Cita con Dios - El mejor regalo (Diciembre 2014)

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El mejor regalo Diciembre 2014



El mejor regalo El铆as Betanzos 路 Diciembre 2014



El mejor regalo Pastor Elías Betanzos Diciembre 2014 cita con dios es unapublicación mensual gratuita Ediciones Ginosko Año iv Número 12 20,000 ejemplares. Versión digital en www.familiacap.org Centro

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A labanza

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P roclamación Reuniones dominicales: 10 am, 12:30 y 7:00 pm Martes: 7 pm Km. 6.5 Carretera Oaxaca-Tule (Deportivo Oaxaca) San Francisco Tutla Oaxaca de Juárez, Oax. Oficinas: Jazmines No. 909, Col. Reforma Oaxaca de Juárez, Oax. C.P. 68050. Tels: 01 (951) 5151733/ 01 (951)5184878 Si deseas anunciarte en esta publicación llama con Mario Mejía o Susana Lozano (951)1353675 / (951)1353676 susanloz@hotmail.com

ía • Pág. • Mensaje D 1 • 9 • Los regalos del Espíritu 2 • 10 • La gracia de Dios es un regalo 3 • 11 • Conoce a tu Creador 4 • 12 • Haz menos 5 • 13 • La vida 6 • 14 • La salvación 7 • 15 • El regalo de tener una familia 8 • 16 • El Espíritu Santo, un regalo de valor incalculable 9 • 17 • El regalo de la amistad 10 • 18 • El trabajo como regalo 11 • 19 • Tu país, un regalo 12 • 20 • Tus padres 13 • 21 • Tus talentos y habilidades 14 • 22 • La vida eterna 15 • 23 • Un regalo de amor 16 • 24 • Un regalo eterno 17 • 25 • Un regalo con nombre: Emanuel 18 • 26 • Nuestro regalo a Jesús 19 • 27 • El regalo de nuestro corazón 20 • 28 • El regalo de la vida física 21 • 29 • El regalo de la vida espiritual 22 • 30 • El regalo del perdón de pecados 23 • 31 • Tiempo de reconciliación 24 • 32 • El mejor regalo 25 • 33 • Regalos 26 • 34 • El regalo de la paz 27 • 35 • El regalo del gozo 28 • 36 • El regalo de la esperanza 29 • 37 • El regalo de una mejor ciudadanía 30 • 38 • El regalo de un nuevo pacto 31 • 39 • El regalo del mejor vestido



Cita con Dios · la reunión a la que no puedes faltar

El mejor regalo n diciembre celebramos el nacimiento de Jesús. No voy a caer en discusiones de si es la fecha exacta de su nacimiento o no, porque lo más importante es que Su nacimiento fue real y partió la historia de la humanidad en un antes y después de Cristo. Me gusta dar regalos; cada vez que puedo y según mis posibilidades regalo algo a alguien, pero no he podido recordar el mejor regalo que he dado. También he recibido muchos regalos y si tratara de recordarlos y describirlos podría cometer el error de olvidarme de algún buen obsequio que me hayan hecho, pero nunca olvidaré un regalo que me hicieron mis hijos, algo pequeño pero con tanto amor que son detalles que nunca se olvidan. Sin embargo, no importa qué hayas regalado o que te hayan regalado, nada se compara con el regalo que Dios le dio a la humanidad al dar a Su Hijo unigénito para que todo aquel que crea en Él pueda ser salvo. Es el mejor regalo que podemos recibir; sin embargo, a pesar de eso, muchos lo rechazan hoy en día. No tienes que comprarlo, lo único que tienes que hacer es aceptarlo, recibirlo. Es el mejor regalo porque te salva, te bendice y está preparando un lugar para que donde Él este, tú también puedas estar. Te invito a que no seas uno más de los que rechazan a Jesús; haz que valga la pena todo lo que Él hizo por ti en la cruz y acepta este regalo precioso, solo quiere bendecir tu vida. Celebremos en esta Navidad que Jesucristo es el mejor regalo de Dios para cada uno de nosotros.

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Pastor Elías Betanzos Director General



Lectura del día: Gálatas 5:16-26 | Lunes 1º de diciembre Los regalos del Espíritu Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza… Gálatas 5:22-23

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os creyentes llenos del Espíritu no fingen ser perfectos. En efecto, casi siempre ofrecen disculpas antes de ser confrontados por algún error, porque el Espíritu les avisa cuando han ofendido o han herido los sentimientos de alguien. Seguros en su relación con el Señor y su valía en Él, son capaces de reaccionar rápidamente tan pronto se han dado cuenta y admiten su pecado o su error de juicio. Ellos recuerdan que el Espíritu Santo los está santificando continuamente, y que los está transformando en la imagen de Cristo. Por lo tanto, no viven desanimados sino agradecidos porque la gracia de Dios siempre está disponible cuando tropiezan, y les está enseñando cómo elevarse por encima de sus propios apetitos y deseos carnales. Específicamente su vida destila nueve virtudes: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio. Este fruto no es simplemente una marca distintiva de la vida llena del Espíritu; es la evidencia preeminente de una vida que está totalmente sometida a Jesucristo. Es por eso que el fruto del Espíritu no se produce cuando nos enfocamos en nosotros mismos, sino que es el resultado de estar singularmente centrados en Cristo ( Juan 15:5). Estas virtudes no son metas que podamos proponernos alcanzar, y su razón de ser tampoco es que podamos demostrar nuestra dedicación y determinación, porque ni tú ni yo podemos producir fruto. Sin embargo, el Espíritu Santo es el productor y nosotros meramente somos los portadores. La cosecha que resulta de nuestro andar con Él simplemente revela nuestra dependencia de Él y nuestra sensibilidad a Sus indicaciones. ¿Qué tanto tienes de estas virtudes en tu vida? ¿Qué tanto está tu vida sometida al señorío de Jesucristo? Los regalos se hacen por gusto del que regala, no por mérito del que recibe.

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Lectura del día: Romanos 4:13-25 | Martes 2 de diciembre La gracia de Dios es un regalo Por eso la promesa viene por la fe, a fin de que por la gracia quede garantizada para toda la descendencia de Abraham; esta promesa no es sólo para los que son de la ley sino para los que son también de la fe de Abraham… Romanos 4:16 (nvi)

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ios no hace acepción de personas, independientemente de tus antecedentes, tu estado o tu pecado. No importa si has sido una persona religiosa o una persona no religiosa o si no tienes ningún trasfondo religioso en lo absoluto. Sin embargo, al pueblo judío le fueron dados los caminos de Dios antes que a nadie más. ¿Has pensado alguna vez por qué los judíos son llamados “el pueblo elegido de Dios”? ¿Dios les ama más de lo que nos ama al resto de nosotros? No. Ellos fueron escogidos para un propósito, para difundir el mensaje de que hay un Dios verdadero para todo el mundo. Ahora Dios ha tomado esa tarea y se la ha dado a la Iglesia, que incluye a los judíos, los gentiles y a todos los demás que ponen su fe en Cristo. Dios dice que Su salvación está disponible para cualquiera que abra su corazón a la fe (Romanos 10:13). No hay cuotas en el Cielo. No dice que solo la gente muy buena será salva si invocan el nombre del Señor o la gente muy religiosa o la gente muy inteligente. Todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo. Lo triste es que aunque muchas personas saben que Dios ofrece Su regalo de gracia, ellos aún intentan trabajar su camino al Cielo. Creen que algo en su vida los hace lo suficientemente buenos, así que no necesitan recibir el regalo de Dios de la salvación por medio de Cristo. La única manera de que cualquiera de nosotros entre al Cielo, es recibiendo el regalo de la gracia de Dios, que está disponible para todas las personas. Los regalos se hacen por gusto del que regala, no por mérito del que recibe.


Lectura del día: Juan 17:1-8 | Miércoles 3 de diciembre Conoce a tu Creador Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Juan 17:3 ésta sea la época del año en la que todos tenemos muchas Q uizá tareas y compromisos importantes por cumplir. Tenemos reportes de fin de año que escribir, tenemos cenas festivas que planificar y, por supuesto, no podían faltar los regalos que tenemos que comprar. Sin embargo, tienes algo mucho más importante en que concentrarte en esta Navidad: tu desarrollo personal y tu creciente relación con Jesús. ¿Por qué deberías llegar a conocer mejor a Jesús? Hay al menos dos razones muy importantes: Primero que todo, Jesús te hizo. Tienes la oportunidad de conocer no solo al Creador del Universo, sino también de conocer verdaderamente a tu Creador. ¿Has escuchado decir: “en caso de duda, consulta el manual”? Conocer a Jesús es todavía mejor. Si quieres saber cómo sacar el máximo provecho de la vida, ¿por qué no conocer al que te creó? En segundo lugar, Jesús abre tu corazón para que disfrutes de una vida de propósito, paz y poder. Una relación con Jesús asegura tu lugar en el cielo, pero hace más que eso. Dios promete una vida de propósito, paz y vida en abundancia a todos los que le conocen. El conocer a Jesús de manera personal, cambia la forma en cómo vives. Desafortunadamente, la mayoría de las personas viven de una manera muy insignificante porque están llenos de actividades sin sentido para su vida. Mientras se acerca la Navidad, piensa en el mesonero que no dio cabida a Jesús en la primera Navidad. Sus acciones no impidieron que Jesús naciera; tampoco detuvieron el propósito de Dios en la historia. Simplemente perdió el privilegio de albergar al Hijo de Dios en Su nacimiento. Lo mismo es cierto para ti. Si no te tomas el tiempo para llegar a conocer a Jesús, pierdes la oportunidad de conocer a tu Creador; pierdes la oportunidad de tener el propósito, la paz y poder que solo vienen a través del Hijo de Dios; pierdes Su propósito para tu vida, si nunca haces un lugar para Él. Los regalos se hacen por gusto del que regala, no por mérito del que recibe


Lectura del día Lucas 10:38-42 | Jueves 4 de diciembre Haz menos Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. Lucas 10:42

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ti y a mí nos encanta atiborrar nuestra vida de actividades. Gastamos de más, sobreestimamos, y a menudo andamos cansados. Como resultado, la verdad de Dios no siempre tiene la oportunidad de florecer en nuestra vida. Frecuentemente Dios te habla a través de tu cita con Él por las mañanas o en un sermón del domingo y crees que tienes que hacer algo al respecto, pero casi de inmediato te llenas de cosas y lo olvidas. Sin embargo, para cumplir el destino de Dios para tu vida, no tienes que hacer algo más; en realidad, tienes que hacer menos. Aquí vemos a María y Marta por ejemplo. Un día invitaron a Jesús para la cena. Por un lado tenemos a María, quien pasó la noche escuchando a Jesús. Marta, por otro lado, estaba ocupada siendo la anfitriona y se preocupaba por los entremeses y por ver si todo estaba en su lugar. Marta se molestó porque ella tenía que hacer todo el trabajo mientras su hermana estaba sentada con Jesús. Fue cuando Jesús le dijo: “Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada”. Cuando tu vida se acabe, realmente solo importará una cosa: ¿llegaste a conocer a Jesús? Los regalos de Navidad extras que fuiste capaz de comprar debido a tus largas horas en la oficina, no importarán. Todo el tiempo que pasaste preparando la cena para una celebración perfecta, no importará. Pero si invertiste tu tiempo para llegar a conocer a Jesús, eso importará en la eternidad. Así que, disfruta la temporada navideña. Envuelve los regalos, prepara tu hogar de manera festiva. Haz recuerdos con tu familia. Pero no dejes que esta Navidad pase sin que pases algún tiempo a los pies de Jesús. Después de todo, lo demás se desvanece de esta Navidad; adorar a Jesús es todo lo que será verdaderamente duradero. Los regalos se hacen por gusto del que regala, no por mérito del que recibe


Lectura del día: Juan 14:1-6 | Viernes 5 de diciembre La vida Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6 e has preguntado ¿A qué vino Jesús? Juan 10:10 dice: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” ¿Pero qué es tener vida? ¿No acaso el hecho de estar presentes significa que estamos vivos? ¿A qué vida se refiere? Muchas personas, se han puesto como objetivo vivir la vida: Tú vive la vida, quiero vivir la vida, esto es vida. Un amigo mío cierta vez me contó una historia que todavía me hace reír. Estando todavía en la universidad, se acercaba al final del período y aún necesitaba completar un proyecto importante para graduarse. Luego de noches sin sueño y muchos viajes agotadores a la biblioteca, completó su proyecto y lo entregó. Tres días después, cuando cada estudiante recibió sus tareas corregidas, él encontró estas palabras de su profesor escritas en el papel (en rojo): «Buena investigación. Buenas ilustraciones. Maravillosa bibliografía. Nota: “0”... ¡Tarea equivocada!» Aún me río cuando pienso en esta historia, pero también contiene una verdad dolorosa para cada uno de nosotros. Ciertamente no quiero estar parado ante Dios en el día final y oírle decir: «Linda casa. Gran trabajo. Buen auto. Maravilloso salario. Nota: “0”... ¡Tarea equivocada!» Cuando lleguemos al Cielo, veremos muchas cosas maravillosas: calles de oro, mansiones, ángeles, querubines y serafines... pero déjame decirte algo que nunca volveremos a ver: Jamás volveremos a ver a un no cristiano. Por el resto de la eternidad, jamás tendremos oportunidad de compartir las buenas nuevas con aquellos que no conocen a Cristo. Ahora es la única oportunidad que tenemos de contar a otros acerca de la esperanza más allá de esta vida, disponible para todos, de contar la historia redentora que invita a la gente a la vida eterna. Esta vida la podremos disfrutar al máximo si tan sólo reconocemos que la dirección de Dios no es para echarnos a perder la fiesta, sino que Él quiere que la disfrutemos y la desarrollemos plenamente. No en los estándares suplidos sin sentido de la sociedad en general, sino en una forma que podamos realizarnos total y cabalmente como personas en donde vivamos la antesala de Su presencia. Gracias a Dios por la vida.

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Los regalos se hacen por gusto del que regala, no por mérito del que recibe


Lectura del día: Efesios 2:1-9 | Sábado 6 de diciembre La salvación Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. Efesios 2:8 uál era nuestra condición antes de conocer a Cristo como nuestro Salvador? 1. Estábamos muertos en delitos y pecados. Muerte espiritual es igual a muerte de pecado. Separados totalmente de Dios. 2. Seguíamos la corriente de este mundo: seguíamos el carácter espiritual de los tiempos. 3. Vivíamos conforme al príncipe de la potestad del aire. El dios de este siglo (2 Co 4:4) Los hombres son “dotados de capacidades” ya sea por Dios o por las fuerzas del mal; si sucede esto último, “correctamente son llamados los hijos de desobediencia”. 4. Vivíamos en los deseos de la carne. Se mantenía dentro de los confines de los apetitos e impulsos que acompañan a la naturaleza humana caída, o que emanan de ella. 5. Entonces éramos en consecuencia hijos de ira. Estábamos innatamente comprometidos al pecado. Una ley de pecar nos controlaba, y por ende caíamos bajo la ira de Dios. Lo que no quiero hacer eso hago. Esta era nuestra vida pasada cuando no éramos salvos, sin embargo recibimos el maravilloso regalo de la salvación. Recibimos la nueva vida en Cristo: 1. Por la iniciativa de Dios. Es una vida iniciada por Dios. Como éramos de naturaleza corrupta, y pecaminosa en sus prácticas, no podíamos tener mérito alguno, ni ningún derecho delante de Dios y hacía falta mucha misericordia para quitar tanta miseria y perdonar tales transgresiones. 2. La nueva vida en Cristo es vida de resurrección. Nos trajo a vida (resucitó) y además nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo La vida en Cristo nos ha sido dada. Habiendo sido borrados tus pecados y siendo hechos partícipes del Espíritu Santo, y teniendo una esperanza de inmortalidad, no debes atribuir esto a obras o mérito alguno de tu parte. Somos salvos de los pecados pasados y estamos salvos de la culpa, del miedo que atormenta. Esta es la salvación que por medio de la fe se adquiere aun en este mundo; salvación del pecado y sus consecuencias; según lo expresa a menudo la palabra Justificación.

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Los regalos se hacen por gusto del que regala, no por mérito del que recibe


Lectura del día: Salmos 127:1-5 | Domingo 7 de diciembre El regalo de tener una familia Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia. Salmo 127:1

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odos estamos esperando tener mejores familias. Para la mayoría de nosotros la familia es lo más importante y buscamos la dirección de Dios para que nos ayude, ya que queremos hacer lo mejor por ella, pero a veces nuestras mejores intenciones no son suficientes; nos encontramos cometiendo errores, a veces por ingenuidad, a veces porque creemos que es así como se tienen que hacer las cosas y a la larga nos damos cuenta que cometimos errores muy graves. Todos estamos aprendiendo cuando se trata de cómo llevar la familia, pero también vemos que hay familias más saludables que otras. El modelo para ser una familia saludable lo encontramos en las Escrituras. Gracias a Dios por mi familia: 1. Gratitud porque mi familia tiene el amor como centro. Es solo sobre esta base que se puede continuar fortalecidos en medio de las adversidades. Gratitud porque mi familia es un lugar de bendición. Así como los patriarcas bendecían a sus hijos, así en nuestro hogar bendecimos a los de casa y los de fuera. 2. La familia cristiana practica la disciplina. Hemos entendido que no podemos vivir sin un orden, que no hay autoridad sin autoridad, y que ésta viene de parte de Dios. 3. Gratitud porque esta autoridad y liderazgo están centrado en los padres 4. En la familia cristiana se oyen mutuamente: no es ni una dictadura ni una anarquía, es un espacio de reflexión y participación mutua bajo la dirección de Dios 5. Gratitud por la oración que crea intimidad. Te haces íntimo con aquel que oras, mucho más si aquel con quien oras es tu familia. Moisés se fue al monte a orar, y se quedó tanto tiempo que la Biblia dice: hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Éxodo 33:11. Muchas cosas que tenemos dependen de nosotros, en el caso de la familia, no tuvimos elección, pero sí podemos decidir cómo nos vamos a relacionar con ella y cómo vamos a contribuir para que se fortalezca. Gracias a Dios por uno de Sus regalos más maravilloso. Los regalos se hacen por gusto del que regala, no por mérito del que recibe


Lectura del día: Efesios 5:15-20 | Lunes 8 de diciembre El Espíritu Santo, un regalo de valor incalculable No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu. Efesios 5:18

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uando hablamos de ser llenos del Espíritu Santo, para algunas personas puede ser una expresión más o menos común o fácil de entender. Sin embargo para muchas personas puede ser algo nuevo. Cuando hablamos de ser llenos del Espíritu Santo estamos hablando que es la tercera persona de la trinidad, que es Dios, dirige, toma el control de nuestra vida. El Apóstol dice: No os embriaguéis con vino, no se emborrachen, porque cuando eso pasa dice el texto, hay disolución, desenfreno (nvi), perderán el control de sus actos (lbla). Es por demás conocido que una persona ebria pierde el control de sus actos, la coordinación y la vergüenza. El Apóstol está haciendo una analogía pero a partir de una contradicción: no se saturen de vino sino satúrense, sean llenos del Espíritu Santo. ¿Qué significa? que uno se empape de ese Espíritu de Dios, que inunde su ser. Que estén tan llenos a punto de saturados. ¿Cómo va a suceder esto? Lo mismo que en el caso de los que se embriagan, no es con poco. Un poco de Palabra no te va a llenar, un poco de oración tampoco, ni un poco de Iglesia, solo los domingos tampoco. Y eso es lo que pasa con muchos cristianos que más que estar llenos, están vacíos. Cuando vemos esta palabra con detenimiento, nos damos cuenta que inicia con una orden, un imperativo: “Sean”, pero al mismo tiempo que es un imperativo, es una acción que se refiere a continuidad. Algo que se tiene que hacer y continuar haciendo. De la misma manera que una persona que está ebria, para continuar en ese estado, continúa bebiendo. Así una persona para estar saturada del Espíritu de Dios necesita continuamente seguir llenándose. ¿Es posible una forma de vida en donde esté presente constantemente la persona y el control del Espíritu Santo en nuestra vida? ¡Claro que sí! La Biblia dice: “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” Lucas 11:13. Es un regalo que está al alcance de quien lo quiera. Un gran regalo que es gratuito, pero de un valor incalculable. Cuida a aquella persona que te regala de su tiempo; te está dando algo que no va a recuperar.


Lectura del día: 1 Samuel 18:1-8 | Martes 9 de diciembre El regalo de la amistad Aconteció que cuando él hubo acabado de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó Jonatán como a sí mismo. 1 Samuel 18:2

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espués que David terminó de hablar con Saúl, Jonatán se hizo muy amigo de David. Este pasaje nos hace ver que hay un sentido de admiración por el amigo. Los amigos tienen algo en común, les gusta hacer cosas juntos, comparten un interés o una distracción común. Jonatán era guerrero como su padre, al igual que David. Los amigos se quieren por lo que son y no por lo que tienen. David y Jonatán son un gran ejemplo del valor de la amistad, sobre todo en las circunstancias en que se relacionaron. “… y llegó a quererlo como a sí mismo. Jonatán y David se juraron eterna amistad, porque Jonatán quería a David como a sí mismo.” No podemos forzar a nadie a que sea nuestro amigo ya que los amigos comparten información y también sentimientos personales. La información y el cuidado de uno por el otro evidenciaron la fortaleza que los unía. Jonatán se quitó la capa y la túnica que llevaba puestas, y se las dio a David, junto con su espada, su arco y su cinturón. La amistad es como una calle de doble sentido -las dos personas tienen que dar para poder recibir. Los amigos confían el uno del otro, se cuidan y se respetan uno al otro. No podemos pretender una gran amistad sin la fortaleza de la generosidad. Los regalos que se dieron mutuamente expresan el valor que tenían uno para el otro. Jonatán, el hijo de Saúl, quería a David y esto en sí fue una oportunidad para la prueba. David sería el próximo rey, aunque por derecho Jonatán debía heredar la corona. Sin embargo nada estuvo por encima de los sentimientos que se profesaban uno por el otro. En nuestra sociedad una amistad de esta naturaleza es prontamente malentendida, sin embargo las Escrituras lo presentan como un testimonio de la fortaleza y la unción de Dios en las relaciones de amistad. Cuida a aquella persona que te regala de su tiempo; te está dando algo que no va a recuperar.


Lectura del día: Génesis 3:1-19 | Miércoles 10 de diciembre El trabajo como regalo Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. Génesis 3:19

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uchas personas creen que el trabajo es parte de la maldición de Dios por causa del pecado. Atribuyen el pasaje citado como base de este pensamiento. Pero este pasaje lo desmiente, dice que mucho antes que el hombre pecara, Dios le había dado al ser humano responsabilidades. Cuando Adán estaba solo, le dio la encomienda de ponerles nombre a los animales. Génesis 2 nos enseña que Dios puso al hombre en el jardín con un propósito: Para que lo labrara y lo guardara, para que lo cultivara y lo cuidara. Dios no hizo al ser humano libre de responsabilidades y trabajo. Dios lo pone en un lugar bello, perfecto, y con todo hay algo más que hacer en ese lugar. Ve cómo la vida en el huerto es una vida equilibrada. Dios no pone al hombre en un desierto para que lo convierta en huerto, pero tampoco lo pone en un huerto para que lo descuide y lo vuelva desierto. Dios lo pone en el huerto para que lo labre y lo cuide. Dios le ha dado una bendición pero debe tener sabiduría para disfrutarla. No era una vida de holgazanería ni mucho menos, sino un espacio de realización y trabajo. Muchas personas viven en los extremos en relación al trabajo, los hay quienes lo menos que puedan trabajar es mejor. En el otro extremo están aquellos que creen que lo único que cuenta en la vida es trabajar, hacer dinero y guardarlo, y no lo disfrutan. El trabajo es el instrumento que Dios ocupa para dignificar al ser humano. No es un castigo el cual tiene que aprender a sobrellevar, pero tampoco es el propósito de la vida. Es parte de su constitución con el propósito que contribuya con Dios en la realización plena de la obra creadora de Dios. Donde esta Dios hay trabajo que hacer. Bendice tu trabajo y da gracias a Dios por él. Cuida a aquella persona que te regala de su tiempo; te está dando algo que no va a recuperar.


Lectura del día: Jeremías 29:1-7 | Jueves 11 de diciembre Tu país, un regalo Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz. Jeremías 29:7

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erusalén era el cruce de carreteras de los tres grandes imperios: Egipto, Asiria y Babilonia. Es por eso que se volvía una zona geográfica coyuntural para el comercio y sobre todo los movimientos políticos. A estas alturas de la historia el pueblo de Israel estaba cautivo, en Babilonia. Con todo, ante las promesas de los falsos profetas, Dios le pide a los desplazados que bendigan el lugar donde viven. Hay profetas que dicen lo que quiere oír el pueblo. ¿Cómo quisiera que fueran las cosas? La nostalgia falsa define como yo veo el mundo. Estaban en una nación enemiga, sin embargo, la instrucción de Dios es muy clara, cuánto más fuerte sería la invitación de Dios para interceder, trabajar y darle gracias por el lugar donde uno vive libremente. ¿Qué significa creer en Dios cuando se vive desplazado? No le pide a la nación de Israel que se adapten ni a las religiones ni a las costumbres, pero sí que se adapten al contexto en donde se están desarrollando y están creciendo sus hijos. ¿Cómo actuamos en un mundo donde tal vez nosotros mismos nos sentimos desplazados? El pueblo de Israel estaba desplazado sabiendo que no iban a regresar, por lo menos en 70 años. Es en el exilio donde Israel comprende mejor quién es Dios. La voz del profeta es: “Vean las cosas dese otra óptica”. Dios está presente, no como tu quisieras, pero Él está presente. Crean en el futuro, el que cree en el futuro quiere tener hijos. Muchas personas viven con los ojos puestos en el Cielo, siempre, pero tenemos que aprender que aunque nuestro destino final no es aquí y que nuestra ciudadanía está en los cielos, mientras llegamos a ese lugar, tenemos una gran tarea en el país donde estamos. Que procure la paz de aquel que quiere destruir todo lo que yo soy. Que procure la paz tan necesitada, ahora más que nunca de nuestro precioso país. Cuida a aquella persona que te regala de su tiempo; te está dando algo que no va a recuperar.


Lectura del día: Efesios 6:1-9 | Viernes 12 de diciembre Tus padres Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres. Efesios 6:1

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n el pueblo Judío, como en muchos otros lugares en el mundo, la ancianidad era sinónimo de sabiduría. Que una persona llegara a la vejez era símbolo de bendición de Dios, porque eran ellos quienes tenían la facultad de perpetuar los usos y costumbres. Ellos contaban las historias de Dios. Eran los jueces. En síntesis, eran las personas más valiosas. Y en consecuencia se les tenía un lugar preponderante. Cada vez más las sociedades se hacen utilitaristas, consumistas y aparentemente prácticas. Es la doctrina del neoliberalismo. Lo que no produce o no consume, no sirve para nada. Lo que sirve es lo que funciona, (capitalismo), lo que no sirve, no tiene caso. Una persona mayor, una persona de días, una persona que ya más bien parece que estorba pudiera no ser ahora sinónimo de bendición. Habían en la antigüedad graves penas levíticas que Dios impuso sobre quienes no honraban a sus padres que ahora nos parecen muy distantes. ¿Cuál es la intención del mandamiento? Honrarlos, obedecerlos, hablar bien de ellos, tener buena conducta, ser sostén económico, cuidado y consuelo. En pocas palabras: reconocer de Dios uno de los regalos más maravillosos de la vida, por lo que se requiere de nosotros en gran medida, gratitud hacia ellos. Hay un grado de respeto afectuoso que se debe a los padres, que ninguna otra persona puede reclamar. Durante un tiempo considerable, los padres están como si fuera en el lugar de Dios para sus hijos, y por lo tanto, rebelarse contra sus mandamientos legítimos se ha considerado como rebelión contra Dios. De modo que, este mandamiento prohíbe, no solamente actos injuriosos, palabras irreverentes y poco amables hacia los padres, sino también ordena todos los actos necesarios de bondad, respeto y obediencia filiales. Considera a tus padres como un regalo de Dios y da gracias por ellos. Cuida a aquella persona que te regala de su tiempo; te está dando algo que no va a recuperar.


Lectura del día: Génesis 1:26-31 | Sábado 13 de diciembre Tus talentos y habilidades Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Génesis 1:26 Dios le encanta tomar a personas ordinarias y a través de ellas hacer proezas extraordinarias. Él no necesita superhéroes. Él está buscando creyentes cotidianos, vasos dispuestos a los que Él pueda equipar y usar para Su reino. Dios no solo nos da esta investidura divina sino que también provee la disposición que la alimenta. Pablo nos recuerda: “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” Filipenses 2:13. Cuando funcionamos de la manera que Dios nos ha dotado, no solo podremos lograr cosas grandes, sino que también hallaremos gran gozo en hacer Su voluntad. Cada uno de nosotros tiene una capacidad dada por Dios para lograr lo que Él nos ha pedido que logremos en la vida de forma integral. Nuestro trabajo se hace más fácil cuando localizamos nuestro lugar, nuestro sitio y nuestro rol en la vida cotidiana. Develar esto puede ser uno de los descubrimientos más maravillosos de tu vida. Nos encontramos con personas que dedican mucho tiempo en las cosas que no son sus habilidades y desperdician mucho tiempo que bien podrían ocupar en aquellas áreas que son “su fuerte”. De ahí que reconocer que Dios nos ha dado habilidades y lograr identificar cuáles son es una de las mejores experiencias de la vida. La Biblia dice en Proverbios 16:4: “El Señor lo ha creado todo con un propósito.” Colosenses 1:16 dice: “Porque todo, absolutamente todo en el cielo y en la tierra, visible e invisible… todo comenzó en Él y para los propósitos de Él.” Y efectivamente vemos que todo, absolutamente todo en la vida, tiene una razón de ser, tiene una razón de ser que tengamos cinco dedos y no cuatro, tiene razón de ser las fases lunares, la marea y las olas, tiene razón de ser que haya gente de color, amarillos, blancos y la raza de bronce. Para cumplir el propósito de Dios para tu vida, te dio habilidades y recursos personales para alcanzarlo. “Todo lo bueno y perfecto que se nos da, viene de arriba, de Dios, que creó los astros del cielo. Dios es siempre el mismo: en él no hay variaciones ni oscurecimientos.” Santiago 1:17

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Cuida a aquella persona que te regala de su tiempo; te está dando algo que no va a recuperar.


Lectura del día: Juan 17:1-5 | Domingo 14 de diciembre La vida eterna Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Juan 17:3 a vida eterna no es de hecho una experiencia para toda la humanidad (universalismo). El mismo Dios de amor y misericordia es un Dios justo. Quienes no acepten la misericordia y el perdón de Dios se verán condenados por la eternidad. Hay tres grandes posturas en cuanto a la vida eterna: • Aquella que sostiene que el amor de Dios no le permite condenar a nadie. • La postura tradicional que dice que Dios es amor pero también justicia, • Aunque Dios indudablemente es amor, y aunque desde nuestra perspectiva humana la condenación eterna no parezca compatible con ese amor, en Dios el amor y la justicia concuerdan de algún modo misterioso que nuestra mente no alcanza a comprender Tenemos que vivir la vida presente con miras a la futura, porque el punto central de la fe cristiana es que “La muerte no tiene la última palabra”, y esto no se debe a que el alma sea inmortal, sino a que Dios es un Dios cuya voluntad no es de muerte, sino de vida. La inmortalidad no es una doctrina cristiana. En la Biblia se establece que el alma es mortal. Ezequiel 18:4-20, Mateo 10:28, Santiago 5:20. En la Biblia la inmortalidad no es una característica propia del alma, sino que es un don de Dios. La esperanza futura no radica en la vida del alma, sino en la resurrección del cuerpo. La vida eterna fue prometida desde el principio de la creación, pero ¿cuándo inicia la vida eterna? La esperanza cristiana es la continuación de la vida en la eternidad, pero es una vida que ha comenzado desde el nuevo nacimiento en Cristo y culmina con nuestra presencia con Él en gloria. La vida eterna que hoy gozamos es un anticipo de la vida del reino. Parte de esa vida consiste en la victoria sobre la muerte. No porque el alma sea inmortal por naturaleza sino porque Dios es Dios de vida. Nuestra esperanza de vida no se basa en nosotros mismos, en nuestra supuesta naturaleza inmortal sino que se basa en la resurrección de Jesucristo. Viviremos porque Él vive. Los propósitos de Dios incluyen no sólo las almas, y las realidades “espirituales”, sino toda la realidad del hombre. Gózate con esta verdad.

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Cuida a aquella persona que te regala de su tiempo; te está dando algo que no va a recuperar.


Lectura del día: Juan 3:16-21 | Lunes 15 de diciembre Un regalo de amor Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16

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os estudiosos de la conducta humana han descubierto que dar regalos es una parte sorprendente, compleja e importante de la interacción humana. Encontraron que ayuda a definir las relaciones y a fortalecer los lazos con la familia y con los amigos. Los psicólogos afirman que a menudo el que da, más que el que recibe, es el que cosecha los mayores beneficios psicológicos de un regalo. Por otro lado, Margaret Rucker, psicóloga especializada en consumo, de la Universidad de California, afirma que los hombres habitualmente son más conscientes del precio y del aspecto práctico cuando se trata de dar o recibir regalos, mientras que las mujeres tienden a preocuparse más por dar y recibir regalos con significado emocional. Si investigáramos las motivaciones por las cuales damos un regalo, encontraríamos muchas: Por compromiso, porque alguien nos lo solicitó, para recibir algún beneficio, por una celebración, por un suceso especial en la vida de una persona como una graduación, por un acontecimiento como un accidente, el nacimiento de un hijo, o simplemente por gratitud. En el caso del regalo maravilloso de la salvación por medio de Su Hijo Jesucristo, la motivación de Dios fue el amor por el ser humano. En 1 Juan 4:9-10 se nos explica muy claramente: “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” Jesucristo por Su parte tuvo un amor tan grande, capaz de soportar por nosotros el dolor, la crueldad y la injusticia incomprensibles. Si nosotros tenemos el amor de Dios, podemos hacer, ver y comprender cosas que de otro modo no podríamos: Sobrellevar el dolor, disipar el temor, perdonar libremente, evitar los conflictos, renovar la fortaleza, bendecir y ayudar a los demás de manera sorprendente aun para nosotros mismos. Los mejores regalos no son los que cuesten más dinero. Los mejores regalos son los que se dan desde el corazón.


Lectura del día: Juan 17:1-8 | Martes 16 de diciembre Un regalo eterno Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Juan 17:3

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odos los regalos que recibimos y los que damos en la vida son perecederos, se acaban, no duran, tienen fecha de caducidad. Algunos los conservamos por algunos años, pero todos al final se terminan. Hay regalos que duran mucho menos que otros. La doctora Margarita Rucker, de la Universidad de California, cuenta la historia de un hombre que se subió a un árbol para conseguir el huevo de un pájaro petirrojo para regalárselo a su novia, porque hacía juego con sus ojos azules. Las mujeres, mientras suspiran hondamente, dirían: “Que romántico, que lindo, que original”. Pero los hombres afirmarían que es la cosa más tonta que hubieran oído y hasta se preocuparían por la pájara que puso el huevo. El tiempo se encarga de terminar aun con los regalos a los que les pusimos mucho cariño, mucho amor y mucho interés. También terminarán los regalos que han tenido un costo económico muy elevado. Dios se ha propuesto demostrar el gran amor que nos tiene y nos ha dado la tierra como un hermoso hogar, y nos proporciona todo lo que necesitamos para mantenernos vivos. Cuida de la naturaleza total y toma cuidado de nuestras necesidades espirituales también. Nos regaló Su Palabra, la Biblia, como una guía de fe y conducta. Nos ha dado los medios de gracia, como la oración, la lectura de las Sagradas Escrituras, la asistencia a la iglesia, los sacramentos de la Cena del Señor, así como el bautismo, el ayuno, los retiros de sanidad y mucho, pero mucho más. Sin embargo, reconocemos que es la salvación por medio de Jesucristo el regalo eterno que nuestro Dios nos ha dado. Trasciende el tiempo, transforma nuestra vida para que vivamos conforme a Su voluntad en esta vida y determina dónde pasaremos la eternidad. Todos los regalos que hemos recibido acabarán, pero el regalo maravilloso de nuestra salvación durará por la eternidad, y nos permitirá estar ante Su presencia por los siglos de los siglos. Agradezcamos a Dios este regalo que no tiene fecha de caducidad. Los mejores regalos no son los que cuesten más dinero. Los mejores regalos son los que se dan desde el corazón.


Lectura del día: Mateo 1:21 | Miércoles 17 de diciembre Un regalo con nombre: Emanuel Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Mateo 1:21

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os regalos pueden ser tan impersonales, como enviados por un mensajero o por una empresa de paquetería, o bien tan individualizados que se manden a hacer especialmente para la persona a quien queremos demostrarle de manera especial nuestro afecto. Hay piezas que llevan el nombre de quien recibe el presente o se manda a hacer con ciertas características que son del gusto de quien recibe el obsequio. Otras veces son piezas que se importan de otros países. En la Biblia se nos habla del regalo enviado por Dios a la humanidad, que según el evangelista Mateo le pondrían por nombre Jesús (1:21) y para manifestar el gran valor de este regalo con nombre, dice en Mateo 1:23 “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.” Dos enseñanzas maravillosas nos da el Evangelista cuyo nombre griego era Mateo, el hombre que era recaudador de impuestos, que en hebreo se llamaba “Leví”: primero, que el nombre del regalo de Dios al hombre sería Jesús, porque salvaría a Su pueblo de sus pecados, y segundo, que el otro de Sus nombres sería Emanuel, para enfatizar que la divinidad estaba “invadiendo” nuestra humanidad, como escribiera Lucas en 1:78: “Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, Con que nos visitó desde lo alto la aurora”. Juan explica el misterio de la encarnación, diciendo: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.” ( Juan 1:14-15). Es una bendición saber que nuestro regalo espiritual fue personificado y que se nos ha revelado que sería nuestro Salvador y que es Dios mismo: “tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres” (Filipenses 2:7). Él está con nosotros, Emanuel. En este día agradezcamos a Dios tanta bondad para con nosotros al darnos a Su Hijo. Los mejores regalos no son los que cuesten más dinero. Los mejores regalos son los que se dan desde el corazón.


Lectura del día: Mateo 2:1-11 | Jueves 18 de diciembre Nuestro regalo a Jesús Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Mateo 2:11

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l Evangelio según San Mateo nos platica acerca de unos reyes de Oriente que vinieron a buscar al niño Jesús que había nacido y que ellos identificaron, según las profecías, como el Rey de los Judíos. De acuerdo a Su investidura, le trajeron regalos muy valiosos, de lujo y de mucho significado. El profesor de Historia del Cercano Oriente de la Universidad ceu San Pablo, Hipólito Sánchiz, ha explicado que los tres regalos ofrecidos al niño Jesús, no fueron escogidos por casualidad, pues el oro era un regalo destinado a los reyes, el incienso era una resina que se quemaba a los dioses y la mirra servía para embalsamar a los muertos. Se reconoce al niño como rey, como Dios y como hombre. En el caso de la mirra, Sánchiz ve dos posibles explicaciones, ya que se usaba como anestésico, normalmente mezclada con vino, y se puede interpretar como que el Señor venía para quitar el dolor al mundo. Pero también la mirra se empleaba para embalsamar a los muertos, por lo que podía representar “un anuncio de su pasión y una alegoría de que Jesús como hombre está sujeto a la muerte”. No solamente en esta temporada, sino siempre, tenemos la oportunidad de entregar como regalo a nuestro Salvador Jesucristo nuestra ofrenda de gratitud, de fidelidad, de obediencia, de una vida santa, de una fiel mayordomía, de nuestro interés por la obra de Dios, de nuestro tiempo, de nuestra vida total. Al igual que los reyes de oriente, se nos permite la bendición de ofrecer a nuestro Señor Jesucristo la adoración que Él merece, con toda la reverencia y reconocimiento posibles. Por supuesto que el acto de adoración implica al ser total de la persona involucrada en dar alabanza, acción de gracias y reverencia a nuestro Padre Celestial. Para el erudito A. W. Pink, en su exposición del Evangelio de Juan, adoración es: “Un corazón redimido, ocupado por Dios, que se expresa en adoración y acción de gracias”. En este día, y en todo momento, ofrezcamos nuestra propia vida como regalo a Dios. Los mejores regalos no son los que cuesten más dinero. Los mejores regalos son los que se dan desde el corazón.


Lectura del día: Marcos 12: 29-34 | Viernes 19 de diciembre El regalo de nuestro corazón … y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios. Marcos 12:33

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onsiderado como un profeta del siglo xx, A. W. Tozer dijo: “La verdadera adoración es estar tan personal y perdidamente enamorado de Dios, que la idea de una transferencia de afecto nunca existe ni por asomo”. Se trata del corazón redimido de un hombre o una mujer, que ha sido justificado ante Dios por la fe y que ha confiado en el Señor Jesucristo para perdón de los pecados. Marcos 12:30 dice: “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.” Esto retrata un corazón que fielmente ha sido dedicado al Señor y que está interesado en aumentar día a día su conocimiento de Dios, de Jesucristo, del Espíritu Santo y de las Sagradas Escrituras. Es evidente que lo que podemos regalar a Dios no es nuestro corazón físico, ese músculo del cuerpo que se encarga de bombear sangre a través de las venas y las arterias, sino el área espiritual, lo que ve nuestro Señor según 1 Samuel 16:7 “No mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; pues Dios ve no como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el señor mira el corazón”. Se trata de la parte interna del ser humano con la que medita, reflexiona, piensa; es en donde se asientan las emociones y en donde se motivan nuestras actividades. Marcos 7:21-23 nos dice, “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.” Demos como regalo a Dios nuestro corazón. Él lo limpiará, lo purificará y lo usará para Su honra y Su gloria. Los mejores regalos no son los que cuesten más dinero. Los mejores regalos son los que se dan desde el corazón.


Lectura del día: Hebreos 10:19-25 | Sábado 20 de diciembre El regalo de la vida física Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Hebreos 10:22

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omo seres humanos tenemos tres campos de batalla: El espíritu, el alma y el cuerpo. Pero éstos también pueden convertirse en nuestras herramientas y medios para la conquista espiritual, dirigidos por el Espíritu Santo. Podemos lograr que en lugar de ser un obstáculo, vengan a ser instrumentos al servicio de Dios. Al detenernos en el área de la vida física, el apóstol Pablo nos recomienda en Romanos 12:1, “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.” William Barclay escribe: “Para el griego, lo que importaba era el espíritu; el cuerpo solo era una prisión, por el cual sentir desprecio y vergüenza…” El cristiano cree que su cuerpo, tanto como su alma, pertenecen a Dios, y que le puede servir igual de bien con su cuerpo que con su mente o su espíritu”. Nuestros hermanos cristianos en Roma, a quienes Pablo escribe su epístola, en su mayoría son gentiles y no sienten ninguna obligación de presentar animales en sacrificio. El Apóstol les dice que ellos pueden ir más allá de lo que requería la ley de la Torá: que ellos pueden presentar como sacrificio su vida física. No significa que la persona vaya a morir, sino que es un sacrificio vivo, una vida dedicada al servicio de Dios, a cumplir la voluntad del Señor; una vida de fe y lealtad a su salvador. Se puede traducir en nuestro tiempo como nuestras vidas, nuestros cuerpos, en acuerdo con los propósitos de Dios, en adoración el domingo, lo mismo que el lunes en el trabajo, en la escuela, en el negocio o en la calle. Es decir, todo el tiempo consagrado al servicio y adoración a Dios. Como un regalo, presentemos a nuestro Señor y Salvador nuestra vida física como un auto sacrificio viviente, que le sea agradable. Esto será una obra espiritual, una alabanza genuina, un final lógico, razonado, a la decisión de seguir a Cristo. Los mejores regalos no son los que cuesten más dinero. Los mejores regalos son los que se dan desde el corazón.


Lectura del día: Romanos 1:1-9 | Domingo 21 de diciembre El regalo de la vida espiritual Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones, Romanos 1:9

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os cuatro Evangelios hablan especialmente del Cristo encarnado, el que vivía entre Sus discípulos. La epístola a los Romanos nos habla más del Cristo resucitado, quien es el Espíritu que habita dentro de Sus seguidores. El siervo de Dios Pablo, dice en Romanos 1:9 “Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo…”. Se refiere a su ser esencial, a la realidad más interna de su existencia, al hombre real, al que ha sido renovado por completo. Le había intentado servir antes, desde la perspectiva de sus intereses, su comprensión, sus energías, en su viejo hombre. Ahora le sirve en su espíritu. El regalo a Dios de un servicio real no es algo impuesto, no es algo obligatorio, no es una cuestión forzada. Debe ser un asunto de nuestra vida espiritual, razonado, voluntario, motivo de gozo, nuestro ser aferrado a Dios. Más que ser algo que hagamos para Dios, debe ser más bien lo que nosotros somos para Él, una vida completamente consagrada a Su servicio, en donde Él quiera, como lo desee y donde nos coloque. Esto disipa toda duda en cuanto a la naturaleza, la forma o la dirección del servicio. No se nos pide decidir qué haremos, dónde iremos o cómo trabajaremos, sino solamente entregarnos a Dios y obedecerle. Servicio y adoración van de la mano. Manifiestan la relación más honrosa y santa con nuestro buen Dios. Hacer algo por el Señor es el mayor de nuestros privilegios como hijos obedientes, y si este regalo de nuestro servicio en la obra de Dios es guiado por el Espíritu Santo, será un presente aceptado por nuestro Señor. Tomemos oportunidad de dar a nuestro Padre Celestial el obsequio de nuestro servicio, alabanza, honra, gloria, adoración que nace de un espíritu consagrado completamente a Él. Debemos sentirnos cautivados de que nuestro ser interior le pertenece a nuestro Creador por voluntad propia, disfrutándolo plenamente. Los mejores regalos no son los que cuesten más dinero. Los mejores regalos son los que se dan desde el corazón.


Lectura del día: Hebreos 10:10-18 | Lunes 22 de diciembre El regalo del perdón de pecados Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, Hebreos 10:12

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na de las buenas noticias para el ser humano es que Jesucristo, con Su muerte en la cruz del calvario, nos regala el perdón de nuestros pecados. En el momento en que la persona se arrepiente, confiesa sus pecados, pide perdón y recibe por la fe a Cristo Jesús como su Salvador y Señor, recibe el regalo de la salvación. Los esfuerzos personales, las lágrimas, las súplicas o los rituales religiosos no pueden reconciliarnos con Dios. Solamente la obra terminada por nuestro salvador Jesucristo con su muerte y confirmada al ser resucitado de entre los muertos, es suficiente para perdonarnos y darnos nueva vida. Este don maravilloso lo recibimos por la fe. El escritor a los Hebreos, en el capítulo 10, del verso 11 en adelante nos dice: “Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,… porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados….” Y añade: “Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.” Reconocemos que los pecados son malos y desagradables a Dios, que solamente confesando nuestros pecados y pidiendo perdón obtendremos el don de la salvación. 1 Juan 1:9 nos confirma: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” Tenemos en las Sagradas Escrituras muchos ejemplos de hombres y mujeres que disfrutaron la vida en Cristo. Seres normales como nosotros, con pasiones semejantes a las nuestras, con las mismas tentaciones, con oportunidades iguales a las que nosotros tenemos, con limitaciones y con los mismos recursos espirituales. Personas que hicieron de la vida cristiana una experiencia novedosa y no una rutina, de gozo y no de tristeza, de éxitos y no de fracasos. Hoy, por la fe en Cristo Jesús, recibamos el regalo maravilloso de ser perdonados de nuestros pecados. El amor es el mejor regalo que se le puede brindar a los que nos rodean.


Lectura del día: 2 Corintios 5:17-21 | Martes 23 de diciembre Tiempo de reconciliación “Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.” 2 Corintios 5:19

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a escena singular que se repite año con año durante las fiestas navideñas, es la de la familia reunida alrededor de la mesa compartiendo los alimentos. Después entregando los regalos, los dulces. Todos alegres, felices, los niños corriendo por la casa, jugando, riendo. Los adultos sentados en la sala compartiendo una plática común. Si hay un tiempo para demostrar amor unos con otros es este en particular. Ahora, la venida de Cristo a nosotros era para traernos un mensaje de reconciliación. Por causa del pecado el ser humano desobedeció a Dios, se enemistó y se alejó de Él. En el huerto del Edén cuando Dios vino a buscar a sus criaturas, con las que convivía, se halló que en lugar de acercarse a Él, huyeron, se escondieron, se alejaron y a partir de eso, nos hicimos enemigos de nuestro Padre Celestial. Susana se había enemistado con sus padres por haberse casado con Pedro, a quien sus progenitores no aceptaban, por considerar que no era una persona a la altura de su posición social. Pasaron unos cuatro años alejados, sin verse y enemistados, pero un día anunciaron que llegarían a buscar a la familia y que tendrían una sorpresa para ellos. Aunque todavía molestos, los padres de Susana esperaron la visita. Al llegar, les presentaron a su primogénito, un hermoso y saludable nieto para ellos. Este recién nacido fue capaz de unir a estos padres, su hija y yerno, logrando su reconciliación y perdón. El niño Jesús no solamente vino a nacer en ese humilde pesebre para reconciliarnos con Dios el Padre, sino para que nos reconciliemos unos con otros. Acércate en estos días a esa persona con la que has estado enojado y busca arreglar la relación, para la gloria de Dios. Quizá tu alejamiento es con alguien cercano a tu corazón, la esposa, el esposo, los hijos, los padres. Sé humilde, si es necesario pide perdón o da perdón. El amor es el mejor regalo que se le puede brindar a los que nos rodean.


Lectura del día: Gálatas 4:1-7 | Miércoles 24 de diciembre El mejor regalo Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, Gálatas 4:4

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i nos preguntáramos, ¿cuántos regalos hemos recibido en la vida? Seguramente responderíamos que muchos. Regalos pequeños, grandes, sencillos, complejos, baratos, caros, feos, bonitos, en fin, de muchas clases. Si nos hiciéramos una segunda pregunta: ¿Cuál de todos los regalos que hemos recibido es el mejor? En algunos casos sería muy difícil determinar cuál de ellos es el mejor, porque intervienen en la evaluación el precio, el valor sentimental, el momento en que lo recibimos, la persona que nos lo dio, y otros elementos que considerar. En el sentido espiritual definitivamente reconocemos que el mejor regalo que hemos recibido de Dios es a Su Hijo Jesucristo, quien vino para ser nuestro Salvador personal. El regalo fue enviado por Dios a la humanidad en el tiempo preciso, el de mayor necesidad, el adecuado. Es interesante que la palabra “tiempo” en el griego aquí no es Cronos, que es el término secuencial usado para medir el tiempo en segundos, minutos, horas, semanas, meses, años o siglos; el tiempo humano, el terrenal, el tiempo del hombre. El término utilizado acá es Kairós, que podemos traducir como el propósito de Dios, el plan del Señor, el tiempo adecuado u oportuno, el tiempo de Dios. La diferencia es que mientras Cronos es de naturaleza cuantitativa, Kairós tiene una naturaleza cualitativa. Cronos marca cantidad, Kairós calidad. Es el tiempo diseñado desde el cielo, que se manifiesta en la tierra, para bendición de los seres humanos. Es la intervención de Dios en la vida de los hombres de manera sobrenatural y poderosa. Por Su extensión, por Su naturaleza espiritual, por Su alcance, por Su trascendencia, es Jesucristo el mejor regalo que la humanidad ha recibido. De manera personal, cuando llegó a nuestras vidas nos transformó, nos hizo nuevas criaturas; fuimos adoptados como hijos de Dios, nos hizo Sus hermanos. Agradezcamos a nuestro Creador por el maravilloso regalo de Su Hijo amado, quien sigue siendo ejemplo de vida, nuestro modelo perfecto, nuestro Maestro por excelencia, nuestro Salvador. El amor es el mejor regalo que se le puede brindar a los que nos rodean.


Lectura del día: 1 Juan 5:10-15 | Jueves 25 de diciembre Regalos “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.” 1 Juan 5:12

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na escena típica de esta temporada es poner debajo del árbol de Navidad, adornado de esferas, heno y luces de colores, los regalos que se repartirán en la familia, después de la cena en la Noche Buena. Los hay de diferentes tamaños, adornados de papel brillante, con moños de distintos colores y cada uno con múltiples peso, precio y valor. Muchas personas se preparan haciendo listas de las personas a quienes van a regalar, el presupuesto de cuánto van a gastar y qué van a dar a cada uno en particular. Otros trabajan y ahorran todo el año para dar regalos costosos: una casa, un automóvil, un yate, un avión. Unos más, prefieren los regalos de bajo costo y hechos por ellos mismos. En un pasado cercano se acostumbraba enviar por correo tarjetas, que equivalían a un regalo familiar. Los niños de la casa buscaban discretamente bajo el árbol, tratando de adivinar cuál sería su regalo y qué contenía. De reojo algunos adultos miraban la caja de regalo más grande, con la esperanza de que les tocara ese a ellos. En algunas oficinas ahora se acostumbra hacer un intercambio de regalos entre los empleados. Y otros más esperan que el jefe o el patrón les regale cuando menos un pavo para la cena con la familia o un “arcón navideño” con víveres. Agradece a nuestro Padre Celestial que cuando permitió que su Hijo Jesucristo naciera en un humilde pesebre nos envió un regalo, y junto con él vienen otros regalos de enorme valor espiritual para nosotros como son: el perdón de pecados, la salvación de nuestra alma, una nueva vida y un futuro eterno de paz y el gozo de Su presencia para siempre. En este día ¿tienes un regalo para Jesús? Puedes ofrecerle hoy tu corazón para que lo limpie, lo restaure, lo sane y lo llene de Su amor. Si tú le das tu corazón, Él hará ahí una morada donde vivirá por siempre. El amor es el mejor regalo que se le puede brindar a los que nos rodean.


Lectura del día: Efesios 2:12-18 | Viernes 26 de diciembre El regalo de la paz Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca. Efesios 2:17

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l Evangelio según San Juan 14:27 registra la promesa de Jesús para Sus seguidores, para Sus discípulos: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” Uno de los regalos preciosos que Dios nos da por medio de nuestro Señor Jesucristo es la paz verdadera, que en nada se parece a la paz que el mundo ofrece. Para muchos tener paz es estar libre de conflictos, de perturbaciones, de preocupaciones, tener tranquilidad, salud, bienestar, descanso, prosperidad. Shalom, término hebreo para “paz de Dios”, era el anhelo de tener a Dios en medio de toda situación. Hasta hoy es el don maravilloso de Dios a nuestra vida, que nos permite tener paz a pesar de los problemas y experimentar Su presencia profunda. En la Biblia se describe a Dios como un Dios de paz (1 Tesalonicenses 5:23). Nuestro Mesías es identificado como “Príncipe de paz” (Isaías 9:6). El mensaje con que Dios nos alcanzó y que debemos predicar es “un evangelio de paz” (Efesios 2:17). Dios es la fuente de nuestra paz (Filipenses 4:6-7) y hay muchas más enseñanzas que nos comparte la Palabra de Dios sobre la paz. Sobre todo, la obra de Cristo garantiza nuestra paz, la obra del Espíritu Santo en nosotros es propiciatoria para una paz relacional y la vida de fe nos conduce a la paz interior. Nos comparte Isaías 26:3-4, “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos”. Demos gracias a Dios que nos da el obsequio de una paz que sobrepasa todo entendimiento, porque pasamos por circunstancias adversas, y donde muchos están angustiados, desesperados, nosotros podemos estar tranquilos, confiando en nuestro Dios y experimentando Su paz. Aunque pasemos por dificultades, tribulaciones, persecuciones por causa del Evangelio, podemos sentir la paz de Cristo en nuestro corazón, y transmitir esa paz a otros. El amor es el mejor regalo que se le puede brindar a los que nos rodean.


Lectura del día: Hechos 13:44-52| Sábado 27 de diciembre El regalo del gozo Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo. Hechos 13:52

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ozo es un término que procede del vocablo latino Gaudium y que hace referencia a la alegría del ánimo o al sentimiento de placer, satisfacción, alegría o complacencia al poseer o recordar algo apetecible. Gozar, por lo tanto, está asociado a disfrutar y a toda acción que genere felicidad a la persona. En el cristianismo, el gozo, término que viene de la palabra griega Chara, es parte del fruto del Espíritu y su fundamento es Dios. No es la clase de gozo que se deriva de las cosas terrenales, sino que depende de una buena relación con nuestro Señor. Un estado de alegría, deleite tranquilo y un gran contentamiento; es una cualidad constante en toda situación, buena o mala; es aquella profunda alegría espiritual que el Espíritu Santo infunde en los corazones de quienes son llenos por Dios. Nuestro gozo, nos enseña la Palabra de Dios, comienza desde el momento en que aceptamos a Cristo en nuestro corazón; no depende de las circunstancias externas, sino de poner nuestros ojos en Cristo, manteniendo nuestra relación con Él, sabiendo que todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios. Es como medicina a nuestro cuerpo, es nuestra fortaleza, quita la ansiedad, el temor, la tristeza, la amargura y nos permite contagiar a otros del gozo del Señor. El gozo puede perderse por el pecado, por la desobediencia a Dios, por un espíritu de queja, por resentimiento, por falta de perdón o por amargura. Demos gracias a Dios por el excelente regalo de la salvación, del gozo y de Su presencia en nuestra vida. Dice Nehemías 8:10, “… no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.” Los discípulos de Jesús estaban llenos de gozo, a pesar de la persecución, la cárcel, los latigazos y las circunstancias adversas por causa del Evangelio. Romanos 14:17 dice: “porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”, y Pablo nos recomienda en Filipenses 4:4, “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”. El amor es el mejor regalo que se le puede brindar a los que nos rodean.


Lectura del día: Romanos 15:7-13 | Domingo 28 de diciembre El regalo de la esperanza Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo. Romanos 15:13

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uchas veces hemos oído decir: “La esperanza muere al último”, pero, ¿qué significa la esperanza? Es el estado de ánimo en el cual se cree que aquello que uno desea o pretende es posible, bien sea a partir de un sustento lógico o a partir de la fe. Muchas personas suelen aferrarse a la esperanza cuando se encuentran en una situación complicada. La ven como un recurso que los ayuda para no caer en la depresión, basados en la idea de que “pronto las cosas mejorarán”. La esperanza se describe como uno de los sentimientos más positivos y constructivos que puede experimentar el ser humano. A diferencia del optimismo, la esperanza surge generalmente ante situaciones determinadas y específicas. El optimismo es más bien una actitud constante hacia el modo en que se desarrollan los eventos de la vida. Ambos pueden complementarse. Desde el punto de vista de las Sagradas Escrituras, la esperanza no es simplemente un estado de ánimo, sino una gracia, que junto con la fe y el amor, ha sido entregada por Dios para que el ser humano tenga confianza de alcanzar la vida eterna con Su ayuda. La esperanza no tiene raíces en lo terrenal, sino trasciende todo aquello que es de este mundo. No es fingir que no existen los problemas, sino tener confianza de que no son eternos, que las heridas se curarán, que los problemas se resolverán, que toda situación adversa se superará, basado en el poder y la gracia de Dios. Esta gracia nos sostiene y nos da gozo aun en las circunstancias más difíciles de nuestra vida. Demos gloria a Dios porque el regalo de la esperanza nos sostiene en toda situación en nuestra vida diaria y nos mantiene con los ojos puestos en la meta de alcanzar el trofeo de la vida eterna. Por esto el apóstol Pablo nos dice que debemos mantenernos “gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración.” (Romanos 12:12) El amor es el mejor regalo que se le puede brindar a los que nos rodean.


Lectura del día: Filipenses 3:14-20 | Lunes 29 de diciembre El regalo de una mejor ciudadanía Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo. Filipenses 3:2

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scuchamos muchas historias, algunas dramáticas, de personas que van rumbo a los Estados Unidos de Norteamérica, en busca del “sueño americano”. Están dispuestos a sufrir, pasar hambre, peligros, hasta exponer la vida misma, con tal de lograr llegar allá. Por supuesto que el ideal más alto es llegar a ser ciudadano de ese país, con todos los derechos y responsabilidades que conlleva. Escribiendo el apóstol Pablo a la Iglesia en Éfeso les dice que “…nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” (Efesios 3:20). Esto significa que nuestro paso por este mundo es pasajero, es temporal, es de paso hacia el cielo, donde está nuestra real ciudadanía. Cuando nuestro Señor Jesucristo fue llevado ante Pilato, en su conversación, tratando de encontrar algún delito para condenarlo a la muerte, “Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.” Si somos Sus seguidores, Sus discípulos, tenemos el privilegio de que al aceptarle como nuestro Rey, nuestro Señor, nuestro Salvador, hemos venido a ser ciudadanos del reino de los cielos. Pablo nos comparte la manera de disfrutar de esa ciudadanía: “…el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.” (Filipenses 3:21). Seremos glorificados para estar en nuestra verdadera ciudadanía. Procuremos no “echar raíces” en este mundo. Hagamos todo lo posible por no “tomarle mucho cariño” a esta Tierra, porque estamos de camino hacia nuestra ciudad permanente, hacia la nueva Jerusalén, hacia el cielo. Mientras tanto, Pablo dice a los filipenses y a nosotros, “Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio.” (Filipenses 1:27). Dar y dar más es la única manera de tener y tener más.


Lectura del día: Hebreos 7:18-26 | Martes 30 de diciembre El regalo de un nuevo pacto Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto. Hebreos 7:22

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n pacto, del latín Pactum, es un acuerdo, alianza, convenio o compromiso cuyos involucrados aceptan cumplir aquello que estipulan. El pacto establece un compromiso y fija la fidelidad hacia los términos acordados o hacia una declaración; por lo tanto, obliga al cumplimiento de ciertas pautas. A lo largo de la historia se han firmado miles de pactos entre países y entre gobernantes, que han marcado el rumbo de los pueblos y del mundo. Dios ha hecho pacto con el ser humano y ha usado un símbolo en cada uno de ellos: El pacto con Adán, simbolizado por el polvo de la tierra. El pacto con Noé, simbolizado por el Arcoiris. El pacto con Abraham, simbolizado por las estrellas. El pacto con Moisés, simbolizado por las tablas de la ley. El pacto con David, simbolizado por Jerusalén. El nuevo pacto con el Mesías Yeshúa, simbolizado por la Copa y el Pan de la Pascua. Finalmente, el pacto de paz, simbolizado por el reino Mesiánico. La teología del pacto nos enseña que, los pactos en el Antiguo Testamento eran pactos de obras. Que Israel falló en mantener las condiciones, por lo tanto, el pacto ha terminado. Que el Nuevo Pacto es un pacto de gracia y permanece en efecto para siempre. En Jeremías 31:31-33 Dios dice: “He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.” Gracias a Dios por el regalo de un Nuevo Pacto que se basa en el sacrificio de Cristo, que garantiza para nosotros la bendición eterna. Dar y dar más es la única manera de tener y tener más.


Lectura del día: Lucas 15:22 | Miércoles 31 de diciembre El regalo del mejor vestido Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Lucas 15:22

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uando el hijo prodigo regresó a casa de su padre, éste manda a sus siervos que saquen el mejor vestido y que se lo pongan. Significa que al pedir perdón a Dios y a su progenitor, ahora recupera sus privilegios de hijo, a pesar de que pidió fuera considerado como un jornalero. En la Biblia el vestido tiene mucho significado. Adán y Eva cuando fueron puestos en el huerto de Edén, tuvieron su estado probatorio y desobedecieron a su Creador, la primera consecuencia fue que se vieron que estaban desnudos, tuvieron vergüenza y se hicieron delantales de hojas de higuera cosidas. Dios, en su infinita misericordia les hizo vestiduras de pieles (Génesis 3:21). El primer sacrificio de animales en favor del ser humano se realizó. En el Nuevo Testamento estar vestidos de Cristo significa tener una relación con Dios. Una transformación integral del ser humano, que es una experiencia continúa en la vida. El Apóstol Pablo escribe en Efesios 4:22-24, “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.”, en Colosenses 3:10, “Y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno” y en Colosenses 3:12, “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia.” Cuando hemos recibido el nuevo vestido, la nueva vida en Cristo, reflejamos su carácter, imitamos su conducta y amamos como Él. Hemos sido transformados a la semejanza de Cristo y despojados de la antigua manera de vivir. Finalmente, dice Pablo en I Corintios 15:54: “Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.” Dar y dar más es la única manera de tener y tener más.


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