Los atributos de Dios

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Ediciones Ginosko Año iii Número 11

“Cita

con

Dios”

es una publicación mensual gratuita

con un tiraje de 13,000 ejemplares. centro de alabanza y proclamación

Km. 6.5 Carretera Oaxaca-Tule (Deportivo Oaxaca) San Sebastián Tutla Oaxaca de Juárez, Oax. Reuniones dominicales: 10:00 am, 12:30 y 6:30 pm Martes: 7:00 pm Oficinas: 2ª Privada de Orquídeas No. 103, Col. Las Flores, C.P. 68050 Oaxaca de Juárez, Oax. Tel. 01 (951) 515 17 33 Tel. (951)518 48 78 www.familiacap.org Si deseas anunciarte en esta publicación, llama al 515 1733 (951) 135 36 75 Mario Mejía / (951) 135 36 76 Susana Lozano e-mail: susanloz@hotmail.com




Los atributos de Dios “Dios le contestó: -Diles que soy el Dios eterno, y que me llamo Yo soy. Diles a todos que yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, los antepasados de ustedes. Así que ve a Egipto y reúne a los jefes de Israel. Cuéntales que yo, su Dios, me aparecí ante ti, y que sé muy bien cómo sufren en Egipto.” Éxodo 3:14 (bls)

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l apóstol Pablo nos dice: -He dejado todo a fin de conocer a Jesucristo y el poder de su resurrección. El conocimiento de Dios es algo que el hombre ha intentado conseguir desde los comienzos de la humanidad y aunque en muchas ocasiones ha tratado de estudiarlo con la intención de entender el origen de todas las cosas, solamente se ha quedado en un conocimiento intelectual, más que una comprensión que viene como resultado de la intimidad con Dios. La verdad es que el conocimiento de Dios sin intimidad, se convierte en algo vacío que conduce a la religiosidad, pero el conocimiento basado en la intimidad con Dios es una relación que nos hace parecernos más a Él. En este mes estudiaremos algunos de los atributos de Dios que nos ayudarán a conocer más acerca de Su esencia, de Su grandeza, de Su sabiduría; pero el verdadero anhelo de mi corazón es que conozcamos más de Él por el tiempo que podamos pasar disfrutando de Su presencia. De esta manera aprovecharemos por partida doble las reflexiones de esta edición, primero, porque conoceremos intelectualmente algunos de los atributos de Dios, pero también, porque podremos experimentar la sensación de Su presencia, Su gracia y Su bendito amor, mientras pasamos tiempo a solas con Él cada día, hablándole y recibiendo más de Él. “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.” Apocalipsis 4:11

Pastor Elías Betanzos Luis Director General



Vie 1º de noviembre Lectura del día: 1 de Corintios 10:15-23

Advertencia “No, sino que cuando ellos ofrecen sacrificios, lo hacen para los demonios, no para Dios, y no quiero que ustedes entren en comunión con los demonios.” 1 Corintios 10:20 nvi

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l 31 de octubre marca el Año Nuevo de los celtas. Los celtas practicaban el ocultismo y los sacrificios humanos. Ellos creían que hasta el 31 de octubre reinaba Beltane, el dios celta de la primavera y el verano. Desde el 1º de Noviembre reinaba Samhain, el dios de la muerte. El 31 de octubre de noche, era un intervalo entre los dos reinados. Las barreras entre lo natural y lo sobrenatural dejaban de existir y los muertos aprovechaban para deambular por el mundo de los vivos, a veces interfiriendo violentamente sus asuntos. En este día, el dios de los celtas llamaba a los espíritus de los malvados que habían muerto en ese año. La noche del 31 de Octubre, era una noche de horror para el pueblo celta: podían ser atacados por demonios, y por los mismos sacerdotes druidas. Era el momento de los sacrificios humanos. Hombres, mujeres, ancianos y niños eran llevados a la fuerza y encerrados en grandes cajones de madera y paja. Allí los sacerdotes les prendían fuego. Luego de estos sacrificios, los sacerdotes tenían una comida de acción de gracias, junto a las cenizas. El 31 de Octubre es el día que esperan todos los satanistas y ocultistas del mundo entero para dar honor a Satanás y para pedirle la caída de la Iglesia de Cristo Jesús y la destrucción de las familias. Es la noche del sacrificio humano a Satanás. Es el mejor día del año para el reino de las tinieblas. Los cristianos no debemos seguir estas prácticas, pues Dios está totalmente en contra. Te invito a no adoptar estas celebraciones que la sociedad presenta con una máscara aparentemente inocente, cuando en el fondo se celebra a Satanás. Debemos sembrar en nuestros hijos la Palabra de Dios, para que cuando ellos sean grandes no se aparten de ella, y adoren al único Dios verdadero, a nuestro Señor Jesucristo. Ora en este día para pedir la protección de Dios en tu vida, tu familia y la Iglesia.

No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer.


Sábado 2 de noviembre

Lectura del día: Mateo 22:29-33

Dios de vivos “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.” Mateo 22:32

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os saduceos tienen un enfrentamiento con Jesús. Él los desafió con sus propias Escrituras. El historiador Josefo dice que los saduceos menospreciaban “la observancia de cualquier cosa excepto lo prescrito por la ley”. Es decir, que ellos sólo aceptaban el Pentateuco, rechazando el uso que hacían los fariseos de otras partes del Antiguo Testamento. Específicamente negaban la resurrección, porque aseguraban que no se enseñaba acerca de ella en la Torah, mejor conocida como la ley de Moisés, o sea los primeros cinco libros de la Biblia, que contenía los 613 mandamientos de los judíos. En esta discusión, Jesús llevó a los saduceos a su propio terreno. Les citó Éxodo 3:6, las palabras de Dios a Moisés ante la zarza ardiendo e hizo la aplicación: Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Si en el tiempo de Moisés, Dios era el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, que ya habían muerto desde hacía mucho tiempo, era clara la implicación de que ellos estaban vivos en un estado de inmortalidad, aunque ya no anduviesen sobre la Tierra. Dios que llamó a estos hombres del pasado sus amigos, no les dejaría en el polvo, les resucitaría porque les ama hasta hoy. Al Dr. Billy Graham le preguntó un reportero, con sarcasmo y tratando de poner en ridículo la fe del predicador del Evangelio: “¿Cómo puede probar que el Dios en el que usted cree y predica es un Dios vivo?” A lo que inmediatamente contesto el evangelista: “Por supuesto que es un Dios vivo. Yo acabo de platicar largamente con Él esta mañana”. Agradece a Dios por haberte permitido tener a un Cristo, tu Salvador y Señor, que fue resucitado de entre los muertos, que está vivo a la diestra del Padre, intercediendo por nosotros. Y que vendrá por segunda vez, para llevar al Cielo a su pueblo.

No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer.


Lectura del día: Génesis 12:1-5

Domingo 3 de noviembre

Éxito alcanzado “Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron.” Génesis 12:5

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n Génesis hay dos historias que llaman nuestra atención. Son dos familias, con propósitos bien definidos, con metas muy claras, con objetivos específicos. La primera se encuentra en Génesis 11:31-32, es la historia de Taré y su familia. Taré fue padre de Abram, cuando Dios todavía no lo nombraba Abraham y también fue tío de Lot. Salieron de Ur de los Caldeos con la meta de llegar a Canaán, pero solamente llegaron hasta Harán. Allí murió Taré, cuando había cumplido doscientos cinco años y el viaje quedó a medias, sin que el objetivo propuesto se cumpliera. La segunda historia es la de Abraham, que en Génesis 12:5 se resume diciendo: “…y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron”. En esta segunda historia el plan se cumplió, la meta se logró, el objetivo fue alcanzado. Ambas historias se repiten en nuestro andar en la preparación académica y en la vida empresarial. Junto con nosotros inician un ciclo de estudios una buena cantidad de estudiantes y vemos claramente, que allí están los “Taré” y los “Abraham”, los que lamentablemente se quedarán a mitad del camino y están los que pagarán el precio del esfuerzo, dedicación y estudio, y que logran llegar al final de la carrera. Lo mismo puede suceder en los negocios. Un amigo inició la edificación de su casa, pero por no haber planeado adecuadamente los gastos de material y mano de obra, se quedó a mitad de la construcción. Han pasado varios años y no ha podido continuar con esta obra material, que era el sueño de su vida. Pidamos a Dios que nos ayude a todos a alcanzar cada meta propuesta en la vida y para llegar con fidelidad a la meta final en la vida cristiana.

No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer.


Lunes 4 de noviembre

Lectura del día: Salmos 139:1-6

Dios Omnisciente “Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantar me; has entendido desde lejos mis pensamientos.” Salmos 139:1

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n la cotidianidad, las personas se expresan sobre cómo es Dios, que va, desde ser un bonachón hasta un Dios tirano. Desde un dios chiquito que puede meterse en una cartera hasta un Dios tan grande que por lo mismo es inaccesible. Pero Dios no es según la forma que cada quien lo concibe, sino que Dios es como Él mismo dice que es. Dios es un Dios que conoce todas las cosas. Esto se llama Omnisciente, quiere decir que conoce todo. No se refiere solamente a que sabe cómo se transmite la información genética a través del adn, o si hay humedad en Marte, sino que lo mejor del conocimiento de Dios es que no es impersonal, sino que es un conocimiento que tiene que ver con nosotros. Conoce a los seres humanos, te conoce a ti y me conoce a mí, conoce todo acerca de nosotros y aun el número de los cabellos que tenemos en la cabeza (Mateo 10.30). Estos primeros 6 versos del salmo 139, nos dice mucho acerca del conocimiento de Dios • Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Oh Señor, me has traspasado con tu mirada y has escudriñado mis motivaciones interiores. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme. (Conoce aún lo más trivial). • Has entendido desde lejos mis pensamientos. (Conoce lo que pensamos). • Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. (Conoce lo que hacemos). • Aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Conoce todo lo que hablamos. Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. (Dios sabe de lo que tenemos necesidad). Esta es una canción, es un poema en donde el autor, el rey David, llega al clímax (6) y hace una declaración final. Es tan grande todo esto que no lo puedo comprender. El conocimiento que Dios tiene de nosotros es tan grande que el rey David dice que no lo puede comprender. Lo que logramos obtener de todo esto es de verdad yo le importo al Señor. Ese es el Dios que yo quiero tener, un Dios a quien le importo.

No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer.


Lectura del día: Romanos 8:26-32 Martes 5 de noviembre

El poder de la oración

“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” Romanos 8:26

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enemos que reconocer que es el Espíritu Santo quien nos impulsa y capacita para la oración, aunque muy seguido pasamos por alto el hecho de que el mismo Espíritu Santo nos ayuda cuando somos incapaces de pronunciar palabras al orar. Hay ocasiones en que el dolor, la angustia, la tribulación nos incapacita para dirigirnos a Dios en oración, y es allí en donde el Espíritu “conforme la voluntad de Dios intercede por los santos” (8:27) y el Señor que escudriña nuestra vida, conoce nuestras oraciones conscientes y las que están en lo profundo de nuestro corazón en forma de deseos, anhelos o sueños, que no encuentran las palabras adecuadas para expresarse. También reconocemos que el Espíritu de Dios utiliza la naturaleza del creyente como templo en el cual ofrece sus oraciones de intercesión (1 Corintios 6:19).

Nuestra vida consciente, a la que debemos prestar atención y cuidar intencionalmente, debe ser considerada como “Santuario del Espíritu Santo”. El área inconsciente es guardada por nuestro Señor, cuando hemos dejado en sus manos nuestra vida total.

Podríamos nombrar a muchas personas en quienes hemos visto la respuesta a nuestras oraciones en forma de salud, solución a los problemas, restauración de la familia, transformación de la vida, etc. Dios, en su infinita misericordia, va agregando cada día nuevos nombres a la lista, de tal manera que se vuelven nuestros motivos de gratitud al Dios, “cuyo oído está atento al clamor de su pueblo”. Agradece a Dios por el poder maravilloso de la oración personal. Agradece a Dios y gózate con el testimonio de aquellos que de manera notable han recibido una respuesta esta semana.

No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer.


Miércoles 6 de noviembre

Lectura del día: Salmos 139:7-12

Un Dios Omnipresente “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?” Salmos 139:7

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ay tantas personas que sinceramente viven confundidas y piensan ¿Cuál es el Dios verdadero? ¿Qué Iglesia tiene el copyright del Dios verdadero? La Biblia, que es el libro que Dios nos dejó, nos dice cómo es Él. Además de ser un Dios que conoce todas las cosas, es un Dios que está en todos lados, lo que se entiende como un Dios omnipresente. El rey David escribe de una forma magistral sobre la presencia de Dios, pero el inicia presentándolo desde el punto de vista negativo. • No puedo huir de ti. El rey David dice: si tuviera la capacidad de ir al Cielo o me fuera a las profundidades de los sepulcros; si junto con la mañana me fuera ahí en donde el sol nace, ahí estás tú. No puedo huir de ti. • Aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Pero el rey David cambia de negativo a positivo reconociendo que el hecho que Él esté en todas partes no es una calamidad sino que también quiere guiarnos, nos quiere asir. Otra forma como se traduce este verso es: “Aun allí me alcanzaría tu mano; ¡tu mano derecha no me soltaría!” • El Dios que estás buscando es un Dios que está cerca pero para tener comunión. El asunto no es que Él está solamente, sino el hecho importante que Él está y quiere tener una comunión con nosotros y quiere ser nuestro amigo. Cuando hablamos de la omnipresencia de Dios no estamos hablando del lenguaje deportivo hiperbólico. La omnipresencia de Dios es una verdad precisa, dondequiera que esté ahí está Dios, cualquiera que sea el pasillo en que se encuentre no importa cuán largo oscuro o amenazante, Dios está contigo. Ahora hay sistemas muy avanzados de localización (gps) y aun con todo eso, por muy inteligentes que sean los sistemas siguen siendo limitados, ya que hay formas de burlarlos. No hay cómo podamos extraviarnos de Él. Nuestro Dios es un Dios siempre presente.

No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer.


Lectura del día: Lucas 15:20-24

Jueves 7 de noviembre

Festeja la vida “Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.” Lucas 15:23-24

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n la triple historia de Lucas 15, los finales son motivo de festejo, de alegría, de regocijo. El pastor que perdió su oveja dijo: “Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se me había perdido”. La mujer reunió a sus amigas y a sus vecinas y les compartió: “Gozaos conmigo, porque he encontrado la moneda que se me había perdido” y el padre del joven que se había perdido y que por sus errores había malgastado todo, al volver éste arruinado, avergonzado y arrepentido, dijo “Comamos y hagamos fiesta, porque este mi hijo muerto era y ha revivido, se había perdido y es hallado. Y comenzaron a regocijarse”. Seguramente, el padre que movido a misericordia corrió, se echó sobre su cuello y lo besó, estaba celebrando que su hijo estaba “dejando ir el pasado y comenzando una nueva vida”. Esta experiencia tiene dones maravillosos que podemos recibir con agradecimiento. Ese día en que Roberto salió de la cárcel en donde había purgado una condena de varios años, supo que Dios le estaba dando una nueva oportunidad de “comenzar de nuevo” y la aprovechó. Lo primero que hizo fue ir a dar gracias a Dios a una Iglesia cristiana y pidió al pastor que le inscribiera en los cursos de discipulado inicial que allí ofrecían. Poco tiempo después se encontró sirviendo a Dios en uno de los ministerios de la congregación, feliz de haber “dejado ir el pasado y haber comenzado de nuevo”. Nosotros, también, hoy podemos “dejar ir el pasado con todos los errores que hemos cometido” y celebrar porque tenemos un nuevo día que significa un nuevo comienzo. Celebra hoy el pertenecer a un reino que incluye abundancia de amor, de paz y de buena voluntad. Festeja la oportunidad de corregir aquello que hemos hecho mal y que nos ha afectado tanto. Bendice a Dios por este nuevo principio, este nuevo comienzo, la nueva vida que nos da.

No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer.


Viernes 8 de noviembre

Lectura del día: Salmos 139:13-18

Un Dios Omnipotente “Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien.” Salmo 139:13-18

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l Dios de la Biblia no es sólo aquel que sabe todas las cosas, o aquel que está en todo lugar, sino aquel que puede hacer todas las cosas, es todopoderoso o dicho de otra manera es un Dios omnipotente. • Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Dios nos estaba tejiendo, y estuvo al pendiente de nosotros, Él nos hizo. Nadie puede crear la vida. Todo lo que se hace en la genética es a partir de células que ya existen, de alguna forma de vida por pequeña que sea, pero la vida nadie la puede hacer, ni perpetuar. Pero el poder de Dios es tan grande que a pesar de tantísimos peligros por el que pasa el cigoto él lo hace germinar hasta que se forma el bebé. • Maravillosas son tus obras. El poder de Dios es ilimitado. Los naturalistas o ateos le llaman la Madre Naturaleza, pero nosotros sabemos que detrás de la naturaleza hay una mano perfecta que mueve y sincroniza todas las cosas. Las obras de Dios son tan grandes y maravillosas… • …en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas. El rey David proclama que Dios conocía el fin desde el principio, sin que por eso tuvieran que pensar que Dios era quien había predeterminado ese fin. El hombre moderno, plenamente convencido de su libertad de elección, puede encontrar consuelo en la idea de que nada toma a Dios por sorpresa. Sabe el futuro que a nosotros nos resulta oculto y por lo tanto puede guiarnos en los caminos no trazados si estamos dispuestos a seguir su liderazgo. Un Dios de poder busca personas que quieran vivir en ese poder. Tú puedes vivir en el poder de Dios no sólo después de un día domingo cuando la celebración estuvo muy emotiva, sino que Dios, a través de su Espíritu Santo, te quiere capacitar para vivir una vida en el Espíritu.

No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer.


Lectura del día: Hechos 12:1-7

Sábado 9 de noviembre

Cuando la Iglesia ora “Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.” Hechos 12:5

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i hiciéramos una lista personal del resultado de la oración, esta disciplina espiritual que nos comunica con Dios por medio y en el nombre de Cristo y que trae bendiciones extraordinarias, seguramente sería interminable. Sobre todo si un buen grupo de creyentes nos ponemos de acuerdo y clamamos a Dios podríamos ver que muchas personas se convierten a Cristo, se abren nuevas puertas para la predicación del Evangelio, se levantan los obreros y van a los campos donde hay necesidad, los predicadores expresan con poder y sencillez la Palabra de Dios, se suplen las necesidades en la obra del Señor, se fortalecen los recién convertidos, reinan la paz y el gozo entre los hermanos, se frustran las tretas y artimañas del enemigo de nuestra alma, los hermanos diezman y ofrendan generosamente, se llevan a cabo grandes obras de bien social y espiritual, se mantiene viva la llama de la fe entre los cristianos, se resuelven los grandes problemas, entre muchas otras. Y cuando la Iglesia ora, se vuelve victoriosa, creciente, con el contentamiento del Señor, da buen testimonio en la comunidad, está siempre unida y bien fortalecida, responde a todas las necesidades, es amada por todos los que la conocen, es una Iglesia digna de llamarse así. Herodes había echado mano de algunos líderes de la naciente Iglesia cristiana, entre ellos a Pedro, y había asesinado a espada a Jacobo, hermano de Juan. Mientras Pedro estaba encarcelado, la Iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él y el Señor contestó enviando un ángel para liberarle. Ni ellos mismos creían que la respuesta había sido rápida y contundente. Inclusive la reprensión y el juicio de Dios hicieron que Herodes muriera comido por gusanos. Pidamos a Dios que nos conceda la oportunidad de participar en las reuniones de “Cielos Abiertos” y en toda reunión de oración a la que seamos convocados. Los resultados de una Iglesia que ora son maravillosos.

No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer.


Domingo 10 de noviembre

Lectura del día: Éxodo 3:1-6

Disposición “Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.” Éxodo 3:4

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uando Dios nos habla, a veces reaccionamos de una manera confusa, como sumergidos en una neblina, sin dar una respuesta adecuada. La contestación de Moisés a Dios indica que sabía exactamente dónde estaba, y que tenía una total disposición. Estar dispuesto significa mantener una relación adecuada con Dios, conscientes de nuestra situación. Cuando escuchamos con atención y tenemos disposición de obedecer, llega el llamamiento y alcanzamos el premio. Estamos listos para decir “Aquí estoy”, dispuestos para tomarnos de la mano del Señor, sabiendo que podemos servirle en el anonimato, cumpliendo deberes pequeños o grandes, trabajos agradables o desagradables, visibles o no notorios, sin diferencia alguna. Nos ajustamos a los planes de Dios. Como actitud personal, disposición se refiere a la voluntad o deseo que demuestre o tenga una persona para hacer las cosas que se le indiquen, pidan u ordenen. En la milicia, por ejemplo, la disposición de cada soldado es la de obedecer a sus superiores, sin hacer preguntas o presentar argumentos para no hacerlo. La disciplina militar les ha preparado para poner en primer lugar el bien común, que sus intereses personales. Se dice que Alejandro el Grande tenía un ejército tan leal y obediente, que en una ocasión les ordenó marchar en una montaña en la que al llegar a lo más elevado había una barranca profunda, en donde fueron cayendo los soldados, hasta que él ordenó hacer alto. Estaban dispuestos a obedecer las órdenes de su general, aun cuando esto significara perder la vida. Mantente alerta para las visitas repentinas y sorpresivas de Dios. Una persona dispuesta nunca necesita prepararse, ya está preparada para responder adecuadamente a Dios. El Señor te dará indicación clara del ministerio en el que desea que puedas servirle a Él y a tu prójimo.

No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer.


Lectura del día: Salmos 90:1-8

Lunes 11 de noviembre

Dios Eterno “Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.” Salmos 90:2

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uando Moisés fue llamado por Dios para liberar a Israel de Egipto, Moisés le dijo a Dios: Cuando me pregunten: Quién te ha enviado, ¿Qué les diré? Dios le contestó: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. Éxodo 3:14 Dios se presentó a Moisés con un nombre que es un verbo: yhwh (De donde viene yahwe o jehová, tenemos que recordar que el hebreo no tiene consonantes) que se conoce como Tetragramaton; el verbo ser en infinitivo. Es por eso que Dios le dice a Moisés que respondiera: Yo soy me envió a vosotros. Más tarde Juan el apóstol lo repetiría con gran elocuencia. Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso. Apocalipsis 1:8 Cuando hablamos de “eternidad” estamos hablando de “notiempo”. El tiempo es en sí mismo “cambio”, medición de movimiento. El tiempo comenzó con la creación del universo cambiante. Dios no cambia, todo lo creado cambia. Es debido a nuestra inteligencia y lenguaje limitadísimos que tenemos que hablar de pasado, presente y futuro de Dios: decimos, por ejemplo, “Dios siempre fue y siempre será”. O bien, “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre”. Pero, en realidad, estrictamente hablando, en Dios no hay ni pasado ni futuro. Dios es Eterno porque no cambia, porque es Inmutable. Para Dios, no hay sucesión de tiempo, ni medición de duración. Para Dios hay sólo un “eterno presente”. Dios simplemente “es”. Si Dios es eterno, entonces nunca hubo un momento en que Él no existiera. También significa que Dios nunca dejará de existir. Dios no tuvo principio, ni tendrá fin. El medir nuestro tiempo con reloj de la eternidad, nos hace pacientes para esperar el momento del Señor. Dios nos atiende y nos sacia en el momento que más nos conviene, no cuando nosotros creemos que debe ser. De allí que San Pedro dijera: Delante del Señor, un día es como mil años y mil años son como un día. 2ª Pedro 3:8.

Si hacemos el bien por interés, seremos astutos, pero nunca buenos.


Martes 12 de noviembre Lectura del día: Ezequiel 34:11-26

Gracias a Dios por el orden “Haré que ellas y los alrededores de mi colina sean una fuente de bendición. Haré caer lluvias de bendición en el tiempo oportuno.” Ezequiel 34:26 nvi

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a profecía de Ezequiel no sólo cambia la escena, sino también el tema, el tenor, la atmósfera y el espíritu. Ya no encontramos profecías contra las naciones extranjeras, sólo algunas en los capítulos 36, 38 y 39. Ahora el hombre de Dios se dirige al pueblo de Israel. El tema de las cosas futuras ya no es condenación, sino restauración y esperanza, visión interior y visión del futuro. Y todo esto vendrá bajo un buen pastor, que de manera mesiánica se refiere a la venida de nuestro Señor Jesucristo, del linaje de David. La reprensión de Dios viene a los reyes, los príncipes, los magistrados, los sacerdotes y los levitas, a quienes llama pastores infieles, quienes no han buscado a las ovejas perdidas, como lo haría en días venideros Cristo, el Buen Pastor, sino además han afectado a la naturaleza con sus acciones. Qué alegría saber que el Espíritu de Dios se mueve en nosotros y en otros, en los acontecimientos de nuestra vida y en todo lo creado, como amor incondicional. Este amor incluye el orden divino, que mantiene a todo el planeta en su lugar en el universo, a la vez que es la fuerza que guía nuestras vidas. Hermosas y bienhechoras son las cosas que Dios promete hacer con su rebaño, convirtiéndose Él mismo en su Buen Pastor en el Mesías prometido que vendría. Se incluye en la bendición el orden y la belleza de todo lo creado para recreación nuestra, el nuevo Israel. Su colina, que puede referirse al monte Sion, sobre el cual había estado el templo, se volvería una fuente de bendiciones. Se habla ahora de arroyos y valles, en lugar de desiertos. Esta semana toma un breve tiempo para mirar el cielo en una noche clara, esto te hará recordar que somos parte de un todo mayor. Somos uno en un universo al que Dios ama y cuida. Agradezcamos a Dios que todavía tiene su mano extendida a favor de nosotros sus criaturas.

Si hacemos el bien por interés, seremos astutos, pero nunca buenos.


Lectura del día: Salmos 33:1-11 Miércoles 13 de noviembre

Un Dios Inmutable “El consejo de Jehová permanecerá para siempre; los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.” Salmos 33:11

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anta Teresa de Jesús, en su poema: La eficacia de la Paciencia, dice: Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda; deja presente la inmutabilidad de Dios, atributo que significa que Dios no experimenta cambio de ningún tipo, que es siempre el mismo. Que es inmutable. Malaquías 3:6 dice: Porque yo Jehová no cambio…, y Santiago 1:17 dice: Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. Es importante para nosotros reconocer este atributo de Dios y saber que no cambia porque esta característica expresa que la persona de Dios es estable en el sentido que sus atributos y características han sido y serán los mismos por la eternidad. Que es el mismo Dios del Antiguo y del Nuevo Testamento y que hoy en día. Dios es siempre el mismo; ama la virtud y detesta, como siempre, el pecado. Cuando perdona y ama al pecador arrepentido, es el pecador el que cambia, no Dios. Cambia la cultura, y en consecuencia la comprensión de Dios; cambian las instituciones y sus valores; cambia el conocimiento y la aprehensión de Dios, pero Dios es, ha sido y será siempre el mismo. Inmutable no significa que nada lo mueve de sus decisiones, sino que nada hay que lo pueda mover de su carácter. Las oraciones, lo vemos en las Escrituras, pueden mover el corazón de Dios, no su persona. Mueven sus designios pero nunca su santidad ni sus valores, que entre los más altos se encuentra su amor por ti y por mí, Amor infinito e inmutable “…sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto”. Deuteronomio 7:8.

Si hacemos el bien por interés, seremos astutos, pero nunca buenos.


Jueves 14 de noviembre

Lectura del día: Juan 15:12-17

Amigos elegidos “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros…” Juan 15:16

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ómo sería si los cristianos nunca pensaran en las consecuencias de ser amigos de gente que otros rechazan? Creo que sería maravilloso. Pero con frecuencia nos preocupa que los demás nos desprecien si nos hacemos amigos de los que el grupo exclusivo desprecia. Quizá uno de tus mayores temores es que te vean con gente marginada. Créelo o no, Jesús luchó contra la enorme presión de andar con el núcleo exclusivo. Siendo un maestro judío, se suponía que sólo tenía que ser visto en compañía de otros maestros y de gente realmente religiosa. Un grupo llamado los fariseos estableció reglas especialmente duras acerca de la gente apropiada y la gente inapropiada con quien asociarse. Pero Jesús arrasó con el código de ellos. Comió con los cobradores de impuestos. Tocó a un leproso. Le habló a una mujer samaritana, una prohibición doble porque era extranjera y también mujer. Llegó a conocer todo tipo de gente del grupo de los despreciados. Como resultado, Jesús fue llamado “amigo de publicanos y de pecadores” (Lucas 7:34). Pero Jesús no hizo caso al menosprecio de los fariseos. Al final de cuentas, muchos de sus amigos más fieles eran del grupo de los despreciados. Mateo, un aborrecido cobrador de impuestos, fue uno de sus doce apóstoles. Y María Magdalena, una mujer a quien Jesús había liberado de siete demonios, fue una de las pocas que no lo abandonaron durante la crucifixión.

Amar a todos como Dios ordena significa brindar nuestra amistad a los que quizá no son aceptados por los demás. Amar significa brindar nuestra amistad del modo que Jesús nos brindó la suya. Al final de cuentas, Jesús nos escogió para ser sus amigos; y en realidad no somos perfectos, ¿no es cierto?

Si hacemos el bien por interés, seremos astutos, pero nunca buenos.


Lectura del día: Isaías 6:1-7

Viernes 15 de noviembre

Dios es Santo “Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.” Isaías 6:3

E

l concepto de la santidad de Dios lo encontramos en la Biblia desde el principio. La esencia de Dios es santidad. Lo vemos a lo largo de sus intervenciones en el Antiguo Testamento: Cuando dio las leyes y estableció Su pacto; lo vemos durante la historia de los jueces y los reyes; los profetas resaltan majestuosamente esta característica en relación a las expectativas que Dios tenía y tiene de su pueblo. Más que un atributo, debemos reconocer que la santidad es su naturaleza misma. Cuando hablamos de la santidad de los hombres o de las cosas, se entiende santidad como una relación, es decir: algo es santo en relación a, no tanto una propiedad o cualidad. Por ejemplo si decimos que un objeto, lugar, día o persona es santo o santificado, quiere decir que está asignado o separado para Dios, porque Dios es la fuente de todo lo que es santo. Todo lo que es santificado, ha sido porque ha estado en contacto con Dios. Es una relación más que una cualidad. Pero en el caso de Dios, cuya santidad es parte de su naturaleza, le distingue: • Majestuosidad. No hay nada más grande y maravilloso que Él • Poder radiante. Su luz y gloria opacan cualquier brillo, tan grande que es la forma cómo Dios se revela en las Escrituras, y al mismo tiempo el lugar donde se oculta. • Pureza absoluta. Una completa y total separación y libertad de todo lo que deforma Lo maravilloso de todo esto es que aun en medio de su santidad eso no lo hace distante ni ajeno al género humano. Sus expectativas para nosotros es que seamos santos como Él es (1 Pedro 1:16); sin embargo, aunque no estemos a la altura de su santidad, condesciende a habitar entre nosotros sin que eso lo contamine, antes bien, su presencia nos capacita para presentarnos delante de Él. No es alguien que su pureza lo aparte del ser humano, antes bien su pureza le hace acercarse a nosotros y en consecuencia ser purificados por Él.

Si hacemos el bien por interés, seremos astutos, pero nunca buenos.


Sábado 16 de noviembre

Lectura del día: Salmos 37:1-7

El silencio de Dios “Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades.” Salmos 37:7

E

n cinco ocasiones por lo menos, el salmista nos habla del silencio. En 37:7 el mandato es a esperar en Dios. En 39:2 el no testificar de lo bueno en el tiempo de la espera, hizo mayor su dolor. En 83:1 el silencio se vuelve angustia, por no poder ver la acción de Dios a favor del salmista. En 94:17 aparece el reconocimiento de que si no tuviera la ayuda de Dios, su alma moriría y en 115:17, reflexiona en que en la muerte no hay alabanza a Dios, que es ahora, mientras vivimos que debemos hacerlo. Te preguntaría: ¿Te ha demostrado Dios su confianza por medio del silencio –Un silencio lleno de significado? Los silencios de Dios, a veces son sus respuestas. Otras, son una señal de que te está dirigiendo hacia una comprensión hermosa de su presencia, una revelación mayor para tu vida. Lo maravilloso acerca del silencio de Dios es que su quietud es contagiosa, te impregna y te lleva a permanecer totalmente confiado, de manera que puedas decir con sinceridad: “Sé que Dios me ha escuchado”. El silencio es la prueba misma de que así ha sido. En otras ocasiones, nuestro Señor Jesucristo te lleva a la más alta comprensión de que la oración callada es para la glorificación de su Padre Celestial, y es entonces que te dará la primera señal de su intimidad: el silencio. Me cuenta un pastor amigo que estaba pasando por un problema, al que no le encontraba solución humana. Se postró delante de Dios en oración silenciosa. No recibió ninguna respuesta evidente, pero se mantuvo en adoración a Dios sin palabras. Cuando se levantó, después de un tiempo de rendición total, tuvo la certeza de que Dios intervendría, como días después lo hizo y se lo agradeció alabándolo. De cuando en cuando nuestro silencio y el silencio de Dios se encuentran, volviéndose una experiencia maravillosa de aprendizaje sin palabras. Hoy ora a Dios sin decir nada, adórale en el silencio.

Si hacemos el bien por interés, seremos astutos, pero nunca buenos.


Lectura del día: Marcos 2:13-17 Domingo 17 de noviembre

Cambia tu enfoque “Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de un médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.” Marcos 2:17

U

n domingo en la mañana, dos jóvenes adolescentes entran al culto y toman asiento. No usan exactamente lo que llamaríamos ropa dominguera. Desde el cabello peinado en punta hasta la suela de sus botas militares, están vestidos con pantalones muy entubados, cadenas y cuero negro. Después de la reunión el pastor saluda a los jóvenes. A pesar de su alarmante ropa, sus rostros irradian alegría. El pastor se entera que son nuevos creyentes, que recién han superado una adicción a las drogas. Les da la bienvenida, y les da datos sobre las actividades de las cuales pueden participar para desarrollar su nueva vida en Cristo. Al día siguiente, el pastor recibe varias llamadas y correos electrónicos de miembros enfurecidos: “¿Quién era esa gente?” “Espero que no los haya invitado a las actividades juveniles”. ¿Quién hubiera pensado que te podías meter en líos si aceptabas a Cristo, dejabas de consumir drogas, pero te olvidabas de comprarte ropa nueva antes de ir al templo? Para aquellos hermanos, las apariencias fueron más importantes que las personas. Ser creyente significa que siempre debes poner primero a las personas. Jamás ha habido alguien que se interese más por las personas que Jesús. Él enseñó, sanó, bendijo, vivió, sangró y murió por los seres humanos. Destacó de qué manera los religiosos habían convertido al Antiguo Testamento en reglas frías impersonales en lugar de instrucciones sobre cómo amar a Dios y al prójimo. Si sólo tenemos amigos creyentes y sólo asistimos a eventos cristianos, nos estamos perdiendo totalmente la oportunidad de vivir como Jesús, centrando nuestra atención en nuestro prójimo. Los críticos de Jesús parecían no querer contagiarse de sus pecados. Pero observa nuevamente a tu Señor. ¿Por qué pasaba tanto tiempo con los pecadores? Para contagiarles de su amor.

Si hacemos el bien por interés, seremos astutos, pero nunca buenos.


Lunes 18 de noviembre

Lectura del día: Marcos 9:21-26

El sueño posible “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.” Marcos 9:23

A

lgunos de nosotros nos consideramos soñadores. Muchos de nuestros sueños se han cumplido, mientras que otros aún no. Y estamos conscientes de que tenemos sueños imposibles de hacerlos realidad, por nuestros propios recursos. Y la enseñanza de la Palabra de Dios es que toda esperanza y todo sueño son posibles si creemos en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Cuando establecemos objetivos, debemos darle gracias a Dios por darnos la visión y la prudencia de reconocer las posibilidades que tenemos. Tenemos que pensar que podemos hacer lo que nos propongamos. Dice un dicho popular que, “Un viaje de mil kilómetros comienza con un solo paso”, y al establecer nuestras metas, hemos dado el primer paso para la realización de nuestros sueños. El padre del muchacho lunático que Marcos nos comparte, declaró su fe en Dios y pidió ayuda en su incredulidad (9:24). Recibió la liberación de su hijo, por el cual clamó con fe. No tengamos miedo de soñar, sobre todo los sueños de Dios. Y creer que se harán realidad. El padre de Jorge Alberto nunca había viajado en avión. Un día que quiso visitar a algunos familiares en otra ciudad, a pesar de que le pidió que le comprara boletos en tren, se los compró para viajar por avión. Varios de los familiares fueron al aeropuerto para despedir a Don José y ayudarle a hacer el trámite de aduana, migración y todo lo demás. Sus ojos se llenaron de lágrimas al agradecer a su hijo por hacerle realidad su sueño. Quizá la actitud del hijo hubiera sido la de pedirle perdón por haberse tardado en darle ese regalo. Si tu papá o tu mamá viven, sería bueno que esta semana les preguntaras sobre sus sueños y hacer el esfuerzo de cumplirles por lo menos uno. Al final de cuentas, ellos te cumplieron los tuyos cuando fuiste niño.

El conocimiento habla, pero la sabiduría escucha.


Lectura del día: Filipenses 1:3-6

Martes 19 de noviembre

Dios se merece el mérito “Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.” Filipenses 1:6

¿C

ómo reaccionas cuando alguien te elogia? Quizá hayas notado que es fácil caer en uno de dos extremos. El primero es la humildad falsa. Si alguien te elogia por un solo que cantaste, niegas tus logros diciendo algo como: “No, no, no, canto horrible”. Pero todos los que te oyen saben que por dentro estás gritando: “¡Dímelo otra vez! ¡Dime qué bien lo hice! El otro extremo es la arrogancia. Coincides con los elogios al punto de presumir. Alguien dice una cosa linda y tú le recuerdas de 20 cosas más que haces bien. Eres como el jugador de fútbol que mete un gol, empieza a correr y saltar, levanta los brazos hacia el público para que le sigan aplaudiendo y vitoreando. Aquí va una manera más adecuada de manejar un elogio: empieza por preguntarte si realmente lo mereces. Si el mérito le corresponde a otro, no dejes de decirlo. Si eres tú quien se lo merece, sencillamente responde: “Muchas gracias”. Es más, cuando recibas un elogio, susúrrale tu agradecimiento a Dios. No tienes que expresarlo en voz alta. Pero en tu corazón le puedes decir a Dios que sabes el origen de tus asombrosos dones y talentos, de tu buena apariencia y tu gran personalidad. Dios es el que se merece el mérito de todo lo que logras, ya que es Él quien está obrando en ti. De principio a fin eres obra de Dios. Y por más maravilloso que seas, no has alcanzado todo tu potencial. Dios te hizo como una rosa. Sin cuidados, la rosa nunca llega a ser todo lo que puede ser. De hecho, las rosas no cuidadas permanecen pequeñas y espinosas. Pero a medida que un maestro jardinero cuida la rosa, ésta crece y llega a ser aún más hermosa. Llega a ser todo lo que es capaz de ser. ¡Ese es el plan de Dios para ti!

El conocimiento habla, pero la sabiduría escucha.


Miércoles 20 de noviembre Lectura del día: Romanos 6:11-17

El peso del pecado “Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.” Romanos 6:11

E

l tema principal que el apóstol Pablo trata en el capítulo 6 de Romanos es: La santidad y la libertad del pecado. Lo subdivide en presentar el problema, la promesa, la provisión, el propósito, la posesión, el producto y la perspectiva, de acuerdo al Dr. W. T. Purkiser. Lo que el apóstol presenta es que el ser humano es justificado delante de Dios por la fe, cuando se reconoce pecador, pide perdón y acepta a Cristo como su Salvador personal. Teniendo una nueva naturaleza en Cristo, el hombre es liberado del dominio del pecado y está capacitado para vivir la vida de santidad. La justificación viene a ser la realidad básica sobre la cual descansa la vida cristiana. Significa que el creyente, por medio de la fe en Cristo, ha recibido la nueva justicia que viene de Dios. La santificación describe la obra total del Espíritu Santo en su transformación del creyente en la imagen del Hijo de Dios. Empieza en la justificación, continúa como crecimiento en la gracia, llega a la entera santificación, extendiéndose a todas las áreas de existencia humana y después, hay un continuo crecimiento en la gracia de Dios, hasta la glorificación. —Un predicador acababa de invitar a sus oyentes a buscar de Dios, cuando un joven exclamó— «Usted habla del peso del pecado. Yo no lo siento, ¿Cuánto pesa? ¿Veinte kilos, cien kilos?» «Dígame» —le pregunto el predicador— «Si usted pusiera un peso de cien kilos sobre el pecho de un hombre muerto, ¿Lo sentiría él?» «No, ya que está muerto» —Contestó el joven. El predicador prosiguió— «Pues bien, el hombre que no siente el peso del pecado está espiritualmente muerto.» Agradece a Dios que ya no estás bajo el poder del pecado, que ahora vives en la fe en Cristo Jesús y que el pecado no se enseñorea de ti, pues ya no estás bajo la ley, sino bajo la gracia.

El conocimiento habla, pero la sabiduría escucha.


Lectura del día: Juan 1:1-12

Jueves 21 de noviembre

Dios infinito

“Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono.” Juan 1:4

D

ios es infinito, por lo que se refiere tanto a la carencia de límites como a su carácter inagotable. Lo infinito carece de límite en cualquier línea u orden que se considere, entendemos entonces que Dios carece de límite en todos los órdenes. Es infinito en sus perfecciones, por lo que no tenemos la capacidad para precisar sus características y atributos totales. Su naturaleza es infinita de tal forma que lo que apreciamos de Él es una pequeña parte de lo que Él es, ya que no hay nada que le pueda poner fin, nada que lo limite desde afuera. Es infinito porque contiene en acto todas las perfecciones posibles y del modo mejor posible, por lo que se refiere a la extensión y a la intensidad. Si es infinito, es inagotable. Entendemos por inagotable aquello que no puede ser igualado por ningún ser de distinta naturaleza, por más que se acreciente indefinidamente. Es inagotable su amor, su misericordia y su perdón. Su amor no tienen límites y su conocimiento de las cosas está hasta lo sumo. Dios mora en un modo de ser completamente ajeno a nosotros, enteramente por encima de nosotros y separado infinitamente de nosotros, con todo, es Emanuel, Dios con nosotros. Dios no es material; Él no habita en la materia. No es espacial; no habita en el espacio. No es temporal; no habita en el tiempo. No es una criatura; es Creador. Dios existía antes que cualquier criatura existiera. Pretender explicar a Dios con conceptos humanos representa la dificulta de querer reducirlo a explicaciones; aun con ese riesgo, es importante reflexionar en quién es Él, porque no somos nosotros ni las circunstancias los que deciden quién es, sino qué dicen las Escrituras de Él. Por otro lado, bien sabemos que según sea el Dios en quien creemos, es el Dios con quien nos vamos a relacionar e interactuar y esperar de su intervención. A medida que empezamos a conocer al Dios Infinito, podemos desarrollar una relación con Él, en lugar de sólo saber acerca de Él. Él es omnisciente y todopoderoso. Es soberano y supremo. Es un Dios bueno, misericordioso y amoroso. Conocerlo personalmente puede cambiar tu vida.

El conocimiento habla, pero la sabiduría escucha.


Viernes 22 de noviembre

Lectura del día: Salmos 126:1-6

¿Cuánto cuesta una sonrisa? “Nuestra boca se llenó de risas; nuestra lengua, de canciones jubilosas. Hasta los otros pueblos decían: «el señor ha hecho grandes cosas por ellos.” Salmos 126:2

H

ay algunas cosas en nuestra vida que sobrepasan el valor económico. Su valor no es financiero, sino emocional, estimativo, sentimental, trascendente. Por ejemplo: ¿Cuánto cuesta una sonrisa? No cuesta nada, pero vale mucho. Enriquece a aquéllos que la reciben, sin empobrecer a quienes la dan. Se produce en unos cuantos segundos, pero su recuerdo dura toda la vida. No hay nadie tan rico que no la necesite, ni tan pobre que no la pueda dar. Genera buenas relaciones y felicidad en el hogar, promueve los negocios y fortalece la amistad. Es aliento para los cansados, luz para los desilusionados e ilumina el rostro de quienes la comparten. Pero no se puede comprar, ni prestar, ni robar. No vale nada, hasta que las regalas a otros. El apóstol Pablo escribe una carta a la Iglesia en Filipos, que había sido fundada alrededor del año 52 después de Cristo, en su segundo viaje misionero y el espíritu de esta epístola es de regocijo, de gozo, de alegría, diríamos, de muchas sonrisas. Imagínate que mientras Pablo y Silas están en la cárcel por causa de predicar el Evangelio, y lo que ellos hacen es cantar alabanzas a Dios y orar. Fueron liberados por un terremoto y el carcelero, con toda su familia, se convirtió esa noche (Hechos 16:33). El consejo de Pablo en Filipenses 4:4 es: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”. En el campo de exterminio nazi de Auschwitz, un hombre judío esperaba cada día ser enviado a los hornos crematorios alemanes. El guardia que lo custodiaba era brusco y mal encarado, hasta que un día que se acercó a Abraham Hadamar éste le sonrió. A partir de ese día su actitud cambió y conversaban un poco. Hasta la noche en que el guardia sacó a Abraham del campo de concentración y en medio de la obscuridad lo guió hacia la libertad. Una nueva oportunidad de vida por una sonrisa. Hoy por lo menos sonríe a diez personas que no conozcas.

El conocimiento habla, pero la sabiduría escucha.


Lectura del día: Job 42:1-11

Sábado 23 de noviembre

Él no se olvida “Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que había sido de Job.” Job 42:10

D

ios siempre es justo. Perdona a quienes traen sus ofrendas y se humillan delante de Él. Dios restaura, bendice, recompensa y sana. Dios honró a Job, quien oró por sus amigos con un corazón sincero. Dios lo observó todo. “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el amor que habéis demostrado por su nombre, porque habéis atendido a los santos y lo seguís haciendo” Hebreos 6:10. Quizá has sido víctima de un abuso terrible. Te han maltratado. Alguien en quien tú confiabas se aprovechó de ti. Tu pareja te fue infiel, te han tratado injustamente. Has quedado en bancarrota, te han defraudado. Cada uno de nosotros pudiera contar historias terribles que nos han marcado. Por lo tanto, vuelve a esta gran verdad: “Dios no olvida.” Él no ajusta su plan a nuestra agenda. Él no se ocupa de nuestros casos cuando nosotros queremos que se les atienda. El Señor esperó que los amigos de Job dijeran todos sus sarcásticos discursos, se mantuvo en silencio durante todos los insultos, y finalmente les dice: “Elifaz, Bildad y Zofar, ustedes han estado equivocados”. No dijo nada en el momento, pero escuchó todo. Él no es injusto para olvidar una palabra inadecuada. Y puedo asegurarte que Él no ha pasado por alto ninguna acción injusta cometida contra ti. Él tiene un plan perfecto y su plan está en marcha. La disposición de las cosas de Dios no es un plan frustrado. Él no está sentado en un extremo del Cielo mordiéndose las uñas y preguntándose qué va a hacer con nuestro mundo. Sabe exactamente lo que va a hacer, y en qué momento. Job ve eso con toda claridad… ahora. Entiende, finalmente, que a Dios no se le escapa nada. A Él tampoco se le escapa nada que tenga que ver con tu vida.

El conocimiento habla, pero la sabiduría escucha.


Domingo 24 de noviembre

Lectura del día: 1 Juan 4:7-11

Seguramente fue Dios “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.” 1 Juan 4:9

M

uchas veces sentimos el deseo de hacer algo a favor de alguien, decimos que “sentimos una corazonada”, bueno, tenemos que asegurarnos de que si es algo positivo y que va a bendecir a otra persona, seguramente fue Dios quien te habla a través del Espíritu Santo. ¿Alguna ocasión has sentido interés de visitar a una persona muy amada, que hace mucho tiempo no miras? De seguro es Dios quien está poniendo ese interés y tu visita será oportuna. ¿Alguna vez recibiste algo que deseabas, pero que no pediste? Seguramente es Dios quien te lo mandó, porque conoce bien los secretos de tu corazón. ¿Has vivido una situación en la que tienes un problema y no tienes ni la menor idea de cómo resolverlo, Y la solución aparece en un momento? De seguro es Dios quien tomó tu situación en sus manos. ¿Te ha sucedido que sientes una profunda tristeza, oraste y de repente como si un bálsamo fuera derramado sientes una paz que invade todo tu ser? Es Dios quien te trae consuelo y esperanza. ¿Alguna vez te has sentido tan cansado de la vida, a punto de querer mejor morir y de repente, sientes que tienes nuevas fuerzas para continuar? Es Dios que te da descanso y ánimo para seguir adelante. Ese medio día el pastor Jerónimo, después del culto de adoración, se dio cuenta que no tenían nada para comer. Su esposa colocó los platos y cubiertos en la mesa, disponiéndose a dar gracias a Dios con sus dos hijos, cuando insistentemente tocaron a la puerta, el pastor se levantó a ver quién era. Su sorpresa fue que el hermano Pedro pasó cerca de su casa y quiso compartirle dos pollos guisados. Solamente los entregó y le dijo: “Dios puso en mi corazón compartir con ustedes esto” y se despidió. Si Dios pone en tu corazón hacer algo a favor de alguien, hazlo, serás una bendición oportuna.

El conocimiento habla, pero la sabiduría escucha.


Lectura del día: Juan 15: 9-17

Lunes 25 de noviembre

Tu mejor amigo “Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos.” Juan 15:13

S

i hay algo que Jesús nos enseñó claramente mientras estuvo en la Tierra fue a amar a los demás y a ser un verdadero amigo. Él instituyó el segundo más grande mandamiento, que fue “ama a tu prójimo como a ti mismo” y lo demostró con hechos. Algo que debemos reconocer es que no es fácil encontrar un buen amigo. Conocemos muchas personas, en todos los ámbitos de nuestra vida: en la escuela, en el trabajo o en la familia de Dios. Pero francamente, no podemos llamar a todos “amigos”. Esta es una realidad, pero la otra cara de la moneda, es algo que pocos piensan: “y yo, ¿soy un buen amigo? ¿Cuántas personas pueden considerarme su amigo?” Jesús fue un buen amigo y mostró su amistad de muchas maneras: era atento con sus discípulos, hasta el punto de lavarles los pies, sin importarle que Él era Dios y ellos sólo hombres; sabía escuchar los problemas de otros, y estuvo siempre dispuesto a ayudarles; disfrutaba de pasar tiempo con sus amigos, y comía con ellos, a pesar de que fue criticado; y lo más importante, dio su vida por todos nosotros, a quienes nos considera sus amigos. Cuenta la historia, de un soldado que pidió permiso a su superior para ir a buscar a su mejor amigo, quien había ido a la batalla y no regresaba aún. El general le negó la petición, alegando que no le iba a permitir al soldado arriesgar su vida para buscar a un hombre que muy seguramente ya había muerto. El soldado, haciendo caso omiso de lo que el general dijo, salió a buscarlo, y regresó días más tarde, mortalmente herido y arrastrando el cadáver de su mejor amigo. El general comenzó a gritarle: le dije que este hombre ya había muerto; dígame, ¿valía la pena ir hasta allá para traer un cadáver? El soldad moribundo respondió: claro que sí general; cuando llegué aún estaba vivo, y lo último que pudo decirme fue “sabía que vendrías.” Hoy piensa en aquellas personas que consideras amigos, y analiza si tú te estás portando como un amigo para ellos.

Sufrimos más con lo que imaginamos que con lo que en realidad sucede.


Martes 26 de noviembre

Lectura del día: Éxodo 3:17-22

Bendice tus manos “Pero yo haré que este pueblo se gane la simpatía de los egipcios, de modo que cuando ustedes salgan de Egipto no se vayan con las manos vacías.” Éxodo 3:21

P

osiblemente has notado que las personas de edad mayor pueden pasar mucho tiempo viendo sus manos y los de menor edad casi ni las vemos. Las manos son de seguro una de las partes de nuestro cuerpo que más usamos diariamente. Son una gran bendición. Basta que nos imaginemos el vernos privados de ellas o tal vez imposibilitados de usarlas, para darnos cuenta lo importante que son. Las podemos usar para abrazar, para expresar cariño y amor, para proteger a alguien, o también para manifestar ira, rechazo o agresión. Si sólo le preguntáramos a una persona mayor ¿de qué le han servido sus manos a través de los años? Seguramente nos respondería con voz fuerte y clara: Desde niño mi madre me enseñó a unirlas para orar a Dios. Me ayudaron a atar las agujetas de mis zapatos y me ayudaron a ponerme la ropa. Cuando joven, se pusieron sucias, raspadas, ásperas, hinchadas, porque me sirvieron para trabajar y ganar mi primer sueldo que entregué a mis padres. Decoradas con un anillo de bodas, le mostraron al mundo que estaba casado y que amaba a alguien muy especial. Se mostraron torpes e inseguras cuando abracé a mi recién nacido hijo. Temblaron cuando cerré el féretro de mis padres al morir. Se mantuvieron firmes cuando entré a la Iglesia en mi boda. Han lavado mi rostro y todo mi cuerpo cada día. Han sido mis herramientas para agarrar y abrazar la vida. Y aunque temblorosas, dan cariño a mis nietas y nietos. Y cuando parta de este mundo y Dios me lleve a su presencia, las utilizaré para acariciar el rostro de Cristo cuando me dé la bienvenida”. Aimee Copeland, de 24 años, estudiante de postgrado de la Universidad de West, Georgia, se le amputaron las manos y el pie que le quedaba, por haber sido atacada por una bacteria carnívora. A pesar de ello la joven se mantiene con una fortaleza increíble. Agradece a Dios por tus manos y cuídalas.

Sufrimos más con lo que imaginamos que con lo que en realidad sucede.


Lectura del día: Mateo 13:44-46

Miércoles 27 de noviembre

Vale la pena “Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.” Mateo 13:44

¿Q

ué estarías dispuesto a hacer con tal de lograr tu sueño? ¿Qué estás dispuesto a hacer con tal de conseguir lo que quieres? ¿Qué estás dispuesto a hacer con tal de conservar tu matrimonio, que tus hijos vuelvan al Señor, que tengas la oportunidad de comenzar de nuevo? Las parábolas del tesoro escondido y la perla de gran precio nos muestran lo qué hacen dos personas cuando encuentran lo que quieren para obtenerlo. El primero, quien encuentra “circunstancialmente” un tesoro escondido, decide esconderlo de nuevo, y gustosamente se deshace de todo lo que tiene para poder comprar el terreno donde lo encontró y lo escondió. El segundo caso es muy similar, sólo que aquí quien encuentra la perla preciosa de gran precio la ha estado buscando. Encontramos dos enseñanzas fundamentales en estas parábolas: • En nuestra primera historia, el hombre encontró el tesoro casualmente, no fue en algún momento de ocio, sino en su trabajo del día. Lo hizo mientras se ocupaba de sus asuntos cotidianos. La felicidad auténtica, la satisfacción, el sentido de Dios, la presencia auténtica de Cristo se encuentra en el trabajo diario, cuando se desempeña ese trabajo de manera consciente y honesta. • En segundo lugar, encontramos que vale la pena hacer cualquier sacrificio para entrar en el Reino. Aceptar la voluntad de Dios puede significar abandonar algunas ambiciones y objetivos que valorábamos mucho, abandonar ciertos hábitos y formas de vida que resulta difícil dejar de lado, aceptar una disciplina y una negación de uno mismo que no son nada fáciles; en una palabra, tomar la cruz y seguir a Jesús. Pero no hay otra forma de acceder a la paz de espíritu y de corazón en esta vida y a la gloria en la vida por venir. En realidad, vale la pena abandonarlo todo para aceptar y cumplir la voluntad de Dios a través de recibir a Jesús en nuestro corazón.

Sufrimos más con lo que imaginamos que con lo que en realidad sucede.


Jueves 28 de noviembre

Lectura del día: Hechos 10:37-42

Juez de vivos y muertos “Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos.” Hechos 10:42

E

l ministerio de Jesús, escribió el médico Lucas en Hechos 10, abarcó toda Palestina. Principiando desde Galilea hasta Judea, es decir todo el país de los judíos. El menaje que había llegado a la nación de Israel mediante la predicación de Jesús, fue un mensaje de paz, que fue rechazado por ellos. A partir del bautismo de Juan, que es de arrepentimiento, comenzó el Evangelio. Luego, menciona Lucas, en el bautismo de Jesús Dios le ungió con el Espíritu Santo y con poder, para sanar a todos los oprimidos por el enemigo de nuestras almas y haciendo bien a los necesitados.

El mensaje que los discípulos tienen que difundir a todas las naciones, es que Jesucristo ha sido puesto por Dios como juez de vivos y muertos. Por supuesto que además de la vida física, también el Señor toma en cuenta a los muertos en sus delitos y pecados, y a los que vivimos para Dios. Él quiere que nos consideremos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición tenía como atribución esencial la defensa de la fe católica, seriamente amenazada por los ataques de los herejes. El término “hereje” era empleado para calificar a aquellas personas que sostenían opiniones o creencias contrarias a la fe de Cristo y de su Iglesia. El área en la que los inquisidores juzgarían iba desde proposiciones erróneas, temerarias o escandalosas hasta apostasía de la fe, blasfemias, cismas, adivinanzas, hechicerías, invocación de demonios, astrología, quiromancia, delitos de los no sacerdotes que celebraban misa o confesaban, confesores solicitantes, clérigos que contraían matrimonio, bígamos, menospreciadores de campanas, los que toman en la comunión muchas hostias y otros. Pidamos a Dios que nos ayude a no ponernos como jueces de nadie. Dejemos todo al justo juicio de Dios y de nuestro Señor Jesucristo.

Sufrimos más con lo que imaginamos que con lo que en realidad sucede.


Lectura del día 1 Juan 4:7-16

Viernes 29 de noviembre

Dios es inmenso

“Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.” 1 Juan 4:16

D

ios es infinito, esta infinidad es el modo de ser y existir de todos los atributos divinos; y así hablamos de la sabiduría infinita de Dios, de su infinita bondad, de su poder infinito. Si consideramos el Ser infinitamente perfecto de Dios con relación al espacio, le atribuimos la cualidad de inmensidad. Decir que Dios es inmenso significa que carece de medida y puede estar en todas partes. Antes de la creación, Dios era inmenso; pero de hecho no estaba presente en todas partes, por cuanto las cosas no existían. No debemos imaginarnos la inmensidad divina como un espacio ilimitado; como tampoco podemos representar la eternidad como el tiempo sin límites. Dios es infinitamente superior al espacio, aun concebido sin límites; como la eternidad divina es infinitamente superior al tiempo, aun despojado de su carácter limitado. Dios está en todas partes por potencia, por su poder, al cual todas las cosas están sujetas, por el cual mueve todos los seres y los conduce a la acción. Dios está en todas partes por esencia, conservando todas las criaturas en la existencia por medio de su acción conservadora, que es su mismo ser. Pero hay una presencia especial de Dios en el ser del género humano. No sólo está con él como causa conservadora; mas también habita allí como en un templo donde puede ser conocido y amado. La Biblia dice: Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. Juan, 14:23. “Vendremos” aquí se está refiriendo a las tres Personas divinas, el Padre, el Hijo y también el Espíritu Santo que vienen a morar en el justo. El apóstol Pablo también lo dijo ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? (1ª Cor. 3:16) Nuestro Dios, en su inmensidad, es al mismo tiempo una realidad personal. Una presencia en nuestro corazón y vida cotidiana que al mismo tiempo lo llena todo y está al tanto de todo; y sin embargo, interactúa con alguien tan pequeño como yo en mis luchas diarias, triviales o no. No debemos correr el riesgo de tratar de entender a Dios como un ejercicio meramente intelectual, Los más importante de saber quién es Él, es que es a través de esa comprensión cómo va a afectar nuestra comunión con él y su intervención en la vida nuestra.

Sufrimos más con lo que imaginamos que con lo que en realidad sucede.


Sábado 30 de noviembre

Lectura del día: Salmos 133:1-3

Bendiciones de la armonía “¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan en armonía!” Salmos 133:1 (nvi)

L

a palabra clave en este pequeño salmo de David es armonía. Bien se puede definir como una relación buena o de paz entre personas o grupos. Es un sinónimo de calma, de satisfacción, de plenitud, de tranquilidad. Es tener la certeza de que todo está bajo control, de que todo saldrá bien, es sentir que estamos haciendo las cosas de una manera correcta. Estar en armonía con los demás significa anhelar el bien para ellos, actuar de modo constructivo y ayudarles a lograr sus metas, proyectos, anhelos, sueños. Aunque estamos conscientes que aun en las mejores relaciones humanas, en un momento de estrés, es posible que digamos algo que pueda herir los sentimientos de otra persona, es el momento de usar palabras sencillas como “perdóname”, “lo siento”, “discúlpame” o “vamos a hablar”, que pueden ser las más difíciles de decir. No obstante, lo que parece más complicado de hacer, se hace más fácil cuando le pedimos a Dios que nos ayude. La armonía y la comprensión son de gran ayuda para promover la buena voluntad hacia los demás. Fomento sentimientos armoniosos al hacer lo mejor que puedo para no reaccionar con ira, sino con amor. Pienso antes de hablar y procuro recordar la regla de oro de Dios al tratar a los demás como quiero que me traten: con amor, paciencia y compasión. Todas las personas son criaturas de Dios y doy a otros el amor y el respeto que todo hijo de Dios es digno de recibir, considerando que el salmista nos dice en el verso 3, del salmo 133, que “Donde se da esta armonía, el señor concede bendición y vida eterna.” Pide a Dios ser esta semana un instrumento de armonía donde te encuentres.

Sufrimos más con lo que imaginamos que con lo que en realidad sucede.




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