Engawa interior exterior en el espacio japonés

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Profundización Académica del Viaje de Arquitectura. Proyecto Académico “Plexo – Una travesía multisensorial”

Entregado: 1/07/16

ENGAWA INTERIOR – EXTERIOR EN EL ESPACIO JAPONÉS

Lucía Sanguiñedo De Bellis Profundización Académica del Viaje de Arquitectura.Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo.Montevideo, Uruguay. lucia.sd23@gmail.com

Abstract Lo tradicional y la sensiblidad por la naturaleza son algunos de los rasgos característicos que definen y distinguen a la cultura y sociedad japonesa. El presente trabajo toma como punto de partida lo anterior abordándolo desde la relación que existe en su arquitectura entre los dos mundos: espacio y naturaleza, interior y exterior. Se propone el relato de cuatro ejemplos de arquitectura de distintos tiempos bajo la mirada de la experiencia del recorrido y de la viviencia de su espacio intermedio, el engawa. Cómo éste se plantea, cómo se vive, cuáles son los conceptos tradicionales que se aún se mantienen y cuáles son sus posibles reinterpretaciones y usos en la arquitectura contemporánea. Keywords: Naturaleza; Arquitectura; Intermedio; Atmósferas; Límites

intermedios, las atmósferas, los límites, las visuales y materialidad que cada obra plantea.

1. Introducción El trabajo se plantea en el marco del curso de Profundización Académica del Viaje de Arquitectura y la temática fue elegida por el interés personal en la cultura japonesa, especialmente en su relación con la naturaleza y el paisaje. Se propone un acercamiento a este tema a través del abordaje de una característica particular de la arquitectura japonesa; la relación interior - exterior en su espacio, conocido como engawa, el espacio intermedio.

2. Objetivo general y objetivos particulares El objetivo del trabajo es analizar el espacio de experiencia de conexión entre interior y exterior que plantea la arquitectura japonesa.

3. Metodología

Siendo esto último el eje central, el trabajo consta de dos partes. Por un lado en una primera parte, se plantea un marco teórico sobre el tema, donde se plantean las principales características de la sociedad japonesa que hacen de su vínculo con la naturaleza, los orígenes de esta relación, algunos de los conceptos principales tradicionales y las características del habitar japonés. En una segunda instancia, se desarrolla el relato personal de la experiencia del recorrido en cuatro ejemplos de arquitectura de distintas épocas visitados durante el viaje. Estos ejemplos son: Templo Ryōjan-ji, Casa de Té en Jardín Kenroku-en, Templo del Agua y Museo del Siglo XXI de Arte Contemporáneo de Kanasawa.

La experiencia y relación con la naturaleza también se ve reflejada de distintas formas durante el tiempo en su arquitectura, la que le va a dar soporte para generar este ambiente de conexión. El trabajo toma cuatro ejemplos distintos tanto a nivel prográmatico, cronólogico y escala para relatar esta experiencia de conexión entre las dos partes.

Es importante señalar que en el trabajo se plantea una visión personal, por lo tanto es también parcial y subjetiva, dentro de un contexto particular como lo es el Viaje de Arquitectura. Algunos de los ejemplos fueron elegidos previo al viaje, mientras que otros surgieron estando allí. El relato de cada uno de ellos se basa en la mirada y la experiencia personal de sus recorridos, la implantación, el entorno inmediato, los espacios

- ¿Cómo es la relación entre el mundo interior y exterior?

Con la hipótesis de que esta relación entre hombre y naturaleza es algo que trasciende generaciones y caracteriza su arquitectura, se plantean las siguientes preguntas, puntos a analizar sobre el espacio intermedio, el espacio soporte de esta relación.

- ¿Cuáles son los conceptos qué definen los espacios? - La influencia del Budismo Zen y la influencia de lo tradicional en los ejemplos de arquitectura contemporánea.

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- Posible reinterpretación de estos conceptos y de los espacios tradicionales en la arquitectura contemporánea. - Determinar las distintas configuraciones del engawa en los distintos ejemplos. ¿Cuáles han sido sus expresiones y manifestaciones en el tiempo?

En una escala intermedia, en los barrios residenciales de Kamakura y Osaka, si bien el espacio es acotado y la construcción lo aprovecha al máximo, en todas las viviendas está presente el pequeño jardín, ese espacio necesario que por más pequeño que sea está destinado para el verde, incluso en algunas ocasiones, saliendo de sus límites y apropiándose de la calle.

- Los usos de este espacio para lo que fueron hechos y lo que son hoy.

4. Desarrollo 4.1. Naturaleza y sociedad La naturaleza en todos lados Durante la estadía en Japón, la naturaleza estuvo presente de distintas maneras. Ese espíritu y relación única de los japoneses con ella, se ve y se vive en cualquier lugar. Por un lado, a gran escala, los grandes parques imperiales conviven con la ciudad contemporánea y son los principales espacios públicos en una ciudad. Por ejemplo el Parque Imperial, el Parque Ueno en Tokio, el Jardín Kenroku-en en Kanasawa.

Figura 1: Jardines Imperiales como principales espacios publicos. Izquierda: Parque Ueno en Tokio. Derecha: Jardín Kenroku-en en Kanasawa. Fotos del autor

Figura 2: Jardines Imperiales como principales espacios publicos. Palacio Imperial en Tokio. Fotos del autor.

Esta combinación tradicional - contemporáneo se puede ver también en edificios como en el complejo Gran Front Osaka o Umeda Sky Building.

Figura 3: Jardines tradicionales como espacio público de edificios contemporáneos. Izquierda: Umeda Sky Builing. Derecha: Grand Front Osaka.

Figura 4: Barrios Residenciales. Arriba: Kamakura. Abajo: Osaka. Foto del autor.

En este día a día en Japón, encontré otros pequeños gestos que van hacia la misma idea, siguen haciendo referencia a la naturaleza. Por ejemplo, en Osaka, las tapas de alcantarilla tienen dibujos con temas que combinan lo tradicional y la naturaleza. También existen otros detalles, quizás no tan notorios visualmente como los anteriores pero si igual de contundentes y que van hacia la misma idea, como por ejemplo, en los andenes de las estaciones de metro o tren. Aquí, mientras uno espera, el canto de los pájaros se escucha desde los parlantes mezclándose con los ruidos característicos de una ciudad y una estación cualquiera de hoy en día. Esto acompaña ese momento tan cotidiano en un lugar artificial y encerrado, haciendo que la experiencia rutinaria sea más amena y de alguna forma nos telestransporte a ese mundo exterior y natural.

Figura 5: Pequeños detalles en el centro de Tokio y Osaka. Fotos del autor.

Los orígenes Esta particular relación, el respeto y la búsqueda de armonía con la naturaleza y el entorno acompaña a los japoneses desde sus orígenes. Esto tiene múltiples bases. En primer lugar, haciendo una aproximación al territorio, Japón geográficamente es muy particular. Además de su condición de ser un archipiélago extenso, formado por varias islas, tiene un clima cambiante y algunas veces adverso, sufriendo grandes catástrofes como inundaciones y terremotos. Aún así, estos fenómenos son considerados como parte del ciclo natural de las cosas. De la vida a la muerte y a la vida, nada puede oponerse a su fuerza de destrucción. Todo forma parte de un proceso constante de transformación.

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El paso de las estaciones también asociado al tiempo vital y a la duración de las cosas, se valora y celebra, como por ejemplo, el comienzo de la primavera con la floración del cerezo. El Sakura, es un árbol que está presente en las calles, parques y jardines de las ciudades o pueblos japoneses. Es un evento tradicional que hasta hoy en día es un hito en la vida del japonés, siendo el espectáculo conocido como Hanami, el más celebrado socialmente en Japón. Es un acontecimiento único por ser la máxima expresión de belleza natural. Un concepto que está arraigado desde sus orígenes, es el de impermanencia; es decir aceptar el paso del tiempo, el ciclo natural de las cosas y que la belleza está en lo efímero. Otro de los vínculos con la naturaleza es la fuerte actividad agrícola de este país. Más allá de ser una actividad tradicional, hasta hoy en día forma parte del paisaje japonés, algo que se observa en los largos tramos recorridos en el Shinkansen, donde se alternan grandes ciudades con áreas rurales donde está presente esta actividad. Tetsuro Watsuji en la introducción a “Antropología del paisaje. Climas, Culturas y Religiones”, trata sobre la influencia del clima y del paisaje en la identidad cultural considerando que son elementos estructurales de la existencia humana. El clima es un factor determinante aunque no es el único de una cultura, pero que lo lleva a decir que paisaje y cultura son inseparables. La infuencia de la religión es también clave en este vínculo. Por un lado, el Sintoísmo, el Shinto, la religión nativa de Japón, se basa en la adoración de los espíritus, los dioses de la naturaleza llamados kami. La presencia de ellos está en todos los aspectos de la vida y los japoneses como hijos de los kami tienen ante todo una naturaleza divina, por lo que se trata de vivir en armonía con ellos, buscando la protección y aprobación. Luego, más tarde, en el siglo VI, el Budismo y el Confucionismo llegan desde China y Corea. El gobierno de Yamato recibió y protegió el Budismo como nueva religión, lo que favoreció su rápida expansión. La doctrina Zen se introdujo en el período Kamakura (11921333), la cual incorporó entre otras cosas la técnica de la meditación, contemplación y un conjunto de conceptos estéticos que más adelante se desarrollarán, como wabi-sabi, mono no aware, shinuata, yami y ma. El Budismo Zen a través de las distintas escuelas trajo consigo la construcción de templos y jardines, muchos de ellos se encuentran abiertos hoy, algunos convertidos más en lugares turísticos que en templos en sí, siendo uno de ellos un ejemplo de este trabajo. Si bien el Budismo hoy es la religión mayoritaria en Japón, convive perfectamente con el Sintoísmo. Por ejemplo, los dioses Sintoístas son quienes protegen los templos Budistas y en cuanto a las cermonias en la vida del japonés, los nacimientos, la infancia y el matrimonio son Sintoístas mientras que para la muerte las ceremonias son Budistas. Donde también se puede ver esta relación es en la literatura japonesa. El haiku esun tipo de poesía que se basa en la descripción sensible de los fenómenos naturales, de la emoción y asombro. Un haiku debe contener una referencia directa o indirecta a la estación del año.

“En primavera, flores de cerezo; en verano, el cuclillo. En otoño, la luna, y en invierno, la nieve fría y transparente. Luna de invierno, que vienes de las nubes a hacerme compañía: el viento es penetrante, la nieve, fría”. [1] Si existe una imagen, un lugar que sea característico de Japón es el jardín. Como fue mencionado anteriormente, el jardín forma parte en distintos ámbitos de la vida diaria y existen en todo Japón jardines de distintos origenes, tipos, escalas y usos. Los jardines son los lugares de encuentro con la naturaleza a través del paisaje, como una forma entre o puente entre el hombre y la naturaleza. Es un espacio con vida, un espacio del sentimiento con un paisaje que debe ser contemplado. La arquitectura también forma parte de este escenario de conexión. El espacio japonés y los conceptos clave El habitar está asociado a las relaciones entre el hombre y el espacio; por lo que es inevitable no asociarlo a la cultura de cada lugar. En Japón el habitar está junto con la idea de la conciencia del lugar y con la experiencia y percepción del espacio. Es en ese ambiente donde entran muchos aspectos que hacen de esta experiencia: la naturaleza, el espacio inmediato, la luz, las sombras, el diálogo interior-exterior, el espacio-tiempo, la materialidad. La forma en que ven el interior - exterior, también es parte de su habitar. Por un lado, Hombre y naturaleza, conviven. No se conciben como cosas por separado si no que son complementarios. Esto es una visión que difiere de la mirada de Occidente, donde el hombre está por encima de la naturaleza. Por otro lado, el espacio japonés se genera con la naturaleza. En la arquitectura japonesa no existe diferencia entre ellas. Por lo tanto, la arquitectura respeta a la naturaleza, no se implanta sobre ella, sino junto con ella. Por ejemplo, cuando se construía una vivienda tradicional, además del cuidado por el entorno y las distintas visuales que se podían tener, eran factores importantes al momento de determinar su implantación. La belleza para el japonés se encuentra en lo común, en lo simple, en lo imperfecto e irregular, en lo cotidiano, en natural y en lo efímero. Estas ideas hacen referencia a los conceptos ya explicados como la impermanencia, en donde todo está en transformación.

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También intervienen elementos clave.

otros

conceptos

estéticos

y

Mono no aware Conocido también como aware, es un término que se utiliza para referirse a un tipo de emoción o sentimiento que surge al conmoverse por la naturaleza. Wabi - Sabi Es una palabra que refiere a un conjunto de emociones. Puede usarse con las dos palabras juntas o separadas. Ambos términos se complementan entre sí y tienen sus raíces en el Budismo Zen. Wabi-Sabi se expresa en las cosas no convencionales, en lo efímero; en la búsqueda de la belleza através de la sencillez, lo natural, imperfecto e incompleto, lo modesto y humilde. La palabra wabi, aparece en un principio asociada a la soledad y desdicha, aunque luego pasar a ser usada en un aspecto más positivo, porque significa el desprendimiento del mundo natural para alcanzar el ideal zen en el camino de la iluminación y conocer la verdad, la belleza. El sabi, es la impermanencia. Nada puede alterar la mutabilidad de las cosas porque nada puede permanecer. Ese espectáculo de asistir al nacimiento y muerte es doloroso aunque también asociado a una experiencia de belleza que conmueve.

ii) Ma, los dos símbolos juntos, dando la idea de la naturaleza contenida dentro de, o entrando a través de.

En China este concepto incorpora el espacio y la experiencia humana mientras que en Japón, a esto se le adiciona el tiempo. Espacio - tiempo son conceptos que van juntos, por eso es experiencia y además atmósfera. En la arquitectura, los espacios interiores se conectan con el exterior para generar una unidad, un espacio único. Ma, da importancia al espacio entre espacios o al espacio contenido dentro de, donde intervienen el tiempo, la luz, la sombra, la naturaleza, las visuales. Es un espacio de intervalo, una pausa entre dos fenómenos, entre diferentes eventos. Entonces, un ejemplo de ma es el engawa. Se le denomina engawa a la galería de madera techada que rodea a la vivienda tradicional japonesa. Es un espacio que no es ni del todo interior ni exterior, si no que dialoga con los ambos y en cierta manera gradúa su relación, permitiendo generar esa unidad entre edificiohombre-naturaleza. Entonces, lo que hace es que no exista una frontera clara entre esos dos mundos, si no que sea un límite espacial.

Shuniata

En él no solo interviene el espacio plataforma o “balconeo” que permite su recorrido, si no que también juega un rol importante la luz, la penumbra y las visuales. Los shoji, utilizados en la arquitectura tradicional, son elementos puerta-ventana corredizos de papel blanco, colocados del lado interior del edificio, comunicando al mismo con el engawa, permitiendo la transparencia, controlando la luz y las visuales hacia el exterior.

Es el vacío para la filosofía zen. Lo carente de realidad, lo inhabitado.

En el libro “El elogio de la sombra”, Tanisaki expone una idea sobre lo anterior:

Yami

“En realidad la belleza de una habitación japonesa, producida únicamente por un juego sobre el grado de opacidadad de la sombra, no necesita ningún accesorio.(...) Pero nosotros, no contentos con ello, proyectamos un amplio alero en el exterior de esas estancias donde los rayos de sol entran ya con mucha dificultad, construímos una galería cubierta para alejar mas aún la luz solar. Y, por último, en el interior de la habitación, los shoji, no dejan mas que entrar un reflejo tamizado de la luz que proyecta el jardín.” [2]

Wabi-Sabi es entonces la visión del mundo donde la belleza está en lo incompleto e impermamente.

En la estética japonesa, uno de sus principios es yami, concepto que hace referencia a la oscuridad. La belleza también depende de las variaciones de las sombras. Ma Por último, este concepto que también forma parte de la estética japonesa, involucra la experiencia y lo atmosférico. Analizando etimológicamente encuentra lo siguiente.

la

palabra

Ma,

se

Si bien engawa es un concepto que tiene origen en lo tradicional, particularmente en la vivienda y con una configuración específica, es un término que en este trabajo se plantea para hacer referencia en los ejemplos a su espacio Ma; a lo intermedio, a sus límites y a la relación exterior e interior. 4.2 Los relatos

Figura 6: Análisis etimológico de Ma. Extraído de “Ma-The sense of place”. Günter Nitschke.

i) Símbolo que hace referencia a las dos hojas de una puerta, una entrada. ii) Símbolo del sol y la luna.

Los cuatro casos que se desarrollarán a continuación, dos que corresponden a lo tradicional y los otros dos a lo contemporáneo. Algunos surgieron previo al viaje y otros estando allí. Fueron seleccionados por distintos motivos, para así en el conjunto tener ejemplos variados por su espacio engawa, por fecha y época a la que pertenecen, por el programa y por su escala.

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El relato de cada uno de ellos estará acompañado por fotografías tomadas en el viaje, siendo algunas de ellas intervenidas para este trabajo con el fin de resaltar aquellas sensaciones y atmósferas predominantes que resultaron del recorrido de sus espacios. A modo de introducción previa a los relatos, a continuación se presentan datos generales y algunas de sus caracteristicas principales.

Los tradicionales El Templo Ryōjan-ji está ubicado en la parte alta de la ciudad de Kioto, una zona de la ciudad donde se encuentran distintos templos y jardines Budistas. Originalmente era una residencia aristocrática. En 1450 fue adquirido por Hosokawa Kutsumoto, quien lo transformó en un templo-escuela Zen. Pertenece a la escuela Myoshinji de la secta Rinzai. En 1499 fue reconstruido luego de verse seriamente afectado durante la Guerra Onin. Junto a su jardín zen, conocido como el Jardín de las 15 rocas, es uno de los íconos de arquitectura japonesa a nivel local e internacional. El jardín fue declarado en 1994 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este lugar es uno de los templos más visitados de Kioto. Los jardines japoneses se pueden clasificar en dos grandes tipos: los que tienen colinas y lagos llamados Tsukiyama y los jardines planos Hiraniwa, donde no hay ninguno de los elementos anteriores. Los dos estilos de jardín se desarrollaron simultáneamente pero con el Budismo Zen, los jardines planos, conocidos tambien como los jardines Karesansui, progresaron rápidamente. Los elementos decorativos de este tipo de jardín son piedras, árboles, linternas. En ellos se procura reproducir escenas del mar de un lago o de un estanque. El jardín seco del Templo Ryōjan-ji, está compuesto por pocos elementos decorativos: son quince rocas de varios tamaños agrupadas en un espacio rectangular cubierto de arena blanca. Esto está vinculado a la ideología del Zen, con la meditación y la contemplación, donde se prescinden de los elementos no esenciales hasta llegar a revelar el espíritu de la naturaleza. El segundo ejemplo correspondiente a lo tradicional es la Casa de Té del Jardín Kenroku-en, ubicado en la ciudad de Kanasawa. Esta obra fue uno de los descubrimientos del viaje. Originalmente el jardín pertenecía al Castillo de Kanasawa hasta que en 1871 fue convertido en un jardin abierto al público. Pertenece al tipo de jardín de paseo, colinas, estanques y variados recorridos. El nombre Kenroku-en significa “Jardín de las seis cosas sublimes” en referencia a la teoría china para diseñar el jardín perfecto: espacio, aislamiento, artificialidad, antigüedad, agua abundante y amplias vistas.

que la verdadera belleza está en la naturalidad y sencillez de las cosas. Este acontencimiento tuvo influencia en varias manifestaciones artisicas, llegando a la arquitectura con la construcción de las casas de té.

Los contemporáneos Ambos ejemplos son obras icónicas de los arquitectos japoneses más reconocidos de los últimos tiempos: Tadao Ando y SANAA (Seijima+Nishisawa). Por un lado, el Templo Hompuku-ji, más conocido como el Templo del Agua, es obra de Tadao Ando realizada en 1991 para la secta Budista Ninnaji Shingon. El templo tiene ciertas características particulares que lo diferencian del resto, por lo que resulta interesante plantearlo en este trabajo. Una de sus singularidades es por ejemplo, el entorno donde se encuentra. El paisaje predomintante es natural, con un entorno de colinas, montes y viviendas unifamiliares dispersas de baja escala. Otra de sus particularidades es que es una propuesta contemporánea de un templo budista. Es una nueva configuración del espacio, de sus accesos, de sus recorridos y además tiene un diálogo particular con el entorno. Si se lo compara con otros ejemplos de arquitectura local, este edificio es introvertido ya que para acceder hay que descender un nivel y los muros ciegos de hormigón son protagonistas. El espacio intermedio por lo tanto se plantea de forma distinta, no convencional, donde la relación hombre-exterior se da en otro plano. Por último, la cuarta obra elegida para este trabajo es el Museo del Siglo XXI de Arte Contemporáneo de Kanasawa, una de los primeros proyectos de SANAA, finalizada en el 2004. Esta obra también es un ejemplo icónico en cuanto a su configuración, organización en planta y relación con el entorno. Desde un comienzo el proyecto se concibe como un nuevo parque, en donde el museo se plantea de una forma abierta al entorno y al público. El paisaje interiorexterior y el espacio de circulación son fundamentales y protagónicos en este proyecto. La planta definitiva del museo tiene una fragmentación de todos los espacios. Es en una búsqueda de experiencias individuales, multiples sensaciones y libre movimiento que su organización se basó en el flujo de la gente que se movería en ese espacio. También son claves en este proyecto la resolución de sus límites con el exterior, la configuración y las atmósferas de los sus distintos espacios intermedios, planteando otros nuevos además del tradicional hacia el exterior. Los espacios intermedios se generan entre sala - sala, entre sala-patio y sala - parque.

La ceremonia del té y todo lo que conlleva como ritual también es una de las características fundamentales de esta sociedad. Esta ceremonia se desarrolló bajo la influencia de la secta Budista Zen y su última finalidad era purificar la propia conciencia mediante la identificación con la naturaleza. Nuevamente la idea de Profundización Académica del Viaje de Arquitectura – Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo UNIVERSIDAD DE LA REPÚBLICA


4.2.1. Templo Ryōan-ji - Jardín de las 15 rocas El acceso y recorridos del espacio exterior previo El camino hasta llegar al edificio principal y al Jardín de las 15 rocas resultó extenso, no por las distancias si no por los distintos espacios y detalles que van configurando este acceso. Un estanque predominante con uno del los íconos del Budismo Zen, las flores de loto, pequeños templos abiertos, una gran masa de árboles verdes, espacios de descanso intercalándose como pausas de encuentro y contemplación con la naturaleza.

Luego de atravesar este espacio interior, en una transición que no fue más que pasar de un lugar a otro, estaba en el engawa. Finalmente uno encuentra el Jardín de las 15 rocas. Resulta diferente a todo el recorrido exterior que había realizado. Este jardín es plano, de arena blanca con sus características rocas. El verde a diferencia del recorrido exterior, está solamente como telón de fondo de ese escenario. Esta es una técnica tradicional conocida como shakkei, que signfica paisaje prestado, en donde se incorporan elementos por fuera del jardín para darle mayor profundidad a la escena.

La atmósfera general en este espacio exterior previo es muy tranquila y sencilla, donde el verde, el silencio y la sombra de los árboles son predominantes.

A la típica imagen del jardín zen se le sumó la presencia de muchas personas, la mayoría de ellas turistas, observando y fotografiando de distantas maneras este jardín.

Figura 7: Camino al Templo. Verde y sombras predominan en el camino. Foto del autor.

Figura 9: Camino al Templo. Verde y sombras predominan en el camino. Foto del autor.

La configuración del engawa y la relación interiorexterior En este caso el engawa se resuelve bajo un amplio alero de madera en toda su estructura que recorre en forma perimetral todo el edificio. Es un espacio de sombra, cálido por los colores de la madera y sencillo, no solo porque es simple en cuanto a los recursos materiales, sino porque además está despojado de cualquier otro elemento. Esto se asocia a los conceptos estéticos del Budismo, como el despojo y la sencillez.

Figura 8: Acontecimientos y espacios de pausa en el recorrido. Fotos del autor.

El ingreso al edificio Sobre el final, una extensa escalera remata en un edificio que anticipa ser el templo, indicando su acceso principal. Una vez arriba en la entrada, retiro de calzado mediante, se ingresa al interior. El primer espacio es de doble altura y amplio, donde la madera es el material predominante, como en cualquier construcción tradicional japonesa. Naturalmente, el número de personas en este lugar va incrementando a medida que se va ingresando hacia el espacio del jardín seco.

La conexión entre interior y exterior es protagonista y se da de una forma fluída, gracias a la existencia de este espacio de transición. También colabora que el único límite entre el interior y el engawa, sea igual y flexible en todo el perímetro. Son paneles corredizos de madera de un mismo módulo, que permiten generar ese vínculo, uniendo las vistas del exterior con el interior y haciendo que el espacio jardin-engawa-interior sea solo uno. La resolución del interior es sencilla, sin ornamentos y la gama de colores con tonos similares. Nuevamente en él aparecen elementos tradicionales de la arquitectura japonesa: tatamis en el piso y paneles corredizos llamados fusuma. Los paneles además de ser el único límite con el exterior, permiten la división interior del espacio. Estos tienen dibujos de paisajes sobre ellos. Una vez más, la naturaleza presente en otros aspectos que hacen al espacio, relatando historias y generando una continuidad entre el paisaje pintado y el paisaje natural de fondo.

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este recorrido perimetral, llego a otro de sus laterales y el espacio vuelve a tener las mismas características. Si bien el espacio soporte del recorrido, el engawa, es el mismo y sin interrupciones ya que es continuo, las sensaciones son distintas en cada sector. Las proporciones del espacio y la relación inmediata con el entorno tienen diferencias. En esos sectores laterales no tan conocidos, la relación con la naturaleza es mucho más íntima porque es más cercana la distancia a la que se está de ella. El verde es continuo y no aparecen otros elementos en juego, salvo la luz del sol que va generando distintos tamices sobre el verde continuo.

Figura 10: Espacio exterior y paneles corredizos de madera como único límite. Foto del autor.

El ancho de la galería disminuye un poco con respecto a la primera, lo que en un primer momento hace pensar que este sector particular del engawa, es de recorrido más que un espacio de meditación. En cierta manera el movimiento que estaba haciendo con el resto de los visitantes también lo decía.

Figura 11: Espacio interior y espacio engawa. Fusumas con pinturas relativas a la naturaleza. Foto del autor. Figura 13: Recorrido engawa. Espacio posterior al jardín seco. Foto del autor.

Luego ya sobre el tercer lateral, nuevamente hay un entorno similiar pero con una relación distinta entre persona y naturaleza. El ancho de la galería vuelve a ser mayor y se genera a partir de ella una plaforma a un nivel inferior, pero igualmente protegida bajo el alero, permitiendo hacer una pausa y estar más cerca de la naturaleza.

Figura 12: El espacio interior y sus principales elementos: fusumas y tatamis Foto del autor.

El recorrido del engawa, sus atmósferas y usos Me propuse recorrer un par de veces esta galería techada para ver que hay más allá del primer espacio sobre el jardín zen al que uno se enfrenta al entrar. El recorrido comienza por uno de los laterales que tenía más proximo. El espacio exterior inmediato ya no es el mismo. El color predominante vuelve a ser el verde, la mayoría son árboles y arbustos, una imagen muy lejana al jardin seco que está a unos metros. Luego, siguiendo

Figura 14: Recorrido engawa. Espacio lateral al jardín seco. Foto del autor.

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Finalizado este recorrido, vuelvo a estar en el mismo espacio donde comenzó: el engawa protagonista sobre el jardín y más gente en este espacio. Es un sector que resulta más oscuro y amplio que los anteriores y en donde se generan a partir de este espacio intermedio un par de plataformas que descienden al jardín. En sus orígenes, particularmente este sector espacio engawa sobre el jardín era utlizado para la contemplación y mediatación. Si bien durante la visita encontré por algunos momentos con estas atmósferas, hoy en día al ser este lugar un punto turístico de los más importantes del país, las plataformas son el espacio foto del jardín.

4.2.2. Casa de Té – Jardín Kenroku-en El acceso y recorridos del espacio exterior previo Desde un comienzo al entrar por uno de los accesos principales, el jardín Kenroku-en parecía ser del tipo de jardín paseo típico japonés. Líneas curvas de caminería de piedra marcando múltiples recorridos, árboles, arbustos y flores de distintas especies y colores, puentes, piedras, grandes estanques. Toda esta sumatoria de elementos conforman el conjunto de una forma armónica. Uno de los caminos conduce a uno de los estanques del parque. Sobre él se encuentra una construcción que llama la atención. Tradicional y simple, de madera y techo a dos aguas, la construcción resultó ser una casa de té, perteneciente a un conjunto de otras que se encuentran allí durante el recorrido y uno de los puntos más visitados del jardín. La ceremonia del té es un acontecimiento característico de la sociedad japonesa y es una de las tantas cosas que instaló el Budismo Zen. Las casas de té son los lugares donde sucede este acontecimiento y otro espacio más en el que el hombre se encuentra con la naturaleza. Se caracterizan por la simplicidad de sus elementos constructivos y lo rústico de sus materiales, por lo que se asocia con los conceptos explicados como wabi y sabi.

Figura 14: Recorrido engawa. Espacio lateral al jardín seco. Foto del autor.

Figura 16: Estaque del jardín donde se encuentra la casa de té. Foto del autor.

Figura 15: El engawa como espacio foto. Foto: Eliane Cwik.

Figura 17: Primer acercamiento a la casa de té. Foto del autor.

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El ingreso al edificio El acceso a la casa de té es a través de un sendero que conduce a la fachada posterior de la casa. Allí se ingresa a un espacio intermedio. La configuración de este lugar es distinta a la de otros espacios intermedios que había visitado. No se plantea como un espacio de circulación ni meditación, si no que esta vez el engawa funciona como espacio de espera, de preparación previa a la entrada.

material predominante, decorativos.

unos

pocos

elementos

Todo el espacio interior se vuelca hacia el espacio exterior sobre el estanque. Contemplar estas visuales hacia el exterior no resulta tan sencillo. En el medio de la habitación, desde un horizonte normal, se ve parcialmente el exterior. Este es un detalle que resulta interesante de este espacio: la predominancia de la horizontalidad general del espacio y que el horizonte es a un nivel más bajo de lo convencional. El espacio tradicional japonés, tanto en las viviendas como en las casas de té, están pensado para que las personas estén sentadas en el suelo, no de pie. A diferencia de Occidente, la mayoría de las actividades se realizan en esta situación con el suelo, entonces todos los elementos que componen el espacio se rigen por la horizontalidad más que por la altura. Esto también produce que la contemplación del espacio exterior se de en otro plano.

Figura 18: Fachada posterior de la casa de té y el espacio engawa previo al ingreso. Foto del autor

La configuración del engawa y la relación interiorexterior El engawa un espacio estrecho, no es perimetral y tiene una pequeña diferencia de nivel con el interior. Está delimitado en ambos lados, tanto hacia el interior como al exterior, por elementos tradicionales: paneles corredizos del estilo shoji que dejan filtrar la luz y controlar la relación con el espacio exterior.

Figura 19: Los límites del espacio intermedio previo al ingreso. Fotos del autor.

Una vez en el interior, la primera sensación es de un espacio reducido, no está pensado para albergar a mucha gente al mismo tiempo, aunque en un instante se llenó de visitantes, dificultando una posible prolongada estadía en el lugar. También se configura con elementos tradicionales, sobrios y sencillos. Tatamis en el piso, la madera como

Figura 20: El espacio interior. Compuesto por elementos sencillos, la madera predomina en el espacio y el enmarque del paisaje exterior. Foto del autor.

Figura 21: El espacio interior, sus vínculos con el exterior y los elementos que lo componen. Fotos del autor.

El recorrido del engawa, sus atmósferas y usos Como fue mencionando anteriormente, el engawa en este caso no se plantea como un recorrido fluido sobre él, si no como un primer espacio de pausa previa a ingresar.

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Este último espacio se corresponde a una de las definiciones planteadas en un comienzo de este trabajo: el engawa entendido como un espacio galería, techado, de conexión interior - exterior. Estando un rato en el interior, en realidad existe otro espacio intermedio además del de ingreso. El espacio que considero pertinente plantearlo también como engawa es todo el espacio interior de la casa de té. La luz, la sombra y el enmarque al espacio exterior donde la obra se implanta, recrean una atmósfera bastante particular en ese instante en el lugar, invitando a hacer una pausa en el recorrido para contemplar la naturaleza. La sensación que resulta entonces estando allí es que en realidad toda la casa de té es un espacio engawa, entendiéndolo desde el punto de vista de espacio pausa y espacio entre dos mundos. En este caso los dos mundos son el exterior, mientras que el espacio interior es el espacio de unión entre dos partes del jardín donde la persona realiza una pausa. El uso hoy en día de este lugar es más que nada un espacio de descanso y de encuentro entre las personas.

Figura 22: El espacio interior. Compuesto por elementos sencillos, la madera predomina en el espacio y el enmarque del paisaje exterior. Foto del autor.

Figura 23: El uso hoy en día de este espacio. Foto del autor

4.2.3. Templo del Agua El acceso y recorridos del espacio exterior previo La isla de Awaji presenta un entorno bastante particular que la diferencia del resto de los lugares que veníamos visitando. Allí predominan las colinas, el agua, las viviendas unifamiliares de baja escala que se van configurando sobre pequeñas calles y donde poca gente se ve circulando por allí. El lugar es tranquilo, con una mezcla de rural con algunos sectores más urbanizados, pero donde el paisaje natural predomina. El Templo del Agua se ubica en un camino sinuoso que va subiendo a una de las colinas. A lo que primero uno se enfrenta es a un muro de hormigón continuo, donde un camino dirige hacia la única abertura anticipando una de las entradas principales. Colores simples, pocos elementos e intenciones claras. Una vez pasado ese portal, el recurso continua siendo el mismo y lentamente la percepción del mundo exterior va cambiando, dando solo algunos datos del exterior a modo de referencia. Muros curvos con recortes de cielo y árboles.

Figura 24: El comienzo del acceso al templo. El muro como principal protagonista en el paisaje. Foto del autor.

Figura 25: Recorrido sobre el espacio entre muros. Hormigón y recortes de cielo. Foto del autor.

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Al finalizar estos caminos, uno se enfrenta al Templo. En lugar de encontrar un volumen exento, el edificio está enterrado poniendo el valor el entorno y el espacio exterior generado en el Templo. El protagonista es un gran estanque en forma de óvalo con flores de loto, donde el agua experimenta apenas unos perceptibles movimientos. La atmósfera de este espacio es silenciosa y tranquila, donde el paisaje generado por la obra dialoga con el paisaje prestado: el uso de la técnica tradicional shakkei en una obra contemporánea. El entorno como telón de fondo recrea una escena donde la naturaleza es la protagonista.

Figura 26: El espacio exterior. Foto: Federico Maiorano

Los elementos como las flores de loto, la austeridad de los materiales, el mínimo movimiento del agua, el viento, el sonido y el verde, dan esa idea mencionada anteriormente de la impermanencia, la admiración por contemplar el paso del tiempo y el ciclo natural de las cosas. Todos ellos estos se potencian apelando a la máxima sensibilidad de la persona.

El ingreso al edificio

Comenzando el descenso de la escalera poco a poco uno se va sintiendo encerrado por los muros, nuevamente protagonistas, donde el paisaje exterior se va recortando y el espacio le da otra escala al ser humano a medida que desciende. En cierta manera todo este recorrido de inicio- recorridometa se va dando desde un comienzo en el proyecto, donde el abandono de la persona del mundo exterior, apelando a los sentidos para de a poco ir sumergiéndose en el mundo interior, en una búsqueda máxima de espiritualidad y verdad. Otra vez los conceptos wabi y sabi presentes.

Figura 28: El descenso al templo para el ingreso. Abandono del espacio exterior. Foto del autor.

La configuración del engawa y la relación interiorexterior. Luego del acceso uno entra al espacio engawa. Este recorre perimetralmente parte la parte central del edificio: el altar. Es un espacio angosto, continuo y el vacío es dominante en toda su extensión, pero se plantean distintas situaciones de relación interior – exterior.

Sobre el eje menor del óvalo del estanque se marca el acceso mediante el descenso de una escalera donde no se percibe el fin.

Figura 29: El espacio intermedio conectado con el patio. Foto: Federico Maiorano.

Figura 27: El templo y su acceso al interior. La incorporación del paisaje como escenario del proyecto. Foto del autor.

Solamente tiene un espacio de comunicación con el exterior: una abertura que lo vincula visualmente con un patio de pequeñas proporciones. Este patio no tiene más que un par de elementos: un árbol, muros de hormigón que lo encierran y nuevamente el recorte del

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cielo, un tema crucial en la arquitectura de Ando. Esta ventana al exterior es la única luz que ingresa al altar.

4.2.4. Museo de Arte Contemporáneo del Siglo XXI de Kanasawa El acceso y recorridos del espacio exterior previo El museo se encuentra en el centro de la ciudad por lo tanto, se caracteriza por ser una zona donde conviven distintas actividades, otorgándole al proyecto un variado entorno inmediato: un gran parque, viviendas, área comercial, algunas construcciones tradicionales y el Jardín Kenroku-en a unos metros. La primera impresión al llegar al museo es lo contundente de su forma, lo amplio de su extensión, los pocos elementos que conforman su espacio exterior y la implantación con respecto al entorno. El volumen es uno solo; el blanco y el vidrio continuo son los elementos principales que se ven.

Figura 30: El espacio interior central. Foto: Federico Maiorano.

El recorrido del engawa, sus atmósferas y usos El engawa es acotado pero dinámico y tiene distintas situaciones que cargan de sentimiento el lugar, generando múltiples atmósferas. El recorrido comienza por un sector completamente oscuro, donde no hay más datos que los altos muros ciegos de hormigón que encierran el espacio, disminuyendo la escala de la persona. El movimiento silencioso va siguiendo el trayecto de los muros curvos y comienza lentamente a percibirse la entrada de la luz por uno de los laterales. Este es el espacio mencionado anteriormente que ilumina al altar. Es uno de los puntos más importantes de conexión interior-exterior del proyecto. Del gris frío del hormigón al color rojo; de la sombra a la luz.

El espacio exterior parece igual de sencillo, pero es cuando se transita por cualquiera de los senderos que se proponen, que se perciben los distintos espacios y elementos que lo componen:árboles de distintas especies, exposiciones del museo abiertas, equipamientos mínimos para hacer una pausa. Además los caminos permiten a uno ir acercándose a los accesos del edificio. Las formas de recorrer este espacio son múltiples y si bien todo está pensado con cierta lógica, se deja el recorrido a libertad del visitante, generando este espacio fluido de movimiento. Nuevamente, como en algunos de los casos de estudio anteriores, aparece la importancia del recorrido previo antes de la llegada al edificio en la arquitectura japonesa. El entorno es puesto en valor y es tan o incluso más protagonista que la arquitectura.

Si bien hay conexión entre los dos mundos a través del patio, hay cierta distorsión de lo que se percibe por la retícula cuadriculada de madera que está por delante. Luego de unos instantes por este espacio, uno continúa el recorrido que trazan los muros y vuelve a un espacio con las mismas características del comienzo, pero este conduce finalmente a la zona del altar. El espacio intermedio en este proyecto es un espacio de experiencia donde la luz, las sombras y las zonas de penumbra son los protagonistas, otorgándole belleza y misterio, haciendo referencia a lo expuesto por Tanisaki en su libro "El elogio de la sombra".

Figura 32: La llegada al museo. Caminos que conducen a los accesos e invitan a recorrer el espacio exterior. Foto del autor.

El ingreso al edificio Luego de recorrer por un rato el espacio exterior, uno de los caminos conduce a uno de sus accesos que parece ser el principal, no porque sea distinto si no por las actividades inmediatas que se ven que suceden en el interior: hall de acceso, recepción. En una primera impresión sobre el lugar, el espacio interior es al igual que se ve en el exterior del edificio, es decir, predominantemente blanco y transparente. Ahora en este espacio el protagonista es un patio central. Figura 31: Secuencia recorrido espacio intermedio. Fotos del autor.

Si bien el espacio general de acceso es amplio, comienzan a verse áreas abiertas para recorrer y

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volúmenes blancos, opacos y cerrados, dispersos en distintos lugares.

La configuración del engawa y la relación interiorexterior. Como fue planteado, este museo es icónico por como resuelve el espacio museo. Lo que se plantea es una fragmentación total de los espacios, tanto de las salas de exposición como de los servicios del museo. Todo esto lleva a que en el se generen infinitos caminos entre espacios. A grandes rasgos, a medida que descubro parcialmente el lugar, percibo dos grandes grupos de engawa en este proyecto.

perciben vistas parciales del exterior, dando cierta guía al recorrido. El proyecto además incopora una serie de patios en su interior con los cuales genera vínculo con el público, con los mismos recursos de la transparencia, acceso libre y algunas exposiciones, pero ninguno de ellos compite con el espacio exterior de acceso que es quien cumple el rol fundamental de conexión.

El primero, es sobre el límite con el exterior, acompañando todo el perimetro del edificio. Algo similar a lo ya recorrido del espacio exterior, donde se genera ese anillo alrededor del edificio, solo que ahora es desde el interior. Es un espacio amplio y libre de elementos. La única separación con el exterior es continua y uniforme en todo el perímetro. Se resuelve con una fachada de vidrio transparente, lo que le da continuidad visual al espacio y un vínculo único con el exterior. El entorno acompaña lateralmente a la persona durante todo el recorrido.

Figura 34: El patio como espacio exterior generado en el proyecto. Foto del autor.

Figura 35: Los espacios intermedios entre salas con visuales marcadas del exterior. Fotos del autor.

El recorrido del engawa, sus atmósferas y usos El primer espacio por el que decido emprender el recorrido es el perimetral, en parte para tener esa visión general del conjunto en todo su perímetro, similar al anterior, pero ahora desde adentro hacia fuera. Este espacio es muy dinámico, no por las actividades que plantea ya que son mas bien intervenciones puntuales en el recorrido, si no por el movimiento en círculo. Figura 33: El espacio intermedio perimetral y su vínculo directo con el exterior. Fotos del autor.

El segundo es el espacio entre las salas que recorren de lado a lado el museo, como si fueran calles internas del lugar. Son espacios más angostos, con mayor variedad entre ellos en cuanto a su configuración y desde donde se

Si bien existe este dinamismo, en general la atmósfera del espacio es tranquila e invita a ser recorrida tantas veces como se quiera. La escala es intermedia y continua en todo el perimetro. No es un espacio de gran altura y resulta tener proporciones cómodas para recorrerlo libremente. En toda su extensión se alternan lugares de actividad del museo, con espacios más relajados de contemplación y de espera.

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Nuevamente el espacio de observar a la naturaleza y la impermanencia presentes en lo contemporáneo. El vidrio como resolución del límite entre interior y exterior en todo el perímetro, hace que no exista la frontera clara entre los dos mundos.

Son espacios sin ninguna jerarquía, ninguno pesa más que otro y en todos ellos hay personas circulando, incluso en algunos sectores más que en el espacio perimetral.

Recorriendo este espacio uno podría estar perfectamente circulando en el espacio engawa de una casa tradicional. Importantes en este espacio son también la materialidad y color de las superfices de piso y techo Planos continuos y monótonos, lejos de generar espacios de sombra, es aquí donde la luz es la predominante. Junto con el recurso del material, se generan reflejos del verde exterior, haciendo parecer por momentos en ciertos sectores que el verde está adentro o que el museo está afuera. Por último, la resolución de la estructura también colabora a la fluidez y sensación de este espacio. Los únicos elementos que hay son pilares delgados blancos que van intercalándose dejando grandes distancias entre ellos, por lo que no alteran las visuales que se van teniendo hacia el exterior. Esto le otorga mayor protagonismo a los planos de piso y techo que encuadran el paisaje exterior. La línea horizontal como eje predominante en el espacio japonés

Figura 37: Uno de los espacios intermedio entre salas. Sombra, luces y reflejos. Foto del autor.

El recorrido continúa por horas en estos espacios. En realidad las salas y exposiciones de arte, pasan a un segundo plano. En algunos momentos se intercalaron como pausas en el recorrido mientras que la mayoría las visité antes de salir del museo. Sucede que los recorridos resultan más sugerentes que la exposición en sí. Observándolo de esta manera, es así como el proyecto en realidad se concentra mucho más en el vacío que en el lleno, potenciando las experiencias de las personas que están viviendo el espacio. Estos espacios de experiencia, espacios de zona gris, el no límite claro entre dos cosas es lo fundamental en este proyecto. El museo es un parque y el parque un museo.

Figura 36: Los espacios intermedio en vínculo directo con el exterior. Espacio de contemplación. Foto del autor.

Luego de recorrer varias veces esta galería perimetral sobre el exterior, comienza el recorrido por el grupo de engawa interno. No logro darme cuenta por donde exactamente estoy. Al principio es un poco confuso, por momentos parece un laberinto pero pronto encontraría alguna referencia del exterior para guiarme. Es en estos lugares donde está lo más interesante del recorrido. Si bien todas estas calles internas se conectan con el exterior en alguno de estos tramos, ya sea porque se ve un encuadre al final o en los laterales de algunos con los patios, además de que su trazado es más rígido y contenido que el perimetral, el verdadero atractivo de estos espacios es la atmósfera generada por el juego de materiales, reflejos con la luz y el movimiento de las personas. Cada uno tiene una característica que lo diferencia del siguiente.

Figura 38: Los límites y la transparencia absoluta. Foto del autor.

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Profundización Académica del Viaje de Arquitectura. Proyecto Académico “Plexo – Una travesía multisensorial”

Entregado: 1/07/16

que permanecen en el tiempo pero la vivencia del espacio y sus relaciones son las que van variando.

5. Conclusiones obtenidas Es un hecho evidente el vínculo de la sociedad japonesa con la naturaleza. Como fue planteado en el trabajo a través de los ejemplos, su arquitectura durante el tiempo ha dado de distintas respuestas a este espacio de relación entre Hombre y Naturaleza. Hoy Japón es uno de los países industriales más avanzados a nivel internacional y se encuentra en una búsqueda constante por el desarrollo de la tecnología. Ya no está aislado del mundo global, ha incorporado rasgos de Occidente en diversos aspectos. Por ejemplo, en las costumbres y modos de vida de las personas, en la imagen y funcionamiento de sus grandes ciudades. Aún así y quizás como producto de lo anterior, es que esta sociedad que rápidamente evoluciona siente que es necesaria la permanencia de ciertos rasgos de su tradición ya que son los que los definen y distinguen de cualquier otra cultura. Algunos de sus conceptos tradicionales, como los espaciales y estéticos desarrollados en este trabajo, siguen presentes hasta hoy en día, algunos con mayor vigencia que otros. Esto es claro porque por ejemplo el japonés del 2015 no es el mismo que aquel que vivió la época tradicional. La arquitectura y la naturaleza son los

Esto se ve por ejemplo en los casos analizados en el trabajo. Si bien mantienen todo en perfecto estado tal como si el tiempo no hubiera pasado, los usos del espacio y las relaciones de las personas con la naturaleza son otros. Siguen existiendo pero se dan otra manera, quizás lejanas al imaginario con el que fueron creados. En cuanto a la arquitectura contemporánea, esta retoma algunos de estos conceptos y se reformulan planteando nuevas lógicas vinculadas a la relación entre el hombre contemporáneo y naturaleza. La arquitectura japonesa es una arquitectura generadora de atmósferas y de experiencias. Por lo que resulta clave la experiencia personal obtenida de cada uno de estos espacios. Los recorridos se dan en un momento y un contexto particular. En mi caso, fue en un momento personal como lo es el Viaje de Arquitectura. Quizás quienes hayan recorrido el espacio al mismo tiempo que yo, se hayan llevado otras impresiones. Y sin duda, si los vuelvo a visitar, los viva de otra manera. Esto es porque es en la viviencia del espacio donde intervienen muchos factores intimos a la persona, un momento donde los espacios se recorren y viven según como uno lo elige y lo siente y no tanto como el lugar lo determine.

Referencias citadas [1] Monje Dogen. Poema “Honrai no Menmoku”. [2] Tanisaki, J. (1933). El elogio de la sombra. p.45.

Bibliografía GRAS, M. El jardín japonés. Qué es y no es entre la temporalidad y el paisaje. Tecnos. Madrid, 2015 TANISAKI, J. El elogio de la sombra. Siruela. Madrid, 2014 FURUYAMA, M. Tadao Ando. Gustavo Gili. Barcelona, 1994 FURUYAMA, M. Tadao Ando, 1941: la geometría del espacio humano. Taschen. 2006 GARCÍA, F. El zen y el arte japonés. Guadalquivir. Sevilla, 1998 DA SILVA, A., GOMEZ, M. LA TRADICIÓN NIPONA. Resignificación del habitar japonés. Tesina Opcional “El espacio doméstico del S XXI”. FADU. Montevideo, 2015 GRUPO DE VIAJE GEN. 2008. Guías de viaje. JAPÓN. FADU. Montevideo, 2015 TWOSE, P., PANCORBO, M. La tensión del vacío. Barcelona, 2009. Sitio web: http://www.engawa.es/index.php?/projects/--la-tension-del-vacio----------/ EL CROQUIS N°99,N°121/122,N°139. AV MONOGRAFÍAS N°121. SANAA. Sejima&Nishisawa. 1990-2007.

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