LLAMADOS A SER “Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu Santo dijo: «Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado».” Hechos 13:2 (NVI)
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na de las preguntas más recurrentes y de mayor trascendencia del ser humano es “¿para qué estoy en esta tierra?”. Filósofos, pensadores, científicos y líderes religiosos, a lo largo de la historia, han tratado de dar una respuesta precisa a esta inquietud natural del hombre, pero no han podido encontrar una respuesta que la satisfaga en su totalidad debido a que buscan resolverla en lugares erróneos. Algunas de las respuestas a esta interrogante expresan: vinimos a ser felices, estamos aprendiendo cómo vivir para enfrentar una vida futura más elevada, somos un accidente del cosmos o muchas respuestas más que van desde lo más elevado del pensamiento, hasta lo más bizarro. Cuán diferente respuesta encontramos al recurrir al manual de quien nos diseñó y nos hizo: la Biblia. En ella encontramos una palabra clave que responde de manera categórica esta pregunta: “llamado”. Dios nos creó con un propósito, una tarea especial para lograr, una obra específica por hacer, una meta por alcanzar, y para ello, nos dotó con todos los elementos necesarios para realizarla, de modo que cada persona en este mundo tiene un propósito para el cual fue llamado. Durante este mes reflexionaremos acerca del llamado de Dios y cada una de las áreas de nuestra vida que se ven involucradas para responderlo, y de todos los elementos que se involucran. Estoy seguro de que la Palabra de Dios te mostrará tu propósito y llamado, de tal manera que a partir de hoy comiences a caminar en esa dirección. “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Efesios 2:10 ¡Recuerda siempre que fuiste llamado para hacer el bien!
Pastor Elías Betanzos Luis Director General
Lectura del día: Efesios 2:1-10
Lunes 1º de abril
Llamados a servir “Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.” Efesios 2:10 (NVI)
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uando me sentía con ciertos complejos o desanimado por haber tenido algún fracaso, hice de este texto uno de mis favoritos. Una versión de la Biblia dice que somos la obra maestra de Dios, que no sólo nos creó de una manera maravillosa, sino que nos hizo nacer de nuevo en Cristo Jesús. Todo esto es bonito, el saber que somos importantes para Dios anima nuestra vida. No somos un producto de la casualidad o un accidente de la naturaleza, pues el texto no termina ahí, también dice que Él nos creó con un propósito, con un objetivo, nos creó para buenas obras, para hacer algo importante. En la versión NTV de la Biblia dice que nos creó a fin de que hagamos cosas buenas que Él preparó para nosotros tiempo atrás. A esto se le conoce como servicio; hemos sido llamados a ser parte de una familia, pero también hemos sido llamados a servir. Estas cosas buenas que nos menciona la Biblia son tu servicio al mundo; cuando tú de alguna manera estás sirviendo a tu prójimo, ya sea que lo hagas en algún ministerio de la Iglesia o en el trabajo, en el mercado o en la escuela, todo lo que tú hagas por otros es tu servicio a Dios ¿estás cumpliendo realmente el propósito por el cual has sido creado? Si eres un cristiano nacido de nuevo, tú eres un ministro, un servidor, y cuando estás sirviendo estás ministrando. Una vez que has sido salvo, Dios permite que sigas viviendo porque tiene un propósito para ti: que le sirvas a Él a través de servir a otros. Dios tiene un ministerio para ti en la Iglesia y una misión para ejercer en el mundo. Si haces esto, estarás cumpliendo el propósito de Dios para tu vida.
El que no vive para servir, no sirve para vivir.
Lectura del día: Efesios 2:11-19
Martes 2 de abril
Miembros de la familia de Dios “Por lo tanto, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios.” Efesios 2:19 NVI
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uando Dios creó al hombre y vio que estaba solo dijo: No es bueno que el hombre esté solo” y entonces Dios creo a la familia. El formó a Eva, pero en realidad sólo fue el comienzo de la conformación de la familia. El pertenecer a una familia es una bendición y un disfrute, nos sentimos orgullosos de pertenecer a la familia Betanzos, Ortiz, López o como se llame. La familia nos da cobijo, seguridad y un sentido de bienestar. No tener una familia nos da una sensación de orfandad que nos entristece. En el sentido espiritual, Dios nos vio como ovejas sin pastor, errantes, como huérfanos espirituales y me imagino que Dios dijo, no es bueno que el hombre esté solo, y entonces constituyó la Iglesia, que en sí es una familia, como lo dice el pasaje que leímos hoy. Tú no has sido llamado a ser un huérfano espiritual, no hay cristianos llaneros solitarios; para que seas bendecido necesitas ser parte de la familia y en la Iglesia vas a encontrar un sentido de pertenencia e identidad. Muchos piensan que se pueden ser cristianos sin estar unidos y ni asistir a una Iglesia local, pero Dios no está de acuerdo con eso. La Iglesia es tan importante para Dios que la Biblia dice que Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella (Efesios 5:25). El pertenecer y plantarte en una Iglesia local te identifica como un verdadero creyente, te da una cobertura espiritual, puedes participar de la comunión en familia, del sacramento de la Santa cena, puedes ser amado y amar y servir a otros. Por estas y otras razones, la Biblia nos invita a ser parte de una familia llamada Iglesia. No es bueno estar solo, congrégate en la familia de Dios y disfruta de sus beneficios.
El que no vive para servir, no sirve para vivir.
Lectura del día: Juan 12:20-35
Miércoles 3 de abril
Llamados a crecer ” Ciertamente les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto.” Juan 12:24
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emos sido llamados a bendecir, a amar, a servir, a disfrutar, pero también hemos sido llamados a crecer. Sin embargo, cuando vemos nuestro caminar con Jesús algunas veces sentimos que es difícil ser cristiano, porque luchamos con tantos problemas que no vemos avance en nuestra vida cristiana, al contrario, a veces sentimos que retrocedemos. El problema consiste en que queremos crecer en nuestras propias fuerza; por eso nos cansamos y nos desalentamos. Lo que deberíamos pedir es que Cristo esté en nosotros y Él nos ayudará en nuestro caminar cristiano. Como Pastor he aprendido que el crecimiento espiritual es a menudo como el crecimiento que vemos en la naturaleza. La mejor fruta es la que madura lentamente. Lo que sucede con nosotros es que esperamos crecer de manera rápida y eso nos crea impaciencia y agotamiento. ¿Qué tienes que hacer para crecer? En primer lugar, tienes que morir a ti mismo, eso significa renunciar a tu propio esfuerzo y dejar que Cristo habite en ti, significa pedir ayuda al Espíritu Santo para vivir la vida cristiana; en segundo lugar, es necesario que desarrolles un estudio sistemático de la Palabra de Dios; la lectura de este devocionario es una herramienta, un medio de gracia para tu crecimiento espiritual. En tercer lugar, deja que Dios te pode. Dice la Biblia en Juan 15:2 NVI “Toda rama que en mí no da fruto, la corta; pero toda rama que da fruto la poda para que dé más fruto todavía.” Alaba a Dios en medio de las pruebas, no dejes que se amargue tu corazón, sólo mantén un espíritu de fe y confianza en lo que Dios está haciendo. Y en cuarto lugar, haz de la oración un hábito; pídele a Dios Su ayuda todos los días para crecer, comunícate con Él, no salgas de tu casa sin antes pasar un tiempo en el secreto de Dios.
El que no vive para servir, no sirve para vivir.
Lectura del día: Juan 8:31-59
Jueves 4 de abril
Llamados a ser libres “Así que si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres.” Juan 8:36
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emos sido llamados a ser libres, y esto no significa vivir en libertinaje, sino en libertad. Muchos definen libertad como el no tener restricciones en la vida y hacer lo que se le venga en gana sin que nadie les diga nada; esta es una libertad egoísta, todos los demás son afectados por lo que haces, pero aun así lo haces. La Biblia nos habla de la verdadera libertad y ésta se recibe a través de Jesucristo.
El único Camino hacia esa verdadera libertad es Jesús: si Él nos hace libres, dice la Biblia, entonces seremos verdaderamente libres.
¿De qué libertad nos habla la Biblia? De la libertad del dominio del pecado, el pecado ya no tiene poder sobre nosotros, ya no tiene el poder de atarnos a él, ahora en Jesús ya tienes el poder para vencer el pecado y para dejar las adicciones que afectan tu vida; tienes el poder para dejar aquellas conductas que afectan tu carácter. También eres verdaderamente libre del miedo, de la culpabilidad, del temor al futuro y a la muerte; eres libre de la máscara de la hipocresía y también de la amargura, odio y rencores. Esta libertad está basada en el amor de Dios. Cuando te das cuenta de cuánto te ama Dios, empiezas a vivir una vida de verdadera libertad. Declara hoy: “SOY LIBRE, VERDADERAMENTE LIBRE.”
El que no vive para servir, no sirve para vivir.
Lectura del día: 1 Timoteo 6:11-17
Viernes 5 de abril
Llamados a disfrutar “A los ricos de este mundo, mándales que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las riquezas, que son tan inseguras, sino en Dios, que nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos.” 1 Timoteo 6:17
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na de las grandes tragedias ocasionadas por la religiosidad es la pérdida de la capacidad de disfrutar la vida por medio de las cosas que Dios nos ha dado. La Escritura enseña muchas veces que el cristianismo no es una religión, no es un cúmulo de reglas o ritos, sino por el contrario, es una relación viva y real con Jesucristo. La religión pone una loza sobre las personas que les impide buscar de Dios de manera sencilla, por hacerles creer que no reúnen las condiciones establecidas por las normas como para alcanzarlo, o merecerlo; sin embargo, el cristianismo como una relación con Jesucristo trae gozo, vida, paz y deleite. El cristianismo enseña que no necesitamos obtener muchas cosas materiales para ser felices, pero nos persuade de disfrutar plenamente lo que tenemos. Como cristiano, puedes gozar de la vida con libertad porque tu conciencia está limpia; puedes alegrarte en cada momento porque estás seguro de que Dios te muestra su amor al enviar a Jesús a morir por ti. Puedes disfrutar en casa, en el trabajo y también en la Iglesia; puedes reír y gozar a tus amigos. En la lectura de hoy, el apóstol Pablo le pide a Timoteo que les ordene a los ricos que no sean arrogantes, y que no depositen su fe y seguridad en lo que tienen, sino que confíen con todo su corazón en Dios, quien nos da TODAS las cosas abundantemente para que las disfrutemos. Si hay una vida divertida, es la vida en Cristo, no busques otras alternativas, busca a Jesús y vas a aprender que todo lo que gira alrededor de tu vida fue hecho para disfrutarlo. Disfruta hoy a tu familia, goza del trabajo y dale gracias a Dios porque tienes una, alégrate con tus relaciones pero sobre todo, disfruta el amor extravagante de Dios hacia ti.
El que no vive para servir, no sirve para vivir.
Lectura del día: Hebreos 1:1-6
Sábado 6 de abril
Dios nos llama por medio de Cristo “Dios, que muchas veces y de varias maneras habló a nuestros antepasados en otras épocas por medio de los profetas, en estos días finales nos ha hablado por medio de su Hijo. A éste lo designó heredero de todo, y por medio de él hizo el universo.” Hebreos 1:1-2 (NVI)
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n los primeros cuatro versículos de Hebreos, el escritor sagrado afirma la autorevelación de Dios por medio de su Hijo Jesucristo. Su participación en la creación, en la revelación, en la providencia y en la redención es manifiesta. Dios tomó la iniciativa de hablarle al ser humano de muchas maneras y en diferentes lugares por los profetas, y en estos tiempos nos habla definitivamente por medio de Jesucristo. El escritor de Hebreos no está hablando aquí de la revelación general hecha a todos los seres humanos en la naturaleza y en la conciencia, sino de la revelación hecha a los padres, la nación hebrea y a nosotros sus descendientes por medio de su Hijo, Cristo Jesús. Lo había hecho por medio de los profetas, quienes entregaron no sólo mensajes orales, sino también escritos. Ahora por medio de su amado Hijo, la palabra es total, completa, para salvación.
En Él somos perdonados, salvos y traídos a una vida nueva. Había en la Edad Media un juez injusto, que por salvar a una persona muy influyente, acusó de asesinato a un hombre virtuoso y honrado. En el juicio, dando la apariencia de llevar a cabo un juicio justo, dijo al acusado que había puesto en dos papeles la sentencia y que él escogiera uno, aunque en realidad en ambos había escrito la sentencia CULPABLE. El reo tomó uno de los papeles, lo puso en su boca, lo masticó y se lo tragó. ¡Qué hizo! --gritó el juez ¿Y ahora cómo sabremos el veredicto? –Muy sencillo, dijo el reo, lea el que quedó y sabremos qué decía el que me tragué. Aunque la situación sea difícil, Dios proveerá de una salida a la salvación. Respondamos al llamado de Dios en fe y obediencia, cultivando cuidadosamente una relación con amor y agradecimiento por medio de Jesucristo.
El que no vive para servir, no sirve para vivir.
Lectura del día: Éxodo 28:29-36
Domingo 7 de abril
Somos llamados a una vida de santidad “Harás además una lámina de oro fino, y grabarás en ella como grabadura de sello, SANTIDAD A JEHOVÁ.” -Éxodo 28:36
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ios escogió a Aarón, hermano de Moisés y a sus descendientes para servir en el sacerdocio. Ellos debían usar vestiduras sagradas, para honra y hermosura (v. 2). Dios mismo le dio el diseño minucioso de estas vestiduras especiales que serían tan atractivas como el adorno del templo. Llama la atención que en la mitra, que era un turbante, parecido a una corona, tendría grabado en una lámina de oro fino la inscripción: “Santidad a Jehová”. Las religiones paganas adoraban a dioses que eran inmundos, impíos y con pasiones semejantes a los hombres. En contraste, el Dios de Israel se había revelado como justo y santo, como inspiración para que ellos se sintieran inspirados a ser como Él. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, el llamado de Dios a sus seguidores es a una vida de santidad. Levítico 11:45 dice: “Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios: seréis, pues, santos, porque yo soy santo” y Hebreos 12:14 dice: Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” y cientos de porciones que manifiestan esta convocatoria. Juan Wesley dijo que Juan Fletcher era el hombre más santo que había conocido en Europa y en América, y que lo era porque diariamente se examinaba para saber si su proceder estaba de acuerdo con los planes de Dios, para lo cual se hacía varias preguntas, entre estas: ¿Tuve cuidado de guardar mi mente de pensamientos errantes, cuando me levanté esta mañana? ¿Me he acercado a Dios en oración o he dado lugar a la pereza espiritual? ¿He andado hoy por fe, y he procurado ver a Dios en todas las cosas? ¿Me he negado a mí mismo al usar palabras y al expresar pensamientos poco bondadosos? ¿Mi vida y mis palabras han honrado el evangelio de Cristo? Pidamos la ayuda de Dios para vivir en consagración total a su voluntad y en amor a Él y a los demás.
El que no vive para servir, no sirve para vivir.
Lectura del día: Ester 4:1-8
Lunes 8 de abril
Llamado a cuidar tus palabras “También le dio una copia del texto del edicto promulgado en Susa, el cual ordenaba el exterminio, para que se lo mostrara a Ester, se lo explicara, y la exhortara a que se presentara ante el rey para implorar clemencia e interceder a favor de su pueblo.” Ester 4:8 (NVI)
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e has dado cuenta de cómo el sufrimiento acerca a las personas? ¿Has observado cómo las personas unen sus fuerzas para responder ante los desastres? El sufrimiento nos obliga a tomarnos de las manos y a acercarnos íntimamente. ¡La aflicción jamás ha arruinado a una nación! Las penurias no dividen a las familias. ¡La riqueza sí! Las penurias y aflicciones empujan a todo el mundo al mismo nivel y con el mismo objetivo: la supervivencia. Por esto no nos sorprende que los judíos estuvieran llorando, lamentándose y ayunando juntos.
Mardoqueo no sólo le informa a Ester a través de su servidor todo lo que ha sucedido, incluyendo los detalles en cuanto a la cantidad exacta de dinero que había en el asunto, sino que también le envía evidencia oficial, es decir, una copia del texto del edicto. “Que tu reina lea esto”, le dice. “Esto fue sellado con el anillo del rey”. Mardoqueo no perdió el control de sus emociones; tampoco exageró. Fue cuidadoso con la información que envió. ¿Por qué destaco esto? Porque vivimos en tiempos de rumores, cuando son pocas las personas que transmiten información precisa y confiable. ¿Eres tú una de ellas? ¿Tienes cuidado con lo que dices? Aunque hay ocasiones en las que es correcto comunicar información necesaria e importante, cada vez son más preocupantes los rumores y la información tendenciosa. No hay manera de estimar el número de personas que han sido dañadas por los rumores, las exageraciones y las habladurías. Quizá tú fuiste una víctima. Ten cuidado con lo que dices, de cómo lo dices y asegúrarte de enviar el mensaje correcto, a la persona correcta y por el motivo correcto.
No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz.
Lectura del día: Deuteronomio 6:4-9
Martes 9 de abril
Somos llamados diariamente “Y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.” Deuteronomio 6:7
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na de las enseñanzas que corren a través de toda la Biblia es que el llamado de Dios a nuestra vida es cada día. En Éxodo se nos habla de las columnas de nube y de fuego, que manifestaban la presencia continua de Dios con su pueblo. El maná, el pan del cielo, lo recibían diariamente y el sexto día recibían una doble porción. En el Nuevo Testamento, la oración modelo en Mateo 6:9-13, el pedido es: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” (11). Es bueno recordar la importancia de la relación diaria con Dios por medio de Jesucristo. El pueblo de Israel todos los días leía Deuteronomio 6:4-6, pasaje llamado el Shema, que se volvió el credo del judaísmo. Deuteronomio 6:2 enfatiza la relación cotidiana y la obediencia diaria a los mandamientos de Dios: “Para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados”. Luego especifica que se hablaría de esto con los hijos en la casa y en el camino, al acostarse y al levantarse, por la mañana y por las noches, se atarían textos bíblicos en los brazos y en la frente, en los postes y en los dinteles de las puertas de la casa. En esta relación permanente se incluía la personalidad del ser humano: corazón, alma y fuerzas. Una enfermera estaba mostrando a un paciente su cuarto. “Bien” --dijo ella-- Nosotros queremos que esté contento y disfrute mientras permanezca en este hospital, así que si hay algo que usted necesite que nosotros no lo tengamos, me lo dice por favor y yo le mostraré cómo “sentirse mejor sin ello”. Nosotros debemos aprender a disfrutar diariamente lo que tenemos y no lamentar lo que no tenemos. Especialmente gocemos de la comunión permanente con nuestro Dios y nuestro Salvador, Jesucristo. Hoy Él tiene algo que enseñarnos.
No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz.
Lectura del día: Génesis 17:1-8
Miércoles 10 de abril
Somos llamados a caminar con Dios “Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.” Génesis 17:1
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no de los llamados de Dios al ser humano es a andar con Él, a una caminata. Recordemos a tres de los grandes hombres del Antiguo Testamento: Abraham, Enoc y Noé. Enoc ilustró este transitar con Dios viviendo en obediencia y en una forma aceptable delante de Él (Génesis 5:24). Noé fue también calificado como perfecto, de una sola voluntad, un hombre íntegro (6:9). Abraham era esa clase de personas a quienes Dios invita a caminar con Él.Trece años después de que se le había aparecido el Señor a Abraham en forma extraordinaria, para algo especial, ahora le invita a recorrer la vida con Él. Caminar, en la Biblia, es sinónimo de conducta, proceder, estilo de vida. Todos los seres humanos tenemos la posibilidad de ir por la vida conforme a nuestra voluntad o conforme a la voluntad de Dios. Podemos andar en nuestros propios propósitos o en los propósitos de Dios. La invitación de nuestro buen Dios es a caminar en sus sendas de bien, de pureza, de verdad, de integridad. Es un recorrido diferente, quizá un poco difícil, con cierto precio que pagar, pero es mucho mejor que los caminos que el mundo o el pecado nos ofrecen. Alejandro recuerda sus días de niño y de adolescente, cuando recorría junto con su padre, varios kilómetros de su casa a la parcela que la familia sembraba de maíz y eventualmente de ajonjolí. Recuerda que durante ese andar podía platicar ampliamente con su padre, Don Guillermo. Con nostalgia piensa en la cantidad de preguntas que le fueron contestadas, dudas despejadas y consejos que le dio su progenitor. La vida espiritual es realmente un caminar, un viaje de toda la vida, un llamamiento supremo a andar en el camino de santidad, en comunión con Dios.
Agradece a Dios el recorrer con Él cada día de tu vida, y disfrutálos plenamente. No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz.
Lectura del día: Romanos 6:1-6
Jueves 11 de abril
Somos llamados a una nueva vida “Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” Romanos 6:4
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l apóstol Pablo escribe en 2 Corintios 5:17, diciendo: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. Tanto este pasaje como el de Romanos 6:4 enfatizan la enseñanza de que estar en Cristo es ser una nueva criatura, un nuevo hombre, una nueva mujer. Las relaciones anteriores han pasado y todo ha sido hecho nuevo. Notemos que no habla de restaurar, resanar o enmendar, sino de “hacer nuevo”. Cuando el pecado y el mundo nos tenían esclavizados, Dios nos llamó a andar en vida nueva. Esta nueva situación en la que los seres humanos son nuevas criaturas en Cristo se debe a la acción creadora de Dios. Esta vida se fundamenta en una relación personal con el Cristo crucificado y resucitado. La relación es tanto personal como social. Estar en Cristo es participar juntos, como la idea hebrea de una personalidad corporativa, por la cual una comunidad puede ser considerada en términos de su jefe representativo, que en este caso es Cristo. Cuando un hombre borracho pasó y por detrás le dio una patada en la pierna a Jerónimo, quien estaba parado frente a su casa, este le alcanzó, le tomó por el cuello y le reclamó, pero entonces recordó que ahora era una nueva persona, un seguidor de Jesucristo y no le devolvió el golpe, como lo hubiera hecho antes; solamente le sacudió, teniendo la mano en alto, y le dijo un “Que Dios te bendiga y te ayude a cambiar de vida”. El hombre asustado, apenas alcanzó a decir: “Gracias” y siguió su camino. El apóstol Pablo, en Romanos 6, manifiesta la nueva vida que Dios nos da por medio de Jesucristo, diciendo que el “viejo hombre”, o sea el pecado, ha sido crucificado con Cristo y empezamos a andar en el “nuevo hombre”. Agradezcamos a Dios por darnos vida nueva en Cristo.
No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz.
Lectura del día: Eclesiastés 11:1-8
Viernes 12 de abril
El llamado a la diligencia “El que al viento observa, no sembrará; y el que mira a las nubes, no segará.” Eclesiastés 11:4
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robablemente has escuchado los refranes populares “al que madruga Dios lo ayuda” y “para cuchillo que corta, no hay carne dura”. Pero, ¿has considerado que ambos describen un rasgo del carácter que la Biblia considera vital para cualquier empresa exitosa?
Ese rasgo de carácter es la diligencia, que en la Biblia se contrasta frecuentemente con la pereza y el postergar lo que tenemos que hacer. El lenguaje hebreo emplea dos palabras para describir la diligencia: “alba” y “cuchillo”. Ambas aluden a un individuo que se mantiene despierto y alerta (que madruga), y se dedica a mejorar y pulir sus habilidades (como un cuchillo bien afilado). No podemos pasar nuestro tiempo soñando despiertos, ni esperar hasta que todas las condiciones parezcan totalmente óptimas antes de empezar. El hombre perezoso siempre está soñando y desea alcanzar el éxito, pero nunca está dispuesto a pagar el precio de la perseverancia. Por eso termina sumido en la frustración y el vacío. En cambio, un hombre diligente es un hombre satisfecho. Antes que el apóstol Pedro procediera a conectar los bloques fundamentales del carácter como la fe, la virtud, el conocimiento y el dominio propio, él exhortó a sus lectores a poner “toda diligencia” en adquirirlos (2 Pedro 1:5).Tales cualidades no se encuentran en un cristiano superficial. La única manera como se arraigan en nuestro carácter es mediante su búsqueda y aplicación constantes. Nuestro peregrinaje en la Tierra es breve. Un creyente diligente y alerta a cada oportunidad para compartir a Cristo y darlo a conocer, tendrá la mayor influencia en el Reino de Dios. Queda poco tiempo, pero podremos redimirlo para los propósitos divinos si nos mantenemos diligentes en nuestro trabajo, nuestro estudio, nuestro testimonio y nuestra vida de oración.
No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz.
Lectura del día: Job 42:1-11
Sábado 13 de abril
Humíllate ahora “Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job” Job 42:10
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ob no responde diciendo: “Eso es discutible”, sino que, por el contrario dice: “Me retracto y me arrepiento”. Tampoco hay ninguna presión divina. No hay una amenaza de parte de Dios. “¡Job si no te pones de rodillas y me pides misericordia, te voy a destruir!” No, sino que con sumisión, Job deja su caso en manos de Dios. “Tú me instruyes, y como resultado de tu instrucción me someteré gozosamente y aceptaré tu voluntad”. No habla para nada de “sus derechos”. No hay ningún indicio de prerrogativa personal. No hay ninguna expectativa o exigencia. No hay siquiera la petición de que Dios lo comprenda o lo defienda delante de sus conflictivos amigos. Así mismo, no hay un espíritu de autocompasión o de irritabilidad o depresión. Job está completamente tranquilo. Su ser íntimo está, por fin, en paz. Quizá podrías decir: “Bueno, si Dios me hubiera bendecido a mí como bendijo a Job, yo también diría lo mismo”. Pero, espera un momento. Él todavía no ha recibido alivio ni ninguna recompensa. El hombre sigue cubierto de llagas.Todavía no tiene una familia. Sigue sin un techo. Continúa en la ruina. Sin que nada externo haya cambiado, Job dice tranquilamente: “Señor, soy tuyo”. Concéntrate en el momento. Humíllate en el momento, no después de que Dios te exalte, sino ahora mismo. No esperes. Es admirable la manera como el Señor tranquilizará tu espíritu y te transportará a una esfera de contentamiento que nunca habías conocido antes, a pesar de que la mayoría de las repuestas están faltando. Los filósofos de este mundo exigen respuestas. El creyente que aprende ahora a confiar por medio de esta clase de experiencia, cueste lo que cueste, no exige nada. Y entonces, las angustias desaparecen lentamente, una tras otra. “Humillaos delante del Señor, y él os exaltará” (Santiago 4:10).
No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz.
Lectura del día: Génesis 41:47-52
Domingo 14 de abril
Perdona y olvida “Y llamó José el nombre del primogénito, Manasés… y llamó el nombre del segundo, Efraín…” Génesis 41:51-52
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in duda que Dios guió al escritor del Génesis para que nos revelara algunos detalles de la cautivante vida de José. En primer lugar, José fue monógamo. No cayó en la trampa de la poligamia, como tantos que estaban a su alrededor, incluso dentro de su propia familia. Tuvo una sola esposa, y esta le dio dos hijos.
En segundo lugar, y más importante aún, el escritor quiere que nos demos cuenta del significado que se halla en los nombres de los hijos de José. Ambos nombres son un juego de palabras. La palabra en hebreo para Manasés, suena parecida a la que significa “olvidar”.Y refiriéndose a Efraín la palabra en hebreo es parecida a la que significa “ser fecundo”. Al dar estos nombres a sus hijos, José proclamó públicamente que Dios lo había hecho olvidarse de todas sus desgracias, incluso de las que había padecido en la casa de su padre. Pero más allá de eso, Dios le había hecho fecundo en un país y en unas circunstancias que sólo le habían traído problemas. Los recuerdos seguían allí, alojados profundamente en su cerebro, pero cuando finalmente le llegó el auxilio, Dios hizo que se olvidara de su dolor y de la angustia que había tenido. Es muy tentador tratar de vengarnos de los de Rubén, de los de Judá, de los de Dan y de las señoras Potifar de nuestro pasado. De desquitarnos de quienes nos han herido, despojado y perjudicado con malas acciones y palabras horribles. Pero en vez de eso, debemos dar a luz a un Manasés. ¿Pudiera ser este el momento en que le pidas al Señor que borre las heridas que hay en tu recuerdo? Sólo Él puede hacer eso. Después de esto llegará el momento de dar a luz a un Efraín, para recordar la manera como Dios nos ha bendecido abundantemente.
No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz.
Lectura del día: Génesis 42:1-24
Lunes 15 de abril
Responsabilizarse “Y decían el uno al otro: verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia” Génesis 42:21
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ómo debió sentirse José cuándo escuchó las palabras de sus hermanos? ¡Para ellos, él ya no existía! Se había ido para siempre. Tres veces los acusó de ser espías. Luego en una de sus respuestas, ellos sin darse cuenta le dan la información que él quería tener. ¡Le dijeron que su padre y Benjamín estaban todavía con vida! ¿Podemos imaginar lo que pasó por la mente de José? ¡Anhelaba ver a toda su familia! Y se sentía tentado de decirles quién era, ¡se quedarían atónitos! Pero lo que realmente le intrigaba era saber la condición del corazón de sus hermanos. José eligió a Simeón como rehén y le encadenó en presencia de sus hermanos. ¿Por qué escogió a Simeón? Podemos pensar que habría elegido al primogénito, pero ese era Rubén, quien había tratado de salvarle la vida junto al pozo cuando todos los demás se unieron contra él. Tal vez José recordó el intento de Rubén de intervenir a su favor, y por eso eligió al segundo hermano mayor para que se quedara. “Y se decían el uno al otro: verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano… por eso ha venido sobre nosotros esta angustia”. ¡En el idioma original, el “nosotros” de la conversación es enfático! [Nosotros] somos culpables… [Nosotros] vimos la angustia de su alma… [Nosotros] no le escuchamos. El primer paso para aliviar una conciencia cauterizada, es “responsabilizarse” por la culpa personal. Los hermanos no culparon a su padre por haber sido pasivo. No culparon a su hermano José por haber sido orgulloso, arrogante o un privilegiado. No redujeron el mal que habían hecho diciendo que eran demasiado jóvenes para saber hacer lo bueno. Utilizaron el pronombre correcto cuando todos convinieron en eso: “¡Nosotros somos responsables! ¡Nosotros no podemos echarle la culpa a nadie más!” Decide hoy hacerte siempre responsable de tus acciones.
La recompensa de una buena acción es haberla hecho.
Lectura del día: Mateo 28:16-20
Martes 16 de abril
Somos llamados a hacer discípulos “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;” Mateo 28:1-9
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i no somos cuidadosos, fácilmente podemos creer que Dios nos ha llamado a convertir a las personas que no han conocido del amor de Dios, cuando nuestro Padre Celestial nos ha llamado a ser discípulos y a hacer discípulos semejantes a Cristo. La conversión del ser humano es obra directa del Espíritu Santo y nosotros sólo sembramos la Palabra, esperando que fructifique en sus vidas. John Maxwell, en uno de sus libros sobre liderazgo, dice que, “si vamos por la vida y nadie nos sigue, sólo salimos a pasear”. Por supuesto que hacer discípulos entraña el sacrificio de acompañar al recién convertido, mientras se afirma en su fe.
Discipular es enseñar. De manera práctica, el nuevo creyente tiene que aprender a leer la Palabra de Dios, a orar, a conocer y desarrollar las disciplinas espirituales, asistir a las actividades de la Iglesia, ir a sus clases de discipulado, dar testimonio de su fe y los demás principios de la doctrina. Discipular es recorrer el camino de la vida cristiana en sus primeros kilómetros con el recién convertido, mostrándole el modelo nuestro y el de Cristo, que él pueda seguir. Martín Lutero defendió la doctrina del «sacerdocio universal», que implicaba una relación personal directa del individuo con Dios en la cual desaparecía el papel mediador de la Iglesia, privando a ésta de su justificación tradicional; la interpretación de las Sagradas Escrituras no tenía por qué ser un monopolio exclusivo del clero, sino que cualquier creyente podía leer y examinar libremente la Biblia, para lo cual ésta debía ser traducida a idiomas que todos los creyentes pudieran entender. Esta doctrina abrió la oportunidad de hacer acompañamiento y discipulado con los nuevos creyentes. Esta semana puedes ayudar a alguien en tu célula a crecer en su fe, enseñándole algo de lo que tú ya has aprendido en tu caminar con Cristo.
La recompensa de una buena acción es haberla hecho.
Lectura del día: Mateo 6: 14-18
Miércoles 17 de abril
Somos llamados a perdonar “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;” Mateo 6:14
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l llamado a tener un espíritu perdonador hacia otros se encuentra en la Biblia. Mateo 6:14 y 15 expresa los dos aspectos del perdón, el negativo y el positivo, señalando los resultados. Es un asunto serio. Quien se niega a perdonar cierra las puertas de su propio perdón por parte de Dios. Quien perdona se beneficia de recibir el perdón de nuestro Padre Celestial. Tan importante como es que Dios supla nuestra necesidad de pan cotidiano, es también la necesidad de perdonar a los demás, así lo señala el Padre Nuestro en Mateo 6:12. Aprender a perdonar es muy importante, aunque reconocemos que es difícil para algunos e imposible para quienes no tienen el amor de Cristo en su corazón. Por el contrario, no perdonar a los demás y a nosotros mismos, trae consecuencias de enfermedad física, mental y emocional. Una de sus consecuencias más frecuentes es la depresión y el resentimiento. Por otro lado, nos retrasa espiritualmente, amarga nuestro espíritu y nos lleva a cultivar deseos de venganza, además de vivir desconfiados de los demás y vivir con miedo de que nos vuelvan a herir. Perdonar es una acción sanadora y restauradora.
Perdonarnos a nosotros y a los demás es una bendición que trae paz a nuestro corazón. Cuando un matón a sueldo llegó a ofrecerle a un cristiano que si quería él podía matar a quien había asesinado a su hermano, sin que le costara ni un solo peso, se sintió tentado a decir que sí, motivado por el dolor y la tristeza, justificando que otro tomaría venganza y no él. Pero Dios habló a su corazón y en lugar de eso, no sólo no aceptó el ofrecimiento, sino que le otorgó el perdón al agresor y su conciencia se mantuvo limpia y en paz. Ora a Dios y ve con alguien que te ha ofendido, dándole perdón y una palabra de bendición. Pide perdón a esa persona a quien has ofendido y glorifica con ello a Dios.
La recompensa de una buena acción es haberla hecho.
Lectura del día: Isaías 58:4-8
Jueves 18 de abril
Somos llamados a compartir “¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?” Isaías 58:7
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n esta última sección de la segunda división del libro de Isaías, el profeta va a contrastar la verdadera y la falsa piedad, la venganza y la redención, la nación impía y la Sión glorificada. Expone lo vacío y lo falso de una piedad meramente externa. Le dice al pueblo que en sus días de ayuno combinan una aparente humildad con el buscar el avance de sus negocios, presionando a sus empleados a trabajar más. En los días de ayuno tienen un trato duro y violento contra aquellos que no se ajustan a su vacía ostentación. El verdadero ayuno, que no es una negación propia, sino un servicio de amor, debía soltar las cargas de opresión, mostrar verdadera benevolencia a los pobres, alimentar al hambriento, vestir al desnudo, liberar de la cárcel a los quebrantados, soltar las cargas de opresión. El ayuno y el compartir lo que tenemos con los que menos tienen deben ir estrechamente unidos. Nadie puede decir que conoce a Dios y cerrar su corazón a ayudar a los más necesitados. Santiago 2:15-16 dice: “Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?” Aquí la conclusión es que, “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma”. Un video que trata sobre la misericordia, presenta a un niño que lleva dos juguetes y al ver a otro pequeño que no tiene ninguno, le regala un carrito. La enseñanza es que siempre tenemos algo que compartir con otros. Lo mejor que tenemos es a Cristo en nuestro corazón y hemos sido llamados a compartirlo con quienes no le conocen, ni creen en Él. Una buena obra sería comprar juguetes que no usen baterías, de acuerdo a tus posibilidades, y regalarlos a los niños que limpian parabrisas en los semáforos.
La recompensa de una buena acción es haberla hecho.
Lectura del día: Jeremías 9:1-6
Viernes 19 de abril
Somos llamados a través de las lágrimas de un pastor ¡Oh, si mi cabeza se hiciese aguas, y mis ojos fuentes de lágrimas, para que llore día y noche los muertos de la hija de mi pueblo! Jeremías 9:1
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or causa del lamento registrado en 9:1 de su libro, Jeremías recibe el título de “profeta llorón”; su corazón de pastor se rompe bajo una carga de dolor y compasión por lo que viene como reprensión a su pueblo. Además se siente aislado, maltratado y poco comprendido. Su corazón amoroso expresa sus sentimientos por la clase de vida que están llevando los habitantes de su pueblo. Les llama adúlteros, congregación de prevaricadores, mentirosos, de mal proceder, engañadores, de perverso actuar, peligrosos con la lengua y de muchos otros pecados. Quisiera, expresa él, encontrar un refugio en el desierto y huir de la situación. Dentro de las maneras como Dios nos llama a la salvación, están las lágrimas suplicantes de una madre, de una esposa, de un padre, de un hermano o de un pastor. Con tal de hacer reaccionar a alguien, para volver de sus malos caminos o de una conducta equivocada, se llora, sin que esto sea un chantaje sentimental.
Nos duele, como a Jeremías, la situación espiritual de otros. Un pastor de nombre Edmundo Alejandro me platicó hace algunos años, que por un buen tiempo escuchó por las noches las oraciones que su abuela, que era cristiana, hizo en voz alta por él. Pedía a Dios esta piadosa anciana que Alejandro se alejara de los malos amigos que le inducían a los vicios y al pecado. Pasados unos meses, se fue a trabajar a otra ciudad lejana y allá alguien le habló de Cristo y él le aceptó en su corazón y su vida fue transformada. Testifica hasta hoy: “A la distancia y al tiempo, las oraciones de mi abuelita me alcanzaron”. Ora a Dios para que un familiar o a un amigo que necesita de salvación sea alcanzado por Su gracia. Si es necesario, usa las lágrimas para hacer volver de la maldad a alguien a quien amas.
La recompensa de una buena acción es haberla hecho.
Lectura del día: 1 Pedro 2:1-9
Sábado 20 de abril
Llamados de las tinieblas “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;” 1 Pedro 2:9
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a primera carta de Pedro ha sido descrita como “La Epístola de la esperanza”; otros la llaman “La carta del coraje” y unos más “La Misiva de la vida santa”, porque enfatiza el hecho de que la vida de santidad es más importante que la liberación del sufrimiento. Habla de que los verdaderos cristianos van a estar sujetos a sufrimientos inmerecidos, pero que por la gracia y el poder de Dios, van a permanecer firmes. Pedro les recuerda a los creyentes que el camino de la vida cristiana es un camino de santidad, como la que vivió nuestro Señor Jesucristo. El llamado de Dios, de acuerdo a 1 Pedro 2:9 es a salir de las tinieblas del mundo y del pecado a la luz admirable de Jesucristo. El cambio trae también una nueva relación real, especial, para ser linaje escogido, un verdadero sacerdote, con una comunión directa con nuestro Padre celestial. Una nación santa, llamados por un Dios santo y purificados por el Espíritu Santo. Un pueblo adquirido, una posesión exclusiva, con el triple derecho de creación, redención y preservación. Con el propósito de dar testimonio, anunciar las virtudes de Jesucristo, quien nos sacó de la obscuridad a la luz. En la comunidad de Monte de los Olivos, Chiapas, donde se ubicaron las 32 familias expulsadas de su comunidad por ser cristianos, de parte de “Manos de Ayuda”, por intermediación del Pastor Eduardo Duque, les apoyamos con los techos para sus casas, y sucedió que María, la Chamana o Curandera del pueblo mandó a decir al Pastor Juan que fuera a orar por su hijo, porque ella no había logrado sanarle y temía que muriera. Un grupo de hermanos fueron con el Pastor Juan a visitarle. Dios sanó inmediatamente a su hijito y ella aceptó a Cristo como su Salvador personal. Salió de las tinieblas, de la maldad y la brujería, a la luz maravillosa de Jesucristo. Agradece a Dios el haberte trasladado de las tinieblas a la luz.
La recompensa de una buena acción es haberla hecho.
Lectura del día: Josué 1:1-4
Domingo 21 de abril
Llamados a pasar el Jordán “Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.” Josué 1:2
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l llamado de Dios a Josué es a continuar con el proyecto que había comenzado con Moisés. El pueblo de Israel debía entrar a la tierra prometida. La muerte de Moisés no iba a detener los planes de Dios. Habría continuidad por medio de Josué. Los años de preparación que había recibido le habían capacitado para esa misión especial. El primer mandato que recibe Josué es a pasar el Jordán, un río crecido, peligroso, que no detendría a Israel si quería recibir el cumplimiento de la promesa hecha por Dios a Abraham, a Isaac y a Jacob.
Muchas veces, antes de recibir una bendición especial en nuestra vida, Dios permite que tengamos el reto de superar una prueba. El Jordán puede significar un problema, una enfermedad, una limitación, un desafío. Las promesas de que Dios les había entregado todo lugar que pisare la planta de sus pies y la presencia permanente de Dios con su pueblo, les daba seguridad y confianza. Según los datos de la organización “China Aid”, la situación de los cristianos en China se deterioró por séptimo año consecutivo. El informe habla de un aumento de 125 % en el número de cristianos sentenciados y de un 42% de la persecución en general durante el 2012. En 132 casos se afectaron como a 5,000 cristianos. Sin embargo, las Iglesias-hogar se han aumentado, a pesar de que el gobierno las presiona para que entren a formar parte de la Iglesia oficial y de que detienen a los líderes de Iglesias, enviándoles a campos de trabajo forzados. Ora hoy por aquellos cristianos para quienes pasar el Jordán significa ser perseguidos y dale gracias a Dios por las bendiciones en la tierra prometida, después de haber pasado la prueba.
La recompensa de una buena acción es haberla hecho.
Lectura del día: Marcos 3:13-19
Lunes 22 de abril
Un llamado inclusivo “Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar.” Marcos 3:14
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l Nuevo Testamento nos da cuatro listas de los discípulos a quienes Cristo llamó. Simón Pedro siempre encabeza la lista y Judas Iscariote se coloca al final, excepto en Hechos donde su nombre es quitado. Marcos usa sobrenombres personales, Pedro que significaba “una piedra” fue el apodo que Jesús le puso a Simón. Los hijos de Zebedeo fueron llamados “hijos del trueno”, que podría referirse a su personalidad o un elogio a que el testimonio de conversión era tan fuerte como un trueno. Mateo es llamado Leví y considerado como un publicano. Jacobo hijo de Alfeo, algunas ocasiones es identificado como “Jacobo el menor” y pudo haber sido hermano de Leví, que también era hijo de Alfeo. Simón el cananita, debería leerse “el cananeo”, un grupo judío revolucionario llamado también zelote. Iscariote puede significar que Judas era originario de Kerioth, pueblo al sur de Judea o un alias que significa “asesino o sicario”. Doce hombres sencillos, comunes, con personalidades diferentes e imperfectas. En cierta ocasión hubo en una carpintería una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para ajustar sus diferencias. El martillo fue acusado de que se pasaba todo el tiempo golpeando. El tornillo que le daba muchas vueltas para conseguir algo. La lija que era muy áspera en su trato para con los demás. El metro porque siempre medía a los otros según su criterio, como si fuera el único perfecto. En ese momento entró el carpintero, juntó el material y comenzó su trabajo. Utilizó el martillo, el tornillo, la lija y el metro. La madera se convirtió en un fino mueble. Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea continuó. El serrucho tomó la palabra: - Señores, quedó demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades, con nuestras mejores áreas. Así que concentrémonos en nuestros valores. Entendieron, entonces, que el martillo era fuerte, el tornillo unía, la lija era especial para limar y afinar las asperezas y el metro era preciso y exacto. Con alegría agradece hoy a Dios, porque en su obra todos tenemos un lugar de servicio.
La sonrisa enriquece a los que la reciben, sin empobrecer a los que la dan.
Lectura del día: Jeremías 7:1-7
Martes 23 de abril
Un llamado a mejorar “Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré morar en este lugar.” Jeremías 7:3
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l profeta Jeremías es enviado por Dios para dar un mensaje al pueblo de Judá en la puerta del templo. Posiblemente la ocasión fue una fiesta religiosa nacional, a la que todos acudían. El mensaje específico es que mejoren sus caminos, que mejoren su conducta, su manera de ser, su vida cotidiana y religiosa. Es decir, que se arrepintieran genuinamente y de todo corazón. Desde el versículo 4 de Jeremías 3, se señala lo que en la práctica tenían que mejorar y que el resultado sería que vivirían en paz en esa tierra, porque los pensamientos de Dios para con ellos eran buenos. El señalamiento va desde que oprimían al extranjero, al huérfano y a la viuda, que seguían a dioses extraños, mentían, robaban, adulteraban, hasta que habían hecho de la Casa de Dios una cueva de ladrones. Finaliza Dios prohibiendo a Jeremías que ore por el pueblo, porque el pueblo estaba intentando hacer a Dios a su propia imagen, sólo como un amuleto. El llamado es a mejorar su vida diaria y su relación con el Dios verdadero. Un hombre de gran reputación, tenía un criado de rostro atroz y carácter imposible. No podía recibir una orden sin ponerse de inmediato hecho una furia, se sentaba de forma grosera a la mesa, servía mal, empujaba a los invitados y dejaba a su patrón sediento. Todas las reprimendas le dejaban indiferente y no hacía más que agravar el desorden y la negligencia de su servicio. Por la noche, la casa retumbaba con el ruido de sus pasos, de la vajilla que rompía. Incluso colocaba matorrales espinosos en el camino por donde tenía que pasar el patrón. No se podía contar con él para nada. Unos amigos del patrón le aconsejaron que se deshiciese de aquel fastidioso criado y que cogiese a otro. - Pero ¿por qué? - protestó el patrón sonriendo. Le estoy muy agradecido a mi criado porque me ha hecho mejor. Sí, me ha enseñado la paciencia, y cada día que pasa me la sigue enseñando.Y ese don me permite soportar las otras dificultades de la vida. Agradezcamos a Dios que estamos bien, pero pidamos que nos ayude hoy a ser mejores. La sonrisa enriquece a los que la reciben, sin empobrecer a los que la dan.
Lectura del día: Proverbios 15:28-33
Miércoles 24 de abril
Llamados a sonreír “La luz de los ojos alegra el corazón, y la buena nueva conforta los huesos.” Proverbios 15:30
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icen los estudiosos de la conducta humana que la sonrisa es una forma en que el rostro expresa un sentimiento de satisfacción, placer o entretenimiento. También puede ser una expresión involuntaria de ansiedad, ira o sarcasmo. Se dice que pone en movimiento 17 músculos cerca de los extremos de la boca y alrededor de los ojos. El sonreír no sólo cambia la expresión del rostro, sino también hace que el cerebro produzca endorfinas que reducen el dolor físico y emocional, además de proveer una sensación de bienestar. Al sonreír hacemos que los demás nos consideren personas confiables. Algunas veces sonreímos de cortesía cuando alguien se entusiasma por algo bueno que le sucedió. Los especialistas dicen que aun una sonrisa forzada, cuando no tenemos deseos de sonreír, mejora el estado de ánimo y a esto le llaman:“hipótesis de la respuesta facial”. Sonreír es contagioso y quienes sonríen viven siete años más que quienes no lo hacen, dicen los psicólogos. Patricia estaba nerviosa porque se acercaba la hora de la cena en que ella y su esposo iban a ser los anfitriones. Era la primera vez que tenían invitados después del nacimiento de su hijo Pedro. Entre los invitados estaba el jefe de su esposo, Guillermo. Percibiendo la tensión de sus padres, el bebé comenzó a ponerse irritado y nervioso, lo que le produjo más frustración a Patricia. En un intento por consolar al pequeño, Patricia le cargó y le besó. Para su sorpresa, el bebé se sonrió y se rio; era la primera risa espontanea que escuchaba de su hijo. En un instante, la noche tomó un curso totalmente diferente. Patricia estuvo mucho más calmada, así como su bebé. La cena fue todo un éxito. Sonríe con mayor frecuencia, porque dice la Palabra de Dios que alegra el corazón y conforta nuestra vida. Proverbios 17:22 nos comparte que “El corazón alegre constituye buen remedio; Mas el espíritu triste seca los huesos”, además de “hermosear el rostro” (15:13).
La sonrisa enriquece a los que la reciben, sin empobrecer a los que la dan.
Lectura del día: Salmos 119:1-8
Jueves 25 de abril
La bendición de guardar la Palabra de Dios “Bienaventurados los que guardan sus testimonios, y con todo el corazón le buscan;” Salmos 119:2
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l Salmo 119 es el más largo y más cuidadosamente escrito. Es parte del grupo de Salmos de sabiduría. Está dividido en veintidós secciones, una para cada una de las letras del alfabeto hebreo. Cada sección está formada de ocho versículos. En hebreo cada versículo comienza con una palabra cuya primera letra es la que encabeza la sección completa. Por ejemplo, los versos 1 al 8 comienzan con palabras que la primera letra es Alef, los versículos 9 al 16 con palabras cuya primera letra es Beth, del 17 al 24, Guímel y así sucesivamente el resto del alfabeto hebreo. El tema general del Salmo 119 es la ley de Jehová y la obediencia de todo corazón a esa ley. La palabra que se traduce como ley en español es Toráh, que significa la voluntad de Dios tal como Él la dio a conocer a Israel. Incluye el concepto de guía, orientación, enseñanza, instrucción o encaminamiento. En los primeros ocho versos habla de que son bienaventurados los hombres que siguen los principios de acción que Su Palabra establece y le buscan con todo el corazón. El escritor sagrado ha determinado aprender y guardar los justos juicios y los mandatos de Dios. Fred W. Cropp, presidente de la Sociedad Bíblica Americana, recibió una carta con la siguiente pregunta: ¿Qué me recomienda para mantener la piel de las tapas de la Biblia en buenas condiciones, para que no se endurezca, agriete o descascare? La contestación fue: “Hay un aceite que es especialmente bueno para el tratamiento de la piel en las Biblias, de hecho asegurará que sus portadas permanezcan en buenas condiciones. No se vende, pero puede encontrarse en la palma de la mano humana”. Para que los caminos del ser humano sean ordenados, de tal manera que pueda guardar los mandatos de Dios, es necesario poner en práctica la Palabra de Dios y buscarle con todo el corazón. Tenemos que comenzar por leerla, meditarla, memorizarla y aplicarla a nuestra vida diaria.
La sonrisa enriquece a los que la reciben, sin empobrecer a los que la dan.
Lectura del día: Job 1:1-12
Viernes 26 de abril
Andar por fe, no por vista “¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra.” Job 1:10
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n el mundo invisible hubo un diálogo, sin que Job lo supiera. Cuando el Señor y Satanás tuvieron ese extraño encuentro, el tema fue inmediatamente Job. El Señor llama la atención de Satanás en cuanto a la vida ejemplar de Job, y Satanás responde con un siniestro sarcasmo. Dios consiente en permitirle al adversario que ataque a Job. Dicho con palabras de hoy, el Señor le apostó a Satanás que Job nunca se volvería contra Él. Satanás, entonces, provoca de manera repentina y malévola, que todo lo que tiene Job le sea quitado, dejándole en la ruina. En cuestión de minutos, todo lo que tenía desaparece. Aquí aprendemos una lección que vale la pena recordar: nunca conocemos por anticipado los planes que Dios tiene para nosotros. Job no tuvo ningún conocimiento o advertencia previos. Esa mañana amaneció como cualquier otro día. No hubo ninguna manifestación angelical extraordinaria. Es una calamidad tras otra; todo lo que había sido construido en sus tierras desaparece; sólo madera y cadáveres están esparcidos; esto es lo que hay en el entorno. Todo ocurrió tan de repente, que la mente de Job es un torbellino de incredulidad. ¡Su mundo cambió en un instante! Nunca sabemos lo que nos traerá el día, ya sea bueno o malo. El plan de nuestro Padre celestial se desarrolla sin que nosotros lo sepamos. Nuestro andar es por fe, no por vista. Es confiar, no tocar. Es apoyarse en Dios totalmente, no huir. Nadie conoce por anticipado el plan del Padre.Y es mejor que sea así. Puede ser una gran bendición; puede ser una prueba que nos ponga de rodillas. Pero sí podemos estar seguros de esto: nuestro Dios sabe lo que es mejor para nosotros.
La sonrisa enriquece a los que la reciben, sin empobrecer a los que la dan.
Lectura del día: Ester 4:9-14
Sábado 27 de abril
Llamado a ser valiente “Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?” Ester 4:14
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s fácil ser valientes cuando estamos protegidos y seguros, cuando no tenemos nada que arriesgar. Si Ester obedecía a Mardoqueo, lo arriesgaba todo, incluso su vida. Aunque el rey era su esposo, ella no podía pasearse alegremente por el palacio y decirle de pronto lo que se le ocurriera. Las cosas no funcionaban así en la antigua Persia. Él tenía que mandar a llamarla, y en ese momento, no la había llamado en un mes. Si ella se presentaba ante el rey sin ser llamada, el rey podía ordenar su muerte.Y para colmo, ella era judía. ¡Quién sabe cómo habría reaccionado ese gentil monarca cuando se enterara de esto! Era un gran dilema. Pero Mardoqueo sabía quién era Ester, él se había ocupado de ella, le había enseñado. Mardoqueo sabía hasta dónde podía presionarla; pero sobre todo, conocía su carácter. Sabía de lo que estaba hecha. Fomentar el cultivo del carácter es exactamente lo que los padres sabios hacen, enseñando a sus hijos a desarrollar madurez. Como padre, hay ocasiones en tu vida, breves momentos, pequeñas ventanas de tiempo, en los que puedes tomar la iniciativa de ayudar a tus hijos a entender el valor de ser valientes. A medida que crezcan y esas ocasiones cambien a una relación más distante, debes hacer un llamado a tus hijos para que den la cara por lo que creen, aunque tengan que levantarse solos, y luego confiar en lo que harán sin que tú estés cerca de ellos. Mardoqueo enfrenta ese momento. Por eso, cuando Hatac viene a él con la respuesta de Ester, Mardoqueo se aprieta el cinturón alrededor de su cilicio y dice palabras fuertes, apelando al carácter de Ester. Y ella respondió favorablemente, cumpliendo así con el propósito que Dios tenía para su vida.
La sonrisa enriquece a los que la reciben, sin empobrecer a los que la dan.
Lectura del día: Ester 4:15-17
Domingo 28 de abril
La causa “… y si perezco, que perezca.” Ester 4:16
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ster tuvo apenas unos momentos para pensar en lo que Mardoqueo le había dicho, un breve tiempo para evaluar su consejo, y eso era todo lo que necesitaba. Se propuso marcar una diferencia, sin importarle las consecuencias personales.
Si perezco, que perezca. Si un guardia hunde su espada en mi cuerpo, moriré haciendo lo correcto. ¿Recuerdas cuando el padre de David le pidió que dejara las ovejas para llevar comida y provisiones a sus hermanos que estaban combatiendo contra los filisteos? Cuando llegó allí, encontró al gigante Goliat yendo de un lado a otro del campo de batalla, burlándose del Dios de Israel y blasfemando contra Él. Cuando David se entera de lo que está sucediendo, dice: “Hagamos algo”. Ante esto, su hermano mayor, Eliab, se ríe, y le dice con sarcasmo: “¿Así que tú vas a ser el gran héroe, eh? ¿Recuerdas la respuesta del joven David? En nuestras palabras diríamos que le respondió algo así como ¿no hay una causa? (1 Samuel 17:29) y poco después saca su honda y derriba a Goliat con una piedra lisa. “¡Claro que hay una causa!”, implica David, si no con palabras, por lo menos con sus acciones. “¡Allí afuera hay un gigante que odia la causa del Dios vivo! ¿Qué hacen allí parados? Nuestro Dios peleará por mí.Y si perezco, que perezca.” Ester pensó de igual manera, se dio cuenta de que afuera había un enemigo, no sólo de su pueblo, sino más importante aún: del Dios vivo. Tan pronto como tuvo conciencia de esto, la comodidad del palacio se le volvió molesta. “Basta ya de la vida fácil”, dijo Ester. “Es hora de que hable claro. Soy judía y creo en el Dios vivo. Estoy lista para enfrentarme sola en defensa de mi pueblo. Y si perezco, que perezca”. ¿Hay en tu corazón y tu mente “una causa”?
La sonrisa enriquece a los que la reciben, sin empobrecer a los que la dan.
Lectura del día: Mateo 5:33-48
Lunes 29 de abril
Llamados a amar a nuestros enemigos “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.” Mateo 5:44
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n una ocasión alguien me dijo: “yo amo a una persona, pero la verdad es que no me gusta mucho”. Le pregunté cómo podía amar a alguien que no le gustaba, y me contestó: “Mire, yo quiero lo mejor para él, no deseo nada malo en su vida y estoy dispuesta a hacer todo cuanto pueda para ayudarle. A eso me refiero cuando digo que lo amo. Sin embargo, no me agrada su forma de ser, su conducta, no estoy de acuerdo con su manera de actuar, por eso digo que no me gusta, porque frecuentemente se comporta de una manera egoísta”. Me quedé meditando en las palabras de aquella mujer, tratando de entender si es posible que podamos realmente amar a alguien que no nos gusta. La respuesta la encontré en la Biblia: realmente no sólo podemos amar a alguien que no nos gusta, sino que debemos hacerlo. En el texto de Mateo 5:44 Dios manda a amar a nuestros enemigos y orar por ellos, y nuestros enemigos por regla general, son personas que no nos gustan. Si somos honestos, este es un llamado sumamente difícil. Es fácil amar a los que nos caen bien, a nuestros amigos, a aquellos que nos hacen algún bien, pero a nuestros enemigos… eso sí que es difícil. Para poder amar a nuestros enemigos tenemos que seguir el consejo bíblico y el ejemplo del Señor Jesús. La estrategia bíblica es orar por ellos; Jesús mismo usó esta estrategia:
Él oró por sus enemigos, oró por aquellos que lo ultrajaban y escupían. Qué te parece si empezamos con esta idea hoy: vamos a orar y a pedir a Dios por aquellos que nos han hecho algún daño y que consideramos nuestros enemigos.
La sonrisa enriquece a los que la reciben, sin empobrecer a los que la dan.
Lectura del día: 1 Samuel 7:3-17
Martes 30 de abril
Llamados a vencer “Después Samuel tomó una piedra, la colocó entre Mizpa y Sen, y la llamó Ebenezer, “El Señor no ha dejado de ayudarnos.” 1 Samuel 7:12 NVI
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or petición de Samuel, los Ismaelitas se deshicieron de los ídolos de Baal y las imágenes y se habían dedicado sólo a servir a Dios. Había una promesa en esa decisión; Samuel les dice: “Si ustedes alejan los ídolos y sirven sólo a Dios, entonces les librará de los filisteos, que eran unos enemigos sanguinarios del pueblo de Israel”. El pueblo obedeció y Samuel organiza una gran concentración de oración y ayuno en Mizpa. Ellos no se reunieron para hacer algo malo o para una fiesta pagana, ellos se reunieron para adorar a Dios; sin embargo, al enterarse los filisteos de esta reunión, marcharon contra el pueblo de Israel para atacarlo.
Samuel clamó a Dios y, como leímos en el pasaje, ellos tuvieron una tremenda victoria y es después de este suceso que Samuel toma una piedra y le puso por nombre “Ebenezer”. Ebenezer significa “hasta aquí nos ha ayudado Dios”, y esto habla de recordar todas las victorias pasadas, donde Dios siempre ha estado contigo, tanto en los pequeños detalles, como en los grandes milagros.
Dios siempre ha estado con nosotros. Ebenezer significa también “El Señor nunca ha dejado de ayudarnos”; esto se refiere al presente, pero también al futuro, porque Dios no cambia, Él es el mismo ayer, hoy y por todos los siglos; si te protegió en el pasado, lo hará en el presente y también en el futuro.
La sonrisa enriquece a los que la reciben, sin empobrecer a los que la dan.