PERFECCIONA MI CARÁCTER “Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén.” Lucas 9:51
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mprender un nuevo negocio, iniciar una relación o terminarla, tomar la decisión de volver a estudiar o confrontar a esa persona o situación que te intimida, se vuelven decisiones casi imposibles de tomar cuando nos enfrentamos al temor, la duda o la incertidumbre. El miedo al fracaso, al rechazo o al qué dirán se levanta delante de nosotros como poderoso gigante y nos imposibilita para dar el paso. En este mes donde celebramos la Semana Santa recordaremos una vez más la pasión y muerte de Jesús nuestro Señor, pero quiero resaltar que más allá del sufrimiento o del dolor, Él afirmó su rostro, como un rasgo distintivo de su carácter, para enfrentar lo que viviría en esas últimas horas de su vida en la Tierra, con absoluto valor, serenidad y gozo. Qué increíble ejemplo e inspiración encuentro en Jesús cuando enfrentó dificultades y retos, problemas, angustias, persecución o críticas, mientras trató de caminar de acuerdo a la voluntad de Dios. Porque a pesar de que Él está contigo y conmigo “todos los días hasta el fin del mundo”, el dolor, el temor, la duda y la zozobra vienen de vez en cuando a tocar a nuestra puerta y nos limitan e intimidan. A lo largo de este mes, reflexionaremos acerca de aquellas cosas que nos atemorizan y aprenderemos cómo “afirmar nuestro rostro” o dicho de otra manera, “mostrar nuestro carácter”, para resistir con gozo todo lo que venga, mientras caminamos de la mano con Jesús haciendo la voluntad de nuestro Padre celestial. “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” Hebreos 12:2. (RV60) Pastor Elías Betanzos Luis Director General
Lectura del día: Efesios 4:1-13
Viernes 1º de marzo
El carácter de Cristo “Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;” Efesios 4:13
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uando hablamos de carácter, nos referimos al conjunto de actitudes, pensamientos, sentimientos y conducta que caracteriza a una persona, es decir, su forma de ser, su personalidad. En el pasado se refería al papel que hacía un actor teatral, para representar a un personaje en particular tras la máscara que usaba. Aunque algunos creen que el carácter se hereda y dicen: “mi hijo tiene el carácter de su abuelito”, en realidad lo que se hereda es el temperamento, que son las formas de enfrentar ciertas situaciones de la vida. Para formar nuestro carácter, nosotros seguimos ejemplos y modelos, sean buenos o malos. Sea un científico, un filósofo, un pastor, un artista, un deportista o un delincuente renombrado. Cuando nacemos a una nueva vida espiritual, Jesucristo viene a ser nuestro modelo a seguir. Comenzamos por quitar de nosotros la vieja naturaleza que heredamos de nuestros primeros padres, Adán y Eva. Luego, por medio de seguir ejemplos de otros cristianos y del modelo más alto que es Cristo, vamos formando nuestro carácter. Enoc era un niño que cada domingo, tan pronto terminaba el culto de adoración, se paraba al lado de su tío, quien era el pastor de la iglesia y que se ponía en la puerta para saludar a la Congregación. Para este niño su modelo no era un bombero, ni un cantante, ni un jugador de futbol o un astronauta, sino su “tío pastor”. Se peinaba como él, caminaba y hasta quería hablar como su prototipo, le pedía a su mamá que le comprara una corbata y una camisa blanca de manga larga, para parecerse más a su pastor. El apóstol Pablo nos dice en Romanos 8:29 “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo…” Esforcémonos para llegar a ser más cada día como Cristo.
“El árbol que tiene más frutos es al que le tiran más pedradas.”
Lectura del día: Romanos 8:15-30
Sábado 2 de marzo
Desarrollando el carácter de Cristo “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.” Romanos 8:29
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l apóstol Pablo al escribir a los Romanos, en el capítulo 8 de su carta, pone a la vida cristiana en el plano elevado del propósito de Dios y en una serie de oraciones muy bien logradas, describe el plan de Dios desde la eternidad en el pasado, a través del tiempo, hasta la eternidad en el futuro. Antes de la fundación del mundo Dios determinó crear un pueblo santo, limpio, puro, diferente. Lo logra cuando les llamó, después de conocerles, les hizo conforme a la imagen de Su Hijo, les justificó, les santificó y les glorificó. Hay un transcurso maravilloso en todo esto. En el proceso de metamorfosis por el que somos gradualmente cambiados para llegar a ser la imagen de Dios en Cristo, no todo es obra de Dios, ni todo es obra de nuestro esfuerzo, es una obra conjunta entre nuestra voluntad y esfuerzo y el trabajo de nuestro Señor. En el desarrollo de un carácter cristiano debemos de trabajar cambiando los hábitos negativos por positivos, quitando las actitudes que no agradan a Dios por aquellas que son de bendición, amando, viendo, pensando y siendo como Cristo.
...no todo es obra de Dios, ni todo es obra de nuestro esfuerzo, es una obra conjunta entre nuestra voluntad y esfuerzo y el trabajo de nuestro Señor Danny Berrios canta una alabanza titulada “Yo quiero ser como tú”, en la que expresa que desea ser como Cristo, para llegar a ser un buen ejemplo para su hijo y en una parte del canto expresa: “admito que tengo mucho que aprender / cometo errores tú lo sabes muy bien / las presiones de la vida vienen sobre mi / necesito tu ayuda / solo no voy a poder, me quiero esforzar y aprender más de ti / ser paciente y tierno / lleno de amor / porque él aprende de lo que ve / que tu imagen Señor es lo que vea en mí. Pongamos todo lo que esté de nuestra parte para desarrollar el carácter de Cristo, que para esto nos da todos los recursos necesarios en las disciplinas espirituales y en los medios de gracia.
“El árbol que tiene más frutos es al que le tiran más pedradas.”
Lectura del día: Jueces 6:11-16
Domingo 3 de marzo
Un hombre de carácter “Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.” Jueces 6:12
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n la frase con la que el Ángel de Jehová se refiere a Gedeón hallamos que no describe la fe de este hombre, sino su carácter. El carácter viene a ser como la varilla de acero que le da fortaleza al cemento. Sin varilla la columna dura hasta que alguien se recargue en ella y cae. El carácter, para el cristiano, es el que le da solidez a su vida, es el que le da la capacidad de resolver conflictos, problemas, situaciones difíciles. ¡Qué combinación maravillosa! Gedeón es un varón esforzado, valiente y la presencia de Dios le es prometida para llevar a cabo la misión de combatir a los madianitas, enemigos del pueblo de Dios. Nos preguntaríamos ¿qué otras características debe tener un hombre de carácter? Señalaremos algunas: Tiene la capacidad de sostener batallas sin desplomarse, es decir, aunque esté cerca el fuego no niega su fe. Elías es perseguido por Jezabel, Jeremías es puesto en la cárcel, los tres jóvenes judíos son echados al horno de fuego. Además, con una visión clara de sus metas, tiene determinación. Busca alcanzar sus metas, aunque caiga muchas veces. Tienen persistencia, tenacidad. Manifiestan en todo tiempo fidelidad a Dios. Un capellán estaba hablando a un soldado en un hospital. “Usted ha perdido un brazo en la gran causa”, dijo al capellán. No, dijo al soldado con una sonrisa. “Yo no lo perdí… yo lo di por mi patria y ese es mi privilegio… Además ganamos la guerra” De esa misma manera, Jesús no perdió Su vida. Él la dio determinadamente.
Él murió para que nosotros pudiéramos ser perdonarnos para ir finalmente al cielo. Pida a Dios le fortalezca en su ser interior, para demostrar carácter cuando las pruebas, las angustias o los problemas de la vida se presenten. Como a Gedeón, Dios quiere usarnos, para que a través de nosotros, dé una victoria a su pueblo.
“El árbol que tiene más frutos es al que le tiran más pedradas.”
Lectura del día: 2 Pedro 1:3-11
Lunes 4 de marzo
Abono para nuestro crecimiento “Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.” 2 Pedro 1:8
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omo todas las cosas que tienen valor, el carácter cristiano necesita crecer, renovarse y fortalecerse continuamente. En una persona que ama y quiere desarrollar su carácter no cabe la pasividad, tiene que tener una actitud de participación en el proceso de transformación espiritual. Pedro nos da una serie de elementos que van en aumento. Comienza por hablar de una excelencia moral, que describe como un diamante de muchas caras, que en un término general es virtud. Después habla de poner diligencia en este desarrollo, es decir, no tratar el asunto superficialmente, sino poner todo el corazón en ello. Como los corredores olímpicos que dan todo cuando se acercan a la meta. Pasa luego al conocimiento, que no es la acumulación de fechas, nombres o eventos, sino la habilidad de descubrir la verdad revelada por medio de Su palabra, que obtenemos por medio de la oración, la lectura, reflexión y estudio de la Biblia. Va a continuar mencionando el autocontrol, que significa una voluntad controlada y reforzada para decir no a lo inapropiado y a los deseos que no son de provecho espiritual. La libertad toma la dirección de hacer sólo la voluntad de Dios. La perseverancia, que es el resultado de que Dios someta nuestra fe a la presión y al ejercicio a través de la adversidad. La piedad, que es una creciente reverencia y devoción a Dios, reconociendo que Él está involucrado en nuestra vida total. Se vuelve un compromiso de vivir para agradarle en todo. Concluye con el afecto personal, que incluye el compromiso de apoyar, de cuidar y no criticar a los demás. Se puede lograr hacer del afecto fraternal un estilo de vida caracterizado por un servicio sacrificado y con libertad dado a otros, que cultiva la habilidad de hallar satisfacción en el acto de dar. Oremos a Dios pidiéndole que nos ayude a desarrollar cada una de las áreas de la vida cristiana que el apóstol Pedro nos menciona, para alcanzar madurez espiritual.
“El árbol que tiene más frutos es al que le tiran más pedradas.”
Lectura del día: 2 Pedro 1:8-14
Martes 5 de marzo
Recompensas del carácter cristiano “Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.” 2 Pedro 1:11
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uando hemos comenzado una renovación de nuestro carácter para parecernos a Cristo, descubrimos que es un camino muy difícil, aunque reconocemos que bien vale la pena. Nos hallamos con una resistencia interior y exterior, que dificulta el progreso o lo hace lento. No falta quien nos diga que no vale la pena esforzarse tanto. Lo que viene a animarnos y estimularnos a seguir adelante es recordar que al final del camino hay recompensas de bendición y eternas.
En el versículo 8, Pedro nos dice que no pasaremos por la vergüenza de estar ociosos, ni de estar sin frutos espirituales.Tendremos la satisfacción de hacer cosas importantes en la vida. El quiénes somos se hace más trascendente que las actividades que llevamos a cabo. Un carácter piadoso hace que lo que hagamos a favor de otros sea una bendición. En el versículo 10 nos recuerda que, a pesar de las circunstancias fuera de nuestro control, como la economía, cambios políticos, decisiones de los gobiernos, nos mantendremos sin caer y no nos quebraremos por conservar nuestra decisión de estar tomados de la mano de Cristo. Dios usa la adversidad para potenciar el desarrollo de nuestro carácter.Y en los versículos 11 y 12, Pedro nos habla de que gratuitamente tendremos entrada al reino de Dios, como aquellos competidores que entran al estadio y la multitud les aplaude y les da la bienvenida. En Beijing, en la Olimpiada del 2008, Usain Bolt pasó de ser una promesa a una realidad. El jamaiquino volvió a los titulares al ganar la medalla de oro en los 200 metros y consagrarse indiscutiblemente como el hombre más veloz del mundo. Usain Bolt batió la marca mundial con un tiempo de 19.30 segundos en 200 metros planos, quebrando la marca de 19.32 segundos del legendario Michael Johnson, establecido en Atlanta 1996. La recompensa del carácter cristiano va mucho más allá de una medalla que se oxida y se destruye. El galardón es para esta vida y para la eternidad.
“El árbol que tiene más frutos es al que le tiran más pedradas.”
Lectura del día: Daniel 1
Miércoles 6 de marzo
Carácter a prueba “Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.” Daniel 1:8
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a obediencia es el criterio definitivo en la vida cristiana. Si queremos obedecer al Señor, necesitamos saber qué acción quiere que emprendamos, cuál es la actitud que más le agrada y qué requiere de nosotros. ¿Cómo logramos llegar a ese nivel de obediencia? Primero tenemos que saber cuáles son los mandatos de Dios. No podemos obedecer aquello que no conocemos o entendemos. Para empezar a entender la perspectiva de Dios necesitamos familiarizarnos con Su Palabra. Sin embargo, conocer la Palabra de Dios no es suficiente. También debemos tener acceso a Su poder. Lo cual logramos al someternos a las indicaciones del Espíritu Santo, quien nos ayuda a aplicar sus mandatos a nuestra propia situación, y nos asiste en determinar las acciones más sabias a emprender. No olvides que la obediencia parcial es desobediencia. Se requiere valentía y compromiso para obedecer a Dios ante tales desafíos.Valentía para renunciar a lo que nos gusta a fin de hacer lo que Él nos pide; debemos ser valientes para hacer ciertas cosas que pueden traer resultados no bien recibidos; se necesita valor para modificar nuestra agenda a fin de sincronizarla con el plan de Dios; valor para amar a los que cuesta amar, para perdonar a los que parecen imperdonables y para dar cuando queremos guardar para nosotros. Siempre que te sientas tentado a desobedecer a Dios, recuerda que tu fidelidad y tu devoción a Cristo están en juego. Pregúntate: ¿Está aumentando mi entendimiento de las Escrituras? ¿Soy capaz de cumplir con el plan de Dios sin comprometer mi fe? ¿Cuán firme es mi compromiso de obedecer a Dios? Al igual que Daniel, si “proponemos en nuestro corazón” poner a Dios en primer lugar, entonces no habrá tentación ni desafío que pueda controlarnos.
“El árbol que tiene más frutos es al que le tiran más pedradas.”
Lectura del día: Génesis 41:41-46
Jueves 7 de marzo
El fruto de la espera “Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.” Génesis 41:41
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l faraón extendió su mano, la movió de un lado a otro para señalar todo el vasto territorio de Egipto, y dijo: “Todo esto es tuyo, José”. Luego se quitó el anillo y lo puso en la mano de José.
¿Sabes lo que significaba ese anillo? Era la tarjeta de crédito ilimitada de ese tiempo. Era la manera que tenía el rey de sellar las facturas, las leyes o cualquier otra cosa que él quisiera verificar o validar. José tenía ahora ese anillo en su dedo, colocado allí por el faraón mismo. José tenía la autoridad de la marca del rey. Cuando venga la recompensa, da gracias a Dios, sin orgullo. Dios puede mantenerte vivo y sacarte de tu encierro. Sólo Dios puede recompensarte por tu fidelidad. Si ya lo ha hecho, sé agradecido, no orgulloso.
Recuerda, con humildad, que fue Dios quien te puso allí Quizá estás a punto de ser promovido y no lo sabes, porque Dios no anuncia por anticipado sus nombramientos. Lo que tú tienes que hacer, mientras esperas, es creer en sus promesas. Aunque estés en la oscuridad de tu cárcel, confía, por fe, que Él traerá la luz de un nuevo amanecer a tu vida. El Dios de José permanecerá a nuestro lado durante los días de encierro; Él no nos desamparará ni se olvidará de nosotros. José aprendió que un corazón contrito y humillado no es el fin, sino el comienzo. Descubrió, golpeado y desecho por los golpes de la frustración y de los sueños no realizados, que Dios nunca se apartó de su lado. Cuando terminó la aflicción, José había sido refinado, y salió como el oro. Se había convertido en una persona más estable, más virtuosa y de un carácter más firme. Las promesas de Dios son para ti tanto como lo fueron para José. Su gracia sigue actuando a tu favor.
“El árbol que tiene más frutos es al que le tiran más pedradas.”
Lectura del día: Génesis 41:1-16
Viernes 8 de marzo
El momento decisivo “Entonces Faraón envió y llamó a José. Y lo sacaron apresuradamente de la cárcel, y se afeitó, y mudó sus vestidos, y vino a Faraón.” Génesis 41:14
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espués de esos dos años, José tuvo un momento decisivo en su vida, en un día que parecía ser igual a cualquier otro. Para José era apenas otro día más de cárcel, excepto por una pequeña cuestión que él ignoraba por completo: la noche anterior el faraón había tenido una pesadilla. En ella vio a siete vacas gordas y hermosas que subían del cenagoso delta del río Nilo. Luego, siete vacas feas, demacradas y hambrientas salieron del mismo río y devoraron a las vacas gordas y hermosas. El faraón se despertó, pensando que probablemente los tacos que cenó la noche anterior le habían provocado una indigestión. Se volvió a dormir pronto, pero el sueño continuó. Esta vez vio un manojo de cereal con siete espigas gruesas y saludables. Pero luego brotaron siete espigas delgadas y quemadas por el viento del este que devoraron a las siete espigas saludables. Cuando el faraón supo que había alguien que podía decirle el significado de ese perturbador sueño, dijo, por supuesto: “Busquen a ese hombre”. Cuando el faraón le dice que ha tenido un sueño, y que escuchó que él podría interpretarlo, José respondió al faraón diciendo: “No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón” (v. 16). Eso se llama humildad e integridad total. Este era el momento de José en la corte, su gran oportunidad de decir: “¿Se da usted cuenta de que pude haber estado fuera de la cárcel hace dos años, si ese tonto que está parado allá no se hubiera olvidado de mí? Pero no hubo nada de eso. ¿Sabes por qué José pudo ser tan humilde y hablar con tanta sencillez? Porque su corazón había sido quebrantado. Porque había sido probado por el fuego de la aflicción. Porque, aunque sus circunstancias externas parecían casi insoportables durante esos años, su condición interna se había convertido en oro puro. Dios puede usar cualquier circunstancia para moldear tu corazón.
“El árbol que tiene más frutos es al que le tiran más pedradas.”
Lectura del día: Éxodo 2:15-25
Sábado 9 de marzo
Entrega abnegada “Ellas respondieron: Un varón egipcio nos defendió de mano de los pastores, y también nos sacó el agua, y dio de beber a las ovejas.” Éxodo 2:19
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oisés, el príncipe de Egipto, ¿abrevando animales? ¿Por qué razón? Porque acababa de sufrir la humillación más grande que uno pudiera imaginar. A esas alturas, el hombre estaba listo para hacer cualquier cosa. Pero, ¿no es interesante que en este incidente se le permitiera a Moisés ser un libertador en una escala mucho más pequeña? Él había pensado antes que iba a ser el libertador de toda una nación. Dios le dijo: “¿Querías un trabajo como libertador? Entonces, ponte de pie y hazlo, comienza aquí”. Moisés pudo no haber hecho nada, pero no fue así. Es aquí donde Moisés dio el primer paso para convertirse en un hombre de entrega abnegada. Aquí hay una reflexión muy importante. Si no puedes hacer todo el bien que quisieras, haz entonces el bien que sí puedes. Es posible que tengas planes importantes para tu vida, grandes planes que todavía no se han cumplido. Quizá te gustaría enseñar en un seminario o en un instituto bíblico, pero las presiones de la vida te obligaron a ir en una dirección diferente. Entonces, ¿estarías dispuesto a enseñar en una clase de niños en la Escuela dominical? ¿Aceptarías dirigir un estudio bíblico para un grupo pequeño? ¿Es, en realidad, la enseñanza lo que te gusta hacer, o es el prestigio asociado con la profesión? A veces, el fracaso nos ayuda a tener una actitud de siervos. ¿Qué hace un siervo? Hace lo que está a la mano, y está listo para hacerlo. Quienes no tienen esa actitud se resisten a ensuciarse las manos. Nunca quieren involucrarse en el difícil trabajo de lidiar con la gente. Siempre quieren la parte suave, la parte popular. Dios, sin embargo, usará nuestros fracasos y nuestras frustraciones para cultivar en nosotros un espíritu de siervos. Ese es el primer paso que nadie se puede brincar y una parte muy importante de todo el proceso.
“El árbol que tiene más frutos es al que le tiran más pedradas.”
Lectura del día: Génesis 41:17-40
Domingo 10 de marzo
Humildad tras la promoción
“Y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?” Génesis 41:38
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osé estaba allí de pie, delante de él, llenando todos los requisitos. Pero aun así, cuando le pareció oportuno ofrecer sus servicios se contuvo. Sin embargo, el faraón sabía que José era el hombre ideal para la tarea. ¿Acaso no es de admirarse la templanza de José? Se negó a manipular el momento o hacer alguna insinuación. Simplemente se quedó parado y esperó. De alguna manera, por la soledad de sus años recientes, abandonado y olvidado en la cárcel, había aprendido a dejar que el Señor hiciera su voluntad, en su tiempo perfecto, en cuanto a sus propósitos. Por no tener ambiciones egoístas, José se negó a promoverse a sí mismo. ¡Qué inspirador! ¿Cuántos de nosotros hemos manipulado o maquinado las circunstancias para conseguir lo que queremos, solamente para lamentarlo después? Esa no era la clase de promoción que José quería. Si Dios estaba en el asunto, Él lo haría. Eso fue lo que precisamente sucedió aquí. Dios estaba en ello, y Dios lo hizo. El faraón le dijo a José: “Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan entendido ni sabio como tú. Por tanto, te pongo al mando de todo. A la única persona que rendirás cuentas, la única persona con más autoridad que tú, seré yo. Serás el segundo en el mando. Ahora eres mi primer ministro”. ¿Sabes lo que vio el faraón en José? Oro. La palabra entendido sugiere la capacidad de tener discernimiento y sagacidad en una situación, y actuar constructivamente en tiempos de necesidad. José era un hombre que podía hacer esto y mucho, mucho más. Sabía cómo evaluar una situación y tomar las decisiones correctas, incluso bajo presión. Lo sabía porque fue por medio de la presión que había sido refinado como el oro. La humildad es una virtud que siempre traerá recompensas. Practícala.
“El árbol que tiene más frutos es al que le tiran más pedradas.”
Lectura del día: Gálatas 5:16-23
Lunes 11 de marzo
La esencia del carácter cristiano “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” -Gálatas 5:22-23
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n Gálatas 5 se describe con claridad la naturaleza carnal, perversa, antigua y la nueva vida en Cristo, una vida en el Espíritu, rebosante, plena, fructífera, abundante. El fruto del Espíritu tiene 9 manifestaciones. Las primeras tres: Amor, gozo y paz, que son resultado de una relación vertical entre nosotros y Dios. Esta sería nuestra vida ascendente. Las cualidades de paciencia, benignidad o gentileza y bondad, se desarrollan en nuestra relación horizontal, con los demás. Esta es nuestra vida exterior. Finalmente, la fe, la mansedumbre y la templanza, reflejan nuestra vida interior. Todas estas cualidades del carácter cristiano son producidas en la vida del creyente al experimentar la llenura y dirección del Espíritu Santo en su vida. En palabras sencillas diríamos que, podemos ser amorosos, alegres y pacíficos por dentro. Pacientes, gentiles y buenos con otros. Fieles, mansos y controlados por el Espíritu de Dios. La relación entre los tres grupos se manifiestan en las relaciones del ser humano: para con Dios, para con los demás y para consigo mismo. La esencia del carácter cristiano es el fruto del Espíritu Santo en nosotros. El perforador de pozos André Poultier, de Rouen, Francia, apostó ante un grupo de amigos en un restaurante, que se bebería treinta y nueve vasos de licor en diez minutos. Ganó la apuesta:Y cayó muerto. Las obras de la carne siempre traen como fin la muerte. El fruto del Espíritu es vida y vida en abundancia. Es el fundamento de un ministerio fuerte, firme y sólido en la obra de Dios. Desarrolla fortaleza de carácter en nosotros y aprendemos a confiar en Dios más y más. Nuestra esperanza y fe se hacen firmes y sólidas. Sentimos Su cálido amor en nuestro interior porque Dios ha llenado nuestro corazón con Su Espíritu Santo. Dejemos que el fruto del Espíritu crezca en nuestro ser. Si lo hacemos así, seremos fructíferos en el ministerio para con el Señor, para con nosotros y para con los que nos rodean.
“Puedes llegar a la cima por tus talentos, pero sólo tu carácter te ayudará a sostenerte en ella.”
Lectura del día: Juan 15:1-8
Martes 12 de marzo
Condiciones para una cosecha abundante “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.” Juan 15:8
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uando un campesino quiere obtener una buena cosecha, prepara el terreno que va a sembrar. Limpia el lugar cuidadosamente, quema la basura, utilizando las cenizas como abono, barbecha la tierra con un arado o un tractor, espera las primeras lluvias y entonces siembra las semillas de maíz o frijol que espera crezcan y den fruto al ciento por uno. En Juan 15 Jesús usó la planta de la vid y sus pámpanos para ilustrar el tipo de relación que debe haber entre Él y el creyente para que este pueda producir fruto. El propósito de un pámpano es dar fruto. Si no lo produce, no tiene ningún valor para el campesino, por lo cual lo corta y lo quema. El plan de Dios es que nosotros produzcamos mucho fruto y para ello hay tres condiciones: Ser podados por el labrador divino, permanecer en Cristo y que Cristo permanezca en nosotros.
El podar o limpiar es obra del Espíritu Santo en nuestra vida. Utiliza las circunstancias, la disciplina, la prueba y todo aquello que produzca en nosotros una creciente madurez y dependencia de Dios (Santiago 1:2-4). La segunda acción es permanecer en Cristo. Se refiere a nuestra unidad y compañerismo con Él. En términos agrícolas diríamos que somos ramas injertadas en el árbol, del que llegamos a ser parte de él, con una nueva naturaleza. El que Cristo more y permanezca en nosotros, tiene que ver con manifestar en la vida diaria el carácter santo de Cristo y así dar una cosecha espiritual abundante. Los estudiantes de cierta universidad, hicieron un injerto de dos especies diferentes de árboles frutales y dieron como resultado un mango muy delicioso, al que pusieron el nombre de Wili. Ambas clases se hicieron una y produjeron una nueva clase de rica fruta que ahora ya se está cosechando. Deja que Dios limpie tu vida y quite de ti lo que sea un impedimento para ser fructífero en abundancia.
“Puedes llegar a la cima por tus talentos, pero sólo tu carácter te ayudará a sostenerte en ella.”
Lectura del día: Mateo 7:15-23
Miércoles 13 de marzo
Propósitos del fruto del carácter cristiano “No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.” Mateo 7:18
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i nos preguntáramos ¿Cuáles son los propósitos de una cosecha de frutos, resultado del carácter cristiano? Seguramente que la Palabra de Dios nos enseñaría algunos. Comenzaríamos por entender que dar buenos frutos espirituales viene como resultado de que estamos viviendo en Cristo. Cada fruto es una expresión del árbol del cual procede. En cada acción nuestra deberíamos manifestar la belleza del carácter de Cristo en nosotros. Nuestra vida entregada a Cristo, con una nueva naturaleza, debe ser un canal de lo que Cristo es. Por ejemplo, si la única Biblia que “van a leer” mis vecinos o compañeros de trabajo es mi vida, entonces espero que ellos sepan del amor de Jesucristo por mis acciones, actitudes y palabras. Que mis oídos escuchen sus clamores, mis ojos miren sus necesidades, mis pies se apresuren a encaminarles y mis manos estén extendidas para ayudarles. Juan 15:8 dice que por medio de nuestros frutos testificamos a los demás que somos discípulos de Cristo. Demostramos que hemos aprendido de nuestro Maestro y que Él es Señor en nuestra vida. Además de que por ellos el Padre es glorificado y las buenas obras bendicen a otros. Un ateo dictaba una conferencia ante un gran auditorio, y después de haber finalizado, invitó a cualquiera que tuviese preguntas a que subiera a la plataforma. Después de unos momentos un hombre que había sido conocido por su afición a las bebidas embriagantes, pero que había sido salvo recientemente, subió y sacando una naranja del bolsillo comenzó a pelarla lentamente. El conferencista le pidió que hiciera la pregunta; pero el hombre continuó imperturbable pelando la naranja, al término de lo cual, se la comió. Cuando terminó se volvió al conferencista y le preguntó: — ¿Estaba dulce o agria? —No me pregunte tonterías— respondió el orador con evidente enojo—. ¿Cómo puedo saber el gusto si no la he probado? El hombre convertido respondió entonces: —Y ¿Cómo puede usted saber algo de Cristo si nunca lo ha probado? — Experimentar el perdón de Cristo nos hace dar frutos cotidianamente.
“Puedes llegar a la cima por tus talentos, pero sólo tu carácter te ayudará a sostenerte en ella.”
Lectura del día: Filipenses 2:1-11
Jueves 14 de marzo
El fruto del gozo “Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.” Filipenses 2:2
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econocemos la realidad de que el mundo en la actualidad está lleno de tragedias, tristezas, amarguras, dolor y preocupación. Muchas personas gastan millones de pesos buscando la felicidad sin encontrarla. Otros recurren al suicidio como un medio para salir de su miseria. A pesar de que Dios había creado al mundo lleno de gozo, contentamiento, sin pecado, sin pena, sin tristeza, sin sufrimiento. El pecado afectó a toda la raza humana. Reconocemos que también los cristianos estaremos expuestos a enfermedades, dificultades y problemas, además de persecución por causa del Evangelio (2 Timoteo 3:12). La diferencia es que los creyentes en Cristo Jesús hemos hallado en la vida en el Espíritu la fuente de nuestro gozo y en Él encontramos nuestra fortaleza. Gozo en el Nuevo Testamento viene de la palabra griega chara, que significa un estado de alegría, deleite tranquilo y gran contentamiento como característica de la naturaleza cristiana. Esta cualidad constante, no está determinada por las circunstancias, porque su base es Dios. Un ejemplo de este gozo es el apóstol Pablo, quien escribió la carta a los Filipenses estando en la cárcel y por su contenido es llamada con frecuencia “La carta del gozo”. El fundamento de su gozo era su relación con Cristo. En 1 Tesalonicenses 1:6 habla de gozo en medio de la tribulación. Una mujer china que acababa de aprender a leer, oró, diciendo: “Señor, vamos a trabajar entre muchas personas que no saben leer. Señor, haz que nuestra vida, llenas del gozo de tu presencia, sean Biblias abiertas, para que aquéllos que no pueden leer el Libro, puedan leerlo en nosotros.” Dios nos ayude a disfrutar con gozo de las cosas buenas de la vida y en una relación plena con nuestro Señor Jesucristo. Que la seguridad de la salvación, el amor por los demás, la bendición de Dios y otras fuentes de gozo nos hagan disfrutar, bajo cualquier circunstancia, de este fruto maravilloso. Romanos 12:12 nos anima a estar gozosos en la esperanza, sufridos en la tribulación y constantes en la oración.
“Puedes llegar a la cima por tus talentos, pero sólo tu carácter te ayudará a sostenerte en ella.”
Lectura del día: Santiago 5:7-11
Viernes 15 de marzo
El fruto de la paciencia “Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.” Santiago 5:7
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as mejores cosas de la vida requieren de mucha paciencia. Quienes estudian medicina tienen que dedicar 6 o 7 años para alcanzar la meta. Los profesores pacientemente enseñan a sus alumnos a aprender a leer, a sumar, a restar y muchas lecciones, hasta que logren su objetivo. El padre de familia enseña a su hijo con amor, dedicación y paciencia, repitiendo la misma lección, hasta que la aprenda. El creyente lleno del Espíritu debe aprender el secreto de la paciencia, para que se desarrolle el carácter de Cristo en él. Job sufrió mucho y espero pacientemente hasta recibir sanidad y restauración de su familia y de sus posesiones. Moisés supo invertir 40 años de paciencia hasta ser de utilidad en la obra de Dios. La palabra griega para paciencia en el Nuevo Testamento es Makrothumia (Makros que significa “largo” o “grande” y Thumia, que significa temperamento, naturaleza, disposición) que se define como “aprender a esperar en el Señor sin perder la esperanza, sentirse derrotado o dejarse dominar por la ira”. En 2 Pedro 1:5-8 se relaciona con perseverancia o resistencia. Gipsi Smith era un joven gitano que llegó a ser un gran evangelista. En aquellos tiempos era prohibido que los menores hablaran a sus mayores cuando éstos no les dirigían la palabra. Gipsy se había convertido y tenía muchos deseos de que su tío también se convirtiera; pero no sabía cómo hablarle. El joven decidió orar y pedir a Dios que le ayudara a hablarle a su tío. Pasó el tiempo, Gipsy seguía orando, por fin, un día su tío le dijo: “¿por qué tus pantalones están casi agujerados de las rodillas y lo demás está en buenas condiciones?” A lo que Gipsy respondió: “Están gastados de las rodillas porque he estado orando mucho tiempo por usted, pues deseo con todo mi corazón que se haga cristiano.” Mirándole con cariño se arrodilló aceptando a Cristo como su Salvador. La paciencia da buenos resultados.
Puedes llegar a la cima por tus talentos, pero sólo tu carácter te ayudará a sostenerte en ella.
Lectura del día: Génesis 40:20-23
Sábado 16 de marzo
Oscuridad antes del amanecer “Y el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que le olvidó.” Génesis 40:23
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l proceso de descubrir, procesar, purificar y moldear al oro es largo y cuidadoso. De la misma manera, la aflicción es oro en formación para el cristiano, y Dios es el único que sabe cuánto tiempo durará el proceso. Sólo Él es el refinador. Esta era la situación de José. Aquí sigue estando en el proceso. Su oro todavía sigue siendo refinado. Su corazón todavía está siendo quebrantado por la aflicción y el abandono. Esos dos años no fueron ni emocionantes ni memorables. Representaron una permanente, aburrida, monótona, lenta y nada emocionante rueda de la fortuna. Mes tras mes, mes tras mes de… nada. Así es cuando uno está en tiempo de espera. ¡No sucede nada! Sólo hay espera, espera y más espera. Por otra parte, sólo parece que nada está sucediendo. Sin embargo, en realidad suceden muchas cosas. Se producen acontecimientos sin nuestra participación. Además, nosotros estamos siendo fortalecidos. Estamos siendo probados. Estamos siendo perfeccionados. Estamos siendo refinados para ser oro puro. Simplemente José está siendo moldeado para la grandeza. A todos aquellos que Dios usa grandemente, Dios les esconde primero en el secreto de Su presencia, lejos del orgullo del hombre. Es allí donde nuestra visión se aclara. Es allí donde se cae el lodo de nuestra vida y donde nuestra fe comienza a asirse de Dios. Abraham esperó por el nacimiento de Isaac. Moisés no dirigió el éxodo hasta los 80 años de edad. Elías esperó junto al arroyo. Noé esperó 120 años por la lluvia. Pablo estuvo oculto durante 3 años en Arabia, y la lista es interminable. Dios está actuando mientras su pueblo espera, espera y espera. José está siendo moldeado para un futuro importante. Eso es lo que está sucediendo: en el presente, nada. En el futuro, ¡todo!
Puedes llegar a la cima por tus talentos, pero sólo tu carácter te ayudará a sostenerte en ella.
Lectura del día: Génesis 39:19-23
Domingo 17 de marzo
Resistencia “Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel.” Génesis 39:21
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magina lo que debió haber pasado por la mente de José en ese momento, poco después de haber sido encarcelado. No sólo era inocente, sino que también había resistido la descarada tentación una y otra vez. Lo único que sabía en este doloroso momento era que únicamente había hecho lo correcto y que había sufrido una injusticia. El tiempo transcurría lentamente. Los días se convertían en meses. Había sido una vez más injustamente condenado, olvidado y estaba totalmente desamparado. Pero, de alguna manera, en medio de esta injusta situación, José sentía que la mano del Señor estaba en todo esto. “José, tú eres mío.Yo estoy contigo. No te estoy ignorando ni rechazando. Serás un hombre mejor, por causa de esta acusación contra ti. José, aún no he terminado de prepararte para mi servicio”. Quizá estés enfrentando una tentación ahora mismo. Probablemente ya has cedido. Sin embargo, aún en los tiempos que estamos viviendo, el mayor regalo que podrías darle a tu cónyuge (o futuro cónyuge) es tu pureza, tu fidelidad. La cualidad de carácter que tú puedes darle a tu esposa(o) y a tus hijos, es el autocontrol moral y ético. Mantente firme. No cedas. José lo hizo, y tú también puedes hacerlo. ¡Tienes que hacerlo! Cualquiera que sea la situación, no importa lo atractiva, agradable o momentáneamente encantadora que parezca la carnada, no coquetees con ella. Pide la fortaleza sobrenatural que proviene de conocer a Jesucristo y, actuando bajo el control de su poder, mantente firme en su fuerza. Ahora mismo, en este momento, decídete a ser un José.
Prepara tu mente para unirte a las filas de Dios, y de hoy en adelante resiste Puedes llegar a la cima por tus talentos, pero sólo tu carácter te ayudará a sostenerte en ella.
Lectura del día: Éxodo 2:11-15
Lunes 18 de marzo
¡Tan sólo siéntate! “Oyendo Faraón acerca de este hecho, procuró matar a Moisés; pero Moisés huyó de delante de Faraón, y habitó en la tierra de Madián.” Éxodo 2:15
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oisés era un fugitivo asustado y desilusionado que estaba huyendo para salvar su vida. Su sofisticada educación no significaba ahora nada para él. Sus victorias militares le parecían huecas. Por su imprudente y precipitado acto de violencia, esos mismos militares ahora querían matarle. Probablemente lamentaba en su interior la inoportuna acción, diciendo cosas como: “Se acabó mi vida, Dios nunca podrá usarme. Estoy acabado”. Es posible que te estés sintiendo igual mientras lees estas palabras. Probablemente digas: “Me he esforzado tanto trabajando, he probado tantas cosas, me he exigido tanto a mí mismo, pero no he conseguido nada, ya no hay oportunidad para mí.” Lo creas o no, es posible que estés al borde, como nunca, de un gran avance espiritual. Sin embargo, no dejarás de correr en la carne hasta que llegues a las interminables y secas dunas del desierto. Cuando finalmente llegues allí y te detienes junto a la sombra de una peña tostada por el sol, dirás: “¿Me usará Dios alguna vez?”, y luego te sientas. Cuando la vida del ego finalmente te sienta, el pozo de una nueva vida está cerca. ¿Cuándo vamos a aprender esto? Las personas capaces, altamente calificadas, prefieren estar siempre en actividad; sentarse va en contra de su naturaleza intrínseca. Pero cuando este golpeado cuarentón llamado Moisés finalmente se desploma sobre el suelo al final de una vida de autosuficiencia, tiene cerca de él agua fresca. Quizá ya has corrido mucho. Te has apresurado lo suficiente. Has luchado, exigido y manipulado durante muchos años y Dios finalmente ha captado tu atención. Él te está diciendo: “¡Deja de luchar! ¡Detente! ¡Deja que yo lo haga! Siéntate en la arena caliente del desierto donde has llegado por tu propia decisión. Mira lo que tienes junto a ti, es un pozo, lleno de agua fresca”. Dios refrescará tu alma. Sólo mantente sentado y tranquilo.
“El carácter se forja con el tiempo, con cada caída y sufrimiento que nos da la vida.”
Lectura del día: Éxodo 3:1-3
Martes 19 de marzo
Un día común y corriente “Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema.” Éxodo 3:3
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ste fue el día en que Dios decidió romper un silencio de 40 años. ¡Haz una pausa y deja que esto penetre en tu mente profundamente! No tenemos ningún registro de que Dios le hubiera hablado a Moisés durante 40 años en Madián. Ni siquiera una sola vez. Sin embargo, el día que iba a poner fin a ese silencio amaneció como cualquier otro día en el desierto. No hubo ninguna indicación, ninguna premonición, ninguna señal especial para alertarle al hecho de que Dios mismo rompería el silencio ese día, y que cambiaría su vida para siempre. Fue un día común y corriente con las ovejas, nada más y nada menos. Así es como Dios actúa. Sin asomo de advertencia. Él habla a personas comunes y corrientes en cualquier día común y corriente. Dicho de otra manera, eso ocurriría cualquier día. La gente se estará casando y estará siendo enterrada. Habrá problemas y habrá necesidades. Algunas personas estarán conduciendo autobuses, mientras que otras estarán viajando en ellos.
Él habla a personas comunes y corrientes en cualquier día común y corriente Y de repente, ¡Jesús vendrá! Habrá un relámpago en el cielo, un grito, el sonido entrecortado de una trompeta, y en un abrir y cerrar de ojos, todo habrá llegado a su fin. No habrá ningún aviso previo. Por tanto, no esperes ver un aura brillante en la mañana, ni una voz angelical resonante que venga a anunciarle: “Este es el día”. Dios actúa simplemente irrumpiendo en un día común y corriente de nuestra vida para decirnos lo que Él quiere comunicarnos. Es así de sencillo. Hay algo que hacer, y tú eres la persona que va a hacerlo. ¡Por lo tanto, ponte a hacerlo ya!
“El carácter se forja con el tiempo, con cada caída y sufrimiento que nos da la vida.”
Lectura del día: Génesis 40:4-19
Miércoles 20 de marzo
Una actitud positiva “Ellos le dijeron: Hemos tenido un sueño, y no hay quien lo interprete. Entonces les dijo José: ¿No son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora.” Génesis 40:8
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reo que si alguien debiera estar triste, ese sería José. Su situación era mucho peor que la de ellos. Éstos estaban por un capricho del faraón, y seguramente no estarían allí para siempre. Pero José había sido acusado por la esposa del jefe de los verdugos, y no sabía si volvería a ver otra vez la luz del día. Pero, a pesar de sus propias circunstancias, José se dio cuenta de la situación de estos dos hombres.
Cuando nuestro corazón es recto, aunque nuestro mundo personal se nos haya venido abajo, es admirable lo sensible que podemos ser con alguien que esté atravesando por algún problema. En vez de decirles: “¡Ustedes creen que tienen mucho de qué quejarse! ¡Esperen que les cuente mis problemas!” Sin embargo, José les dijo: “¿Por qué están tristes? ¿Qué les sucede?”. Acepto que es obvio que esto no es algo que se pregunta en una cárcel, pero pone de manifiesto la capacidad de José de pensar más allá de sus problemas y necesidades inmediatas, para ministrar misericordia a los demás. En realidad, es sorprendente que José quisiera tener que ver algo con los sueños. La última vez que lo hizo, les contó sus sueños a sus hermanos, y eso fue la “operación hoyo”, y terminó en un mercado de esclavos de Egipto. Él pudo haber dicho que no quería saber más de sueños en toda su vida. Pero José no era un hombre así. El dijo: “¿Tuvieron un sueño? Cuéntenmelo”. Eso es lo que hace una actitud positiva. Hace que olvidemos los problemas de cada día. Te prepara para la acción. Te liberará de dificultades emocionales. Te mostrará oportunidades para ministrar en situaciones en las que jamás te habrías involucrado.
“El carácter se forja con el tiempo, con cada caída y sufrimiento que nos da la vida.”
Lectura del día: Lucas 1:46-55
Jueves 21 de marzo
De ahora en adelante “Pues se ha dignado mirar a su humilde sierva, y desde ahora me llamarán dichosa por todas las generaciones.” Lucas 1:48
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ras el anuncio del ángel: “Has hallado gracia delante de Dios. . . “(Lucas 1:30), la Biblia dice que María” concibió. “Esto es lo que nos sucede cuando nos encontramos con el favor de Dios, Él hace nacer algo nuevo en nuestra vida. María comprendió esto. Ella vio que las cosas iban a ser diferentes, sin importar qué problemas podrían venir; el ángel le dijo que su hijo iba a liberar a los cautivos, el alma de María se conmovió y ella rompió a cantar: “Entonces María dijo: «Mi alma glorifica al Señor, y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Pues se ha dignado mirar a su humilde sierva, y desde ahora me llamarán dichosa por todas las generaciones. Grandes cosas ha hecho en mí el Poderoso; ¡Santo es su nombre! La misericordia de Dios es eterna para aquellos que le temen.”(Lucas 1:46-50, NVI). Quiero centrarme en las dos frases que resalté del canto de María. Primero: “ Pues se ha dignado mirar a su humilde sierva.” María se dio cuenta que Dios había visto su situación, su corazón, sus miedos, esperanzas y sueños. Y Dios “mira en, por y a” ti de la misma manera, Él ve directamente nuestras necesidades, anhelos y temores y eso incluye nuestra idea de que: “Mi vida es demasiado imposible de arreglar, incluso para Dios. Nada va a cambiar.” En la segunda frase del canto de María, al darse cuenta que Dios estaba haciendo una transición en su vida, ella declaró: “Dese ahora me llamarán dichosa por todas las generaciones… Este es el momento decisivo que el favor de Dios trae a nuestra vida. La declaración: “Desde ahora” marca un cambio de 180 grados en nuestra dirección. Cualquier persona que camina en el favor de Dios puede decir: “A partir de ahora mis adicciones no pueden mantenerse sobre mí. Mi matrimonio difícil será transformado por el amor de Dios. Mi hijo que está huyendo de Dios volverá arrepentido a Su amor”.
“El carácter se forja con el tiempo, con cada caída y sufrimiento que nos da la vida.”
Lectura del día: 2 Corintios 12:2-10
Viernes 22 de marzo
Gracia que no desaparece “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad…” 2 Corintios 12:9
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ste es un buen momento para corregir una manera equivocada de pensar. No siempre es la voluntad de Dios que uno sea sanado. No siempre es el plan de Dios aliviar la presión. Nuestra felicidad no es el objetivo principal de Dios. Él no tiene un plan maravilloso (en el sentido de cómodo) para todo el mundo, no desde una perspectiva humana. Muchas veces su plan no es nada maravilloso. Como ocurrió con Pablo, su respuesta no siempre es lo que pedimos y esperamos. Sin embargo, el recordar que Él nos está formando más y más a la imagen de Su Hijo nos ayuda a comprender que su respuesta está basada en el plan a largo plazo que Él tiene, no en nuestro alivio inmediato. Gracias a Dios que, en medio de ese sufrimiento, Él nos susurra tiernamente: “Bástate mi gracia”. Como en el caso de Pablo, su gracia suple más de lo que necesitamos para soportar cualquier cosa que amenace con aplastarnos. Es decir, su gracia es más abundante que nuestras fuerzas. Su gracia es más abundante que el consejo de cualquier consejero capacitado o el de algún amigo íntimo (aunque Dios utiliza a ambos). Su gracia es suficiente para sostenerte cualquiera que sea tu “aguijón” particular. Su gracia, eso es justo lo que necesitas. ¿Por qué? Porque el poder de Dios se perfecciona en la debilidad. ¡Qué declaración! Y todo este tiempo estuvimos creyendo que el poder se perfeccionaba en el éxito. Pero no es así. Eso nos vuelve orgullosos, autosuficientes e independientes. Los dolorosos aguijones nos vuelven débiles. Pero la buena noticia es esta: Cuando somos débiles, el Señor derrama su fortaleza en nosotros, y eso nos da una perspectiva totalmente nueva en cuanto al dolor y el sufrimiento, a las dificultades y a las presiones. Esas tensiones y esas angustias nos ponen de rodillas, y es en ese punto que nuestro Dios se presenta con su ayuda, tomándonos de la mano y levantándonos por su gracia.
“El carácter se forja con el tiempo, con cada caída y sufrimiento que nos da la vida.”
Lectura del día: Job 42:1-17
Sábado 23 de marzo
Hallado fiel “Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumento al doble todas las cosas que habían sido de Job” Job 42:10
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i volvemos a Job 1:3, podrás leer lo que Job tenía originalmente. Poseía 7,000 ovejas, y termina ahora con 14,000. Sus rebaños crecen a medida que los alimenta y se multiplican. El rebaño original ha aumentado al doble. Tienen suficiente comida, debido a que hay abundancia de pastos. Job debió haber podido ver desde todas las ventanas de su casa la verde y abundante vegetación, así como el crecimiento de todos sus cultivos. Ahora tiene 1,000 asnas, el doble de las que tenía antes. No al instante, sino después de unos pocos años, sus posesiones crecieron. Sinceramente, Job tenía más que suficiente. Antes era rico, ¡pero ahora es inmensamente rico! Hay ocasiones cuando Dios decide bendecir a ciertas personas mucho más de lo necesario. Lo que debemos aprender es a aceptarlo. ¡Si la envidia es el pecado que te domina, te aconsejo que te liberes de uno de los hábitos más feos que la gente tiene! Con frecuencia, la gran tentación que tenemos es recordarle al Señor lo fiel que has sido cuando ves a un amigo o a un vecino cuyo negocio crece, pero el tuyo no. Cuestionamos a Dios en asuntos de este tipo. Es injusto y también falso suponer que la mayoría de las personas ricas no han hecho nada para lograr sus riquezas o que no las recibieron de la mano de Dios. Existen hombres de Dios que son sumamente ricos. ¿Entonces? Si tú eres uno de ellos, no necesitas que te recuerde que esa riqueza no la creaste tú mismo. La recibiste por la gracia de Dios. Entonces, úsala bien. Da con generosidad, anda con humildad; y si el Señor decide no bendecirte como ha bendecido a otra persona, acata y respeta su decisión en vez de sentirte molesto por ello. Aplaudamos a Job por ser un recipiente del rico favor de Dios.
“El carácter se forja con el tiempo, con cada caída y sufrimiento que nos da la vida.”
Lectura del día: Hechos 14:1-23
Domingo 24 de marzo
Una buena actitud “Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.” Hechos 14:22
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n su libro titulado “La búsqueda humana del significado de las cosas”, Víctor Frankl escribió estas admirables palabras: “… A un hombre se le puede quitar todo, menos una cosa: La última de sus libertades es elegir su actitud en cualquier circunstancia que se encuentre, elegir su propio modo de obrar.” Estamos haciendo decisiones en cada momento del día. Cuando despertamos en la mañana, elegimos la actitud que al final guiará nuestras acciones y nuestros pensamientos a lo largo de la jornada. Estoy convencido de que nuestras mejores actitudes surgen de una comprensión clara de nuestra propia identidad, de un sentido claro de nuestra misión divina y de un profundo sentido del propósito de Dios para nuestra vida. Esa es la clase de actitud que honra a Dios y que nos anima a seguir adelante a enfocarnos en la meta y a responder de manera excepcional a las circunstancias más difíciles de la vida. Esa fue la clase de actitud excepcional que mantuvieron Pablo y Bernabé a lo largo de su viaje misionero. Los dos siervos de Antioquía enfrentaron y vencieron infinidad de obstáculos con la determinación inquebrantable de permanecer centrados en la meta. Todos necesitamos tener un plan para enfrentar las circunstancias más difíciles. La probable situación que tienes ahora frente a ti puede que sea corregible o tal vez imposible de superar con tus propias fuerzas. Es posible que sea el resultado de tus propias acciones o quizá seas una víctima inocente que está recibiendo las consecuencias de lo que hizo otra persona. Sea cual fuere el caso, la única manera de superar esta clase de estancamiento es aprender a aceptar y a confiar en el plan de Dios. Renuncia a tener el control y espera que Él actúe; y mientras esperas, mantén una buena actitud.
“El carácter se forja con el tiempo, con cada caída y sufrimiento que nos da la vida.”
Lectura del día: Éxodo 3:1-6
Lunes 25 de marzo
Todos los días de mi vida “Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.” Éxodo 3:5
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ientras Moisés estaba solo en el monte Horeb pastoreando las ovejas de su suegro, una extraña visión de repente llamó su atención: una zarza ardía intensamente, completamente encendida en fuego y sin embargo ¡no se consumía! Moisés decidió dar un vistazo más cercano y mientras daba un paso más cerca, Dios le llamó desde la zarza: “así que pensó: ¡Qué increíble! Voy a ver por qué no se consume la zarza. Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza” (Éxodo 3:3-4). Esa zarza ardía sin consumirse, porque Dios estaba presente en ella. Era una representación visual de la santidad de Dios. Así es, donde quiera que Él esté presente, ese lugar es santo. El Nuevo Testamento nos dice que estamos llamados a ser santos “así como Dios es santo”: “Como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:15-16). En otras palabras: “Escrito está y registrado, establecido de una vez por todas: Hemos de ser santos, como nuestro Dios es santo.” “Pues Dios no nos ha llamado a vivir en la inmundicia, sino a vivir en santidad” (1 Tesalonicenses 4:7). Dios no nos ha llamado sólo para la salvación o para ir al cielo o para recibir su perdón. Más bien, estas cosas son los beneficios de nuestro único verdadero llamado que es ser santos como Él es santo. Cada creyente en la Iglesia de Jesucristo está llamado a ser puro y sin mancha delante de Dios. Por tanto, si has nacido de nuevo, el grito de tu corazón debe ser:
Dios, yo quiero ser como Jesús y caminar en santidad delante de ti, todos los días de mi vida. “Serenidad y paciencia: requisitos de la eficiencia.”
Lectura del día: Jeremías 17:19-27
Martes 26 de marzo
Deja tus cargas en Él “Así ha dicho Jehová: Guardaos por vuestra vida de llevar carga en el día de reposo, y de meterla por las puertas de Jerusalén”. Jeremías 17:21
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abemos que Cristo es la simiente de David. Y sabemos que Él se sienta como rey en el trono de David. Pero ¿quiénes son los reyes y príncipes que Jeremías describe aquí, y los habitantes de Jerusalén montando a caballo y en carros?
Nosotros somos esa gente y se nos ha dado una increíble promesa: Dejando todas nuestras cargas sobre aquel que las debe cargar, viviremos en paz para siempre, libres de toda esclavitud. En efecto, el mandato de Jesús acerca de poner nuestras cargas sobre Él, no es una opción. Tenemos que hacerlo como un asunto de confianza en Él. “Sin embargo, si no me escuchan y se niegan a guardar como sagrado el día de descanso, y si ese día pasan mercadería por las puertas de Jerusalén como si fuera cualquier otro, entonces quemaré estas puertas. El fuego se extenderá a los palacios y nadie podrá apagar las llamas rugientes” (versículo 27). El profeta está diciendo: “Si no obedeces el mandato de Dios de dejar de llevar tus cargas, terminarás siendo consumido por ellas.” Trágicamente, esto describe muchos creyentes hoy en día. Algunos casi no pueden dormir por la noche porque nunca dejan de pensar en sus problemas. Reviven las cosas una y otra vez en su mente, preguntándose: “¿Qué hice mal? ¿Cómo puedo hacer las cosas bien?” Cuando despiertan, sus mentes van directamente a sus cargas, en la ducha, mientras se visten y luego en la mesa del desayuno. En el momento en que salen por la puerta principal, están tan agobiados que ni siquiera pueden sonreír.
Jesús quiere darte descanso. Sólo entrégale tus cargas a Él “Serenidad y paciencia: requisitos de la eficiencia.”
Lectura del día: Hebreos 10:1-14
Miércoles 27 de marzo
La ofrenda eficaz “Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,” Hebreos 10:12
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l tema que el escritor a los Hebreos toma tiene que ver con la eficacia de la ofrenda a favor del ser humano. El hecho de que los sacrificios diarios y los anuales no fueron agradables a Dios, ni cumplieron con el propósito de ser efectivos para la salvación de la humanidad, va unido al sacrificio hecho una vez y para siempre, como base para nuestra salvación y nuestra santificación. La muerte de Cristo en la cruz del Calvario nos pone en una nueva relación con Dios. Es propicia y suficiente para costear el precio de nuestra redención. Eficaz para cubrir la deuda que teníamos con Dios y que no podíamos pagar. El escritor sagrado señala, por un lado, la continua actividad de los muchos sacerdotes, en turnos, en el templo, luego por el otro lado, la del Sacerdote único, Cristo, quien por los pecados del mundo ofreció un solo sacrificio. Es un cuadro vívido de una tarea nunca acabada frente a una tarea terminada totalmente y para siempre. En un caso muchos sacrificios nunca están completos, en el otro el sacrificio único es tan perfecto que su eficacia nunca se agota. Este Sumo Sacerdote tranquilamente espera que “sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies”. Mientras que un anciano caminaba por la playa al amanecer, vio que un joven, unos pasos adelante, iba recogiendo de la arena estrellas de mar, que luego arrojaba al agua. Al llegar hasta el joven, el viejo le preguntó por qué hacía eso. La respuesta fue: Las estrellas de mar extraviadas en la arena morirían si las dejara allí hasta que el sol calentara - Pero hay muchos kilómetros de playa, y hay allí millares de estrellas de mar. ¿Habrá alguna diferencia después de ese esfuerzo tuyo? - objetó el anciano. El joven miró la estrella de mar que tenía en ese momento en la mano, la lanzó al mar, y dijo: - Para esta estrella sí habrá diferencia.
Agradece a Dios hoy por todos los pecados perdonados. “Serenidad y paciencia: requisitos de la eficiencia.”
Lectura del día: Marcos 9:30-37
Jueves 28 de marzo
Una muerte anunciada “Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día.” Marcos 9:31
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ocas veces hemos reflexionado en el hecho de que el mismo Jesús se volvió en profeta de su propia muerte. Son varias las declaraciones que este maravilloso hombre de 33 años de edad hizo en cuanto a su muerte y pareciera que los discípulos no entendían las implicaciones reales de Cristo como Cordero de Dios. De hecho, Pedro le expresó su preocupación de que fuera a Jerusalén, porque intentarían matarle, pero Jesús le reprendió, “diciendo: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.” De alguna manera quiso Jesús que sus seguidores no olvidaran que su muerte en la cruz tenía un propósito muy alto. Algunos, como Juan y Jacobo, prefirieron pedir, a través de su mamá, un lugar de privilegio, creyendo que se acercaba el tiempo de establecer un reinado terrenal y querían estar uno a la izquierda y el otro a la derecha del Rey. Otros, como Mateo, es preciso como buen Contador en registrar las palabras de Jesús: “Sabéis que dentro de dos días se celebra la pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado” (26:2, 31), y señalar que sería aprehendido de noche.
John Wesley una vez calificó a un hombre de miserable, por que aportó muy poco a una organización de caridad. Poco tiempo después esta persona le contó que tiempo atrás, contrajo grandes deudas, pero desde su conversión, decidió pagar a sus acreedores y que gastaba sólo en lo más elemental. “Cristo me ha convertido en un hombre honesto”, dijo “y por tener que enfrentar tantos compromisos, puedo dar muy pocas ofrendas adicionales al diezmo.Tengo que saldar toda deuda y mostrar que la gracia de Dios puede cambiar el corazón de un hombre que una vez fue deshonesto”. Entonces Wesley le pidió perdón. Jesús con su muerte pagó nuestra deuda total.
“Serenidad y paciencia: requisitos de la eficiencia.”
Lectura del día: 1 Corintios 5:1-8
Viernes 29 de marzo
Nuestra pascua “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.” 1 Corintios 5:7
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a Pascua es una de las fiestas importantes del calendario judío, que ahora corresponde a un mes comprendido entre marzo y abril de nuestro calendario civil. Diferente a la mayoría de las fiestas judías, ésta comienza en la familia y con los amigos y no en el tabernáculo, templo o sinagoga. Los elementos básicos para la celebración de la Pascua eran: un cordero sano de un año, los panes sin levadura, hierbas amargas y vino servido en tres ocasiones. Se acompañaban con cánticos, recitación de algunos salmos y la explicación apropiada de la historia. Se instruía al hijo menor de la familia, para que a mitad de la cena preguntara: ¿Qué significan los ritos que se celebran esta noche? “Entonces dirás a tu hijo: Nosotros éramos siervos de Faraón en Egipto, y Jehová nos sacó de Egipto con mano poderosa. Jehová hizo señales y milagros grandes y terribles en Egipto, sobre Faraón y sobre toda su casa, delante de nuestros ojos; y nos sacó de allá, para traernos y darnos la tierra que juró a nuestros padres. Y nos mandó Jehová que cumplamos todos estos estatutos…para que nos vaya bien todos los días, y para que nos conserve la vida, como hasta hoy” (Deuteronomio 6:21-24). James Calvert testificaba que en las islas Fiji, que por el Evangelio se había extinguido el canibalismo y habían desaparecido otras costumbres crueles y bárbaras. D. Coe Love, misionero en Camerún, África Occidental, dice: “Hemos visto cambios tremendos en la vida de los hombres y de las mujeres. Ahora cuando alguien muere, se reúnen, cantan himnos, leen las Escrituras y oran, en lugar de llorar, gritar, y revolcarse en la tierra y en la ceniza. Ahora los hombres cultivan café, cacao, palmas y trabajan en las oficinas y no dedican su tiempo a estar sentados platicando todo el día comprando y vendiendo mujeres. Cristo, nuestra Pascua, es el que cambia a las personas, pues hace que los hombres y las mujeres nazcan de nuevo.
“Serenidad y paciencia: requisitos de la eficiencia.”
Lectura del día: Lucas 22:39-46
Sábado 30 de marzo
El último peldaño “Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.” Lucas 22:44
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través de Mateo sabemos que Jesús y sus discípulos cantaron el himno de la Pascua en el aposento alto, y después salieron al monte de los olivos y en un lugar llamado Getsemaní, ordenó al grupo de ellos quedarse allí y tomó aparte a Pedro, Juan y Jacobo, y comenzó a entristecerse y angustiarse en gran manera. Este lugar y evento es muy especial para nuestro Señor Jesucristo, porque representa el último peldaño para llegar a la cruz. Según Mateo y Marcos (14:34) Jesús dijo:
… Mi alma está muy triste, hasta la muerte… Marcos 14:36 registra la oración de Jesús en esta ocasión: “Y decía: … Padre… aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú”. La mayoría de los comentaristas dicen que la copa se refiere a la muerte de cruz y a la humillación que experimentaría. Que el humano Jesús pedía si se podía evitar ese tipo de muerte, pero si no había otra opción, que se hiciera la voluntad de Dios. Más bien pareciera que lo que pedía en medio de esa agonía intensa, era que pudiera salir con vida de ese ataque del enemigo, para cumplir como el Cordero de Dios su sacrificio en la cruz del Calvario. En un maravilloso jardín había un bambú que cada día crecía más hermoso. Su dueño lo cuidaba con esmero. Un día vino a él y le dijo: “Querido bambú… te necesito”, a lo que contestó: “Señor, estoy dispuesto a servirte… has de mí lo que quieras”. El campesino le dijo: “necesito podarte y quitarte el corazón para usarte”. Entre sollozos y lágrimas el bambú dijo: “Sé que ya no viviré sin corazón, pero haz como bien te parezca. El dueño cortó, partió en dos, le quitó el corazón y usó el bambú para que en medio corriera el agua del pozo hasta el campo donde sembró trigo, maíz y una huerta de legumbres. Se volvió el bambú un canal de bendición para aquella tierra. De esa manera, Jesucristo lo es para nosotros.
“Serenidad y paciencia: requisitos de la eficiencia.”
Lectura del día: Hechos 1:1-8
Domingo 31 de marzo
Las evidencias de que vive “A quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.” Hechos 1:3
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os cuatro evangelistas hablan de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Cada uno, a su manera, relata diferentes aspectos de la manera en que Dios le levantó de entre los muertos. El médico Lucas dice en Hechos, que “Se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios”. Utiliza una palabra que significa que las pruebas no admiten duda, es decir, que son suficientemente convincentes. Posiblemente se refirió a las palabra del ángel (24:6-8) citando las Escrituras para confirmar que Él tenía que resucitar. La forma en que dejó el sudario y los lienzos, saliendo como una mariposa del capullo. Que llamó a María por su nombre. Que se presentó a los discípulos de Emaús. Cuando se presentó en el aposento alto y les mostró las marcas en sus manos, sus pies y su costado. A los ocho días invitó a Tomás a meter sus dedos en las manos y el costado. En el Mar de Tiberias, donde obtuvieron una pesca milagrosa. Las dudas han sido despejadas y los creyentes están listos para recibir el poder del Espíritu Santo, el mismo poder que había resucitado a Jesucristo. Llegaría el cumplimiento de la promesa el primer día de la fiesta de Pentecostés en Jerusalén y las buenas noticias de salvación llegarían hasta lo último de la Tierra. Christmas Evans nos dice en su diario que un día mientras viajaba por un camino solitario se convenció de que su corazón era muy indiferente. Dice: “Amarré mi caballo y me fui a un lugar muy apartado en donde anduve sin rumbo fijo, en agonía, repasando mi vida. Esperé tres horas ante Dios, quebrantado, hasta que experimenté el amor perdonador, y recibí el bautismo del Espíritu Santo. Al siguiente día prediqué con un poder tan nuevo a un grupo de personas reunidas en una colina, que se inició un avivamiento que se extendió por todo Gales.” Un Cristo vivo quiere darnos la plenitud del Espíritu Santo.
“Serenidad y paciencia: requisitos de la eficiencia.”