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La normal diversidad en la normalidad de la escuela ordinaria
from Revista EC 109
Sonia Ramos
Departamento de Innovación Pedagógica de EC
Hacia los años 50 del siglo XX comienza a tomar cuerpo un nuevo concepto educativo sobre la discapacidad. En los países escandinavos, y más en concreto en Dinamarca, surge y se generaliza el “principio de normalización” que propone “la posibilidad de que las personas con deficiencia mental lleven una vida tan próxima a la normal como fuese posible”, promoviendo la escolarización de los niños con Necesidades Educativas Especiales (NEE) en contextos educativos ordinarios.
Este pronunciamiento se extendió rápidamente por Europa y Norteamérica y para todo tipo de discapacidad, y poco después se convirtió en la luz que ha iluminado buena parte de las tendencias educativas en la segunda mitad del siglo XX y, con claro cuestionamiento, en nuestro siglo XXI.
En educación supuso ciertamente un impulso favorecedor para los alumnos con discapacidad, por su atractiva propuesta, pero la experiencia diaria demostró muy pronto su insuficiencia. Pese al beneficio teórico esperado, muchos profesionales de la educación destacaron en estos años los graves errores y limitaciones del principio de normalización, subrayando que ni el enfoque de integración educativa ni el principio de inclusión eran por sí solos la respuesta satisfactoria para cubrir los vacíos que provocaba la normalización. Pero el error ya se había extendido.
Normalización: antítesis de la realidad
La normalización es por sí misma la antítesis de la realidad. Normalidad es un acuerdo social establecido y la igualdad, como condición de ser iguales, no existe, porque el ser humano se caracteriza precisamente por la diversidad individual. Y esa diversidad es la que debe ser totalmente atendida desde la intervención educativa. No hacerlo supone asumir el riesgo de una quimera ineficaz, fuente de exclusión para muchas personas con NEE, que no verían atendidas sus necesidades individuales para alcanzar su más pleno desarrollo por una valoración de rasero común. Tampoco llegan a ser totalmente adecuadas las políticas de intervención de los posteriores principios de integración e inclusión, faltos a veces de la mirada concreta a la realidad vivencial del individuo. La integración e inclusión escolar se han formulado más en el laboratorio, y su aplicación ha sido poco seguida de estudios e investigaciones rigurosos desde el punto de vista metodológico o científico. A menudo sus propuestas se han defendido desde dudosos ámbitos y posicionamientos, incluso de interés político.
Pese al importante papel que supuso el principio de normalización, no se puede olvidar que su práctica aplica reglas y criterios capaces de dañar la individualidad del alumno, porque no ve la “especificidad” de las ayudas que necesita la persona con discapacidad para alcanzar su desarrollo más pleno. Por el contrario, desestima acciones de probada eficacia. Se hace necesario que en toda intención y propuesta pedagógica prevalezca el objetivo de que cualquier persona con NEE alcance el máximo desarrollo de sus capacidades cognitivas, intelectuales, madurativas, gracias a una efectiva tarea educativa, cualificada, oportuna y suficiente, apoyada en cuantos medios humanos y materiales fuesen necesarios, tal y como corresponderían a un hipotético paradigma de apoyos.
En las propuestas de inclusión e integración educativas no hemos de actuar guiados por un erróneo deseo de normalidad, como afirma la Fundació Pere Tarrés: “Los profesionales de la educación debemos extremar las precauciones para no acompañar los procesos de las personas únicamente desde el eje de referencia de la ‘normalidad’ y deberíamos trabajar desde el eje de referencia de la diversidad humana” (Oscar Martínez, “La normalidad que genera la exclusión”).
De ahí que, al ritmo de los actuales avances científicos, que han puesto al descubierto la potencia de todo cerebro humano, todavía resulte necesario un cambio significativo de la mirada educativa y social para superar el concepto de normalización, y no errar en nuevas propuestas en las que no debiera faltar la visión del docente y terapeuta. A ellos corresponde aportar su inestimable experiencia diaria, su aprendizaje personal al impulso de funciones, competencias y creatividad de sus alumnos y su proceso personal de aprendizaje ante las nuevas metodologías e integración del uso de las tecnologías. Así se avanzará en la atención a la verdadera necesidad del alumno y en la inclusión de muchos de ellos.
La UNESCO afirma que es necesario “preparar a todos los docentes para enseñar a todos los alumnos” y aunque esto pueda parecer una simple declaración de buenas intenciones, responde a la necesidad del docente de formación, apoyo y acompañamiento continuo, para convertirse en agente de cambio colaborador de los avances científicos y metodológicos que día a día, abren puertas desconocidas.
EC y su compromiso con la Educación Especial
Escuelas Católicas, comprometida a impulsar la Educación Especial en cualquier modalidad, toma la firme decisión de conocer, experimentar y acompañar a los docentes de alumnos con NEE en la apasionante tarea de despertar y potenciar su crecimiento. Con esta visión, en el año 2015 diseñamos el proyecto “Un clic especial para descubrir palabras” que fue el primero co-financiado por el MEFP en el que utilizamos las TIC como instrumento catalizador del potencial de aprendizaje del alumno. A partir de ese momento, más de 7 proyectos de EC han hecho realidad que las TIC y la innovación pedagógica y metodológica sean motores de cambio para la atención al alumno con NEE.
La llegada de la LOMLOE nos abrió un interrogante de interés: ¿será posible hacer llegar los beneficios -si los hubiere- de algunas de sus propuestas metodológicas, debidamente adaptadas, a la acción directa con el alumno con discapacidad?
La UNESCO afirma que es necesario 'preparar a todos los docentes para enseñar a todos los alumnos'
Nuevo Proyecto “TICaprendo y lo demuestro”
Y así, en el curso escolar 2022-23, Escuelas Católicas emprende el proyecto “TICaprendo y lo demuestro”, como propuesta de intervención educativa basada en la aplicación de las situaciones de aprendizaje apoyadas en las TIC, como elemento fundamental para favorecer el desarrollo competencial de los alumnos con NEE derivadas de discapacidad, y mediante el uso de metodologías activas en el aula que estimulen sus habilidades de pensamiento y construcción del conocimiento.
Se trata de corregir errores de la normalización desde criterios que permitan:
Despertar e impulsar su mejor desarrollo y funcionamiento personal, teniendo en cuenta las competencias particulares de cada alumno.
Ofrecer, con los apoyos humanos, materiales y tecnológicos necesarios, la respuesta que más pueda beneficiarle.
Sistematizar acciones formativas y de acompañamiento para los docentes.
Seis centros educativos de Zaragoza, Madrid, Toledo y Valencia han realizado un trabajo excepcional con 232 alumnos con NEE derivadas de discapacidad y sus 43 profesores. Aunque el papel de los tutores y docentes ha sido fundamental, los alumnos han sido los protagonistas esenciales del proyecto, en el que han ejecutado 27 situaciones de aprendizaje diversas y ambiciosas que, con el apoyo de las TIC y las metodologías activas, han hecho realidad aprendizajes útiles para la vida de los alumnos en el aula y fuera de ella y han activado de forma acorde a sus características personales, las competencias personal, social, de aprender a aprender, comunicativo-lingüística y ciudadana.
Conocer los títulos de alguna de las situaciones de aprendizaje elaboradas y aplicadas dan una interesante información sobre la capacidad sorprendente que siempre encierra la mente humana:
Superhéroes; Qué agua bebemos; Un granjero en apuros (Educación Infantil).
Descubre la historia; Los supervivientes (Educación Primaria).
Parqueando, nuevas oportunidades para la comunicación (ESO).
Los transportes; Únete a la vida saludable (EBO).
Somos iguales; PIKO PIKO (PTVA).
Ahorrando podemos cumplir nuestros sueños; Consecuencias del cambio climático; Nosotros elegimos (PPME).
Entre los diversos alcances logrados por los alumnos (y coincidentes en los seis centros) destacamos:
El manejo de las aplicaciones TIC utilizadas en sus situaciones de aprendizaje ha beneficiado la autonomía y la participación inteligente, interesada y motivadora de los alumnos.
Los alumnos han mejorado sus habilidades sociales a través de los trabajos cooperativos y la relación con los demás, pidiendo o brindando ayuda, o haciendo preguntas incluso a desconocidos.
Todos los alumnos se han sentido protagonistas de las acciones realizadas, que han compartido y presentado a los demás, ganando en autoestima.
Los resultados obtenidos hablan por sí solos. También la Educación Especial encierra un tesoro.