"EL TALÓN DE AQUILES" LA EXPRESIÓN DEL CENTRO BAJO Por Hugo Ardiles Muladhara es el chakra del Centro Bajo. Es como una flor cuyo tallo nace en la columna vertebral, en la unión del sacro con el cóccix y se abre en el periné, entre el ano y los genitales. Tiene relación con la columna sacro-coccígea. En las representaciones pictóricas, a Muladhara se le asigna color tierra, ocre o bordó, como una flor de cuatro pétalos en la que alternan el ocre claro con el oscuro. El Centro Bajo es para el Yoga el generador de la energía que luego será distribuida por todo el cuerpo. En el Cuerpo Físico está representado por la parte posterior de los miembros inferiores desde los glúteos hasta la planta de los pies, con sus apoyos en el suelo. "Sus piernas están tan débiles que apenas lo sostienen en la vida", puede decir un observador cuando mira a una persona con un Centro Bajo débil. Porque las piernas expresan nuestra vitalidad. Son las columnas de nuestra persona, y los pies sus cimientos. Al pararnos afirmamos nuestro vigor, nuestra energía. Al golpear los pies contra el suelo con la planta comenzamos a declarar nuestra independencia sobre La Tierra. Los músculos de muslos y piernas nos mantienen erguidos contra la fuerza de gravedad que nos tira hacia abajo. Esta lucha contra la fuerza de La Tierra es una afirmación de mi persona, de mi individualidad. Por un lado, la Madre Tierra nos provee de alimentos para la vida. Por otro, sólo diferenciándonos, oponiéndonos a ella podemos mantenernos vivos, sin sumergirnos en sus leyes y dejar de ser, para terminar enterrados. Cada uno camina como se inserta en el mundo: hay personas bien paradas, con sus piernas como troncos que sostienen una copa frondosa, y sus pies como raíces que se prenden a la tierra para absorber su Energía. No sólo se sostienen bien sino que pueden usar su propia Energía para la lucha, el trabajo, el deporte, la ayuda a los demás. Hay otros, en cambio, que parecen no tocar el suelo cuando caminan: flotan en el aire, sutiles o débiles. "No tienen los pies en la tierra" afirma la sabiduría popular, porque estas personas dan poca importancia a la realidad, a los bienes materiales, a la fuerza de la propiedad privada. O aquellos que con sus piernas hinchadas, gordas, parecen que usaran toda su energía apenas para mantener su propio cuerpo, sin poder disponer de fuerza para los demás. Piernas tensas, con articulaciones rígidas, nos hablan de personas poco flexibles, incapaces de aceptar los cambios y adaptarse a ellos. Son tercos, que sólo aceptan su propia opinión. No se dan cuenta que la fuerza no está opuesta a la flexibilidad articular: puedo ser fuerte, pero capaz de doblar mis rodillas, arrodillarme y poner mi energía al servicio de las necesidades superiores. Pero si mis rodillas no saben flexionarse para que me arrodille, no podré deponer mi egocentrismo y sólo pensaré en mí, en mi conveniencia, en mis necesidades. No sabré dar valor a lo jerárquicamente superior a mi propia personalidad. Piernas con várices muestran una lucha interna entre mi falta de autoconfianza y la necesidad de superarme. Muestran mi intento de sobreponerme a mi debilidad interior, usando la constancia, el aguante, el esfuerzo sostenido: así no se pondrán en evidencia mis propias falencias. Las venas salientes, sin embargo, son como fisuras en la capa externa de apariencia y dejarán ver mi debilidad interior contra la cual lucho. Las piernas son pues la expresión de mi fuerza, de mi vigor, la expresión de la Energía que poseo frente a la vida y al mundo circundante. Representan mi autoafirmación: me conectan con la Tierra, pero al mismo tiempo me independizan de ella y me aseguran como un ser autosuficiente.
Mis piernas son el exponente de la Energía primaria que dispongo para ponerla al servicio de mis ideales superiores. Cuando mis piernas fallan, mi persona entera peligra, como un edificio al ceder sus cimientos: la debilidad y la enfermedad me arrastrarán a mi destrucción. Los antiguos griegos habían percibido estos detalles y pusieron gran sabiduría en las historias de su mitología. Aquiles adquirió su poderío invencible cuando su madre, Tetis, lo sumergió cabeza abajo en la laguna sagrada Estigia, cuyas aguas mágicas brotaban de la tierra. Para sostenerlo lo tomó del talón derecho, que se convirtió así en su único punto vulnerable, ya que las aguas no lo mojaron.
Tendón de Aquiles
Tendón de Aquiles se llama en anatomía a ese tendón que une los músculos de la pierna con el talón y mantiene a la persona en pie. Las lesiones del tendón de Aquiles, no sólo producen la caída inevitable del cuerpo hacia adelante, sino que debilitan al organismo como por una fuga de Energía. Es conocido el hecho que las gallinas, por ejemplo, inmunes por naturaleza al tétanos, contraen la enfermedad cuando mantienen sus patas en el agua o se las lesionan. ¿No ocurrirá así también con los humanos? RELACIÓN DEL CENTRO BAJO CON EL CUERPO ORGÁNICO El Centro Bajo se relaciona con todos nuestros Cuerpos, pero guarda especial vinculación con el Cuerpo Orgánico. Éste se autorregula para el mantenimiento de su equilibrio ("homeostasis" de la fisiología) y mantiene el funcionamiento de la totalidad. Abarca el conjunto de funciones integradas para la existencia del todo como unidad. Al Cuerpo Orgánico pertenecen todos los órganos y aparatos (vísceras) que se encuentran en las siete cavidades del tronco: pelvis menor, pelvis mayor, abdomen, tórax, cara-cuello, base del cráneo y bóveda craneal. Se incluyen también en el Cuerpo Orgánico a las arterias, las venas y los nervios que penetran en los músculos. Ellos son las vísceras de los músculos, porque mantienen la vida y el funcionamiento de los mismos. Incluimos también en el Cuerpo Orgánico a las glándulas de secreción interna (o glándulas endocrinas) y a la porción del sistema nervioso llamado gran simpático, que coordina todo el Cuerpo Orgánico. La anatomía y la fisiología han estudiado los órganos y los han clasificado y agrupado de acuerdo a sus funciones en aparatos y sistemas. Han descubierto sus interrelaciones y las leyes a las que responden, y han llegado así a tener una clara visión de su conjunto y de la interdependencia de sus partes. La antigua visión médica de conglomerado de órganos ha sido reemplazada poco a poco, por la actual concepción de interrelación de funciones coordinadas y de interdependencia de las partes con respecto al todo. La clínica médica caminó un poco más lentamente que la fisiología, pero también ha llegado a sustituir la concepción organicista de Galeno por la aún más antigua de Hipócrates: la unidad del organismo. Pero por más que hagamos nuevos descubrimientos de los mecanismos íntimos de la formación de las proteínas, por ejemplo, o se haya logrado grandes avances en el conocimiento de la transmisión de la herencia a través de los moldes proteicos de los cromosomas, no deberíamos perder nunca de vista que todo esto pertenece a las células, que las células pertenecen a los tejidos, éstos a los
órganos, y los órganos a un cuerpo humano. Y que el ser humano, en definitiva, es el responsable de lo que pasa a nivel celular. A diferencia de la medicina, el Yoga busca integrar lo que se ha desintegrado mediante el análisis parcial, con el objeto de conocer mejor al hombre entero. Trata de entender las parte incluyéndolas en la unidad mayor de donde se las sacó, aplicando la primera ley cósmica que mueve al Universo, la Ley de Unidad, que dice: "Como es arriba es abajo y como es afuera es adentro y viceversa".