Tr ansformados por Su Gloria marzo 2014 ElĂas Betanzos Luis
Ediciones Ginosko Año iv Número 3 «Cita con Dios» es una publicación mensual gratuita con un tiraje de 13,000 ejemplares. Descargue la versión digital en www.familiacap.org CENTRO DE ALABANZA Y PROCLAMACIÓN Km. 6.5 Carretera Oaxaca-Tule (Deportivo Oaxaca), San Sebastián Tutla Oaxaca de Juárez, Oax. Reuniones dominicales: 10:00 am, 12:30 y 6:30 pm Martes: 7:00 pm Oficinas: Jazmines No. 909, Col. Reforma Oaxaca de Juárez, Oax. C.P. 68050, Tels. 01 (951) 5151733/ (951)5184878 Si deseas anunciarte en esta publicación, llama al 515 1733 (951)1353675 Mario Mejía / (951)1353676 Susana Lozano e-mail: susanloz@hotmail.com
Tr ansformados par a Su Gloria
E
n 27 años que llevo en el Ministerio pastoral, he visto una gran cantidad de milagros; personas han sido sanadas de cáncer, y otras a punto de morir se han levantado milagrosamente. Asimismo, he visto milagros financieros, pero el mayor milagro que he podido ver es el de vidas transformadas. Miles de personas que antes vivían una vida sin propósito, vacía, sin esperanza, han sido transformadas por el poder de la sangre de Jesús. No hay mayor milagro que éste, pues es un milagro eterno. La Biblia nos invita en Romanos 12:2 a que “no nos amoldemos al mundo actual, sino que seamos transformados”, y la transformación empieza por la mente; si cambiamos nuestras actitudes, honraremos al Señor. La transformación es una obra de Dios por medio de Su Palabra; la Biblia dice que somos limpiados por medio de la Palabra que nos va transformando, hasta que lleguemos a la estatura de la plenitud de Cristo. Es mi deseo que a través de este devocional, Dios vaya trasformando nuestra vida día con día, y que el cambio lo vayan notando aquéllos que nos rodean y nos aman, pero sobre todo, que esos cambios honren a nuestro Padre que está en los cielos. Pastor Elías Betanzos Luis Director General
Sábado 1º de marzo
Lectura del día: Sofonías 3:1-17
Transformados en la perseverancia
Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos. Sofonías 3:17
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ú eres la obra maestra de Dios, y Él te ha dado Su Palabra como testimonio del amor y el gozo que siente hacia ti. Él está transformando tu vida para reflejar Su bondad a otros. Él también tiene un plan asombroso para ti. Sin embargo, aún no eres lo que serás cuando entres a la presencia eterna de Dios (1 Corintios 13:12).
Hasta que llegue ese momento, Dios te moldeará y formará pacientemente conforme a la imagen de Su Hijo. Por lo tanto, nunca tendrás razón alguna para darte por vencido. ¡No estás solo! Jesús está contigo, celebrando tu avance a la victoria. Él está a tu lado para fortalecerte y animarte. Si fijas tus ojos en Él y no en tus circunstancias, empezarás a ver la vida muy diferente. En lugar de pensar negativamente, el Espíritu Santo te enseñará a pensar en las cosas de Dios y actuar conforme a Su Palabra. Dios también deja en claro que te ama con un amor eterno y ha jurado no dejarte ni desampararte jamás. Él camina contigo a través de las decepciones, y cuando confiesas tus pecados Él es fiel y justo para perdonarlos (1 Juan 1:9) ¡Él ya vio el cuadro terminado! Tú no puedes lograrlo por tu cuenta, pero Él sabe que por medio de Cristo sí puedes. Esto no significa que no vayas a sufrir ni a sentir dolor. Jesús sufrió y sintió dolor, pero no se dio por vencido. ¿Cómo pudo soportar el peso de nuestros pecados y todavía ser victorioso? Porque tenía una perspectiva eterna. Mucho antes que sucediera, Jesús vio la resurrección como un hecho ya realizado. Tres días después, Él se levantaría de la tumba y andaría en victoria sobre el pecado y la muerte. Tú puedes andar confiado y triunfante porque Jesús es tu ejemplo y Su Espíritu vive dentro de ti.
La confianza es el sentimiento que experimentas justo antes de entender la situación totalmente
Domingo 2 de marzo
Lectura del día: 1 Pedro 2:11-25
Cómo realizar la misión de Jesús Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma. 1 Pedro 2:11
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l pueblo que es como Él, que es semejante a Jesús, realizará la misión que ha recibido de Dios sólo si trabaja unido. No podemos ser la familia de Dios en forma aislada, ni podemos ser el sacerdocio santo si estamos apartados unos de otros, pero eso no significa que no tengamos responsabilidades individuales. Pedro declara que si no cumplimos esas responsabilidades individuales, nunca seremos el pueblo que Dios nos llama a ser ni cumpliremos nuestra misión. Él resume esas responsabilidades de la siguiente manera: Pedro dice lo que tenemos que hacer como “extranjeros y peregrinos” en el mundo. Nos exhorta a aceptar el doble mandato tocante al enfoque interno (familia) y externo (sacerdocio) de nuestra misión. Primero, nos llama a “abstenernos” o alejamos de los deseos pecaminosos. La mayoría de la gente moderna no quiere hablar de prohibiciones ni usar frases negativas. Preferiríamos hacer sólo declaraciones afirmativas o no decir nada, en especial cuando tratamos de asuntos espirituales. Sin embargo, hay prohibiciones que debemos escuchar. Pedro nos advierte sobre los deseos pecaminosos y nos dice que los rechacemos. Cuando alguien se aleja de Dios, nunca es por accidente. Y no existe el secuestro espiritual. Uno se aleja porque toma esa decisión. Acepta los deseos en lugar de rechazarlos, y eso lo distancia de Dios. Pedro nos asegura que eso no tiene que suceder jamás. El Espíritu Santo nos da poder para rechazar todos los deseos pecaminosos. La segunda mitad del mandato para realizar la misión nos llama a mantener una “buena... manera de vivir entre los gentiles” (2:12). Esto nos deja ver que tendremos relación con todo tipo de personas, por tanto, tenemos la responsabilidad de mostrar el amor y misericordia de Dios, cumpliendo así la misión que Jesús.
La confianza es el sentimiento que experimentas justo antes de entender la situación totalmente
Lunes 3 de marzo
Lectura del día: Juan 17:20-26
El deseo de ser semejantes a Jesús La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Juan 17:22
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través de toda la Biblia Dios llama a su pueblo a ser semejante a Él, eso indica que es realmente posible vivir en integridad. Pero, ¿por qué querríamos ser semejantes a Él? Para la mayoría de la gente, y algunos están en la iglesia- “ser como Él” no es una de las diez prioridades de su vida. Y creo entender por qué. En algunos lugares, la gente espera que toque serpientes y tome veneno como prueba de su fe. En otros lugares, ser semejante a Él trasmite la imagen de una persona amargada, inflexible, aburrida, tacaña y triste. Ser como Él, para otros, significa ser reservado, inhibido, mojigato, temeroso y sin gozo alguno. Si ser como Él consiste en alguna de esas características, ¿quién la necesita? ¿quién la quiere? Sin embargo, ser semejante a Él no tiene nada que ver con esas descripciones. Cuando la Biblia dice que podemos ser como Él, está dando una buena noticia. Consideremos tres razones, Primero, supongamos que pudiéramos ser tal como Dios quería que fuésemos cuando nos creó, ¿No sería maravilloso? • Segundo, supongamos que pudiéramos ser como Jesús. ¿Existe acaso alguna persona más cautivadora y atrayente en la historia? El gran Mahatma Gandhi, de la India dijo en una ocasión: “No soy cristiano porque nunca he encontrado a alguien como Jesús. Si lo hallara, quizá me convertiría en uno de ellos”. • Tercero, supongamos que el mundo estuviera lleno de personas que son tal como Dios quería, y semejantes a Jesús. ¿No ayudaría eso a resolver la mayoría de los problemas que vemos o que enfrentamos? Empezamos a ser como Él cuando nos unimos a Jesús y le seguimos. Al caminar con Jesús, Pedro y Juan comenzaron a vivir de manera diferente. Hicieron y dijeron cosas como nunca antes. Fueron a lugares que nunca antes habían visitado, relacionándose con la gente y las circunstancias de una forma nueva. ¿Qué marcó la diferencia? Estar con Jesús, el Santo. Cuando Él estaba con ellos, y éstos con Él, ellos eran como Él.
La confianza es el sentimiento que experimentas justo antes de entender la situación totalmente
Martes 4 de marzo
Lectura del día: 1 Corintios 6:1-11
El perdón de Dios
… más ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. 1 Corintios 6:11
¿S
erá posible que Dios perdone todo pecado que yo cometa? El apóstol Pablo abordó un caso escandaloso de inmoralidad sexual en la Iglesia de Corinto. Este pasaje contiene tres mensajes esenciales para nosotros. Primero, nos dice que todo pecado es pecado. Dios no diferencia entre un tipo de pecado y otro. Sin embargo, creo que algunos pecados tienden trampas de las cuales es más difícil salirse. El efecto del pecado sexual llega hasta lo profundo del alma. Es una trampa tan grande que a muchos les resulta complicado librarse, pero el amor de Dios y Su capacidad para rescatar, perdonar y restaurar son mayores todavía. Segundo, nos dice que el pecado es un estilo de vida o un estado de existencia. Pablo declaró que el pecado había sido la identidad de los corintios. El pecado se había convertido en una parte de su carácter que consumía todo lo demás. El pecado no es simplemente algo que uno hace; más bien, el pecado es lo que nosotros somos. Tercero, nos dice que los pecados de todo tipo pueden ser perdonados. Pablo declaró: “Y esto erais algunos”. A continuación les recordó que ya no eran lo que habían sido, puesto que habían sido lavados, santificados y justificados en el nombre del Señor Jesús y por el Espíritu de Dios. Tú puedes pasar por el mismo proceso.
Nada está más allá del perdón de Dios. Ningún pecado es demasiado grande ni demasiado atroz para que Dios no lo perdone. Ningún ser humano está tan hundido en el pecado, tan arraigado en un estilo de vida pervertido ni tan inmerso en la maldad, que no pueda ser salvo. El único requisito es que aceptes el perdón de Dios. ¿Estás dispuesto a hacerlo?
La confianza es el sentimiento que experimentas justo antes de entender la situación totalmente
Miércoles 5 de marzo
Lectura del día: Jeremías 17:7-13
¿Puedes confiar en alguien todavía?
Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Jeremías 17:7
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ace algún tiempo, un artículo del New York Times afirmó que la mayoría de la gente diría que cometer adulterio es malo. Sin embargo, según los estudios realizados, el adulterio ha aumentado durante los últimos 20 años. En la década de 1970, el 25 por ciento de las mujeres y el 50 por ciento de los hombres admitieron haber tenido por lo menos un amorío mientras estaban casados. En la década de 1990 esas cifras subieron al 40 por ciento entre las mujeres y al 65 por ciento entre los hombres. Imagínese un mundo en el que nadie confía en nadie. ¿Se imagina cómo sería ese mundo? En ocasiones me pregunto si no estamos creando ya un mundo de esa clase. Pero, no todo marcha tan mal, ¿verdad? Con frecuencia veo señales más alentadoras que las mencionadas. Para mí no hay nada más conmovedor y maravilloso que ver a una esposa o un esposo cuidando fielmente a su cónyuge, quien ya no puede cuidar de sí mismo. Quizá haya gente a tu alrededor que te haya bendecido con su fidelidad: padres, esposo o esposa, hijos, amigos, colegas. La confianza es poco común, cada vez menos común. Por doquier vemos a esposos que maltratan o abandonan a sus esposas e hijos, dejando años (o quizá toda una vida) de dolor que es necesario superar. Nuestro mundo nos impulsa a preguntamos: ¿Podemos confiar en alguien? ¿Existen compromisos con los que podemos contar absolutamente? Puesto que Dios es santo, la respuesta es sí. No importa cuánto nos haya herido la gente, no importa cuán injustamente nos haya tratado la vida, no importa qué tan dolorosas hayan sido las experiencias, y no importan los medios dañinos que hayamos usado para hacerles frente.
El plan de Dios de corregir todo aún está en vigencia e incluye a cada uno de nosotros. Podemos estar seguros de esto, porque la santidad de Dios significa que podemos contar con Él.
La confianza es el sentimiento que experimentas justo antes de entender la situación totalmente
Jueves 6 de marzo
Lectura del día: Éxodo 4:1-12
No hay pretexto
“Entonces Moisés respondió diciendo: he aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: no te ha aparecido Jehová.” Éxodo 4:1
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oisés dice: “Pero Señor, yo no puedo ser tu representante en esta situación. Yo no tendría ninguna respuesta que dar cuando esa gente comience a bombardearme con preguntas”. Antes de que examinemos la respuesta del Señor, detengámonos un momento para pensar en esta inaceptable excusa. ¿Te suena familiar? ¿Verdad que sí? Es el pretexto que dan muchos cristianos hoy en día. “Señor, no puedo hacer eso porque me voy a meter en un lío, y después no sabré qué decir. No voy a saber qué responder, no sabré qué decir, voy a quedar en ridículo y como un tonto ante los ojos de las demás personas. No, no puedo hacerlo Señor. Es que, simplemente, no tengo todas las respuestas.” Es importante reconocer delante de Dios que no sabemos hacer todas las cosas, ni tenemos respuesta para todo lo que se presenta en nuestra vida. Pero eso no debe ser el pretexto para no llevar a cabo lo que el Señor nos esté pidiendo. En un principio, Moisés se justificó diciendo que no lo escucharían, que no le creerían, que él no sabía hablar bien, y todo para no aceptar el llamado que Dios le estaba haciendo de liberar a Su pueblo de la esclavitud de Egipto, pues esto implicaba enfrentarse a Faraón y, probablemente, tenía miedo. ¿Has sentido temor o incertidumbre cuando Dios te ha pedido hacer algo? Es normal, pero eso no debe ser el motivo para no obedecer, ya que, si Dios te está llamando, Él estará contigo como estuvo con Moisés, y te capacitará para servirle y ser un instrumento de bendición.
Al igual que lo hizo Moisés, acepta el reto. Obedece a Dios y confía en que Él no te dejará, sino que extenderá Su mano y te sostendrá cada vez que lo necesites. La confianza es el sentimiento que experimentas justo antes de entender la situación totalmente
Viernes 7 de marzo
Lectura del día: Jeremías 31:3-10
El amor de Dios
Jehová se manifestó a mi hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. Jeremías 31:3
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ios nos busca donde estemos, cambia y vuelve a cambiar nuestras circunstancias, trabaja por medio de ellas, alrededor de ellas y, en ocasiones, contra ellas, para captar nuestra atención y atraernos a Él. La respuesta divina a la ruptura de nuestra relación, hace posible una nueva relación de amor. Él siempre toma el primer paso, procurando atraernos para establecer una relación de amor e intimidad. Puesto que Dios es grande y poderoso, tal vez pensemos que es fácil o insignificante lo que Él hace. Sin embargo, consideremos las tres enormes barreras que existen entre Él y nosotros. La primera es la barrera del corazón quebrantado. Imagine a Dios, con capacidad infinita precisamente porque Él es Dios. Eso significa también capacidad infinita para sentir el dolor y el rechazo. Ciertamente el quebranto más devastador para el humano apenas empieza a acercarse al quebranto que experimenta Dios. Sin embargo, ¡Dios nos busca! La segunda es la barrera del rechazo injusto. Es doloroso ser rechazados, cualesquiera que sean las circunstancias, pero el aguijón llega más profundo cuando el rechazo se produce como respuesta al amor. La tercera es la barrera de la insensibilidad. Cuántas veces decimos o pensamos algo similar de Dios: “Si esto no hubiera sucedido, si Dios no lo hubiera permitido, si se resolvieran mis problemas, entonces quizá tomaría en serio a Dios”.
La realidad es que Dios nos ama, y Él quitará toda barrera que pudiera interponerse entre Él y nosotros. Su voluntad será siempre perdonarnos y acercarnos a Él. No importa cuántas veces tú le ofendas, Él estará dispuesto a perdonarte si reconoces tu pecado y te arrepientes. Su misericordia es nueva cada mañana y te alcanza.
La confianza es el sentimiento que experimentas justo antes de entender la situación totalmente
Sábado 8 de marzo
Lectura del día: Hechos 11:19-30
Hombre de consolación
Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor. Hechos 11:24
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donde fuera Bernabé, los rostros de las personas se iluminaban. Todos contaban con que su presencia trajera una palabra amable, una sugerencia útil y cargada de ánimo. De hecho, así fue como recibió su nombre. Nació como un levita de Chipre a quien llamaron José, pero sus típicas expresiones de alegría y confianza hicieron que los apóstoles le pusieran el sobrenombre Bernabé que significa “Hijo de consolación” (Hechos 4:36), y así mismo era el carácter de su ministerio. Sin Bernabé, quizás no habría surgido alguien conocido como el apóstol Pablo. Fue Bernabé quien presentó a Saulo a la Iglesia, mientras todos los demás le tuvieron miedo (Hechos 9:26-30). Además, cuando los apóstoles enviaron a Bernabé a hacer una visita de rutina a una Iglesia joven, él “exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor. Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe” Hechos 11:23-24). El sentido de “bueno” aquí es manifiestamente de corazón grande, de mente liberal, superior al estrecho sectarismo judaico, y era esto porque, como el historiador agrega, estaba “lleno del Espíritu Santo y de fe”. El procedimiento de Bernabé, tan lleno de sabiduría, amor y celo, fue bendecido con el gran crecimiento de la comunidad cristiana de aquella importante ciudad.
Fomentemos el crecimiento de esa gracia al exhortarnos unos a otros a servir con propósito de corazón, permaneciendo fieles a Dios, alegres y llenos del Espíritu Santo y de fe. ¿No te parece que nos convendría mucho tener más creyentes como Bernabé? ¿Serías tú uno de ellos? Recuerda, Dios nos bendice para que nosotros podamos bendecir a otros.
La confianza es el sentimiento que experimentas justo antes de entender la situación totalmente
Domingo 9 de marzo
Lectura del día: Hechos 2:43-47
El poder de la comunidad
Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón. Hechos 2:46
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lguna vez has oído la frase: “la unión hace la fuerza”? Pues sin lugar a dudas es bastante cierta. Vemos que Lucas, el escritor de Hechos, se da cuenta de que la unión de la Iglesia es la que derrama bendiciones, de manera que no había ningún necesitado, pues compartían todas las cosas. Pero lo mejor de esta comunidad era que se encontraban llenos de alegría y sencillez de corazón. ¿Cuántas veces has estado en la Iglesia viendo a tu hermano necesitado y no le ayudas? Quizás no con cosas materiales solamente, pero una sonrisa o nuestra actitud puede cambiar por completo el día, más aun cuando estamos en medio de la congregación sintiéndonos solos o en medio de nuestra familia pero cada quien con su Smartphone (celular, televisión, etc.), sin interesarnos por nuestra integración. Por eso es interesante ver que Lucas nos dice que “aquel día se unieron”, por lo que la pregunta hoy es ¿estoy realmente unido a mi familia? ¿a mi iglesia? ¿Compartimos todo, de manera que no tenemos necesidad y estamos dispuestos a ayudar? Te invito a que a partir de este día tu actitud de “unión” sea como entre los primeros cristianos, compartiendo tu tiempo, tu esfuerzo, tu cariño, tu alegría y tristeza, en resumen, tu interés por los demás. Finalmente Jesús oró por Su Iglesia de la siguiente manera: “Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí. Permite que alcancen la perfección en la unidad, y así el mundo reconozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos tal como me has amado a mí.” ( Juan 17:22-23).
Al unirnos a la Iglesia no solo estamos siendo cobijados por el amor, sino que también estamos siendo luz en nuestra comunidad. La confianza es el sentimiento que experimentas justo antes de entender la situación totalmente
Lunes 10 de marzo
Lectura del día: Filipenses 1:12-26
Viviendo para Él
Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Filipenses 1:21
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espués de la luna de miel sigue toda una vida. Una vez que se desvanece la emoción de la boda y la recepción, y regresamos de la luna de miel, empezamos a formar una vida juntos como esposo y esposa. Todo el potencial maravilloso del matrimonio -”la relación más feliz y más santa de la vida”, como se dice a veces en la ceremonia- se encuentra en el futuro. Queremos aprovecharlo al máximo, experimentando todo lo que significa ser “uno”. De la misma manera, una vez que Dios nos ha perdonado y gozamos de la nueva relación con Él, pronto descubrimos que necesitamos aprender mucho acerca de Dios, de nosotros mismos y de la relación con Él. Hay mucho que recorrer antes de experimentar la unidad profunda con Dios. La Biblia utiliza la imagen del noviazgo y matrimonio para describir cómo Dios se relaciona con nosotros y nos hace ser como Él. Como vimos, Dios se presenta como un pretendiente fiel que nos atrae y conquista para que seamos Su esposa. En verdad, ese es el matrimonio de acuerdo con la voluntad de Dios. Cuando comenzamos a entender lo que Dios hizo en Cristo Jesús y cuánto nos amó para hacer algo así, decimos: “Sí”. Nos comprometemos con Él. Así como Dios pide que seamos suyos, nosotros pedimos que Él sea nuestro. El pasado, con todas las barreras que nos mantenían lejos de Dios, es eliminado. Al recibir el perdón divino, principia una relación que promete que seremos uno con Dios. Si comparamos con el matrimonio nuestra relación con Dios, en verdad éste es un matrimonio conforme a la voluntad divina. Por tanto, nos aseguraremos de ser totalmente suyos. No esconderemos nada; nos entregaremos por completo a Dios. Ese es el sacrificio que debemos hacer. Es un sacrificio vivo que pone a su disposición todo lo que somos y tenemos: capacidades, potencial, cualidades positivas y debilidades. En la relación de amor ningún compromiso a medias es válido. La entrega a Dios tiene que ser total.
Todos piensan en cambiar el mundo, pero pocos piensan en cambiarse a sí mismos.
Martes 11 de marzo
Lectura del día: Éxodo 15:22-27
Dios nos lleva paso a paso
E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua. Éxodo 15:22
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l pensar en los primeros días de Israel en el desierto, es importante recordar dónde se encuentra la nación de Israel en el relato del capítulo 15 de Éxodo. El Mar Rojo se encuentra al norte del Golfo de Suez. Cruzaron ese mar y luego se dirigieron en dirección sur-sureste al monte Sinaí. Pero antes de llegar al monte de Dios, arribaron al desierto de Shur, situado en la parte septentrional de la península del Sinaí. Allí la columna de nube y de fuego seguía dirigiendo a Israel en el desierto, con el pastor Moisés al frente del rebaño. Pero, ¿por qué estaban allí? Si Dios había hecho pasar al pueblo a través del Mar Rojo, ¿no podía Él también llevarlo de inmediato a la verde tierra de Canaán? ¡Claro que sí! ¡Por supuesto! Dios puede hacer todo. Si Él pudo guiarnos a través de nuestra conversión, también puede apresurar nuestro viaje a través de este desierto terrenal y llevarnos rápidamente al Cielo. No es ningún problema… pero Él no lo hace. ¿Por qué Dios nos hizo pasar por experiencias en el desierto antes de que llegáramos a Canaán? Por una sola cosa: porque quiere probar nuestro corazón. Esa fue la razón por la que Dios llevó a Israel al desierto según Deuteronomio 8:2. Dios nos pone en el desierto para enseñarnos humildad, para probarnos, para que desarrollemos fuerza espiritual. Nuestras experiencias en este desierto terrenal tienen el propósito de que nos volvamos hombres y mujeres de fe. Si somos realistas, nuestras raíces se vuelven más profundas sólo cuando los vientos que nos rodean son fuertes. Si quitamos las pruebas, nos convertiremos en unos debiluchos espirituales, con raíces a flor de tierra. Enfrentemos los vientos del desierto y veremos cómo, increíblemente, nuestras raíces se hunden profundamente para convertirse en fe.
Todos piensan en cambiar el mundo, pero pocos piensan en cambiarse a sí mismos
Miércoles 12 de marzo
Lectura del día: Isaías 40:12-31
Como las águilas
… pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. Isaías 40:31
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n esta porción bíblica, el profeta Isaías nos hace ver la diferencia entre los hombres que confían en sus ídolos mudos e inmovibles, hechos a base de madera recubierta por oro o plata y los hombres que han puesto su confianza en el Dios Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra, porque en el tiempo de Isaías muchos de los hijos de Israel estaban dejando de confiar en Jehová por seguir los dioses hechos por la mano de los hombres, pensando en que quizá Dios se había cansado y por eso no los oía o que los había olvidado. Isaías responde, inspirado por Dios, con asombrosas afirmaciones. Dios está por encima de la creación; Su poderoso trono está cubriendo los cielos muy por encima de la Tierra y ve a los hombres como langostas; tiene poder para destruir los planes perversos de los hombres vanos. El águila es de los animales más sorprendentes que Dios creó para que surcara los cielos. Además de su envergadura, su maravillosa visión, la rapidez y destreza para cazar o pescar y su poderío aerodinámico para volar, me sorprende su proceso de transformación y renovación. Cuando está a la mitad de su existencia y sus picos y garras están desgastadas, busca los altos riscos y ahí azota las alas, el pico y sus garras, para desprenderse de las plumas inservibles y de su pico curvo y sus garras lastimadas y después de un doloroso tiempo, le nacerán nuevas plumas, un pico y garras afilados, y este proceso de renovación gloriosa, le dará otros treinta años más de vida. Si estás atravesando hoy por una situación difícil, que requiere coraje y determinación, recuerda que tú puedes confiar plenamente en Dios, que puede transformarte y renovarte, si le permites que él tome el control de tu vida. Nuestro Dios es más grande que tus problemas y puede hacer pedazos a tus enemigos, por poderosos que se proclamen. Alza tus ojos al Cielo este día y dale gracias a Dios, porque ya eres vencedor.
Todos piensan en cambiar el mundo, pero pocos piensan en cambiarse a sí mismos
Jueves 13 de marzo
Lectura del día: Gálatas 6:1-5
¿Cómo aprendemos a caminar?
Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. Gálatas 6:2
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e seguro los niños pequeños sienten un poco de temor al dar los primeros pasos. De igual manera, caminar como Jesús quizá parezca difícil y nos intimide. Hemos visto que los seguidores de Jesús confían en Dios incondicionalmente, sobre todo cuando atraviesan por dificultades. Reconocen lo que podría destruir su relación con Dios y lo rechazan. Asimismo, saben qué podría mejorar esa relación. Los seguidores de Jesús resisten y permanecen inflexibles bajo presión. Aunque los insulten, aman aun a sus enemigos y encuentran formas de mostrarles la bondad de Dios. ¿Cómo aprendemos a conducimos de esa manera? Así como no es razonable esperar que los niños caminen, hablen y se relacionen con otros por sí solos, tampoco se espera que sigamos a Jesús únicamente por nuestros propios medios. Para seguir a Jesús necesitamos apoyo, ánimo y ayuda de otros. Cada uno necesita de una comunidad. Los primeros cristianos nunca hubieran cuestionado tal necesidad. Desde mucho antes habían entendido que las personas serían enseñadas y formadas por el grupo al que pertenecían. A su vez, los individuos ayudarían a formar a los otros que eran parte del grupo. Pertenecer a un grupo era el fundamento para la identidad y la vida personales. ¡Qué extraño suena esto a los oídos modernos! En estos tiempos algunas personas afirman que el individuo, no un grupo, es el centro del universo. “Por favor, prefiero hacerlo solo” nos dicen nuestros hijos o las personas, cuando la verdad es que realmente necesitan ayuda. La Biblia, en cambio, da por hecho que vivimos en comunidad y que ésta desempeña un papel importante para determinar quiénes somos y cómo vivimos, ya sea para bien o para mal. La mayoría de los mandamientos e instrucciones que Dios da en la Biblia están en plural. Primero Dios se dirige a nosotros como Su pueblo, y después como a individuos. Todos necesitamos de otros en un momento dado. Dios nos hizo para vivir en comunidad interactuando unos con otros, y de esta manera es más fácil enfrentar situaciones que se presentan a lo largo de nuestra vida.
Todos piensan en cambiar el mundo, pero pocos piensan en cambiarse a sí mismos
Viernes 14 de marzo
Lectura del día: Jeremías 33:1-3
Renueva tu oración
Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Jeremías 33:3
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in duda, la oración es una parte muy real de una relación vital con Dios. No está reservada para un grupo especial de creyentes muy espirituales; es para ti. Hay tres principios en estos versos, que si así lo deseas, pueden transformar tus viejas nociones acerca de la oración y darte un entendimiento nuevo y refrescante. Primero, Dios dice: “Clama a mí”. Él quiere escuchar tus pensamientos y sentimientos más profundos. Él quiere oír tu voz en los momentos difíciles y también cuando las cosas marchan bien.
Tus tiempos de oración más gratificantes vendrán cuando acudas al Señor tan sólo para alabar, adorar y darle gracias por lo que ha hecho. Segundo, Dios dice: “yo te responderé”. ¿Lo crees? Tal vez hayas pedido a Dios algo que Él no te dio, y desde entonces albergas en secreto la duda de si Él te escuchó o si ni siquiera le importó darte una respuesta. Pero Dios mismo te dice: “yo te responderé”. Puede ser que la respuesta no se presente en la forma que tú crees ni llegue cuando tú lo desees, pero Él responderá. Su respuesta podría ser “sí”, “no” o “espera”. Tal vez no entiendas las razones detrás de Su respuesta, pero puedes confiar que son las mejores para ti. Tercero, Dios dice: “te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. Tú tienes sabiduría y entendimiento finito, mientras que Dios todo lo sabe. Él conoce la realidad en todas sus dimensiones, mientras que tú apenas ves una parte del cuadro. Cuando le pides Su guía, Él interviene y te dirige para dar cumplimiento a Su visión y Su llamamiento supremo. Si das el primer paso y clamas a Él, la oración puede convertirse en parte importante de una relación dinámica con Dios en la que tu vida ¡será transformada para Su gloria!
Todos piensan en cambiar el mundo, pero pocos piensan en cambiarse a sí mismos
Sábado 15 de marzo
Lectura del día: Hebreos 10:23-25
No perdamos nuestras buenas costumbres.
No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca. Hebreos 10:25 nvi
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l escritor Heminwey escribió alguna vez este dicho: “ningún hombre es una isla en sí mismo” y “todos somos parte del continente”, de manera que ningún cristiano es el cuerpo de Cristo en sí mismo, sino que todos somos una parte de él, y todos juntos somos el “Cuerpo de Cristo”. La vida del cristiano es igual; si nosotros queremos que nuestra vida cristiana crezca debemos alimentarnos. La clave para tener una vida espiritual fructífera es mantener una relación de día a día con Dios a través de la comunión entre los hermanos. Dios, por Su gran misericordia nos ha dado medios de gracia que nos ayudan a estar alimentados de Él. Leer nuestra Biblia nos ayuda a entender la voluntad de Dios para nosotros; tener constante comunicación por medio de la oración nos ayuda a acercamos más a Él. Una noche fría mientras estaba frente a la fogata, vi consumirse varios leños; la lumbre estaba avivada y calentaba rico el ambiente; saqué el mejor y el más fogoso leño y lo puse solo y aparte. Vi cómo se seguían consumiendo los leños juntos y el que estaba solo se fue apagando poco a poco, hasta que quedó como un tizón humeante. Mientras veía esto, pensé para mis adentros: así sucedería si yo me alejara de la presencia de Dios y de la convivencia en la Iglesia.
La comunión con las personas es esencial para nuestro crecimiento espiritual. No permitas que ningún distractor desvíe tu atención de las cosas divinas; solamente por motivos de fuerza mayor puedes dejar de asistir, pero que esto no se vuelva una costumbre, dice la Biblia. Los tiempos se tornan cada día más difíciles y en la Iglesia siempre hay un gran consejo para tu vida. No sea que termines como un leño apagado, lejos de la comunidad de la fe.
Todos piensan en cambiar el mundo, pero pocos piensan en cambiarse a sí mismos
Domingo 16 de marzo
Lectura del día: 1 de Pedreo 5:6-14
Humillación para exaltación
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo. 1 Pedro 5:6
L
a humildad nos conduce al honor; la sumisión es el camino del encumbramiento. La mano de Dios que nos pareciera dura y de opresión puede levantarnos siempre que estemos dispuestos para la bendición, cuando estemos dispuestos a humillarnos venceremos. La Biblia nos habla de un rey que se exaltó, que fue orgulloso, su nombre fue Nabucodonosor, un personaje reconocido altamente pero que eso le llevó a olvidarse de quien le había llevado a lograr todo esto. La Biblia nos dice que durante siete años él sufrió las consecuencias de su altivez, y hasta después de pasados siete años, levantó sus ojos al Cielo y fue restaurado a su reino (Daniel 5:20-22). Hace tiempo conocí a un hombre. Sus ojos siempre reflejaron cansancio, dolor, pero al mismo tiempo rudeza. Sus hijos y esposa siempre hablaron del dolor que durante toda su vida había sufrido. Por más que muchas personas le aconsejaron que dejara atrás aquel pasado lleno de frustración, prefirió morir en su dolor, sin antes reconocer que sólo humillándose ante la poderosa mano de Dios él podría ser libre. Hoy muchos viven en el orgullo, en la soberbia, airados y enojados con todos y contra todo; van por la vida buscando una mejor forma de vida, estabilidad en todos los aspectos y, sin embargo, no consiguen la protección que desean. Pero la Biblia nos dice que el que se humilla bajo la mano poderosa de Dios, será enriquecido, levantado, sostenido y consolado por Él, porque siempre es misericordioso. Posiblemente seas una persona llena de logros, pero con actitudes negativas y con una personalidad de soberbia; todo esto te llevará al dolor y a la frustración. Pudiera ser hoy un buen momento para humillarte ante Dios, no importa lo que estés viviendo. Probablemente hayas pasado tantos desiertos, montañas y tormentas en los cuales el dolor y la desesperación hicieron estragos en ti, pero este es el tiempo de ser humilde para poder ser levantado por Dios. Sólo humíllate delante de Dios, reconociendo que solo no puedes, que lo necesitas a Él en todo y para todo. El hará el resto en su tiempo.
Todos piensan en cambiar el mundo, pero pocos piensan en cambiarse a sí mismos
Lunes 17 de marzo
Lectura del día: Jeremías 42:1-6
Transformados por la obediencia
Sea bueno, sea malo, a la voz de Jehová nuestro Dios al cual te enviamos, obedeceremos, para que obedeciendo a la voz de Jehová nuestro Dios nos vaya bien. Jeremías 42:6
L
a obediencia es activa, no pasiva. Dios asigna un gran valor a la obediencia. Él la prefiere incluso antes que al sacrificio o las expresiones exteriores de adoración (1 Samuel 15:22). De hecho, nuestra obediencia es la máxima expresión de adoración y servicio. Los creyentes que desean ser transformados expresan su deseo de obedecer a Dios en tres áreas: Primero, una pasión por conocer la Biblia. Para saber qué requiere Dios de nosotros, debemos saber lo que Él nos ha mandado. Los mandamientos de Dios no han cambiado a lo largo de la historia, ni han sido alterados conforme a la cultura, las costumbres o los avances tecnológicos. La Palabra de Dios permanece para siempre. Segundo, una pasión por vivir en integridad. Es muy simple, vivir en integridad es hacer lo que es justo delante del Señor. Significa cumplir con alegría Sus mandamientos y estatutos. Es alejarse del pecado y hacer lo que es aceptable a Dios. Tercero, una pasión por recibir a diario la dirección del Señor. El corazón inclinado a la obediencia tiene un deseo profundo de recibir la dirección del Espíritu Santo diariamente.
Obedecer es “andar en sus caminos diariamente”, paso a paso, confiando que Dios nos dirige y nos corregirá tan pronto cometamos un error. Debemos observar lo que Dios está haciendo a nuestro alrededor y preguntar todos los días: “Señor, ¿cuál es tu voluntad?” Estos tres deseos obran conjuntamente. Cuanto más exploramos la Palabra de Dios, mayor será nuestro entendimiento de la justicia y de cómo el Espíritu Santo obra en nosotros para que hagamos la voluntad de Dios. Cuanto más confiamos en el Espíritu Santo, más Él nos recuerda la Palabra de Dios y nos guía en la justicia. Cuanto más deseamos ser justos delante del Padre, más vamos a querer leer Su Palabra y escuchar Su voz.
Cambia tus actitudes, cambia tu vida.
Martes 18 de marzo
Lectura del día: Lucas 9:21-27
Una vida de sacrificio
Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Lucas 9:23-24
E
n los días pasados, miles de atletas y otros cientos de miles de personas se reunieron en Sochi para las Olimpiadas de invierno. Qué gran evento, lleno de momentos dramáticos, profundas desilusiones y emociones intensas. Durante los juegos olímpicos, atletas de todo el mundo compitieron en una amplia variedad de eventos deportivos. ¿Cuál era su meta? Estar en el podio de los ganadores portando una medalla alrededor del cuello y con un ramo de flores en la mano, así como escuchar los sonidos familiares de su himno nacional. Sin excepción, aquéllos que han gozado de ese momento en el podio de los ganadores, han llegado a ser expertos en la gratificación diferida. Durante años entrenaron y se esforzaron, en muchos casos venciendo enormes obstáculos, y todo por un momento de éxtasis y satisfacción. No es raro ver lágrimas rodando por las mejillas del vencedor debido a la emoción y el gozo del momento. En términos teológicos sencillos y comunes, podríamos decir que “se esforzaron y perseveraron” para llegar “más allá de la cruz, hasta la gloria”. La vida de los seguidores de Jesús es de sacrificio o debe serlo. ¿Qué otro significado podría tener el llamado de Jesús a tomar la cruz, excepto sacrificio? Con frecuencia esa no es la idea que tenemos respecto a la fe en Jesús y seguirlo, ¿no es así? Es interesante que en la cultura occidental, a veces el ser cristiano se promueve como una forma de autorrealización. ¿Cuántas veces hemos escuchado que seguir a Jesús es el camino a la felicidad y el secreto del éxito? Por cierto, mucho depende de lo que queremos decir con éxito y felicidad. Sin embargo, ¿no es extraño que se hable de la invitación de Jesús a seguirle, olvidando el elemento del sacrificio? Los atletas vencedores pasaron por sacrificios. Tomar la cruz, por su naturaleza misma, significa sacrificio. Hacerlo cada día significa una vida de sacrificio.
Cambia tus actitudes, cambia tu vida.
Miércoles 19 de marzo
Lectura del día: Éxodo 4:11-18
Todo bien en casa
Así se fue Moisés, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: iré ahora, y volveré a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro le dijo a Moisés: ve en paz. Éxodo 4:18
D
espués de años y años de un verdadero silencio acerca de su vida y de sus experiencias en Egipto, Moisés le dijo a Jetro: “Es tiempo de que regrese. Hay algunas cosas pendientes que tengo que atender”. Si has oído la voz de Dios llamándote en una nueva dirección, confirmando esa dirección por medio de Su Palabra, de algunos hechos y a través de la sabiduría de consejeros piadosos, el resultado de ese proceso de pensamiento tiene que ser comunicado a tu familia. ¿Por qué razón? Porque tu familia no ha tenido la bendición de la zarza ardiente. Tú has oído la voz de Dios, pero con ellos no ha sucedido lo mismo. Es posible que no sepan o no entiendan lo que Dios te ha dicho a ti. Siguen sintiendo que debes ir en la dirección previamente acordada, y ahora parece que estás hablando de una serie de planes totalmente nuevos. Esos grandes cambios pueden parecerles preocupantes e incluso atemorizantes a las personas que te aman, especialmente tus padres, tu cónyuge o tus hijos.
Si Dios cristaliza un plan para tu vida, quizá moviéndote en una nueva dirección, sé sensible en cuanto a la manera en que comunicas esto a los demás. No des por sentado que ellos saben todo lo que conoces del proceso. Tampoco esperes que ellos acepten la idea de inmediato. Concédeles tiempo y espacio para pensar bien el asunto y al hacerlo, hazlo con amor y bondad. Si estás en el centro de la voluntad de Dios, el plan fluirá. No tiene que ser forzado. Moisés dijo: “Jetro, ¿puedo ir?”, y este le respondió: “Ve en paz”. Moisés pudo comenzar lo que habría de ser un ministerio difícil, sabiendo que las cosas estaban bien en casa.
Cambia tus actitudes, cambia tu vida.
Jueves 20 de marzo
Lectura del día: Juan 13:1-17
Aceptemos la toalla del servicio
Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. Juan 13:15
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uando tenemos nuestro encuentro con Dios, el Santo, pronto empezamos a tomar parte en su servicio. Recordemos la experiencia del profeta Isaías: Una vez que Dios le dio lo que necesitaba, el profeta estuvo listo para decir: “Heme aquí, envíame a mí” (6:8). Asimismo, cuando Pedro reconoció que Jesús era el Mesías, Jesús lo llamó a otra clase de pesca (Lucas 5:10). El Señor mismo ejemplificó la clase de ministerio al que nos lleva ser como Él. En su carta a los filipenses, Pablo les recordó que toda la vida de Jesús podía relatarse en términos de servicio humilde y obediente. Probablemente haya citado un poema o himno al describir a Jesús: “Él, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomó la forma de siervo y se hizo semejante a los hombres. Mas aún, hallándose en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:6-8). Pablo presenta este notable relato de la vida del Señor para explicar lo que significa tener el mismo “sentir que hubo también en Cristo Jesús”. Si la santidad significa ser como Jesús, entonces significa ser siervo. En la lectura de hoy encontramos una historia conmovedora de cómo Jesús dio ejemplo de servicio Sucedió durante la cena, la noche antes de la crucifixión. Sorpresivamente, Jesús se levantó de la mesa, donde se le podía reconocer como el principal, el Señor y Maestro, y empezó a actuar como un esclavo del más bajo nivel -la clase de esclavo que pocos notarían, sin identidad, reducido a una función común e insignificante. Lo que Jesús estaba por hacer era más importante que comer y celebrar la fiesta. El lavamiento de pies era una manera común de mostrar respeto al invitado. Jesús se identificó con el esclavo de más bajo nivel cuando se quitó el manto y, ciñéndose una toalla a la cintura, llevó el lebrillo para lavarles los pies. Con este acto nos dio ejemplo de cómo debemos relacionarnos con otros. Sirviéndoles.
Cambia tus actitudes, cambia tu vida.
Viernes 21 de marzo
Lectura del día: Éxodo 4:18-31
Todo está arreglado
Dijo también Jehová a Moisés en Madián: ve y vuélvete a Egipto, porque han muerto todos los que procuraban tu muerte. Éxodo 4:19
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enemos a un Dios que conoce nuestro corazón, nuestros pensamientos y nuestros temores. Cuando Moisés salió de Egipto 40 años antes, había quienes lo buscaban para matarlo. Probablemente estaba a la cabeza de la lista de la versión egipcia de “los diez criminales más buscados”. Ahora era un padre de familia, dirigiéndose hacia Egipto con su esposa y sus hijos, y ese peligro potencial debió haber perturbado su mente. Esa era una de las razones por las que había sido renuente a ir. Pero cuando tomó la decisión de aceptar la voluntad de Dios, se decidió a hacer el viaje a pesar de esa preocupación. Entonces afirmó su rostro hacia Egipto e inició su marcha en obediencia a Dios. Sin embargo, antes de salir del territorio de Madián, el Señor hizo algo por Moisés. Le dijo: “Ah, por cierto, Moisés, ¿te acuerdas de aquellos que querían matarte en Egipto? no te preocupes por ellos. No hay ninguno vivo. Ya no podrán hacerte ningún daño.” Imagina esa pequeña familia descendiendo por el camino del desierto. Su esposa, Séfora, iba montada sobre un burro; los dos hijos iban al frente y las pocas pertenencias de la familia probablemente estaban atadas al lomo del animal. Se habían marchado dejando un trabajo seguro, parientes, seguridad y la familiaridad de su ambiente. Madián no era una gran cosa, pero había sido su hogar durante 40 años. Y ahora se dirigían a Egipto, camino al Éxodo. ¡Qué fe tan grande! ¿Has respondido por fe recientemente? ¿Te has adentrado en terrenos, siguiendo el impulso de Dios, en los cuales jamás habrías soñado hace algunos años? El Señor honrará tu fe si pones tu confianza en Él en esa clase de aventura. Quienes deciden permanecer en la falsa seguridad de Madián nunca experimentarán lo que Moisés experimentó en ese sinuoso viaje a Egipto: la sensación de estarse moviendo en la poderosa corriente del plan y la voluntad de Dios.
Cambia tus actitudes, cambia tu vida.
Sábado 22 de marzo
Lectura del día: 1 Samuel 10:1-7
Transformados por el Espíritu
Entonces el Espíritu del Señor vendrá sobre ti con poder, y profetizaras con ellos, y serás mudado en otro hombre. 1 Samuel 10:6
N
o puedo decir que este es otro día igual que los demás. No puedo decir que seguiré siendo el mismo de cada día sin ninguna sombra de cambio en mi existencia. No puedo decir que no hay esperanzas, porque cada día es una oportunidad no sólo para vivir, sino para cambiar y ser transformado. No es un cambio humanista enraizado en los propósitos humanos de buena voluntad. Es un cambio que descansa en el Señor en el poder de Su Espíritu. Porque Dios existe es que hay oportunidades para volver a empezar y empezar con los ojos puestos en el autor y consumador de nuestra fe. Cuando Saúl fue escogido por Dios como Rey de Israel, el profeta de Dios, el día que lo ungió, dijo estas solemnes y prometedores palabras: “Entonces el Espíritu del Señor vendrá sobre ti con poder y profetizaras con ellos, y serás mudado en otro hombre”. 1 Samuel 10:6 La persona del Espíritu Santo no sólo mora en ti, y en mí, sino que también tiene el mismo poder para cambiarnos y está cambiándonos día a día. No tenemos por qué seguir siendo los mismos, no puedes seguir siendo el mismo hombre o mujer; lo único que necesitas es dejarte moldear por el Espíritu de poder y ser transformado así de gloria en gloria, por el Espíritu del Señor. Un buen día es hoy, para ser una mejor madre, mejor padre, esposo, esposa, hijo, hija, abuelo, abuela, etc. Te animo a que te dejes moldear por el Espíritu y ser cambiado según el plan y propósito divino. Enfrenta la vida consciente de que eres una nueva criatura. Las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17 Hoy es un buen momento para que vayas al Padre lleno de gracia y amor, y reconozcas cuán grande es Él, digno de ser grandemente alabado. Él te hizo, te compró con la preciosa sangre de su Hijo Jesucristo; sonríe como Él, habla palabras sinceras como Él y que tus hechos puedan tocar fuertemente a aquél que sufre, por el poder de tu sonrisa en Jesucristo.
Cambia tus actitudes, cambia tu vida.
Domingo 23 de marzo
Lectura del día: 1 Pedro 2:4-10
Comprendamos la misión de Jesús
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. 1 Pedro 2:9-10
C
omo seguidores de Jesús, debemos comprender la misión que Él tenía. En el Evangelio de Lucas vemos que, poco después de iniciar Su vida pública, el Señor anunció esa misión: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos y a predicar el año agradable del Señor (4: 18-19). Luego dijo que Su ministerio cumpliría esas palabras proféticas. En el resto del Evangelio vemos cómo aceptó y realizó la misión divina. También nos muestra que seguir a Jesús significa aceptar Su misión como nuestra. He tratado de imaginarme, planear e implementar lo que para la Iglesia -el pueblo de Dios- significa existir para otros. En verdad se requiere un cambio completo de actitud y orientación entre la gente, como Iglesia en general, y como clases y grupos dentro de la Iglesia. Los sociólogos dicen que la mayoría de nosotros tenemos de seis a ocho personas alrededor a las que podríamos influenciar para que conozcan a Cristo. Qué sucedería si las clases y grupos pequeños de las Iglesias se preguntaran: ¿Quiénes son esas personas cercanas a nosotros? ¿Qué les interesa? ¿Cuáles son sus necesidades y sufrimientos? ¿Qué le gustaría a Dios hacer en sus vidas? ¿Cómo podríamos ayudar para que se cumpla la voluntad de Dios para ellos? Y, ¿qué ocurriría si, además de hacemos esas preguntas, permitiéramos que ellas determinaran los programas y ministerios de la Iglesia? ¡Sería el inicio de días emocionantes en la misión de la Iglesia!
Adopta la misión de Jesús para tu vida. Considera a los que están a tu alrededor y ofréceles sanidad, libertad y salvación por medio del mensaje del Evangelio de Jesús. Cambia tus actitudes, cambia tu vida.
Lunes 24 de marzo Lectura del día: Génesis 22:3-8; Hebreos
Una fe genuina
Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito. Hebreos 11:17
A
l analizar las palabras y el proceder de Abraham son tan sencillos, que no es fácil distinguir el dramatismo de la escena. Si yo hubiera estado en el lugar de Abraham, me habría dominado la emoción: “No entiendo porque Dios está permitiendo esto, pero haré lo que Él dice. Por eso, voy a subir a esa montaña a sacrificar a mi hijo, y luego regresaré a mi casa para llorar esta pérdida por el resto de mi vida”. Según el libro de Hebreos, Abraham conocía tres realidades importantes: Primera, que Isaac habría de ser el vehículo de las promesas de Dios; por consiguiente, tenía que vivir. Segunda, que Dios siempre cumple sus promesas. Tercera, que el poder de Dios es absoluto, aun sobre el poder de la muerte. Por tanto, la única conclusión lógica que quedaba era que, de alguna manera, después de matar a Isaac, Dios restauraría milagrosamente la vida de su hijo. Abraham, obviamente, no le dijo a Isaac lo que él sabía que iba a suceder en la montaña. No podemos estar seguros de por qué se reservó esa información. Pero sí sé que cuando Dios hace una obra de transformación en ti que involucra una prueba, Él no está probando a otras personas, te está probando a ti. Isaac finalmente hizo la pregunta lógica, “¿dónde está el holocausto?”. Me encanta la respuesta de Abraham: “Dios mismo proveerá”. El hebreo utiliza un modismo que suena como algo que diría un padre hoy: “El Señor se ocupará de eso hijo mío”. ¿Puedes oír su tono sereno y confiado?
Dios mismo se lo proveerá. Eso le toca a Él. Nosotros estamos haciendo Su voluntad. A Él le corresponde ocuparse de los detalles. Nuestra responsabilidad es confiar en Él. Este es un riesgo que compartiremos juntos Renovarse es vivir
Martes 25 de marzo
Lectura del día: Romanos 12:1-2
¡No te conformes!
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Romanos 12:2 (rv60)
“N
o te conformes”. El iniciar con una negación le imprime el carácter imperativo de un mandamiento. No se muestra como sugestivo u optativo, sino que denota que se espera una respuesta radical. Es precisamente cuando alguien nos dice “No” cuando comienzan los problemas pues se nos dificulta aceptarlo, porque naturalmente defenderemos nuestro derecho de hacer lo que nos parezca a pesar de ser erróneo. En cuanto a la palabra “conformes” se refiere a un vocablo compuesto que se deriva del latín “con-formare” y este del griego “su-sjema” que se traduce como: tomar la forma, adaptarse a algo, modificar una forma, adoptando otra. Podemos resumir la enseñanza en: -No modifiques la forma en que fuiste creado por Dios para adaptarte una forma diferente-.
Hasta que llegue ese momento, Dios te moldeará y formará pacientemente conforme a la imagen de Su Hijo. “No te conformes” tiene que ver con la extraña habilidad de adaptarnos a las circunstancias y a las condiciones existentes, por ejemplo: una mancha en la pared, el agujero en la sábana, el pequeño truco para abrir la cerradura o aquellas formas de conducta viciadas o malos hábitos con los que vivimos cada día y que nos generan conflictos y que dañan nuestras relaciones. El día de hoy revisa tu casa como si alguien importante viniera a visitarte, evalúa tu conducta con la convicción de que Dios te está viendo y contempla lo que haces desde el punto de vista de otros. Seguramente descubrirás que existen muchas cosas con las que te has estado conformando. Entonces, obedece la Escritura, haz los cambios necesarios y deja de conformarte.
Renovarse es vivir
Miércoles 26 de marzo Lectura del día: 2 Corintios 5:16-21
¡Transfórmate!
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17 (rv60)
A
yer vimos lo que significa “No te conformes”, hoy estudiaremos la siguiente frase “Sino transfórmate por medio de la renovación de tu entendimiento”, tiene que ver todo con lo que leímos hoy. Transformación viene de la raíz griega “metamorfos” que se compone también de dos palabras: meta (cambio) y morfo (forma) lo que podemos interpretar como cambio de forma, maduración, lo que en biología se traduce en crecimiento. Mientras que ayer la Escritura nos insta a evitar el adaptarnos a las formas comunes de nuestra cultura (adaptarnos a las formas existentes), la porción de hoy nos pide maduración y crecimiento en nuestra manera de pensar (adoptar nuevas formas), para conseguir renovación en nuestra manera de pensar. La Biblia dice en Proverbios 23:7 que las personas actuamos de acuerdo a nuestro pensamiento, lo que significa que nuestras acciones son determinadas por lo que estamos pensando. Una persona con una mente corrompida buscará la corrupción, otra que piensa en abundancia actuará en consecuencia. Analiza qué es lo que estás haciendo y logrando en tu vida y descubrirás que todo inició en tu mente. Tanto algunas cosas que te ocasionan dolor, como aquéllas que te dan satisfacciones. En la lectura de hoy aprendemos que al estar en Cristo somos nuevas creaturas, con libertad para dejar atrás el pasado y todo aquello que nos deformó, y con la capacidad de crecer a nuevas formas de superación, de relacionarnos y de vivir. Renovar tu entendimiento es una tarea que debe ser continua y permanente, así que procura alimentar tu mente a diario con la Palabra de Dios que siempre es positiva. Aprende sus promesas y sus mandamientos que tienen el único propósito de renovarte y enseñarte a ver la vida de manera diferente. Vivir así te llevará a comprobar que la voluntad de Dios para tu vida es siempre buena, totalmente agradable y satisfactoria, y totalmente perfecta, lo que significa que no habrá nada mejor que vivir en ella. Renovarse es vivir
Jueves 27 de marzo
Lectura del día: Josué 1:1-9
Haz tu parte, Dios hará la suya
Sé fuerte y valiente, porque tú harás que este pueblo herede la tierra que les prometí a sus antepasados. Josué 1:6
L
a vida en fe debería equilibrarse con nuestras acciones. Así fue para Israel. Por un lado, Canaán era “la tierra que yo les doy…” Dios lo había prometido “no te dejaré, ni te desampararé…” y “El Señor tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas…” ¡Esto no significaba que los israelitas podían sentarse a esperar sin hacer nada! Ellos tenían la responsabilidad de avanzar, de dar el paso de fe que los conduciría hacia el Rio Jordán. Este paso sólo ellos lo podían dar. Dios está esperando que tú hagas Su voluntad a través de un paso de obediencia. Él tiene para ti batallas que tendrás que pelear en Su fuerza, pero deberás hacer tu parte. Después de las promesas de Dios para Josué, viene una solicitud que se repite varias veces durante todo este capítulo “esfuérzate y se valiente…” ¿qué sentido tiene que Dios prometa algo y que luego nosotros seamos los que participemos para obtenerlo? Dentro de este planteamiento existen tres acciones: 1. Dios promete algo, 2. Dios va a estar con nosotros, 3. Nosotros tenemos que obedecer para obtener la promesa. ¿Entonces, qué ventaja tenemos sobre cualquiera que no conoce o confía en Dios, si finalmente habrá que esforzarse para obtenerlo? Primero, tenemos la garantía que todo aquello que Dios promete lo cumplirá, después tenemos la seguridad de que Dios estará con nosotros, y por último, todo aquello que nos dé, será algo que no hubiésemos podido conseguir por nuestra fuerza, de manera que al final podamos reconocer que Él nos lo dio. De tal manera que la fe que nos lleva a actuar, es lo que mantiene el balance en nuestra vida. Acuérdate de aquellas promesas que todavía no se han cumplido y determínate a actuar, tal vez sea esto lo que falta para que puedas recibirlas.
Renovarse es vivir
Viernes 28 de marzo
Lectura del día: Santiago 4:1-6
Cuidado con el orgullo
Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Santiago 4:6
E
n nuestro afán por ser un perfecto cristiano o cristiana, a veces nos involucramos más en hacer, que en ser algo. En lugar de depender de Dios, intentamos hacer lo correcto utilizando nuestras propias fuerzas e ideas. Eso hace que nos sintamos orgullosos de nuestros llamados logros, y nos lleva a olvidarnos de Aquel a quien debemos representar. Para poder equilibrar nuestros esfuerzos y mantenernos enfocados en Dios, sin permitir que el orgullo nos distraiga, necesitamos identificar nuestras imperfecciones y debilidades, lo cual nos llevará en todo tiempo a depender de Dios y no confiar en nuestras fuerzas o talentos. Mientras nos va bien, tendemos a olvidarnos de Dios. Por eso Deuteronomio 8:18 nos exhorta a que nos acordemos de Él, tanto por las bendiciones mayores como por las pequeñas, algo que nos ayudará a colocar las cosas en su debida perspectiva. También nos ayudará a reconocer lo pequeño e inadecuado que somos, y que únicamente Dios puede satisfacer nuestros anhelos más profundos. En ocasiones, el orgullo puede cegarnos para que no identifiquemos los motivos que alimentan nuestras acciones. En esos casos, es conveniente que prestemos atención al consejo y recomendaciones de personas maduras con quienes nos relacionemos. También necesitamos leer la Biblia para estar cimentados en ella, ya que es el consejo de Dios para nuestra vida, además de llevar una vida de oración para no perder nuestra intimidad con nuestro Padre celestial. El orgullo fue el pecado de Satanás. Él se sentía orgulloso de su posición ante Dios y los demás ángeles. Debido a dicha autoestima, él deseaba que el Cielo se gobernara de acuerdo con sus ideas. Aquel orgullo degeneró en pecado. Si reconoces que has tenido orgullo, pídele a Dios que transforme tu corazón y quite de él todo aquello que te separa de Su presencia.
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Sábado 29 de marzo
Lectura del día: Gálatas 3:26-29
La ropa que Dios ve
… porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Gálatas 3:27
T
odo iba bien en el huerto del Edén. De repente, Adán y Eva fracasan en su prueba de obediencia. Ahora sólo hay problemas y sus hijos no podrán heredar la vida eterna y una perfecta relación con Dios. Perdimos la inocencia, la justicia y nuestra herencia como hijos de Dios. Y la muerte entró al mundo. Sin embargo, mediante una serie de pactos, Dios nos lleva de vuelta a su familia; Él se reviste de nuestra humanidad para que nosotros podamos vestirnos de su justicia, pero no tan sólo para cubrir las manchas de nuestros pecado, también nos vestimos de Su carácter, actuamos como Él actúa, amamos como Él ama, vivimos como Él vive para que su justicia se convierta en nuestra justicia. ¡Esto no es sólo apariencia! Es algo real. ¿Qué diremos entonces de nuestra vestimenta física? ¿Tiene alguna importancia la forma en que vestimos, siempre y cuando nos mantengamos vestidos de Cristo? La respuesta es sí, con algunas limitantes.
Nuestra apariencia externa debe reflejar nuestro atuendo interior de humildad, de amor por el prójimo y de respeto por quienes nos rodean. Esto puede tener diferentes significados en las situaciones y culturas diferentes donde nos toque vivir. Sin embargo, nuestro interés no debe estar centrado en los aspectos físicos de nuestra vestimenta, sino en la realidad espiritual representada por la forma en que nos presentamos ante los demás. El apóstol Pedro nos dice que nuestra belleza no surge de los adornos externos, sino más bien del ser interno (1 Pedro 3:3-4). Por lo tanto, quizá la próxima vez que estés en la Iglesia, en vez de preocuparte si te ves bien, debes pensar en el estado de tu ropaje interior, el vestido que a Dios le importa.
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Domingo 30 de marzo
Lectura del día: Juan 16:25-33
La realidad del sufrimiento
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. Juan 16:33
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os seguidores de Jesús, como toda la gente, con frecuencia sufren simplemente porque son humanos y viven en un mundo en el que suceden cosas malas. Esta clase de sufrimiento no discrimina; afecta a jóvenes y ancianos, hombres y mujeres, ricos y pobres, de nuestra cultura y de todas las culturas, creyentes e incrédulos. Todos los humanos por igual experimentamos sufrimientos que no pedimos ni merecemos, pero ese no es el enfoque de este capítulo. Además de las experiencias comunes de dolor, existe una forma de sufrimiento para los seguidores de Jesús. Es el sufrimiento que se vive simplemente por seguir a Jesús. Cada hora, en algún lugar del mundo, diecisiete cristianos mueren por su fe. Se estima que 200 a 250 millones de cristianos están en peligro. “No hablamos de mera discriminación sino verdadera persecución: tortura, esclavitud, violación sexual, encarcelamiento, separación forzada de padres e hijos”. Sospecho que apenas conocemos superficialmente los sufrimientos que afligen a los seguidores de Jesús en la actualidad. He aquí la verdad: no hay letras pequeñas al final. Seguir a Jesús siempre ha llevado, y siempre nos llevará al conflicto y al sufrimiento. ¿Por qué? En la vida de los verdaderos seguidores de Jesús, el Espíritu de Dios está obrando para hacerlos como Dios. Por tanto, deben aceptar lo que Dios está llevando a cabo y no volver a sus antiguos patrones de conducta incorrecta. Ser como Jesús significa ser diferentes. Tenemos que mirar a Jesús a través de las Escrituras y aprender de Él, para seguir su ejemplo. Tal vez eso te cause sufrimiento, pues nadie ha dicho que seguir a Jesús y obedecer los mandatos de Dios sería fácil. De hecho, Jesús dice que en este mundo tendremos aflicción: problemas, situaciones difíciles, dolor, tristeza, pero debemos vivir confiando en que Él ya venció sobre todo eso.
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Lunes 31 de marzo
Lectura del día: 1 Corintios 15:1-11
Humildad en vez de humillación
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pro no yo, sino la gracia de Dios conmigo. 1 Corintios 15:10
L
o opuesto del orgullo es la humildad. Sin embargo, la verdadera humildad no implica que debamos considerarnos como cualquier basura. No implica que nos despojemos totalmente de nuestro sentido de autoestima. Más bien, consiste en una sincera evaluación de nuestro valor: la forma en que Dios nos considera. Destruir nuestra autoestima equivale a poner en práctica una versión diabólica de la humildad. Cuando nos rebajamos en extremo, lo que hacemos es rechazar el valor que Dios nos concedió al crearnos a su imagen, así como cuando envió a su Hijo a morir por nosotros. Cristo no murió por insectos sino por ti, un ser humano, porque te ama. Él pagó por tu vida con la suya, ¡y eso es algo que te concede un gran precio!
La verdadera humildad consiste en reconocer lo bueno que hay en nosotros para luego aceptar que proviene de Dios Nuestra vida es valiosa e importante porque nuestros talentos, dones, bendiciones y logros provienen de Él. Por todo lo demás que tenemos y somos, le damos crédito a Dios. En el capítulo 15 versículo 10 de la Carta a los corintios, Pablo reconoce que él es lo que es por la gracia de Dios; que él ha hecho lo que ha hecho no por méritos propios, sino porque Dios ha estado con él. Pablo sabía quién era, los dones que tenía y cómo Dios lo usaba en la extensión de su obra, pero nunca se exaltó a él mismo; siempre aceptó que era el Señor quien le había llamado y le daba la gloria a Él. Vernos como Dios nos ve debe ser nuestro objetivo.
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