Revista Mujeres Inspiradoras by Facultad de Comunicaciones Universidad Central

Ediciรณn Especial | Diciembre 2018

Nelly Leรณn Hermana

Inclusiรณn femenina tras el fantasma de la cรกrcel

MUJERES

INSPIRADORAS

HERMANA NELLY LEÓN, JUNTO AL PAPA FRANCISCO DURANTE LA VISITA QUE EL LÍDER RELIGIOSO HIZO A LA CÁRCEL DE MUJERES DE SAN JOAQUÍN EN FEBRERO DE 2018.

CONTENIDO

MUJERES INSPIRADORAS - EDICIÓN ESPECIAL

FANNY DITTBORN

Entrevista a la directora de la Fundación Mujer Levántate.

18 PAOLA RAMÍREZ “Si yo de niña fui delincuente y pude cambiar, cualquiera puede”

NELLY LEÓN

Inclusión femenina tras el fantasma de la cárcel.

SERGIO

CHACÓN

“Nuestro norte tiene que ver con un trabajo personalizado”

MUJERES INSPIRADORAS

Es una publicación de la Escuela de Periodismo de la Universidad Central de Chile.

OSCAR SALAS

Entrevista con un voluntario de la Fundación Mujer Levántate.

Editor General: José Miguel Infante Sazo Editores: Francisco Saavedra Ahumada y Eduardo Córdova Ortiz Diagramación: Ramón Badillo Alarcón Equipo Periodístico: Franco Abatte, Francisco Alarcón, Eduardo Córdova, Javiera Moreno, Pía Oliva, Felipe Pinochet, Francisco Saavedra y Alicia Vergara. Periodismo, segundo año. Géneros Periodísticos II Asignatura Aprendizaje + Acción. Programa de Desarrollo Social.

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FANNY DITTBORN

Los rostros que marcó la cárcel Por Eduardo Córdova y Francisco Saavedra

anny Dittborn es integrante del directorio de la Fundación Mujer Levántate, organismo cuya labor es ayudar a mujeres privadas de libertad y acompañarlas en su proceso de inclusión. Fanny realiza su trabajo con pasión. Guarda experiencias e historias que la han conmovido de por vida. Esta mujer ha logrado mirar la realidad sin prejuicios. Ha querido ver y escuchar casos. Le ha costado críticas, pero también satisfacciones. Así lo confirman los rostros de esas mujeres que ha acompañado.

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Foto: Ramón Badillo Alarcón

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Foto: Ramón Badillo Alarcón

- ¿Cómo nació la Fundación Mujer Levántate? Había tenido en mi casa, como por seis meses, a una mujer para que me ayudara con lo doméstico y los niños. Un día, me anunció que se retiraba del trabajo, porque su mamá se había enfermado y tenía que cuidarla. Una pena, pero su motivo era comprensible. Esto sucedió en tiempos de dictadura. Pasaron muchos años de su partida, hasta me había olvidado de ella, cuando viendo noticias, aparece en pantalla una foto suya con su nombre. Estaba involucrada en un atentado a la embajada de España, era la que, desde una esquina, estaba atenta

“Me fui enamorando de ese mundo, hasta entonces, invisible para mí”. a la policía y alertaba a sus compañeros. Tuvo un encuentro con carabineros y se fue detenida. Estuvo varios años en prisión. Me dio mucha impresión esta noticia y quise ir a verla, pero eran tantos los datos que había que entregar para ello que desistí. Un día, acompañé a mi tío sacerdote, Alfonso Baeza Donoso, que iba a decir misa a la cárcel, quería saber y encontrarme con ella.

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En esa oportunidad conocí a la Hermana Nelly. No sé cómo fue que me vi envuelta en este proyecto. Ella le dijo al Padre: “su sobrina podría ayudarnos en este sueño que tenemos”. A poco andar supe de qué se trataba, comprar y habilitar una casa de acogida para mujeres que podían optar a beneficios y que para obtenerlos, necesitaban un lugar seguro. Me dije a mí misma, “una vez logrado esto, me retiro, soy profesora y no tengo más en qué cooperar”.

- ¿Cómo obtuvieron la casa? De manera muy milagrosa. A los pocos días de este encuentro con la Hermana Nelly, apareció una casa a tres cuadras de la cárcel de San Joaquín, el CPF, Centro Penitenciario Femenino. Unas monjitas la vendían y sin apuro del pago. Increíble, aún no teníamos el dinero. Nos pusimos en campaña y obtuvimos la suma que requeríamos y también pudimos habilitarla. Se inauguró muy luego. - ¿Cómo decidió continuar con este proyecto? - No lo puedo responder con exactitud. Lo que sí sé es que me fui enamorando de ese mundo, hasta entonces, invisible para mí. - ¿Para usted, ese mundo era desconocido? - Sí y por eso me impresionó mucho una vez que una interna me preguntó, bien molesta, mirando la muralla que las separa de la calle: -¿Usted ve ese muro? -Sí, le respondí. -¿Se da cuenta que esa muralla hacia adentro existimos 600 mujeres, 600 familias invisibles?. Me impactó mucho. Para mí eran invisibles. -¿Cómo era su pensamiento antes de conocer esta realidad? - Pensaba como muchos: “que se pudran en la cárcel, son

delincuentes y tienen que ser castigadas”. Las mujeres encarceladas cambiaron mi pensamiento. Me han hecho entender, conocer la realidad de mi país. La única manera de saber de esto es entrando y comprometiéndose con ellas. - ¿Falta presencia del Estado en las cárceles, en relación a la rehabilitación e inclusión posterior con las mujeres privadas de libertad? Creo que sí, que falta mucho para que vivan con dignidad, mejoren y aprendan para así no vuelvan a reincidir. El Estado invierte mucho en la mantención de las cárceles, pero faltan recursos para educación, apoyo sicológico, familiar y laboral. En general, con todos los privados de libertad ocurre lo mismo. Pasan temporadas detenidos sin ninguna intervención y cuando salen, caen otra vez, no saben hacer otra cosa o como sus antecedentes está “manchados”, no encuentran un trabajo digno. Si tuviéramos mayores aportes económicos podríamos atender a más mujeres y sus familias. Hemos tenido buenos resultados con nuestro trabajo. - ¿Qué pasa cuando usted pone el tema en otros lugares que no sean la Fundación? - A veces, en reuniones sociales pongo el tema para sensibilizar, dar a conocer esta realidad. Muchas veces encuentro

apertura, pero otras, oigo decir lo de siempre, hay que construir más cárceles, hay que ser más duros con los delincuentes y eso, así tal como está funcionando el trabajo en las prisiones, no es ninguna solución. - ¿Existe mucha distancia entre ambos mundos, el suyo y el de las internas? Claro que sí. Me pasa que de pronto siento como que tuviera dos vidas (…) Para mí estas mujeres y sus familias son admirables. Me cuesta dejarlas. - ¿Cómo es la relación de Gendarmería con las internas? - Dentro de lo que conocemos y hemos visto, hay gendarmes muy buenas que facilitan nuestro trabajo y otras, como en todas las cosas, que son indiferentes, cumplen su rol y ejercen su autoridad y poder. - ¿Qué es lo peor que experimentan las mujeres privadas de libertad? - Quizás sea la convivencia tan íntima y poco independiente, las peleas y humillaciones con que se hieren entre ellas. También, en algunas ocasiones, el mal trato de las funcionarias. - ¿Cómo es su relación con las internas? Al comienzo me sentí muy observada. No creen ni esperan mucho de las personas que dicen venir para ayudarlas. Desconfían. Poco a poco se van entregando

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Foto: Ramón Badillo Alarcón

en la medida que uno cumpla con lo que les promete. Nunca les pregunto por qué están privadas de libertad, son mujeres igual que yo. A través de ellas empecé a conocer lo que ahí dentro se vive, sus historias, los orígenes del delito, sus dolores… Es muy penoso oírlas contar que tienen a sus familias lejos, que no han visto a sus hijos por mucho tiempo, que tienen pocos estudios o ninguno, sin oportunidades de trabajo, etc. En ese momento, pienso que si yo hubiese sido ellas, con seguridad, habría hecho lo mismo y más. Delinquir es un escape, es la única salida para mantener a los hijos. No lo justifico, pero me pongo en

sus zapatos y lo entiendo. - ¿Qué carencia nota, usted, en ellas, las mujeres recluidas? - La necesidad de afecto, de visibilización, el reconocimiento y trato digno. Me pasó una vez algo me asustó su buen poco. Realizaba un Taller Literario dentro del CPF. Eran como diez las que participaban. Consistía en que yo seleccionaba un texto y se los leía oralmente. Nos sentábamos alrededor de una mesa y cada una de ellas se ubicaba siempre en el mismo lugar. La Katy, siempre a mi lado y de mano tomada. Un jueves, llegó una niña nueva y, sin saber que ese puesto estaba ocupado aunque la persona aún no hubiera llegado, se sentó a mi lado, en

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el lugar de la Katy. Cuando esta llegó, se puso furiosa, se violentó y empezó a chispotear los dedos lo que significa “ubícate o vamos a pelear”. Como la participante nueva no entendía lo que pasaba, no se movió del asiento. La Katy salió de la sala fuera de sí y no paró de molestar hacia adentro con golpes en la pared, ruidos y hasta garabatos. Tampoco yo descubrí el motivo hasta que otra mujer presente me lo explicó. Me dijo, “a la Katy le gusta sentarse a su lado y tomarle la mano mientras usted nos lee. Como llegó atrasada y ella, que es nueva, se sentó en su sitio se enrabió. A mí me pasa lo mismo, me gusta sentarme al frente para mirarla”. Fue ese día en que experimenté y fui testigo de la necesidad que

tienen las mujeres presas de ser queridas, miradas por otros con cariño. Hasta ese momento desconocía normas y reglas, mínimos detalles de los que depende la convivencia entre ellas y de los que me fui enamorando con el tiempo. - La labor que ustedes hacen parece ser más ayuda y acompañamiento interno, ¿Qué hacen, actualmente, por la prevención? - Es cierto, hasta el momento en trabajo en reclusión es el más fuerte. Antes de partir dentro del penal y ya teniendo la Casa de Acogida, resentimos la falta de preparación de las mujeres antes de salir en libertad. Ante esto y los pocos recursos económicos con que contábamos, nos convertimos en Fundación con el objetivo de postular a otros

“Pensaba como muchos: Que se pudran en la cárcel, son delincuentes y tienen que ser castigadas. Las mujeres encarceladas cambiaron mi pensamiento”.

fondos para asumir este trabajo. A poco andar nos dimos cuenta que una mujer no puede salir a la calle en soledad y abandono. Les cuesta mucho adaptarse a esta nueva vida. No encuentran trabajo, las familias no las quieren cerca, los vecinos se alejan y los narcotraficantes las presionan para que vuelvan. Por lo mismo, postulamos al Fondo de Seguridad Pública, nos lo ganamos recién, para implementar el post penitenciario con mentorías para poder acompañar afuera, la idea

es que ninguna mujer salga sola. -¿Cómo se proyecta la Fundación en 10 años más? - Difícil responder con exactitud, pero así como hemos ido creciendo y aprendiendo, seremos con el tiempo una buena alternativa de inclusión familiar y laboral para mujeres privadas de libertad. Quisiéramos también que nuestra experiencia pueda influir en las políticas públicas y, junto con eso, poder replicar lo nuestro en distintos lugares del país.

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OSCAR SALAS, VOLUNTARIO FUNDACIÓN MUJER LEVÁNTATE

El poder de la voluntad y el esfuerzo Por Pía Oliva

no de los pilares más importantes en la formación del equipo de trabajo de la ‘Fundación Mujer Levántate’ es el voluntariado. Personas que entregan parte de su tiempo libre para ayudar a mujeres privadas de libertad que necesitan apoyo para salir adelante y reinsertarse nuevamente en la sociedad, impulsos como una fuente para laburar y sustento en lo social, familiar y económico. Los voluntarios de esta organización están mano a mano con las mujeres y los programas de ayuda social. Estos cambian positivamente sus vidas y contribuyen a la sociedad, como es el caso de Oscar Salas, psicólogo y voluntario de la fundación desde hace un año. Él ha participado realizando talleres grupales dentro de la cárcel, manejo financiero, y creando el Manual del Facilitador, donde se detallan los talleres, las formas de intervenir y de trabajar en Mujer Levántate como una guía para las personas que llegan a la institución por primera vez. Al no haber una retribución económica por esta responsabilidad, Salas menciona que es más fácil

para ellos como voluntarios acercarse de forma más sincera a estas mujeres, con las que deben crear principalmente confianza y cercanía para que el proceso dé buenos resultados y el nivel de recaída sea menor. Es ahí donde ellos trabajan creando las redes de apoyo que serán fundamentales para sacarlas adelante. Oscar Salas afirmó: “lo más lindo que hacen en la fundación es tratar de que estas personas cambien su estilo de vida, y es complejo generar un cambio cuando ellas han vivido cosas tan difíciles.” Además de apoyarlas para brindarles una oportunidad laboral y de reinserción social, lo que genera mayor desafío al equipo técnico, voluntario y a las mujeres afectadas, es la reincidencia de sus actos delictivos, y más importante aún, el hecho de tratar con el consumo de drogas, lo cual genera un retroceso. “Es súper difícil que las mujeres surjan con consumo de drogas, y es muy probable que recaigan. Ahí es donde nos falta, porque es muy difícil tratarlas, no tenemos ni los

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profesionales ni la capacidad para abarcar eso aún”, asegura el psicólogo. Sin embargo, en los pocos casos que eso sucede, precisó: “lo mejor que se puede hacer con ellas es seguir manteniendo el apoyo que se da en primera instancia y continuar trabajando en las debilidades y fortalezas que las hacen recaer en ese círculo delictivo del que es tan difícil salir”. “Es fácil meter a la mujer en la cárcel y que cumpla su condena, pero cuando ella sale a la calle, tampoco se le dan herramientas para que no vuelva a caer en lo mismo, y eso es en lo que se enfoca esta fundación”, reflexionó. El Rol Social Como toda fundación de asistencia o ayuda a las personas, el ámbito social es uno de los que más influyen a la hora de ver los resultados que arroja todo el trabajo realizado. Las personas privadas de libertad reinsertadas a lo cotidiano y laboral deben pasar por muchas dificultades relacionadas con el trato de los otros ciudadanos hacia ellos, generando muchas veces, un gran rechazo con ellas. “Creo que falta mucho en la sociedad. No hay que perder la visión de que son personas, mujeres, madres, abuelas. Yo creo que cuando se ve que quien sale de la cárcel no vuelve a reincidir, sino que trabaja y se esfuerza por lograr un estilo de vida no delictual, como ellas lo han hecho, eso genera el cambio”, indicó.

Importancia del Voluntariado No todas las personas han escuchado hablar sobre el trabajo que hace un voluntario en una organización, sobre todo aquí en Chile donde según una encuesta realizada en el año 2015 por la Fundación Trascender, arrojó que solo un 11% de los encuestados había realizado alguna actividad con relación a este tema y la razón más frecuente del no hacerlo es la falta de tiempo, seguido inmediatamente en segundo lugar por la falta de interés.

simplemente no involucrarse, en cambio para los que sí realizan estas labores, logran la manera de encontrar satisfacción en lo que hacen. Según la encuesta mencionada, el voluntariado es socialmente considerado, tanto como un aporte para la participación ciudadana, como para construir un país más solidario. Lo que muchos de ellos hacen, es simplemente buscar un camino personal, en el cual finalmente se

“Para mí sería fácil abrir una consulta particular, ganar plata y olvidarme de las personas que en verdad no pueden optar por pagar a un psicólogo, pero darles esta opción y ayudarlos para mí es súper gratificante”.

Sin embargo, el desconocimiento de cómo hacerlo también es causa del bajo índice de personas que lo hacen. Como aclara Oscar Salas, “A nivel Chile, yo creo que el voluntariado no se aprecia, no se hace mucho porque la percepción de la gente es no trabajar por algo gratis y por lo mismo no le ven el sentido.” El problema reside también que al no ser una actividad que traiga beneficios económicos, la gente con mayor razón rechaza el cargo de una tarea extra por la que preocuparse y por lo tanto la mejor opción para muchos es

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encuentran con la grata realidad de que lo que reciben a cambio es mucho más importante que una retribución monetaria. “Generalmente los voluntarios son jóvenes y adolescentes, ese es el rango de edad, y eso te permite explorar lo que te gusta y darle un sentido también a tu vida como lo que a mí me pasó”, dijo Oscar, quien recalcó que lo más importante y significativo finalmente para aquellos que participan en fundaciones u organizaciones, es el desarrollo personal que entrega el ayudar a otros.

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PAOLA RAMÍREZ:

“Si yo de niña fui delincuente y pude cambiar, cualquiera puede” Por Milena Santander y Magdalena Rubio

aola Ramírez llegó a ser conocida como la “Madame del Centro”, apodo que se ganó por ser una mujer proxeneta dentro del barrio cívico de la capital.

El año 2011, Ramírez fue tomada presa tras verse involucrada en un enfrentamiento contra otro grupo que se dedicaba al mismo rubro que ella, duelo en el cual un hombre perdió la vida. Producto de ello, fue a la cárcel. Paola, quien vivía de este negocio, encontraba un nuevo camino tras las rejas luego de que la Fundación ‘Mujer Levántate’ le tendiera la mano, y de esta forma, ella consiguió reformarse, salir en libertad y obtener un trabajo en Sodimac. Además, hoy es asesora del directorio en la fundación que la apoyó.

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Comienzos

empecé”.

La Madame

Pero su camino siempre fue dificultoso, de hecho afirma: “Yo me dediqué a la prostitución desde los 18 años. Aún era muy chica y tenía dos hijas” Para ella, fue un modo de salir de esta realidad compleja y siempre penumbrosa que muestra la falta de oportunidades.

Pero estos caminos no siempre fueron los ideales, ella lo sabía, en algún momento quiso salir de este entorno. “Yo me retiré porque estaba muy metida en las drogas, estuve como tres años afuera.

Su tiempo en el rubro, la hizo construirse un nombre dentro de este ambiente, cuestión que no desaprovechó. “Por ahí conocí a una mujer con la que después nos hicimos amigas. Me trajo más niñas y yo ya no me podía dedicar a la prostitución, así que colgué los guantes, y me dediqué a ser cabrona”. Pero esto también se transformó en el comienzo de su carrera y un giro triste.

“Vi mucha plata porque era joven, bonita, con una personalidad encantadora, entre otras cualidades que ya no tengo (risas). Entonces empecé a sacar a mis hijas adelante, arrendé una casa y nos fuimos a vivir solas. Tenía todo lindo y mis hijas estaban contentas… Así fue como 16

En ese transcurso nació Andrea y después la Javierita, y con su llegada dije ‘tengo que tener estabilidad con su papá’, pero él, era muy bueno para el copete (sic), y no lo logré. Tuve que volver al trabajo”. El tener que alimentar a sus hijas, eran prioridades que estaban por sobre el latente peligro.

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“Tú vas ascendiendo en el mundo de la noche, y si no creces eres eternamente prostituta, y eso no me iba a pasar a mí. Yo vi la posibilidad de seguir subiendo, me metí en el mundo de los cabrones,

que son los que administran el negocio de la prostitución y me fue bien, más allá de que era muy raro triunfar sobre los hombres, porque ese medio es un sistema súper machista”. “Me convertí en la mejor, ‘la madame’, la número uno del centro”, pero eso no significaba que Paola no tuviera códigos. “Nunca trabajé con menores de edad, soy mamá de cuatro mujeres, yo tenía otra manera de hacer las cosas, por eso las chiquillas me querían, porque yo las cuidaba”. “Los días jueves y viernes hacía allanamiento en sus carteras, no había copete (sic) ni drogas. A mi negocio no entraba ningún traficante a venderle cosas a mis mujeres, y si yo veía que alguna estaba metida en eso, o se iba o yo la ayudaba. A muchas me las llevé a vivir a mi casa. Hay una con la que aún hablo, que estudió enfermería, y yo la ayudé a pagar la carrera”. Incluso Paola, hizo funcionar esto como una verdadera empresa, dándole honor a estas mujeres y su trabajo. ”Tenía paseos de fin de año en la empresa, arrendaba lugares bonitos de balnearios para que fueran mis mujeres con sus familias, era una ‘empresa de aseo de noche’ (risas) todo pagado”. Tocar fondo Pero el celo, en ese rubro donde la ley para muchos no existe, siempre estuvo latente la amenaza. Definitivamente es bueno si te va bien en ese entorno, sobre todo si quien lo lidera es mujer, porque el machismo, no perdona. “Mi pareja se compró una pistola, y yo le decía que no la llevara al centro, porque era peligroso”. Esto, producto de reiteradas amenazas para que dejara su empresa, ya que otro

proxeneta, no quería ver como ella, la competencia, lo superaba. “Ya sabía que un antiguo enemigo había salido de la cárcel y que me andaba buscando. Me encontré con él esa noche, yo iba manejando y él estaba ahí a pocos metros de mí. Insultos fueron y vinieron hasta que me mostró una pistola que tenía en la chaqueta”. “Me fui a mi departamento y le conté a mis chiquillas lo que me pasó, ‘¿qué vamos a hacer?’ me decían, trabajar-les respondíyo no le compro cuentos a este tipo, a mí nadie me va a sacar del centro”. Pero esa decisión tan valiente como peligrosa, se gatilla por el hecho que la hizo famosa en las portadas de ese tiempo. “El Jorge, mi pareja, tenía dos cabros trabajando para mí, el Mitchel y el Moisés. Nos fuimos a trabajar, y el Jorge me dijo que cuidaría la esquina y que me fuera al departamento y que no saliera”. “No hicimos más que llegar a la esquina y veo al Espartaco (su competencia) apuntándome con su pistola y de ahí sentí una balacera impresionante. Me acuerdo que vi al Espartaco encima de mí y luego salí corriendo. Le dije a Jorge que nos fuéramos rápido a la casa para sacar a las niñas porque yo me preocupé de que mis hijas estaban allí y que podían ir a cobrar venganza con ellas. Las hijas de Paola no fueron heridas, sin embargo, ella cayó a la cárcel luego del enfrentamiento, ya que el Espartaco, aquel hombre que la amenazó y con quien se rivalizó, había muerto en el enfrentamiento. Paola, levántate En la cárcel conoció lo que

es la soledad, la insoportable monotonía, pero nada, pero absolutamente nada se comparaba el no poder estar cerca de sus hijas. Y fue ahí, en esa completa oscuridad emocional, donde apareció Fundación ‘Mujer Levántate’ como una luz que le dio su completo apoyo para poder reconstruirse, cambiar de rumbo y recuperar a su familia. “Gracias el programa de la madre Nelly en la capilla, pudimos tener visitas protegidas y fue una cosa distinta. Veía a mis hijas solo dos veces al mes, pero al menos podía verlas. El lugar donde se realizaban eran unos container donde poníamos mesas, recibíamos a nuestros hijos, y ellos, ya no tenían que llevar comida, porque nosotras les servíamos. Era otro ambiente”. “Desde el 30 de abril de 2017 ya tengo libertad. Me condenaron a 7 años, y me faltaba uno, pero me postularon al artículo 8 por buena conducta, y ya no le debo nada a nadie, solo tengo que firmar”. Paola, es otra. “Trabajo en Sodimac, en la Gerencia de Servicio de Atención al Cliente, hago los servicios de atención a los reclamos de los clientes que llegan enfurecidos (risas)”. “Con el tiempo, volví con el papá de la Javiera, y a pesar de que ahora estamos alejados, tenemos una pyme de empanadas, hemos comprado hornos y todo. Necesito mi negocio, algo independiente, ya no tengo las mismas fuerzas para ayudar a alguien a que se rehabilite, necesito alguien que esté a la par conmigo, y fuerzas para regalonear a mi nieto. La realidad de las presas Talvez Paola no lo sepa, pero hoy, ella es líder. Vio cómo funciona

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el sistema presidiario desde dentro, y eso la convierte en voz autorizada para opinar de las injusticias que suceden muchas veces dentro de esos muros con las reclusas. Sin duda ese camino pedregoso que le tocó transitar tuvo un fin, y se trasformó en un propósito que la mantiene ocupada dentro de la fundación. “Para las mujeres de la cárcel la visita del Papa sirvió, necesitamos a alguien que alce la voz por las presas comunes, necesitamos dignidad, no como a la mujer que hicieron parir engrillada. Yo tengo una amiga que le pasó lo mismo, le decían la ‘muñeca brava de Puente Alto’. No la dejaron tener el proceso normal de hospital, y eso no salió en ninguna parte”. “Más allá de todo lo que pudimos haber hecho, detrás del delincuente sigue habiendo una persona. Cuando el Papa exije que escuchen a las presas comunes, es porque lo que ellas viven es indignamente”.

Hermana

Nelly León

Fundadora y Presidenta del Directorio de la Fundación Mujer Levántate

Inclusión femen el fantasma de Por Alicia Vergara

“Mi amiga está condenada a 25 años, y tiene 5 hijos en la calle, ¿qué van a hacer? ¿Para dónde van? Ella necesita un perdón, una rebaja. Lleva 6 años presa, ya cambió, pero necesita la oportunidad, la quiere”. “Si se comparan los índices de recaída de mujeres en General con los de la Fundación, es muy baja. Si yo de niña era delincuente y pude cambiar, cualquiera puede”.

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ace 11 años, la capellana Nelly León tomó una decisión que cambiaría el rumbo de su vida, y la de centenares de mujeres. En 2008, luego de observar la realidad que las mujeres debían enfrentar, tanto dentro del presidio como luego de salir de la cárcel, se animó a comenzar una casa de acogida para que aquellas ex presas tuvieran un lugar donde llegar al momento de obtener su

libertad. “Mujer Levántate” fue el nombre que recibió la casa de refugio, ubicada en la comuna de San Joaquín. La iniciativa llama a las mujeres que están o estuvieron reclusas a levantarse y tomar un lugar digno en la sociedad a la hora de reintegrarse. “Nuestra misión es trabajar por la inclusión de las mujeres en Chile. En conversaciones con ellas, me di cuenta que cuando entraban a la cárcel perdían todo y, cuando

nina tras e la cárcel salían, no tenían nada. Para tener dinero volvían a la micro a traficar o robar”, afirmó la hermana Nelly. Esta obra no sólo tomó en cuenta a la mujer como reclusa, sino también en sus roles de madre soltera y sustentadora del hogar, que por cometer un error, sacrificaron su libertad y se alejaron de sus hijas e hijos. Los primeros pasos Para el invierno de 2008, la casa de acogida tomó un

“El trabajo se comienza a realizar desde la misma cárcel, dos años antes de que las mujeres queden en libertad”. rumbo distinto. Las donaciones efectuadas de manera voluntaria a “Mujer Levántate” no estaban siendo suficientes, pero para postular a fondos concursables, necesitaban dotar

de personalidad jurídica a la iniciativa, lo que solo se lograría convirtiéndose en fundación. La decisión estaba tomada. Un par

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de meses después, se concretaría gracias al trabajo de la hermana Nelly y el padre Alfonso Baeza, miembros de la comunidad ‘Buen Pastor’. Tras lograr este desafío, pudieron obtener la contribución del Ministerio del Interior que aportó el pago del 30% de los gastos de la fundación, desde su creación hasta el año 2017. A ello se sumaron las contribuciones de personas anónimas y otras fundaciones. A sí, la su b sec ret aría de la Prevención del Delito o fundaciones como Colunga, San Carlos de Maipo y Fundación Care no h a n c o n t ribuido al aporte económico que permite financiarla. Sueños que cambian vidas El objetivo de la fundación Mujer Levántate es reinsertar a las mujeres privadas de libertad. “El trabajo se comienza a realizar desde la misma cárcel, dos años antes de que las mujeres queden en libertad”, recuerda Nelly León. Para lograrlo se trabaja, principalmente, con terapeutas ocupacionales, asistentes sociales, abogados y psicólogos. Flores de diversos colores y un cuidado pasto, dan la bienvenida en la pequeña casa de la fundación, a las ex reclusas. Libros y conversaciones de autoayuda están a disposición de quienes lo necesiten. La figura de la virgen María se encuentra en un pasillo del inmueble, para generar un espacio de reflexión y oración. La casa cuenta, además, con habitaciones para albergar a aquellas que optaron por el camino de la reinserción social, en un ambiente amable y con un permanente refuerzo valórico.

La fundación proyecta crecer. Prevén tener espacios para recibir a un mayor número de personas, con salas amplias para reuniones y lograr recursos para fortalecer el programa de acompañamiento focalizado en las mujeres que han logrado su libertad y se rencuentran con sus seres queridos. Con los años “Mujer Levántate” se ha transformado en una familia numerosa, con historias de dolor, pero también de superación.

“Una mujer es capaz de soportar una condena, pero un niño no es capaz de soportar un abandono”.

Desde el año 2009 se trabaja, de manera integral, desde el centro penitenciario femenino de Santiago. Se acoge a unas 100 mujeres al año, lo que implica un positivo impacto en las vidas de más de 300 niños y niñas. Incentivada por la reinserción social de las mujeres presidiarias, la hermana Nelly León, sigue luchando para que no pierdan sus vidas tras las rejas, especialmente, porque muchas de ellas son madres. “Una mujer es capaz de soportar una condena, pero un niño no es capaz de soportar un abandono”, sentencia.

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SERGIO CHACÓN DIRECTOR EJECUTIVO DE FUNDACIÓN MUJER LEVÁNTATE 22

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“Nuestro norte tiene que ver con un trabajo personalizado” Por Franco Abatte, Francisco Alarcón, Javiera Moreno y Felipe Pinochet.

on más de 21 años de experiencia en reinserción social, el psicólogo Sergio Chacón, habla de su trabajo con mujeres que han superado pasados delictivos y de vidas en la cárcel

El director ejecutivo de la Fundación ‘Mujer Levántate’, Sergio Chacón, comenzó como voluntario. Entre las salas de clases, charlas con sus alumnos universitarios y con las mujeres 450 mujeres atendidas por esta organización, trabaja en una realidad que la sociedad chilena desconoce y, en oportunidades, no quiere ver. Se desempeñó por 20 años en el Hogar de Cristo, además, en el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA). Ahora, dirige una fundación que metódicamente, ha creado un sistema de reinserción exitoso, con un 96% de efectividad. Con una personalidad carismática, reconocida por sus pares, comenzamos una grata conversación. Detalló qué significa tener un rol social en este Chile, un país que bajo sus ojos, no es el mismo que todos siempre ven. MUJERES INS PIRADORAS | EDIC IÓN ESPE CIA L 2 3

-¿Cómo llegó a la fundación? - Empecé como voluntario, fui invitado por una ex jefa que había tenido en el Hogar de Cristo, y la verdad, es que desde un principio fue una oportunidad valiosa de encontrarme con una realidad que yo desconocía absolutamente que es la de las mujeres que están privadas de libertad en nuestro país. Tuve la oportunidad de encontrarme con otros voluntarios que son parte del directorio, que además de sus trabajos, dedican tiempo y corazón al trabajo de la fundación y a jugársela concretamente por las mujeres con las que trabajamos. Además, tuve la posibilidad de conocer un equipo técnico, comprometido y profesional, que hace un trabajo de excelencia cotidianamente, por eso, fue desde el día uno una experiencia de conocimiento, aprendizaje y, también de desarrollo profesional y personal. -Antes de trabajar en la fundación, ¿tuvo alguna experiencia similar? -Trabajando con mujeres, nunca, pero en las fundaciones que trabajé, siempre fue con personas en situación de exclusión. Yo te diré que lo similar que hay en toda mi trayectoria profesional, es que independiente del género y la problemática específica del que se trate, hay un eje transversal que es la exclusión, toda mi vida yo he trabajado con personas en situación de exclusión, sea que tenga discapacidad, consumo problemático o que estén privadas de libertad, pero el eje ha sido la exclusión y la pobreza.

-¿Con qué mujeres trabaja la fundación? -Trabajamos con mujeres adultas que están condenadas y privadas de libertad en el centro penitenciario que está en San Joaquín, y, con mujeres que han salido en libertad y quieren integrarse a la sociedad.

que nos de tranquilidad, para que el trabajo que hacemos está bien hecho, y por otro lado, garantizar que la fundación sea sustentable en el tiempo, técnicamente y además, económicamente. Por lo tanto, gran parte de mi trabajo tiene que ver con esfuerzos para generar recursos, para que la fundación se pueda sostener, y

-¿Cuántos años tiene la fundación? -Este año estamos celebrando nuestros 10 años desde que se fundó esta organización. Una fecha importante para todos nosotros. -¿Cuál es su labor dentro de ‘Mujer Levántate’? -Mi labor es conducir la fundación de acuerdo al lineamiento estratégico aprobado por el directorio, quienes tienen un norte súper claro, el cual es por un lado garantizar que haya una consistencia y robustez técnica

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por otro lado, generar todos los mecanismos que nos permitan visibilizar a la población. -¿Cuántas mujeres han atendido en estos 10 años? -Hemos atendido alrededor 450 o 500 mujeres, multiplica eso por 2.5 y ese es el impacto que hemos tenido en su familia, pensando en sus hijos. Pero como fundación, no nos guiamos tanto por la magnitud y la masividad de nuestra atención, sino que nuestro norte tiene que ver con un trabajo personalizado. De hecho nuestra presidenta pertenece a la Congregación del

Buen Pastor, y ella tiene una frase célebre que usamos como frase inspiradora que es: “una mujer vale más que un mundo” y eso nos inspira a seguir trabajando por la calidad, y si es posible en algún futuro seguir avanzando para atender más mujeres. Lo vamos a hacer, pero siempre preocupado por la calidad, porque para atender más mujeres necesitamos más recursos. -¿Cuál es el modelo de trabajo? -El modelo de trabajo se llama “riesgo, necesidad y responsibidad”, y lo que dice ese modelo, es que las mujeres y las personas que han infringido la ley, tienen una serie de condiciones, atributos y características, que si uno las trabaja hay una probabilidad que disminuya la reincidencia: vínculos familiares, resolución anticipada de problemas, manejo de la ira, manejo y planificación

de su presupuesto, distorsiones cognitivas asociadas a la comisión de delito, y así, son ocho temas que nosotros abordamos. Adicionalmente a eso, hay otros temas que son fundamentales y que son de preocupación para las mujeres con las que nosotros trabajamos, que es lo que pasa con ellas cuando salen en libertad, qué pasa con la vinculación con sus hijos, y por eso que nuestro equipo se acreditó en una metodología particular para trabajar ese tema; y otro tema importante, es el consumo de sustancias, por eso que nuestro equipo se capacitó en prevención de recaídas para poder trabajar con las mujeres esa dimensión, que también es fundamental, y obviamente, de hacer todos los esfuerzos que sean necesarios, nosotros, directamente, o través de otras redes para que se puedan incluir laboralmente que es una variable muy importante.

-¿Cómo ha influido la fundación en su vida? -Mira, yo soy un creyente de que hay encuentros que son transformadores en la vida, y la posibilidad que he tenido yo a través de esta fundación de encontrarme y conversar y conocer en primera persona a mujeres que están privadas o estuvieron privadas de libertad, y todo lo que significa para ellas y sus familias, y también lo que significa para ellas concretar sus nuevos proyectos de vida, ha sido trasformador para mí. Primero no conocía esa realidad, y conocerla, me dio una perspectiva de lo que significa ser una mujer pobre y privada de libertad en nuestro país. Esto me generó un nivel de motivación, convicción y de impulso para trabajar por los derechos de estas mujeres, que antes de conocer la fundación, no la tenía.

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a Fundación Mujer Levántate ofrece desde 2008 un programa que parte dentro del Centro Penitenciario Femenino San Joaquín. La iniciativa considera un proceso que dura entre seis y nueve meses, espacio propicio para trabajar los factores de riesgo de reincidencia. Elementos claves de este proceso son el acompañamiento, el cariño, el respeto y la capacidad de escucha. Todo lo anterior, contribuye a establecer puentes de confianza en las relaciones interpersonales. El propósito de este trabajo apunta a lograr una reinserción laboral para desarrollar competencias que les permita acceder a empleos. La Fundación apunta también a una reinserción social que “les ayude a rehacer los lazos con sus hijos, con su familia y así puedan conquistar una nueva vida. Para alcanzar un país más justo. Para lograr mujeres libres”.

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Equipo de Fundación Mujer Levántate

MUJERES INSPIRADORAS es una edición especial realizada por estudiantes de la cátedra Géneros Periodísticos II, de la carrera de Periodismo de la Universidad Central de Chile, que dicta el director de la carrera, José Miguel Infante Sazo. La publicación tiene por objetivo dar a conocer la labor social que ejecuta la Fundación Mujer Levántate con la población femenina que está o ha estado privada de libertad. El vínculo con esta organización se generó gracias a un convenio de colaboración con la Facultad, gestionado por el académico Marco Antonio Lizama Carvajal y asesorado por el Programa de Desarrollo Social de la Universidad Central de Chile.

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