europeo, todos traían su música y el tango nace de la mixtura que se produce en esta tierra, donde surge una cultura nacida de la convivencia que integra diversas razas, religiones, idiomas. Yo soy descendiente de vascos, italianos y alemanes y en mi familia no se cantó ni en italiano, ni en alemán, ni en vasco, recién tuvieron un idioma común con el tango, es decir que recién empezaron a tener la posibilidad de comunicarse y disfrutar de fiestas y reuniones cuando aprendieron a tocar la verdulera y aprendieron a tocar Tango. Natalio Etchegaray

Jesús Marcos Nocturno

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LOS

PRIMEROS TANGOS

El tango tiene orígenes difusos, misteriosos... Hay algunos rastros de los primeros tangos, por lo menos así llamados, durante la revolución de 1874, la que hace Bartolomé Mitre contra el gobierno de Nicolás Avellaneda. Hay algún documento que dice que las tropas del general Arredondo cantaron las coplas del Ke-Ko o Queco, cuya letra se conservó: “Negra me voy pa’l queco / negra dejame pasar”. Queco era uno de los nombres del burdel y para algunos investigadores no se trataba de un tango criollo sino de un tango andaluz, que también tuvo su influencia en los primeros tangos. Basta con escuchar los discos de comienzos de siglo. Hay grabaciones de Ángel Villoldo, uno de los prohombres de la iniciación del tango en las que usa acompañamiento de castañuelas. Y en “La

Carlos Morel La calle larga de Barracas

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Morocha” son evidentes las influencias del cuplé. Si vamos a fechar los comienzos, yo diría que entre la década del ‘70 y la del ‘80, cuando empieza el hibridaje del país a través de la inmigración, y si tuvieramos que dar lugares, yo creo que toda esa mezcla de la que nace el tango, aparece en las orillas de la ciudad, en las plazas de carretas como la “11 de septiembre”, o en algunas otras plazas de carretas que quedaban en la zona de Barracas. Allí se produjo el encuentro y el intercambio entre la gente del interior -los gauchos- y la gente de la ciudad -los compadritos- y no faltaban seguramente algunos marineros... Horacio Salas

Raúl Soldi El Tango en Paris


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EL CHOCLO

Con este tango que es burlón y compadrito, se ató dos alas la emoción de mi suburbio. Con este tango nació el tango y como un grito salió del sórdido barrial buscando el cielo. Conjuro extraño de un amor hecho cadencia que abrió caminos sin más ley que su esperanza, mezcla de rabia, de dolor, de fe, de ausencia, llorando en la inocencia de un ritmo juguetón. Por tu milagro de notas agoreras, nacieron sin pensarlo las paicas y las grelas, luna en los charcos, canyengue en las caderas y un ansia fiera en la manera de querer...

Al evocarte... tango querido... siento que tiemblan las baldosas de un bailongo y oigo el rezongo de mi pasado. Hoy que no tengo... más a mi madre... siento que llega en punta 'e pie para besarme cuando tu canto nace al son de un bandoneón. Carancanfunfa se hizo al mar con tu bandera y en un pernó mezcló Paris con Puente Alsina. Fuiste compadre del gavión y de la mina, y hasta comadre del bacán y la pebeta. Por vos susheta, cana, reo y mishiadura, se hicieron voces al nacer con tu destino, misa de faldas, kerosén, tajo y cuchillo que ardió en los conventillos y ardió en tu corazón.

Letra: Enrique Santos Discépolo Música: Ángel Villoldo

Junto con “La Morocha”, El Choclo fue uno de los primeros tangos que llegaron a Paris. Lo habría llevado un industrial francés que lo escuchó en lo de María la Vasca.

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Domingo Gatto El choclo

“El choclo” se estrenó el 3 de noviembre de 1905 en el restaurante “El Continental”, como la orquesta tenía prohibido tocar tango, lo presentaron como danza criolla. Al principio fue sólo instrumental, de ritmo rápido y alegre adecuado para el baile, luego incorporó varias letras. El mismo Villoldo escribió la primera, que cantó la legendaria tonadillera criolla Pepita Avellaneda, la segunda, grabada por Ángel Vargas con la orquesta de Ángel D´Agostino, es de Carlos Marambio Catán, y la definitiva fue escrita en 1947 por Enrique Santos Discépolo.

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VARON PA’ QUERERTE MUCHO Como consecuencia de las guerras civiles que siguieron a la Revolución de 1810, la población de nuestro país era mayoritariamente femenina. Con la llegada de la inmigración se invirtieron los términos. Siguiendo el lema de Alberdi de gobernar es poblar, sucesivas oleadas inmigratorias recalaron en el puerto de Buenos Aires, desde el último tercio del siglo hasta 1914, cuando se

El tango nunca se bailó entre hombres, pero era común que los hombres practicaran entre ellos, para lucirse después, bailando con las mujeres. (Foto AGN)

interrumpe debido a la Primera Guerra Mundial. Los contingentes estaban integrados fundamentalmente por hombres solos, que venían con la intención de traer luego a sus familias. Fue entonces cuando se multiplicaron las academias y piringundines, tales los nombres que se le dieron al prostíbulo o lupanar. En ese ámbito que reunía a compadritos e inmigrantes se desarrolló el tango como música y como danza.

Puerto de Buenos Aires. Hotel de los Inmigrantes. (Foto CEDODAL).

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Aldo Severi Tango

Tango canyengue era el tango de la época de la inmigración de ritmo rápido y compás de 2x4, tocado con instrumentos de timbre agudo como la flauta y el violín. La palabra proviene de la lengua de los esclavos africanos y hacía referencia a la forma de bailar el tango en los lupanares.

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PERCANTAS

Y

BACANES

En 1914, cuando cesa la inmigración en masa, la presencia en Buenos Aires de unos 120.000 jóvenes sin pareja dio lugar al brillante negocio del prostíbulo. Y en ese ámbito se desarrolló el tango y también el lunfardo. Allí el joven nativo se encontró con el joven inmigrante que al tratar de aprender el castellano lo convirtió en cocoliche. A su vez el compadrito fue incorporando algunas palabras dialectales, que le iban quedando en el oído, un poco porque le gustaban, porque le resultaban coloridas, y otro poco porque las necesitaba. Antes de la inmigración, el compadrito no sabía mayormente lo que era la prostitución porque le sobraban mujeres. No tenía oportunidad de vender ni de alquilar una mujer, porque se la regalaban. Cuando llega la

inmigración compuesta fundamentalmente por hombres jóvenes y solos, el compadrito aprende rápidamente a ser rufián. Y algunas palabras que traen los inmigrantes le sirven para designar esa nueva actividad, por ejemplo "Bacán", que es una honestísima palabra genovesa que designa al patrón, al que manda, al que tiene poder, entre nosotros va a designar al dueño de una mujer, al que tiene una percanta, una mujer, trabajando para él en el prostíbulo. Como los bacanes eran señores que vivían bien y tenían apariencia suntuosa, se empolvaban y se arreglaban las uñas, comenzaron a ser el símbolo del adinerado. José Gobello

Carlos Cañás Pelandruna Abacanada

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EL GUAPO “El barrio lo admira”, dicen los versos de Evaristo Carriego es el guapo o compadre, esa figura nacida en las orillas, que luego fue ganando los barrios. Solían trabajar como carreros o como guardaespaldas de algún caudillo político. Reemplazaron el facón por el cuchillo y heredaron del gaucho su nobleza y el culto del honor y del coraje. El compadre es el protagonista de cuentos y poemas de Jorge Luis Borges y tal vez su mejor retrato es que nos dejó Samuel Eichelbaum en “Un Guapo del 900”, una pieza teatral llevada varias

Juan Carlos Copes. New York 1960.

veces al cine.

Juan Carlos Copes bailando Hombre de la esquina Rosada en “Entre Borges y Piazzolla”. Teatro Astral. Buenos Aires, 1997

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LA

SECTA DEL CORAJE

Yo creo que el tango es uno de los temas que no han pasado por alto los escritores argentinos. Al menos los más importantes, alguna vez han escrito algo relacionado con el tango. Borges en su biografía de Evaristo Carriego le dedicó un capítulo y en su obra aparece muy bien ese clima en el que nació el tango, la época del compadre, del guapo. Borges hablaba de una secta de hombres ya desaparecida, la secta del coraje y del cuchillo y le dedicó una serie de milongas que tituló “Para las 6 cuerdas”, que en 1965 fueron musicalizadas por Astor Piazzolla y grabadas por su orquesta con la voz de Edmundo Rivero. También sus cuentos como “La Intrusa”, “Hombre de la esquina rosada” y varios otros son de ambiente de tango, pese a que Borges solía decir que el tango no le interesaba. Ernesto Sábato escribió tangos que musicalizaron Pichuco y Julio de Caro y se podría decir que la obra de Julio Cortázar tiene música de tango, lo mismo que la de Leopoldo Marechal, Roberto Arlt, Raúl González Tuñón, Nicolás Olivari, y así podemos seguir hasta llegar a la obra del gordo Osvaldo Soriano... Horacio Salas

Raúl Soldi

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Ricardo Carpani “El tigre Millán”


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JACINTO CHICLANA

Me acuerdo, fue en Balvanera, en una noche lejana, que alguien dejó caer el nombre de un tal Jacinto Chiclana. Algo se dijo también de una esquina y un cuchillo. Los años no dejan ver el entrevero y el brillo.

Nadie con paso más firme habrá pisado la tierra. Nadie habrá habido como él en el amor y en la guerra. Sobre la huerta y el patio las torres de Balvanera y aquella muerte casual en una esquina cualquiera.

¡Quién sabe por que razón me anda buscando ese nombre! Me gustaría saber cómo habrá sido aquel hombre. Alto lo veo y cabal, con el alma comedida; capaz de no alzar la voz y de jugarse la vida.

Sólo Dios puede saber la laya fiel de aquel hombre. Señores, yo estoy cantando lo que se cifra en el nombre. Siempre el coraje es mejor. La esperanza nunca es vana. Vaya pues esta milonga para Jacinto Chiclana.

Letra: Jorge Luis Borges Música: Astor Piazzolla

Rodolfo Ramos Jacinto Chiclana

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LA VOZ DEL BANDONEON Las primeras orquestas del tango eran tríos de guitarra, flauta y violín. Más tarde se incorporó el bandoneón, un instrumento de origen germano que hoy es sinónimo de tango en el mundo entero. Aunque los músicos prefieren llamarlo “fueye” o “jaula”. Su nombre deriva de Band Union, la marca de los primeros bandoneones llegados al Río de la Plata. Su inventor Heinrich Band, fue un luthier alemán que nunca soñó con el tango, sólo buscaba un instrumento portátil, capaz de reemplazar al órgano en las Vicente Greco (1888 - 1924)

ceremonias religiosas realizadas fuera de las iglesias. En 1864 Alfred Albert descubrió las posibilidades de comercializarlo y comenzó a fabricar los famosos bandoneones AA (Doble A), que pronto anclaron en nuestro puerto. Pariente del acordeón vienés y de la concertina inglesa, el bandoneón tiene dos cajas armónicas de madera, que en su interior guardan las lengüetas

Pérez Célis Nostalgias

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metálicas que son accionadas por el fuelle. Las cajas suelen ser lisas y blancas (los lecheritos), pero también están las nacaradas -nácar o medio nácar, según la profusión de incrustaciones que luzca-. Las riendas sujetan las manos del ejecutante cuyo pulgar derecho acciona la palanca del aire, en tanto que los otros nueve dedos se ocupan de los 71 botones -33 del lado izquierdo y 38 del derecho-. El fuelle es de cartón plegado, generalmente está forrado en papel con los cantos de cuero o metal, de allí que en la jerga del Juan Maglio, “Pacho”. (1880 -1934)

tango se le llame “jaula”. Jorge Gamarra Bandoneón

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Juan de Dios Filiberto y orquesta.

Con la incorporación del bandoneón cambió la configuración de la orquesta y también las melodías del tango que se hicieron más lentas y más graves, un poco por la coloratura del instrumento y otro poco, porque los músicos al no ser muy duchos, no podían tocarlo más rápido. Entre los primeros ejecutantes, las crónicas nombran a José Santa Cruz, que con su fueye entretenía a las tropas durante la Guerra de la Triple Alianza. También fue bandoneonista su hijo Domingo de Santa Cruz, uno de los músicos de la Guardia Vieja, que contó con maestros como Vicente “Garrote” Greco, Juan “Pacho” Maglio y Eduardo Arolas, “El Tigre del Bandoneón”.

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EL TIGRE Con su pinta de dandy, Eduardo Arolas fue el paradigma del porteño de comienzos de siglo. Lo llamaban “El tigre del bandoneón” y Julio de Caro, que pasó por su orquesta aseguraba que fue un ejecutante extraordinario. Se le atribuye la creación del fraseo, el rezongo y otras modalidades expresivas que luego fueron patrimonio común de los bandoneonistas. Como no sabía escribir música, Francisco Canaro lo ayudó a pasar al pentagrama su primer tango, al que le siguieron un centenenar de obras. “Derecho viejo”, “Maipo” y “La Cachila” son algunos de sus títulos, que se convirtieron en clásicos a través de las versiones memorables de Aníbal Troilo y Osvaldo Pugliese. Nacido en Barracas el 24 de febrero de 1892, falleció en Paris el 24 de septiembre de 1924.

Eduardo Arolas (1892 - 1924)

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Ezequiel Linares El Tigre en Paris

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PAQUITA Se llamaba Francisca Bernardo y pasó a la historia del tango como Paquita. Fue la primer mujer bandoneonista -al menos la primera profesional del bandoneón-. Dirigió un sexteto formado por hombres en el que se inició Osvaldo Pugliese y es autora de Paquita Bernardo (1900 - 1925)

unos pocos tangos, los más conocidos son “La enmascarada”, “Cerro Divino” y “Floreal”. No podemos saber como sonaba su orquesta porque nunca grabó, se conservan algunas fotos y el recuerdo de quienes la escucharon en el Bar Domínguez y en la ciudad de Montevideo, donde se presentó en 1923. Nacida en Villa Crespo el 1º de Mayo de 1900, falleció el 24 de Marzo de 1925.

Ana María Moncalvo Paquita Bernardo

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Inés Vega Paquita Bernardo


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COLOR

DE BANDONEÓN

Podría hablar todo el día sobre el bandoneón. Mis tíos maternos lo tocaban y aunque mi padre era violinista, yo no elegí el violín. Miraba a mis tíos, que eran músicos intuitivos y esa atracción tan especial por un instrumento creo que no tiene explicación. Simplemente me enamoré de la coloratura mágica de su sonido y empecé a tocar siendo muy chico. En honor a la verdad, todos los bandoneonistas empezamos de chicos, solamente un chico con su cerebro abierto, puede luchar contra las dificultades de cuatro teclados ciegos, con las manitos atadas, dentro de una correa. Si algo les fascina a los europeos del tango, además de los bailarines, es el bandoneón, fundamentalmente porque tiene un color muy particular y a pesar que lo crearon en Alemania, lo adoptamos aquí, y la técnica se formó en Argentina. No conocemos ningún alemán que toque el bandoneón como los argentinos.

Pablo Curatella Manes El bandoneonista

Osvaldo Piro

Osvaldo Piro, Director de la Orquesta Filarmónica Juan de Dios Filiberto.

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Armando Donnini El bandoneón dice

BANDONEON ARRABALERO Bandoneón arrabalero, viejo fueye desinflado, te encontré como a un pebete que la madre abandonó, en la puerta de un convento sin revoque en las paredes, a la luz de un farolito que de noche te alumbró.

Te llevé para mi pieza, te acuné en mi pecho frío, yo también abandonado me encontraba en el bulín. Has querido consolarme con tu voz enronquecida y tu nota dolorida aumentó mi berretín.

Bandoneón, porque ves que estoy triste y cantar ya no puedo, vos sabés que yo llevo en el alma marcao un dolor.

Letra: Pascual Contursi Música: Juan Bautista Deambroggio

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CHE, BANDONEÓN El duende de tu son, che, bandoneón, se apiada del dolor de los demás, y al estrujar tu fueye dormilón, se arrima al corazón que sufre más. Esthercita y Mimí, como Ninón, dejando sus destinos de percal, vistieron al final mortaja de rayón al eco funeral de tu canción. Bandoneón, hoy es noche de fandango y puedo confesarte la verdad, copa a copa, pena a pena, tango a tango, embalado en la locura del alcohol y la amargura. Bandoneón, ¿Para qué nombrarla tanto? ¿No ves que está de olvido el corazón y ella vuelve, noche a noche, como un canto en las notas de tu llanto, che, bandoneón? Tu canto es el amor que no se dio, y el cielo que soñamos una vez, y el fraternal amigo que se hundió cinchando en la tormenta de un querer. Y esas ganas tremendas de llorar que a veces nos inundan sin razón, y el trago de licor que obliga a recordar si el alma está en orsai, che, bandoneón. Letra: Homero Manzi Música: Aníbal Troilo

Eduardo Faradje Tristezas de un Doble A

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EL TANGO CANCION Aunque nació instrumental, el tango fue incorporando letras breves y procaces, surgidas al calor del baile, algunas a partir de las exclamaciones de los que miraban y animaban a las parejas de bailarines. En 1905 “La morocha”, de Villoldo marcó el primer cambio. Cuarteador, clown de circo, autor de notas costumbristas en varias revistas porteñas y tipógrafo del diario La Nación, Ángel Villoldo (1868-1919) ganó popularidad en los cafés de La Boca y la Recoleta, Ángel Villoldo (1868 - 1919)

donde tocaba sus propios tangos con guitarra y armónica. Francisco Canaro que estuvo presente en algunas de sus actuaciones, recuerda en sus memorias que para tocar los dos instrumentos al mismo tiempo, se había inventado un original porta-armónica que consistía en una varilla en cuyo extremo adosó una tablita forrada en terciopelo y adornada con cintas celestes y blancas.

Leopoldo Presas Morocha soy todo tuyo

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Sobre la tablita iba la armónica atada con hilo y la varilla quedaba sujeta a su cuerpo mediante un cinturón, de esta manera sus brazos quedaban libres para ejecutar la guitarra. Entre sus tangos más difundidos recordamos “El porteñito”, “El esquinazo”, “Pamperito”, “Cuidao con los cincuenta”, “El choclo”. En 1905 escribió los versos de “La Morocha”, con música del pianista uruguayo Enrique Saborido. La compusieron para homenajear a la bailarina Lola Candeales y fue el primer gran éxito del tango, todo Buenos Aires lo cantaba. Pero a pesar del éxito no surgieron obras del mismo caracter. En los siguientes 10 años lo más importante fue la música instrumental

Pascual Contursi (1888 - 1932)

de Arolas, Bardi y Greco, hasta que en 1916, Carlos Gardel estrenó “Mi noche triste” de Pascual Contursi, marcando el nacimiento del tango canción.

EL

AMOR PERDIDO

Sólo un hijo de tano, con la visión de la vida de un europeo, pudo haber escrito “Mi noche triste”. Jamás un compadrito iba a reconocer que una mujer lo abandonó, tenía que ser un hijo de inmigrantes el que incorporara al tango el tema del amor perdido, un tema de la literatura universal, común a la poesía amatoria de todos los tiempos. Jorge Alvaro

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José Gobello


MI

NOCHE TRISTE

Pascual Contursi era lo que hoy llamaríamos un showman, un hombre que escribía versos, que presentaba sus canciones, y actuaba pasando la gorra en los cabarets de Montevideo. Le empezó a poner letras a tangos compuestos por otros autores como “Flete” de Greco y “La Biblioteca” de Berto, que tituló “Sobre las doce iba cayendo”. Sin embargo Gardel nunca cantó esas letras. Según consta en una carta de José María Contursi -el hijo de Pascual-, parece que un día, cerca de las navidades de 1915, Contursi se encontró con Gardel en una confitería y le dijo: “Carlos, traje un tango que lo compuso un amigo mío, me gustaría que lo escuches a ver qué te parece”. Gardel lo escuchó y le dijo: “Dámelo voy a ver que hago”. Y en 1916 estrenó “Mi noche triste” en el Teatro Esmeralda. Yo creo que la genialidad de Contursi es haber cambiado el escenario del tango, cambia el burdel por el suburbio y el conventillo. Además, “Mi noche triste”, es una perfecta elegía, digna de los mejores autores romanos, es un canto de amor, un dolorido canto de amor. Gardel, presumo que se enamoró de esa letra y por supuesto de la melodía, que es bellísima. Después grabó, “El motivo” del mismo autor, y siguió grabando temas de Contursi hasta el año 1923, cuando empezó a incorporar letras de otros autores.

Jorge Alvaro

Ricardo Ostuni

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MI NOCHE TRISTE

Percanta que me amuraraste en lo mejor de mi vida, dejándome el alma herida y espina en el corazón, sabiendo que te quería, que vos eras mi alegría y mi sueño abrasador, para mí ya no hay consuelo y por eso me encurdelo pa' olvidarme de tu amor.

De noche, cuando me acuesto no puedo cerrar la puerta, porque dejándola abierta me hago ilusión que volvés. Siempre llevo bizcochitos pa tomar con matecitos como si estuvieras vos, y si vieras la catrera cómo se pone cabrera cuando no nos ve a los dos.

Cuando voy a mi cotorro y lo veo desarreglado, todo triste, abandonado, me dan ganas de llorar; me detengo largo rato campaneando tu retrato pa poderme consolar.

La guitarra, en el ropero todavía está colgada: nadie en ella canta nada ni hace sus cuerdas vibrar. Y la lámpara del cuarto también tu ausencia ha sentido porque su luz no ha querido mi noche triste alumbrar.

Ya no hay en el bulín aquellos lindos frasquitos, arreglados con moñitos todos del mismo color El espejo está empañado y parece que ha llorado por la ausencia de tu amor.

Letra: Pascual Contursi Música: Samuel Castriota

Ricardo Carpani Mi noche triste

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II Carlos Gardel

Hoy entre las nubes estarĂĄ El Morocho cantando sus tangos y haciendo un revuelo... Enrique CadĂ­camo


C

arlos Gardel nació con un claro destino de gloria. Tal vez en Toulouse, Francia, o en Tacuarembó, Uruguay, el 11 de

diciembre de 1887 -según consta en algún documento-, aunque en su historia hay más brumas que precisiones y el misterio resiste los embates de investigadores y estudiosos. Comenzó a cantar canciones criollas bajo la influencia de los payadores y en 1916 en el teatro Esmeralda cantó por primera vez un tango, “Mi noche triste” de Pascual Contursi. Pronto los escenarios porteños le quedaron chicos y viajó a Europa. Primero a Madrid, luego a París. Allí se encontró con Alfredo Le Pera con quien compuso temas inolvidables. El paso siguiente fue Estados Unidos, donde se convirtió en estrella de la Paramount. Y en pleno éxito sobrevino la muerte en Medellín, Colombia, en el trágico accidente del 24 de junio de 1935. Comenzó entonces una nueva vida en el corazón de la gente: Es “El Zorzal”, “El Morocho”, “El Mudo”, “El que cada día canta mejor”...

Enrique Luis Savio Carlitos

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EL

CANTO CRIOLLO

En su primera época, Gardel se dedicó al canto criollo. Los historiadores creen haber descubierto que fue amigo de Arturo De Nava, el gran compositor e historiador uruguayo, autor de una canción que él cantó toda su vida y grabó varias veces, “El carretero”, que fue una suerte de caballito de batalla. Gardel habría aprendido con De Nava a tocar la guitarra y algunas formas estróficas del verso criollo, aunque no hay ningún testimonio, ni nada que pueda probarlo. También hay quienes señalan que tuvo amistad con otro payador, José Betinotti, aunque tampoco de esto hay ninguna prueba. Entonces tenemos que contentarnos con decir que se acercó al canto criollo por vocación, además Buenos Aires, o la pampa húmeda disfrutaba, sobre el fin del siglo pasado y los primeros años de este siglo, de todo un movimiento nativista que debió haber surgido como respuesta a la cultura importada que vino después de Caseros, cuando se produjo la apertura de los puertos y empezó a venir toda la cultura francesa, surgió entonces esta reacción nativista como una respuesta que no se da sólo en el canto, sino también en el teatro criollo, pensemos en Juan Moreira, y en la literatura gauchesca que produce una obra cumbre como el Martín Fierro. De modo que es muy probable que Gardel sea un producto cultural de ese momento que vivía el país. Ricardo Ostuni

Carlos Gardel y José Razzano (Foto AGN)

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Ernesto Bertani La sonrisa ausente

José Razzano fue cantor y compositor. Entre 1913 y 1925 integró el dúo “Gardel - Razzano”, luego se dedicó a la representación de artistas y formó parte del directorio de SADAIC. Es el autor entre otros temas de “Café de los Angelitos”. Nacido en Montevideo en 1887, falleció en Buenos Aires en 1960.

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SILENCIO

Silencio, en la noche... Ya todo está en calma... El músculo duerme... La ambición descansa... Meciendo una cuna, una madre canta un canto querido que llega hasta el alma, porque en esa cuna, está su esperanza. Eran cinco hermanos... Ella era una santa... Eran cinco besos que cada mañana rozaban muy tiernos las hebras de plata de esa viejecita de canas muy blancas. Eran cinco hijos que al taller marchaban. Silencio, en la noche... Ya todo está en calma... El músculo duerme... La ambición trabaja.

Un clarín se oye... Peligra la Patria... Y al grito de guerra los hombres se matan cubriendo de sangre los campos de Francia. Hoy todo ha pasado... Renacen las plantas. Un himno a la vida los arados cantan. Y la viejecita de canas muy blancas se quedó muy sola, con cinco medallas que por cinco héroes la premió la Patria... Silencio, en la noche... Ya todo está en calma... El músculo duerme... La ambición descansa... Un coro lejano de madres que cantan mecen en sus cunas, nuevas esperanzas. Silencio, en la noche... Silencio en las almas...

Letra: Alfredo Le Pera Música: Horacio Pettorossi y Carlos Gardel

Carlos Gardel grabó “Silencio” el 14 de Febrero de 1933, coincidiendo con el estreno de la película “Melodía de Arrabal” en la que canta el tema.

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Ary Brizzi Silencio

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EL

Gardel por Valdivia en “Caras y Caretas”. (1933)

HOMBRE QUE SE HIZO A SÍ MISMO

No hay noticias ciertas de Gardel antes de 1911 o 1912. Cuando se refiere a su nacionalidad, dice ser uruguayo, o bien se declara criollo. En los años ‘26 o ‘27, siendo ya un hombre en la madurez de su vida, le preguntan si no le tiene miedo al porvenir, y él contesta con una frase que es realmente notable: “quien lleva sangre criolla en las venas no le teme al porvenir”. Me hace dudar mucho, porque sangre no es una metáfora, sangre es algo que corre por debajo de la piel, y él habla de sangre criolla, quizás explique esto, más allá de saber o no quienes fueron sus padres, esa suerte de aptitud, de vocación que tuvo por el canto criollo. De todas maneras y más allá de su nacimiento creo que Gardel fue un hombre que se hizo a sí mismo. El 8 de marzo de 1920, concurrió al consulado uruguayo llevando como testigos a un conductor de tranvía y a José Razzano y dijo: “señores yo soy Carlos Gardel, nacido en Tacuarembó, el 11 de diciembre de 1887, mis padres son Carlos y María, fallecidos”. O sea que más allá de que sea cierto o no, creó un personaje, y a ese personaje, no sólo lo creó en los papeles, sino que hizo un diseño de su físico, empezó a adelgazar -de los 130 kilos que tenía, llegó a la figura estilizada que todos conocemos-, y empieza a seleccionar cada vez más su repertorio y también a viajar. Yo no sé si en Gardel hay, como se dice, un destino marcado, a mí todas estas cosas me subyugan porque son misterios que uno no puede descifrar . El tenía una noción clara de que le esperaba un destino de gloria y él mismo lo fue armando, de manera inconsciente claro... Cuando uno estudia su trayectoria, los pasos que da, los lugares donde actúa, cómo se mueve, qué canciones canta, qué poetas convoca, todo va llevando a ese destino final: La gloria. Ricardo Ostuni

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Documento uruguayo de Carlos Gardel.

Gardel con su maestro de canto. (Foto AGN)

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EL DIA QUE ME QUIERAS Acaricia mi ensueño el suave murmullo de tu suspirar. ¡Cómo ríe la vida si tus ojos negros me quieren mirar! Y si es mío el amparo de tu risa leve que es como un cantar, ella aquieta mi herida, todo, todo se olvida... El día que me quieras la rosa que engalana se vestirá de fiesta con su mejor color Al viento las campanas dirán que ya eres mía y locas las fontanas se contarán tu amor. La noche que me quieras desde el azul del cielo las estrellas celosas nos mirarán pasar y un rayo misterioso hará nido en tu pelo, luciérnaga curiosa que verá que eres mi consuelo. El día que me quieras no habrá más que armonías, será clara la aurora y alegre el manantial. Traerá quieta la brisa rumor de melodías y nos darán las fuentes su canto de cristal. El día que me quieras endulzará sus cuerdas el pájaro cantor, florecerá la vida, no existirá el dolor.

Letra: Alfredo Le Pera Música: Carlos Gardel

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Con Rosita Moreno en la película “El día que me quieras”. 1935.


NĂŠstor Villar Errecart SerĂĄ clara la aurora

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EN ENFUNDADO

LA ESTACIÓN DE

CAMPANA

EN SU ROBE DE CHAMBRE

Tres veces lo vi, y siempre de lejos. La primera cuando tenía 8 ó 9 años, fue gracias a mi madre, Doña Fanny que nos llevó a mí y a mi amigo Marquitos Zucker a la casa de Gardel en la calle Jean Jaures y cometió la travesura de tocar el llamador sólo para verlo. Gardel apareció en la puerta con el mate en la mano y enfundado en su robe de chambre, entonces salimos corriendo... La segunda vez lo vi salir de La Confitería Real en Corrientes y Talcahuano con el poeta César Tiempo, se detuvieron frente al Teatro Blanca Podestá, que en aquel entonces se llamaba Teatro Smart y se abrazó con Federico García Lorca. Hay una placa en la fachada del teatro que recuerda ese encuentro del que fui testigo. Y la tercera fue en el cine Broadway de Rosario donde él cantó, yo no sé como hice para entrar por el lado de los camarines, de dónde iba a sacar 5 mangos para pagar la entrada... pero finalmente lo vi. Ben Molar

A Gardel lo conocí, por suerte lo conocí. Yo tendría quince o dieciséis años, cuando él vino a actuar a Campana, mi pueblo. Actuó en un teatro bastante precario, con poca acústica, con su guitarrita vino, yo estaba al final de la sala y sin embargo se escuchaba con toda perfección, cantó como veinte canciones.Y después con Enrique Francini, que también era de Campana, fuimos a saludarlo, lo encontramos en la estación esperando el tren para volver a Buenos Aires, a las cuatro de la mañana, en el mes de julio, hacía un frío infernal, y cuando nos vio nos dijo: “pibes qué hacen con este frío, porqué no se meten en la cama... se van a engripar”. Nos recibió con mucho cariño, Francini le cantó un tango que había compuesto, “bueno,- le dijo- cuando vuelva voy a ver si te lo grabo porque ahora me voy de gira”, y desgraciadamente se fue y nunca más volvió... Héctor Stamponi

Nicolás García Uriburu Gardel en el Abasto

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MELODIA DE ARRABAL

Barrio plateado por la luna, rumores de milonga es toda su fortuna. Hay un fuelle que rezonga en la cortada mistonga, mientras que una pebeta, linda como una flor, espera coqueta bajo la quieta luz de un farol. Barrio... barrio... que tenés el alma inquieta de un gorrión sentimental. Penas... ruego... Es todo el barrio malevo melodía de arrabal.

Viejo... barrio... Perdoná si al evocarte se me pianta un lagrimón que, al rodar en tu empedrao, es un beso prolongao que te da mi corazón. Cuna de tauras y cantores, de broncas y entreveros, de todos mis amores. En tus muros con mi acero yo grabé nombres que quiero: Rosa, la milonguita, era rubia Margot... Y en la primer cita la paica Rita me dio su amor.

Letra: Alfredo Le Pera y Mario Battistella Música: Carlos Gardel

Juan Lascano Melodía de arrabal

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LA HINCHADA

DEL AÑO

‘27

Gardel es lo más cercano a la perfección, nunca nada mal, a cada canción le daba su clima... Además dictó todas las pautas de las que nadie se pudo apartar jamás, apartarse de Gardel es apartarse del tango. Tiene versiones que son antológicas, en cuanto a clima... Estaba escuchando “La novia ausente”, primero hace un relato y después la historia cambia porque ya se produjo el drama de la separación, que para los enamorados es una tragedia, entonces dice... “la novia ausente”... y cambia totalmente, abandona al relator calmo, que cuenta un cuento, para asumir la voz del protagonista del drama. Gardel tiene una barra de hinchas del año ‘27. Porqué? Porque ahí se produce el cambio, primero del disco acústico al eléctrico, y luego la voz payadoril de los años ‘17 al ‘26 toma un color especial, pero no pasa a ser el Gardel más operístico que fue después, y es antes de bajar el tono, él baja el tono de las canciones de acuerdo a la coloratura que la canción exige. Ese Gardel del ‘27 tiene un tema clave que se llama “Una tarde”, que es paradigmático, hay tipos que son hinchas de Gardel del año ‘27, y del tango “Una tarde”, que es donde hace cosas que no se pueden concebir musicalmente, ¡cómo puede recorrer las escalas musicales a una distancia tan grande! ¡con semejante relajamiento! Yo me imagino la sorpresa de los autores cuando escuhaban a Gardel cantando sus tangos, porque tomaba un pequeño tango y lo enriquecía con detalles, con apoyatura, con valorización de palabras, tangos de letras vulgares, él las hacía importantes... Héctor Larrea

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PARÍS - NEW YORK En París se produjo su gran momento como autor y su encuentro con Alfredo Le Pera. Después de una suerte de fracaso en Nueva York cuando él llega y canta en la radio y tiene graves problemas, porque para triunfar en Nueva York había que cantar en inglés y él de inglés nada. Además le resultaba difícil, y él lo confiesa en alguna carta, cantar con esas orquestas enormes, llenas de cuerdas que ponen los yanquis, tanto que decide romper un contrato con la NBC en Nueva York, y hacer una gira, que le permite mostrarse y asomarse al público, y el éxito es enorme, las recepciones eran como para recibir a un héroe nacional, y él allí consigue imponer su nombre, su persona, el magnetismo de su personalidad y sus canciones.

Tan bien llevada estuvo esta última parte de su carrera que graba rumbas para Centroamérica, jotas para tocarlas y cantarlas en España, y canciones, simplemente canciones bellísimas como por ejemplo “Cuando tú no estás” o, “Rubias de New York”, canciones que hoy todavía se siguen cantando. La última película que filma que es “Cazadores de estrellas” cuyo sketch no aparece, porque él muere. Pero su presencia en esta película implica que está considerado al mismo nivel que otros artistas norteamericanos que sí aparecen como Bing Crosby. Presumo que Gardel hubiera sido, el gran artista latinoamericano, del cine norteamericano, uno de esos personajes que tan bien explotó Estados Unidos para captar al mercado latinoamericano. Ricardo Ostuni

Gardel con las rubias de New York, una escena de la película ”El Tango en Broadway”

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RUBIAS DE NEW YORK Mary, Peggy, Betty, July, rubias de New York... Cabecitas adoradas que mienten amor... Dan envidia a las estrellas, yo no sé vivir sin ellas... Mary, Peggy, Betty, July, de labios en flor. Es como cantar la risa loca de July... Es como el cantar de un manantial... Colma mi soñar el dulce hechizo de Peggy, su mirar azul, hondo como el mar... Deliciosas criaturas perfumadas, quiero el beso de sus boquitas pintadas... Frágiles muñecas del olvido y del placer ríe mi alegría como un cascabel!... Rubio cóctel que emborracha, así es Mary... Tu melena que es de plata quiero para mí... Si el amor que me ofrecías sólo dura un breve día, tiene el fuego de una brasa tu pasión, Betty... Letra: Alfredo Le Pera Música: Carlos Gardel

Daniel Kaplan Rubias de New York

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24

DE JUNIO EN

MEDELLÍN

Con la muerte de Gardel se ha tejido cuanta novela existe. La versión oficial que tiene el gobierno de Colombia, dice que la causa del accidente fue una corriente de viento, que povocó el golpe de cola en el FM3 en el que viajaba Gardel, y lo hizo golpear contra el otro avión, el “Manizale”. Sin embargo esto no fue creído por nadie. Terencio Spaini, jefe de aeronavegación del aeropuerto de Medellín, publicó una investigación en la que llega a la conclusión de que el accidente fue consecuencia de la rivalidad entre los pilotos de los aviones: Ernesto Samper Mendoza, piloto que conducía la máquina de Gardel y Hans Ullrich Tom, el alemán que conducía el “Manizale”. Este último pertenecía a una empresa alemana y Samper Mendoza era una suerte de Jorge

La última foto de Gardel. Bogotá. 24 de Junio de 1935. (Foto AGN)

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Newbery de los colombianos y un gran nacionalista, y parece que esta rivalidad los llevaba a hacerse la “pasada finito” cuando se cruzaban en los aeropuertos, sólo que esta vez Samper no calculó bien. Pero revisando las declaraciones del banderillero del aeropuerto que constan en el sumario aparece una explicación que me resulta mucho más verosímil. Como los dos aviones se movieron al mismo tiempo él levantó la bandera roja para detener al FM3 que se detuvo, entonces levantó la bandera a cuadros para el otro avión, pero Samper entendió que era la señal para que avance. El accidente ocurrió entre las 15 y las 16 horas. La noticia llegó a Buenos Aires como a las 6 de la tarde. Se suspendieron las funciones en todos los teatros, la muerte de Gardel produjo un cimbronazo impresionante. Después empezó la otra historia...


UN

ROSTRO FRATERNO

Durante treinta años tuve en mis programas un micro de Gardel, y ahora lo tengo en la apertura, porque creo que es el único modelo irrebatible, y que nos hace falta... Pienso que él sabía que era Gardel, que tenía la certeza más absoluta, no sé si vanidosa o no, no me importa, de que era señero y que cantaba para perdurar. Porque hay otra cosa digna de ser considerada, tomemos el año ‘35, las últimas grabaciones son versiones que tienen una actualidad

impresionante, incluso por el sonido. Además estaba su imagen, una imagen que se hizo familiar, que entró en el inconsciente colectivo... Yo descubrí su rostro en Medellín, estaban filmando un noticiero y la cámara lo sorprende, no estaba actuando. Se seca el sudor porque hacía mucho calor y mira... y su rostro es de una gran bondad, un rostro fraterno... Héctor Larrea

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VOLVER Yo adivino el parpadeo de las luces que a lo lejos, van marcando mi retorno. Son las mismas que alumbraron, con sus pálidos reflejos hondas horas de dolor. Y aunque no quise el regreso, siempre se vuelve al primer amor. La quieta calle donde el eco dijo: Tuya es su vida, tuyo es su querer, bajo el burlón mirar de las estrellas que con indiferencia hoy me ven volver. Volver, con la frente marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien. Sentir, que es un soplo la vida, que veinte años no es nada, que febril la mirada errante en las sombras te busca y te nombra. Vivir, con el alma aferrada a un dulce recuerdo, que lloro otra vez. Tengo miedo del encuentro con el pasado que vuelve a enfrentarse con mi vida. Tengo miedo de las noches que, pobladas de recuerdos, encadenan mi soñar. Pero el viajero que huye, tarde o temprano detiene su andar. Y aunque el olvido que todo destruye, haya matado mi vieja ilusión, guardo escondida una esperanza humilde, que es toda la fortuna de mi corazón. Letra: Alfredo Le Pera Música: Carlos Gardel

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Juan Doffo Volver


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III Orquestas

Música que llega desde allá y nos hace lagrimear... Enrique Cadícamo


A

partir de los primeros tríos de flauta, guitarra y violín se fue conformando la orquesta típica. Con la incorporación

del bandoneón surgieron los cuartetos que animaban los bailes de la época del Centenario. Con el tiempo la flauta fue desapareciendo y también la guitarra que fue desplazada por el piano. El timbre del piano hizo necesario aumentar el volumen de los otros instrumentos lo que dio lugar a Típico cuarteto de la época del Centenario (Foto AGN)

la formación del sexteto caraterístico de los años ´20 cuyo máximo exponente fue el sexteto de Julio de Caro. Estaba compuesto por dos violines, dos bandoneones, piano y contrabajo. Luego fue aumentando el número de ejecutantes y la orquesta

Roberto Firpo y su orquesta (Foto AGN)

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Jesús Marcos Cuarteto Nocturno

típica de los años ‘40 y ‘50 contaba con cuatro violines, cuatro bandoneones, piano y contrabajo. La década del ´30 marcó el auge de las orquestas de Juan de Dios Filiberto y Juan D´Arienzo , el tango se bailaba en clubes y salones. En esos años se inició Pichuco y también Osvaldo Pugliese, un gran innovador del ritmo del tango con su particular fraseo picado.

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EL

PIANO

El piano se fue incorporando a los cuartetos de la Guardia Vieja, pero como instrumento sistemático del tango nació con Roberto Firpo. Si bien hubo algunos antecedentes esporádicos, sigue siendo Roberto Firpo el mayor exponente del piano del tango hasta 1920, cuando se produjo la transformación del género, desde el punto de vista musical con el sexteto de Julio de Caro. En ese sexteto la gran figura fue su hermano Francisco de Caro, que asombraba a la gente de esa época y me sigue asombrando a mí y a todos los contemporáneos que estamos en este género, por su gran capacidad de armonización y su gran vuelo lírico. Los tangos de Francisco de Caro tienen una inspiración inédita para la época, y aún ahora; "Flores negras", "Sueño azul", "Loca bohemia", tienen un vuelo que muy difícilmente se pueden encontrar hoy obras de ese nivel. Cuando me inicié en el tango siendo muy joven, y le debe haber pasado a todos los pianistas que pasan por este género, me volqué a estudiar la obra de Francisco de Caro.

Atilio Stampone

Atilio Stampone Roberto Firpo (Foto AGN)

Roger Mantegani Ensayando “Los Mareados”

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UNA FAMILIA DE MÚSICOS Don José de Caro, un profesor del conservatorio de Milán que al llegar a Buenos Aires fundó su propia Academia, tuvo cinco hijos: Francisco, Julio, Emilio, Rafael y José. Y todos fueron músicos. Se destacaron Francisco y Julio, que a pesar de la oposición del Julio De Caro (1899 - 1960)

padre decidieron dedicarse al tango. Francisco de Caro (1898-1976) pianista y compositor, formó parte de la orquesta de su hermano Julio hasta su disolución en 1954. Como ejecutante fue un innovador, inició el acompañamiento armonizado y el piano pasó a

Julio De Caro con su violín corneta. En el piano su hermano Francisco De Caro.

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tener una función conductora dentro de la orquesta.


Como compositor, escribió obras de un refinamiento y una audacia asombrosa como “Flores Negras” y “Loca Bohemia”. Julio de Caro (1899-1960) se inició como violinista en las orquestas de Roberto Firpo y Eduardo Arolas y en los años ‘20 formó un sexteto con el que marcó época: Julio y Emilio de Caro en violines, Pedro Maffia y Luis Petrucelli en bandoneones, Francisco de Caro en piano y Leopoldo Thomson en contrabajo. “Boedo”, “Mala Junta”, “El Monito”, “El Linyera”, “Chiclana” y “Orgullo Criollo” son algunos de sus tangos. Su obra como compositor está ligada a su labor como intérprete y director. Con su orquesta inició una

Ana María Moncalvo Julio De Caro

nueva forma de ejecutar el tango, dando relevancia propia a cada instrumento y enriqueciendo la armonía y el contrapunto. De Caro revolucionó el desarrollo del tango, marcando el comienzo de la Guardia Nueva y de la Escuela Decariana en cuyas filas se ubican Aníbal Troilo, Osvaldo Pugliese y Horacio Salgán.

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MADRESELVA Vieja pared del arrabal, tu sombra fue mi compañera. De mi niñez sin esplendor la amiga fue tu madreselva. Cuando temblando mi amor primero con esperanzas besaba mi alma, yo junto a vos, pura y feliz, cantaba así mi primera confesión.

Así aprendí que hay que fingir para vivir decentemente; que amor y fe mentiras son y del dolor se ríe la gente... Hoy que la vida me ha castigado y me ha enseñado su credo amargo, vieja pared, con emoción me acerco a voz y te digo como ayer.

Madreselvas en flor que me vieron nacer y en la vieja pared sorprendieron mi amor, tu humilde caricia es como el cariño primero y querido que siento por él. Madreselvas en flor que trepándose van, es tu abrazo tenaz y dulzón como aquél... Si todos los años tus flores renacen, hacé que no muera mi primer amor... Pasaron los años y mis desengaños yo vengo a contarte, mi vieja pared...

Madreselvas en flor que me vieron nacer y en la vieja pared sorprendieron mi amor, tu humilde caricia es como el cariño primero y querido que nunca olvidé. Madreselvas en flor que trepándose van, es tu abrazo tenaz y dulzón como aquél... Si todos los años tus flores renacen, ¿por qué ya no vuelve mi primer amor?

Madreselva fue un gran exito de Libertad Lamarque

Letra: Luis C. Amadori Música: Francisco Canaro

Alicia Carletti Madreselva

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EL TANGO ESPECTACULO Francisco Canaro fue violinista, director, compositor, empresario, fundador y primer presidente de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores -SADAIC-. Debutó en un café de la Boca y en 1917 ya lo encontramos en los más prestigiosos cabarets porteños: el Royal Pigall y el Francisco Canaro (1888 - 1964)

Armenonville. En 1925 realizó una gira por Europa. En París sus músicos se presentaron vistiendo ropas de gaucho, lo que le valió duras críticas ya que fue interpretado como una falta a la verdad con el único fin de impactar al público, aunque otra versión sostiene que Canaro sólo cumplió con una exigencia del sindicato de músicos franceses. Tuvo la primera gran orquesta de tango integrada por 32 músicos y fue el primero en concebir el tango como espectáculo, un concepto que luego compartió y desarrolló Mariano Mores. Nació en San José, Uruguay en 1888, falleció en Buenos Aires en 1964.

Irma Canaro Sentimiento gaucho

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Mariano Mores, pianista, director y compositor. Gran creador de melodías, trabajó junto a los más importantes poetas del tango: Enrique Santos Discépolo, Enrique Cadícamo, José María Contursi, Homero Manzi y Cátulo Castillo. “Uno”, “Gricel”, “Cafetín de Buenos Aires”, “La Calesita”, “Cuartito Azul”, “Adiós Pampa mía”, son algunos de sus temas. Nació en Buenos Aires el 18 de febrero de 1922.

Mariano Mores (Foto Raúl Ontiveros)

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GRICEL No debí pensar jamás en lograr tu corazón... Y sin embargo te busqué hasta que un día te encontré y con mis besos te aturdí sin importarme que eras buena. Tu ilusión fue de cristal, se rompió cuando partí, pues nunca, nunca más volví... ¡Qué amarga fue tu pena! “No te olvides de mí, de tu Gricel”, me dijiste al besar el Cristo aquel... Y hoy, que vivo enloquecido porque no te olvidé, ni te acuerdas de mí, ¡Gricel!, ¡Gricel! Me faltó después tu voz y el calor de tu mirar, y como un loco te busqué pero ya nunca te encontré y en otros besos me aturdí. ¡Mi vida toda fue un engaño! ¿Qué será, Gricel, de mí... ? ¡Se cumplió la ley de Dios porque sus culpas ya pagó quien te hizo tanto daño! Letra: José María Contursi Música: Mariano Mores

Claudio Gallina Gricel

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LA

BISAGRA DEL TANGO

A partir del ‘37 empieza el auge de las orquestas, en ese momento a la gente no le importa tanto cómo se toca, lo que quiere es bailar. Después comienzan a importar los estilos, Fresedo es la orquesta de la clase alta, Troilo es la orquesta del cabaret, y Pugliese es la de la gente de la periferia, la más popular. Pugliese intuye que el tango decariano es insuficiente para expresar cierta negrura que ve en algunos bailarines, cierta necesidad de más ritmo, y entonces compone “La yumba”, que yo considero que es la bisagra del tango. Su obra es el comienzo de la transformación del tango después del ‘40. Osvaldo Pugliese y su hija Beba

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Natalio Etchegaray


RECUERDOS Sus hermanos eran violinistas y papá empezó a tocar el violín de oído, después empezó con el piano y bueno, tenía mucho talento. Era muy joven cuando compuso “Recuerdos”, que es un clásico. Lo escuchó Pedro Laurenz y se lo llevó a De Caro. No es su primer tango pero “Recuerdos” abrió una brecha nueva. Era muy estudioso y muy creativo. Aprendí mucho de mi papá, aprendí todos los días, aprendí del trabajo, de la continuidad, de la disciplina... de la lucha diaria... Beba Pugliese

Carlos Alonso

TOQUE

LA

YUMBA

Y ME AFILIO

Yo presenté a Pugliese en el Colón, a pedido de él. A Osvaldo le gustaba porque yo le ponía a la presentación un poco de humor, jugaba mucho con el tema de su militancia política. Decía: “el director es ese de anteojos que está a la derecha”... y agregaba “es la única vez que Osvaldo está a la derecha de algo”. Y a él le gustaban esas cosas. Además hay muchas anécdotas porque, durante las presentaciones, el tanguero entra en un momento de delirio místico y se pone ansioso. Por ahí alguien quería escuchar “La Yumba”, me acuerdo en el Teatro Presidente Alvear, un tipo ya desesperado grita: “¡maestro toque La Yumba y me afilio!”. Bueno, cosas muy divertidas, era lindo trabajar con Osvaldo, porque la estética de su música era acorde con su pensamiento, su palabra y obra como hombre y como argentino. Héctor Larrea

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Enrique Meyer Arana Horacio Salgรกn

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PUGLIESE, GOÑI, SALGÁN

UN ACTO DE AMOR

Después de la aparición de Osvaldo Pugliese, la transformación del tango, o el comienzo de lo que hoy se llama tango moderno, es con Aníbal Troilo. ¿Por qué?, por su pianista, Orlando Goñi, que creó un estilo que es el que continuamos todos, e incluyo a Horacio Salgán, que es una especie de paradigma del pianista del tango, los otros, Osvaldo Manzi, José Colángelo, Osvaldo Berlingieri, bueno me incluyo yo también, somos un poco continuadores de esa línea troiliana, cada uno aportando su personalidad y el mismo Piazzolla en sus comienzos. Cuando yo integraba la orquesta de Piazzolla en el ‘46, tratábamos de hacer un poco lo que hacía Goñi en el piano con Pichuco. Y la gran figura de la última época del piano, sin ninguna duda es Horacio Salgán, por su gran dominio del instrumento, por su gran capacidad armónica, por su estilo y su gran creatividad.

Hacer música es un acto de amor, es un privilegio que Dios me ha dado. Yo llevo la música como parte integrante de mi sistema nervioso, circulatorio, psicológico, es todo para mí. Mi papá tocaba la guitarra y el piano de oído, era sólo aficionado, y según me contaban, desde que gateaba salía disparando hacia el piano cuando lo escuchaba sonar. Empecé tocando en un cine, cuando había cine mudo, de manera que yo a la tarde tocaba el piano y a la noche ya venía la orquesta de cuatro o cinco integrantes. Ahí comencé y hace sesenta y siete años que trabajo, por suerte siempre con ánimo de seguir adelante, con el mismo entusiasmo. Ahora estoy muy ocupado terminando las correcciones de un libro mío sobre la ejecución del tango. Nosotros los de mi generación hemos tenido la suerte de formarnos en las orquestas, pero ya no hay más orquestas y si bien hay mucha información está faltando formación, por eso todas las cosas que yo sé, al menos todas las que me acuerdo, las he puesto en el libro, porque he recibido tantos privilegios de Dios, que quiero volcar todo lo que pueda ser útil a alguien, hasta la última nota.

Atilio Stampone

Horacio Salgán

Juan Carlos Liberti

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IV Pichuco

Alguien dijo una vez que yo me fui del barrio. ¿Cuándo?... ¿Cuándo? si siempre estoy llegando Aníbal Troilo


N

ació en Buenos Aires el 11 de julio de 1914, se llamaba Aníbal Carmelo Troilo y a los ocho años tuvo su primer

bandoneón, aunque había empezado a practicar un tiempo antes con un bandoneón mudo que improvisó con una almohada. Tomó clases con Juan Amendolaro, un profesor de barrio, que pasó a la historia sólo por haber sido su maestro y se presentó por primera vez ante el público en un cine de Córdoba y Laprida, el Petit Colón. Era un concurso a beneficio y tocó tan bien, que lo contrataron para integrar la orquesta estable que acompañaba las películas. Su otro maestro fue el gran bandoneonista Pedro Maffia, a quien le dedicó una de sus obras, y completó su aprendizaje en las orquestas de las que formó parte, las más importantes de su tiempo: integró el célebre Sexteto Vardaro-Pugliese (Elbino Vardaro y Alfredo Gobbi en violines, Miguel Jurado y Aníbal Troilo en bandoneones, Luis Alesso en contrabajo y Osvaldo Pugliese en piano), luego formó parte de la orquesta de Julio de Caro, también las de Ciriaco Ortíz, Lucio Demare y Juan Carlos Cobián.

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Ernesto Bertani La última copa


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En 1937 formó su propia orquesta y su obra como director bandoneonista y compositor marcó la década del ‘40 y la historia del tango. Formada sobre la base del sexteto tradicional, en su orquesta eran importantes los solos de bandoneón, pero también el piano ganó protagonismo, contó desde el arranque con un pianista excepcional, uno de los grandes ejecutantes del piano, Orlando Goñi. Pero no fueron esas sus únicas innovaciones. A partir de Troilo, el cantante, que hasta ese momento era sólo “chansonnier” ó estribillista con una pequeña Hermenegildo Sábat Pichuco y Julio De Caro

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intervención, comenzó a hacer la canción entera, además incorporó un segundo cantante, ejemplo que siguieron las otras orquestas. Los primeros cantantes de Troilo fueron Francisco Fiorentino y Alberto Marino y los más populares, Edmundo Rivero y Roberto Goyeneche. Otra innovación del Gordo fue la incorporación de figuras femeninas, Elba Berón y Nelly

Juan Carlos Ferraro Pichuco

Vázquez cantaron en su orquesta. Pichuco fue un personaje de la noche porteña, en sus últimos años, estando ya enfermo lo que más lamentaba es que el médico lo obligaba a dormir de noche y estar despierto de día. La noche no sólo era el trabajo, era el encuentro con los amigos y las comidas con largas sobremesas en “Bachín” o en “El Tropezón”. Fue hombre de muchos amigos y de una sóla mujer Zita, “La Griega”, como la llamaba con cariño el Gordo, se casaron 30 años después de haberse conocido y compartieron toda la vida. Falleció el 19 de mayo de 1975. Astor Piazzolla que se encontraba en Roma compuso en su homenaje la “Suite Troileana” con cuatro movimientos que llevan el título de las cuatro pasiones del Gordo: Bandoneón, Zita, Whisky y Escolaso.

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SUR

San Juan y Boedo antiguo, y todo el cielo; Pompeya y más allá la inundación; tu melena de novia en el recuerdo y tu nombre flotando en el adiós. La esquina del herrero, barro y pampa, tu casa, tu vereda y el zanjón y un perfume de yuyos y de alfalfa que me llena de nuevo el corazón. Sur, paredón y después, Sur, una luz de almacén. Ya nunca me verás como me vieras recostado en la vidriera y esperándote...

Ya nunca alumbraré con las estrellas nuestra marcha sin querellas por las noches de Pompeya... Las calles y la luna suburbana y mi amor y tu ventana todo ha muerto... Ya lo sé. San Juan y Boedo antiguo, cielo perdido, Pompeya y, al llegar al terraplén, tus veinte años temblando de cariño bajo el beso que entonces te robé... Nostalgias de las cosas que han pasado arena que la vida se llevó, pesadumbre de barrios que han cambiado y amargura del sueño que murió.

Letra: Homero Manzi Música: Aníbal Troilo

Norberto Russo Sur

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TALLARINES

EL

Y EMPANADAS

Pichuco solía invitarnos a comer a su casa. También iba Homero Manzi. Y lo que más le gustaba era cocinar tallarines, Una noche con Cátulo y Manzi hicieron unas empanadas, revoleaban la masa en el aire, hicieron un desastre de harina en toda la casa, pero las empanadas estaban exquisitas, a los tres les gustaba mucho cocinar... Amanda Castillo

CLASICO

RIVER-BOCA

Tengo tantos recuerdos con el Gordo... Yo creo que fue el ídolo, no solamente el gran bandoneonista, fue el gran bandoneón de toda una época, y el gran director. Pero también hay otras condiciones para llegar a ser ídolo, el carisma, el gran ángel que tenía. Donde aparecía se convertía en el centro de atención, todo el mundo estaba pendiente de él. Me acuerdo una vez que fuimos a la cancha. El Gordo era fanático de River y un día, en el ‘67 o ‘68, cuando todavía estaba Amadeo Carrizo, jugaron River y Boca en la cancha de River, y el Gordo me dice: “¿por qué no vamos?”. Era tal la convocatoria que cuando íbamos por Figueroa Alcorta frente a Obras Sanitarias, ya estaba interrumpido el tráfico. Yo venía manejando con el Gordo al lado mío, y la policía indicaba que había que doblar por Pampa. Yo pensé: ¿cómo lo hago caminar hasta la cancha?, además ya estábamos sobre la hora, entonces le dije: “asomate, poné la cara.” Pichuco se asomó y fue una maravilla, todo el mundo haciéndole la venia. El único coche que llegó a River fue el mío, y hasta se abrió el portón que estaba clausurado. Nos recibieron los presidentes de los dos equipos y vimos el partido desde el palco oficial. Atilio Stampone

Cátulo Castillo y Aníbal Troilo.

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UN

TIPO GENEROSO

Era un tipo muy generoso, un gran músico, y tan querido... no se podía caminar con él por la calle, lo paraban todo el tiempo para hablarle, para saludarlo, era tremendamente popular, y el amor de Pichuco con el público era una amor correspondido, el Gordo quería a la gente. En la puerta de su casa siempre había alguien esperándolo, le pedían de todo, por eso salía con la plata justa, íbamos a un boliche, pagaba una copa acá, otra allá, y siempre se quedaba seco... Víctor Sasson

Pichuco con su amigo Víctor Sassón, presidente desde hace 20 años de la Asociación Gardeliana.

TOCADO

POR LA VARITA DE

DIOS

Soy troiliano, como todos los bandoneonistas de mi generación, era nuestro ídolo, lo admirábamos por la creación, por el estilo, por su orquesta y hasta por la pinta. Pichuco tenía un talento maravilloso porque con mucha menos formación musical que otros, era capaz de componer temas de una ilación melódica asombrosa. Por eso trascendió, por eso queda su obra... fue un creador auténtico, tocado por la varita de Dios.... Osvaldo Piro

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V Poetas

...tu frente triste de pensar la vida, tiraba madrugadas por los ojos. Cรกtulo Castillo


ngel Villoldo le dio forma literaria a las

A

primeras letras de los tangos, luego Pascual Contursi, introdujo el tema del

amor perdido, y de allí en más la poesía del tango fue incorporando temas y poetas, Celedonio Flores, Enrique Cadícamo, Enrique Santos Discépolo, Homero Manzi, Cátulo Castillo, Homero Expósito y actualmente Horacio Ferrer, Eladia Blázquez, Héctor Negro.

Directorio de SADAIC: Homero Manzi, Osvaldo Fresedo, Francisco Canaro, Julio De Caro y Enrique Santos Discépolo entre otros.

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Juan Carlos Liberti Cambalache


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EL POETA Enrique Cadícamo es poeta, compositor, autor teatral, guionista y director de cine. En 1925 Carlos Gardel grabó “Pompas de jabón”, su primer tango, marcando el inicio de una vasta obra que abarca la mayor parte de los temas del tango. La noche de Buenos Aires y el cabaret marcaron su producción de los años ‘20, la crisis del ‘30 le inspiró “Al mundo le falta un tornillo”, un antecedente de “Cambalache” de Discépolo, la nostalgia y el amor están en su obras de la década del ‘40 en adelante. Adecuando el lenguaje a los temas, apela a formas lunfardas y arrabaleras, Enrique Cadícamo

al habla popular y a las metáforas más sublimes. Trabajó en colaboración con grandes compositores como Juan Carlos Cobián, Osvaldo Pugliese, Mariano Mores y Aníbal Troilo y él mismo compuso la música de algunos de sus tangos, bajo el seudónimo de Rosendo Luna. “Madame Yvonne”, “Muñeca brava”, “La luz de un fósforo”, “La casita de mis viejos”, “Almita herida”, “Los mareados”, “Garúa”, son algunos de sus títulos. Nacido el 15 de julio de 1900, Cadícamo tiene los años del siglo.

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UN

LA ESENCIA DEL TANGO

GRANDE EN LA HISTORIA DEL TANGO

Cadícamo es uno de los grandes referentes dentro de la historia del tango, un hombre que atravesó todas las épocas de la poesía tanguera menos la última, la nuestra, y desde ya que no lo necesita, son sus obras las que atraviesan nuestra época. A Cadícamo lo encontramos en la década del ‘20, en las primeras grabaciones de Gardel, cuando escribe “Pompas”, y de ahí en adelante incursiona en todas las temáticas del tango: lo sentimental, el compadrito, el personaje de la noche, el cabaret, la mujer y hasta toca la temática social como en “Al mundo le falta un tornillo”. Utiliza indistintamente el lenguaje culto, el popular y a veces el lunfardo. Cadícamo es el máximo ejemplo de un letrista que llega a ser poeta. Y cuando digo letrista no lo hago peyorativamente, ser un buen letrista es ser un constructor y un generador de canciones. Es un letrista de primerísimo nivel, con el lenguaje más sencillo, más directo, y logra altura poética en tangos como “Nieblas del Riachuelo”, “Nunca tuvo novio”, “Garúa”... Héctor Negro

Me gustaba tocar el piano en casa, pero no quería estudiar. Hermelinda, la hermana de Julio De Caro, que era una gran profesora, me enseñaba solfeo, pero un día le dije: “mirá esto no es para mí, yo voy a hacer letras...” Aunque me gustaron todas las épocas del tango, para mí la más auténtica, es la de mi juventud. Hay un montón de tangos míos, con la esencia y la pureza que tenían los tangos del año ‘20. Un día vino a casa Lito Nebbia, revisó los cajones y dijo: “este material lo vamos a publicar inmediatamente”. Y los publicó. Así que me quedó un material que ahora se puede emplear para purificar un poco la atmósfera tanguera. Porque se les fue la mano a los muchachos, no han estudiado, no han ido a las fuentes. La esencia del tango no se debe dejar de lado, el tango es una raíz popular, es intocable, es sagrado... Gardel me grabó 23 tangos, una colección bastante grande y no me enorgullezco de ello, sino que me emociono, soy el único autor del que grabó tantos. Ahora justamente la casa Odeón está haciendo el compact con todos mis tangos, me pidieron los discos y los mandaron a Londres. Ellos tienen un sistema técnico para sacar todos los ruiditos parásitos del sonido y purificarlo, para vuelvan a estar como el día en que se grabaron. Yo temía que no llegaran sanos, son discos antiguos que si se rompen no tienen precio, pero me dijeron que iban seguros. Lo importante es que hay una actividad a favor del tango. Enrique Cadícamo

Jorge Alvaro

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NIEBLA DEL RIACHUELO Turbio fondeadero donde van a recalar barcos que en el muelle para siempre han de quedar; sombras que se alargan en la noche del dolor; náufragos del mundo que han perdido el corazón; puentes y cordajes donde el viento viene a aullar; barcos carboneros que jamás han de zarpar; torvo cementerio de las naves que, al morir, sueñan, sin embargo, que hacia el mar han de partir. Niebla del Riachuelo, amarrado al recuerdo yo sigo esperando; niebla del Riachuelo, de ese amor, para siempre, me vas alejando... Nunca más volvió; Nunca más la ví; nunca más su voz nombró mi nombre junto a mí... ...esa misma voz que dijo “¡Adiós!”. Sueña, marinero, con tu viejo bergantín; bebe tus nostalgias en el sordo cafetín... Llueve sobre el puerto, mientras tanto, mi canción; llueve lentamente sobre tu desolación... Anclas que ya nunca, nunca más, han de levar; bordas de lanchones sin amarras que soltar; triste caravana sin destino ni ilusión, como un barco preso en la botella del figón... Letra: Enrique Cadícamo Música: Juan Carlos Cobián

Francisco Travieso Niebla del Riachuelo

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MANO A MANO Celedonio Esteban Flores, “Cele”, “El negro”, trabajaba llevando la contabilidad en un comercio y en las escapadas a la rutina de los números leía a sus poetas predilectos: Leopoldo Lugones, Amado Nervo y Rubén Darío. Conoció el arrabal cuando su familia dejó el centro para mudarse a Villa Crespo. “Margot” fue el primer tango que le grabó Carlos Gardel en 1921, y así nació a la popularidad. Es autor, entre otros tangos de “Mano a mano”, “Muchacho” y “Viejo smoking”. Celedonio Flores (1896 - 1947)

Nacido en Buenos Aires en 1896, falleció en 1947.

CRONISTA

DE LA CIUDAD

Celedonio Flores fue mi maestro. De los primeros tangos que escuché en el patio de mi casa, sobre todo me quedaron grabados los tangos de Celedonio y con el tiempo fui descubriendo lo mucho que me había marcado en los primeros años de mi escritura. Verdaderamente fue un gran poeta, un gran cronista de la ciudad y uno de los pilares fundamentales de la poesía del tango. Además insospechadamente su poesía tan popular, tan arrabalera, y a veces lunfarda, es el producto de un poeta culto pero con una vivencia totalmente popular. Héctor Negro 114


HOMERO Homero Manzi fue poeta, periodista, guionista y director de cine. Escribió su primer tango, “Viejo ciego” en 1925 y en 1933 Carlos Gardel le grabó “Milonga sentimental” y “Milonga del 900”. Se dedicó con pasión a la militancia política, fue presidente del centro de estudiantes de la Facultad de Derecho, de donde fue expulsado en 1930, dejando inconclusa la carrera, y unos años después estuvo entre los fundadores de Forja, el ala más radical del radicalismo. Junto con Ulises Petit de Murat escribió los libros de películas antológicas “La Guerra Gaucha”, “Su mejor Alumno”, “Pampa Bárbara”, “El Viejo Hucha”,

Homero Manzi (1907 - 1951)

y guionizó y dirigió “Pobre mi madre querida”, “El último payador” y “Escuela de campeones”. Sus tangos, milongas, valses y canciones camperas están escritos con un lenguaje puro, sin lunfardismos, dotado de un absoluto poder evocativo. “Che bandoneón”, “Malena”, “Tango”, “Mano blanca”, “Sur” , “Fuimos”, “Barrio de tango”, “Ninguna” y “Sur” son algunos de sus títulos más populares. Nacido en Añatuya en 1907, falleció en Buenos Aires en 1951. En su homenaje Aníbal Troilo compuso una de sus obras mayores, “Responso”.

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DE AÑATUYA

A

POMPEYA

Cuando mi padre murió yo tenía 17 años y los recuerdos que tengo de él son recuerdos mezclados con su enfermedad, con los problemas de su atención y con mi pupilaje, que tuve que hacer porque no se podían ocupar de mí en casa. Todo lo que escribió lo he estudiado y me di cuenta que más que letras hacía historia, era un historiador... A los 9 años llega a Buenos Aires con su hermano desde Añatuya, un pueblo de Santiago del Estero. Llega totalmente chango, pero rico en las enseñanzas y las experiencias de la gente del interior. A veces pienso en su llegada a Buenos Aires en ese tren, y en el impacto al encontrarse con la ciudad. Yo estuve en el colegio Esquiú donde fue pupilo, hablé con la gente que lo conoció, recorrí Boedo y Pompeya. Me contaron de sus escapadas a la noche, robándole los pantalones largos a un muchacho para poder salir y tomarse una ginebrita en “La Blanqueada”. Le gustaba ir a un club cerca de la iglesia de Pompeya, donde se juntaban los domingos a hacer teatro y estaba enamoradísimo de una chica rubia que se llamaba Juana... “Viejo Ciego” fue su primer tango, cuando mi padre lo escribe se lo muestra a Cátulo Castillo que le dice: “esto es muy bueno, vamos a hacerlo con un amigo mío, Sebastian Piana, yo te lo voy a presentar.” Y Piana y Cátulo componen la música... Acho Manzi

Francisco Canaro, Eva Perón y Homero Manzi

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José Marchi El Ultimo Organito


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NINGUNA Esta puerta se abrió para tu paso, este piano tembló con tu canción, esta mesa, este espejo y estos cuadros guardan ecos del eco de tu voz. Es tan triste vivir entre recuerdos... Cansa tanto escuchar ese rumor de la lluvia sutil que llora el tiempo sobre aquello que quiso el corazón... No habrá ninguna igual, no habrá ninguna, ninguna con tu piel ni con tu voz. Tu piel, magnolia que mojó la luna; tu voz, murmullo que entibió el amor. No habrá ninguna igual, todas murieron en el momento que dijiste adiós... Cuando quiero alejarme del pasado... “es inútil”, me dice el corazón. Ese piano, esa mesa y esos cuadros guardan ecos del eco de tu voz. En un álbum azul estan los versos que tu ausencia cubrió de soledad. Es la triste ceniza del recuerdo. Nada más que ceniza. Nada más... Letra: Homero Manzi Música: Raúl Fernández Siro

Carlos Gorriarena Ninguna

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TINTA ROJA

CÁTULO

Cátulo Castillo fue músico, compositor, poeta,

El padre era anarquista y quiso llamarlo Descanso Dominical, pero no se lo permitieron en el registro civil, entonces eligió Catulo, un nombre romano, y como pensaron que iba a sonar muy mal y que iba a ser motivo de bromas, la empleada que lo anotó le puso Cátulo con acento en la ”a” . Nos conocimos cuando yo tenía 12 años y él 35, yo entré al Conservatorio Municipal a estudiar música, donde él era profesor. Cuando lo conocí ya estaba pelado, pero era una pelada muy especial, era la época de Angel Magaña, que también era pelado y yo tenía debilidad por Magaña. Tengo una foto de él a los 25 años que es Angel Magaña, se parecían tanto que en la calle los confundían. Al principio Cátulo componía música, sólo después de la muerte de su padre se animó a escribir versos... Amanda Castillo

periodista, pugilista peso pluma, director de orquesta, secretario y presidente de SADAIC. Estudió música desde chico, primero violín y después piano y comenzó componiendo música para los versos de su padre, el poeta y dramaturgo José González Castillo, “Silbando” y “Organito de la tarde”, entre otros. Su obra poética está marcada por la nostalgia, el barrio que cambia, el amor que pasa. Entre sus tangos más populares estan “Tinta roja”, “Una canción”, “María”, “Café de los Angelitos”, “Patio de la Morocha”, “La última curda”, “El último café”. Nacido en Buenos Aires en 1906, falleció en la misma ciudad en 1975.

Cátulo Castillo (1906 - 1975)

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Víctor Chab María

A Cátulo, siempre le preguntan en qué se inspiró para hacer María, si era una historia real que había vivido, María nació un día que Zita Troilo (la esposa de Pichuco) le dijo un poco en broma: “ustedes escriben a todo lo que se termina, la última carta, el último buzón, pero no hay un tango además de Malena, con un nombre sencillo de mujer porqué no hacen María?” dijo. Y así fue. Amanda Castillo

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EL ULTIMO CAFE Llega tu recuerdo en torbellino. Vuelve en el otoño a atardecer... Miro la garúa y mientras miro gira la cuchara de café... Del último café que tus labios, con frío pidieron esa vez con la voz de un suspiro... Recuerdo tu desdén, te evoco sin razón, te escucho sin que estés: “Lo nuestro terminó”, dijiste en un adiós de azúcar y de hiel... Lo mismo que el café, que el amor, que el olvido, que el vértigo final de un rencor sin por qué... Y allí con tu impiedad, me vi morir de pie, medí tu vanidad, y entonces comprendí mi soledad sin para qué... Llovía, y te ofrecí el último café. Letra: Cátulo Castillo Música: Héctor Stamponi

Héctor Stamponi

Juan Carlos Liberti El Ultimo Café

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DISCEPOLÍN Enrique Santos Discépolo, dejó en su obra el testimio de la llamada década infame. Los años ‘30, marcados por la desocupación, el nacimiento de las ollas populares y las primeras villas miseria, cuando se registró en Buenos Aires el mayor índice de suicidios de la historia, dura realidad que aparece al mismo tiempo en la obra literaria de Roberto Arlt y Ezequiel Martínez Estrada. Huérfano, vivía con su hermano Enrique Santos Discépolo (1901 - 1951)

Armando, y como él se dedicó al teatro. De 1925 data su primer tango, y sus primeros éxitos fueron “Esta noche me emborracho” y “Malevaje” grabados por Azucena Maizani. En 1928 Gardel graba “Chorra” y en los años ‘30 “Yira Yira” y “Cambalache”. Trabajó en el cine como actor, fue guionista y director de “Alma de bandoneón”, “Melodía porteña”, “El hincha” y escribió obras de teatro como “Blum”. Seducido por el peronismo se hizo cargo de un programa de radio que le valió odios y enemistades, entra entonces en una profunda depresión de la que ya no vuelve. Nacido en Buenos Aires en 1901, falleció en la misma ciudad en 1951.

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EL

GRAN EXPRESIONISTA ARGENTINO

Discépolo tiene varias facetas. Es romántico en “Uno”, nostálgico en “Cafetín de Buenos Aires”, cómico en “Chorra”, y además está el Discépolo social, si es que se lo puede llamar así, el de “Cambalache”, “Yira Yira” y “Que sapa señor”, la voz de la conciencia crítica de los argentinos. Tiene también una preocupación existencial, hay una presencia de Dios en muchos de sus tangos. Pero además está el personaje Discépolo, a él le pasaban las cosas y las cuenta en sus letras. Y eso tiene que ver con su formación teatral, sus tangos son escenas teatrales, y hay una teatralización muy fuerte del tango, a partir de Discépolo. Por eso le gustaba como cantaba Tania, porque le ponía ese plus actoral. En Discépolo hay además una capacidad para golpear, usa palabras que quedan sonando en la cabeza. Me parece que es el gran expresionista argentino, un artista que está siendo revalorizado constantemente por las nuevas generaciones. En sus últimos años entra en una gran depresión y las causas fueron varias, por un lado su colaboración con el peronismo. La gente no le perdonó que apareciera en un programa de propaganda política. Pero lo interesante es que todo el mundo prendía la radio para escucharlo porque era entretenido, Discépolo utilizaba sus dotes actorales para hacer del programa un verdadero espectáculo. Yo colaboro en la revista de Félix Luna, y me cuenta que él no lo quería nada a Discépolo pero igual escuchaba su programa porque lo hacía muy bien. Pero hubo más razones para su depresión. En 1946 tuvo un hijo con una periodista mejicana. Y aunque intentó girarle dinero nunca lo conoció, fue la gran mentira de su vida. El tercer tema complicado fue su relación con Armando, su hermano, cuando se distanciaron, Enrique entró en un cuadro depresivo agudo. Y dejó de comer... Sergio Pujol

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CAMBALACHE

Que el mundo fue y será una porquería ya lo sé; en el quinientos seis y en el dos mil también; que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos, valores y dublés... Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldá insolente ya no hay quien lo niegue. Vívimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos. Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador. Todo es igual... Nada es mejor... Lo mismo un burro que un gran profesor. No hay aplazaos ni escalafón.. . Los inmorales nos han ígualao... Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición da lo mismo que si es cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón...

¡Qué falta de respeto! ¡qué atropello a la razón! ¡Cualquiera es un señor! ¡Cualquiera es un ladrón! Mezclaos con Stavisky van Don Bosco y la Mignon, Don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín, igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida y, herida por un sable sin remache ves llorar la Biblia contra un calefón. Siglo veinte, cambalache problemático y febril... ¡El que no llora no mama y el que no afana es un gil!... ¡Dale no más! ¡Dale que va! ¡Que allá en el horno nos vamo'a encontrar! No pienses más, sentate a un lao, que a nadie importa si naciste honrao. Es lo mismo el que labura noche y día como un buey que el que vive de los otros, que el que mata, que el que cura o está fuera de la ley.

Letra y Música: Enrique Santos Discépolo

Francisco “Cacho” Carcavallo Cambalache

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EL OTRO HOMERO

LA

Homero Expósito, es uno de los mayores exponentes de

Homero era un poeta bien formado, en 4º y 5º año del colegio San José hizo unos 1300 sonetos, juntos escribimos unas 600 piezas. Somos de Zárate, donde teníamos una confitería y mi papá para poder competir con los clubes que estaban de moda, contrató una orquesta para tocar en la terraza, era la orquesta del maestro Juan Heller, formada por músicos jóvenes, que tocaba todo tipo de música: jazz, la música de las películas norteamericanas y tango. Ahí empezó nuestro contacto con la música. A los 15 años mi hermano viajó a Buenos Aires y volvió con un montón de partituras y cuando la música en el cine empezó a ser importante, nos encerrábamos en el palco, detrás de la cortina y alumbrándonos con una linterna copiábamos las canciones. Homero era muy rápido para tomar letras, y yo desde chico fui rápido para tomar músicas. Eso era los viernes, los sábados ensayábamos los temas nuevos con la orquesta y a la tarde, cuando la gente que salía del cine iba a tomar algo a la confitería, escuchaba la música de la película que acababa de ver. Era mágico.

la poesía del tango en los anos ‘40, se formó en la Facultad de Filosofía y Letras, formación que denotan sus letras en las que incorpora metáforas literarias. Muchos de sus temas llevan música de su hermano Virgilio, entre otros “No vendrás”, “Naranjo en Flor”, “Maquillaje”. Pero también trabajó con otros músicos: Leopoldo Federico, Pontier, Piazzolla, Troilo y Héctor Stamponi. Nacido en Campana en 1918, falleció en Buenos Aires en 1987.

CONFITERÍA DE

ZÁRATE

Virgilio Expósito

Homero Expósito (1918 - 1987)

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Alicia Carletti Percal


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NARANJO EN FLOR

Era más blanda que el agua, que el agua blanda; era más fresca que el río, Naranjo en Flor, y en esa calle de estío, calle perdida, dejó un pedazo de vida y se marchó...

Después... ¡Qué importa del después! Toda mi vida es el ayer que me detiene en el pasado, eterna y vieja juventud que me ha dejado acobardado como un pájaro sin luz. ¿Qué le habrán hecho mis manos? ¿Qué le habrán hecho para dejarme en el pecho tanto dolor?... Dolor de vieja arboleda, canción de esquina con un pedazo de vida, Naranjo en Flor...

Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir y al fin andar sin pensamiento... Perfume de Naranjo en Flor, promesas vanas de un amor que se escaparon con el viento...

Letra: Homero Expósito Música: Virgilio Expósito

Virgilio Expósito (1924 - 1997)

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Carlos Scaglione Naranjo en Flor


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FERRER - BLÁZQUEZ - NEGRO

EUFORIA Y EROTISMO

Actualmente hay tres poetas importantes en el tango y creo que los tres están en un mismo nivel: Héctor Negro con una obra de connotación socio-política, Ferrer que ha conseguido que algunas páginas surrealistas tengan una gran repercusión popular, y Eladia Blázquez que es una mujer que dice cosas y no con ese tono profético de Discépolo. Ella observa la realidad de una manera reflexiva, no hace una mera descripción. La gente es su gran pasión y de pronto dá con el verso preciso. José Gobello

Nací en Montevideo, mi padre era oriental y mi mamá porteña y cuando se casaron se fueron a vivir a Montevideo. Pero al cumplir un mes me trajeron acá, por eso soy totalmente del Río de La Plata, amo los dos países, tengo las dos ciudadanías, como el tango. Yo conocía muy bien lo que era el estilo, desde niño, y lo aprendí de mi tío, que decía: “una mujer cuando va a una soireé tiene que saber qué es lo que no tiene que ponerse”, y yo aprendí que es lo que no tenía que hacer: yo no podía escribir como Manzi, Cadícamo o Castillo. Entonces esperé mucho tiempo, hasta escuchar el sonido de lo poético interior, hasta que me dije, esto no suena a las cuerdas de nadie, entonces fue cuando apareció “Romancero canyengue”, mi primer libro de poesía que Troilo tenía en su mesita de luz. Tiene un poema dedicado a a Pichuco y otro a Astor. Yo introduje muchas variaciones sobre las formas poéticas clásicas, octavas reales, medidas poco usuales, que dieron posibilidades a los músicos de variar sus composiciones. Creo que introduje también una forma de euforia, una energía de vivir muy potente. Cada uno vivió su época profundamente, Discépolo, Le Pera, vivieron una época más crítica, más descendente. En cambio la segunda mitad del siglo tiene una energía distinta, descubrimos una gran fuerza en la vida y eso está en mi poesía, junto con el erotismo, que por cuestiones morales siempre se mantuvo al margen del tango. Creo que eso es una novedad que introduje casi por completo. Y es una de las cosas más hermosas del amor, no?

Horacio Ferrer

Horacio Ferrer

Ernesto Bertani Moriré en Buenos Aires

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VIEJO TORTONI Se me hace que el palco llovizna recuerdos, que allá en la Avenida se asoman, tal vez, bohemios de antaño y que están volviendo aquellos baluartes del viejo Café. Tortoni de ahora, te habita aquel tiempo. Historia que vive en tu muda pared. Y un eco cercano de voces que fueron se acoda en las mesas, cordial habitué. Viejo Tortoni. Refugio fiel de la amistad junto al pocillo de café. En este sótano de hoy, la magia sigue igual y un duende nos recibe en el umbral. Viejo Tortoni. En tu color están Quinquela y el poema de Tuñón. Y el tango aquel de Filiberto, como vos, no ha muerto, vive sin decir adiós. Se me hace que escucho la voz de Carlitos, desde esta "Bodega" que vuelve a vivir. Que están Baldomero y aquel infinito fervor de la "Peña", llegando hasta aquí. Tortoni de ahora, tan joven y antiguo, con algo de templo, de posta y de Bar. Azul, recalada, si el fuego es el mismo, ¿quién dijo que acaso no sirve soñar? Letra: Héctor Negro Música: Eladia Blázquez

Claudio Gorrochategui Café de Buenos Aires

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CON

Héctor Negro

Enrique Meyer Arana El Tortoni

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VOZ PROPIA

El tango evolucionó de acuerdo a los cambios que fue experimentando la ciudad. Nunca hubo un solo tango, cada época tiene un tango representativo. La característica de esta época es el vértigo, el stress, la prisa, es el ritmo de la ciudad moderna, que está bastante captado por la música de Piazzolla. Y en la poesía se trata de expresar el tiempo que se vive a través del lenguaje de cada uno. Entonces, si cada uno escribe a su tiempo tendrá un lenguaje acorde con su tiempo. De cualquier manera en el tango hay temas permanentes, la nostalgia y la evocación, el amor, el hombre ante la muerte, pero la clave está en poder traducirlo al lenguaje nuestro, y que además ese lenguaje se adapte a las estructuras melódicas del tango. Lo importante es ser uno mismo, acá no se trata de parecerse a Manzi ni a Discépolo, aunque son nuestros grandes referentes, escribimos a partir de ellos, no podemos volver atrás, y al mismo tiempo tampoco podemos “parecernos a”. Cuando era joven, los viejos comentaristas del tango me decían: tenés que escribir como Manzi, como Discépolo. No, yo tengo que escribir como yo, lograr escribir con mi lenguaje, con mi propia voz, vibrar y sentir lo que está ocurriendo, reflejar el mundo que me rodea.


ELADIA Yo tengo una gran admiración y respeto por su gran oficio y su capacidad expresiva para contar las cosas de la vida cotidiana. Es una cabal letrista, de altísimo nivel, que ha incursionado en la temática del Buenos Aires actual, del hombre contemporáneo, de la mujer de hoy. Y lo hace con una gran solvencia, porque

cuando entra en un tema cala hondo, sin dejar de lado lo social. Hace poco hizo un tema que se llama “Primer mundo”, que es toda una denuncia a algunas cosas que estamos viviendo. Y bueno, para mí Eladia es una de las más importantes representantes del tango de nuestro tiempo. Héctor Negro

Eladia Blázquez y Astor Piazzolla

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ADIOS NONINO

Desde una estrella, al titilar, me hará señales de acudir por una luz de eternidad... Cuando me llame, voy a ir a preguntarle por ese niño que con su muerte lo perdí, que con Nonino se me fue... Cuando me diga "ven aquí" renaceré porque

Y hoy mi viejo Nonino es una planta, es la luz, es el viento y es el río. Este torrente mío lo suplanta prolongando en mi ser su desafío. Me sucedo en su sangre, lo adivino y presiento en mi voz su propio eco, esta voz que una vez me sonó a hueco cuando le dije "adiós, adiós Nonino".

Soy la raíz del país que amasó con su arcilla, su sangre y su piel del tano aquel que me dió su semilla. Adiós, Nonino. ¡Qué largo sin vos será el camino! Dolor, tristeza, la mesa y el pan, y mi adiós, ay, mi adiós a tu amor, tu tabaco, tu vino. ¿Quién, sin piedad me robó la mitad, a llevarte, Nonino? Tal vez un día, yo también, mirando atrás,

Soy la raíz del país que amasó con su arcilla, su sangre y su piel del tano aquel que me dió su semilla. Adiós, Nonino. Dejaste tu sol en mi destino, tu ardor sin miedo, tu credo de amor y ese afán, ay, tu afán de sembrar de esperanza el camino. Soy tu panal y esta gota de sal que hoy te llora, Nonino. Tal vez el día que se me corte el piolín te veré y sabré que no hay fin.

como vos diga "adiós, no va más".

Letra: Eladia Blázquez Música: Astor Piazzolla

Eduardo Audivert Adiós nonino

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VI Cantantes

Malena canta el tango con voz de sombra; Malena tiene pena de bandoneรณn. Homero Manzi

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L

os cantantes solistas como Carlos Gardel, Ignacio Corsini, Agustín Magaldi, cantaban acompañados por conjuntos de

guitarras, pero además estaban los cantantes de orquesta llamados “chansonniers”. Ya desde los años ‘20, cuando brillaba el Sexteto de Julio de Caro, el chansonnier, hacía una breve aparición, cantando un Ernesto Bertani Hugo del Carril

estribillo, no cantaba todo el tango, ya que la estrella era la orquesta. Esta forma se mantuvo hasta los años ‘40, aunque algunos cantantes como los de la orquesta de Aníbal Troilo -Edmundo Rivero, Roberto Marino, Roberto Rufino, Jorge Casal- tuvieron mucho éxito y con el tiempo se hicieron solistas.

Ignacio Corsini y su conjunto de guitarras

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Jorge Donnini El Guitarrista

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DE GARDEL

Roberto Goyeneche y Edmundo Rivero (Foto Raúl Ontiveros)

AL

POLACO

Gardel es el gran cantante. Yo creo que no hubo en este género un cantor equiparable, ya solamente con su voz se hacía imposible compararlo a Gardel con otra persona. Lo que sí hubo, para mí, fue otro genio en el canto que fue precisamente la antítesis gardeliana, lo que los franceses llaman el gran “disseur” del tango, el gran cuentista de las historias de este género, que se llamó el Polaco Goyeneche. El Polaco nunca quiso ser gardeliano, entonces, cuál fue la clave de su éxito?, la forma de interpretar. Yo he descubierto letras con él, en muchos cantantes se me pasaban palabras o cosas que yo no llegaba a entender, y con el Polaco entendía todo. Tuve la suerte de conocerlo con él, grabé como cuarenta temas y creo que marcaron un hito. Porque el tango es una obra de teatro, es más que una poesía que se canta, tiene un argumento, un principio, un desarrollo y un fin. El Polaco es el gran narrador... Atilio Stampone

Roberto Goyeneche (1926 - 1995) (Foto AGN)

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EL

MÁS GRANDE, DESPUÉS DE

GARDEL

Edmundo Rivero para mí fue uno de los más grandes, sino el más grande que hubo después de Gardel, por su voz, por su expresión, por su inteligencia, por la selección del repertorio, por su conocimiento del tango, y porque sabía meterse dentro de cada canción. Yo era admirador de Rivero antes de conocerlo, era mi cantor favorito, por eso, cuando me ofrecieron trabajar en el Viejo Almacén, para mí fue como tocar el cielo con las manos. Rivero era un hombre muy metódico, cenaba muy temprano, dormía un poco, y después se levantaba y se iba al Viejo Almacén. Llegaba una hora antes de cantar, iba al camarín donde lo estaban esperando sus guitarristas y ensayaba una hora. Le encantaba el boxeo y jugar con nosotros al truco, en los intervalos se armaban unas mesas de truco bárbaras. Aunque terminábamos muy tarde, le gustaba depués ir a tomar un té con galletitas y charlábamos hasta la madrugada. Era muy amable, muy cordial, creador de un estilo. Un cantante que mantuvo su frescura hasta el final de su trayectoria. Si bien en los últimos años su voz no era tan fresca por la edad, mantenía esa calidez, esa forma de transmitir, lo veías plantarse en el escenario y realmente emocionaba mucho. Yo una vez le pregunté: “Leonel -ese su nombre, y todos le decían Leonel-, usted no se aburre de cantar Sur?” y me contestó: “No, y le voy a explicar porqué, yo cuando va a empezar la canción, cualquier canción ya me estoy metiendo dentro de la historia, me meto en el paisaje y me voy caminando por allí...”

FEOS

Y MALOS

En 1944 formé mi primera orquesta con la que nunca grabé, porque nos hecharon. Estábamos en Radio El Mundo y yo había incorporado a la orquesta a Edmundo Rivero, y bueno, decían que los dos éramos muy feos y aparte que él cantaba muy mal y que yo tocaba peor, entonces nos dijeron: váyanse de acá porque no queremos saber nada con ustedes... Horacio Salgán

Oscar del Priore

Edmundo Rivero (1911 - 1986)

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FUMANDO ESPERO

Fumar es un placer genial, sensual. Fumando espero al hombre que yo quiero, tras los cristales de alegres ventanales. Y mientras fumo, mi vida no consumo porque flotando el humo me suelo adormecer. Tendida en mi sofá, fumar y amar, ver a mi amado feliz y enamorado, sentir sus labios besar con besos sabios. Y el devaneo sentir con más deseo, cuando sus ojos siento sedientos de pasión.

Por eso estando mi bien es mi fumar un edén. Dame el humo de tu boca, dame que mi pasión provoca. Corre que quiero enloquecer de placer, sintiendo ese calor del humo embriagador que acaba por prender la llama ardiente del amor. La hora de inquietud con él no es cruel, sus espirales son sueños celestiales, y forman nubes que hacia la gloria suben y envuelta en ella, su chispa es una estrella, que luce clara y bella con límpido fulgor.

Letra: Félix Garzo y J. Viadomat Música: Juan V. Masanas

“Fumando espero” fue uno de los grandes éxitos de Argentino Ledesma

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Jorge Alvaro Fumando Espero


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SENTIMENTALES

Y

ARRABALERAS DIOS

Entre las cantantes de tango podríamos distinguir dos líneas, el estilo sentimental de Libertad Lamarque, Mercedes Simone, María Graña; y el estilo más arrabalero de Rosita Quiroga y Tita Merello. Aunque Libertad también cantó tangos arrabaleros y lunfardos, y Tita que es el paradigma del tango reo, supo transitar muy bien el tango sentimental. Oscar del Priore

Nelly Omar, declarada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, y Personalidad Emérita de la Cultura Argentina, de todos los títulos con que la han honrado, “Cantora Nacional”, es el que más le gusta

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ME TOCÓ UN POQUITO

Soy de la provincia de Buenos Aires, de un pueblo que se llama Guaminí, comencé presentándome en un festival, con muchísima suerte, tanto que me contrataron para cantar en un cine y de ahí me animé y fui a Radio Splendid a pedir una ubicación en el elenco. Dí la prueba y debuté esa misma noche. Y bueno ahí comenzó mi carrera, una carrera muy linda porque trabajé con gente muy importante. En dúo con mi hermana Nilda, recorrimos todas las radios, después continué sola. Y luego, oh sorpresa! Don Francisco Canaro me llamó para hacer mi primera grabación en el año ‘46. En el año ‘55, me enmudecieron, yo nunca hice política, pero grabé dos obras para Eva Perón y bueno, eso me costó 17 años de silencio. Pero no me achiqué, seguí, me quedé en el país. En el ‘70 comencé a grabar de nuevo y ahora estoy preparando dos compactos, o sea que no me puedo quejar. Yo creo que Dios me tocó un poquito, porque puedo cantar, y lo hago con el mismo entusiasmo de cuando me inicié... Nelly Omar


Enrique Meyer Arana Tita Merello

TITA Su nombre es Laura Ana Merello. Actriz y cantante, debutó en los años ‘20 como corista en pequeños teatros como el “Ba-ta clan” de la calle 25 de Mayo, de donde pasó a las revistas del “Maipo” y “El Porteño”. En 1933 filmó su primera película “Tango”, después siguieron “Arrabalera”, “Para vestir santos” y “Los Isleros” entre otras. De gran temperamento dramático, hizo populares temas como “Donde hay un mango” y “Se dice de mí”, donde juega con el grotesco, la ironía y el humor. Nació en Buenos Aires el 11 de Octubre de 1904.

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CAFETIN DE BUENOS AIRES

De chiquilín te miraba de afuera como esas cosas que nunca se alcanzan, la ñata contra el vidrio, en un azul de frío que solo fue después, viviendo, igual al mío. Como una escuela de todas las cosas, ya de muchacho, me diste, entre asombros el cigarrillo, la fe en mis sueños y una esperanza de amor. ¿Cómo olvidarte en esta queja, cafetín de Buenos Aires, si sos lo único en la vida que se pareció a mi vieja?

En tu mezcla milagrosa de sabihondos y suicidas yo aprendí filosofía, dados, timba y la poesía cruel, de no pensar más en mí. Me diste en oro un puñado de amigos que son los mismos que alientan mis horas: José, el de la quimera; Marcial, que aún cree y espera y el flaco Abel, que se nos fue pero aún me guía. Sobre tus mesas que nunca preguntan lloré una tarde el primer desengaño, nací a las penas, bebí mis años... ¡y me entregué sin luchar!

Letra: Enrique Santos Discépolo Música: Mariano Mores

“Cafetín de Buenos Aires” fue estrenado por Tania en 1948

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José Marchi Cafetín de Buenos Aires


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LA BOTICA

DE

TANGO

La gente necesitaba un lugar de tango y lo encontró en La Botica, primero en el teatro y después en la televisión. En los canales no daban un peso por el programa, pensaban que iba a durar dos o tres emisiones al final hicimos 370 programas... Llevé el tango a la televisión con los pintores y de una forma muy divertida. Por La Botica pasaron Cátulo Castillo, Homero Expósito, Osvaldo Pugliese, los maestros del decir que son Tania y el Polaco Roberto Goyeneche que se despidió en mi programa. También estuvo Rosita Quiroga, con quien tuve una gran amistad hasta el final de su vida. Susana Rinaldi debutó en la Botica y como le preocupaba la ropa, le dije: “la ropa te la va a pintar Berni, Soldi, o Josefina Robirosa”. A Libertad Lamarque le llegaron noticias de la parodia que hacía Gloria Montes cantando “Madreselva” y “Como el pajarito quisiera volar”. Pero terminamos queriéndonos y conviniendo que al tango, había que alegrarlo un poco... Eduardo Bergara Leumann

Libertad Lamarque y Eduardo Bergara Leumann

Edmundo Rivero, Héctor Pacheco y Silvio Soldán en “Grandes Valores del Tango” (Foto Raúl Ontiveros)

GRANDES VALORES Todas las figuras del tango, de una u otra manera pasaron por Grandes Valores, y muchas se hicieron en el programa. Yo he bautizado muchísima gente, por ejemplo, yo hice popular a Floreal Ruiz, como el Tata Floreal y a Rodolfo Lezica como Rolo. Un par de veces por año hacíamos una noche completa, que a veces la prolongábamos hasta tres horas, hacíamos dúos y tríos, y entonces cantaban cincuenta cantores. ¡Una cosa impresionante! Aunque es muy antipático dar nombres, porque son todos amigos, entre las voces del tango creo que hay que destacar a Enrique Dumas, Jorge Sobral, Nestor Fabian, Raúl Lavié, Hugo Marcel, Rubén Juárez, y después vienen los más jóvenes. Yo se los recomendaba a Mariano Mores, le decía, “mira en el programa del miércoles va a estar tal chico”. Y así descubrió a Daniel Cortes y a Alberto Bianco, que después trabajaron con él. “Grandes Valores” abrió muchísimas puertas, y si hoy no surgen cantores nuevos es porque no hay vidriera. Silvio Soldán

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DE HÉCTOR VARELA

A

ASTOR PIAZZOLLA

Yo era un chico que vivía en Rosario, cuando conocí a un muchacho que venía de Pergamino y estaba enloquecido por ser cantante de tango, y bueno nos hicimos amigos, a pesar de la diferencia de edad. Me acuerdo que él leía “El alma que canta”, aquella revista que traía las letras de todos los tangos. Un día me pidió que lo acompañe a un conservatorio de música, porque quería estudiar. Había un grupo de diez o doce muchachos, y yo me metí acompañando a mi amigo. La cuestión es que fueron pasando todos y el maestro me invitó a dar la prueba, primero me negué pero finalmente lo hice, y al poco tiempo ya estaba integrando el coro del conservatorio. A los 18 años debuté en Radio El Mundo, acompañado con la orquesta estable, luego integré la orquestas de Héctor Varela, que a fines de los ‘50 tenía un éxito impresionante. Después vino mi encuentro con Héctor Stamponi con quien formamos una orquesta de músicos extraordinarios. Y tras unos años de residencia en México, comencé a trabajar con Astor Piazzolla y Horacio Ferrer. Creo que entonces encontré la música que me representaba y que yo necesitaba hacer, porque conocía la época en la cual fue creada, el léxico, las situaciones y los paisajes eran afines a mí. Por todo eso, yo tenía que ser la voz de esa música. Raúl Lavie

Raúl Lavie, una de las grandes voces del tango.

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No se lo que hay detrás de tu voz. Nunca te vi, vos sos los discos que pueblan por la noche este departamento de París. Te busqué en Buenos Aires, pero sabés seguro cuántos espejos de mentira te hacen pifiar la esquina, cómo depués de andar de bache en bache acabás con ginebra en un boliche murmurando la bronca del despiste. No se, ya ves, ni cómo sos, tengo las fotos en tus discos, gente que te conoce y te describe, paredes de palabras con glicinas y vos detrás, inalcanzable siempre. (Y esto que digo de Susana es también Argentina donde todo puede esconder la estafa sino sabemos ser como el farol del barrio, o como aquí sus tangos, vigías de la noche y la esperanza). Julio Cortázar

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Eduardo Audivert Susana Rinaldi

Susana Rinaldi recibe el saludo de Julio Cortázar. Olimpia de Paris, 1977.


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MUÑECA BRAVA Che, madam que parlás en francés y tirás ventolín a dos manos, que cenás con champán bien frappe y en el tango enredás tu ilusión... Sos un biscuit de pestañas muy arqueadas, muñeca brava, ¡bien cotizada! Sos del Trianón... del Trianón de Villa Crespo, Che, vampiresa... juguete de ocasión... Tenés un camba que te hace gustos y veinte abriles que son diqueros y bien repleto tu monedero pa’ patinarlo de Norte a Sur... Te baten todos Muñeca Brava porque a los giles mareás sin grupo... Pa’ mi sos siempre la que no supo guardar un cacho de amor y juventud. Campaneá que la vida se va y enfundá tu silueta sin rango... Y si el llanto te viene a buscar olvidate muñeca y reí, meta champán que la vida se te escapa, muñeca brava, flor de pecado... Cuando llegués al final de tu carrera, tus primaveras verás languidecer.

Letra: Enrique Cadícamo Música: Luis Visca

“Muñeca Brava” fue un éxito de Alberto Castillo (Foto Raúl Ontiveros)

Juan Cardozo Muñeca Brava

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VII Astor

“A veces siento que estoy llorando mientras toco un solo, pero sin lágrimas en los ojos.” Astor Piazzolla


iazzolla nació en Mar del Plata el 11 de

P

marzo de 1921. Su padre quería llamarlo Astorre pero en el registro civil se lo

acortaron y fue simplemente Astor. Cuatro años después se radicaron en Nueva York donde recibió las primeras lecciones de música y también su primer Astor Piazzolla con su primer bandoneón

bandoneón. Tenía trece años cuando Gardel lo escuchó tocar mientras filmaba “El día que me quieras” donde Astor hizo de canillita, y aunque lo invitó a integrar su orquesta le dijo "tocás como un gallego... Y el reproche que le hizo Gardel fue una constante en su carrera, No hubo artista más combatido, y aun sigue abierto el debate que generó su música.

Astor Piazzolla (1921 - 1992)

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Alberto Delmonte Sideral

161


A su regreso al país integró la orquesta de Aníbal Troilo,

donde

comenzó

a

hacer

arreglos

instrumentales. Y promediando la década del ‘40, formó su propia orquesta. En los años ‘50 compuso una serie de obras sinfónicas obteniendo una beca para viajar a París. Allí estudió composición con Nadya Boulanger, quien lo convenció de que debía dedicarse definitivamente al tango. Al volver formó el “Octeto Buenos Aires” con Enrique Mario Franchini y Hermenegildo Sábat Astor Piazzolla

Hugo Baralis en violines, José Bragato en cello, Vasallo en contrabajo, los bandoneones de Piazzolla y Leopoldo Federico, Horacio Malvicino en guitarra eléctrica y al piano Atilio Stampone. En 1960 formó el “Quinteto”, llamado luego el “Quinteto Nuevo Tango”, por el que pasaron grandes solistas, como Elvino Vardaro, Antonio Agri, Horacio Malvicino, Oscar López Ruíz y Cacho Tirao. Fue una de sus etapas más brillantes, de la que quedaron grandes versiones de “Adiós Nonino” y “Calambre”. Culminando la década inició su etapa más popular, la de sus trabajos en colaboración con el poeta Horacio Ferrer. El 4 de julio de 1992 falleció en Buenos Aires.

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TOCÁS

COMO UN GALLEGO

Al padre le gustaba hacer tallas en madera, y cuando Gardel fue a Nueva York hizo una para regalársela. Era un gaucho sobre una guitarra con una inscripción que decía: “Al gran cantor, Don Carlos Gardel”, y lo mandó a Astor al hotel para que se la entregue. A Gardel lo sorprendió ese chico que chapuceaba palabras en español, y le cayó tan simpático que le pidió que lo acompañe a comprarse ropa y lo invitó a formar parte del elenco de “El Día que me quieras”, la película que estaba filmando. Después se enteró que tocaba el bandoneón y enseguida quiso escucharlo, Astor entonces tocaba Bach y Mozart y cuando terminó Gardel exclamó: “tocás como un gallego...”

Juan Carlos Liberti

Laura Escalada de Piazzolla Astor, canillita , en una escena de “El día que me quieras” con Carlos Gardel y Tito Lusiardo. 1935.

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DOS GRANDES Cuando Astor conoció a Troilo era muy joven, tanto que sus padres cuando lo acompañaron a dar la prueba le pidieron a Troilo que les cuide al nene. Asombrado porque había estudiado todo su repertorio, Pichuco de inmediato lo incorporó a su fila de bandoneones. Lo llamaba “El Gato” porque no se quedaba quieto, y era temido por sus diabluras. Clavaba al piso las suelas de Aníbal Troilo y Astor Piazzolla

los zapatos de los bailarines y hasta hizo estallar cohetes en los camarines, prolijamente programados para que la estampida ocurra durante la actuación. En 1970 grabaron juntos “El Motivo” en un antológico dúo de bandoneones.

Astor Piazzolla (Foto AGN)

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UN

SINÓNIMO

REVOLUCIONARIO

Yo comienzo con Astor Piazzolla a los 17 años, con la orquesta del ‘46. Astor era un poco mayor que yo, unos cinco o seis años mayor. Si bien era una orquesta típica, y hacíamos bailes todos los fines de semana en los clubes, ya en esa época había momentos en que desconcertaba a la gente con sus arreglos y su criterio de la armonía. Desde el comienzo fue una revolución, una transformación radical del tango. Después hizo la Orquesta de cuerdas, y siguió evolucionando, hasta que sintió que su etapa como arreglador estaba finalizando, y empezó a trabajar sobre temas propios. Nació entonces el tema junto con la versión, y ahí se encuentra el gran Astor. Yo creo que en el tango hubo un antes y un después de Piazzolla. Él renueva completamente el lenguaje musical del género, crea una escuela. Y su fuerza es tal que muchos músicos, arregladores, compositores, no pueden despegarse de su influencia. Creo que es uno de los hitos más importantes que ha tenido el tango.

DE

TANGO

Su música tiene una característica muy especial, es música ilustrativa de un lugar, Buenos Aires, y además es absolutamente personal. Con una cantidad de influencias que van desde sus maestros clásicos, Alberto Ginastera y Nadya Boulanger hasta el Jazz, crea un estilo propio, inconfundible. Además Piazzolla compositor incluye la ejecución, es Piazzolla tocado por Piazzolla. Más allá de toda discusión yo creo que lo suyo es tango, acentúa características que el tango y la milonga siempre tuvieron. Diría que su música es extraordinariamente tanguera, es más es sinónimo de tango. Gerardo Gandini

Atilio Stampone

Coca Ocampo Astor

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AHORA

CANTÁ UN TANGO

La primera vez que actué con Astor fue en un festival popular en la plaza de la ciudad de La Plata, donde había por lo menos cinco mil personas. Entonces lo vi recibir silbidos, insultos y hasta promesas de agresión física cuando bajara del escenario. Pero más que la reacción del público lo que me asombró fue su actitud, ya que lejos de enojarse, seguía tocando con mayor fervor. Cuando me tocó salir a cantar, sentí miedo, pero después de unos minutos de incertidumbre y silbidos me dejaron llegar al final. Creo que su música cantada era más tolerada que la instrumental, de todas maneras no me fue fácil, “¡Ahora cantá un tango!”, me gritaron una vez al finalizar uno de sus temas. Sin contestarle largué el tema siguiente, y aplaudiendo el mismo tipo dice: “¡Bravo, eso es lo que tenés que cantar!” Entonces le contesté, “¿Sabés que es eso? ‘La última grela’, de Piazzolla y Ferrer”. Se quedó sin palabras... Raúl Lavié

Eduardo Mac Entyre Buenos Aires hora cero

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ALGUIEN LE DICE AL TANGO Tango que he visto bailar contra un ocaso amarillo por quienes eran capaces de otro baile, el del cuchillo. Tango de aquel Maldonado con menos agua que barro, tango silbado al pasar desde el pescante del carro. Despreocupado y zafado, siempre mirabas de frente. Tango que fuiste la dicha de ser hombre y ser valiente. Tango que fuiste feliz, como yo también lo he sido, según me cuenta el recuerdo; el recuerdo fue el olvido. Desde ayer, ¡cuántas cosas a los dos nos han pasado! Las partidas y el pesar de amar y no ser amado. Yo habré muerto y seguirás orillando nuestra vida. Buenos Aires no te olvida, tango que fuiste y serás. Jacques Bedel Alguien le dice al tango

Letra: Jorge Luis Borges Música: Astor Piazzolla

“Alguien le dice al tango” fue grabado en 1965 por Astor Piazzolla con su Quinteto, Edmundo Rivero y Luis Medina Castro, en un larga duración que incluía varios poemas de Borges musicalizados por Piazzolla y la Suite para ballet “Hombre de la esquina rosada” que Astor compuso en 1960 sobre el cuento de Borges del mismo nombre.

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MÁS

ALLÁ DE MIS SUEÑOS

Mi primer encuentro con Piazzolla fue en el año ‘48 cuando yo tenía 15 años y el 25, y ya era un reformador del tango, un creador de grandes bellezas. Yo conocía muy bien su trayectoria, lo seguía desde que formaba parte de la orquesta de Troilo, y me arrimé un día al escenario donde tocaba en un café y le dije lo que significaba para mí y para mis amigos, que éramos todos estudiantes, le dije que nos hermoseaba la vida, y le hizo una gracia enorme. Cuando se fue a París a estudiar con Nadya Boulanger yo lo esperé en el puerto de Montevideo, en esa época yo tenía el “Club de la Guardia Nueva del Tango”, y había 300 estudiantes esperándolo, bueno ahí quedó sellada nuestra amistad. Y compartimos tantas cosas que terminamos teniendo hasta un cierto parecido físico. En el año ‘67 publiqué “Romancero Canyengue”, mi primer libro de versos. Le mandé un ejemplar y de inmediato me llamó. “Lo que vos hacés con los versos -me dijo- es lo que yo hago con la música, vos tenés que trabajar conmigo”. Y nuestro primer trabajo juntos fue la ‘operita’ “María de Buenos Aires”, yo hice el libreto y él le

puso música. Estrenamos el 8 de mayo de 1968 en la Sala Planeta con Amelita Baltar, Héctor De Rosa, yo mismo recitando y la orquesta de Astor. Al año siguiente hicimos “Balada para mi muerte” y “Chiquilín de Bachín” y en 1969, en un célebre concurso en el Luna Park presentamos “Balada para un loco”, que fue una especie de trueno nacional e internacional. Trabajábamos mucho todo el día, cuando hicimos “Chiquilín de Bachín” me pasó la música y le pregunté si tenía alguna idea para el argumento de ese vals tangueado. “A mí me parece una ronda de niños” -me dijo- y ya me dio el rumbo como para encontrar el hilo... A mí siempre me gustó componer sobre la música, pero en “Balada para un loco” fue primero el argumento, y le pedí que hiciera una segunda parte que empiece con las palabras “loco, loco, loco...” Tengo tanta admiración por Astor, tanta gratitud, él me abrió las puertas grandes. Y todo fue mucho más allá de mis sueños. Horacio Ferrer

Astor Piazzolla y Horacio Ferrer

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BALADA PARA UN LOCO Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo, ¿viste? Salís de tu casa, por Arenales. Lo de siempre: en la calle y en vos... Cuando, de repente, de atrás de un árbol, me aparezco yo. Mezcla rara de penúltimo linyera y de primer polizonte en el viaje a Venus: medio melón en la cabeza, las rayas de la camisa pintadas en la piel, dos medias suelas clavadas en los pies, y una banderita de taxi libre levantada en cada mano. ¡Te reís!.. Pero sólo vos me ves: porque los maniquíes me guiñan; los semáforos me dan tres luces celestes, y las naranjas del frutero de la esquina me tiran azahares. ¡Vení!, que así, medio bailando y medio volando, me saco el melón para saludarte, te regalo una banderita, y te digo...

Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao.. No ves que va la luna rodando por Callao; que un corso de astronautas y niños, con un vals, me baila alrededor... ¡Bailá! ¡Vení! ¡Volá! Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao... Yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión; y a vos te vi tan triste... ¡Vení! ¡Volá! ¡Sentí!... el loco berretín que tengo para vos: ¡Loco! ¡Loco! ¡Loco! Cuando anochezca en tu porteña soledad, por la ribera de tu sábana vendré con un poema y un trombón a desvelarse el corazón.

¡con una golondrina en el motor! De Vieytes nos aplauden: ¡Viva! ¡Viva!, los locos que inventaron el Amor; y un ángel y un soldado y una niña nos dan un valsecito bailador. Nos sale a saludar la gente linda... Y loco -pero tuyo-, ¡qué sé yo!: provoco campanarios con la risa, y al fin, te miro, y canto a media voz: Quereme así, piantao, piantao, piantao... Trepate a esta ternura de locos que hay en mí, ponete esta peluca de alondras, ¡y volá! ¡Volá conmigo ya! ¡Vení, volá, vení!

¡Loco! ¡Loco! ¡Loco! Como un acróbata demente saltaré, sobre el abismo de tu escote hasta sentir que enloquecí tu corazón de libertad... ¡Ya vas a ver!

Quereme así, piantao, piantao, piantao... Abrite los amores que vamos a intentar la mágica locura total de revivir... ¡Vení, volá, vení! ¡Trai-lai-la-larará!

Salgamos a volar, querida mía; subite a mi ilusión supersport, y vamos a correr por las cornisas

¡Viva! ¡Viva! ¡Viva! Loca ella y loco yo... ¡Locos! ¡Locos! ¡Locos! ¡Loca ella y loco yo!

Letra: Horacio Ferrer Música: Astor Piazzolla

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LA

MÚSICA DE

BUENOS AIRES

Ya nadie se imagina una cámara haciendo una panorámica de Buenos Aires, sin la música de Piazzolla de fondo, es la música que se corresponde con el obelisco, con la calle Corrientes, con las caras algo traumáticas de los argentinos de hoy, con la melancolía tan nuestra desde siempre... Osvaldo Piro

Miguel Dávila Balada para un loco

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VIII Bailarines

Bailen todos compaĂąeros porque el baile es un abrazo. Enrique CadĂ­camo


icen los que lo bailan, que son los

D

únicos que conocen el secreto del tango, porque lo vivencian en el

cuerpo. De los prostíbulos pasó a los salones, en los años ‘20 triunfó en París, en los ‘40 se bailaba en los clubes y cabarets y una década más tarde Juan Carlos Copes lo llevó al escenario. En la década del ‘80, el tango inició una nueva etapa internacional a partir de “Tango Argentino”, el espectáculo creado por Claudio Segovia, que después Enrique Meyer Arana El Cachafaz

de su estreno en París, pasó por Roma, Venecia, Bolonia y Milán, y en 1985 se estrenó en Broadway. Había salido de Buenos Aires, en una gira de unas pocas semanas que se transformaron en diez años de éxito. El Sexteto Mayor, Roberto Goyeneche, Elba Berón, Jovita Luna, Raúl Lavié, Alba Solís, María Graña, Juan Carlos Copes y María Nieves, Virulazo y Elvira, Carlitos Rivarola y Cecilia Narova, Nélida y Nelson, Gloria y Eduardo, Mayoral y Elsa María, fueron los protagonistas.

Antonio Pujía Pa’ que bailen los muchachos

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TANGO ARGENTINO En New York tuve la oportunidad de ver “Tango Argentino” más de treinta veces. Yo estaba viviendo allí y era amigo de Claudio Segovia. Me acuerdo que compartimos una Navidad con todo el grupo, eran unos cien componentes. Yo tenía un loft muy grande, un espacio generoso, donde pudimos estar cómodos. En Nueva York nevaba y adentro el tango, fue una Navidad inolvidable. Creo que el gran mérito de “Tango Argentino” fue haber llegado a Broadway, porque Gardel había hecho la película “El tango en Broadway”, pero en realidad nunca llegó. Ese espectáculo además respetaba la esencia del tango, no hubo ningún tipo de disfraz, ni en el vestuario, ni en la escenografía, ni en la música, y lo increíble era la reacción del público que era eminentemente norteamericano, yo recuerdo haber visto a Liza Minelli y Andy Warhol con amigos. Siempre trabajaban a sala llena y había que ver con que entusiasmo los aplaudían.

Rosemary Gerdes Tango Ensamble

Pérez Celis

Gloria y Eduardo (Foto Raúl Ontiveros)

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Mayoral y Elsa María “La aristocracia del tango” (Foto Asher Benatar)

EL

PATIO DE LA LECHERÍA

Yo me llamo Héctor Mayoral. Hijo de españoles, nací en 1937 en Villa Pueyrredón, cerca de Villa Devoto. En mi barrio había varios clubes donde se practicaba el tango y yo empecé a olfatearlo a los doce o trece años. Enfrente de mi casa vivía un repartidor de leche que se llamaba Ruiz, y en el patio de su casa todas las tardes, después de ensillar la yegua y llevarla al corralón, después del reparto de la leche, sobre el filo de las seis de la tarde, nos juntábamos los muchachos del barrio para practicar tango.

Practicábamos entre nosotros entre hombres, para después lucirnos en la milonga. Ahí empecé a escuchar los nombres de los grandes milongueros de los barrios, Negro Portalea, Milonguita, Parejita, la Biblia, el Mixto, el Alemán, eran parejas que bailaban en los concursos representando a cada barrio. Los milongueros eran bailarines creativos, bailaban porque lo sentían, y yo nací en ese ambiente. Mayoral

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LOS

Mayoral baila con la Primera Dama de los Estados Unidos, Hilary Clinton, Buenos Aires, 1997.

CÓDIGOS DE MARCACIÓN

Los cuatro movimientos básicos del tango son la salida, la caminata, el corte para retroceder, y el ocho. El hombre es el que va marcando la cantidad de ochos que la mujer hace, él le va dando el tiempo a la bailarina, y ella va improvisando dentro de ese tiempo que el compañero le da. Si yo voy a una milonga y aparece alguna de esas milongueras, que ya quedan muy pocas, yo puedo dar una exhibición casi perfecta, y aunque parezca coreografía, es marcación pura. Simplemente utilizo los códigos de marcación que conocen esos milongueros. Yo he probado juntar a cien japonesas con cien alemanes, e hicieron una exhibición, sin haber practicado antes, porque aprendieron los mismos códigos. Esos códigos el milonguero los hace intuitivamente, algunos lo marcan con la palma, otros con la punta de los dedos, otros con el cuerpo, otros con los ojos, es un lenguaje. Mayoral

Daniel Kaplan Milonga

Leo Vinci Bailarín Compadrito

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HABLANDO

DE

COPES

Yo pienso que si hablamos de un bailarín hablamos de Copes, después no podemos hablar de nadie. El paso del tango es como el amor, siempre es distinto. Yo puedo buscar la mejor pareja de baile y le puedo enseñar la mejor salida, la mejor forma de colocarse, la mejor forma de frasear, pero hay algo más. Cuando ves a Juan Carlos Copes bailar estas viendo a Buenos Aires. Y muy pocos bailarines pueden lograr eso, sólo los que son artistas. Copes es muy serio, muy recto. Cuando hacíamos “Tango Argentino”, en la delantera bailábamos Copes, Eduardo, Virulazo y yo. A mí me gustaba improvisar en “Quejas de bandoneón”, en esa época me gustaba el divertimento, meterme con el público. Y Copes se enojaba mucho conmigo, decía que no podía hacer gracias bailando “Quejas de Bandonéon” porque es un tango fúnebre.

Salida simple, 8 tiempos. (Juan Carlos Copes, “Bailemos Tango”, Ricordi, Bs. As.,1994)

Mayoral

Juan Carlos Copes

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Guillermo Alio Si soy asĂ­

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EL

Juan Carlos Copes, Nueva York, 1960.

ABRAZO

El tango es una danza imposible de bailar sin sentimiento, antes de llegar a los pies el movimiento debe pasar por el corazón. Por eso el que diga que es maestro o profesor de tango miente, porque los sentimientos no se enseñan. Lo que se puede hacer es dar ejercicios y códigos para que la pareja se desinhiba y trate de descubrir como bailar esa música. Creo que el gran secreto está en el abrazo. La necesidad del hombre de sentir a una mujer en los brazos, y en la mujer, la necesidad de sentir a un hombre en sus brazos. Y esto no pasa sólo en la Argentina sino en el mundo entero. En países como Japón, donde por milenios, la mujer iba tres metros atrás y sin pisar la sombra del hombre, es maravilloso ver como se abrazan; lo mismo ocurre en Alemania, Suecia, Suiza, Holanda, Finlandia, países adonde estuve el año pasado. Es impresionante cómo la gente baila el tango. Y lo que me asombra es como acarician el piso con los pies. Todo folklore es arraigarse a la tierra, es quererla, amarla, el tango tiene mucho de eso, y de a poquito casi todos están dejando la acrobacia, el circo, para bailar al estilo argentino. Juan Carlos Copes

Carlos Alonso Vieja Amiga

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VIDA MIA Siempre igual es el camino que ilumina y dora el sol... Si parece que el destino más lo alarga para mi dolor. Y este verde suelo, donde crece el cardo, lejos toca el cielo cerca de mi amor... Y de cuando en cuando un nido para que lo envidie yo. Vida mía, lejos más te quiero. Vida mía, piensa en mi regreso, sé que el oro no tendrá tus besos. Y es por eso que te quiero más. Vida mía, hasta apuro el aliento acercando el momento de acariciar felicidad. Sos mi vida y quisiera llevarte a mi lado prendida y así ahogar mi soledad. Ya parece que la huella va perdiendo su color y saliendo las estrellas dan al cielo todo su esplendor. Y de poco a poco luces que titilan dan severo tono mientras huye el sol. De esas luces que yo veo ella una la encendió. Letra: Emilio Fresedo Música: Osvaldo Fresedo

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POR EL TANGO Todo empezó cuando escuché una grabación de la orquesta de Juan D’Arienzo. Era la primera vez que escuchaba un tango argentino. Fue mágico... Por el tango vine a Buenos Aires y me hospedé en el Hotel Victoria, que tiene el nombre de un tango. Allí conocí a Ricardo, que se decidió a venir después de escuchar un concierto de Piazzolla en Holanda. Dejamos todo por el tango, país, profesión, familia... Y empezamos a bailar... Nicole


Jorge Muscia Vida MĂ­a (Retrato de Ricardo y Nicole)

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LA

Felipe Yofre con Atilio Stampone

Daniel Kaplan Milonga Azul

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MILONGA

La convocatoria que hoy tiene la milonga es impresionante, es la bailanta del tango. Yo hago los reportajes los domingos a los dueños de las milongas: “Hola hablo de Radio Argentina buen día, Cómo terminó la noche?” “Muy bien Felipe, cómo le va?, quiero contarle lo que pasó anoche, algo que no nos gusta hacer, pero por primera vez, tuvimos que cerrar la puerta porque no entraba más gente...” Los viernes y los sábados es tanta la gente que concurre que no se puede entrar. Y hay que ver la gente, los personajes, tantas figuras humanas... Hay un ritual que se mantiene intacto, el cabezazo. Primero es la mirada, y cuando los dos nos damos cuenta que queremos bailar, ahí viene el cabezazo. Cuando yo era un pibe inmaduro, tiraba el cabezazo... y recibí más de una cachetada, porque tiene que haber un acuerdo previo, se entiende? El tango es una pasión, es la gran pasión nacional y la gente lo está redescubriendo. Si estuviera en el área de Cultura, yo difundiría especialmente el baile, la milonga. Facilitaría talleres de enseñanza y usaría las plazas los domingos para los grandes concursos de baile. Felipe Yofre


EL FIRULETE (Milonga) ¿Quién fue el raro bicho que te ha dicho, che, pebete, que pasó el tiempo del firulete?... Por más que ronquen los merengues y las congas siempre es buen tiempo pa’ la milonga. Vos dejá no más que algún chabón chamuye al cuete y sacudirle tu firulete, que este arabesco que en el alma la milonga nos bordó Es el compás criollo...! Y se acabó! Pero escuchá... Fijate bien... Prestale mucha atención... Y ahora batí si hay algo igual a este compás compadrón... Batí, por Dios, si este compás repicadito y dulzón no burbujea en tu piel y te hace más querendón... Pero escuchá, fijate bien... Prestale mucha atención.. Y vos dirás si este compás no es un clavel reventón... Es el clavel, es el balcón, es el percal, el arrabal y el callejón ...Y es el loco firulete de algún viejo metejón. Letra: Rodolfo M. Taboada Música: Mariano Mores

Hernán Dompé El Firulete

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AGRADECIMIENTOS

A la Secretaría de Cultura de Presidencia de la Nación, a Beatriz K. de Gutiérrez Walker. Al Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires, a Delia Rivas. A la Academia Nacional del Tango. A la Academia Porteña del Lunfardo. A SADAIC. Al Museo Nacional de Bellas Artes. A Juan Carlos Bagó, Sebastian Bagó, Juan Pablo Bagó y Carlos Chavez del Valle de Laboratorios Bagó, que nos acompañan en todos nuestros emprendimientos. A Horacio Agulla y Nelson Pozzoli de OCA. A Roberto Ruiz y Juan Carlos Bellini de Emi, por el disco compacto que acompaña esta edición.

A Eduardo Bergara Leumann, Enrique Cadícamo, Juan Carlos Copes, Amanda Castillo, Oscar del Priore, Laura Escalada de Piazzolla, Enrique Espina Rawson, Natalio Etchegaray, Horacio Ferrer, Roberto Galán, Gerardo Gandini, José Gobello, Héctor Larrea, Raúl Lavié, Acho Manzi, Mayoral y Elsa María, Ben Molar, Héctor Negro, Nelly Omar, Osvaldo Piro, Beba Pugliese, Sergio Pujol, Ricardo y Nicole, Susana Rinaldi, Horacio Salas, Horacio Salgán, Víctor Sassón, Silvio Soldán, Atilio Stampone y Felipe Yofre, quienes nos transmitieron su experiencia y sus conocimientos y pusieron a nuestra disposición sus archivos fotográficos. A Virgilio Expósito y Héctor Stamponi nuestro sentido homenaje. A Guillermo Alio, Carlos Alonso, Jorge Alvaro, Eduardo Audivert, Adalberto Z. Barbosa, Jacques Bedel, Ernesto Bertani, Ary Brizzi, Irma Canaro, Carlos Cañás, Francisco “Cacho” Carcavallo, Juan Cardozo, Alicia Carletti, Enrique Castro, Víctor Chab, Miguel Dávila, Alberto Delmonte, Juan Doffo, Hernán Dompé, Eduardo Faradje, Juan Carlos Ferraro, Claudio Gallina, Jorge Gamarra, Nicolás García Uriburu, Domingo Gatto, Rosemary Gerdes, Carlos Gorriarena, Daniel Kaplan, Juan Lascano, Juan Carlos Liberti, Ezequiel Linares, Roger Mantegani, Eduardo Mac Entyre, José Marchi, Enrique Meyer Arana, Ana María Moncalvo, Jorge Muscia, Coca Ocampo, Perez Celis, Leopoldo Presas, Antonio Pujía, Rodolfo Ramos, Josefina Robirosa, Norberto Russo, Hermenegildo Sábat, Enrique Luis Savio, Carlos Scaglione, Aldo Severi, Francisco Travieso, Inés Vega, Néstor Villar Errecart y Leo Vinci. A Ricardo Carpani que siempre estará con nosotros. A Asher Benatar, Raúl Ontiveros y José Ignacio Torres. A María Torres y a toda la gente de Zurbarán. Muchas gracias.

Jorge Alvaro

Ignacio Gutiérrez Zaldívar


INDICE

Temas del CD que acompaña esta edición Prólogo por Ignacio Gutiérrez Zaldívar

9 12 y 13

I

Nacimiento

17

II

Carlos Gardel

55

III

Orquestas

79

IV

Pichuco

97

V

Poetas

107

VI

Cantantes

141

VII

Astor

159

VIII

Bailarines

173

Agradecimientos

189

Armando Donnini Tango en el conventillo


Esta obra se terminó de imprimir el 8 de diciembre de 1997 Festividad de la Inmaculada Concepción de María



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