Cita con Dios - Paz en la tierra (Diciembre 2013)

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Ediciones Ginosko Año iii Número 12

“Cita

con

Dios”

es una publicación mensual gratuita

con un tiraje de 13,000 ejemplares. centro de alabanza y proclamación

Km. 6.5 Carretera Oaxaca-Tule (Deportivo Oaxaca) San Sebastián Tutla Oaxaca de Juárez, Oax. Reuniones dominicales: 10:00 am, 12:30 y 6:30 pm Martes: 7:00 pm Oficinas: 2ª Privada de Orquídeas No. 103, Col. Las Flores, C.P. 68050 Oaxaca de Juárez, Oax. Tel. 01 (951) 515 17 33 Tel. (951)518 48 78 www.familiacap.org Si deseas anunciarte en esta publicación, llama al 515 1733 (951) 135 36 75 Mario Mejía / (951) 135 36 76 Susana Lozano e-mail: susanloz@hotmail.com



Paz en la Tierr a Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! Lucas 2:13-14

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asi sin sentirlo nos encontramos ya en el último mes de este año que ha sido lleno de retos y pruebas por superar. A lo largo de él hemos tenido trabajo arduo y luchas intensas, pero a pesar de todo seguimos en pie y adelante. Indudablemente, hoy más que nunca los hombres necesitamos la paz de Dios que excede todo conocimiento humano, la cual nos permite vivir confiados en todo momento y a pesar de cualquier circunstancia. Como es tradicional, las casas se adornarán con luces y colores navideños que nos recuerdan un cumpleaños más de Jesús nuestro Salvador, y quien es el motivo de toda celebración. Aprovechemos esta temporada en la que el corazón de las personas se predispone hacia el amor y el compañerismo para compartirles del amor que excede toda comprensión humana: el amor de Dios. En este mes encontrarás reflexiones que te ayudarán a conocer el camino de paz que solamente Dios nos ofrece a través de Jesucristo. “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” Juan 14:27 ¡Es mi deseo que en estas fiestas puedas disfrutar de armonía y paz con tu familia! Pastor Elías Betanzos Luis Director General


Domingo 1º de diciembre

Lectura del día: Lucas 1:67-70

Una visita especial

Bendito el Señor Dios de Israel, que ha visitado y redimido a su pueblo, Lucas 1:68

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la porción de Lucas 1:67-80 se le ha llamado “El Benedictus”, por ser la primera palabra en la traducción de la Vulgata latina. Es un cántico de alabanza de Zacarías, padre de Juan el Bautista, cuando recobró la facultad de hablar, que por razón de su incredulidad al anuncio del ángel del Señor de que su esposa Elisabet tendría un hijo, había perdido. El argumento de Zacarías, al igual que el de Abraham, fue que él era de edad avanzada y que su esposa era estéril y una anciana. Al pedir señal diciendo “¿Cómo será esto?”, Gabriel le dijo que quedaría mudo por un tiempo, así que lo primero que hace al recobrar el habla es dar a Dios un cántico de alabanza. Mientras que el cántico de María nos recuerda al de Ana, madre de Samuel, el de Zacarías es un eco de las expresiones de los profetas del Antiguo Testamento. En la primera estrofa bendice el nombre de Dios, porque ha visitado y redimido a Su pueblo. Algunos han traducido “ha visitado” como “ha considerado”. El término “redimido” es la traducción de una frase de tres palabras griegas que literalmente quieren decir: “obró redención para”. Zacarías no está pensando en el ministerio profético de su hijo Juan el Bautista, sino en el ministerio redentor de Cristo, de quien sería su heraldo. Seguramente como padre se regocija en su hijo, pero como sacerdote e israelita se regocija en bendecir a Dios por haber enviado a Su hijo, el redentor esperado por Israel por mucho tiempo. Cuando en casa recibimos la noticia de que algún familiar o algún amigo viene a visitarnos, acostumbramos prepararle lo mejor; arreglamos la casa, ponemos los mejores manteles, lavamos cada rincón e incluso cambiamos las sábanas y cobijas del cuarto donde lo vamos a hospedar para demostrarle afecto, para mostrarle que es importante su visita y para celebrar que viene a reunirse con nosotros. En estas fechas, nosotros celebramos algo más importante que una visita de un familiar; celebramos que por “la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitó desde lo alto la aurora”. Celebramos que Jesucristo nuestro Salvador, nació.

La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.


Lunes 2 de diciembre

Lectura del día: Lucas 2:14-20

Paz en la Tierra

¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad! Lucas 2:14 (nvi)

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n el idioma griego coloquial la palabra Eiréné, que se traduce como paz, tenía dos significados: se usaba para hablar de la serenidad que disfruta un país bajo un gobierno justo y benéfico de un buen emperador, y también servía para hablar del buen orden de un pueblo o aldea. William Barclay dice que, “las aldeas tenían un funcionario que se llamaba superintendente de la paz y era el que mantenía la tranquilidad en ella”. El canto de la multitud de huestes celestiales, que aparecieron después de que el ángel del Señor dio la noticia a los humildes pastores de que Cristo el Señor había nacido, era, «¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!»

En el Nuevo Testamento, la palabra griega eiréné corresponde a la palabra hebrea shalom en el Antiguo Testamento. Ambas palabras quieren decir no solamente ausencia de problemas y de guerra, sino todo lo que contribuye al mayor bienestar del ser humano. Aquí describe la tranquilidad de corazón que se deriva de la fe en que todo está en las manos de Dios, la confianza de que Dios tiene en control todas las cosas. Es interesante saber que Eiréné se usó como nombre propio en la Iglesia primitiva. Don Rafael Hernández estaba muy enfermo; su nuera Luisa oró por él como siempre lo hacía y, en esta ocasión, aceptó a Cristo en su corazón. Tuvo oportunidad de hablar con cada uno de sus siete hijos y su hija. Saludó a un amigo que tenía como unos cinco años de no verlo, cerró sus ojos y dijo: “Voy de regreso a mi casa”, muriendo en una paz que sólo Cristo puede dar. Agradece a Dios que por medio del Mesías prometido, nuestro Salvador Jesucristo, Dios nos da la bendición de disfrutar de la paz verdadera, aun cuando a nuestro alrededor haya turbulencia emocional o problemas.

La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.


Martes 3 de diciembre

Lectura del día: Filipenses 3:7-16

Recta final

“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante.” Filipenses 3:13

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legó diciembre, y seguramente, a partir de hoy, los temas de conversación de las personas que nos rodean y nuestras propias conversaciones estén enfocadas en las vacaciones familiares, los regalos que hay que comprar, el dinero que se va a gastar, los viajes para ver a los seres queridos e incluso la cena navideña o de año nuevo. Sin embargo, y creo que muchos van a estar de acuerdo conmigo, la frase que más se escucha precisamente en este inicio de mes es: “¡qué rápido se pasó el año!” Y es totalmente cierto; nos vemos a nosotros mismos, parados en el último mes del año, mirando hacia atrás y tal vez viendo todas las cosas que nos habíamos propuesto al inicio de este 2013, y que no hicimos (la lista, por cierto, algunas veces es muy larga). Pero te quiero dar un consejo ¿por qué no cambiamos un poco el enfoque, y en lugar de ver lo que no hicimos reconocemos todo lo que SÍ hicimos? La verdad es que, a pesar de todo, estoy seguro que este año realizaste muchas cosas; tal vez no lograste todo lo que querías, pero hubo avances en tu vida. Puede ser que este año conseguiste un aumento de sueldo, un mejor empleo, conociste a un nuevo amigo, te casaste, compraste algo que soñabas tener, te graduaste, en fin, tantas cosas por las cuales puedes estar satisfecho y agradecido, en lugar de quejarte o entristecerte. El año 2013 está por terminar, y en Filipenses 3:13 Pablo nos da una lección: dejemos lo que está detrás y prosigamos hacia el 2014 y hacia todas las cosas nuevas que Dios tiene preparadas para nosotros. Hay dos días en los que no puedes hacer ni cambiar nada: ayer y mañana. Aprovechemos cada día de vida que tengamos y agradezcamos a Dios el estar llegando al final de un año más; estoy seguro que tienes mucho más que agradecer, que lo que tienes que lamentar.

La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.


Miércoles 4 de diciembre

Lectura del día: Lucas 1:71-73

Cumplimiento de la promesa

Para hacer misericordia con nuestros padres, y acordarse de su santo pacto; del juramento que hizo a Abraham nuestro padre, que nos había de conceder. Lucas 1:72-73

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acarías en su cántico se refiere a las promesas mesiánicas del Antiguo Pacto. Dios está ahora demostrando Su fidelidad en el cumplimiento de Sus promesas, honrando Su juramento. La redención concedida por Dios a la generación de entonces es también, por la relación que con sus antepasados la une, una prueba de la «misericordia» divina con sus padres y de la fidelidad de Dios a Su pacto. Al enviar al redentor mesiánico cumple Dios Su alianza, el pacto hecho una vez con los patriarcas. Misericordia aquí tiene el sentido de bondad; una bondad para la presente generación también lo es para los padres, sobre la base de que un favor mostrado a los hijos es considerado por los padres como una bondad para ellos. ¡Qué bendición saber que Dios es un Dios de pactos! ¡Qué bendición saber que Dios es un Dios fiel! En realidad, el Poderoso Salvador aún no había nacido, pero Zacarías lo consideraba como un hecho ya realizado. Juan el Bautista, precursor del Mesías, había nacido y su padre anunciaba que Dios había visitado y redimido a Su pueblo, todo esto en base a que Dios lo había prometido y lo cumpliría. En un tiempo en el que la palabra del hombre está tan debilitada y no se cumple, da confianza saber que tenemos a un maravilloso Salvador que cumple Sus promesas. Visitaba un candidato a elección popular la zona norte del estado de Chiapas, la zona indígena tzotzil. Después de que dio su discurso e hizo promesas al pueblo, solicitando su voto, un hombre humilde pasó solamente para decir: “Candidato, sólo le pedimos que haga con su mano lo que ha dicho con su boca”. Era una petición de ser fiel a sus promesas de campaña. Agradezcamos a Dios por ser fiel y por medio de Cristo cumplir Sus promesas de bendición para nosotros.

La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.


Jueves 5 de diciembre

Lectura del día: Lucas 1:74-75

Libres para servir

Que, librados de nuestros enemigos, sin temor le serviríamos en santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días. Lucas 1:74-75

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l objetivo final de la obra redentora divina era el procurar libertad a Su pueblo frente al poder de los enemigos externos. Pero el aspecto político de esta libertad no era Su único fin ni el primero, sino sólo una condición previa de la libertad espiritual, que es la que debe dar a Israel la posibilidad de «servir» a Dios «todos los días», libres de todo temor de guerra o de opresión, como un pueblo santo, justo, fiel en el cumplimiento de Su voluntad. En el tiempo de Jesús, Herodes, Poncio Pilato y los líderes religiosos eran enemigos, pero para levantarse contra nuestro Señor, se hicieron amigos. Dios ha prometido librarnos de todos los enemigos externos e internos en nuestra vida, para servirle libremente. El servicio a Dios, mencionado en el cántico de Zacarías, es más que un simple culto, es un servicio que incluye una actitud moral, contiene una santidad personal y un espíritu de justicia para sus hijos. Aquí encontramos el aspecto divino y el aspecto humano de la vida cristiana. Servir a Dios en santidad es hacerlo con una naturaleza interior conformada a la naturaleza y voluntad de Dios. Servirle en justicia es hacerlo con integridad en todas nuestras relaciones humanas. El servicio a nuestro Dios incluye no sólo el fervor religioso, sino también una ética sana. En nuestros días, el plan de salvación no es solamente libertad personal de los enemigos de dentro y fuera de nuestros corazones, sino también es tener una nueva naturaleza espiritual para servir a Dios. Como un instrumental médico que no puede ser usado con solamente lavarlo con abundante agua y jabón, sino que tiene que ser esterilizado y purificado, de igual manera, seremos útiles y de bendición a otros en manos del cirujano divino, cuando lo hagamos con una vida santa y justa. Agradezcamos a Dios que la libertad que Cristo nos concede, nos da la oportunidad y bendición de que nuestro servicio a Él sea un estilo de vida de «todos nuestros días» y no sólo de domingos.

La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.


Viernes 6 de diciembre

Lectura del día: Lucas 1:76-80

Camino de paz

Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; para encaminar nuestros pies por camino de paz. Lucas 1:79

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l himno de Zacarías ha continuado por ocho estrofas antes que mencione a su propio hijo, Juan. Su espíritu sacerdotal y profético concede el primer lugar a hablar de todos las bendiciones que traería el “niño Jesús” como el Mesías prometido. Está contento de que su hijo va a ser subordinado y precursor del Hijo de María, y del hecho de que Juan va a ser llamado profeta del Altísimo. Inmediatamente después, vuelve su atención a Cristo y hace eco de la profecía de Malaquías 4:2, «Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada» Los viajeros de la vida que se han extraviado en las tinieblas de la noche pueden encontrar un camino de paz, ahora que nos ha visitado la aurora. El profeta Isaías (9:6) habla del niño que nacería llamándolo “Príncipe de paz”, cuando escribe: «Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.» Charles Simeon, considerando el tema de «Las causas de la Encarnación de Nuestro Salvador », sugiere tres puntos principales: (1) El advenimiento de nuestro Salvador –Simbolizado por el sol de justicia, la aurora. (2) El propósito de su advenimiento –Disipar las tinieblas. (3) La ilimitada misericordia de Dios. Diríamos que no sólo vino para darnos paz, sino también para acompañarnos en el camino de paz que construyó para nosotros. La vida de Otón era un tormento constante. No tenía paz ni por un momento en su vida. Físicamente, su estómago no toleraba alimentos y vomitaba. Psicológicamente, tenía una angustia exagerada y temor a la muerte. Espiritualmente, era un alma atormentada. El Pastor Eduardo Duque le presentó el plan de salvación y oró por él. Aceptó a Cristo. Hace unos días celebró un aniversario más del «camino de paz» que Dios le dio. Agradezcamos a Dios por Su paz verdadera.

La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.


Sábado 7 de diciembre

Lectura del día: Lucas 2:8-12

Identificación plena

Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Lucas 2:12

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a señal que el ángel de Dios da a los pastores para reconocer al “recién nacido Salvador” no solamente es evidencia de Su identificación con el ser humano, por tratarse de un niño, sino que también es una invitación a creer en alguien que no rechazaría a estos humildes campesinos. La evidencia de que ha nacido para la humanidad un salvador, que por cierto los términos «salvador» y «salvación» aparecen más de 40 veces en los escritos de Lucas y del apóstol Pablo, son noticias de “gran gozo” para todo el pueblo, sin excepción. Aunque los pastores podrían haber interpretado la salvación como una liberación social, política o militar, todo el Nuevo Testamento se refiere a esta salvación en términos morales y espirituales. El acontecimiento sobrenatural de la encarnación de Jesucristo, la segunda persona de la Trinidad, es algo único; Dios se hizo hombre. Que Dios enviara a Su Hijo a que naciera en un humilde pesebre, fue algo que la gente de ese tiempo no esperaba. El mundo judío esperaba al Mesías, pero no naciendo en un lugar con tan poco valor desde el punto de vista humano. Para algunos estudiosos de la Biblia, el hecho de que el ángel haya dicho a los pastores el lugar del nacimiento del niño –la ciudad de David, su ciudad-- era como una invitación a que fueran a visitarle y confirmaran el anuncio. Inmediatamente después aparece una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios con cánticos de redención y buenos deseos para la humanidad. La Navidad para Jorge Jaime y su familia hubiera sido como cualquier otro día, si no fuera porque su vecino, que era cristiano, tocó a la puerta trayendo un enorme pavo relleno, pan y refresco de frutas. Les dijo que no quería cenar sólo y deseaba compartir lo que tenía con ellos. Fue una ocasión especial para los hijos de Jorge, porque Antonio les trajo regalitos y dulces. Esta familia recibió el mensaje del verdadero significado de la Navidad. Agradezcamos a Dios porque Cristo se identifica con nosotros en todo.

La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.


Domingo 8 de diciembre

Lectura del día: Lucas 1:57-69

El cuerno de salvación

Y nos levantó un poderoso Salvador en la casa de David su siervo. Lucas 1:69

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lgunas versiones de la Biblia traducen Lucas 1:69 así: “Y ha levantado para nosotros un cuerno de salvación, en la casa de su siervo David”, porque los cuernos eran símbolos bíblicos de fortaleza. El sacerdote Zacarías mira por los ojos de la profecía a un poderoso Salvador, un fuerte Libertador. Cuando relaciona a nuestro Salvador con la casa de David, puede significar dos cosas: primero, que el Salvador es el Mesías tan largamente prometido y esperado. Segundo, que identifica al rey David con el niño Jesús, hijo de María, a quien Elisabet, inspirada por el Espíritu Santo, ya ha llamado “mi Señor” (1:43). Zacarías mira también el tiempo que está comenzando como el cumplimiento de una corriente profética que viene desde el principio del mundo, cuando dice: “Como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio” (1:70). Va hasta el primer anuncio de un Salvador en Génesis 3:15. El nombre Jesús es la forma latina del griego Iesous, que a su vez es la transliteración del hebreo Jeshua o Joshua, o también Jehoshua, que significa “Yahveh es salvación”. En el arameo tiene una pequeña variante, y es Yeshua, que puede traducirse también como Josué. El cuerno de salvación tiene abundante perdón por medio de nuestro Señor Jesucristo, no sólo para Israel, sino también para la humanidad completa. El hermano Jorge testifica: “Yo reconozco a mi Señor Jesucristo como un gran profeta de Dios, como un maestro por excelencia, como un gran líder, como un revolucionario, pero por encima de todo, le reconozco como Aquel que perdonó mis pecados y transformó mi vida. De ser un hombre muerto en mis delitos y pecados me trajo a ser un hijo de Dios, con una nueva vida que ahora disfruto plenamente”. Agradece a Dios que en Cristo nos proveyó de un Salvador, que es tan poderoso que puede cambiar nuestro presente y nuestro futuro, de una manera radical.

La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.


Lunes 9 de diciembre

Lectura del día: Juan 3:7-17

Motivación de la Navidad

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16

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l sentimiento de amor, es posiblemente, el más difícil de definir. Abarca desde lo artístico, lo social, lo filosófico, hasta lo religioso. Puede interpretarse como relacionado con el afecto y el apego, resultante y productos de una serie de actitudes, emociones y experiencias. En el contexto filosófico, el amor es una virtud que representa todo el afecto, la bondad y la compasión del ser humano. En el terreno humano, va desde el deseo pasional y de intimidad del amor romántico, pasando por las relaciones de amistad, el afecto entre padres e hijos, hasta llegar a la profunda devoción del amor hacia Dios. Para entender el verdadero significado de la fiesta más importante de este mes, reflexionemos en que lo que impulsó al corazón de Dios a enviar a Su Hijo al mundo, fue el amor. El acontecimiento central en la historia de la salvación es la encarnación de Jesucristo. El amor de Dios hizo que enviara a Su Hijo para nacer de la virgen María en naturaleza humana, confirmándolo como el Mesías al ser ungido con el Espíritu Santo en el bautismo. Uno de los beneficios que nos trajo fue el hacernos participantes de la naturaleza divina, haciéndonos hijos de Dios. Janette Oke escribió el libro «El amor toma su tiempo» del que Michael Landon Jr. Hizo la película «El gozo de amar», que relata como Marty y Aarón Calridge se mudan a una población en el oeste de Estados Unidos de Norteamérica en busca de dinero y una mejor vida. Una tragedia repentina deja a Marty viuda, teniendo que afrontar un futuro lleno de pruebas. Tiempo después conoce a Clarke Davis, viudo también, con quien surge de nuevo el amor y la ilusión. En esta película aprendemos que en una familia en crisis, el amor es una promesa para siempre. Agradezcamos hoy y cada día las diferentes maneras en cómo somos objetos del amor de Dios. La principal de ellas la recordamos en Navidad.

Sé selectivo en tus batallas, a veces tener paz es mejor que tener la razón.


Martes 10 de diciembre

Lectura del día: Mateo 28:1-10

Noticias de gran gozo

Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Mateo 28:8a

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n un tiempo de crisis como el que estamos viviendo, lleno de malas noticias, el saber que todavía hay noticias de “gran gozo” trae esperanza al ser humano. El gozo es un término que procede del vocablo latino Gaudium, que hace referencia a la alegría del ánimo o al sentimiento de complacencia al poseer o recordar algo apetecible. Gozar está asociado a disfrutar y a toda acción que genere felicidad a la persona. A la luz de la Biblia, el gozo es una virtud, fruto del Espíritu Santo, que trae una profunda alegría en aquellos que depositan su fe en Dios. A diferencia de la felicidad y del regocijo, el gozo no depende de las circunstancias externas, sino está determinado por la presencia del Espíritu Santo en la vida del creyente. La palabra griega para gozo es Jara, y describe el gozo que procede de una experiencia espiritual. No es la alegría que nos producen las cosas materiales, ni el alcanzar la meta en una carrera de atletismo o el lograr el éxito en algo. Es el gozo cuyo fundamento está en Dios. De acuerdo a Lucas 2:11 la noticia de gran gozo es: “Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es cristo el Señor.” Es esto lo que festejamos este mes. Creo que todos o la mayoría, hemos escuchado y entonado la canción de “El gozo del Señor”; hay una parte que me gusta de esta canción, y es la que dice “el gozo del Señor es la razón para celebrar.” ¿Por qué? Porque cuando nos damos cuenta que la razón para celebrar, la razón por la cual hacemos todo, es el gozo que tenemos en Dios de saber que somos salvos y que hay una esperanza; que la vida no termina aquí en este mundo, sino que tendremos vida eterna después de la muerte gracias al sacrificio de Jesús. Ese es el gozo de la salvación, eso es lo que celebramos. Comparte el gozo de la salvación con una persona conocida hoy.

Sé selectivo en tus batallas, a veces tener paz es mejor que tener la razón.


Miércoles 11 de diciembre Lectura del día: Romanos 3:20-26

La paciencia divina

…a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados. Romanos 3:25

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a paciencia puede ser definida como la actitud que lleva al ser humano a poder soportar contratiempos y dificultades para conseguir algún bien. Aristóteles, en sus Éticas, dice que esta virtud “es un equilibrio entre emociones extremas generadas por las desgracias o aflicciones, un punto medio” al que llama metriopatía. De acuerdo con la tradición filosófica, es la constancia valerosa que se opone al mal, y a pesar de que sufra el ser humano, no se deja dominar por él. Concluimos que la paciencia es un rasgo de la personalidad madura. Es la virtud de quienes saben sufrir y tolerar las contrariedades y adversidades con fortaleza y sin lamentarse. En el Nuevo Testamento se usa esta palabra para hablar de la actitud de Dios para con los humanos. Si Dios actuara como uno de nosotros, desde ya hace mucho tiempo que habría borrado el mundo, pero Él tiene esa paciencia, de tal forma que soporta nuestras maldades y no nos deja a pesar de nuestra desobediencia. “En nuestras relaciones con nuestros semejantes debemos reproducir esa actitud amable, doliente, perdonadora y paciente de Dios para con nosotros” nos dice William Barclay. El apóstol Pablo, según la Nueva Versión Internacional, en Romanos 3:25-26 lo expresa así: “Dios lo ofreció (a Cristo Jesús) como un sacrificio de expiación que se recibe por la fe en su sangre, para así demostrar su justicia. Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados; pero en el tiempo presente ha ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia. De este modo Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús.” En el Antiguo Testamento hallamos a Job y en el Nuevo Testamento a Jesucristo, como ejemplos de paciencia. Agradezcamos a Dios que por Su paciencia para con nosotros.

Sé selectivo en tus batallas, a veces tener paz es mejor que tener la razón.


Jueves 12 de diciembre

Lectura del día: Efesios 4:25-32

Un espíritu benigno

Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Efesios 4:32

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a palabra benignidad se traduce de la palabra griega Chestotes que significa: Excelencia moral en el sentido de conducta, amabilidad, gentileza, gallardía e integridad. También puede significar mejorar, perfeccionar, amable, con sencillez y docilidad (Strong 5543-5544). Así que, la benignidad no es solamente una cualidad o virtud, sino expresa una acción. Este fruto del Espíritu se hace evidente en el caminar del cristiano, demostrando excelencia en su conducta, mostrando amabilidad, gentileza e integridad para con todos, sin hacer distinciones, ni agresividad, sino de manera condescendiente. Tito 3:2 (nvi) la describe diciendo, “a no hablar mal de nadie, sino a buscar la paz y ser respetuosos, demostrando plena humildad en su trato con todo el mundo”. Dos aspectos más de la benignidad son: que denota docilidad para ser moldeados por el Señor, como el barro en las manos del alfarero, y que se expresa en términos de gracia, ternura y compasión. Por ejemplo, cuando vemos que el apóstol Pablo les dice a los tesalonicenses (2:7-8) “Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos. Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos.” Ante las agresiones verbales de un joven hacia un hermano, él respondió con amabilidad y sin perder la compostura, sabiendo que había una confusión y que él no era la persona a quien debía reclamarle. Lo acalorado de la discusión subió, llegando a casi ser golpeado. Un poco más tarde, el joven reconoció que se había confundido, que ciertamente se parecía a la otra persona, pero que no lo era, y le pidió disculpas. Pide a Dios hoy que, en un espíritu navideño, te ayude a manifestar a los demás la virtud de la benignidad.

Sé selectivo en tus batallas, a veces tener paz es mejor que tener la razón.


Viernes 13 de diciembre

Lectura del día: Marcos 10:17-25

La bondad de Dios

Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Marcos 10:17

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a amabilidad y la bondad están íntimamente relacionadas. A la amabilidad corresponde la palabra original Jrestótés, que se traduce como “bondad, dulzura”. Encierra la idea de una bondad que es amable. La palabra que Pablo usa para bondad es Agathosyné, es típica de la Biblia y no ocurre en el griego secular; es la palabra más amplia para definir bondad como “la virtud totalmente equipada”. Nos preguntaríamos ¿en qué se diferencian? Agathosyné puede y debe reprender y disciplinar; Jrestótés no hace más que ayudar. El gran lexicógrafo del Nuevo Testamento Trench dice que Jesús dio muestras de Agathosyné cuando limpió el templo y echó a los que lo habían convertido en un bazar, pero de Jrestótés en Su actitud hacia la mujer pecadora. Nosotros creemos y cantamos: “Bueno es Dios… bueno es Dios…” y encontramos cientos y miles de motivos para reconocer que nuestro Señor es bueno. Desde que abrimos nuestros ojos cada mañana, comenzamos a experimentar la bondad de Dios en nuestra vida, en nuestra familia, en nuestra congregación. Los cristianos necesitamos desarrollar esa bondad que es al mismo tiempo amable y fuerte. Un escritor anónimo dice desde el corazón de un anciano: “Bondadosos los que comprenden mi extraño paso al caminar y mis manos torpes. Los que saben que mis oídos tienen que esforzarse para comprender lo que escuchan. Los que comprenden que aunque mis ojos brillan, mi mente es lenta. Los que con una sonrisa en sus labios me estimulan a intentarlo una vez más. Los que nunca me recuerdan que hoy hice dos veces la misma pregunta. Los que comprenden que me es difícil convertir en palabras mis pensamientos. Los que me escuchan porque yo también tengo algo que decir. Los que saben lo que siente mi corazón aunque no pueda expresarlo. Que me ayudan a caminar hacia la casa de Dios. Que me respetan y aman como soy, tan sólo como soy... ¡Y no como ellos quisieran que fuera!” Imitemos la bondad de Dios.

Sé selectivo en tus batallas, a veces tener paz es mejor que tener la razón.


Sábado 14 de diciembre

Lectura del día: Hebreos 11:8-12

Ejercita tu fe

Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido. Hebreos 11:11

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eneralmente, la fe es la creencia o confianza en alguien o en algo. Es la aceptación de un enunciado declarado por alguien con determinada autoridad, conocimiento o experiencia. La fe va de la mano con la confianza y suele definirse así. Algunos escritores hacen una diferencia entre creencia y fe, que son usados indistintamente en español, como Gabriel Marce que afirma que mientras la creencia es un mero “creer que”, la fe es un “creer en”. La fe es un concepto que se deriva de la palabra hebrea Enumá que significa tres cosas: firmeza, seguridad y fidelidad. Para el pensamiento judío, una fe que no incluya seguridad o fidelidad, es lo mismo que separar el espíritu del cuerpo, es decir, es una fe muerta, como dice Santiago 2:26. En el griego secular, la palabra Pistis, tiene el sentido de ser de confianza. Es la característica de la persona que es de fiar. En Hebreos 11:1 se nos da la definición más conocida entre los cristianos: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” La palabra griega, élenchos se traduce como convicción y también puede significar evidencia o prueba de algo. Santiago y la carta a los Hebreos ponen el ejemplo de Abraham que creyó a Dios y le fue contado por justicia. En el cristianismo la fe se centra en Jesucristo, cuya muerte en la cruz del Calvario es la prueba de la fe y Su resurrección es su garantía. El hermano José Ángel García le pidió a Dios no pasar por una cirugía y estando en el quirófano, el médico descubrió que no ameritaba la intervención y le envió con tratamiento a su casa. Dios nos dio a todos una medida de fe; es nuestra responsabilidad ejercitarla cada día para que crezca, confiando y creyendo en lo que no vemos pero tenemos la certeza que sucederá.

Sé selectivo en tus batallas, a veces tener paz es mejor que tener la razón.


Domingo 15 de diciembre

Lectura del día: Mateo 11:25-30

El lugar donde nació

Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas Mateo 11:29

L

a palabra usada para mansedumbre en el Nuevo Testamento es Praytes, que tiene tres significados: quiere decir sumiso a la voluntad de Dios, dócil; que acepta la enseñanza y la disciplina y, en su sentido más común, es el de considerado. El humilde pesebre de Belén de Judea en el que nació Jesús, en medio de mansos animales domésticos, en la parte más sencilla del mesón y en la ciudad considerada como “la más pequeña entre los príncipes de Judá” nos envía el mensaje de que el carácter del Mesías prometido sería “manso y humilde de corazón”. Aristóteles definiría mansedumbre como el “término medio entre la excesiva ira y la carencia de ella”, es decir, la cualidad de la persona que se indigna cuando debe indignarse y nunca cuando no debe. Lo ejemplifica con un animal domesticado que obedece y es fácil de dominar por su amo. Esta palabra refleja el dominio propio que sólo Cristo puede dar por medio del Espíritu Santo. Se cuentan historias de George Washington que lo describen como un hombre manso. Una vez, él estaba cazando zorros con un grupo de amigos. Uno de los campos por los que ellos pasaban estaba cercado de rocas. Cuando saltó la cerca, su caballo tiró unas de las rocas. Inmediatamente se paró, bajó de su caballo y colocó las rocas que había tirado en su lugar. Uno de sus amigos le dijo: “Tú eres un hombre demasiado importante para hacer cosas tan pequeñas”. El respondió gentilmente, “No, soy igual que todos”. En otra ocasión un cabo en el Valle de Fargo estaba dirigiendo a tres hombres que estaban tratando de levantar un tronco muy grande. Era muy pesado pero él les decía, “¡Muy bien gente, una, dos, tres, levanten!” Washington que pasaba por allí le preguntó, “¿por qué no ayuda usted?” A lo que respondió, “Señor, soy un cabo.” Sin decir más, George les ayudó a levantar el tronco y a ponerlo en su lugar. Dios nos recuerde en esta temporada decembrina a ser mansos.

Sé selectivo en tus batallas, a veces tener paz es mejor que tener la razón.


Lunes 16 de diciembre

Lectura del día: Mateo 13:51-58

Cosas nuevas y viejas

Él les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas. Mateo 13:52

C

uando Jesús terminó de hablar sobre el Reino preguntó a sus discípulos si habían entendido. Y habían comprendido, al menos en parte. Luego Jesús pasa a hablar sobre el escriba, instruido en el Reino de Dios, que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas. Jesús jamás deseó ni tuvo la intención de que cuando alguien se acercara a él olvidara lo que sabía. Lo que se proponía era que viera ese conocimiento bajo una nueva luz, y que lo empleara para un servicio nuevo, de modo que, lo que sabía antes se convierte en un tesoro mayor de lo que era. Todo hombre se acerca a Jesucristo con algún don y alguna capacidad. Jesús no pretende que abandone ese tesoro. Hay mucha gente que cree que cuando alguien se une a Cristo debe abandonarlo todo y concentrarse sobre lo que se considera religioso o espiritual. Pero un estudioso no abandona sus estudios al convertirse al cristianismo, sino que más bien los emplea para Cristo. Un hombre de negocios no tiene por qué abandonar sus ocupaciones; antes bien, debe administrarlas como lo haría un cristiano. Alguien que canta, baila, actúa o pinta no tiene por qué abandonar su arte, sino emplearlo de manera cristiana. El deportista no tiene que abandonar el deporte, sino conducirse en él como un cristiano. Jesús no vino a vaciar la vida, sino a llenarla, no vino a empobrecerla, sino a enriquecerla. Aquí vemos a Jesús diciendo a los hombres que no abandonen sus tesoros, sino que los empleen de manera más maravillosa porque lo hacen a la luz del nuevo conocimiento que Él les ha dado. Este es un llamado para usar todo lo que tenemos y lo que somos como instrumento de adoración a Dios. Poniendo de relieve el don, el regalo, el valor más precioso: El reino de los cielos. La vida cristiana es una integralidad, Dios quiere que le adoremos con todo lo que somos, y que sea Él, la medida de todas las cosas y el centro de nuestra adoración.

Cuando el poder del amor sea más grande que el amor al poder, el mundo conocerá la paz.


Martes 17 de diciembre

Lectura del día: Juan 1:1-10

¿Quién es Jesús?

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Juan 1:1

P

ara muchos Jesús fue sólo un hombre, para algunos fue el máximo de los profetas, el líder religioso más prominente que ha tenido Israel, para otros más fue un revolucionario, hasta un impostor. Pero ¿Qué dice la Biblia respecto a él? • Dice que antes que existieran todas las cosas, Él ya existía Jesús ya existía antes de su aparición en la historia. “Al principio” es una expresión que por el tono y por la intención del evangelista lleva la mente del lector a Gen. 1:1 (“Al principio creo Dios el Cielo y la Tierra”). • Dice que Jesús es Dios. El Evangelista no argumenta, ni da razones, mucho menos pretende explicar por qué es Dios, sólo lo da por sentado: Jesús es Dios. La divinidad de Jesucristo se puede ver en muchos pasajes de las Sagradas Escrituras. Mateo 3:3 le llama Señor y esta palabra significa Amo. Romanos 9:5 dice: El cual (Jesús) es Dios, sobre todas las cosas, bendito por los siglos, amén. Y Tito 2:13 dice: Esperando toda aquella esperanza bienaventurada, y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo. Estos y muchos pasajes más nos muestran que Jesús no fue un hombre cualquiera, fue Dios mismo hecho hombre. Juan el Bautista dice de Él, que Jesús es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. A Jesús se le simboliza con un cordero, porque antiguamente era el animal que se sacrificaba para perdón de pecados. Todo esto inicia desde la salida del pueblo de Israel de Egipto. Fue la primera vez que celebraron la pascua. Sacrificaron el cordero representando su liberación de la esclavitud, la sangre de ese cordero, rociada en los dinteles de sus puertas les librada del ángel destructor. ¿Quién es Jesús para ti? Es tu Salvador y Señor. Tu amigo fiel. Quien entregó su vida por ti para darte salvación y vida eterna. ¿Ya lo recibiste en tu corazón?

Cuando el poder del amor sea más grande que el amor al poder, el mundo conocerá la paz.


Miércoles 18 de diciembre

Lectura del día: Mateo 1:1-17

Qué bonita familia

Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham. Mateo 1:1

E

n algunos círculos en nuestro mundo moderno, todavía es de fundamental importancia conocer el linaje, particularmente entre la nobleza. La pureza de la sangre para algunos le significaría la legitimidad para la ascendencia al trono. Las genealogías en el pueblo de Israel cumplían también ese propósito, máxime cuando se quería comprobar el linaje real; pero aun entre el pueblo común era importante, porque si se encontraba en alguna persona la más ligera mezcla de sangre extranjera perdería su derecho a la ciudadanía judía y como miembro del pueblo de Dios. Un sacerdote estaba obligado a presentar el certificado ininterrumpido de su genealogía remontándose a Aarón; y si se casaba, su mujer tenía que presentarla también por lo menos de las últimas cinco generaciones. Jesucristo es el único judío vivo hoy que puede demostrar sus derechos al trono de David. La genealogía que tenemos en la Biblia es la única que puede comprobar a Jesucristo como legítimo heredero del trono de David, y después de Él ya no hay nadie más. Pero hay un gran detalle. Si a ti o a mi como judíos celosos nos hubieran encomendado trazar la genealogía de un gran personaje (esta genealogía fue escrita por un judío para el pueblo judío) trataríamos de ocultar algún punto gris en la historia, sobre todo tratándose del Mesías esperado por el pueblo de Israel, pero en esta genealogía que nos encontramos, no es así, al contrario, tiene algunos detalles complejos: No es común o normal que aparezcan nombres de mujeres en las genealogías judías. Y qué mujeres: Judá engendró de Tamar a Fares. (Génesis 38) Fue culpable de prostitución. Salmón engendró de Rahab a Booz. ( Josué 2.1-7) Prostituta extranjera. Booz engendró de Rut a Obed. Extranjera, de una nación enemiga de Israel. El rey David engendró a Salomón de la que fue mujer de Urías. Betsabé fue la compañera del terrible pecado de David. En los planes de Dios, nadie está descalificado, por muy terrible que haya sido su pasado. Él ama a la humanidad y dio a su Hijo para que todo aquél que en Él cree no se pierda, mas tenga vida eterna.

Cuando el poder del amor sea más grande que el amor al poder, el mundo conocerá la paz.


Jueves 19 de diciembre

Lectura del día: Mateo 1:22-25

Dios con nosotros

He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. Mateo 1:23

E

s Dios con nosotros porque Dios se hizo carne “y habitó entre nosotros y vimos su gloria…” ¡Qué maravilloso habrá sido ver el mismo rostro de Jesús! Si ahora es todo un espectáculo encontrarnos con algunas personalidades, cuánto más sería haber visto a Dios hecho hombre. Con tanta razón multitudes le seguían y se sorprendían de sus enseñanzas. Dios mismo habitó en esta persona que los historiadores llamaban el Mesías, el Cristo, el Ungido. Es por eso que era Dios con nosotros. ¿Pero, ese mismo “Emanuel” está con nosotros? En la Biblia nos encontramos con hombres y mujeres como tú y como yo, temerosos de Dios, que le amaban con todo el corazón, pero que se hacían preguntas honestas como muchos nos las hacemos. ¿Está Él conmigo? Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ( Jueces 6:11). En medio de sus difíciles circunstancias Gedeón dice: cómo es posible que Él diga que está con nosotros y nos suceda todo esto, si Él estuviera con nosotros nada de esto debía de sucedernos. “Día y noche, mis lágrimas son mi alimento, mientras a todas horas me preguntan: ¿Dónde está tu Dios? Hasta los huesos me duelen por las ofensas de mis enemigos, que a todas horas me preguntan: ¿Dónde está tu Dios?” 42:4 y 10. ¿No te han hecho esa pregunta? ¿Dónde está el Dios que dices proclamar y que es bueno? Murió su hermano y Martha le reclama al maestro: “Si tu hubieses estado aquí mi hermano no habría muerto.” ( Juan 11:21) ¿Dónde estaba Jesús cuando su hermano se estaba muriendo? Pero ese Emanuel, sigue siendo una gran realidad. Ese Dios con nosotros sigue siendo vigente. He aquí yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo. Mateo 28:19

Cuando el poder del amor sea más grande que el amor al poder, el mundo conocerá la paz.


Viernes 20 de diciembre

Lectura del día: Filipenses 2:1-11

Humillado por sí mismo

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús. Filipenses 2:5

C

uando Pablo se refiere a la encarnación de Cristo como un ser humano en esta Tierra, introduce la idea recordándonos que Él existió antes eternamente como Dios, no como hombre. La palabra “encarnación” viene de la palabra griega “keno” (de donde obtenemos el término teológico “Kenosis”), que quiere decir “despojamiento”. Se refiere a alguien de una gran posición que se rebaja a sí mismo, dejando voluntariamente su elevado rango para convertirse en nada, en comparación con su dignidad anterior. Es como si el Presidente de una nación rica, dejara atrás toda su autoridad, rango, poder y guardaespaldas, para trasladarse a un país pobre como un indigente. Ese es un ejemplo sencillo para referirse a la transformación que ocurre cuando alguien se vacía a sí mismo, pero no se acerca ni remotamente a lo que Pablo está explicando. Cuando él se refiere a Jesús diciendo: “siendo en forma de Dios”, usa la palabra griega “morphe”. Significa que lo que uno es por fuera, se corresponde perfectamente con lo que uno es en realidad. Se es en esencia lo que se es en apariencia. Si vemos una cebra en un zoológico, miramos la morphe de la cebra; lo que ella parece ser, es lo que realmente es. Mientras que, si alguien se disfraza de cebra, por muy convincente que sea el traje, lo que vemos es la apariencia de una cebra, no su morphe. Jesús no se parecía a Dios; Él siempre fue Dios. Dejó atrás su estado infinitamente glorioso a propósito, y se humilló a sí mismo. Así que, en esta Navidad, reflexiona en que nadie, en toda la historia, ha renunciado a más o fue a tales extremos por amor. Él nos mostró el misterio de su amor incomparable, aun como un recién nacido que lloraba acostado en un pesebre.

Cuando el poder del amor sea más grande que el amor al poder, el mundo conocerá la paz.


Sábado 21 de diciembre

Lectura del día: Lucas 1:26-38

Favorecida por su obediencia Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. Lucas 1:28

G

álatas 4:4 dice: Cuando vino el cumplimiento del tiempo. La palabra tiempo aquí significa momento oportuno, más que cronología. Había llegado el cumplimiento del tiempo y el Mesías esperado por todos los judíos estaba siendo anunciado para su nacimiento. Las condiciones óptimas para el nacimiento del Mesías se habían dado, de la misma forma se había encontrado la mujer idónea para su madre. Imagínate: ¿Cómo tendría que ser la madre de Dios hecho hombre? María era una mujer pobre, característica que para la gente de su tiempo la convertía en incapaz que Dios la usara en tareas importantes. Pero Dios la escogió. Ser una mujer pobre no necesariamente es una virtud, de tal forma que en ella no fue la pobreza lo que le dio el distintivo para ser usada por Dios sino fue algo más: su obediencia, fenómeno que envolvió su existencia María nos brinda un ejemplo sobre el sendero que conduce a la voluntad de Dios. Años más tarde, ella continúo con esta actitud, a pesar de ser la madre del Mesías. • Permaneció firme junto a Él en el camino hacia la cruz, en lugar de buscar protección para sí misma ( Juan 19.25); y • Obedientemente se unió a los otros discípulos de Jesús en el aposento alto, en espera de la venida del Espíritu Santo, como Jesús lo había mandado (Hechos 1.14). María es un modelo de respuesta obediente, al cumplir con su propia recomendación dada a los sirvientes en la boda en Caná. En esto tenemos un consejo para todas las épocas: “Haced todo lo que (Jesús) os dijere” ( Juan 2:5). Cuando hacemos todo “lo que Jesús dice”, milagros suceden, somos bendecidos, vivimos en paz y caminamos confiados por esta vida.

Cuando el poder del amor sea más grande que el amor al poder, el mundo conocerá la paz.


Domingo 22 de diciembre

Lectura del día: Juan 14:15-31

Mi paz les dejo La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo. Juan 14:27

¿A

lguna vez te has preguntado dónde se encuentra esa paz? Si Dios la prometió, ¿por qué vemos tan poco de ella en nuestro mundo? De hecho, ¿por qué muchas veces no la vemos en nuestra familia, trabajo, vecindario e Iglesia? Cristo no sólo nos ha reconciliado con el Padre, sino que también hizo posible que disfrutemos de relaciones armoniosas con los demás. Él es capaz de sanar nuestras heridas emocionales y derribar los muros de prejuicios, indiferencia, agravios e ira que nos impiden amarnos unos a otros. La paz que Cristo nos ofrece es aquella que disfrutamos en medio de la tormenta, cuando las circunstancias son adversas pero tenemos la confianza de que Dios está con nosotros y tiene control y cuidado de todo lo que nos sucede. Pero, ¿qué necesito para tener paz? Si esperas encontrarla en la seguridad económica, en relaciones saludables, o en los planes y sueños cumplidos, te has inclinado por la definición del mundo en cuanto a la paz, que se basa en las circunstancias externas. De ser así, siempre que tu situación cambie, tu serenidad se desvanecerá y será sustituida por la ansiedad, la frustración o el temor. La paz de Dios es superior a todo lo que el mundo pueda ofrecer, porque se basa en una relación con Cristo; no tiene nada que ver con las circunstancias. A diferencia de lo que sucede con nuestro medio externo, nada puede cambiar nuestra posición en Cristo. En esta Navidad, elije tener paz. No permitas que el ajetreo de la época te haga desviar tu mirada de Cristo. ¡Deja que Él sea tu Príncipe de Paz!

Cuando el poder del amor sea más grande que el amor al poder, el mundo conocerá la paz.


Lunes 23 de diciembre

Lectura del día: Lucas 2:1-7

No había lugar para ellos en el Mesón Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Lucas 2:7

¿P

or qué tuvo que nacer en Belén, siendo que vivía en Nazaret, comunidad a 130 kms de distancia, un viaje de tres días? Porque estaba profetizado (Miqueas 5:2) y porque “coincidió” con un censo que se hacía cada 14 años precisamente cuando María estaba a punto de dar a luz. Porque siendo dueño y Señor de todo y pudiendo haber nacido en una metrópoli, decidió nacer en el lugar más pequeño e insignificante. Cristo vino por el camino de la humildad a destruir ese orgullo que es la raíz del mal en las almas de los hombres. Nació en un pesebre porque era lo más accesible dadas las circunstancias. La posada oriental consistía en una serie de habitaciones que daban a un patio común. El posadero proveía forraje para los animales y fuego para hacerse la comida. Tuvo que haber sido en el patio común donde María tuvo que dar a luz. El gobierno forzó a José a recorrer una larga distancia sólo para pagar su impuesto. Su prometida, que tenía que ir con él, iba a tener su bebé en cualquier momento. Cuando hacemos la voluntad de Dios, no tenemos la garantía que llevaremos una vida cómoda; se nos ha prometido que aún lo incómodo tiene significado en el plan de Dios. El primer anuncio lo reciben los pastores porque eran los que estaban a la intemperie, y porque pudiendo haberse presentado a monarcas, decidió presentarse a los más desprotegidos, impuros, faltos de religión. Los religiosos de aquellos tiempos despreciaban a los pastores porque no podían cumplir todos los detalles de la ley ceremonial, no se podían lavar la manos meticulosamente. En ese época se consideraba que los pastores estaban en el peldaño más bajo de la escala social. Su trabajo no sólo los obligaba a estar distantes del templo y de la sinagoga, sino que los hacía ceremonialmente impuros. En los planes de Dios nada es casualidad. Todo tiene un propósito. Sólo confía en Él. Nada escapa a su conocimiento y control.

La paz en la Tierra se establecerá cuando vivamos la Navidad todos los días.


Martes 24 de diciembre

Lectura del día: Mateo 1:18-21

Hoy celebremos a Jesús

Y dará a luz un hijo, y llamará su nombre jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Mateo 1:21

T

odos en este día, y más nosotros como cristianos, escuchamos repetidamente que la Navidad no se trata de dar regalos a otros, ni de la cena, ni de las fiestas, etc. Sino que se trata de Jesús, de Su venida a la Tierra, de Su nacimiento y de celebrarlo a Él. Pero muchas veces me he preguntado “bueno, y ¿qué le puedo dar a Jesús, al Rey de reyes, dueño de todo, en este día tan especial?” En esa época, los sabios pudieron llevarle presentes físicos al niño recién nacido, porque estaba en este mundo, pero ¿ahora? ¿Qué regalo le podemos ofrecer? Recuerdo una historia muy famosa que relataba cómo María, la madre de Jesús, despertaba asustada después de haber tenido una pesadilla en la cual la gente, en Navidad, se daban regalos unos a otros, tenían una gran cena y convivencia, pero nadie mencionaba a Jesús, sino al contrario, se olvidaron de Él, y ella entonces le decía “aliviada” a José: lo bueno es que sólo fue una pesadilla. La verdad es que, con tantos apuros y compromisos en este día, dejamos al festejado a un lado, y ni siquiera recordamos que Él es el motivo de nuestra celebración; les damos obsequios a todos, pero Él no recibe nada de nuestra parte. Hoy conmemoramos, simbólicamente, el nacimiento de nuestro Salvador. Este año procura, desde temprano, pensar “¿qué regalo le puedo dar a Jesús? ¿Qué regalo alegraría Su corazón?” Seguramente no será algo físico, como los sabios lo hicieron, pero sí algo que va más allá: compartirle de Cristo a algún familiar, compartir la cena con alguien que no tenga, regalarle algo a un niño que está en la calle, cantarle a Jesús durante todo el día; entregarle tu vida por completo; hay muchos regalos que puedes ofrecerle a Jesús en este día; recuerda celebrarlo a Él.

La paz en la Tierra se establecerá cuando vivamos la Navidad todos los días.


Miércoles 25 de diciembre

Lectura del día: Juan 1:11-13

Los suyos no le recibieron A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Juan 1:11

J

esús nació en la tierra de Palestina, como judío, en un hogar judío y a través de unos padres por quienes corría la sangre del rey David. Era el cumplimiento de la promesa que por siglos los judíos habían esperado. Toda mujer judía albergaba la esperanza de ser la madre del Mesías, es por eso que era una maldición ser estéril. Todo judío esperaba la llegada de quien vendría a señorear Israel, pero como dice el pasaje en el versículo 11, vino, pero no le recibieron. Jesucristo vino como Rey, y como tal debió haber sido recibido por todos, pero no fue así. Era un Rey diferente, antes de ser escoltado, fue un rey que iba delante de todos, tocando, lo cual da la opción de abrir o no. No es un rey que se impone, no es un dictador. Desde que nació, no nació en el lugar que todos hubieran celebrado, en un palacio, nació en una casa donde no había lugar para él y le ofrecieron un mesón. Cuando Jesús lavó los pies de sus discípulos, les enseñó que a pesar de ser el Rey, había venido a servir. Si a ti te ofende la idea de que Jesús es siervo, no piensa con la mente de Dios. La historia humana está repleta de historias de hombres que mueren por sus dioses, pero ¿dónde se ha visto a un Dios que muere por su pueblo? Esa fue la muestra más grande de su reinado, una corona, de espinas pero una corona. Las razones porque rechazaron a Jesús fueron lógicamente razonables, pero no eran la verdadera realidad. Jesús asumió esa actitud porque era un Rey diferente, pero cuando Jesús venga se presentará con todos los símbolos de poder. Reconoce a Jesús como tu Rey, quien gobierna tu vida.

La paz en la Tierra se establecerá cuando vivamos la Navidad todos los días.


Jueves 26 de diciembre

Lectura del día: Mateo 2:1-12

Los regalos que anticiparon el futuro Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Mateo 2:11

E

l nacimiento de Jesús, es un suceso histórico. El Evangelista no tiene ningún reparo en proveer aportaciones históricas en cuanto a este suceso. • Nació en Belén de Judea, fue anunciado por los profetas, en los días del rey Herodes. ¿Quiénes son y qué significan los reyes del oriente? Los magoi eran una tribu de sacerdotes que se convirtieron en maestros e instructores de los reyes persas. Llegaron a ser hombres de santidad y sabiduría. Estos magos eran hombres versados en filosofía, medicina y ciencias naturales. Eran profetas e intérpretes de sueños. Fueron el instrumento de Dios para anunciar desde antes del ministerio de Jesús de su intención de alcanzar a toda la humanidad. La bendición de la encarnación no fue un privilegio para unos cuantos, sino el regalo para la humanidad entera. Estos hombres sabios, con sus regalos, anticiparon en gran medida el ministerio de Cristo. Séneca dice que había la costumbre de que nadie se pudiera acercar al rey si un regalo, y el oro, el rey de los metales, era el regalo apropiado para el rey de los hombre. Era en el culto del templo y en sus sacrificios en donde se usaba el dulce aroma del incienso. La función de un sacerdote es abrirles a los hombres el camino hacia Dios. El incienso es la sustancia aromática que se quemaba en el tabernáculo y en el templo. La mirra se usaba para embalsamar los cuerpos de los muertos. Estos fueron los regalos de los sabios, aun a los pies de la cuna de Cristo, predecían que había de ser el verdadero Rey, el perfecto sumo Sacerdote, y por último, el supremo Salvador de los hombres. Como regalo, dale a Jesús tu corazón y decide vivir una vida que le agrade a Él.

La paz en la Tierra se establecerá cuando vivamos la Navidad todos los días.


Viernes 27 de diciembre

Lectura del día: Juan 1:14-18

Jesús como uno de nosotros

Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan 1:14

E

sa misma persona que era desde el principio - que estaba con Dios y que era Dios- en la plenitud del tiempo (y llegado el cumplimiento del tiempo Dios envió a su hijo. Gálatas 4:4) se hizo carne. Se encarnó en el poder del Espíritu Santo en el seno de la Virgen. Es una persona que se hizo igual a ti y a mí en todo: en el dolor, en la necesidad, en la soledad, ¿para qué? para que no tengamos un Dios que habite en discordancia con el hombre o que le haya hecho y se olvide de él, sino un Dios que se identifica, participa y se envuelve en las necesidades de sus hijos. Vivió, enseño, sanó, participó en medio de su pueblo, a los suyos vino. Llegó a radicar y llego a permanecer para siempre, “he aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. Mateo 28:20 Jesús quiso ser como uno de nosotros, un hombre limitado, que pregunta, que crece, que se desenvuelve en sus necesidades. Dios no asumió una mentalidad abstracta de animal racional, sino que desde el primer momento de su concepción asumió un ser histórico: Jesús de Nazaret, un judío por raza o por religión, que se formó en el reducido espacio del seno materno; que creció en el reducido espacio de una patria insignificante; que maduró en el reducido espacio de una minúscula y remota aldea; que trabajó en un medio poco culto, donde no se hablaba griego ni latín, las lenguas de la época, sino un dialecto, el arameo, con acento de galilea; que sintió la opresión de las fuerzas de la ocupación de su país, que conoció el hambre, la sed, la soledad, las lágrimas por la muerte del amigo, la alegría de la amistad. Todo esto lo asumió Dios en Jesucristo. Todo esto está presente en la figura de Jesucristo. “El hecho de que Dios se hiciera hombre dice algo del mismo Dios. Dice que Él se acercó a nosotros y se entregó plenamente en la creación y en el tiempo. Ese Dios accesible y cercano es tu Dios y mi Dios.

La paz en la Tierra se establecerá cuando vivamos la Navidad todos los días.


Sábado 28 de diciembre

Lectura del día: Juan 2:1-12

Jesús suple todas nuestras necesidades

Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él. Juan 2:11

C

uando Jesús inicia su ministerio, uno de los primeros milagros que registra la historia es este. Como era propio de las comunidades judías, las bodas duraban varios días, y a ellas eran invitadas todas las familias de la comunidad, la historia dice que estaba ahí la madre de Jesús, y que también habían sido invitados Jesús y sus discípulos. El vino para el pueblo judío era símbolo de prosperidad. Si faltaba el vino entonces se formaba una mala reputación de los anf itriones, era necesario guardar una buena imagen. Este pasaje nos habla de una necesidad, pero una necesidad apremiante. En el momento menos oportuno surge el problema. Todos nosotros estamos a expensas de los problemas, y este pasaje nos habla de una situación muy delicada. Se cerraba el mundo para los anf itriones. Vemos a la madre de Jesús con una muestra muy fuerte de confianza. Haced todo lo que os dijere es una expresión que denota que: Nada hay que se salga del control de Jesús y que Él puede arreglar cualquier problema por difícil que este parezca. La obediencia es un elemento importante para que se pueda llevar a cabo un milagro. Tanto el orgullo como la autosuficiencia, son dos grandes problemas que impiden la obediencia. Para recibir un milagro hay que estar dispuestos a pagar el precio, y el precio es obedecer. El Señor no sólo puede darnos lo que le pedimos, sino que puede hacer mucho más que eso. No entendemos la mente del Señor y no sabemos cómo va a actuar, además Él conoce nuestras necesidades. La confianza que debe distinguirnos, es aquella que no duda en ningún momento del poder de Dios para hacer cualquier cosa, por difícil (o antinatural) que parezca.

La paz en la Tierra se establecerá cuando vivamos la Navidad todos los días.


Domingo 29 de diciembre

Lectura del día: Lucas 1:39-56

El magníficat de María

Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Lucas 1:46-47

P

revio al nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, la Biblia dice que la virgen María fue a visitar a su pariente Elizabeth, quien sería la madre de Juan el Bautista. Cuando María saludó, el bebé dio un salto en el vientre de su prima. Esta fue una de las evidencias que confirmó para Elizabeth que María sería la madre del Salvador. Al ser recibida de esta manera, y no ser censurada por ir embarazada fuera del matrimonio, María confirmó para sí misma que tanto ella como su prima habían recibido de Dios una bendición especial; una por anciana y estéril, la otra por joven y virgen, ambas sin pertenecer a la clase privilegiada, sino objetos de la misericordia de Dios. Entonces María elevó una canción: • Una declaración de la atención de Dios por los pobres. Tal vez nadie hizo tanta diferencia entre ricos y pobres y se inclinó tanto por los pobres como nuestro Dios. La venida del Mesías era un anhelo esperado desde Adán, David, etc. Israel creía que tendría que venir con poder y reinado, por lo que se esperaba que viniera de “buena familia” y sin embargo llegaba a través de una mujer muy sencilla y humilde. • Una declaración de fe en el Dios en quien creía.El canto muestra mucha madurez. Cuando pensamos en la virgen, pensamos en una mujer mayor, pero si consideramos que la virgen era una adolescente, entonces nos sorprende con mayor razón las declaraciones de esta joven mujer, de quién era Dios para ella. Señor. (46) Dios mi Salvador (47) El Poderoso (49) Santo es su nombre (49) Quien hace proezas con su brazo (51) Se acuerda de sus promesas (54-55) El Dios a quien María reconoce en el Magníficat no es el Padre, no es el Esposo. No establece con él una relación filial o esponsal, sino de profunda dependencia y obediencia, como expresan los términos «Señor-esclava», «Salvador-humillación», «grandeza-pequeñez», «Poderoso-impotencia». El Dios de María es lo que debiera ser para todos nosotros: el Libertador, el Salvador, el Dios del Reino.

La paz en la Tierra se establecerá cuando vivamos la Navidad todos los días.


Lunes 30 de diciembre Lectura del día: Salmos 119:137-144

Nuestro Dios justo

Justo eres tú, oh Jehová, y rectos tus juicios. Salmo 119:37

D

ios es intrínsecamente justo. La justicia no solo define a Dios, sino que Dios define la justicia. Él mismo es la medida. Todas sus leyes son leyes justas; no hay una sola que sea injusta. Él no es un día justo y al siguiente injusto. Su justicia permanecerá para siempre. Cada decisión que Dios toma es una decisión buena y correcta, por lo cual podemos estar seguros de que cada decisión que Dios tome acerca de nosotros será una decisión justa. Quizá no nos guste el juicio, pero nunca podremos discutir su rectitud. Además, cada ley que Dios ha emitido es una ley justa. Dios no se deja impresionar por el color de la piel, por el tamaño de la oficina o por el monto de nuestros diezmos. Sus leyes son parejas y se aplican a todos. En Él no hay discriminación. Siempre, justicia perfecta. Cada ley nos protege de infligirnos daño, de causar daño a otros o que otros nos causen daño, o de dilapidar nuestra vida y nuestra eternidad. Cada una emana de un corazón esencialmente justo y aplica las mismas normas sin que importe género y edad. Irónicamente, los historiadores denominan al reino de 150 años de las filosofías de Kant, Rousseau y Nietzche “el siglo de las luces”. Kilpatrick llama al tiempo desde ese período (que termina a mediados del siglo xx) “el oscurecimiento”. Y usa esta etiqueta para referirse al oscurecimiento del alma humana. Mirando hacia adentro no nos hace un mundo más justo, y las injusticias claramente no nos hacen personas más felices. El hecho es que la justicia de Dios ha resistido a Kant, a Rousseau y a Nietzche y a quien sea más. Está claro que una revolución de justicia no va a nacer de una nueva filosofía. Es la justicia de Dios que producirá una sociedad y un carácter que a fin de cuentas todos queremos que se produzcan. Su justicia es la base sobre la cual se levanta nuestro propio sentido de justicia.

La paz en la Tierra se establecerá cuando vivamos la Navidad todos los días.


Martes 31 de diciembre

Lectura del día: Ester 9:20-32

Días de gratitud

Toda familia, y cada provincia y ciudad, debía recordar y celebrar estos días en cada generación. Y estos días de Purim no debían dejar de festejarse entre los judíos, ni debía morir su recuerdo entre sus descendientes. Ester 9:28

H

oy es un día de gran fiesta en todas las naciones. Por todos los rincones del orbe sin importar credo, raza, idioma y nacionalidad, los seres humanos se reúnen para celebrar el inicio de un año nuevo. Países en guerra decretan tregua por este día y los ejércitos permiten a algunos soldados volver a casa para reunirse con sus familias. Por unas horas este convulsionado planeta parece vivir en paz y armonía. Aunque apenas iniciado el año, todos volverán a ser lo que han sido hasta hoy porque seguimos sin entender que la esperanza de un año mejor no consiste en beber un vaso de sidra y comer apresuradamente las 12 uvas mientras abrazándonos nos deseamos lo mejor. La verdadera esperanza es la de ese niño de Belén que vino a este pequeño planeta azul para rescatar lo que se había perdido y para dar su vida en rescate de toda la humanidad sin que faltara alguno. Sí los hombres pudiesen entender lo que en realidad pasó en la cruz del Calvario, su vida sería transformada y entonces sí cada día de su breve existencia estaría lleno de esperanza. En el texto que hemos leído encontramos la respuesta de una nación que estaba destinada a la extinción, pero gracias a un decreto a su favor, esos días de desasosiego y muerte fueron cambiados por días de fiesta y celebración. Su terror se transformó en gratitud, de manera que entre ellos mismos se enviaron presentes y compartieron alimentos y alegría. Tú y yo quienes nos decimos creyentes en Cristo, deberíamos adoptar una actitud de gratitud hacia Dios quien cambió el acta de los decretos que nos era contraria y la clavó en la cruz de Jesús para que esa pena de muerte fuera cambiada por una sentencia absolutoria. Tú y yo a quienes se nos ha garantizado una nueva vida en Cristo tenemos el gran privilegio de compartir a otros las buenas nuevas de salvación. No dejes pasar este día y regala a los demás la esperanza de un Feliz Año Nuevo.

¡Feliz año nuevo en Cristo!


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