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El delicado equilibrio entre la
Por / By: Rosío Vargas
El delicado equilibrio entre la competitividad y la seguridad energética
El debate a partir de la “Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se Reforman y Adicionan Diversas Disposiciones de la Ley de la Industria Eléctrica” con carácter de preferente con fecha 29 de enero del 2021, presentada por Andrés Manuel López Obrador, ha suscitado todo un intenso debate.
La discusión en torno a la iniciativa ha evidenciado posiciones opuestas entre los actores con diferentes intereses y participación en el mercado eléctrico. Más allá de cualquier dicotomía polarizante, se trata en realidad de la confrontación de dos paradigmas o visiones respecto al manejo, operación y propiedad de la industria eléctrica nacional.
Los paradigmas se corresponden con una lógica economicista por parte de las corporaciones eléctricas trasnacionales y nacionales, y con otra que privilegia el enfoque ingenieril de los expertos en la industria eléctrica. Este último sector lo representa principalmente la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Secretaría de Energía (Sener).
A fin de entender la situación actual de la CFE es importante tener como antecedente el legado de la Reforma Energética (RE) del 2012. Algunos de sus aspectos más importantes fueron recientemente puntos de partida en la opinión que emitió la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), el 12 de febrero del 2021, sobre la iniciativa del ejecutivo para la industria eléctrica.
Este marco jurídico ha dado como resultado un franco debilitamiento de la CFE a partir de su desmantelamiento vertical y horizontal bajo los términos de la “estricta separación legal” a lo largo de la cadena de producción. Ha sido resultado de un “acceso no indebidamente discriminatorio a terceros” a la red de transmisión y distribución de la CFE, y de un despacho que privilegia los menores costos variables en lugar
Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de E&C.
Por / By: Rosío Vargas
The delicate balance between competitiveness and energy security
The debate based on the “Initiative with a Draft Decree by which Various Provisions of the Electricity Industry Law are Reformed and Added” with preferential character dated January 29, 2021, presented by the current president of Mexico, Andrés Manuel López Obrador, has sparked an intense debate.
The initiative’s discussion has shown opposing positions among actors with different interests and participation in the electricity market. Beyond any polarizing dichotomy, it is the confrontation of two paradigms or visions regarding the management, operation, and ownership of the national electricity industry.
The paradigms correspond to an economic logic on the part of transnational and national electricity corporations and another that favors the engineering approach of experts in the electricity industry. The latter sector is mainly represented by the Federal Electricity Commission (CFE) and the Ministry of Energy (Sener).
In order to understand the current situation of the CFE, it is crucial to have as a background the legacy of the Energy Reform (RE) of 2012. Some of its most important aspects were recently included in the opinion of the Federal Economic Competition Commission (Cofece), on February 12, 2021, regarding the executive’s initiative for the electricity industry.
This legal framework has resulted in a frank weakening of the CFE from its vertical and horizontal dismantling under the terms of “strict legal separation” along the production chain. It has resulted from a “not unduly discriminatory access to third parties” to the CFE’s transmission and distribution network, and from a dispatch that privileges the lowest variable costs instead of considering the total costs of each energy source and that has the objective of competitive prices that are not defined by the Cofece, besides an alleged “neutral” role for Cenace and the CRE.
Furthermore, some qualifiers reveal biases related to the CFE and improperly favor it by modifying the network’s dispatch with the initiative. It is about the confrontation of a market design against an operator’s vision in the electricity industry that tries to privilege physical delivery and not financial speculation, disguised as “competition.”
Among other differences, Cofece considers hydroelectric plants as “intermittent” (peak load), but ignores the real problem that arises from not having turbines in Mexico, a point of view that ends up favoring wind and solar plants by guaranteeing them “open and preferential
Por / By: Rosío Vargas
de considerar los costos totales de cada forma de energía y que tiene el objetivo de precios competitivos que no define la Cofece, además de un pretendido papel “neutral” para el Cenace y la CRE.
A lo anterior se suman calificativos que dejan ver sesgos relacionados con la CFE, a quien se intentaría favorecer “indebidamente” de modificar el despacho a la red con la iniciativa. En el fondo se trata de la confrontación de un diseño de mercado frente a la visión de un operador de la industria eléctrica que intenta privilegiar la entrega física y no la especulación financiera, disfrazada de “competencia”.
Entre otras diferencias, la Cofece considera a las hidroeléctricas como “intermitentes” (peak load), pero soslaya el problema real que surge al no turbinarlas en México, punto de vista que termina favoreciendo a las plantas eólicas y solares al garantizarles el “acceso abierto y preferente a la red”. Con ello desestima el problema de confiabilidad de la red alineándose con la reciente resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sin resolver el problema de riesgo actual y futuro del Sistema Eléctrico Nacional.
La Cofece entiende el papel del Estado como garante del buen funcionamiento de la red para las empresas privadas. Por ello le exige establecer las condiciones que permitan la competencia a los inversionistas privados en la generación y el transporte, un papel en donde todo lo que no se traduzca en ventaja para estos últimos es considerado como una barrera regulatoria.
Las críticas de la Cofece a la iniciativa que ahora no obliga a la CFE a participar en las subastas, es motivo de rechazo en la medida en que, desde su punto de vista, se pretende soslayar los mecanismos competitivos. De igual forma, se opone a la posibilidad de que la energía limpia manejada por la CFE pueda acceder al privilegio del otorgamiento de CEL´s.
La Cofece, al desestimar la propuesta de la iniciativa para un manejo ordenado en el otorgamiento de permisos por parte de la CRE, menosprecia la necesidad de una planeación estratégica para el sistema eléctrico. Pero tampoco quiere ver que en una industria eléctrica no necesariamente es mejor que la oferta sea mucho mayor que la demanda, ya que no es Adam Smith sino Kirchhoff quien estableció las leyes sobre las que se basa la electricidad. De nuevo, lo único que le interesa es mantener la “certidumbre jurídica de las inversiones”.
Conclusión: al desechar la política de confiabilidad de la CFE y la Sener, la Cofece coloca al mercado y a sus inversionistas por encima de la seguridad nacional. Dada la magnitud de los problemas de la industria eléctrica y los riesgos que esto implica, este orden de prioridades debe modificarse. access to the grid.” Doing so dismisses the network’s problem of reliability in line with the National Supreme Court of Justice’s recent resolution, without solving the current and future risk problem of the National Electric System.
Cofece understands the State’s role as a guarantor of the network’s proper functioning for private companies. Therefore, Cofece requires it to establish the conditions that allow private investors to compete in generation and transportation, a role in which anything that does not result in an advantage for private investors is considered a regulatory barrier.
Cofece’s criticism of the initiative that currently does not oblige the CFE to participate in auctions is a reason for rejection. From its point of view, it is intended to avoid competitive mechanisms. Likewise, it opposes the possibility that clean energy managed by the CFE can access the privilege of granting CEL’s.
The Cofece underestimates the need for strategic planning for the electricity system by rejecting the initiative’s proposal for orderly management to grant permits by the CRE. But it also does not want to see that in the electricity industry, it is not necessarily preferable for supply to be much greater than demand since it is not Adam Smith but Kirchhoff who established the laws on which electricity is based. Again, the only thing it is interested in is maintaining “legal certainty for investments.”
Conclusion: by dismissing the CFE and Sener reliability policy, Cofece places the market and its investors above national security. Given the magnitude of the electricity industry’s problems and the risks that this implies, this order of priorities must be modified.
Rosío Vargas es doctora en Ingeniería Energética. También es consejera independiente de la Comisión Federal de Electricidad e investigadora en el CISAN/UNAM. Rosío Vargas has a Ph.D. in Energy Engineering. She is also an independent advisor to the Federal Electricity Commission and a researcher at CISAN/UNAM.