Cita con Dios - Gratitud (Agosto 2013)

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GRATITUD “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”. 1 Tesalonicenses 5:18

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ay una nueva ciencia que estudia el corazón, se llama HEART MATH, o sea, matemática del corazón. Se ha descubierto que la forma en que pensamos permite que liberemos ciertas cosas de nuestra vida o que las retengamos. Por ejemplo, estudios médicos demuestran que una persona llena de ira es muy probable que tenga problemas cardiacos, pero esto no es solamente para aquéllos que expresan su ira, sino también para quienes la reprimen. Esos mismos estudios demuestran que aquellas personas que cambian su actitud y expresan gratitud, viven en promedio 13 años más de los que no son agradecidos. Se comprobó que la actitud de gratitud causa sanidad en el cuerpo, hace que el sistema de inmunidad del cuerpo sea activado y nuestras emociones sean equilibradas. La porción bíblica que leímos al principio nos invita a que demos gracias en todo: en salud o en enfermedad, en riqueza o en pobreza, en pruebas o en tiempos de paz, en crisis o en bonanza, porque esa es la voluntad de Dios para nosotros. La razón de esta actitud de gratitud es porque es bueno para nuestra salud, tanto física como emocional, y para la de quienes nos rodean. Este mes en algunas meditaciones estaremos invitándote a vivir una vida de gratitud, primeramente a Dios y también a quienes han sido bendición para tu vida. Es mi deseo que podamos aprender a ser agradecidos, aun cuando las cosas no vayan bien, porque esa es la voluntad de Dios. “Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo”. 1 Corintios 15:16 Pastor Elías Betanzos Luis Director General


Lectura del día: Salmos 26:1-7

Jueves 1º de agosto

La gratitud

“Para exclamar con voz de acción de gracias, y para contar todas tus maravillas.” Salmos 26:7

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a gratitud es un sentimiento, emoción o actitud de reconocimiento de un beneficio que se ha recibido o recibirá. Martín Lutero se refirió a ella como “la actitud básica cristiana” y otros la ubican como “el corazón del Evangelio”. El teólogo Jonathan Edwards dice que, “el amor y la gratitud hacia Dios están entre los símbolos de la verdadera religión”. En un estudio que hicieron Samuels y Lester en 1985, se encontró que en una pequeña muestra de creyentes, el amor y la gratitud fueron las emociones hacia Dios más experimentadas, de un grupo de cincuenta emociones distintas. El agradecimiento es una experiencia que nos hace reconocer que Dios es nuestro creador, nuestro guía, nuestro ayudador, nuestro consejero, el dador generoso de todas las cosas buenas, y esto nos lleva a alabarle, a darle gloria, toda nuestra alabanza y nuestro reconocimiento a Él. Hay diferentes maneras de expresar gratitud a Dios, entre ellas, testificando con palabras o por escrito, contribuyendo con nuestras finanzas en la Iglesia, ayudando a otros, compartiendo nuestra experiencia con otras personas, orando, cantando y muchas otras más. En un estudio hecho por Seligman en el 2005 sobre cómo mejorar la calidad de vida, se descubrió que el instrumento que tenía mayores efectos a corto plazo era una “Tarjeta de gratitud”, donde los participantes escribieron y entregaron una carta de agradecimiento a otra persona. Este procedimiento demostró un aumento en las puntuaciones de felicidad en un diez por ciento y una caída significativa en la depresión. El procedimiento que tuvo más efectos a largo plazo fue el de escribir un “Diario de gratitud”, donde se pidió a los participantes que anotaran todos los días tres cosas por las que estuvieron agradecidos. Los mayores beneficios por lo general solían ocurrir seis meses después de iniciar el tratamiento. Estudios similares fueron hechos por Emmons y McCullough en el 2003 y Lyubomirsky en el 2005. Procura tener un corazón agradecido. Haz el propósito de escribir una nota de agradecimiento a una persona por el servicio que te presta.

No hay mayor diferencia entre los hombres que: los agradecidos y los desagradecidos.


Lectura del día: Salmos 103:1-3

Viernes 2 de agosto

Gracias a Dios por la sanidad

“Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias” Salmos 103:3 (NVI)

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ios se presenta, en el salmo 103, como quien puede sanar todas tus dolencias. Y todas significa en cualquier idioma: todas. Pueden ser sufrimientos físicos, emocionales, mentales o espirituales. Nuestra gratitud es motivada porque Dios nos ofrece sanidad integral para nuestro cuerpo, para nuestra mente y para nuestro espíritu. Agustín de Hipona comentó sobre este tema: “Aun cuando el pecado ha sido perdonado, sigues, todavía, llevando contigo un cuerpo enfermo… La muerte todavía no ha sido tragada por la victoria, lo corruptible no ha sido hecho incorruptible, el alma es sacudida aún por pasiones y tentaciones… Pero todas tus enfermedades serán curadas, no te quede duda alguna. Son grandes, quizá digas, pero el Médico es más grande aún. No hay enfermedad incurable para un Médico Omnipotente; sólo debes dejarte curar, no debes apartar su mano; Él sabe lo que hace… El médico humano a veces se equivoca. ¿Por qué? Porque no hizo aquello que se propone curar… Dios sabe perfectamente cómo recrear aquello que una vez formó”. Una psicóloga en una sesión colectiva levantó un vaso de agua, y preguntó: - ¿Cuánto pesa este vaso? Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos. Pero la psicóloga respondió: - El peso absoluto no es importante, depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo 1 minuto, no es problema, si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo, si lo sostengo 1 día, mi brazo se entumecerá y paralizará. El peso del vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado se vuelve.Y continuó: - El estrés y las preocupaciones son como el vaso de agua. Si piensas en ellos un rato, no pasa nada. Si piensas un poco más empiezan a doler y si piensas en ellos todo el día, acabas sintiéndote paralizado, incapaz de hacer nada. Es importante acordarse de dejar las tensiones tan pronto como puedas. No las cargues días y días. ¡Acuérdate de soltar el vaso! Independientemente de lo que hagas, recuerda que tienes a Dios como el Médico divino que puede sanar tus heridas y curar tus enfermedades.

No hay mayor diferencia entre los hombres que: los agradecidos y los desagradecidos.


Lectura del día: Juan 3:14-20

Sábado 3 de agosto

Agradecidos por el perdón

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Juan 3:16

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uando el salmista David escribe la canción de un corazón puro, el salmo 103, que ha recibido el reconocimiento universal como una alabanza pura y es posiblemente uno de los más leídos, comienza haciendo una autoexhortación a todo su ser para que proclame su gratitud a Dios, tomando en cuenta todos los beneficios recibidos. El primer motivo en la lista, “Él es quien perdona todas tus iniquidades…”, alude a la mayor necesidad del ser humano, la de recibir perdón por los pecados cometidos. En el Nuevo Testamento Juan nos habla de que la motivación que llevó a Dios a enviar a Su Hijo único al mundo, para que muriera en nuestro lugar, fue el amor. El resultado inmediato es el perdonar nuestros pecados y como consecuencia de ello, disfrutar de la vida eterna. No hay en la vida mayor experiencia que la de recibir nueva vida espiritual, por medio de ser perdonados. A esto el apóstol Pablo le llama, en 2 Corintios 5:17, “nuevo nacimiento”. Es decir, que venimos a ser nuevas criaturas en Cristo. Nuestra vida es transformada y somos adoptados como hijos de Dios. En cuanto al salmo 103, Mc-Cullough escribe: “Este salmo, según da testimonio el lugar que ha ganado en la vida devocional en la Iglesia, es uno de los himnos más notables del Antiguo Testamento. Parece haber tenido su origen en el profundo sentimiento de gratitud de una persona por haberle perdonado Dios sus pecados y haberle hecho recuperar de una enfermedad desesperada”. Heinrich Herkenne observa con justicia que, “apenas si hay otra parte del Antiguo Testamento que nos permita percibir la verdad de que Dios es amor de una manera tan íntima como en este salmo”. Da gracias a Dios por haberte dado la bendición de su perdón. Si todavía no has pedido perdón e invitado a Cristo a ser tu Salvador y Señor, hoy puedes hacerlo, para gozar de su bendición.

No hay mayor diferencia entre los hombres que: los agradecidos y los desagradecidos.


Lectura del día: Colosenses 3:12-17

Domingo 4 de agosto

Beneficios de la gratitud

“Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.” Colosenses 3:17

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e acuerdo a Cicerón, “la gratitud no es sólo la más grande de las virtudes, sino la madre de todas las demás”. El apóstol Pablo une el hecho de que todo lo que hagamos de palabra o de hecho, lo debemos hacer en el nombre del Señor Jesucristo, manifestando gratitud a Dios. Por otro lado, los estudiosos de la conducta humana han descubierto que hay una relación muy estrecha entre el agradecimiento y el aumento en el bienestar de las personas. La Psicología ha avanzado en sus estudios respecto de la gratitud y sus efectos positivos en el ser humano. Numerosos estudios han llegado a la conclusión de que las personas agradecidas son más propensas a tener niveles más altos de felicidad y menores niveles de estrés y depresión; están más satisfechas con sus vidas y sus relaciones sociales. También tienen mayores niveles de control de sus circunstancias, crecimiento personal, propósito en la vida y aceptación de uno mismo. Las personas agradecidas también tienen menos estrategias negativas al afrontar problemas, siendo menos probable que traten de eludir los problemas, negar que existan, culparse a sí mismos o hacer frente a ellos a través del uso de substancias. La gente agradecida descansa mejor, debido a que tiene menos pensamientos negativos justamente antes de irse a dormir. Además de que son más propensos a buscar ayuda de otras personas, aprender de la experiencia y a dedicar más tiempo a la planificación de cómo lidiar con el problema. Si te lo propones, siempre encontrarás un motivo para dar gracias. Sólo voltea a tu alrededor y observa cuántas cosas existen en la naturaleza y en tu entorno por las cuales estar agradecido. Encuentra hoy un motivo de gratitud a Dios y disfruta plenamente tu día.

No hay mayor diferencia entre los hombres que: los agradecidos y los desagradecido


Lectura del día: 1 Pedro 4:12-19

Lunes 5 de agosto

Por qué Dios permite la prueba

“Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese.” 1 Pedro 4:12

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n algunas ocasiones me han hecho la siguiente pregunta: ¿Si Dios es tan amoroso, por qué permite que sucedan cosas malas? El apóstol Pedro nos da alguna respuesta al respecto. Él fue un hombre que enfrentó luchas, que incluso le llevaron a alejarse del ministerio por un tiempo. Lo primero que Pedro nos dice es que no nos debemos de sorprender por el hecho de atravesar alguna prueba; no es extraño que tengamos que pasar por dificultades porque la vida no siempre es justa, y así como existen momentos de alegría, también hay momentos de tristeza; así como hay nacimientos también hay muertes. La Biblia nos dice que las pruebas son necesarias porque desarrollan nuestro carácter: producen paciencia, dependencia de Dios, fortaleza emocional, etc. y es por eso que son necesarias, ya que sin ellas no llegaríamos a ser las personas que Dios quiere que seamos, conforme a la imagen de Cristo. Lo más importante no es saber que vamos a pasar por algunos valles de dolor en la vida, sino saber que con la actitud adecuada, esos valles de dolor se pasarán y cambiarán por tiempos de fiesta. Si le pides a Dios no tener dificultades, también estás negando aprender mucho de lo que produce carácter y profundidad a tu vida. Los científicos declaran que un pollito debe de picotear el cascarón a fin de lograr romperlo y de esta manera poder salir de él. Si alguien le ayuda abriendo el cascarón sin que el pollito lo haga por sí mismo, éste moriría. El sistema circulatorio del pollito se activa y se desarrolla cuando lucha por salir del cascarón, si se le quita la lucha también se le quitará la habilidad para desarrollarse y consecuentemente existirá la seguridad de que morirá. No le pidas a Dios que no pases por pruebas, mejor pídele Su presencia para que tu fe se fortalezca en medio de la prueba.

Si una persona no está agradecida por lo que tiene, es probable que no sea agradecida por lo que tendrá.


Lectura del día: Salmos 121:1-8

Martes 6 de agosto

Gracias a Dios por la protección

“Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha.” Salmos 121:5

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l salmo 121 es conocido comúnmente como “el salmo del viajero”. El tema de este pequeño poema de sólo ocho versos, es la confianza en la fidelidad y protección de Dios. La palabra que domina y lo caracteriza es guardar. Este concepto se repite por seis ocasiones. La repetición tiene como finalidad enfatizar el amoroso cuidado con que Dios beneficia a cada ser humano, quitando toda sombra de duda, temor o ansiedad. En el salmo 103, verso 4, lleva el asunto al extremo de que Dios “rescata del hoyo tu vida”. La presencia de Dios significa protección y abrigo para con su pueblo contra todas las fuerzas naturales que puedan amenazarle. El pensamiento del salmista es que tanto de día como de noche Dios guardará y guiará a los suyos. Las expresiones, guardará tu salida y tu entrada, significa la totalidad de la vida y las ocupaciones del ser humano. La protección se extiende a todo lo que el ser humano es y lo que hace. “No dará tu pie al resbaladero” se entiende como “no permitirá que tu pie resbale”, aun en situaciones de distracción o descuido nuestro. El salmo comienza con una pregunta: “Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?” y la respuesta es, “Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.” Me contaba hace años un pastor que en el Distrito Federal en donde los autobuses del transporte público corren en sentido inverso al resto de los automóviles, sin saber esto, cuidando que no pasaran automóviles, iba a atravesar la calle, cuando escuchó un grito mencionando su nombre. El pastor se detuvo para ver quien lo llamaba y en ese momento, un autobús pasó frente a él, librándole Dios de un atropellamiento inminente. Nunca supo de dónde vino aquel grito que le salvó la vida. Muchas veces, de manera oportuna, Dios usa cualquier situación para librarnos de peligros. Da gracias a Dios por su cuidado amoroso, por su protección, aun en ocasiones en que ni siquiera te has dado cuenta del peligro.

Si una persona no está agradecida por lo que tiene, es probable que no sea agradecida por lo que tendrá.


Lectura del día: Nehemías 8:1-10

Miércoles 7 de agosto

Que no te roben tu gozo

“Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.” Nehemías 8:10

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l gozo es como un barómetro en nuestra vida que nos indica cuán fuertes somos en una situación o cuán saludables estamos; siempre debemos observar nuestro nivel de gozo para saber si estamos llenos o vacíos de la presencia de Dios. Un día te das cuenta que el gozo causado por los más simples detalles y que hacían que disfrutaras de tu matrimonio, ha perdido su fuerza. Esto puede pasar en cualquier área de tu vida: como padre, madre, estudiante o empleado. Quizá el gozo de asistir a las reuniones de la Iglesia o de servir como voluntario en algún ministerio ya se ha ido desapareciendo y sólo estas cumpliendo un rol, pero ya no te satisface. ¿Sabías que tu gozo es el blanco del diablo? Sin embargo, el diablo no te puede robar la salvación, si Jesucristo es tu Salvador y Señor entonces tu vida está escondida en Cristo, está cubierta por Su sangre y nada ni nadie te podrá arrebatar de Su mano. Debido a que el diablo no puede robarte tu salvación, tiene un plan B que es robarte el gozo de tu salvación; serás salvo, pero sin gozo. La Biblia dice que el diablo es el padre de la mentira, por lo tanto no le escuches. Él quiere robar el gozo de tu matrimonio, no lo escuches; él está derrotado y su única venganza es robando el gozo a los hijos de Dios para lastimar Su corazón. Si tú no escuchas a Satanás y tomas la decisión de que no te robe el gozo, entonces el diablo huirá de ti derrotado. Jamás podrá robarte el gozo de ser hijo de Dios.

Si una persona no está agradecida por lo que tiene, es probable que no sea agradecida por lo que tendrá.


Lectura del día: Salmos 103:4-6

Jueves 8 de agosto

Gracias a Dios por Sus favores

“El que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias” Salmos 103:4

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demás de suplir las necesidades básicas del ser humano, tales como perdonar nuestras iniquidades, sanar nuestras dolencias, rescatarnos de la muerte y del peligro, Dios también ha prometido coronarnos de favores y misericordias. Muchas veces hemos pedido a Dios algo en oración y su respuesta sobrepasa nuestras expectativas, porque la misericordia de Dios va más allá de lo que nosotros esperamos. Si encontráramos una manera de contar todos los favores y misericordias que Dios nos concede, no nos alcanzarían todos los papeles que tenemos a la mano, ni todos los bolígrafos disponibles para anotarlos. Generalmente nuestro Señor extiende su bondad más allá de nuestras expectativas humanas. Nos corona Dios de tantos favores y misericordias, que lo menos que podemos hacer es darle gracias, inclusive antes de que recibamos respuesta a nuestras oraciones. Y casi siempre, esos favores nos permiten darnos cuenta que tenemos más de lo que necesitamos para vivir bien. También esto nos da la oportunidad de compartir con los que menos tienen. Había un rey que le preguntó a los esclavos en un buque: “¿Por qué están encadenados?” Uno respondió: “No sé. Estaba en medio de una multitud cuando se cometió un crimen. Soy inocente.” Le preguntó a otro quien contestó: “No soy culpable, soy víctima de falso testimonio.” El rey procedió a preguntarle a cada hombre lo mismo y cada uno tenía una explicación del por qué era inocente. Hasta que al preguntarle a un hombre, éste respondió: “Yo estoy aquí porque merezco estar aquí. He pecado contra mi Dios y contra mi rey.Y ahora estoy pagando mi sentencia.” El rey quedó admirado y exclamó: “¿Que estás haciendo aquí entre tantos hombres honestos? Guardias, ¡suéltenlo!”. Más que esperar un acto misericordioso, este reo esperaba una sentencia que por sus delitos justamente merecía. La letra de un himno antiguo decía, “Bendiciones, cuántas tienes ya, bendiciones Dios te manda más, bendiciones te sorprenderás, cuando veas lo que Dios por ti hará”. Toma tiempo para agradecerle esas bendiciones extras que han llegado a tu vida sin esperarlas.

Si una persona no está agradecida por lo que tiene, es probable que no sea agradecida por lo que tendrá.


Lectura del día: Filipenses 3:1-7

Viernes 9 de agosto

Gracias a Dios por el gozo

“Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro.” Filipenses 3:1

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ay dos títulos que los eruditos bíblicos le dan a la carta del apóstol Pablo a los Filipenses: “La epístola de las cosas excelentes”, basándose especialmente en 4:8 y siguientes, y “la misiva del gozo”, porque en ella aparecen una y otra vez las palabras “gozo”, “gozaos” y “regocijaos”. Aun estando en la cárcel y en una situación angustiosa, Pablo quería dirigir los corazones de sus amigos filipenses -y los nuestros- al gozo que nadie ni nada nos puede quitar. Bengel comentaba en su pulido latín, «Yo me gozo, gozaos vosotros también.» En Filipenses encontramos el gozo de presentar a los que amamos ante el trono de Dios, el gozo de predicar a Cristo, de la fe y de que los cristianos están en íntima comunión. George Raindrop, en su libro “Una tarea nada corriente”, nos cuenta que una enfermera le enseñó a orar a un hombre, cambiando así toda su vida de tal forma que el que había sido antes una persona que de todo se quejaba y desanimado llegó a ser un hombre lleno de gozo. Le enseñó con las manos un esquema de oración: cada dedo representaba a alguien; el gordo era el que tenía más cerca, y le recordaba que orara por sus más próximos. El segundo dedo es el que se usa para señalar, y representaba a todos sus profesores en la escuela y en el hospital. El tercer dedo es el más alto, y representaba a la gente importante, los dirigentes en todas las esferas de la vida. El cuarto dedo es el más flojo, como saben muy bien los pianistas, y representaba a todos los que están en problemas y pruebas. El meñique es el más pequeño y el menos importante, y para la enfermera la representaba a ella. Siempre debe haber gozo y paz profundos en presentarle a Dios en oración a nuestros seres queridos y a otros. Hay en Cristo muchos motivos de gozo, por los cuales debemos agradecer a nuestro Padre celestial

Si una persona no está agradecida por lo que tiene, es probable que no sea agradecida por lo que tendrá.


Lectura del día: Filipenses 1:1-7

Sábado 10 de agosto

Gracias a Dios por la paz

“Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo” Filipenses 1:2

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n el saludo del apóstol Pablo a los filipenses, une dos grandes palabras: Gracia y paz (járis y eiréné). Estaba tomando los saludos normales de dos culturas y uniéndolos. Járis era la palabra con que empezaban las cartas griegas, y eiréné era el saludo que usaban los judíos, y ambas fueron transformadas por el nuevo sentido que les infundió el Cristianismo. Járis es una palabra maravillosa; las ideas básicas que incluye son las de gozo y placer, luminosidad y belleza; los hispanohablantes tenemos la bendición de que nuestra palabra gracia contiene las mismas ideas, y es por tanto la traducción casi perfecta de Járis. Pero con Jesucristo llega una nueva belleza que se añade a la anterior; y esa belleza nace de una nueva relación con Dios. Con Cristo la vida se vuelve preciosa porque el ser humano deja de ser la víctima de la Ley de Dios y pasa a ser la criatura de Su amor. Eiréné es una palabra inclusiva. La traducimos por paz; pero no quiere decir paz en sentido negativo, como sencillamente la ausencia de guerra o de problemas; quiere decir el bienestar total, todo lo que contribuye a la felicidad suprema de una persona. Del verbo griego eirein, que quiere decir unir, entretejer, esta paz tiene siempre que ver con las relaciones personales, la relación de una persona consigo misma, con sus semejantes y con Dios. Es siempre la paz que nace de la reconciliación. Así es que cuando Pablo pide a Dios gracia y paz para sus amigos está pidiendo realmente que tengan el gozo de conocer a Dios como Padre y la paz de estar relacionados con Él, con los hombres y consigo mismos, y esas, gracia y paz, no se pueden recibir sino mediante Jesucristo. Isaías 26:3 nos da palabras de confianza: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”. Agradece a Dios por la paz profunda y permanente que sólo Cristo nos da. Si necesitas reconciliarte con alguien, hazlo hoy y ten paz como resultado.

Si una persona no está agradecida por lo que tiene, es probable que no sea agradecida por lo que tendrá.


Lectura del día: Lucas 17:11-19

Domingo 11 de agosto

Actitud de agradecimiento

“Y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias…” Lucas 17:16

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esús iba de camino a Jerusalén. Cuando pasó entre Samaria y Galilea, se acercó a un pueblo anónimo. Fuera de ese pueblo, estaban acampando diez leprosos. Eran ambulantes desamparados, obligados a vivir en un campamento aislado fuera del pueblo. Por ley se les pedía a los leprosos quedarse por lo menos a 100 pasos de todos los demás. Cuándo la gente caminaba cerca, ellos tenían que gritar: “¡Inmundo, inmundo!” Pero lo que más atormentaba a estos desechados la mayor parte del tiempo era el recuerdo persistente de sus seres queridos que tenían que dejar atrás cuando el sacerdote los declaraba leprosos. No sé cómo estos diez leprosos oyeron de Jesús. Pero estaban esperando verlo ansiosamente. Jesús al verlos, no hizo una mueca de dolor, ni siquiera volteó su rostro por un momento. Él los miró directo a la cara, y con gran compasión dijo: “Vayan muéstrense a los sacerdotes”. De repente, miraron sus manos, y las caras unos a otros; su piel escamosa y cenicienta estaba comenzando a cambiar. ¿Recuerdas la hora en que Jesús tuvo misericordia de ti? ¿Cuán limpio y vivo te sentías? ¿Gritaste porque sentías Su poder limpiador? ¿Sentías la nueva vida en ti? De aquí a ese tiempo Jesús y los apóstoles se habían alejado del pueblo. Pero de repente oyeron un alboroto detrás de ellos. Cuando se volvieron y miraron atrás, vieron a un hombre corriendo hacia ellos ¡gritando y ondeando sus brazos! Uno de los discípulos dijo: “Es uno de esos diez leprosos del pueblo”. ¡Era el Samaritano! Cuando llegó a Jesús, se postró a sus pies ¡y rompió en alabanzas y acción de gracias! Jesús inclinó el rostro a él y dijo: pero, ¿dónde están los otros nueve? Amado, ¡ésa es la pregunta que Jesús todavía está haciendo hoy! De las muchas multitudes que Él ha limpiado, sanado y bendecido ¡sólo un remanente es atraído a él! Así que, seamos como ese leproso.Vive todos los días con una actitud de agradecimiento por todas Sus bendiciones recibidas.

Si una persona no está agradecida por lo que tiene, es probable que no sea agradecida por lo que tendrá.


Lectura del día: 1 Samuel 15:1-19

Lunes 12 de agosto

Dios provee

“Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras.Y se apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová toda aquella noche.” 1 Samuel 15:11

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a trágica historia del rey Saúl es que él nunca, pero nunca se arrepintió totalmente de su pecado. La mayor preocupación de Saúl era su propia imagen, cómo se veía frente al pueblo. Aun después de que Samuel le dio una oportunidad, Saúl se aprovechó de ella y continuó haciendo lo mismo hasta el día en que se quitó la vida. El pueblo había elegido a Saúl como rey, pero este no estaba calificado para seguir con tal responsabilidad. ¿Qué podían hacer? Los enemigos rodeaban a Israel, y el pueblo necesitaba que alguien tomara el cetro. Pero, ¿quién podría tomarlo? Samuel no lo sabía, y no se le ocurría ninguna idea. Nadie lo sabía… excepto Dios. Lo que Samuel no había entendido –al igual que nosotros que muchas veces no entendemos– es que entre bastidores, Dios ya tenía el día de hoy en su mente. Él ya tenía la semana de hoy en su mente. En realidad, te tenía a ti en mente, y sabía exactamente lo que iba a hacer. Dios nunca ignora lo que hay que hacer en nuestras situaciones. Él sabe perfectamente bien lo que es mejor para nosotros. Nuestro problema es que somos nosotros quienes no lo sabemos. Y le decimos: “Señor, si me lo dices, entonces lo haré bien. Solamente revélamelo. Explícame tu plan, y confiaré en Ti”. Pero eso no es fe. Fe es confiar en el Señor cuando no sabemos qué nos deparará el día de mañana. “Antes que llamen, yo responderé; y mientras estén hablando, yo les escucharé” (Isaías 65:24). Antes de que digas una sola palabra, Dios promete, “yo tengo preparada la respuesta. En realidad, mientras tú hablas, yo estoy ocupado haciendo lo que planeé desde el comienzo”.

Sólo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud.


Lectura del día: 1 Corintios 1:18-30

Martes 13 de agosto

Don nadie, convertido en alguien

“Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es.” 1 Corintios 1:27

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a idea central de Pablo en su primera carta a los creyentes de Corinto era: “Yo no vengo a ustedes con agudeza o sabiduría humana, y por supuesto sin ningún físico impresionante, ni una filosofía profunda. Por el contrario, vengo en el poder de Dios. Y hay una buena razón para ello.” Pablo dice: “Miren a su alrededor, corintios. Ustedes no encontrarán muchas personas importantes aquí”. ¿Por qué razón? Para que nadie pudiera vanagloriarse delante de Dios. Ese es un principio que tendemos a olvidar, porque muchos de nosotros todavía nos parecemos mucho a los griegos. Cuando buscamos a personas a las cuales admirar como modelos o héroes a seguir, muchas veces somos influenciados o impresionados por cosas que son causa de vanagloria. Nos gustan las personas hermosas, inteligentes, “exitosas”. Nos gustan las mejores y más brillantes. Nos enamoramos terriblemente de lo superficial. Hoy día, lo superficial sigue impresionándonos mucho más de lo que nos gustaría reconocer. ¡Hasta elegimos a un presidente por lo bien que se ve en televisión! Pero Dios nos dice: “Esa no es la forma como yo hago mis elecciones.Yo elijo a unos “don nadie” y los convierto en “alguien.” ¿Alguna vez le has dado gracias a Dios por hacer de ti “alguien”, cuando el mundo te ve como un “don nadie”? Por encima de llenar las expectativas del mundo, busca llenar las expectativas de Dios, busca agradarlo a Él. NO TE CONFORMES CON EL RECONOCIMIENTO DEL MUNDO, MEJOR BUSCA EL RECONOCIMIENTO DEL CREADOR DEL MUNDO.

Sólo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud.


Lectura del día: Filipenses 4:10-19

Miércoles 14 de agosto

Él suplirá

“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Filipenses 4:19

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na verdad que necesitamos aprender es que Dios quiere que confiemos en Él, y no que busquemos solamente mirar la bendición. Dicho de otra manera, quiere que mantengamos nuestro enfoque en lo correcto, que es una relación personal con Él. Las circunstancias tienen poco que ver con el gozo duradero. La paz, el gozo y el contentamiento vienen como resultado de conocer a Dios y tener una relación personal con Él. Muchas personas tratan de satisfacer sus propias necesidades aparte de Dios. Pero esto nunca funciona. Tan sólo lleva a la frustración y a profundas decepciones. Cuando actuamos de esa manera, por lo general, es porque pensamos que sabemos hacer las cosas mejor que Dios. El primer paso para satisfacer nuestras necesidades es confiar plenamente en Dios en todos los aspectos de nuestra vida. Él sabe qué es mejor para nosotros, y Su propósito al permitir cualquier tardanza es para nuestro bien. El segundo paso es obedecer a Dios y permitirle obrar como Él quiera en nuestra vida. El tercer paso es confiar y esperar en Él. En un sentido muy real, tu necesidad insatisfecha es una forma de prueba y tentación. Es una prueba, porque tu carencia de realización puede producirte mucho dolor al no ser satisfecha, y es una tentación porque te impulsa a soltarte de Dios para querer satisfacerla por tus propios medios. ¿Qué vas a hacer cuando la tardanza se prolongue, la presión para darte por vencido(a) aumente, y te canses de flagelarte con un sentido de culpabilidad falso? ¿Mantendrás tu mirada en el Señor, y lo seguirás pase lo que pase? Si tienes esa clase de confianza firme e inalterable en tu vida cristiana, verás grandes resultados.

Sólo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud.


Lectura del día: Éxodo 20:1-17

Jueves 15 de agosto

No codiciarás

“No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.” Éxodo 20:17

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a crisis de querer lo que todos los demás tienen no es nueva.Ya en el tiempo cuando dio los diez mandamientos, Dios sabía muy bien lo que era ansiar cosas. De hecho, Él pensó que tener que encarar los deseos era un tema bastante grande como para merecer su propio mandamiento. Es el décimo. Los otros nueve mandamientos tienen que ver con acciones hacia Dios y el prójimo. El que tiene que ver con los deseos enfoca una actitud, las cosas que queremos. En el décimo mandamiento, Dios nos dice que no “codiciemos”. Esta es una palabrita rara, pero significa tener un gran deseo de poseer algo que pertenece a otra persona. Codiciar no es sólo que te guste algo; es sufrir porque no lo tienes, y estar dispuesto a hacer lo que sea para conseguirlo. Quizá no quieras la casa de un amigo, pero tus amigos pueden tener muchas cosas más pequeñas que tú quieres. Y no importa si las cosas son de tu vecino de al lado o del señor millonario. Si te mueres de deseo de tener algo que no tienes, estás codiciando, y existe un solo remedio para la codicia: el contentamiento. Es decir, desarrollar una actitud de gratitud por lo que ya tienes, sea poco o sea mucho. ¿Te suena imposible? No lo es. Pablo se las arregló para ser feliz con lo que tenía; él escribió: “He aprendido a contentarme con lo que tengo. Sé vivir en la pobreza, y sé vivir en la abundancia. En todo lugar y en todas las circunstancias, he aprendido el secreto de hacer frente tanto a la hartura como al hambre, tanto a la abundancia como a la necesidad” (Filipenses 4:11-12). Tener muchas cosas puede o no ser la voluntad de Dios para ti. Pero ser agradecido siempre está dentro de los planes de Dios. ¿TIENES UNA ACTITUD DE GRATITUD?

Sólo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud.


Lectura del día: Santiago 1:12-18

Viernes 16 de agosto

No te dejes arrastrar

“Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.” Santiago 1:14

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a curiosidad puede ser como un cocodrilo suelto en las cloacas de una gran ciudad. Nadie se percata que anda por allí. Pero en cualquier momento puede salir, te toma y te arrastra hacia abajo al mundo oscuro y sucio donde vive, y esto no es producto de tu imaginación. La curiosidad puede ser una bendición o una pesadilla. Hay un mundo entero de cosas buenas para despertar tu curiosidad. Puedes tener curiosidad por saber qué tal sería cierta profesión, y te pones a explorarla. Te preguntas cómo sería navegar en una balsa por los rápidos de un río, así que vas y pruebas.Pero con frecuencia las cosas que más nos despiertan la curiosidad son las cosas que Dios dice que no debemos hacer. Dios dice que nos harían daño, pero no le creemos. Dios dice que están prohibidas, pero nos pasamos el tiempo imaginándonos lo que sería participar de esas cosas. Es entonces que, de pronto, la curiosidad se convierte en tentación. Santiago explica cómo sucede: “Pero cada uno es tentado cuando es arrastrado y seducido por su propia pasión. Luego esa pasión, después de haber concebido, da a luz el pecado; y el pecado, una vez llevado a cabo, engendra la muerte” (v. 14, 15). Dejar que los deseos equivocados aumenten te arrastrará a las profundidades del pecado. ¿Qué tenemos que hacer? • Encara inmediatamente tu curiosidad. Si deseas algo inapropiado, háblale a Dios sobre el asunto antes de que ello tenga oportunidad de morderte. • Rodéate de personas que compartan tu escala de valores. Prométanse que se ayudarán a volver en sí cuando algún deseo los lleve a situaciones peligrosas. Tu curiosidad es uno de los dones más grandes de Dios para ti. Pero tienes que mantenerte en guardia cuando tu curiosidad te provoca a desear cosas malas. ¡Dios tiene cosas mejores reservadas para ti!

Sólo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud.


Lectura del día: Filipenses 2:1-8

Sábado 17 de agosto

La gratitud como un acto de humildad

“Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;” Filipenses 2:3

H

abía situaciones en la Iglesia de los filipenses que hacían que la humildad pasara a segundo plano o que no se desarrollara, afectando la salud espiritual de sus miembros. En los versos 3 y 4 nos señala Pablo tres causas de conflictos: la ambición egoísta, el deseo de prestigio personal y el concentrarse en el “yo”. Siempre hay peligro de que las personas hagan las cosas, no para que avance la obra, sino para promocionarse a sí mismas. El prestigio es para muchos una tentación aún mayor que la de la riqueza. El ser admirado y respetado, que se busque su opinión, son para muchos las cosas más deseables. Pero el propósito del cristiano no debe ser alardear, sino pasar inadvertido. Hacer buenas obras, no para que la gente le alabe, sino para que glorifique a su Padre celestial. El cristiano debe desear que la gente fije la mirada, no en él mismo, sino en Dios. Si alguien no se preocupa nunca nada más que de sus propios intereses, si su idea de la vida es la de una contienda competitiva cuyos premios se esfuerza por ganar, siempre considerará a los demás como rivales a los que tiene que vencer, quitarlos de en medio. El amor de Cristo debe mantenernos en humidad y en buena relación con otros. Ambrosio fue una de las grandes figuras de la Iglesia Primitiva. Era un gran erudito, gobernador de las provincias romanas de Liguria y Emilia, y las gobernaba con un cuidado tan cariñoso que la gente le miraba como a un padre. Murió el obispo del lugar, y se planteó la cuestión de la sucesión. En medio de la discusión, de pronto se oyó la voz de un niño: «¡Ambrosio para obispo! ¡Ambrosio para obispo!» Y pronto lo coreó toda la multitud. Para Ambrosio aquello era inconcebible. Salió huyendo aquella noche para eludir el cargo que le ofrecía la Iglesia. Sólo aceptó ser obispo de Milán por orden del Emperador. SEAMOS HUMILDES EN TODO.

Sólo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud.


Lectura del día: Salmos 34

Domingo 18 de agosto

Quitando nuestros temores

“Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores.” Salmos 34:4

E

n la vida experimentamos muchas emociones: temor, dolor, confusión, duda, enojo, frustración. Dentro de las más dañinas está el temor, porque nos paraliza, no nos permite seguir adelante, y debemos aprender a vencerlo. Como ser humano nacemos con dos temores: el temor a caernos y el temor de los ruidos fuertes. Eso significa que todos los demás temores son aprendidos. Los aprendimos de amigos, de los padres, de la escuela, de la televisión, de las experiencias de la vida. Es más, el miedo puede volverse pánico o aún más, fobia en una forma extrema. La Biblia nos muestra antídotos para el miedo, tales como el amor, la verdad y la fe. La Biblia dice en 1 Juan 4:18: “sino que el amor perfecto echa fuera el temor…” Cuanto más amor de Dios tengamos en nuestra vida, vamos a confiar más y a tener menos miedo. A medida que conocemos a Dios, Su amor echa fuera todo temor y nos motiva a acciones que de otra manera no haríamos. Si el miedo es por ignorancia o por información falsa, lo echamos fuera llenándonos de la verdad de la Palabra de Dios. La fe nos recuerda que Dios nos ayudará en toda situación y que si confiamos plenamente en Él nos librará de todo temor. En 1756, Juan Wesley recibió una carta de un padre que tenía un hijo pródigo. Cuando el avivamiento se extendió por Inglaterra, aquel hijo estaba en la cárcel de York. «Plugo a Dios -escribía el padre-, no cortar su vida en sus pecados. Le dio tiempo para arrepentirse» El joven fue condenado a muerte; y la carta del padre proseguía: «Su paz fue en aumento diariamente, hasta que el sábado, el día de su ejecución, salió de la habitación de los condenados a muerte y subió al carro. Conforme iba, la alegría y la compostura de su rostro sorprendían a todos los espectadores.» El joven había puesto su confianza en Cristo y no tenía temor. AGRADEZCAMOS A DIOS QUE CON SU PRESENCIA NOS LIBRA DE TODO TEMOR.

Sólo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud.


Lectura del día: Hebreos 13:1-6

Lunes 19 de agosto

Contentos con lo que tenemos

“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;” Hebreos 13:5

L

o opuesto de la avaricia o la codicia es el contentamiento. Quien pone su amor en el dinero nunca está alegre. Vive con el afán de tener más y la preocupación de perder lo que tiene. Las posesiones materiales y el dinero, no deben ser objetos del amor del ser humano. El escritor sagrado exhorta a sus lectores a “estar contentos con lo que tienen ahora”. El contentamiento es una expresión de la fe, de la confianza de que Dios quiere y da lo mejor para Sus hijos; que ha provisto todos los recursos necesarios para realizar Su voluntad. Si no somos ricos materialmente, es porque Dios sabe que la riqueza nos haría más mal que bien. El contentamiento cristiano no se basa en lo que tenemos ahora, sino en la promesa del que ha dicho: Nunca te abandonaré ni jamás te desampararé. La persona de fe nunca será limitada a sus propios recursos para sostener la vida o para enfrentar dificultades; siempre contará con los recursos infinitos de Dios. ¿Cómo no va a estar contenta? El contentamiento cristiano se basa en la confianza de la promesa de Dios. Esta confianza se expresa en el Salmo 118:6. Dios nos ha librado del temor de la muerte, nos está cuidando, como él lo ha prometido tantas veces; ¿qué daño nos puede hacer un mero hombre? Los hombres pueden quitarnos las posesiones materiales y aun el cuerpo corruptible en que ahora vivimos, pero no pueden tocar la vida eterna y la riqueza eterna que tenemos en Cristo. El hombre estaba acostado, viviendo en agonía los últimos minutos que le quedaban. Calculé que tendría entre 40 y 50 años. Grande fue mi sorpresa cuando me enteré de que tenía apenas 28 años. Descuidó totalmente su salud por dedicarse por completo a buscar más dinero de lo que necesitaba para vivir cómodamente. Cuánta gente como este hombre está en el camino de la codicia, entregando su vida al dinero. ALÉGRATE Y BENDICE A DIOS POR LO QUE TIENES HOY.

Un solo pensamiento de gratitud hacia el cielo, es una oración perfecta


Lectura del día: Isaías 41:1-10

Martes 20 de agosto

Escogidos para bendecir a otros

“Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios.Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.” Isaías 41:10

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uando Dios escogió a Israel en la persona de Abraham, le da la seguridad de Su protección. En la expresión “te escogí” encontramos la enseñanza de que la nación de Israel no había forjado su propio Dios, como en el caso de los paganos, sino que, por el contrario, Dios había creado y llamado a este pueblo. [Mi siervo eres tú] manifiesta que la elección era para un servicio especial, no necesariamente se refiere a una elección para salvación incondicional. Dios promete sostener a Su pueblo con Su mano derecha victoriosa, equipándolo para el conflicto, en medio de la crisis y cuando obtenga la victoria sobre toda situación. El propósito último para ser objetos de la presencia permanente de Dios, de Su protección en toda situación y de un cuidado especial, es que comparta esta bendición con el resto de las naciones. Un campesino tenía un sembradío de flores increíblemente bello. Vendía en la ciudad cientos de flores hermosas, fragantes y de la mejor calidad. Al ser entrevistado por la televisión nacional, considerando su éxito, el periodista le preguntó en qué consistía su secreto. Y el floricultor le contestó: “Mi éxito está en que cada año, de cada cosecha, saco las mejores semillas y las comparto con mis vecinos para que ellos las siembren también. Sé que si ellos tienen buenos sembradíos, el viento traerá buenas semillas de sus cultivos”. Así ocurre con nuestra vida. Cuando decidimos vivir bien, debemos ayudar a otros para que también vivan bien. Nuestro valor se mide por el número de vidas que tocamos y bendecimos. El bienestar de otros está unido a nuestro propio bienestar. Permite en este día que Dios traiga bendición abundante a tu vida, con el fin de compartir estas bendiciones con quienes te rodean y con quienes amas. Deja a un lado el egoísmo y da lugar a un espíritu dadivoso, que se goza en compartir con otros de lo que recibe de Dios.

Un solo pensamiento de gratitud hacia el cielo, es una oración perfecta


Lectura del día: Isaías 43:1-8

Miércoles 21 de agosto

Su presencia hace la diferencia

“Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.” Isaías 43:2

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l mensaje consolador del Dios creador hacia su criatura que ha formado, señala que Israel es su posesión adquirida y de Él solamente recibe su nombre. Llamar por nombre denota elección individual, privilegio especial. Aguas, ríos, fuego, llama, son símbolos de peligro, pero la presencia del gran compañero hace la diferencia. Israel no tiene que temer, Dios le librará de todos estos peligros. La promesa de Dios es que el río crecido no arrastraría al pueblo, porque en ese tiempo no había puentes. Ni se quemaría cuando pase por el fuego. La presencia de Dios en el cristiano le permite aceptar todas las situaciones hasta con una sonrisa. El Señor nos capacitaba para aceptar las incomodidades sin mucho conflicto. Si el cristiano camina de veras con Cristo, camina con gozo. Sucede muy a menudo que las personas pueden soportar grandes dolores y pruebas de la vida, pero se desmoronan ante inconvenientes leves. Juan Nelson fue uno de los más famosos primeros predicadores de Juan Wesley. Él y Wesley llevaron a cabo una misión en Comwall, cerca de Land’s End, y Nelson es el que nos la cuenta: «Todo aquel tiempo, Juan Wesley y yo estuvimos durmiendo en el suelo: él tenía mi gabán de almohada, y yo tenía como la mía las notas de Burkitt al Nuevo Testamento. Después de casi tres semanas, una madrugada a eso de las tres, Wesley se dio una vuelta, y al encontrarme despierto me dio una palmadita diciendo: «Hermano Nelson, tengamos ánimo: ¡Todavía tengo entero todo un costado, porque no tengo despellejado nada más que el otro!»» Tenían poco también de comer. Una mañana Wesley había predicado con gran efecto: «Cuando volvimos, Mr. Wesley detuvo su caballo para cortar algunas moras diciendo: Hermano Nelson, deberíamos estar agradecidos de que haya tantas moras; ¡porque este es el mejor país para tener un estómago, pero el peor para conseguir comida!»» AGRADEZCAMOS A DIOS, POR SU PRESENCIA EN NUESTRA VIDA EN TODO TIEMPO.

Un solo pensamiento de gratitud hacia el cielo, es una oración perfecta


Lectura del día: Juan 6:5-13

Jueves 22 de agosto

La bendición de agradecer

“Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían.” Juan 6:11

E

l evento que el apóstol Juan nos comparte sucede en Galilea: El Señor Jesús había llegado de Jerusalén por tercera ocasión a esta región, específicamente al otro lado del mar de Tiberias. Una multitud que continuamente estaba siguiéndole, seguramente atraída por la actividad sanadora de Jesús, está allí. El Señor subió a un monte y se sentó con Sus discípulos. Ubica Juan la ocasión como, cerca de la pascua, llamando la atención a la mayor fiesta de los judíos. Cuando Jesús vio la muchedumbre, tomó oportunidad para probar la fe de Felipe, preguntándole: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos? Y la respuesta fue que, doscientos denarios no alcanzarían para suplir esta necesidad. El denario era una moneda romana, de plata, equivalente a unos tres pesos mexicanos. Así, por no tener seiscientos pesos, Andrés, hermano de Simón Pedro, presenta la opción de usar la comida de un muchacho, de cinco panes de cebada y dos pececillos. A partir de allí, el evento toma un carácter sacramental. Manda el Señor Jesús que la gente se recueste en la hierba y tomando los panes dio gracias, lo dio a los discípulos y ellos a su vez a los cinco mil hombres y sus familias. La oración de acción de gracias hace que un recurso tan humanamente limitado, se haga suficiente para suplir una necesidad que los recursos de los discípulos no pudieron suplir. “Habiendo dado gracias” viene del vocablo “eucaristía”, que significa “La Cena del Señor”. La expresión, “cuando se hubieron saciado” manifiesta que abundó la bendición. Una madre cristiana colocó los platos vacíos frente a los miembros de su familia. El papá dio gracias, a sabiendas de que lo único que tenían eran unas tortillas duras.Terminando de orar, tocaron a la puerta y un hermano les trajo de la comida que su esposa había preparado. LA ORACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS TIENE SIEMPRE UNA RESPUESTA DE BENDICIÓN. AGRADECE A DIOS POR TODO LO QUE TE HA DADO.

Un solo pensamiento de gratitud hacia el cielo, es una oración perfecta


Lectura del día: Juan 6:32-40

Viernes 23 de agosto

El pan de Dios

“Jesús les dijo:Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.” Juan 6:35

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n el capítulo 6 del Evangelio según San Juan, Jesús se autonombra como el verdadero pan del cielo (32), el pan de Dios (33), el pan de vida (35), el pan que descendió del cielo (41) y el pan vivo (51). Si agregáramos a estos títulos todos los demás con los que es conocido nuestro Señor Jesucristo, la lista se vuelve interminable. Las multitudes que comieron los panes y los peces, en la alimentación milagrosa, interpretaron que habían encontrado a una persona que les daba alimentos sin que tuvieran que trabajar. El Señor Jesús pronto les dice que deberían trabajar no por la comida que perece, sino por la que a vida eterna permanece.Va llevándoles, recordándoles la historia de sus padres, que comieron maná en el desierto y concluye ofreciéndoles que todo aquel que creyera en Él no volvería a tener hambre, ni sed jamás. Venir a Cristo, depositar nuestra confianza plena en Él, en una acción continua y persistente, satisface nuestra hambre y nuestra sed espirituales. Nos provee de un compañerismo con nuestro Salvador, dirección, gracia, fortaleza para esta vida, resurrección de entre los muertos y vida eterna cuando cerremos nuestros ojos en el tiempo, para abrirlos en la eternidad. Lo que había estado escondido en señales y símbolos, nuestro Señor Jesucristo lo declara abiertamente: Él es el pan vivo, que descendió del cielo para saciar nuestra necesidad espiritual. En Cuernavaca, Morelos, está el Oratorio “Chula Vista”, en el que, con letras metálicas, en una pared, formando un renuevo de tres ramas, han escrito una antología de 365 nombres, títulos, oficios y ministerios de nuestro Señor Jesucristo y es una delicia poder leer todos estos nombres. Cada uno de ellos tiene diferente significado, relacionados con nuestro Salvador. AGRADEZCAMOS HOY A DIOS QUE EL PAN DE VIDA HAYA TRAÍDO SATISFACCIÓN TOTAL A NUESTRA VIDA, EN TODO LO QUE EL MUNDO NO LO LOGRÓ DE NINGUNA MANERA.

Un solo pensamiento de gratitud hacia el cielo, es una oración perfecta


Lectura del día: 2 Timoteo 3:1-17

Sábado 24 de agosto

Cuatro medios y un fin

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.” 2 Timoteo 3:16

L

a palabra “inspirada” significa que las Escrituras contienen el mismo aliento divino. A lo largo de la historia, el Señor escogió a hombres fieles para comunicar Su mensaje al mundo. A través de ellos, Él nos dio su Palabra como un libro de instrucción que sirve para guiar nuestra vida y es un ancla inmovible que nos mantiene firmes en tiempos de tempestad. Estos versos no dicen que el propósito de la Biblia es doctrina o reprender o corregir o instruir en justicia. Estos son cuatro medios para lograr el fin. Dice: para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en rectitud. Pero después dice: “A fin de que”; este es el propósito de la Biblia: “para que el hombre de Dios pueda ser perfecto en todo, que esté completamente capacitado, completamente preparado y completamente equipado para toda buena obra.” El propósito de la Biblia es que nuestra vida sea transformada. Y ¿cómo transforma Dios nuestra vida? A través de esas cuatro maneras: la enseñanza, la reprensión, la corrección y la instrucción en la rectitud. ¡El propósito de la Biblia es el cambio de vida! Es el cambio de nuestro carácter (perfeccionar, madurar, completar) y el cambio de nuestra conducta (reemplazar nuestras malas obras con buenas obras). Dios nos dio Su Palabra por una razón importante: nuestro crecimiento espiritual. El Espíritu Santo obra por medio de las Escrituras para reprendernos y corregirnos cuando pecamos, para adiestrarnos en la justicia, para equiparnos a fin de hacer su voluntad, y para hacernos crecer a la imagen de Cristo. LA BIBLIA ES LA AUTORIDAD ÚLTIMA DE NUESTRA FE Y NUESTRAS CREENCIAS, TODO LO CUAL DIOS NOS LO REVELA POR MEDIO DE SU ESPÍRITU SANTO.

Un solo pensamiento de gratitud hacia el cielo, es una oración perfecta


Lectura del día: Salmos 119:105-112

Domingo 25 de agosto

La importancia de las Escrituras

“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.” Salmo 119:105

L

a Biblia es el registro escrito de Dios y Sus obras a través de las edades. Provee evidencia sustancial de Su naturaleza, Su plan y Sus propósitos, para que podamos poner confiadamente nuestra fe en Él. Gracias a que tenemos Su Palabra, no nos toca depender de las opiniones de las personas. Podemos saber cómo vivir, tomar decisiones y adorar al Señor. Las Escrituras son de inspiración divina. Esto significa que Dios intervino en cada detalle que fue registrado y escrito. Es inspirada por Dios, y es la autoridad final y suprema de la vida. La Biblia tiene la “última palabra” en todos los asuntos que pertenezcan a Dios y Su voluntad. Ningún individuo, institución u organización puede reemplazar la autoridad de las Escrituras. Mediante el ministerio del Espíritu Santo, la Biblia alumbra a cada persona para que reconozca su pecado, su necesidad de salvación y la mejor manera de vivir. Si no contáramos con la información y la iluminación de las Escrituras, no tendríamos esperanza ni podríamos conocer y seguir al Dios verdadero. Él ha hablado y nos sigue hablando a través de Su Palabra. Él nunca está callado, siempre está activamente involucrado en cada aspecto de nuestra vida. La Biblia también nos aprovecha y nos alimenta. La Palabra nos da una clara ventaja en todas las áreas de la vida, trátese de la familia, los negocios o las relaciones personales. Es provechosa porque refleja la sabiduría de Dios, y si procedemos conforme a sus enseñanzas, aprenderemos a vivir en la paz del Señor. A medida que meditamos en Su verdad y la tenemos en cuenta, nuestros espíritus reciben nutrición y sustento. Somos establecidos y enriquecidos en cada experiencia de la vida cuando vivimos de acuerdo con la perspectiva de Dios. Tan solo por eso ¡damos gracias a Dios por dejarnos Su Palabra!

Un solo pensamiento de gratitud hacia el cielo, es una oración perfecta


Lectura del día: Lucas 15:11-32

Lunes 26 de agosto

Es por gracia, no por obras

“Y levantándose, vino a su padre.Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.” Lucas 15:20

T

anto el hijo pródigo, como su hermano eran igualmente pecaminosos. El más joven no había entendido el propósito de la gracia, el cual es crecer hasta a madurez de la santidad. Pero el hijo mayor nunca conoció el corazón de su padre. Siempre trató de ganarse el amor de su padre por su obediencia y sus actos. Él no podía aceptar que su padre siempre lo había amado incondicionalmente, totalmente aparte de sus buenas obras. La verdad es que su padre lo amaba simplemente porque había nacido de él. “Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo” (Lucas 15:28-30). El hijo mayor estaba diciéndole a su padre: “Todos estos años, he trabajado tan duramente para agradarte, pero tú nunca me has mostrado este tipo de amor. Por lo menos yo nunca lo he sentido”. Esto resume la raíz del problema del hijo que protestaba. Él pensaba que él había ganado, a través de buenas obras, lo que su hermano menor había recibido a través de la gracia. Nuestra carne quiere hacer cosas para Dios. Queremos ser capaces de decir: “Me gané mi paz en el Señor. He ayunado, he orado, he hecho todo para obtener la victoria. He trabajado duro y ahora finalmente, lo he logrado”. Si somos honestos, veremos que nuestra carne siempre protesta contra la dependencia en el Señor. No queremos depender de Su misericordia y de Su gracia o reconocer que sólo Él nos puede dar el poder, la sabiduría y la autoridad para vivir como vencedores. Debemos tener cuidado de no hacer la protesta del hermano mayor. Es una protesta de la soberbia humana y algo desagradable para Dios.

Todo lo que hacemos debe ser el resultado de nuestra gratitud por lo que Dios ha hecho por nosotros.


Lectura del día: Hechos 27:13-26

Martes 27 de agosto

Los barcos de nuestra vida

¿

“Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho”. Hechos 27:25

Qué harías si te dicen que tu barco se va a hundir? ¿Cómo reaccionarías si tu llamado se viera amenazado por circunstancias más allá de tu control? Muchos de nosotros tendríamos una crisis de identidad, debido a que nuestra identidad está envuelta en nuestro llamado, ya sea que dicho llamado sea a nuestra familia, trabajo o a un ministerio. Nuestro barco puede ser nuestra casa, nuestro auto nuevo, el éxito de nuestros hijos en los deportes o cientos de muchas otras cosas. Deberíamos agradecer a Dios por los barcos en nuestra vida, pero ninguno de ellos vale tanto como Cristo y el pueblo al que Él nos ha llamado a servir. Nuestra identidad no puede estar segura en otra cosa tanto como en Cristo. Pablo lo sabía, aun cuando su nave se hacía pedazos. Él nunca desvió su mirada de su llamado, el cual era Cristo. Pablo estuvo calmado durante la tempestad debido a que tenía carga por los otros que estaban a bordo y tenía la certeza de que todos se librarían. El precioso barco de alguien iba a hundirse, pero Pablo los alentaba a todos: “tened buen ánimo”. Es difícil permanecer en calma cuando parece que se hunde el barco, pero Pablo lo hizo. ¿La razón? Él tenía la seguridad de que Dios les llevaría a puerto seguro, porque su propósito aún no se había cumplido. La Biblia no dice que no pasaremos por tempestades, pero sí asegura que en medio de ellas el Señor estará con nosotros. ¿Sientes que alguno de tus barcos se está hundiendo? Clama a Dios y confía que Él está contigo. Si Dios te ha llamado a algo, no interesa qué tempestad pueda levantarse. Él dice: “NO ES EL FINAL. CUANDO TODO PARECE HABER PERDIDO EL CONTROL,YO ESTOY EN CONTROL. ¡NO TE RINDAS!”.

Todo lo que hacemos debe ser el resultado de nuestra gratitud por lo que Dios ha hecho por nosotros.


Lectura del día: Lucas 9:35-38

Miércoles 28 de agosto

Cosecha de almas

“Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.” Mateo 9:38

E

n el libro de Zacarías 10:1 se habla de la lluvia tardía prometida que precederá a la cosecha final. El Señor está esperando pacientemente hasta que Su lluvia tardía sea derramada ¡porque ésta producirá la cosecha final! A principios del siglo pasado, comenzó en Canadá un movimiento pentecostal llamado “Lluvia Tardía”. Duró quizás unos 40 o 50 años. Hoy quedan sólo unas pocas Iglesias de la “Lluvia Tardía”. Sin embargo, aquéllos que estaban involucrados en ese movimiento estaban convencidos de que ellos estaban experimentando el gran derramamiento final del Espíritu. Muchos dijeron: “¡Esto es!”. Pero el movimiento se disipó. Y otros tantos movimientos han venido y se han ido también. ¿Por qué? ¡Porque no estaban enfocados en la cosecha! Jesús hizo el vínculo entre la cosecha y las almas perdidas cuando dijo: “Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Mateo 9:38). Cualquier verdadero derramamiento del Espíritu Santo se centrará en esta oración de Jesús.Y los pocos avivamientos documentados como genuinos todos fueron bendecidos con grandes cosechas de almas. ¡No hay un verdadero avivamiento sin una gran cosecha de almas perdidas! Considera lo que sucedió como resultado de Joel 2:28. En Pentecostés, 3.000 personas fueron salvas en un día y más almas se añadían diariamente después. Estos creyentes en aquel entonces fueron lanzados por todo el mundo para que testificaran de Cristo a los perdidos. “Hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se convierta en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque” (Isaías 32:15). Isaías está diciendo aquí: “Cuando el Espíritu Santo viene, Él produce fruto para la cosecha. ¡Y las almas perdidas son ganadas en abundancia!” Ruega a Dios que derrame sobre ti Su Espíritu esta mañana y que te envíe como obrero a su mies, para predicar el mensaje de salvación a todo aquél que aún no ha recibido a Cristo en su corazón como su Salvador y Señor.

Todo lo que hacemos debe ser el resultado de nuestra gratitud por lo que Dios ha hecho por nosotros.


Lectura del día: Deuteronomio 28:1-14

Jueves 29 de agosto

Escoge la bendición

“Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandatos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas.” Deuteronomio 28:13

E

ste capítulo en Deuteronomio nos da una exposición muy larga de dos palabras, la bendición y la maldición. Ambas son cosas reales que tienen efectos reales. Aquí las bendiciones son puestas antes que las maldiciones, por la simple y sencilla razón de que Dios se complace en bendecirnos. Dios es lento para la ira, pero rápido para mostrar misericordia. Sin embargo, la bendición es prometida con la condición de escuchar diligentemente Su voz y obedecer Su Palabra. Frecuentemente hemos escuchado que hay poder en la Palabra, pero también hay vida y hay bendición. Esto no consiste tan sólo en escucharla y esperar a que algo suceda sin hacer nada, como si fuera una fórmula o una palabra mágica, ¡no es así! La Palabra es dinámica, requiere acción, es hacer lo que ella dice. No nos estacionemos únicamente en escucharla, ese es el primer paso, pero hay más. La bendición me alcanza cuando hago lo que escucho de ella. Lamentablemente, según las encuestas, solo el 18% de los cristianos leen a diario su Biblia, y uno de cada cuatro no la lee nunca. Por esta razón, no podemos disfrutar de la vida en abundancia que Jesús nos prometió. Para vivir una vida bendecida por Dios necesitamos algo más que la conversión, necesitamos hacer lo que Él nos dice. Considera lo siguiente: “DIOS SIEMPRE HONRARÁ SU PALABRA”, ASÍ QUE PARA PODER SER BENDECIDOS, NECESITAMOS APROVECHAR TODO EL POTENCIAL DE BENDICIÓN QUE DIOS NOS DA A TRAVÉS DE ELLA.

Todo lo que hacemos debe ser el resultado de nuestra gratitud por lo que Dios ha hecho por nosotros.


Lectura del día: Mateo 9:27-31

Viernes 30 de agosto

El tamaño de tu fe y el tamaño de tu Dios “… conforme a vuestra fe os sea hecho” Mateo 9:29

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s extraordinario notar que en los únicos casos en la Escritura en que personas ciegas pidieron a Jesús la restauración de la vista y la consiguieron, se dirigieron a Él llamándole por el título mesiánico conocido como “Hijo de David”. ¿Pudiera ser que la fe de ellos descansara en tan grandes promesas como la siguiente: “Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos…”? (Isaías 35:5). De ser así, la petición hecha a Jesús para que cumpliera su función predicha como el Consolador de Israel, debe haber sido de gran significado para Él. Parece que Jesús tardó su respuesta para probar su fe y su paciencia. Sin embargo, el propósito de nuestro Señor no fue sólo poner la fe de ellos a prueba por medio de esta pregunta, sino hacerla más profunda, aumentar la expectativa de su sanidad, y así prepararlos para recibirla. Ellos siguieron a Jesús y lo hicieron clamando, pero la gran pregunta es: ¿tú crees? Jesús no quiso decir: “Reciban su sanidad proporcionada a su fe” sino, “Reciban su sanidad concedida a su fe”. Cuando crees, abres los cielos y activas su poder. Quizás estés pensando: no estoy seguro de tener fe, pero la Biblia dice que: “la fe viene por el oír… la Palabra de Dios”. Si quieres aumentar tu fe, aumenta tu ración de la Palabra de Dios. Lo que tú sepas de la Palabra llega a ser el límite de tu fe y el límite de tu Dios, ya que sólo podemos creer lo que conocemos. De la misma manera, tampoco podemos creer en un Dios que no conocemos, en un Dios a quien sólo le visito los domingos 2 horas, o que acudo a Él cuando tengo problemas. RECUERDA LO QUE DICE HEBREOS “SIN FE ES IMPOSIBLE AGRADAR A DIOS”.

Todo lo que hacemos debe ser el resultado de nuestra gratitud por lo que Dios ha hecho por nosotros.


Lectura del día: Mateo 13:18-23

Sábado 31 de agosto

Oír la Palabra

“Cuando alguno oye la Palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón.” Mateo 13:19

U

no de los principales obstáculos en nuestra vida cristiana es oír la Palabra pero no asimilarla en nuestra vida. Pasar por alto este paso es nocivo para nuestra salud espiritual, porque debemos interiorizar la Palabra si es que va a hacer un impacto en nuestra vida.

Cuando no asimilamos la Palabra, a menudo entra por un oído y sale por el otro. Satanás se la roba de manera que no haga impacto en nuestra relación con Dios. En esta parábola, la Palabra de Dios es descrita como una semilla, mientras que varios tipos de actitudes humanas están representadas por diferentes tipos de suelo. Cuando la semilla se siembra en el camino, esto es cuando no llegó a ser la parte central en la vida de la persona, el enemigo llega inmediatamente para robarla. En su intento por destruir la obra de Dios en la vida de las personas, el enemigo no se interesa en nuestro dinero o salud. Esas cosas no son tan importantes como la fuente de nuestra vida espiritual: “la Palabra”. Es por eso que el punto crítico para ti, en términos de beneficio para tu vida espiritual, no es mientras lees tu Biblia, como cuando regresas a otras actividades. El éxito está en asimilar la Palabra. ¿Cómo puedo asimilar la Palabra? Toma notas. Una de las cosas más provechosas que puedes hacer en tu vida espiritual es empezar algún tipo de diario en el que puedas escribir pensamientos y reflexiones que Dios te haya dado (aparte de tomar notas los domingos). Hacer este ejercicio ayuda a que registres todo lo que Dios te ha hablado y que no lo olvides. De esta manera puedes recordarlo y empezar a ser un hacedor de su Palabra.

Todo lo que hacemos debe ser el resultado de nuestra gratitud por lo que Dios ha hecho por nosotros.




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