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JUAN RAMÓN MEZA Cóctel de inauguración Miércoles 5 de marzo de 2020 De 19:00 a 21:00 horas EL ATTICO 4a. avenida 15-45 zona 14 Información/adquisición de obras elattico@gmail.com - 23860853
REGISTRO DOCUMENTAL
/LA POÉTICA DE LA IMAGEN Y LA POÉTICA DE ESTA IMAGEN /Diego Ventura Puac-Coyoy
El dibujo como medio de expresión en la contemporaneidad ha variado a formas, materiales y variaciones técnicas que van más allá del formalismo académico de lo que se entiende o acepta como dibujo. Una de las cualidades fantásticas del entendimiento del arte contemporáneo, es la cantidad de posibilidades de proponer y exponer a través de las variaciones de las técnicas. En el año 2019, Juan Ramón Meza presentó 2 propuestas con marcadas diferencias que sucedían en el ideario del artista: Dinámicas ferales y Terreno Develado. Dinámicas ferales, se presentó en enero en espacio/C arte contemporáneo centroamericano en Chichicastenango, el Quiché. Se presentó como una historia en proceso, desde exhibir los cuadernos o moleskines con las anotaciones y bocetos del artista, hasta las piezas finales. Todo el proceso marcaba un recorrido instintivo de la naturaleza: la germinación de las plantas hasta la exhuberante selva, del cachorro a la fiera, que mata para sobrevivir como acto instintivo y natural. La naturaleza que sigue su curso al margen de la incansable voracidad de consumo del humano.
Terreno develado, por otro lado, es una historia de vida, de encuentro, de espera y de la llegada de las señales -divinas- que marcan un destino y una esperanza. La carga vivencial y poética de esta serie, se manifestó a través de 25 tintas que se exhibieron en El Attico en el mes de marzo de 2019. De ambos procesos, el ejercicio artístico de Juan Ramón fue priorizando la palabra, como metáfora, como acción y como premisa. La palabra es una cosa sagrada, definitoria, ineludible. Lo que no se nombra, no existe. Del ejercicio literario surge “Albor”, que es, un manifiesto personal de la valentía y de los lugares que se asumen desde lo pasado para el futuro (incierto) donde el amanecer es un hecho ineludible, así como la verdad, así como la palabra. Del gesto poético sucede la imagen. Todas, conforman perfectamente el relato, sin ser ilustraciones. Son en sí mismas, una señal codificada, transmisible y perdurable. En nuestro tiempo, aun existe un instante para la poesía, para la flor, para el amanecer… para recordar el instante que marcó el día, la semana, el año. El acontecimiento de la vida que sucede ante nuestros ojos...
/LA COMODIDAD
/Eva María Meza Rivadeneira La comodidad: un peligro latente de la noche, es tibia, suave para llevarla, no amerita esfuerzo, alimenta tu yo con paz, no hay necesidades en ella más que sentir eso tan placentero que el ello te dicta, no hay nada que ir a buscar afuera, hasta ese momento en el que la luz empieza a develar lo desconocido de esa comodidad. La comodidad te había engañado, habías creído que en ella estaba todo hasta que la luz mostró esos vacíos que habían sido disimulados por esa paz superficial, tu cosmovisión había dejado de lado cómo te sentías y cómo veías al resto, te das cuenta que esa paz no es para siempre, que no es suficiente para cargar el peso de la existencia que amerita responsabilidad. Te hace pensar en un bebé, crece al comer, recibir afecto y dormir, pero el tiempo ha hecho que debas aceptar que ya caminas con ese peso: la existencia es un proceso, etapas que requieren decisión, y el desarrollo biológico sano igualmente es influenciado por éste. El miedo empieza a surgir junto con las preguntas ante todo ese resplandor, preguntas del “¿para qué?”, éste te guía, y lo curioso es que es de donde siempre huiste:
responder como amerita la vida, no por cómo te has sentido ni por cómo has permitido que te hagan sentir, es desconocido pero a la misma vez saboreas hermosura y te sientes más completo a pesar que el peso ha aumentado, junto con el peso tus brazos se hacen diestros y el temor ya no te sofoca. La paz antes sentida se ha convertido en vida cuando fue tocada por la luz y empieza a surgir cuando te hiciste consciente del peso que llevabas. El peso te hirió pero ahora ante la luz es la razón de la hermosura sublime de tu respirar. Llega el momento en el que tus piernas y espalda evidencian la falta de aptitud para llevar ese peso, naciste por él pero algo hace falta, y se amerita parar, dejar de ser un nómada y trascender de lo pasajero a lo permanente; de lo satisfactorio a lo necesario. Para que surja lo valioso de la vida es preciso dejar de remover la tierra y esperar. Así es la espera: lo más desesperante de ese peso, por lo menos moviéndote te distraes de él, tan fácil que es distraerse ¿verdad?, pero esperar hace que hasta sientas sus texturas y con ellas la espera da fruto y es sustancioso ver de dónde ha salido, cada textura es la huella del pasado sin nostalgia, indeleble pero fértil, sanamente apreciando el sentido de ese distanciamiento para verte a ti mismo para describirte, donde hasta una mariposa puede posarse a deleitarse sin juzgar, así de obvio es el fruto de la responsabilidad
de la propia existencia, a ese peso le empiezas a quitar las libras de lo que el otro había puesto sobre ti con tu permiso. La espera trae consigo temores, rabietas, pero el peso ahora ha invadido todo tu ser porque así lo has decidido y te has convertido en testigo de lo delicado que es este peso, es detallista, pinta colores que ahora son los que en ti viven. Entonces, ahora reconoces la verdadera paz, resultado de quietud pero no de comodidad, de heridas pero no victimismo, de capacidad pero no de autosuficiencia, de rendición pero no de inutilidad. El peso es el sentido, ahora te percatas al ver hacia delante que queda camino por recorrer pero ahora sabes cómo hacerlo al ver hacia atrás, aunque sean desconocidas esas veredas que se aproximan, no es un molde pero sí instrucciones para tu experiencia personal del presente y futuro.
II El río de la sociedad es sencillo: sin esfuerzo aprendes todo lo que en ella se está formando, no es necesaria la disciplina ni de una atención activa, solo necesitas ser parte de ella. Con esa misma facilidad la sociedad se ha ido tejiendo antes de nuestro nacimiento, nacemos en ella ya tejida y tomando su forma. “Nuestra red” no es la misma que la del otro lado del planeta, a diferencia de lo universal, en ningún lado del planeta deja de ser: la existencia, los temores y miedos, la alegría, la necesidad de crecimiento y de afecto, la risa y lo vital del amor, la búsqueda de sentido, la evasión de lo insatisfactorio y doloroso, y la descripción es interminable. La obra “Albor” de Juan Ramón Meza es una descripción de lo universal de la persona, lo holista que ella es, todas sus dimensiones se interrelacionan y dan a luz la existencia. La diversidad de culturas es tan rica, pero la descripción de la naturaleza humana siempre será la misma al desvestirla de lo que la sociedad le ha impuesto: modas, ideologías, normas de comportamiento para ser parte de un grupo, perfiles de aceptación y demás. “Albor” es ese autodistanciamiento para conocernos a nosotros mismos sin el “filtro” del hoy de la sociedad, el único recurso del artista es el papel, tintas y su propio espejo como persona y su encuentro con la luz.
Créditos
Juan Ramón Meza
Conceptualización
Licda. Eva María Meza Rivadeneira
Textos
Diego Ventura Puac-Coyoy
Edición
Luis Escobar
Dirección general
Guillermo Monsanto
Dirección Centro de Documentación
Rubén de León Museografía
Selvin García
Medios digitales/comunicación
espacio/concepto
Diagramación y diseño info.espacioce@gmail.com Todos los derechos intelectuales y de autor sobre las obras son propiedad única y exclusiva de los autores de las obras y de los textos. El presente documento se produce y difunde con fines culturales y educativos. Se permite su reproducción parcial o total por cualquier medio físico, electrónico o digital con la debida cita o la autorización escrita de los autores y/o espacio.
REGISTRO VISUAL
ALBOR I (CARGADOR) | 27 x 19 cm | tinta y acuarela sobre papel algodรณn | 2019
Albor. Deliberada inconsciencia, cobijo nocturno. Somnoliento, habitaba en un lugar sin norte, andando hacia ningún lugar sin siquiera saberlo; cegado por la ignorancia, inconsciente de mi carga, libre de reconocimiento alguno de mis carencias, (sumergido en un silencio profundo). Cuando escuché una voz que susurraba, sus susurros eran como un aleteo mudo difícil de ubicar en el espacio, pero a medida que me esforzaba por hacer sentido de ellos, se volvían a cada instante más reconocibles. La voz me resultaba familiar.
BALIZA | 27 x 19 cm | tinta y acuarela sobre papel algodรณn | 2019
ALARMA | 27 x 19 cm | tinta y acuarela sobre papel algodรณn | 2019
Los susurros se convirtieron en una voz intensa y ensordecedora, que se hacía más clara, y que a su vez hacía cada vez más pesada la carga en mi espalda. Lo que escuchaba develaba cosas que estaban lejos de ser placenteras; me sentí inundado por un frío, uno vacío y paralizador... sentí que caía. La voz hablaba palabras difíciles de escuchar, pero cada una de ellas contenían la verdad, palabras que me hicieron ver lo que por mucho tiempo ignoré, escucharlas me llevó a lo más profundo de ese lugar sin sentido.
CONCIENCIAS | 27 x 19 cm | tinta y acuarela sobre papel algodรณn | 2019
REALIZACIร N | 27 x 19 cm | tinta y acuarela sobre papel algodรณn | 2019
ALBOR II (CONCEPCIร N) | 27 x 19 cm | tinta y acuarela sobre papel algodรณn | 2019
RECLUSIร N | 27 x 19 cm | tinta y acuarela sobre papel algodรณn | 2019
La carga que esta voz reveló sobre mí me llevó a rendirme, me hizo consciente del dolor que acarreaba conmigo del pasado y el temor que sentía por el intimidante futuro. Me hicieron abrir los ojos, me llamaron a despertar. Alcé la vista y vi dos ojos, en ellos vi mi rostro, en el oscuro reflejo vi todo lo que me impedía salir del lugar donde me había encontrado por mucho tiempo. El ver mi condición me alertó del peligro que sin saber moraba. El temor me llevó a fijar mi vista en la profundidad de los ojos que tenía frente a mí: una alerta. En lo más profundo de esa mirada vi una luz, una luz que alumbraba lo que podría ser si fuera valiente, y entendí que mi carga era un potencial del que era responsable.
DISENSIONES | 27 x 19 cm | tinta y acuarela sobre papel algodรณn | 2019
ALBOR III (CONTEMPLACIร N) | 27 x 19 cm | tinta y acuarela sobre papel algodรณn | 2019
LUMINARIA | 27 x 19 cm | tinta y acuarela sobre papel algodรณn | 2019
DEPURACIร N | 27 x 19 cm | tinta y acuarela sobre papel algodรณn | 2019
La verdad es como el sol y brilla sobre todos sin excepciรณn.
ALBOR IV (CONTACTO) | 27 x 19 cm | tinta y acuarela sobre papel algodรณn | 2019
POLARIS | 27 x 19 cm | tinta y acuarela sobre papel algodรณn | 2019
EXPANSIร N | 27 x 19 cm | tinta y acuarela sobre papel algodรณn | 2019
Con los ojos puestos en el cálido albor al final del camino comencé a avanzar hacia la luz, la carga era pesada, pero, a medida que acortaba distancia, sentía una cálida brisa y podía percibir cómo a mi alrededor el caos se ordenaba; tenía una dirección. Adentrándome hacia la luz las heridas se secaron, de las cicatrices brotó nueva vida, el calor de la luz se llevó entre sus llamas todo lo que me estorbaba para llegar a mi destino. Me armé con la experiencia que gané del pasado y el miedo alimentó nueva valentía. Extendí mis manos, crecí y di gracias por un nuevo día. Juan Ramón Meza Rivadeneira
SENSATEZ | 27 x 19 cm | tinta y acuarela sobre papel algodรณn | 2019
VIGILANTES | 27 x 19 cm | tinta y acuarela sobre papel algodรณn | 2019
OFRECIMIENTO | 27 x 19 cm | tinta y acuarela sobre papel algodรณn | 2019