Evidencia 2: Documento Reflexivo
LA IMPORTANCIA DE JUGAR COMO PROYECCIÓN DE VIDA DESDE QUE LA INICIA LA EDUCACIÓN BÁSICA. Se dice, que desde el vientre materno, el niño juega, es desde entonces, que el juego forma parte de la vida del ser humano, para después convertirse en un instrumento que le permitirá alcanzar la madurez física y psíquica, así como un desarrollo e integración a la sociedad. Según algunas teorías, el juego debe ser placentero, natural y motivador, liberador, de tal manera que le brinde al niño la capacidad de sentirse libre al ejecutarlo, mediante el juego, el niño representa diferentes roles en donde adquiere protagonismo, se centra en sí mismo y cada factor a su alrededor se incorpora a él así como reconstruyéndose a sí mismo, cada cosa que imagina, siente y hace va formándose dentro del el niño como una especie de bloques que poco a poco irán conformando el conocimiento, y su madurez intelectual a través del aprendizaje. En la educación básica, desde el preescolar, el juego se ha convertido en una estrategia, tanto de enseñanza como de aprendizaje, es una herramienta que el docente tiene a su favor, pues a todos los niños les gusta jugar, pues es el momento en que pueden divertirse, disfrutar, reir; el docente se encargará de diseñar juegos que simplemente guíen el aprendizaje hacía el desarrollo de competencias. Hoy en día, el juego puede ser educativo, y debe servir como un complemento al juego autónomo, que le permita al alumno practicarlo tanto dentro como fuera de la institución educativa, pero cuando es dentro de la escuela tiene la facultad de ser explotado en su máxima expresión para permitir que el alumno desarrolle su proceso de enseñanza – aprendizaje, por lo cual se considera que el juego en su ámbito educativo debe cumplir con una serie de requisitos como: que permita el desarrollo global del alumno, que le permita construir una vía de aprendizaje de comportamientos cooperativos, así mismo fomentar la participación constante de los alumnos en la apropiación de roles, procurar el equilibrio entre la
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actividad ludomotriz y el descanso, muy importante permitir el proceso y no el producto. Aunque el juego resulte ser una herramienta libre de ejecutar, puede poseer dos estructuras, en el primer ciclo, el juego aparecerá como una actividad espontánea, natural, en donde se le permita al niño disfrutar del juego, que se sienta libre, y que se atreva a participar de manera activa; en el segundo ciclo, el niño se recreará a valorar sus propias posibilidades y a enfrentar los conflictos con una posible solución. El juego no solo permite en el niño la construcción del conocimiento, sino que también le ofrece la oportunidad de desarrollar su capacidad psicomotora, para adquirir habilidades básicas y genéricas; así mismo, por medio del juego simbólico el niño puede descubrir actitudes y comportamientos afectivos y sociales. Los juegos expresivos ofrecen al niño la capacidad de desarrollar su capacidad creativa, a expresar con su cuerpo diversas emociones, a través del baile, los gestos, los movimientos. El juego ofrece al docente la posibilidad de crear diversas situaciones en los que los niños desarrollen sus múltiples capacidades, pueden ser adaptados a cualquier competencia y aprendizaje esperado, y no existe una estrategia de enseñanza-aprendizaje que genere mejores resultados positivos en los niños. El juego, es una actividad que se disfruta tanto el aplicarla como el ejecutarla, existen diversas manifestaciones de éste en la que los niños se divierten, si una quisiera comprobar la eficacia del juego, solo basta con recodar la niñez, y los múltiples conclusiones que llegábamos al momento de jugar, es cierto que el contexto ejerce influencia sobre los aprendizajes de los niños, pero cuando éstos se ven encaminados hacia el desarrollo de competencias, los resultados siempre serán positivos.