Espiritualidad y educación

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INTRODUCCION



La espiritualidad es una de nuestras dimensiones humanas. No podemos crecer integral y armónicamente en nuestro físico, en nuestra personalidad (psicología), en nuestras relaciones, si no tenemos una profunda espiritualidad. Desde un punto de vista humano, se refiere a las motivaciones y sentido que PREGUNTAS PARA COMENZAR damos a la vida (valores que nutren y proyectan nuestra vida). Una expresión genérica de espiritualidad seria la capacidad de dar sentido a nuestra vida por la relación con un ser superior. De esta relación surgen los grandes valores. Nosotros educadores creyentes estamos llamados a vivir una espiritualidad cristiana, es decir centrada —radicada— iluminada inspirada en Cristo y su Evangelio. Vivimos una espiritualidad cristiana si vivimos una relación total, incondicional a su persona Jesús y a un fiel seguimiento. Podríamos decir, que la espiritualidad cristiana, es la espiritualidad del seguimiento de Jesús; vivir la espiritualidad cristiana es ser y actuar como Jesús, es estar en


contacto con Él, en los momentos de oración y en la oración–liturgia de la vida. La espiritualidad cristiana se alimenta con la oración, teniendo como referencia y fuente la Palabra de Dios. La experiencia espiritual de Don Bosco, desde su Sistema Preventivo, nace una escuela de espiritualidad para él, para sus jóvenes, para quienes están con él: la escuela de la espiritualidad salesiana de la cual hay muchos frutos de santidad.

La espiritualidad es un principio constitutivo fundamental de la identidad cristiana, pues, en ella radica el corazón del ser cristiano. El cristiano vive una vida según el Espíritu (Rm 8, 912). En la Biblia el «Espíritu» es el principio vital de las personas, generador y signo de vida, el que transforma; es lo más profundo de la persona, porque habita en ella.

Su centro y síntesis es la caridad pastoral, caracterizada por el dinamismo juvenil que tan fuerte aparecía en nuestro Fundador y en los orígenes de la Sociedad Salesiana.

La caridad pastoral es un impulso apostólico que nos mueve a buscar las almas y servir únicamente a Dios. La espiritualidad salesiana no es más que el resultado de la lectura del Evangelio hecha por Don Bosco y por la reflexión de sus seguidores. Su vida y trabajo educativo, pastoral, social… ha originado una forma de vivir el Evangelio “todo para mayor gloria de Dios y la salvación de las almas”.


Para entender la espiritualidad salesiana conviene tener presente: La vida de Don Bosco como primer referente. Las aportaciones e intervenciones de los que han seguido estudiando su vida. Y la actualización con vistas a una “nueva espiritualidad” para “tiempos nuevos”.

Para comprender, también hay que tener en cuenta que don Bosco no fue un maestro espiritual. Fue hombre de acción, sacerdote, educador, autor, fundador… No escribió ningún libro espiritual que pueda sugerirse como tratado de vida cristiana. Como hombre carismático, tuvo una “experiencia” típica de vida espiritual, con una sensibilidad práctica y concreta por ciertos valores del Evangelio.

La acción educativa, es para Don Bosco el lugar privilegiado del espíritu salesiano. El camino que escogio para vivir la espiritualidad, fue la educacion, segun el estilo presente en el Sistema Preventivo.

 La relación educativa es parte integrante de la espiritualidad salesiana. La vida espiritual no se realiza aislada del trabajo educativo ni del compromiso social.  El servicio a los jóvenes es el escenario donde debemos encontrar a Dios, aliento y comida para nuestra vida espiritual.  Las relaciones con los jóvenes, la presencia entre ellos (escuela, oratorio, parroquias, plataformas sociales...), la ayuda que se les da y el tiempo consagrado a ellos, la promoción diversa de sus capacidades: todo esto puede ser el “medio” en que el educador salesiano alimenta su vida espiritual.  La acción educativa es como un “sacramento” del encuentro con Dios. Esta presencia educativa, cuando es plenamente humanizadora, no es algo colateral en la vida espiritual, como si esta se realizase únicamente en la oración, en los ejercicios de piedad, en la expresión litúrgica y sacramental.


La acción pedagógica y la tarea en lo cotidiano pueden convertirse en lo esencial de la acogida de Cristo resucitado que el educador trata de vivir. La espiritualidad salesiana es una respuesta a los problemas reales y a las circunstancias concretas de la vida moderna; es una espiritualidad juvenil que responde a las exigencias de los jóvenes de hoy.

La Espiritualidad Salesiana, vocación del EDUCADOR  El espíritu Salesiano encuentra su modelo en Cristo, siendo sensibles a sus rasgos de Apóstol (enviado) del Padre, con predilección por los más débiles y pobres (los jóvenes más pobres, abandonados y en peligro), trabajando por la llegada del Reino.  Los jóvenes de las Obras educativas esperan encontrar en cada Educador un portador del amor que Dios tiene reservado para ellos.  El Sistema Preventivo toca el SER y no sólo el hacer del Educador llegando a su profundidad; la labor de Educador Salesiano es su VOCACIÓN (llamados por Dios para este servicio por lo jóvenes, especialmente por los más pobres) al estilo del Buen Pastor.


Características de la Espiritualidad Salesiana Don Bosco inicia en Valdocco una escuela de espiritualidad, que llamamos “la espiritualidad salesiana”. Las características de la escuela de espiritualidad, que siguen vigentes hoy, son: a) Valdocco vive un ambiente evangélico de espiritualidad santidad; todo está pensado y orientado a ese crecimiento. b) Es una espiritualidad juvenil, no sólo para los jóvenes sino con y desde ellos, en la que todos pueden ser santos. Todos, jóvenes y adultos, están llamados a ser santos. la santidad no es para algunos ó para los mejores. c) Es una santidad educativa, capaz de desarrollar en cada joven, en cada educador lo mejor de sí mismo; es creativa, es pedagógica, es gradual, con itinerarios específicos, con acompañamiento. d) Es una santidad relacional, centrada en la amistad – amorevolezza, en las relaciones personales; vivida en la confianza y la familiaridad. e) Es una Santidad centrada en la vida de cada día, en las labores ordinarias; espiritualidad del cotidiano, que propone la vida ordinaria como lugar de encuentro con Dios. f) Es una santidad Pascual, que genera alegría, optimismo, que desarrolla una actitud positiva de esperanza en los recursos naturales y sobrenaturales de las personas y presenta la vida cristiana como un camino de felicidad. g) Es un santidad sencilla – popular, sacramental (especialmente la confesión y la Eucaristía), centrada en Jesucristo, bajo el auxilio de la Virgen, en la Iglesia, al servicio de ella y de la sociedad. h) Una espiritualidad del servicio responsable, que suscita en jóvenes y adultos un renovado compromiso apostólico para la transformación cristiana del propio ambiente hasta el compromiso vocacional. i) Es una santidad exigente.


A los pocos meses de ordenarse sacerdote, Don Bosco comienza a visitar las cárceles. Esta experiencia marca el rumbo de sus opciones como educador. Él lo describe con estas palabras:

Don Bosco se ubica en la Italia del siglo XIX (1815-1888); de familia campesina y de escasos recursos económicos; desde pequeño empieza a orientar su vocación de servicio hacia los compañeros; con el sueño de los 9 años va encontrando iluminación y orientación en su camino vocacional y en la realización del carisma que el Espíritu Santo le ofrecía en favor de la juventud pobre, necesitada y en peligro, y las clases populares. Como sacerdote hace la opción de ser el sacerdote de los jóvenes: "Hasta el último aliento de mi vida será para ustedes, queridos jóvenes". Para ellos, bajo la inspiración del Señor y la guía de la Virgen Auxiliadora, consolida la obra oratoriana salesiana, y para su animación funda los diferentes grupos de la familia salesiana (salesianos religiosos, Hijas de María Auxiliadora, cooperadores salesianos, exalumnos).

“Me horroricé al contemplar cantidad de muchachos, de doce a dieciocho años, sanos y robustos, de ingenio despierto, que estaban allí ociosos, atormentados por los insectos y faltos en absoluto del alimento espiritual y material. Constaté, también, que algunos volvían a las cárceles porque estaban abandonados a sí mismos. Quién sabe, decía para mí, si estos muchachos tuvieran fuera un amigo que se preocupase de ellos e instruyese, si no bajaría el número de los que vuelven a la cárcel”.


Éste fue el detonante que movió el corazón educador del apóstol de los jóvenes: hacer todo lo posible para que el joven no tuviera aquella horrible experiencia. Prevenir y adelantarse a las dificultades y problemas que fuera a encontrar: falta de instrucción, falta de preparación para el trabajo, falta de medios para divertirse conforme a su edad, falta de hogar, falta de afecto y ambiente de familia, falta de referencia parroquial y de curas que lo conocieran... falta de todo. El 8 de diciembre de 1841 Don Bosco se encuentra con un joven, Bartolomé Garelli, que va a ser el primero en frecuentar las reuniones dominicales con el cura de Turín. Tras el diálogo con Garelli Don Bosco comprende que las tres instancias que deberían haber trabajado en la formación de aquel muchacho estaban ausentes. Familia, Escuela e Iglesia. Se da cuenta que los padres no existen, que a la escuela no ha ido, que no ha hecho la primera Comunión y que no sabe nada de catecismo. Una situación desastrosa, que puede provocar fácilmente el fracaso de una vida.

Y Don Bosco de una manera sencilla y rudimentaria le otorga los tres elementos fundamentales: con su amistad le hace reencontrar un poco el calor familiar; proponiéndole un poco de escuela intenta darle confianza a su inteligencia, hacerle descubrir su dignidad y el catecismo como objeto de enseñanza, hace volver a Bartolomé a la Iglesia. Este encuentro es el núcleo que contiene ya toda la originalidad del Oratorio de Don Bosco: una amistad que hace sentir en familia, una escuela que proporciona el sentido de la dignidad, una iglesia que hace encontrar a Dios y sentir la paz profunda de ser sus hijos. En 1853 Don Bosco comienza a reunir algunos grupos de jóvenes a los que ofrece aprender un oficio. Abre unos pequeños talleres de zapatería y sastrería. El primer maestro es él mismo. En pocos años puede comenzar otros talleres: encuadernación, carpintería, imprenta y cerrajería. Y el mismo trato y conocimiento de las


necesidades de los jóvenes le hace escuchar sus peticiones de ampliar las enseñanzas que reciben, hasta llegar a poder estudiar los cursos normales en la propia casa de Don Bosco, y le hacen conocer también que algunos no tienen casa o carecen de condiciones para vivir en ella. Y Don Bosco hace que sus pequeños centros de diversión, religión y formación sean verdaderas casas de jóvenes. Éste es el corazón abierto de un auténtico amigo y educador de los jóvenes. Un educador que no dejó escritos muchos libros sobre educación, pero sí dejó con claridad y fuerza su mismo ejemplo y algunas intuiciones escritas que son verdaderos secretos en el difícil arte de educar. Entre sus breves escritos sobre educación destaca un pequeño tratado donde él expone su “Sistema Preventivo”, en él trata de recoger sus experiencias como sacerdote y educador:

“ESTE SISTEMA PREVENTIVO DESCANSA POR ENTERO EN LA RAZÓN, EN LA RELIGIÓN Y EN LA BONDAD, EXCLUYENDO TODO CASTIGO Y HUMILLACIÓN”. “EL EDUCADOR HA DE HACERSE AMAR DE LOS JÓVENES SI DESEA HACERSE RESPETAR”. “LA EDUCACIÓN ES COSA DEL CORAZÓN”. “FAMILIARIDAD Y AMISTAD CON LOS JÓVENES. EL QUE QUIERA SER AMADO ES NECESARIO QUE DEMUESTRE QUE AMA. EL PROFESOR QUE SÓLO APARECE EN LA CLASE SERÁ UN BUEN PROFESOR, PERO NADA MÁS. PERO SI CONOCE A LOS ALUMNOS Y SE INTERESA POR ELLOS SERÁ, ADEMÁS, AMIGO Y PODRÁ INFLUIR EN SU VIDA”


Imitar a Don Bosco es orientar nuestra vida y nuestra acción educativo - pastoral con la práctica del Sistema Preventivo. Imitar supone seguir su sistema educativo, “trabajar sobre el espíritu salesiano que debe alentar y ayudar nuestras acciones y nuestras palabras. Que nuestro sistema sea el preventivo: […] que en las clases resuene la palabra dulzura, caridad y paciencia […]. Cada salesiano se haga amigo de todos, y no trate nunca de vengarse; sea fácil en perdonar, sin recordar nunca cosas ya perdonadas. La dulzura al hablar y al actuar gana todo y a todos”. Imitar es ser bondadoso, cariñoso, cercano,

respetuoso… Es ser la encarnación del Sistema Preventivo.

PADRE

Durante toda su vida demostró tener corazón de padre. Decía a sus hijos e hijas: “Sea cualquiera la parte del globo donde se

encuentren, y por muy remota que esté, no olviden que aquí, en Italia, tienen un padre que los ama en el Señor”. En la Carta de Roma decía: “¿Saben lo que desea este pobre anciano que ha consumido toda la vida para sus queridos jóvenes? […]. Que vuelvan […] los días del amor y la confianza entre jóvenes y superiores, los días del espíritu de condescendencia y mutua tolerancia por amor a Jesucristo, los días de los corazones abiertos con total sencillez y candor, los días de la caridad y la verdadera alegría para todos”.

MAESTRO Nos recuerda el sueño de los nueve años y algunas características de María. De ellos aprendió la bondad y el arte de enseñar a los jóvenes el camino del amor a Dios y a los hermanos. Una de las realidades más bellas es que lo humano no queda anulado, sino enriquecido por los valores del Evangelio. Lo humano y lo evangélico se unen en una perfecta armonía. Abierto a las realidades terrenas y a Dios. Hombre de la tierra y del cielo. Abierto a los hombres y a Dios. Es uno de los rasgos de su espiritualidad: profundamente humana y profundamente divina. Todo ello al servicio de la misión: salvar a los jóvenes. “No dio paso, ni pronunció palabra, ni acometió empresa que

no tuviera por objeto la salvación de la juventud. Lo único que realmente le interesó fueron las almas”.


ó

 Siembra a manos llenas, porque obrando bien te beneficiarás en esta vida y recogerás mejores frutos en la otra.  El camino para llegar al cielo no son los placeres.  Para volar al cielo necesitamos dos alas: La Confesión y la Comunión.  Nunca debemos sentirnos solos, Jesús siempre nos acompaña.  Estudio, trabajo, oración: he aquí el lema que te conservará bueno.  El amable y humilde será siempre querido por todos, de Dios y de los hombres.  Es muy difícil arrancar un vicio que se haya adquirido en la juventud.  Un joven perezoso e indisciplinado será un joven desgraciado.  En todos los peligros invocad a María y os aseguro que seréis liberados.  Es una locura buscar la felicidad lejos de Dios.  Donde no hay Religión, todo se degenera en inmoralidad y deshonestidad Don Bosco, TU AMIGO….!!!


MANOS A LA OBRA…!!! Para profundizar la experiencia espiritual de Don Bosco, hagamos una LECTURA ESPIRITUAL SALESIANA Seleccionar un pequeño texto de las Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales… (Escuchar o leer…) y seguir la siguiente metodología.


Antes de acometer cualquier empresa, era en él hábito constante observar si redundada a mayor gloria de Dios y bien de las almas; y, una vez persuadido de ello, consideraba la idea como venida de lo alto, y no había fuerza humana que le detuviera. Los que le rodeaban podían tal vez desalentarse ante el temor de que vinieran a faltar los medios. —¡Hombres materiales! —decía en tales casos—. ¿No es más crear la idea que proporcionar los medios para actuarla? No fueron pocos los que se maravillaron al verle emprender la construcción del templo de María Auxiliadora, sabiendo que carecía de fondos, y que en aquellos tiempos era bien poco lo que para tales obras se podía esperar. ¿No es esto un desafiar a la Providencia?, le decían.

PREGUNTAS PARA COMENZAR

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El núcleo animador del espíritu salesiano es la caridad pastoral. Caridad es el nombre del amor de Dios y es lo que distingue a los discípulos de Jesús. Es el centro de la vida cristiana y fue también el centro de su vida apostólica. La caridad pastoral se expresa en dos dimensiones esenciales: amor a Dios y amor a los hermanos. El amor a Dios actúa siempre como causa y fuente de nuestro amor al prójimo. En una conferencia del 11 de marzo de 1869, hicieron una pregunta a Don Bosco: ¿cuál es el espíritu que debe animar nuestra vida? Al cual respondió: “Queridos míos, ¡es la caridad!”

El amor de Dios, pero un amor a Dios encarnado, humano.


En 1877, explicando en Niza “El Sistema Preventivo”, cita Don Bosco la página en la que el apóstol Pablo habla de ella: “La caridad es paciente, es benigna… lo espera todo… lo soporta todo” (1 Cor 13, 4 – 13)

PREGUNTAS DE REFLEXION

En la carta de Roma del 10 de mayo de 1884, insistía en la importancia de la caridad o amor como guía conductora de su sistema educativo. “Traté de encarnar en mi vida el amor de Dios”. El Dios vivido y experimentado por Don Bosco es un Padre amoroso, Para transmitir su hecho presente en la persona de espíritu dijo con Jesús, que sostiene, motiva, sencillez a sus estimula, comprende, perdona, salesianos: “Mira fortalece, da seguridad, certeza y cómo hago yo; no tienes más que esperanza… Lo buscó, imitarme”. Imitarme infatigablemente, en los jóvenes equivale a amar a pobres y abandonados, en los Dios en los jóvenes jóvenes generosos a quienes no les asustaba ser santos, en los colaboradores incondicionales y también en aquellos que no veían claro el camino que seguían. Y lo buscaba aun cuando, en no pocas ocasiones, no tenía la completa certeza de encontrarlo en lo que emprendía. Lo buscaba y me encontraba con Él, cara a cara, en los momentos de oración explícita y en la celebración de la Eucaristía. La influencia de don Cafasso en la residencia sacerdotal llevó a Don Bosco a cambiar y pasar a creer en un Dios Padre misericordioso y que con la bondad llevaría a los jóvenes a Dios.


Don Bosco vive una espiritualidad humana, fundada en el diálogo confiado con Dios, que quiere la salvación de todos, y para la que ha enviado su Hijo Jesús.

PREGUNTAS PARA PROFUNDIZAR…

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Don Bosco habla de Dios con ternura, con cariño, con pasión. Para Jesús, Dios es más que Padre, es Abbá que puede ser traducido como “padre querido”. Jesús, con gran escándalo, empleó este término para hablar de Dios porque su relación con Él estaba llena de confianza y de ternura. Don Bosco sostiene que nuestro Dios tiene “entrañas de misericordia” (Lc 1,78). Es el Dios que ama la vida; el Dios cariñoso, tierno, amoroso, bondadoso, cercano, familiar. Estos valores trató de encarnar en su vida.

En un escrito enviado a la marquesa Barolo un libro titulado “Ejercicios de devoción sobre la Misericordia de Dios”. En este folleto insistía en tener confianza en un Dios Padre misericordioso que “ha creado a todos para el Paraíso”. Hablaba del amor con el que Dios acoge al pecador y utiliza por primera vez la palabra “amorevolezza”. Dios es un “padre amoroso” que perdona los pecados más graves.


El Dios de Jesús no es un juez implacable al acecho de nuestros errores. Creer en el Dios de Jesús no es creer en un “qué”, en el sentido de los conocimientos humanos, sino en un “quién”. En una palabra, es Jesús de quien se ha fiado. Él, “que es imagen del Dios invisible” (Col 1,15), vino a revelarnos quién es Dios: el Padre que quiere que vivamos como hermanos y que nos invita de este modo a hacer realidad su Reino, con la fuerza de su Espíritu, de manera que se haga “su voluntad en la tierra como se hace en el cielo”. Verdaderamente, “a Dios nadie le ha visto, pero el Hijo Unigénito, el que está en el seno del Padre, Él nos le ha dado a conocer” (Jn 1,18)

PREGUNTAS PARA COMPROMETERNOS…


Una frase dirigida a los educadores: “Muchos jóvenes no van a leer más evangelio que tu vida”.

Es la vida, el testimonio, lo que anuncia a Jesús. Para Don Bosco el mejor camino que tuvo para que la juventud leyera en su vida el Evangelio fue la “amorevolezza”, es decir, el amor, el cariño, la cercanía, la ternura, la amabilidad, la dulzura, la bondad...

PREGUNTAS Para comenzar y analizar

Muchos de nuestros jóvenes de hoy carecen del cariño necesario para madurar. Don Bosco nos recuerda en varios episodios: 

¿Crees que siendo duro, frio y lejano con los estudiantes te da más autoridad? ¿Cuándo tratas con simpatía, aceptación y afecto, los estudiantes desconfían de ti o se sienten más cercanos? ¿Crees que el respeto se gana a fuerza de odio, de represión o de cercanía y amor sincero? ¿Nuestros estudiantes, nos los entregan sus padres para que sean nuestras víctimas o para que los hagamos crecer en humanidad, en sabiduría, en relaciones cordiales? ¿Cómo ves a tus estudiantes: una pandilla de enemigos que hay que dominar o un grupo de “hijos e hijas” a quienes amar?


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Don Bosco profundiza… 

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La carta que Don Bosco mando a don Cagliero le dice: “Preparo una carta para don Costamagna y para tu norma me referiré en especial al Espíritu Salesiano que queremos introducir en las casas de América. Caridad, paciencia, dulzura, pero jamás reprensiones humillantes, nunca castigos, hacer el bien al que se pueda, mal a nadie… Que en las clases resuenen las palabras dulzura, caridad y paciencia…”. Don Albera, el 18 de octubre de 1921, decía: “Su Sistema Preventivo no era sino la caridad…”. El Capítulo General XXI afirma: “Este sistema es un método de educación, pero sobre todo es una espiritualidad, es un amor que se da gratuitamente, inspirándose en la caridad de Dios”.

La amabilidad y la ternura son la alegría del corazón; la expresión de afecto que brota entre las personas. La ternura nos humaniza. Don Bosco vivió en un mundo donde había una enorme falta de ternura. Lo vio en las cárceles de aquel tiempo, en los muchos jóvenes que salían aún peores de ellas porque no eran queridos. Solo el castigo o la represión era la llave que usaban para cambiarles. Y se equivocaban.


Aquellos jóvenes recluidos en la cárcel, sus reacciones eran negativas porque no habían sido queridos. Como no recibían cariño atacaban, maltrataban, robaban e incluso mataban para hacerse notar. Ya que no recibían ninguna muestra de cariño, al menos alguien se fijaba en ellos, aunque fuera para meterlos de nuevo en la cárcel. En las obras salesianas los jóvenes deben leer el evangelio del amor en los educadores. Y la expresión más convincente y clara es el cariño, el trato amable hacia ellos. La expresión de afecto mediante la amabilidad cubre la necesidad psicológica de amar y ser amado, ayuda a que la persona se sienta querida y desarrolla la autonomía personal.

En nuestra sociedad de bienestar, cada día tenemos más abundancia de cosas, de medios, de “cachivaches “, de tabletas o iPad y, sin embargo, va creciendo la sensación de anonimato, soledad, incomunicación y falta de calor humano. Esa juventud autosuficiente, llena de tantos inventos: “Smartphone”, “Android”, tabletas… son una especie de “huérfanos sin hogar” que tratan de buscar cariño a través de esos medios. La falta de ternura no la suple el móvil, las tabletas, el coche maravilloso, el tener…, sino el cariño, las caricias psicológicas, el sentirse querido.


El ser positivo, amable, mejora la salud física y psicológica y también la salud o salvación cristiana. Por eso es importante el amor en la educación. De los tres pilares: razón, religión y amor, este último es la llave fundamental para el crecimiento de los jóvenes.

La promotora del espíritu de familia fue Mamá Margarita. Quiso que el Oratorio fuera una “casa”, un hogar. “El Oratorio era entonces verdadera familia”. Los jóvenes se encontraban a gusto. Se vivía sin ningún temor y con mucha paz y alegría. Allí se respiraba un acogedor ambiente de familia. “Los jóvenes no encontraban diferencia entre el Oratorio y su casa paterna”.

La base para lograr un clima familiar está en la confianza. La pedagogía de la fraternidad de san Francisco de Asís favoreció la mejora de las relaciones humanas. La pedagogía del cariño en la casa de Don Bosco favoreció el espíritu de familia. La confianza, el amor y la colaboración afectuosa son la condición necesaria para toda relación auténtica. Es el único medio para crear espíritu de familia.

LA FUENTE DEL SISTEMA EDUCATIVO DE DON BOSCO ES LA CARIDAD QUE, EN EL EDUCADOR, SE CONVIERTE EN RAZÓN Y CARIÑO SI EDUCA EN CONFIANZA, AMISTAD Y COLABORACIÓN ESPONTÁNEA.


La “Carta de Roma” describe magníficamente aquel clima: “Valfré me mostró a todos los jovencitos con el mismo semblante, edad y estatura de aquel tiempo. Me parecía estar en el antiguo Oratorio en la hora del recreo. Era una escena llena de vida, movimiento y alegría. Unos corrían, otros saltaban, otros hacían saltar a los demás; quién jugaba a la rana, quién a bandera, quién a la pelota. En un sitio había un corrillo de muchachos pendientes de los labios de un sacerdote que les contaba una historia; en otro lado había un clérigo con otro grupo jugando al burro vuela o a los oficios. Se cantaba, se reía por todas partes; y por doquier, sacerdotes y clérigos; alrededor de ellos, jovencitos que alborotaban alegremente. Se notaba que entre jóvenes y superiores reinaba la mayor cordialidad y confianza. Yo estaba encantado con aquel espectáculo. Valfré me dijo: —Vea cómo la familiaridad engendra afecto, y el afecto, confianza. Esto es lo que abre los corazones y los jóvenes lo manifiestan todo sin temor a los maestros, asistentes y superiores. Son sinceros en la confesión y fuera de ella, se prestan con facilidad a todo lo que les quiera mandar aquel que saben que los ama”. Entonces se acercó a mí otro antiguo alumno, que tenía la barba completamente blanca, y me dijo: —Don Bosco, ¿quiere ver ahora a los jóvenes que están actualmente en el Oratorio? —Sí, respondí, pues hace un mes que no los veo. Y me los señaló. Vi el Oratorio y a todos ustedes que estaban en recreo. Pero ya no oía gritos de alegría y canciones; ya no veía aquel movimiento, aquella vida de la primera escena. En los ademanes y en el rostro de algunos jóvenes se notaba aburrimiento, desgana, disgusto y desconfianza, que causaron pena en mi corazón”.

Todos los problemas de la pedagogía se resuelven a la luz de la pedagogía del corazón. Todos los que estudian el sistema educativo salesiano reconocen la importancia y la centralidad de esta inspiración pedagógica. “todos los esfuerzos se dirigieran continuamente a obtener en mis casas de educación la armonía de los corazones, y a unir, en una intimidad de buena ley, a superiores y alumnos” (don bosco)


Don Bosco manifiesta que la necesidad de corazón y familiaridad habían sido una de las exigencias que en su juventud había sentido con más fuerza, hasta sufrir por ello y llorar. En su adolescencia se lamentaba de no haber podido establecer una relación familiar con sus educadores. Por ello decía: “Si llegase a ser sacerdote, querría conducirme de otro modo; querría acercarme a los niños, hablarles con palabras cariñosas, darles buenos consejos”. Don Bosco en su proceso formativo siempre pidió un amor equilibrado, abierto, armónico, racional. Es lo que hoy llaman “inteligencia emocional”. Las emociones y la racionalidad tienen que convivir armónicamente. La racionalidad permite que las emociones se expresen en su justo medio y se eviten exageraciones. El equilibrio entre la razón y el corazón es el punto más difícil de establecer y de mantener en toda praxis comprometida y consciente.

La exigencia del corazón, unida a la de la razón, es el elemento esencial de mi sistema. En su testamento deja el santo escrito: “Muéstrense siempre cariñosos con ellos”. Carta de Roma: “Que los jóvenes no solo sean amados, sino que ellos mismos se den cuenta de que son amados […] y que siendo amados en las cosas que les gustan, y participando en sus inclinaciones infantiles, aprendan a ver el amor en las cosas que naturalmente les agrada poco, como son la disciplina, el estudio, la mortificación de sí mismos, y que aprendan a hacer estas cosas con decisión y amor”. Solo en un clima de entrega amorosa se da la condición para que la relación educativa subsista. Esta confianza establece una corriente entusiasta entre educadores y educandos: “Los corazones se abren y dan a conocer sus necesidades y manifiestan sus defectos”. La confianza se convierte entonces en fusión de dos espíritus que colaboran en el logro del mismo ideal: el espíritu de familia.


El afecto correspondido, la acogida, la corresponsabilidad del bien común.

Intercambio de vida, sentimientos, pensamientos, intereses, planes, alegrías y penas

ESPIRITU DE FAMILIA “Apertura de corazón” Las relaciones entre los miembros deben ser personales y no solo correctas, burocráticas y formales

Los reglamentos y normas de orden y conducta de una obra educativa son como las escaleras de incendios: solo para aplicar cuando de verdad se necesiten.

Clima de confianza y perdón. No hay que sustituir el amor por la frialdad de un reglamento. En las obras educativas, más que actuar “porque se debe”, se actúa “porque se ama”, y se comprende, porque hay afecto. Todo ello a la luz de la fe. La confianza y el perdón han de ser las actitudes diarias de la vida.


“El trabajo y la templanza harán florecer la Congregación” (Don Bosco)

En el sueño de Don Bosco de los diez diamantes, el trabajo y la templanza, colocados en los hombros, sostienen el manto del personaje. No pueden separarse, ya que tienen una función complementaria de impulso y punto de apoyo.

Va unido al cumplimiento de la misión. Impulsa a la acción, estimula la creatividad, alienta a una mayor afirmación de sí mismo. El educador salesiano “se entrega a su misión con actividad incansable, y procura hacer bien todas las cosas con sencillez y mesura”.

Trabajo

El trabajo como fuente de santificación El educador salesiano tiene conciencia de que con el trabajo participa en la acción creadora de Dios.


Nuestro trabajo debe desarrollarse en una triple dimensión:

Evangelizadora.

La espiritualidad salesiana tiene, como objetivo, el anuncio del Evangelio de Jesús. Es el motor que nos lleva a ser buenos profesionales y excelentes educadores. Es la razón de la familia salesiana: educar evangelizando y evangelizar educando. No olvidemos que el mejor camino para ello es nuestra vida. El único evangelio que muchos leerán es nuestro ejemplo, nuestra honradez profesional, nuestro compromiso, nuestra fe, nuestra praxis sacramental. El mejor instrumento para evangelizar es el testimonio de nuestra vida. Evangelizar es anunciar con la vida la propuesta de valores que nos ha hecho Jesús durante su vida


Equivale a dominio de sí mismo, a cultivo de lo razonable, a ser dueño del propio corazón, a moderar las inclinaciones, los instintos y las pasiones.

TEMPLANZA

Hoy se hablaría del control de las emociones, de equilibrio, sentido común, capacidad de moderar las cosas bajo la guía de la razón. Ser inteligentes emocionalmente; tratar de que la razón y los sentimientos convivan en armonía. Porque ser templados no resulta fácil. Hay que contar hasta diez antes de reaccionar para no actuar incorrectamente.

No debemos castigar mientras la pasión nos domine. Para nosotros educadores, ser templado significa tener control, equilibrio, sentido común, en el punto exacto, no excesivo, conforme a razón, dueño de sí, amable. Una templanza que ayude a mantenerse sereno no es una suma de renuncias, sino crecimiento en la fe, en el amor, en la generosidad, en la entrega a Dios y a los jóvenes. La templanza supone dominio de nuestras emociones y también de nuestros instintos. No podemos actuar solo con el criterio de lo que nos agrada. Hay que plantear nuestra vida desde la racionalidad y la fe que nos orienta éticamente. La templanza supone también el control en las relaciones con los demás. Normalmente deseamos el cambio del otro, para que las relaciones sean positivas, y nos olvidamos de que el otro solo cambiará si primero cambiamos nosotros. La templanza tiene como guía orientadora a la razón. La templanza lleva a un sano equilibro. Esta templanza salesiana no equivale a renuncias o penitencias, sino a asumir la vida desde una clave positiva. La templanza para nosotros es el camino que nos lleva a ser maduros, a ser personas, a ser cristianos.

PREGUNTAS PARA CONTINUAR PENSANDO…!!!

¿Qué significa tener una verdadera alegría? ¿De dónde viene la alegría? ¿Cuándo estamos alegres? ¿Qué significa “servir al Señor con alegría”?


Una cualidad que acompaña al trabajo es la alegría y optimismo.

OPTIMISMO El optimismo es un estado de ánimo positivo. El optimista valora las adversidades como un reto que acepta y asume y, en consecuencia, va a la búsqueda de soluciones. El optimista rebosa esperanza; genera confianza en sí mismo y en los recursos propios, y permite afrontar las adversidades y los obstáculos con mayor convicción y eficacia. Don Bosco fue una persona profundamente optimista. Lo que parecía imposible, con la alegría y optimismo, logró conseguirlo.


AlegRIa

En Jesús de Nazaret, Dios se ha revelado como el “Dios de la alegría” y el Evangelio es una “alegre noticia” que empieza con las “Bienaventuranzas”. Se trata de un don no superficial sino profundo, porque la alegría, más que sentimiento efímero, es una energía interior que soporta también las dificultades de la vida. Don Bosco descubrió el deseo de felicidad en los jóvenes. “Opté por que el educador salesiano no solo viva alegre, sino que comunique alegría y fiesta” (Don Bosco).

La alegría es difusiva y contagiosa, pero necesita propagarse, necesita música y canto, porque “un oratorio sin música es cuerpo sin alma”; necesita teatro y excursiones, necesita fiestas que vayan marcando el ritmo de la vida de los jóvenes, haciendo a los espectadores, protagonistas. Favorecía la alegría como camino hacia la santidad: “Sirvamos al Señor con santa alegría”, y, al mismo tiempo, siempre señalé a Dios como la fuente de la verdadera alegría.


 Don Bosco presenta al “Dios de la alegría”, se testimonia, en obras y en palabras, el “Evangelio de la alegría”.  El discípulo de Don Bosco está siempre alegre.  Difunde esa alegría y sabe educar en la alegría de la vida cristiana y en el sentido de la fiesta, recordando el aviso de san Pablo: “Estén siempre alegres en el Señor; les repito: estén alegres” (Fil 4,4).  La propuesta de Don Bosco nos presenta un programa de santidad: “Sirvamos al Señor con santa alegría”.  Estar alegres es una muestra de santidad en las personas. Así se lo dije a Domingo Savio: “Nosotros hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres”.  Un programa de vida es este eslogan: “Alegría, estudio, piedad”.  Un gran salesiano, Alberto Caviglia, llegó a decir que la alegría es el undécimo mandamiento para el salesiano. Las excursiones y el teatro; las fiestas, “el demonio tiene miedo de la gente alegre”.

MANOS A LA OBRA…!!! -

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Con la comunidad Educativa realizar un retiro – convivencia donde se pongan los valores de la alegría y se comparta las experiencias de servicio educativo. Leer el sueño de la Pérgola de Rosas.


“Cerca o lejos, pienso siempre en ustedes” “Queridos jóvenes os amo con todo mi corazón, y me basta que seáis jóvenes para que os ame”. Don Bosco

Don Bosco no solo apuntaba a la salvación del alma como un objetivo educativo, sino que su estilo educativo buscaba la salvación integral del joven. Esta idea lo plasmó en el objetivo general de sus proyectos: “Hacer de cada joven, un buen cristiano y un honesto ciudadano” Don Bosco fue un pedagogo humanista, descubre las potencialidades y genialidades que había en cada joven que el educador salesiano hoy en día debe descubrir, despertar y cultivar. Don Bosco expresó que cada joven era capaz de todo y que lo que faltaba era el impulso del educador. Don Bosco no perdió la confianza ni la calma frente a muchachos difíciles y de mala índole, decía que la “gracia” y la intervención oportuna de los educadores puede lograr el cambio de los corazones y en efecto lo demostró cuando se encontró con Miguel Magone que logró orientarlo y transformarlo de

Lo que educa no son las palabras, los libros, las tecnologías, sino las actitudes internas del corazón, esto es el amor demostrado con hechos concretos del maestro, del profesor, del educador. Todo joven tiene una posibilidad inmensa de bien, que no hay malos, ni imposibles, sino afectados por sus raíces, por el ambiente, por el abandono, por no tener a dónde acogerse; para él todos son rescatables, entonces la educación debe ser entendida como un proceso de humanización que en el tiempo de Don Bosco encaminaba a los jóvenes a que sean santos.


pecador a santo, y tantos otros Migueles, a quienes pudo verles morir como verdaderos modelos que imitar.

NO CON GOLPES!

Desde este sueño comienza la obra educativa de Don Bosco, desarrollar el afecto por los niños y jóvenes, mediante la “amorevolezza” que se traduce en “amabilidad” y este término es usado para explicar su Sistema Preventivo. Recordemos que es el amor educativo que hace crecer y crea en el educando la correspondencia en el bien. Para nosotros educadores salesianos es importante que este sea el punto de partida para crear un ambiente de cercanía, acogida, cortesía, delicadeza, en los ambientes y espacios educativos.


ESTAR CON…

(Don Bosco) Mamá Margarita fue para Juanito una gran maestra, desde niño le fue orientando hacia el bien y en su trato se dejaba ver la confianza ilimitada, que tenía hacia Juan; es decir Mamá Margarita comprendió que debía “estar con”, es decir junto a la persona que necesita de su ayuda. Entonces para cada uno de nosotros, la educación debe ser un continuo “estar con”, que se traduce en brindar confianza, al joven y en hacerle tomar en cuenta que educarse es saber usar la propia libertad reconociendo caminos que le favorecen en su vivencia personal.

La pedagogía de Don Bosco, en sus grandes lineamientos y criterios educativos, sigue en vigencia y en la actualidad es un desafío para cada educador, pues debemos poner en práctica la pedagogía de la confianza donde el joven se sienta amado; pues estar con los jóvenes no es simplemente una técnica educativa, sino que proviene de un verdadero afecto por ellos.

AMISTAD VERDADERA


Esta es una actitud que todo educador salesiano debe tener con los jóvenes. La amistad hace que teman hacer lo que te disgusta, lo que indicas con claridad y decisión: “Eso no está bien”. Don Bosco repetirá este pensamiento, tomando en cuenta las dificultades que muchos de sus salesianos tenían para “tener disciplina” de tres maneras diferentes: “Hazte amar, si quieres hacerte temer” “Hazte amar, antes de hacerte temer” “Hazte amar más que hacerte temer”

EDUCAR… ANIMAR

Como educadores nuestro compromiso debe ser crear un ambiente educativo, donde el joven viva los valores morales, religiosos, humanos, éticos, logrando establecer un ambiente de libertad, de familia, donde todos se sientan amados, atendidos, valorados. Este ambiente se formaba con el canto, la música, el juego, los paseos, el teatro, el deporte, la oración, los sacramentos, la catequesis, el estudio y trabajo, medios que no han pasado de moda sino que solamente se han ido transformando y que estamos invitados a utilizarlos.


ANIMAR… dar vida

La asistencia salesiana, significa acompañamiento, estar con ellos, observarles, conocer sus aptitudes, sus problemas, sus necesidades, es caminar con ellos mostrándoles las metas, los peligros. La asistencia es “encuentro”, diálogo, confianza. Para cada uno de nosotros hoy, la asistencia debe ser salir al encuentro de aquel joven necesitado, débil, solitario, que va en busca del sentido de la vida. La asistencia es sanar al enfermo, limpiar al sucio, levantar al que esta decaído, desanimado, evitar que el joven caiga en peligro, siendo cercanos a ellos, abrazando sus ideales, y alegrándonos de sus éxitos y triunfos, y el “estar con” y la prevención que debe poner en práctica todo educador salesiano al estilo de Don Bosco.

EL BUEN PASTOR que da la vida por sus ovejas y las previene del mal


VIVIR Y CRECER JUNTOS

Hablar de asociacionismo, hablamos de la asociación de grupos como un espacio que utiliza el joven para expresarse con mayor libertad, inventiva y originalidad e introducirse protagónicamente en el medio eclesial y social, es un espacio formativo que posee factores personalizantes y hoy imprescindibles, y sin duda es el ámbito más apto para realizar procesos de crecimiento social y de compromiso solidario”. Los jóvenes tienen la necesidad de encontrarse, de asegurarse en un tipo de relaciones recíprocas que crean círculos protectivos en la vida del joven y esto tiene que ver con la situación histórico - social que estamos viviendo.

El joven busca ser protagonista, líder y es significativo crear y facilitar los espacios para que el joven desarrolle sus capacidades y habilidades, potenciando la formación integral, ya que, joven, no es solo mente, sino corazón y acción.


VIVIR EN ORACION REFLEXION

Para Don Bosco, como educador católico, apasionado de Jesús y de su Madre, fue la religión como estrategia educadora, haciendo hincapié en la práctica de los retiros espirituales, en la presencia de Dios, la meditación, devoción a María, prácticas de sacramentos, catequesis evangelizadora que lleva al joven al encuentro con Jesús y al seguimiento por el camino del Evangelio. UNA PALABRITA… Buenas noches: En el oratorio había una enorme dificultad que UN era la carencia de talleres, de tal modo que CONSEJO tenían que ir a trabajar y a estudiar en la ciudad, lo que les acarreaba serios peligros para su moralidad… Fue entonces cuando Don Bosco comenzó a tener con los jóvenes por las noches después de las oraciones, un brevísimo sermoncito para proporcionarles algunas enseñanzas o reafirmarles… “La moral del Oratorio se mantenía estable, espléndida, y la llave maestra era precisamente la platiquita de todas las noches después de las oraciones. A nadie cedía Don Bosco este deber suyo a no ser que se encontrara impedido. Deseaba que quien le supliera en este delicado menester, no hablase más de tres o cinco minutos. Pocas palabras, una sola idea pero que impresione de forma que los chicos vayan a dormir imbuidos de la verdad que se ha presentado a su consideración”.


Desde el documento de Aparecida, se exhorta a los educadores católicos que: • Cristo: es el fundamento del proyecto educativo de la Escuela Católica. • "Estamos en condiciones de afirmar que el proyecto educativo de la escuela católica, Cristo, el Hombre perfecto, es el fundamento, en quien todos los valores humanos encuentran su plena realización, y de ahí su unidad (...)” • “El desafío de la Escuela Católica es hacer presente la tarea evangelizadora en lo más propio de su quehacer... La escuela católica exige un currículum evangelizador para formar una comunidad capaz de anunciar y desarrollar los valores propuestos por Jesucristo en el Evangelio".


Bienaventuranzas DEL educador salesiano

1. Bienaventurados los jóvenes que perciben amor, pues serán felices hasta la eternidad. 2. Bienaventurados los educadores que tienen el corazón abierto, pues serán amados. 3. Bienaventurados los educadores que viven en la caridad, pues serán recompensados. 4. Bienaventurados los educadores que llevan una palabra de aliento, pues serán dueños de los jóvenes. 5. Bienaventurados los educadores que dan confianza y libertad, pues encontrarán en los jóvenes el triunfo. 6. Bienaventurados los educadores que, iluminados por la fe, alejan de los jóvenes la violencia, el pecado, todo mal, pues encontrarán las puertas siempre abiertas. 7. Bienaventurados los educadores que cambian el temor por el amor, pues los jóvenes olvidarán la tristeza. 8. Bienaventurados los educadores que hablan al corazón, pues los jóvenes serán sus amigos. 9. Bienaventurados los educadores que saben obedecer, pues aprenderán a amar. 10. Bienaventurados somos todos, porque Dios nos enseña el arte de penetrar en el alma del educador.

La invitación es que cada obra educativa, debe ser como un hogar, y todas las personas que la forman deberían vivir juntas como lo hace una familia. Ser Casa que acoge, Parroquia que evangeliza, Patio que divierte y Escuela que educa para la Vida y el Trabajo. La tarea de todo educador hoy en día es enseñar a vivir lo permanente en medio de lo efímero a través del “diálogo” como alternativa, frente a la intolerancia y al relativismo, para hacer de los niños, niñas y jóvenes los “buenos cristianos y los honestos ciudadanos”.



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