Los pasos de Fray Vicente por el antiguo Reino de Valencia Como bien conocemos el Pare Vicent Ferrer anduvo incansablemente caminando para predicar por todos los pueblos por los que pasaba. En 1411 inició una andadura por el antiguo Reino de Valencia en su marcha hacia tierras castellanas, concretamente a Murcia, que por aquel entonces pertenecía a Castilla. Según los cronistas, predicó en Teulada donde vivía su hermana Constanza, a la que tenía un gran afecto y pronunció un sermón desde la ventana de la casa, también lo hizo a la salida del pueblo, donde como recuerdo de esta predicación existe una ermita dedicada al santo. También en este mismo pueblo, según la tradición, hizo brotar agua de unas piedras en un paraje completamente seco, a petición de su hermana Constanza y se construyó como recuerdo una ermita que todavía existe llamada, la Font santa. Siguiendo su itinerario, pasó por Xixona, pueblo donde nació su madre y en el que hay un retablo de azulejos que lo acredita. Continuó viaje e hizo un alto en el camino en El Raspeig, congregando a muchas personas para escuchar el sermón que pronunció en una ermita que había dedicada a S. Ponce. Uno de los presentes le pidió agua para los campos, a lo que el santo contestó “aquest poble es sequet pero sanet”, palabras que figuran en su escudo municipal y a partir de entonces se adoptó el nombre por el que se le conoce de Sant. Vicent del Raspeig. El Concejo de Orihuela era el guardián de la frontera meridional valenciana, enfrentándose constantemente con las incursiones de los musulmanes de Granada; conscientes del problema, sus autoridades se dirigieron al Padre Vicente, hombre con fama de grandes dotes de pacificador, en la que se exponía que su tierra era muy viciosa y abundante de malicias, lo que indicaba que el final de los tiempos se encontraba cercano, deseando las gentes acogerse a la verdad de la fe católica y desterrar los vicios; esta carta se la entregó en mano el caballero Jaume Terrés. El dominico contestó haciéndoles gracia y merced de predicar, según los términos de la época, tras visitar otras tierras. Llegó a la entonces villa de Oriola, tal como se había comprometido con el Concejo, predicando en el lugar donde se erigía la ermita de la Virgen de Monserrate. Su costumbre era entrar montado en un asno y seguido de una gran cantidad de personas, fieles flagelantes, personal de servicio 22