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Septiembre - Diciembre 2011 Número 6

La Iglesia Local y la Conciencia Misionera

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Director: Dr. Abel Morales Editores: Lic. Mario Lemus Lic. Irvin Wenger Asistente de Edición: Yomila de Morales Colaboran en este número: Dr. David Suazo J. Dr. Abel E. Morales Dr. Luis Bush Lic. Gustavo Soto Lic. José Cruz Esta es una publicación del Centro Misionológico del Seminario Teológico Centroamericano en Alianza con la Fraternidad de Apoyo Misionero Internacional de Guatemala. Derechos Reservados 2011. Prohibida su reproducción total o parcial sin permiso previo de los editores. Las ideas presentadas en los artículos a continuación son responsabilidad exclusiva de los autores. Foto de portada: hightours.info

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Lic. Irwin Wenger Profesor de SETECA

n su libro, El despertar de las misiones, Federico Bertuzzi trata temas de la globalización y las relaciones NorteSur en el envío de misioneros desde América Latina. En relación a estos temas Bertuzzi menciona que en las primeras décadas de la llegada del evangelio a América Latina una debilidad del mensaje enseñado fue la falta de énfasis sobre misiones transculturales desde América Latina, falta de conciencia misionera. Hasta cierto grado, seguimos viviendo con ese legado. Sin embargo aunque este cuadro ha estado cambiando paulatinamente desde hace varias décadas, aún se ve bastante lento y moderado. Este año los estudiantes de misiones (Programa en Línea de SETECA) hicieron una encuesta en sus iglesias locales acerca de las misiones transculturales con el propósito de indagar acerca de actitudes y prácticas relacionadas con el tema. En los cuatro países representados en esta encuesta se vio la misma situación, casi todos los hermanos creen que la Gran Comisión sea vigente para nuestros días y que todas

las iglesias sean las responsables de cumplir con ese mandato, pero en la práctica la gran mayoría de iglesias no están involucradas activamente en las misiones transculturales. Nos preguntamos, ¿Por qué existe esta brecha entre la teoría y la práctica en nuestro medio? Las respuestas inmediatas y tradicionales a esa pregunta podrían ser la falta de conocimiento y visión misionera, una escasez de fondos, y las diferencias en prioridades y enfoques en el ministerio. Propongo otras dos razones que yo creo que también entran en juego al considerar esa brecha entre la teoría y la práctica. En primer lugar, nos cuesta mucho soltar nuestro control sobre los recursos materiales que Dios nos ha encomendado. Como los buenos administradores que somos, queremos estar seguros del buen uso de los recursos. Cuando se trata de misiones transculturales en lugares lejanos (a diferencia de misiones cercanas), normalmente la iglesia local no está en capacidad de dar seguimiento al ministerio o de supervisar al misionero. El liderazgo de la iglesia pierde el control de esos fondos y su destino final. Y es peor


EDITORIAL

EN ESTA EDICIÓN

aún si a la iglesia local le falta confianza plena en la agencia o en el misionero para administrar bien esos recursos. Creo que muchas iglesias locales prefieren invertir sus fondos en proyectos cuyos resultados se puedan ver de primera mano y en los cuales la iglesia pueda tener cierto involucramiento directo. ¡Reflexionemos! ¿Es correcta esta postura a la luz de la enseñanza bíblica y nuestro cometido transcultural? En segundo lugar, la cristiandad en el mundo posmoderno se ha vuelto bastante egocéntrica. Basta con analizar la mayoría de mensajes predicados en la televisión o evaluar los valores y las prácticas de las iglesias locales para ver esa tendencia. El liderazgo quiere saber cómo cada desembolso le va a beneficiar a su iglesia. ¿Qué obtendremos a cambio? Una inversión en las misiones transculturales no siempre se ve como algo que traiga beneficio o ventaja directa para la iglesia local. No es un ministerio atractivo para una iglesia enfocada en sí misma. Nuevamente le insto a reflexionar, ¿cómo cuadra esta postura con la perspectiva bíblica? Gracias al Señor, la conciencia misionera en la iglesia evangélica latinoamericana sí ha estado creciendo, aunque lentamente.

El reto misionero no se limita a la iglesia local. Cada cristiano individualmente puede, y debe, ser parte del movimiento misionero transcultural. Jesús nos dejó la Gran Comisión, para ir y hacer discípulos a todas las etnias (Mateo 28:1820). Claramente Jesús especificó que lleváramos el mensaje “hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8). Hay muchas maneras de participar en las misiones. A nivel personal uno puede orar por las misiones, estar en comunicación con misioneros animándolos en su ministerio, apoyar económicamente a proyectos misioneros, promover las misiones en su iglesia local, o ir a las misiones. ¡Pidámosle a Dios que aumente nuestra conciencia misionera! ¡Nuestro Dios es Dios misionero! ¡El es grande y su fidelidad es para siempre!

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Retos Misioneros para Hoy: Cultura y Misión

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La Hora de Dios para los Latinos Entrevista con el Dr. Luis Bush

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Ministerio de Jesús, un Paradigma Misional

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Iglesia de América Latina, tú eres las Siete Iglesias del Apocalipsis

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El Valor de la Amistad en la Obra Misionera

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Retos Misioneros para Hoy: Cultura y Misión Trasfondo de reflexión teológica sobre este tema

Dr. David Suazo J. Profesor de SETECA Trabajo presentado para la Semana de Énfasis Misionero, SETECA, Junio 2011.

Introducción El papel de la iglesia en la cultura es un tema de reciente estudio y debate. El primer acercamiento se concentró en la relación de la iglesia con la cultura en el sentido de que ésta es contracultura. Un acercamiento más contemporáneo, aunque no soslaya lo contracultural, agrega otras facetas de la relación iglesia y cultura o iglesia y misión en la cultura.

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Entender la naturaleza de la Iglesia Cristiana como una contracultura es uno de los aportes de la teología evangélica contemporánea. No es que la iglesia ha sido contracultura recién en esta época, sino más bien que es muy reciente su entendimiento de esta faceta de su identidad. La elaboración teológica alrededor del tema contracultural es producto de la teología del siglo XX. Uno de los autores que primero exploró esta temática fue Richard Niebuhr en su libro Christ and Culture.1 Niebuhr desarrolló un acercamiento histórico de la relación entre la iglesia, el Evangelio y la cultura a lo largo de los siglos, especificando en cada época histórica alguna relación sobresaliente. Así es como él llegó a identificar cinco relaciones entre Cristo y la cultura: 1) Cristo en contra de la cultura, 2) Cristo en la cultura, 3) Cristo por encima de la cultura, 4) Cristo y la cultura en paradoja y 5) Cristo transformador de la cultura. Este paradigma ha servido para desarrollar en el presente, particularmente en la cultura norteamericana, la reflexión eclesiológica y misionológica de la iglesia contemporánea en relación con la cultura actual. Aunque las ideas de Niebuhr siguen siendo estudiadas y usadas en la actualidad, hay que reconocer que él escribió hace ya casi 60 años, lo cual significa que hoy la cultura norteamericana no solamente ha cambiado, sino que los cambios son más dramáticos. Otro autor muy conocido entre nosotros 1 H. Richard Niebuhr, Christ and Culture. New York: Harper & Row, 1951.

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que desarrolló el tema de la relación entre la iglesia y la cultura fue John R. W. Stott, quien desarrolló sus ideas alrededor del Sermón del Monte al que llamó, precisamente, contracultura cristiana.2 Según este autor Jesús enseña los valores del Reino de Dios en una forma tal que al discípulo no le queda otra opción que ser contracultura si es que quiere ser auténtico discípulo. A partir de la confrontación de Jesús con la cultura socioreligiosa de su época todos sus seguidores tienen que hacer lo mismo, pero basados en los valores del Reino que Jesús proclama y reclama. Stott tenía en mente la cultura europea de finales del siglo XX que estaba cambiando radicalmente hasta distanciarse de Dios y de los valores del Reino. Muchos de nosotros fuimos formados por las ideas de este notable personaje. La tradición anabautista también ha hecho aportes significativos a este tema no solamente a través de la literatura escrita, sino con una práctica histórica que ha servido de modelo. Dos libros quiero mencionar de paso en esta ponencia. Se trata del libro de un autor poco conocido, pero que habla del tema de ser contracultura de una manera

2 John R. W. Stott, Contracultura Cristiana: El mensaje del Sermón del Monte. Traducido por Carmen Pérez de Camargo. Buenos Aires: Ediciones Certeza, 1984. Este servidor tuvo el privilegio de escuchar personalmente al Dr. Stott compartiendo este tema y conservo en mi poder la publicación original de este tema que el Dr. Stott presentó en junio de 1977 en la ciudad de Guatemala bajo los auspicios del Grupo Evangélico Universitario (GEU).


radical y desafiante.3 El autor tiene en mente la cultura norteamericana de las últimas décadas del siglo XX y cómo la Iglesia Cristiana debe contrarrestar las tendencias consumistas y bélicas de esa cultura. El segundo autor es más conocido en nuestros círculos. Se trata de Juan Driver, quien también explora el Sermón del Monte con un enfoque contracultural.4 No hay que olvidar la característica pacifista de esta tradición, la cual se nota en estos escritos. Hay otros autores que han hecho aportes al tema de la contracultura cristiana, especialmente desde la perspectiva eclesiológica latinoamericana. Unos estudian con cierto detalle las enseñanzas de Jesús, particularmente el Sermón del Monte.5 Otros hacen un estudio más amplio de enseñanzas del Nuevo Testamento y de la teología en general.6 No es mi intención hacer aquí una reseña de lo que se ha dicho sobre este tema en el pasado reciente, pero si es necesario hacer mención de algo de ese trabajo.

Un acercamiento postmoderno a la relación entre iglesia y cultura Además del reconocimiento de lo que se ha dicho en el pasado reciente sobre el tema de la contracultura cristiana, quiero trabajar un acercamiento más directamente relacionado con la actual época que se vive en el mundo. Usaré como paradigma las ideas de un escritor norteamericano que ha escrito un libro creativo y desafiante sobre este tema. Me refiero a Andy Crouch y su libro Culture Making.7 Crouch presenta la relación de la iglesia con la cultura desde cinco posturas, que él denomina: 1) condenar cultura, 2) criticar cultura, 3) consumir cultura, 4) copiar cultura y 5) crear cultura. Seguiré estas posturas para desarrollar las ideas principales de la presente exposición. Usaré ejemplos bíblicos para cada postura con la idea de ofrecer una visión contracultural, pero también una visión que va más allá de lo contracultural, hacia la transformación de la cultural y la creación de una nueva cultura.

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Kraybill, Donald B., El reino al revés. Traducido por Marta J. de Mejía. Santa Fe de Bogotá, Colombia/ Guatemala: Ediciones CLARA/SEMILLA, 1995. Driver, Juan., Contra corriente: Ensayo sobre eclesiología radical. Guatemala: Ediciones Semilla, s.f.; Siguiendo a Jesús: comentario sobre el sermón del monte, Mateo 5-7, segunda edición. Bogotá/Guatemala: CLARA/ SEMILLA, 1998; Imágenes de una iglesia en misión: Hacia una eclesiología transformadora. Guatemala: SEMILLA, 1998. Ver por ejemplo: Calderón, Carlos., “¿Qué significa ‘justicia’ en Mateo 5:6?” en Kairós No.37, 2005, págs. 59-80. Rivas, Luis Heriberto., “El ‘pacifismo’ del sermón de la montaña: Mt. 5:30-40 y 44-48; Lc. 6:27-38” en Revista Bíblica, Vol. 64, Nos. 1-2, 2002, págs 5-52. Rubiolo, Sergio., “Las preocupaciones cotidianas y la providencia de Dios: Exégesis de Mateo 6:25-34” en Revista Bíblica, Vol. 63, Nos. 1-2, 2001, págs. 1-45. Arias, Mortimer., Anunciando el reinado de Dios: Evangelización integral desde la memoria de Jesús. San José, Costa Rica: Visión Mundial Internacional, 1998. Dri, Rubén., El movimiento anti imperial de Jesús: Jesús en los conflictos de su tiempo. Segunda edición. Buenos Aires, Argentina: Editorial Biblos, 2005. Escobar, Samuel., Tiempo de misión: América Latina y la misión cristiana hoy. Santa fe de Bogotá/Guatemala: Ediciones CLARA/ SEMILLA, 1999. Fonseca R., Nidia y David Westwood, Hambre y sed de justicia. San José, Costa Rica: Universidad Bíblica Latinoamericana, 2005. López, Darío., La misión liberadora de Jesús: Una lectura misiológica del evangelio de Lucas. Lima: Ediciones Puma, 1997. Crouch, Andy., Culture Making. Downers Grove, USA: InterVarsity Press, 2008.

Cuando se habla de la iglesia siendo contracultura lo primero que viene a la mente es la tarea de señalar y condenar la cultura o algunos aspectos de ella.

1. Condenando la cultura Cuando se habla de la iglesia siendo contracultura lo primero que viene a la mente es la tarea de señalar y condenar la cultura o algunos aspectos de ella. Si tenemos a Jesús como un modelo encontraremos que a menudo Él condenó directamente la cultura religiosa de su época, particularmente las actitudes y las acciones de los líderes religiosos. Por ejemplo, al leer el Sermón del Monte encontramos repetidamente la expresión “no seáis como los hipócritas…” (Mt. 6:2, 5, 16) y luego sigue una enseñanza acerca de alguna práctica religiosa. Jesús condena abierta y directamente las actitudes y las acciones de los líderes religiosos que representaban la cultura judía de aquella época. En Mateo 23 Jesús condena de nuevo al liderazgo religioso en sus actitudes y acciones, especialmente la opresión a la que sometían a la gente (Mt. 23:4-7), para luego emitir los famosos “ayes” que no son más que severos juicios en contra de ese liderazgo (Mt. 23:13-36). En Lucas 22:24-27 Jesús enseña a sus discípulos sobre el poder y el liderazgo, contrastando lo que sucedía en la cultura política de su época con lo que debería suceder entre los discípulos. Mientras los valores de la cultura política no solamente de aquella época, sino de todas las épocas, son la ambición personal, el uso y abuso del poder y la manipulación de las personas. Los valores del liderazgo entre los discípulos deben ser el servicio, el sacrificio y la humildad. Jesús dice enfáticamente “no será así entre vosotros” (Lc. 22:26), emitiendo así una condena clara, directa y abierta en contra de los valores de la cultura política de todos los tiempos.8 Un lugar inusual para ver este elemento contracultural dentro de las enseñanzas del Nuevo Testamento es el libro de Apocalipsis. Los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis contienen las cartas a las siete iglesias de Asia Menor. Varias de esas iglesias son descritas como comunidades contraculturales disidentes que no seguían los valores de la cultura dominante, sino que los condenaban. Por ejemplo, la iglesia de Esmirna se describe como pobre, marginada y sufriente en medio de una ciudad rica, cuna del culto al emperador y con una comunidad judía rica e influyente, pero que Jesús llama “sinagoga de Satanás”.9 8 López, La misión liberadora de Jesús, págs. 145-167. 9 Stam, Juan., Apocalipsis, Tomo I (capítulos 1-5), en C. René Padilla, Moisés Silva y Luciano Jaramillo, eds. Comentario Bíblico Iberoamericano. Buenos Aires: Ediciones Kairós, 1999, págs. 94-105.

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La iglesia de Filadelfia se presenta de manera similar.10 Por otro lado, Jesús condena a la iglesia de Pérgamo por estar demasiado acomodada a la cultura de la ciudad.11 Algo similar se dice de la iglesia de Tiatira.12 Pensando en aspectos de la cultura contemporánea que deben ser condenados por la iglesia Crouch menciona tres, relacionados más con la cultura norteamericana: 1) teólogos como Karl Barth y Dietrech Boenhoeffer, junto con otros cristianos, condenaron directa y valientemente la ideología nazi de los años 30 del siglo XX y la plasmaron en la famosa Declaración de Barmen,13 2) el negocio global del sexo, que incluye la pornografía y la pedofilia, 3) el trato esclavizador de trabajadores en el mundo de los dos tercios.14 Según Crouch estos elementos de la cultura contemporánea deben ser condenados. ¿Cuáles serían otros asuntos que merecen la condena de la iglesia en nuestra cultura contemporánea? Mencionaré solamente tres como ejemplos representativos de males culturales de nuestro tiempo. Los tres están relacionados con la palabra “tráfico” que ahora se asocia con delitos o problemas sociales, pero que ya forman parte de la cultura:

Una diferencia entre condenar y criticar la cultura es que lo primero está limitado a aquellos asuntos que son clara y evidentemente condenables en que la mayoría de personas, incluyendo no cristianas estarían de acuerdo.

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1) Tráfico de armas. La guerra siempre ha sido parte de la historia humana, pero hoy en día, además de ser un asunto de poder político y militar, también es un negocio muy lucrativo. De hecho, se ha usado la guerra como un reactivador de economías en naciones en crisis. Sin embargo, un problema derivado y más dañino es el tráfico ilegal de armas. Naciones enteras, grupos sociales e individuos son parte de esta cultura de la guerra y de la violencia. Este tráfico es directamente responsable del auge del crimen organizado y de crímenes de todo tipo. Este rasgo cultural hay que condenarlo enfáticamente. 2) Tráfico de drogas. Este tráfico se ha convertido en uno de los males más evidentes 10 Ibid., 136-153. 11 Lara Proença, Wander de., “Una iglesia sin el propósito de ser madura en la palabra”, en Jorge Henrique Barros, organizador, Una iglesia sin propósitos: Los pecados de la iglesia que resistirán al tiempo. Traducido por Daniel Oliva Morel. Quito: Ediciones CLAI, 2006, págs. 17-48. 12 Wesley de Souza, Luis., “Una iglesia sin el propósito de la pureza y santidad”, en Ibid., 49-68. 13 Crouch, Andy., “Creating Culture”, Christianity Today, September, 2008. http. w w w. c h r i s t i a n i t y t o d a y. c o m / c t / 2 0 0 8 / September/10.25html?start=2:1 14 Ibid.

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y perjudiciales del mundo contemporáneo. Se trata de un negocio más que multimillonario que tiene impacto en todas las esferas de la sociedad. Lo más triste es que la iglesia misma también ha sido invadida por este cáncer. Ahora se habla de narco iglesias y de narco pastores. Incluso he escuchado justificaciones bíblicas para blanquear dinero proveniente de este malvado negocio. Esto también debe ser condenado sin ambages. 3) Tráfico de personas. Un tema de mucha actualidad y pertinencia en el presente es el de la migración, pero una cosa es la migración en sí y otra el tráfico de personas. Mientras la migración es un fenómeno socio-cultural histórico que ha formado parte de todas las culturas en todas las épocas, el tráfico de personas es un delito y un problema social de enormes proporciones que produce violencia, corrupción, extorsión, malos tratos y un sinfín de otros males humanos. Esto también se debe condenar valientemente. Hay otros rasgos de nuestras culturas que también merecen nuestra condena, pero no voy a dedicarles el tiempo aquí. Me refiero a asuntos como la injusticia institucionalizada, la impunidad, la corrupción, el abuso de poder, la mediocridad generalizada y otros similares. Estos asuntos han sido objeto de análisis y condena en otros foros.

2. Criticando la cultura Un segundo elemento de la relación entre la iglesia y la cultura que quiero mencionar es la crítica de la misma. Una diferencia entre condenar y criticar la cultura es que lo primero está limitado a aquellos asuntos que son clara y evidentemente condenables en que la mayoría de personas, incluyendo no cristianas estarían de acuerdo. Mientras que la crítica es el análisis y la evaluación de elementos culturales con criterio teológico (los valores del Reino), los cuales podrían ser rescatables o redimidos. En el Nuevo Testamento también podemos encontrar situaciones en donde se hace esta evaluación crítica de aspectos de la cultura. Por ejemplo, en Mateo 23:2-3 Jesús reconoce la función de los fariseos de interpretar la ley, lo cual hacen bien y deberían ser obedecidos en lo que enseñan. Sin embargo, aunque su predicación es correcta y debe ser obedecida, Jesús no da su aprobación y critica sus actitudes y acciones en los versículos siguientes. Por tanto, Jesús encuentra algo digno de evaluación crítica sin conde-


narlo directamente. En Juan 9, Jesús realiza el milagro de sanar al ciego de nacimiento, en parte para poner en evidencia la insensibilidad de una sociedad religiosa que está más preocupada por el cumplimiento de las normas, que por el bienestar de las personas más necesitadas. En el 9:39 Jesús dice claramente que ha venido para juzgar, es decir, criticar la cultura religiosa judía.15 Las parábolas de Jesús también son una crítica a la cultura judía y sus valores. Por ejemplo, hay parábolas que claramente subvierten las ideas culturales acerca del valor y la ubicación social de las personas (publicanos y pecadores frente a escribas y fariseos, Lucas 15:1-2; 11-32).16 En Hechos 16:35-39 el apóstol Pablo critica fuertemente las acciones ilegales e injustas de los magistrados de Filipos en contra de él y sus acompañantes. Sin embargo, Pablo reconocía el valor del sistema judicial romano y esperaba que éste actuara con justicia. Pablo no condena el sistema judicial romano, pero sí critica su actuar inconsecuente con la ley y la justicia.17 En estos ejemplos podemos ver que el evangelio evalúa con criterio teológico elementos de las culturas (judía o romana), sin condenarlos. Al pensar en las culturas contemporáneas y la acción de criticarlas Crouch se detiene en el arte, el cual no debe ser condenado, pero sí evaluado con criterio teológico.18 En nuestro contexto también el arte debe ser objeto de reconocimiento y a la vez de evaluación crítica. Hay aspectos redimibles en el arte y aspectos criticables. Esto se aplica también al arte cristiano dentro de las iglesias. Se podría decir que el arte cristiano en muchos sentidos funciona con los mismos valores con que funciona el arte mundano. Ya se puede hablar de una farándula evangélica que ha adquirido y asimilado los valores de este mundo en vez de criticarlos. Habría mucho más que decir al respecto, sobre todo en el aspecto de influir de tal manera para transformar el arte en la sociedad para que refleje los valores del Reino. Estos mismos criterios se podrían aplicar al deporte, a la educación, a los negocios. To15 Suazo, David J., “La función profética de la educación teológica evangélica en América Latina”, tesis doctoral, Guatemala: SETECA, 2009, págs. 88-89. 16 Ibid., 91-92. 17 Suazo, David J., “El poder de la verdad para transformar culturas: El Evangelio transforma individuos, estructuras y sociedades (Hechos 16:11-40)”, Kairós 37, 2005, págs. 97-110. 18 Crouch, Andy., “Creating Culture”, Christianity Today, September, 2008, pág. 2.

dos estos elementos son parte importante de nuestra cultura. No deberían ser condenados, pero tampoco deberían aceptarse ingenuamente. Un problema cada vez más frecuente es la ingenuidad con que la iglesia acepta y usa estos elementos de la cultura así no más, de manera acrítica. Más bien deberían ser objeto de estudio, análisis y evaluación crítica a la luz de los valores del Reino enseñados por Jesús y los apóstoles.

3. Consumiendo cultura El tercer elemento de la relación entre la iglesia y la cultura es el consumo de la misma. Esto suena extraño y hasta escandaloso, pero no nos apresuremos a objetar esta idea. Déjenme explicar lo que quiero decir con esto. De los aspectos más negativos

En nuestro contexto también el arte debe ser objeto de reconocimiento y a la vez de evaluación crítica. Hay aspectos redimibles en el arte y aspectos criticables. Esto se aplica también al arte cristiano dentro de las iglesias.

pasamos a los más positivos en la relación entre iglesia y cultura. En la sección anterior mencionamos que los elementos de la cultura que criticamos no son necesariamente malos ni condenables, pero que tenemos que ejercer criterios teológicos para evaluarlos. Eso significa que aquellos elementos los podemos consumir, teniendo cuidado de no violentar los valores bíblicos del Reino de Dios. Sin embargo, hay otros elementos de la cultura que consumimos sin tener que preocuparnos por evaluarlos teológicamente. Más bien, deberíamos gozar y disfrutar las muchas buenas cosas que nuestra cultura produce.19 Podemos pensar en la comida, en el vestuario, en los artefactos electrodomésticos que tanto facilitan nuestra vida, en la tecnología digital (teléfonos celulares, internet, equipo de computación, instru19 Ibid.

mentos musicales, etc.). Las iglesias casi ni podrían funcionar hoy sin estos elementos. Todos somos consumidores de esto sin tener que preocuparnos por emitir juicios condenatorios, ni evaluativos. Lo único que tenemos que vigilar son nuestras propias actitudes hacia estos elementos, porque como dicen Jesús y los apóstoles, podríamos llegar a ser esclavos de las cosas. El problema no serían las cosas, sino nosotros y la actitud consumista que sí prevalece en nuestras culturas, la cual sí sería condenable. En el Nuevo Testamento se ve a Jesús y a los apóstoles consumiendo este tipo de elementos de la cultura: comida, vestuario, transporte, monedas, servicios gubernamentales, etc. Por ejemplo, Pablo mismo, quien criticó duramente las incongruencias del sistema romano de justicia (Hechos 16:35-39), apeló al mismísimo emperador para someterse a ese sistema de justicia (Hechos 25:6-12).20 Pablo no hizo un análisis teológico del sistema de transporte del Imperio Romano que tan útil le fue en su ministerio misionero. En el caso de Jesús es notoria su presencia frecuentemente en fiestas y comidas, que eran parte de la cultura de su época. Hasta fue acusado de “ser fiestero” porque pasaba mucho tiempo con la gente comiendo y bebiendo.

4. Copiando cultura Ahora sí se está pasando me dirán algunos. ¿Cómo es eso que la iglesia debe copiar cultura? Sí, estoy diciendo que una cuarta relación entre la iglesia y la cultura es copiarla y usarla para el beneficio del Reino de Dios. Al fin y al cabo las culturas son producto de la creatividad humana, lo cual es una característica propia del ser humano que refleja la imagen de Dios. Todas las culturas tienen elementos que reflejan el carácter creativo de Dios mismo. Lo desafiante de esto para la Iglesia Cristiana es determinar cuáles son esos elementos, pero primero hay que conocerlos. Hay bastantes ejemplos bíblicos de esto, tanto en la vida y ministerio de Jesús como en la de los apóstoles. Jesús copió cultura judía y usó ciertos elementos de ella en su ministerio. Quizá el aspecto más paradójico es el uso que Jesús hizo de las parábolas. Por un lado, Jesús criticó la sociedad y cultura judía de su época a 20 González, Justo L., Hechos de los Apóstoles, en C. René Padilla, Moisés Silva y Luciano Jaramillo, eds. Comentario Bíblico Iberoamericano. Buenos Aires: Ediciones Kairós, 2000, págs. 415-416.

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través de las parábolas, como ya se dijo antes. Sin embargo, por otro lado, Jesús usó (copió) el método rabínico de enseñar por medio de parábolas.21 Es más, Jesús aceptó el hecho de que sus propios discípulos lo llamaran maestro, es decir, rabí (Jn. 13:13). De esta manera podemos observar a Jesús copiando un rasgo distintivo de la cultura judía, como lo es la enseñanza rabínica, y lo usó como un instrumento para enseñar sus propios principios y valores. También el apóstol Pablo hizo algo similar. En 1 Corintios 9:19-23 Pablo establece como parte de su estrategia personal para alcanzar a todos la adaptación cultural que, seguramente incluía el copiar elementos de las culturas a las que él buscaba alcanzar con el Evangelio. El ejemplo más ilustrativo de esto es el discurso en Atenas (Hch. 17:16-34). Pablo no se hizo un pagano para alcanzar a estos filósofos atenienses, pero sí se hizo un filósofo para alcanzarlos. Un rasgo característico y distintivo de la cultura ateniense era, precisamente, sus escuelas de filosofía. Pablo usó (copió) la filosofía y la literatura (poesía) griegas para desarrollar un puente con su audiencia. Pablo incluso citó poetas griegos (Arato de Cicilia y Cleantes) en su discurso, reconociendo el valor y la verdad de sus palabras.22 De nuevo, vemos un uso instrumental de elementos culturales a fin de proclamar la verdad del Evangelio. Los ejemplos mencionados aquí

cómo se relacionó la iglesia con la cultura greco-romana de esa época es Werner Jaeger.23 Sin embargo, parece que en la actualidad hay muchos más paralelos. Usar, o más bien dicho, copiar aspectos de nuestra cultura para proclamar el Evangelio puede ser visto por algunos como una “mundanalización” de la iglesia. Por ejemplo, cuando se usa el deporte para alcanzar a los jóvenes, muchos adultos se sienten incómodos. Algo similar sucede con el uso de la música u otros elementos del arte contemporáneo, pero curiosamente casi no sucede así con el uso de la tecnología digital. Se podría decir que actualmente todas las iglesias hacen uso en mayor o menor grado de bienes culturales para desarrollar actividades de adoración, discipulado y proclamación. Con todo, siempre es imperativo mantener vigilancia y control sobre esto. Se debe tomar en cuenta siempre el propósito de usar o copiar elementos culturales. El propósito siempre debe estar ligado con los valores del reino. De lo contrario se corre el riesgo de, efectivamente “mundanalizar” la iglesia. Lamentablemente esto ya está pasando ahora. La iglesia siempre debe tener criterio teológico para evaluar lo que está haciendo, los métodos que usa, las motivaciones y las metas. Un ejemplo se me viene a la mente ¿Es válido prestar del mundo empresarial los métodos y las estrategias para desarrollar la organización y la misión de la iglesia? ¿Cuándo sí? ¿Cuándo no? Seguramente se podría pensar en otros ejemplos como la publicidad y el mercadeo, el ofrecimiento de “eventos cristianos” como productos de la nueva cultura postmoderna, etc. Mientras prestemos, usemos y copiemos bienes culturales para el beneficio del Reino de Dios y sus valores, ¡hagámoslo!

5. Creando cultura

Usar, o más bien dicho, copiar aspectos de nuestra cultura para proclamar el Evangelio puede ser visto por algunos como una “mundanalización” de la iglesia. resaltan metodologías de enseñanza y de acercamiento a las personas. La Iglesia Cristiana ha hecho eso a través de los siglos y lo hace en la actualidad, aunque siempre ha habido polémica al respecto. ¿Habría paralelos contemporáneos de lo que Jesús y Pablo hicieron al copiar cultura para proclamar la verdad del Evangelio? ¡Claro que sí! De hecho, la historia de la iglesia está llena de estos paralelos. Un autor que explora esto en los primeros siglos de la Era Cristiana y 21 Sánchez Cetina, Edesio., ed. Enseñaba por parábolas: Estudio del género “parábola” en la Biblia. Homenaje a Plutarco Bonilla Acosta. Miami Florida: Sociedades Bíblicas Unidas, 2004. 22 González, Justo L., Hechos de los Apóstoles. pág. 317.

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El último aspecto de la relación entre iglesia y cultura es la creación de cultura. Ya hemos hecho referencia antes al aspecto creativo innato del ser humano como un rasgo de la imagen de Dios. La postura más completa con respecto a la relación entre el Evangelio y la cultura es, precisamente, la de transformación y creación de la cultura. Aunque es necesario condenar y criticar la cultura, esto no es suficiente. Si solamente esto hiciéramos quizá podríamos llamarnos contraculturales, pero no seríamos muy diferentes de otros grupos que han hecho y hacen lo mismo. Si solamente nos vemos como contraculturales quizá estaríamos siendo fieles al Evangelio, pero sin pertinencia en la cultura. Siempre existe la tensión saludable entre ser fieles al Evangelio y pertinentes a la cultura. Esa tensión no debería resolverse.24 Aunque también es necesario consumir y copiar la cultura, esto no sería suficiente. Si solamente esto hiciéramos quizá seríamos más pertinentes que los que solamente condenan y critican, pero correríamos el riesgo de perder la identidad de pueblo de Dios y de ser infieles al Evangelio. Por esto es necesario incluir la transformación y la creación de cultura para completar el ciclo de relaciones entre la iglesia y la cultura.

23 Werner, Jaeger., Cristianismo primitivo y paideía griega. Séptima reimpresión. Traducido por Elsa Cecilia Frost. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1998. 24 Un interesante estudio de esto está en Maurice Arturo Campuzano, “La fe cristiana en el encuentro con las culturas: Tensiones y tentaciones”, tesis de Magister Theologiae en Teología del Seminario Teológico Centroamericano, Guatemala, 2007.


El autor mencionado antes señala que la iglesia cristiana transformó la cultura greco-romana de los primeros siglos de la Era Cristiana y creó una nueva cultura con rasgos de esa cultura, de la cultura judía y los nuevos elementos incorporados por la iglesia misma.25 El otro ejemplo histórico de gran impacto es la Reforma Protestante del siglo XVI. Este movimiento transformó la cultura de los países que lo abrazaron al grado que los países protestantes de Europa Central y del Norte fijaron el rumbo del mundo de los siglos siguientes. Quiero terminar, sin embargo con un ejemplo bíblico que viene del ministerio misionero del apóstol Pablo. Cuando Pablo llegó a la ciudad griega de Filipos, él y sus acompañantes fueron acusados de “alborotar” la ciudad (Hch. 16:20-21), es decir, cambiar la cultura.26 Esa fue la acusación que sirvió de base para llevarlos a la cárcel. Parece que la transformación de culturas es algo peligroso, porque se tocan intereses y prácticas arraigadas. Algo similar les sucedió a Pablo y sus acompañantes En Éfeso, Pablo y sus en Éfeso (Hch. 19:23-41). Pablo y sus acompañantes acompañantes se hase habían ganado la fama bían ganado la fama de de estar “trastornando” estar “trastornando” el mundo (Hch. 17:6). Los cristianos de hoy no teel mundo (Hch. 17:6). nemos esa fama, porque Los cristianos de hoy no estamos en el negocio de transformar culturas no tenemos esa fama, ni de crear nuevas. Quizá porque no estamos en condenamos y criticamos; quizá consumimos el negocio de transy copiamos, pero no esformar culturas ni de tamos transformando ni creando. crear nuevas.

Conclusión Ser contracultura es un imperativo para todos los cristianos. En esta conferencia hemos identificado esto con la función de condenar y criticar la cultura. Sin embargo, la realidad nos muestra que la iglesia hace más que condenar y criticar. También consume y copia cultura. Si solamente condenamos y criticamos algo no está bien. Si solamente consumimos y copiamos tampoco estamos bien. Todo esto hay que hacerlo y ejercer criterio para saber qué condenar y qué copiar, por ejemplo; o cuándo criticar y cuándo consumir. No obstante, la meta debería ser la transformación de las culturas y la creación de nuevas que reflejen los valores del Reino. ¡Ojalá la Iglesia Cristiana pueda hacer eso, ya que el poder del Evangelio sí es capaz de hacerlo!

Fraternidad de Apoyo Misionero Internacional de Guatemala FAMGUA ¿Quiénes somos? Somos una entidad de servicio para iglesias e individuos deseando ser una herramienta útil para el envío de misioneros a las naciones. Nuestro deseo primordial es orientar en el proceso de pre y post envío al misionero en una manera estrecha con su iglesia local. Además FAMGUA provee al misionero de enlaces adecuados en Guatemala y el campo misionero.

¿Qué ofrece FAM a un candidato a Misionero? 1. Ser enlace con iglesias locales y nacionales, agencias misioneras e instituciones. 2. Promover orientación previa a la salida al campo misionero. 3. Facilitar el envío y dar orientación, dirección, cuidado, supervisión y evaluación en el campo misionero. 4. Administrar los recursos económicos mediante una cuenta concentradora de fondos. 5. Ser miembro de un equipo de trabajo nacional e internacional. Nuestras Alianzas Estratégicas:

OAXACA, MÉXICO

25 Werner, Jaeger., Cristianismo primitivo y paideía griega. 26 Suazo, David J., “El poder de la verdad para transformar culturas: El Evangelio transforma individuos, estructuras y sociedades (Hechos 16:11-40)”, Kairós 37, 2005, págs. 97-110.

www.faminter.org

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E N T R E V I S TA

Dr. Luis Bush La Hora de Dios para los Latinos “Porque cuando para Dios es la hora, es la hora”

El Dr. Luis Bush, argentino de nacimiento, se crió en Brasil. Es el iniciador / fundador de COMIBAM y el movimiento AD2000. Es autor del término “La Ventana 10/40” y está involucrado en la implementación de diferentes iniciativas globales de expansión del Evangelio entre los menos alcanzados del mundo. En una reciente visita a Guatemala el Hno. Bush concedió esta entrevista a ETNOS en donde aborda distintos tópicos y aspectos de las misiones transculturales y de su ministerio actual. El Hno. Bush y su esposa Doris residen actualmente en St. Charles, Illinois, USA.

¿Cómo llegó a involucrarse en el movimiento misionero transcultural? Estando en El Salvador surgió la inquietud de misiones al observar algunos casos de misioneros y conferencias sobre el tema. Con el liderazgo que me acompañaba en la Iglesia Nazaret pensamos que sería interesante considerar misiones desde la iglesia local, esto se inició en 1982. A nivel de iglesia local iniciamos con la primera Conferencia Misionera (1982), recién hace unas semanas atrás estuve en la

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XXVI Conferencia Misionera de la Iglesia Nazaret de El Salvador. La bendición de este evento fue ver el compromiso y el fruto que después de 26 años se ha obtenido, muchos misioneros han salido a muchas partes del mundo. Luego de la primera conferencia se observó que cada año se incrementaba el compromiso, lo cual era confirmado por el compromiso financiero en promesas de fe y personas que decidían tomar parte en la fuerza misionera. Luego en el año 83 se decidió compartir la visión a nivel de la Misión Centroamericana de El Salvador, de la cual la Iglesia Nazaret era

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parte. El siguiente año se decidió hacerlo a nivel regional, en el año 84 en tiempo de guerra, se realizó “Misión 84”, llegaron líderes de toda Centro América. Allí voy yo como parte de un movimiento que inicia en El Salvador, de mi experiencia como Pastor de la Iglesia.

¿Cómo surge su involucramiento en COMIBAM? Surge cuando hay confirmación que la visión misionera de la iglesia está siendo reconocida. En 1985 tuve una presentación a nivel centroamericano con CONELA en Costa Rica, allí estaba Alberto Motessi y Marcelino Ortiz (quien es aún el presidente de CONELA). Me pidieron que hiciera una presentación sobre la visión de misiones transculturales, en base a la experiencia que tenía de la iglesia local. Presenté esta visión y la iglesia en Costa Rica respondió positivamente al llamado de la labor misionera, y quisieron hacer un evento a nivel nacional donde se hablarían sobre diversos temas del que hacer misionero. Esto abre una oportunidad de la primera nación que


desea hacer un evento a nivel nacional, como una consulta. En ese entonces yo estaba encargado del área de responsabilidad social de CONELA. En esos momentos presenté la idea de tener una conferencia de misiones (ya en el año 84 habría surgido la inquietud de misiones), en esos momentos hablamos de una conferencia de misiones y lo sucedido en Costa Rica amplió la perspectiva de una conferencia misionera más amplia. Se sugirió que yo fuese el coordinador de un movimiento naciente que se conoció como COMIBAM (Congreso Misionero Iberoamericano), mis funciones implicaban visitar a las iglesias que nos invitaran para compartir la visión. Poco a poco otros países se fueron integrando a la visión, tal es el caso de Chile donde dijeron: “Esto es un eco de lo que Dios ya nos ha dado”, ellos ya habían enviado misioneros a la Argentina, esto era una confirmación que Dios estaba moviendo a otras naciones a hacer misiones. En Brasil nace una iniciativa bastante fuerte para recibir todo un Congreso de América Latina (para este entonces Brasil tenía unos mil misioneros). En Guatemala se estableció la sede que coordinó la realización de este congreso. Para ese tiempo el consistorio de mi iglesia local acordó enviarme en tres etapas, el primer año 25% del tiempo fuera, el segundo año el 50% y el tercer año un 100%. En los años 85 y 86 estuve en Guatemala como facilitador para América Latina de la Misión de Cristianos Nacionales, una entidad a nivel global, que tiene como fin ayudar al liderazgo de los países. A la misma vez tenía la responsabilidad de la coordinación de COMIBAM. En Guatemala nos reunimos con líderes de diferentes denominaciones para trabajar diversos temas, el hermano Abel Morales estaba encargado de trabajar con los profesionales y hombres de negocios en este grupo de colaboradores, también estaba trabajando en otra área la hermana Beatríz de Zapata y el hermano Rudi Girón (quién también fue presidente de COMIBAM años más tarde). Fuimos edificando sobre la base de grupos pequeños de intercesión. El requisito para poder llegar a COMIBAM 87 (en Brasil) era ser parte de estos grupos.

En COMIBAM 87 usted en su discurso pronunció la siguiente frase: “Hasta 1987 A.L. fue considerada un campo misionero. A partir de ahora se declara FUERZA MISIONERA” ¿Cómo observa usted el desarrollo de la historia del movimiento hasta nuestros días? Para esa primera presentación, Dios puso esto en mi corazón. Dios estaba transformando un paradigma de receptores del evangelio, ahora protagonistas. Esta frase marcó un cambio de paradigma del concepto de Misión, de un campo misionero a fuerza misionera, de receptores a enviadores. Recuerdo que el número de misioneros era aproximadamente 2 mil de 60 agencias, en tan solo 10 años solo el número de agencias creció de 60 a 300 agencias en A.L., y en igual número se incrementó

el envío de misioneros, esto fue un arranque tremendo. Ahora, COMIBAM no fue el inicio del movimiento misionero desde A.L., sino más bien fue una confirmación que el movimiento ya había iniciado.

En los últimos 20 años ha habido un despertar en América Latina con respecto a las misiones, ¿qué factores cree usted que han favorecido este despertar? En primer lugar, creo que es el ánimo del pueblo de Dios que siente que es un campo de misión o una fuerza de misión. La celebración de eventos también ha ayudado, por ejemplo el caso de COMIBAM 1987 en Brasil; este fue un evento y un proceso a la vez, y en el proceso mismo se involucró a los participantes a formar grupos pequeños en sus ciudades, iglesias o congregaciones y se comenzó a orar por las misiones como pre-requisito para participar en estos eventos. Entonces, algunos eventos, grupos pequeños en oración a través de todo el continente, y también la publicación de diversos materiales, como esta revista misma, han ayudado a difundir la neceOtro sidad de hacer la labor misionera. También podemos mencionar el crecimiento aspecto que del pueblo de Dios que ama a Cristo, en tenemos que los últimos años hay más grupos que esreconocer es que tán muy entregados a seguir orando. se tienen Otro aspecto que tenemos que recono-

cer es que se tienen afinidades cultuafinidades rales y lingüísticas entre los latinos y culturales y algunos países de la Ventana 10/40; no lingüísticas entre hay que olvidar la influencia del mundo árabe sobre la cultura española que a los latinos y su vez España trajo a América Latina a algunos países de manera de palabras, expresiones y otros la Ventana 10/40. aspectos culturales. Hay una aculturación, los latinos con ese trasfondo árabe pueden encajar bastante bien en la India también; cuando mi esposa y yo fuimos a la India por primera vez, nos preguntábamos “¿qué está haciendo esta persona del El Salvador aquí?, ¿y este mexicano qué hace?”, porque era impresionante la afinidad cultural y lingüística. Finalmente, creo que es la hora de Dios para los latinos, porque cuando para Dios es la hora, es la hora. Todo lo anterior son razones prácticas y circunstanciales, pero cuando Dios mueve, entonces hay que obedecer. Dios ha movido todo obstáculo, y confirmado que es la hora de Dios para América Latina. Hoy en día está sucediendo en México, en Puebla, Monterrey, Guadalajara, Chiapas y otros lugares; hace varios años estuve en Chiapas con los indígenas que están comenzando su agencia de misiones, ¡en Chiapas, entre los indígenas! Ya tienen varios años de preparación, tienen la semilla, esto definitivamente es de Dios.

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¿Existen actualmente dentro de la Ventana 10/40 algunos países que puedan ser considerados como oportunidades para los misioneros? Sí, Afganistán es uno que se abrió mucho al Evangelio, Irak es otro que lo está haciendo. Algunos misioneros brasileños han llegado y están coordinando equipos de fútbol y están siendo auspiciados por algunos de los sheiks musulmanes en Irak; la puerta está abierta en este país.

Latinoamérica ha servido como un catalizador para esfuerzos existentes. Venimos como un continente con ánimo, con características de un evangelio muy real, vivido en América Latina.

¿De qué manera los conflictos bélicos favorecen o dificultan la actividad misionera? Sin duda la dificultan. Por ejemplo, en el norte de Irak, han habido misioneros de América Latina, de Brasil, Costa Rica, y otras partes; y allí se dificultó su labor; hay latinos también en Sudán, y la gente está conociendo a Cristo. Cuando fui misionero al El Salvador, el país estaba en conflicto y vimos alrededor de cincuenta mil personas perder la vida, la mayoría eran jóvenes; nosotros teníamos siete de ellos, pero a pesar de que el riesgo era más grande en estas circunstancias vimos la fortaleza del Señor, Él tiene el tiempo indicado cuando se debe hablar. Hay riesgos, pero más riesgo es no cumplir con la misión, vivir sin estar alineado con su voluntad. Entonces, a pesar de las guerras y los conflictos bélicos, si el Señor llama, la puerta se abre.

¿Cuál ha sido la influencia del Movimiento Misionero de América Latina en el Movimiento Misionero Global? Latinoamérica ha servido como un catalizador para esfuerzos existentes. Venimos

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como un continente con ánimo, con características de un evangelio muy real, vivido en América Latina. Estas contribuciones son notables en 2 partes del mundo comparado con otras misiones: 1) el mundo árabe y 2) el mundo turco. Los misioneros que han llegado de A.L. han tenido mucho impacto, contribuyendo al desarrollo de comunidades y naciones.

¿Cuáles serían algunos desafíos que deberá enfrentar el Movimiento Misionero desde A.L.? Los desafíos para el movimiento, el primero es seguir en la oración y fortalecer las estructuras de envío. En lo personal, viendo la realidad de A.L., las tribus urbanas de Chile y Brasil, las maras en C.A., creo que no vamos a tener un futuro de candidatos a misiones y para mí el desafío más grande es levantar una generación de misioneros. Porque no podemos negar que no existe este problema, y debemos atender a la generación que se está perdiendo en nuestras comunidades. Si no resolvemos estos problemas será muy difícil mantener el trabajo misionero hacia fuera de nuestras fronteras.

¿De qué manera podemos involucrar a la Iglesia Local en las Misiones? Hubo cinco cosas que yo hice cuando estaba dirigiendo una congregación en El Salvador. La primera, fue llevar a un grupo de personas de influencia de la congregación a compartir el Evangelio a un ambiente fuera, donde ellos pudieran recibir la visión misionera; para tener apoyo del liderazgo de la congregación es importante no ir solo, porque si no te llaman fanático de misiones y no te van a prestar mucha atención, pero si hay un equipo comprometido eso ayuda mucho. En segundo lugar, fue incluir de una forma espontánea dentro de las actividades de la congregación o las reuniones de hogar, un momento de misiones como orar por una nación o por algún misionero, dar algunos ejemplos con hombres de la Biblia y luego modelos de misioneros. En tercer lugar, tener un evento anual con un enfoque específico. Un cuarto aspecto fue dar oportunidad para el respaldo económico, tomar una ofrenda y promesas de

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fe cuando uno no tiene dinero en la bolsa, pero sí deseos en el corazón de apoyar, es decir, compromisos por fe; esto fue lo que hicimos en 1983 en la congregación del El Salvador, hasta los niños participaron y decían «queremos poner un peso»; en base a esos compromisos hicimos un presupuesto de la Iglesia del cual el 40 por ciento se fue a las misiones y terminamos con 32 unidades de misiones en medio de casi una guerra civil, una población muy pobre y con desempleo del 40 por ciento en el país. Un último punto fue traer a alguien de otro país a la congregación para conocer un poco la cultura desde otra perspectiva, precisamente de los lugares donde se tenga alguna relación. Se puede pedir que den una palabra, consultar casos, dudas de la gente y establecer un enlace. Estos son algunos de los puntos que se pueden poner en práctica.

¿Algún consejo significativo que pueda dar a los pastores y líderes que leen la revista ETNOS? Una vez un hermano me dijo: “vaya y haga lo mismo”. Es decir, hacer trabajo de reproducción de lo que uno ha vivido y experimentado y lo que el Señor ha hecho en tu vida. El Señor me ha llamado a través de los años a un ministerio que sirva como catalizador para que otras personas hagan el ministerio. En una etapa en que estaba dedicado a hacer labor pastoral, de preparación y agencias misioneras, el Señor me llevó a hacer ese trabajo de catalizar y animar a otros. El consejo que yo recibí es también el que yo estoy pasando a otros y creo que ha sido uno de los más importantes y se refleja en el liderazgo del Señor Jesús. En su modelo, primero realizó un trabajo individual, posteriormente con los discípulos, y luego hizo que los discípulos lo reprodujeran, pero no los dejó solos. Él dejó un mandato, “id y haced discípulos” y también habló de tomar su modelo, “así como has visto en mí, hacedlo”. Esto es reproducción: hacerlo, hacerlo con los otros y luego hacer que los otros lo hagan, catalíticamente hablando. También Pablo habló de la reproducción a Timoteo al decirle, “lo que has oído de mí, eso haz y enseña a otros para que ellos lo hagan”.


Ministerio de Jesús, un Paradigma Misional El paradigma a seguir es la predicación de las buenas nuevas, la extensión del reino, y la obediencia a los mandatos de Él en cuanto a hacer discípulos a todas las naciones.

Dr. Abel E. Morales Presidente de FAM Internacional Profesor de SETECA Cuando a los creyentes se les pide un modelo para su ministerio, indefectiblemente ven a Jesús como tal. No hay mejor modelo de hacer la tarea misionera sino sólo en Cristo. El modeló, magnificó y enseñó cómo tenía que hacerse la tarea para ser conocido el poder de Dios, el mensaje del evangelio y el camino de salvación. Al

El único modelo para hacer un ministerio que agrade a Dios, que lo glorifique y que a través del ministerio Él pueda ser conocido, tiene su paradigma en el ministerio mismo de Jesús cuando estuvo en esta tierra. Lo que Él hizo y dijo que se hiciera es la base sobre la cual todo ministerio individual y colectivo debe ser el espejo para mirarse y seguir los métodos que Él usó de acuerdo a las características propias de cada persona o colectividad. Desde el principio hay que considerar que Jesús fue un misionero en su encarnación. El fue enviado por el Padre, asimiló una cultura y cumplido el tiempo inició y efectuó un ministerio terrenal por tres años, formó un grupo discipular y al final de su ministerio cumplió el plan divino de salvación con su muerte y resurrección. Veamos entonces algunos principios del ministerio de Jesús en la tierra que nos puede servir de ejemplo, de paradigma, para nuestro propio trabajo como cuerpo suyo en el siglo XXI.

propio inicio de Su ministerio, Jesús definió bien a qué había venido a la tierra. Cuando leemos en Marcos 1:14-15 Él vino a predicar el Evangelio del Reino. Así iniciaba su ministerio y así lo terminaba.

JESÚS EL MEJOR MODELO MISIONERO ¿Cuál fue la Misión de Jesús?

Mateo 9:35 Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y

sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 36 Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. 37 Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. 38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies. De este pasaje se infiere el método que Jesús utilizó al principio de su ministerio.

PRINCIPIOS DEL MINISTERIO DE JESÚS (Mateo 9:35-38) • Ir a los no alcanzados • Predicar el Evangelio del Reino de Dios • Mostrar la misericordia de Jesús • Trasladar la visión, buscar trabajadores y oración

Jesús Sabía Cuál era Su Misión Sabía porqué el Padre lo envió al mundo. Él se suma a la misión. Todo lo que hizo, todo lo que Él enseñó, todo lo que se registra de su vida en los Evangelios se centró en llevar a cabo la misión para la que fue enviado. Al final de su vida y ministerio, Él oró al Padre, “Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciera” (Juan 17:4). Misión cumplida.

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Jesús Fue y Actuó Como un Misionero Esta aplicación del término misionero de Jesucristo puede sonar extraño, pero es un ejemplo de Jesús en el sentido más verdadero de lo que significa ser misionero. La mayoría de los cristianos hemos de entender que un misionero es alguien que ha sido enviado con el evangelio a un pueblo extranjero transcultural, para conducirlos a la fe en Cristo y entre otras cosas, multiplicar discípulos, y establecer iglesias. Jesús fue enviado a la tierra por el Padre con el evangelio. Él no fue enviado “…para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él” (Juan 3:17). Él proclamó el evangelio, hizo discípulos, y dio las bases para establecer Su futura Iglesia. Entonces, envió a sus seguidores como misioneros con el evangelio a Jerusalén, Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra (Hechos 1:8). Él les ordenó hacer discípulos, bautizar, y enseñar la obediencia a todo lo que Él mandó (Mateo 28:19-20). ¡Jesús inició un movimiento misionero! Todo seguidor de Jesús se convirtió instantáneamente en un misionero, enviado con el mensaje del evangelio.

EN LA EVALUACIÓN DE LA MISIÓN DE JESÚS HAY QUE OBSERVAR EL PATRÓN DE JESÚS

Todo el que es un seguidor comprometido de Jesús ha sido enviado por Él con la misión de llegar a los que le rodean y convencerlos para que le acepten como Salvador. Las misiones no se inician a través de un océano o en el otro lado del mundo.

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Mientras viajaba entre los pueblos, Él entrenó a sus discípulos a hacer lo que estaba haciendo. Sin embargo, cuando se fue, se resume la misión que Él le estaba dando a sus discípulos en la Gran Comisión en Mateo 28. Esta comisión de hacer discípulos sigue siendo la misión de la Iglesia de hoy. Se ha señalado que el objetivo no es para encontrarlos, para reunirse con ellos o mejorarlos. El objetivo es hacerlos verdaderos discípulos.

Jesús Envió a Través de una Comisión Jesús envió a cada creyente como un testigo fiel con el evangelio en comunidad, con otros cristianos, para mostrar de una forma visible y encarnada proclamar que Jesús es el Salvador para los de la cultura que les rodea. Todo cristiano es un testigo de Él. Cada vecindario y lugar de trabajo es un campo ministerial.

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Todo el que es un seguidor comprometido de Jesús ha sido enviado por Él con la misión de llegar a los que le rodean y convencerlos para que le acepten como Salvador. Las misiones no se inician a través de un océano o en el otro lado del mundo. De acuerdo a Hechos 1:8, se inicia a través del otro lado de la calle (en “su” Jerusalén). Cada iglesia tiene que ser una iglesia misionera. Todo cristiano tiene que reconocer que Jesús le envió con otros creyentes para llevar el Evangelio de Cristo a su cultura, a su vecindario, y más allá.

CRISTO Y LA CULTURA DE SU TIEMPO Otra situación que Jesús modeló fue la manera cómo se comportó con la cultura local. Jesús no rechazó la cultura; es donde Él comenzó con la gente. Él los contactó y habló su lengua. Jesús no era contracultural sino un inconforme con ciertos rasgos de la cultura. Como iniciado cultural, Él incorporó un mensaje de la vida a esos lugares en donde la cultura abogaba por muerte. Jesús vivió en dos situaciones simultáneas: estaba dentro de la cultura humana y a la vez sometido al reinado de Dios. Jesús formó su comunidad con sus discípulos y con muchos que le seguían alrededor de esta misma manera de vida. Era una comunidad que vivió hacia afuera su vida dentro de los centros urbanos de su mundo, mientras que tenían algunas prácticas muy distintas que Jesús les había ordenado y enseñado. Jesús enseñaba y vivía en una sociedad mezclada, racial, religiosa (como los Fariseos, Saduceos), y también económicamente, con ricos y pobres pero mayormente con estos últimos. Esta nueva sociedad vivió por diversas reglas porque vivió bajo el reinado de Dios. Sus costumbres eran, por ejemplo, tratar a los delincuentes con perdón, violencia con el sufrimiento, dominación con la subordinación así como denunciar la corrupción de la sociedad creando una nueva orden con los recursos que Jesús enseñaba. Junto con esta comunidad de Jesús se hizo un nuevo tipo de gente, una gente que rechazó sus opciones contemporáneas y aceptó la manera del Reino de Dios. Esta comunidad bajo la guía de Jesús buscó lo siguiente:


1. Rechazó todas las formas de la violencia, una respuesta a la violencia imperante. 2. Participó activamente a la vida de la ciudad y buscó activamente involucrarse con todos.

que dé vida eterna a todos los que le diste” (Juan 17:2). Esto debería ser obvio. Recordemos que Jesús comenzó con los paganos. Tenemos que ganar a la gente para Cristo. El nacimiento espiritual siempre precede el crecimiento espiritual.

Él les trajo una nueva humanidad y una nueva manera de vida juntamente con el modelo práctico que Él mostraba todos los días y en cualquier circunstancia.

Les enseñó la Palabra. Jesús enseñó a sus discípulos de la Palabra de Dios. No hay crecimiento espiritual que no sea basado en la

Les enseñó sobre todas las cosas que la mejor vida es aquella que ama a Dios como prioridad y a sus semejantes como a sí mismo. Nos queda como modelo, entonces, lo que hizo Jesús de participar activamente en la sociedad que nos rodea, enseñando a todos una mejor manera de vivir, la cual se consigue cuando se conoce a Cristo como Salvador personal. Que no somos ni debemos ser ajenos a la cultura en la que vivimos pero a la vez anunció que tenemos un nuevo mensaje de misericordia que puede ser la solución a muchos problemas que se enfrentan actualmente. Así es como nosotros, el pueblo de Dios, debemos ser en el siglo XXI.

Él les trajo una nueva humanidad y una nueva manera de vida juntamente con el modelo práctico que Él mostraba todos los días y en cualquier circunstancia. Les enseñó sobre todas las cosas que la mejor vida es aquella que ama a Dios como prioridad y a sus semejantes como a sí mismo.

CONCLUSIONES De acuerdo a los pasajes leídos y comentados, se puede resumir el modelo misional de Jesús a través de las siguientes conclusiones que tienen que ver con nuestra labor con aquellos que aun no conocen a Cristo como Salvador y que después deberán ser enseñados y discipulados: Los condujo a la salvación. Jesús oró: “como le has dado potestad sobre toda carne, para

Escritura. Siempre mencionaba Jesús porque “escrito está” como una base para sus milagros y enseñanza. Él oró por ellos. Para ver gente convertirse al Señor hay que orar fervientemente. Pedir al Señor que el Espíritu haga la obra de conversión porque ésta no es nuestra, ya que sólo somos instrumentos de Él. Jesús

hizo esto durante su ministerio, Pablo siguió este ejemplo de Cristo también. De hecho, comienza casi todas las cartas en el Nuevo Testamento con una oración por la iglesia. Jesús también se interesó por las necesidades materiales de los que le seguían. Imitemos siempre al Señor en ver las necesidades físicas. Jesús entendió las culturas, las costumbres de todas las personas. Se reunió y compartió con gente que necesitaba mucho espiritualmente, como la mujer samaritana o con los publicanos, los que la sociedad despreciaba porque eran pecadores. No debemos hacer ninguna diferencia entre aquellos que necesitan de Cristo, sean quienes sean, mostrémosles el amor que Jesús mostró por todas las personas. Jesús siempre mostró obediencia a Su Padre en todos los aspectos de Su ministerio. A nosotros nos queda también obedecer todo lo que está escrito en la Biblia y que Jesús ordenó que se hiciera. Fundamentalmente en llevar el Evangelio que salva y sana a toda criatura no sólo en nuestro pueblo sino también a todos los pueblos de la tierra. Sus palabras finales antes de volver al Padre fueron, ¡id y haced discípulos a todas las naciones! El modelo misional de Jesús, Su manera de vivir y hacer Su ministerio es el ejemplo a seguir para nosotros que queremos imitarle a Él y sólo a Él en nuestra vida personal, y dentro de la sociedad a la cual hemos sido llamados a testificar.

Diplomado en Misiones Transculturales - SETECA El diplomado es un programa de estudio a nivel universitario, enfocado en la preparación bíblico-teológica y misionológica de los candidatos a misioneros transculturales. Está diseñado pensando especialmente en los miembros de comités de misiones de iglesias locales, personas involucradas en instituciones de enseñanza misionológica y personas que necesitan entrenarse para ir al campo de las misiones. Para poder graduarse, el estudiante deberá completar un total de 60 créditos académicos, repartidos en tres trimestres en residencia, además de realizar una práctica transcultural de 2 meses. Avenida Bolívar 30-42 Zona 3. Ciudad de Guatemala. Tel. (502) 2471-0573. Ext. 301 E-mail: admisiones@seteca.edu

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Iglesia de América Latina,

tú eres las Siete Iglesias del Apocalipsis1 El siervo de Jesucristo a las siete iglesias de América Latina

Lic. Gustavo Soto Presidente de FAM USA Este es un extracto de la ponencia “Apocalipsis, a todas las culturas”, presentada la noche de clausura de la

V Conferencia Magna

de Misiones del Seminario Teológico Centroamericano en Guatemala, del 26 al 30 de abril de 2010.

1 El hermano Gustavo Soto cursó sus estudios teológicos en el Seminario Teológico Centroamericano (SETECA, Guatemala) y en la Universidad Evangélica de las Américas (UNELA, Costa Rica). Después de 20 años de ministerio pastoral, actualmente es misionero y es presidente de la Fraternidad de Apoyo Misionero de Estados Unidos (FAMUSA). Reside en Atlanta, Georgia, con su esposa Jessica y sus hijos Pamela e Iván.

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El que tiene las siete estrellas en su diestra; el que camina en medio de los siete candeleros de oro; el primero y el postrero; el que estuvo muerto y vivió; el que tiene la espada aguda de dos filos; el Hijo de Dios; el que tiene ojos como llama de fuego y pies semejantes al bronce pulido; el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas; el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David; el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre; el Amén, el Testigo fiel y verdadero; el Principio de la creación de Dios, dice esto:

Iglesia de América Latina, tú eres EFESO: “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia” (Ap. 2:2). Sé que has estado muy activa y has trabajado arduamente por amor a mi nombre, pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor. Estás tan afanada por tus actividades, estás teniendo tantos cultos, congresos, conciertos y seminarios, que te has olvidado de mí. Yo soy tu primer amor. Te enorgulleces de lo que haces por mí, en lugar de crecer en lo que eres en mí. Haces mucho y eres poco. Deja a un lado lo que haces y vuelve a mí.

Iglesia de América Latina, tú eres ESMIRNA: “Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico)” (Ap. 2:9). Tú no eres una iglesia tercermundista, porque para mí sólo hay un mundo y es mío, y hay una sola iglesia y es mía. Tal vez no tienes el dinero y los recursos que otros tienen, pero me tienes a mí, y Yo soy rico, fuerte y poderoso, y en tu debilidad y pobreza manifestaré mi gloria, y las naciones sabrán que no has sido tú, sino Yo en ti quien ha hecho grandes maravillas.

Iglesia de América Latina, tú eres PÉRGAMO: “Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás” (Ap.2:13). En medio de brujería, idolatría, persecución, pobreza, maras, crisis políticas, desastres naturales, y en medio de todo eso has retenido mi nombre y no has negado mi fe. Pero tengo contra ti que has aceptado doctrina extraña, como la de Balaam y la de los nicolaítas, y permites que algunos vendan lo que Yo doy por gracia y comercien con mi Evangelio para enriquecerse a costa de mi pueblo.


Iglesia de América LatIna, tú eres TIATIRA: “Yo conozco tus obras, tu amor, tu fe, tu servicio, tu perseverancia y que tus obras postreras son superiores a las primeras” (Ap. 2:19). Has madurado, has crecido en estos más de cien años. Pero has aceptado el pecado de Jezabel y el pecado sexual está carcomiendo tu dignidad, empezando por tus líderes. Tú lo estás tolerando y mi nombre está siendo mancillado.

Iglesia de América Latina, tú eres SARDIS: “Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives y estás muerto” (Ap. 3:1). Estoy harto de oír conciertos; estoy harto de estadios llenos; estoy harto de tus números y estadísticas que muestran cuán “grande” eres; estoy harto de evangélicos fieles a su iglesia, pero no a mí. No quiero más iglesias llenas de evangélicos, quiero iglesias llenas de discípulos que me adoren con vidas transformadas y transformadoras.

Iglesia de América Latina, tú eres FILADELFIA:

Iglesia de América Latina, tú eres LAODICEA: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” (Ap. 3:15-16). Iglesia de América Latina, tu mayor peligro no está afuera; está adentro. Tu mayor peligro eres tú misma. Si fueras caliente, en santidad y pasión por mí y por mi Reino, te bendeciría. Si fueras fría, y aceptaras tu carnalidad, estarías más cerca de la confesión y, por lo tanto, más cerca de mi perdón y mi redención. Pero si continúas tibia, conformista, mediocre y no cumples tu llamamiento, te vomitaré de mi boca. A mi amada iglesia de Medio Oriente que por siglos fue luz a las naciones, le quité su candelero. A mi amada iglesia de Europa que por siglos fue luz a las naciones, le quité su candelero. A mi amada iglesia de Estados Unidos que por siglos ha sido luz a las naciones, le estoy quitando su candelero. No creas que aún con todo el amor que te tengo, si continúas en tu tibieza y mediocridad, a ti también te quitaré tu candelero.

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“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.

“He puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar” (Ap. 3:8). Cuando a otros se les cierran las fronteras para llevar mi evangelio, yo las abro para ti. Yo te he abierto la puerta a Europa; Yo te he abierto la puerta al mundo musulmán; Yo te he abierto la puerta al mundo hindú. Donde otros no pueden ir, tú irás en mi nombre y con mi poder. Tú irás porque Yo te he abierto la puerta y nadie la podrá cerrar.

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El Valor de la Amistad en la Obra Misionera Lic. José Cruz Misionero en un país de Medio Oriente

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na vez más abríamos nuestra casa para una reunión. Esta era una ocasión especial, la despedida de unos amigos muy amados con quienes convivimos y trabajamos juntos en la obra misionera transcultural por muchos años. Joaquín, Karin y sus hijos llegaron de Suecia a nuestro país de servicio hace casi diez años. Habían trabajado antes por un par de años en Albania y sintieron el llamado de Dios de venir a este país del Medio Oriente. Conocí a Joaquín en el autobús camino a la escuela de idiomas, él iba con su mp3 escuchando la lengua de este pueblo, lo observé pensando que era un tipo serio y quizás arrogante. Uno de mis pasatiempos favoritos y no tan saludable es evaluar a las personas que veo. Mi sorpresa fue cuando días después lo encontré en los corredores de la Iglesia Internacional de nuestra ciudad. Fue allí cuando nos acercamos más, luego con el tiempo nuestras familias se conocieron y así se inició nuestra relación de amistad, pues teníamos ambos hijos de la misma edad. Un anciano de la Iglesia se atrevió a impulsarnos a trabajar con hombres buscadores

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Jesús mismo exaltó este tipo de relación cuando exclamó: “Ya no os llamaré siervos”... sino “amigos” (Jn. 15:15). La amistad es una categoría de relación muy apreciada por Dios mismo. de la verdad. Este anciano nos invitó a un estudio inductivo del Evangelio de Juan en el idioma del pueblo, allí conocimos a personas recién llegadas a la iglesia con interés espiritual. Luego este anciano nos comprometió aún más al dejar el grupo a nuestro cargo. Aclaro que nuestro manejo del idioma para ese entonces era básico. Pero Dios usó esta semilla para lanzar un grupo de hogar con mucho fruto que duró por cerca de ocho años. Este fue un tiempo de convivio y trabajo en equipo realizando actividades como: visitación, oración, evangelismo, actividades especiales y alabanza juntamente con nuestras familias. Durante este tiempo nuestras esposas se unieron en amistad y nuestros hijos compartieron por años una escuela en el hogar. Comparto esto para que tengan un antecedente respecto a nuestra despedida. Esta despedida me ayuda a reflexionar sobre principios en la amistad cristiana, especialmente entre el sexo masculino, aunque también son aplicables al sexo femenino. Me refiero a dos principios de vida que

REVISTA DE FORMACIÓN E INFORMACIÓN MISIONOLÓGICA

me han ayudado mucho en este caminar de amistad con Joaquín en el ambiente de servicio en la misión transcultural.

La amistad es un regalo de Dios Debemos orar para ofrecer y ser buenos amigos

Jesús mismo exaltó este tipo de relación cuando exclamó: “ya no os llamaré siervos”… sino “amigos” (Jn. 15:15). La amistad es una categoría de relación muy apreciada por Dios mismo. Al vivir en diferentes latitudes como obreros transculturales, bajo el tipo de presiones que experimentamos en estos países y donde no tenemos el apoyo espiritual de nuestras iglesias locales, ni de familiares, ni amigos de años de nuestra cultura, tener un amigo se convierte en una bendición de Dios. Si aun aquí Dios nos puede dar hermosas amistades como estas que traspasan los límites culturales y muchas veces se vuelven tan cercanas como nuestras propias familias,


debemos esforzarnos por ser buenos amigos. El sabio Salomón así lo entendió cuando dijo: “En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia” (Pr. 17:17).

La amistad requiere de esfuerzo en tiempo y energía

Debemos sacrificarnos para que ésta se desarrolle robusta y profunda Jesús dijo: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Jn 15:13). Como hombres, ser amigos por ser amigos es un tanto difícil, pero cuando encontramos puntos en común que nos unen y nos animan a ejercitar alguna actividad,

Quiero decir que hoy somos como familia más ricos en experiencias de vida, nos parecemos más a Cristo por la influencia de estos amigos. Cuando nos separamos de nuestros amigos sentimos que la pérdida es grande, pero es tiempo de orar. Oremos por la provisión de amistad para ellos y nosotros como familias en las nuevas oportunidades que Dios traerá a nuestras vidas.

¿A quiénes está dirigid a?

¿Qué es la ROM? Es un programa de la Fraternidad de Apoyo Misionero Internacional de Guatemala (FAMGUA). La ROM tiene como objetivo involucrar a las iglesias e individuos en una Red de Oración por las Misiones. La ROM es un vínculo de unidad y compañerismo cristiano que nos motiva a adoptar la visión misionera en nuestras iglesias a través de interceder por las necesidades de la obra misionera a nivel mundial.

esto da legitimidad al proceso. Con Joaquín al tener una meta en común, nos forzó a ser amigos. Nuestra meta era la de llevar gente a caminar con Jesús y acompañarlos en el proceso. Esta meta nos movió a tener cada semana caminatas de oración por nuestro vecindario, a sentarnos a platicar sobre nuestras necesidades y las de ellos, a orar por nuestros problemas y los de ellos, pero también nos llevó a buscar, disfrutar y encontrar el lado jovial de la vida y a celebrar con nuestras familias logros, cumpleaños, festividades propias de nuestras culturas de las cuales aprendimos.

La ROM está dirigida a igle sias e individuos que desean ser parte de la ex pansión del R eino de Jesucr isto en su co munidad, nación y hasta lo últi mo de la tierra. E n la ROM pue d en participar tod os aquellos q ue entienden la impo oración y dese rtancia de la an fortalecer su compromiso con el Señor y Su obra.

¿Cómo puedo ser parte? formulario de 1. Completando el der recibir inscripción para po cada 2 ó 3 la Guía de Oración meses. dose a interce2. Comprometién y las neceder por las misiones en la Guía sidades publicadas uniones de de Oración en las re devocioiglesias y en su tiempo nal personal. informado y 3. Manteniéndose actividaparticipando en las estará ala des que FAM Guatem ias es que realizando con las igl conformen la ROM.

Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros. 2 Tesalonicenses 3:1

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FAM Guatemala te invita a ser parte de “HECHOS, una misión que transformará tu vida”, el primer campamento misionero enfocado en la capacitación sobre los temas de misiones transculturales, técnicas de evangelismo creativo y personal, además de una experiencia con Dios a través de temas devocionales que bendecirán tu vida. Hechos, es un campamento para jóvenes (15 años en adelante), miembros de comités de misiones, pastores de jóvenes que deseen compartir una experiencia misionera con su equipo de liderazgo juvenil. Hechos, te proporcionará herramientas prácticas para involucrarte en el movimiento misionero en tu iglesia local, nación y hasta lo último de la tierra.

Contaremos con la participación especial de: • Lic. Edgar Hernández Misionero de FAMGUA entre las Etnias No Alcanzadas de Oaxaca México.

• Dr. Abel Morales

Presidente de FAM Internacional Guatemala, Profesor de Misiones de SETECA.

• Lic. Mario Lemus

Secretario Ejecutivo de FAMGUA y Pastor de la Iglesia Comunidad de FE.

• Pastor David Hernández Pastor de la Iglesia Bíblica y Directivo de FAMGUA.

Fecha:

1 al 4 de Diciembre 2011 Hospedaje:

Centro de Retiro Los Terrenitos. Lugar de Misión:

Aldea Los Dolores,

Santa Elena Barillas, Villa Canales. Costo del campamento:

Q350.00

(Incluye: Transporte, hospedaje, alimentación, materiales básicos de los temas y prácticas de evangelismo)

+ INFO: famgua@faminter.org / 2475-5224

www.faminter.org

www.seteca.edu

Avenida Bolívar 30-42 Zona 3. Ciudad de Guatemala. Tel. (502) 2475-5224; 2471-0573. Ext. 140 y 141. FAM Internacional-Guatemala y Centro Misionológico SETECA.


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