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Diagrama 3 Distribución anatómica basada en la publicación de Laghlin et al (2017

Con la información consignada en la gráfica 7, se concluye que existen periodos específicos de cambios en torno a la proporción del reporte de lesiones PAF y NO-PAF, hallazgo que puede generar elementos para identificar si se trata de un caso de ejecución extrajudicial o no. Esto además si se tiene en cuenta, lo presentado previamente en este acápite, ya que se ha identificado tanto en la literatura nacional como internacional, que el mecanismo más recurrente es explosivo. Esta información podría ser contrastada con las declaraciones y la información que proporcionen los comparecientes para que se logre comprender la ocurrencia y las prácticas de los hechos, que trascienda la información somera en relación al traslado de las personas y la estrategia para escoger a las mismas. Esto contribuiría a comprender la intencionalidad y configurar desde la evidencia la gravedad de los hechos.

Adicionalmente, la gráfica 7 también muestra los cambios en la estrategia de presentación de estas personas por periodos. Este análisis evidencia la necesidad de ver los cambios y las dinámicas que se presentaron en los años previo a los mayores años de reporte de denuncias de ejecuciones extrajudiciales, es decir, en el periodo 2002-2008; esto debido a que la presentación de las muertes efectivamente varió por la proporción de lesiones PAF/NO-PAF, por lo cual puede también verse reflejado en las actividades que estos soldados realizaban para la presentación de estos presuntos resultados operacionales.

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3.3. Distribución de las lesiones en el cuerpo

Como se indica en la metodología, la clasificación de las lesiones se basó en el protocolo de atención de heridos de guerra del Comité Internacional de la Cruz Roja (Giannou y Baldan, 2010), en el que se califica su gravedad con base en su distribución anatómica y afectación de tejidos vitales (sistema nervioso, arterias o venas importantes y/o daño del epigastrio) y tejidos óseos. Esta clasificación permite establecer criterios para determinar, sobre la base de la gravedad de las lesiones, la probabilidad de sobrevivencia.

Como referencia para interpretar la distribución de las lesiones en la muestra analizada, el diagrama 2 presenta los resultados del estudio de Villamil et al. (2013) en el que se observa la ubicación diferencial de las lesiones por región corporal, de acuerdo con el mecanismo que produce la lesión. A partir de allí se puede observar que cualquiera de los tres mecanismos lesionales analizados (PAF, arma de fragmentación y mina antipersona) presenta una concentración mayoritaria en miembros inferiores y superiores, y que la afectación de abdomen, tronco y cabeza es la menos frecuente.

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