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Esterilización en la mujer

Esterilización en la mujer

Mireily Rivera Rosado-MD Ginecóloga

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La esterilización femenina, también conocida como ligadura de trompas u operación para no tener hijos, es un procedimiento quirúrgico seguro y efectivo que evita embarazos de manera permanente. Cuando las trompas de Falopio están bloqueadas o se remueven, el esperma no puede alcanzar al óvulo y el embarazo no puede ocurrir. La esterilización es uno de los métodos más efectivos y populares entre los matrimonios.

La esterilización se realiza cuando una mujer desea una forma efectiva e irreversible para control de natalidad. En mujeres jóvenes que han completado su maternidad y desean esterilizarse, muchas veces su ginecólogo rehúsa hacerlo por su edad. Es importante mantener siempre el respeto a los deseos y derechos de nuestras pacientes. Muchas pacientes que se esterilizan jóvenes se arrepienten y buscan alternativas para poder volver a quedar embarazadas. Estas alternativas son muy costosas y no están cubiertas por los planes médicos, haciendo cuesta arriba revertir el proceso de esterilización, que a su vez no siempre resulta ser exitoso. Personalmente, cuando una de mis pacientes jóvenes, menores de 30 años pide una esterilización, las oriento de los métodos anticonceptivos de larga duración (LARC “Long-Acting Reversible Contraception” por sus siglas en inglés). Estos son el implante y los dispositivos intrauterinos que son igual de efectivos que la esterilización. De esta manera evitan quedar embarazadas y si al llegar a los 30 años están seguras de que no desean más hijos, se procede con la esterilización. Por ejemplo, en Estados Unidos, las mujeres que se esterilizan entre los 18-24 años buscan información sobre revertir su esterilización hasta cuatro veces más que las mujeres de 30 años o más. En el caso que la paciente esté segura y no desee un LARC, se debe esterilizar y respetar su autonomía reproductiva.

En Puerto Rico, la Ley 27 de 1992 dispone que menores de edad no emancipados y/o mujeres mentalmente incapacitadas requieren el consentimiento de sus padres o tutor legal para esterilizarse.

La decisión sobre esterilizarse no debe tomarse durante la labor de parto o durante alguna complicación en el proceso (como ruptura del útero) que aumente la preocupación de que si queda embarazada nuevamente puede ser riesgoso. Por otro lado, si la decisión de esterilizarse fue dialogada y consentida durante el cuidado prenatal (como debería hacerse, con tiempo y consentimiento informado) y ocurre una complicación con el bebé en el parto o cesárea que pone a riesgo su vida, se debe evitar una esterilización y se debe recomendar un LARC.

Aunque se nos hace difícil en algunos casos, es totalmente ético esterilizar a una mujer joven y/o sin hijos si así ella lo desea. ¿Quién no debe esterilizarse? En general no existe una condición médica que restrinja a una mujer a ser elegible para someterse a una esterilización, excepto que sea alérgica a los materiales a utilizarse, como las suturas. En el caso de esterilizaciones post parto, suelen cancelarse por pacientes con baja hemoglobina debido al sangrado durante el parto o pacientes con obesidad severa porque se percibe como una operación difícil técnicamente, que conlleva más tiempo bajo anestesia y por ende más complicaciones.

En pacientes que así lo deseen, el mejor momento para esterilizarse es el periodo post parto ya que la cirugía es más accesible. Casi la mitad de las esterilizaciones se realizan en este periodo. Sin duda el respeto a la autonomía reproductiva y el consentimiento informado debe ser la norma en las decisiones sobre natalidad.

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