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Preguntas para un fin de curso
from Revista EC 113
Ana Mª Sánchez García. Presidenta de EC
Junio nos pone, una vez más, en situación de final. Clausuramos un curso en el que sin duda hemos escrito nuevos capítulos de nuestra historia personal, y también de la institucional. Entre las múltiples actividades que realizamos en este mes, muchas están encaminadas a la evaluación del curso. Evaluamos a nuestros alumnos, por supuesto, pero también nuestro proyecto educativo, nuestro plan anual, nuestro proyecto estratégico…, los objetivos y tareas que nos hemos propuesto para un determinado periodo de tiempo. Las memorias de fin de curso de los centros están cargadas de datos, algunos objetivos y otros subjetivos, que dan fe del grado de consecución de nuestras metas y de la satisfacción (o insatisfacción) que sentimos ante el trabajo realizado.
Este tramo final está, sin duda, cargado de preguntas. Algunas se responden muy escuetamente, con un número o una palabra. Otras, sin embargo, exigen de nosotros una implicación personal profunda, para llegar a detectar y expresar lo que ha ocurrido en el corazón, en el de otros y en el nuestro, y también en lo que podemos llamar el corazón de nuestra tarea educativa. Muchas preguntas nos vendrán dadas; otras las añadiremos nosotros mismos. Y aunque todas encierran algún valor, cada uno podrá señalar las que le resultan más importantes; suelen ser aquellas que tienen que ver con el sentido de lo que somos y de lo que hacemos, las que nos hacen bucear en lo profundo de la realidad y de nosotros mismos. Cuando las respondemos, no solo nos ayudan a desentrañar los valores, quizá ocultos, que se han puesto en juego y crecido, sino que también actúan como elementos impulsores de cara al futuro, porque provocan en nosotros dinamismos que derivan en un mayor compromiso, una mayor entrega.
La esencia del Pacto está en las alianzas que hacemos. Implicarnos realmente en él supone cambiar el modo en que nos relacionamos
Se me ocurre que quizá los objetivos del Pacto Educativo Global pueden ayudarnos a alumbrar algunas de estas preguntas significativas. Muchos de vosotros os habéis unido a la iniciativa “Juntos somos luz” que lanzó hace tres años Escuelas Católicas para facilitarnos la puesta en práctica del Pacto. Os invito a pasar de nuevo por el corazón cada uno de sus objetivos -poner a la persona en el centro, escuchar a las generaciones jóvenes, promover a la mujer, responsabilizar a las familias, abrirse a la acogida, renovar la economía y la política, y cuidar la casa común- y dejar que ellos susciten en vosotros preguntas que os ayuden a constatar los pasos que habéis dado y a descubrir cuáles son los siguientes pasos posibles.
La esencia del Pacto está en las alianzas que hacemos. Implicarnos realmente en él supone cambiar el modo en que nos relacionamos. También nos podemos preguntar cómo va creciendo ese “nosotros”, a quiénes vamos incluyendo en él, para posibilitar el “nosotros más grande” del que habla el papa Francisco.
Deseo que en este fin de curso encontremos espacios para acoger y responder las preguntas que puedan hacernos mover hacia un futuro esperanzador. ¡Y feliz verano a todos!