EDITORIAL
Puertas de Oportunidad para las Misiones Transculturales
A
mérica Latina sigue recibiendo bendiciones del Señor en una manera muy especial. Una de ellas es poder participar activamente a través de iglesias e instituciones en el envío de misioneros a todo el mundo desde este continente. El Señor ha abierto la posibilidad de que hermanos nuestros, de nuestras iglesias sean ahora partícipes activos en la Gran Comisión. Fronteras que se han cruzado y nuevas que hay que cruzar. Puertas que se abren en muchos lugares ahora, son puertas de oportunidad para nosotros. Meditando en esto y al analizar una situación muy especial en la vida del Apóstol Pablo que se nos relata en 1ª Corintios 16:5-9, inferimos que puertas para predicar el Evangelio han sido abiertas por el Señor en todo tiempo, lugar y circunstancia. Este pasaje pone en evidencia el cansancio de Pablo: él ha pasado más de 8 años en sus dos primeros viajes misioneros trabajando incansablemente, predicando, fundando iglesias, enfrentando oposición. Ahora escribe a la iglesia de Corinto diciéndoles que va a pasar un tiempo con ellos. Parece que él necesitaba unas vacaciones, pero en el v. 9 Pablo dice que vio una puerta abierta; así que deja a un lado su merecido descanso y aprovecha esta puerta de oportunidad. El apóstol no sabía, cuando escribió estas palabras, que Dios le estaba abriendo una gran puerta en Éfeso, donde pasaría tres años. Este fue el lugar donde pasó más tiempo. (Hechos Caps. 19 y 20). De esta manera el apóstol inició una gran iglesia en Éfeso, pero mientras estaba allí, también fundó otras alrededor. Esa ciudad llegó a ser un centro de donde el Evangelio se esparció en todas las provincias cercanas. El pasaje nos lleva a concluir que este misionero por excelencia tenía una gran visión de las circunstancias y situaciones difíciles, que lejos de desanimarle le animaban a seguir su ministerio pionero y de enseñanza. Él miraba puertas abiertas de oportunidad en cada circunstancia. Pablo entonces vio una gran puerta abierta para él. Sabía que esta gran puerta era de oportunidad, pero también visualizaba puertas de obligación y de oposición que para nosotros creyentes del Siglo XXI podrían también abrirse. ¿Cuáles serían ellas? Una Puerta de Oportunidad Cuando llegó a Éfeso, Pablo vio las oportunidades. Había mucha gente que necesitaba oír de Jesús y Pablo estaba determinado a compartir el Evangelio con ellos. Miles de personas que necesitaban oír de las Buenas Nuevas, pero veía también una tarea más que difícil de emprender. Alguien dijo que la diferencia entre un pesimista y un optimista es que el pesimista mira un problema en cada oportunidad, pero un optimista ve una oportunidad en cada problema. Pablo vio las oportunidades. Había tanta gente que necesitaba oír de Jesús y Pablo estaba determinado a compartir el Evangelio. El Centro Mundial de Misiones reporta que en el año 35 d.C., cuando la Iglesia empezaba, había 200 millones de gente en el mundo y como 5,000 cristianos. Este era de una relación de 1/40,000. Por el año 1,900 había 1,000 millones de gente en el mundo y 10 millones de cristianos. La relación es de 1/100. Hoy en día hay una población de 6 mil millones, de los cuales hay 600 millones de cristianos comprometidos. La relación entonces es de 1/10. En otras palabras, el Evangelio ha crecido mucho a través de veinte siglos de historia, pero todavía queda mucho por hacer. Estas estadísticas también nos están diciendo que si los cristianos toman en serio la responsabilidad acerca de compartir su fe, el
Abril - Junio 2010 Número 3
mundo puede ser alcanzado para Jesús. Muchas puertas están siendo abiertas alrededor del mundo. Para la Iglesia en América Latina, es el tiempo de aprovechar las oportunidades de ir a lugares difíciles, de predicar y alcanzar a aquellos que todavía no han oído de Cristo y de la perfecta salvación a través de Él. Una Puerta de Obligación Pablo decía “la puerta es abierta a mí”. No estaba diciendo que estaba abierta para otros, sino para él. Esto nos hace pensar que ante el Señor yo no puedo hacer el trabajo por otros, y otros no tienen que hacer el trabajo por mí. Dios está abriendo puertas, pero es mi obligación y su obligación pasar por esas puertas. No todos podremos ir al campo misionero, pero nuestra responsabilidad y obligación es apoyar a los que sí van a ir. La participación en la obra misionera mundial ya no es una opción, sino una obligación para todo cristiano que quiere ser obediente a la Gran Comisión. Una Puerta de Oposición Pablo decía que había muchos que se le oponían y esto es cierto también en nuestros días. En Éfeso era Demetrio el que hacía ídolos de plata y que perdió su negocio; entonces se volvió en un oponente del Evangelio. Debemos estar conscientes que habrá oposición satánica para aquellos enviados nuestros. Es inevitable. Sin embargo, el Señor prometió que iba a estar con nosotros, todo el tiempo, en cualquier lugar, hasta el fin del mundo. En esa promesa confiamos y nos sustentamos. Hay que considerar también que a veces los peores oponentes para el avance del Evangelio no son sus enemigos, sino los que no quieren obedecer lo que dice el Evangelio, los que no quieren obedecer la Gran Comisión, los que nos mantenemos pasivos ante este gran llamado. Conclusión: Puertas, muchas clases de puertas están siendo abiertas en el mundo hoy. Nuevas fronteras que hay que cruzar. Países lejanos, en todos los continentes, desconocidos para nosotros, con nombres aún difíciles de pronunciar están siendo ahora alcanzados por misioneros latinos. ¿Cuáles son las puertas que a través del Señor se nos han abierto en el pasado y que no las hemos abierto a su tiempo? ¿Cuáles son las puertas que actualmente se nos abren, que fronteras podemos cruzar y que no hemos tomado la decisión trascendental de hacerlo? ¿Estamos atentos para ver las puertas, las fronteras de oportunidad que se nos abrirán, voluntad de Dios mediante, en el futuro? Qué gran privilegio tenemos ahora de poder cruzar por esas puertas de oportunidad que el Señor abre y abrirá si estamos decididos a hacerlo. Seguramente habrá oponentes, pero no debemos estar viendo los problemas sino aprovechando las oportunidades. ¡Que así sea!
Dr. Abel Morales.
Presidente de FAM Internacional Director del Centro Misionológico
Director: Dr. Abel Morales Editores: Lic. Mario Lemus Lic. Juan Carlos González
Colaboran en este número: Dr. Jim Adams Lic. Irvin Wenger Lic. Fernando Díaz Dr. David Suazo Lic. Rodrigo Mejía
Esta es una publicación del Centro Misionológico del Seminario Teológico Centroamericano en Alianza con la Fraternidad de Apoyo Misionero Internacional de Guatemala. Derechos Reservados 2010. Prohibida su reproducción total o parcial sin permiso previo de los editores.
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El Seminario: Amigo Fiel de las Misiones Transculturales Educación Teológica de América Latina (AETAL) declaró en 1995 que “la finalidad de la educación teológica es la capacitación del pueblo de Dios para el servicio del reino”1, lo cual incluye de manera enfática el hacer discípulos a todas las naciones.
Dr. Jim Adams Rector, SETECA
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e ha derramado mucha tinta en el análisis del papel de la iglesia local y de las agencias misioneras en el avance de las misiones transculturales, pero sorprendentemente el papel del seminario y otras instituciones teológicas en ello ha recibido poca atención. En los peores casos los seminarios y los institutos bíblicos son percibidos como indiferentes a la causa de la evangelización mundial. Aun en el caso de las instituciones teológicas que se esfuerzan en la preparación de candidatos para el campo misionero, tal preparación no es siempre vista como un elemento práctico o pertinente a las realidades de la obra misionera. Es irónico que exista la percepción de un divorcio entre el seminario y el campo misionero ya que el propósito fundamental del seminario es servir a la iglesia en el cumplimiento de su misión en este mundo. La Asociación Evangélica de
La declaración de AETAL refleja lo que ha sido la función de la educación teológica desde el tiempo del Nuevo Testamento: la preparación de los siervos de Cristo para la misión de Cristo. En su obra misionera, el apóstol Pablo nunca se limitó a anunciar el evangelio y contar el número de conversiones. Mas
madurez en Cristo y ser colaboradores con Cristo en la extensión de Su iglesia por todo el mundo (Col. 1:28-29; Ef. 4:12-16; 1 Tes. 1:4-10). El libro de los Hechos registra como el Apóstol Pablo se quedaba en los lugares donde predicaba el evangelio para enseñar la Palabra de Dios y fundamentar la fe de los nuevos creyentes sobre la base de las Sagradas Escrituras. Aun cuando la persecución de los que se oponían la predicación del evangelio no le permitía a Pablo la oportunidad para enseñar con libertad, el apóstol les escribía cartas a las iglesias jóvenes en que les proporcionaba una “educación teológica”. La importancia de la enseñanza y la “educación teológica” en la obra misionera se ve también en la insistencia del apóstol Pablo que sus colaboradores misioneros se dediquen a la enseñanza bíblica. Timoteo y Tito, como integrantes del equipo apostólico de Pablo, fueron exhortados a enseñar la doctrina sana con el fin de producir vidas espiritualmente sanas en los nuevos creyentes bajo su cuidado pastoral (1 Ti. 4:1-6, 16; 2 Ti. 4:1-5; Tito 2:115). Era necesario también “tapar la boca” de los falsos maestros con sana doctrina (Tito 1:10; 2:1) y proteger a la grey de las consecuencias dañinas que siempre acompañan el apartarse de la verdad de las Escrituras (1 Ti.1:18-20; 2 Ti. 3:1-17). Era tanto la expectativa como la convicción de Pablo que “el consejo de Dios” fuera enseñado con
Es irónico que exista la percepción de un divorcio entre el seminario y el campo misionero ya que el propósito fundamental del seminario es servir a la iglesia en el cumplimiento de su misión en este mundo. bien trabajó arduamente para ayudar a los nuevos convertidos a llegar a la 1 Documento producido por la consulta sobre educación teológica realizada en Aguas de Lindoia, Sao Pablo Brasil, del 25 al 30 de septiembre de 1995, auspiciada por AETAL. Véase “Un diálogo sobre la educación teológica latinoamericana”, Kairos, no. 19, julio-diciembre 1996: 75.
diligencia en la plantación de iglesias nuevas con el fin de que llegaran a ser centros de envío misionero (Hechos 19:10; 20:27-32). De hecho el avance de la obra misionera iniciada por Pablo dependía de que Timoteo y otros colaboradores les impartieran a obreros idóneos la misma “educación teológica” que habían
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recibido de Pablo (2 Ti. 2:2).
de lo que Dios ha hecho.
En todo el emprendimiento misionero de Pablo la enseñanza clara y perseverante de la Palabra de Dios era el método medular no solamente para fundar iglesias nuevas sino también para capacitar a éstas para su participación en la evangelización de las regiones no alcanzadas (Hechos 11:26; 13:1-4). Como maestro en el seminario en que tengo el privilegio de servir, me maravillo de cómo nuestros estudiantes se preparan para el ministerio en el siglo 21 por medio de la misma “educación teológica” que el apóstol Pablo les impartió a los nuevos creyentes hace casi 2000 años.
4. Cultivar relaciones y alianzas estratégicas a nivel institucional con organizaciones y agencias misioneras que tengan liderazgo en las misiones transculturales y que puedan orientar al seminario en el diseño de sus programas de preparación teológica ministerial.
¿Digo con esto que los seminarios teológicos son amigos fieles a las misiones transculturales? Tristemente no es siempre así. Entonces, ¿qué deben hacer las instituciones teológicas para “capacitar al pueblo de Dios para el servicio del reino”? Dejo a la consideración del lector las siguientes sugerencias de cómo los seminarios e institutos bíblicos pueden crecer en su cometido capacitador. 1. Contratar maestros con experiencia misionera para enseñar las clases de misiones y desarrollar el programa misionero del seminario. La experiencia “habla”. No hay nada más contraproducente que una clase de misiones enseñada por un profesor que no tiene ninguna convicción ni compromiso con ella. 2. Crear una “cultura misionera” en el seminario que enfatice el lugar prioritario de la evangelización mundial y promueva la oración intercesora por ella. Tal cultura comienza con el liderazgo del seminario (la Junta Directiva, el Rector y el Decano) y es transmitida al estudiantado por la enseñanza y el ejemplo de los maestros. 3. Apoyar, como institución, la participación de estudiantes en proyectos misioneros. En el SETECA el envío de los estudiantes a varios proyectos misioneros es algo en que todos participamos (estudiantes, profesores, y staff administrativo) y en que todos nos regocijamos al escuchar los testimonios
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5. Procurar que todo estudiante se comprometa con la Gran Comisión y que sepa utilizar su educación teológica para participar en ella, según el ministerio que Dios le asigne. Educación teológica que no prepara al estudiante para servir en la evangelización mundial es nada más “conocimiento que envanece”. Pablo le recordó a Timoteo: “ . . . tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones, [y] padecimientos” (2 Ti. 3:10). La verdadera educación teológica abarca todos los elementos enumerados por Pablo, incluyendo el sacrificio y el sufrimiento que demanda la predicación del evangelio en lugares inhóspitos.
seguro de que tengo mucho más que aprender. Sin embargo, doy gracias a Dios por la educación teológica que recibí (y que sigo recibiendo). Sin ella, hubiera sido imposible cumplir con las tareas que el Dios de gracia me ha asignado. Por eso, mi oración ferviente es que esta 5ta Conferencia Magna de Misiones Transculturales sea un paso más hacia delante para el SETECA y otras instituciones teológicas en nuestro servicio a la evangelización mundial. Aprendamos a ser un amigo fiel a las misiones mundiales juntamente con tantos otros que se han consagrado a la gran tarea de “hacer discípulos a todas las naciones” en el nombre de nuestro amado Señor Jesucristo.
6. Evitar la separación artificial de “las misiones” del curriculum académico y de la vida institucional. La educación teológica debe ser, sobre todo, la preparación para el “missio dei” en todas sus dimensiones (cultural, social, económico y espiritual). Hace más de veinte años que tengo el gozo de servir como misionero en América Latina. He tenido que aprender muchas cosas en el campo misionero que nunca me enseñaron en mis estudios en el seminario. Estoy
En el SETECA el envío de los estudiantes a varios proyectos misioneros es algo en que todos participamos (estudiantes, profesores, y staff administrativo) y en que todos nos regocijamos al escuchar los testimonios de lo que Dios ha hecho.
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y se involucró en, aquella tarea encomendada por Dios mismo para cumplir sus propósitos en el mundo. ¿Estamos nosotros en verdadera sintonía con el corazón misionero de Dios?
Pablo Nos Habla Hoy
Lecciones Misioneras del Apóstol Pablo (Rom. 15:7-33)
Lic. Irvin Wenger
C
Profesor de SETECA
uando se trata de misioneros de la iglesia primitiva, ninguno llega a la altura del apóstol Pablo. Su visión misionera fue resultado directo de su encuentro con Jesucristo, el Señor de las misiones, en el camino a Damasco. El corazón misionero de Pablo se ve en la manera en que vivió su vida y también en el contenido de sus cartas. Normalmente la carta a los Romanos es considerada un tratado teológico, pero también es una carta misionera. Es en el capítulo 15 donde Dios nos permite echar una ojeada a las fuerzas motivadoras y a la filosofía misionera del misionero modelo de la iglesia primitiva. Vale la pena analizar algunas lecciones contenidas en este capítulo a la luz de la tarea misionera actual y nuestra respuesta a ella.
• El plan misionero divino – Al tomar las decisiones en cuanto a su ministerio, Pablo obviamente tenía en mente el plan eterno de Dios de recoger gente para sí mismo de todas las naciones. Además, el apóstol tenía presente que él era parte de ese plan misionero divino. En los versículos 9 al 13, él cita cuatro pasajes del Antiguo Testamento que subrayan el propósito de Dios de incluir a “todos los gentiles” y a “todos los pueblos” en su plan salvífico. Que interesante es que Pablo no hace referencia directa a la Gran
• El rol del Espíritu – Pablo ministraba en dependencia total del Espíritu Santo. El apóstol nos recuerda que el Espíritu es el poder detrás del evangelio (vs. 13), es quien santifica hasta a los gentiles (vs. 16), y es el que acompaña al misionero en su ministerio con evidencias tangibles de su poder (vs. 19). No habría obra misionera ni convertidos como resultado de las misiones si no fuera por la obra divina del Espíritu Santo. ¿Vivimos y ministramos nosotros en tal dependencia del Espíritu Santo? • La prioridad de sembrar iglesias – Del mismo texto se puede concluir que Pablo daba prioridad a la tarea de sembrar iglesias. Cuando él menciona que desde Jerusalén “hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo” (vs. 19), está diciendo que las iglesias locales establecidas en esos lugares se encargarían de alcanzar a la demás gente. Además, en su comentario paralelo que se encuentra en el versículo 23, “no teniendo más campo en estas regiones”, Pablo concretiza su concepto: que su tarea
La motivación fundamental del esfuerzo misionero del apóstol Pablo se basa en los propósitos eternos del Dios soberano misionero. Pablo se identificó con, y se involucró en, aquella tarea encomendada por Dios mismo para cumplir sus propósitos en el mundo. ¿Estamos nosotros en verdadera sintonía con el corazón misionero de Dios? Comisión que Jesús había dejado para la iglesia ni a su propio llamado para llevar el evangelio a los gentiles. La motivación fundamental del esfuerzo misionero del apóstol Pablo se basa en los propósitos eternos del Dios soberano misionero. Pablo se identificó con,
principal consistía en sembrar iglesias locales que llevarían el evangelio a los demás. Tanto en eclesiología como en misionología, la iglesia local ocupa un lugar preeminente. ¿Qué importancia y prioridad estamos dando nosotros
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a sembrar nuevas iglesias locales, sea donde sea? • El enfoque en las ciudades – Si tomamos en cuenta el resto de la historia nuevo testamentaria junto con este pasaje, podemos ver la estrategia paulina de enfocar sus esfuerzos misioneros principalmente en los centros urbanos (vs. 19). Los principales centros misioneros de la iglesia primitiva eran las iglesias urbanas en Jerusalén, Cesarea, Antioquía, Éfeso, Corinto, y Roma. Los centros urbanos de ese calibre naturalmente dejaban sus huellas en los lugares de su alrededor. Asimismo, las iglesias locales de estas ciudades impactaban a lugares circundantes. ¿No
les recluta para participar económicamente en su propia labor misionera, y en el versículo 30, para que fueran partícipes con él por medio de la oración. Se puede ver claramente que Pablo los trata con todo respeto como colaboradores en la obra misionera y como iguales en el ministerio. ¿Tenemos nosotros tal confianza en los que se convierten a través de nuestro ministerio? • La urgencia de los no alcanzados – Pablo tomaba unas decisiones en la obra misionera a base de las necesidades espirituales de la gente. Buscaba fronteras a cruzar y campos nuevos donde ministrar, diciendo: “me esforcé a predicar el evangelio,
por lo menos en el corazón y en la estrategia del gran misionero Pablo. ¿La urgencia de los del mundo que nunca han oído nos motiva, de veras? Yo creo que nosotros quienes trabajamos en el área de misiones hoy día podemos aprender de las lecciones y los retos que el apóstol Pablo nos deja en este pasaje. El desafío misionero no se ha disminuido en los últimos veinte siglos. El plan misionero divino básico no ha sufrido cambios – siempre incluye a gente de todos los pueblos (étnos) del mundo. Y la tarea para el cristiano (la Gran Comisión) sigue vigente – llegando al grano, nos corresponde a nosotros llevar el evangelio y hacer
El plan misionero divino básico no ha sufrido cambios – siempre incluye a gente de todos los pueblos (étnos) del mundo Y la tarea para el cristiano (la Gran Comisión) sigue vigente – llegando al grano, nos corresponde a nosotros llevar el evangelio y hacer discípulos a todas las naciones.
debe ser ésta la estrategia indicada para nosotros y para las misiones hoy día? • La trascendencia de facultar al liderazgo local – En este pasaje podemos ver la convicción de Pablo de facultar al liderazgo y de afirmar la autoridad de esos líderes en su liderazgo espiritual de la iglesia local. Específicamente él menciona la bondad y conocimiento de los líderes, y declara su confianza que ellos mismos podían amonestarse los unos a los otros (vs. 14). Adicionalmente, en el versículo 24
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no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, . . .” (vs. 20). Además, en el versículo 21 cita Isaías 52:15, “Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; Y los que nunca han oído de él, entenderán”, así dando a entender que ese versículo reflejaba su propia filosofía de ministerio. Más de una vez en este pasaje Pablo habla de su sueño de viajar a España para extender su obra misionera a ese lugar tan necesitado del evangelio de Cristo. La urgencia en sí de los no alcanzados, aunque no sea el único motivador en las misiones – juega un papel decisivo,
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discípulos a todas las naciones. ¡Que sigamos el ejemplo del apóstol Pablo! ¡Que demos prioridad a los no alcanzados, a las ciudades, a sembrar iglesias, y a facultar al liderazgo local! ¡Que lo hagamos todo en dependencia del Espíritu Santo para que la gloria sea para Dios! Este modelo rindió fruto en la iglesia primitiva, y bajo la dirección del Espíritu Santo, rendirá fruto hoy.
geográficos se tornaron cada vez más normales, habituales”.c
Oportunidades y Estrategias Misioneras Desde los Movimientos Migratorios (1/2 partes)
Lic. Fernando Díaz MA. En Teología, SETECA 1995. Misionero en España desde hace 10 años.
Introducción El siglo XXI nos ofrece grandes retos y desafíos. La globalización, el postmodernismo, las intensas desigualdades sociales, la realidad constante de los movimientos migratorios y el auge del fundamentalismo religioso confluyen en un panorama complejo, y a la vez lleno de posibilidades, para el avance y cumplimiento de la misión cristianaa. De manera particular, el fenómeno migratorio, agudizado en nuestros días por la globalización, se ha convertido en objeto de preocupación, interés y estudio desde el campo de las misiones mundiales.
Aunque los movimientos migratorios siempre han acompañado al ser humano en su historia, estamos ante un fenómeno diferente ya que, en los días en los que nos ha tocado vivir, estamos en una época en “estado de migración”, y no simplemente en una época de grandes migraciones.b Así lo explica, desde el ámbito católico y de manera muy gráfica, Roberto Marinucci: “Hoy en día, además de los 200 millones de personas que viven fuera del país en que nacieron (emigrantes internacionales), tenemos millones de personas que viven fuera de la región o de la ciudad de origen (emigrantes internos), millones de personas que trabajan fuera de la región o ciudad en que residen (emigrantes laborales temporarios), millones de personas que se desplazan temporalmente por turismo u otras actividades. Además, no podemos olvidar los millones de personas que, aún permaneciendo en su propia tierra, experimentan el “hecho migratorio” por la ausencia cotidiana de familiares que emigraron. En fin, vivimos en un mundo de movilidad, en un mundo donde los desplazamientos
En el año 2005 se constataba que el número de emigrantes en el mundo representaba un 3% de la población mundial, con 191 millones de personas, quedando bastante atrás los 176 millones del año 2000.d Junto a estas cifras, destacan entre 30 y 40 millones de inmigrantes ilegales, lo que comprende entre el 15 y el 20 por ciento del contingente mundial de inmigrantes.e Por otro lado, en el año 2006, había 24,5 millones de desplazados internos en 52 países, en comparación con 23.7 millones de desplazados internos en 50 países el año anterior.f Para completar el panorama migratorio en nuestros días, debemos también resaltar el número de refugiados que en el año 2006 se estimaba en 9,9 millones de personas.g En definitiva, nos encontramos ante una realidad de dramático crecimiento que supone grandes necesidades y desafíos como consecuencia de la acumulación de diversos factores: polarización entre el mundo desarrollado y el de los países emergentes; la era de la información caracterizada por profundos cambios en las telecomunicaciones; la consolidación de las libertades de algunos países frente a las crisis de las democracias de otros; la formación de bloques comerciales y de entes supranacionales así como los conflictos bélicos, las trasnacionales de las empresas y la tendencia a la homogeneización de las sociedades.h
Nos encontramos ante una realidad de dramático crecimiento que supone grandes necesidades y desafíos como consecuencia de la acumulación de diversos factores... Desde la perspectiva de las misiones evangélicas se han dado algunos pasos de concienciación sobre el fenómeno migratorio que se han concre-
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tado en interesantes iniciativas como el Filipino International Network, un movimiento que desde 1995 se centra en atender y movilizar a los más de 11 millones de filipinos, trabajando fuera de su país, hacia una misión global.i La migración y el propio concepto de Diásporaj ya no se ven solamente desde una óptica negativa, sino que se contemplan como cúmulo de nuevas oportunidades para la misión. Es este enfoque el que preside el presente trabajo para explorar nuevas estrategias misioneras desde la nueva realidad protagonizada por los movimientos migratorios. Ya que el mundo de los Dos Tercios se ha convertido en la primera fuerza misionera y, a la vez, es claro protagonista de la emigración, es adecuado plantearse si ambos elementos pueden ser aprovechados para un mayor y más estratégico crecimiento de las misiones mundiales. Por un lado, la re-evangelización del mundo Occidental requerirá iniciativas creativas ante el alto costo de la vida en esos países. Por otro lado, la concentración de gente no alcanzada en países cerrados a los acercamientos tradicionales de las misiones, demanda, como sugiere Testsunao Yamamori, una “nueva raza” de misioneros que lleven a cabo nuevas estrategias para alcanzar a los miles de millones de gente “inalcanzable”.k Tampoco podemos perder de vista, ante el desplazamiento más grande de la población en la historia humana y un mundo predominantemente urbano, la necesidad de aprovechar el movimiento migratorio hacia las grandes ciudades, donde se precisa mano de obra para cubrir áreas de demanda sociall. Como muestra de la sensibilidad e inquietud hacia nuevas actuaciones desde la plataforma de la migración, es interesante observar cómo las iglesias cristianas internacionales se plantean alcanzar a los grupos humanos entre los que conviven.m En esta ocasión, nos centraremos en el movimiento misionero latinoamericano e intentaremos explorar algunas vías de actuación para el envío de más misioneros y la utilización estratégica del fenómeno migratorio
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como plataforma de un cumplimiento integral de la misión: responder con el Evangelio a las necesidades del emigrante y alcanzar al mismo tiempo los países receptores de los inmigrantes. Al examinar el movimiento misionero latinoamericano a través de la historia de COMIBAM que vio la luz durante un congreso misionero que se realizó en Brasil en 1987. Se estimaba que en 1980 había unas 92 organizaciones evangélicas enviando un total de 1,120 latinoamericanos como misioneros a otras partes del mundo. El énfasis de este movimiento se ha concentrado en la misión transcultural, especialmente en las áreas del planeta donde la presencia cristiana es mínima o inexistente tal como el mundo musulmán. En el segundo Congreso de COMIBAM
migración. El número de emigrantes de Latinoamérica creció en cinco millones entre 2000 y 2005 y ya supera los 25 millones, según un informe de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).p El organismo destaca, además, que México, el Caribe y Colombia son los países con una mayor cantidad de ciudadanos residiendo fuera de sus fronteras, aunque precisa que la emigración de Latinoamérica y el Caribe se ha diversificado y a partir de los años noventa se dirige también a Europa —en particular a España—, Canadá y Japón.q Junto al crecimiento migratorio, destaca también un gran aumento de las remesas de dinero que envían los emigrantes a sus países de origen, hasta el punto de que se han convertido “en una de las principales
Desde la perspectiva misionera, las Iglesias indígenas de lugares lejanos, se han vuelto iglesias hermanas calle abajo y las crecientes comunidades Musulmanas se han convertido en un nuevo desafío evangélico. realizado en Acapulco en 1997, se pudo apreciar el progreso de la obra misionera evangélica desde América Latina. Para ese año las cifras indicaban que había 3,921 misioneros latinoamericanos en otras partes del mundo, enviados por 284 organizaciones. En el Tercer Congreso en Granada en el año 2006 se afirmó que hay 9,265 misioneros latinoamericanos en el campo enviados por más de 400 agencias.n A la vez que se destaca el crecimiento notable del movimiento misionero, muchos han sufrido por la falta de preparación y de apoyo, según se desprende de una larga encuesta realizada previamente entre cientos de misioneros.o Junto a los datos de envío de misioneros, es necesario contrastar las estadísticas de
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fuentes de financiación externa para la región”. Brasil, Colombia y México concentran más del 60% de las remesas que llegan a la región y otro 20% va dirigido a El Salvador, Guatemala y República Dominicana.r Con estas cifras cabe preguntarse si el esfuerzo misionero latinoamericano se ha hecho al margen de la realidad migratoria y si puede haber un énfasis intencional en aprovechar estratégicamente los recursos humanos y materiales de los cristianos que han formado parte de la diáspora latinoamericana. Lo cierto es que debemos ser sensibles para responder adecuadamente a la realidad actual pues, como señala Samuel Escobar, la migración ha dejado cambios notables
y consecuencias a nivel de la misión: “Los patrones migratorios y los movimientos de refugiados han traído una gran variedad de culturas a este planeta, así como las diferentes formas que la Iglesia Cristiana ha tomado entre ellos, en Europa, los Estados Unidos y el Canadá. En el corazón de las ciudades Europeas y Norteamericanas existen ahora grupos crecientes de culturas del Tercer Mundo y también expresiones variadas de la Iglesia Global. Desde la perspectiva misionera, las Iglesias indígenas de lugares lejanos, se han vuelto iglesias hermanas calle abajo y las crecientes comunidades Musulmanas se han convertido en un nuevo desafío evangélico”.s Teniendo en cuenta la nueva realidad con la que nos enfrentamos, la Iglesia Latinoamericana, los movimientos de cooperación misionera, las agencias y otras entidades deberán aunar esfuerzos para estudiar las características específicas de la migración de cada país y los medios para atender a la comunidad cristiana emigrante y, desde esa plataforma, avanzar en la misión global. También tendremos que considerar la cooperación entre la Iglesia Nacional receptora de inmigrantes, la fuerza misionera formal, las agencias y las Iglesias de los países latinoamericanos para generar estructuras de envío más acordes con las oportunidades que se abren a los emigrantes laboralmente activos. Estas consideraciones son el motor para, desde estas páginas, abordar las bases bíblicas de este planteamiento y las pautas para una filosofía de misión que integre la realidad migratoria tanto en iglesias enviadoras como receptoras. Finalmente, plantearemos la posibilidad de nuevas estructuras de envío que facilite la ampliación del trabajo misionero y el mayor aporte de recursos humanos y económicos. En este sentido, abordaremos la posibilidad de empresas, asociaciones y otras vías de actuación que tengan en cuenta a otros grupos como el movimiento estudiantil
o los emigrantes laboralmente activos. Bases bíblico-teológicas para la misión desde la migración Sin pretender ser exhaustivos, podemos establecer algunos conceptos básicos, procedentes del texto bíblico y de la reflexión teológica, que nos sirvan de plataforma sólida para el posterior planteamiento de nuevas vías y estrategias para la misión desde las oportunidades creadas por la migración. Tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo nos presentan a un Dios que se revela en medio de la historia y a través de los viajes, desplazamientos y movimientos migratorios de su Pueblo. Desde los inicios del Génesis, se nos presenta al ser humano, creado a imagen y semejanza Dios, con un plan de vivir para su gloria y con un mandato especial, en Génesis 1:26-28, de llenar la tierra y sojuzgarla. Desde el principio, se puede ver la dignidad del ser humano que afecta a toda la raza humana, y a la totalidad del ser, quedando descartados todo tipo de prejuicios y discriminación entre pueblos y naciones.t Con la caída del hombre, en Génesis 3, el ser humano inicia un camino de desplazamientos y destierros causados por su pecado como en el caso de Adán y Eva y Caín. Posteriormente, en Babel, en Génesis 11, la tendencia del hombre es oponerse a la dispersión encomendada inicialmente por Dios en su plan para la raza humana. Sin embargo, Dios intervendrá a través de la diversificación lingüística, como medio para avanzar su plan, y usará el desplazamiento de familias con un propósito de salvación, como ocurre en el caso de Noé y, más adelante, a partir de Génesis 12, con Abraham y sus descendientes. Es ahí donde inicia un pacto y relación especial con un hombre de fe que obedeció a Dios saliendo a un lugar que recibiría como herencia y habitando como extranjero en la tierra prometida (Heb.11:8-10). La gestación de Israel como nación será la siguiente estación, después de la vida seminóma-
da de los descendientes de Abraham, en medio de la opresión y la esclavitud en una tierra extranjera como fue Egipto. En el Éxodo encontramos a un pueblo, escogido para una misión determinada (Ex.18:4-6), realizando un auténtico movimiento migratorio, hacia la tierra prometida. Es interesante notar que la misión de Israel, aunque no tiene un carácter centrífugo, como se establece en Nuevo Testamento, de ser enviado a las naciones, hay un testimonio a los otros pueblos que se vive tanto en la tierra prometida como fuera de ella.u Como plantea Emilio A. Núñez en su libro Hacia una misionología latinoamericana, el testimonio y la misión, aunque desde un enfoque centrípeto, se manifestará más allá de las fronteras de Israel, a través de personajes como José, Jonás, Ezequiel, Daniel, Esdras, Nehemías y Ester.v Varios de los personajes mencionados nos llevan a la etapa de exilio, cautiverio y retorno, observando, una vez más, a un Dios que sostiene a su Pueblo en medio de movimientos migratorios y a través de una misión forzada, consecuencia de la disciplina y el juicio divino. Aquí encontramos la base para una teología de la Diáspora que se desarrollará aún más en el Nuevo Testamento. Los aportes bíblico-teológicos derivados del Antiguo Testamento permiten que reflexionemos sobre nuestra realidad misionera actual. la Iglesia latinoamericana, al igual que las comunidades cristianas de otras latitudes, como Pueblo de Dios, deberá estar alerta y sensible a las formas que Dios pueda usar para cumplir la misión en nuestros días. Si Dios ha utilizado los movimientos migratorios en el pasado, llevando a su Pueblo a otras culturas y regiones, habrá que plantearnos la migración no como un problema sino como una estrategia divina para avanzar sus propósitos. Por otro lado, hay otra implicación hacia la migración desde el Antiguo Testamento que debe ser recogida por las Iglesias en países receptores de inmigrantes. El Pueblo de Dios, que en esencia sigue siendo peContinúa en página 10
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regrino como Israel, y sabe qué es ser extranjero, debe ser sensible y actuar para ayudar al inmigrante (Deut.10:19; Lev.19:33,34; Ex.23:9).w
ciera en tiempos del Imperio Romano. No es casualidad que Jesucristo naciera en tiempos en que el pueblo judío estaba sometido al Imperio Romano. No es casualidad que Jesucristo naciera cuando el griego era el idioma universal. La misión es de Dios y él dirige la historia para su realización”.y
En el Nuevo Testamento encontramos un énfasis en la misión que parte del modelo de Jesús y su encarnación. Un Dios misionero que envía y un Hijo misionero enviado son el refe-
El Pueblo de Dios, que en esencia sigue siendo peregrino como Israel, y sabe qué es ser extranjero, debe ser sensible y actuar para ayudar al inmigrante. rente para que los discípulos, a su vez, sean enviados. El modelo de la encarnación establece una misión desde abajo que nos desafía a vivir el sendero de la humillación y de la cruz. En este sentido, cada uno podemos considerarnos enviados y plantearnos si la vulnerabilidad de la condición del emigrante nos permite seguir más de cerca el modelo misionero de Jesús x A diferencia del Antiguo Testamento, desde un enfoque centrífugo, se plantea la Gran Comisión a partir de un llamado explícito a llevar el Evangelio desde Jerusalén hasta lo último de la tierra. Es interesante observar cómo la diáspora del pueblo judío toma un protagonismo clave como estrategia divina para la misión. El exilio babilónico prepara un escenario mundial para los siguientes siglos que tendrá en las sinagogas y en la Septuaginta (LXX) dos aspectos sumamente estratégicos que Dios utilizará para la extensión del Cristianismo. Aunque encontramos ya movimientos migratorios en una época temprana de la historia de la Iglesia primitiva, específicamente desde la muerte de Esteban, no podemos olvidar que la Diáspora del pueblo judío es la base para la estrategia de Pablo en su llamado a los gentiles. Un Dios en control de la historia, como señala David Suazo, debe presidir nuestra perspectiva de la misión en la actualidad: “No es casualidad que Jesucristo na-
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Esta perspectiva debe abrir nuestros ojos para aprovechar la migración latinoamericana como plataforma para alcanzar otras regiones y pueblos. De hecho, la diáspora del pueblo coreano permite que en el año 2000 su fuerza misionera ascendiera a más de 8.000 personas, una cifra cercana a los números actuales de misioneros de toda Latinoamérica. Cabe destacar también el impacto de la diáspora china y filipina y la preocupación por atender a sus comunidades dispersas por el mundo con un propósito claro de misión global. Si en el siglo I convivió un modelo de misión intencional en el envío de misioneros con un modelo de misión forzada, es momento de plantearnos, como lo hace José Luís Layedra en el caso de Ecuador, las oportunidades que ofrecen los movimientos migratorios actuales desde América Latina: “Dios a través de la migración está permitiendo la salida de hijos e hijas suyos, creyentes laicos que tienen ministerios en sus iglesias locales y les está llevando a otros países, no sólo a trabajar para su bienestar sino a servir dentro del Reino de Dios. Aun los que no han sido alumbrados con la luz del evangelio, la luz les resplandece en una nación extranjera y así son usados para la misión de Dios”.z
Junto al modelo de Jesús, la
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estrategia de la diáspora, la agenda de la Gran Comisión y la utilización de la misión forzada, es importante destacar algunos aspectos estratégicos, en torno al misionero, que se desprenden del Nuevo Testamento. El sacerdocio universal del creyente es la plataforma adecuada para considerar la realidad del misionero no profesional y de aquel que es enviado y, a la vez, “hace tiendas” para su sustento. En este sentido, las misiones modernas han encasillado este concepto como estrategia de alcance en los países cerrados al Evangelio. Sin embargo, hay una teología de “la plaza de mercado”, de realizar la misión desde lo cotidiano, que se puede aplicar a cualquier lugar del mundo y que se constata en la actualidad en el movimiento de plantación de Iglesias y otros acercamientos ministeriales centrados en la movilización del laico como elemento principal.aa La dignificación del trabajo, aportada por la ética protestante, debe tenerse también en cuenta para establecer una estrategia misionera bíblica, que no concibe misioneros de primera y de segunda y que no contempla el trabajo como un pretexto o “tapadera” para la misión en los países de difícil acceso.ab En conclusión, será necesario reflexionar sobre las oportunidades naturales que ofrece el movimiento migratorio al conjugar la misión, el papel del laico y el trabajo de una manera que huye de la burocratización y profesionalización misionera a la que se ha llegado en nuestros días. El siguiente paso será el entrenamiento desde esa visión más amplia, como se reconoce en el Informe de la Consulta de Wheaton sobre la misión en 1983: “El entrenamiento para testificar no debe restringirse a los misioneros profesionales, sino que debe abarcar a todos los miembros del Cuerpo de Cristo. Hay laicos en las iglesias que tienen grandes oportunidades en el curso de su trabajo para testificar a grupos que no tienen iglesia. Hay una necesidad de crear nuevos modelos para entrenar a misioneros
profesionales y laicos”.ac Es preciso señalar que esta teología más amplia de la misión que incluye al laico y se desarrolla desde su trabajo y la “plaza de mercado” no supone bajar el listón de requisitos espirituales ni desplazar la centralidad de la Iglesia en la misión como entidad enviadora.ad Un último elemento a destacar para nuestro enfoque reside en el equipo colaborador para la misión tal y como se describe en el caso del Apóstol Pablo. En ese sentido, la migración puede proporcionar un nutrido grupo de soldados, prisioneros y obreros que trabajan unidos en el cumplimiento de la misiónae.
Nota: La segunda parte de este estudio será publicada en el siguiente número de la Revista ETNOS. Fuentes: a
Delia Nüesch-Olver, “Missiological Challenges in the Twenty-first Century”, Evangelical Mission Quarterly, Julio 2006.
b
Roberto Marinucci, “El fenómeno migratorio mundial y los desafíos para la misión de los cristianos laicos/as misioneros Scalabrinianos”, pág. 3.
c
Ibid.
d
“Nation’s Trends in Total Migrant Stock: The 2005 Revision”, http://esa.un.org/migration
e
“Perspectivas Económicas Mundiales 2006 del Banco Mundial”, http://www.worldbank.org/.
f
Norwegian Refugee Council – Internal Displacement Monitoring Center’s Internal Displacement: Global Overview of Trends and Developments in 2005, http://www.internal-displacement.org.
g
http://www.unhcr.org/statistics. Este dato no comprende alrededor de 4,3 millones de refugiados palestinos que están bajo la responsabilidad del Organismo de obras públicas y socorro de las Naciones Unidas para los refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA).
h
Christi Rangel Guerrero, “Movimiento de
población. Referencias estadísticas para España y América Latina”, página 6-8, Índice. Revista de Estadística y Sociedad, Nº3 Marzo 2004, Madrid , España. i
Filipino Internacional Network, http://finonline.org/cms/content/view/12/26/.
j
Para un estudio de la Diáspora véase Kirk Franklin, “The Apostle Paul, Asian Diaspora and Mission,”Global Missiology, (Oct. 20, 2006).
www.global missiology.org/english/docs_ html/research/apostle%20Paul-Asia Consultado el 7 de Abril del 2008.
k
Tetsunao Yamamori, Los nuevos mensajeros de Dios: una audaz estrategia para penetrar en los países cerrados, (Portland, Oregon: Multnomah, 1987): 14-15.
l
Roger S. Greenway, “¿Qué sigue en la agenda de las misiones?”, en Misiones: Crucial para esta generación, edit. Roger S. Greenway, (Miami, Florida: Unilit, 1994):125-126.
m Dan P. Bowers, “Globalization and the Missionary Potential of International Churches”, Evangelical Mission Quarterly, Julio 2005, 7 de Abril de 2008. https://bgc.gospelcom.net/emqonline/emq_article_read. php?ArticleID=3491. También se puede consultar del mismo autor “International Churches as Launching Pads for Mission to Indigenous Peoples”, http://www.micn. org/articles/launchingpadA4.pdf . n
“Reporte General del III Congreso Misionero Iberoamericano”, http://www.comibam.org/docs/reporte_comibamIII_es.pdf.
o
Ibid.
p
“Migración Internacional de Latinoamericanos y Caribeños en Iberoamérica: características, retos y oportunidades”, Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) – División de Población de la CEPAL. http://www.eclac.cl/celade/ noticias/paginas/1/26021/Migracion_conceptual_CELADE.pdf. Consultado el 9 de abril 2008.
q
Informe sobre Migración internacional, derechos humanos y desarrollo en América Latina y el Caribe ,CEPAL, (Santiago de Chile, CEPAL, 2006) : 69-74.
r
Ibid.
s
Samuel Escobar, “El escenario global y el inicio del siglo”, en Misionología global para el siglo XXI: Consulta de Iguazú. Ed. Guillermo D. Taylor. (Grand Rapids, Michigan: Baker Academic, 2000): 27.
t
Emilio A. Núñez, Hacia una misionología evangélica latinoamericana. (Miami, Florida Editorial Unilit 1997): 38-41.
u
Varios autores enfatizan que en el Antiguo Testamento no hay un énfasis centrífugo de la misión. Véase David J. Bosch, “Transforming Mission”, Paradigm Shifts of Mission, (Maryknoll, New York, Orbis Books, 1991): pág.17. También véase George W. Peters, A Biblical Theology of Missions, (Chicago, Moody Press, 1972): 21.
Hacia una
misionología, 154-
v
Núñez, 171.
w
Luís Cortés, “A Biblical Basis on Inmigration Reform”, http://www.kintera. org/atf/cf/%7BB793CA9C-D2B9-4E02886B-E6DE52E04944%7D/Biblical%20B asis%20for%20Immigration%20final.pdf . Consultado el 10 de Abril 2008. Para otro acercamiento de una teología de la migración que enfatiza este aspecto de ayuda al extranjero y refugiado, véase Franken, M. “The Theology of Migration,” A paper presented to the Board of Directors of the Lutheran Immigration and Refugee Services, Baltimore, MD. Oct. 28, 2005 en http:// www.nccbuscc.org/mrs/lirspresentation. shtml, Consultado el 10 de abril 2008.
x
David J. Suazo, “La misión de la Iglesia desde abajo”.
En http://www.fmd.com.es/ Contenido/Art.%20Generals/Biblia/ G%C3%A1latas%204,4.pdf. Consultado el 9 de abril 2008.
y
Ibid.
z
José Luís Layedra, “La migración: una oportunidad de bendecir a las naciones”, en http://www.faminter.org/articulo_05.html . Consultado el 7 de abril 2008.
aa Derek Richard Christensen, The training of tentmakers: An examination of training needs and design principles within the broad movement known as tentmaking in mission, (Tesis de Th.M., Melbourne College of Divinity, Melbourne, Junio 2004): 38-42. Para un conocimiento mayor de los movimientos de plantación de iglesias véase David Garrison, Movimiento de plantación de Iglesias: Cómo Dios está redimiendo al mundo perdido, (El Paso, Texas, 2005). ab J. Herbert Kane en Understanding Christian Missions, (Grand Rapids, Michigan: Baker Book House, 1978):386-390, destaca la importancia del apostolado laico en un plano complementario al trabajo misionero tradicional. ac Patrick Sookhdeo, Ed. New frontiers in mission, (Exeter, Paternoster Press, 1987):189. ad George W. Peters, A biblical theology of missions, (Chicago, Moody Press, 1979):208-210,292. ae Ibid. 296.
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E N T R E V I S TA Douglas Livingston / Misionero en Albania. Graduado de SETECA en el año 1985. Douglas junto a su esposa Gloria y sus hijos ha servido en Albania desde 1996, donde han dirigido un equipo de Centro América en la plantación de una iglesia local.
pues quien llega pensando que sabe todo, va a tener problemas. Como no hay escuela formal del idioma albanés para extranjeros, se necesita saber cómo aprender un idioma a través de otros métodos, sabiendo que requiere mucha disciplina y perseverancia. Necesita una base bíblica sólida que permita una interacción dinámica con la cultura albanesa. Necesita entender la comunicación transcultural que le ayudará a entender la cultura y lo complejo de la comunicación que en verdad llega al corazón del oyente. ¿Cuál es el método para fundar una iglesia allí?
“Los misioneros latinos tenemos que darnos cuenta que vemos al mundo desde cierta perspectiva.” Entrevista hecha por Lic. Mario Lemus Secretario Ejecutivo FAM Internacional
¿Cómo llegó a involucrarse en el mundo de la misión transcultural? Tuve el privilegio de tener padres misioneros, entonces crecí envuelto en dos culturas. Desde joven tenía el deseo de trabajar en otras culturas. Estando en SETECA me involucré en el movimiento misionero que estaba iniciando en Centro América en ese tiempo. Me involucré en grupos de oración por las naciones. Dios me dió el deseo de plantar iglesias en lugares donde no las hay. ¿Cuáles son los desafíos que a su criterio enfrenta el misionero Latinoamericano en Albania? Hay muchos desafíos. El aprendizaje del idioma albanés es un reto. La cultura puede ser frustante, pues aunque parece que hay similitudes culturales, también hay muchas
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cosas diferentes. El desafío de estar lejos de la familia es difícil. Un desafío que tiene todo misionero es de estar consciente de su propio prejuicio cultural. Los misioneros latinos tenemos que darnos cuenta que vemos al mundo desde cierta perspectiva. Por ejemplo, necesitamos entender qué aspectos de ser iglesia son netamente bíblicos y cuáles son sólo manifestaciones culturales. Es un desafío no imponer nuestra propia cultura eclesiástica (evangelismo, discipulado, forma de reuniones, etc). Según su experiencia ¿Qué tipo de preparación recomienda para una mejor adaptación cultural del misionero que desea trabajar en Albania? La preparación debe ser en varias áreas. El misionero necesita experimentar y saber trabajar en equipo y saber resolver diferencias, pues las relaciones del equipo son una parte importante del testimonio en el campo. Necesita humildad y siempre ser aprendiz,
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Realmente no hay un solo método. Con cualquier método que se use, es necesario primero ganar la confianza de las personas para que de verdad le escuchen. El testimonio necesita ser mucho más que sólo las palabras; debe ser también con hechos y con una vida consecuente. Hay que invertir en relaciones, pues es una cultura muy relacional. Nuestra tendencia es de plantar nuestra iglesia, muy similar a la que nos envía. Necesitamos caminar en dependencia y oración, pidiéndole al Señor de la Iglesia que nos dirija e ilumine a lo que Él desea hacer y cómo Él quiere formar la iglesia local en Albania. El tema de la familia en las misiones transculturales es importante cuando un misionero viaja con hijos, ¿Cuáles fueron algunas de las dificultades más difíciles de resolver en la adaptación como familia a la nueva vida en Albania? ¿Qué recomienda usted para una pareja de misioneros que tienen hijos en edad escolar y desean llegar a este país? Una de las primeras dificultades es el idioma, el no poder comunicarse al inicio para hacer las cosas más sencillas del diario vivir, para dialogar con los vecinos y ayudar a los hijos en cómo llevarse con los niños de la vecindad. Esto puede ser muy diferente en Albania que en el país de origen y es muy frustrante no poder comunicarse para ayudar a la familia. Es muy importante el apoyo mutuo en la pareja. Hay que ayudarse el uno al otro para ir encontrando las soluciones y respuestas juntos. El testimonio de la familia es muy importante y la adaptación de cada miembro es de igual importancia, no sólo del esposo. Tomen el tiempo para adaptarse y aprender el idioma y cómo vivir. Es un error correr para empezar a “evangelizar” o “ministrar”
sin poner la base de una familia adaptada y con contentamiento. También hay que pensar en la educación de los hijos. En Albania hay escuelas públicas y privadas en albanés, privadas en inglés, y una escuela para hijos de misoneros de muchos paises pero que es en inglés. ¿Cómo ve usted el futuro de la Iglesia Evangélica en Albania? En 1991 que se abrió de nuevo Albania, no había ninguna iglesia local en todo el país. Dios ha hecho grandes cosas en estos casi 20 años. Hay como 15,000 creyentes, pero aún es un porcentaje muy bajo de los 3.5 millones de habitantes. Ya hay varios misioneros albaneses transculturales trabajando entre los albaneses en Kosova y Macedonia, en Turquía y en otros lados. Los próximos 10 años serán claves para la Iglesia en Albania. Dios está levantando una generación de líderes albaneses. Es crítico que les acompañemos en la reflexión profunda del ser y qué hacer de la Iglesia ante los retos de la nueva Albania que ha surgido después de medio siglo de comunismo con el bombardeo de la cultura occidental, la corrupción profunda y abarcadora, la emigración masiva de albaneses al exterior en busca del trabajo, el desempleo alto, la pobreza, etc. La emigración hacia Europa es un fenómeno que afecta la llegada de los misioneros y el trabajo de estos ¿Qué tipo de dificultades y oportunidades ha experimentado ante esta situación en Albania? No ha efectado realmente en Albania todavía. El proceso de obtener visas es todavía engorroso, como lo ha sido. Albania desea ser parte de la Unión Europea (UE) y cada vez sus leyes inmigratorias se irán acercando a las de la UE. Albania tiene un buen porcentaje de población musulmana ¿Qué implica para el misionero y la iglesia este desafío? ¿Cómo manejan la presión ante la dificultad de la tarea? Sí, un 70% de los albaneses dicen ser musulmanes, pero la gran mayoría son muy nominales y realmente no conocen ni creen las doctrinas básicas del Islam. Ellos son primero albaneses y de segunda importancia cualquier religión que puedan tener. La dificultad viene más de la indiferencia, del materialismo, de la irrelevancia de Dios para ellos, del animismo (hechizos, mal de ojo, mala suerte,
etc.) y de la presión social y familiar que de su religión nominal. ¿Cuál ha sido el papel de la(s) iglesia(s) que le(s) apoyan desde su(s) país(es) de origen? ¿Qué elemento cree usted que ha mantenido la constancia en el apoyo recibido? ¿Cómo reaccionan los hermanos albaneses al esfuerzo de las iglesias de estos países? Somos enviados por la Iglesia Betel de Siguatepeque, Honduras. Desde el inicio han tomado un papel muy activo con compromiso profundo y fiel. Como iglesia nos unimos con otras 3 iglesias de Guatemala y El Salvador para formar Cooperación MAYA (Misión Albania y Alrededores). La clave ha sido el compromiso de los pastores y liderazgo de las iglesias. También se tomó el tiempo al inicio para trabajar fuerte en definir la forma de la cooperación y los roles y responsabilidades de cada parte. Por la gracia de Dios la cooperación sigue funcionando depués de 15 años y en todo este tiempo nunca han dejado de ofrendar con generosidad y de apoyar el proceso de plantar iglesias en Albania y ahora en Macedonia. Ha sido de mucha bendición para los hermanos en Albania ver el esfuerzo conjunto de las iglesias y del equipo.
lágrimas al escuchar sus testimonios y al ver lo que Dios había hecho por la fe de nuestras iglesias enviadoras. Un segundo momento fue cuando nuestros discípulos llevaron sus amigos y familiares a los pies de Cristo. Cada vez que toman un paso difícil de obediencia y crecimiento nos da profundo gozo. Entender que habrán albaneses adorando con nosotros ante el Cordero hace que cualquier sufrimiento, dolor o sacrificio se haga como nada.
¿Cuál sería la razón más importante por la cual un candidato a misionero debería pensar en salir al campo con el apoyo de una agencia misionera? Nuestra convicción es que la iglesia local es la que envía. Muchas iglesias no tienen la infraestructura, los contactos ni la experiencia necesaria para cubrir todos los detalles que implica el envío de un misionero. Las agencias pueden ser de gran apoyo para la iglesia local en su tarea enviadora y se necesita un trabajo estrecho entre la iglesia enviadora y la agencia misionera para definir roles, tareas y niveles de autoridad. La agencia que es una servidora de la iglesia local puede ser de mucho valor para el misionero y su iglesia. Alguna anécdota significativa que venga a su mente sobre su peregrinar en el mundo de la misión transcultural. Nunca se nos va a olvidar cuando los primeros albaneses llegaron a los pies de Cristo por el ministerio de nuestro equipo. El día que dieron testimonio público por el bautismo en el Mar Adriático fue de profundo gozo y de
ar Adriático.
Bautismos en el M
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Parece que las potencias políticas y militares son las que controlan los acontecimientos y la historia. A veces pensamos que las puertas que hoy están cerradas al Evangelio se abrirán cuando X o Y nación den su aprobación, como si la historia estuviera solamente en manos de hombres. Siempre hay un cumplimiento del tiempo, pero el tiempo de Dios. Hoy se vive una tensión creciente entre el Islam y el Cristianismo, sin que se vea en el futuro cercano una solución. Sin embargo, no olvidemos que Dios sigue siendo quien controla la historia.
La Misión Mundial de la Iglesia, “Desde Abajo” (Reflexiones basadas en Gálatas 4:4)
Dr. David Suazo Profesor de SETECA
L
a historia de la misión mundial de la Iglesia está llena de creyentes abnegados que se entregaron en cuerpo y alma al cumplimiento de la tarea que Jesús dejó a sus discípulos: hacer discípulos en todas las naciones (Mt. 28:19-20). Estos creyentes se encarnaron ellos mismos y encarnaron el Evangelio en diferentes pueblos y culturas a la manera de Jesús. Aprendieron nuevos idiomas; se identificaron con nuevas culturas; aprendieron a sentir y a pensar como las personas a quienes estaban ministrando. Invirtieron tiempo, esfuerzo y vida en el cumplimiento de aquella tarea. A esta forma de hacer la misión se le puede llamar “desde abajo”. Sin embargo, lamentablemente, la historia de la misión mundial de la Iglesia también está llena de arrogancia, prepotencia e imposición. Muchas veces la evangelización de pueblos y
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naciones se hizo con violencia, con la fuerza militar, con la fuerza económica o con superioridad cultural. A esta forma de hacer la misión se le puede llamar “desde arriba”. ¿Cómo diseñó Dios la misión de su Hijo Jesucristo? ¿Cómo cumplió Jesucristo su misión? Un versículo conocido, pero poco estudiado a fondo, al menos desde la perspectiva misionera es Gálatas 4:4. Este texto nos enseña algo sobre la manera cristológica de hacer misión.
Dios controla la historia La primera frase del versículo 4 dice “Pero cuando vino la plenitud del tiempo” (Biblia de Las Américas), es decir, cuando llegó el cumplimiento de la historia Dios actuó. En el caso de Jesucristo Dios tenía un plan que iba cumpliendo progresivamente a través de la historia hasta que llegó el momento indicado. No es casualidad que Jesucristo naciera en tiempos del Imperio Romano. No es casualidad que Jesucristo naciera en tiempos en que el pueblo judío estaba sometido al Imperio Romano. No es casualidad que Jesucristo naciera cuando el griego era el idioma universal. La misión es de Dios y Él dirige la historia para su realización. Hoy nosotros en el siglo XXI no nos percatamos tan claramente de cómo Dios está controlando la Historia. Parece que los acontecimientos mundiales están fuera de control.
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La encarnación de Jesucristo y la misión de la Iglesia Las siguientes expresiones del vr. 4 dicen que Dios envió a su Hijo nacido de mujer, nacido bajo la ley. Tres lecciones misioneras podemos extraer de aquí: 1) Dios misionero, Hijo misionero, 2) encarnación física y 3) encarnación cultural-religiosa.
En el caso de Jesucristo Dios tenía un plan que iba cumpliendo progresivamente a través de la historia hasta que llegó el momento indicado. No es casualidad que Jesucristo naciera en tiempos del Imperio Romano... La misión es de Dios y Él dirige la historia para su realización.
Dios misionero, Hijo misionero La primera lección aquí es que Dios es un Dios enviador y el Hijo es un Dios enviado. No hay misión sin estas dos verdades. En el vr. 6 de este mismo pasaje se habla de otro envío que hizo Dios. Allí se dice que Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestros corazones. Mientras el Hijo fue enviado a la tierra, el Espíritu fue enviado a nuestros corazones. En ambos casos resalta el carácter enviador de Dios. Si somos hijos de Dios, tal como lo dice este pasaje, entonces imitamos a nuestro Padre y nosotros también debemos ser ambas
cosas: enviadores y enviados. Jesús mismo lo dijo: a sus discípulos en Juan 17:18 y 20:21: “Como el Padre me ha enviado, así también yo os envío”. En última instancia no es una iglesia la que envía, ni alguna agencia misionera, no nosotros mismos a nosotros mismos. Es Dios quien envía. La Iglesia y las agencias misioneras son solamente instrumentos en las manos de Dios para el cumplimiento de su misión. Con todo, lo más importante es que todos ya somos enviados, es decir, ya somos misioneros, porque Jesucristo ya nos envió, solamente hace falta que lo reconozcamos y que cumplamos con la misión que nos ha encomendado.
Encarnación física de Jesucristo: modelo de misión La segunda lección aquí es que Jesucristo se encarnó físicamente, es decir, se hizo un ser humano con todo lo que eso significa. Si juntamos este versículo con lo que enseña Filipenses 2:5-8 tenemos el cuadro completo de lo que significa nacido de mujer. Dios pudo perfectamente haber cumplido su plan “desde arriba” como Dios exaltado y no como un siervo humilde y humillado. La misión desde abajo significa que Dios se hizo un ser humano, se humilló, se vació para tomar la forma más insignificante a fin de cumplir su misión. Filipenses 2:5 dice que nosotros debemos tener la misma actitud que tuvo Cristo Jesús, es decir, también debemos hacer la misión desde abajo.
arriba, con contadas excepciones. Debemos olvidarnos de la arrogancia, de la prepotencia, del orgullo cultural y hacernos solidarios con aquellos a quienes ministramos sea donde sea. Normalmente la misión mundial de la Iglesia se ha hecho desde culturas dominantes hacia culturas menos desarrolladas, más pobres, más dependientes, de manera que el Evangelio parece ser algo ajeno y para aceptarlo hay que hacerse como el de arriba. La encarnación es al revés. Dios se hizo uno de abajo y el Evangelio se identifica con los de abajo. Por primera vez, desde hace muchos siglos, la misión mundial de la Iglesia está siendo cumplida por misioneros que no representan ningún poder (económico, militar o político), desde América Latina, África y Asia. Quizá estamos a las puertas de hacer la misión de una manera más acorde con el modelo encarnacional de Jesús.
La encarnación culturalreligiosa de Jesús: modelo de misión La última frase del vr. 4 dice: “nacido bajo la ley”, lo que significa que la encarnación de Jesucristo no fue solamente física, sino también cultural-religiosa. Cristo nació no solamente como un ser humano, sino como un ser humano identificado con una cultura y bajo las normas de la Ley Mosaica. Jesús tuvo que aprender el idioma de esa cultura, sus costumbres
y tradiciones. Jesús no fue un extraterrestre identificado más con su cultura celestial que con su cultura terrenal. El fue plenamente humano en todo el sentido de la palabra. Así como Jesús se hizo solidario con la raza humana y con su cultura, así también la Iglesia debe hacerse solidaria con la humanidad y con cada cultura a fin de cumplir la misión. El vr. 5 de este capítulo nos señala claramente que Jesús hizo todo esto para cumplir con el plan redentor de Dios. De igual manera nosotros también nos encarnamos, no en el sentido literal de Jesucristo, sino en el sentido figurado, en la humanidad y en cada cultura a fin de cumplir con la misión que Jesús nos dejó: hacer discípulos en todas las naciones. Ahora que los creyentes latinoamericanos estamos entrando a cumplir con la misión mundial de la Iglesia nos conviene recordar la manera en que Jesús cumplió su misión, porque se nos manda a imitarlo. Los misioneros latinoamericanos podemos repetir los errores del pasado y hacer la misión desde arriba, es decir, desde nuestras tradiciones eclesiásticas, desde nuestros títulos académicos o desde nuestros recursos financieros. No olvidemos que Jesús cumplió su misión desde abajo.
Lamentablemente la Iglesia cristiana a lo largo de los siglos ha realizado la misión más bien desde
Así como Jesús se hizo solidario con la raza humana y con su cultura, así también la Iglesia debe hacerse solidaria con la humanidad y con cada cultura a fin de cumplir la misión.
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vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado”. Dicho verso aclara, como se ha indicado arriba, que Jeremías fue llamado para ser profeta.
Disposición y Sacrificio El llamamiento de Jeremías (1:4-10)
Lic. Rodrigo Mejía Coordinador del Énfasis en Biblia y Teología, SETECA.
E
n esta sección podemos indagar cómo es que Dios llama a Jeremías para cumplir con su papel profético en el Reino del Sur y otras naciones durante el reinado de Josías (640609 a.C.), Joacim (609-598 a.C.), y Sedequías (597-586 a.C.), según el prólogo del libro (Jer. 1:1-3). Adicionalmente, el texto destaca el encargo de Dios hacia Jeremías. Dicha sección, sin duda, no sólo interesa para aquellos que reafirman su llamado al ministerio, sino para aquellos que salen al campo misionero. Según se verá a continuación, Jeremías fue llamado por Dios para denunciar la injusticia social, la ido-
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latría y el pecado. Esto le traería consecuencias nefastas en su ministerio. Al pensar en esto, preguntémonos, ¿todos somos llamados para cumplir un papel similar, bajo condiciones y resultados similares? Pues no necesariamente todos pasaremos por las mismas dificultades, sin embargo, algunos misioneros dan testimonio de otros que han sido flagelados o martirizados por servir a Dios en otras naciones. ¿Cómo nos concierne esto? Como se indicó arriba, Dios llama a Jeremías para cumplir con su papel de ser profeta en el Reino del Sur y otras naciones. El verso 5 contiene dos verbos que destacan dicho llamado. El primero de ellos es “conocer”. Este verbo se puede entender como “elegir”. Dicho de otra manera, señala que Dios “eligió” a Jeremías para dicha labor antes de que el profeta naciese. El siguiente verbo es “santificar”. En este caso, el verbo significa “apartar”, es decir, Jeremías fue apartado para la misión que debía realizar. La NVI recoge bien el significado de los verbos: “Antes de formarte en el
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Pensando en el párrafo anterior, el siervo de Dios o el misionero puede titubear o afirmar su fe al ser llamado por Dios. El texto revela que Dios nos ha elegido para su servicio de antemano. Las circunstancias o el modo no necesariamente son las mismas, pero sí hay un denominador común en cuanto a la voluntad de Dios para cada uno. Al leer los versos siguientes, observamos la reacción negativa de Jeremías ante el llamado de Dios. El profeta se excusa ante Dios, poniendo como excusa su edad. Esto mismo puede suceder en aquellos que no están seguros del llamado de Dios, ponen obstáculos o no están dispuestos a acudir al llamado de Dios. Al ponernos en los zapatos de Jeremías, podemos excusarnos o justificar nuestra disponibilidad de servir a Dios en diversos países. Sin embargo, el panorama se deslumbró más difícil para el profeta, porque Dios le anticipó que su tarea sería complicada. En el verso 10, se repite seis veces el propósito profético de Jeremías con las frases “…para arrancar, y para destruir, para arruinar, y para derribar, para edificar, y para plantar” (RV60). Estas frases destacan que el papel profético de Jeremías sería mayormente de juicio. El contexto revela que Jeremías denunció el pecado de la nación, la injusticia social y la idolatría. Jeremías realizó su labor en medio de persecución, golpizas, encarcelamiento y amenazas de muerte. Al respecto mucho se habla de Jeremías como el profeta “llorón”, no obstante, él cumplió con su misión, pese a que
su vida estuvo en peligro constante. En nuestro caso, ¿estamos dispuestos a ir a las naciones bajo sucesos similares? Pues la respuesta no es fácil de responder, si se nos muestra un panorama parecido a este. Hace unos diez años llegó el Dr. Núñez a nuestra iglesia para dictar unas conferencias sobre el papel misionero de la iglesia. En ese entonces, fui director del comité de misiones de la iglesia. El propósito de su participación consistía en motivar a la iglesia para realizar su labor misionera. De toda la conferencia queda aún grabado en mi mente el siguiente comentario del Dr. Núñez: “Algunos piensan en ir a un lugar lejano para hacer su labor misionera, pero no están dispuestos a cruzar el charco de la calle para compartir a Cristo”. Estas palabras quedaron en mi mente, porque él estaba señalando lo llamativo o en-
siempre las condiciones del lugar donde fuésemos enviados serían tan peligrosas como en algunos países, pero pensando en el profeta,-¿hasta qué punto estamos dispuestos a pagar el precio por cumplir con el llamado de Dios para servirle en el campo misionero? ¿Qué respuesta tendríamos a dicho llamado, si se tratara de un lugar donde se asesina a los cristianos, se les persigue o se les priva de su libertad?- Lo anterior se puede ilustrar con una historia de la vida real. El año pasado predicó en la capilla del Seminario Teológico Centroamericano el Lic. Irvin Wenger, profesor del seminario, acerca de la vida de Chester Dieterman. Según Wenger, este misionero relató su deseo de ir a cualquier parte a realizar la labor misionera, sin importar las condiciones o lugar. De igual modo, en su diario anotó que él estaba convencido de que Dios le había llamado para dar su vida.
su familia. Lamentablemente, los rebeldes lo asesinaron. El cuerpo de Dieterman fue encontrado posteriormente. Cualquiera podría pensar que la muerte de Dieterman tendría como resultado una baja considerable de misioneros, no obstante, en palabra de Wenger, por este legado se multiplicó el número de misioneros reclutados. Esto enseña que Dios tiene un propósito de antemano. Él permite las cosas para que se cumplan sus planes. ¿Será que todos estamos llamados para perder la vida como en el caso de este misionero o Jeremías? No necesariamente. Incluso no sabemos, si esto forma parte de los planes de Dios. Lo que sí debemos tomar en cuenta es que debemos estar dispuestos a cumplir con el llamado de Dios y sufrir las consecuencias, si esto forma parte de los designios de Dios. Mientras tanto, reflexionemos sobre esta historia y la del profeta Jere-
¿hasta qué punto estamos dispuestos a pagar el precio por cumplir con el llamado de Dios para servirle en el campo misionero? ¿Qué respuesta tendríamos a dicho llamado, si se tratara de un lugar donde se asesina a los cristianos, se les persigue o se les priva de su libertad?
tusiasmante que sería ir a otros países como misionero, a diferencia de las condiciones difíciles y extremas que resultan del servir en una región o comunidad alejada de nuestra propia tierra. Relacionado con lo anterior, no todos sufriríamos como Jeremías y no
Por medio del Instituto Lingüístico de Verano, Dieterman fue enviado a Colombia. Cierto día los rebeldes incursionaron en el lugar donde vivía y le secuestraron, pensado que él era el director de la institución. Pese a su negativa, lo llevaron cautivo y no le permitieron comunicarse con
mías. Reflexionemos sobre en qué medida estamos cumpliendo el llamado de Dios o en qué nos pueden motivar estos sucesos reales en la labor que actualmente cumplimos.
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GLOSARIO MISIONERO de misión es más culturales. Por el contrario, el concepto sia está haciendo amplio y se refiere a todo lo que la igle y que señala al reino de Dios.
MISIÓN. definir misión Donald McGavran señala: «Podemos dedicada a la específicamente como una empresa Jesucristo, y a proclamación de las buenas nuevas de a hacerse sus persuadir a los hombres y las mujeres iglesia.» Una su de discípulos y miembros responsables isión es el pueblo definición operativa de misión es: «M eras de iglesia de Dios cruzando intencionalmente barr ar por palabra y a no iglesia, de fe a no fe, para proclam s en Jesucristo, Dio acción el advenimiento del reino de sia en la misión a través de la participación de la igle Dios, consigo de Dios de reconciliar a las personas con do, y reunirlas mismas, unas con otras, y con el mun y la fe en ento en la iglesia a través del arrepentimi to con miras a la Jesucristo por la obra del Espíritu San l de la venida transformación del mundo como una seña en). del reino en Jesucristo» (Chuck Van Eng en y naturaleza. La iglesia es misionera por su mismo orig sia que no es Según el Pacto de Lausana: «La igle ón, y apaga el misionera es en sí misma una contradicci Espíritu.»
MISIÓN Y MISIONES. se hace en los Ésta es la primera distinción que hoy s del siglo XX estudios misionológicos. Hasta mediado eralmente se Gen tos. no se distinguía entre ambos concep ltado del trabajo utilizaba el término misiones. Como resu reconoció que la del Concilio Misionero Internacional, se estaba limitada discusión bíblica de la idea de misión no o que Dios ha dad o, a lo que la iglesia estaba haciend es en el mundo. estado siempre activo en todas part referencia a la Esencialmente, misiones se utiliza con s misioneras en tarea específica de la iglesia y agencia ando barreras cruz alcanzar a los pueblos para Cristo
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REVISTA DE FORMACIÓN E INFORMACIÓN MISIONOLÓGICA
MISIÓN TRANSCULTURAL.
mediante la Es el cumplimiento de la misión de fronteras és comunicación del mensaje cristiano, a trav de la misión culturales. El objetivo fundamental sias autóctonas transcultural es el establecimiento de igle no han tenido en medio de grupos étnicos que todavía llevar a cabo oportunidad de conocer el evangelio. Para será necesario la misión transcultural con efectividad y para ello hace que se superen las barreras culturales, amental de la falta conocer y aplicar la dinámica fund comunicación transcultural.
MISIONERO.
e personas que Es aquel que propaga la fe religiosa entr El budismo y el profesan una fe diferente o ninguna. misioneras de cristianismo han sido las religiones mas es una palabra todas. Según Paul G. Hiebert, «misionero una función que moderna, que representa un status y oría de las otras se encuentra en Occidente. En la may ro se presenta en culturas no existe.» Cuando un misione de deducir por estas culturas, la gente lo observa y trata funciones encaja. su aspecto en cuál de su propia serie de rminado tipo de Entonces concluyen que él es un dete ento coincida persona y esperan que su comportami entendidos mal con ello. Esto ha dado lugar a muchos son conscientes culturales. Los misioneros no siempre sidera también de cómo los perciben los demás. Se con 9.19–23; Hch. Co. (1 como un don del Espíritu Santo Peter Wagner, C. 8.4; 13.2–3; 22.21; Ro. 10.15). Según cial que Dios da «el don de misionero es la habilidad espe to para ministrar a ciertos miembros del cuerpo de Cris an, en una cultura todo tipo de dones espirituales que teng diferente de la propia.»
Diccionario Conceptos tomados de: Pablo A. Deiros, AM MIB Hispano-Americano de la Misión (CO 285,288,291. Internacional, Miami Florida; 1997) Pág.
Diplomado en Misiones Transculturales, SETECA.
Es una capacitación intensiva en el área de educación bíblica misionológica. Consta de 4 Módulos (conferencias) los cuales están diseñados de manera que el participante pueda descubrir a través del estudio de la Palabra el propósito eterno del plan de Dios. Está dirigido a todos aquellos que deseen capacitarse para servir en la expansión del reino de Dios en su comunidad, nación y hasta lo último de la tierra. DURACIÓN: 5 Horas. Programación: Se coordina conjuntamente con la Iglesia o Comité que solicite el Seminario. Costo: Q30.00 por persona. (Incluye material, diploma y conferencias). Más información a los teléfonos: (502) 2475-5224 ó a fam@faminter.org www.faminter.org
El diplomado es un programa de estudio a nivel universitario, enfocado en la preparación bíblico-teológica y misionológica de los candidatos a misioneros transculturales. Está diseñado pensando especialmente en los miembros de comités de misiones de iglesias locales, personas involucradas en instituciones de enseñanza misionológica y personas que necesitan entrenarse para ir al campo de las misiones. Para poder graduarse, el estudiante deberá completar un total de 60 créditos académicos, repartidos en tres trimestres en residencia, además de realizar una práctica transcultural de 2 meses.
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