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RECONSTRUCCIÓN DEL CONVENTO DE LA ESCUELA DE CRISTO

Un poco de historia según las notas de mi padre Don Guillermo Lira Mollinedo luego de escucharlo tanto tiempo y ahora recordando todas esas bellas vivencias de esos dorados años

Reconstrucción del CONVENTO de la ESCUELA de CRISTO

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por: GUILLERMO LIRA

Socio Auxiliar | Hdad. E.de.C.

A principios y mediados del siglo XX la Antigua Guatemala no era un pueblo muy habitado, existían numerosos umbrales abandonados, terrenos baldíos con sembradillos, muchas de las casas ruinas y conventos habían sido invadidos por indigentes y el Convento de la Escuela de Cristo no fue la excepción, tal fue el caso cuando El Dr. Popenoe adquirió la histórica casa en la 1ra Ave. (Calle los Nobles) y 5 Calle, tuvo que expulsar a todos los indigentes que vivían en ella, este fue el principio, a finales de los años 40 se rescataron y reconstruyeron las capillas de la Calle los Pasos, las cuales estaban muy abandonadas, durante el proceso encontraron un bello Nazareno, el cual le dieron el nombre de Jesús Nazareno del Perdón del Templo de San Francisco el Grande.

Ilustración: Elevación de la arquería del claustro del Convento de la Escuela de Cristo Fotografía: Convento de la Escuela de Cristo, circa 1930

Fotográfias: T. José Tobar G. • arriba izquierda Danny Gamboa • izquierda T. José Tobar G. • arriba

A principio de los años 50 empezaron los trabajos de reconstrucción del Templo de San Francisco el Grande y su convento y nuevamente fue un problema la expulsión de las familias que lo habían tomado, con esto en mente y viendo las condiciones en que se encontraba el Convento de la Escuela de Cristo, Don Guillermo empezó a cabildear con su primo (mi padrino) el licenciado Luis Coronado Lira y con Mr. Penney, presidente de la Sub Directiva, les contó la situación en que se encontraba y la historia, lo importante que sería rescatarlo y reconstruirlo como se estaba haciendo en San Francisco el Grande. Afortunadamente los tres encontraron ese punto de coincidencia para lograr aportar las soluciones pertinentes a la problemática del convento de la Escuela de Cristo.

Siendo Presidente de la república el Coronel Carlos Castillo Armas, amigo personal del Sr. Penney, acostumbraban almorzar juntos los domingos, comúnmente los acompañaba su secretario particular, el Lic. Luís Coronado Lira y les gustaba mucho ir a Santa Lucia Cotzumualgapa.

No paso mucho tiempo hasta que un día Mr. Penney lo llamo por teléfono y le dijo: “¿Se acuerda de lo que me platicó respecto al Convento?, bueno, prepárese que este domingo, iremos en la comitiva presidencial a almorzar a Santa Lucia Cotzumualgapa y es su momento de contarle al Sr. Presidente”. Incrédulo, llamó a su primo y le comentó lo que Mr. Penney le dijo, y su respuesta fue: “Estás en la lista para el domingo y ya te está llegando la invitación”

Efectivamente, al día siguiente recibió la invitación oficial y el domingo, en el carro, dirigiéndose hacia Santa Lucia Cotzumualgapa Mr. Penney le dijo: “Hoy le sacamos al coronel la reconstrucción del convento, hay se pone ducho, va ser una agradable sorpresa para el Padre”. Ya el primo se había encargado de decirle al Presidente que el invitado ese domingo era su primo Don Guillermo Lira, y que asistirían al almuerzo el Ing. Lizarralde, director de Obras Publicas y el coronel Manuel Castellanos, terminado dicho evento ya en la sobremesa el Sr. Penney le dijo al señor Presidente: “Coronel a Ud. le gusta y quiere a la gente de la Antigua. Hay un convento que amenaza con destruirse, aún es tiempo de repararlo, se trata del convento de la Escuela de cristo, aquí tiene a un antigüeño que le explicará mejor el caso” y se dirigió a mi papá, él le contó todo sobre el mal estado en que se encontraba el convento, hizo énfasis en el valor histórico y representativo para los antigüeños, en como seria usado y lo que representaba para las obras sociales de la parroquia, en fin, utilizó toda su creatividad pertinente para su presentación. El Presidente analizó lo dicho por mi padre, le hizo algunas preguntas y luego se dirigió al Ing. Lizarralde diciendo: “Como negarle a Willy (así trataba al Sr. Penney) lo que pide, si es tan patriota su solicitud” y le encargó que, al día siguiente, día lunes, fueran los ingenieros de Obras Publicas a evaluar los trabajos de reconstrucción de ese convento, “Dentro de quince días almorzaremos en la tierra del Coronel Castellanos, entonces quiero un dato concreto”.

Al mes y medio de esa fecha principiaron los trabajos de reconstrucción, remodelación y embellecimiento, todo esto pagado por Obras Publicas, y así fue como se pudo rescatar y restaurar este histórico y bello convento que hoy en día es un icono del cual podemos disfrutar no solo los antigüeños sino todos los guatemaltecos y extranjeros que nos visitan, gracias a la colaboración de los buenos guatemaltecos y el eco encontrado en su momento en las autoridades pertinentes.

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