Octubre 2014
Somos linaje escogido El铆as Betanzos 路 Octubre 2014
Somos linaje escogido Pastor Elías Betanzos Octubre 2014 publicación mensual gratuita Ediciones Ginosko Año iv Número 10 20,000 ejemplares. Versión digital en www.familiacap.org Centro
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A labanza
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P roclamación Reuniones dominicales: 10 am, 12:30 y 7:00 pm Martes: 7 pm Km. 6.5 Carretera Oaxaca-Tule (Deportivo Oaxaca) San Francisco Tutla Oaxaca de Juárez, Oax. Oficinas: Jazmines No. 909, Col. Reforma Oaxaca de Juárez, Oax. C.P. 68050. Tels: 01 (951) 5151733/ 01 (951)5184878 Si deseas anunciarte en esta publicación llama con Mario Mejía o Susana Lozano (951)1353675 / (951)1353676 susanloz@hotmail.com
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• Editorial • Somos transformados • Somos libres • Somos perfeccionados • Somos perfeccionados • Somos los pámpanos unidos a la vid • Somos amigos de Jesús • Somos protegidos • Somos restaurados • Somos consolados • Somos fortalecidos • Somos la sal de la tierra • Somos la luz del mundo • Somos reconciliadores • Somos linaje escogido • Somos nación santa • Somos un especial tesoro • Somos salvos • Somos sellados por el Espíritu Santo • Somos justificados • Somos limpios de pecado • Somos purificados • Somos prosperados • Somos saciados • Somos guiados • Somos el cuerpo de Cristo • Somos Sus ovejas • Somos gente de riesgos • Somos gente de sueños • Somos gente que no se rinde • Somos portadores de buenas noticias • Somos llamados a hacer grandes cosas
Cita con Dios · la reunión a la que no puedes faltar
SOMOS LINAJE ESCOGIDO “Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. Ustedes antes ni siquiera eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios…” 1 Pedro 2:9-10 nvi
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ay un problema que puedo notar en las personas en la actualidad, y es la falta de identidad; parece ser que muchas personas no saben quiénes son y tienen dudas al respecto. El enemigo de Dios, el diablo, se ha aprovechado de esto y entonces les da una falsa identidad. Es fácil engañar a alguien que no sabe quién es ni de dónde viene; es fácil que teniendo grandes dones y habilidades seamos engañados creyendo que no somos nadie, que somos unos fracasados y que nunca vamos a servir para nada en la vida. La Biblia nos ubica en nuestro lugar y nos dice quiénes somos. En este texto el apóstol Pedro, un varón a quien la gente le decía que era un hombre del vulgo y sin letras, aquí nos recuerda inspirado por el Espíritu Santo que somos linaje escogido, nación santa, pueblo adquirido por Dios, o sea tenemos una identidad divina, no somos cualquier pueblo, somos el pueblo de Dios. En el libro de Juan 1:12, el apóstol dice que a los que recibimos a Jesús se nos dio el poder de ser llamados hijos de Dios, hijos del Rey de reyes y Señor de señores. En el Salmo 8 se menciona que Dios nos hizo un poco menor que los ángeles y. por si esto fuera poco, en Apocalipsis 1 la Escritura nos dice que Él nos ha hecho reyes y sacerdotes. No hay razón para vivir con complejos; si has recibido a Cristo como tu Señor y Salvador, entonces eres hijo de Dios, camina como tal, piensa como tal, actúa como tal, disfruta y vuelve a tu verdadero origen. Pastor Elías Betanzos Director General
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Miércoles 1º de octubre| Lectura del día: 2 Corintios 5:1-17 Somos transformados De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17
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ransformación, según el Diccionario de uso del español de María Moliner, significa “dar otra forma o aspecto a algo o alguien”. Es decir, se enfatiza un tipo de cambio. 2 Corintios 3:18 y Romanos 12:2 utilizan el término “transformación”, que en el griego del Nuevo Testamento es Metamorfosis, que es “el cambio que experimentan muchos animales durante su desarrollo y que se manifiesta no sólo en la variación de forma, sino también en las funciones y en el género de vida”. Hablamos, entonces, no de reformar nuestro comportamiento, ni de practicar una serie de normas, ni de ser un poco más igual a Cristo, sino un cambio radical desde el interior de nuestra vida. Una sencilla ilustración que nos ayuda a entender este concepto es el cambio de una oruga a mariposa. No significa que se puso un disfraz de mariposa para actuar como tal, sino que el metabolismo de la oruga consumió todos los nutrientes, los asimiló y esto la llevó a crecer hasta convertirse en una mariposa. Esa es una transformación. La bendición más grande que Dios nos concede al aceptar a Jesucristo como nuestro Salvador personal es la transformación de nuestra vida. Es un cambio integral: en nuestro cuerpo, en nuestra mente, en nuestra alma, en nuestro espíritu; un cambio interior y una transformación exterior. Todo nuestro ser es renovado. Si una persona malnutrida, enfermiza y pálida se pone maquillaje para mejorar su apariencia, es posible que parezca una persona saludable; pero el maquillaje es un cosmético temporal, algo que se aplica externamente; lo que realmente necesita esta persona es alimentarse con comida nutritiva, que produzca un cambio interior que se manifieste exteriormente también. La transformación genuina comienza cuando la presencia de nuestro Salvador Jesucristo, como alimento espiritual, viene a nutrir nuestro ser interior, y nuestra apariencia y conducta exterior empiezan a cambiar gradualmente, hasta que se expresa en nuestra vida diaria. Agradezcamos a Dios el que nos haya hecho nuevas criaturas en Jesucristo. Nadie puede tener una opinión buena de una persona que tiene una opinión mala de sí mismo.
Jueves 2 de octubre | Lectura del día: Juan 8:31-38 Somos libres Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Juan 8:36
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omencemos nuestra meditación considerando, ¿cuáles pueden ser algunas causas de esclavitud o de pérdida de la libertad? En los versos 33 al 37, Juan nos menciona por lo menos tres que son evidentes: Primero, el pecado: “Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.” (v. 34). Personifica al pecado como un amo que tiene esclavos bajo su autoridad y dominio. En segundo lugar, la separación de la única fuente de libertad: “Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.” (v. 35). Es decir, el ser humano por su calidad de esclavo no tiene derecho a ninguno de los privilegios que corresponden a un hijo, como por ejemplo, a la herencia o a la permanencia en la casa o a la libertad. En tercer lugar, tener una motivación equivocada: “Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros.” (v. 37). Los judíos creyentes habían sido enseñados que preocupándose por tener una moralidad alta lograrían la liberación del pecado y, con ello la libertad espiritual. El Señor Jesús les dice que su moralidad convencional y tradicional está inspirada en motivos pecaminosos, porque procuran matarle. La enseñanza central de Jesús está en la relación entre la verdad y la libertad, entendiendo que la verdad personificada es Jesucristo mismo. Aquí la instrucción es a tener fe en Él, a permanecer en Su Palabra, a ser un verdadero discípulo; todo esto, más el conocimiento de nuestro Señor, traerá libertad verdadera al ser humano. Esta verdad que da a luz la libertad es viviente y personal, y no puede ser otra sino la verdad encarnada: el Hijo (v. 36). Los judíos argumentaban que ellos nunca habían estado bajo esclavitud, aunque en ese tiempo estaban bajo el poderío romano y en el pasado en cautividad en Egipto, en Asiria y en Babilonia. Ni siquiera reconocen que estaban bajo la esclavitud de sus tradiciones. A nosotros, ahora, Cristo Jesús nos ofrece libertad de la culpa y del poder del pecado. Nadie puede tener una opinión buena de una persona que tiene una opinión mala de sí mismo.
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Viernes 3 de octubre | Lectura del día: Filipenses 1:3-11 Somos perfeccionados Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo; Filipenses 1:6
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a Palabra de Dios nos enseña que la obra espiritual que comienza en el momento de la conversión, es decir, cuando reconocemos que somos pecadores, pedimos perdón y aceptamos a Cristo como nuestro Salvador personal continúa hacia la perfección cristiana, hasta cuando Él nos llame a Su presencia o Jesucristo venga por segunda vez, para ser transformados, para ser glorificados. Son muchos los pasajes de la Biblia que nos hablan de que el creyente es santificado y que se halla en proceso de ser perfeccionado. A esto podemos llamarle crecimiento en la gracia de Dios. La palabra griega que se traduce como perfecto en español es Teleios, que significa “haber llegado a un fin pleno”. También se traduce como “maduro” o “completo”, así que la perfección cristiana es, al mismo tiempo, un estado y un proceso. El estado empieza desde el momento en que hemos sido separados del mundo para servir a Dios; cuando hemos “salido de las tinieblas a su luz admirable”, inicialmente hemos sido santificados. Pero por causa de la naturaleza del pecado que son acciones y a la vez una condición de vida, necesitamos la acción del Espíritu Santo que purifique nuestro corazón, nos dote de poder para vivir conforme a la voluntad de Dios y nos capacite para crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Nos comparte el apóstol Pablo en 2 Corintios 7:1: “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”. Agradezcamos a Dios que nos permite ir creciendo cada día en la vida Hagamos el cristiana y tener como meta a Cristo, propósito de ser mejores el Varón perfecto. Que podamos olvicristianos cada día. dar lo que queda atrás y extendernos Aspiremos a lograr la a lo que está delante; que prosigamos madurez espiritual a la meta, al premio del supremo llaque nos haga ser mamiento en Cristo Jesús (Filipenses ejemplos para otros. 3:14). Nadie puede tener una opinión buena de una persona que tiene una opinión mala de sí mismo.
Sábado 4 de octubre | Lectura del día: 1 Juan 4:1-10 Somos amados En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 1 Juan 4:10
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n concepto innegable acerca del Dios que la Biblia nos presenta es el hecho de que Él es amor y que por medio de nuestro Señor Jesucristo nos lo demostró, en su máxima expresión. Dice la Palabra que “nadie tiene un amor tan grande como el que da su vida por los que ama”. Nos enseña, también, que no es un Dios indiferente, hosco, lejano, frío, amenazador, ni mucho menos vengativo. Más bien es un Padre cercano, lleno de ternura, con una misericordia infinita y un amor inmenso. Enlazados al tema del amor de Dios para con nosotros están los temas de perdón, libertad, gozo, alegría, regocijo, bendiciones que podemos disfrutar quienes hemos depositado nuestra fe en Él y que le Con el mismo amor con respondemos de la misma manera, con que Dios ama a Su Hijo, amor, traducido en servicio, fidelidad y Jesús nos ama a nosotros gratitud. Es maravilloso ser objetos del y nos manda que, de amor de Dios en forma general, por mela misma manera, nos dio de la naturaleza, y de manera espeamemos unos a otros. cial por medio de Jesucristo. El amor es uno de los valores esenciales de la fe cristiana, pero nadie sabe lo que es el amor hasta que ama, y como Dios es amor y la fuente de todo amor, sólo le podemos conocer en una experiencia de amor. Es decir, le conocemos mediante el conocimiento amoroso, el trato filial, la gratitud permanente. Además, nuestro amor a Dios se manifiesta en el amor al prójimo, puesto que si amamos a Dios amaremos también lo que Él ama. Agradezcamos a nuestro Señor por haber tomado la iniciativa de amarnos y de demostrarlo enviando a Su Hijo Jesucristo como pago por nuestros pecados. Es maravilloso que nuestro Dios no sólo nos dijo que nos amaba, sino que lo demostró con la acción específica de lograr nuestra salvación por el perdón de nuestros pecados. Nadie puede tener una opinión buena de una persona que tiene una opinión mala de sí mismo.
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Domingo 5 de octubre | Lectura del día: Juan 15:1-5 Somos los pámpanos unidos a la vid Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. Juan 15:5
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a vid es una planta trepadora de tronco retorcido, flexible y con ramas tiernas, largas y nudosas que brotan de la planta. Tiene hojas alternas, grandes y partidas en cinco lóbulos puntiagudos. Echa flores verdosas en racimos que se vuelven uvas. Esta planta es originaria de Asia y se cultiva en zonas templadas. La vid es la planta de uvas y los pámpanos son los racimos de éstas. Según Salmos 80:8-9, la vid en el Antiguo Testamento representa al pueblo de Israel, que es amado y cuidado por el Señor. Pero, por su orgullo, testarudez, idolatría y desobediencia continua, se convirtió en una vid silvestre que sólo producía uvas amargas (Isaías 5:1-7). En el Nuevo Testamento, la condición de vid pasa del pueblo de Israel a Jesucristo. Él dice: “Yo soy la vid verdadera y mi padre es el labrador” ( Juan 15:1). Ya no es por medio de la sangre judía que el pueblo de Israel se relaciona con Dios, sino que la relación con Jesús es ahora lo que nos conecta con nuestro Padre celestial. En el relato de la Palabra de Dios, nuestro Señor Jesucristo dice que Él es la vid, y a nosotros nos corresponde ser las ramas, los renuevos o los pámpanos. Él limpia el suelo en donde se encuentra la planta, recorta el exceso de hojas, Somos cuidados por poda las ramas para que los pámpanos el Labrador Divino, crezcan vigorosos y produzcan buenas somos limpiados, cosechas; quita las ramas secas, las echa regados, vigilados y al fuego, las quema. Algunas ocasiones somos podados para se hace necesario recortar la planta hasta producir mejores frutos. el mismo tronco de la mata, para que los renuevos surjan con más vigor y produzcan una cosecha abundante. En el mundo espiritual somos bendecidos con ser las ramas; necesitamos tener una total consagración a Dios y a Jesucristo, una absoluta dependencia de Él para nuestro alimento y una confianza completa, sometiéndonos a Dios, para tener salud y producir buenos frutos. Nadie puede tener una opinión buena de una persona que tiene una opinión mala de sí mismo.
Lunes 6 de octubre | Lectura del día: Juan 15:12-15 Somos amigos de Jesús Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. Juan 15:15
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ntre los seres humanos la amistad es uno de los valores más grandes y uno de los dones más altos que Dios nos ha dado. Es una experiencia hermosa, humanizante y digna de los mayores elogios. La realidad es que tener amigos es de lo más difícil y delicado. Podemos tener muchos compañeros, camaradas, conocidos, pero pocos amigos. Lain Entralgo define amistad como “la comunicación llena de amor entre dos personas, en la cual, para el bien mutuo de éstas, se realiza y perfecciona la naturaleza humana”. Aristóteles la detallaría como “querer y procurar el bien del amigo por el amigo mismo”. Para el poeta latino Horacio, un amigo era “la mitad de su alma”. El filósofo Sócrates aseguraba que “prefería un amigo a todos los tesoros del rey Darío”. San Agustín no vacilaba en afirmar que lo único que “nos puede consolar en esta sociedad humana tan llena de trabajos y errores es la fe no fingida y el amor que se profesan unos a otros los verdaderos amigos”. El ensayista español Ortega y Gasset escribió que “una amistad delicadamente cincelada, cuidada como se cuida una obra de arte, es la cima del universo”. Y según Martín Descalzo, “son seis pilares los que sostienen la verdadera amistad: El respeto a lo que el amigo es y como el amigo es. La franqueza, que está a media distancia entre la simple confianza y el absurdo descaro. Confidencia o intimidad espiritual compartida. La generosidad como don de sí, no como compra del amigo con regalos. Aceptación de fallos. Imaginación para superar el aburrimiento y hacer fecunda la amistad y la apertura.” Por encima de todo, la mejor amistad para el ser humano es la amistad con Jesucristo. Él es un amigo que consuela, perdona, guía, corrige, alegra, acompaña, ama; en una palabra, es el mejor amigo. Ser y a la vez no ser, no puede ser.
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Martes 7 de octubre | Lectura del día: Salmos 121:1-8 Somos protegidos Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. Salmos 121:5
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s cierto que muchos negarán la acción del enemigo de nuestra alma y sus huestes de maldad en contra del creyente en Cristo Jesús, trayéndole dolor, tribulación, angustia o desesperación. Estos espíritus del mal son los que nos acusan falsamente delante de nuestro Padre Celestial y que siempre tratan de oprimirnos, desanimarnos y apartarnos del camino del bien. Sin dejar de considerar que tenemos lucha contra estos principados, potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, de lo que debemos estar conscientes es de que nuestro Señor Jesucristo nos ha dado autoridad y poder sobre ellos. Nuestra esperanza está en el nombre, el poder y la sangre de nuestro Señor Jesucristo. El ejemplo de Job 1 nos lleva a la consideración de que confiamos en que el enemigo de nuestra alma no tocará ni un cabello de nuestra cabeza si Dios no se lo permite, si nuestro Señor no le da permiso. Y si nuestro Dios le da permiso, Él nos dará a nosotros los recursos necesarios para ser victoriosos sobre el malo y sobre la maldad. Tenemos confianza plena en un Dios que ha prometido protegernos, un Padre celestial que ha prometido crear con Sus ángeles un cerco de protección alrededor nuestro, en torno a nuestra familia, alrededor de nuestras propiedades, de nuestros negocios, de todo cuanto Él nos ha dado. La tentación siempre sacará lo peor de nosotros y la prueba siempre sacará lo mejor de nosotros. Debemos darle gracias a Dios si permite que la prueba llegue a nosotros, porque Él estará a nuestro lado para fortalecernos, para darnos los recursos necesarios para hacer que salgamos más fortalecidos y en victoria. Agradezcamos a nuestro Padre celestial Su protección de las fuerzas del mal que procurarán crear caos en nuestra vida, generar conflictos o tratar de destruirnos. Dios nos dará Su protección, aun cuando caminemos en “valle de sombra de muerte”. Si es necesario, mandará a Sus ángeles para darnos la protección necesaria en todos nuestros caminos y nada nos hará daño. Tengamos siempre confianza en el cuidado divino. Ser y a la vez no ser, no puede ser.
Miércoles 8 de octubre | Lectura del día: Rut 4:13-17 Somos restaurados Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel; el cual será restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos. Rut 4:14-15
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uando nace Obed, hijo de Booz y de Rut, nuera de Noemí, las mujeres de Belén reconocen este nacimiento como cumplimiento de una profecía de Dios a favor de ella, llamando al bebé “restaurador de su alma y el que la sustentaría en su vejez”. Le dicen también que sería como tener siete hijos, número suficiente para beneficiarse de un sustento más que necesario. Nosotros reconocemos que de la simiente de este abuelo de David nacería, también en Belén de Judea, quien sería el restaurador de la humanidad, el sustentador del ser humano, nuestro Señor Jesucristo. Tomemos en cuenta que por medio de nuestro Salvador, Cristo Jesús, Dios ha querido restaurar la vida del ser humano, restaurar todas las cosas hacia sí mismo, restaurar la creación y restaurar a Israel, Su pueblo. En cuanto a la restauración al final de los tiempos, Isaías 11:6-9 nos dice que: “Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.” Mientras llega ese día, Dios efectúa la restauración maravillosa de la vida del hombre y de la mujer por medio de hacernos nuevas criaturas en Él. Bendito sea nuestro Padre celestial que. Por medio de Jesucristo ha restaurado lo que el enemigo de nuestra alma ha dañado, afectado, e inclusive destruido. Ser y a la vez no ser, no puede ser.
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Jueves 9 de octubre | Lectura del día: 2 Corintios 1:3-6 Somos consolados El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. 2 Corintios 1:4
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n su fragilidad y limitación, el ser humano fácilmente llega a estados graves de desconsuelo, de preocupación, de angustia. Cualquier motivo le lleva a perder el rumbo, a perder de vista el horizonte, a no mirar hacia la meta del éxito, del consuelo y de la victoria. Bien puede ser la situación política del país, la condición económica, el estado de salud con que contamos, las posibilidades que tenemos o los pocos avances significativos que conozcamos, los que nos llevan a experimentar frustración, angustia, desesperación o pena. Eventualmente algunos siervos de Dios han experimentado aflicción. Por ejemplo se nos dice que Elías, después de haber vencido a los profetas de Baal y de Asera, tuvo un momento difícil: “Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.” (1 Reyes 19:4). El salmista David expresó: “Me rodearon ligaduras de muerte, me encontraron las angustias del Seol; angustia y dolor había yo hallado... Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí...” (Salmos 116:3; 142:3). El apóstol Pablo testificó: “Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia... Por lo cual, por amor de Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias...” (2 Corintios 5:4; 12:10). La bendición que tenemos los creyentes en Cristo Jesús es que en las Sagradas Escrituras encontramos que nuestro buen Dios ha prometido consolarnos en todas nuestras tribulaciones, con el propósito de que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier tribulación o angustia. “Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación”. (2 Corintios 1:3-5). Acudamos a la fuente de consolación, para que podamos ser fortalecidos en ella y podamos consolar también a otros. Ser y a la vez no ser, no puede ser.
Viernes 10 de octubre | Lectura del día: Isaías 40:29-31 Somos fortalecidos Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Isaías 40:29
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omo el ser humano es finito, limitado, restringido, llega a un punto en el que sus fuerzas y sus recursos se acaban. Por el caminar cotidiano se gastan algunas de nuestras energías, pero cuando se requiere de hacer un esfuerzo extra, necesitamos echar mano de lo que tenemos en nuestras reservas personales. Aun así, llega el momento en que todo recurso humano se acaba; algunas veces por la dimensión de la tarea o por lo prolongado de la lucha espiritual. Justamente es allí donde la intervención divina trae y nos comparte de los recursos espirituales que necesitamos para ese momento de necesidad. Ezequiel es un nombre que en hebreo significa “Fortalecido por Dios”. Así se llamó el profeta deportado por el rey Nabucodonosor a Babilonia y que llevó a cabo su ministerio en medio de los exiliados a esta nación. Dios lo envía y le dice: “Y tú, hijo de hombre, no les temas, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinos, y moras con escorpiones; no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde.” (Ez. 2:6) y le comparte los recursos necesarios para cumplir la misión encomendada, diciendo: “He aquí yo he hecho tu rostro fuerte contra los rostros de ellos, y tu frente fuerte contra sus frentes. Como diamante, más fuerte que pedernal he hecho tu frente; no los temas, ni tengas miedo delante de ellos, porque son casa rebelde.” (Ez. 3:8-9) Nosotros, para poder obedecer y cumplir lo que Dios nos ha dicho que hagamos, necesitamos ser fortalecidos por Él, estar bajo Su poder, bien posicionados como hijos de Dios y en los lugares celestiales, en donde las más terribles luchas contra los principados y potestades de las tinieblas son libradas, reconociendo que la victoria sobre el enemigo de nuestra alma ya fue ganada por Jesucristo en la cruz del Calvario y confirmada en la tumba vacía. Bendice a Dios porque cuando nuestras fuerzas se acaban, Él nos fortalece para seguir adelante y obtener la victoria espiritual anhelada. Ser y a la vez no ser, no puede ser.
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Sábado 11 de octubre | Lectura del día: Mateo 5:13, Lucas 14:34-35 Somos la sal de la tierra Vosotros sois la sal de la tierra... Mateo 5:13
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ste pasaje de la Biblia está dando por sentadas dos entidades que se oponen entre sí: ustedes contra la tierra y el mundo. La Iglesia y el mundo (se refiere a la sociedad que está alejada de Dios, y en donde la práctica del pecado es algo habitual) son comunidades que se contraponen. Ambos se relacionan entre sí, pero su relación depende de su distinción. Está teológicamente de moda borrar la distinción entre la Iglesia y el mundo. “Ustedes” o “vosotros” se refieren a ese grupo de personas que seguían a Jesucristo. Por increíble que parezca, Jesús se refirió a ese puñado de aldeanos de palestina como “la sal de la tierra” y como “la luz del mundo”; ¡cuán largo alcance tendría su influencia! ¿Cómo somos o quiénes somos nosotros ahora? El mundo es esa entidad en la que nosotros como Iglesia estamos llamados a obrar. El mundo indudablemente perseguirá a la Iglesia (10-12), pero el llamado de la Iglesia es a servir a este mundo que la persigue (13-16). Éste tiene que ser tu único desquite, amor y verdad para el odio y las mentiras. El mundo se está corrompiendo y no puede interrumpir, por sí mismo, el proceso de descomposición Nosotros somos la sal de la tierra, quienes hemos decidido voluntariamente seguir a Cristo. Si los cristianos se ajustan social y culturalmente a los no cristianos y se contaminan con las impurezas del mundo, pierden su influencia, como la sal que se hace insípida, deja de ser útil. Para que el mundo no se meta a la Iglesia, ésta tiene que entrar al mundo. Probablemente la mayor tragedia de la Iglesia durante toda su larga y variada historia ha sido su constante tendencia a conformarse a la cultura reinante en vez de desarrollar una contracultura cristiana. “La sal y la luz” indican claramente una “singularidad” del corazón y de la vida; de la fe y de la práctica. Busquemos ser singulares y diferentes para impactar el mundo que nos rodea. Ser y a la vez no ser, no puede ser.
Domingo 12 de octubre | Lectura del día: Mateo 5:14-16 Somos la luz del mundo Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Mateo 5:14
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uchas personas viven atemorizadas. Su vida y su futuro lo pintan como una oscuridad, y ésta no permite apreciar claramente las cosas. Mucha gente vive en la oscuridad y vive con miedo. No ve claramente el futuro, ni para sí mismo, ni para su matrimonio, ni en el trabajo. Todo está oscuro, nebuloso; pero la Palabra de Dios para ti es “Yo soy la luz del mundo y tú también eres luz en el mundo; mi luz no dejará de brillar nunca”. Muchas veces creemos que esa luz se ha apagado, y no tener luz es no tener la capacidad de juicio. Jesús se pronunció como la luz en una situación en donde se necesitaba el correcto juicio. Los fariseos y los escribas querían tentar a Jesús, es cierto, pero tenían dificultades para interpretar la ley. Lo que ellos necesitaban era la luz del Señor. De la misma manera nosotros también somos luz. Muchas veces nuestra capacidad de decisión y juicio se ven menguadas porque nos encontramos separados de Él, y separados de Él nada podemos hacer. Ser luz significa tener la claridad para caminar en la dirección de Dios y guiar a otros a que transiten por el camino adecuado, y al mismo tiempo significa ser portadores de esa lámpara que es a nuestros pies Su Palabra y que alumbra nuestro camino. En Job 24:14-17 y Jeremías 23.12 Jesús no dijo que en Él está la luz del mundo, sino que Él es (yo soy) la luz del mundo. Jesús no dice que debemos procurar ser luz, dice que somos la luz del mundo. Él es la luz, pero finalmente tú también eres la luz que no se debe esconder. Hay algo glorioso en la obra de Jesús en nuestra vida, y es que siempre quiere que seamos como Él. Reflejemos la luz de Jesús que está en nosotros. Ser y a la vez no ser, no puede ser.
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Lunes 13 de octubre | Lectura del día: 2 Corintios 5:17-21 Somos reconciliadores Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación. 2 Corintios 5:18
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econciliación es “volver a la amistad anterior” o “atraer y acordar los ánimos desunidos”. Cuando somos conciliadores y embajadores de la paz y las buenas relaciones, estamos construyendo puentes. Requiere tiempo hacer puentes familiares, hacer puentes con amistades y hermanos de la Iglesia, hacer puentes en nuestro trabajo. Se requiere coraje, valentía, ánimo, disposición, oración, mucha gracia de Dios y dedicación para la construcción de puentes. Y esa construcción se hace con reconciliación y paz. Cuando el ser humano pecó, lo primero que se vio afectada fue su relación con Dios y con otros. Dios y el hombre ya no tenían la misma relación como antes del pecado. El pecado afectó también las relaciones entre Adán y Eva, simbolizando el rompimiento por causa del pecado de las buenas relaciones entre las personas. Pablo nos dice que Dios nos ha dado el ministerio de la reconciliación. La fe y los portadores de ella son el camino para la restitución de las relaciones, particularmente entre Dios y los seres humanos. La Biblia nos llama “embajadores de Cristo” para compartir el mensaje de reconciliación con los demás. Éste es nuestro llamado a dar testimonio a los que aún no están reconciliados con Dios por medio de la cruz. No somos llamados a Es tan sencillo pero al mismo tiempo tan predicar una religión ni desafiante. tampoco una filosofía Oremos para ser buenos reconciliadores. de vida, sino que somos Somos embajadores de Cristo aquí en la llamados a reconciliar tierra y por ello representamos a Cristo a Dios con el mundo y Su nación. Hay que trabajar la paz los por medio de las buenas unos por los otros y nosotros con todos noticias del Evangelio. los demás. Las personas que piensan que no son capaces de hacer algo, no lo harán nunca, aunque tengan las aptitudes.
Martes 14 de octubre | Lectura del día: 1 Pedro 2:9-10 Somos linaje escogido Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 1 Pedro 2:9
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ehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial. Cuando pensamos en el por qué de algunas cosas en la historia y en nuestra vida, muchas veces o no tienen explicación o no tienen sentido. Todo aquello que escapa de nuestro control o del de alguien más, lo dejamos a la providencia, a la soberanía de Dios. Dios seleccionó a Israel, a pesar de que “vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos”. Cuando Dios llamó a Israel, ya existían las grandes dinastías que estaban gobernando el mundo: los egipcios y sus grandes pirámides; los fenicios, sumerios, lo que inventaron el alfabeto, etc. La tribus de Israel en nada se asemejaban a los caldeos y otras grandes culturas; pero Dios los apartó para ser exclusivos para Él: “guarda, por tanto, los mandamientos, estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas”. La Iglesia también es parte de ese pueblo apartado por Dios. Esta palabra nos da miedo y pensamos que no tienen que ver con nosotros (todavía), pero ser linaje escogido no depende de nosotros, es algo que Él hizo, y ¿qué fue lo que hizo? Nos apartó, como apartó al pueblo de Israel para ser Su especial tesoro; nos apartó para ser Su pueblo escogido. El cristiano ha sido escogido para ser diferente a los demás Esa diferencia consiste en que está consagrado a la voluntad y al servicio de Dios. Otras personas siguen las normas del mundo, pero para el creyente las únicas normas son las de Dios. Uno no puede entrar en el camino cristiano a menos que se dé cuenta de que eso le obligará a ser diferente de todos los demás. Tenemos que apartarnos para Dios. Las personas que piensan que no son capaces de hacer algo, no lo harán nunca, aunque tengan las aptitudes.
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Miércoles 15 de octubre | Lectura del día: Deuteronomio 7:6-11 Somos nación santa Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra. Deuteronomio 7:6
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a invitación de Dios al pueblo es simple: Sean como yo soy. Si van a ser mi pueblo, no sean como los demás. ¿Y cómo es Dios? En esencia es Santo, que no era como los dioses paganos que vivían en inmoralidad, eran caprichosos, sanguinarios, sin sentido. La santidad de Dios se distinguía básicamente en que era totalmente diferente a los dioses paganos. Así Su pueblo, la nación de Israel, debía ser diferente a los demás pueblos. Cuando Dios le pide a Israel que sea santo como Él, no está queriendo equiparar la santidad del pueblo con la de Él, sino que siendo que Él es, ellos también sean. El mensaje para el pueblo es: no sean como los demás pueblos, sean un pueblo diferente, separado. Cuando hablamos de santidad en términos cotidianos, se entiende como algo infalible, inalcanzable, propio de los místicos que se han retirado del mundo para “no pecar más”. No pensamos que nosotros podamos ser santos por el mundo en que vivimos, por lo que ésta enseñanza nos suena de alguna manera inalcanzable. Sin embargo, cuando pensamos en la santidad que Dios le está requiriendo al pueblo es una santidad práctica, que no tiene que ver solo con su moralidad o su espiritualidad sino con las diferentes áreas de la vida, porque así es la vida cristiana; tiene que ver con todo lo que somos, con lo que hacemos, con lo que comemos, con todo. ¿Quién es ese Dios que nos ha llamado a ser una nación santa? Es un Dios para quien la santidad era un asunto integral. Es un Dios que tenía y tiene bien definido lo que era puro y lo que no; un Dios que conoce la tendencia del ser humano hacia el desorden y descontrol, antes que hacia el orden y la santidad. La santidad no es la castración de la felicidad. No es el intento de prohibición de las cosas más divertidas de la vida. No es una religiosidad, sin sentido. La santidad es una forma de vida de calidad con instrucciones de Dios para mi bien, no para el de Él. “Sed santos” no es un llamado a una forma de vida contemplativa, alejada del mundo; es una forma de disfrutar el mundo pero en un contexto donde no me voy a hacer daño, donde pueda vivir la vida plenamente. Las personas que piensan que no son capaces de hacer algo, no lo harán nunca, aunque tengan las aptitudes.
Jueves 16 de octubre | Lectura del día: Éxodo 19:4-6 Somos un especial tesoro Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Éxodo 19:5
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ste pasaje lo encontramos en el momento histórico cuando las tribus de Israel recién liberadas de Egipto se encuentran frente al monte de Sinaí, el monte donde Dios hizo un pacto con ellos. En el Sinaí, Dios llama a los hijos de Israel a una relación de pacto con las siguientes palabras: “Vosotros habéis visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo os he tomado sobre alas de águilas y os he traído a mí. Ahora pues, si en verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; y vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa” (Éxodo 19:4-6). El fundamento de esta relación comienza con el valor de Dios y lo que Dios ha hecho por los hijos de Israel. Dios revisa lo que ha hecho por Israel de forma resumida: “Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águila y os he traído a mí mismo”. Éste es un recordatorio de los actos poderosos de Dios de liberación, salvación y provisión (las plagas, Mar Rojo, el maná y las codornices y el agua). Nota lo que Israel trae a la relación: Eran esclavos indefensos en Egipto, eran incapaces de amarse a sí mismos o de alimentarse y proveerse de agua por sí mismos en el desierto. Básicamente, no aportan nada a la relación. Es sólo por la gracia gratuita de Dios que tiene algún valor (un importante recordatorio de nuestra condición ante el amor del Dios del universo). La palabra “tesoro” para nosotros nos pone en la dimensión del valor especial que tenemos delante de Dios. El hecho de no tener ningún mérito acrecienta el significado de ser ese tesoro, lugar que hemos recibido por gracia y por la cual nos tenemos que mover para continuar siendo ese valor tan especial para Él. Las personas que piensan que no son capaces de hacer algo, no lo harán nunca, aunque tengan las aptitudes.
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Viernes 17 de octubre | Lectura del día: Romanos 10:1-10 Somos salvos Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Romanos 10:9
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n nuestra manera de vivir alejada de Dios no éramos salvos y nadie es salvo. Las personas tienen la salvación cuando aceptan del señorío de Jesucristo en su vida. Popularmente todo mundo se dice hijo de Dios, pero un hijo, es decir, una persona salva, solo es aquella que voluntariamente se ha puesto bajo la voluntad del Padre celestial. ¿Cómo éramos antes de conocer a Cristo? Estábamos muertos en delitos y pecados (Efesios 2:1). La muerte espiritual es igual a muerte de pecado, separación de Dios causada por todo aquello que ha traspasado la línea entre el vicio y la virtud y por vivir un estado de miseria. Seguíamos la corriente de este mundo. Conducíamos nuestra vida de acuerdo a los pensamientos y pasatiempos de esta edad presente, mala y transitoria. Habíamos olvidado las reglas y los caminos de Dios, para seguir las reglas y los caminos del mundo. Nadie en goce sano de sus facultades querría hacer las cosas para agradar a Satanás. Nosotros lo hacíamos, no con intención, tampoco porque queríamos ofender a Dios, pero nuestro estilo de vida era contrario a los preceptos divinos. Vivíamos conforme a los deseos de la carne y éramos en consecuencia hijos de ira, debido a que estábamos innatamente comprometidos al pecado. Una ley de pecar nos controlaba, y por ende caímos bajo la ira de Dios; es por eso que no podíamos ser salvos. Ésta es la vida de una persona no salvada. Agradezcamos a Dios Es esclava del pecado. Esa persona necepor habernos salvados sita ser salva del pecado. El ángel dijo a por Su gracia. María “Llamarás su nombre Jesús porque él salvará a su pueblo de su pecados”. Las personas que piensan que no son capaces de hacer algo, no lo harán nunca, aunque tengan las aptitudes.
Sábado 18 de octubre| Lectura del día: Efesios 1:3-14 Somos sellados por el Espíritu Santo En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, Efesios 1:13
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n Cristo la historia irrumpió en la situación trágica de la humanidad, y hoy Él invade o irrumpe en el estado pecaminoso en cada hombre arrepentido para traer salvación. La misericordia es la disposición de Dios hacia seres pecaminosos, pero el amor es Su móvil por todo lo que Él hace por ellos. Como ellos eran de naturaleza corrupta y pecaminosa en sus prácticas, no podían tener mérito alguno, ni ningún derecho delante de Dios, y hacía falta mucha misericordia para quitar tanta miseria y perdonar tales transgresiones. La nueva vida de salvación en Cristo es una vida de resurrección. Nos trajo a vida (resucitó) y además nos hizo sentar en los lugares celestiales juntamente con Él. La forma como están expresados estos verbos indican un suceso que se llevó a cabo en una sola ocasión: terminado. Los creyentes son vistos como si ya estuviesen sentados allí con Cristo, por el acto. Y efectivamente, vivimos temporalmente en la Tierra y solo en tanto que permanezcamos en este cuerpo; pero “en Cristo” estamos sentados con Cristo donde Él está. La vida en Cristo nos ha sido dada. Nuestra salvación de la esclavitud del pecado que brota de la gracia de Dios y que es apropiada a través de la fe, es don de Dios. Por lo tanto no ganamos por buenas obras (que es la esencia de la religión legalista). Habiendo sido borrados nuestros pecados, siendo hechos partícipes del Espíritu Santo, y teniendo una esperanza de inmortalidad, no debemos atribuir esto a obras o mérito alguno de nuestra parte. Esta es la salvación que por medio de la fe se adquiere aun en este mundo: salvación del pecado y sus consecuencias; y llamado para una vida eterna, la cual comienza desde el momento en el que recibimos a Jesucristo como Señor de nuestra vida. Las personas que piensan que no son capaces de hacer algo, no lo harán nunca, aunque tengan las aptitudes.
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Domingo 19 de octubre | Lectura del día: Romanos 4:23-25 Somos justificados El cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación. Romanos 4:25
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ablo ha acusado a ambos pueblos, tanto judíos como gentiles porque ninguno es justo, ninguno puede gloriarse de ser mejor ante Dios: “por cuanto todos pecaron están destituidos de la gloria de Dios...”. Lo que correspondía a ambos pueblos era la manifestación de la ira de Dios, “porque la paga del pecado es muerte”; es aquí donde Pablo presenta la doctrina que cambiaría las expectativas humanas de desgracia y derrota a esperanza y salvación; desaparece el determinismo de que el hombre nació para condenación; Pablo dice “no, Dios ha provisto salvación para todos los hombres, porque todos podemos ser justificados, primeramente en forma gratuita y luego por la fe”. El 31 de Octubre de 1517, Martín Lutero pega sus 95 tesis que expresaban sus puntos de vista bíblicos en contra de lo que la Iglesia estaba enseñando en cuanto a las indulgencias, que se extendían hasta el purgatorio y la salvación por obras. La justificación es el acto mediante el cual Dios nos declara justos, sin culpa, y esto gracias a la fe que tenemos en Su muerte, que fue capaz de limpiarnos de toda maldad, por lo cual ahora podemos presentarnos delante de Él como si no hubiéramos cometido pecado. La fe es el elemento fundamental para ser justificado tanto para judíos como para gentiles, para nosotros. Al ser justificados tenemos paz con Dios; es decir, sin esta justificación el ser humano está bajo la ira de Dios, bajo sentencia de muerte por causa de su propia injusticia, porque los hombres se corrompieron haciendo toda clase de injusticia, inventando males, cometiendo con avidez toda clase de impurezas, por ello Dios los desechó de Su presencia; pero al ser justificados nuevamente entramos en paz con Dios, en comunión con Él. Para que el hombre pudiera ser justificado, Dios envió a Su Hijo Jesucristo. Demos gracias hoy por ese precioso sacrificio. Las personas que piensan que no son capaces de hacer algo, no lo harán nunca, aunque tengan las aptitudes.
Lunes 20 de octubre | Lectura del día: Romanos 5:1-5 Somos limpios de pecado Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; Romanos 5:1 ser justificado? Nuestros pecados habían hecho ¿Q uéquesignifica Dios y nosotros fuésemos enemigos. El pecado efectiva-
mente causó la muerte. Muerte significa separación, y por causa del pecado el ser humano quedó separado de Dios en el primer pecado de Adán y Eva, pero en la vida cotidiana también; la práctica del pecado nos separa de Dios. La justicia de Dios había dado su veredicto sobre nosotros, y era condenación. Su ira estaba sobre nuestro cuello, pero al ser justificados, creemos en los beneficios del sacrificio de Jesucristo; nuestros pecados son borrados y Jesucristo nos presenta ante el tribunal que nos había sentenciado a muerte sin ningún pecado. La tendencia del hombre es a justificarse a sí mismo; “yo no he hecho nada a nadie”, decimos; “no soy perverso, tengo buena conducta, no he matado a nadie, respeto a los demás”, etc. El problema es que aun con estas justificaciones el ser humano no puede estar en paz con Dios, no se puede quitar el veredicto del tribunal divino que es muerte. La ira de Dios se manifiesta sobre toda impiedad de los hombres. La invitación de Pablo es que podemos hacer la paz con Dios; que en vez de ser enemigos, podemos ser Sus hijos y entrar por la fe a la gracia de Dios. (Efesios 2:14-16). Aquí cesan todos los esfuerzos humanos para justificarse; todo intento que yo haga para hacer la paz con Dios es vano, es insuficiente. Es por ello que las obras de buena fe que yo haga no me justificarán ante Dios. No importa que yo comulgue dos veces por semana, ayune tres días a la semana, dé de comer a los pobres, ofrende para la Iglesia mi dinero, etc. No es lo que yo haga lo que me justificará ante Dios, sino lo que Jesucristo hizo en la cruz; es por ello que debo de tener fe en los méritos del sacrificio de Jesucristo. El primer paso para conseguir lo que queremos en la vida es decidir lo que queremos.
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Martes 21 de octubre | Lectura del día: Isaías 48:10-15 Somos purificados He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción. Isaías 48:10
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ara muchos creyentes la vida cristiana es algo estético, algo que tiene que ver con lo exterior. Pero la verdadera cristiandad es una vida en donde el Espíritu de Dios ha limpiado lo más profundo de nuestro corazón y ha desarraigado las causas del pecado. Desafortunadamente la causa de todo esto no está en la superficie, sino que se haya en lo profundo de su propia naturaleza. Oswald Chambers, después de 4 años de haber nacido de nuevo, dijo: “si todo esto es todo lo que hay en el cristianismo, entonces el cristianismo es un fraude.” Por eso el grito de Pablo: “¡Miserable de mi...!” Se necesita desesperadamente hacer algo La única renovación que importa es la renovación duradera; hay una necesidad de profundizar y de arraigarse, si es que hemos de mantener nuestra vitalidad por un largo periodo, una charla de ánimo puede ser de provecho por algún tiempo, pero una Iglesia fuerte necesita una firme ancla donde pueda hallar la seguridad y el ánimo necesario para mantener la fe. Arquímedes, el matemático griego, dijo: “Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”. Un carpintero dijo una vez: “Sabe, un buen carpintero se conoce no por lo que puede hacer, sino por lo que puede ocultar.” Pero después de seis meses me di cuenta que ocultar lo viejo es al final una renovación muy pobre. Querer y desear hacer el bien no es suficiente ante Dios. Dios no solo quiere que deseemos hacer el bien, sino que lo hagamos. De hecho, la vida cristiana no es querer o desear, sino hacer y estar convencidos que es la voluntad de Dios. Muchos cristianos están en este punto de que quieren pero no pueden. La respuesta a este problema es ser revestido del Espíritu Santo, ser purificados con Su fuego purificador. Para que podamos andar en el Espíritu no debemos olvidar que hemos sido comprados por precio, no de oro o plata, sino con la preciosa sangre de Jesucristo. Ya no somos nuestros, somos de Dios; ya sea que vivamos o que muramos, somos del Señor. El primer paso para conseguir lo que queremos en la vida es decidir lo que queremos.
Miércoles 22 de octubre | Lectura del día: 3 Juan 1:1-4 Somos prosperados Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. 3 Juan 1:2
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s interesante que todos deseamos, aunque no lo digamos, ser prosperados en todo: En la vida personal, en el área espiritual, en los negocios, en la preparación académica, en las inversiones, etc. Por supuesto que estamos conscientes de que, por diversas razones, cuesta alcanzar la prosperidad. Los negocios fracasan, los estudios se truncan, la bolsa de valores cae, la salud se afecta, los cristianos se descuidan y se apartan del camino. Por lo tanto, la esperanza no puede estar en nadie, sino en un Dios todopoderoso, lleno de amor e interesado en todas las áreas de nuestra vida. La Biblia nos enseña principios para ser prosperados: La Nueva Traducción Viviente nos dice en Salmos 37:3: “Confía en el Señor y haz el bien; entonces vivirás seguro en la tierra y prosperarás”. Aquí los principios son confiar en Dios y hacer el bien. Dejando a un lado toda autosuficiencia o confianza en nuestras propias capacidades y haciendo el bien, recibiremos abundantes bendiciones de nuestro Señor. En Deuteronomio 30:19b-20 nos recuerda: “… os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.” Los principios son amar a Dios, atender a Su voz y seguirle. En Salmos 37:4 el principio es “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón”. Dios quiere darnos algo mucho mejor de lo que usted y yo queremos. Quiere bendecirnos, quiere prosperarnos, y nos recuerda que la fidelidad a Él es la verdadera fuente de nuestra prosperidad. El primer paso para conseguir lo que queremos en la vida es decidir lo que queremos.
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Jueves 23 de octubre | Lectura del día: Jeremías 31:11-14 Somos saciados Y el alma del sacerdote satisfaré con abundancia, y mi pueblo será saciado de mi bien, dice Jehová. Jeremías 31:14
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e la historia sorprendente que nos relata el médico Lucas en el capítulo 9, versos 10 al 17, destacamos el hecho de que el milagro de alimentar con cinco panes y dos pescados a “como cinco mil hombres”, consiste en que “…comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que les sobró, doce cestas de pedazos” (9:17). Jesús no sólo estaba interesado en alimentar a esta multitud, sino en que se saciaran completamente. En Jeremías 31:14 la promesa de Dios es de satisfacción plena para el siervo de Dios y para todo el pueblo. En nuestro tiempo, debemos identificar qué es lo que verdaderamente sacia nuestro ser, porque buscamos muchas cosas para llenarnos. La lista de satisfactores humanos puede ser: el trabajo, el ministerio, la moda, el dinero, el deleite, la actualidad, el éxito. La mayoría de las personas buscan saciarse de bienes materiales, para descubrir muy pronto que éstos son efímeros, perecederos, pasajeros. Para quienes hemos depositado nuestra confianza en un Dios proveedor de todo, descubrimos que físicamente, entre más escuchamos, más ambicionamos y queremos llenarnos de todo lo que miramos. Al final, dice Eclesiastés 1:8, “Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír.” Es decir que las cosas materiales no sacian completamente, porque siempre queremos más. Sólo Dios puede darnos de modo que quedemos satisfechos. El salmista David clamaba por Dios como un ciervo busca agua, para satisfacer su necesidad espiritual. Ser saciados es ser llenos del Espíritu Santo, es entregarnos completamente a Dios, es consagrarnos, es ser transformados a la imagen de Jesucristo en nosotros, es sentir que nada nos falta; creer que todas las cosas necesarias en la vida serán suplidas, como añadidura, por nuestro buen Padre celestial. La promesa de Isaías 58:11 se cumple en nosotros: “Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.” El primer paso para conseguir lo que queremos en la vida es decidir lo que queremos.
Viernes 24 de octubre | Lectura del día: Salmos 31:1-5 Somos guiados Porque tú eres mi roca y mi castillo; por tu nombre me guiarás y me encaminarás. Salmos 31:3
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na de las características del ser humano natural es ser independiente, y aún más, sentirse autosuficiente, creer que no necesita de nadie ni de nada. Se guía por sus propias pasiones desordenadas, por todo aquello que le provoque cierto placer, que lo haga sentirse bien; no está dispuesto a dejar la dirección de su vida en nadie. Solamente cuando llegamos a ser hijos de Dios, permitimos que Su Espíritu nos dirija, nos guíe, nos conduzca desde la conversión hasta la glorificación. El apóstol Pablo nos comparte en Romanos 8:14 que “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.” Y en el resto del capítulo 8 de su carta describe lo que significa vivir en el Espíritu, ser dirigidos por Él. La Palabra de Dios se refiere al Espíritu Santo como el Espíritu de Dios, el Espíritu de Cristo y el Espíritu de adopción. Es un poder actuando en nuestro corazón, es Dios viviendo en nosotros, es el Señor adoptándonos como hijos, con todos los derechos y privilegios de hijos naturales. Pero la principal acción del Espíritu Santo es ser nuestro guía en la vida cristiana. Hace una comparación entre un amo de esclavos que nos llena de temor y nos trata como un tirano, y el Espíritu Santo que nos inspira confianza, nos ama, nos fortalece y nos da dirección. Los medios que Dios utiliza fundamentalmente para guiarnos son las Sagradas Escrituras y la presencia de Cristo con nosotros. Necesitamos venir con frecuencia a la Palabra, que es nuestra guía de fe y conducta. Mantener nuestra atención a la explicación Necesitamos pedir o predicación de la Palabra de Dios, y la a nuestro Señor obediencia a las enseñanzas que nos comJesucristo Su dirección, partan, será un modo como nuestro Señor especialmente en quiera dirigir nuestra vida. Agradezcamos aquello que no sabemos a Dios que nos permite encomendar todos cómo resolver o nuestros caminos y decisiones a Él, con cuando tenemos varias la confianza plena de que seremos bien alternativas para decidir. guiados por Su divino Espíritu. El primer paso para conseguir lo que queremos en la vida es decidir lo que queremos.
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Sábado 25 de octubre | Lectura del día: 1 Corintios 12:18-27 Somos el cuerpo de Cristo Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. 1 Corintios 12:27
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uando escuchamos la palabra “Iglesia”, lo primero que muchos piensan es en el edificio o auditorio en el que se adora a Dios, en su púlpito, en sus sillas, en la plataforma para el grupo de alabanza; pero ésta no es la Iglesia de la que Dios habla en Su Palabra. La palabra Iglesia se utiliza en el Nuevo Testamento como “una asamblea de llamados”, es decir de creyentes redimidos por Cristo. Luego encontramos la enseñanza de que Cristo es la cabeza y la Iglesia es “el cuerpo de Cristo”. Del género pecaminoso de Adán, Dios ha llamado a un pueblo para ser Su cuerpo. En Efesios 5:30 y 32 nos dice “porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos… Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.” En su enseñanza el apóstol Pablo nos dice que Dios ha establecido el fundamento de la unidad de los verdaderos creyentes y señala siete realidades espirituales básicas para lograrla: 1. Un cuerpo: la Iglesia. Cristo es la Cabeza y la Iglesia es el cuerpo. 2. Un Espíritu: el Espíritu Santo activa la comunión. Si estamos llenos del mismo Espíritu, no debe haber insensibilidad, ni divisiones, sino paz y unidad. 3. Una esperanza de nuestra vocación: tenemos un futuro glorioso, todos caminamos hacia la misma meta. Debemos estar entregados a la misma causa. 4. Un Señor: Cristo, de quien somos todos. 5. Una fe: compromiso con Cristo; entrega completa al amor de Cristo Jesús. 6. Un bautismo: es la señal de la entrada a la Iglesia. 7. Un Dios y Padre: Él es nuestro Padre. Todo cristiano tiene un ministerio, no importa cuán insignificante piense que es. El cuerpo crece en la medida en que cada miembro crece. Si un cristiano no se desarrolla espiritualmente, la Iglesia como un todo no es tan fuerte como debería ser. Pidamos a Dios que nos ayude a desarrollarnos espiritualmente para preservar la unidad del cuerpo de Cristo, mantener el testimonio de la Iglesia y que ésta crezca. El primer paso para conseguir lo que queremos en la vida es decidir lo que queremos.
Domingo 26 de octubre | Lectura del día: Juan 10:11-16 Somos Sus ovejas Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, Juan 10:14
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ara hablar de Su Iglesia, de Su pueblo, de Sus seguidores, nuestro Señor Jesucristo utilizó algunas figuras del lenguaje o metáforas; por ejemplo, le llama “edificio”, “cuerpo”, “familia” y la que la define mejor es la de un “rebaño de ovejas”. Él se autonombra como “el buen Pastor” y Sus seguidores somos las ovejas. La oveja simboliza la dependencia, la inocencia, lo inofensivo, la fragilidad, lo débil. El Señor quiere que Su rebaño refleje el carácter de las ovejas, como la mansedumbre, la humildad y la obediencia de estos animalitos a Él, quien es el buen Pastor, dispuesto a dar Su vida por Sus ovejas. El contraste lo hace el asalariado, quien cuando ve venir el peligro, abandona el rebaño y no lo defiende, sencillamente porque no lo ama y no es su dueño. Nuestro Salvador nos llama “mis ovejas”, que expresa posesión, propiedad, pertenencia. Nos compró con Su sangre preciosa, dio Su vida por nosotros y ahora somos un rebaño espiritual especial. Menciona nuestro Señor que Sus ovejas ponen atención a Su voz y la identifican, están atentas a Su llamado, le obedecen, le siguen; las conoce por nombre y ellas lo conocen a Él; va delante de ellas y le siguen, las conduce a lugares de delicados pastos. Así que somos un rebaño especial, atento, amado, obediente. Manifestemos una dependencia total a nuestro Señor y dejémonos guiar, aun por senderos escarpados, por caminos difíciles o llenos de peligros, sabiendo que Él estará con nosotros y nos dará Su cuidado amoroso. Demos gracias a Dios por concedernos ser parte del rebaño de Cristo y pidámosle que nos ayude a ser fieles, para que cuando Él aparte los cabritos de las ovejas (Mateo 25:32), siga siendo nuestro buen Pastor; pidamos que “nos guíe a fuentes de aguas de vida y enjugue toda lágrima de nuestros ojos” (Apocalipsis 7:17). El primer paso para conseguir lo que queremos en la vida es decidir lo que queremos.
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Lunes 27 de octubre | Lectura del día: Hechos 15 Somos gente de riesgos Después de esto volveré y reedificaré la choza caída de David. Reedificaré sus ruinas, y la restauraré. Hechos 15:16
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a fe consiste en tomar algunos riesgos por Jesucristo. Fe incluso es estar dispuestos a correr el riesgo de fracasar con tal de ir tras el sueño que Dios ha puesto en nuestra mente y corazón. No podemos ir tras un sueño sin tomar algún riesgo; nuestro sueño debe ser tan grande que no podamos alcanzarlo por nuestra propia cuenta, sino con la ayuda de Dios. En el pasaje que leímos se menciona a Pablo y Bernabé, Judas y Silas, hombres que habían arriesgado su vida por Jesucristo. Los cristianos somos gente que está dispuesta a tomar riesgos de fe, y eso le agrada a Dios. Él nos ve y dice: “Aquí hay un grupo de personas que está creyendo en mí y están arriesgando todo confiando en mis promesas; que no tienen miedo al fracaso, sino que se arriesgan a hacer algo por la obra de Dios, por lo tanto los voy a bendecir”. La gente que conoce a Cristo se atreve a tomar riesgos e incluso a fracasar, si es parte del plan de Dios, pero siguen confiando en Él. ¿Has hecho algo arriesgado por Jesús últimamente? Dice un dicho popular “el que no arriesga no gana”; yo diría “el que no toma riesgos de fe no agrada a Dios”. Muchas de las cosas que hoy son bendición en mi vida, antes fueron pasos de fe que tomé sin saber si me iba a funcionar o no, pero intenté hacer algo grande para Dios confiando en Su poder y Dios ha bendecido muchos de esos pasos de fe. Yo te animo a hacer algo de fe en estos días: que inicies ese negocio que tanto has soñado, que le hables de Cristo a alguien; solo confía en Dios y aun si fracasaras, sigue confiando en Él, porque ahora ya sabes lo que no debes hacer. Deja de planear tu sueño… comienza a vivirlo.
Martes 28 de octubre | Lectura del día: Proverbios 29:1-27 Somos gente de sueños Sin profecía el pueblo se desenfrena; mas el que guarda la ley es bienaventurado. Proverbios 29:18
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or muchos años me he preguntado ¿a qué clase de persona bendice Dios? ¿Qué clase de persona utiliza Dios? ¿Qué cualidades busca Dios en una persona para bendecirle? Me interesan estas preguntas porque yo quiero ser una persona que Dios bendiga. Lo que he descubierto es que todas las personas que Dios bendice tienen un común denominador que se llama FE. Dios usa altos y bajos, feos o guapos, ricos o pobres, pero lo que no debe faltar en estas personas es la fe, sin la cual es imposible agradar a Dios. ¿Qué es la fe? Es confiar plenamente en Dios. Dios bendice a la gente que no tiene miedo de confiar en Él completamente. El secreto para tener más poder en tu vida es la fe, por eso es necesario que crezcamos en fe, y para hacerlo necesitas soñar. Todo comienza con un sueño, con una visión, con una idea de lo que Dios quiere hacer en tu vida; nada comienza a suceder hasta que empiezas a soñar. Es un acto de fe, y si no tienes un sueño, una meta en la vida, solo irás a la deriva. ¿Cómo obtienes el sueño de Dios para tu vida? Efesios 3:20 “Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir” Lo primero es imaginarnos y pedir; los soñadores se atreven a imaginar cosas grandes y a pedirle a Dios. Cuando tú ya tienes claro el sueño de Dios para tu vida, ahora debes pedirle que te conceda la oportunidad de que ese sueño se haga realidad. Atrévete a pedirle a Dios y pedirle en grande, porque Él es poderoso para hacer muchísimo más de lo que nosotros imaginamos o pedimos. Deja de planear tu sueño… comienza a vivirlo.
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Miércoles 29 de octubre | Lectura del día: Salmos 31:1-24 Somos gente que no se rinde Cobren ánimo y ármense de valor, todos los que en el Señor esperan. Salmos 31:24 nvi
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xisten muchas dificultades en la vida. Ésta es un maratón donde hay condiciones difíciles y en muchas ocasiones sentimos que ya no podemos más; queremos tirar la toalla y gritar: “¡Me rindo!” ¿Cómo seguir adelante cuando ya nuestro cuerpo no tiene energía para seguir intentándolo? La repuesta es a través de la fe en Jesucristo. Cuando Jesús está en la barca, no nos rendimos, no nos asustamos, no huimos porque Su presencia nos da confianza, porque sabemos que Dios tiene el control de todo, porque sabemos que todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios. El v. 24 es un cántico de declaración de confianza en Dios. El salmista nos anima y nos dice “cobren ánimo y ármense de valor”. Todos aquellos que están a punto de rendirse cobren ánimo, no se rindan, esperen que Dios haga la obra. El esperar los tiempos de Dios y no rendirse forma nuestro carácter y Dios está buscando hombres y mujeres que sean compasivos, que tengan consistencia y que tengan un carácter firme de confianza en Él. Dios está buscando personas que no se den por vencidos con el menor problema, personas valientes y esforzadas porque son las que Él utiliza para Su propósito. Las grandes personas son gente común y corriente, pero con una actitud extraordinaria y una firme convicción; son gente común y corriente que no se rinde nunca, que dejan su comodidad y luchan y se esfuerzan hasta conseguir el propósito de Dios. El mensaje de hoy es: no te rindas; si tienes a Jesús, tienes la victoria. Deja de planear tu sueño… comienza a vivirlo.
Jueves 30 de octubre | Lectura Marcos 16:14-20 Somos portadores de buenas noticias Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. Marcos 16:15
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l estrés se ha convertido en un problema de salud pública; es considerado como la muerte silenciosa y está ocasionando múltiples enfermedades tanto físicas como emocionales. El 53% de la población vive con problemas de depresión y una de las causas es el constante estrés en que vivimos. He pensado que la razón de tanto estrés es que desde que comenzamos el día, solo recibimos malas noticias: que si ya subió la gasolina, que ahora todos vamos a pagar impuestos, que la inseguridad está incrementando, que lo secuestros no desaparecen, etc. Pero además, a veces recibimos malas noticias más locales: el negocio no va bien, los achaques a nuestro cuerpo ya comenzaron, el dinero ya no alcanza, etc. La verdad es que sí hay razones para estresarnos, sin embargo nos hemos olvidado que hay una buena noticia y que nosotros somos los portadores de esa gran noticia ¿Cuál es? Que Jesucristo vino al mundo a dar Su vida para que todos nosotros seamos salvos y perdonados; que ya no tenemos que pagar con la muerte por nuestros pecados, que Cristo ya pagó por nosotros, y que gracias a eso, ahora tenemos vida y vida en abundancia. Tú y yo debemos compartir esta buena noticia a todos los que podamos. La vida no son solo malas noticias; sí hay una buena noticia y queremos que todos sepan y la acepten para que reciban el perdón de sus pecados y el poder de la salvación. Hoy puedes comenzar a compartir con otros esta gran noticia, y que ésta cambie no solo el ánimo de la persona, sino su vida entera. Deja de planear tu sueño… comienza a vivirlo.
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Viernes 31 de octubre | Lectura del día: Ester 2:11-17 Somos llamados a hacer grandes cosas Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y halló ella gracia y benevolencia delante de él más que todas las demás vírgenes; y puso la corona real en su cabeza, y la hizo reina en lugar de Vasti. Ester 2:17
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ster es el ejemplo de una mujer que nació para ser reina. Su nombre en hebreo es “Hadasa” y significa “Estrella”, y en persa es “Mirto”. Destacan en ella su belleza física, su integridad y su valentía. Esta joven judía fue llevada cautiva a la antigua Persia en tiempos del rey Jerjes I. Huérfana de padres, fue criada y educada por Mardoqueo, su primo mayor, que hizo el papel de tío, padre y líder espiritual. Llegó a ser la reina, casada con el rey Asuero, a quien su esposa anterior, la reina Vasti, ridiculizó y desobedeció públicamente, por lo que fue destituida del trono. Otras características que Ester tenía eran que era obediente, espiritual, mujer de oración y ayuno. Consciente de que su pueblo podía ser exterminado y dispuesta a salvarlo, se atrevió, contando con la asesoría de Mardoqueo, a entrar a ver al rey, sin que éste la llamara, lo que significaba riesgo de morir. Así habló a Asuero de los planes de un atentado en su contra y de un plan de exterminar a los judíos, por Amán su principal colaborador. Al final la horca que Amán había preparado para Mardoqueo, fue para él mismo al ser descubierto. ¿Te imaginas la vida de Ester? ¿Cuándo pensaría ella que podría llegar a ser una reina, siendo huérfana y esclava? Al parecer, tenía todo en contra como para lograr grandes cosas en su vida. Pero Dios tenía para ella un propósito divino y, no importando las circunstancias, ese propósito se cumplió. ¿Cuál es tu situación actual? Tal vez te encuentres en medio de graves problemas y pienses que ya no hay propósito para ti. Déjame decirte que no es así. Dios siempre cumplirá Su propósito en nuestra vida y usará las circunstancias a favor nuestro. Tú has sido llamado a hacer grandes cosas, solo confía en Dios y mantén una vida de intimidad con Él. Deja de planear tu sueño… comienza a vivirlo.
Cita con Dios Publicación mensual gratuita del Centro de Alabanza yP roclamación Se imprimen 20 mil ejemplares más su versión digital | Se utilizaron las familias tipográficas: Bembo Std para cuerpo de texto y Alegreya para títulos, capitulares y frases | Se distribuye en la ciudad de O a x a c a Monterrey y el Distrito Federal. Se imprimió en la ciudad de Oaxaca de Juáres, en • imprentas España • digital en el mes de Octubre del 2014